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Práctica No.

1 – Unidad 2 de Ética y
Deontología
Tema: Los Derechos Humanos
P r o f e so r a : M o n t se D í a z P e d r och e

INTRODUCCIÓN
1. ¿QUÉ SON Y EN QUÉ SE FUNDAMENTAN LOS DERECHOS HUMANOS?
2. LAS TRES GENERACIONES DE DERECHOS HUMANOS
2.1. PRIMERA GENERACIÓN: L O S DERECHOS DE LA LIBERTAD
2.2. SEGUNDA GENERACIÓN: L O S DERECHOS DE LA IGUALDAD
2.3. TERCERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA SOLIDARIDAD
3. PARADOJAS DE LOS DERECHOS HUMANOS

I N T R O D U CC I Ó N

Los Derechos Humanos son un conjunto de exigencias éticas que preceden a todo
orden l e g a l de cualquier país, u n “horizonte de valores humanos”
universalizable por encima de creencias, religiones y filosofías. Son un
intento de que los seres humanos utilicen su razón y su libertad para construir
un mundo mejor, una “ utopía razonable”. Los Derechos Humanos se
presentan como una especie de “DERECHOS MORALES” ya que son exigencias
éticas, valores que deben ser respetados por todos los seres humanos y
que deben ser garantizados por los gobiernos de todos los pueblos. Su
fundamento filosófico está recogido al inicio de la Declaración de los
Derechos Humanos, y dice así:

“Considerando que el respeto a la dignidad inherente a todos los


miembros de la familia humana y a sus derechos iguales e inalienables
constituye el fundamento de la libertad, de la justicia y de la paz del
mundo ... los pueblos de las Naciones Unidas han proclamado de
nuevo su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad
y el valor de la persona humana”.

Así pues, l o s Derechos Humanos se presentan como un conjunto de


“exigencias éticas” que todos los gobiernos firmantes deben cumplir. Se
trata de unos valores éticos que pretenden ser válidos para todos con
independencia de la lengua, cultura, sexo, religión, etc., valores que se
sitúan entre la Ética y el Derecho e inspiran desde la Ética todas las
constituciones democráticas que hay en el mundo. Los Derechos Humanos
apuestan por el respeto a la persona con su dignidad y sus derechos
inalienables y exigen que los Estados del mundo elaboren leyes
positivas de acuerdo con esta Declaración.

1. ¿ QUÉ SON Y EN QUÉ SE FUNDAMENTAN LOS DERECHOS


HUMANOS?

En principio, se entiende que los Derechos Humanos son los que posee todo
ser humano por el hecho de serlo con independencia de que sean
reconocidos o no por el Derecho. Los Derechos Humanos se han ido
reconociendo a lo largo de la historia, a través de un lento proceso de
aprendizaje moral que no ha terminado todavía. Como antecedentes
históricos de La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 10 de
Diciembre de 1948 destacan:

Declaración inglesa denominada “Bill of Rights” (1689).


Declaración de los Derechos de Virginia de los EE.UU. de América
(1776).
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789 y
1793).

En todas estas Declaraciones y documentos históricos existe una visión del


ser humano en la que se defiende la dignidad inalienable y esencial de
toda persona humana, por encima y al margen de cualquier circunstancia
accidental como nacionalidad, sexo, lengua, religión o nivel de instrucción.
Las primeras elaboraciones de un auténtico código de Derechos Humanos
tuvieron

lugar en los ambientes liberales y democráticos del siglo XVIII.


Manteniéndose en este espíritu, pero fecundado con las nuevas ideas
socialistas, sindicalistas y humanistas, casi 150 años después de las
Declaraciones americana y francesa, el día 10 de diciembre de 1948
la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.

Esta Declaración surgió después de las trágicas consecuencias de la


Segunda Guerra Mundial (millones de muertos, persecuciones raciales y
políticas, campos de concentración y de exterminio, bombas atómicas
de Hiroshima y Nagasaki, etc.) y tras la derrota de los ejércitos nazis,
fascistas e imperialistas. En la Declaración Universal de los Derechos
Humanos se reflejan aquellas dolorosas experiencias, y se insiste en la
dignidad, la igualdad y la libertad de las personas y en la necesidad de la
paz y de la cooperación entre todos los Estados.

Así pues, los Derechos Humanos se fundamentan en la inalienable


dignidad de la persona humana y poseen vigencia universal. Esto implica
los siguientes aspectos:

1. Ninguna persona puede ser privada de ellos.

2. Deben ser respetados por la legislación de todos los Estados.

3. Han de servir como marco de referencia para organizar la vida social


y política.

4. Han de constituir el código básico y fundamental de la justicia de


todas las naciones y del Derecho Internacional

Los Derechos Humanos son exigencias elementales que puede plantear


cualquier ser humano por el hecho de serlo, y que tienen que ser
satisfechas porque se refieren a unas necesidades básicas, cuya
satisfacción es indispensable para que puedan desarrollarse como
seres humanos. Son unos derechos tan básicos que sin ellos resulta difícil
llevar una vida digna. Por ser tan necesarios para la persona se dice que
son:

Universales: se deben reconocer a TODOS los seres humanos. Son unas


exigencias mínimas que se deben garantizar en reconocimiento de su
condición de humanos. Prioritarios: al entrar en conflicto con otros
derechos, tienen que ser protegidos de una forma prioritaria.
Innegociables: ninguna sociedad debe negar la protección de estos
derechos a sus miembros. Además, todas las sociedades tienen
que contribuir en el contexto mundial para lograr que se respeten
los derechos de todas las personas, sea cual fuere la sociedad
concreta a la que pertenezcan.

En conclusión, los Derechos Humanos (DD.HH.) son unos mínimos morales


de justicia que deben ser satisfechos porque sin ellos no se puede construir
una sociedad justa ni un mundo en paz y armonía
2. LAS TRES GENERACIONES DE DERECHOS HUMANOS

Como indicábamos más arriba, los Derechos Humanos se han ido


reconociendo a lo largo de la historia a través de un lento proceso de
aprendizaje moral que no ha terminado todavía. En este proceso se pueden
distinguir, hasta ahora, tres grandes fases que suelen ser denominadas
“las tres generaciones” de los Derechos Humanos. Estas tres
generaciones constituyen, por el momento, los requisitos básicos para
llevar una vida digna. Cada una de estas generaciones alumbró un
determinado conjunto de derechos.

2.1. PRIMERA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA LIBERTAD

La “primera generación” es la de los derechos civiles y políticos.


Empezaron a ser reivindicados por la burguesía frente al Antiguo Régimen
Feudal a partir del siglo XVI, y son los que reivindicaban los revolucionarios
liberales de los siglos XVII y XVIII frente a las monarquías absolutas. Son las
libertades individuales y los derechos de participación política: el derecho
a la vida y a la integridad física, a pensar y a expresarse libremente, a
reunirse con quien se desee, a desplazarse libremente, a participar en el
gobierno del propio país, a no ser detenido sin motivo legal, a ser juzgado
con garantías de imparcialidad, las protecciones del derecho a la intimidad y
a la buena fama, los derechos de la propiedad privada y de la libre
contratación, a comerciar libremente, entre otros. En líneas generales,
podemos considerar estos derechos como inspirados en un valor moral
básico que les sirve de guía: la libertad.

Este grupo de derechos está relacionado con el concepto de Estado de


Derecho de la tradición liberal: un “Estado de Derecho” es todo aquel
sistema político que respeta las libertades básicas y nadie se encuentra
“por encima de la ley”. El pensamiento liberal afirma que los individuos
poseen unas libertades que nadie puede violar, y el Estado menos aún,
puesto que la única misión de éste consiste, precisamente, en garantizar
su cumplimiento. Los teóricos liberales entienden que los derechos
individuales funcionan como exigencias totalmente prioritarias que deben
prevalecer frente a cualquier pretensión que se intente en su contra. Por
esta razón se puede considerar al Estado liberal como un Estado de
Derecho, es decir, como el tipo de Estado en el que todos, especialmente los
poderes públicos, están obligados por las leyes a respetar los derechos
básicos de las personas.

2.2. SEGUNDA GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA IGUALDAD

Los derechos de la Segunda Generación son los económicos, sociales y


culturales como el derecho a la educación, a la atención sanitaria, a la
protección contra el desempleo, a un salario digno, al descanso y al ocio, a
una jubilación digna, a disfrutar de los bienes culturales, etc. Ha sido el
movimiento obrero durante los siglos XIX y XX el que ha ostentado el
principal protagonismo en la lucha por el reconocimiento efectivo de estos
derechos. Con estos derechos se pretende dotar de un apoyo real a los
derechos de la Primera Generación, porque difícilmente se pueden ejercer
los derechos civiles y políticos si no se tiene un mínimo de ingresos
económicos, una protección contra la enfermedad o un nivel cultural mínimo.

Este tipo de exigencias fue abriendo camino a una nueva mentalidad según
la cual es necesario que el Estado no se limite a mantener el orden público
y el cumplimiento de los contratos, sino que actúe positivamente para que
los derechos de la Primera Generación no sean un privilegio de unos
cuantos sino una realidad para todos. Por esta razón se dice que la
Segunda Generación constituye un conjunto de exigencias de la igualdad.

Este grupo de derechos, junto con los de la Primera Generación, configura


un nuevo modelo de Estado que se denomina Estado Social de Derecho.
El añadido de “social” a la expresión “Estado de Derecho” significa que
ahora no sólo se trata de que los ciudadanos sean “libres e iguales ante
la ley”, sino que además se están poniendo medidas para que todos
accedan a los bienes básicos necesarios para tomar parte en la vida
política y cultural. El Estado Social de Derecho garantiza las mismas
libertades que el modelo liberal y además intenta redistribuir la riqueza
para asegurar que se protejan los derechos económicos, sociales y
culturales.
2.3. TERCERA GENERACIÓN: LOS D E R E C H O S DE L A SOLIDARIDAD

Por último, los derechos de la Tercera Generación son unos derechos muy
básicos de los que se ha empezado a hablar hace poco: se trata d e l derecho
a vivir en una sociedad en paz y a desenvolverse en un medio ambiente
sano (no contaminado). Evidentemente, si no se cumplen estos derechos
no parece posible que se puedan ejercer los de las dos generaciones
anteriores. En este caso no basta con que se tomen medidas en el
interior de un Estado, porque el cumplimiento de estos derechos precisa
un esfuerzo de solidaridad entre todas las naciones y pueblos de la Tierra.
Es necesaria la solidaridad internacional para que se puedan cumplir los
derechos de la Tercera Generación, pues ¿cómo se podrá acabar con la
contaminación del medio ambiente si unos países se comprometen a no
contaminar y otros no? o ¿cómo se podrá acabar con las guerras mientras no
haya un firme compromiso de todos para controlar el tráfico de armas? No
obstante, la comunidad internacional apenas está comenzando a dar los
primeros pasos para que estos derechos sean algún día una realidad.

En resumen, podemos decir que cada una de las tres generaciones de


derechos plantea las exigencias de la dignidad humana que se contienen
en los tres valores básicos de la tradición política de la Modernidad, que
son la libertad, la igualdad y la solidaridad, y que podemos representar
mediante el siguiente esquema:

Derechos Valor moral guía Modelo de Estado


Humanos
1ª Generación Liberta Estado de Derecho
d
2ª Generación Igualda Estado Social de
d Derecho
3ª Generación Solidaridad Estados Solidarios
entre sí

3. PARADOJAS DE LO S D E R E C H O S HUMANOS

Los Derechos Humanos plantean en la actualidad una serie de paradojas que


es necesario tener presentes para saber cuál es su realidad.

La primera de estas paradojas es que no son una realidad conseguida.


Al revés, se puede decir que las violaciones cotidianas de los Derechos
contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
constituyen el núcleo esencial de la información diaria de los medios
de comunicación.

Otra paradoja se encuentra en el hecho de que, aun siendo aceptados


por todos los países del mundo, los Derechos Humanos no constituyen un
conjunto de leyes positivas, propias de un código jurídico coercible, puesto
que no hay un Estado mundial ni un poder internacional legalmente
constituido capaz de obligar a su cumplimiento. Tampoco existen
tribunales que condenen mediante sentencias ejecutivas a penas por su
incumplimiento. Éste ha sido y es el caso de muchos gobiernos
condenados moral y políticamente por las Naciones Unidas y por Amnistía
Internacional (Somalia, Guatemala, Sudán, EE.UU., etc.) por
quebrantar los Derechos Humanos de modo continuo, pero que siguen
haciéndolo impunemente. Es verdad que existen mecanismos de
denuncia de violaciones de los Derechos Humanos a
determinadas instancias como la O.N.U. o el Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya (Holanda). Asimismo, en Europa existe el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo en el que todos
los ciudadanos europeos pueden interponer recursos jurídicos contra un
Estado miembro del Consejo de Europa por violación de los Derechos
Humanos. Sin embargo, todas estas instancias, aunque pueden condenar,
no pueden sancionar ni hacer que la condena sea efectiva ni obligar a
su cumplimiento. Por todo esto, en demasiadas ocasiones la Declaración
Universal de los Derechos Humanos se queda en papel mojado,
burocracia o simple hipocresía.
Finalmente, hay quienes acusan a los Derechos Humanos de
etnocéntricos porque han sido promulgados desde la cultura
occidental. Sin embargo, no se trata de unos derechos terminados
definitivamente sino de algo que debe estar sometido a constante
crítica y revisión, no se trata -o no debe tratarse- de imponer nuestra
cultura al resto del mundo, sino de intentar establecer, a través del
diálogo entre todas las culturas, unos valores que si no son
universales al menos sean universalizables, es decir, dignos de ser
universalizados.

Para concluir, me gustaría hacer hincapié en que los


Derechos Humanos son unos mínimos de justicia imprescindibles para
construir un mundo más justo y humano en el que podamos convivir en paz y
armonía todas las razas y todas las culturas. En definitiva, se trata de una
utopía razonable que depende de nuestro esfuerzo que se haga
realidad. Y, generalmente, el problema fundamental no está tanto en el
reconocimiento de estos derechos sino en su puesta en práctica, pues la
violación de los mismos no sólo se produce en los países pobres sino
también en los países que tenemos la ironía de llamarnos desarrollados.

Actividades
1. Trate de dar una definición sobre los Derechos Humanos.

2. Explique en qué se fundamenta los Derechos Humanos.

3. En un cuadro de doble entrada explique las tres generaciones de los Derechos Humanos.

4. Explique en qué consisten las paradojas de los Derechos Humanos.

5. Elabore un organizador de conocimiento sobre los Derechos Humanos

¿QUÉ SE DEFIENDE EN TODAS LAS DECLARACIONES Y DOCUMENTOS HISTÓRICOS SOBRE DERECHOS


HUMANOS, Y A PARTIR DE ELLO, QUÉ RIESGOS ENFRENTA O ENFRENTARÍA LA SOCIEDAD QUE NO
DEMUESTRE RESPETO?

Se defiende la dignidad, la libertad y la igualdad esencial de toda persona


humana, por encima d e cualquier circunstancia accidental o aspectos como
nacionalidad, sexo, lengua, religión o nivel de instrucción.

Puesto que no hay un poder internacional legalmente constituido capaz de


obligar a su cumplimiento. Tampoco existen tribunales que condenen mediante
sentencias ejecutivas a penas por su incumplimiento. En demasiadas
ocasiones la declaración Universal de los Derechos Humanos se queda en
papel mojado, burocracia o simple hipocresía.

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