Derechos Humanos y Garantías
Derechos Humanos y Garantías
Derechos Humanos y Garantías
1. CONCEPTO
Los derechos humanos no son una creación artificial o una concesión del Estado, sino que
son inherentes, propios y naturales de la condición humana. Esto significa que no dependen
de ningún ordenamiento jurídico, sino que están por encima de él. Los derechos humanos
se descubren, reconocen y reivindican a lo largo de la historia, y las legislaciones solo los
positivizan, es decir, los plasman en normas jurídicas que los protegen y garantizan.
Los derechos humanos abarcan desde los más fundamentales, como el derecho a la vida,
hasta los que dan valor a nuestra vida, como los derechos a la alimentación, a la educación,
al trabajo, a la salud y a la libertad. La lista incluye otros derechos como el derecho a la
libertad de expresión, a la libertad de opinión y de conciencia, a la participación política, al
acceso a la información, a la vivienda y muchos más.
Características:
Universales: son universales porque pertenecen a todas las personas, sin importar su
nacionalidad, género, origen étnico, color, religión, idioma o cualquier otra condición. Son
derechos que se reconocen de forma natural y que derivan de la dignidad humana.
Innatos: son innatos porque se tienen por el mero hecho de nacer, de existir, de ser
personas. No dependen de ningún acto jurídico o político, ni de ninguna concesión o
reconocimiento por parte de los Estados o las autoridades.
Progresivos: Los derechos humanos son progresivos porque están sujetos a un proceso de
desarrollo y mejora constante. Son derechos que se adaptan a las nuevas realidades y
necesidades de las personas y de la sociedad. Son derechos que buscan alcanzar el máximo
nivel de bienestar y justicia para todos.
La historia de los derechos humanos es un tema amplio y complejo que abarca desde la
antigüedad hasta la actualidad. Una posible forma de desarrollar este tema con un título
principal es la siguiente:
Los derechos humanos son esenciales, fundamentales, pero no son absolutos, sino que
tienen límites. Los límites a los derechos humanos no son para restringir el derecho en sí,
sino para evitar el abuso o el mal ejercicio del derecho. Todos los derechos, según el artículo
14 de la Constitución Nacional de Argentina, deben estar sujetos a reglamentación. Por
tanto, el ejercicio de un derecho está sujeto a normas y principios que lo regulan, pero no se
está limitando el derecho en sí, sino el mal uso del mismo.
El límite a los derechos humanos tiene como finalidad proteger el orden público y los
derechos de los demás, y garantizar el bien común de la sociedad en su conjunto. Por
ejemplo, todos tenemos derecho a la libertad de expresión, pero esto no significa que
tengamos derecho a utilizar nuestra libertad de expresión para incitar al odio, a la violencia,
a la discriminación o a la difamación. Estas conductas pueden afectar negativamente a otras
personas o al interés general, y por eso están prohibidas o sancionadas por la ley.
Los derechos humanos son muy importantes para asegurar la dignidad, la igualdad y la
libertad de todas las personas. Sin embargo, el ejercicio responsable de los derechos
humanos implica también respetar los derechos de los demás y cumplir con nuestros
deberes ciudadanos. Solo así podremos construir una sociedad más justa, democrática y
pacífica.
ANTIGÜEDAD
Uno de los primeros documentos que expresó una visión universalista de los derechos
humanos fue el Cilindro de Ciro, una proclamación del rey persa Ciro el Grande en el siglo VI
a.C., que establecía la libertad de culto, la abolición de la esclavitud y el respeto a las
costumbres locales de los pueblos conquistados.
EDAD MEDIA
En la Edad Media, predominó una visión teocéntrica de los derechos humanos, basada en la
autoridad de Dios y de la Iglesia. El cristianismo y el islamismo fueron las principales
religiones que influyeron en el pensamiento y el derecho medieval. Ambas religiones
defendieron valores como la caridad, la paz, la justicia y los derechos de los pobres y los
oprimidos. Sin embargo, también se produjeron conflictos y violaciones de los derechos
humanos por motivos religiosos, como las cruzadas, las guerras santas o las inquisiciones.
Uno de los documentos más relevantes de esta época fue la Magna Carta Libertatum (Gran
Carta de las Libertades), firmada por el rey Juan I de Inglaterra en 1215. Este documento
limitaba el poder del monarca y reconocía algunos derechos a los nobles y al clero, como el
derecho a no ser arrestado o castigado sin un juicio justo. La Magna Carta fue un precedente
para el desarrollo del constitucionalismo y el parlamentarismo.
Otro hito importante fue el surgimiento del humanismo renacentista en los siglos XIV-XVI.
El humanismo fue un movimiento cultural que recuperó el legado clásico y promovió una
visión antropocéntrica de los derechos humanos, basada en la dignidad, la libertad y el
potencial creativo del ser humano. Los humanistas como Dante Alighieri, Francesco
Petrarca o Erasmo de Rotterdam criticaron las injusticias sociales y políticas y abogaron por
una reforma moral e intelectual.
EDAD MODERNA
Otro documento fundamental fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia en 1789. Esta
declaración era el resultado de la Revolución Francesa, que derrocó al Antiguo Régimen y
proclamó los principios de libertad, igualdad y fraternidad. La declaración reconocía los
derechos naturales e imprescriptibles del hombre, como el derecho a la libertad, a la
propiedad, a la seguridad, a la resistencia a la opresión, a la expresión, a la participación
política y a la presunción de inocencia.
EDAD CONTEMPORÁNEA
En la Edad Contemporánea se han producido importantes avances y desafíos en el
reconocimiento y protección de los derechos humanos. Algunos de estos hechos son: las
guerras mundiales y los genocidios; el surgimiento de los totalitarismos y las dictaduras; el
desarrollo de los movimientos sociales y las organizaciones no gubernamentales; la
descolonización y el surgimiento del Tercer Mundo; la globalización y el neoliberalismo; el
desarrollo tecnológico y científico; y la diversidad cultural y religiosa.
Uno de los logros más destacados de esta época fue la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. Esta
declaración fue una respuesta al horror de la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto, y
representó un consenso internacional sobre los valores y principios fundamentales que
deben regir las relaciones entre los Estados y las personas. La declaración establecía una
lista de 30 artículos que reconocían los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales de todos los seres humanos.
Otro aspecto relevante fue el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos,
que consiste en un conjunto de normas, tratados, órganos e instituciones que tienen como
objetivo garantizar el respeto y la promoción de los derechos humanos en todo el mundo.
Algunos ejemplos de estos instrumentos son: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la
Convención sobre los Derechos del Niño; o la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad.
4. GENERACIONES DE DERECHOS
La primera generación de los derechos humanos se refiere a los derechos civiles y políticos,
que surgieron durante la Ilustración y las revoluciones liberales del siglo XVIII. Estos
derechos tienen como valor la libertad y como función limitar la acción del poder estatal
para garantizar la participación activa y pasiva de las personas en la política. Algunos
ejemplos de estos derechos son:
● Derechos civiles: son los que protegen la esfera privada de los individuos frente a las
injerencias arbitrarias del Estado. Incluyen el derecho a la vida, a la integridad física
y moral, a la libertad de expresión, de asociación, de religión, a la seguridad jurídica,
a la igualdad ante la ley, a la nacionalidad, entre otros.
● Derechos políticos: son los que permiten a los ciudadanos intervenir en el gobierno
y en la formación de las leyes. Incluyen el derecho al sufragio, a ocupar cargos
públicos, a formar partidos políticos, a manifestarse pacíficamente, a acceder a la
información pública, entre otros.
Estos derechos fueron reconocidos por primera vez en documentos como la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos (1776), la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano de Francia (1789) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(1948). También fueron incorporados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (1966), que es un tratado vinculante para los Estados que lo ratifican.
● Derechos económicos: son los que garantizan el acceso a los recursos materiales
necesarios para el desarrollo humano. Incluyen el derecho al trabajo, a un salario
justo, a la seguridad social, a la propiedad privada, entre otros.
● Derechos sociales: son los que garantizan el acceso a los servicios básicos esenciales
para el desarrollo humano. Incluyen el derecho a la salud, a la educación, a la
vivienda, a la alimentación, entre otros.
● Derechos culturales: son los que garantizan el respeto y la promoción de la
diversidad cultural y el libre desarrollo de la personalidad. Incluyen el derecho a
participar en la vida cultural, a disfrutar de las artes y las ciencias, a preservar el
patrimonio cultural, entre otros.
Estos derechos fueron reconocidos por primera vez en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1948) y luego incorporados en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (1966), que también es un tratado vinculante para los
Estados que lo ratifican.
Los derechos personalísimos son aquellos que protegen las manifestaciones o aspectos
esenciales de la personalidad humana, como la vida, la integridad física, el honor, la
intimidad, la imagen, la libertad y la identidad. Estos derechos tienen una gran importancia
subjetiva y objetiva, ya que son inherentes a la dignidad de la persona y constituyen un
mínimo imprescindible para su desarrollo pleno y armónico en la sociedad. Los derechos
personalísimos tienen las siguientes características:
EL DERECHO A LA VIDA
La importancia del derecho a la vida radica en que es la condición básica para el desarrollo
de una vida digna, libre y segura. El derecho a la vida comprende no solo el derecho a no ser
privado de la vida arbitrariamente, sino también el derecho a acceder a las condiciones que
permitan una existencia plena y satisfactoria. Esto incluye el derecho a la salud, a la
alimentación, a la educación, al trabajo, a la vivienda, al medio ambiente sano, entre otros.
El objetivo del derecho a la vida es proteger la vida humana frente a cualquier amenaza o
agresión que pueda ponerla en peligro o vulnerarla. Esto implica que los Estados tienen el
deber de respetar, proteger y garantizar el derecho a la vida de todas las personas bajo su
jurisdicción, así como de prevenir, investigar y sancionar cualquier violación de este
derecho. También implica que los Estados deben abstenerse de aplicar la pena de muerte,
que es una forma extrema e irreversible de violar el derecho a la vida.
El respeto al derecho a la vida implica reconocer y valorar la dignidad de cada persona, así
como su capacidad de contribuir al bien común y al desarrollo de la sociedad. El respeto al
derecho a la vida también implica respetar el derecho a la integridad física y mental, que
prohíbe cualquier forma de tortura, maltrato o trato cruel, inhumano o degradante.
Asimismo, implica respetar el derecho a la seguridad personal, que garantiza que las
personas puedan vivir sin miedo ni inseguridad.
El derecho a la vida es un derecho universal, que se aplica a todas las personas sin distinción
alguna de nacionalidad, sexo, edad, raza, religión, orientación sexual o cualquier otra
condición. El derecho a la vida es también un derecho progresivo, que implica que los
Estados deben adoptar medidas para mejorar las condiciones de vida de las personas y para
prevenir las causas que puedan atentar contra su vida.
Los tratados internacionales de derechos humanos que reconocen el derecho a la vida y que
Argentina ratificó son los siguientes:
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: en su artículo 6 dice que "El derecho
a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá
ser arbitrariamente privado de la vida".
La Convención sobre los Derechos del Niño: en su artículo 6 dice que “Los Estados Partes
reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida” y que "Los Estados Partes
garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño".
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), que en su artículo 19 dispone que “los
Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o
mental” .
EL DERECHO AL HONOR
El derecho al honor tiene una dimensión subjetiva y una dimensión objetiva. La dimensión
subjetiva se refiere al sentimiento de la propia dignidad, al valor que cada uno se atribuye a
sí mismo. La dimensión objetiva se refiere a la reputación que la persona tiene ante los
demás, al juicio que la sociedad forma de su personalidad. Ambas dimensiones son
complementarias y se refuerzan mutuamente.
La importancia del derecho al honor radica en que es una condición esencial para el
desarrollo pleno de la persona, para su participación en la vida social y para el ejercicio de
otros derechos fundamentales. El derecho al honor también contribuye al mantenimiento
de la paz, la convivencia y el respeto mutuo entre las personas y los grupos sociales.
EL DERECHO A LA INTIMIDAD
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en su artículo 11 dice: “1. Toda
persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie
puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia,
en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3.
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que en su artículo 17 dice: “1. Nadie
será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación. 2. Toda persona tiene
derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”.
EL DERECHO A LA IMAGEN
En caso de que se viole el derecho a la imagen de una persona, esta puede reclamar
judicialmente el cese de la violación, la reparación del daño causado y la publicación de la
sentencia que reconozca su derecho.
EL DERECHO A LA LIBERTAD
La importancia del derecho a la libertad radica en que es una condición indispensable para
el ejercicio de los demás derechos humanos y para el pleno desarrollo de las potencialidades
humanas. El derecho a la libertad es también un valor que implica el respeto por la
autonomía, la diversidad y la pluralidad de las personas y los grupos sociales.
El objetivo del derecho a la libertad es garantizar que las personas puedan ejercer su
libertad sin interferencias arbitrarias o ilegítimas por parte del Estado o de terceros. El
derecho a la libertad también busca proteger a las personas frente a situaciones de
privación o restricción de su libertad que puedan afectar su integridad física, psíquica o
moral.
Los límites del derecho a la libertad están dados por el respeto a los derechos y libertades de
los demás, así como por el orden público y el bien común. El derecho a la libertad no es
absoluto ni ilimitado, sino que debe ejercerse con responsabilidad y dentro del marco legal
establecido. El Estado tiene el deber de regular el ejercicio del derecho a la libertad mediante
leyes que sean razonables, proporcionales y no discriminatorias.
La Convención sobre los Derechos del Niño, que en su artículo 15 garantiza el derecho a la
libertad de asociación y reunión pacífica y en su artículo 12 el derecho a expresar libremente
su opinión.
EL DERECHO A LA IDENTIDAD
Este derecho es de vital importancia para el desarrollo integral de las personas, ya que les
permite ejercer otros derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Sin una
identidad reconocida y respetada, las personas pueden quedar excluidas o discriminadas
por la sociedad, o incluso ser víctimas de violaciones graves de los derechos humanos,
como la desaparición forzada, la trata de personas, el genocidio o la tortura. Por eso, el
derecho a la identidad debe ser garantizado por los Estados desde el momento del
nacimiento hasta la muerte, mediante políticas públicas que faciliten el acceso al registro
civil, la documentación, la educación, la salud, la justicia y la participación ciudadana.
El derecho a la identidad está reconocido y protegido por diversos tratados internacionales
de derechos humanos que Argentina ha ratificado:
CLASE 4
★ La tortura: Es el acto de infligir dolor físico o psicológico a una persona con el fin de
obtener información, confesiones, castigarla o intimidarla. La tortura es una grave
violación de los derechos humanos que está prohibida por el derecho internacional.
★ El genocidio: Es el exterminio sistemático y deliberado de un grupo nacional, étnico,
racial o religioso por motivos políticos, ideológicos o económicos. El genocidio es un
crimen contra la humanidad que busca eliminar la diversidad cultural y humana del
mundo.
★ Los crímenes de guerra: Son las violaciones graves del derecho internacional
humanitario cometidas durante un conflicto armado. Estas violaciones incluyen el
asesinato, la violación, el saqueo, el reclutamiento forzoso de niños soldados, el
ataque a civiles o a bienes protegidos, entre otras. Los crímenes de guerra atentan
contra la paz y la seguridad internacionales.
★ La violencia institucional: Es el uso abusivo o ilegítimo del poder por parte de las
autoridades o agentes del Estado contra las personas o grupos sociales. La violencia
institucional puede manifestarse en forma de represión, persecución,
discriminación, corrupción, impunidad, entre otras. La violencia institucional
socava el estado de derecho y la democracia.
★ La violación de los derechos de los pueblos indígenas: Es el desconocimiento o la
negación de los derechos colectivos e individuales que tienen los pueblos originarios
sobre sus territorios, recursos naturales, culturas, lenguas, identidades, autonomía
y participación política. La violación de los derechos de los pueblos indígenas
implica la pérdida de su patrimonio ancestral y su diversidad biológica y cultural.
★ La violación del derecho a un ambiente sano: Es el deterioro o la destrucción del
medio ambiente por acciones humanas que afectan negativamente la salud y la
calidad de vida de las personas y las generaciones futuras. La violación del derecho a
un ambiente sano implica la contaminación del aire, el agua y el suelo, el cambio
climático, la deforestación, la extinción de especies, entre otros problemas
ambientales.
★ El trabajo infantil: Es la explotación económica de niños y niñas menores de 18 años
que realizan actividades que interfieren con su educación, su desarrollo físico y
psicológico o que son peligrosas para su salud y seguridad. El trabajo infantil es una
forma de esclavitud moderna que priva a los niños y niñas de su infancia y sus
oportunidades.
★ La trata de personas: Es el traslado o la captación de personas mediante engaño,
coacción o violencia con el fin de explotarlas sexualmente, laboralmente o para
otros fines ilícitos. La trata de personas es una forma de esclavitud moderna que
vulnera la libertad y la dignidad humana.
★ La explotación laboral: Es el abuso o la violación de los derechos laborales de los
trabajadores y trabajadoras por parte de sus empleadores o intermediarios. La
explotación laboral puede implicar salarios bajos o impagos, jornadas excesivas o
irregulares, condiciones insalubres o inseguras, falta de protección social o sindical,
entre otras situaciones. La explotación laboral afecta negativamente la salud, el
bienestar y el desarrollo humano.
★ El tráfico de órganos: Es la extracción o el comercio ilegal de órganos humanos con
fines de trasplante o de investigación. El tráfico de órganos es una forma de
violencia y de corrupción que pone en riesgo la vida y la salud de las personas
donantes y receptoras.
★ El terrorismo: Es el uso de la violencia o la amenaza de violencia contra personas o
bienes con el fin de causar terror, intimidación o coacción para lograr objetivos
políticos, religiosos o ideológicos. El terrorismo es un atentado contra los derechos
humanos y la seguridad colectiva que busca desestabilizar el orden social y político.
★ La xenofobia: Es el rechazo, el odio o la discriminación hacia las personas o grupos
sociales que son percibidos como extranjeros, diferentes o inferiores por su origen,
cultura, religión, lengua, aspecto físico u otras características. La xenofobia es una
forma de racismo que viola el principio de igualdad y no discriminación.
Estas y otras formas de violación y delito contra los derechos humanos son inaceptables e
injustificables en cualquier circunstancia. Estas formas atentan contra la dignidad humana
y los valores universales que sustentan la convivencia pacífica y democrática. Por ello, es
necesario prevenir, denunciar y sancionar estas formas, así como proteger y promover los
derechos humanos de todas las personas y los pueblos.
La violación y los delitos contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura
militar de 1976 en Argentina.
La dictadura militar de 1976 fue el resultado de un golpe de Estado que derrocó al gobierno
constitucional de Isabel Perón. Los militares tomaron el poder con el pretexto de combatir
la subversión y el terrorismo, pero en realidad instauraron un régimen autoritario y
represivo que violó sistemáticamente los derechos humanos de la población.
Estas son algunas de las formas más graves de violación y delitos contra los derechos
humanos que se cometieron durante la dictadura militar de 1976 en Argentina.
Las formas manifiestas son aquellas que se pueden observar fácilmente y que implican una
acción directa y deliberada de violar los derechos humanos. Algunos ejemplos de formas
manifiestas son la tortura, la desaparición forzada, el genocidio, la esclavitud, la violencia
sexual, el racismo, la xenofobia, la homofobia, etc. Estas formas suelen estar prohibidas por
las leyes nacionales e internacionales y son consideradas crímenes de lesa humanidad.
Las formas no manifiestas son aquellas que son más difíciles de detectar y que implican una
omisión o una acción indirecta o sutil de violar los derechos humanos. Algunos ejemplos de
formas no manifiestas son la pobreza, la exclusión social, la falta de acceso a la educación,
la salud, la vivienda, el trabajo, la cultura, etc. Estas formas suelen ser consecuencia de
estructuras sociales, económicas y políticas injustas que generan desigualdad y
discriminación.
La Constitución Nacional es la norma jurídica suprema que rige nuestro país. Garantiza los
derechos y libertades de las personas. Regula la organización y el ejercicio de los poderes
del Estado. Es la norma jurídica suprema porque las demás leyes deben respetar sus
lineamientos.
Este derecho implica que toda persona tiene la libertad de elegir la ocupación, profesión o
actividad económica que quiera realizar, sin que el Estado o cualquier otra autoridad le
imponga restricciones arbitrarias o discriminatorias. Por ejemplo, una persona puede
decidir ser médico, abogado, artista, comerciante, agricultor, etc., siempre que cumpla con
los requisitos legales y éticos que correspondan a cada caso.
● DE NAVEGAR Y COMERCIAR
El derecho de navegar y comerciar se refiere a la facultad que tienen todos los habitantes de
la Nación de realizar actividades marítimas y mercantiles, tanto dentro como fuera del
territorio argentino, conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio.
- Una empresa argentina puede utilizar rutas de navegación fluvial para transportar
productos desde el interior del país hasta los puertos marítimos para su exportación.
- Las empresas argentinas pueden exportar sus productos a otros países y participar en el
comercio internacional.
Es importante destacar que, aunque estos derechos son fundamentales, están sujetos a
regulaciones y leyes específicas. Por ejemplo, el gobierno argentino puede establecer reglas
para garantizar la seguridad en el transporte marítimo o para regular el comercio de
productos específicos, como alimentos o medicamentos. Estas regulaciones son necesarias
para proteger los intereses públicos y asegurar que estas actividades se realicen de manera
justa y segura.
La petición simple es aquella que se dirige a cualquier autoridad pública, sin necesidad de
invocar un interés legítimo o un derecho subjetivo. La autoridad tiene la obligación de
recibir la petición, tramitarla y dar una respuesta fundada en un plazo razonable. La
petición simple puede ser individual o colectiva, y puede referirse a cualquier asunto de
interés general o particular.
El derecho de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio implica la libertad de elegir
el lugar de residencia, de moverse por el país, de salir y volver al mismo, sin más
limitaciones que las establecidas por la ley. El objetivo de este derecho es garantizar la
libertad de locomoción y residencia, que es un aspecto fundamental de la dignidad humana
y la democracia.
Las restricciones que puede haber respecto a este derecho dependen de si se trata de
argentinos o extranjeros. Para los argentinos, el derecho de entrar, permanecer, transitar y
salir del territorio nacional es prácticamente absoluto, salvo en casos excepcionales por
razones de sanidad, seguridad nacional, orden público o mandato judicial. Para los
extranjeros, el derecho de entrar y permanecer en el territorio nacional puede estar sujeto a
ciertos requisitos, como tener un pasaporte válido, una visa o una autorización migratoria,
cumplir con las normas sanitarias y no tener antecedentes penales. Este derecho es igual
para los argentinos y los extranjeros, siempre que respeten las leyes y las autoridades
locales.
Entre los tratados internacionales que Argentina ha ratificado y que tratan sobre este
derecho se encuentran los siguientes:
Como todo derecho, este no es absoluto, sino que puede estar sujeto a ciertas limitaciones
que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar el respeto a
los derechos o a la reputación de los demás, o la protección de la seguridad nacional, el
orden público o la salud o la moral públicas. Estas limitaciones deben ser proporcionales al
fin perseguido y no pueden afectar el contenido esencial del derecho ni restringirlo por vías
o medios indirectos. Además, el ejercicio del derecho implica deberes y responsabilidades
especiales, por lo que puede estar sujeto a responsabilidades ulteriores en caso de violar la
ley o causar daños injustificados a terceros.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en su artículo 21 afirma que “toda
persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes” y que “la ley puede subordinar tal uso y
goce al interés social”. Asimismo, dispone que “ninguna persona puede ser privada de sus
bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad pública o
de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la ley”.
El derecho de asociarse con fines útiles es uno de los derechos que reconoce la Constitución
Nacional de Argentina en su artículo 14. Este derecho implica que toda persona tiene la
libertad de formar grupos, asociaciones o sociedades con otras personas que compartan un
mismo interés o propósito, siempre que este sea lícito, es decir, que no sea contrario a la ley
ni al bien común. El objetivo de este derecho es fomentar la participación ciudadana, la
solidaridad, la cooperación y el pluralismo en la sociedad. Su relevancia radica en que
permite a las personas expresar sus opiniones, defender sus intereses, realizar actividades
culturales, educativas, deportivas, religiosas, políticas, etc., sin interferencias arbitrarias
del Estado o de terceros. Su importancia se refleja en que contribuye al desarrollo personal y
social de las personas, así como al fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho.
El derecho de asociarse con fines útiles abarca una gran variedad de asociaciones, tales
como clubes, fundaciones, cooperativas, sindicatos, partidos políticos, organizaciones no
gubernamentales, etc. Estas asociaciones son personas jurídicas, es decir, entidades que
tienen derechos y obligaciones propios, distintos de los de sus miembros. Para adquirir
personalidad jurídica, las asociaciones deben cumplir con ciertos requisitos legales, como
tener un estatuto social, un órgano directivo y un patrimonio propio. Además, deben
inscribirse en el registro correspondiente según su naturaleza y finalidad.
El derecho de asociarse con fines útiles no solo está reconocido por la Constitución
Nacional, sino también por diversos tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por Argentina. Algunos de estos tratados son:
Este derecho se refiere a la libertad de las personas de creer, practicar y difundir la religión
o las convicciones que elijan, ya sea de forma individual o colectiva, pública o privada. Este
derecho implica que el Estado debe respetar y proteger las creencias religiosas de sus
habitantes, sin imponer ni favorecer ninguna religión en particular. También implica que
las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines religiosos, a cambiar de
religión o a no profesar ninguna, a recibir educación religiosa o a eximirse de ella, y a
manifestar su religión en lugares de culto, medios de comunicación, obras de arte, etc. El
objetivo de este derecho es garantizar la diversidad y la tolerancia religiosa, así como el
pluralismo democrático y la paz social.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 18): “Toda persona tiene derecho
a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de
cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su
creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza,
la práctica, el culto y la observancia” .
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 18): “Toda persona tiene
derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección, así como la libertad
de manifestar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público
como en privado, mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la enseñanza.
Nadie será objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar su libertad de tener o de
adoptar la religión o las creencias de su elección. La libertad de manifestar la propia religión
o las propias creencias estará sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley que
sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los
derechos y libertades fundamentales de los demás” .
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 12): “Toda persona tiene
derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de
conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de religión o de creencias, así como la
libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente,
tanto en público como en privado. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que
puedan menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de
religión o de creencias. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias
está sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para
proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos o libertades de
los demás. Los padres y en su caso los tutores tienen derecho a que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa y moral que esté acorde con sus propias convicciones” .
● DE ENSEÑAR Y APRENDER
ARTÍCULO 14 BIS
● Condiciones dignas y equitativas de labor: esto implica que los trabajadores deben
recibir un trato justo y respetuoso, sin discriminación ni abuso, y que deben contar
con las medidas de seguridad e higiene necesarias para evitar riesgos y
enfermedades profesionales.
● Jornada limitada: esto significa que los trabajadores tienen derecho a un horario de
trabajo razonable, que no exceda las ocho horas diarias ni las cuarenta y ocho horas
semanales, salvo excepciones establecidas por la ley o por convenios colectivos.
● Descanso y vacaciones pagados: esto quiere decir que los trabajadores tienen
derecho a disfrutar de períodos de descanso diario, semanal y anual, sin que ello
afecte su remuneración ni sus beneficios sociales.
● Retribución justa: esto supone que los trabajadores deben recibir un salario acorde a
la cantidad y calidad de su trabajo, que cubra sus necesidades básicas y las de su
familia, y que les permita acceder a una vida digna.
● Salario mínimo vital móvil: esto significa que el Estado debe fijar periódicamente el
monto del salario mínimo que debe percibir todo trabajador, teniendo en cuenta el
costo de vida, la productividad y la situación económica del país.
● Igual remuneración por igual tarea: esto implica que los trabajadores deben recibir
el mismo salario por realizar el mismo trabajo, sin distinción de sexo, edad,
nacionalidad, religión, opinión política o cualquier otra condición.
● Participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y
colaboración en la dirección: esto significa que los trabajadores tienen derecho a
compartir los beneficios económicos que generan las empresas en las que trabajan,
así como a intervenir en el proceso productivo y en la gestión empresarial, mediante
mecanismos democráticos y representativos.
● Protección contra el despido arbitrario: esto quiere decir que los trabajadores
tienen derecho a mantener su empleo mientras cumplan con sus obligaciones
laborales, y que solo pueden ser despedidos por causas justificadas y previstas por la
ley, con derecho a una indemnización adecuada.
● Estabilidad del empleado público: esto supone que los trabajadores del Estado
tienen derecho a permanecer en sus cargos mientras demuestren idoneidad y
eficiencia, y que solo pueden ser removidos por razones fundadas y mediante un
procedimiento legal.
● Organización sindical libre y democrática: esto implica que los trabajadores tienen
derecho a asociarse libremente para defender sus intereses laborales, sin
interferencia ni represión del Estado ni de los empleadores, y que los sindicatos
deben regirse por principios democráticos y representativos.
● Concertar convenios colectivos de trabajo: esto significa que los trabajadores tienen
derecho a negociar colectivamente con los empleadores las condiciones de trabajo,
tales como salarios, horarios, beneficios sociales, etc., mediante acuerdos escritos y
vinculantes para ambas partes.
● Recurrir a la conciliación y al arbitraje: esto quiere decir que los trabajadores tienen
derecho a resolver pacíficamente los conflictos laborales que surjan con los
empleadores, mediante la intervención de terceros imparciales que faciliten el
diálogo o dicten una solución obligatoria.
● El derecho de huelga: esto implica que los trabajadores tienen derecho a suspender
colectivamente sus actividades laborales cuando consideren que sus derechos o
intereses son vulnerados o desconocidos por los empleadores, como medida de
presión o protesta.
El artículo 14 bis también establece que el Estado debe otorgar los beneficios de la seguridad
social, que tiene carácter integral e irrenunciable. Esto significa que el Estado debe brindar
protección a los trabajadores y sus familias frente a situaciones de contingencia o
necesidad, tales como enfermedad, accidente, invalidez, vejez, muerte, desempleo,
maternidad, etc. Para ello, el Estado debe crear un sistema de seguro social obligatorio,
financiado por los aportes de los trabajadores, los empleadores y el propio Estado. Además,
el Estado debe garantizar otros derechos sociales, como la protección integral de la familia,
la defensa del bien de familia, la compensación económica familiar y el acceso a una
vivienda digna.
4. GARANTÍAS CONSTITUCIONALES.
HÁBEAS CORPUS
El hábeas corpus es una garantía fundamental en el derecho constitucional que tiene como
objetivo principal proteger la libertad personal y ambulatoria de las personas cuando se
encuentre amenazada o restringida ilegítimamente. Esta garantía está consagrada en el
artículo 43 de la Constitución Nacional.
Existen varias clases de hábeas corpus, cada una destinada a abordar situaciones
específicas:
Hábeas Corpus Clásico o Reparador: Se utiliza cuando una persona ya ha sido privada de su
libertad de manera arbitraria o ilegal. Su objetivo es subsanar esta situación y garantizar la
liberación de la persona detenida en condiciones irregulares. Por ejemplo, cuando alguien
es detenido sin una orden escrita de una autoridad competente o cuando se prolonga
ilegalmente la detención después de que haya vencido el plazo legal.
Hábeas Corpus Correctivo: Este tipo de hábeas corpus se utiliza cuando una persona
legalmente detenida experimenta un agravamiento ilegal o arbitrario en las condiciones de
su detención. Su propósito es proteger a la persona de tratos inadecuados o condiciones de
detención que violen sus derechos, como la negación injustificada de visitas familiares o la
falta de suministro de alimentos a una persona detenida.
Hábeas Corpus Preventivo: Se emplea cuando existe una amenaza cierta e inminente de
privación de la libertad que violaría la Constitución, aunque esta privación aún no se haya
concretado. Por ejemplo, cuando se emite una orden de detención por una autoridad que no
tiene competencia para hacerlo.
En todos estos casos, el procedimiento de hábeas corpus en Argentina se rige por la Ley
23.098, que establece un proceso rápido y libre de formalidades para abordar de manera
efectiva las situaciones de restricción ilegítima de la libertad personal o ambulatoria. El juez
que conoce del caso debe tomar medidas para verificar la situación y, si corresponde,
ordenar el cese de la restricción ilegítima y, en casos de delitos públicos, remitir el caso al
Ministerio Público para su investigación.
AMPARO
El amparo es una acción legal que permite a las personas proteger y defender sus derechos
fundamentales, ya sea de forma individual o colectiva. Se utiliza cuando los derechos están
siendo lesionados, restringidos, alterados o amenazados por acciones u omisiones de
autoridades públicas o particulares, y estas acciones u omisiones son consideradas como
arbitrarias o ilegales según la ley. El amparo proporciona un procedimiento judicial rápido y
efectivo para buscar una solución a la violación de derechos y, en ciertos casos, puede llevar
a la declaración de inconstitucionalidad de la norma en la que se basa la acción perjudicial.
- Esta acción u omisión debe lesionar, restringir, alterar o amenazar los derechos y
garantías reconocidos por la Constitución, un tratado o una ley, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta.
-No debe existir otro remedio judicial más idóneo para abordar la violación de derechos.
Si la violación de derechos es causada por una norma, el órgano judicial puede declarar su
inconstitucionalidad. El procedimiento de amparo es ágil y breve, diseñado para
proporcionar una solución rápida a las personas cuyos derechos se ven amenazados de
manera inminente.
Por ejemplo, una persona sin seguro médico puede solicitar al Estado que le proporcione
medicamentos necesarios para su salud a través de una acción de amparo si no puede
comprarlos por sí misma.
Amparo Colectivo: Este tipo de amparo se utiliza para proteger intereses difusos que no
pertenecen a una persona individualmente, sino a un grupo de individuos o a la sociedad en
su conjunto. Los requisitos para el amparo colectivo son similares a los del amparo
individual, pero las partes que pueden presentar esta acción incluyen a la persona afectada,
el defensor del pueblo y las asociaciones registradas que buscan proteger los intereses
afectados por la acción u omisión en cuestión.
Por ejemplo, si una fábrica está contaminando un arroyo que atraviesa una ciudad y afecta a
toda la comunidad, una persona de esa comunidad podría presentar una acción de amparo
colectiva para detener esta actividad, y si se emite una sentencia favorable, beneficiaría a
toda la comunidad.
HÁBEAS DATA
El hábeas data es una importante garantía que permite a las personas acceder a la
información que figura sobre ellas en registros o bancos de datos, así como solicitar la
corrección, actualización, confidencialidad o eliminación de dichos datos cuando sea
necesario. Esta garantía está contemplada en el tercer párrafo del artículo 43 de la
Constitución nacional y se divide en cuatro clases:
Hábeas Data Informativo: Esta clase de hábeas data permite que una persona pueda
solicitar acceso a registros o bancos de datos, tanto públicos como privados, para conocer la
información que existe sobre ella. Es útil para que las personas sepan qué datos se están
recopilando y almacenando sobre ellas.
Hábeas Data Correctivo: Cuando una persona identifica que los datos almacenados en
registros o bancos de datos son falsos, inexactos o imprecisos, puede utilizar el hábeas data
correctivo para exigir la corrección o actualización de esa información. Esto es importante
para garantizar la veracidad de la información personal.
Hábeas Data Preservador: Esta clase de hábeas data permite a la persona titular de los datos
asegurarse de que su información personal no sea difundida públicamente sin su
autorización. Los datos personales deben ser confidenciales y solo pueden ser entregados a
quienes estén legalmente autorizados para obtenerlos.
Hábeas Data Cancelatorio: Cuando una persona considera que la información almacenada
en un registro o banco de datos puede causarle un daño, puede utilizar el hábeas data
cancelatorio para solicitar la eliminación de esa información. Esto es relevante para
proteger la privacidad y evitar daños a la reputación de la persona.
La legalidad y las garantías procesales son conceptos que se refieren al respeto de los
derechos y libertades de las personas en el ámbito del proceso judicial. Su contenido implica
que toda persona tiene derecho a un juicio justo, imparcial y público, en el que pueda
defenderse de las acusaciones que se le formulen, presentar pruebas, recurrir las decisiones
y ser juzgada por un tribunal competente, independiente e imparcial. Su importancia radica
en que son los mecanismos que la Constitución Nacional establece para proteger los
derechos de las personas frente al ejercicio del poder punitivo del Estado y garantizar la
vigencia del Estado de Derecho.
El principio de legalidad penal: establece que nadie puede ser penado sin juicio previo
fundado en ley anterior al hecho del proceso (artículo 18). Esto significa que solo se puede
castigar a una persona por hechos que estén expresamente tipificados como delitos por una
ley vigente al momento de su comisión, y que se haya seguido un proceso judicial con todas
las garantías.
El principio de juez natural: establece que nadie puede ser juzgado por comisiones
especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa (artículo
18). Esto significa que toda persona tiene derecho a ser juzgada por el tribunal que
corresponda según la ley, sin que se pueda crear tribunales especiales para casos
determinados o modificar la competencia de los existentes.
El principio de inocencia: establece que toda persona es inocente hasta que se pruebe lo
contrario (artículo 18). Esto significa que el Estado tiene la carga de probar la culpabilidad
del acusado, y que este no tiene la obligación de demostrar su inocencia ni de declarar
contra sí mismo.
El principio de igualdad: establece que todos los habitantes son iguales ante la ley (artículo
16). Esto significa que no se puede discriminar a ninguna persona por razones de origen,
raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.