Resumen - 13 - Guerra Fría (Cap. 5 - Fragmento) - Bianchi

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La Guerra Fría – Capitulo 5 – Bianchi

Tras la guerra mundial, era indudable que los Estados Unidos y la Unió n Soviética se
constituirían en las potencias hegemó nicas dentro del concierto internacional. La guerra
terminó con el fin del sistema de equilibro entre las potencias europeas, entretejido desde
el siglo XVI. En su lugar surgía un nuevo ordenamiento internacional.

Dentro de ese nuevo ordenamiento, los países europeos dependerían de las relaciones
soviético-americanas y podrían influir en su desarrollo segú n su importancia estratégica
para los dos nuevos centros hegemó nicos.

Ante los problemas sociales de la época, el gobierno de los Estados Unidos temía, al acabar
la guerra, una nueva crisis de superproducció n sin los socios ni los mercados europeos; en
la URSS se temía que los debilitados estados europeos cayeran bajo la dependencia de los
Estados Unidos que rá pidamente habían concedido créditos y suministros de socorro.

Como consecuencia de la guerra, en los países europeos muchos partidos de derecha


habían quedado desprestigiados por el apoyo al fascismo. Mientras que al mismo tiempo,
crecía el prestigio de la izquierda. Europa oriental se separaba de la occidental por aquello
que Churchill había definido en 1946 como “el teló n de acero”: una línea que se extendía
del Báltico hasta el Adriá tico, pasando por las zonas de ocupació n soviética en Alemania.

El éxito de los partidos comunistas no se había dado só lo en Europa oriental, también


ganaban adeptos en Italia, Francia, Grecia e Inglaterra. Desde la perspectiva de los Estados
Unidos, el ascenso de la izquierda, y fundamentalmente del comunismo, se alimentaba de
la pobreza y la desesperació n: era necesario actuar. Tal fue el objetivo del Plan Marshall
(1948) que otorgó ayuda financiera para acelerar la recuperació n econó mica. Desde la
perspectiva de la Unió n Soviética, esto constituía una indebida intromisió n de los Estados
Unidos en los asuntos internos de los países europeos. Y con esto comenzaron las
tensiones que se definieron como la Guerra Fría.

El conflicto se agudizó en torno a la situació n de Alemania. Tras la guerra, Alemania quedó


dividida en cuatro zonas. En 1948 Gran Bretañ a, Francia y Estados Unidos comenzaron las
gestiones para la unificació n territorial. La Unió n Soviética se mantuvo al margen y
estableció un gobierno en la Alemania oriental que pasaría a constituirse la Repú blica
Democrá tica Popular alemana.

Pero la Guerra Fría no se expresaba só lo en el control de territorios y poblaciones. La


carrera armamentística se transformó en un elemento central de ella. La cantidad de
armamento nuclear o químico se transformó en el eje de la Guerra Fría. Estos armamentos
no tenían como objetivo iniciar un ataque, sino que tenían solamente objetivos de defensa
o de “disuasió n”. Sin embargo, también comenzó a instalarse el temor de que la Guerra
Fría pudiera transformarse en “caliente” provocando un holocausto mundial.

La Organizació n del Tratado del Atlá ntico Norte (OTAN) se transformó en un ejército de
defensa, después de que el inicio de la Guerra de Corea (1950) provocó un rebrote de los
sentimientos anticomunistas y del temor a la expansió n soviética. En respuesta a la OTAN,
la Unió n Soviética organizó el Pacto de Varsovia (1955). De este modo, en la década de
1950, los bloques quedaban formalizados.

Má s allá de la retó rica de ambos bandos, no había ningú n peligro inminente de guerra
mundial. Es cierto que en la década de 1970, la Guerra Fría se intensificó : la derrota de la
guerra de Vietnam y los conflictos en Oriente Pró ximo habían debilitado a los Estados
Unidos que respondió con una extraordinaria aceleració n de la carrera armamentística.
Sin embargo, esto tampoco alteró el equilibro global.

De allí, las preguntas planteadas por Edward P. Thompson: ¿Cuá l es el significado de la


Guerra Fría?, ¿Cuá les son los objetivos a los que efectivamente sirvió ?

La imagen de bloques só lidos que construyeron mutuamente los antagonistas no


corresponde a la realidad. ¿De dó nde surgió entonces la idea? Esa imagen fue la que
construyó el “otro”, buscando asegurar su propia existencia. Segú n Thompson, la Guerra
Fría fue un “negocio” que se inauguró a partir de 1947, pero que posteriormente se
independizó de sus orígenes para transformarse en un fenó meno encerrado en sí mismo.
A medida que el poder militar de cada una de las “superpotencias” crecía añ o tras añ o, la
Guerra Fría generaba sus propias estructuras. Y el mantenimiento de esa estructura
dependía bá sicamente la Guerra Fría. Lo importante es marcar el carácter reciproco de
este proceso: para que existiera uno debía existir necesariamente el otro. Generó una
visió n del mundo que también se reprodujo. Si ese “otro” se presenta como algo
amenazador, los vínculos que constituyen al “nosotros” se fortalecen. Permitió entonces
homogeneizar a la sociedad y construir el conceso dentro de cada bloque.

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