Diplo Módulo2
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Diplo Módulo2
Cuerpo Docente:
Mirta Juana Miranda
Rosa Mabel Dominguez
Carga horaria:
15 horas en total:
Virtual sincrónico: 9 horas presenciales y 6 horas no presenciales.
Viernes de 18:00 a 21:00. 29/09- 06/10- 20/10- 27/10
Utilizar Mentimeter para elaborar un gráfico sobre tipo de documentos que podemos
encontrar en los archivos, bibliotecas, museos, centros de documentación
Para trabajo final del Módulo:
Desarrollar una propuesta de mejora de un archivo. Puede tratarse de un local, un sector,
un edificio completo destinado a ese uso.
Para ello, deberá tener como punto de partida el estado del archivo y valerse de los
contenidos desarrollados en el Eje nº 2 (tercera parte), el que servirá de apoyo para
proponer las mejoras. Es decir, usted contrastará la teoría con la realidad.
Le sugerimos trabajar realizando una breve descripción de la situación concreta del
archivo a analizar y luego redactar la correspondiente propuesta de mejora en ítems
tales como:
ubicación y accesos,
infraestructura e instalaciones,
iluminación y luminarias,
condiciones ambientales,
seguridad y prevención de catástrofes.
Génesis.
Carácter seriado.
Exclusividad.
Interrelación.
Nos preguntamos, entonces: ¿qué pasa con aquellos documentos que conviven con los
documentos de archivo y forman parte de la documentación con la que trabajamos a
diario?
Documentos de apoyo
Todas las instituciones producen y reciben documentos denominados documentos de
apoyo a la gestión o de apoyo informativo. Éstos no constituyen documentos de
archivo, pero son conservados en las oficinas por ser de utilidad para la resolución de
los asuntos o temas diarios. Es decir que, tal y como su nombre lo indica, son
documentos que ayudan a la resolución de la tramitación de los asuntos cotidianos.
Algunos ejemplos de ellos son las copias de reglamentaciones, duplicados de ejemplares
de Boletines Oficiales, folletería, etc.
Ana Duplá del Moral (1996), archivera y docente española, especifica las diferencias
entre los documentos de archivo y la documentación de apoyo informativo al afirmar
que los primeros están constituidos por el "conjunto de testimonios (o fuentes
primarias de información) de las actuaciones de una institución o de las personas"; en
tanto, los documentos de apoyo informativo son aquellas fuentes de información
secundaria que requieren o utilizan las instituciones o individuos. Los documentos de
archivo se producen uno a uno, como consecuencia de una actividad determinada y por
tanto, son el reflejo "más de la identidad individual de cada testimonio". Es decir, dan
testimonio y son prueba de actos. En tanto, los documentos de apoyo informativo suelen
presentarse como un conjunto informativo "más difuso y más ajustado en relación a lo
que supone la información" (p. 104).
A manera de ejemplo, les ofrecemos el siguiente cuadro que visualizar con mayor
claridad las diferencias establecidas entre unos y otros:
Finalmente, podemos decir que, los documentos de apoyo informativo son aquellos
documentos que elaboran o reciben las oficinas con la intención de facilitar la gestión de
los asuntos que les competen. Por lo tanto, dicha documentación tiene la particularidad
de contener información transitoria, a la vez que carece de valor legal o histórico.
Ahora bien, para poder establecer con mayor certeza cuáles documentos son de archivo
y deben recibir tratamiento archivístico, de aquéllos que no lo son, debemos tener en
cuenta otros aspectos de relevancia, que les presentamos a continuación.
Los caracteres internos y externos de los documentos
Theodore Schellenberg (1965), reconocido archivero norteamericano, creador de la obra
“Archivos modernos: Principios y técnicas” enunció y normalizó una serie de elementos
a considerar para reconocer los documentos de archivo de aquellos que no lo son y, que
complementan a los enunciados previamente.
Este reconocido autor, sistematizó los llamados "caracteres" de los documentos,
considerando su estructura física (caracteres externos) y su contenido sustantivo
(caracteres internos), permitiendo así, un mejor control y tratamiento archivístico eficaz
y económico de los documentos de archivo, por parte de las instituciones productoras.
Entre los caracteres externos (estructura física), es importante considerar aspectos tales
como: la clase o manera en que se transmite el mensaje (textual, sonoro, iconográfico,
etc.), el tipo (resultado de la acción que representa), formato (la manera de unirse
información y soporte: por ejemplo: papel, cinta, etc.), la cantidad (referido al número
de unidades y el espacio que ocupan expresado en metros lineales, cuadrados, cúbicos)
y la forma (original o copia). En lo que respecta a los caracteres internos (contenido
sustantivo), es necesario tener en cuenta a la entidad productora, los orígenes
funcionales o motivos que dieron origen al documento, la fecha y el lugar de creación y
el contenido sustantivo o asunto que trata el mismo.
Los documentos y los soportes
Como ya expresamos, el soporte no es el único elemento a considerar para determinar si
un documento es de archivo o de apoyo a la gestión, sin embargo hay que tener en
cuenta que éste constituye la base sobre la que se registra la información, por lo que su
conservación y cuidado revisten especial relevancia.
No olvidemos también, que con el paso del tiempo los soportes han ido cambiando;
podemos ver cómo desde la invención del papel en el siglo XII, éste fue sustituyendo al
papiro y al pergamino. Actualmente nos encontramos con los denominados nuevos
soportes, llamados así no tanto por novedosos (digitales y electrónicos), sino por ser
diferentes al tradicional (papel). En el caso de este último, la transmisión de la
información se realiza de forma directa al usuario, en tanto los documentos en nuevos
soportes necesitan de una máquina para acceder a la información que contienen.
Estas nuevas formas de registro exigen mayor cuidado y control sobre los documentos,
para evitar la pérdida de la información. Para quien se desempeña en archivos, estos
avances exigen tomar conciencia de las dificultades que conllevan estos nuevos
soportes, no sólo en los aspectos referidos a conservación y almacenamiento, sino
también en lo relativo a futuros inconvenientes jurídicos referidos a su autenticidad y
valor probatorio.
Nos preguntamos:
¿Estamos preparados para determinar qué documentos – en nuevos soportes- son
auténticos y cuáles no? ¿Con qué herramientas contamos para su seguimiento y control?
¿Quién o quiénes tienen a su cargo la responsabilidad de determinar qué documentos
serán eliminados y cuáles han de permanecer en el tiempo? Estos interrogantes forman
parte de algunas cuestiones que hemos de considerar al momento de trabajar con
documentos de archivo en nuevos soportes.
Como habíamos expuesto, hasta hace poco tiempo había dos posturas claramente
diferenciadas respecto al ámbito de actuación del archivero o responsable de un archivo:
el ámbito administrativo y el histórico.
A partir de las teorías archivísticas comentadas, el rol pasivo del archivero evoluciona
de mero conservador y receptor de documentos al profesional responsable de la
planificación y puesta en marcha de programas de tratamiento y gestión de documentos,
con criterios de economía y eficacia a fin de que las instituciones productoras accedan a
la información en el cumplimiento de sus funciones.
El archivero, afirma Moro Cabero (2004) emplea diferentes métodos según sea la
organización y el archivo en que se ubica. “La especificidad de su actuación lejos de
servir de obstáculo para el desarrollo profesional debe ser analizada como factor
enriquecedor, conformando el contrapunto de una disciplina que por su juventud carece
de un cuerpo teórico uniforme a la par que arrastra una práctica y un "saber hacer"
milenarios”.
Resumen
A modo de resumen:
Todas las instituciones, públicas o privadas, generan documentos de archivo y
documentos de apoyo a la gestión.
El archivo conserva y organiza documentos de archivo.
Los documentos de apoyo a la gestión nunca deberán ser enviados al archivo. Deberán
ser conservados en las oficinas mientras sean de utilidad.
Los documentos de archivo pueden ser reconocidos por sus caracteres internos y
externos.
El Ciclo Vital de los Documentos se corresponde con la Teoría de las tres edades y
propician la implementación de programas de tratamiento documental.
La Teoría del Continuo establece responsabilidades e incorpora el concepto de
Archivística integrada en el tratamiento de la documentación.
La presencia del Archivero garantiza el correcto tratamiento de la documentación con
métodos archivísrticos y la posibilidad de su posterior consulta por parte de las
organizaciones.
La gestión de documentos de archivo implica la creación y puesta en marcha de
programas específicos a corto, mediano y largo plazo.