Finalidad Del Proceso Penal

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UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO


ESCUELA DE POSTGRADO
FACULTAD DE DERECHO

MAESTRÍA EN DERECHO PENAL

Y PROCESAL PENAL

FINALIDAD DEL PROCESO PENAL: TEORÍAS

AUTORA:

ENCINAS CHÁVEZ, Maricielo Xiomara

CURSO:

Medidas Coercitivas

ASESOR:

Edhin Campos Barranzuela

NUEVO CHIMBOTE-PERÚ

2023
I. INTRODUCCIÓN

La finalidad del proceso penal constituye un elemento central en el sistema de

justicia, en virtud de su papel fundamental en la protección de los derechos fundamentales de

las personas y en la búsqueda de la verdad y la justicia en cada caso particular. El proceso

penal, como mecanismo jurídico, se erige como una piedra angular para la consecución de

diversos objetivos de vital importancia en la sociedad.

En primer lugar, la finalidad del proceso penal reside en la salvaguarda y protección

de la sociedad, mediante la aplicación de las normas y principios del derecho penal, se busca

prevenir la comisión de delitos y garantizar la seguridad de los individuos. En este contexto,

el proceso penal cumple un rol clave al permitir la investigación, persecución y sanción de los

actos delictivos, contribuyendo a la prevención general y a la disuasión de conductas

criminales.

Además, la finalidad del proceso penal comprende la reparación del daño causado a

las víctimas. El sistema penal busca no solo sancionar al responsable del delito, sino también

brindar mecanismos que permitan la reparación del perjuicio sufrido por las víctimas. A

través del proceso penal, se busca asegurar que los agraviados obtengan una reparación

adecuada, tanto material como moral, con el fin de restablecer en la medida de lo posible su

situación anterior al delito.

Otro objetivo trascendental es la rehabilitación de los infractores. El proceso penal,

en su dimensión reeducativa y resocializadora, busca proporcionar las herramientas

necesarias para la reinserción social de los delincuentes. A través de programas de

tratamiento, educación y capacitación, se pretende ofrecer oportunidades de cambio y

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superación personal que favorezcan la reintegración de los infractores en la sociedad de

manera positiva y libre de conductas delictivas.

Finalmente, el proceso penal tiene como finalidad garantizar el derecho a un juicio

justo y equitativo para todas las partes involucradas. En este sentido, se busca asegurar que

los procesados gocen de las garantías procesales necesarias para ejercer su defensa, como el

derecho a ser oído, a contar con asistencia letrada, a la presunción de inocencia y a un juicio

imparcial. La finalidad de un proceso penal justo es esencial para asegurar la legitimidad del

sistema de justicia y la confianza de la sociedad en él.

En esta monografía, se analizará cada una de las finalidades del proceso penal,

examinando sus teorías, su fundamentación jurídica y su relevancia en la protección de los

derechos y valores fundamentales en una sociedad democrática y regida por el Estado de

Derecho.

II. FINALIDAD DEL PROCESO PENAL

1. EL PROCESO

El proceso judicial se puede entender como el conjunto de actividades y

procedimientos que se cumplen para solucionar un conflicto y alcanzar una decisión que

tenga fuerza de ley, incluye la recopilación de los hechos, la interposición de demandas,

presentación de pruebas, citaciones y requerimientos, el debate en la Corte y la conclusión

con una sentencia que determine el resultado del juicio. El proceso es un camino de justicia

por el cual el derecho tendrá la última palabra en el asunto en discusión.

En palabras de White (2008) el proceso es, el conjunto de actos sucesivos

encaminados al dictado de una sentencia. Es el conjunto de actos dirigidos a un fin, a saber, la

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solución del conflicto, o la decisión de la pretensión mediante la imposición de la regla

jurídica.

Asimismo, Véscovi (1984) señala que , el proceso es el medio adecuado que tiene el

Estado para resolver el conflicto reglado por el Derecho Procesal, que establece el orden de

los actos que se deben seguir para una correcta realización del ejercicio del poder

jurisdiccional, puesto en marcha en virtud del poder de acción ejercitado por una de las

partes.

Por lo tanto, el proceso es una consecución de procedimientos previsto por la ley con

el fin de lograr una solución al conflicto existente entre dos o más partes por medio del

dictado de una sentencia, el mismo que está compuesto por diversos actos legales ejecutados

por el Estado en el marco del poder jurisdiccional para el ejercicio del poder de acción por

parte de una de las partes, siendo un mecanismo diseñado para ajustar los intereses

restringidos y alcanzar una solución justa mediante un procedimiento legal partiendo de un

equilibrio de derechos entre todas las partes involucradas.

2. EL PROCESO PENAL

Antes de hablar propiamente del proceso penal, es importante definir que

entendemos por proceso, para Monroy (1996) señala al proceso como el conjunto dialéctico

de actos, ejecutados con sujeción a determinadas reglas más o menos rígidas, realizados

durante el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado, por distintos sujetos que se

relacionan entre sí con intereses idénticos, diferentes o contradictorios, pero vinculados

intrínsecamente por fines privados y públicos.

El proceso penal se enmarca dentro de un contexto más amplio que es el sistema de

justicia penal y tiene como finalidad garantizar el respeto de los derechos fundamentales de

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todas las partes implicadas, proteger a la sociedad de las conductas delictivas y buscar la

verdad y la justicia en cada caso particular.

En cuanto al proceso penal propiamente dicho, Jiménez (1989) en su obra "Tratado

de derecho penal", proporciona una definición precisa del proceso penal al describirlo como

el conjunto de actos y diligencias mediante los cuales se inquiere, persigue, juzga y ejecuta

una sanción contra la persona que ha cometido un delito. Esta definición abarca las diferentes

etapas del proceso, desde la investigación inicial hasta la imposición de una pena o sanción

correspondiente.

Por otro lado, Cobo (2002) resaltan que el proceso penal se configura como un

instrumento jurídico indispensable para la determinación de las responsabilidades derivadas

de un delito. El proceso penal, en su naturaleza legal y reglamentada, proporciona los

mecanismos necesarios para establecer la culpabilidad o inocencia del acusado, garantizando

así la aplicación justa y equitativa de la ley.

Estas perspectivas subrayan la importancia del proceso penal como un marco

normativo y procedimental que permite la investigación, persecución y juzgamiento de los

delitos. El proceso penal es el vehículo mediante el cual se busca alcanzar la justicia, asegurar

los derechos de las partes involucradas y determinar la responsabilidad penal de los

infractores.

Es fundamental reconocer que el proceso penal es un componente esencial del

sistema de justicia, diseñado para salvaguardar la legalidad y los principios fundamentales del

derecho penal. A través de sus diferentes etapas y procedimientos, el proceso penal

contribuye a la protección de los derechos de las personas y a la búsqueda de la verdad en

cada caso particular.

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3. FINALIDAD DEL PROCESO PENAL

El surgimiento del proceso penal se fundamenta en la necesidad del Estado de

ejercer su poder coercitivo en lugar de las partes involucradas. El Estado no solo cuenta con

el poder de la jurisdicción, sino que también debe establecer un método o procedimiento que

permita resolver las situaciones jurídicas planteadas ante él mediante acciones y pretensiones,

para que así se pueda llegar a una norma particular que resuelva el caso (Monroy, 1996).

En este contexto, Echandia (2002) identifica dos concepciones que definen la

finalidad del proceso: la concepción objetiva y la concepción subjetiva. Desde la perspectiva

objetiva, el fin del proceso consiste en la aplicación del derecho objetivo al caso concreto.

Esto implica que el proceso tiene como propósito principal la correcta interpretación y

aplicación de las normas jurídicas al caso específico, buscando así la realización de la justicia

desde una perspectiva legal y sustantiva.

Por otro lado, desde la concepción subjetiva, la finalidad del proceso se enfoca en la

protección de los derechos subjetivos, así como de la libertad y la dignidad humanas. En este

sentido, el proceso penal se concibe como un instrumento para garantizar el respeto y la tutela

de los derechos fundamentales de las personas involucradas en el proceso. Esto implica que

el proceso debe ser un mecanismo que asegure el debido proceso, la igualdad de las partes, la

presunción de inocencia y el respeto a la dignidad humana.

Estas dos concepciones complementarias reflejan la importancia de la aplicación

correcta y justa del derecho objetivo, así como la protección de los derechos subjetivos de las

personas en el proceso penal. Ambas perspectivas buscan alcanzar la justicia en el caso

concreto, asegurando la imparcialidad, la equidad y el respeto a los derechos fundamentales

de todas las partes involucradas.

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Ahora bien, respecto a la finalidad especifica del proceso penal, Muñoz (2016}

señala que finalidad del proceso penal es preservar la seguridad jurídica y proteger los

derechos fundamentales de las personas, tanto de la víctima como del acusado. Por ello, el

proceso penal debe garantizar la igualdad de las partes, el debido proceso y la tutela judicial

efectiva.

De acuerdo con la definición analizada, se puede afirmar que el proceso penal es una

herramienta fundamental para garantizar el respeto a los derechos fundamentales, tanto de las

víctimas como de los acusados, y la protección de la sociedad frente a las conductas

delictivas.

Es por ello, que es importante resaltar que la finalidad del proceso penal no solo se

enfoca en la sanción de los delitos, sino también en la búsqueda de la verdad y la justicia, lo

que implica la realización de una investigación exhaustiva y objetiva que permita llegar a la

verdad real de los hechos.

La regulación del proceso penal por parte de la ley es indispensable para garantizar

la protección de los derechos y libertades fundamentales y asegurar la debida diligencia en la

investigación y juzgamiento de los delitos.

En definitiva, es necesario que el proceso penal cumpla con una finalidad garantista

y orientada a proteger los derechos fundamentales de todas las partes, cumplir con el respeto

a la ley y preservar la paz social, así como buscar siempre la verdad y la justicia en cada caso

particular.

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4. TEORÍAS DEL PROCESO PENAL

La teoría del proceso penal es una de las áreas más importantes y debatidas dentro

del derecho penal. Esta teoría está íntimamente relacionada con la finalidad del proceso penal

y los objetivos que se persiguen con el mismo. A lo largo de la historia, se han desarrollado

diversas teorías con respecto a los objetivos perseguidos a través del proceso penal. Algunas

sostienen que el proceso penal tiene como finalidad principal la retribución del delincuente,

mientras que otras hacen énfasis en la prevención general o especial de futuros delitos.

Además, existen teorías que enfatizan en la necesidad de garantizar los derechos

fundamentales de los acusados durante el proceso.

Es por ello, que las distintas teorías de la finalidad del proceso penal, sus principales

exponentes, así como sus implicaciones en el diseño y efectividad del sistema de justicia

penal.

4.1. TEORÍAS

1. Teoría de la retribución

La teoría de la retribución sostiene que la finalidad del castigo es la retribución justa

por el delito cometido, y que la pena debe ser proporcional al daño causado por el delito. Esta

teoría se fundamenta en la idea de que el delito es una ofensa contra la sociedad y que, por

tanto, la pena debe ser una respuesta proporcionada a esa ofensa.

Beccaria (1764), fue uno de los principales exponentes de esta teoría. Según

Beccaria, la pena debe ser justa y expuesta al delito, y no debe tener como finalidad la

venganza o el sufrimiento del delincuente. Además, Beccaria abogaba por la abolición de la

pena de muerte y por la humanización de las penas, con el fin de evitar excesos y

arbitrariedades en su aplicación.

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En resumen, la teoría de la retribución sostiene que la finalidad del castigo es la

retribución justa por el delito cometido, y que la pena debe ser proporcional al daño causado

por el delito, sin excesos ni arbitrariedades.

2. Teoría de la prevención general

La teoría de la prevención general sostiene que la finalidad de la pena es la

prevención de futuros delitos, a través de la disuasión y el ejemplo que se deriva del castigo

en casos específicos y concretos. Esta teoría se fundamenta en la idea de que la pena debe

tener un efecto preventivo sobre la sociedad en su conjunto, y no solo sobre el delincuente en

particular.

Uno de los principales exponentes de esta teoría, Claus Roxin (1997) en su obra

"Derecho Penal: Parte General” sostiene que la prevención general tiene como finalidad

evitar la comisión de delitos futuros, y jurídica se divide en dos tipos: la prevención general

positiva, que busca reforzar el sentimiento de respeto hacia el ordenamiento y la autoridad del

Estado, y la prevención general negativa, que busca disuadir a los posibles delincuentes a

través del ejemplo del castigo.

En resumen, la teoría de la prevención general sostiene que la finalidad de la pena es

la prevención de delitos futuros, a través de la disuasión y el ejemplo que se deriva del

castigo en casos específicos y concretos.

3. Teoría de la prevención especial

La teoría de la prevención especial sostiene que la finalidad de la pena es la

prevención de futuros delitos, a través de la resocialización del delincuente mediante la

educación, el trabajo y la terapia. Esta teoría se fundamenta en la idea de que la pena debe

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tener como finalidad la reinserción social del delincuente, para evitar que vuelva a cometer

delitos en el futuro.

Luigi Ferrajoli y Claus Roxin son algunos de los autores que han estudiado esta

teoría. Roxin (1997), sostiene que el fin de la pena es la prevención especial, y que la

resocialización del delincuente debe ser la finalidad principal de la pena. Según Roxin, la

educación, el trabajo y la terapia son herramientas fundamentales para lograr la reinserción

social del delincuente.

Por su parte, Ferrajoli (2017) sostiene que la prevención especial debe ser entendida

como una forma de protección del delincuente, y que la pena debe tener como finalidad la

protección de los derechos humanos del delincuente, así como la prevención de futuros

delitos.

En resumen, la teoría de la prevención especial sostiene que la finalidad de la pena

es la resocialización del delincuente, mediante la educación, el trabajo y la terapia, con el fin

de evitar que vuelva a cometer delitos en el futuro.

4. Teoría garantista

La teoría garantista es una corriente del pensamiento jurídico que destaca la

importancia de la protección de los derechos humanos en el sistema de justicia penal y la

lucha contra la impunidad y la corrupción. Esta teoría se fundamenta en la idea de que el

Estado debe garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, incluso en el ámbito

del derecho penal y la aplicación de la pena.

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Ferrán Muñoz (1998) en su obra "Introducción al derecho penal" destaca la

importancia de la teoría garantista en la protección de los derechos humanos en el sistema de

justicia penal. Según Muñoz, la teoría garantista se opone a la arbitrariedad y la violación de

los derechos humanos en el ámbito del derecho penal, y defiende la necesidad de garantizar el

debido proceso y la presunción de inocencia.

Es decir, la teoría garantista es una corriente del pensamiento jurídico que destaca la

importancia de la protección de los derechos humanos en el sistema de justicia penal y la

lucha contra la impunidad y la corrupción, esta línea, defiende la necesidad de garantizar el

debido proceso y la presunción de inocencia, incluso en el ámbito del derecho penal y la

aplicación de la pena.

III. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En el proceso penal, es fundamental que las autoridades y los operadores del sistema

de justicia penal trabajen con el objetivo de proteger y garantizar los derechos humanos de

los acusados y las víctimas, evitando cualquier tipo de abuso o exceso en el uso del poder

punitivo del Estado.

Por ello, la finalidad del proceso penal y las teorías que se han desarrollado en torno

a ella, son fundamentales para entender el papel que desempeña el derecho penal en la

sociedad. Como se ha visto, las teorías de la retribución, la prevención general, la prevención

especial y el garantismo, buscan responder a distintos objetivos en el proceso penal, y es

importante tener en cuenta cada una de ellas para poder diseñar un sistema de justicia penal

que sea justo y efectivo.

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Es necesario reconocer que no existe una única teoría que sea completamente

satisfactoria y que cada una tiene sus limitaciones.

En conclusión es importante trabajar en un enfoque integrador que busque

maximizar los objetivos perseguidos por el proceso penal, sin descuidar la protección de los

derechos fundamentales de los acusados.

En este sentido, es recomendable que las autoridades y los operadores del sistema de

justicia penal, se capaciten en las distintas teorías que se han desarrollado y busquen

integrarlas en su trabajo diario. Asimismo, es fundamental que se fomente la investigación y

el debate públicos en torno a estas teorías y su impacto en la efectividad y justicia del sistema

de justicia penal.

En resumen, el proceso penal y sus teorías deben ser comprendidos en su totalidad

para poder garantizar una adecuada protección de los derechos fundamentales de las personas

y una aplicación justa y efectiva del derecho penal.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Beccaria, C. (2001). De los delitos y las penas (1ª ed.). Editorial Grijalbo.

Cobo, M. (2002). Curso de derecho penal: Parte general. Marcial Pons.

Echandia, D. (2002) Teoría General del Derecho. 3º edición. Editorial Universidad

Jiménez, L. (1989). Tratado de derecho penal: Parte general, tomo I. Losada.

Monroy, J. (1996). Teoría General del Proceso. Tercera Edición. Lima: Grijley.

Muñoz, F. (1998). El garantismo penal: estudio de las bases teóricas del derecho penal.

Editorial Tirant lo Blanch.

Muñoz, F. (2016). Derecho Penal: Parte General. Tirant lo Blanch.

Roxin, C. (1997). Derecho penal: parte general (1ª ed.). Editorial Civitas.

Véscovi, E. (1984) Teoría general del proceso. Edit. Temis, Bogotá.

White, O. (2008) Teoría General del proceso: temas introductorias para auxiliares judiciales,

2° ed. Escuela Judicial, Costa Rica.

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