Dsi Dufr-2020 - Unidad 2
Dsi Dufr-2020 - Unidad 2
Dsi Dufr-2020 - Unidad 2
DOCTRINA SOCIAL
DE LA IGLESIA
Autor:
▪ Dr. Mariano Gustavo Morelli
Tutor:
▪ Lic. Juan Pablo Berarducci
0
UNIDAD 2
Las Ideologías Sociales
DIPLOMATURA EN FORMACIÓN RELIGIOSA
///// DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
▪ el liberalismo individualista,
▪ el colectivismo o totalitarismo (dentro del cuál incluiremos al mar-
xismo, nacionalsocialismo y fascismo) y
▪ la social democracia.
Objetivos
▪ Identificar las diferentes posiciones ideológicas respecto del orden
social.
▪ Contrastar los postulados de una doctrina social cristiana con los
que proponen las ideologías más difundidas, y precisar la identi-
dad específica de la primera.
▪ Analizar críticamente las propuestas ideológicas sobre los princi-
pales temas sociales.
▪ Comprender las razones por las que se desarrollan y proliferan las
diversas ideologías.
Temario
▪ El realismo como método y las ideologías: metodología para el es-
tudio de la ética social.
▪ Las ideologías y sus denominaciones.
▪ La revolución francesa y las ideologías.
▪ El liberalismo individualista.
▪ Las ideologías totalitarias.
▪ El marxismo.
▪ El nacionalsocialismo.
▪ El fascismo.
▪ La Iglesia frente a las ideologías.
▪ Apéndice: Las ideologías y la historia argentina.
Mapa Conceptual
Introducción
El realismo como método y las ideologías: metodología para el estudio de la
ética social
Cuando se detecta que una teoría social no refleja de modo fiel y completo
la realidad sobre el ser y el deber ser de la sociedad, en virtud de las limita-
ciones de la inteligencia humana, o de la influencia de pasiones o intereses,
podemos llamarla “ideología”.8
8
Ernesto Palacio caracteriza a la ideología no por su carácter parcializado o interesado,
sino por su pretensión de implantar modelos artificiales y utópicos (Cfr. Palacio 1979). No-
sotros creemos que esa es una consecuencia, justamente, de haber aportado una visión
parcializada o fraccionada del orden social, mutilándole alguno de sus aspectos fundamen-
tales.
Las ideologías intentan torcer el orden natural, y con ello, son incapaces de
llevar al hombre y la sociedad a su perfección integral. Como enseña Widow
(1988: 179), “lo verdaderamente opuesto a una ideología no es otra ideolo-
gía de signo contrario, sino el orden propio de la existencia humana, de-
terminado por las leyes de la naturaleza y de la Redención”.
Por eso, a veces se asocia a cada posición con los siguientes postulados:
Izquierda Derecha
Búsqueda de Libertad
Búsqueda de Igualdad
Defensa del orden, la obediencia a la
Posiciones contestatarias frente a la
ley y la jerarquía
autoridad y las reglas sociales
Ser de izquierda es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras
que el hombre puede elegir para ser imbécil: ambas, en efecto, son for-
ma de la hemiplejia moral. Además, la persistencia de estos calificativos
contribuye no poco a falsificar más aún la "realidad" del presente, ya fal-
sa de por sí, porque se ha rizado el rizo de las experiencias políticas a
que responden, como lo demuestra el hecho de que hoy las derechas
prometen revoluciones y las izquierdas proponen tiranías (Prólogo, títu-
lo IV).
Liberal
Derecha Solidarista
Totalitaria
Liberal
Izquierda
Totalitaria
Como vemos, son diversos los criterios que se toman en cuenta para distin- "Mi actitud hacia el
progreso ha pasado
guir la “izquierda” y la “derecha”, y ello ha llevado a discusiones intermi- del antagonismo al
aburrimiento. Hace
nables sobre si determinada persona o corriente política es de derecha o de mucho tiempo que
izquierda. Lo cierto es que tales categorías, además de ser imprecisas, no he dejado de discutir
con la gente que
sirven para identificar adecuadamente las teorías sociales, que son muy prefiere el jueves al
variadas y con muchos matices. Tampoco resultan útiles para valorarlas; miércoles porque es
el jueves." (Chester-
por ejemplo, cambiar por cambiar no tiene sentido, el cambio se justifica si ton, Gilbert, New
es para mejorar, y por ello, calificar una posición como “conservadora y York Times Magazine,
2/11/23).
tradicionalista” o “progresista y revolucionaria” no tiene significación si no
Pese a tales daños, a veces las utopías tienen de positivo que alientan el
cuestionamiento de injusticias en el orden vigente, y como siempre pasa,
no dejan de poseer parte de verdad.
Si fuese tan irreprochable, no podríamos explicar cómo el Papa Juan Pablo Las fuentes históri-
cas revelan que los
II ha beatificado a 99 mártires asesinados por los revolucionarios franceses ejecutados luego de
por el sólo hecho de su Fe en Cristo, o cómo la Revolución francesa ejecutó juicio de la Inquisi-
ción en España
en 18 meses 30 veces más personas que las entregadas para ser condena- fueron alrededor de
das a muerte por la Inquisición española en 330 años. El mismo símbolo de 4000 durante los
330 que estuvo
la Revolución la “Toma de la Bastilla” del 14 de julio de 1789, parece más implantada. En
bien un fiasco: cuando los alborotadores invadieron esa cárcel real, que era cambio, en sólo 18
meses los Revolu-
el monumento a la opresión monárquica, encontraron que sólo había siete cionarios mataron
120.000 opositores.
personas detenidas: dos locos, y cinco ladrones de poca importancia.
Ahora bien, ninguna obra humana se lleva adelante sobre la base de princi-
pios incoherentes con la realidad sobre el hombre, la sociedad y la política,
sin consecuencias.
a) Inestabilidad política,
b) sufrimiento del tejido social,
c) violencia desbordada,
d) incoherencia.
Inestabilidad política
En última instancia, son las sociedades las que pagan el precio de los inten-
tos de ajustarla a cánones que no resultan adecuados a su realidad. De he-
cho Francia, luego de la Revolución, relegó su papel de primera potencia
europea.
Violencia desbordada
Las campañas para someter a grupos populares disidentes, como los cam-
pesinos de la Vendée, fieles a la religión católica, no ahorraban ninguna go-
ta de sangre. Uno de los generales franceses informaba a París el resultado
de sus operaciones:
Conforme vuestro mandato, he arrojado los niños a las patas de los caballos.
He mandado acuchillar a las mujeres que seguramente ahora no pondrán otros hi-
jos en el mundo. No se me puede echar en cara ningún prisionero: lo he aniquilado
todo. Los caminos están sembrados de cadáveres que, en algunos sitios, forman
verdaderas pirámides. En Savenay se fusila continuamente, pues a cada instante
llegan ladrones que se rinden. No hacemos prisioneros, se les habría de dar el pan
de la libertad, y la compasión no es negocio de la Revolución (“Informe del Gene-
ral Westerman a la Comisión de Bien Público”, citado por Calderon Bouchet 1967:
102)
Como ya mencionamos, la Revolución francesa mató en sólo 10 años, 10
veces más personas que los ejecutados por la Inquisición Española en 330
años. Las pieles curtidas de los habitantes de la Vendée fue utilizada para
hacer botas para los oficiales; mientas que la piel de las mujeres, más suave,
para hacer guantes; y centenares de cadáveres fueron hervidos para ex-
traer grasa y jabón (Messori 1997: 106)
Incoherencia
Conclusiones
evitar que un individuo pueda ser forzado por otro a hacer lo que no desea.
Al acentuar la libertad de cada uno, el peso se coloca en el individuo y sus Al capitalismo liberal,
lo llamaremos en
bienes particulares, y no en el bien de la comunidad que integra, es decir, adelante: liberalismo
individualismo. El estado, los grupos sociales, serían ficciones artificiales, capitalista.
Para este tema, ver:
creaciones de la libertad humana, y su finalidad la defensa de los derechos Smith (1985) y Mises
individuales y especialmente la libertad y la propiedad. Lo único real, exis- (2007).
tado.
2.4.1 El Marxismo
De este modo,
Por cultura entien-
den: moral, reli-
La historia de la sociedad es la lucha de una clase dominante que gión, organización
familiar, derecho,
quiere oprimir económicamente a una clase dominada. Y para instituciones políti-
lograrlo y vencer las resistencias se sirve de la cultura. cas, educación,
etc)
Por otro lado, entiende que como el único que trabaja es el obrero, él debe-
ría obtener toda la ganancia; en cambio, el burgués (dueño de los medios
de producción) paga un salario menor y se queda con las ganancias (“plus-
valía”); por este motivo, considera que el sistema de salarios es de por sí
injusto.
De una manera muy simplificada, podemos sintetizar así los postulados del
marxismo:
Cada una de sus realizaciones tuvo matices y diferencias. En los hechos sig-
nificó:
versidades, las editoriales, es decir, en los medios de la cultura Vale la pena aclarar que
a veces se designan
(superestructura), a fin de erosionar las convicciones y los valores como socialistas movi-
de la civilización occidental cristiana y preparar la mentalidad de mientos o corrientes de
la población para aceptar el comunismo marxista. En esta obra pensamiento que no
deberían tener tal califi-
cultural, los objetivos principales son: suprimir toda idea espiritual cativo y que se aseme-
o religiosa, atacar a las iglesias y especialmente a la Iglesia católica jan mucho a la enseñan-
para desprestigiarla, y así instalar una mentalidad materialista za católica sobre la
justicia social. Por eso,
(opuesta a espiritual) e inmanente (opuesta a lo trascendente) pa- para discernir es necesa-
ra crear las condiciones intelectuales de la revolución socialista. rio atender a las ideas y
las prácticas políticas
▪ El socialismo: si bien al comienzo socialismo y comunismo prácti- más que al nombre que
camente se identificaron, con el tiempo se fueron distinguiendo, se dan a sí mismos, que
a veces puede confun-
reservándose el término socialismo para una ideología más mode- dir.
rada, que toma el análisis socio económico marxista (dialéctica
opresores y oprimidos), y postula para su solución la dirección de
la economía por el estado a los fines de lograr la igualdad, pero sin
la supresión completa de la propiedad privada y sin recurrir a la
violencia. Promueve para ello soluciones estatizantes en lo eco-
nómico, social, cultural y educativo, desalentando o marginando la
iniciativa privada en dichos ámbitos, y con una visión materialista
que pone en el bienestar material el fin del hombre y la sociedad.
Tiene mucha semejanza
▪ La socialdemocracia: es una especie de socialismo en materia con los postulados de la
Revolución Francesa.
económica pero matizado con cierto liberalismo en materia políti-
ca, cultural y moral. El bien común parece identificarse con el goce
material y sensible en un marco de la mayor “libertad” y tranquili-
dad posibles. Postula además la llegada al poder no por medio de
una revolución violenta sino por medios democráticos.
En primer lugar, históricamente, el marxismo es hijo del liberalismo porque No extraña así que se
enfrenten y hayan en-
crece y se desarrolla por las injusticias y explotación a que este último da frentado en tantas
lugar. oportunidades, tanto
militarmente, como
política e intelectual-
En segundo lugar, el marxismo también es hijo del liberalismo porque, en mente.
última instancia, continua los postulados de la exaltación desmedida de la
libertad que lleva a cuestionar toda forma de dependencia y autoridad.
Una ideología totalitaria que se desarrolló enfrentando las tesis del libera-
lismo y las crisis a las que dio lugar es el nacionalsocialismo o “nazismo”. Se
trató de una ideología de origen y despliegue fundamentalmente en Ale-
mania, aunque no faltaron ni faltan seguidores en otras naciones. Corres-
ponde al III Reich (Imperio) fundado por Adolf Hitler (1889-1945).
El abuso de los vencedores fue tan grave que el mismo Senado Norteame-
ricano se negó a ratificar el Tratado de Versalles, y el economista inglés
John Maynard Keynes, lo calificó de “criminal” y le dedicó su famoso libro
Las consecuencias económicas de la paz (1919). Keynes era asesor financiero
de la corona de Inglaterra y argumentó que las reparaciones que se impo-
nían a Alemania eran excesivas, que llevarían a la economía alemana a la
ruina y resultarían en futuros conflictos para Europa.
Tal situación llevó a un crecimiento de los votos que recibían los dos princi-
pales partidos totalitarios: el Partido Comunista Alemán (KPD) y el Partido
Nacional Socialista Alemán (NSDAP). Éste último tuvo su origen en el Parti-
do Obrero Alemán, pero reformulado por Hitler con un programa que
acentuaba las demandas nacionalistas, alentando devolver a Alemania su
antigua grandeza, resistir las pretensiones de los vencedores de la guerra,
culpar al pueblo judío de la postración del país, y establecer un sistema
centralizado en el que todos los poderes quedarían en manos del Estado,
en el marco de una constitución jerárquica, que conduciría a la nueva gran-
deza.
Si quisiéramos sintetizar las ideas del nazismo, podríamos indicar las si-
guientes:
9
“Pero no me queda duda del hecho de que si los pueblos de Europa son nuevamente
tratados como un conjunto de acciones por estos conspirados monetarios y financieros
internacionales, entonces esa raza, de nuevo, que es la culpable de esta lucha asesina,
también tiene que ser responsabilizada: los judíos. Y luego tampoco me queda duda de
que este tiempo no permitirá que millones de niños arios europeos mueran de hambre, ni
millones de adultos sufran la muerte, ni cientos de miles de mujeres sean incendiadas y
bombardeadas hasta morir en sus ciudades, sin que el verdadero culpable expíe su culpa”
(Hitler 1945).
10 “Esta aniquilación de naciones por parte de los judíos bolcheviques y sus colaboradores
occidentales solo puede enfrentarse de una manera: usando toda la fuerza, el extremo
fanatismo y la firmeza obstinada que la misericordia de Dios da a los hombres en los tiem-
pos duros para que puedan defender sus propias vidas” (Hitler 1945).
11
“El estado protege la religión, con la única condición de que la religión no se utilice para
encubrir finalidades políticas. Hubo un tiempo… en el que el Liberalismo era opuesto a la
Iglesia, mientras el marxismo era antirreligioso. Pero ese tiempo es pasado. El nacionalso-
cialismo no se opone a la Iglesia ni es antirreligioso, al contrario, se sostiene en las bases de
un verdadero cristianismo. Los intereses de la Iglesia no pueden dejar de coincidir con los
nuestros como ser la lucha contra los síntomas de degeneración del mundo de hoy, nues-
tra lucha contra la cultura bolchevique, contra el movimiento del ateísmo, contra la crimi-
nalidad, y nuestra batalla por la conciencia de comunidad en nuestra vida nacional, para
terminar con el odio y la desunión entre las clases, contra la guerra civil y la discordia. Estos
no son principios anticristianos sino cristianos” (Hitler 1934).
Alemania estuvo ocupada (repartida) por los aliados durante décadas. Los
partidos inspirados en el nazismo, la propaganda o reivindicación del na-
zismo, o incluso la revisión histórica que ponga en duda las acusaciones que
Ni hace falta mencionar que los “aliados” tuvieron gran parte de responsa-
bilidad en el surgimiento del nazismo y el desencadenamiento de la guerra
mundial por el abuso del que hicieron víctima a Alemania a partir del trata-
do de Versalles.
El racismo, por otro lado, no fue monopolio exclusivo del nazismo: Inglate-
rra siempre despreció las poblaciones de los países africanos y asiáticos,
Francia discriminó injustamente a sus propios combatientes oriundos de Como podemos ver,
el nazismo es una
sus colonias en África, impidiéndoles relacionarse sentimentalmente con ideología con algu-
nas notas caracterís-
ticas, y debe evitarse
el uso de la expre-
sión para designar
otras diferentes,
como ocurre a ve-
ces, indebidamente,
12
Es famosa la condena recibida por el historiador inglés David Irving, que luego de varios con el peronismo o
años de investigación publicó obras sobre la segunda Guerra Mundial, enseñó que no había con dictaduras mili-
constancias de un propósito intencional de Hitler de asesinar judíos a través de Cámaras de tares latinoamerica-
Gas en los campos de concentración (decía que en su mayoría los judíos recluidos habían nas.
muertos fruto del hambre y la carestía en la que se encontraba Europa del este al final de la
guerra, por la falta de suministros). Sus observaciones fueron consideradas delito en varios
estados, en los que fue detenido y tiene prohibido el ingreso.
2.4.3 El Fascismo
13
La película francesa “Indigenes”, estrenada en 2006, da cuenta de la discriminación e
ingratitud de los franceses hacia los soldados africanos y asiáticos de sus colonias que
combatieron para liberarla de la ocupación nazi.
1943, pero luego liberado por los alemanes que ocupan parte de Italia. Fi-
nalmente, capturado por partisanos comunistas, es ejecutado en 1945.
Por otro lado, el fascismo exaltó la nación, y comprendió que para muchas
naciones su religión es algo que hace a su grandeza y su ser nacional. Y por
eso, reconoció la práctica religiosa del pueblo, y tratándose de la nación
italiana, la religión católica, que la identifica y distingue. Así, a tres meses
de gobierno restituyó los crucifijos en las aulas y la enseñanza religiosa en
las escuelas.
Con el tiempo, sin embargo, fue aumentando el aprecio por la Iglesia cató-
lica. Después de años en que la Santa Sede era despojada de extensos terri-
torios pontificios por los dirigentes italianos, el régimen fascista firma con
ella los “Acuerdos de Letrán” (1929), por los que Italia reconoce el estado
del Vaticano, lo indemniza por sus pérdidas territoriales, declara la mutua
independencia y colaboración de la Iglesia y el Estado, y hace de la religión
católica, prácticamente, la religión oficial del estado italiano. En virtud de
ello la Iglesia católica tuvo intervención fundamental en la educación (elec-
ción de docentes y selección de textos) y en la regulación del matrimonio
(reconocimiento civil del matrimonio religioso y prohibición del divorcio),
entre otras cosas. Con el tiempo la adhesión del fascismo al catolicismo fue
creciendo, y hay testimonios de que Mussolini, el antiguo socialista ateo, se
convirtió sinceramente a la Fe católica recurriendo con frecuencia a la con-
fesión (Innocenti 2006: 335).
14
“Un Estado sólo puede ser victorioso en la lucha contra otro Estado. Puede concretar
entonces su victoria impulsando, por ejemplo, un cambio de régimen, una cesión territo-
rial, el pago de una indemnización, el desarme del ejército, un sistema determinado de
alianzas políticas o económicas. Cuando se lucha contra un Estado, se tiene enfrente una
realidad material que puede ser aferrada, golpeada, mutilada, transformada; pero cuando
se lucha en contra de una religión, no se logra individuar un blanco específico: la simple
resistencia pasiva de los sacerdotes o de los creyentes es suficiente para desarmar el ata-
que del Estado” (Mussolini 1934).
Claro que no es fácil analizar al fascismo como conjunto, dado que dentro
del fascismo existieron fuerzas y sectores con diferentes postulados, y es-
tuvo en el poder más de 20 años conociendo momentos y políticas mejores
y otros más cuestionables.
Por otro lado, como escribe Lamas (1990: 164), “no puede ser el mismo el
juicio sobre la doctrina fascista, tal como ella se plasmara a través de los
discursos y escritos de su fundador y de sus principales ideólogos, que so-
bre las realizaciones del régimen”.
Hoy en día no es sólo la Ciudad Eterna e Italia las que están amenazadas, sino
todo el mundo. ¡Oh, no nos preguntéis quién es el "enemigo" y bajo qué aspec-
tos se presenta! Se encuentra en todo lugar y en medio de todos: Sabe ser astu-
to y violento. En estos últimos siglos intentó realizar la disgregación intelectual,
moral, social de la unidad en el misterioso organismo de Cristo. Quiso la natura-
leza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin autoridad; y a veces la autori-
dad sin la libertad. Es un "enemigo" que se ha hecho cada vez más concreto, con
una ausencia de escrúpulos que sorprende: ¡Cristo sí, la Iglesia no! Después: ¡Dios
sí, Cristo no! Finalmente el grito impío: Dios está muerto; e incluso, Dios nunca
existió. Y he aquí ahora la tentativa de edificar la estructura del mundo sobre
bases que no dudamos en indicar como principales responsables de la amenaza
que pesa sobre la humanidad: una economía sin Dios, un derecho sin Dios, una
política sin Dios. El "enemigo" se ha esforzado para que Cristo resulte extraño
en las universidades, en la escuela, en la familia, en la administración de justicia,
en la actividad legislativa, en las asambleas de las naciones, donde quiera que se
decida la paz o la guerra. Al presente él corrompe el mundo con una prensa y
con unos espectáculos que matan el pudor en los jóvenes y en las jóvenes y des-
truyen el amor entre los esposos; él inculca un nacionalismo que conduce a la
guerra (Pío XII, 1952)
15 “Hoy día, los grupos cristianos se sienten atraídos por las corrientes socia-
listas y sus diversas evoluciones. Tratan de reconocer en ellas un cierto nú-
mero de aspiraciones que llevan dentro de sí mismos en nombre de su fe.
Se sienten insertos en esta corriente histórica y quieren realizar dentro de
ella una acción. Ahora bien, esta corriente histórica asume diversas formas
bajo un mismo vocablo, según los continentes y las culturas, aunque ha sido
y sigue inspirada en muchos casos por ideologías incompatibles con la fe…
La vinculación concreta que, según las circunstancias, existe entre ellas,
debe ser claramente señalada, y esta perspicacia permitirá a los grupos cris-
tianos considerar el grado de compromiso posible en estos caminos, que-
dando a salvo los valores, en particular, de la libertad, la responsabilidad y
la apertura a lo espiritual, que garantizan el desarrollo integral de hombres
y mujeres.” (Pablo VI 1971: n. 31).
nas, ideas que las ideologías venían a subvertir; y en los que todavía
existían jefes de estado preocupados en ser fieles a la doctrina de la
El hecho de que no
Iglesia. Sin embargo, con el paso del tiempo, las sociedades y los es- hay cambio en la
tados fueron alejándose cada vez más de la Iglesia y su Magisterio, y doctrina, sino en la
forma se advierte
en este nuevo contexto la actitud de esta última busca más el diálo- con claridad por qué
go que la condena, identificando puntos en común más que ponien- los documentos
recientes, el Com-
do de manifiesto las diferencias o discrepancias. Por eso encontra- pendio de Doctrina
mos diferencias de estilo, de acento, y de enfoque entre los docu- Social de la Iglesia o
el Catecismo de la
mentos de la Iglesia a medida que pasan las décadas. Los primeros Iglesia Católica,
suelen ser más duros, contundentes y negativos. Los recientes, más contienen numero-
sas notas en los que
matizados. Pero es esencial tener claro que se trata de un cambio de remiten a los docu-
actitud pastoral y que no significa que exista un cambio de fondo en mentos anteriores.
He podido conocer, por decirlo así, desde dentro, los dos sistemas totalita-
rios que han marcado trágicamente nuestro siglo: el nazismo de una parte,
con los horrores de la guerra y de los campos de concentración, y el comu-
nismo, de otra, con su régimen de opresión y de terror (1996b).
(15/8/1832), en la que pasa revista sobre los males de su tiempo y sus reme-
dios. Entre tales males destaca el Papa:
Por su parte, el Papa Pío IX (beatificado por Juan Pablo II) en su Encíclica
Quanta Cura (1864) sobre los errores modernos, denuncia el “naturalismo”
que propone a los estados gobernar como si no existiese religión, o al me-
nos sin hacer ninguna diferencia entre las religiones, separando totalmente
la Iglesia y el Estado. El mismo Pontífice, en la Carta Per Tristissima (1873)
denuncia la confusión, el peligro y el daño que provocan los llamados “cató-
lico liberales” y los que intentan “conciliar” la doctrina cristiana con las de
las ideologías.
Sin embargo, fue el Papa León XIII el que dedicó enseñanzas más sistemáti-
cas contra el liberalismo.
Años más tarde, el Papa Pío XI, será todavía más crítico en la Encíclica Qua-
dragesimo Anno (1931), señalando que el funcionamiento de la economía no
puede dejarse a la “libre competencia”, principio que considera “fuente
envenenada” de una economía individualista que olvidando su carácter
social pretende ponerla al margen de la intervención del estado, destru-
Las ideas expresadas por sus predecesores fueron repetidas por Pío XII en
el Radiomensaje La Solemnitá (1/6/1941), poniendo de manifiesto nueva-
mente “las fatales consecuencias de un liberalismo económico, inconscien-
te muchas veces u olvidado o despreciador de los deberes sociales” (n. 6),
continuadas por Juan XXIII en la Encíclica Mater et Magistra (1961), recor-
dando que “tanto la libre competencia ilimitada que el liberalismo pro-
pugna como la lucha de clases que el marxismo predica son totalmente
contrarias a la naturaleza humana y a la concepción cristiana de la vida” (n.
23) y abogando por un estado que “fomenta, estimula, ordena, suple y
completa” la actividad de los particulares sin absorberla ni suplantarla (n.
53).
El tema también fue abordado en varias oportunidades por Juan Pablo II.
ñolas entre 1934 y 1937, contra las cuales se levantara el General Francisco
Las principales condenas contra las ideas erróneas del marxismo fueron
realizadas por:
Tales conceptos expresados por León XIII en muchos de sus más variados
documentos, incluso antes de que la ideología consiguiera ocupar el poder
en algún estado, fueron desarrollados y reiterados insistentemente por sus
sucesores.
Por eso,
De los 44 discursos que Pío XII pronunció en Alemania antes de ser Papa,
entre 1917 y 1929, cuarenta denuncian los peligros de la ideología nazi
emergente. Y luego de ser elegido Papa, sin nombrarla, hace permanentes
referencias a sus peligros:
Sigamos a nuestro pacífico Rey, que nos enseñó a amar no sólo a los
que no provienen de la misma nación ni de la misma raza, sino aun a los
mismos enemigos (Pío XII 1943b).
Ya al final de la guerra, Pio XII reiteró la condena a las tesis erróneas del
nazismo en el “Discurso al Colegio Cardenalicio” (1945), tituladas justamen-
te “La Iglesia Católica y el Nacionalsocialismo”. Allí el Papa recuerda:
Después de varios años en los que la Santa Sede fue despojada de extensos
territorios pontificios por los dirigentes italianos que buscaban la unifica-
ción del estado, el régimen fascista firma con ella los “Acuerdos de Letrán”
(1929), por los que Italia reconoce el estado del Vaticano, lo indemniza por
sus pérdidas territoriales, declara la mutua independencia y colaboración
entre la Iglesia y el Estado, y hace de la religión católica, prácticamente, la
religión oficial del estado italiano. La Iglesia católica tuvo a partir de ese
momento intervención fundamental en la educación (elección de docentes
y selección de textos) y en la regulación del matrimonio (reconocimiento
civil del matrimonio religioso y prohibición del divorcio), entre otras cosas.
Vayan también mis agradecimientos a quien tiene en las manos las rien-
das del gobierno de Italia, el que, con clara visión de la realidad y de las co-
sas, ha querido y quiere que la religión sea respetada, honrada, practicada.
Visiblemente protegido por Dios, él ha realzado sabiamente los destinos de
la Nación acrecentando su prestigio en todo el mundo.
Cuando el régimen fascista proyectó la conquista de Abisinia (región de
Etiopía), se propuso civilizar y evangelizar país tan primitivo y el Papa Pio XI
en persona bendijo las tropas italianas antes de partir (1935).
Lo primero tuvo lugar con la Carta Encíclica Non Abbiamo Bisogno, del Papa
Pio XI (1931b). Condena allí:
bertad y de sus derechos, libertad y derechos que son también los de las
almas, y más especialmente los de las almas de los jóvenes (n. 7).
▪ La pretensión del estado de monopolizar la formación de los jó-
venes excluyendo a la Iglesia, imponiéndoles un adoctrinamiento "Juro seguir sin discutir
fascista obligatorio y atentatorio de la libertad de conciencia (n. las órdenes del Duce y
13) y los derechos de los padres (n. 15), obligándoles a la obedien- de defender con toda mi
fuerza si es necesario
cia ciega del partido fascista incluso a través de juramentos (n. 16). con mi sangre la causa
Literalmente denuncia el Papa de la Revolución fascis-
ta”.
la presencia de todo un conjunto de auténticas afirmaciones y de he-
chos no menos auténticos, que ponen fuera de toda duda el proyecto -ya
en tan gran parte realizado- de monopolizar por completo la juventud,
desde la más primera niñez hasta la edad adulta, en favor absoluto y exclu-
sivo de un partido, de un régimen, sobre la base de una ideología que de-
claradamente se resuelve en una verdadera y propia estatolatría pagana,
en contradicción no menos con los derechos naturales de la familia que
con los derechos sobrenaturales de la Iglesia. Proponerse y promover se-
mejante monopolio, perseguir con tal pretexto, como se venía haciendo
largo tiempo, clara o encubiertamente, a la Acción Católica; atacar con tal
finalidad, como últimamente se ha hecho, a sus Asociaciones juveniles,
equivale verdadera y propiamente a impedir que la juventud vaya a Cristo,
porque es impedir que vaya a la Iglesia, y donde está la Iglesia allí está Cris-
to. Y se llegó a arrancar la juventud, por la violencia, del seno de la una y
del Otros (n. 13).
Todo ello sin perjuicio de reconocer con “perenne gratitud y memoria por
todo cuanto en Italia se ha hecho en beneficio de la Religión, aunque tam-
bién en beneficio, si no simultáneo al menos no menor, y tal vez mayor, del
partido y del régimen” (n. 6). Precisando que
con todo cuanto hemos venido diciendo hasta aquí, Nos no hemos que-
rido condenar ni el partido ni el régimen como tal. Hemos querido señalar y
condenar todo lo que en el programa y acción de ellos hemos visto y com-
probado que era contrario a la doctrina y a la práctica católica y, por lo tan-
to, inconciliable con el nombre y con la profesión de católicos (n. 17).
En la Encíclica Quadragesimo Anno (1931a), el Papa Pio XI describe detalla-
damente el corporativismo fascista como un ejemplo de organización sin-
dical y corporativa, destacando los beneficios de la misma, al favorecer la
colaboración pacífica entre las diversas clases, la represión de organizacio-
nes socialistas, la supresión de desórdenes, y la creación de una magistratu-
ra especializada. Sin embargo, anota también un cuestionamiento: riesgo
de burocratización, intervencionismo estatal y manipulación política de las
corporaciones.
No faltan quienes teman que el Estado, debiendo limitarse a prestar una ayu-
da necesaria y suficiente, vengan a reemplazar la libre actividad, o que esa nueva
organización sindical y corporativa sea excesivamente burocrática y política o
que sirva más bien a particulares fines políticos que a la restauración y fomento
de un mejor orden social (n. 37)
Aunque no dieron lugar a pronunciamientos magisteriales, también preo-
cupó a la Iglesia la alianza (más por oportunismo político que por identifica-
ción ideológica) de Italia con la Alemania Nazi, y las leyes raciales (aunque
basados más en una idea cultural que biológica y más moderadas que las
del nazismo).
nistas por sus efectos disolventes. A partir de allí tales grupos ideológicos
tuvieron muy poca aceptación popular.
Síntesis
▪ La actitud realista implica situarse ante la realidad para comprender-
la tal cual es, sin tergiversarla interesadamente ni reducirla a alguno
de sus aspectos. Las ideologías, en cambio, responden a intereses o
reduccionismos que no la describen como es y debe ser.
▪ El liberalismo individualista se caracteriza por una exaltación des-
medida de la libertad de coacción de cada individuo, equiparando la
verdad con el error, desvalorizando los deberes de las personas y los
intereses de la comunidad. Su derivado, el liberalismo capitalista, ha
llevado a graves desigualdades y opresiones económicas. Recha-
zando la intervención de la autoridad en nombre de la libertad, los
débiles quedan a merced de los poderosos.
▪ Las ideologías totalitarias (marxismo comunista, nacionalsocialismo
y en menor medida el fascismo) exaltan los intereses del grupo se-
parándolo del verdadero bien de sus miembros y sometiendo a la
persona como un mero instrumento sacrificable en interés colectivo.
▪ El marxismo concibe a la sociedad como una necesaria e irreconci-
liable lucha de clases fundada en la opresión económica en el marco
de una cosmovisión materialista; como tal, destruye las aspiraciones
espirituales del hombre y desemboca en actitudes y regímenes vio-
lentos que pisotean la persona humana y su dignidad y postulan re-
gímenes utópicos e igualitaristas.
▪ La socialdemocracia combina postulados socialistas afines al mar-
xismo en economía, con la exaltación de libertades desmedidas en
lo moral, cultural y en lo político.
▪ El nacionalsocialismo, opuesto al comunismo y al liberalismo, postu-
la una doctrina estatista, de nacionalismo radicalizado y belicista,
implementando políticas de persecución racial y religioso.
▪ El fascismo implementó también un régimen antiliberal y anticomu-
nista, con rasgos autoritarios y algunas pretensiones estatistas, pero
no fue belicista ni racista como el nacionalsocialismo y protegió la re-
ligión cristiana.
▪ La Iglesia ha condenado siempre los errores doctrinales de las ideo-
logías liberales y totalitarias. Los documentos más importantes en
esta tarea son la Encíclica Libertas Praestantissimum de León XIII
(contra el liberalismo), Encíclicas Quod Apostolici Muneris de León
XIII y Divini Redemptoris de Pio XI (contra el marxismo comunista),
Mit Brennender Sorge de Pio XI (sobre el nacionalsocialismo) y Non
▪ Textos de apoyo
Dada la naturaleza del tema, se prefirió colocar las citas del Magisterio de la
Iglesia a medida que se trataba cada una de las ideologías.
los Estados Unidos cuentan con los tres poderes necesarios para solventar
un imperio: el poder político, el poder militar, y el poder económico (Fós-
bery 1999: 485-492).