Caso Clinico-Trastornos Del Animo
Caso Clinico-Trastornos Del Animo
Caso Clinico-Trastornos Del Animo
LF es una mujer divorciada de 32 años de edad, ingresó a la unidad de salud mental afirmando lo
siguiente: “Soy Dios”. Se le refirió de una clínica de atención ambulatoria y ella fue la informante
principal en su caso.
LF había tenido un primer episodio de enfermedad mental a los 19 años, después de que naciera
su segundo hijo. Podía recordar poco acerca de ese periodo, excepto porque habían denominado al
cuadro “psicosis posparto”, y ella había pasado algún tiempo en aislamiento por bailar desnuda en
la sala común del hospital. Se había recuperado y permanecido en buen estado hasta tres años
antes del ingreso, cuando, por razones que no podía recordar, comenzó a recibir carbonato de
litio. Había recibido este medicamento desde entonces hasta siete u ocho días antes, en que lo había
suspendido porque “Me sentía tan bien, tan poderosa, que supe que no lo necesitaba”.
En los días posteriores desarrolló agitación creciente, dormía poco, hablaba mucho, y por fin sus
amigos la llevaron para que recibiera tratamiento.
L. nació en Talca, donde su padre había sido mecánico automotriz. Ella era hija única, y con
frecuencia sentía que sus padres “habrían sido más felices sin tener hijos”. Ella los describía como
“alcohólicos”, y señaló que se había ido de casa durante la noche por lo menos en una ocasión
cuando tenía 13 años de edad. Dos veces había consumido marihuana cuando era adolescente,
pero negaba el uso de otras drogas, entre otras el alcohol.
A los 18 años de edad, L. había estado casada durante un periodo breve con un vendedor de pan,
con quien tuvo dos hijos. Su hija, de 13 años, vivía con su padre. Su hijo, de 14 años, era
hiperactivo y en alguna época había recibido metilfenidato. Laura era una católica no practicante,
quien durante los últimos dos años había trabajado en una agencia de viajes. Indicó que su salud
había sido “más que perfecta”, lo que quería decir que no había padecido alergias o problemas
médicos, excepto por haber sido sometida a una amigdalectomía a los seis años y a una ligadura de
trompas después del nacimiento de su hija. Sus antecedentes familiares eran positivos para
alcoholismo en ambos padres y ambos abuelos. Una tía paterna de manera intermitente “se
rompe en pedazos”, y desarrollaba una religiosidad excesiva, al tiempo que imaginaba
distintos pecados por los que sentía una culpa exagerada.
L. era una mujer con un poco de sobrepeso, que aparentaba tener la edad que indicaba tener. Se
mostraba agitada, brincando fuera de su silla cada poco tiempo, para caminar hacia la puerta y
regresar. Al recibir el desayuno durante cierta parte de la entrevista, de manera intencional le untó
mermelada a los pantalones de una enfermera que pasaba. Más adelante, se acostó en el piso
y agitó las piernas en el aire, en éxtasis aparente.
L. parecía estar esforzándose por controlar su lenguaje; incluso así, saltaba de un tema a otro.
Sin embargo, la velocidad a la cual hablaba se aproximaba a la normal. Su afecto sin duda
mostraba exaltación y declaraba que nunca se había sentido mejor en su vida. Aceptaba que
pudiera estar escuchando voces que cantaban (el entrevistador no podía escuchar música);
disfrutaba cantar a modo de acompañamiento de lo que estaba escuchando. Indicaba que ella era
“El Todopoderoso” y que ahora se daba cuenta de que no necesitaba medicamentos.
DESARROLLO
Antecedentes: historia psiquiátrica desde los 19 años con aparente factor gatillante (segundo parto).
Fármacos: uso de carbonato de litio desde hace 3 años (desconoce motivo de indicación), suspendido
recientemente sin indicación médica. Refiere haber probado drogas (marihuana) en la adolescencia,
sin consumo actual de sustancias.
Paciente presenta los siguientes síntomas: agitación, ideas de grandiosidad, ideas delirantes,
alucinaciones auditivas, verborrea, hiper optimismo, menor necesidad de dormir, ausencia de insight
y los siguientes signos: hiperactividad, ideofugacidad, alteración del pensamiento y del juicio, euforia.
La presencia de un estado de ánimo excesivamente elevado el cual inicia hace aproximadamente
una semana desde que decide suspender su tratamiento con litio dado la sensación de grandeza y
bienestar, además de agitación psicomotora, verborrea, ideofugacidad y síntomas psicóticos como
ideas delirantes, alucinaciones auditivas son compatibles con un síndrome maníaco. Además
paciente describe episodio previo compatible con un cuadro maníaco en su juventud durante período
posparto además de tratamiento a permanencia con litio en contexto de un probable trastorno afectivo
bipolar.
Síndrome Maniaco. Paciente adulta joven, con historia psiquiátrica desde los 19 años tras nacimiento
de su segundo hijo, con aparente trastorno afectivo bipolar en tratamiento con carbonato de litio,
suspendido días previos a la consulta. Presenta clínica compatible con episodio de manía con
síntomas psicóticos descritos previamente. Sin antecedente claro de periodos depresivos o
hipomaníacos.
● Eje 2 Discapacidades:
○ Cuidado personal: 0
○ Funcionamiento ocupacional: 1
○ Funcionamiento Familiar: 4
○ Funcionamiento Social: 4
● Eje 3 Factores contextuales: Paciente joven, con antecedentes psiquiátricos, consumo de litio
y cuadros anteriores sugerentes de episodios maníacos previos, antecedentes familiares de
enfermedades psiquiátricas. Hija producto de un aparente embarazo no deseado, con padres
alcohólicos y ausentes. Pérdida de custodia de hija y relaciones inestables de pareja.