Psicoanalisis en El Campo de La Salud
Psicoanalisis en El Campo de La Salud
Psicoanalisis en El Campo de La Salud
El cuerpo es un cuerpo erógeno, atravesado por la estructura previa del lenguaje. El cuerpo,
como todo lo que concierne al mundo humano, es una construcción que hace el sujeto desde su
nacimiento. El cuerpo biológico tiene sexo, el cuerpo para el psicoanálisis, tiene sexualidad. No
podemos hablar de un saber-natural, pues no hablamos de instinto, sino de pulsión. Este esquema
aleja al psicoanálisis de un mero discurso científico, debido básicamente a que en el psicoanálisis
el sujeto está inscrito en el universo simbólico del lenguaje.
Dentro del psicoanálisis se definirá al cuerpo desde los tres registros de la experiencia
psicoanalítica: lo real, lo simbólico y lo imaginario.
Desde el registro de lo Simbólico se plantea que cuando un ser viviente viene al mundo es
un organismo, pero no un cuerpo, pues el cuerpo se construye en la relación con un Otro simbólico;
antes de nacer este organismo se lo espera con un nombre, un sexo, esperanzas, sueños, ideales, es
decir ya circula en un discurso. En consecuencia, pierde esta condición de real y pasa a constituirse
en sujeto. Al mismo tiempo la madre que encarna al
Así desde el psicoanálisis el cuerpo tiene que ser escuchado desde estas tres dimensiones.
Por eso insiste en que desde distintas fuentes al ser humano lo amenaza el dolor y el
infortunio. En otros de sus textos “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica” planteó que se
trata de pasar de la miseria neurótica al infortunio cotidiano, modo de situar el sentido de la
intervención analítica. Así, nunca podríamos liberar al sujeto de todo su malestar, ya que hay un
resto irreductible, y el cual es constitutivo del ser humano. Resto que, a pesar de tener mala fama
en este momento, es lo que nos posibilita desear. Pues hay algo del ser humano que necesariamente
escapa a todo intento de normalización y estandarización.
Entender que algo queda fuera es lo que permite justamente delimitar el campo de la propia
práctica psicoanalítica, que no es otro que el campo del inconsciente.