ACT 1. Me Nace Desde Los Huesos.
ACT 1. Me Nace Desde Los Huesos.
ACT 1. Me Nace Desde Los Huesos.
Alumna: Monica..
Maestro: Jorge Ismael Alcalá Ortiz.
Unidad 6: Alteraciones del sistema Hematopoyético.
Actividad 1: Me nace desde los huesos.
Código: …... Grupo: 01.
Guadalajara, Jalisco 08 de abril del 2022.
Introducción
El sistema hematopoyético es el sistema encargado de la formación de la sangre, el
mismo está compuesto por 3 elementos básicos entre los que se encuentran los
glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. La hematopoyesis es el proceso de
formación, desarrollo y maduración de los elementos de la sangre
(eritrocitos, leucocitos y plaquetas). Entre las múltiples funciones del
sistema hematopoyético se destacan la función respiratoria: los glóbulos rojos son
los que llevan la Hemoglobina, transportando el oxígeno a todas y cada una de
las células de nuestro cuerpo y recogiendo el anhídrido carbónico generado en la
combustión, para expulsarlo al exterior a través de los pulmones; la función en
equilibrio hemostático: las plaquetas son importantísimas en el área de
hemostasia para evitar hemorragias; y finalmente la función inmunitaria o defensiva:
los glóbulos blancos son la defensa del organismo junto a los anticuerpos presentes en
el plasma.
La producción diaria de eritrocitos, plaquetas y granulocitos en el adulto normal es de
alrededor de 3 × 10, 2.5 × 10 y 1 × 10 por kilogramo de peso corporal,
respectivamente. La médula ósea (MO) se encarga también de la producción de
monocitos y macrófagos, así como de linfocitos y células plasmáticas. Se ha estimado
que el peso aproximado de la MO hematopoyéticamente activa es de 1 000 g y que
ésta se distribuye en la pelvis (34%), vértebras (28%), cráneo y mandíbula (13%),
esternón y costillas (10%), húmeros, escápulas y clavículas (8%), y en los fémures
(4%).
La hemopoyesis o hematopoyesis se puede definir como la serie de fenómenos
concatenados que se inician a nivel de la célula tronco-hematopoyética (CTH) con la
autorrenovación, seguidos de diferenciación y maduración, culminando con la
producción de elementos formes sanguíneos funcionales. Se considera la
diferenciación como la secuencia de hechos genéticos que permiten a una célula
sintetizar productos específicos, los cuales le confieren potencialidad para determinada
función. La maduración es la secuencia de fenómenos bioquímicos y morfológicos
iniciados por la diferenciación y que confieren capacidad funcional a la célula.
Las enfermedades del sistema Hematopoyético se clasifican en 4 grandes grupos
según el tipo de células sanguíneas que se ven afectadas, estos Son: 1. Sistema
reticuloendotelial 2. Serie Roja 3. Serie Blanca 4. Hemostasia y trombosis
EL PACIENTE CON ANEMIA
La anemia es un recuento anormalmente bajo de eritrocitos circulantes, una baja
concentración de hemoglobina o ambas cosas.
Anemia por pérdida de sangre
Cuando la anemia se produce por una hemorragia aguda o crónica, los eritrocitos y
otros componentes de la sangre (como el hierro) se pierden del cuerpo. Cuando esta
pérdida de sangre es aguda, se reduce el volumen circulante y, en consecuencia,
disminuirá el gasto cardíaco.
Anemias de origen nutricional
Las anemias de origen nutricional se deben a deficiencias de nutrientes que afectan a
la formación de los eritrocitos o la síntesis de hemoglobina. La deficiencia de nutrientes
se puede deber a una falta de aporte en la dieta, a una malabsorción del nutriente o a
un aumento de las necesidades de este. Los tipos más frecuentes de anemia
nutricional son la asociada a deficiencia de hierro, de vitamina B12 o de ácido fólico.
Las vitaminas asociadas a deficiencias de vitamina B12 y ácido fólico se llaman en
ocasiones anemias megaloblásticas, porque en ellas se encuentran eritrocitos
aumentados de tamaño y con núcleo, denominados megaloblastos.
Anemia por deficiencia de hierro
Se desarrolla cuando el aporte de hierro resulta inadecuado para una formación óptima
de eritrocitos. El cuerpo no puede sintetizar hemoglobina si no dispone de hierro. En
condiciones normales el organismo recicla y almacena hierro de forma eficiente,
reutilizando gran parte del que contienen los eritrocitos que son apartados de la
circulación por su edad o por tener lesiones. Se pierden de forma continua pequeñas
cantidades de hierro a través de las heces; por tanto, es necesaria una ingesta de
hierro adecuada para que la síntesis de hemoglobina y la producción de eritrocitos
sean normales. La anemia por deficiencia de hierro determina que haya menos
eritrocitos, que estos sean microcíticos e hipocrómicos y también que sean
malformados (poiquilocitosis)
Anemia por deficiencia de vitamina b12
La deficiencia de vitamina B12 se produce cuando se consumen cantidades
inadecuadas de la misma o, de forma más habitual, cuando se absorbe mal en el tubo
digestivo. La deficiencia de esta vitamina altera la división celular y la maduración del
núcleo celular, sobre todo en los eritrocitos que proliferan con rapidez. En
consecuencia, se producen eritrocitos macrocíticos (grandes), de formas anormales
(ovales en lugar de cóncavos) con membranas delgadas.
Anemia por deficiencia de ácido fólico
La anemia por deficiencia de ácido fólico se caracteriza por células megaloblásticas
frágiles (grandes e inmaduras). El ácido fólico se encuentra en las verduras de hoja
verde, frutas, cereales y carnes y se absorbe en el intestino. La anemia por deficiencia
de ácido fólico secundaria a una ingesta escasa es más frecuente en pacientes con
una infranutrición crónica, entre los que destacan los ancianos, los alcohólicos y los
adictos a drogas.
Anemias hemolíticas
Se caracterizan por una destrucción prematura (lisis) de los eritrocitos. Cuando los
eritrocitos se rompen, el hierro y otros productos metabólicos generados durante la
destrucción persisten en el plasma. La lisis de los eritrocitos (hemólisis) puede ocurrir
dentro del aparato circulatorio o por la fagocitosis mediada por leucocitos como
monocitos circulantes y macrófagos en el bazo. En respuesta a la hemólisis se produce
un aumento de la actividad hematopoyética medular, con el consiguiente aumento de
los reticulocitos (eritrocitos inmaduros) en la sangre circulante.
Anemia drepanocítica
La anemia drepanocítica o drepanocitosis es una anemia hemolítica crónica hereditaria,
que se caracteriza por episodios de formación de drepanocitos, que son eritrocitos con
forma anormal de semiluna. Este trastorno se transmite de forma autosómica recesiva
y determina la síntesis de una forma anormal de hemoglobina (HbS) dentro de los
eritrocitos. La anemia drepanocítica acorta de forma significativa la vida de los
pacientes y muchos fallecen por infecciones.
Talasemias
Son trastornos hereditarios de la síntesis de hemoglobina en los cuales las cadenas
alfa o beta de la molécula de hemoglobina faltan o son defectuosas. Esto determina
una producción deficiente de hemoglobina con eritrocitos frágiles hipocrómicos y
microcíticos, que se llaman células diana o dianocitos por su aspecto en ojo de buey
característico. La talasemia suele afectar a determinadas poblaciones. Los pacientes
de origen mediterráneo (sur de Italia o Grecia) tienen más probabilidades de sufrir una
talasemia de tipo beta (las llamadas anemias de Cooley o anemias mediterráneas),
mientras que los pacientes de origen asiático, sobre todo de Tailandia, China o
Filipinas, sufren con mayor frecuencia talasemias con defecto alfa.
Anemia por deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD)
La anemia por deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) se debe a un
defecto hereditario del metabolismo de los eritrocitos y es relativamente frecuente entre
los pacientes de origen africano o mediterráneo. El gen defectuoso se localiza en el
cromosoma X y por eso se afectan más los varones que las mujeres. Existen muchas
variaciones de este defecto genético. La G6PD es una enzima que cataliza la glucólisis
el proceso a partir del cual un eritrocito consigue la energía celular. Un defecto de la
acción de la G6PD provoca una oxidación directa de la hemoglobina, con lesiones en
los eritrocitos.
Anemia aplásica
En la anemia aplásica la médula ósea no produce ninguna de las tres series de la
sangre, lo que ocasiona una pancitopenia. La médula ósea normal se sustituye por
grasa. Por suerte se trata de un proceso infrecuente. La anemia de Fanconi es una
forma poco frecuente de anemia aplásica debida a defectos en la reparación del ADN.
La causa de base se ignora en un 50% de las anemias aplásicas adquiridas (anemia
aplásica idiopática), pero otras aparecen tras una lesión de las células madre por
exposición a radiación o a determinadas sustancias químicas, como benceno, arsénico,
mostaza nitrogenada, algunos antibióticos (sobre todo cloranfenicol) y quimioterápicos.
La anemia aplásica se puede asociar también a infecciones virales, como la
mononucleosis, la hepatitis C y la infección por VIH.
Etología
La reducción del número de eritrocitos circulantes es la causa habitual de anemia y se
puede deber a una pérdida de sangre, producción inadecuada de eritrocitos o aumento
de su destrucción. Una hemoglobina insuficiente o defectuosa dentro de los eritrocitos
también contribuye a la anemia. Según su gravedad, la anemia puede afectar a los
principales sistemas orgánicos.
Signos y síntomas
Cuando la anemia se produce de forma gradual y la reducción de eritrocitos es
moderada, los mecanismos de compensación pueden determinar que aparezcan pocos
síntomas, salvo cuando las necesidades de oxígeno del organismo aumentan por una
infección o por el ejercicio. Se desarrollarán síntomas cuando se reduzcan todavía más
los eritrocitos o la hemoglobina. Se observa palidez de la piel, las mucosas, la
conjuntiva y los lechos ungueales como consecuencia de la redistribución de la sangre
hacia los órganos vitales y la falta de hemoglobina. Cuando disminuye la oxigenación
tisular, la frecuencia cardíaca y respiratoria aumenta en un intento de incrementar el
gasto cardíaco y la perfusión tisular. La hipoxia puede ocasionar angina, fatiga, disnea
de esfuerzo y calambres nocturnos. También se estimula la liberación de eritropoyetina,
y un aumento de su actividad estimulará a su vez la producción de eritrocitos en la
médula ósea y puede ocasionar dolor óseo. La hipoxia cerebral puede causar cefaleas,
mareos y visión borrosa. En la anemia grave puede aparecer una insuficiencia
cardíaca.
Cuando la pérdida de sangre se produce con rapidez, se reducirá el volumen de sangre
y la capacidad de transportar oxígeno de la sangre. Las manifestaciones iniciales
incluirán taquicardia y taquipnea; la piel puede estar pálida, fría y húmeda porque los
vasos periféricos se contraen para mantener el flujo de sangre al cerebro y el corazón.
Cuando la pérdida de sangre es importante, pueden aparecer signos de shock
circulatorio, con hipotensión, taquicardia, bajo nivel de conciencia y oliguria.
Tratamiento
Los medicamentos empleados en el tratamiento de la anemia dependen de la causa.
Anemia por deficiencia de hierro. El tratamiento para esta forma de anemia
generalmente implica tomar suplementos de hierro y cambiar la alimentación. Para
algunas personas, puede consistir en recibir hierro por una vena. Si la causa de la
deficiencia de hierro es la pérdida de sangre (que no sea debido a la menstruación),
se debe localizar la fuente del sangrado y detenerlo. Esto podría implicar cirugía.
Anemias por deficiencia de vitaminas. El tratamiento para la deficiencia de ácido
fólico y vitamina C incluye suplementos dietéticos y el aumento de estos nutrientes
en tu dieta. Si tu sistema digestivo tiene problemas para absorber la vitamina B-12
de los alimentos que consumes, es posible que necesites inyecciones de vitamina
B-12. Al principio, podrías recibir las inyecciones cada dos días. Eventualmente,
necesitarás inyecciones solo una vez al mes, posiblemente de por vida, según la
situación.
Anemia por enfermedad crónica. No existe un tratamiento específico para este tipo
de anemia. Los médicos se centran en el tratamiento de la enfermedad subyacente.
Si los síntomas se vuelven graves, una transfusión de sangre o inyecciones de una
hormona sintética normalmente producida por los riñones (eritropoyetina) pueden
ayudar a estimular la producción de glóbulos rojos y aliviar la fatiga.
Anemia aplásica. El tratamiento para esta anemia puede incluir transfusiones de
sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Podrías necesitar un trasplante
de médula ósea si tu médula ósea no puede producir células sanguíneas sanas.
Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea. El tratamiento de estas
diversas enfermedades puede incluir medicamentos, quimioterapia o trasplante de
médula ósea.
Anemias hemolíticas. El manejo de las anemias hemolíticas incluye evitar
medicamentos sospechosos, tratar infecciones y tomar medicamentos que inhiban
el sistema inmunitario, lo que podría estar atacando tus glóbulos rojos. La anemia
hemolítica grave suele necesitar un tratamiento continuo.
Anemia de células falciformes. El tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos y
líquidos orales e intravenosos para reducir el dolor y prevenir complicaciones. Los
médicos también podrían recomendar transfusiones de sangre, suplementos de
ácido fólico y antibióticos. Un medicamento para el cáncer llamado hidroxiurea
(Droxia, Hydrea, Siklos) también se utiliza para tratar la anemia de células
falciformes.
Talasemia. La mayoría de las formas de talasemia son leves y no requieren
tratamiento. Las formas más graves de talasemia generalmente requieren
transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, medicamentos, extirpación
del bazo o un trasplante de células madre de la sangre y médula ósea.
Intervenciones de enfermería
Las medidas de enfermería orientadas a prevenir la anemia se centran en la
enseñanza de unos buenos hábitos dietéticos a los pacientes, de cualquier edad.
Recuerde la importancia de consumir cantidades adecuadas de hierro, folatos y
vitaminas del grupo B y aporte una lista de fuentes dietéticas de estos compuestos.
Comente posibles fuentes alternativas de hierro con los pacientes vegetarianos y
dígales que el consumo de alimentos ricos en vitamina C aumenta la absorción del
hierro presente en los cereales, legumbres y otras fuentes. Recuerde la importancia de
que las mujeres en edad fértil y los ancianos consuman una cantidad de hierro
adecuada.
La anemia afecta al nivel de oxígeno circulante y la oxigenación tisular. Los
diagnósticos de enfermería prioritarios incluyen intolerancia a la actividad, alteración de
la mucosa oral y deficiencia en el autocuidado. Cuando se produce una anemia por
pérdida aguda de sangre, otra prioridad será el riesgo de gasto cardíaco insuficiente.
Los pacientes con anemia drepanocítica presentan unas necesidades específicas
relacionadas con los efectos de la enfermedad sobre la perfusión tisular.
Bibliografía
Lemone P, B. K. (s.f. de s.f. de 2009). ENFERMERÍA MEDICO QUIRÚRGICA
pensamiento crítico en la asistencia del paciente Volumen II editorial Person.
Obtenido de Biblioteca Digital UdeG:
http://ifssa.ddns.net/biblioteca/files/original/22de71d5d43f3d499d93ce6d1f42ba9
3.pdf