Ordenaciones Folleto Final 2023

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RECIBE EL ORDEN DEL PRESBITERADO:

Diácono Ignacio Maximiliano Ibarra Pozo


Diácono Kevin Adrian Paspuel Calvopiña
Diácono Klever Gustavo Chuquín Farinango

Para apacentar el pueblo de Dios y para su constante crecimiento,


Cristo Nuestro Señor instituyó en la Iglesia diversos ministerios,
ordenados al bien de todo su Cuerpo1.

Los Presbíteros harán las veces de Cristo, Maestro, Sacerdote y


Pastor, por quien la Iglesia, su Cuerpo, se edifica y crece como pueblo
de Dios y templo santo2. El Sacerdote de mañana, no menos que el de
hoy, deberá asemejarse a Cristo. Cuando vivía en la tierra, Jesús
reflejó en sí mismo el rostro definitivo del Presbítero2.

RITOS INICIALES
El Sr. Obispo de Ibarra S.E.R. Mons. René Coba, con los concelebrantes y los ministros se
dirigen hacia el Altar, se entona el canto de entrada.

SALUDO
Sr. Obispo
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.

Sr. Obispo
La paz esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
1
PABLO PP. VI, Carta Apostólica Ad pascendum, de 15 de-agosto de 1972
2
PABLO PP. VI, Carta Apostólica Ad pascendum, de 15 de agosto de 1972.

39
ACTO PENITENCIAL
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos dicen:

Yo confieso ante Dios Todopoderoso


y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisió n.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los á ngeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señ or.

Sr. Obispo
Dios Todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

A continuación, se cantan las invocaciones:

V. Kyrie, eléison. V. Señ or, ten piedad.


R. Kyrie, eléison. R. Señor, ten piedad.

V. Christe, eléison. V. Cristo, ten piedad.


R. Christe, eléison. R. Cristo, ten piedad.

V. Kyrie, eléison. V. Señ or, ten piedad.


R. Kyrie, eléison. R. Señor, ten piedad.

39
GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, tú que quitas el pecado D


y en la tierra paz a los hombres el mundo, ten piedad de
que ama el Señor. nosotros;
Por tu inmensa gloria tú que quitas el pecado del
te alabamos, mundo,
te bendecimos, atiende nuestra súplica;
te adoramos, tú que estás sentado a la
te glorificamos, derecha del Padre,
te damos gracias, ten piedad de nosotros;
Señor Dios, Rey celestial, porque sólo tú eres Santo,
Dios Padre Todopoderoso. sólo tú, Señor,
Señor, Hijo único, sólo tú, Altísimo Jesucristo,
Jesucristo. con el Espíritu Santo
Señor Dios, en la gloria de Dios Padre.
Cordero de Dios, Amén.
Hijo del Padre;
ORACIÓN COLECTA

Sr. Obispo: Oremos:

Todos oran en silencio durante unos momentos. El Obispo continúa:

Oh Dios, que quisiste proveer de pastores a tu pueblo,


derrama sobre tu Iglesia
el espíritu de piedad y fortaleza,
que convierta a estos siervos tuyos
en dignos ministros de tu altar
y los haga valientes y humildes testigos de tu Evangelio.

Por nuestro Señ or Jesucristo, tu Hijo, Que contigo vive y reina en la


unidad del Espíritu Santo Y es Dios por los siglos de los siglos.

39
R. Amén.

ACLAMACIÓN
Gustad y ved que bueno es el Señ or,
dichoso el que se acoge a él.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA:
Del libro del profeta Jeremías 1, 4-9

En tiempo de Josías, el Señ or me dirigió estas palabras: “Desde


antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de
que nacieras, te consagre como profeta para las naciones”. Yo le
contesté: "Pero, Señ or mío, yo no sé expresarme, porque apenas soy
un muchacho".
El Señ or me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irá s a
donde yo te envíe y dirá s lo que yo te mande. No tengas miedo,
porque yo estoy contigo para protegerte", lo dice el Señ or.
El Señ or extendió entonces su brazo, con su mano me tocó la boca y
me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca".

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Sal 88 (89)

R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Hallé a David, mi siervo,


y lo he ungido con ó leo sagrado
a fin de que mi mano lo sostenga
y lo revista de valor, mi brazo. R.

Su poder en mi nombre crecerá ,


mi amor y mi lealtad será n su escolta.

39
El me podrá decir: "Tú eres mi Padre,
mi Dios, mi roca salvadora". R.

SEGUNDA LECTURA
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios
4, 1-2. 5-7

Hermanos: Puesto que, por la misericordia de Dios, estamos


encargados del ministerio de la predicació n, no só lo no
desfallecemos, sino que renunciamos a actuar en forma oculta y
vergonzosa, a proceder con astucia o a falsear el mensaje de Dios.
Solamente predicamos la verdad, y en esto consiste nuestra
recomendació n ante el juicio que hagan de nosotros en la presencia
de Dios todos los hombres.

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el


Señ or, y nos presentamos como servidores de ustedes, por Jesú s.
Pues el mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas,
es el que ha hecho brillar su luz en nuestros corazones, para dar a
conocer el resplandor de la gloria de Dios, que se manifiesta en el
rostro de Cristo. Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, para
que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no
de nosotros mismos.

Palabra de Dios.

ALELUYA Jn 15, 16

Aleluya, Aleluya
“Soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan
y den fruto y su fruto permanezca”
Aleluya, Aleluya

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio segú n San Juan 15,9-17

39
En aquel tiempo, Jesú s dijo a sus discípulos: "Como el Padre me
ama, así los amos yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis
mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo
los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he
dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.

É ste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo


los he amado. Nadie tiene amor má s grande a sus amigos, que el que
da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les
mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer
todo lo que le he oído a mi Padre.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y
los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca,
de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre.
Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros".
Palabra del Señor.
LITURGIA DE LA ORDENACIÓN

Comienza el rito de Ordenación. El Obispo se acerca a la sede preparada para


la Ordenación, y se hace la presentación de los candidatos.

LLAMADA DE LOS CANDIDATOS


AL ORDEN DEL PRESBITERADO

MONITOR: Ahora el Rector del Seminario Diocesano llama a los que


van a ser ordenados sacerdotes y pide que la Iglesia los incorpore al
Orden de los Presbíteros.

Rector del Seminario:


Acérquense los que van a ser ordenados presbíteros:

39
Ignacio Maximiliano Ibarra Pozo
Kevin Adrian Paspuel Calvopiña
Klever Gustavo Chuquín Farinango

Cada Candidato responde:


Presente.
Y se acerca al Obispo, a quien hace una reverencia.

Rector del Seminario:


Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que ordenes
presbíteros a estos hermanos nuestros.

Sr. Obispo:
¿Sabes si son dignos?

Rector del Seminario:


Segú n el parecer de quienes lo presentan, después de consultar al
pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados
dignos.

Sr. Obispo:
Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador, elegimos a
estos hermanos nuestros para el orden de los presbíteros.

Asamblea: (Cantando)
Demos gracias al Señ or, demos gracias, demos gracias al Señ or.

Seguidamente, estando todos sentados, el Obispo pronuncia la Homilía.

39
PROMESA DE LOS ELEGIDOS PRESBÍTEROS

Sr. Obispo:
Queridos hijos: antes de entrar en el Orden de los presbíteros es
necesario que manifiesten ante el pueblo su decisió n de recibir este
ministerio.
¿Quieren desempeñ ar siempre el ministerio sacerdotal en el grado
de presbíteros, como fieles colaboradores del Orden episcopal,
apacentando el rebañ o del Señ or, bajo la guía del Espíritu Santo?

Elegido: Sí, quiero.

Sr. Obispo:
¿Quieren desempeñ ar con dedicació n y sabiduría el ministerio de la
palabra, en la predicació n del Evangelio y la exposició n de la fe
cató lica?

Elegido: Sí, quiero.

Sr. Obispo:
¿Quieren celebrar con piedad y fidelidad los misterios de Cristo,
especialmente el sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la
Reconciliació n, para alabanza de Dios y santificació n del pueblo
cristiano, segú n la tradició n de la Iglesia?

Elegido: Sí, quiero.

Sr. Obispo:
¿Quieren implorar, junto con nosotros, la misericordia divina,
en favor del pueblo que les sea confiado, cumpliendo así el mandato
de orar continuamente?

39
Elegido: Sí, quiero.

Sr. Obispo:
¿Quieren unirse cada día má s estrechamente a Cristo, sumo
Sacerdote, que por nosotros se entregó al Padre como víctima santa,
y consagrarse a Dios junto con él para la salvació n de los hombres?

Elegido: Sí, quiero, con la gracia de Dios.

MONITOR: Los elegidos presbíteros se acercan al Obispo y, de


rodillas ante él, ponen sus manos juntas entre las manos del Obispo,
ante quien prometen obediencia y respeto como signo de comunión.

PROMESA DE OBEDIENCIA

Sr. Obispo:
¿Prometes respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?

Elegido: Sí, prometo.

Sr. Obispo:
Que Dios mismo lleve a término esta obra buena que en ti ha
comenzado.

SÚPLICA LITÁNICA
El Obispo, sin mitra, con las manos juntas y vuelto hacia el pueblo invita a la
oración

Sr. Obispo:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que derrame
bondadosamente la gracia de su bendició n sobre estos siervos
suyos que ha llamado al Orden de los diá conos y al Orden de los
presbíteros.

39
DIÁCONO: Pongámonos de rodillas
Los elegidos se postran. Comienza el canto de las letanías.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.


Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Invocación de los santos


Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
Santos Miguel, Gabriel y Rafael, rueguen por nosotros.

Patriarcas y profetas
San Juan Bautista ruega por nosotros.
San José ruega por nosotros.

Apóstoles y discípulos
San Pedro ruega por nosotros
San Pablo ruega por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
Santos Juan y Santiago, rueguen por nosotros.
Santo Tomá s, ruega por nosotros.
Santos Felipe y Santiago rueguen por nosotros.
San Bartolomé ruega por nosotros.
San Simó n ruega por nosotros.
San Tadeo ruega por nosotros.
San Matías ruega por nosotros.
San Mateo, ruega por nosotros.
San Lucas, ruega por nosotros.
San Marcos, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.

Mártires

39
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquia, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Pablo Miki y compañ eros, ruega por nosotros.
San Carlos Lwanga y compañ eros, ruega por nosotros.
Beato Jerzy Popieluszko, ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.

Obispos y doctores
San Ambrosio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
Santo Tomá s de Aquino, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
San Juan Crisó stomo, ruega por nosotros.
San Carlos Borromeo, ruega por nosotros.
San Francisco de Sales, ruega por nosotros.
San Juan XXIII, ruega por nosotros.
San Juan Pablo II, ruega por nosotros.

Presbíteros y religiosos
San Antonio, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo rueguen por nosotros.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
San Francisco Javier, ruega pos nosotros.
San Vicente de Paú l, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nosotros.
San Luis Gonzaga, ruega por nosotros.
San Miguel Febres Cordero, ruega por nosotros.
San Josemaría Escrivá de Balaguer, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesú s, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ruega por nosotros.

39
Santa Marianita de Jesú s, ruega por nosotros.
San Oscar Arnulfo Romero , ruega por nosotros.
Beata Mercedes de Jesú s, ruega por nosotros.
Beata María Troncatti, ruega por nosotros.
Beata Liduina, ruega por nosotros.

Laicos
Santo Tomá s Moro ruega por nosotros.
Santa Mó nica, ruega por nosotros.
Santa Narcisa de Jesú s, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios rueguen por nosotros.

Invocación a Nuestro Señor Jesucristo


Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnació n, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrecció n, líbranos, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, líbranos, Señor.

Súplicas de la ordenación
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que gobiernes y conserves
a tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos.
Para que asistas al Papa y a todos
los miembros del clero en tu servicio santo, te rogamos, óyenos.
Para que bendigas a estos elegidos, te rogamos, óyenos.
Para que bendigas y santifiques
a estos elegidos, te rogamos, óyenos.
Para que bendigas, santifiques y consagres
a estos elegidos, te rogamos, óyenos.
Para que concedas paz y concordia
a todos los pueblos de la tierra, te rogamos, óyenos.
Para que nos fortalezcas y asistas

39
en tu servicio santo, te rogamos, óyenos.
Jesú s, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.

Cristo, ó yenos. Cristo, óyenos.


Cristo, escú chanos. Cristo, escúchanos.

MONITOR: Permanecemos de rodillas mientras, el Sr. Obispo hace la


oración.

Solo el señor Obispo se pone de pie, y con las manos extendidas sobre los
ordenandos, dice:

Sr. Obispo:
Señ or Dios, escucha nuestras sú plicas
y confirma con tu gracia
este ministerio que realizamos:
Santifica con tu bendició n a estos siervos tuyos
que juzgamos aptos
para el servicio de los santos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.

DIÁCONO: Nos ponemos de pie

39
ORDENACIÓN DE LOS PRESBÍTEROS

MONITOR: En este momento inicia la ordenación sacerdotal de estos


nuestros hermanos. De pie, acompañemos en silencio y con actitud
orante.

Sr. Obispo:

(dejando la mitra, de pie, con las manos juntas)

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que derrame


generosamente sus dones sobre estos elegidos para el ministerio de
los presbíteros.

Y todos, durante un espacio de tiempo, oran en silencio

IMPOSICIÓN DE MANOS Y PLEGARIA DE ORDENACIÓN


Los elegidos se arrodillan ante el Sr. Obispo. El Obispo pone en silencio las manos sobre la
cabeza de los candidatos. Luego harán lo mismo los presbíteros presentes. Concluida la
imposición de manos, los ordenandos permanecen de rodillas. El Obispo, con las manos
extendidas, dice la Plegaria de Ordenación.

Sr. Obispo:
Asístenos, Señ or, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
autor de la dignidad humana
y dispensador de todo don y gracia,
por ti progresan tus criaturas
y por ti se consolidan todas las cosas.
Para formar el pueblo sacerdotal,
tú dispones con la fuerza del Espíritu Santo
en ó rdenes diversos a los ministros de tu Hijo Jesucristo.

Ya en la primera Alianza aumentaron los oficios,


instituidos con signos sagrados.
Cuando pusiste a Moisés y Aaró n al frente de tu pueblo,
para gobernarlo y santificarlo, les elegiste colaboradores,
subordinados en orden y dignidad, que les acompañ aran y
secundaran.

Así, en el desierto, diste parte del espíritu de Moisés,


comunicá ndolo a los setenta varones prudentes
con los cuales gobernó má s fá cilmente a tu pueblo.
Así también hiciste partícipes a los hijos de Aaró n
de la abundante plenitud otorgada a su padre para que un nú mero
suficiente de sacerdotes ofreciera, segú n la ley, los sacrificios,
sombra de los bienes futuros.

Finalmente, cuando llegó la plenitud de los tiempos,


enviaste al mundo, Padre santo, a tu Hijo, Jesú s,
Apó stol y Pontífice de la fe que profesamos.
É l, movido por el Espíritu Santo, se ofreció a ti como sacrificio sin
mancha, y habiendo consagrado a los apó stoles con la verdad,
los hizo partícipes de su misió n;
a ellos, a su vez, les diste colaboradores para anunciar y realizar por
el mundo entero la obra de la salvació n.

También ahora, Señ or, te pedimos nos concedas,


como ayuda a nuestra limitació n, estos colaboradores
que necesitamos para ejercer el sacerdocio apostó lico.

TE PEDIMOS, PADRE TODOPODEROSO,


QUE CONFIERAS A ESTOS SIERVOS TUYOS
LA DIGNIDAD DEL PRESBITERADO;
RENUEVA EN SUS CORAZONES
EL ESPÍRITU DE SANTIDAD;
RECIBAN DE TI EL SEGUNDO GRADO
DEL MINISTERIO SACERDOTAL
Y SEAN, CON SU CONDUCTA, EJEMPLO DE VIDA.
Sean honrados colaboradores del orden de los obispos,
para que por su predicació n, y con la gracia del Espíritu Santo,
la palabra del Evangelio dé fruto en el corazó n de los hombres,
y llegue hasta los confines del orbe.
Sean con nosotros fieles dispensadores de tus misterios,
para que tu pueblo se renueve con el bañ o del nuevo nacimiento,
y se alimenten de tu altar; para que los pecadores sean
reconciliados
y sean confortados los enfermos.

Que en comunió n con nosotros, Señ or, imploren tu misericordia


por el pueblo que se les confía y en favor del mundo entero.

Así todas las naciones, congregadas en Cristo,


formará n un ú nico pueblo tuyo que alcanzará su plenitud en tu
Reino.
Por nuestro Señ or Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R. Amén.

IMPOSICIÓN DE LOS ORNAMENTOS PRESBITERALES

MONITOR: Los nuevos Presbíteros son revestidos con los ornamentos


Sacerdotales

EL DESIGNIO

Habías escrito ya, mi nombre allá en el cielo:


Habías escrito ya, mi vida junto a ti.
Habías escrito tú de mí.
En el mar del silencio una voz se confines una gran luz brillo,
escuchó , en una noche sin mientras que aun nada existía.
Y cuando con tu mente encendías Y cuando diseñ aste las nubes y
las estrellas, Y cuando con tus las montañ as, Y cuando diseñ aste
manos moldeabas esta tierra, el camino de los hombres,
Mientras que aun nada existía. También lo hiciste por mí.

Y cuando calculaste la Si ayer no lo sabía, hoy te


profundidad del cielo, Y cuando encontrado a ti,
coloreaste las flores de este Y mi libertad es tu designio sobre
suelo, mientras que aun nada mí. No buscare má s nada porque
existía. tú me salvaras

UNCIÓN DE LAS MANOS

MONITOR: Revestidos ya los nuevos presbíteros se acercan y se


ponen de rodillas ante el Obispo, quien les unge con el Crisma Sagrado
en las palmas de las manos. Seguidamente cantamos el Himno al
Espíritu Santo

Sr. Obispo:
Jesucristo, el Señ or,
a quien el Padre ungió
con la fuerza del Espíritu Santo,
te auxilie para santificar al pueblo cristiano
y para ofrecer a Dios el sacrificio.

HIMNO AL ESPÍRITU SANTO

Veni, creator Spiritus


Mentes tuorum visita
Imple superna gratia
Quae tu creasti pectora

Qui diceris Paraclitus


Donum Dei altissimi
Fons vivus, ignis, caritas
Et spiritalis unction.

ENTREGA DEL PAN Y DEL VINO

MONICIÓN: Los fieles llevan al Obispo la patena y el cáliz ya


preparados para la celebración de la Santa Misa, quien a su vez los
pone en manos de los presbíteros, arrodillados ante él.

Sr. Obispo:
Recibe la ofrenda del pueblo santo
para presentarla a Dios.
Advierte bien lo que vas a realizar,
Imita lo que tendrá s en tus manos
Y configura toda tu vida
con el misterio de la cruz del Señ or.

ABRAZO DE PAZ

MONICIÓN: Los recién ordenados presbíteros y el ordenado diácono


reciben del Obispo y de los presbíteros presentes el abrazo de paz.
Mientras tanto cantamos.

Sr. Obispo:
La paz sea contigo
Ordenado:
Y con tu espíritu.

MENSAJERO DE LA PAZ

El Señ or eligió a sus discípulos


los mandó de dos en dos Pidan al dueñ o del campo que
envíes má s obreros a la mies.
Es hermoso ver bajar de la
montaña los pies del Al entrar en una casa saluden
mensajero de paz. anunciando la paz.

Cuando alguien los reciba


Los mandó a las ciudades que se apoye en él vuestra paz.
Y los lugares donde iba a ir él.
Quien recibe mi Palabra
La cosecha es abundante les dijo recibe al que me envió .
el Señ or al partir.
DEJÁNDOLO TODO
/Dejá ndolo todo se fueron con
É l/. Dejaron los campos, dejaron su
hogar, dejaron anhelos, dejaron
/Lo siguieron dejándolo todo, su ser. Dejá ndolo todo Mi Reino
Dejándolo todo se fueron con llegó , el ciento por uno Mi Padre
Él/. les dio.

Dejaron la barca, dejaron el mar, /Me siguieron dejándolo todo,


las redes, los remos y todo su y todo lo hallaron en mi
afá n. Dejaron el padre, la madre corazón/.
y mujer, los hijos y hermanos,
todo su querer
LITURGIA EUCARÍSTICA
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Sr. Obispo:
Padre santo,
cuyo Hijo quiso lavar los pies de los discípulos
para darnos ejemplo,
recibe los dones que te presentamos
y haz que, al ofrecernos como oblació n espiritual,
nos llenemos de espíritu de humildad y diligencia.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.
RITO DE LA EUCARÍSTICA
PREFACIO

V. El Señ or esté con ustedes, R. Y con tu espíritu.


V. Levantemos el corazó n. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor,
V. Demos gracias al Señ or, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvació n
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señ or, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Pues por la unció n del Espíritu Santo,


Tú constituiste a tu Unigénito
Pontífice de la nueva y eterna alianza,
y en tu inefable designio determinaste
que en la Iglesia se ejercitaran muchos ministerios.

Porque É l, no só lo confiere la dignidad


del sacerdocio real
a todo el pueblo redimido,
sino que, con fraternal predilecció n,
elige a algunos hombres,
para hacerlos, por la imposició n de las manos,
partícipes de su ministerio santo.
Ellos preceden a Tú pueblo santo en la caridad,
lo alimentan con la palabra,
y lo fortalecen con los sacramentos.
Entregando su vida por Ti y por sus hermanos,
ellos se esfuerzan por reproducir
en sí mismos la imagen de Cristo,
y te ofrecen constante testimonio de fidelidad y de amor.
Por eso también nosotros, Señ or,
con todos los Á ngeles y Santos,
te alabamos, cantando llenos de alegría:

Sánctus, Sánctus, Sánctus Santo, Santo, Santo


Dóminus Déus Sábaoth. es el Señ or, Dios del Universo.
Pléni sunt caéli et térra Llenos está n el cielo y la tierra
glória túa. de tu gloria.
Hosánna in excélsis. Hosanna en el cielo.
Benedíctus qui vénit in nómine Bendito el que viene en nombre
Dómini. del Señ or.
Hosanna in excélsis. Hosanna en el cielo.

PLEGARIA EUCARÍSTICA I
Padre misericordioso, te pedimos humildemente,
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señ or,
que aceptes y bendigas ✠ estos dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
ante todo, por tu Iglesia santa y cató lica,
para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa Francisco,
conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los demá s Obispos que, fieles a la verdad,
promueven la fe cató lica y apostó lica.

Conmemoración de los vivos.


Concel. 1: Acuérdate, Señ or, de tus hijos N. y N. (Junta y abre las
manos...) y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien
conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdó n de sus
pecados y la salvació n que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos
te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y
verdadero.

Conmemoración de los santos

Concel. 2: Reunidos en comunió n con toda la Iglesia,


veneramos la memoria, ante todo,
de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señ or;
la de su esposo, san José;
la de los santos apó stoles y má rtires
Pedro y Pablo, Andrés, Santiago y Juan, Tomá s, Santiago,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Simó n y Tadeo; Lino, Cleto,
Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisó gono, Juan
y Pablo, Cosme y Damiá n y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protecció n.

Obispo: Acepta, Señ or, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos,


y de toda tu familia santa; te la ofrecemos también por tus hijos
que han sido llamados a formar parte del Orden de los
presbíteros y de los diá conos; conserva en ellos tus dones para
que fructifique lo que han recibido de tu bondad.

Los Concelebrantes con las manos sobre las ofrendas, dicen:

Sacerdotes: Bendice y santifica esta ofrenda, Padre,


haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti:
que se convierta para nosotros en el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señ or.

El cual, la víspera de su pasió n,


tomó pan en sus santas y venerables manos,
y, elevando los ojos al cielo,
hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso,
dando gracias te bendijo, lo partió ,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cá liz glorioso


en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Obispo: Aclamemos el misterio de la fe.

Todos: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cá liz,
anunciamos tu muerte, Señ or, hasta que vuelvas.

Sacerdotes: Por eso, Padre, nosotros, tus siervos,


y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial
de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señ or,
de su santa resurrecció n del lugar de los muertos
y de su admirable ascensió n a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna y cá liz de eterna salvació n.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala,
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahá n, nuestro padre en la fe,
y la oblació n pura de tu sumo sacerdote Melquisedec.

Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso,


que esta ofrenda sea llevada a tu presencia,
hasta el altar del cielo, por manos de tu Á ngel,
para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
al participar aquí de este altar,
✠ seamos colmados de gracia y bendició n.

Conmemoración de los difuntos.

Concel. 3: Acuérdate también, Señ or, de tus hijos N. y N.,


que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueñ o de la paz. (Junta las manos y las vuelve a
abrir)
A ellos, Señ or, y a cuantos descansan en Cristo,
concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.

Concel. 4: (Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:)


Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos,
que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea
de los santos apó stoles y má rtires Juan el Bautista, Esteban,
Matías y Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro,
Felicidad y Perpetua, Á gueda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia,
y de todos los santos; y acéptanos en su compañ ía,
no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.
Por Cristo, Señ or nuestro.

Obispo: Por quien sigues creando todos los bienes,


los santificas, los llenas de vida, los bendices
y los repartes entre nosotros.
Obispo: Por Cristo, con É l y en É l,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
Sr. Obispo:
Con inmensa alegría y agradecimiento al Padre Misericordioso por
el don que ha hecho hoy a nuestra Iglesia Diocesana de Ibarra,
cantemos juntos en la lengua de nuestros padres, la oració n que
Jesú s nos enseñ ó :
Ñukanchik punchapi, mikuna
Ñukanchik Yaya, hawa pachapi tantata, kunan punchapash
tiyakuk, Kanpak shutika karaway; Ñukanchik
muchashka kachun; kanpak huchakunata kishpichi,
hatun Ushay, ñukanchikman imashinami ñukanchik
shamuchun, piñachiwakkunata kishpichinchik,
munaykilla rurarichun, kay ama huchanayaypi, urmachun
pachapi hawa pachapi shina. sakichu, Tukuy llakimanta
ñukanchikta wakaychi.
Sr. Obispo:
Líbranos de todos los males, Señ or,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbació n,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Asamblea:
Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señ or.
Sr. Obispo:
Señ or Jesucristo,
que dijiste a tus apó stoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
RITO DE LA PAZ
Sr. Obispo:
La paz del Señ or esté siempre con ustedes.

Asamblea:
Y con tu espíritu.
Diácono:
Dense fraternalmente la paz.
Todos se dan la paz.

Agnus Déi, qui tóllis


peccáta mundi: Miserére nóbis.
Agnus Déi, qui tóllis
peccáta mundi: Miserére nóbis.
Agnus Déi, qui tóllis
peccáta mundi:Dóna nóbis pácem.
Cordero de Dios, que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado


del mundo, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado


del mundo, danos la paz.
Sr. Obispo:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señ or.
Asamblea:
Señ or, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

COMUNIÓN

nada soy./ (bis)


Aunque yo dominara
las lenguas arcanas Aunque yo desvelase
y el lenguaje del cielo los grandes misterios
supiera expresar, y mi fe las montañ as
solamente seria pudiera mover,
una hueca campana no tendría valor,
si me falta el amor. ni me sirve de nada
si me falta el amor.
/Si me falta el amor,
no me sirve de nada. CRISTOPAK TANTANAKUYKA
Si me falta el amor, (El encuentro con Cristo)
nada soy./ (bis) 1. Cristopak tantanakuyka
mishki tantata kuwan,
Aunque todos mis bienes chayka Diospak shimika
dejase a los pobres ñ ukanchik tantamari.
y mi cuerpo en el fuego 1. En el encuentro con Cristo
quisiera inmolar, Un Pan delicioso se nos da.
todo aquello sería El Verbo Divino
una inú til hazañ a el Pan nuestro será .
si me falta el amor
/Mana tamyak chakishkalla
/Si me falta el amor, uksha urku kanchik /
no me sirve de nada. Kanpak Khimi tamyachikpi
Si me falta el amor, tukuyllami sisanka./
4. Es la biblia una carta
2. Kanpak Shimi ñ ukanchipak que el Señ or nos entregó
purinapi punchayachin, la Madre Iglesia nos revela
/katishpaka tutapi la Palabra de Dios.
mana urmanchimanchu./
3. Kanpak Shimi kuchuk shina 5. Semilla de vida eterna
ishkay manñ awan kuchun, tu Palabra es Señ or.
/tukuy millay shunkuta Tú mismo la siembras
kuchuchipankiyari./ En nuestro corazó n
ADORO TE DEVOTE
4. Cristo tantanakuy-Mama 1. Con devoto anhelo vengo a Ti,
Dios-Shimita yachachin, Señ or, / hacia Ti me llevan fe,
/Biblia-killkay-Shimita piedad y amor. / Tu grandeza
Apunchik, kachawarka./ oculta quiero contemplar / bajo las
especies del vino y el pan.
5. Kanpak Shimi Apunchik Dios 2. Vista, tacto y gusto poco nos
wiñ ay kawsaypak muyu, valdrá n, / mas la fe nos dice que
/kanllamari ñ ukanchik presente está s. / En la Santa Cena
shunkupi tarpukunki./ tu Palabra obró / este gran
prodigio digno de tu amor.
Sin la lluvia só lo somos
Un seco pajonal. 3. Si en la cruz se oculta tu
divinidad, / aquí no aparece ni tu
Si llueve tu Palabra
humanidad; / ambas confesando
Todo florecerá . pídote perdó n / por todas mis
culpas, como el buen ladró n.
2. Tu Palabra es la luz
en nuestro caminar. 4. Sin ver las heridas que Tomá s
Si la sigues en la noche miró , / Dios y Señ or mío te confieso
No te caerá s. yo. / Haz que cada día crezca má s
en mí, / la fe, la esperanza y el amor
a Ti.
3. Cual machete de dos filos
tu Palabra, oh Señ or, 5. Pan que nos recuerdas del Señ or
corta todo lo malo la cruz; / pan que das al hombre
en nuestro corazó n. nueva vida y luz; / quien de Ti se
nutre ya no morirá / y la luz eterna 7. Si en el pan y el cá liz hoy oculto
lo transformará . está s / pueda al fin sin velos
contemplar tu faz, / y que de tu
6. Somos pecadores, ¡oh, Señ or gloria todo resplandor, / goce
Jesú s!, / y podrá s salvarnos eternamente junto a Ti, Señ or.
solamente Tú . / Lá venos tu Sangre
de toda maldad, / Sangre que
redime a la humanidad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Sr. Obispo: Oremos


Concede, Señ or, a tus siervos,
fortalecidos por el alimento y la bebida celestiales,
procurar tu gloria y la salvació n de los creyentes,
siendo siempre fieles ministros del Evangelio,
de los sacramentos y la caridad.

Por Jesucristo, nuestro Señ or.


R. Amén.

ORACIÓN POR EL SÍNODO DIOCESANO

PADRE NUESTRO que está s en Iglesia pobre para los pobres.


el cielo, tú nos amas
intensamente. Y quieres que SEÑOR JESÚS, queremos
todos te conozcan para que caminar contigo. Para renovar
sientan que los amas y fortalecer la fe, y hacer crecer
Nuestra dió cesis de Ibarra está el Reino de la justicia
trabajando en tu mies, Siguiendo tus huellas de
Y experimenta en el gozo de la Misericordia.
comunió n tu divina Presencia, Por eso, convocados por
Y, con entusiasmo y humildad, nuestro Obispo Valter,
quiere ser siempre mas
Nos reunimos en Sínodo, tu Vida personal, social y política.
Iglesia, Casa de comunió n y de Para ella, te necesitamos a ti,
puertas abiertas, Camino de Padre de la Caridad,
salida misionera hasta los Te necesitamos a ti, Jesucristo
extremos confines humanos Resucitado, Camino, Verdad,
Y geográ ficos de la tierra. Vida y Buen Pastor
Que caminas delante de
ESPÍRITU SANTO, animados a nosotros, te necesitamos a ti,
participar como un solo cuerpo Espíritu Santo Dador de Vida.
En el anuncio del Evangelio al SANTA MARÍA, MADRE
hombre de este nuestro NUESTRA, y ARCÁ NGEL SAN
mundo, Especialmente a los MIGUEL,
pobres y excluidos. Acompañ en nuestro camino
Haznos creíbles testigos de la sinodal.
Resurrecció n de Jesú s AMÉ N
Y constructores de unidad en
todos los ambientes de nuestra
Obispo: Nuestro pensamiento se dirige ahora a la Madre de la
Misericordia. Le pedimos a la Señora que la dulzura de su mirada
acompañe siempre a estos hijos suyos que han sido ordenados hoy:

Salve, Regina,
Mater misericordiae,
vita dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules filii Evae,
ad te suspiramus, gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte;
et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
Amen.
RITO DE CONCLUSIÓN

Diácono:
Inclínense para recibir la bendició n.

Sr. Obispo:
Dios, que dirige y gobierna a la Iglesia,
los proteja siempre con su gracia
para que desempeñ en fielmente su ministerio.
R. Amén.

Sr. Obispo:
El que les confió a ustedes, diaconos,
la misió n de predicar el Evangelio de Cristo,
les ayude a vivir segú n su Palabra,
para que sean testigos sinceros y fervorosos.
R. Amén.

Sr. Obispo:
Y a ustedes, presbíteros, los haga verdaderos pastores,
que distribuyan el pan vivo y la palabra de vida,
para que los fieles crezcan má s
en la unidad del cuerpo de Cristo.
R. Amén.

Sr. Obispo:
Y a todos ustedes, aquí presentes,
los bendiga Dios todopoderoso,
Padre,  Hijo  y Espíritu  Santo.
R. Amén.
Diácono:
Pueden ir en paz
R. Demos gracias a Dios.
CANTO DE SALIDA

Nos envías por el mundo


a anunciar la Buena Nueva,
//mil antorchas encendidas
y una nueva primavera.//

Si la sal se vuelve sosa


¿quién podrá salar al mundo?
// Nuestra vida es levadura,
nuestro amor será fecundo//

Siendo siempre tus testigos


cumpliremos el destino.
// Sembraremos de esperanza
y alegría los caminos. //

Cuanto soy y cuanto tengo


la ilusió n y el desaliento.
// Yo te ofrezco mi semilla
y Tú pones el fermento. //

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