La Décima Plaga - Religión - Secundaria
La Décima Plaga - Religión - Secundaria
La Décima Plaga - Religión - Secundaria
Moisés le prometió al faraón que no trataría de volver a verlo. Pero antes de irse, le dijo:
“A medianoche, el primogénito o hijo mayor de todas las familias de Egipto morirá,
tanto el hijo del faraón como los hijos de los esclavos”.
Jehová les dijo a los israelitas: “Preparen una comida especial. Maten un cordero o un
cabrito de un año de edad, y salpiquen el marco de la puerta con algo de la sangre. Asen
la carne y cómanla con pan sin levadura. Estén listos para irse, vestidos y con las
sandalias puestas. Esta noche los liberaré”. ¿Te imaginas qué contentos estarían los
israelitas?
A medianoche, el ángel de Jehová fue a todas las casas de Egipto. En las que no había
una señal de sangre en el marco de la puerta, el primogénito murió. Pero en las casas
que sí tenían la señal de sangre, el ángel no les hizo nada a los hijos. Todas las familias
de Egipto, ricas y pobres, perdieron un hijo. En cambio, ningún hijo de los israelitas
murió.
El primogénito del faraón también murió. El faraón ya no pudo soportarlo más y les dijo
a Moisés y a Aarón: “¡Váyanse de aquí! ¡Salgan y adoren a su Dios! ¡Llévense los
animales y váyanse!”.
Esa noche había luna llena. Los israelitas se marcharon de Egipto organizados por
familias y tribus. Había 600.000 hombres, además de un grupo grande de mujeres y
niños. Muchos que no eran israelitas también se fueron con ellos para adorar a
Jehová. ¡Los israelitas por fin eran libres!
Para recordar que Jehová los había salvado, tendrían que preparar la misma comida
especial todos los años. La llamaron Pascua.
“Te he dejado vivir por esta razón: para demostrar mi poder en tu caso y para que
se proclame mi nombre por toda la tierra” (Romanos 9:17).
“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”
Disciplina – Responsabilidad – Superación
Cuando el faraón oyó que los israelitas habían salido de Egipto, se arrepintió de haber
dejado que se fueran. Ordenó a sus soldados: “Preparen todos mis carros de guerra, y
vamos tras ellos. No debimos dejarlos libres”. Entonces, él y sus hombres empezaron a
perseguir a los israelitas.
Jehová estaba guiando a su pueblo con una nube durante el día y con un fuego por la
noche. Los llevó al mar Rojo y les dijo que acamparan allí.
Después, los israelitas vieron que el faraón y su ejército venían siguiéndolos. Los
israelitas estaban atrapados entre el mar y el ejército egipcio. Empezaron a gritar y a
decirle a Moisés: “¡Vamos a morir! ¿Para qué nos sacaste de Egipto?”. Pero Moisés les
respondió: “No tengan miedo. Esperen y vean cómo nos salva Jehová”. ¿Verdad que
Moisés confiaba mucho en Jehová?
Más tarde, Jehová dijo a los israelitas que levantaran el campamento. Esa noche, Jehová
movió la nube y la puso entre los egipcios y los israelitas. En el lado de los egipcios
había oscuridad, pero en el lado de los israelitas había luz.
Luego, Jehová dijo a Moisés que extendiera su mano sobre el mar. Entonces hizo que
soplara un viento fuerte toda la noche. El mar se dividió en dos, y en el medio se formó
un camino. Los millones de israelitas cruzaron por tierra seca entre las dos paredes de
agua hasta el otro lado.