Exclusion - Oscar Moreno

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Ejes de Reflexión / Cultura e inclusión y transformación social

La exclusión social y el recurso de la cultura

El objetivo del artículo es relacionar el crecimiento de las desigualdades


sociales con la emergencia de la sociedad de la información, para tratar de
indicar si es posible que con el recurso a la cultura se atenúen los efectos de
la exclusión social.

Las desigualdades sociales en Argentina


El crecimiento de las desigualdades sociales en Argentina se vincula con el
surgimiento y desarrollo del neoliberalismo, ya sea a través de las dictaduras
militares, como de los gobiernos electos democráticamente.
En un trabajo de la Universidad de La Plata se demuestra empíricamente
en cuanto se ha incrementado la desigualdad entre mediados de 1970 hasta
mediados del 2000 a través del coeficiente de Gini para el Gran Buenos Ai-
res. Dicho coeficiente para 1974 era de 0.344 y en el 2006 fue de 0.487. Esto
se puede ratificar con otros indicadores, de nivel nacional, como por ejemplo
que, el quintil mas pobre declino desde 7.1% hasta el 3.7% del total del ingreso
mientras que el quintil más rico creció del 41,8% al 53.2% entre 1974 y 2006.
Este proceso no ha sido lineal sino que pueden destacarse cortos períodos de
calma y otros de intensas transformaciones.
El mismo trabajo demuestra que la población por debajo de la línea de
pobreza en los sectores urbanos aumento entre 1992 y 2006 desde el 18.5 al
26.7%.

1
Yúdice, George, El recurso de la cultura, Editorial Gedisa, Barcelona 2002.
2
Moreno, Oscar Desigualdad y Democracia en Argentina (1976/2006) resultado de la parte Ar-
gentina de la investigación “Percepcoes das elites sulamericanas sobre o impacto das desigual-
dades sociais na estabilidade democrática” organizado por el Nucleo de Pesquisa en Relacoes
Internacionales (NUPRI) de la Universidad de San Pablo, que pronto será un libro comparativo
de aquellas percepciones en siete países de América Latina.
3
Gasparini, L y Cruces, G., A distrubution in motion: The case of Argentina. Documento de Trabajo
Nro. 78, Noviembre 2008 CEDLAS, Universidad Nacional de La Plata.
4
2006 es la ultima versión de la Encuesta Permanente de Hogares confiable. Después vino la in-
tervención del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y la información que produce
ha dejado de tener credibilidad.
5
El coeficiente de Gini es el indicador más utilizado para medir las desigualdades sociales. Se define
en base a la curva de Lorenz –curva que muestra el porcentaje acumulado del ingreso total que
le pertenece al porcentaje mas pobre de la población– El coeficiente de Gini se calcula como el
cociente entre el área comprendida entre la diagonal y la curva de Lorenz. Si existiera perfecta
igualdad, la curva de Lorenz coincidiría con la diagonal, el área A desaparecería y el Gini se haría
0, indicando ausencia de desigualdad. En el otro caso extremo, si existiera desigualdad total (es
decir, una situación donde todo el ingreso sea propiedad de una sola persona) la curva de Lorenz
coincidiría con los ejes, el área desaparecería y el Gini se haría 1, indicando desigualdad total.
6
El Gran Buenos Aires es la más importante Área Metropolitana de Argentina y en ella habita más
de un tercio de la población Argentina.

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La exclusión social y el recurso de la cultura | Oscar Moreno

Oscar Moreno
Director de la Licenciatura en Políticas
y Administración de la Cultura
(UNTREF Virtual)

En los ’90, dominados por la concepción neoliberal, y quizás apuntalados


por las posiciones que teóricamente enunciaron Von Hajek y Friedman,
apareció en el discurso oficial la no necesariedad de políticas destinadas a
mejorar la equidad, ya que ella se lograría a través del crecimiento económico
y la consecuente expansión del empleo y el mejoramiento de los ingresos. A
regañadientes, coincidiendo con las ideas de John Rawls, se admitió la necesidad
de ejecutar algunas políticas sociales “focalizadas” de carácter reparador y que
tenían por objetivo a los grupos sociales que enfrentaban mayores dificultades.
El Plan Trabajar, el primero de los programas de transferencia monetaria, fue de
mediados de los ‘90 (Menem / Cavallo) y tenía como destinatarios a sectores
sociales claramente marginales.
La respuesta a la crisis del 2001, caracterizada por el drástico aumento
del desempleo y la pobreza fue la creación de un programa de transferencias
condicionadas de ingreso denominado Programa Jefes y Jefas de Hogar Des-
ocupados (PJJHD), que alcanzó a cubrir a cerca de dos millones de hogares.
En 2004, ya con el gobierno del Dr. Kirchner se intento salir de aquel plan
a través de un programa de seguro de capacitación y empleo y el programa
familias para la inclusión social.
El PJJDHD, que estableció un beneficio mensual de $ 150,00 (que no ha
sido modificado hasta el presente) ayudo a paliar la emergencia social lo que
determinó su masiva implementación. El PJJHD se dirigió a hogares con hijos
menores de 18 años y cuyo principal proveedor estuviese desocupado, pero
también alcanzó a discapacitados de cualquier edad, individuos mayores de
60 años sin acceso a prestación provisional y a hogares en los que la jefa de
hogar o la cónyuge del jefe de hogar estuvieran embarazadas.10
La recuperación económica posterior a la crisis, durante el gobierno de
Néstor Kirchner, permitió la reformulación de la red de programas sociales. Se
implementaron los mencionados Plan Seguro y Plan Familias para dar salida
al PJJDHD. Pero como la salida es voluntaria hoy coexisten los tres programas,
basados en transferencia monetaria a los hogares más pobres.

7
Moreno Oscar. Friedrich A. Hayek y el liberalismo (Págs. 135/150) y López Winne, H. El legado
de Friedman (Págs. 175/190) en Moreno, Oscar, (Coordinador) Pensamiento Contemporáneo,
Principales debates políticos del Siglo XX, Editorial Teseo, Buenos Aires, 2008.
8
En el 2002 la cifras del desempleo rozaban el 20%, y las de la pobreza trepaban a mas del 50%.9
Cruces, G. y Gasparini, L. Programas Sociales en Argentina: Alternativas para la ampliación de la
cobertura, CEDLAS, Universidad Nacional de La Plata. Documento de Trabajo 77, 2008.
9
Cruces, G. y Gasparini, L. Programas Sociales en Argentina: Alternativas para la ampliación de la
cobertura, CEDLAS, Universidad Nacional de La Plata. Documento de Trabajo 77, 2008.
10
Marchionni, M. y Conconi, A. ¿Qué y a quien? Beneficios y beneficiarios de programas de trans-
ferencias condicionadas de ingreso. CEDLAS. Universidad de La Plata. Documento de Trabajo
76. 2008.

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Ejes de Reflexión / Cultura e inclusión y transformación social

La economía argentina después de la crisis del 2001, manifestó una tendencia


hacia la normalización que permitió la recuperación de los niveles de actividad
precrisis y una importante creación de puestos de trabajo. Pero cuando se
comparan los indicadores económicos y sociales actuales con los de la década
del setenta aparece la dimensión del desafío que enfrenta la sociedad para
recuperar el bienestar, la equidad y la dignidad de todos los argentinos11. “… la
evolución económica del país asociada a una alta volatilidad, bajo crecimiento
y una polarización distributiva. Los períodos de crecimiento no generaron los
derrames prometidos y sus efectos mas negativos han sido en detrimento de
los sectores de menos ingresos. El resultado final ha sido el incremento de las
desigualdades y la exclusión de amplios sectores de la población. Así el 10%
de los habitantes de mayores ingresos del país han mantenido en las últimas
tres décadas niveles de poder adquisitivo similares al nivel promedio del 10%
de los mas ricos de los países desarrollados. En el polo opuesto, el 20% de
los habitantes con menores ingresos del país, que tenían en los ’70 el 50% del
poder adquisitivo de sus similares en los países desarrollados, hoy solo tienen El crecimiento
el 16% en esa comparación. A todos nos le fue igual en estos treinta años”12 si bien es condición
Toda esta experiencia empírica de Argentina demuestra claramente que necesaria, no es
el crecimiento, si bien, es condición necesaria no es suficiente para atacar el suficiente para
problema de las desigualdades, cuya consecuencia directa es la pobreza. atacar el problema
En el momento que se estaba escribiendo este artículo el gobierno nacional de las desigualdades
hizo dos anuncios en relación con este tema. Uno es la creación del Programa cuya consecuencia
de ingreso social con trabajo “Argentina trabaja” con la intención de generar directa es
nuevos empleos vinculados, fundamentalmente, a los municipios del Gran la pobreza.
Buenos Aires a través de la forma cooperativa de organización del trabajo.
El otro es la creación, con fondos de la previsión social del programa de
asignación universal por hijo para protección social. El programa prevé pagar
180 por mes y por hijo, hasta un total de cinco hijos por familia, siempre que
los niños asistan a la escuela y tengan la atención médica preventiva necesaria.
Los destinatarios son aquellos trabajadores ocupados en el trabajo informal
que perciban un salario menor del mínimo establecido o directamente des-
ocupados.
De estos dos últimos programas no se puede hacer todavía ningún co-
mentario. Pero la tendencia anterior, en los otros programas sociales, creaban
una dependencia de quien tiene el poder para seleccionar a los beneficiarios,
lo que sumado a una muy deficiente estructura de representación política ha
permitido dar pie a una forma de legitimidad, que en trabajos anteriores se ha
caracterizado como el poder territorial.

La cultura y la sociedad de clases.


Sin entrar, por la extensión de este artículo, en el debate sobre el concepto de
cultura, se puede aceptar que es: “… el campo en el cual los sujetos elaboran
símbolos y signos, instituyen las prácticas y los valores, definen para sí mis-
mos lo posible y lo imposible, el sentido de la línea del tiempo, las diferencias

11
Solo un ejemplo para señalar el estancamiento: el PBI, medio por habitante, del 2003 es igual al
de 1974 y otro para señalar el volumen del problema: en 1974 los hogares por debajo de la línea
de la pobreza era del 5% en 2003 era del 42%.
12
Kosacoff, Bernardo. Desarrollo, distribución del ingreso y actividades productivas. En Umbrales
de América del Sur, Nro. 2 –abril/julio 2007– Editado por CEPES, Buenos Aires, Argentina. Pág.
138/9.

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La exclusión social y el recurso de la cultura | Oscar Moreno

al interior del espacio, valores como lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo,


lo justo y lo injusto…”13. Inmediatamente después de caracteriza a la cultura,
se debe anotar que ella se gestiona a través de las organizaciones del sector
cultural.
Estas organizaciones conforman un mundo de relaciones que se hace
necesario clasificarlas, de acuerdo a un conjunto de criterios comunes, para
poder entenderlas. Un primer criterio, referente a la orientación de las mi-
sión de la organización puede plantearse en un continuo donde uno de sus
extremos se centra en el producto y le otro en el mercado. El segundo de los
criterios hace referencia a la manera de producir obras de naturaleza artísti-
ca que permite distinguir entre obras de arte únicas y obras que se diseñan
para su reproducción masiva. La combinación de estos dos criterios permite
distinguir mas fácilmente entre las industrias culturales y las organizaciones
del sector de las artes.
Las organizaciones de las Industrias Culturales están representadas por las
grandes corporaciones trasnacionales vinculadas la producción de la música,
el cine y la televisión. También en ese camino de concentración monopólica
se encuentra gran parte de la industria editorial. Frente a esas corporaciones
aparecen las pequeñas o medianas empresas nacionales, fundamentalmente en
el cine y la música, que producen en competencia con aquellas. Competencia
mucho más relacionada con la producción de valor, que con el negocio.
Las organizaciones del sector de las artes se componen de diversas familias
como: los teatros, los museos y los centros culturales.
Quedan así planteados las dos cuestiones que tensionan la producción de
este artículo: por un lado la pobreza, que desde la instalación del neolibera-
lismo ha producido en Argentina la exclusión social y por el otro como actúa
la cultura, a través de los distintos tipos de organizaciones sobre el conjunto
de los excluidos.

La exclusión social y la cultura


La exclusión social es la manifestación mas extrema de la desigualdad social14
y muy esquemáticamente se puede caracterizar porque un grupo social me-
diante el ejercicio del poder excluye a otros, lo que implica siempre procesos de
clausura social y finalmente, es sinónimo de debilitamiento de la ciudadanía,
lo que pone en entredicho los valores de la legitimidad.
Ahora bien en una sociedad de clases aquel proceso de exclusión parte de
la existencia de una clase o conjunto de sectores sociales dominantes a partir
La industria
del ejercicio del poder. Tradicionalmente esta forma del ejercicio del poder
cultural crea
se legitima partir de la ideología dominante. La crítica de ella permite ubicar
los bienes
el concepto de cultura dominante que es la que legitima tanto la explotación
simbólicos que
económica, la dominación política, como la exclusión social.
se transportan
¿Cómo opera esa cultura dominante? Fundamentalmente haciendo des-
a domicilio
parecer cualquier expresión de división entre cultura dominante y cultura
ubicando así
popular. La ideología, entendida aquí casi literalmente como la expresaba
a la cultura en
Marx: las ideas de la clase dominante, crea la ilusión de la igualdad de los
el campo del ocio y
derechos, entre ellos todos los de segunda generación como el del disfrute de
el entretenimiento.
los bienes culturales.

13
Chaui, Marilena, Cultura y democracia, Cuadernos del pensamiento critico Latinoamericano, en
www.biblioteca.clasco.edu.ar.

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Ejes de Reflexión / Cultura e inclusión y transformación social

Pero al diferenciar los bienes, ya sea poniendo el acento en su carácter de


regulador de conductas o en el del negocio, surge con claridad que un conjunto
de bienes que pueden ser solo disfrutados por los sectores dominantes, (en
general los que corresponden a las que se caracterizaron como organizaciones
del sector de las artes) y los otros que tienen mas carácter de entretenimiento
y que llegan a todos los hogares a través de la Televisión, abierta o por cable,
o de las otras mil maneras de transportar mensajes, como por ejemplo la
telefonía celular.
La industria cultural, es la que crea los bienes simbólicos que se transportan
a domicilio ubicando así a la cultura en el campo del ocio y el entretenimiento.
Se produce una transmutación de la producción cultural, ya que a través de un
proceso industrial o electrónico se pone a cualquier aspecto de la producción
cultural a disposición de todos aquellos que están bajo la influencia/determina-
ción de la comunicación. Que en la sociedad contemporánea son prácticamente
todos los ciudadanos/consumidores. Pero esa comunicación transmite valores
de una manera algo novedosa, ya que crea opinión a partir de la masificación
de la masificación de los mensajes informativos.
¿Cómo explicar esa transmisión de valores? El neoliberalismo, como forma
superestructural de la dominación de aquel período histórico donde las formas
hegemónicas de la acumulación están dictadas por el capital financiero, tiene
un efecto sobre la experiencia social y cultural que suele denominarse como
condición de la postmodernidad.
Lo que si importa, a los efectos de este artículo, es destacar que esa con-
dición provoca un doble efecto, por una parte fragmentan cualquier unidad
temporal o social preexistente, para introducir a través de los medios de
comunicación de masas un espacio indiferenciado y una noción temporal
efímera. Más sencillo, las tecnologías electrónicas y de la información apelan
al sujeto individualmente considerado, el que difícilmente tenga incorporado
un sistema de valores que le permita “defenderse” de esa forma de creación
de la opinión pública.
Allí esta la razón por la cual todas las teorías de la comunicación, que
surgen en el momento del crecimiento exponencial de las nuevas tecnologías
crean el concepto de oyente medio o espectador medio. ¿Qué esa media?
Claramente es el sentido común cristalizado, como quería Gramsci, que las
distintas esferas de la industria cultural producen como nuevas, cuando son
parte de una opinión media pre existente. Quizás un buen ejemplo es la función
de las encuestas en los discursos de los dirigentes políticos. Primero generan
encuestas de opinión y luego arman su discurso de acuerdo al resultado. En
otra escala, muchísimo más masiva, es lo que reproduce la comunicación que
se transmite por todas las nuevas tecnologías.
De estos desarrollos surgen dos conclusiones, la primera vinculada a las
políticas sociales para atender a la pobreza y la exclusión. Claramente esa forma
de programas destinados a dar pequeños subsidios monetarios individuales, sin
el carácter de derecho universal, han generado una forma de relación clientelar
entre el excluido y quien tiene el poder para otorgar el subsidio. Esa relación
no solo reproduce y amplia el campo de la exclusión, sino que al conformar
el poder territorial, asentado en la debilidad del sistema de representación
política, cuestiona seriamente la legitimidad imprescindible en un sistema de
democracia representativa.
La otra conclusión es que la cultura, en un sentido restringido como es
la creación y expresión de las obras de pensamiento y de arte, tiene algunos
rasgos principales: primero es un movimiento de creación de sentido que bá-

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La exclusión social y el recurso de la cultura | Oscar Moreno

sicamente tiene por objetivo mostrar lo nuevo, lo pensado, lo que se esconde El neoliberalismo
detrás de la experiencia cotidiana. También es, fundamentalmente, un derecho como forma
del ciudadano al acceso a los bienes y obras culturales y también a la creación superestructural
de aquellos bienes. de dominación,
Mientras que las Industrias Culturales convierten a las obras expresivas en tiene un efecto
repetitivas y reproductivas. Al trabajo de creación lo transforman en eventos sobre la experiencia
para el consumo. Estos productos por definición efímeros, en la medida de que social y cultural
la masividad obliga a su incesante reemplazo. Finalmente en ellos no existe que suele
ningún criterio de verdad, porque tiene incluida una ilusión falsificadora propia denominarse como
de la publicidad y la propaganda.15 condición de
En un libro de reciente aparición Silvia Bacher confirma algunas de estas la postmodernidad.
hipótesis de la manera siguiente: “Las computadoras, los celulares, las vidas
simuladas son lugares por los cuales millones de niños y jóvenes de muy
diferentes condiciones transitan cotidianamente con habilidad (…) Al mismo
tiempo muchos millones más que no tienen cubiertas sus necesidades básica
de comida, salud viven alejados de mundos virtuales (…) Mientras todos ellos
crecen, sufren, aprenden, un mercado artero, ávido, otea y promete felicidad
a cambio de consumo…” 16
Por el contrario existe una corriente de pensamiento que le otorga a la cultura
un rol importante en la resolución de los problemas que el funcionamiento del
sistema capitalista ocasiona.17 Martín Hopenhayn, es esta línea de pensamien-
to sostiene que: “…en las industrias culturales se juega mayoritariamente la
lucha por difundir, defender, plantear e imponer sentidos. (Pero) también es
el lugar central en la articulación entre dinámica cultural y dinámica produc-
tiva. (…) La televisión, el video, las redes de información y telecomunicación,
constituyen herramientas cuyos costos relativos descienden día a día, lo que
permite que los excluidos encuentren (…) posibilidades de dar visibilidad a
sus demandas…”18
En esa discusión es válido plantearse si en estos tiempos del desarrollo
de las herramientas tecnológicas y de un mundo inundado por las pantallas
como lo define Silvia Bacher es posible pensar en experiencias populares que
partiendo de diversas formas culturales puedan pelear el espacio de significa-
ción simbólica y de derechos ciudadanos.
En el acápite siguiente se describe un ejemplo del desarrollo de una política
cultural, originada en una organización cooperativa asentada en el Noroeste del
conurbano bonaerense, que intenta generar otro sistema de valores simbólicos,
compitiendo, en una mínima escala, con la masificación de los mensajes a
través de las nuevas tecnologías.

La cultura como inclusión social (estudio de un caso)


La Ciudad de Del Viso, que se encuentra a poco más de 40 kilómetros de
la Ciudad de Buenos Aires hacia el Noroeste, integra el Partido de Pilar.

14
Pérez Sainz, Juan Pablo, Salas, Minar Mara, Exclusión Social, desigualdades y excedente laboral.
En Revista Mexicana de Sociología 68, número 3 (julio/Septiembre 2006) 431-465.
15
Chaui, Marilena, Cultura y democracia, Cuadernos del pensamiento critico Latinoamericano, en
www.biblioteca.clasco.edu.ar.
16
Bacher, Silvia, Tatuados por los medios, Paidos, Buenos Aires, 2009, Pág. 19.
17 Miller, Toby y Yúdice, George, Política Cultural, Editorial Gedisa, Barcelona 2004.
18 Hopenhayn, Martín, ¿Integrarse o subordinarse? Nuevos cruces entre política y cultura, en Mato,
Daniel, Cultura, Política y Sociedad, CLACSO, Buenos Aires, 2005.Págs. 17/40.

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En su población se encuentran parte de los dos extremos del bastante


desgarrado tejido social del Gran Buenos Aires. Por una parte los habitantes
de los countries y los barrios cerrados donde viven sectores sociales de altos
ingresos, por la otra sectores absolutamente excluidos que pueblan los asen-
tamientos marginales, y un sector medio, bastante golpeado por las distintas
crisis económicas que han caracterizados la instalación y el desarrollo del
neoliberalismo, que habita en el casco mas tradicional del pueblo.
En esa Ciudad existe, desde el año 1972, una Cooperativa que brinda los
servicios de Telefonía, e Internet. Además de brindar servicios de pavimentación,
gas y vivienda. Esta Cooperativa que hoy tiene alrededor de 20.000 miembros,
ha decidido llevar adelante una política cultural, que tiene como población
objetivo los habitantes del pueblo, pero fundamentalmente los jóvenes y los
maestros de las escuelas de la zona.
Para ello construyo, e el año 2002, en la Avda. Luis María Gonet, frente a
la estación del Ferrocarril un edificio especialmente destinado a la actividad
cultural con la infraestructura necesaria para realizar los diferentes programas
que venía desarrollando, como la biblioteca y los nuevos que se planificaron.
La biblioteca pública, que cuenta con alrededor de veinte mil títulos, mas de trece
mil de ellos cargados en el sistema lo que permite su pronta recuperación. Presta
tres tipos de servicios: Consulta en sala: con un promedio de 400 mensuales
en el último año. Préstamos domiciliarios para los socios de la biblioteca con
un promedio de 170 por mes. Lugar de estudio y consulta de los alumnos de
las escuelas primarias y colegios secundarios de la zona. Además de servicio
de Internet para búsqueda y recuperación de información.
Concurso de Pintura. Todos los años la Cooperativa organiza un concurso
de pintura para artistas de la zona. El Jurado se integra con personalidades
del mundo de las artes, seleccionados especialmente. Por allí han pasado
María Teresa Constantin, Oscar Smoje, Ernesto Pesce, Andrea Juan, Julio
Sánchez, Nelly Perazzo y Adolfo Nigro, entre otros. Hasta el presente se lleva
realizados siete ediciones y han participado alrededor de 80 artistas en cada
una de las ediciones. El nivel de los premiados es cada año de mayor calidad
y refinamiento.
Debe destacarse que no solo participan habitantes de los barrios cerrados,
sino también artistas que residen en el pueblo.
El primer premio, además de un valor en dinero, significa una exposición
individual en la Galería de Arte que esta en el primer piso de la biblioteca.
Todas las menciones, que son cinco, tienen derecho a participar de una expo-
sición colectiva. Con lo que a partir del premio se realizan en la Galería tres
exposiciones anuales.
Coro. En las instalaciones de la biblioteca funciona el Coro Kennedy de Del Viso.
Bajo la dirección del Raúl Fritszche, todos los adultos y niños pueden acercarse
a disfrutar del derecho de hacer música. Derecho que los hace parte, aunque
en una pequeña medida, de la construcción de esta política cultural.
Ciclo de Cine Argentino: Desde el año 2004 se organiza anualmente este ciclo,
con proyección en DVD y con entrada libre y gratuita. En cada edición, se pro-
yecta una cuidada selección de ocho películas argentinas. Primero se presenta
el filme situándolo históricamente y se destacan algunos detalles temáticos o
técnicos. Una vez concluida la exhibición, se organiza una charla debate con
algún responsable de la película exhibida. Han pasado por este ciclo directores
tales como: Sergio Renán, Héctor Olivera, Carlos Sorín, Eduardo Mignona, Elíseo

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La exclusión social y el recurso de la cultura | Oscar Moreno

Subiela, Juan Taratuto o Juan José Jusid, entre otros; autores como Osvaldo
Bayer o Edgardo Esteban; actores o actrices como Adriana Aizemberg, Marta
Bianchi ó Inés Efron, productores como Pablo Wiznia o Cecilia Felgueras.
Se entiende al ciclo como una manera de ver el cine, no simplemente de
pasar alguna película. Es un fenómeno muy particular, la gente ve, entiende
y disfruta del cine en el mismo espacio donde están colgadas las obras que
integran las muestras de artes plásticas antes mencionadas, lo que crea un
espíritu muy particular.
La reacción a esta propuesta es buena porque el público al que accede
no descubre el cine. Generalmente pertenece a sectores sociales que están
muy perjudicados por las inveteradas crisis de la economía argentina y tienen
dificultad para acceder a otros bienes culturales que no sean los que llegan Las industrias
directamente a su casa, pero que un pasado no muy remoto si lo podían hacer. culturales y las
Por tanto salir, ir a otro lugar a buscar de manera compartida la apropiación nuevas tecnologías
de un bien cultural ayuda a recuperar una identidad. Esta idea del ciclo de cine de la comunicación
quiere decir que se trabaja con el arte para que su disfrute sea un derecho ciu- han intentado
dadano. No es la idea de la gente venga a ver una película para entretenerse invisiblilizar
un rato, sino que la cooperativa le crea la posibilidad de ejercer este derecho la situación
que lo enriquece. de exclusión social.
El desarrollo de esta política cultural, originada en Telviso, es una forma muy
fuerte de inclusión social que tiene la impronta del cooperativismo, donde la
ganancia debe volver en forma de disfrute de bienes culturales a la sociedad.

A manera de conclusiones
La exclusión social, que es la figura límite de la pobreza, se estableció en Ar-
gentina con la llegada de los regimenes neoliberales. Las políticas sociales que
se han implementado, hasta el presente, no han podido mitigar sus efectos
y por el contrario las han cristalizado a través de de un sistema político, cuya
legitimidad se encuentra en lo que se ha denominado el poder territorial.
Por su parte el desarrollo de las industrias culturales y la nuevas tecno-
logías de la comunicación han intentado, con bastantes buenos resultados,
excepto en situaciones de crisis como la del 2001, invisibilizar esta situación
de exclusión.
Finalmente, y adscribiendo a las posiciones de muchos de los investiga-
dores de los estudios culturales en América Latina, se ha podido mostrar un
ejemplo, de los miles existentes en el conurbano bonaerense, del recurso de
la cultura para reintegrar la identidad, de un grupo de habitantes de Del Viso,
tan ignorada en el sistema de pantallas que rodea el desarrollo de los sectores
sociales en Argentina. n

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