Prejudicialidad Penal.
Prejudicialidad Penal.
Prejudicialidad Penal.
La acumulación objetiva consiste en la unión material de dos o más procesos, que tienen
por objeto pretensiones ligadas, que no pueden sustanciarse en forma separada porque
se correría el riesgo de obtener pronunciamientos (sentencias) contradictorios.
El perjudicado puede optar por constituirse en querellante en la sede penal, y una vez
alcanzada la decisión sobre la cuestión criminal, efectuar el reclamo patrimonial ante el
mismo juez; o, por el contrario, solo puede iniciar el reclamo patrimonial en sede civil a
pesar de existir una causa criminal en proceso. En este último supuesto, habrá un juez
penal que resolverá la cuestión criminal y un juez civil que resolverá la cuestión
patrimonial. El ligamiento de las causas resulta evidente, pero de imposible
acumulación objetiva. ¿Cómo resuelve cada uno sin provocar sentencias contradictorias
cuando, en definitiva, la finalidad de cada uno es de diferente naturaleza? Piénsese en el
caso de que el juez penal resuelva que no hubo hecho, es decir, que no existió el
accidente, mientras que el juez civil le imponga la responsabilidad de los daños del
accidente al demandado. ¿Hubo o no hubo accidente?
Para evitar las sentencias contradictorias, el sistema establece dos institutos jurídico-
procesales, a saber:
la suspensión (o paralización o detención) del dictado de la sentencia civil,
debiendo suspenderse hasta que recaiga pronunciamiento en sede penal;
la autoridad y eficacia de la cosa juzgada (inmutabilidad) de la sentencia
penal en sede civil (subordinación de esta última a lo decidido en sede
penal).
Suspensión del dictado de la sentencia civil. Si la acción penal precede a la acción civil,
o es intentada durante su curso, el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en
el proceso civil hasta la conclusión del proceso penal, con excepción de los siguientes
casos:
a) si median causas de extinción de la acción penal;
b) si la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva
del derecho a ser indemnizado;
c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de
responsabilidad.
La primera excepción a la regla de la suspensión del proceso civil está prevista para las
causas de extinción de la acción penal. No se trata de una verdadera excepción, sino de
la culminación del proceso penal. En definitiva, como ya no se encuentra pendiente la
decisión penal, el proceso civil no se suspendería porque no habría una decisión penal
que esperar.
En el segundo inciso, la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una
frustración del derecho a ser indemnizado. Con ello, se consagra la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien consideró que resulta improcedente
suspender el dictado de la sentencia civil por la existencia de una causa penal en trámite
cuando la dilación de esta última ocasiona un agravio a la garantía constitucional del
derecho de defensa. Así, por ejemplo, cuando el proceso penal se paraliza por la
ausencia del imputado, o cuando se suspende el juicio a prueba, en los términos de los
artículos 76 bis, ter y quater del Código Penal (CP). Con esto se busca evitar un proceso
judicial interminable a la espera de otro que se encuentra paralizado indefinidamente.
El último inciso prevé aquellos supuestos en que, en sede civil, sea aplicable un factor
de atribución objetivo. Por regla, la decisión que se adopta en la sede penal se funda en
la falta de prueba de la culpa del imputado, presupuesto que, en los supuestos de
responsabilidad objetiva, es irrelevante. Es por ello que suspender el dictado de la
sentencia civil en estos litigios tiene como consecuencia que se retrasa innecesariamente
la acción resarcitoria, cuando el riesgo de que se dicten sentencias contradictorias es
mucho menor que en otros casos.
De todas maneras, para el supuesto excepcional en que la sentencia penal posterior sea
contradictoria con lo dicho en la decisión resarcitoria, el artículo 1780 del Código Civil
y Comercial de la Nación prevé una acción de revisión de esta última sentencia. Es
decir, aun en el peor escenario, la propia legislación aporta herramientas tendientes a
solucionar el conflicto que se hubiera generado.