Leyenda Nahua

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Dice la leyenda Nahua, según la tradición prehispánica, hace muchos años no se

conocía el fuego, las personas debían comerlo todo crudo, su vida era muy difícil. En
las noches de invierno, cuando el frío descargaba sus rigores en todos los confines de
la sierra, hombres, mujeres, niños y ancianos, padecían mucho. Sólo deseaban que las
noches terminaran pronto para que el sol, con sus caricias, les diera el calor que tanto
necesitaban. La gente principal, se reunían a discutir sobre la forma de tener algo que
les proporcionara calor y cociera sus alimentos.

Un día, el fuego se soltó de alguna estrella, y se dejó caer en la tierra provocando el


incendio de varios árboles. Entonces los quinamentin (gigantes) de la montaña,
enemigos de ellos, apresaron al fuego y no lo dejaron extinguirse. Nombraron
comisiones que se encargaron de cortar árboles para saciar su hambre, porque el
fuego era un insaciable devorador de plantas, animales y todo lo que se ponía a su
alcance.

Para evitar que la gente pudiera robarles su tesoro, organizaron un poderoso ejército
encabezado por el tigre. Varios pobladores hicieron el intento de robarse el fuego, pero
murieron acribillados por las flechas de sus enemigos.

Estando en una cueva, el venado, el armadillo y el tlacuache tomaron la decisión de


proporcionar a los hombres tan valioso elemento, pero no sabían cómo hacer para
lograr su propósito. Entonces, el sabio tlacuache, que era el más abusado de todos,
declaró:

- Yo, el tlacuache, me comprometo a traer el fuego.

Hubo una burla general hacia el pobre animal. ¿Cómo iba a ser que ese animalito, tan
chiquito, tan insignificante, tan falto de movilidad, fuera a traer el fuego? Pero éste,
muy sereno, contestó así:

- No se burlen, como dicen por ahí, “más vale maña que fuerza”; ya verán cómo
cumplo mi promesa. Sólo les pido una cosa, que cuando me vean venir con el fuego,
entre todos me ayuden a alimentarlo.

Al atardecer, el tlacuache se acercó cuidadosamente al campamento donde tenían


resguardado el fuego y se hizo bola. Así pasó siete días sin moverse, hasta que los
guardianes se acostumbraron a verlo. En este tiempo observó que, con las primeras
horas de la madrugada, casi todos los guardianes se dormían. El séptimo día,
aprovechando que sólo el tigre estaba despierto, se fue rodando hasta la hoguera. Al
llegar, metió la cola y una llama enorme iluminó el campamento. Con el hocico tomó
una brasa y se alejó rápidamente.

Al principio, el tigre creyó que la cola del tlacuache era un leño; pero cuando lo vio
correr, empezó la persecución. Éste, al ver que el tigre le pisaba los talones, cogió la
brasa y la guardó en su marsupia. Pero la velocidad del tigre se impuso y alcanzándolo
lo pisoteó, le machacó los huesos, lo sacudió y lo arrojó. Seguro de haberlo matado,
regresó a cuidar el fuego. El tlacuache rodó y rodó, envuelto en sangre y fuego; así
llegó donde la gente y los animales lo estaban esperando. Moribundo, desenroscó la
cola y entregó el tizón, los principales inmediatamente encendieron hogueras, y
alimentaron al fuego por siempre.

El tlacuache fue nombrado el héroe de la humanidad, aquel que no tiene defensas


naturales lo compensa con el uso de la inteligencia, desde aquel acto valiente todavía
muestra la cola pelada.
¡La inteligencia es la mayor de todas las defensas, la mayor arma que puede tener
cualquier ser vivo! Úsala!
MAMÁ ESCRIBE CUENTOS

Mi madre se llama Rocío y es muy guapa, cariñosa, educada y trabajadora.


Cuando era pequeña le gustaba mucho leer. Siempre quería que le regalaran libros. En el
colegio era la niña que más libros sacaba de la biblioteca y por eso todos los años le daban
un diploma y un libro de regalo en la fiesta de fin de curso.

Un día su señorita le dijo que había un concurso de narración y que debería participar,
porque de tanto leer libros había aprendido a escribir requetebién.

Mi mamá, que entonces era una niña, hizo caso a su “seño”. Escribió un cuento breve y lo
presentó al concurso. Le dieron el primer premio y le regalaron un viaje a Madrid.

Desde entonces, mamá siguió escribiendo, animada por su profesora, y hoy día es una
escritora muy importante. Siempre escribe historias divertidísimas para niños, como “El
patín encantado”, “La bicicleta se pinchó”, “La bruja Maruja”, “El hada salada”, “Un cole
hecho con libros”.

1.- Esta historia, ¿quién la ha escrito?

2.- ¿Cómo se llama la protagonista de la historia?

3.- ¿Cuándo le entregaban el diploma?

4.- ¿Por qué le entregaban un diploma?

5.- ¿Quién le animó para presentarse al concurso de narración?

6. Podemos decir que la protagonista es una:


a) escribidora b) bibliotecaria c) escritora d) educadora

7.- En uno de los cuentos que escribió la mamá aparece una “varita mágica”. ¿En qué cuento?

8.- En otro cuento aparece una “escoba voladora”. ¿En qué cuento?

9.- En otro cuento, el protagonista acaba en un taller. ¿En qué cuento?

10.- ¿Qué te gustaría a ti ser de mayor? ¿Por qué?

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