Experimentando El Cielo
Experimentando El Cielo
Experimentando El Cielo
INTRODUCCIÓN:
Todos los creyentes que esperamos y creemos en la Segunda Venida de Jesús para restaurarnos y
darnos un nuevo cielo y una nueva tierra para vivir ya sin pecado, deseamos de corazón que esto
ocurra ya. Nos enfocamos en ese futuro prometedor, esa esperanza incomparable que se nos ha
prometido y proyectamos todas nuestras energías y pensamientos hacia allí y hacia lo que
disfrutaremos una vez estemos allí. En familia, hablamos a nuestros hijos de que:
Sin embargo
¿OS HABÉIS PUESTO A PENSAR QUE QUIZÁS EL PLAN DE DIOS AL PERMITIR QUE NAZCAMOS EN ESTE
MUNDO ES QUE PODAMOS EMPEZAR A EXPERIMENTAR EL CIELO YA DESDE AQUÍ, DESDE LA TIERRA,
INCLUSO EN UN MUNDO DE PECADO?
¿NO SERÁ QUE DIOS NO QUIERE QUE TENGAMOS QUE ESPERAR AL CIELO PARA QUE TODOS, CON
NUESTRAS DIFERENTES MODALIDADES DE FAMILIA, EMPECEMOS A EXPERMIENTAR LA FELICIDAD, LA
PAZ, EL GOZO QUE SE NOS PROMETE EN EL CIELO?
DESARROLLO
“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y
esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador”.
De la misma manera, lo que dice el texto es que: Nuestras familias y cada uno de nosotros
individualmente como familia de Dios, somos ciudadanos del cielo. OJO, no dice que
seremos cuando Cristo venga, sino que ya lo somos, entonces, si es así, lo que Dios espera es
que nosotros vivamos de tal forma que podamos representar lo que es el Reino de Dios que
es Cristo, de tal manera que los demás que nos vean quieran también conocer e incluso
disfrutar de esa ciudadanía. Experimentar el cielo aquí es equivalente a ser ciudadano del
cielo, y por consecuencia, experimentar el cielo aquí en la tierra, debe ser una
representación de cuánto deseamos como familia e individuos, cuánto anhelamos que
regrese Jesús.
Yo no tengo dudas de que el cielo puede comenzar exactamente ahora y en la medida que
disfrutamos de nuestra vida terrenal en la atmósfera celestial, nos estaremos preparando
mucho mejor para vivir en el reino de Dios cuando Cristo venga a buscarnos en su segunda
venida.
B- ELLEN WHITE CORROBORA ESTA IDEA CUANDO ESCRIBE EN EL LIBRO SERVICIO CRISTIANO
P. 159:
“Nuestro Salvador desea que confiemos en él, que creamos tan plenamente
en sus palabras y que traigamos el cielo a nuestras vidas aquí en la tierra”.
C- La propuesta que Dios nos hace en esta mañana, es cómo conseguir esto en
nuestros hogares, en nuestras familias y en la iglesia, la gran familia de Dios:
“Si nuestra vida está escondida con Cristo en Dios podemos tener el
cielo en nuestro corazón y en nuestro hogar. De esa manera podemos
brindar gozo y solaz en la vida de otros. El gozo de Cristo permanecerá
en nosotros y nuestro gozo será cumplido”
Tiene doble objetivo: para nosotros y para todos los que puedan ver en
nuestros hogares y vidas, en nuestra iglesia ese gozo sincero que brota
de un alma agradecida, confiada y serena.
Este texto nos está diciendo que lo que guardamos en nuestro corazón,
aquí en esta tierra, dice dónde está nuestro tesoro. Que lo que cultives
aquí en tu hogar, en tu persona, en tu iglesia, en cuanto a tus actitudes,
comportamientos, es lo que cosecharás y que este tesoro que acumules
es lo que tendrás en tu mano para llevar al cielo cuando Jesús regrese
en su segunda venida.
“Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los
ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes
deben perdonar a otros”
III – CONCLUSIÓN
El virus del pecado todavía continua y en cuanto tengamos que vivir en este
mundo vamos a tener que convivir con ese terrible mal. Pero vimos que hay ac-
ciones que nosotros podemos practicar en familia y vivir hoy en la atmósfera del
cielo.
Con esto, seguro que cuando venga Jesús, y junto con nuestras familias lo
esperemos para irnos gozosos con él, será una continuación de lo que ya
hemos experimentado en esta tierra. Viviremos antes de ese momento, parte
de las delicias del cielo, a pesar de estar rodeados de un mundo de pecado y
dolor.
Si, llegará el tiempo en que Cristo volverá en las nubes de los cielos y nos
llevará al reino celestial y estaremos para siempre con el Señor y viviremos no
solo la atmósfera celestial, sino que viviremos la realidad de vivir al lado de
quien tanto nos amó y se entregó por nosotros para que tengamos la
salvación y la vida eterna. Pero mientras tanto, pidamos a Dios la bendición
de poder experimentar ese cielo, ese día, esa eternidad aquí en la tierra, en
nuestros hogares y en nuestra iglesia.