Entre Africanidades y Africanismos Fiest
Entre Africanidades y Africanismos Fiest
Entre Africanidades y Africanismos Fiest
Abstract: the article displays the evolution and changes of expression of the music and dance
of africans and their descendants, in Cartagena’s public celebrations. It also analyses the
symbols of the comparsas afros that parade at the today’s Independence festivities, showing
how references to african symbols are used in the context of a quest for the legitimation
of a local identity.
E
n este artículo analizaremos distintas maneras como los africanos y sus descendientes han
participado en las iestas públicas de la ciudad de Cartagena de Indias en Colombia. Hacer un
recorrido histórico por las celebraciones más importantes de esta ciudad, desde las iestas de
los Cabildos a los desiles contemporáneos, nos permitirá ver como los afrodescendientes utilizaron
estos espacios para recrear sus memorias, celebrar sus héroes y crear y fortalecer una identidad ritual
que confronta las exclusiones raciales cotidianas.
cada uno (cabildo) con su rey, su reina y sus príncipes, (...) imitan con alegría las costumbres y
vestidos de su patria, recuerdos siempre gratos a todos los hombres, embrazando grandes escu-
dos de madera forrados en papel de colores, llevando delantales de cuero de tigre; en la cabeza
una especie de rodete de cartón guarnecido de plumas de colores vivos; la cara, el pecho, los
brazos y las piernas pintados de labores rojas, y empuñando sables y espadas desenvainados,
salían de la ciudad a las ocho de la mañana, y bajo el fuego abrasador del sol en una latitud de
diez grados y al nivel del mar, iban cantando, bailando, dando brincos y haciendo contorsiones
al son de tambores, panderetas con cascabeles, y golpeando platillos de cobre; y con semejante
estruendo y tan terrible agitación, algunos haciendo tiros con escopetas y carabinas por todo el
camino, llegaban a La Popa, bañados en sudor, pero sin cansarse. Las mujeres no iban vestidas a
la africana, esto es, no iban casi desnudas; sus amas se esmeraban en adornarlas con sus propias
alhajas, porque hasta en esto entraba la emulación y la competencia. Las reinas de cada cabildo
marchaban erguidas, deslumbrantes de pedrería y oro, con la corona de reina guarnecida de es-
meraldas, de perlas; y negra bozal se veía que con la riqueza que llevaba encima habrían podido
libertarse ella y su familia, y que pasadas las iestas volvía triste y abatida a sufrir el agudo dolor
moral y las penalidades físicas de la esclavitud (POSADA, 1865, p. 208).
Finalmente, el general comenta que al inal del desile: los esclavos volvían a la ciudad cantando
y bailando Los días siguientes eran prácticamente libres para los cautivos quienes podían permanecer
en sus Cabildos hasta el miércoles de ceniza. Después del signo de la cruz, debían regresar a su coti-
dianidad de trabajo excesivo y torturas. En su descripción, Posada evoca los escudos y “delantales” en
cuero de tigre, la pintura corporal y los tambores que no solamente parecerían pertenecer a tradiciones
africanas de los esclavos pero podrían ser danzas de reminiscencias guerreras. Estas confrontaciones
podrían evocar los conlictos y choques entre las naciones africanas (FRIEDEMANN, 1985, p. 39).
Por otra parte, la participación de las mujeres llevando los vestidos y las joyas de sus amas constituye
una inversión a la situación social real ya que ellas toman el lugar de sus amas.
Bastide (1967, p. 100) hace referencia a procesiones como la de la Virgen de la Candelaria
en Martinica. Este autor ve en la participación de los reyes, las reinas y otras personajes de la
jerarquía de los Cabildos pistas para una reconstrucción de las organizaciones políticas y de los
recuerdos de las religiones africanas, pero subrayar que estas expresiones “no duraron los su-
ficiente para crear una civilización africana autentica”4 . Este podría ser el caso para una parte
de las manifestaciones religiosas que tuvieron lugar en Cartagena ya que los Cabildos habían
desaparecido oficialmente en 1780. Esta sería la razón principal que permitiría hablar hoy de
memorias difusas en la ciudad. Sin embargo, sin contradecir esta posibilidad, creemos que otras
africanidades y no una “civilización africana autentica”, pudieron ser perpetuadas por los grupos
de africanos y sus descendientes.
Las expresiones afroamericanas son criticadas por la élite empresarial de la ciudad que se siente
orgullosa de su aristocrática blancura y entonces emerge un discurso racial que marca las dife-
rencias entre los seres humanos y establece una discriminación para las singularidades simbólicas
y culturales (GUTIÉRREZ, 2006, p. 141).
A mediados de los años ochenta, ocurrió un evento que inluenciaría las escenografías y re-
presentaciones de las comparsas que participan en las Fiestas de la Independencia. Curiosamente,
no tuvo lugar en noviembre, sino en julio y se trató de un evento católico: La visita de su santidad
el Papa Juan Pablo II. Muchos directores de las comparsas señalan este evento como el inicio de un
nuevo movimiento en las comparsas y sus representaciones. El papa llegó a Cartagena el 6 de julio de
1986, después de haber visitado otras cinco ciudades de Colombia. La segunda noche de su estadía,
una presentación de bailes fue organizada en su honor. Un grupo de 50 bailarines ejecutó cinco rit-
mos colombianos: bambuco, joropo, cumbia, puya y fandango. La persona encargada de organizar la
presentación era la bailarina y coreógrafa Delia Zapata Olivella quien contó con la colaboración de
su hija Edelmira Massa Olivella.
La familia Zapata Olivella ha jugado un rol muy importante en el reconocimiento de la población
descendiente de Colombia. El hermano mayor, Manuel, fue una de las primeras personas que denunció
el racismo de los partidos políticos tradicionales. Realizó investigaciones sobre las costumbres de los
afrodescendientes habitantes de los litorales Paciico y Caribe colombianos y fue uno de los funda-
dores del primer grupo de estudios afrocolombianos. Delia, investigadora, coreógrafa, bailarina y
escultora viajó a lo largo del litoral y de otras regiones para recolectar un gran repertorio de bailes y
El nombre Benkos Biohó nos obliga a nosotros y nos da una responsabilidad grande en cuanto a
la danza se reiere, porque nos obliga a tener un trabajo tradicional, nosotros hacemos un trabajo
tradicional, pero siempre no repitiendo lo que hacen los demás, siempre tratamos de explorar
y tratar de innovar un poco, pero siempre guardando la tradición. Antes de hacer un montaje,
como no podemos investigaciones de campo porque nos saldría muy costoso, nos toca hacer
consultas, en internet, en bibliotecas o en videos5.
Las innovaciones van más allá de las coreografías, los vestidos son también objeto de trans-
formaciones:
Yo me puedo guiar por un vestuario que yo vea de África, pero yo lo veo que de pronto está abierto
aquí, pero yo no lo quiero abierto aquí, yo lo quiero abierto acá, tomo la cuestión como base,
mas no hago la cuestión igualita, eso es a veces lo que estamos intentando, y estamos creando
también, estamos creando cositas.6
Los nombres son también una manera en que los grupos reivindican un vinculo con una
herencia africana, así encontramos por ejemplo: “Grupo talento joven Afro-Caribe”, “Grupo Afro-
-Colombia”, “Ekobios, danza africana”, “Danza Afrocolombiana”, “Corporación B’jembe Danzas”. Los
instrumentos y las danzas son también objeto de homenajes. El señor Omar Gómez dice “B’jembe,
tiene como signiicado tambor o tambora africana de los... bueno, eran unas tamboras que utiliza-
ban los negros en aquel entonces para rendir atributos a sus dioses; y nosotros prácticamente, hemos
elegido el tema por eso7”.
Hay grupos que asumen su reivindicación africana como un elemento distintivo de la comparsa.
El director del grupo Al son del Jembe explica:
Tengo mucha ainidad con la cuestión de lo afro, con la línea negra, los movimientos negros,
a mi me gusta mucho ese cuento, desde hace mucho rato a mí me gusta la champeta, me gusta
mirar videos, videos africanos, y partiendo de lo que miramos, empezamos a crear, vamos a
tener esto como base.8
En uno de los ensayos del grupo, el señor Manuel les solicitó a los jóvenes bailarines moverse
con más fuerza porque “Si no, no es danza africana, parecen aérobicos9”.
Notamos la presencia del preijo “afro” en el nombre de algunos de estos grupos. En los procesos
de reconocimiento de la multiculturalidad, los movimientos políticos negros y los intelectuales han
alentado el uso de este preijo para subrayar el carácter histórico de las poblaciones negras en Colombia
y la herencia africana más allá del fenotipo. El uso del preijo “afro” no era corriente hace veinte años.
De hecho, el antropólogo Jaime Arocha (1998, p. 32) explica en uno de sus libros que
Sin embargo, los nombres de las comparsas muestran que hoy este tipo de organizaciones y la
población se apropiaron del preijo y que lo utilizan como una parte de su reivindicación, lo que es
sin duda una de las consecuencias de la valorización de la diferencia y de las políticas multiculturales.
Hoy en día Cartagena, una ciudad que siempre quiso “blanquearse”, ofrece una imagen de
ciudad con herencia africana en sus iestas de independencia. Los bailes y les vestidos evocan un
continente que está lejos pero que es importante para una parte de los habitantes de la ciudad que
se preparan durante meses y seleccionan las imágenes de la ciudad que quieren mostrar. No se trata
hoy de condenar el legado africano y borrarlo sino de exaltarlo. El carácter de diversión que implican
las iestas ha dejado que los controles que pretenden una homogenización cultural sean laxos y que
desde la colonia, los afrodescendientes hayan tenido en ellas tengan un espacio para recrear sus me-
morias, celebrar a sus héroes y valorizar su pertenencia a la ciudad. Sin embargo hoy en día, no son
las africanidades existentes en la región las que se exaltan, hay un proceso de uso de africanismos que
permitan la legitimación de la población afrodescendiente de la ciudad.
Notas
1 “le fait est social, voire politique, autant que culturel et artistique: ce qui se passe sur la scène du carnaval
se prépare puis se prolonge dans la vie ordinaire”
2 “ présence de traits culturels africains dans une population”
3 “ revendication d’une identité africaine”
4 “n´ont pas duré assez longtemps pour créer une civilisation africaine authentique”
5 Entrevista con el señor Jose Caraballo.
6 Entrevista con el señor Manuel Diaz.
7 Entrevista con el señor Omar Gomez Cassiani.
8 Entrevista con el señor Manuel Diaz.
9 Ensayo del grupo B’jembe.
Referencias
AROCHA, Jaime. Ombligados de Ananse. Hilos ancestrales y modernos en el Pacíico colombia-
no. Bogotá: Centro de Estudios Sociales, CES, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional
de Colombia, 1999.
CHAUNU, Pierre. Séville et l´Amérique. XVIe – XVIIe siècle. Paris : Flammarion Science, 1977.
CUNIN, Elizabeth. Identidades a Flor de Piel. Lo “negro” entre apariencias y pertenencias: catego-
rías raciales y mestizajes en Cartagena (Colombia). Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e
Historia, Universidad de los Andes, Instituo Francés de Estudios Andinos, Observatorio del Caribe
Colombiano, 2003.
DIANTEILL, Erwan. La Samaritaine Noire. Les Églises Spirituelles Noires Américaines de la Nou-
velle – Orléans. Paris: Éditions de l’EHESS, 2006.
GUTIÉRREZ, Edgar. Fiestas: Once de Noviembre en Cartagena de Indias. Manifestaciones Artísticas.
Cultura Popular 1910–1930. Medellín: Editorial Lealon, 2000
GUTIÉRREZ, Edgar. Las Fiestas de la Independencia en Cartagena de Indias: Reinados, Turismo y
Violencia (1930 – 1960). In:: GUTIÉRREZ, Edgar J.; CUNIN, Elisabeth (eds.), Fiestas y Carnavales
en Colombia. La Puesta en Escena de las Identidades. Medellín: La Carreta Editores, Universidad de
Cartagena, Institut de Recherche pour le développment, p. 125 – 150, 2006.