México Hacia Una Sociedad Del Conocimiento

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Resumen

Es importante para México convertirse en una sociedad del conocimiento, con una
clara estrategia en su plan de desarrollo con respecto a la inversión en: transferencia
tecnológica, incremento del capital intelectual, mayor vinculación de los sectores na-
cionales que generan ciencia y la generación de políticas públicas que incentiven la
innovación en ciencia y tecnología y la protección de la propiedad intelectual.

Palabras clave: Inversión, ciencia e innovación, educación, conocimiento, transferencia de tec-


nología, propiedad intelectual, innovación, desarrollo y políticas públicas.

Abstract
It’s important for Mexico to become a knowledge society with a clear strategy in its
development plan regarding the investment on transfer technology, the increment
of intellectual capital, a greater linking of the entities that generate scientific advan-
cements, the establishment of public policies that encourage science and technology
innovation, and the protection of intellectual property.

Key words: Investment, science and technology, education, knowledge, transfer technology,
intellectual property, innovation, development and public policies
Sección Varia

México hacia una sociedad


del conocimiento

Héctor Carreón Mendoza1


Ricardo Melgoza Ramos2

Mexico Towards
a Knowledge Society

1 Mexicano. Estudiante del Doctorado en Ciencias de la Administración de la


UNAM/UACJ. Profesor adscrito al Departamento de Ciencias Administrativas
de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Área: el desarrollo del capital intelectual y el desarrollo del recurso humano a
través de procesos de vinculación.
Correo de contacto: [email protected]
2 Mexicano. Doctor en Ciencias de la Administración por la UNAM. Profesor
adscrito al Departamento de Ciencias Administrativas de la Universidad Autó-
noma de Ciudad Juárez.
Área: aprendizaje organizacional, industria automotriz y de autopartes, energías
alternas.
Correos de contacto: [email protected] y [email protected].

Fecha de recepción: 22 de agosto de 2011


Fecha de aceptación: 15 de noviembre de 2011
Las sociedades del conocimiento en un contexto global
México: hacia una sociedad del conocimiento

Este documento científico es el reflejo de una investigación de tipo


exploratorio y documental que analiza la situación que guarda México
actualmente en su proceso de evolución como sociedad del conoci-
miento. Analizamos su contexto global y local por medio de la revisión
bibliográfica de algunos de los autores que han abordado estos temas
para mostrar la importancia tanto de la innovación como de los apo-
yos gubernamentales dirigidos hacia el desarrollo de una sociedad del
conocimiento.
Hoy en día es posible distinguir una revolución en la ciencia y la
tecnología que impacta la realidad de una economía globalizada y seg-
mentada en países y regiones desarrolladas, en vías de desarrollo y paí-
ses pobres a través de la riqueza que generan o las conexiones, redes y
tratados que se sustentan en un contexto internacional o global, con
todos los beneficios que ella representa. Esta riqueza genera procesos
complejos y paradigmáticos por medio de un crecimiento desigual y
de una dinámica concentradora que resulta excluyente tanto a nivel
económico, como social y cultural.
Existen brechas crecientes entre pueblos y naciones, “entre los que
tienen y los que no tienen, entre los que saben y los que no saben”, en-
tre los que invierten y no invierten… Es un desafío mayor. Schwandt
y Marquardt (2000) lo ilustran de manera clara cuando mencionan los
cambios tan dramáticos que se dieron a finales del siglo pasado –y que
continúan manifestándose hoy–: el hombre y sus circunstancias, sus
organizaciones, sus herramientas, sus estructuras, han sufrido cambios
radicales debido a la tecnología, lo cual ha provocado que las empre-
sas y los individuos alteren los paradigmas que durante muchos años
fueron razón y fundamento de las formas, estructuras y acciones de los
mismos.
En la década de los sesenta Thomas Kuhn introdujo el término “pa-
radigmas” para definir todo aquello que está establecido y que explica
de cierta manera las circunstancias de ese momento. En su aplicación
Nóesis

a las ciencias sociales se podría decir que es el conjunto de experiencias,


creencias y valores que ayudan al sujeto a entender su realidad. En el

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siglo pasado y durante el actual, varios inventos han cambiado muchos

Héctor Carreón Mendoza y Ricardo Melgoza Ramos


de los paradigmas que el ser humano tuvo durante muchos años, bas-
te mencionar la televisión, la bomba atómica, los viajes al espacio, el
automóvil, la computadora, cambiaron la forma de ver la realidad y el
entorno. Schwandt y Marquardt (2000), cuando hablan de cómo están
aprendiendo las organizaciones, mencionan que para éstas han sido
siete los paradigmas que han cambiado.
El primero es respecto a la concepción del mundo de acuerdo con
la física cuántica, la cual sustituyó a la física newtoniana. La física de
causa y efecto ha sido cambiada por una física que comprende que la
forma en que se atienden los problemas ya no se restringe a una con-
cepción lineal de causa y efecto, sino que el enfoque sistémico en la
solución de problemas prevalece sobre la linealidad.
El segundo es el cambio de la era de la máquina y la concepción in-
dustrial de las economías hacia una era de la información y una preva-
lencia de la tecnología en todos los órdenes de la vida del ser humano.
Esto cambió la forma en que las organizaciones se estructuraban, lo
cual nos lleva al tercer punto, en el cual el enfoque nacional o enfoque
local para la administración de las organizaciones se ha transformado
en uno global, tanto al considerar a las empresas como al considerar
la economía.
El cuarto indica que ha cambiado la concepción de las funciones
de las empresas que debían de manufacturar, vender o comerciar pro-
ductos hacia un nuevo enfoque en donde las empresas venden y co-
mercializan conocimiento, información, datos, números, etc.
El quinto se refiere al cambio en la forma en que se han diseñado y
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organizado las empresas, ya que los espacios físicos han sido trocados
por espacios y reuniones virtuales, tele-conferencias y oficinas en casa
que se conectan con la empresa a través de la red.
El sexto cambio se ha dado en el enfoque de las organizaciones. Si
antes se enfocaban en el trabajador para producir los artículos, ahora el
foco está sobre los clientes, que al final de cuentas son quienes deter-
minan la fortaleza de las organizaciones y su misma supervivencia.
Finalmente, el séptimo es el paradigma respecto a los procesos de
manufactura. Los países en desarrollo cada día trasladan más procesos

123
manuales a países en donde la mano de obra es menos costosa. En su
México: hacia una sociedad del conocimiento

lugar, realizan actividades laborales relacionadas con el conocimiento


y la información. Schwandt y Marquardt (2000) anticiparon que más
del 80% del empleo en los Estados Unidos de Norteamérica tendría
cabida en las industrias del conocimiento o información y servicios.
La educación ha pasado a tener una decisiva importancia en el
contexto de la emergente sociedad del conocimiento. Es un eslabón
que articula los distintos objetivos del desarrollo, los cambios de la ins-
titucionalidad universitaria y los sistemas nacionales del conocimiento.
Éstos, a su vez, condicionan la forma de enfrentar su rol reproductor
de capital humano y cultural.
A mediados del siglo XX los grandes poderes se preocupaban por
lo que sucedía en África. Con toda su gente, con todos sus recursos,
hoy en día es poco el interés por África, pues se ha vuelto irrelevante
en una economía global nutrida por el conocimiento (Enríquez, 2000).
Así, África ha perdido su ventaja como fuente de materias primas.
En los países de América Latina y el Caribe, tanto los gobiernos
como los principales actores privados están reconociendo en forma
creciente la importancia de la ciencia para el desarrollo social y econó-
mico. Esta situación, vinculada íntimamente con los procesos de glo-
balización, ha impulsado a la mayor parte de los gobiernos a relanzar
activas políticas de ciencia, tecnología e innovación que, en términos
generales, habían sido descuidadas en los años de los ochenta.
Analizando conceptualmente el término “conocimiento”, es po-
sible iniciar con la definición que hace Nonaka y Takeuchi (1995)
cuando mencionan que éste se divide en dos tipos: el “explícito” y el
“tácito”. El conocimiento explícito es todo aquello que se encuentra en
manuales y procedimientos. Se representa en números y fórmulas y es
sistemático y formal. En cambio el conocimiento tácito se segmenta
en dos dimensiones: la primera es el conocimiento personal basado en
la experiencia, conocimientos difíciles de transmitir y con un grado
alto de subjetividad; la segunda dimensión es la cognitiva, la cual se
crea a partir de esquemas mentales, creencias y percepciones.
Nóesis

De acuerdo con estos autores, el conocimiento adquirido por las


empresas crea la innovación continua y les permite desarrollar ventajas

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competitivas. Sin embargo, es necesario partir de lo general, como son

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las sociedades del conocimiento, y percibir e identificar la situación
global de los procesos del conocimiento colectivo. No obstante, es de
suma importancia abordar el aprendizaje personal.
La experiencia humana es afectiva e intersubjetiva. Para la organi-
zación del orden cognitivo humano resultan esenciales la sensibilidad
emotiva que detona los procesos que vinculan la experiencia, las rela-
ciones interpersonales, el conocimiento, la realidad y el que interpreta
dichas sensaciones emocionales. Todo es visto a través del cristal con
el que percibimos nuestra realidad; nosotros traducimos y ajustamos
todo el entorno. Es un proceso totalmente vivencial.
Para Maturana y Varela (1997), una visión teórica inclusiva sus
concepciones de autopoiesis, autorganización y emergencia en red.
Producidos en cada momento entre estructuras y procesos, la com-
prensión de los intereses que unen, o ponen en conflicto, una experien-
cia de vida que puede ser rica o empobrecedora.
La premisa fundamental del post-racionalismo plantea que existe
una manera individual, personal y única de organizar, estructurar, des-
ordenar y reordenar las emociones y las informaciones que provienen
del entorno y de las propias vivencias –es decir, del conocimiento y la
evolución en la percepción de cada individuo–. Cada individuo genera
su propio proceso de percepción e interpretación y valoración para la
construcción de la perspectiva de sí mismo. El conocimiento sigue
un recorrido que parte de lo interno hacia lo externo y emerge de las
propias exigencias del organismo, algunas de ellas determinadas gené-
ticamente.
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La perspectiva constructivista de teóricos como Maturana y Varela
(1997), entre otros, nos llevan a la siguiente conclusión: el hombre
continúa siendo la medida de todas las cosas, de toda cualidad y de
toda validez, tanto de las existentes como de las inexistentes. Es el
único agente responsable de la realidad que se construye: físicas y se-
mánticas.
El conocimiento es familiarizarse a través de la experiencia, hacerlo
propio, integrarlo y procesarlo a nivel físico y mental.

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El desarrollo local, Ciudad Juárez y la frontera norte de México
México: hacia una sociedad del conocimiento

Ciudad Juárez, en la década del setenta, cambió su estrategia comercial


y turística por un crecimiento industrial y, en específico, apostó por la
industria maquiladora, generando un desarrollo dinámico y sostenido
hasta antes del 11 de septiembre de 2001. Prácticamente todas aque-
llas personas que llegaron a Ciudad Juárez –provenientes de los estados
de Coahuila, Durango, Zacatecas y Veracruz– fueron contratadas de
inmediato para integrarse a una fuerza laboral con escasa preparación
en el marco de competencias y habilidades y con niveles de educación
bajos que, por ende, significaron una calidad de vida deplorable.
En la actualidad las mismas empresas que en el pasado recibían
a los potenciales empleados deficientemente preparados en conoci-
mientos, habilidades y educación, han incrementado sus requerimien-
tos. Hoy en día es necesario que los candidatos tengan una educación
mínima de secundaria, conocimientos de calidad, de control estadís-
tico del proceso, que participen en la solución de los problemas de su
operación y que proporcionen ideas para el mejoramiento continuo de
su organización.
Las reglas cambiaron. Las especificaciones y los estándares de ca-
lidad ahora son globales. Las compañías integraron, y seguirán inte-
grando, en su organización el diseño de sus productos, y esto implica
grandes retos para la ciudad y el país. En el caso de las universidades,
probablemente, toda la frontera norte se está convirtiendo en el corre-
dor del diseño del producto más grande de Latinoamérica, indicador
de las necesidades del mercado.
En una sociedad del conocimiento los empleos tienen un conte-
nido intelectual o de proceso racional, más que simples procesos de
ensamble básicos y de poco contenido creativo o racional. Este tipo
de trabajos los desarrollan otros países. La India, por ejemplo, se está
convirtiendo en un taller enorme de diseño de software y de industria
de alta precisión, un buen comienzo para desarrollar una sociedad del
conocimiento, aunque actualmente no lo sea. Otro ejemplo es China,
Nóesis

que a pesar de ser un país con mano de obra muy barata, es una de las
pocas naciones que construyen plantas multimillonarias de electróni-

126
cos e industria pesada (Engardio, 2008). Estos son dos países con mano

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de obra barata, en transición hacia una sociedad del conocimiento.
En el caso de México, siendo una economía emergente, con algu-
nos de los indicadores macroeconómicos positivos, se requiere además
crear nuevos empleos basados en el conocimiento o en la capacidad
intelectual, pasando de empresas de mano de obra intensiva a otras de
capital intelectual intensivo.

Hablando de innovación

Un factor fundamental para el desarrollo de una sociedad del cono-


cimiento es la innovación. En la frontera norte de México se tiende
a absorber las nuevas olas o tendencias del desarrollo tecnológico, la
innovación y la tecnología, la automatización, los sistemas digitales, las
nanotecnologías, los polímeros, el diseño del producto, la mecatrónica,
la formación de tecnólogos y científicos… La mayoría de estos ele-
mentos ya están presentes en algunas empresas. Los viejos esquemas
que promueven el trabajo de bajo contenido tecnológico, de mano de
obra intensiva, en pocas palabras, maquilador; esquemas en los que
los salarios no están subordinados o relacionados con el nivel de co-
nocimientos, competencias, responsabilidades, es decir, donde el des-
empeño del trabajador esta sólo determinado por el volumen, según
Voss (2007), son aspectos que tienen que ver con innovación, servicio,
calidad, mejoramiento continuo, y que de no estar presentes en las
organizaciones, las colocan en la antesala del fin de su vida útil.
Respecto a la innovación, el Manual de Frascati (1993) incluye un
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conjunto de actividades científicas, tecnológicas, organizativas, finan-
cieras y comerciales. La investigación y desarrollo son solamente una
de estas actividades, y puede realizarse en diferentes fases del proceso
de innovación actuando no nada más como fuente original de ideas,
sino también como forma de resolución de problemas que pueden
aparecer en cualquier punto de la implementación.1

1 Manual de Frascati (1993). Por encargo de la OCDE (Organización de Comercio y


Desarrollo Económico), se creó la metodología normalizada propuesta para las encues-

127
De acuerdo con Pavitt (1994) las actividades innovadoras a nivel
México: hacia una sociedad del conocimiento

de gestión empresarial están marcadas por los siguientes parámetros:

• Suponen una continua e intensa colaboración entre grupos


funcionales y profesionales. Investigación y desarrollo, merca-
dotecnia, producción, etc., colaboran para la creación e implan-
tación de la innovación.
• Son, inevitablemente, actividades llenas de incertidumbre.
• Pueden ser acumuladas en la memoria colectiva de las
empresas.
• Son altamente diferenciadas en el sentido de que las capaci-
dades adquiridas tienen aplicación en una estrecha banda de
acción.

Shapiro (2005) define la “innovación” como la capacidad de una


empresa para cambiarse a sí misma repetida y rápidamente, con el fin
de seguir generando valor. No se trata sólo de tener nuevas ideas, sino
también de contar con una innovación generalizada y la habilidad de
la organización, en todos los niveles, para evolucionar y situarse un
paso por delante de la competencia. En el imprevisible mundo actual
la empresa que puede adaptarse con mucha velocidad al cambiante
entorno tendrá, con seguridad, una importante ventaja competitiva.2
Otra de las ventajas competitivas asociadas con los procesos de
mejoramiento continuo e innovación es el “benchmark”. Este es un
modelo de aprendizaje organizacional que funciona a través de puntos
de referencia. Fue implementado como el modelo de transformación
organizacional de la postguerra de Japón, el cual mostró la forma de
aprender de otros. Introdujo también una rápida transición de un es-
tado no productivo a un estado mucho más competitivo siguiendo los

tas de investigación y desarrollo experimental, creada por un grupo de expertos que


definieron el manual en 1963 en Frascati, cerca de Roma. El texto ha pasado por varias
revisiones y adecuaciones.
Nóesis

2 Antitrust, Innovation and Intellectual Property. In Testimony before The Antitrust Modern-
ization Commission. En Web: http://faculty.haas.berkeley.edu/shapiro/amcinnovation.
pdf. Última consulta: noviembre 8, 2005.

128
procesos, métodos y sistemas de trabajo o de manufactura que están

Héctor Carreón Mendoza y Ricardo Melgoza Ramos


produciendo excelentes resultados a empresas seleccionadas para ser
investigadas. Esto conlleva, necesariamente, una curva de aprendizaje
mucho más rápida y con lecciones aprendidas y recursos humanos y
financieros que ya fueron fondeados por dichas empresas o corpora-
ciones, con todas las fases del desarrollo del producto ya validadas y
generando considerables ahorros a las empresas que emprenden inves-
tigaciones de mercado con la metodología del benchmarking.
Muy probablemente antes de llegar a procesos de investigación a
través de puntos de referencia (benchmark process) con organizaciones
altamente tecnificadas con proceso automatizados o robotizados, ne-
cesitemos trabajar más con la misma pregunta que se planteaba Gen-
rich Altshuller, el ingeniero ruso que desarrollo el método TRIZ (la
expresión proviene de la palabra rusa “ТРИЗ”, acrónimo de Teoría de
Resolución de Problemas Inventivos) a través del análisis de un millón
y medio de patentes de invención en 1990: ¿no es posible que nuestro
problema haya sido resuelto en otra industria o campo del conoci-
miento radicalmente diferente?
Esto nos debe de llevar a motivar y estimular todos los esfuerzos y
estrategias que internamente realizamos en las organizaciones para el
mejoramiento continuo, por ejemplo, el proceso conocido como “tor-
menta de ideas”, el del benchmarking, la inventiva, la idealidad, la solu-
ción, los problemas, los sistemas tecnológicos y las leyes de evolución
que le permitieron a este ingeniero ruso plantear las bases estructurales
de su método.
Para el análisis de problemas relacionados con la inventiva, además
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de analizar los factores relacionados con los aspectos psicológicos –que
posteriormente dejarían de ser prioridad en el método de análisis para
enfocarse más en los procesos del pensamiento racional, lógico y prác-
tico–, esta metodología –que con la caída del muro de Berlín y con los
trabajos cooperativos o estratégicos en lo aeroespacial entre Rusia y
Estados Unidos de Norteamérica– ha sido una herramienta muy sig-
nificativa dentro de la resolución de problemas relacionados con pro-
cesos creativos y de diseño automotriz e industrial. De forma especial,

129
a partir de los años noventa se intensificó en México el entrenamiento
México: hacia una sociedad del conocimiento

en estas metodologías.
En México no hay políticas públicas con una estrategia definida
para llevar a cabo de manera clara la estrategia de innovación a tra-
vés de la triple hélice: gobierno–universidades–iniciativa privada. Esto
permitiría utilizar fondos económicos para proyectos con recursos
financieros de estas tres entidades en cuestiones educativas de nivel
licenciatura y posgrados enfocados a la innovación tecnológica y la
generación de los nuevos perfiles profesionales que permitan producir
egresados con capacidades y competencias que el mercado demanda
en relación al cambio tecnológico, administrativo y social que ya se ha
mencionado. Este aspecto es fundamental si se quiere llevar a México
a una sociedad del conocimiento en el siglo XXI.
Ahora bien, sí existen en México esfuerzos aislados, realizados por
diversos organismos que apoyan y promueven la investigación cientí-
fica, pero que no ponen como requisito indispensable la innovación en
las investigaciones. Uno de estos organismos es el Conacyt. También
se creó el Premio Nacional de Tecnología e Innovación, otorgado por
la Secretaria de Economía a través de la Subsecretaria de Industria y
Comercio, el cual tiene varias categorías para pequeñas medianas y
grandes empresas. Los jurados evalúan a las organizaciones a través de
un cuestionario diagnóstico. Luego las empresas muestran las eviden-
cias y con base en eso se otorga el premio.
Los indicadores de la CEPAL muestran un deficiente desarrollo
de la innovación en México. Algunos ejemplos: 1) la inversión en in-
vestigación y desarrollo como porcentaje del PIB no alcanza el medio
punto porcentual; 2) en cuanto al número de investigadores por cada
1000 habitantes, México tiene sólo 1; Brasil, 1.5; Argentina, 3; Corea,
9.5; y Japón 11; 3) las publicaciones científicas por cada 100,000 ha-
bitantes son 8 en México; 12.2 en Brasil; 16.4 en Argentina; 21.4 en
Chile; 89.8 en España; 128.7 en los Estados Unidos de Norteamérica;
y 170.8 en Canadá.3
Nóesis

3 Políticas para la innovación en las pequeñas y medianas empresas de Latinoamérica. En


Web: http://www.eclac.cl/ddpe/publicaciones/xml/3/43993/W403.pdf

130
Un ejemplo de como un país puede crear innovación es Japón. En

Héctor Carreón Mendoza y Ricardo Melgoza Ramos


las décadas de los sesenta y setenta las compañías japonesas se dedica-
ron a copiar los productos y las formas de hacer negocios de las empre-
sas occidentales, compitiendo en ese momento con productos baratos,
aunque de no muy buena calidad. Sin embargo, no habrían sobrevivido
sino hubieran iniciado un proceso de innovación y creatividad que le
permitió desarrollar a Honda un motor más eficiente antes de la crisis
petrolera de los setentas, y a Canon su lente AE1 Reflex, que tenía un
cerebro computarizado integrado.
Pero ¿cómo fue que lograron las compañías japonesas generar una
innovación continua? Una de las formas que utilizaron fue mirar hacia
afuera y al futuro, anticipar cambios en el mercado, en la tecnología, en
los competidores y en los productos (Nonaka y Takeuchi, 1995).

Mirando al futuro

Al proyectar el escenario para el año 2020 y adelante, es factible visua-


lizar que México se enfrentará, en un ambiente muy competitivo, con
países que en este momento nos llevan ventaja en algunos indicadores
de ciencia y tecnología porque están invirtiendo un porcentaje más
alto del producto interno bruto en el desarrollo de innovación tecno-
lógica con respecto a nuestro país, con una retribución o retorno de
la inversión reflejada en el incremento del capital intelectual y social.
Estos países son Brasil, en primer lugar, luego Chile y Argentina. Y,
por supuesto, México, si es que se decide a tomar las acciones que lo
acerquen más al desarrollo tecnológico, a la innovación y al cambio
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organizacional y cultural.
El ejemplo de la India debería ser inspirador para México. Señala
Engardio (2008) que la India es una economía de rápido crecimiento
y que será la primera nación en desarrollo que usó su poder intelectual
y no los recursos naturales o de mano de obra como su catalizador.
México debería ser el segundo país en realizar lo mismo, pero para ello
se requiere de un desarrollo fuerte en el modelo de triple hélice, con
estrategias y políticas adecuadas que permitan desarrollar una socie-
dad del conocimiento en los próximos veinte años.

131
Uno de los puntos que no están incluidos en el Plan de Desarrollo
México: hacia una sociedad del conocimiento

Nacional 2006-2012 es la eliminación de la pobreza extrema, es decir,


elevar a una gran mayoría de mexicanos a una vida digna. Esto será
imposible si no se incrementa el nivel educativo de la población a un
rango de entre 9 y 12 años de escolaridad promedio (hoy en día se tie-
ne un promedio de 6 años). Además, es necesario desarrollar empleos
que requieran de este tipo de trabajadores y estimular así el crecimien-
to tecnológico del país.

Los fondos de inversión en ciencia y tecnología

Como expresa Añez (2002), la gran diferencia la establecerán los pla-


nes de implementación de tecnología como un elemento clave del país.
Paralelo a eso, debe existir el fomento y el fondeo económico en todo
tipo de iniciativas para la generación y desarrollo de actividades que
generarán tecnología en el país. La mayoría de los países desarrollados
tienen alrededor del mundo sus patentes, licencias y secretos indus-
triales generando riqueza para sí mismos. Ese debería ser un modelo a
seguir por parte de México.
Algunos países asiáticos muestran su compromiso con este con-
cepto. Enríquez (2000) describe de manera puntual este hecho:

En 1985, la oficina de patentes de Estados Unidos otorgó


12 patentes para inventos argentinos, 15 a venezolanos, 30
a brasileños, 35 a mexicanos y los coreanos obtuvieron 50
patentes. Para 1998 (13 años después) la misma oficina de
patentes otorgó 29 patentes a Venezuela, 46 a Argentina,
77 a México y 88 a Brasil, y los coreanos obtuvieron 3,362
patentes.

Siguiendo con el tema de la inversión, se necesitarán los recursos


financieros necesarios para proyectos reales de innovación tecnológi-
ca en todas las organizaciones, apoyados con los gobiernos, hasta que
crezca la inversión destinada a la generación y desarrollo de tecnología
Nóesis

por parte del sector privado. Mientras tanto, se requiere de fondos


mixtos y sectoriales, de organismos internacionales que apoyen la ge-

132
neración de valor agregado para las empresas con una visión de inno-

Héctor Carreón Mendoza y Ricardo Melgoza Ramos


vación y desarrollo tecnológico.
A finales del siglo XX Estados Unidos de Norteamérica invirtió
182 000 000 000 (ciento ochenta y dos mil millones de dólares) cada
año para mejorar su tecnología; México erogó 1 400 000 000 (mil
cuatrocientos millones de dólares), mostrando que EE. UU. gasta 130
veces más que México cada año (Enríquez, 2000).
Un escenario futuro, cruzando el año 2020, requiere de profesionis-
tas que hayan desarrollado habilidades básicas como la computación,
el idioma inglés y el manejo de sistemas de calidad en los programas
educativos de licenciatura y posgrados. Estos deben fundamentarse en
el desarrollo de innovación tecnológica e impulsar de manera clara y
precisa la generación de patentes, impulsando con ello la creación de
una sociedad del conocimiento.
Como lo expresó Etzkowitz (2001), uno de los retos más grandes
para cualquier comunidad es la planeación de la educación y de los
procesos de vinculación entre la universidades, la iniciativa privada y
los gobiernos para la generación del diseño de programas educativos
que provean los tecnólogos, científicos y en general los profesionistas
preparados con perfiles más acordes a los procesos tecnológicos y del
cambio organizacional y cultural en tiempo real.

Conclusiones

Es imperativo aplicar de manera eficiente y productiva el modelo de


la triple hélice, por ejemplo, para utilizar recursos para desarrollar las
Vol. 21 • número 41 • 2012
carreras tecnológicas que se requieren en el México actual. Si México
no crea las políticas publicas adecuadas en este rubro, se lleva el riesgo
de perder la mitad del siglo XXI, así como perdimos el XX, sin crear,
desarrollar y posicionar empresas tecnológicas líderes globalmente.
Las universidades en México tienen que mejorar sus procesos de
vinculación, elevando el nivel del proceso de planeación de sus nuevas
carreras y atendiendo las necesidades reales de las empresas presentes
y futuras. Su protagonismo en las sociedades del conocimiento es in-
negable.

133
La protección a la propiedad intelectual es un problema añejo que
México: hacia una sociedad del conocimiento

debe ser atendido y eliminado de manera permanente. El investigador


e innovador deben obtener un beneficio económico por su esfuerzo y
creatividad. Es necesario crear ciudadanía y combatir la cultura de la
corrupción e ilegalidad.
El gobierno federal, en coordinación con los otros niveles, debe de-
linear las estrategias, los objetivos, los recursos, las acciones específicas
que ayuden a formar y establecer una sociedad del conocimiento en los
próximos veinte años.
“Todos los imperios del futuro serán imperios de la mente”, así lo
afirmó Winston Churchill (Enríquez, 2000) a mediados del siglo XX.
Después de una década del presente siglo, y con China e India inician-
do su periplo ascensional como potencias emergentes en los próximos
quince años, la frase de Churchill es una sentencia incuestionable.

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DTI. pp. 97-134. En Web: http://www.aimresearch.org/uploads/
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