Resp Civil Delito

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VI.

RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE DELITO

368. RESPONSABILIDAD PENAL Y RESPONSABILIDAD CIVIL: LA


RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE DELITO.

Si la conducta que causa el daño es calificada de delito o falta conforme a la legislación penal,
además de la aplicación de las correspondientes penas (privativas de libertad o de derechos,
multas) y, en su caso, medidas de seguridad (internamiento para tratamiento médico u otras) dará
lugar también al nacimiento de la obligación de indemnizar. Lo que sucede es que, en Derecho
español, por las razones que a continuación explico, esa responsabilidad civil por los daños
causados con ocasión de un delito o falta está sometida a un régimen legal propio, distinto del
previsto en los arts. 1.902 y siguientes del Código civil.

Puesto que la codificación civil se retrasó, los sucesivos Códigos promulgados desde el CP. de
1822, han contenido reglas de responsabilidad civil. En 1889, el CC. respetó esta situación. De
una parte, al enumerar las fuentes de las obligaciones, el art. 1.089 CC. menciona «los actos y
omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia». A continuación,
el art. 1.092 CC. se remite a las disposiciones del Código penal para el régimen de «las
obligaciones civiles que nazcan de los delitos o faltas».

Esta dualidad de regímenes ha sido criticada por la doctrina civilista, que aspiraba a que la
promulgación de un nuevo Código penal unificara el régimen de la responsabilidad por daños.
Sin embargo, no ha ocurrido así, y los arts. 109 a 122 de al LO. 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal, es ocupan de la responsabilidad civil derivada de los delitos y faltas.

Como veremos a lo largo de la exposición de la materia correspondiente a la responsabilidad,


existen diferencias entre el régimen de la responsabilidad civil regulado en el Código penal y las
normas de responsabilidad del Código civil (por ejemplo, en cuanto al plazo de prescripción, o al
carácter directo o subsidiario de algunas responsabilidades). Sin embargo, las normas que
establecen el contenido de la llamada «responsabilidad civil por el delito» son de Derecho civil.
Su ubicación en el Código penal, explicable por razones históricas -fundamentalmente porque a
la codificación penal precedió a la civil- no debe inducir a confusión sobre su naturaleza o
contenido. Al igual que la responsabilidad civil derivada de acto no delictivo, la derivada de delito
es renunciable (art. 112 LECr.), y se puede transigir sobre la acción civil proveniente de un delito
(art. 1813 CC.).

En todo caso, el origen, fundamento y medida de la responsabilidad civil es el daño causado, y


nunca el delito o la falta. Esto explica:

1°) Que pueda haber responsabilidad civil sin previa condena penal (la sentencia penal absolutoria
en los casos de exención de la responsabilidad criminal no excluye la responsabilidad civil, arts.
20, 118 y 119 CP.; la sentencia penal absolutoria no excluye que, con posterioridad, un juez civil
considere que los mismos hechos constituyen un ilícito civil).

2°) Que, habiendo condena penal, no haya responsabilidad civil si no se acredita la producción
de un daño.

3º) Que puedan ser declarados responsables civiles sujetos distintos de los condenados
penalmente (aseguradores, art. 117 CP.; responsables civiles subsidiarios, arts. 120 y 121 CP.).
§369. EXIGENCIA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE DELITO

La ley permite al perjudicado por un delito optar por exigir la responsabilidad civil ante la
jurisdicción civil o ante la penal (art. 109.2 CP.).

A) Conocimiento por la jurisdicción penal. Conforme al art. 112 LECr.: «Ejercitada sólo la acción
penal, se entenderá utilizada también la civil, a no ser que el dañado o perjudicado la renunciase
o la reservase expresamente para ejercitarla después de terminado el juicio criminal, si a ello
hubiere lugar». Salvo que el titular expresamente renuncie a la acción o se reserve su ejercicio en
el proceso penal, el Ministerio Fiscal tiene el deber de ejercitar la acción civil junto a la penal (art.
108 LECr.).

El ejercicio de la acción civil en el proceso penal supone, como pone de relieve la doctrina procesalista,
una acumulación heterogénea de acciones que introdujo nuestro legislador por razón de conveniencia o de
economía procesal. De tal forma que su objeto lo constituye una pretensión civil, aunque se atribuya la
competencia derivada o adhesiva para conocer de la misma a un órgano del orden penal.

Se trata de un pronunciamiento que hace el juez penal dentro del proceso civil acumula- do que está previsto
en nuestro ordenamiento.

a) Si no ha habido renuncia o reserva expresa, la sentencia penal condenatoria, además de


sancionar el delito, declara la responsabilidad civil.

Si no ha existido reserva de acción de responsabilidad civil se produce el «efecto consuntivo» de las


acciones civiles. En palabras de la STS. 12 junio 1993: «La sentencia condenatoria que recaiga en dicho
juicio penal, en al que además de al pena correspondiente al delito o falta cometidos se condena también al
acusado y a los responsables civiles subsidiarios a la indemnización correspondiente, impide que pueda
volverse a promover un juicio civil posterior sobre los mismos hechos ("non bis in idem"), al haber quedado
ya agotada o consumida la acción civil correspondiente y producir, por tanto la referida sentencia penal
condenatoria la excepción de cosa juzgada en el posterior proceso civil, sin que por otro lado a los
Tribunales de la Jurisdicción civil les sea dable suplir las deficiencias, ni rectificar las omisiones que hayan
podido someterse en los procesos sometidos a los juzgadores de otra jurisdicción y orden, con facultades
que les son privativas (Ss. 5 abril 1975, 25 marzo 1976, 13 octubre 1977, 4 noviembre 1986, 9 febrero
1987, 18 octubre 1988, 1 octubre 1990, 7 febrero, 29 mayo y 4 noviembre 1991, entre otras muchas»). En
sentido parecido, STS. 13 mayo 2004.

La Sala 1a del TS ha sostenido que lo anterior no impide que «la sentencia civil pueda servir de
complemento a una penal para supuestos que en ella no se tuvieron ni se pudieron tener en cuenta - Ss. 27
enero 1981 y 13 mayo 1985- fundamentalmente ante al presencia de unos resultados de al conducta
delictiva, imprevisibles en el momento en que se dictó al sentencia penal, se admite la posibilidad de pedir
por vía civil, la indemnización de aquellos resultados no previstos -Ss. 25 marzo. 1976 y 1 diciembre 1979»
(STS. 9 febrero 1988; en sentido parecido, STS. 20 abril 1988).

La existencia de sentencia penal que contiene pronunciamientos de responsabilidad civil no impide, sin
embargo, el ejercicio de una acción civil contra terceros que «no aparecieron bajo ningún concepto en el
proceso penal y contra ellas no hubo por tanto petición ni con- siguientemente pronunciamiento de
responsabilidad civil subsidiaria».

Esta misma posibilidad es admitida en relación con las acciones civiles contra aseguradoras que no fueron
parte en el proceso penal (STS. 8 septiembre 1987). Hay cosa juzgada cuando la aseguradora, que fue
condenada en el proceso penal a indemnizar, ejercita en la vía civil una acción de «repetición» por entender
que el pago era indebido contra la persona que la cobró conforme a la sentencia penal (STS. 24 febrero
2001).

b) Conforme al art. 119 CP., y salvo renuncia o reserva expresa, debe fijar la responsabilidad civil
la sentencia penal que sea absolutoria por estimar la concurrencia de alguna de las causas de
exención de responsabilidad previstas en los números, 1°, 2°, 3°, 5° y 6° del art. 20 CP. (anomalía
o alteración psíquica, trastorno mental transitorio, intoxicación plena por consumo de drogas o
alcohol, estado de necesidad, miedo insuperable) o por apreciar error invencible que excluya la
responsabilidad criminal (art. 14 CP.)

c) Conforme al art. 13 del RDLeg. 8/2004, de 29 de octubre, que aprueba el texto refundido sobre
responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor (modificado por Ley de 1
de julio de 2007): «Cuando en un proceso penal, incoado por hecho cubierto por el seguro de
responsabilidad civil de suscripción obligatoria en al circulación de vehículos de motor, se declare
la rebeldía del acusado, o recayere sentencia absolutoria, u otra resolución que le ponga fin,
provisional o definitivamente, sin declaración de responsabilidad, si el perjudicado no hubiere
renunciado a la acción civil ni la hubiere reservado para ejercitarla separadamente, antes de
acordar el archivo de al causa, el Juez o Tribunal que hubiere conocido de al misma, dictará auto
en el que se determinará al cantidad líquida máxima que pue- de reclamarse como indemnización
de los daños y perjuicios sufridos por cada perjudicado, amparados por dicho seguro de
suscripción obligatoria y según la valoración que corresponda con arreglo al sistema de valoración
del anexo de esta ley. El auto referido se dictará a la vista de la oferta motivada o de la respuesta
motivada del asegurador o del Consorcio de Compensación de Seguros, y contendrá la
descripción del hecho, la indicación de las personas y vehículos que intervinieron y de los
aseguradores de cada uno de éstos.

B) Conocimiento por la jurisdicción civil

a) Si en el proceso penal el perjudicado expresamente se reserva la acción civil, puede ejercer


ante la jurisdicción civil la acción de reclamación de responsabilidad (arts. 1 y 112 LECr.). Si
recae sentencia condenatoria, el juez aplica las disposiciones del Código penal (art. 1.092 CC.).

b) El pronunciamiento civil del juez penal sólo puede producirse si hay condena, pero no si el
proceso termina con una sentencia absolutoria, con independencia de que el perjudicado se
reservara o no la acción civil. Ejercita- da la acción de responsabilidad civil ante la jurisdicción
civil, el juez aplica las disposiciones del Código civil.

c) La doctrina discute qué disposiciones debe aplicar el juez civil en los supuestos de
sobreseimiento (arts. 637 y 641 LECr.), o de suspensión del procedimiento por rebeldía del
procesado (art. 843 LECr.), o de archivo de la causa por demencia sobrevenida del mismo (art.
383 LECr.). En ninguno de estos casos hay sentencia penal condenatoria, por lo que parece
preferible aplicar las disposiciones del Código civil.

Lo mismo debe afirmarse en los supuestos de extinción de la responsabilidad criminal (entre otras
causas, por muerte del reo, por indulto, por prescripción del delito o falta, cfr. art. 130 CP.).
Conforme al art. 116.I LECr.: «La extinción de la acción penal no leva consigo al de la civil, a no
ser que la extinción pro- ceda de haberse declarado por sentencia firme que no existió el hecho de
que la civil hubiese podido nacer». Si la extinción se produce por la muerte del reo, la acción civil
subsiste «contra sus herederos y causahabientes» (art. 115 LECr.).

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