Tema 8 Riego

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AGRICULTURA

ECOLOGICA

TEMA 8
El riego
Los cultivos necesitan nutrientes, agua, aire y luz solar para crecer. El equilibrio
adecuado entre ellos contribuye al éxito de la cosecha.

La cantidad de agua de riego necesaria depende de la cantidad anual de agua


de lluvia y de su distribución.

A la hora de regar el agricultor debe seguir un proceso lógico de toma de


decisiones, asegurando que se aplica una cantidad de agua lo más ajustada
posible para cubrir las necesidades del cultivo.

Cuando una explotación realiza la conversión de agricultura convencional a


agricultura ecológica, el primer objetivo según el Reglamento CE 834/2007
sobre producción y etiquetado de productos ecológicos, es “asegurar un
sistema viable de gestión agrario que respete los sistemas y los ciclos naturales
y preserve y mejore la salud del suelo, el agua, las plantas y los animales y el
equilibrio entre ellos” y “haga un uso responsable de la energía y de los
recursos naturales como el agua, el suelo, las materias orgánicas y el aire”.

Por lo tanto el riego en la agricultura ecológica debe realizarse de acuerdo a los


siguientes factores:

La contaminación: el agua debe estar libre de todo tipo de contaminación, por


lo que se cumplirá con la normativa vigente sobre calidad de aguas e higiene de
los productos alimenticios.

La conservación: se elegirán técnicas que eviten el despilfarro de los recursos


hídricos naturales y hagan un uso eficiente de ella, preferentemente el riego por
aspersión y goteo. Este punto se comparte con la agricultura convencional ya
que debemos conocer las necesidades hídricas y realizar una gestión sostenible
del agua.

1- NECESIDADES HIDRICAS Y RIEGO:

La necesidad de agua de riego representa la diferencia entre la necesidad de


agua del cultivo y la lluvia efectiva, de modo que podemos escribir:

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Necesidad de Agua de Riego = Necesidad de agua del cultivo – Lluvia
efectiva

El proceso para la toma de decisiones sobre el riego del cultivo consta de tres
fases fundamentales:

1- Conocimiento del ciclo de desarrollo del cultivo en cuestión y la


sensibilidad al estrés hídrico en cada una de sus etapas.

2- Cálculo de las necesidades hídricas del cultivo mediante la metodología


más exacta disponible.

3- Establecimiento de las pautas de aplicación de los aportes de agua de


riego.

Además, el agricultor debe conocer otros conceptos relacionados con la gestión


sostenible, como el uso legal del agua acorde con la concesión otorgada al
regante, características del agua y suelo (la calidad del agua y sus parámetros),
el mantenimiento adecuado de las instalaciones.

2- GESTIÓN SOSTENIBLE DEL AGUA:

 Uso legal del agua

La finca agrícola deberá contar con el correspondiente permiso, derecho o


concesión de aguas emitida por la Administración Competente.

Dicho documento debe especificar la finca para la que ha sido expedido,


superficie de la misma, cantidad de agua que puede ser usada por año, periodo
de tiempo para el cual el permiso es válido y el origen de las aguas
(subterráneas o superficiales) Además cualquier obra de regulación o captación

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de aguas de la explotación (balsas de regulación, balsas de acumulación, presas,
diques, azudes) deberá contar con la autorización correspondiente.

 Características del agua de riego

El agricultor o técnico deberá realizar, al menos una vez al año, un análisis de la


calidad del agua de riego muestreando todas las extracciones existentes en la
finca (pozo, balsa, acequia…).

La toma de muestras la puede realizar el agricultor bajo las indicaciones del


laboratorio o un técnico de muestreo del laboratorio. Para ello se utiliza un
envase de plástico de medio litro que cierre de forma hermética para su envío al
laboratorio.

El análisis debe ser realizado por un laboratorio acreditado y autorizado


incluyendo los parámetros denominados índices de primer grado (pH,
contenido total de sales, riesgo por la toxicidad específica de los iones (cloruros,
sulfatos, sodio y nitratos) y los índices de segundo grado (S.A.R, S.A.R ajustado,
S.A.R corregido, dureza del agua, índice de Scott y el índice de Langelier),
además de información sobre la calidad bacteriológica del agua y presencia de
contaminantes, como por ejemplo metales pesados.

La interpretación y clasificación del agua de riego se realiza de acuerdo a las


siguientes tablas.

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La normativa vigente prohíbe el uso de aguas depuradas y salinas en el riego de
los cultivos ecológicos y que la ubicación de las aguas de riego estén junto a la
red de aguas residuales, depuradas y/o de la mezcla de ambas, ya que
contienen altas cantidades de metales pesados originando toxicidad y
microorganismos patógenos en el suelo que podrían causar problemas
sanitarios al ser humano si se utilizara este agua para regar los productos
vegetales.

Existe la posibilidad de regar con agua depurada siempre que se demuestre


mediante una analítica que cumple con las concentraciones exigidas en la
normativa vigente.

De la misma manera que el agua de riego debe ser de calidad para la


agricultura ecológica, una vez vertida el agua los efectos de lixiviación y
escorrentía no deben arrastrar a las aguas subterráneas ningún contaminante
(nitratos, etc.).

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 Características físicas del suelo

El agricultor o técnico deberá conocer las características físicas del suelo


(capacidad de campo, punto de marchitez permanente (PMP), agua útil y agua
fácilmente utilizable), además de la velocidad de infiltración del agua en el
terreno, tal y como se expone en apartados anteriores.

Estos datos se podrán obtener mediante análisis en laboratorios, ejecución de


calicatas y por la experiencia del técnico o el agricultor.

 Cálculo de las necesidades de agua de los cultivos

A la hora de regar el agricultor se enfrenta a una triple incógnita: cuándo, cómo


y cuánto regar. Estos interrogantes se han resuelto tradicionalmente en base a
la experiencia adquirida. Teniendo en cuenta que el agua es un recurso cada vez
más valioso y con el que hay que procurar la máxima eficiencia de empleo, no
es válido que decisiones tan importantes se tomen intuitivamente.

Máxime cuando existen metodologías contrastadas para la toma de decisión de


riego.

Métodos Indirectos: Evapotranspiración:

La necesidad de agua de un cultivo es la suma de la evaporación directa de


agua desde el suelo y la transpiración de las plantas, es decir, la
evapotranspiración del cultivo (ETc). La evaporación ocurre principalmente
después de una lluvia o riego sobre todo cuando el cultivo no cubre el suelo.
Una vez que el cultivo está bien desarrollado la transpiración pasa a ser el
proceso principal.

En las necesidades de agua de los cultivos influyen variables meteorológicas


como la radiación, la temperatura del aire, la humedad relativa y la velocidad del
viento. También influyen las características del cultivo, p. ej. especie, variedad,
estado de desarrollo, condiciones del cultivo, etc.

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Para su cálculo, se utiliza el consumo de agua de un cultivo de referencia (ETo) y
un coeficiente de cultivo (Kc) que relaciona el estado de nuestro cultivo con el
de referencia. De modo que podemos escribir:

ETc = ETo x Kc

Para relacionar la ETo con la evapotranspiración real (ETc) de nuestro cultivo


(dato que realmente nos interesa) se emplean los llamados coeficientes de
cultivo (Kc).

Este coeficiente de cultivo Kc estima la evapotranspiración relativa del cultivo


respecto a la de la pradera de referencia. Dicho coeficiente varía en función del
estado de desarrollo del cultivo y por ello es habitual dividir su ciclo en
diferentes etapas, y asignar a cada una de ellas un valor de Kc como se
representa en la figura.

Finalmente, para calcular la recomendación de riego, hay que tener en cuenta la


eficiencia del mismo. Ésta depende del sistema empleado, de las condiciones
climáticas, fundamentalmente del viento y de las condiciones particulares de
cada parcela.

Por tanto la recomendación de riego se calcula de la siguiente manera:

Etc – lluvia efectiva


Recomendación de riego=
Eficiencia del riesgo

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Los valores de Kc se obtienen experimentalmente y cambian con cada cultivo y
a lo largo del ciclo de desarrollo del mismo. Al comienzo del ciclo la superficie
foliar es pequeña y el suelo está directamente expuesto, por lo que predomina
la evaporación. A medida que el desarrollo foliar va cubriendo el suelo la
evaporación va perdiendo peso y lo gana la transpiración, aumentando
progresivamente Kc.

La evapotranspiración del cultivo (ETc) representa el agua que demanda el


cultivo, pero esto no siempre es sinónimo de necesidades de riego.

Para determinar el agua que ha de aplicarse mediante el riego es necesario


realizar un pequeño balance, descontando lo que puedan aportar las
precipitaciones, y en algunos casos cuantificando la variación en la reserva del
suelo.

Las tareas necesarias para el adecuado cálculo de la evapotranspiración, el


seguimiento de los estados fenológicos de los cultivos, el mantenimiento de las
estaciones climáticas, la asignación de coeficientes de cultivo, el manejo de los
aparatos de medida de la humedad del suelo, etc., escapan a las posibilidades
económicas y de tiempo de la mayoría de los agricultores.

Métodos directos: Sensores de humedad

Actualmente hay una amplia variedad de sensores que permiten medir el


contenido de humedad en el suelo de forma continua y directa. La instalación
de alguno de estos sensores en una parcela concreta sirve de referencia objetiva
para planificar el riego.

 Cálculo de la dosis y frecuencia de riego

Conocida la previsión de necesidades de agua para un cultivo en un periodo de


tiempo concreto, surge la pregunta acerca de cuánto y cuándo regar, la otra
gran cuestión que tiene que resolver el regante es cómo realizar esta
aportación, en uno o en varios riegos, es decir la dosis y frecuencia de riego.

Se deben observar algunas condiciones como:

- La capacidad máxima del suelo para almacenar agua. Si se suministra toda el


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agua de una vez, parte puede percolar a capas profundas o perderse por
escorrentía y escapar del alcance del cultivo.

- El nivel de humedad del suelo por debajo del cual no se debe bajar para que
el cultivo no comience a sufrir estrés.

- La capacidad del sistema de riego y su eficiencia.

- Procurar dar riegos frecuentes, para contar con un nivel estable de agua en
el suelo, fácilmente utilizable por el cultivo.

Una vez conocida la fecha y duración de los riegos, se debe procurar efectuarlos
cuando las condiciones ambientales sean lo más favorables posible y cuando el
coste energético sea menor, teniendo en consideración:

- En el caso de energía eléctrica, regar en horas de descuento de la tarifa


eléctrica.

- En riego por aspersión la eficiencia de aplicación y la uniformidad


disminuyen si se riega con fuertes vientos y alta insolación. Por tanto, hay
que intentar no regar durante las horas centrales del día en zonas con alta
insolación, y disminuir el caudal del aspersor e incrementar el tiempo de
riego en zonas con vientos frecuentes.

- Las lluvias superiores a 4-5 mm deberán descontarse de los riegos


pendientes.

- El aporte instantáneo de agua no debe superar la capacidad de infiltración


del suelo, para evitar escorrentías.

 Uso de caudalímetro

La instalación de estos contadores volumétricos permite controlar si el consumo


real se ajusta a lo planificado.

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Todas las fincas deben contar con un caudalímetro instalado para calcular el
consumo anual total de agua, tal y como establecen las autoridades
competentes en materia de aguas al legalizar una captación.

 Registro en cuaderno de riego

A la hora de valorar la campaña agrícola, es de utilidad llevar al día el apartado


sobre el riego que se incluye en el cuaderno de explotación agrícola, que no es
más que un estadillo donde anotar de forma sistemática, toda la información
relevante sobre el riego de una parcela.

El cuaderno de riego debe incluir:

- Datos del suelo: profundidad útil para las raíces, velocidad de infiltración,
capacidad de campo, punto de marchitez, agua útil, niveles de humedad del
suelo para cada etapa de desarrollo del cultivo.

- Datos del cultivo en sus distintos estados fenológicos del cultivo: siembra,
nascencia, 2 hojas, 3 hojas, espigado, floración, grano lechoso, maduración,
cosecha, etc.

- Datos de la campaña de riego:

1. Necesidades hídricas previstas, obtenidas de las fuentes de


asesoramiento.
2. Datos meteorológicos, obtenidos de las fuentes de asesoramiento.
3. Datos de riego: mes, fecha, hora y duración.

- Incidencias: averías y operaciones de mantenimiento de la instalación.

 Mantenimiento de instalaciones

Podemos afirmar que no riega mejor la instalación más cara, sino la mejor
cuidada.
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Por ello el agricultor debe tener el hábito de cuidar las instalaciones de riego,
los detalles, lo que supondrá una mayor comodidad en el trabajo y la
satisfacción de saber que no se está desperdiciando un recurso tan escaso
como es el agua.

Es necesario comprobar periódicamente que la finca se riega de manera


uniforme, y revisar las instalaciones de riego para evitar fugas en tuberías,
acoples y tomas.

Además de las singularidades propias de cada sistema de riego y de las normas


básicas de seguridad e higiene en el trabajo, una lista de mínimos para un buen
mantenimiento sería:

- Realizar una revisión anual de las instalaciones.

- No tolerar la más mínima fuga en las tuberías y acoples.

- Limpiar los elementos de filtrado. Una deficiente limpieza de filtros implica la


obturación de los emisores y la pérdida de presión en la red de riego y por
tanto variaciones imprevistas del caudal.

- Asegurar el correcto funcionamiento de los manómetros. La instalación debe


funcionar a la presión para la que ha sido diseñada, de ello depende la
eficiencia y la uniformidad del riego.

- Limpiar los emisores: los goteos se limpiarán periódicamente mediante la


inyección en el agua de riego de agentes limpiadores; los aspersores y
toberas de pívots se limpiarán individualmente empleando siempre
elementos blandos para las boquillas.

- Reemplazar los emisores, en caso de necesidad, por otro de idénticas


características. No se mezclarán emisores de distinto tipo en la misma
instalación.

- Registrar toda la información en el cuaderno de riego.

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 Aplicación de la tecnología

Tradicionalmente la experiencia del agricultor y el técnico, formado en la


observación directa del cultivo y del estado del suelo, ha sido la base para la
toma de decisión de riego.

En la actualidad la tecnología existente permite la realización de medidas


reproducibles a lo largo del tiempo de valores del estado de humedad del
suelo, de la temperatura y de la planta, mediante puntos de control suelo-
planta-clima, que pueden estar formado por:

- Sensores de clima que facilitan datos climáticos de temperatura, humedad


relativa, rocío, etc.

- Sensores de suelo que facilitan datos mediante sondas que proporcionan


datos de la humedad, temperatura, salinidad y conductividad eléctrica del
suelo a varias profundidades.

- Sensores de planta que facilitan datos permiten ver la respuesta de la planta


ante el riego, como los dendrómetros.

La toma de datos puede ser manual, más económica pero más laboriosa, o
automatizado a la frecuencia deseada.

En este último caso no es necesaria la presencia física de una persona para


realizar la medida, sino que éstas se registran automáticamente cada pocos
segundos, minutos u horas, pudiendo quedar almacenada la información en
dispositivos instalados en el propio campo o ser enviada a distancia por radio o
módem GSM y GPRS.

La información se procesa mediante programas informáticos, que generan


gráficas que permiten al regante o al técnico analizar si se está regando en
exceso o por debajo de las necesidades de agua del cultivo y tomar la decisión
de riego apropiada.

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 Sistemas de riego

Los objetivos de los sistemas de riego en la agricultura ecológica son una mayor
eficiencia y optimización del agua para las necesidades de los cultivos,
completado con las precipitaciones naturales.

Cuando se distribuye agua por una parcela de cultivo, se valora la calidad de un


sistema o instalación de riego en función de la uniformidad de aplicación y la
eficiencia de aplicación.

La uniformidad de aplicación garantiza que todas las plantas estén bien


regadas, sin recibir agua en exceso o en defecto, asegurándose el desarrollo
homogéneo del cultivo y máxima capacidad productiva. Está depende de cada
instalación y parcela y se puede estimar mediante mediciones en campo.

La eficiencia depende del sistema de riego, el diseño de la instalación, su


mantenimiento y su manejo.

Los sistemas de riego pueden clasificarse en tres categorías.

Riego por gravedad o a pie:

La energía que distribuye el agua por la parcela es la derivada de su propio


peso, al circular libremente por el terreno a favor de pendiente. Con este
método de riego se suele mojar la totalidad del terreno y requiere el reparto del
agua mediante modificaciones físicas del terreno como surcos, etc. para
controlar su distribución en toda la parcela, evitar pérdidas por percolación
profunda y escorrentía superficial y eficiencia en la red de distribución.

Este sistema de riego requiere mucha mano de obra que hace que su coste sea
caro por lo que actualmente los sistemas favorecidos son el riego de aspersión y
goteo.

Riego por aspersión:

El agua es conducida a presión. Al llegar a los emisores (aspersores) produce


gotas que mojan todo el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia.

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El elemento clave en este sistema de riego es el aspersor. Existe una gran
variedad de aspersores; los más empleados en los regadíos españoles son los
denominados de impacto, doble boquilla y media presión.

Riego localizado:

Se moja sólo la parte del suelo próxima a las plantas. El agua a baja presión
llega mediante tuberías hasta las plantas de manera continua y frecuente, en un
lugar próximo a la planta, humedeciendo sólo parte del volumen del suelo.

3- PRINCIPIOS PARA ELEGIR UNA ROTACIÓN,


REALIZACIÓN DE ROTACIONES.

La agricultura ecológica busca la interrelación de los seres vivos y su ambiente,


es decir, la biodiversidad para conseguir un agrosistema lo más estable posible,
con una mayor capacidad reguladora y menor dependencia de insumos
externos que se traducen en costes para la producción.

Por lo que la rotación y alternativa de cultivo nos aportará una serie de ventajas,
entre las que destacamos la prevención de la fatiga del suelo, aumento de
fertilidad del suelo y control de las malas hierbas, plagas y enfermedades del
cultivo.

Con la aparición de la agricultura intensiva se sustituyó la costumbre de alternar


diferentes cultivos en un mismo terreno, por la práctica del monocultivo.

Los inconvenientes de repetir un mismo cultivo año tras año son:

- Se favorece la aparición de plagas y enfermedades.

- Disminuye la fertilidad del suelo al agotarse siempre los mismos nutrientes.

- Se esquilman los mismos horizontes del suelo, ya que la longitud de las


raíces no varía.

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- Se potencia el crecimiento de malas hierbas.

- Se fomenta la erosión de los suelos.

- Se evita el buen desarrollo de la flora microbiana.

En definitiva, el monocultivo produce el agotamiento del suelo, de manera que


las plantas tienen menos nutrientes a su disposición, lo que les hace ser más
sensibles.

La rotación no es otra cosa que la distribución de los cultivos en una misma


parcela a lo largo del tiempo.

Pero ¿qué tenemos que tener en cuenta a la hora de diseñar un correcto


programa de rotaciones?

Además del factor económico o cultural por el que se eligen unas u otras
especies, lo más importante desde el punto de vista agronómico a tener en
cuenta es:

- Tener en cuenta las exigencias nutricionales de cada cultivo, evitando poner


seguidas especies que consuman los mismos elementos.

- Considerar los posibles residuos que determinadas especies dejan en el


suelo tras su cultivo, especialmente si dejan sustancias tóxicas para otras
plantas.

- Conocer cómo afectan esas especies a la flora microbiana del suelo, para no
perjudicarla con la repetición del mismo cultivo.

- Estar al tanto de posibles enfermedades, parásitos o nematodos que se


presentan al cultivar sucesivas veces las mismas especies.

- Considerar las características físicas de las especies a cultivar, como la


longitud de las raíces, para evitar agotar los mismos horizontes del suelo y
para favorecer su estructura alternando cultivos que alcanzan diferentes
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profundidades.

Viendo todo lo anterior, se puede deducir que las ventajas de una buena
rotación es precisamente todo lo contrario a los inconvenientes del
monocultivo, es decir:

- Se evita el agotamiento de la tierra al alternar especies con diferentes


necesidades y diferentes longitudes radiculares.

- Se consigue un buen manejo de las malas hierbas. Algunas especies son


“limpiadoras” y evitan el crecimiento de malas hierbas y otras son
“ensuciantes” favorecen lo contrario, por ello conviene alternarlas.

- Se favorece la presencia de insectos beneficiosos, ya que el monocultivo


fortalece a las plagas año tras año.

- Se aumenta la biodiversidad ya que se favorece el cultivo de múltiples


especies y además se potencia el desarrollo de insectos beneficiosos para los
cultivos, así como la fauna microbiana útil del suelo.

El éxito de una rotación radica en una correcta elección de las especies que van
a formarla. Para ello, además de evaluar las condiciones climáticas, tipo de
suelo, disponibilidad de agua, etc. debemos conocer bien qué especies nos
interesan y pueden además adaptarse a dichas condiciones.

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Para elegir los cultivos de una rotación hay que tener en cuenta los siguientes
parámetros:

 Características de la zona

En función de las características propias de la zona donde se va a cultivar hay


que hacer un programa de rotaciones propio, teniendo en cuenta las
condiciones climáticas, tipo de suelo, especies autóctonas, etc. Además se debe
procurar que cada cultivo sea un buen precedente del cultivo siguiente.

 Necesidades de materia orgánica

A la hora de seleccionar las especies para las rotaciones hay que saber si éstas
son exigentes o no en materia orgánica. Conviene empezar o acabar las
rotaciones con una leguminosa o abonado en verde, ya que nos garantizan la
disponibilidad de nitrógeno en el suelo. Si no podemos emplear una
leguminosa, plantaremos un cultivo muy exigente en nitrógeno al que se le
aportará una importante cantidad de compost o estiércol.

 Enfermedades

En el caso de las hortalizas conviene saber que la repetición de una misma


familia provoca la aparición de ciertos parásitos. Si este cultivo se repite
sucesivamente, el problema se agrava. Por ello, no deben cultivarse hortalizas
de la misma familia de forma seguida.

Hay plantas que son repulsivas de ciertas plagas, por ejemplo, la mostaza con
los nematodos. Por tanto, se cultivarán estas especies si tenemos algún
problema de este tipo.

A continuación se muestra una tabla en la que se detallan los cultivos que son
favorables y perjudiciales para un cultivo ya cosechado, en el caso de los
cultivos hortícolas.

 Raíces

Mediante las rotaciones se debe conseguir que se exploren todos los horizontes
del terreno para no agotar los nutrientes situados a una profundidad específica,
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para lo cual utilizar en dichas rotaciones cultivos de longitudes radiculares
diferentes.

 Tiempo disponible

Hay que elegir los cultivos pensando en el calendario de cultivo, para escalonar
siembras y recolecciones. Se sabe en qué momento se puede cultivar en una
determinada parcela y durante cuánto tiempo estará el cultivo en dicha parcela.
Las rotaciones se planifican para varios años. El cultivo que se coloca el primero
se llama “cabeza de rotación” y suele ser un cultivo muy exigente al que se le
aportará una cantidad elevada de compost o estiércol.

El siguiente año se siembra uno menos exigente y así sucesivamente. Se debe


acabar con una leguminosa para reponer el nitrógeno gastado.

Hay que tener en cuenta que existen cultivos que les favorece estar en la misma
parcela durante varios años, a estos cultivos se les denominan plurianuales.

En cultivos como el cereal es una técnica imprescindible en la producción


ecológica de cereales ya que beneficia en la nutrición de la planta, su control de
plagas, enfermedades y las hierbas adventicias.

Las rotaciones en el cultivo de cereales ofrecen:

- Una disminución de las semillas de la flora espontánea si se hacen


rotaciones con barbecho, girasol y veza forraje.

- Una mayor cantidad de nitratos favoreciendo la competencia del cultivo


frente a la flora acompañante si se hacen rotaciones con barbecho y
leguminosas.

- Menores costes de producción, ya que la producción de cereal ecológico


facilita ayudas agroambientales y aumenta el precio en un 30% del producto
ecológico. El factor energético es más costoso en sistema convencional que

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en la producción ecológica, ya que el uso de fertilizantes químicos aumenta
un 60% total del coste energético convencional y es una fuente de emisiones
de CO 2. Según estudios realizados para conocer los beneficios de las
rotaciones respecto al consumo energético del cereal ecológico y el
convencional.

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