Xvii Leyes Del Derecho Romano

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Universidad Tecnológica de Honduras

Alumno: Diana Lizeth Baquedano Mendoza

Asignatura: Derecho Romano

Catedrático: Abogado Roberto Carlos Mendoza Alvarado

Trabajo: ENSAYO XVII LEYES DEL DERECHO ROMANO

Número de cuenta: 20230110240

Número de Aula:204

Choluteca 9 de octubre de 2023


Introducción

En el siguiente ensayo, nos embarcaremos en un intrigante viaje a través de la historia


para explorar uno de los fundamentos más sólidos del antiguo derecho romano: las
Leyes de las XII Tablas. Acompáñennos en este recorrido histórico mientras
desentrañamos los orígenes, la estructura y el impacto de este antiguo código legal que
dejó una huella indeleble en la evolución del sistema legal romano y en la historia del
derecho en general. Desde su contexto histórico hasta sus implicaciones en las
relaciones familiares, la propiedad y el derecho penal, estas tablas reflejan la lucha de la
sociedad romana por la claridad y la equidad en su sistema legal. A medida que
exploramos este fascinante documento, descubriremos cómo las XII Tablas sentaron las
bases para un enfoque más accesible y equitativo de la justicia, lo que influyó en la forma
en que se desarrolló el derecho en la antigua Roma y su impacto duradero en el mundo
legal.
Historia

La Ley de las XII Tablas (Lex duodecim tabularumni o Duodecim tabularum leges) fue un
texto legal que contenía normas para regular la convivencia del pueblo romano.
También recibió el nombre de Ley decenviral. Por su contenido, se dice que pertenece
más al derecho privado que al público. Fue el primer código de la Antigüedad que
contuvo reglamentación sobre censura (pena de muerte por poemas satíricos). La ley se
publicó al principio en doce tablas de madera y, posteriormente, en doce planchas de
bronce que se expusieron en el Foro. Debido a que no queda indicio alguno de su
existencia, algún autor ha llegado a sugerir que no existieron.

No obstante, su desaparición puede explicarse por el saqueo que sufrió Roma hacia el
año 390 a. C. por parte de los galos. Se cree que se destruyeron y, por algún motivo, no
se reprodujeron con posterioridad. Esta teoría parece estar apoyada por las abundantes
referencias que de ellas hacen los autores antiguos. El historiador Tito Livio dijo de ellas
que eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público como privado. Por su parte,
el orador y abogado Cicerón afirmó que los niños aprendían su contenido de memoria.

Al estar estas leyes expuestas públicamente, estaban libres (al menos teóricamente) de
las malas interpretaciones de sus custodios, pues parece que anteriormente los pocos
que conocían las leyes las interpretaban manipulándolas a su favor. Ya en época
imperial, estas leyes, pensadas para todos los ciudadanos, fueron las bases jurídicas del
Imperio romano, pues todos estaban bajo ellas en cualquier rincón del Imperio.

Durante los tres primeros siglos de Roma, el derecho privado tenía su fuente única en
usos vigentes entre los fundadores de la ciudad, que había pasado, por tradición, de las
poblaciones primitivas a la nación nueva. A estas costumbres se les conoce como mores
majorum (costumbres de los mayores, o costumbres de los antepasados). Se puede
decir que, en este periodo, el derecho privado solo tiene una fuente cierta, la costumbre.
La falta de precisión y esclarecimiento de sus reglas favoreció al arbitrio de los
magistrados patricios encargados de la administración de la justicia, y no solamente en
el derecho privado, sino también en la represión de crímenes y delitos. Los tribunos, que
fueron los intérpretes de las reclamaciones de la plebe, pidieron la redacción de una ley
que rigiera igualmente para todos los ciudadanos. Después de diez años de resistencia,
los patricios cedieron: el Senado y los tribunos acordaron redactar una ley aplicable a
los dos órdenes. Esta ley fue la de las XII Tablas.

Creación de las Doce Tablas

La elaboración de la Ley de las XII Tablas, se produjo a mediados del siglo v a. C., gracias
a la insistencia de un tribuno de la plebe llamado Terentilio Arsa a partir de 464 a. C. (ver
Secessio plebis), y no fue hasta 454 a. C. cuando el Senado republicano decidió enviar
una comisión de tres magistrados a Atenas para conocer la legislación del gobernante
griego Solón, inspirada por el principio de igualdad ante la ley.

Tres años después a la vuelta de esta comisión, se suspendieron las magistraturas y el


Senado decidió constituir otra comisión integrada por diez patricios que se llamaría
Decenvirato, presidida por un cónsul para la elaboración de la ley. Esta comisión
gobernó y trabajó en la redacción durante un año para las diez primeras tablas,
terminadas en 451 a. C. Sin embargo, como no había sido terminada la labor de redactar
todo el derecho existente, se conformó un segundo decenvirato que gobernó de manera
tiránica y fue depuesto por un levantamiento, quedando reinstaurado el consulado.
Únicamente redactaron dos tablas.

Finalmente, para que no se dijera que los patricios usaban a su favor la ignorancia de la
plebe sobre el texto de las tablas, pues esta había sido una de las razones por las que
insistieron en la redacción de las Tablas, éstas fueron colocadas en el Foro romano para
que todos las vieran, por orden de los dos primeros cónsules después de los
decenviratos: Lucio Valerio y Marco Horacio.
Autores

El decenvirato fue una institución de la República romana, que tuvo lugar en el siglo V a.
C. Se trata de una magistratura extraordinaria que dispone de poder consular, creada
en el cuadro de la lucha entre patricios y plebeyos, y que reemplaza al colegio de
cónsules.1 Una vez acabada su misión, el segundo colegio de decenviros trató de
mantenerse (ilegalmente) en el poder, pero la magistratura fue abolida, permitiendo la
vuelta de los cónsules a la cabeza del Estado.

Los decenviros tenían funciones judiciales o religiosas; puntualmente en este último


aspecto, con el sacerdote que interpretaba los libros de la sibila. En un principio, los
decenviros ejercieron la autoridad suprema, los cónsules quedaron sujetos a ésta y
como contrapartida se eliminó la figura de los tribunos de la plebe.

La misión de los decenviros era redactar nuevas leyes para regular las relaciones entre
los ciudadanos, normativa que tomó cuerpo en la Ley de las XII Tablas. En los dos años
que se mantuvo, fue ocupada por dos colegios sucesivos. El primero, formado por
patricios, fue presidido por Apio Claudio Craso y las leyes que redactó fueron inscritas
en diez tablas.

El segundo, formado por patricios y plebeyos, y con la misma presidencia, fue menos
efectivo, pues su labor se limitó a dos tablas; además, estuvo lastrado por ambiciones
personales, y al término del año de su gobierno sus componentes se negaron a dimitir,
como era normativo. Finalmente, el decenvirato cayó y se volvió al sistema tradicional
del doble consulado.

Al regreso de los senadores, se llegó a una solución de compromiso, nombrando una


comisión de diez legisladores, (de ahí el nombre de decenviros), que bajo la presidencia
de Apio Claudio, redactaron la Ley de las XII Tablas, la cual constituyó la base del Derecho
Romano.
Según Dionisio de Halicarnaso, los decenviros fueron escogidos entre los patricios, pues
el Senado estimaba que eran los únicos que podían proponer leyes. Pero este principio
no es siempre aplicado por Tito Livio, ni por los Fastos capitolinos. Así, parece poco
probable que el primer colegio haya estado formado solo por patricios; ciertos nombre,
como Genucius o Minucius, según las fuentes, son plebeyos. Sin embargo, aunque la
composición fuese mixta, los patricios consiguieron reservarse un lugar preponderante,
y asegurarse así el control de las decisiones.

Según las fuentes antiguas, el primer colegio de decenviros gobernó con moderación
entre 451 y 450 a. C., y concluyó las diez primeras leyes, sometiéndolas a votación
popular de los comicios centuriados, y grabándolas en tablas de bronce o de madera.

En efecto, la relación de los Fastos no menciona a los cónsules en estos años, sino a una
magistratura colegiada compuesta de diez miembros, con el título de decemviri legibus
scribundis consulari potestate. La tradición la considera un éxito de la plebe en su
tradicional lucha con los patricios. Dicha magistratura dejaba en suspenso a todas las
demás y no era apelable.

Para completar estas leyes, se organizaron elecciones al año siguiente, para designar
nuevos decenviros. Apio Claudio se volvió a presentar, contrariamente a la costumbre
de no ostentar una magistratura dos años seguidos. Sin embargo, se hizo reelegir, tras
una activa campaña de propaganda. Dionisio de Halicarnaso afirma que el segundo
colegio contaba con tres plebeyos, lo que contradice a Tito Livio, que afirma que eran
todos patricios. Los decenviros empezaron a actuar en los idus de mayo de 450 a. C..

Durante este período, los decenviros abusaron de su poder, y gobernaron con


despotismo, despreciando a la plebe, e ignorando al Senado. Al cabo del año, añadieron
dos nuevas leyes a las precedentes, de donde surge el nombre de Ley de las XII Tablas.5
6 Según Diodoro de Sicilia, estas dos leyes no fueron añadidas hasta el año siguiente,
por los cónsules que sucedieron a los decenviros.
Las XII Tablas no forman un código legal, sino una sucesión de normas de todo tipo de
derecho: procesal, familiar, sucesorio, de propiedad, y penal, muchas de las cuales ya
existían con anterioridad. Fueron inscritas en doce tablas que estaban expuestas en la
curia en el foro romano, y su estudio era obligatorio. Su objetivo principal era sustituir
el derecho consuetudinario por el escrito, y no tanto obtener la igualdad jurídica, pues
se mantenía la desigualdad en algunas disposiciones, no sólo entre patricios y plebeyos,
sino también entre absidui y proletarii. El texto completo se ha perdido, pero el
contenido es conocido por la gran cantidad de fragmentos que han perdurado y que
permiten hacerse idea del conjunto.

Explicación de las tablas

Tablas I, II, III

Contendrían derecho procesal civil.

El procedimiento que regulan es el de las acciones de la ley, acciones judiciales que en


virtud de la Ley de las XII Tablas podrían ejercer los ciudadanos romanos para la defensa
de sus derechos. El proceso se caracterizaba por su excesivo formalismo, las partes
debían pronunciar determinadas palabras, a veces muy complicadas, obligatoriamente
si querían tener posibilidades de ganar el litigio o debían realizar ritos. Detrás de este
formulismo estaba el sentimiento religioso. Las acciones de la ley a saber eran
inicialmente cuatro: dos declarativas y dos ejecutivas. Las primeras: acción por apuesta
(sacramentum) y acción por petición de un juez o de un árbitro (postulatio iudicis). Estas
se caracterizaban por contemplar el mismo proceso, iniciado ante los pontífices (quienes
indicaban la fórmula solemne) más tarde ante un magistrado (quien se encargaba de
mediar la contienda entre las partes ayudando a determinar un juez privado) y por
último ante un juez (quien recibe la fórmula solemne y las pruebas preparadas). Las dos
restantes o ejecutivas: acción por aprehensión corporal (manus iniectio) y la acción de
toma de prenda o embargo (pignoris capio). Ambas guardaban rezagos pertenecientes
a la venganza privada, ya que en ellas se podía aplicar la fuerza o violencia para
recuperar lo debido.
Tablas IV, V

Regulan normas relativas a la tutela de menores de edad no sujetos a patria potestad al


haber fallecido su padre. Por igual contenían normas relativas a la curatela a fin de
administrar los bienes de aquellas personas pródigas, enfermos mentales o
discapacitados. También había normas para tutelar a las mujeres solteras una vez
fallecido el padre, de ellas se harían cargo familiares próximos.

En estas Tablas por primera vez se limita legalmente el poder absoluto del paterfamilias
sobre su familia. En relación con la mujer, se estableció el divorcio a favor de la mujer,
la mujer se divorciaba ausentándose durante tres días del domicilio conyugal con ese
propósito. En relación con los hijos, el paterfamilias perdía la patria potestad de sus hijos
si los explotaba comercialmente en tres ocasiones, ya que el hijo quedaba emancipado.

En materia de sucesiones, se da preferencia a la sucesión testada en relación con la


intestada. Si la sucesión era intestada la ley establecía como primeros herederos a los
herederos sui, de derecho propio, esto es los hijos y la mujer como una hija más. Si no
había herederos sui, heredaba el agnado más próximo al fallecido; aquellos parientes
que estuvieron sujetos con el fallecido a la potestad de un ascendiente común. Si
tampoco existían herederos agnados, heredaban los gentiles, aquellas personas con el
mismo gentilicio o apellido que derivaban de la misma gens que el fallecido.

Tablas VI, VII

Regulan el negocio jurídico del nexum, en la que el deudor asume la obligación de hacer
la prestación al acreedor, en caso de incumplir quedaría sometido a la potestad del
acreedor sin necesidad de sentencia judicial. El nexum fue derogado por la Lex Poetelia
Papiria. También regulan la stipulatio o sponsi, en la que el deudor asume la obligación
de hacer la prestación al acreedor y en caso de incumplimiento el acreedor podía
ejercitar una acción judicial para obtener una sentencia tras el juicio.

En el campo de los derechos reales se regularían la mancipatio y la en iure cessio,


negocios jurídicos que hacían posible la transmisión de la propiedad de la res mancipi
(medios de producción; capital, trabajo, fincas, edificios, esclavos, animales de tiro y
carga). Estos negocios estaban rodeados de solemnidades. El mero contrato de
compraventa no bastaba para transmitir la propiedad de cosas importantes, por lo que
había que realizar uno de estos dos negocios para que la propiedad se transmitiera de
modo pleno. La mancipatio consistía en realizar el negocio jurídico ante 6 testigos,
ciudadanos romanos varones y mayores de edad. La en iure cessio se realizaba ante el
pretor, que actuaba como el actual notario, dando fe pública del negocio. La usucapio
consistía en la adquisición de la propiedad de buena fe por el paso del tiempo y con justo
título (dos años para bienes inmuebles; un año para bienes muebles). En la Tabla VII
además se contendrían normas relativas a relaciones de vecindad entre fincas
colindantes. Contiene disposiciones referidas a las siguientes cuestiones: solares y vías
de comunicación; anchura mínima de las vías en las rectas y en las curvas; límites entre
fundos (terrenos); obligación de cortar las ramas del fundo colindante; posibilidad de
recoger frutos, etc.

Tablas VIII, IX

Se caracterizan porque contienen tanto normas muy arcaicas como normas modernas,
lo que refleja un periodo de transición. En estas Tablas aparece implícitamente la
distinción entre dos ámbitos del derecho penal, el derecho público y el derecho privado.
El público se ocuparía de los crimina o ilícitos penales que eran atentados contra el
pueblo romano, como el perduelio o traición al pueblo romano y de los ilícitos más
graves como el parricidium. Los crimina eran perseguibles de oficio y sancionados con
la pena capital o en su caso el exilio. El privado se ocuparía de los delicta, ilícitos privados,
de menos gravedad y de persecución a instancia de la víctima o de sus familiares. Estos
ilícitos eran castigados con pena pecuniaria a favor de la víctima, siempre dependiendo
de la gravedad del mismo. Delicta serían delitos de daños a bienes de terceros, el furtum
y la iniuria o delito de lesiones.

Tabla X

Derecho Sacro

Recoge una serie de normas que se refieren al orden de la vida interna de la ciudad. Se
prohíbe la incineración e inhumación de los cadáveres en la ciudad, se intenta así evitar
incendios, o que la presencia de un cadáver atente contra la salubridad pública. Se
prohibía también el excesivo lujo en los funerales.
Tablas XI, XII

Son las Tabulae Iniquae (Tablas de los injustos) lo que contiene este "cajón de sastre"
entre otras cosas, es la prohibición del connubium (matrimonio desde el punto de vista
jurídico, entre patricios y plebeyos). Posteriormente con la Lex Canuleia esta prohibición
queda abrogada. Los cónsules eran magistrados. Estas dos tablas no llegaron a
presentarse a los comicios. Las tablas XI y XII no se las puede agrupar bajo el mismo
derecho. La tabla XI se relaciona con el derecho penal, con especial hincapié en lo
criminal, y la tabla XII con el derecho privado.

Quienes se beneficiaron de las mismas

Las Doce Tablas estaban destinadas a resolver las disputas entre los miembros de la
aristocracia romana, pero también beneficiaban al pueblo llano (plebeyos), ya que ahora
podían remitirse a las leyes escritas y reducir la influencia indebida de los aristócratas
(patricios) y los sacerdotes (pontífices).

Logros

Su aprobación significó para los plebeyos una doble ventaja en primer lugar lograron
que el derecho fuera de conocimiento público pues, hasta ese entonces eran imprecisas
y los patricios las interpretaban o citaban a su capricho. En segundo lugar consiguieron
que el derecho sea común, pues sus reglas se aplicaron tanto a patricios como a
plebeyos. Las XII Tablas gozaron de extraordinario prestigio y respeto, teóricamente
siguieron en valor sin ser derogadas hasta la época de Justiniano aún cuando muchas de
sus normas ya no se aplicaban debido a la presencia del Derecho Pretoriano que había
introducido las reglas del Derecho Natural y la acción del pretor que neutralizaba con
sus interdictos y acciones la dureza del JUS CIVILE. Otro de los logros de Las XII Tablas
fue sin duda el hecho de haber logrado separar por primera vez en la historia universal
las reglas jurídicas de las reglas religiosas.
Además se alcanzó la precisión normativa de forma precisa y clara, sin ambigüedades,
adornos ni detalles irrelevantes. También se discute si solo se limitaron a plasmar el
derecho consuetudinario existente hasta su aprobación o si con Las XII Tablas se
introdujeron novedades, es indudable que gran parte de las normas que contienen las
tablas son anteriores a su presunta fecha de aprobación, sin embargo esto es ya es un
gran avance por haber quedado precisadas dichas normas mediante la escritura,
además contienen normas muy variadas que corresponde a diversas ramas del derecho
– Derecho Procesal, Derecho de Familias, sucesiones, Derechos Reales, Derecho Penal,
Etc. – lo cual la hace un cuerpo completo, esto no volvió a repetirse en Roma sino hasta
después del siglo V d.C.
Conclusiones

1. Origen y contexto: Las XII Tablas surgieron en respuesta a la necesidad de establecer


un marco legal claro y accesible para todos los ciudadanos romanos. La lucha entre
patricios y plebeyos desempeñó un papel importante en su promulgación.
2. Estructura y contenido: Estas tablas abarcaron una amplia gama de aspectos legales,
desde el derecho procesal civil hasta el derecho penal, pasando por cuestiones de
sucesión y propiedad. Su contenido se convirtió en la base del Derecho Romano.
3. Formalismo legal: La Ley de las XII Tablas estaba marcada por un excesivo
formalismo legal, donde las palabras y los rituales tenían un papel esencial en los
procedimientos judiciales.
4. Cambios en las relaciones familiares: Estas tablas introdujeron cambios significativos
en las relaciones familiares, limitando el poder absoluto del paterfamilias y
permitiendo el divorcio a favor de la mujer.
5. Derecho real y propiedad: Establecieron normas para la transmisión de la propiedad,
como la mancipatio y la en iure cessio, y reconocieron la usucapio como un medio
de adquisición de la propiedad.
6. Distinción entre derecho público y privado: Las tablas también marcaron una
distinción entre el derecho penal público y privado, clasificando los delitos en
consecuencia.
7. Cambios en las prácticas funerarias: Introdujeron regulaciones sobre las prácticas
funerarias, como la prohibición de la incineración e inhumación en la ciudad.
8. Legado duradero: Las XII Tablas dejaron un legado duradero al establecer el principio
de que las leyes debían ser conocidas públicamente y aplicarse por igual a todos los
ciudadanos. Además, su influencia se extendió a lo largo de la historia del derecho
romano y más allá.

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