Manual
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[ RÉGIMEN
JURÍDICO DE LA EMPRESA
[ RÉGIMEN
JURÍDICO DE LA EMPRESA
Este material ha sido preparado por los profesores abajo relacionados del área de
Derecho Mercantil de CUNEF para ser utilizado como material de análisis y estudio. De
ninguna forma pretende ilustrar recomendaciones de actuación sobre las empresas,
las situaciones, o las personas mencionadas en el documento. Las propuestas
conceptuales, opiniones y análisis que aparecen en este documento son
responsabilidad del autor(es) y, por lo tanto, no necesariamente coinciden con las de
CUNEF.
Coordinadores: Profesores Doctores Don Guillermo Velasco Fabra y Don José David
Ortega Rueda.
Autores: Profesores Don David García-Ochoa Mayor, Don José David Ortega Rueda,
Doña Marta Ortiz Márquez, Don Augusto Piñel Rubio, Doña Eva Recamán Graña, Doña
Sara Ugena Muñoz y Don Guillermo Velasco Fabra.
7.- ¿Qué requisitos debe reunir una persona física para ser
empresario?
La actividad empresarial exige la realización profesional de actos jurídicos, para lo que
el Código de Comercio le exige una aptitud específica (art. 4 C. de Com.):
− Debe ser mayor de edad (tener más de 18 años).
− Debe tener la libre disposición de sus bienes (no incurrir en causa legal de
incapacidad).
En las sociedades personalistas los socios responden ilimitadamente por las deudas
sociales (esto es, no hay limitación de la responsabilidad). Nos encontramos con dos
clases de sociedades personalistas: la sociedad colectiva (donde todos sus miembros
responden frente a terceros por las deudas de la sociedad) y la sociedad comanditaria
simple (donde hay dos tipos de socios: los socios colectivos –similares a los socios de la
sociedad colectiva– y comanditarios –que sólo responden hasta el límite de sus
correspondientes aportaciones–).
La contabilidad puede ser llevada directamente por el empresario o por otra persona
debidamente autorizada. No obstante, los empresarios serán, en todo caso, los
responsables de la información mostrada en la contabilidad.
A. Libros obligatorios: son los que impone la ley a todos los empresarios. Según el
artículo 25.1 del Código de Comercio, son los siguientes:
1. Libro de inventarios y cuentas anuales. Su contenido se regula en el artículo
28.1 del Código de Comercio y consiste en estos extremos:
− Se abre con el balance inicial detallado de la empresa (inventario detallado)
− Trimestralmente se transcriben, con sumas y saldos, los balances de
comprobación.
− Se incorpora también el inventario de cierre de ejercicio y las cuentas
anuales.
2. Libro diario. Contiene el registro día a día de las operaciones relativas a la
actividad de la empresa. No obstante, será válida la anotación conjunta de los
B. Libros especiales: son los impone la ley a determinados empresarios. Entre ellos
destacan:
1. Libro de actas, contiene (art. 26.1 C. Com.):
− Todos los acuerdos tomados por: las Juntas generales, las Juntas especiales
y los demás órganos colegiados que tuviere la sociedad
− A propósito de tales acuerdos, se expresará: los datos relativos a la
convocatoria y a la constitución del órgano, un resumen de los asuntos
debatidos y las intervenciones de las que se haya solicitado constancia, así
como los acuerdos adoptados y los resultados de las votaciones.
2. Libro registro de acciones nominativas: en las sociedades anónimas y en las
sociedades en comandita por acciones, se trata del libro donde se refleja a
quién pertenecen las acciones.
3. Libro registro de socios: en las sociedades de responsabilidad limitada,
consiste en el libro donde se refleja a quién pertenecen las participaciones.
C. Libros voluntarios: son otros registros contables que ayuden al empresario a llevar
sus cuentas.
14.- Todos estos libros, ¿deben cumplir algún requisito legal para poder
contener la contabilidad?
Los libros que recogen la contabilidad del empresario deben estar debidamente
legalizados, a fin de que se puedan realizar ulteriores falseamientos de datos. Por ello
se hace constar en el primer folio de cada uno de ellos una diligencia firmada, donde
se expresa el número total de folios que tuviere el libro, los cuales serán
convenientemente sellados.
La forma en que deben redactarse debe estar presidida por el principio de claridad y
transparencia, de forma que muestren la imagen fiel del patrimonio, de la situación
financiera y de los resultados de la empresa, siempre de conformidad con las
disposiciones legales.
1. El balance:
− Contiene, de forma separada, el activo, el pasivo y el patrimonio neto.
− Consiste, en definitiva, en un cuadro comparativo de los saldos. En él se
sintetiza la situación patrimonial de la empresa, permitiendo averiguar si se
han producido beneficios o pérdidas durante el ejercicio.
5. La memoria:
− Su función es completar y ampliar la información contenida en los otros
documentos.
18.- ¿De qué modo deben valorarse los elementos que integran las
partidas reflejadas en las cuentas anuales?
El empresario debe seguir seguirse los principios de contabilidad generalmente
aceptados, siguiendo una serie de reglas de valoración:
Es la actividad consistente en revisar y verificar las cuentas anuales, así como de otros
estados financieros o documentos contables, a fin de comprobar si dichas cuentas
«expresan la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados
de la entidad auditada, de acuerdo con el marco normativo de información financiera
que resulte de aplicación».
− Que las cuentas anuales se han redactado de conformidad a las normas legales
pertinentes (esto es, se verifica que se ha seguido el marco normativo de
información financiera que resulte de aplicación).
A fin de garantizar la independencia del auditor, el periodo de tiempo inicial por el que
le nombrará la junta general no podrá ser inferior a tres años ni superior a nueve.
Asimismo, tampoco se podrá revocar al auditor de su cargo antes de que finalice el
periodo inicial para el que fue nombrado o antes de que finalice los trabajos para los
que fue contratado una vez finalizado el periodo inicial, salvo que concurra justa causa.
En ese caso, los administradores de la sociedad y las demás personas legitimadas para
solicitar el nombramiento del auditor podrán solicitar al Letrado de la Administración
de Justicia o al Registrador mercantil que proceda a la revocación del que hubieran
nombrado ellos o del designado por la junta general, para acto seguido nombrar a
otro.
Los auditores de cuentas son responsables de los informes que emiten desde una
perspectiva civil, penal y administrativa.
− Civilmente, los auditores están sometidos a una responsabilidad solidaria e
ilimitada por los daños y perjuicios que pudiesen causar en el ejercicio de su
actividad (frente a las empresas auditadas y frente a los terceros perjudicados).
Por eso deben prestar fianza.
− Administrativamente, están sometidos a un régimen sancionador, cuya
potestad está atribuida al Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas.
De esta forma, los acreedores del deudor van a poder perseguir el entero patrimonio
del deudor (bienes y derechos) para obtener la satisfacción de sus créditos. Hemos de
observarlo desde una doble perspectiva:
La sociedad unipersonal no es un tipo societario sino una forma que pueden adoptar
las distintas sociedades de capital.
El contenido mínimo de los estatutos sociales también se encuentra tasado por la Ley
de Sociedades de Capital (art. 23) y es el siguiente: la denominación de la sociedad; el
objeto social, determinando las actividades que lo integran; el domicilio social; el
capital social, las participaciones o las acciones en que se divida, su valor nominal y su
numeración correlativa; el modo o modos de organizar la administración de la
sociedad, el número de administradores o, al menos, el número máximo y el mínimo,
así como el plazo de duración del cargo y el sistema de retribución, si la tuvieren; y el
modo de deliberar y adoptar sus acuerdos los órganos colegiados de la sociedad.
Con todo, como ya hemos adelantado, las sociedades de capital deben constituirse en
escritura pública e inscribirse en el Registro Mercantil y será tras su inscripción cuando
adquieran la personalidad jurídica que corresponde al tipo social elegido (sociedad
anónima, sociedad limitada, etc.). Así la inscripción no conlleva el nacimiento de la
sociedad sino la adopción de la forma societaria seleccionada.
Por ejemplo, si una SRL tiene 300 participaciones de 10 euros de valor nominal cada
una de ellas, su KS = 300 x 10 = 3.000 euros.
El capital social es una cifra fija que queda recogida en los estatutos de la sociedad en
el momento de la constitución. Su alteración a lo largo de. la vida de la sociedad
conllevaría una necesaria modificación estatutaria.
C) ACCIONES Y PARTICIPACIONES
Las acciones podrán estar representadas por medio de títulos o por medio de
anotaciones en cuenta. En uno y otro caso tendrán la consideración de valores
mobiliarios.
Las participaciones y los derechos reales constituidos sobre las participaciones sociales
constarán en documento público.
Los socios de una sociedad de capital dejarán de serlo cuando transmitan sus acciones
o participaciones. Para llevar a cabo dicha transmisión habrá de estarse a lo dispuesto
por los estatutos sociales. Ahora bien, serán nulas las cláusulas estatutarias que hagan
prácticamente libre la transmisión voluntaria de las participaciones sociales por actos
inter vivos (art. 108.1 LSC) y serán también nulas las cláusulas estatutarias que hagan
prácticamente intransmisible las acciones (art. 123.2 LSC).
42.- ¿Puede una sociedad de capital ser titular de sus propias acciones
o participaciones, es decir, cabe la existencia de autocartera?
En ningún caso las sociedades de capital podrán asumir o suscribir de manera
originaria sus propias participaciones o acciones ni las creadas o emitidas por su
sociedad dominante (art. 134 LSC).
Desde este punto de vista, el derecho a la separación puede comprenderse como una
aplicación práctica de la cláusula rebus sic stantibus en el plano societario, pues la
alteración de algunas condiciones sustanciales que rodearon a la contratación conduce
a exceptuar una de las normas fundamentales que configuran la relación entre los
socios y la sociedad: el principio mayoritario, en virtud del cual cada socio singular
debe acatar los acuerdos que reciban un mayor número de apoyos. Hay determinados
términos que no pueden imponerse por la sola fuerza de una mayoría favorable, ya
que se perturbaría una serie de expectativas que el legislador o los estatutos sociales
consideran dignas de respeto.
Junto a estas causas legales, cabe añadir ciertas particularidades previstas para las
sociedades profesionales ex artículo 13 de la Ley de Sociedades Profesionales. De este
modo, además de los motivos que acabamos de relacionar, los socios profesionales
tendrán derecho a separarse de la sociedad constituida por tiempo determinado en los
supuestos previstos en el contrato social o cuando concurra justa causa. En cambio, de
haberse constituido la sociedad por tiempo indefinido, la separación podrá llevarse a
término en cualquier momento, con el único límite del respeto a la buena fe.
49.- ¿En qué tiempo y forma deberán ejercitar los socios su derecho a
la separación?
Se contemplan dos regímenes diferentes para ejercitar el derecho a la separación,
según el tipo de causa de la que éste dimane. De un lado, para las causas de
separación contempladas en la Ley, el plazo para ejercitar este derecho será de un mes
–a contar desde la publicación del acuerdo en el Boletín Oficial del Registro Mercantil o
desde que el socio hubiese recibido la comunicación escrita a propósito del mismo– y
deberá ejercitarse por escrito. Del otro, para las causas de separación estatutarias,
deberemos atenernos al plazo y forma que se hubiese fijado en ellas.
Las causas legales de exclusión sólo son aplicables a las sociedades de responsabilidad
limitada, toda vez que el componente personalista sobre el que se fundamenta la
confianza tiene una mayor fuerza en este tipo social. Nos encontramos un total de tres
motivos expresamente contemplados por el ordenamiento:
Hay tres metodologías posibles para estimar el valor razonable de las acciones o
participaciones: mediante el acuerdo entre la sociedad y el socio, según su cotización
en un mercado secundario oficial o atendiendo a la valoración que de ellas haga un
experto independiente.
− Precio cotizado: un indicador del valor razonable para las acciones es su precio
medio de cotización en el último trimestre, aunque para ello deben cotizar en
un mercado secundario oficial.
Dado que para deducir el valor razonable se debe contar con los máximos datos
posibles, se le deberán facilitar todas las informaciones y documentos que considere
útiles a tal efecto, así como a realizar todas las verificaciones que considere necesarias.
Pasados dos meses desde su nombramiento, el experto deberá emitir su informe, que
deberá notificar notarialmente a la sociedad y a los socios afectados, acompañando
copia, y depositando otra en el Registro Mercantil.
circulación en la localidad del domicilio social, siempre que los acreedores no hubiesen
ejercitado el referido derecho de oposición.
E) LA JUNTA GENERAL
Todos los socios, incluso los disidentes y los que no hayan participado en la reunión,
quedarán sometidos a los acuerdos adoptados por la misma.
h) La disolución de la sociedad.
Las juntas generales serán universales siempre que esté presente o representada la
totalidad del capital social y los concurrentes acepten por unanimidad la celebración
de la reunión.
65.- ¿Quiénes asisten a una junta general? ¿Se puede acudir por medio
de representante? ¿Se puede acudir por medios telemáticos?
Los administradores deberán asistir a las juntas generales.
En las sociedades anónimas los estatutos podrán exigir, respecto de todas las acciones,
cualquiera que sea su clase o serie, la posesión de un número mínimo para asistir a la
junta general sin que, en ningún caso, el número exigido pueda ser superior al uno por
mil del capital social.
Por último, a fin de facilitar la asistencia de los socios, los estatutos pueden prever dos
posibilidades: de un lado, que los socios asistan por medios telemáticos a la junta
general –es decir, se celebrará una junta general en la que algunos socios asistirán
físicamente y otros lo harán por medios telemáticos–; y del otro, que se celebren
juntas generales exclusivamente telemáticas –esto es, que todos los socios acudirán a
la junta por medios telemáticos–.
66.- ¿Tienen derecho de voto los socios que asisten a la junta general?
En la sociedad de responsabilidad limitada, salvo disposición contraria de los estatutos
sociales, cada participación social concede a su titular el derecho a emitir un voto.
En caso de conflicto de intereses el socio no podrá votar en los supuestos previstos por
la LSC (art.190.1). En el resto de casos de posible conflicto (los no previstos en la ley) el
socio no estará privado de su derecho de voto. No obstante, cuando el voto del socio
incurso en conflicto haya sido decisivo para la adopción del acuerdo, corresponderá,
en caso de impugnación, a la sociedad y, en su caso, al socio afectado por el conflicto,
la carga de la prueba de la conformidad del acuerdo al interés social.
En las sociedades anónimas, los acuerdos sociales se adoptarán por mayoría simple de
los votos de los accionistas presentes o representados en la junta, entendiéndose
adoptado un acuerdo cuando obtenga más votos a favor que en contra del capital
presente o representado.
El acta deberá ser aprobada por la propia junta al final de la reunión o, en su defecto, y
dentro del plazo de quince días, por el presidente de la junta general y dos socios
interventores, uno en representación de la mayoría y otro por la minoría.
Los administradores podrán requerir la presencia de notario para que levante acta de
la junta general y estarán obligados a hacerlo siempre que, con cinco días de
antelación al previsto para la celebración de la junta, lo soliciten socios que
representen, al menos, el uno por ciento del capital social en la sociedad anónima o el
cinco por ciento en la sociedad de responsabilidad limitada. En este caso, los acuerdos
sólo serán eficaces si constan en acta notarial.
Para la impugnación de los acuerdos sociales, se seguirán los trámites del juicio
ordinario y las disposiciones contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil.
F) ADMINISTRADORES SOCIETARIOS
Las sociedades cotizadas, por el contrario, deberán ser administradas por un consejo
de administración que estará compuesto, exclusivamente, por personas físicas.
74.- ¿Cuáles son los requisitos para poder ser administrador de una
sociedad?
En cuanto a la capacidad para ser administrador, la Ley de Sociedades de Capital no
dedica ningún precepto a establecer los requisitos que han de reunir los
administradores, por lo que, en principio, para ser administrador basta con poseer
plena capacidad de obrar (capacidad para actuar y capacidad para obligarse). Ahora
bien, la Ley de Sociedades de Capital sí establece ciertas prohibiciones, es decir, sí
determina quien no puede tener la condición de administrador. Expresamente dispone
que no podrán acceder al cargo de administrador:
− Los menores de edad no emancipados.
− Las personas judicialmente incapacitadas.
− Las personas inhabilitadas conforme a la Ley Concursal, mientras no haya
concluido el período de inhabilitación establecido en la sentencia de calificación
del concurso.
− Los condenados por delitos contra la libertad, contra el patrimonio o contra el
orden socioeconómico, contra la seguridad colectiva, contra la Administración
de Justicia o por cualquier clase de falsedad.
− Aquellos que por su cargo no puedan ejercer el comercio.
− Tampoco podrán ser administradores los funcionarios al servicio de la
Administración Pública con funciones a su cargo que se relacionen con las
actividades incluidas en el objeto social de la sociedad de la que pretendan ser
administrador.
− Los jueces o magistrados.
− Las demás personas afectadas por una incompatibilidad legal.
El sistema que resulta de aplicación en todo caso, con independencia del tipo social
por el que se opte y del modo en que se organice la administración, es el sistema de
nombramiento determinado en la propia escritura de constitución (art. 22.l.e LSC). Así
en el acto constitutivo de la sociedad resulta necesario determinar las personas que
han de encargarse inicialmente de la administración y representación de la sociedad.
El sistema de nombramiento por cooptación: está previsto para los casos en que en el
seno de un consejo de administración se produzcan vacantes durante el plazo para el
que los administradores fueron nombrados, sin que existiesen suplentes. Para estos
supuestos la Ley ha establecido la posibilidad de que el consejo de administración
pueda designar entre los accionistas a las personas que hayan de ocupar dicha vacante
hasta que se reúna la primera junta general. Es uno de los dos casos en los que,
excepcionalmente y de forma temporal, son los administradores y no los socios los que
designan a la persona que ha de ocupar el puesto vacante de administrador.
Los administradores podrán ser reelegidos para el cargo una ó varias veces por
períodos de igual duración máxima.
expresamente, y salvo que la junta haya determinado otra cosa, el reparto de este
importe máximo entre los administradores se hará por acuerdo de los propios
administradores. En el caso de que la administración se haya organizado a través de un
consejo de administración, la distribución de los beneficios se hará por acuerdo del
consejo para lo que se deberá tener en cuenta las funciones y responsabilidades
atribuidas a cada consejero. La remuneración deberá guardar una proporción
razonable con la importancia de la sociedad, la situación económica de la misma en
cada momento y los estándares del mercado de empresas comparables. El sistema de
remuneración deberá promover la rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo de la
sociedad e incorporar las cautelas necesarias para evitar la asunción excesiva de
riesgos y la recompensa de resultados desfavorables.
Las posibles limitaciones a las facultades de actuación de los administradores por parte
de la sociedad sólo surtirán efectos internos. El objetivo de la norma es garantizar la
seguridad jurídica y la operatividad en el mercado, descargando a los terceros
contratantes de la necesidad de comprobar cuáles son las concretas facultades
atribuidas al administrador con el que pretenden contratar y si el acto realizado se
puede encuadrar o no dentro del objeto social de la sociedad a la que representa. De
esta forma, el tercero contratante no se tendrá que preocupar de si el administrador
tiene o no poder para realizar ciertos actos o de si el acto realizado se encuentra
incluido dentro del objeto social. Ahora bien, que no se pueda limitar el ámbito de
actuación de los administradores frente a terceros, ni siquiera cuando el acto realizado
esté excluido del objeto social -terceros de buena fe y sin culpa grave-, no quiere decir
que dichas limitaciones sean ineficaces pues, si el administrador se excede de sus
facultades, la sociedad podrá exigirle responsabilidad o removerlo del cargo.
Por tanto, para poder exigir responsabilidad por daños a los administradores deben
concurrir una serie de requisitos:
− La acción u omisión contraria a la Ley, los estatutos o deberes inherentes al
cargo.
− El dolo o la culpa.
− El daño.
− La relación de causalidad entre la acción u omisión y el daño causado.
No basta con que concurra el daño, la acción u omisión o el dolo o la culpa, sino que
debe acreditarse el nexo causal, esto es, la relación necesaria entre la conducta
realizada o la omisión cometida y el daño ocasionado.
Los administradores de hecho son aquellos que realizan las funciones propias del
administrador, esto es, gestionan y representan a la sociedad frente a terceros, sin
haber sido nombrados administradores en escritura pública –administrador sin título–
o aquellos que desempeñan su cargo con un título jurídico nulo; con un título jurídico
defectuoso, por ejemplo, con un título extinguido o aquellos que hayan sido
designados defectuosamente, o con otro título.
Asimismo, la Ley de Sociedades de Capital, tras la reforma llevada a cabo por la Ley
31/2014 de 3 de diciembre, por la que se modifica la Ley de Sociedades de Capital para
la mejora del Gobierno Corporativo (a partir de ahora Ley 31/2014 de 3 de diciembre)
realización de operaciones privadas; no hacer uso de los activos sociales con fines
privados; no aprovecharse de las oportunidades de negocio de la sociedad; obtener
ventajas o remuneraciones de terceros distintos a la sociedad asociadas al ejercicio de
su cargo, salvo que se trate de atenciones de mera cortesía; desarrollar actividades por
cuenta propia y por cuenta ajena que entrañen una competencia efectiva actual o
inminente o que, de cualquier otro modo, le sitúe en una situación de conflicto de
intereses permanente respecto a la sociedad de la que es administrador.
Por otro lado, la Ley de Sociedades de Capital ha regulado otro caso en el que los
administradores responden de las deudas sociales, aunque sólo de ciertas deudas
sociales. Así, en su artículo 367 ha establecido la responsabilidad solidaria de los
administradores respecto a las obligaciones sociales posteriores al acaecimiento de la
causa legal de disolución o a la concurrencia de la insolvencia, siempre que dichos
administradores hubieran incumplido la obligación legal de convocar la junta general
para que adoptara el acuerdo de disolución o no hubieran solicitado la disolución
judicial o, si procediere, el concurso de la sociedad en el plazo de dos meses a contar
desde la fecha prevista para la celebración de la junta, cuando ésta no se haya
constituido, o habiéndolo hecho, desde el día de celebración de la junta cuando el
acuerdo hubiera sido contrario a la disolución o a la solicitud de concurso. En este
caso, a diferencia de la responsabilidad prevista en el artículo 360.1,b) párrafo 2° de la
Ley de Sociedades de Capital, la responsabilidad de los administradores no es por
todas las deudas sociales, sino exclusivamente por las posteriores al acaecimiento de la
causa de disolución o de la insolvencia. La Ley presume que las deudas reclamadas son
posteriores al acaecimiento de la causa de disolución o a la concurrencia de la
insolvencia, salvo que los administradores acrediten que son de fecha anterior.
cuatro años, aunque también podrán ser reelegidos en una o en varias ocasiones por
períodos de igual duración máxima.
En ambos casos el consejo de administración deberá reunirse, como mínimo, una vez
al trimestre.
Respecto a las mayorías requeridas para la aprobación de los acuerdos del consejo de
administración, la Ley de Sociedades de Capital no prevé una mayoría específica para
las sociedades de responsabilidad limitada, por lo que, al tratarse de un consejo de
administración, las decisiones se deberán adoptar por mayoría simple, aunque los
estatutos podrán elevar dicha mayoría, sin llegar a exigir la unanimidad. En cambio,
para las sociedades anónimas, la Ley de Sociedades de Capital dispone que los
acuerdos del consejo de administración deberán adoptarse por mayoría absoluta de
los consejeros asistentes a la reunión (art. 248).
No obstante, la Ley de Sociedades de Capital dispone que en ningún caso podrán ser
objeto de delegación la supervisión del efectivo funcionamiento de las comisiones que
se hubieran constituido y de la actuación de los órganos delegados y directivos
designados; la determinación de las políticas y estrategias generales de la sociedad; la
autorización o dispensa de las obligaciones derivadas del deber de lealtad; la
organización y el funcionamiento; la formulación de las cuentas anuales y su
presentación en la junta general; la elaboración de cualquier otro tipo de informe
exigido por la ley al órgano de administración, siempre y cuando la operación a que se
refiera el informe no pueda ser delegada; el nombramiento y destitución de los
consejeros delegados de la sociedad, así como el establecimiento de las condiciones de
su contrato; el nombramiento y destitución de los directivos que tuvieran dependencia
directa del consejo o de alguno de sus miembros, así como el establecimiento de las
condiciones básicas de su contrato, incluyendo la retribución; la convocatoria de la
junta general de accionistas y la elaboración del orden del día y la propuesta de
acuerdos; la política relativa a las acciones o participaciones propias, ni las facultades
103.- ¿En las sociedades anónimas cotizadas los consejeros deben asistir
personalmente a las reuniones o pueden hacerse representar por
cualquier otro consejero?
Los consejeros deben asistir personalmente a las sesiones que se celebren, aunque
pueden delegar su representación en cualquier otro consejero. Ahora bien, los
consejeros no ejecutivos que no puedan asistir personalmente a las reuniones sólo
podrán hacerse representar por otro consejero no ejecutivo.
La delegación de las funciones del consejo sólo se podrá hacer a favor de sus propios
miembros, con independencia de que también podrá conceder poderes generales o
singulares a cualquier persona para que las represente, pero en ese caso
representarán a la sociedad conforme a las reglas de la representación voluntaria (no
orgánica).
tanto, los acuerdos del consejo de administración serán impugnables si son contrarios
a la Ley, a los estatutos, al reglamento de la junta, lesionan el interés social en
beneficio de uno o varios socios o terceros o suponen una infracción del reglamento
del consejo de administración.
109.- ¿Quién tiene legitimación para impugnar los acuerdos del consejo
de administración y cuál es el plazo para hacerlo?
Con carácter previo es preciso destacar la conexión que existe entre la legitimación y el
plazo para impugnar los acuerdos del consejo, pues en función de la persona que
tenga legitimación para impugnar el acuerdo del consejo de administración el plazo de
impugnación varia.
para sociedades cotizadas aplican disposiciones especiales de dicha ley y de la Ley del
Mercado de Valores.
Los socios que no quieran ejercitar su derecho de preferencia pueden transmitirlo con
el fin de movilizar su valor patrimonial y compensar la dilución que pueda
experimentar su participación por causa del aumento. En sociedades cotizadas, estos
derechos son objeto de negociación en bolsa. La enajenación de estos derechos debe
sujetarse a las reglas que impone la ley o los estatutos y, en particular, a las posibles
restricciones a la transmisión de las acciones o participaciones.
Quienes hayan asumido las nuevas participaciones o suscrito las nuevas acciones
quedan obligados a hacer su aportación desde el momento mismo de la suscripción.
En caso de suscripción incompleta del aumento acordado, en SA la regla general es
que el aumento queda sin efecto a menos que en la emisión se hubiera acordado lo
contrario (esto es, que el aumento se ejecute en la cuantía efectivamente
desembolsada): transcurrido el periodo de suscripción sin que el aumento se haya
completado, se anunciará en el BORME y se restituirá dentro del mes siguiente el
importe de la suscripción a aquellos que la hubieran efectuado o se depositarán las
aportaciones realizadas. En SL el principio es el opuesto: el aumento se ejecutará en la
cuantía desembolsada, salvo previsión contraria de la junta.
Con el fin de garantizar la inscripción de los aumentos una vez ejecutados, se reconoce
el derecho de las personas que hayan suscrito la ampliación de capital a pedir la
restitución de las aportaciones realizadas si transcurridos seis meses desde que se
abrió el plazo de suscripción no se hubieran presentado para su inscripción los
documentos acreditativos de la ejecución. Si la falta de presentación de los
documentos a inscripción es imputable a la sociedad, pueden exigir también el interés
legal.
− La reducción de capital real o efectiva, para devolver a los socios una parte de
las aportaciones realizadas, en la que la disminución del capital social supone
una disminución correlativa del patrimonio social. En SA también puede
articularse mediante la liberación de la obligación de los accionistas de realizar
las aportaciones pendientes previamente comprometidas.
general es que cualquier reducción de capital que no afecte por igual a todas las
participaciones, únicamente es posible cuando medie el consentimiento individual de
todos los socios, para evitar una posible desigualdad de trato entre ellos. En SA las
reglas varían según la modalidad de reducción: la reducción por pérdidas debe
efectuarse necesariamente a través de la reducción del valor nominal de las acciones,
de modo que todos los accionistas sufran el mismo menoscabo patrimonial en
términos relativos; mientras que la reducción de capital efectiva con reembolso a los
accionistas que no afecte a todas las acciones por igual se condiciona, no a la
aprobación individual, sino al acuerdo de la mayoría de los accionistas interesados.
La ley configura el régimen del derecho de oposición de forma distinta en función del
tipo social. En SA surge el derecho de oposición en los términos expuestos, con la
posibilidad de evitarlo cuando la sociedad se sirva de beneficios o de reservas
disponibles para la restitución de las aportaciones a los socios y constituya una reserva
indisponible por el importe de la reducción del capital. En SL el sistema de tutela de los
acreedores es más complejo, al preverse un sistema legal de protección (consistente
en la responsabilidad solidaria de los socios a quienes se hubiera sustituido la totalidad
o parte del valor de sus aportaciones por las deudas sociales anteriores a la reducción,
con ciertos límites) y un sistema voluntario establecido estatuariamente, alternativo al
régimen legal, similar al previsto para SA: se debe notificar la reducción a los
acreedores personalmente y el plazo de ejercicio de su oposición se amplía a tres
meses.
Es necesario que el capital se aumente hasta una cantidad igual o superior a la cifra
mínima legal del tipo social de que se trate, y que se respete el derecho de asunción o
de suscripción preferente de los socios en el aumento. La eficacia de la reducción
quedará condicionada a la ejecución del acuerdo del aumento de capital, y la
inscripción del acuerdo de reducción en el Registro Mercantil se habrá de practicar al
mismo tiempo que la del acuerdo de aumento y su ejecución, porque la operación es
única y ambos acuerdos quedan recíprocamente vinculados y enlazados.
− Este régimen solo se aplica cuando la sociedad formule una oferta a todos los
socios para adquirir sus acciones o participaciones y amortizarlas, similar a una
OPA. No aplica, por tanto, a aquellos casos de reducción mediante amortización
de acciones o participaciones que no vayan precedidos de dicho llamamiento,
como sería la amortización de acciones o participaciones propias que la
sociedad tenga en autocartera.
H) MODIFICACIONES ESTRUCTURALES
Aborda por primera vez una regulación completa y global de las sociedades
mercantiles, en un intento de modernizar y actualizar el régimen jurídico de las
operaciones que modifican la estructura de las mismas. En este tema se analizarán las
operaciones de transformación, la fusión, escisión y la cesión global del activo y del
pasivo.
La elección entre una u otra forma de fusión depende de múltiples factores: fiscalidad,
carácter cotizado de alguna de las sociedades, estructura accionarial, convenios
colectivos, etc.
Se trata del supuesto típico de sucesión a título universal. Esto implica que se
transmiten todos los pasivos y activos, incluyendo contratos, garantías, situaciones
jurídicas, bienes, concesiones, pleitos, procedimientos y cualesquiera otros derechos y
obligaciones, sin tener que observar ninguna formalidad especial. La fecha de efectos
de la transmisión es la de inscripción en el Registro Mercantil, ya que la inscripción de
la fusión es constitutiva.
Salvo excepcionalmente para cuadrar la relación de canje (hasta un 10%) los socios de
las sociedades que se extinguen no reciben dinero, sino acciones o participaciones de
la sociedad absorbente o de nueva creación y en proporción a su respectiva
participación en aquellas sociedades que participan en la fusión (artículo 24.1).
Los administradores de cada una de las sociedades que participen en la fusión habrán
de redactar y suscribir un proyecto común de fusión. Si falta la firma de alguno de
ellos, se señalará al final del proyecto, con indicación de la causa. Una vez suscrito el
proyecto común de fusión, los administradores de las sociedades que se fusionen se
abstendrán de realizar cualquier clase de acto que pudiera comprometer la aprobación
del proyecto o modificar sustancialmente la relación de canje de las acciones o
participaciones.
El proyecto de fusión quedará sin efecto si no hubiera sido aprobado por las juntas de
socios de todas las sociedades que participen en la fusión dentro de los seis meses
siguientes a su fecha.
A partir de aquí, conforme al artículo 32 de la LME y 226 del Reglamento del Registro
Mercantil, el proyecto de fusión se deposita en el Registro Mercantil de cada una de
las sociedades, publicándose en el BORME el hecho del depósito y su fecha.
Para mayor garantía de los socios y terceros, el proyecto de fusión deberá ser
informado por los administradores y por expertos independientes:
preciso elaborar un balance cerrado con posterioridad al primer día del tercer mes
precedente a la fecha del proyecto de fusión, siguiendo los mismos métodos y criterios
de presentación del último balance anual. En ambos casos podrán modificarse las
valoraciones contenidas en el último balance en atención a las modificaciones
importantes del valor razonable que no aparezcan en los asientos contables». Dicho
balance deberá ser auditado si la sociedad está obligada a ello.
La fusión habrá de ser acordada necesariamente por la junta de socios de cada una de
las sociedades que participen en ella, ajustándose estrictamente al proyecto común de
fusión, con los requisitos y formalidades establecidos en el régimen de las sociedades
que se fusionan. Cualquier acuerdo de una sociedad que modifique el proyecto de
fusión equivaldrá al rechazo de la propuesta.
Tras la adopción de los acuerdos de fusión por todas las sociedades interesadas se
procederá a su publicación en el BORME y en uno de los diarios de gran circulación en
las provincias en las que cada una de las sociedades tenga su domicilio, no siendo
necesaria la publicación cuando el acuerdo se comunique individualmente por escrito
a todos los socios y acreedores por un procedimiento que asegure la recepción de
aquél en el domicilio que figure en la documentación de la sociedad.
− Escisión total: una Sociedad divide todo su patrimonio en dos o más partes
traspasando cada una de ellas a una sociedad de nueva creación o a una
sociedad ya existente.
En los casos de escisión total de la sociedad que se escinde, cuando un elemento del
activo no se haya atribuido a ninguna sociedad beneficiaria en el proyecto de escisión y
la interpretación de éste no permita decidir sobre el reparto, se distribuirá ese
elemento o su contravalor entre todas las sociedades beneficiarias de manera
proporcional al activo atribuido a cada una de ellas en el proyecto de escisión. Cuando
sea un elemento del pasivo el no atribuido, responderán solidariamente de él todas las
sociedades beneficiarias.
Se regula en los artículos 81 y ss. LME y cuando la cesión se realiza a favor de dos o
más cesionarios, se denomina cesión plural. En este caso se exige que cada parte del
patrimonio que se ceda constituya una unidad económica. Es posible la cesión de
sociedades en liquidación siempre que no haya comenzado el reparto del patrimonio
entre los socios.
e) Por pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la
mitad del capital social, a no ser que éste se aumente o se reduzca en la medida
suficiente, y siempre que no sea procedente solicitar la declaración de concurso.
f) Por reducción del capital social por debajo del mínimo legal, que no sea
consecuencia del cumplimiento de una ley.
g) Porque el valor nominal de las participaciones sociales sin voto o de las acciones sin
voto excediera de la mitad del capital social desembolsado y no se restableciera la
proporción en el plazo de dos años.
Ahora bien, salvo disposición contraria de los estatutos o salvo en el supuesto de que
se nombren liquidadores por la junta general de socios que acuerde la disolución,
quienes sean administradores cuando se acuerde la disolución de la sociedad
quedarán convertidos en liquidadores. Como excepción, en los casos en los que la
disolución hubiera sido consecuencia de la apertura de la fase de liquidación de la
sociedad en concurso de acreedores, no procederá el nombramiento de los
liquidadores.
Además, sólo en el caso de la sociedad anónima, los liquidadores podrán también ser
separados por decisión del Letrado de la Administración de Justicia o Registrador
mercantil del domicilio social, mediante justa causa, a petición de los accionistas que
representen la vigésima parte del capital social.
Los liquidadores deben concluir las operaciones pendientes y realizar las nuevas, que
deberán estar limitadas a aquellas que sean necesarias para la liquidación de la
sociedad. También les corresponde a los liquidadores percibir los créditos sociales y
pagar las deudas de la sociedad. Los liquidadores deberán también enajenar todos los
bienes de la sociedad.
154.- ¿Qué ocurre una vez que los liquidadores someten a la aprobación
de la junta general el balance final, el informe de las operaciones y el
proyecto de división del patrimonio social?
Transcurrido el término para impugnar el balance final de liquidación sin que se
formulen reclamaciones, o, en el caso de formularse, una vez sea firme la sentencia
que las hubiese resuelto, se procederá al pago de la cuota de liquidación a los socios.
Los liquidadores no podrán satisfacer la cuota de liquidación a los socios sin la previa
satisfacción a los acreedores del importe de sus créditos o sin consignarlo en una
entidad de crédito del término municipal en que radique el domicilio social. Cuando
existan créditos no vencidos se asegurará previamente el pago de los mismos.
Los estatutos podrán establecer en favor de alguno o varios socios el derecho a que la
cuota resultante de la liquidación les sea satisfecha mediante la restitución de las
aportaciones no dinerarias realizadas o mediante la entrega de otros bienes sociales, si
siguieran formando parte del patrimonio social. Estos activos serán valorados
conforme a su valor real al tiempo de aprobarse el proyecto de división entre los
socios del activo resultante.
159.- ¿Qué pasaría si, una vez cancelados los asientos relativos a la
sociedad, aparecieran nuevos activos sociales? ¿Y si aparecieran nuevas
deudas sociales?
Si, cancelados los asientos relativos de la sociedad, aparecieran activos sobrevenidos
los liquidadores deberán adjudicar a los antiguos socios la cuota adicional que les
corresponda, previa conversión de los bienes en dinero cuando fuera necesario.
J) OTRAS CUESTIONES
En cuanto al concurso de la persona física, podrá ser declarado tanto del empresario
individual que desarrolle actividades mercantiles como de los consumidores. En este
contexto cabe destacar la figura del beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho
(arts. 462 y ss. TRLC), que pueden solicitar los deudores personas físicas cuyo concurso
haya concluido por liquidación de la masa activa o por insuficiencia de esa masa y que,
a su vez, reúnan determinadas condiciones que permitan considerar que sus
actuaciones han sido de buena fe. En virtud de este beneficio, el deudor persona física
quedará liberado de los créditos que hubiesen quedado por satisfacer a la conclusión
Si el deudor fuera persona jurídica, será competente para decidir sobre la presentación
de la solicitud el órgano de administración o de liquidación (art. 3.1, segundo párrafo).
Además, para solicitar la declaración de concurso de una sociedad, también están
también legitimados los socios que sean personalmente responsables de las deudas de
aquella (art. 3.3 TRLC).
Ahora bien, no está legitimado el acreedor que, dentro de los seis meses anteriores a
la presentación de la solicitud, hubiera adquirido el crédito por actos ínter vivos y a
título singular, después de su vencimiento (art. 3.2 TRLC).
Son más frecuentes los concursos voluntarios que los necesarios porque (a) el deudor
tiene más información sobre su estado económico y (b) es difícil probar por parte del
acreedor los supuestos establecidos en la ley –como, por ejemplo, el sobreseimiento
general en el pago corriente de las obligaciones del deudor o la liquidación apresurada
y ruinosa de los bienes del deudor–.
En caso de que el deudor sea persona jurídica, se presume que el centro de sus
intereses principales se halla en el lugar del domicilio social. A este respecto, hemos de
destacar dos circunstancias: en primer lugar, para evitar que el deudor altere a su
conveniencia la competencia territorial, será ineficaz a efectos concursales el cambio
de domicilio inscrito en el Registro mercantil dentro de los seis meses anteriores a la
solicitud del concurso; y en segundo término, si el domicilio del deudor y el centro de
sus intereses principales radicara en territorio español pero en lugares diferentes, a
elección del acreedor solicitante será competente el juez en cuyo territorio radique el
domicilio.
B) ADMINISTRACIÓN CONCURSAL
Dentro del listado de la sección cuarta del Registro Público Concursal el nombramiento
del administrador concursal recaerá en la persona natural o jurídica inscrita que
corresponda por turno correlativo. La primera designación se realizará mediante
sorteo entre los que figuren en el listado de inscritos y continuará con los que tengan
números sucesivos en ese listado. Con todo, en los concursos de gran tamaño, el juez,
de manera motivada, podrá designar a un administrador concursal distinto del que
corresponda al turno correlativo cuando considere que el perfil del administrador
alternativo se adecua mejor a las características del concurso.
En aquellos concursos en que concurra causa de interés público, el juez del concurso,
de oficio o a instancia de un acreedor de carácter público, podrá nombrar como
segundo administrador concursal a una Administración pública acreedora o a una
entidad de derecho público acreedora vinculada o dependiente de aquella. En este
caso de administración dual, la representación de la administración concursal frente a
terceros recaerá sobre el primer administrador concursal.
Una vez aceptado el cargo, el nombrado solo podrá renunciar por causa grave o por
haber perdido de forma sobrevenida las condiciones exigidas para ejercer el cargo.
La retribución inicialmente fijada podrá ser reducida por el juez de manera motivada
por el incumplimiento de las obligaciones de la administración concursal, un retraso
atribuible a la administración concursal en el cumplimiento de sus obligaciones o por la
calidad deficiente de sus trabajos.
Salvo que hubiera sido nombrada administradora concursal una persona jurídica, el
juez, si lo considera necesario, previa audiencia del administrador concursal, también
podrá designar un auxiliar delegado que ostente la condición profesional que no tenga
el nombrado, con delegación de funciones determinadas.
Los informes emitidos por los expertos y el detalle de los honorarios devengados se
unirán al inventario.
Las acciones de responsabilidad por los daños y perjuicios causados a la masa activa
por los administradores concursales y los auxiliares delegados prescribirán a los cuatro
años, contados desde que el actor hubiera tenido conocimiento del daño o perjuicio
por el que reclama y, en todo caso, desde que los administradores concursales o los
auxiliares delegados hubieran cesado en su cargo.
Las acciones dirigidas a exigir responsabilidad civil, se sustanciarán ante el juez que
conozca o haya conocido del concurso por los trámites del juicio declarativo que
corresponda.
Los efectos de la declaración del concurso se regulan en el Título III del Libro Primero
del Texto Refundido de la Ley Concursal (arts. 105 a 191).
Cabe destacar que la acción de anulación –que se tramitará por la vía del incidente
concursal– únicamente podrá ser ejercitada por este órgano del concurso, aunque
cualquier acreedor y quien haya sido parte en la relación contractual afectada por la
infracción podrá requerir de la administración concursal que se pronuncie acerca del
ejercicio de la correspondiente acción o de la convalidación o confirmación del acto. La
caducidad de dicha acción se producirá al cabo de un mes desde que se hubiese
formulado el requerimiento a la administración concursal o, en otro caso, cuando el
deudor haya cumplido el convenio o haya finalizado la liquidación.
Finalmente, para evitar que un acto del deudor que hubiese infringido las limitaciones
que impone el régimen de intervención o de suspensión pudiera beneficiarse de los
efectos de ser inscrito en un registro público, se exige su confirmación o convalidación
por la administración concursal, o que se acredite la caducidad de la acción de
anulación o su desestimación firme.
Del otro, también se articula la posibilidad de restringir los derechos fundamentales del
concursado –que, en el caso de las personas jurídicas, podrán acordarse respecto de
sus administradores o liquidadores– (art. 105 TRLC). Estas medidas se regulan en la Ley
Orgánica 8/2003, de 9 de julio, para la Reforma Concursal, donde se contemplan tres
actuaciones: (1) la posibilidad de intervenir sus comunicaciones, de conformidad con lo
previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal y con garantía de secreto de los
contenidos que sean ajenos al interés del concurso; (2) imponer el deber de residencia
del deudor persona física en la población de su domicilio, incluyéndose la posibilidad
de adoptar el arresto domiciliario; y (3) de acordar la entrada en el domicilio del
deudor y su registro, con la finalidad esencial de buscar documentos de interés
concursal que no se hubiesen aportado. La adopción de las anteriores medidas
requerirá la previa audiencia del Ministerio Fiscal y que la decisión judicial esté
motivada, donde se deberá justificar la idoneidad de la medida en relación con el
procedimiento, el objetivo perseguido, la proporcionalidad entre la medida y el
objetivo, así como su duración.
32.- ¿De qué manera se debe administrar la masa activa? ¿Es posible
realizar actos de disposición sobre ella?
La finalidad central del procedimiento de insolvencia consiste en satisfacer las deudas
del concursado en la mayor medida posible. En consecuencia, las facultades de
Ahora bien, se contemplan cuatro excepciones a dicha limitación: primero, los actos de
disposición inherentes a la continuación de la actividad profesional o empresarial del
deudor; segundo, los actos de disposición indispensables para satisfacer las exigencias
de tesorería que requiera la tramitación del concurso de acreedores; tercero, los actos
de disposición indispensables para garantizar la viabilidad de los establecimientos,
explotaciones o cualesquiera otras unidades productivas de bienes o de servicios que
formen parte de la masa activa; y cuarto, los actos de disposición de bienes que no
sean necesarios para continuidad de la actividad cuando se presenten ofertas que
coincidan sustancialmente con el valor que se les haya dado en el inventario (art. 205
TRLC).
También hemos de indicar que subsiste la obligación legal de formular las cuentas
anuales y someterlas a auditoría:
− Efectos sobre los órganos sociales: aunque se mantienen los órganos sociales
durante la tramitación del concurso, igualmente se les aplicará el régimen de
intervención o de suspensión que acuerde el juez (art. 126 TRLC). Además, para
adecuar su funcionamiento a los condicionantes que impone el procedimiento de
insolvencia, se estipulan las siguientes previsiones: (1) la administración concursal
− Efectos sobre las acciones contra los socios: la administración concursal tendrá la
competencia exclusiva para (1) ejercitar la acción contra los socios personalmente
responsables por las deudas de la sociedad anteriores a la declaración del
concurso, y (2) reclamar el desembolso de los dividendos pasivos y las
prestaciones accesorias pendientes de cumplimiento.
36.- ¿Qué ocurre con los acreedores tras la declaración del concurso?
Todos los acreedores del deudor deben integrarse en la masa pasiva del concurso, de
igual modo que todos sus bienes y derechos conformarán la masa activa. La finalidad
de estas previsiones reside en valorar el estado patrimonial del deudor, para conocer
qué porcentaje de las obligaciones quedarían cubiertas, discernir qué solución sería
más adecuada para maximizar su satisfacción –la liquidación o el convenio– y
garantizar la par condicio creditorum en las diferentes categorías en que se estructuran
los créditos: privilegiados, ordinarios y subordinados.
La excepción a lo anterior son aquellos bienes y derechos que, habiendo sido objeto de
embargo en un procedimiento laboral o administrativo, no fuesen necesarios para la
continuidad de la actividad profesional o empresarial del deudor. En tales casos, si el
embargo se hubiese producido antes de la fecha de declaración del concurso, se podrá
proseguir con las actuaciones.
perdurará hasta la aprobación del convenio que no afecte al ejercicio de este derecho
o hasta que transcurra un año desde la declaración del concurso sin que se hubiera
producido la apertura de la liquidación (art. 148 TRLC).
3.- Suspensión del derecho de retención: no podrán retenerse los bienes y derechos
que integren la masa activa, aunque se exceptúan las retenciones impuestas por la
legislación administrativa, tributaria, laboral y de seguridad social. No obstante, si en el
momento de concluirse el concurso no se hubieran enajenado esos bienes y derechos,
deberán restituirse al titular del derecho de retención cuyo crédito no hubiese sido
debidamente satisfecho (art. 154 TRLC).
45.- ¿Cuáles son los efectos del concurso sobre los contratos en
general?
La declaración de concurso no es causa de resolución anticipada del contrato. A mayor
abundamiento, se tendrán por no puestas las cláusulas que establezcan la facultad de
resolución o la extinción del contrato por la sola causa de la declaración de concurso
de cualquiera de las partes (art. 156 TRLC).
Ahora bien, ello no afectará (a) al ejercicio de la facultad de denuncia unilateral del
contrato en los casos en que así se reconozca expresamente por la ley; ni (b) a la
aplicación de las leyes que dispongan o expresamente permitan pactar la extinción del
contrato en los casos de situaciones concursales (art. 159 TRLC).
46.- ¿Cuáles son los efectos del concurso sobre los contratos con
obligaciones recíprocas? ¿Qué consideración tendrán sus créditos? ¿Cuál
es el régimen aplicable a su resolución en sede concursal?
La declaración del concurso tampoco afectará, por sí sola, a la vigencia de los contratos
con obligaciones recíprocas pendientes de cumplimiento tanto a cargo del concursado
como de la otra parte. Nos encontramos con dos escenarios:
Eso sí, para conjugar esta previsión con los intereses del arrendador y no causarle un
quebranto económico, en todos estos supuestos se estipula que deberán satisfacerse o
consignarse las cantidades debidas al momento de la rehabilitación, asumiéndose los
pagos futuros con cargo a la masa.
50.- ¿Se prevé alguna especialidad para los contratos celebrados con
las Administraciones Públicas?
El Texto Refundido de la Ley Concursal se remite a la legislación especial para
determinar cuáles serán los efectos de la declaración del concurso sobre los contratos
de carácter administrativo celebrados por el deudor con las Administraciones Públicas
(art 190 TRLC). En el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, se establecen los
siguientes mandatos:
No obstante, los efectos de la declaración del concurso sobre los contratos de carácter
privado celebrados por el deudor con las Administraciones Públicas seguirán
rigiéndose por las disposiciones de la Ley Concursal en los términos que hemos
expuesto en las cuestiones anteriores (art. 191 TRLC).
− De un lado están las presunciones iuris et de iure, que se refieren a (a) los actos de
disposición a título gratuito, salvo las liberalidades de uso, y (b) los pagos de
obligaciones cuyo vencimiento fuese posterior, a menos que contasen con una
garantía real (art. 227 TRLC).
− Del otro se encuentran las presunciones iuris tantum, consistentes en (a) las
disposiciones a título oneroso realizadas a favor de alguna persona especialmente
relacionada con el concursado, (b) la constitución de garantías reales a favor de
obligaciones preexistentes y (c) los pagos anticipados de las obligaciones que
cuenten con una garantía real (art. 228 TRLC).
contra los que hayan sido parte en el acto impugnado, así como contra los terceros a
los que se les hubiera podido transmitir el bien (arts. 231 y ss. TRLC).
Si la acción pauliana prospera obligaría a la devolución de las cosas que fueron objeto
del contrato con sus frutos e intereses. Además, el adquirente de mala fe deberá
indemnizar a los acreedores por los daños y perjuicios que la enajenación les hubiese
ocasionado, siempre que por cualquier causa le fuera imposible devolverlas.
D) CONVENIO
a créditos con privilegio especial, que deberá atenerse a los modos de realización y
reglas establecidas al efecto en esta Ley (arts. 209 a 214 TRLC).
Asimismo, el artículo 323.2 del Texto Refundido establece que en esos casos, el
acreedor privilegiado sujeto al convenio deberá recibir el importe que resulte de la
realización del bien o derecho en cantidad que no exceda de la deuda originaria en los
términos que resulten de las previsiones del convenio y, si hubiera remanente,
corresponderá a la masa activa.
Finalmente, la norma (art. 323.3 TRLC) dispone que si con dicha realización, no se
consiguiese la completa satisfacción del crédito en los términos que resulten de las
previsiones del convenio, el resto será tratado con la clasificación que le corresponda.
admitiendo como contenido del convenio en la redacción dada por el Texto Refundido
de la Ley Concursal (art.317.3). Ahora bien, el Texto Refundido sigue sin establecer un
procedimiento específico para la adopción de las modificaciones estructurales en el
seno del concurso –ni en fase de convenio, ni en liquidación–. Por este motivo, para
poder llevar a cabo una modificación estructural resulta necesario integrar la Ley de
Modificaciones Estructurales de las Sociedades Mercantiles, la Ley de Sociedades de
Capital y el Texto Refundido de la Ley Concursal, lo que conlleva numerosos problemas
interpretativos que hacen que las modificaciones estructurales en el marco de un
concurso difícilmente se lleven a cabo.
En primer lugar, en cuanto a la facultad de elección, el artículo 326 del TRLCLC dispone
que deberá determinarse el plazo para el ejercicio de la facultad de elección, así como
la alternativa aplicable en caso de que no se ejercite la facultad de elección. Para que
sea admisible la propuesta de convenio con contenido alternativo, el plazo para el
ejercicio de la facultad de elección no podrá ser superior a un mes a contar desde la
fecha de la firmeza de la resolución judicial que apruebe el convenio (art. 326.2 TRLC).
Por otro lado, la norma (art. 327 TRLC) admite que las propuestas de convenio con
contenido alternativo puedan incluir como una de las alternativas la conversión de
créditos en acciones, participaciones o cuotas o en obligaciones convertibles de la
propia sociedad concursada o de otra sociedad, o la conversión de los créditos en
créditos participativos por período no superior a diez años, en créditos subordinados,
en créditos con intereses capitalizables o en cualquier otro instrumento financiero con
características, rango o vencimiento distintos de aquellos que tuvieran los créditos
originarios. La conversión de los créditos laborales exigirá el consentimiento individual
de los titulares de esos créditos (ex. art. 327.2).
En relación a los casos en los que la propuesta alternativa del convenio prevea la
conversión de créditos en acciones o participaciones, con o sin prima, el Texto
Refundido de la Ley Concursal (art. 328) expresamente establece que podrá realizarse
aunque los créditos a compensar no sean líquidos, no estén vencidos o no sean
exigibles. En estos casos para la adopción por la junta general de socios del acuerdo de
aumentar el capital social por conversión de créditos concursales en acciones o
participaciones de la sociedad concursada no será necesaria la mayoría reforzada
establecida por la ley o por los estatutos sociales (art. 328.2).
Por otro lado, también se prevé la posibilidad de que los acreedores privilegiados
queden vinculados por la propuesta de convenio, aunque no hayan votado a favor del
mismo, ni se hayan adherido a una propuesta de convenio, si la eficacia del convenio
se extiende a los créditos privilegiados siempre que se hayan obtenido las mayorías
requeridas para ello que variarán en función del contenido del convenio (ex art. 398 en
relación con el art. 397.2 TRLC).
En este sentido, el artículo 376.1 TRLC dispone que cuando la propuesta de convenio
consista en el pago íntegro de los créditos ordinarios en plazo no superior a tres años o
en el pago inmediato de los créditos ordinarios vencidos con quita inferior al veinte
por ciento, será necesario que el pasivo que representen los acreedores adheridos o
que hubieran votado a favor de dicha propuesta sea superior al pasivo de los
acreedores que hubieran manifestado su oposición a la misma o hubieran votado en
contra.
Finalmente, el artículo 376.4 TRLC aclara que, a los efectos de esta Ley, se considerará
pasivo ordinario la suma de los créditos ordinarios y de aquellos créditos privilegiados,
especiales o generales, que se hubieran adherido a la propuesta o votado a favor de
ella.
En cuanto al cómputo, el artículo 377 del Texto Refundido de la Ley Concursal dispone
que se computarán como votos favorables los de los acreedores ordinarios o
privilegiados firmantes de la propuesta y los de los adheridos que no asistiendo a la
junta hayan sido tenidos por presentes por aplicación de lo dispuesto en esta Ley.
Asimismo, si el concursado hubiera mantenido la propuesta anticipada de convenio, se
computarán como adhesiones o como votos favorables los de los acreedores
ordinarios o privilegiados, adheridos a esa propuesta anticipada, salvo que hubieran
revocado la adhesión o asistan, por si o por medio de representante, a la junta de
acreedores.
Por otro lado, el Texto Refundido de la Ley Concursal (art. 378) incorpora una regla
específica para aquellos casos en que se considere que la propuesta de convenio
atribuye un trato singular a ciertos créditos o grupos de créditos determinados por sus
características, según la cual, será necesario, además de las mayorías que
correspondan -señaladas con anterioridad-, la adhesión o el voto favorable, en la
misma proporción del pasivo no afectado por el trato singular. Aclarando que no se
considerará que existe trato singular cuando la propuesta de convenio mantenga a
Por otro lado, sin perjuicio de lo indicado con anterioridad, también se regula (art.
397.2 TRLC) la posibilidad de que los acreedores privilegiados queden vinculados al
convenio, cuando, dentro de la misma clase a la que pertenezcan, se hubieran
obtenido las siguientes mayorías:
tres años o en el pago inmediato de los créditos vencidos con quita inferior al
veinte por ciento; o cuando contenga quitas iguales o inferiores a la mitad del
importe del crédito; esperas, ya sean de principal, de intereses o de cualquier
otra cantidad adeudada, con un plazo no superior a cinco años; o, en el caso de
acreedores distintos de los públicos o los laborales, la conversión de los
créditos en créditos participativos durante el mismo plazo.
E) LIQUIDACIÓN
Sobre la realización de los bienes y derechos del concursado para el pago de sus
acreedores, la Ley Concursal, tanto en la Exposición de Motivos, párrafo VI, como en
los artículos 148 y 149, manifestaba su interés por la conservación de la empresa
concursada o de sus unidades productivas e indicaba que, siempre que fuera posible,
se debería optar por la enajenación unitaria de la empresa, salvo que resultase más
favorable para los intereses del concurso la realización individual de cada uno de sus
activos.
El orden de prelación legal se establece en los artículos 429 a 435 del Texto Refundido
de la Ley Concursal. Sin embargo, antes de entrar a analizar el orden de prelación de
pago de los créditos concursales, resulta necesario destacar que el pago de los créditos
contra la masa (créditos no concursales) y de los créditos con privilegio especial
presenta especialidades respecto al pago de los restantes créditos (créditos dotados de
privilegio general, créditos ordinarios y créditos subordinados).
Respecto a los créditos contra la masa, el Texto Refundido (art. 429) prevé que antes
de proceder al pago de los créditos concursales, es decir, créditos privilegiados,
ordinarios y subordinados, habrá que deducir de la masa activa los bienes y derechos
necesarios para pagar los créditos contra la masa. Estas deducciones se deberán hacer
con cargo a bienes o derechos no afectos al pago de los créditos con privilegio
especial.
Por su parte, en relación a los créditos con privilegio especial, regulados en el artículo
270 del TRLC, el Texto Refundido de la Ley Concursal (art. 430) dispone que la
satisfacción de los mismos se hará con cargo a los bienes y derechos afectos a dicho
privilegio, ya sea mediante ejecución separada o colectiva. Sin embargo, el Texto
Refundido, en ciertos casos, admite la posibilidad de atender el pago de los créditos
con privilegio especial con cargo a la masa, sin la realización de los bienes y derechos
afectos cuando concurran una serie de circunstancias recogidas por la norma (art.
430.2LC). Fuera de esos casos, el importe obtenido por la realización de los bienes o
derechos afectos al pago de créditos con privilegio especial se destinará al pago del
acreedor privilegiado en cantidad que no exceda de la deuda originaria. El resto, si lo
hubiere, corresponderá a la masa activa. Si no se consiguiese la completa satisfacción
del crédito, la parte no satisfecha será tratada en el concurso con la clasificación que le
corresponda (art. 430.3 LC).
Una vez deducidos de la masa activa los bienes y derechos necesarios para pagar los
créditos contra la masa y satisfechos los créditos con privilegio especial, se pagarán los
créditos con privilegio general (art. 432 TRLC), a continuación los créditos ordinarios
(art. 433 TRLC) y una vez satisfechos íntegramente los créditos ordinarios, se
procederá a pagar los créditos subordinados (art. 435 TRLC).
Los créditos con privilegio general deberán pagarse de acuerdo con el orden
establecido en el artículo 280 TRLC de la Ley Concursal. En caso de que no hubiese
dinero suficiente para pagar todos los créditos pertenecientes a una misma categoría
dentro de los dotados de privilegio general se pagarán a prorrata dentro de cada
número (ex. art. 432 TRLC).
El pago de los créditos ordinarios se efectuará una vez hayan sido satisfechos los
créditos contra la masa y los privilegiados. Y serán satisfechos a prorrata con los
dotados de privilegio especial en la parte no cubierta por la garantía, salvo que
tuvieran la consideración de subordinados (art. 433.2 TRLC). Asimismo, el Texto
Refundido prevé que la administración concursal atenderá el pago de estos créditos en
función de la liquidez de la masa activa y podrá disponer de entregas de cuotas cuyo
importe no sea inferior al 5% del nominal de cada crédito (art. 433.3 TRLC).
Finalmente, los créditos subordinados se pagarán una vez hayan sido satisfechos
íntegramente los créditos ordinarios y de acuerdo con el orden establecido en el
artículo 281 del Texto Refundido de la Ley Concursal, y si no hubiera dinero suficiente
para pagar a todos los acreedores dentro de cada categoría, se hará a prorrata dentro
de cada número (art. 435 TRLC).
En definitiva, según el orden de prelación establecido por la norma (arts. 429 a 435
TRLC), deducidos de la masa activa los bienes y derechos necesarios para satisfacer los
créditos contra la masa y satisfechos los créditos con privilegio especial, en principio,
deberán pagarse los créditos con privilegio general, en segundo lugar, los créditos
ordinarios y, por último, los subordinados, salvo que el juez autorice el pago anticipado
de créditos ordinarios, de acuerdo con lo dispuesto en la norma (art. 434 TRLC).
Por último, indicar que si el pago de un crédito se realiza antes del vencimiento que
tuviere a la fecha de la apertura de la liquidación, se hará con el descuento
correspondiente, calculado al tipo de interés legal (art. 436 TRLC).
Efectos generales:
En caso de que el concursado fuera persona jurídica, la resolución judicial que abra la
fase de liquidación contendrá la declaración de disolución si no estuviese acordada y,
en todo caso, el cese de los administradores o liquidadores, que serán sustituidos a
todos los efectos por la administración concursal, sin perjuicio de continuar aquellos
en representación de la concursada en el procedimiento concursal y en los incidentes
en los que sea parte (art. 413.3 TRLC).
F) CALIFICACIÓN
1.º Cuando el deudor se hubiera alzado con la totalidad o parte de sus bienes
en perjuicio de sus acreedores o hubiera realizado cualquier acto que retrase,
dificulte o impida la eficacia de un embargo en cualquier clase de ejecución
iniciada o de previsible iniciación.
B. Presunciones iuris tantum (art. 444 TRLC). Son comportamientos que admiten
prueba en contrario (si el deudor, sus representantes legales, administradores o
liquidadores han hecho alguna de estas cosas, en principio, se calificará el
concurso como culpable; pero se puede intentar demostrar que no se ha generado
o agravado la situación de insolvencia por hacerse cualquiera de estas cosas):
Se considera que existe déficit cuando el valor de los bienes y derechos de la masa
activa según el inventario de la administración concursal sea inferior a la suma de los
importes de los créditos reconocidos en la lista de acreedores.
G) CONCLUSIÓN Y REAPERTURA
5.- La insuficiencia de la masa activa para satisfacer los créditos contra la masa,
en cualquier estado del procedimiento.
Para la obtención del beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho será preciso
que en el concurso de acreedores se hubieran satisfecho en su integridad los créditos
contra la masa y los créditos concursales privilegiados y, si reuniera los requisitos para
poder hacerlo, que el deudor hubiera celebrado o, al menos, intentado celebrar un
acuerdo extrajudicial de pagos con los acreedores.
2.º Que el deudor no haya sido condenado en sentencia firme por delitos
contra el patrimonio, contra el orden socioeconómico, de falsedad documental,
contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social o contra los derechos de los
trabajadores en los diez años anteriores a la declaración de concurso.
Con todo, cualquier acreedor concursal estará legitimado para solicitar del juez del
concurso la revocación de la concesión del beneficio de exoneración del pasivo
insatisfecho si, durante los cinco años siguientes a su concesión, se constatase que el
deudor ha ocultado la existencia de bienes o derechos o de ingresos, salvo que fueran
inembargables según la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
Por un lado, la reapertura del concurso del deudor persona jurídica por liquidación o
por insuficiencia de la masa activa podrá tener lugar cuando, después de la conclusión,
aparezcan nuevos bienes. En el año siguiente a la fecha de la conclusión, cualquiera de
los acreedores insatisfechos podrá solicitar la reapertura del concurso. En la solicitud
de reapertura deberán expresarse las concretas acciones de reintegración que deban
ejercitarse o, en su caso, exponerse aquellos hechos relevantes que pudieran conducir
a la calificación de concurso como culpable.
Por otro lado, la reapertura del concurso del deudor persona natural solo podrá tener
lugar dentro de los cinco años siguientes a la conclusión por liquidación o insuficiencia
de la masa activa, ya que, la declaración de concurso de deudor persona natural
después de los cinco años siguientes a la conclusión de otro por liquidación o
insuficiencia de la masa activa tendrá la consideración de nuevo concurso.
H) DERECHO PRECONCURSAL
Al igual que ocurría con los Acuerdos de Refinanciación homologados, la eficacia del
Acuerdo Extrajudicial de Pago puede extenderse a los acreedores que no lo hayan
suscrito siempre que se cumplan los requisitos establecidos al respecto que
dependerán de si dicha extensión se pretende respecto acreedores sin garantía real o
por la parte que exceda de la garantía (art. 683.1 TRLC) o respecto a acreedores con
garantía real (art. 684 TRLC). En ningún caso, los créditos públicos, gocen o no de
garantía, podrán verse afectados por el acuerdo extrajudicial de pagos (art. 683.2
TRLC).
A) INTRODUCCIÓN
1.- ¿Por qué el Estado debe proteger la libre competencia en el
mercado?
Hay dos categorías de razones por las que el Estado debe salvaguardar la competencia.
B) DEFENSA DE LA COMPETENCIA
C) COMPETENCIA DESLEAL
10.- ¿Qué se pretende con la regulación de la competencia desleal? ¿En
qué norma aparece?
Aunque la competencia en el mercado es un bien deseable, ésta no puede
desarrollarse a cualquier precio. Los empresarios, siempre y en todo caso, deben
respetar ciertos estándares de conducta a la hora de tratar con sus competidores.
13. Venta a pérdida: la venta realizada bajo coste, o bajo precio de adquisición, se
reputará desleal en los siguientes casos: (a) cuando sea susceptible de inducir a
error a los consumidores acerca del nivel de precios de otros productos o
servicios del mismo establecimiento; (b) Cuando tenga por efecto desacreditar
la imagen de un producto o de un establecimiento ajenos; y (c) Cuando forme
parte de una estrategia encaminada a eliminar a un competidor o grupo de
competidores del mercado.
A) PROPIEDAD INTELECTUAL
1.- ¿Qué es la propiedad intelectual? ¿Dónde se regula?
La propiedad intelectual se define como aquel conjunto de derechos y prerrogativas
que le corresponden a los autores y a otras personas que reconoce la Ley (los artistas
intérpretes o ejecutantes, los productores de fonogramas o grabaciones audiovisuales
y las entidades de radiodifusión) en relación con las obras que han creado o con las
que han participado.
Por el mero hecho de haber creado una obra, el ordenamiento jurídico concede a los
autores dos clases de prerrogativas:
El plazo general de protección abarca toda la vida del autor y setenta años después de
su muerte. Tras ello, la obra entra en el dominio público y cualquiera puede utilizarlo
de manera gratuita.
B) PROPIEDAD INDUSTRIAL
4.- ¿Qué es la propiedad industrial? ¿Dónde se regula?
Dentro de la propiedad industrial, el Derecho protege tipologías de bienes muy
distintas. Para empezar, nos encontramos dos grandes clasificaciones:
5.- ¿Qué es una marca? ¿Qué puede utilizarse como tal? ¿Cuál es su
finalidad económica?
Una marca se define como todo signo susceptible de representación gráfica que sirva
para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa. Puede
utilizarse como marca palabras o combinaciones de palabras, imágenes, figuras,
símbolos y dibujos, cifras, signos sonoros o, en definitiva, cualquier combinación de lo
anterior.
Una vez obtenido, sus titulares tienen derecho exclusivo a utilizarla en el tráfico
económico (ya sea mediante su explotación directa o negociando con ella). Eso sí,
tiene la obligación de utilizarla.
7.- ¿Qué es una invención? ¿Cuáles son los requisitos para que sea
patentable?
Una invención consiste en un acto del intelecto humano que tiene por objeto la
creación de una utilidad industrial.
Para ser patentable, toda invención debe reunir tres requisitos: (1) aplicabilidad
industrial –el objeto debe poder ser fabricado–; (2) Novedad –no debía ser accesible al
público cuando se presentó– y, además, (3) debe comportar una actividad creativa –o
lo que es lo mismo, no debe resultar del estado de la técnica de manera evidente para
un experto en la materia.
La Ley considera que no son invenciones: (1) los descubrimientos, teorías científicas y
métodos matemáticos; (2) los derechos que ya se hallen protegidos por la propiedad
intelectual; (3) los planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades
intelectuales, juegos, actividades económico-comerciales y programas de ordenador; y
(3) formas en que se presente la información. Asimismo, también se veta la patente a
aquellas invenciones contrarias al orden público y a las buenas costumbres.
1.- Si únicamente quieren responder por los 1.200€ invertidos por cada uno de ellos,
¿qué tipo social les recomendaría? ¿Cuál sería su denominación? El capital social inicial
de 3.600€, ¿deberá estar íntegramente suscrito y desembolsado al momento de
otorgarse la escritura de constitución de la sociedad? A propósito de este documento,
¿de qué modo deberá otorgarse y cuál es su contenido mínimo? ¿Y bastará con su
otorgamiento para concluir el proceso de formación de la sociedad?
3.- ¿Es posible que los tres socios sean, al mismo tiempo, administradores de la
sociedad? Y siendo los tres administradores, ¿qué posibilidades habría de organizar la
administración?
4.- D. Enrique, además de socio y administrador de la sociedad que aquí nos ocupa,
también es el administrador único de «PC para todos, S.A.», que se dedica a la
compraventa de equipos informáticos. Tras la puesta en marcha de la sociedad, esta
circunstancia se pone al descubierto. ¿Qué consecuencias jurídicas se dimanarían de
este hecho?
El administrador único es D. Juan que ha llevado desde hace años doble contabilidad.
1.- ¿Procede declarar el concurso de «Ariadna, S.A.»? ¿Por qué? ¿Se cumplen los
presupuestos subjetivo y objetivo del concurso? ¿Hasta qué fecha límite el deudor
deberá solicitar la declaración de concurso?
3.- Atendiendo a los artículos 89 y ss. de la Ley Concursal, califique los créditos
concursales previamente indicados.
LEGISLACIÓN
− Real Decreto de 22 de agosto de 1885 por el que se publica el Código de
Comercio.
− Ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal.
− Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, regularizando, aclarando y
armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia.
− Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas.
− Ley 20/2003, de 7 de julio, de Protección Jurídica del Diseño Industrial.
− Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia.
− Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades
mercantiles.
− Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de Sociedades de Capital.
− Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas.
− Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes.
− Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley Concursal.
MANUALES
− MENÉNDEZ, A. y ROJO, A. (dirs). Lecciones de Derecho mercantil (vols. I y II). Cizur
Menor: Aranzadi (última ed.).
− ORDUÑA, F. J. y CAMPUZANO, B. (dirs.). Curso de Derecho privado. Valencia: Tirant
lo Blanch (última ed.).
− SÁNCHEZ CALERO, F. y SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, J. Instituciones de Derecho
mercantil (vols. I y II). Cizur Menor: Aranzadi (última ed.).
− SÁNCHEZ CALERO, F. y SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, J. Principios de Derecho mercantil
(vols. I y II). Cizur Menor: Aranzadi (última ed.).
RECURSOS ELECTRÓNICOS
WEBS OFICIALES:
− Congreso de los Diputados:
http://www.congreso.es/
− Senado:
http://www.senado.es/
LEGISLACIÓN Y JURISPRUDENCIA:
− Boletín Oficial del Estado:
https://www.boe.es/
− Buscador de jurisprudencia del Consejo General del Poder Judicial:
http://www.poderjudicial.es/search/indexAN.jsp
− Buscador de jurisprudencia del Tribunal Constitucional:
https://hj.tribunalconstitucional.es/
− Buscador de jurisprudencia de Aranzadi:
http://www.aranzadidigital.es/maf/app/authentication/signon?legacy
El 1% del capital social que haya adquirido la condición de socio antes de la adopción
del acuerdo, puede impugnar los acuerdos sociales de la junta general (art. 206 LSC).
El 1% del capital social puede impugnar los acuerdos del consejo de administración o
de cualquier otro órgano colegiado de administración en el plazo de treinta días desde
que tuviere conocimiento de los mismos y siempre que no hubiere transcurrido un año
desde su adopción (art. 251 LSC).
El 5% del capital social puede solicitar a los administradores que convoquen la junta
general, indicando los asuntos a tratar (art. 168 LSC).
El socio o socios que posean individual o conjuntamente una participación que les
permita solicitar la convocatoria de la junta general, podrán entablar la acción de
responsabilidad en defensa del interés social cuando los administradores no
convocasen la junta general solicitada a tal fin, cuando la sociedad no la entablare
dentro del plazo de un mes, contado desde la fecha de adopción del correspondiente
acuerdo, o bien cuando este hubiere sido contrario a la exigencia de responsabilidad
(art. 239 LSC).
1
El porcentaje mínimo del 5% será del 3% en las sociedades cotizadas (art. 495.2 a LSC).
El 5% del capital social puede solicitar, en las sociedades que no estén obligadas a
someter las cuentas anuales a verificación por el auditor, del registrador mercantil del
domicilio social que, con cargo a la sociedad, nombre un auditor de cuentas para que
efectúe la revisión de las cuentas anuales de un determinado ejercicio, siempre que no
hubieran transcurrido tres meses a contar desde la fecha de cierre de dicho ejercicio
(art. 265 LSC).
El 20% del capital social en la sociedad anónima puede solicitar al juez de lo mercantil
que, si existe justa causa, separe a los liquidadores (art. 380 LSC).
El 20% del capital social en el caso de liquidación de sociedad anónima puede solicitar
del juez de lo mercantil del domicilio social la designación de un interventor que
fiscalice las operaciones de liquidación (art. 381 LSC).
El socio puede obtener información sobre los asuntos comprendidos en el orden del
día de la junta general que los administradores están obligados a proporcionar, salvo
que la publicidad perjudique el interés social. Este veto se puede levantar si lo solicita
el 25% del capital social (arts. 196 y 197 LSC).