Unidad 2
Unidad 2
Unidad 2
producto/servicio.
Para que las expectativas de la empresa se cumplan, será preciso realizar un análisis
continuo de los productos, para lo cual el marketing ofrece una serie de parámetros de
medición de los mismos.
Será muy importante que la empresa posea, en cada momento, el producto adecuado
que estimule la demanda.
Verás lo importante que es para la empresa, crear nuevos productos y cómo puede
hacer que éstos, se diferencien del resto, ya que, los productos no son simples objetos
que se ponen a la venta en los establecimientos, tienen otros muchos aspectos que hacen
que sean elegidos entre muchos.
Patricio Bonta y Mario Farber, autores del libro "199 preguntas sobre
Marketing y Publicidad", nos brindan la siguiente definición de lo que es el
producto: “el producto es un conjunto de atributos que el consumidor
considera que tiene un determinado bien para satisfacer sus necesidades o
deseos”.
Stanton, Etzel y Walker, autores del libro "Fundamentos de Marketing", definen
el producto como "un conjunto de atributos tangibles e intangibles que abarcan
empaque, color, precio, calidad y marca, más los servicios y la reputación del
vendedor; el producto puede ser un bien, un servicio, un lugar, una persona o
una idea".
Según Jerome McCarthy y William Perrault, autores del libro "Marketing
Planeación Estratégica de la Teoría a la Práctica", el producto "es la oferta con
que una compañía satisface una necesidad".
Para Ricardo Romero, autor del libro "Marketing", el producto es "todo aquello,
bien o servicio, que sea susceptible de ser vendido. El producto depende de los
siguientes factores: la línea (por ejemplo, calzado para varones), la marca (el
nombre comercial) y por supuesto, la calidad".
La American Marketing Asociation (A.M.A.), define el término producto, como
"un conjunto de atributos (características, funciones, beneficios y usos) que le
dan la capacidad para ser intercambiado o usado. Usualmente, es una
combinación de aspectos tangibles e intangibles, así, un producto puede ser una
idea, una entidad física (un bien), un servicio o cualquier combinación de los
tres. El producto existe para propósitos de intercambio y para la satisfacción de
objetivos individuales y de la organización".
Según el Diccionario de Marketing, de Cultural S.A., el producto "es cualquier
objeto, servicio o idea que es percibido como capaz de satisfacer una necesidad
y que representa la oferta de la empresa, es el resultado de un esfuerzo creador y
se ofrece al cliente con unas determinadas características. El producto se define
también como el potencial de satisfactores generados antes, durante y después de
la venta, y que son susceptibles de intercambio, aquí se incluyen todos los
componentes del producto, sean o no tangibles, como el envasado, el etiquetado
y las políticas de servicio".
Se puede decir en base a las concepciones expuestas que el producto es, el resultado
de la capacidad creativa de las empresas, que tiene un conjunto de atributos tangibles
(forma, tamaño, color, precio…) e intangibles (marca, imagen de empresa, servicio...)
que son percibidos por los clientes reales o potenciales como capaces de satisfacer sus
necesidades o deseos.
Por tanto, un producto puede ser un bien (una guitarra), un servicio (un examen
médico), una idea (los pasos para dejar de fumar), una persona (un político) o un
lugar (playas paradisíacas para vacacionar), y existe para:
Propósitos de intercambio.
La satisfacción de necesidades o deseos.
Para ayudar a la consecución de los objetivos de una organización
(lucrativa o no lucrativa)".
Para una mejor comprensión de los términos producto y servicio, podemos decir que la
diferencia está marcada principalmente por la tangibilidad o no del bien; dicho de
otra forma, los productos de consumo, industriales... se pueden ver y tocar mientras que
los servicios financieros, turísticos, de ocio y otros, no.
Entonces, ¿cómo debe ser un producto o servicio de manera que sea atractivo para los
clientes? ¿Qué características debe tener?
Según el fallecido Billy Mays (rey de la televenta), un producto o servicio para ser
atractivo para los clientes, debe tener las siguientescaracterísticas:
Piensa que los productos son susceptibles de un análisis de los atributos tangibles e
intangibles, que conforman lo que puede denominarse como su personalidad.
Clasificación general, tres grandes categorías que dependen de quién los usará, cómo y
de la cantidad de veces que se usa el producto):
1. Productos de consumo, están destinados al consumo personal en los hogares.
2. Productos de negocios, la intención de los productos de negocios es la reventa,
su uso en la elaboración de otros productos o la provisión de servicios en una
organización.
3. Productos según su duración y tangibilidad, este tipo de productos está
clasificado según la cantidad de usos que se le da al producto, el tiempo que dura
y si se trata de un bien tangible o un servicio intangible.
Clasificación Específica.
1. La dimensión física o tangible, que se percibe por los sentidos (tamaño, forma,
color, peso, diseño, etc.) y es problemática en los servicios, que son intangibles
por su propia naturaleza.
2. Producto ampliado, que está constituida por la dimensión tangible más los
productos y servicios que la complementan (por ejemplo, manuales de
instalación y uso, comida en los vuelos, transporte a domicilio).
3. Dimensión genérica, utilitaria o producto básico, que es el beneficio o utilidad
que el comprador espera obtener a través de las funciones que el producto le
ofrece.
Unos permanecen mucho tiempo y otros tienen una duración efímera. Aún más,
podemos preguntarnos:
No cabe duda, de que al ser cierto este concepto, el conocimiento de dónde nos
encontramos y cuáles son las características de la etapa que va a venir, nos permitirá
sacar importantes ventajas si nos preparamos a tiempo.
El ciclo de vida del producto es un concepto aceptado hoy día por casi todos, pero no
siempre se utiliza y menos aún adecuadamente.
Pensemos que, como toda teoría de base experimental, puede tener excepciones, o
mejor, no adaptarse muy bien a ciertos productos.
Lanzamiento o introducción.
Turbulencias.
Crecimiento.
Madurez.
Declive.
En resumen, esta fase se caracteriza por una rentabilidad negativa, debido a los
grandes recursos que son precisos para fabricar, lanzar y perfeccionar el producto,
en comparación al volumen de ventas que se consigue.
Fase de turbulencias, la experiencia profesional nos ha hecho comprender la
importancia de esta etapa, que a veces llega a pasar tan desapercibida, por su carácter
efímero en el tiempo y la circunstancia de que algunos autores no la contemplan. Ahí es
donde radica el activo del auténtico marketing, es ser consciente de que el producto,
como todo ser vivo, tiene un ciclo que hay que controlar y medicar, cuando está en sus
primeros meses.
Por tanto, podríamos enmarcar esta etapa como la que puede llegar a producir fuertes
convulsiones en la trayectoria del producto, tanto por las presiones externas o del
mercado, como internas por la propia empresa, en sus luchas políticas y de personal.
Lógicamente si se sabe tener dominio sobre las circunstancias que las producen, la
solución vendrá pronto y hará que inicie la siguiente etapa fortalecida.
Se puede decir que cuando un producto llega a esta fase, ha de permanecer en ella el
mínimo tiempo posible y siempre de forma transitoria, pues las ventas entran en
declive, los beneficios disminuyenmás por la escasa demanda que por los costes y la
imagen de marca empieza a deteriorarse.
Una vez estudiadas estas fases se puede concluir, que situar los productos en su fase es,
sin duda, un paso previo e indispensable para orientar la política de marketing de la
empresa.
Una vez que hemos optado por esta última, denominada política de extensión de vida
del producto, potenciaremos las ventas por diferentes caminos, marcados por el
responsable del departamento de marketing.
Para alargar el ciclo de vida del producto nos centraremos en dos aspectos:
Los responsables de marketing en base a los dos aspectos anteriores, han diseñado
diferentes técnicas para evitar o retrasar la etapa de declive del producto y entre las
estrategias que utilizan los productores tenemos:
Otro aspecto a tener en cuenta en la política de producto de las empresas es, queante
una situación de mercados saturados, deberán actuar sobre el producto en un
mercado segmentado.
Para ello, la empresa debe tener muy claro los mercados a los que se va a dirigir y las
dimensiones de sus costes, para adoptar una línea de segmentación y diferenciación.
a. Todo para todos. Tener y ofrecer cualquier producto o servicio que el cliente
solicite, lo que implica una gestión compleja y arriesgada (ejemplo, grandes
almacenes).
b. Todo para algunos. Tener un surtido completo, pero con un destino limitado a
cierto grupo de consumidores (ejemplo, empresas especializadas en productos
para mujeres embarazadas, bebés y niños).
c. Algo para algunos. Ofrecer una parte limitada de productos a algún sector o
sectores de la población (ejemplo, firmas de comida rápida).
Una vez definida la política de producto y los objetivos, la empresa definirá su cartera
de productos con unos criterios de racionalidad y nunca emocionales.
Las empresas deben realizar una asignación óptima de sus recursos entre las
distintas marcas y productos de la cartera de productos.
Los instrumentos o modelos de cartera son de gran utilidad para formular la estrategia,
para decidir la situación futura de los productos, y por tanto, asignar los recursos
disponibles.
Vamos a analizar la cartera, pero hay que definir en principio a qué nivel vamos a
trabajar y para ello distinguimos las siguientes etapas para la operatividad de los
instrumentos:
Anchura de la cartera
Cuidado Cuidado de la Cuidado de la Belleza
femenino y salud y aseo ropa y del
del Bebé personal hogar
Dodot Braun Ariel Panten Pro-V
Longitud de Kandoo Gillette Fairy Heads&Soulders
la línea Happyjamma Oral B Don Limpio Herbal essences
Evax Fluorocaril Ambi Pur Aussie
Tampax Kukident Duracell Max fctor
Ausonia Vicks Vicks Gillete venus
Lindor ausonia Sebastian
Professional
Sassoon
Kadus
6.2.- La matriz de crecimiento y
participación del Boston Consulting
Group (BCG).
Con el objetivo de analizar la posición estratégica de un producto o una unidad
estratégica de negocios (UEN), en 1970, una firma de asesoría gerencial, el Boston
ConsultingGroup, crea el modelo de análisis de la cartera de negocios, también
conocida como análisis de portafolio; más conocida como matriz BCG o matriz de
crecimiento-participación.
Por medio de este análisis, no sólo sabemos qué estrategias de marketing aplicar, sino
también superpone elementos de análisis financiero, tales como generación y
requerimientos de fondos, según cada etapa del producto; es una redefinición del
concepto tradicional del ciclo de vida del producto. Las etapas son:
Creación de ideas, cada producto nuevo es resultado de una idea, y cuanto más
numerosas sean las ideas generadas mejor, más probabilidades habrá de
seleccionar la mejor.
Selección de ideas o tamizado, se deberá realizar la clasificación de las diversas
propuestas por orden de categorías, eligiendo el conjunto más atractivo posible
dentro de los recursos de la empresa.
Análisis del negocio (rendimiento), las tareas que habrán de realizarse durante
esta etapa son: calcular costos, ventas, utilidades e índices de rendimiento
futuros del nuevo producto, y verificar la compatibilidad con los objetivos de
la empresa. Si es así, seguirá desarrollándose el producto; en caso contrario, será
eliminado.
Desarrollo del producto, en esta cuarta etapa, ya puede vislumbrarse la
factibilidad de comercializar y convertir el proyecto en un producto tangible
(físico); para tal efecto, se desarrolla un prototipo o modelo que pueda
elaborarse a un bajo costo y que atraiga a los clientes. Una vez que tenemos el
prototipo del producto hay que hacer un Test de Producto, que consiste en
comprobar si los clientes entienden el producto y las necesidades que se
pretenden satisfacer.
Mercado de prueba, en esta etapa se ensaya por primera vez el producto se
pone a la venta en un mercado reducido, pero bien seleccionados, cuya
información represente las reacciones del consumidor.El mercado prueba
presenta dos inconvenientes: que solo permite observar las primeras
compras y no el efecto repetición; y que descubrimos nuestra estrategia a la
competencia.
Comercialización, en esta etapa el producto ya está en situación óptima para ser
introducido en el mercado, el artículo está en plena producción, y la elección de
la marca y su presentación están ya terminadas. El momento de la
comercialización representa una inversión fuerte, tanto en dinero como en
personal especializado, y un factor importante que debe considerarse durante
este último periodo, es la competencia, factor determinante para el éxito y el
futuro del producto.
Por su parte, la Ley de Marcas española de 1988, la define como: todo signo o medio
que distinga o sirva para distinguir en el mercado productos o servicios de una persona,
de productos o servicios idénticos o similares de otras personas.
Es preciso dentro de este apartado, comentar brevemente lo que se entiende por marca
con nombre genérico: es cuando una marca sirve para describir una serie de
productos, perdiendo así toda la función como marca.
Las causas por las que una marca puede llegar a ser nombre genérico, son:
El registro de una marca se otorga por diez años, pudiendo renovarse indefinidamente
por períodos de diez años, abonando la correspondiente tasa de renovación.
Sin embargo, hay marcas que por su difusión, pueden alcanzar un mayor
conocimiento entre el público consumidor, por lo cual es necesario
hablar de marcas notorias.
Si queremos que nuestros servicios sean percibidos de forma distinta, éstos deben ser
diferenciados del resto. la percepción que tienen los consumidores de nuestros
productos es lo que se denomina imagen, que es la representación en la mente del
cliente, de los atributos y beneficios percibidos del producto. La imagen de un
mismo servicio puede ser distinta en los diferentes segmentos de mercado
La percepción que tienen los clientes sobre la marca, se forma como consecuencia de
las distintas impresiones, sensaciones e informaciones que reciben sobre el producto, y
cristaliza en sus mentes en una clasificación que establece un orden preferencial de las
distintas ofertas que hay en el mercado, de tal forma, que su decisión de compra, recae
normalmente en las marcas o productos posicionados en los primeros lugares de esa
clasificación.
Las empresas deben conocer los elementos que permiten al producto o servicio,
alcanzar el óptimo nivel de imagen y posicionamiento en el mercado, buscando
herramientas que nos faciliten el camino a seguir.
Como en cualquier negocio, existe riesgo e incertidumbre acerca del éxito o el fracaso y
el planear contribuye a resolver problemas en las empresas, saber que necesidades o
deseos tienen las personas, podemos decir que se traduce, en negocio y el empresario
debe buscar la manera de satisfacerlos. Después de haber definido en que sector
industrial va a desarrollar su producto o servicio, debe definir cuales son los métodos
para satisfacer las necesidades.
1. Seguir explotando esa calidad percibida (actuación poco ética y que tarde o
temprano pasa factura a la empresa).
2. Mejorar la calidad del producto hasta llegar al nivel de la calidad percibida.
¿Cómo es? El formato más clásico del mapa de posicionamiento consiste, en dos ejes
(vertical y horizontal) que se cruzan y en cuyos extremos sitúas el valor mínimo y
máximo de cada parámetro a analizar. Hay versiones más sofisticadas que, además de la
posición de cada competidor, te permiten incorporar otros valores (como su cuota de
mercado) para aportar más información.
Las marcas E, D, y F están un poco más dispersas. E y D se decantan más claramente por el
segmento 1. Sin embargo, la maca F no está muy orientada para el segmento 1.
El análisis funcional tiene por objeto, conocer cada una de las acciones que tienen lugar
dentro de nuestra actividad, sin llegar a determinar cuales representan nuestros puntos
fuertes o débiles. Se trata de un proceso de identificación, parece un proceso sencillo,
pero que nos descubrirá métodos pocos perceptibles a primera vista dentro de nuestra
actividad.
También nos proporcionará una visión global de la empresa y de los procesos que
intervienen en ella y, será un buen momento para diseñar nuestro organigrama, si es que
no disponemos de él o lo tenemos obsoleto.
Por último este análisis dará paso al diagnóstico interno de la empresa como paso previo
a la elaboración de un informe sobre la cartera de productos de la empresa. Para llegar a
ese punto, es necesario el haber elaborado, con la ayuda de herramientas informáticas,
una base de datos de los productos, que nos permita realizar consultas e informes por
líneas, familias y categorías de los productos que comercializa la empresa, registrando
todo tipo de información relevante sobre características técnicas, usos, presentación,
envase y marca de los mismos.
13.- Elaboración de informes sobre
productos, utilizando herramientas
informáticas.
En un informe sobre producto, debes recoger toda la información derivada del estudio
del producto, que permita a la dirección de marketing tomar una decisión sobre la
política de producto a adoptar
¿Cómo deben presentarse los informes?, para una adecuada presentación de los
informes de cada una de las variables (producto, precio, distribución y comunicación)
por separado, así como para el informe sobre el marketing-mix, se deberán utilizar
aplicaciones informáticas.
Definición del producto, en esta parte debe hacerse una descripción exacta del
producto o los productos de la empresa. Esto debe ir acompañado de las normas
de calidad que edita la Dirección General de Normas (D.G.N.) de la Secretaría
de Comercio y Fomento Industrial, en caso de que existan para ese producto en
particular (por ejemplo, en el caso de tratarse de una pieza mecánica, un mueble
o herramienta, el producto deberá acompañarse de un dibujo a escala, que
muestre todas las partes que lo componen y la norma de calidad en lo que se
refiere a resistencia de materiales, etc. En el caso de productos alimenticios, se
anotarán las normas editadas por la Secretaría de Salud en materia de
composición porcentual de ingredientes y aspectos microbiológicos. Se hará
referencia a la marca del producto o servicio, así como a su envase.
Naturaleza y uso del producto, los productos se pueden clasificar desde distintos
puntos de vista, como ya hemos visto en esta unidad. Es conveniente clasificarel
producto e identificarlo en el mercado al que pertenece, con la finalidad de
identificar los productos competidores al propio y las características del
mercado en el que opera.
Cálculo de la tendencia del coste del producto, a partir de los datos referentes al
coste del producto desde su introducción en el mercado, se aplicará la técnica
estadística más adecuada (normalmente suele emplearse el ajuste por el método
de mínimos cuadrados), que nos muestre la tendencia del coste del producto.
Análisis de la cartera de productos, en este apartado deberá figurar la
información referente a los siguientes aspectos:
o Análisis DAFO.
o Ciclo de vida del producto.
o Los resultados económicos del producto, es decir, analizar los productos
en función de su rentabilidad (análisis de la matriz BCG).
Análisis del posicionamiento del producto, determinará la posición que el
producto objeto de estudio ocupa en el mercado, según las percepciones de los
consumidores, en relación con otros productos de la competencia o producto
ideal. Así mismo, se deberán incluir los posibles huecos de mercado detectados
mediante el análisis del posicionamiento.
Conclusiones, es aquí donde se reflejarán los datos obtenidos del estudio de
forma clara y precisa, mostrando la situación del producto, así como si es
posible o adecuado el lanzamiento de un nuevo producto al mercado. Con la
ayuda de un procesador de textos y otras herramientas que faciliten el análisis de
la cartera de productos, presentaremos la información que permitirá a la
dirección, tomar decisiones sobre la política de producto a adoptar por la
empresa.
Según Levitt los productos, igual que los seres vivos, nacen, crecen, se desarrollan y
mueren, pero el mundo de la empresa hace que estos conceptos puedan quedarse algo
obsoletos, ya que en la actualidad el ciclo de vida tiene una nueva etapa vital para el
desarrollo satisfactorio del producto, estamos hablando de la de turbulencias.
Por tanto, en el siglo XXI debemos hablar de cinco etapas, que de forma gráfica puedes
ver en la presentación de powerpoint:
1. Lanzamiento o introducción.
2. Turbulencias.
3. Crecimiento.
4. Madurez.
5. Declive.
Por tanto, se trata solamente de tener una visión más amplia y por tanto es necesario
repetir lo expresado para que tenga sentido los aspectos añadidos.
En resumen, esta fase se caracteriza por una rentabilidad negativa debido a los
grandes recursos que son precisos para fabricar, lanzar y perfeccionar el
producto, en comparación al volumen de ventas que se consigue.
a. Producto.
¿Sacamos el producto a nivel nacional o probamos en
zonas piloto?
¿Responde el producto a las necesidades del mercado que
se fijaron en el estudio?
¿Debemos realizar modificaciones del producto inicial?
¿Tiene la calidad adecuada?
b. Precio y condiciones.
El precio fijado de lanzamiento, ¿es aceptado por el
cliente final y el canal intermediario?
¿Considera este último las condiciones económicas
válidas para trabajar bien con el producto?
¿Hemos de incentivarlos durante la etapa inicial?
c. Canal de distribución.
¿Se ha acertado con el canal elegido o debemos cambiar?
¿Debemos abrir el producto a otros canales?
d. Organización comercial.
¿Creamos un equipo nuevo para su lanzamiento?
¿Ponemos a nuestros mejores vendedores?
¿Contratamos un taskforce para su lanzamiento?
¿Incentivamos al equipo para su introducción?
e. Campaña de comunicación.
¿Está respondiendo la demanda potencial como
esperábamos?
¿Elegimos bien los medios?
¿Existen otros medios fuera y que no hemos utilizado?
¿Cuántas campañas de promoción hemos de realizar?
¿Nos puede ayudar el marketing directo?
¿Cómo nos puede ayudar Internet?
Fase de turbulencias. La experiencia profesional nos ha hecho comprender la
importancia de esta etapa, que a veces llega a pasar tan desapercibida por su
carácter efímero en el tiempo y la circunstancia de que algunos autores no la
contemplan. ¿Pero qué sucedió con los diferentes productos o servicios de las
«punto com» que afloraron en España y en el resto de los países?
Ahí es donde radica, el activo del auténtico marketing es ser consciente de que el
producto, como todo ser vivo, tiene un ciclo que hay que controlar y «medicar»,
cuando está en sus primeros meses.
Por tanto, podríamos enmarcar esta etapa como la que puede llegar a producir
fuertes convulsiones en la trayectoria del producto, tanto por las presiones
externas o del mercado como internas por la propia empresa en sus luchas
políticas y de personal. Lógicamente si se sabe tener dominio sobre las
circunstancias que las producen, la solución vendrá pronto y hará que inicie la
siguiente etapa fortalecida.
Fase de crecimiento.
Superados los esfuerzos técnicos, comerciales y de comunicación, propios de la
fase anterior, incluso de la de turbulencias, si hubiesen existido, el producto
puede fabricarse industrialmente y el mercado se abre, lo que permite un
desarrollo paulatino de sus ventas.
En resumen, esta fase se caracteriza por una rentabilidad positiva que debe
reinvertirse, en su totalidad, para financiar el crecimiento y los esfuerzos
técnicos, comerciales y de comunicación propios de la misma. Una empresa que
tenga la mayoría de sus productos en esta fase arrojará, en balance, altos
beneficios, pero, de forma incomprensible para el accionista, no pueden
repartirse dividendos, ya que el esfuerzo de financiación exigido es muy
importante.
Según mi experiencia, se puede decir que cuando un producto llega a esta fase,
ha de permanecer en ella el mínimo tiempo posible y siempre de forma
transitoria pues las ventas entran en declive, los beneficios disminuyen más por
la escasa demanda que por los costes y la imagen de marca empieza a
deteriorarse.
Todo aquel que supere esta etapa es un gran profesional del marketing, ya que
las presiones a las que se ve sometido son inmensas y desde todas las áreas de la
empresa, incluso las del capital que, a veces, impiden abandonar o modificar el
producto que marcó el origen de lo que hoy en día es la empresa.
Situar los productos en su fase es, sin duda, un paso previo e indispensable para orientar
la política de marketing de la empresa. Así, por ejemplo, sería absurdo realizar un gran
esfuerzo para reducir el coste de un producto en fase de crecimiento, cuando en realidad
los esfuerzos deben encaminarse a activar y atraer hacia sí una demanda creciente.
Si bien este análisis tiene gran utilidad desde el punto de vista conceptual, el principal
inconveniente que surge al intentar su aplicación a un producto concreto es la gran
dificultad para situarlo en su correspondiente fase de vida.