La Discapacidad en La Escena Familiar
La Discapacidad en La Escena Familiar
La Discapacidad en La Escena Familiar
LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA
FAMILIAR
ISBN 978-987-1432-14-1
© Editorial Encuentro
1° Edición.
Impreso en Argentina
ISBN: 978-987-1432-14-1
Miembros de la CÁMARA
ARGENTINA DEL LIBRO
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Tel/fax: (0351) 4606044 / 4609261- Pasaje España 1485 Córdoba - Argentina.
INDICE
Prologo ..................................................................................................................11
ESCENARIOS.........................................................................................................15
Génesis y configuración del modelo tradicional de familia...........................17
La ruptura del modelo tradicional de familia: nuevas
posibilidades de configuraciones familiares.....................................................23
El sistema familiar como estructura compleja ................................................29
La abuelidad ...................................................................................................................47
TENSIONES Y TORSIONES..................................................................................55
“Todos somos la voz de Paloma” .......................................................................57
Incluir lo diferente/Hacer propia la diferencia.................................................73
En la dulce espera ¿Dulce? ¿Espera? .................................................................75
El nacimiento de un hijo con discapacidad......................................................77
El diagnóstico: ¿la caída de una ilusión? ¿la aceptación de otra ilusión de
lo por-venir? .........................................................................................................79
Entre la realidad y la fantasía: ¿despertar de un sueño?¿despertar a una
pesadilla?...............................................................................................................83
En las trincheras de un combate doloroso........................................................85
Acomodar y desacomodar: acciones móviles para diseñar el día a día de
la discapacidad .....................................................................................................95
ITINERARIOS.........................................................................................................103
“Cuidar también es cosa de padre” ....................................................................107
El proceso de afrontamiento (I) La sociedad conyugal: un nosotros, dos
invidualidades .......................................................................................123
El proceso de afrontamiento (II) Tiempos, temporalidades, presencias y
aprendizajes ..........................................................................................133
El proceso de afrontamiento (III) El peso de la realidad: lo contingente y
lo (in)esperado.......................................................................................139
El proceso de afrontamiento (IV) Asignar/Encontrar sentido ....................145
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INTERSECCIONES.................................................................................................163
“Nahuel: hijo de tigre”.........................................................................................165
La mirada: acción de ligazón de los fragmentos imaginados de una
figura humana ......................................................................................................185
De mirada a mirada: encuentros que reflejan el por-venir de una ilusión ..189
Mirar, mirarse, ser mirado: la dialéctica de la intervención profesional......193
La mirada profesional: restituir la integridad a fragmentos de lo humano .197
La palabra: instrumento de mediación ............................................................201
La escucha: soporte material de la palabra autorizada ..................................207
Miradas, palabras y escuchas: diálogos ...........................................................211
ESPACIOS..............................................................................................................227
“La tía Estercita: la obra maestra de esa mujer” ..............................................229
Procesos de inclusión: trazos que invisibilizan itinerarios de exclusión,
desigualdad y deprivación en las oportunidades.............................................243
La escuela especial: un espacio para desplegar el Ser a través de los
senderos del Hacer ...............................................................................................249
Bibliografía............................................................................................................257
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Para Eva, Mabel y Nadia
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Claudio Urbano | José Yuni
Al final
Y
En los brazos del Angel Custodio de la Espera,
Estamos siendo rescatados de este naufragio,
Transitando las aguas que separan nuestras islas,
Despertando en el deseo de Ser más que náufragos
Habitantes habitados por la Vida.
Y, en las mareas de nuestro archipiélago
De carne y sangre, de esperanza y búsqueda,
Una botella…..un mensaje….un canto……
Una celebración…..
Claudio Urbano
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PROLOGO
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tos, las urgencias, las confianzas que las familias otorgan a las
instituciones y los profesionales y que éstos pueden capitalizar en
beneficio de la intervención (en definitiva, un beneficio para el
sujeto, para el profesional y para la familia) a partir de una lectura
fundamentada y humanizante, que colabore en la construcción de
redes y vínculos saludables.
Por último, un agradecimiento a todos aquellos que han
contribuido con sus voces, sus gestos, sus abrazos, sus saberes, sus
tiempos de acompañamiento y espera. Además de acompañantes,
maestras y maestros del difícil arte de extraer ganancia a la
pérdida, ilusión al dolor. A todos ellos también dedicamos estas
páginas.
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ESCENARIOS
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GÉNESIS Y CONFIGURACIÓN DEL MODELO
TRADICIONAL DE FAMILIA
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LA RUPTURA DEL MODELO
TRADICIONAL DE FAMILIA:
Nuevas posibilidades de configuraciones familiares
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EL SISTEMA FAMILIAR COMO
ESTRUCTURA COMPLEJA
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FUNCIONES DE HUMANIZACIÓN
La familia constituye el espacio constitutivo a partir del
cual se hace efectiva la función humanizante que transforma al
individuo humano en sujeto. En el interior de la trama familiar es
donde se opera el advenimiento, la estructuración y organización
constitutiva del sujeto humano. El cachorro humano no nace
sujeto, se constituye en sujeto al entramarse en las redes del
contacto socializador, que imprime el sello humanizante del
universo simbólico.
Como afirma Piera Aulagnier (1988), el cachorro humano
como integrante de una especie pertenece a la clase genérica de "lo
humano". Éste, al nacer constituye el ser vivo más indefenso de la
naturaleza por lo que requiere de mayor tiempo de asistencia,
cuidado y protección para sobrevivir. Este cuidado no sólo consiste
en el abastecimiento de las necesidades primarias, sino en la
provisión de afecto, contención y significación.
Para que el cachorro humano se desarrolle -no sólo
biológicamente sino que se constituya en un sujeto humano-
requiere de la asistencia de otro sujeto que lo ubique en un lugar
de significación. Es decir, el contacto con un otro que le asigne un
significado, es la condición de posibilidad para habitar un mundo
en el que su ser y estar adquieran sentido a partir de la
nominación. El ser humano queda así sujetado a las estructuras
socio-culturales organizadas por el lenguaje y vehiculizadas por el
contacto humanizante. De este modo, para que el cachorro
humano devenga en sujeto humano requiere del concurso de otro
semejante que lo ubique en una posición simbólica (de significado
y sentido) que lo inserte dentro de una trama vincular. Es en la
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La Función materna
La función materna es ejercida por aquel sujeto primordial
que se ubica en la posición de ser soporte para el abastecimiento
de la necesidad del cachorro humano. En la acción de proveer
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La función paterna
La función paterna constituye la intromisión de un tercero
que rompe la relación simbiótica y fusionante entre el Otro
primordial (la madre) y el cachorro humano. Se garantiza así que
el ejercicio de la función materna permita la emergencia de la voz
del sujeto que está constituyéndose en su individualidad y que,
mediante sus demandas, emprende el camino hacia la
independencia de sus necesidades y deseos en relación a la madre.
El padre -en su función- es el representante de los “otros” y,
por ende, es quien introduce el discurso del “campo social” que
sujeta al infante a un contexto de filiación más amplio a través de
la oferta de objetos sustitutivos que amplían lo ofertado por el
discurso materno.
"La función paterna re-presenta “la ley”, en tanto controla y
prescribe los alcances del discurso materno a fin de que éste no
abuse del “poder” que le otorga ser el Otro primordial. Es decir
que, la función paterna interpela al discurso materno a que se
ubique en el marco de un discurso social más amplio.(...)
En la “estructura familiar imaginaria” de nuestra cultura, el
padre representa el que permite a la madre designar, en relación
con el niño y en la escena de lo real, un referente que garantice que
su discurso, sus exigencias, sus prohibiciones, no son arbitrarias y
se justifican por su adecuación a un discurso cultural que le delega
el derecho y el deber de transmitirlas” (Urbano, C. y Yuni, J.;
2005:48). De ahí que, el ejercicio de la función paterna opere como
organizador y estructurante del psiquismo del sujeto en
constitución.
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FUNCIONES DE CRIANZA
La crianza de los seres humanos supone la provisión de
elementos que satisfagan las necesidades biológicas y el soporte de
recursos psicológicos, emocionales y sociales. Las prácticas de
crianza se encuentran organizadas y mediatizadas por un conjunto
de valores y de actuaciones pautadas que se traducen en un
“código familiar”. Éste condiciona la interacción recíproca de los
miembros del grupo primario entre sí, y entre éstos y los miembros
de la comunidad.
Los códigos familiares son los que configuran la posición y
estatus de los diferentes miembros y establecen las relaciones entre
ellos. Las figuras parentales significativas son aquellas que hacen
efectiva la actuación de su autoridad en cuanto a la orientación, la
puesta de límites y el establecimiento de un vínculo reasegurador
que provea al sujeto de afecto y seguridad.
Los cambios socio-culturales y económicos de las últimas
décadas han modificado sustancialmente el alcance de la función
de crianza construido desde el modelo tradicional de familia. La
cada vez más temprana institucionalización de los niños en
jardines maternales, jardines de infantes y la creciente exigencia de
su inclusión en múltiples actividades fuera del hogar, interpela los
alcances de la tarea de crianza en el ámbito familiar y pone de
relieve los desplazamientos que esta función presenta en la
actualidad. Desplazamiento que redefine las funciones y posiciones
tradicionales y que modifica los intercambios intrafamiliares en
torno al cuidado y crianza de los nuevos miembros.
El fenómeno contemporáneo de la inserción de la mujer en
el mercado laboral, la irrupción femenina en la función pública y,
por ende, el desplazamiento de las funciones tradicionales de ama
de casa, son situaciones que han modificado la función tradicional
de las mujeres jóvenes como “cuidadoras” de los hijos. La salida al
mundo laboral de las mujeres en edades productivas supone contar
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LA ABUELIDAD
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TENSIONES Y TORSIONES
Enrique Mariscal
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TODOS SOMOS LA VOZ DE PALOMA
G. habla con el cuerpo: sus ojos, sus manos dicen mientras dibuja imágenes
con las palabras. Su cuerpo se conmueve, vibra, se agita y llora sin lágrimas.
Ella es artista plástica. Casi por casualidad supe de la existencia de Paloma en
su vida. Un par de mails por cuestiones laborales prologaron un encuentro
personal en el que nuestras miradas compartidas sobre los avatares del vivir,
abrieron el espacio para un encuentro humano. Desde el primer momento me
sorprendió el modo crudo y sin concesiones en el relato de su situación y, a su
vez, la tensión amorosa de su experiencia de ser la mamá de Paloma. En sus
palabras intuí el potencial de su voz. Una voz singular, que resuena semejante
a la de muchas otras. Una voz que nombra, que nomina, que reclama, que trae
a la escena la eterna disputa de Eros y Tánatos y que, en su narración, irá
descubriendo sus estrategias para hacer que el primero vaya ganando la
partida.
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voces del Negro (el marido-papá), Juan Cruz (el hijo-hermano) y Yésica (la
cuñada-la otra mamá como ella la llama)
Declaración inaugural
Comenzamos conversando sobre cuestiones cotidianas vinculadas al
espacio laboral. Cuando decidimos iniciar la entrevista, afirmó su cuerpo
contra el respaldo del sillón y lanzó su primera declaración: ಯComo a uno le
parte la cabeza tener un hijo (vos no podés explicar qué es tener un hijo o no
tenerlo), de la misma manera es tener un hijo sano o un hijo enfermo. Porque mi
hija no es discapacitada, mi hija es per-fec-taರ. (Aquí su dicción resonó como la
de las maestras cuando dicen algo que desean sea bien entendido) y sentencia:
ಯSolamente lo que tiene es que está enfermaರ.
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cantarle. Porque las doctoras y las enfermeras me dijeron: Ud. tiene que hablarle
porque ella la escucha. Entonces yo le hablaba, le contaba cosas, le cantaba,
todos los días, todos los días. Si podía quedarme más, me quedaba. Me hice
amiga de las enfermeras. Bue, todas esas cuestiones de la convivencia que se
dan en esta situaciónರ.
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ಯDespués que sale de la incubadora seguimos con los cantos, con la música,
con el tocarla, todo lo que uno le hace a un bebé, todas esas mimoseríasಹ.
porque Paloma fue una niña muy deseada. Yo había perdido un embarazo el año
anterior y estábamos buscando el segundo desde hacía tiempoರ.
ಯPaloma era prematura, así que los primeros meses no nos dimos cuenta de
nada. Uno no la veía rara a la nena, la veía quietita, sí. Pero, exagera el tono,
ಯno la veía deforme ni que le salían manchas de color en la cabeza. No le veía
nada. Claro, bueno, después de lo que había pasado nosotros pensábamos que
tenía que tener una madurez diferente a la de un niño sano. Y estábamos, es la
inmadurez, es la inmadurez. Recién a los 18 meses, cuando a Paloma le
comenzaron las convulsiones, el pediatra me dijo: hace 6 meses que yo le
hubiera dado un anticonvulsivo. Por qué cinco neurólogos la habían visto
antes y no me habían dado un anticonvulsivo? Empezó a hacer unas
convulsiones de loco. Particularmente la madre, yo he estado sin dormir desde el
30 de diciembre del 2004 que me la dieron hasta abril del 2006, sin dormir 8
horas seguidas. Hasta que el neurólogo infantil en Córdoba me dijo: no, Ud. y
Paloma tienen que dormir. A ella le dieron unas gotitas y a mi un ansiolítico.
Porque cuando ella terminó con las convulsiones yo comencé con la taquicardia
y con la arritmia y a mi marido le agarró gastritisರ.
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hicieron una tomografía computada y ahí se veía una leucomalasia leve. Un leve
problema en la materia blanca. Como decía el médico: tenía piqueteados los
caminos neurológicos, entonces había que estimularla. cPero de una
leucomalasia leve al cuadro que nosotros tenemos hay una gran diferencia!ರ.
Con el mismo tono didáctico del comienzo, afirma: ಯSí, mi hija tiene una
grave enfermedad y es una enfermedad muy grave. Su salud es muy frágil.
Porque tiene una parálisis cerebral: no ve bien, no puede hablar, no sostiene la
cabeza sola, no se puede sentar sola, no puede caminar. Durante la vida que
tenga va a ser como un bebéರ.
Despejar la incógnita
El movimiento vital de G. en la narración se detiene y se repliega cuando
cuenta su necesidad de saber qué fue lo que provocó la enfermedad de su
niña. ಯQue esto haya sido provocado todavía no sé por qué, pero hay tres
hipótesis. O una cuestión genética que algunos neurólogos la rechazan porque
no tiene una oreja para un lado y otra para el otro, no tiene un pelo ni de más o
de menos, tiene la altura de un niño sano. Vos la ves de afuera y parece un bebé.
Pero como el daño neurológico es importante a nivel del tronco encefálico
presuponen que puede haber habido algo por ese lado. O si no, algún virus que
me afectó a mí durante el embarazo y yo no me di cuenta; y la afectó a Paloma
seriamente en los primeros meses de gestación. La tercera hipótesis, lo que nos
parte la cabeza mal, es la posibilidad de que a mí me hayan medicado mal
durante el embarazoರ.
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Sensaciones, incomprensiones
En el entretiempo del darse cuenta de las anomalías y la obtención de un
diagnóstico, el relato de G. revela las sensaciones de desamparo que suscitaron
en ella las intervenciones profesionales. ಯHay muy pocos profesionales en el
medio y están seriamente poco capacitados. Apuntando directamente a
profesionales uno les diría que hemos encontrado serias falencias a la hora de
decirnos qué fue lo que pasó. No han sido claros con nosotros, nos han dejado
llenar de expectativasರ.
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ಯEs decir, me dejaron que me diera cuenta sola. Cuando yo le decía: Doctor
y a Ud. que le parece? La respuesta del pediatra era: inmadurez. Yಹ es
inmadura... Porque yo nunca tuve antes una hija prematura, pero una se da
cuenta. Tuve otro bebé y uno se da cuenta cuando un niño sostiene la cabeza. A
los dos meses sostiene la cabeza. ccccMe tuvieron con tanta vuelta!!! (dice en
tono molesto). Por no sentarme en algún momento y decirme (Se acomoda en la
silla y repara el gesto corporal y el tono tranquilizador de un profesional
cuando tiene que decir algo incómodo): ಯmire señora, lo más probable es que
esta chica tenga esto y es probable que este cuadro pueda tener cierta
gravedadರ. Y continúa: ಯcuando la llevé a Córdoba, el médico, el neurólogo
infantil que la está tratando ahora, la miró de lejos y me dijo: sí, esa chica tiene
una parálisis cerebral. Suelta un rugido y resopla, ಯccYa está!! ccno era tan
complicado de decir!! Cuando uno tiene semejante incertidumbre se supone que
acude a los que se supone que saben, y los que se supone que saben te meten en
ese mar de mayor incertidumbre todavía; ahí vos quedás como Adán en el día de
la madreರ.
Ubicaciones y decisiones
Pregunta G. ಯDónde hay que aprender a ubicarse? Es dificilísimo, apunta.
cEn el rol de mamá! Y yo tengo -cuando digo yo, decimos entre todos porque hay
consejo familiar -es tipo reunión de consorcio entre mi marido, Jésica y yo-
tenemos que tratar de decidir qué es lo mejor para Paloma. Y nosotros no
entendemos un pito de neurología, de psicopedagogía, ni de estimulación
temprana, ni de kinesiología, ni de nada. Es pura intuición, es puro criterio. Los
médicos tienen sus criterios, la familia tiene los suyosಹ. Con la terrible pesadez
que implica que vos le podés estar haciendo daño a tu hijoರ.
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ಯPero es muy difícil encontrar genteಹ.me sobran los dedos de la mano para
contar la gente que ha trabajado con Paloma de una manera que se notaba que
era eficiente. Por ejemplo, la llevo a una kinesióloga con la que Paloma llora
como marrana toda la sesión. Y ella me dice: no, tiene que llorar, porque así es el
movimiento, es así. Y pata pav acá, para arriba, pata pav un lado, pata pavl otro,
y brazo pav acá y brazo pavallá (Imita con los brazos los movimientos de las
extremidades). Y yo como mamá pienso, si así es el movimiento y mi hija va a
estar cuarenta y cinco minutos, tres veces por semana, llorando como una
marrana; discúlpame hermana pero yo acá no vengo más. cY quizás esa señora
tiene razón! Pero encontré otra, buscando, buscando y buscando, que la hace
trabajar de otra manera; que la hace hacer fuerza, no con un movimiento
mecanizado. La hace hacer fuerza y Paloma cno llora!. Hace fuerza con su
cabeza, hace fuerza con su tronco. Yo no se cuál de los dos sistemas es mejor,
pero yo no quiero que mi hija mueva mejor las piernas o los brazos a costa de su
sufrimiento o de su llanto permanente. Porque con ese llanto ella me está
diciendo algo. En cambio con esta kinesióloga se mueve y encima se ríe: casí que
la debe estar pasando mejor! Bueno, me quedé con la otra kinesióloga. Ahora,
cómo yo soy la que tengo que decidir esto? cómo soy yo la que tengo que
estar horas y horas y horas? En paciente, en médico de acá, médico de allá,
cobra social?! cRenegar con la obra social para un discapacitado es!! ...se te va
media vida con los papelitosರ.
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desgaste. Tras que uno está sufriendo como perro, el hecho de que no te hablen
claro, y que te obliguen a cumplir con todas esas burocracias, que tengas que
estar yendo a Córdoba o Buenos Aires para encontrar un neurólogo para que te
diga: señora Ud. tiene que dormir. Y me da siete gotitas que toma Paloma para
que pueda dormir. No había nadie, ningún neurólogo acá que me lo dijera? Te
la complicanಹರ.
ಯPor otra parte, hay una lucha legal muy importante porque las obras
sociales no atienden a las necesidades del discapacitado. Mi hija es una
discapacitada extrema, o sea tiene el grado superior de discapacidad, se supone
que la cobertura tiene que ser absoluta de acuerdo a las leyes nacionales y
provinciales. Y uno tiene que estar batallando legalmente para que le
reconozcan los pasajes, las estadías, los estudios. Eso también te entorpece
mucho la vida como familia y la única forma de poder sobrellevarlo es tratando
de hacer que todo lo que no signifique el padecimiento de la enfermedad de
Paloma sea placenteroರ.
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sucesivas. Pero siempre los dos cuando hay algún problema estamos, y cuando
pasa el problema quedamos así (se desparrama y su cuerpo se despatarra en el
sillón); entramos como en un cono de sombra. El se pone triste y se sube al
caballo y se va a andar a caballo. Eso es lo que le hace bien. A mí me hace bien
mi trabajo que es divertido, el doctorado. Cuando a mí se me va la cabeza y
empiezo a pensar pavadas prefiero ponerme a estudiar semiótica. Y eso es lo
que me sostiene. Pero para él la enfermedad de Paloma es mucho menos
dramática que para mí. Yo soy la dramática del equipoರ.
ಯYo he sido criada con una prima que tiene una discapacidad genética, no
tan importante como la de Paloma. Y para mí ella fue Laura, es Laura y seguirá
siendo Laura. Y así crié a mi hijo. Para él su hermana es así porque tiene una
enfermedad. Y él anda en bicicleta, tiene estupendas notas en la escuela. Y
estamos todos muy pendientes de todos. Porque cuando uno baja la guardia, es
como que los otros tenemos que ir a socorrerlo para que no se caiga. Estamos
siempre tratando de estar entretenidos, con muy buena onda, con mucha
alegría. Tratando de disfrutarla a Paloma con la conciencia de que estamos
haciendo todo lo que podemos y que lo vamos a seguir haciendo, que no ha sido
culpa nuestra, que fue un error, o un problema genético o no sé qué diablosಹya
lo aclararemosರ.
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ಯMi papá y mi mamá están muy cerca mío y me ayudan, porque ya están
jubilados. Ahora van a tener otro nieto más, así que ya van a ser tres. Tengo
amigos que me ayudan a hacer todo el tramiterío en Buenos Aires, en Córdoba.
Si uno no se rodea de sus afectos, se cae. Yo pienso a veces en las personas que
están solas, sufriendo todo esto, chau. Nosotros somos un equipo, pero las que
están solasಹ no deben pasarlo nada bienರ.
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“La más dramática soy yo” reconoce G. entre risas. “La que sueña que
Paloma se puede morir soy yo. Mi marido dice: lo que tenga que pasar, cuando
tenga que pasar, va a pasar… y va a pasar. Tampoco es que me la paso pensando
mañana, tarde y noche, mañana se puede morir, mañana se puede morir. Ahora
estoy hablando de eso. Y no sé si es tanto la muerte como el sufrimiento de
Paloma, eso me desborda. El sufrimiento de Paloma me desborda”.
¿La enfermedad de Paloma es una herida que te molesta? Si, si, es una
tristeza muy grande. No me impide seguir trabajando, no me impide estar
parada, no me volteó, todavía no me volteó. No puedo decir que estoy
deprimida, tirada en una cama. ¿Qué hiere? Hiere el deseo, el deseo que uno
hubiera querido de tener una belleza como es ella que pudiera caminar, jugar,
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Claudio Urbano | José Yuni
andar saltando como cualquier niño sano. Que las cosas no han sido como a uno
le hubieran gustado que fueran. Que supongo que es lo mismo que debe sentir
una madre que ha tenido un niño violado; una de las madres de Cromagnon; una
madre que en una picada le matan una hija, un hijo. O sea estas cosas son de la
vida y pasan. Pero es muy difícil dejar de sufrir por eso. Es una tristeza muy
grande”.
Mensajes y saberes
“Mi hija no va a una escuela, mi hija tiene terapeutas. Por ejemplo la señora
que hace con ella estimulación temprana es profesora. Pero después hizo una
especialización porque ella se daba cuenta de que como docente había
cuestiones dentro del campo de la neurología que nadie se las había enseñado.
Ella que es la que trabaja en el hospital está formada mejor como para captar
este fenómeno del tratamiento del niño con problemas neurológicos, con toda
la amplitud que tiene”.
“Si (los profesionales) no van a tener capacidad para enfrentarse con el dolor
de uno, si no van a tener capacidad para ser claros y para tratar con la seriedad
y el respeto que se merecen a nuestros hijos, que se dediquen a otra cosa. Que lo
piensen bien, que se dediquen a otra cosa. Si van a pensar: es una carrera fácil, a
mí me gustan los chicos, se hace plata rápido o cosas por el estilo es mejor que
se dediquen a otra cosa y se dejen de joder. Y hay muchos que piensan así. Más
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vale que pongan una casa de los mil artículos. Y acá hay muchos, más de los que
uno quisiera, tanto en los ámbitos públicos como privados es exactamente
igual. Se sabe que en el área de la salud los que están en el hospital a la
mañana, a la tarde están en sus consultorios, así que es la misma milonga”
“Para lo único que quizás te pueda servir todo esto, es para comprender el
dolor del otro. Sin importar de dónde proviene, de una guerra, de un accidente,
de la muerte de un hijo. Pero vos comprendés el dolor del otro, es lo único que te
hace más humano. Si toda esta gente es incapaz de comprender el dolor de
nuestros hijos y el nuestro, mejor que se dediquen a otra cosa. Porque molestan,
hacen daño por incapaces y por inhumanos.
Contactos y re-conocimientos
Desde el contacto inicial en la incubadora G. pudo darse cuenta del modo
de vincularse a Paloma. Dice: “El contacto más fuerte que ella tiene conmigo, es
con mi voz, es lo único que la tranquiliza cuando ella se siente mal, o cuando
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“Y la tengo a upa, ahora pesa 12 kilos -así que dos por tres estamos todos en
acupuntura porque la cintura la tenemos todos chau- porque a la tipa hay que
tenerla a upa, hacerle mimitos…y ahhh ella se deshace en suspiros, ahhhhh,
ahhhhh, se deshace en sonrisas. ¿Qué me estás contando Paloma? ¿Y todo eso
hicieron? ¡Pero mirá vos! ¡A vos te parece!!, ahhh, ella todo una cosa de sonrisas
espectacular. Pero cuando algo no le gusta o vos le hablás (imita un tono
imperativo y fuerte), aunque no sepa que se dirigen a ella, te hace un puchero
que… tenemos unas fotos de pucheros que son antológicas”.
“Y te da besos, vos le hacés upa y la tipa te pega la cara así, te recorre toda la
cara con la boca abierta (porque tiene una jeta que la heredó de no sé quién) así
y te la pega, eso es cuando te conoce. Cuando no te conoce se pone medio en
guardia. Es muy claro eso para nosotros. Uno dice, es claro; es muy subjetivo
porque todos somos la voz de Paloma y todos somos los intérpretes de Paloma, y
todos hablamos de Paloma desde diferentes lugares”.
“Pero hay cuestiones que son muy evidentes, esto de que con la música al
menos conmigo ella se comunica, más allá de cualquier teoría: porque yo le
canto “Pebeta de mi barrio” y la tipa es una fiesta. Mi papá tiene barba, cuando
viene el abuelo y le empieza a hacer así con la barba en la cara, ella ya sabe que
es el abuelo, le tira la mano y le agarra la barba. Al padre le agarra el jopo
(tengo una foto donde está divino el tipo, la hija lo tiene agarrado del jopo). El se
la lleva a la cama y entre los dos juegan antes de dormir la siesta y al levantarse.
Mientras nosotros tomamos mate ella está en la cama con nosotros, porque la
tengo en la cuna al lado mío y está entre los dos y se mata de risa. Ella es alegre,
es mimosa, es dócil. Cuando hay algo que no le gusta empieza nnnaa, naaaa, y
no hay forma, tiene su carácter la niñita”
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
¿Ganancias?
“¿Y eso cómo podría saberlo? Yo tendría que decirlo desde mí. Cada uno de
los que conoce a Paloma tendría su visión de ella. Pero como todos somos la voz
de Paloma, y acá es muy subjetivo, yo quisiera creer o creo que es una niña feliz.
Porque se ríe, porque come bien, porque tratamos de darle todo lo que a ella le
gusta. Y se nota, se expresa cuando algo le gusta o no le gusta. A nosotros nos
parece que se expresa. Las personas que trabajan con ella también dicen: mirá,
parece que esto le gusta y esto no le gusta”.
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INCLUIR LO DIFERENTE/HACER
PROPIA LA DIFERENCIA
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EN LA DULCE ES
ESPERA
PERA ¿DULCE? ¿ESPERA?
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EL NACIMIENTO DE UN HIJO CON DISCAPACIDAD
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EL DIAGNÓSTICO:
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ENTRE LA REALIDAD Y LA FANTASÍA:
Despertar de un sueño?
Despertar a una pesadilla?
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EN LAS TRINCHERAS
DE UN COMBATE DOLOROSO:
Esbozos itinerantes de otorgar sentido al sin sentido
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ACOMODAR Y DESACOMODAR:
Acciones móviles para diseñar
el día a día de la discapacidad
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ITINERARIOS
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La situación de discapacidad se da en un momento
particular y su transcurso supone entretiempos que se ensamblan
al curso habitual del ciclo vital de un sistema familiar. Ese
momento particular encuentra al sistema familiar con una
organización más o menos estable, por la que circulan ciertos
recursos que posibilitan hacer efectivos una serie de intercambios
entre sus integrantes. Estos le permiten evaluar la magnitud e
intensidad del evento que amenaza con desestabilizar las anti-
cipaciones pre-vistas por el sistema para la continuidad de su
funcionamiento.
Ante la emergencia de un evento que se presenta como
inesperado, el sistema familiar deberá hacer frente con un
repertorio de recursos aprehendidos en el recorrido por itinerarios
de otros eventos críticos. Sin embargo, estos recursos constituirán
sólo el capital inicial que la familia deberá invertir en una serie de
acciones instrumentales y socioafectivas de las que será necesario
extraer/generar nuevos recursos para dar respuestas eficaces a las
demandas que el despliegue de la situación va proponiendo en sus
diversos entretiempos. De las tensiones que resultan de la
interpretación que hace el sistema familiar acerca de las demandas
que la discapacidad impone, de la evaluación de los recursos que
se poseen y se requieren para hacer frente a las mismas, serán las
acciones orientadas para enfrentar, afrontar y resolver tal situación.
El proceso de afrontamiento supone la emergencia de una
serie de acciones que se encuentran al servicio de sostener la
estabilidad integral del sistema familiar, frente a los cambios que
amenazan con desintegrar el funcionamiento habitual de la familia
y que la extravían del itinerario anticipado que orientaba su
recorrido vital. Las diversas respuestas a la situación de discapaci-
dad que ha irrumpido en el sistema familiar, serán la consecuencia
de la mediación establecida entre la evaluación cognitiva acerca de
las demandas que impone el evento en sí y la autopercepción de
los recursos y posibilidades que el sistema tiene para controlar,
reducir y resolver con eficacia los efectos que devienen de la
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
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CUIDAR TAMBIEN ES COSA DE PADRE
En medio de un bosque natural recostado a la orilla del río Anisacate, bajo
una galería encalada un hombre mira desde su sillón la vida mansa de la
sierra. Unos pasos más allá, sentado en el asiento del auto juega Pablo con
unos palitos. En su rostro se observan las huellas de la reciente afeitada;
cuando paso y lo saludo me mira, me sonríe y hace un ruido particular
haciendo rechinar sus mandíbulas. Observo el patio sembrado de sábanas y
ropas recién lavadas. Delante de mí, Miguel me recibe con su afable sonrisa y
su hablar pausado de santiagueño.
¿Por qué esta historia de vida? Por varias razones. Primero, porque a través
de ella se puede dar cuenta de un modo de vivir/ejercer la función paterna en
relación con un hijo con discapacidad. Segundo, porque Miguel y Pablo son
representantes de un nuevo fenómeno…Miguel está entrando en su madurez,
mientras que Pablo pasó los treinta años. En su historia pueden leerse los
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
En esta historia también está S., la mamá quien durante su vida ha tenido
que sobrellevar un tipo de epilepsia que limitó bastante sus posibilidades y
aspiraciones. Hace 32 años, Miguel y S. concibieron a Pablo que nació luego
de un parto retrasado en el que la hipoxia le dejó profundas secuelas en sus
capacidades intelectuales. Miguel tiene que hacer un esfuerzo para ubicarse
en la escena de los momentos iniciales de su familia. Tiempo en que el
conflicto social hace su entrada a la vida familiar casi de la mano con la
discapacidad. Corría el año 1976, “cuando el Pablo nació fue el golpe. Pablo
estaba en el moisés cuando me fueron a buscar. En el campo de la Rivera estuve
preso (un centro de detención clandestino). Incluso ahí no sabía que el Pablo
tenía este problema. Me llevaron porque yo era delegado gremial en una fábrica
y estaba en una lista y nos mandaron y llevaron a toda la lista presos. Yo estaba
en una lista de radicales, socialistas, una mixtura, pero nos duró poco. Vino el
Ejército a buscarme. Una vez me escapé, la primera vez que me fueron a buscar
me escapé, salí por atrás de la casa. La segunda me entregué porque me habían
dicho que tenían orden de tirarte”.
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Claudio Urbano | José Yuni
“Los pronósticos no eran alicientes. Los primeros pronósticos eran que se iba
a llegar a controlar, iba a llegar un momento en que las convulsiones se iban a
controlar, cosa que no sucedió nunca, a la que no se llegó, salvo ahora en los
últimos dos años. Y él fue decreciendo, decreciendo al mismo estado que está
ahora y de ahí no se movió. Por eso en el centro de día se sorprenden de algunas
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
cosas que hace ahora, encastres, distintos juegos…para mí, debe ser memoria
que le queda de esos momentos iniciales, pero no mejoró más allá de ellos”.
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La tensión familiar también afectó la relación con los otros dos hijos. “Los
chicos no la pasaron para nada bien. Fue muy jodida la crianza de los chicos. Yo
estaba muy nervioso, la mamá también; estábamos a los gritos. La pasaron mal,
bastante mal. La relación del D. con el Pablo, ha sido más comprensiva; en
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cambio la N. no; a ella le cuesta un montón. Creo que asume la cuestión de que
ella se va a tener que hacer cargo del Pablo cuando nosotros no estemos. Y eso
es como un peso que me da la impresión que tiene porque se la ve venir”.
Agrega Miguel: “Yo no le inculqué eso, ni pienso que deba ser así. No, mi
idea con el Pablo ha sido siempre de que los hermanos se hagan cargo, pero que
esté internado en alguna institución. Yo quisiera tener la posibilidad económica
de dejar esa parte cubierta y solamente ellos para esa parte de la
responsabilidad. Sabemos que lo que Pablo necesita es realmente una atención,
una buena alimentación, los medicamentos y paremos de contar. No es mucho
más y esto es desde hace dos años y medio. Espero que siga así y que siga
mejorando”.
“Estas son las cosas que vivía y vivo pidiéndole a Dios. Eso y que me dé a mí
la posibilidad de poder estar con él, de poder atenderlo. Esa es una gran
preocupación; pero es una gran preocupación que tenemos todos los padres con
chicos así. Yo no creo que haya ninguno que conscientemente no piense esto,
que no les importe el hijo. Me parece que incluso el abandono, el dejarlos es un
escapismo, por no poder soportarlo. Estoy seguro que nadie le tiene bronca a los
hijos y que todos somos un poco enfermos”.
Finalmente agrega: “Deseo que el Pablo siga así, que siga mejorando y ver la
posibilidad de que existiera en Córdoba un lugar donde, cuando yo no pueda
atenderlo, puedan ocuparse de él y que lo atiendan. Y yo, no sé, en un hogar de
ancianos; no sé hasta cuando tiraré. Me importa básicamente por el Pablo. Me
gustaría tener una situación económica que me deje un poco más tranquilo”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
Yo comento a veces: estas son las cartas que tenemos para jugar y bueno, me
manejo más o menos así”. Las reacciones y actitudes familiares, son desde la
perspectiva de Miguel variadas, “son de dos o tres maneras bastantes notorias.
Hay unos como que los sobrepasó esta situación; otros, imbuidos de una
cuestión religiosa, hasta llegan a estar convencidos de que es un milagro, una
suerte de que estos chicos estén en nuestras vidas”.
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Claudio Urbano | José Yuni
leído en sus necesidades, sus deseos. Dice: “vos sabes que creo que más que nos
ubiquemos los padres en esto de dar sentido, los chicos te van ubicando a vos,
ellos le van dando un sentido. El Pablo con esa mirada dulce, inocente, graciosa,
con esa sonrisa genial que tiene, te da un motivo para quererlo, para quererlo,
para sentirte. Y bueno, el hecho de saber que te necesita y que vos te des por
enterado. Por lo tanto, vos le retribuís un poco. No creo que solamente sea que
uno le vaya buscando el sentido. El sentido lo vas encontrando en tanto y en
cuanto vos te sientas bien, de que sirva lo que estás haciendo, porque vos podés
estar haciéndolo por obligación”.
Como recuerdo de esa época de temor Miguel evoca una escena que
describe la intensidad de sus preocupaciones, relata con la voz entrecortada y
los ojos llenos de lágrimas: “Yo agarraba el camino hasta la ruta y yo iba a los
gritos, desesperado, pidiendo a Dios que por favor parara, que pararan con las
convulsiones. Y bueno, ahora un par de veces voy con él y pego también un par
de gritos de agradecimiento, tratando de que nadie me escuche, claro. Ahora me
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
Comunicación y registro
Ya comenté la impresión que me causa la comunicación entre Miguel y
Pablo por eso le pregunto acerca de cómo lo logra. La respuesta es rápida y
segura: “Tengo una comunicación total. Me comunico por la mirada; estos
chicos se comunican más con la mirada. Por ejemplo, estamos ahí yo veo que se
quiere bajar y lo veo que titubea, yo voy me pongo cerca y pongo la mano y dejo
que él me agarre la mano, y se que me está diciendo: me agarro con vos y
vamos. Y entonces el tipo se siente bien, juajua, hace fiesta. Y después, me doy
cuenta cuando tiene ganas de comer, si empieza a manotear o se acerca a la
mesa. También tiene sus horarios. No es que la haya logrado yo la comunica-
ción, se dio así, se dio. Algunas cosas capaz que vayan con un poco de
costumbre y que él dirá es mejor que me duerma cuando lo llevo, lo acuesto y lo
tapo. Después de 20 años de taparlo así y que él se duerme, no le deben quedar
dudas de que tiene que quedarse piola y se duerme. Yo no he hecho nada en
particular para poder comunicarme con él. Sí lo he obligado si se quiere en
algunas etapas que era necesario que caminara y se fortaleciera, lo agarraba lo
sacaba, contaba los pasos”.
“Muchas veces, la mayoría de las veces actúan como técnicos. Y por ahí te
hablan como padres también. Te dicen: porque nuestros chicos necesitan estar,
tienen que cumplir con el horario. Y yo después de escucharlas mil veces les
digo: nuestros chicos no son nuestros chicos, son mis chicos, en todo caso”.
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Claudio Urbano | José Yuni
“Me parece que no deberían ser tan estrictos y ser un poco más amplios.
Escuchar. A la mayoría los veo muy cerrados y con un trato como de
superioridad respecto a los padres. Es como que te están hablando y tuvieran al
chico discapacitado y al padre discapacitado. Muy por arriba te tratan, no veo
yo que sean un poco más abiertos en ese tema. Aparte hay cosas en las que van
tomando postura y que después la van cambiando y no se hacen cargo de que te
tuvieron años haciendo eso que ahora dicen no servía tanto. Yo les he dicho, no
sean tan cerradas, no son las cosas blanco o negro hay que manejarse con los
grises”.
“Nosotros hemos tenido maestras con el Pablo que han sido bárbaras. La
atención con los padres, la paciencia con el Pablo, la manera de tratarlo, de
verlo con esa paciencia. También uno, como papá, espera que el otro lo trate
como lo trata uno y cuando vez a uno que lo trata más o menos parecido, uno
está chocho. Porque estas instituciones son muchas veces, un poco más que
nada, guarderías para muchos padres. Poder ir y sacarse de ahí, derivar el tema
en otras personas. No se cual será el porcentaje de chicos que verdaderamente
hacen rehabilitación. Por ejemplo, un chico que no hace nada, come y toma
remedios en la silla de ruedas. No sé hasta donde puede tener rehabilitación un
caso así, no lo vislumbro, no me doy cuenta yo. Pero siempre que voy lo veo en la
misma posición, la misma figura, la misma situación. Y por ahí para la fiesta de
fin de año, le ponen un collar, un gorro y todo el mundo aplaude menos él, por
supuesto. Y bueno, esa fue la presentación de lo que se ha progresado en el
año”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
invitaban a las reuniones de fin de año. Yo antes iba a la fiesta de fin de año”.
Reflexiona irónicamente: “no sé si no me invitan o no me entero porque no miro
el cuaderno (risas), pero para mí muchas de esas cosas que organizan son medio
como para la vidriera. No sé hasta donde lo disfrutan los chicos, no estoy dentro
de ellos para saber. Pero, por ejemplo en las fiestas de fin de año, les hacen
hacer cosas como pasar por medio de un árbol, mostrar las cosas que habían
“aprendido”. Será que está bien, pero yo no comparto en un cien por ciento eso.
Yo creo que en estos casos se debe dedicar casi full time el tiempo a la
rehabilitación de los chicos; no a demostrar, por ejemplo, que el chico puede
hacer una pirueta. Si realmente los chicos no son conscientes, no creo que
disfruten todos esos esfuerzos, ojalá sí lo disfruten. Me parece que les jode más
un día que hace calor estar soportando eso y empiezo a imaginarme lo que hubo
para atrás, lo que duro que les debe haber sido prepararse para poder ese día
demostrarnos a los padres los progresos. Es como que hay una lógica parecida a
la de los chiquitos de Jardín de Infantes que bueno uno va con xilofón, el otro
con la flauta y tocan un carnavalito y vos como papá te ponés un babero. Pero
con estos chicos/adultos tengo mis sería dudas”.
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poder llevar adelante. Lo van a poder llevar adelante, pero como yo, después de
20 años”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
Fantasías y realidades
Luego de 30 años de cuidar y acompañar a Pablo, Miguel reconoce que aún
no cesan las fantasías, las más auspiciosas y las más funestas. “Tengo fantasías
de las dos cosas, de que el Pablo al otro día amanezca hablando o que se muera.
Siempre, todos los días. Interiormente si me escarbas adentro, yo pienso que en
cualquier momento sale hablando. También pienso, ahora ya no tanto, cuando
le daban estas crisis de convulsiones que le agarraban, que de esa no pasaba.
Además una de las edades que dicen que llegan estos chicos, que le aguanta el
cuore es alrededor de los 30, 35 años. Es más en términos legales también es
así. Si te hacen una indemnización te toman más o menos esa edad 35, 36 años
como tope, si llegan te indemnizan. Yo calculo que al haber salido de ese estado
convulsivo que tenía se habrá alejado de esa etapa. Yo no sé cuál será su tiempo
de vida, será 30, 40, 60 años, no lo sé, pero más o menos se maneja ese tipo de
edad. Es una fantasía, morir se va a morir, a los 40 o a los 70. Yo más fantasía es
la otra, de que haya una mejoría tremenda, que una mañana me hable.
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“Para mí estas son las cartas con las que tuve que jugar. A mí me tocaron
estas y me alegra haberme hecho cargo de jugarlas. No sé si me he hecho cargo
conscientemente, pero sí me siento bien de estar lográndolo”.
“No sé, a esta altura de mi vida sigo peleando, pero veo que tengo saldo a mi
favor. Pablo es un amigo, un hijo. Es bárbaro. Quisiera darle algo más, pero no sé
qué más le puedo dar. Estoy con gusto con él, no me siento obligado. Me canso
es cierto, en algún momento me canso. Me gustaría por ejemplo hacer otras
cosas, pero disfruto de las que podemos compartir. Yo con Pablo me siento bien
y él también”. Y concluye: “De viejos nos hemos terminado entendiendo”
(risas).
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (I)
La sociedad conyugal: un nosotros, dos individualidades
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (II)
Tiempos, temporalidades, presencias y aprendizajes
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (III)
El peso de la realidad: lo contingente y lo (in)esperado
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (IV)
Asignar/encontrar sentido
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (V)
Conocer, comprender y saber:
la apropiación de la diferencia
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EL PROCESO DE AFRONTAMIENTO (VI)
Armar una red de contención
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INTERSECCIONES
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Pensar cualquier estrategia de intervención profesional
supone revisar las alternativas que existen para abordar un
fenómeno particular. Estas alternativas están inmersas en reperto-
rios de acciones orientadas por marcos teóricos que fundamentan
el alcance de estos modos de accionar sobre la realidad.
Alternativas que implican resolver qué de la realidad se puede
mirar; cómo se va a llegar a ella mediante el trazado de un camino
que señale el itinerario a seguir; y, con qué recursos se va a hacer
frente al qué de esta realidad.
Lo que orienta cualquier procedimiento de intervención
profesional es la necesidad de resolver algo que se presenta como
problemático. Sin embargo, aquello problemático sólo puede ser
resuelto a partir del reconocimiento de que es susceptible de
alguna solución.
La realidad existe a pesar de nuestra mirada, pero también
le otorgamos un lugar a partir de cómo la miramos. Lugar que
asigna un significado dentro de un contexto de significación y
sentido. La realidad es construida por nuestra mirada y, en algunos
casos, sólo se ve lo que se espera de esa realidad. La mirada une
aquello que se encuentra desunido y desune aquello que se
encuentra cerrado. Y aquí radica el hecho de que las alternativas
de intervención se constituyan en repertorios generales aplicables a
situaciones particulares. Estas situaciones son semejantes a otras y,
por tanto, susceptibles de ser agrupadas en categorías que las
organizan de acuerdo a una atribución de semejanza. No obstante,
toda situación constituye una unidad integrada en sí misma, por lo
que participa de una idiosincrasia que la diferencia de cualquier
otra.
La realidad habla de sí misma a pesar de la mirada y de la
escucha que sobre ella se realice. Y en esto consiste la regla básica
de cualquier procedimiento de intervención: ubicar primero la
posición de quien interviene sobre una realidad. La ubicación de
quien realiza un procedimiento de intervención profesional se
asienta sobre puntos de referencias que orientan su vista o, mejor
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
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NAHUEL: HIJO DE TIGRE
AJ. es una destacada profesional en el campo de la Educación Especial en
su ciudad. Hace casi una década la conocimos mientras dictábamos una
asignatura en un ciclo de licenciatura. Ella era una más entre las compañeras,
pero se destacaba en sus intervenciones en clase y en los momentos de
descanso por su humor (heredero de la picaresca criolla que hace gala del
doble sentido), plagado de anécdotas laborales, que las clases de etnografía
disparaban como evocación. Los relatos acerca de su experiencia en una zona
rural del interior de Catamarca, los prejuicios, los imaginarios colectivos acerca
de la discapacidad.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
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Claudio Urbano | José Yuni
AJ. ubica en este momento el primer duelo que tuvo que afrontar con la
irrupción de la discapacidad en su proyecto familiar. “El primer duelo que tuve
fue el del diagnóstico. El diagnóstico fue como impactante. Quedamos bastante
shockeados. El embarazo no me hacía presumir ninguna problemática,
inconveniente, ni nada de esto. Es más yo nunca me había fijado en los chicos
con discapacidad, prácticamente para mí no existían. A partir de la
rehabilitación, esta cuestión de ir a los centros asistenciales, ver otros casos
también, ver otras problemáticas muchos más complejas. Aprendí también -
algunos dicen que es conformismo, yo nunca lo viví como conformismo- que,
dentro de todo lo que tenía, Nahuel era un niño con posibilidades y que podía
avanzar en la medida en que nosotros lo dejáramos; en la medida que nosotros
le brindáramos un entorno contenedor. Eso fue lo que yo me propuse como
meta”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
podía atenuarse. En realidad el síndrome que él tenía, que hasta hoy no hubo
uno claro (después ya no me preocupé más por los diagnósticos porque hubo
varios). De retraso psicomotor fue el primero, ….de Prader-Willis después, ….se le
hicieron los análisis genéticos. Y de todas maneras dije: bueno, sea el
diagnóstico que fuere es mi hijo y va a vivir con nosotros y hay que brindarle un
entorno; que pueda vivir bien, que tenga calidad de vida dentro de las
condiciones que nosotros pretendemos como calidad de vida”.
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Claudio Urbano | José Yuni
quedé embarazada, tenía mucha negación. Tal es así que yo seguía con mis
ciclos menstruales pero había algo que me llamaba la atención, por qué se
cortaban. Me hacen el análisis y allí me doy cuenta. Un médico me decía que era
un quiste y que me tenían que operar–por eso a mi hija le decían la quistecita-
después otra médica me dice no, si no tenés este análisis no. Ahora cuando me
dieron el análisis y me dijeron que estaba embarazada yo me quería morir.
Realmente era un rechazo, una negación. ¡Qué hasta el día de hoy cargo, cargué
muchas culpas por ese sentimiento!, hasta que lo resolví en la terapia”.
“No quería saber nada con otro niño. Recuerdo que fui al pediatra porque
tenía control y fue él el que me ayudó a tomar la determinación de continuar
con el embarazo. Porque había un momento y soy sincera, pensaba hasta no
proseguir con el embarazo, no sabía cómo. Porque en ese momento era tanto el
rechazo que tenía, cargué tantas culpas. Pero en ese momento empecé a
quererla y realmente fue para bien, porque también eso cambió un poco más la
dinámica de la familia al venir E. y ser una niñita saludable. Pobre, yo siempre
digo que mi hija cargó con todo aquello que no podía hacer el hermano. Y todos
los familiares, incluso uno, pensábamos y actuábamos como que ella debía
responder y demostrar a los otros”.
“La venida de E. cubrió otro vacío, porque fue llenando y fue acompañando,
porque ella estuvo siempre acompañando. Porque yo siempre los llevaba a los
dos, en eso yo no transaba con los abuelos que querían que no fuera a ver el
hermano, que no lo vieran. Yo quería acostumbrarla desde siempre a su
hermano. Por eso es que después me costó. Al año yo dije, ya basta. Porque
pasaba un tiempo en Córdoba haciendo la rehabilitación y dije: basta, me voy a
mi casa, hago con lo que tengo, con lo que hay y me reúno con mi hija. Porque si
no, yo la veía los fines de semana o cuando podían llevarla y era mucha
separación en la familia….. y eso costaba”.
173
LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
Por eso es como que a veces me sentía demasiado sola y me acostumbré a esas
decisiones contra cualquier cosa que llegara a suceder. Y me animaba, no me
quedaba en la queja, en el no se va a poder hacer nada, como que estamos
signados porque nació Nahuel, no era el hijo esperado y hay una actitud
conformista. No, yo seguí creciendo. Quizás el que no siguió creciendo en
algunos aspectos fue él (refiriéndose a su cónyuge). Y también creo que por eso
también se hizo ese desfase y tras de muchas discusiones y de la no aceptación
de su hijo tal cual era, bueno trajo desavenencias y al cabo de unos años el
divorcio”.
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Claudio Urbano | José Yuni
Descubrir a mi hijo
El descubrimiento de las capacidades de su hijo, más allá de los déficits,
estuvo propiciado por diversas situaciones que ella relata de la siguiente
manera: “creo que el click lo hice cuando fui a otros centros. Me ayudaron los
profesionales. Pude ver que Nahuel era una persona y que más allá de las
condiciones debía aceptar, debía aceptarlo y debía partir de allí, a creer que
había algunas cosas que las iba a hacer. Y de hecho una mirada de él me llegaba
y los otros no podían hacer esa lectura. Establecíamos quizás códigos de
comunicación donde nosotros nos podíamos vincular. Aprendí a hacer lecturas y
a vincularme desde otro lugar, no desde la enfermedad, no desde la
discapacidad, sino desde las competencias. Desde lo que el me brindaba y
quería”.
“Yo creo que las cosas que me permitieron hacer un click han sido poderme
vincular. La vinculación que pude establecer, decodificarlo, tener diálogo con él,
desde su lenguaje, desde su mirada, desde su postura. Después la ayuda
profesional, porque sí la tuve y mucho; y recurría también ante la menor cosas
porque era muy ávida, ansiosa. Y correrme a veces, esperar un poco y dejar esa
ansiedad y esperar su tiempo. Y eso es lo que costaba, porque de pronto había
avances, venía una enfermedad física y había ciertos retrocesos. Pero siempre
con esa cuestión que él la luchaba. Desde allí aprendí a quererlo. Primero a
acunarlo, amamantarlo, a verlo tal cual era. El hijo real que tenía; y allá había
quedado el vigoroso, el que podía ser futbolista, podía ser… ¡alguna vez hasta
pensé milico!. Por la fuerza, qué se yo. Pero le vi que tenía fuerza, que tenía todo
eso, pero desde otro lugar”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
“Mi hijo tiene igual trato que las hermanas. Para mí es igual, para mí no es
especial, es mi hijo. Tiene una discapacidad que en algunas cosas lo limita, en
otras no. Eso es lo que aprendí de él, aprendí a ver el lado positivo de las cosas. Y
bueno, todo lo que fui pasando, las situaciones de crisis, de duelo hoy las veo y
las conceptualizo de otras maneras”.
Sobre duelos
Después del diagnóstico y las idas y vueltas de la rehabilitación AJ
identifica una nueva situación que interpreta como un momento en que se
reeditó la sensación de malestar y pérdida. Recuerda: “lo que en mí fue como
un duelo fue el tema de la escolarización. Porque uno de los neurólogos me
había dicho: sí, va a ir a una escuela. Pero yo no pregunté a qué tipo de escuela
iba a ir él. Porque cuando iba a los centros asistenciales a Buenos Aires, ahí
hablaban de las escuelas especiales. Es más yo nunca había conocido una
escuela especial, ni sabía qué era la educación especial. Y empecé a preguntar, a
intentar saber como era esto. Y yo le pregunté al médico: ¿a qué tipo de escuela
va a ir?, porque me dicen que estos chicos van a escuelas diferenciales, escuelas
para oligofrénicos, cómo le decían en ese momento. Y le pregunté, me acuerdo:
¿va a ir a una escuela normal? Y él me dijo: no te preocupes, el chango mío tuvo
unas convulsiones y después salió y yo me quedé un poco con eso, pero no
mucho”.
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Claudio Urbano | José Yuni
“Hoy por hoy, con S. (la tercera hija que tuve, porque después rehice mi vida)
vienen las compañeras y le dicen: hola Nahuel, que tal Nahuel. Es otra la
relación que se entabla desde el primer momento. Quizás porque ella también
va a una escuela que dice ser inclusiva; al menos ven los chicos down desde el
nivel inicial y se acostumbran a verlos en los recreos y es otra la relación que se
entabla. Lo mismo con los varones, cuando llegan a ir casar: ¡hola chango, hola
Nahuel!, ¡¿qué tal?! le hacen alguna broma, se ríen. El les cierra el ojo y les dice
que ojo con la hermana y se establecen otros tipos de vínculos”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
“Con los familiares trataba de explicar cómo era esto, qué cosas teníamos
que tener en cuenta. Y si no lo entendían, bueno, los desechaba. Les decía que
no trajeran cosas que connotaran negativamente y trataba de quitar esa mirada
del pobrecito, de la discapacidad. Como también esto de: “Dios lo va a premiar”,
o “ustedes son una familia designada, premiada por Dios”; esas cuestiones de
tipo místico, religioso que te asignaban. O también: “¿qué habrán hecho? ¡algo
habrán hecho en la vida!
Pero hubo otras miradas que fueron el camino para promover encuentros y
encontrar oportunidades. Recuerda: “También me acuerdo que estando en el
pediatra se acerca una mamá -y como uno en esa época uno andaba a la
defensiva- lo miraba a Nahuel y no me decía nada, luego me miraba a mí. Y le
digo ¿me querés hablar? ¿me querés decir algo? Y ella me dice: yo tengo una
nena con una problemática parecida ¿querés que nos reunamos?, queremos
armar una escuela con otros papás. Había otros profesionales también y de esa
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Claudio Urbano | José Yuni
manera comenzamos a canalizar las energías y ver dónde irían nuestros hijos.
Creo que una de las vivencias positivas fue formar parte de esta ONG, donde
también hacíamos, si se quiere, de grupos de autoayuda. Había papás que ni
siquiera podían hablar de su hijo. Es más me decía uno: yo no puedo mirarlo
porque entro en pánico y lloro. Y bueno, contarle la experiencia de uno era como
que le servía también al otro”.
“Formé parte de la primera ONG de esta ciudad que tiene una escuela
especial, fui parte de las creadoras, estuve mucho tiempo en las comisiones;
trabajamos para tener esa escuela, ese lugar. Porque también cuando yo
pensaba en la escuela, escuela especial, pero si acá había en ese momento, se
clasificaba, era por categorización, leves, moderados y severos. Severos y
profundos no había nada, para los otros estaba la escuela nacional”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
“En una sesión con la psicóloga de la institución me dijo que tenía que
ponerme a jugar (imaginariamente) con mi hijo mientras que ella anotaba todo
lo que hacía para ver cómo me relacionaba. Y yo decía que eso debiera ser en
todo caso una situación espontánea o que debiera haber otra forma de trabajar
eso. Y eso me molestó a tal punto que me negué. Fueron como dos años que
Nahuel iba determinados días, como a consultorio externo. Luego comencé a
pedir y a plantear las cosas con fundamentos y con otra postura, más flexible yo
también, de acomodarme a esta metodología que tenían los docentes, a los que
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Claudio Urbano | José Yuni
“En la zona rural –tuve la experiencia rural y de lo urbano- los papás eran
mucho más naturales, y asistían, te ayudaban, venían a las reuniones. Ellos, por
el lugar del saber, por el poder del saber que vos tenías, te ponían en otro lugar.
En cambio en la ciudad cuesta, cuesta reunirlos, no te ven desde ese lugar. A
veces hay escuelas que asisten mas bien por deprivaciones culturales, que no
tienen discapacidad; tuvieron una desnutrición y eso connota problemas de
aprendizaje. Pero bueno, vos viste cómo las escuelas comunes son más
excluyentes. ¡Y nosotros somos muy retentivas!, atraemos la matrícula e incluso
hasta la dejamos cautivas. Los papás de esos chicos a veces vienen y te dicen,
cuando tienen problemas de conducta, de relaciones, en lo social, entre ellos,
para interrelacionarse; el papá viene y te dice que procedas, que procedas; si lo
tenés que poner en penitencia. E incluso me han llegado a decir: bueno si usted
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
le tiene que dar un orejazo dele porque yo no sé qué más hacer”. “Hay otros
papás que están muy sobre el niño y una vez que vos le pides colaboración - le
dices que trabajen desde otro lugar, desde el lugar del rol de papá porque están
más bien como supervisando- después se van”.
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Claudio Urbano | José Yuni
estos para venirme a imponer. Acompañar desde ese lugar, respetando a esa
familia, con esa dinámica, porque eso es lo que nos cuesta, metemos todo en
la misma bolsa. Aunque a la hora de trabajar por los chicos no nos metemos
en la misma bolsa, ni dentro de las instituciones, ni con los chicos, ni con
las familias”.
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LA MIRADA:
Ligar los fragmentos imaginados de una figura humana
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DE MIRADA A MIRADA:
Encuentros que reflejan el por-venir de una ilusión
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MIRAR, MIRARSE, SER MIRADO:
La dialéctica de la intervención profesional
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LA MIRADA PROFESIONAL:
restituir la integridad a fragmentos de lo humano
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LA PALABRA:
Instrumento de mediación entre la desilusión
por lo que no llega y la aceptación de lo por-venir
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LA ESCUCHA:
Soporte material de la palabra autorizada
en el contexto de la intervención profesional
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MIRADAS, PALABRAS Y ESCUCHAS:
Diálogos en los que se entreteje el trabajo
de extraer a los déficits sus capacidades
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EL ABORDAJE FAMILIAR:
En los bordes de lo pedagógico y lo terapéutico
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LA REFLEXION CRITICA DEL PROFESIONAL:
Una herramienta para una práctica ética
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
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ESPACIOS
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LA TIA ESTERCITA:
LA OBRA MAESTRA DE ESA MUJER….
El sol implacable de enero calienta la siesta serrana. Llego a la casa de Inés
que me espera alegre y emocionada. Mientras me va mostrando su casa y
desplegando los elementos para el ritual del mate que acompañará nuestros
encuentros y charlas, me comenta la emoción que sintió los días previos
cuando le pregunte si quería narrar la historia de su tía. Emoción que puso en
movimiento no sólo su memoria personal, sino que disparó la necesidad de
recordar con otros de su familia y de apelar a los recuerdos de ellos, para
poder aclarar fechas, situaciones… y también renovar en la evocación el lazo
de lo compartido en torno a dos mujeres que han dejado huellas en la historia
familiar. También la nueva generación se movilizó para colaborar con Inés; su
nieta le ayudó a pasar en la computadora algunos apuntes que ella había
esbozado como hitos relevantes que nos permitieran conocer a la “Estercita”.
Una vida vale sólo en relación a otras vidas. Y su valor va más allá del
límite de la finitud humana. Una vida se multiplica en su vitalidad. Y en su
generatividad, construye su trascendencia. Una vida se hace gracias a otras
vidas y, a su vez, sirve para crear y criar otras. Por eso quisimos narrar esta
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
vida, la de La Estercita. Una vida que contiene muchas vidas y que, como
veremos, ha sido el continente de muchas otras.
La foto sobre la mesa, muestra a una mujer mayor con el cabello recogido,
el gesto firme y a la vez dulce que mira a la cámara mostrando las huellas del
tiempo en su piel. Ahí tenía noventa dice Inés mientras acaricia la foto y me
dice: “la tía Estercita ha sido la obra maestra de esta mujer, la Nona”. Y
agrega, me emocioné mucho cuando escribía porque pensaba, “ubicarme como
madre, en esos años, en un pueblo como Soto…salir a buscar médicos, buscar
alguna alternativa para su hija. Y tener constancia, porque no salió una vez.
Fueron 73 años que vivió la tía y creo que la Nona murió unos seis años
antes”.
Inés revuelve en la mesa otra foto con la imagen de una casa. Y me dice:
“es la casa de ellos, la casa donde ha vivido siempre la tía. Han vivido en las
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Claudio Urbano | José Yuni
Fue en 1925 cuando ella, la Estercita, nació. Era la tercer hija, la segunda
era mi mamá. A los 7 meses le da la poliomielitis. Y empiezan a buscar
médicos, medicinas, tratamientos, imaginate no había nadie, nada. Y la
situación económica.
A medida que pasan los años no sé si uno se vuelve añorando todo lo que
ha vivido. No, pero yo lo valoro en la dimensión cada día más grande de lo que
era la época, la condición económica. Por que mi Nono era laburante. Yo
vengo de laburantes, y soy laburante. O sea en mi casa lo que siempre faltó fue
la plata, pero sobró ingenio, había que vivir con dignidad pero con poco. Esa
vieja fue espectacular, espectacular. A mi mamá y a mis tías las llamaban las
pitucas,¡viste que así se decía!. Pero, era porque el pullover había sido tejido y
destejido, teñido y desteñido quinientas veces y les hacía como unos cuellitos
así que parecían distintas blusas, era un baberito y el cuellito, muy bonito, con
la puntillita, con un color, con otro. Y se cambiaban los baberitos y parecían
blusas. La vieja esta ha sido ingeniosa para todo. La primera heladera con las
barras de hielo estaba en la casa de ella. Pero te vuelvo a repetir no porque
sobrara plata”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
Córdoba y en Buenos Aires. Las operaciones más grandes se las han hecho en
Buenos Aires. Pero ella las llevaba por una operación o por dos y le han hecho
treinta y pico en toda su vida”.
Mientras continúa el relato, Inés juega con las fotografías que ha puesto
sobre la mesa. Muestra una de ellas en la que se ve a la familia sentada bajo la
sombra de un parral, en un patio desbordado de plantas, flores y jaulas que
hacen la escenografía de la instantánea. En torno a una mesa de patio, en la
que aparecen los elementos del mate y una torta, están los jefes de familia,
rodeados de algunos hijos y otros sobrinos y amigos. La escena evoca la
cotidianeidad de un día de fin de semana y precipita el recuerdo de un hecho
que marcaría el futuro de la vida de Ester. Una niña regordeta de grandes ojos
que se adivinan claros en el blanco y negro del papel fotográfico, mira la
cámara parada en el medio de sus padres.
Busca rápido Inés otra foto en la que está toda la familia y en la que
nuevamente Estercita aparece junto a sus hermanos, ubicada en la primera fila
sentada en un banco de plaza. Y me dice, “ahí está toda la familia y fijate que
no la escondían atrás de los otros, nunca se avergonzaron de ella. Yo creo que
eso fue lo principal, ella tuvo contención y nunca un rechazo de nadie”. Acerca
las fotos para que mire y me indica que observe las secuelas que la polio había
dejado en la niña. “¿No ves los bracitos, la manito, la piernita?. A los 16 años
recién pudo caminar. La polio le había afectado principalmente las piernas y
los brazos, pero tenía una inteligencia (con admiración). Y le habrán hecho
operaciones hasta los 16 años seguro. Hasta que caminó. Y después le han
hecho operaciones porque se quebraba y se desarmaba entera. Pero
quebradura tras quebradura, una tras otra”.
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Claudio Urbano | José Yuni
El lugar en la familia
“Hay algo que yo acá lo he puesto”, dice Inés mostrándome el escrito que
hizo antes. “Hubo atrás de ella una mujer muy valiente y muy inteligente que
fue la Nona, su madre. Le colaboró a superar impedimentos. ¡Imaginate todos
los impedimentos que tenía y pronósticos sumamente desfavorables!. Yo creo
que algún médico le había dicho: señora, enciérrela y no la muestre. Pero ella
la ayudó a desarrollar todo lo que se propuso. Para ella el insulto más grande
era que le dijeras pobrecita, tanto a ella como a su hija. La palabra pobrecita
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
era lo peor. Ella le decía: ¡vos sos capaz!, y eso ayudó a desarrollar todas las
potencialidades que tenía la tía”.
“Mi mamá me sabía contar que cuando era chiquita jugaban mucho, con
mi mamá tenían una afinidad total. Le habían hecho un carrito de madera con
rueditas. Ellos vivían más en la parte de la estación de trenes y tenían una
represa para abastecerse de agua, así que pasaban por unas acequias. Y como
toda represa, tenía un bordo alto. La subían en el carrito allá y la largaban y
cuantas veces el carrito se dio vuelta y ella fue a parar al suelo; y ella siempre
riéndose, festejando todo eso. O sea jugaban de igual a igual”.
“El aspecto físico de la tía llamaba la atención. Todo el que iba decía uhh
mirá la pata chueca que tiene!!. Mi nona nos enseñó, “pero mirá las cosas que
hace tu tía, mirá lo que hace la tía. ¿Tu mamá pinta?, me decía. ¡Mirá las cosas
que hace tu tía! Y nosotras entramos a verla como una más. Encima, ella
caminaba, con su discapacidad, con su dificultad, caminaba..ya con los años,
ya no”.
Ella fue una mujer con una voluntad y con un deseo de aprender y de
ayudar al prójimo impresionante. ¡Cuantos nos vivimos quejando! Ella nunca se
quejó de nada y fue joven, y era una mujer linda. Era una linda mujer, tiene
unos ojos celestes, una mirada. Y pintaba así (imita el gesto de dominar el
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Claudio Urbano | José Yuni
pincel con la barbilla); hizo unas aguas transparentes porque ella era profesora
de dibujo y pintura. Estudió por correo. Y ella después comenzó a dar clases, a
todos los chicos de Soto que hoy en día son profesionales, algunos que ya se
han muerto. Incluso mi profesora del secundario”. Agrega jocosamente:
“mientras yo hacía el magisterio, la profesora de dibujo iba a aprender a la tía
y nosotras dibujábamos mucho mejor que la profesora porque nos criamos en
ese ambiente. Mucho arte hubo en la casa de mi nona. Si la única persona que
después dió clases de pintura y dibujo fue la tía. Ella se ingeniaba para
enseñar. ¿No te digo que le enseñaba a la profesora de dibujo mía para que
fuera a dar clase?. Enseñaba simetría, composición, les enseñaba todo. Y
después ella iba manejando, les enseñaba la mezcla de colores, la paleta de
colores, y ella empezaba a pintar siempre sosteniendo con la barbilla y cuando
el óleo era muy pesado con los dientes”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
la vida cotidiana de la familia una niña y una sobrina (la hermana de Inés)
cuya mamá falleció en un accidente doméstico en esa época. Este nuevo
cuadro familiar, implicó un desafío aún mayor para Estercita.
Señala Inés “había que darles de comer a todos y era la tía la cabeza de
familia. Entonces organizó una academia de Secretariado Comercial en
aquellos años, con dactilografía, caligrafía, dibujo, pintura, inglés. Tenían
también una casa de fotos. ¿Qué no han tenido? Han tenido de todo ella con
los viejos para poder vivir. Eran esas maquinitas esa que se tapaban con el
trapo negro y después revelaban. La nona sacaba las fotos y la tía Irene, la más
chica hasta antes que se casara. La Estercita iba con la nona a revelar y
entonces ella sabía revelar”.
“Ella se levantaba todas las mañanas y decía pasame que me voy a hacer
chapa y pintura. Se pintaba bien correcto, se ponía pintura de labios, se hacía
el jopito. Se hacía peinar porque ella no podía hacerlo sola, pintar se pintaba.
Un día yo le preguntaba ¿tía porque se pinta todos los días? Y porque ya
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demasiado fea soy en mi aspecto físico. Por lo menos tengo que estar
agradable de cara por respeto a los demás”.
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
subir sola. Le bajó las ruedas, por supuesto ella dibujaba, ella no podía hacer
mucho con sus manos tejía, cosía, pintaba. Le bajó las ruedas, hizo rueditas
chiquitas al sulky. Le hizo hacer un asiento plegable y para atrás como una
baranda que bajaba y era una plataforma que daba al suelo. Bajaban esa
plataforma, ella subía, plegaban el asiento, pasaba hacia adelante, bajaban el
asiento, se sentaba, levantaban la baranda y salían tranquilas. Decime si no es
una diseñadora industrial. Por supuesto que era el único sulky en el pueblo que
había así, porque era invento de ella”.
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Claudio Urbano | José Yuni
pedía acá y pedía allá. Pero no para ella, pedía para el fin que ella quería. Y así
entró a recorrer todo Soto y las afueras rescatando chicos discapacitados, de
jaulas, de los lugares más insólitos, chicos que estaban abandonados,
desnutridos, los tenían como animales. Se avergonzaban de ellos porque eran
todos discapacitados mentales”.
“Le cedieron un lugar en la parroquia. Los iba a buscar y los reunía. Por
supuesto empezó a pedir ayuda a chicas maestras, todas habían sido ex
alumnos de dibujo y pintura. ¿Quién era el que no había ido a estudiar con ella
dibujo y pintura? Los juntaba, les daban clases de catequesis, de dibujo, les
enseñaban juegos por eso ella tenía un grupo de gente, de chicas que
trabajaban con ella, todo ad honorem. A la Estercita nadie le decía que no,
además te vuelvo a decir era tan hincha pelota que todos terminaban diciendo
que sí”.
“Para entonces habrá tenido unos sesenta años, menos cincuenta y pico. Y
ella empezó a golpear puertas y a buscar a todos sus ex alumnos que ya eran
profesionales, psicopedagogos, fonoaudiólogos, médicos. La ayudó mucho una
chica que era esposa de un médico que había ido a aprender dibujo y pintura
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LA DISCAPACIDAD EN LA ESCENA FAMILIAR
con ella. Hasta que inauguraron la escuela, ella armó el equipo interdisciplina-
rio. Trabajaban en la casa de ella primero, cuando no tenían la escuela. Y
siempre trabajando por los pobres, los desvalidos, los crotos, todos pasaban por
la casa de ella”.
“A sus chicos como ella los llamaba, les ha hecho de todo, los llevaba,
tenían sus médicos. Ese equipo multidisciplinario ha logrado un montón de
cosas con ellos. Y después los que tenían una leve discapacidad mental pero
que estaban bien físicamente han pasado a ser sus ayudantes. Había uno, un
muchacho que la ayudó permanentemente en todo lo que ella iba a hacer para
la escuela, para los chicos. Distintas actividades, los sacaba a pasear. Los
chicos no conocían la plaza del pueblo, porque a todos los tenían escondidos”
“Ya mi nona se puso cada vez más vieja y ella empezó a pelear –no sé todas
las gestiones que hizo- peleando por acá, por allá, para que le dieran un
espacio para poner esa escuela para discapacitados. Pero no le fue fácil. Y
después le dieron el terreno, empezaron a construir. Le ayudó mucho el
Obispado de Cruz del Eje, el Obispo que está ahora. Finalmente, Soto tuvo su
escuela para discapacitados”.
Apego a la vida
“A las fiestas del pueblo ella iba siempre, ha sido muy sociable. Entonces en
el pueblo quien no se acuerda de ella. Por eso vos hablás con la gente grande y
la conocen todos. Ella se iba al famoso Festival de la Serenata. De alguna
manera trataba de ir, si había alguno de la comisión la dejaban pasar y si no
desde el auto Unión ella afuera escuchaba los grupos folclóricos, ella no se
perdía nada”.
“Era esa fuerza, las ganas de vivir que tenía. Y cuando ya mi nona estaba
viejita, toda doblada como una ese de tantos años de levantarla, llevarla,
cuidarla, estaban las dos juntas y la Estercita la apuntalaba, era el pilar de
toda la familia. Esa fuerza para levantarle el ánimo a mi nona que ya no veía y
había trabajado tanto que decía: yo me quisiera morir, ya basta, Dios se llevó a
mi hija y de mi no se acuerda. La Estercita le decía: mami de gracias a Dios
que Ud.es la señora de la casa. Ud. todavía es la dueña de casa, no todas con
su edad tienen ese privilegio. Y la nona se callaba. Le llevaban un pullover para
que desteja, para que la nona se entretenga una semana. Y en dos horas lo
destejía...”
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Claudio Urbano | José Yuni
“Tenía sus flores, sus canarios, sus teros. Se estaba muriendo y estaba
encargando sus teros, que se los cuiden. Amaba lo que era la naturaleza, que
la lleváramos al río. Y la bajábamos en una silla. Nos íbamos al río a lugares
donde no había tanta gente y la bajábamos en una silla y la poníamos y se
quedaba ahí feliz y contenta”.
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PROCESOS DE INCLUSIÓN:
Invisibilización de itinerarios de exclusión y
desigualdad de oportunidades
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LA ESCUELA ESPECIAL:
Un espacio para desplegar el ser a través
de los senderos del hacer
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BIBLIOGRAFIA
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Imprimió Editorial Brujas
en abril de 2008
Córdoba - Argentina