4° Prueba Libro
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I.S.B.N.: ***
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INTRODUCCIÓN......................................................................................... 9
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BIBLIOGRAFÍA........................................................................................... 257
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1
Montoneros a partir del regreso a régimen democrático, aunque se niega a disolver sus estructuras
militares clandestinas, declara su resolución de no emprender acciones armadas contra el gobierno
peronista.
2
Gillespie (1987: 73, 85).
– 9 –
3
Gillespie (1987: 161)
4
Sigal y Veron (1986: 135-6)
– 10 –
5
En palabras de Cavarozzi (1983:44), se trataba de una verdadera “crisis de dominación social”.
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6
Bozza (1999:132)
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7
En Cristianismo y Revolución, N° 6, en Baschetti (1995: 101-102)
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8
De hecho, según el relato de Lanusse (2005) estas cuestiones generaban conflicto incluso al interior
de cada grupo.
– 16 –
1. La “Izquierda Peronista”
Si bien la denominación “izquierda peronista” ha sido discutida desde una
perspectiva teórica e ideológica9, desde el punto de vista de un análisis político e
histórico su pertinencia es innegable.
La misma se deriva de una coyuntura histórica muy específica, habitualmente
caracterizada a partir de las conocidas las imágenes del “empate hegemónico” (O´
Donnell, 1977 y Portantiero, 1977) o, en palabras de Halperín Donghi (1994),
de una crisis de larga duración originada en la “revolución social” peronista, que
habia reconfigurado muy sólidamente las relaciones político-sociales y “se negaba
a morir”.
La efectiva resistencia de la clase obrera a los proyectos de desarrollo econó-
mico que implicaban una redistribución de la riqueza que los perjudicaba, genera
una situación contradictoria dada la naturaleza conciliadora de su identidad políti-
ca peronista. Para Salas (1994:171) esto implicó
9
Ollier (2005) y Sigal y Verón (1986)
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Diferencias iniciales
Hay acuerdo en identificar el punto de partida de ese proceso de diferencia-
ción en el surgimiento de los sectores denominados “duros” o “combativos”, como
fruto de la exclusión del peronismo y de la aparición de sectores del movimiento
dispuestos a aceptarla.10
Siguiendo a Raimundo (s/f a), a partir de 1957 se dan los primeros conflictos
entre los grupos que persisten en el uso de tácticas de lucha absolutamente ilegales
(los Comandos de la resistencia), a los que incorporan formas legales de acción
a partir de la recuperación de las organizaciones sindicales11 y el surgimiento del
“neoperonismo”.12
La derrota de las huelgas de 1959 y la consolidación institucional de los sindi-
catos con la sanción de la Ley de Asociaciones Profesionales agudizan el conflicto,
que ahora opone a los partidarios de la integración y el diálogo con el régimen y
los defensores del mantenimiento de la intransigencia.
Entre 1963 y 1966, el fortalecimiento de los sectores partidarios de la inte-
gración y el diálogo conduce al intento de Vandor de “autonomizarse” de la con-
ducción política de Perón.13 En esta etapa las disputas al interior del movimiento
10
Este apartado se basa en numerosos aportes sobre el tema: James, 1976 y 1990; Gillespie, 1987 y
1989; Salas, 1990, 1994 y 2003; Bozza, 2001; Raimundo, s/f a y b.
11
El punto de partida de la recuperación de los sindicatos después del golpe habían sido las comisio-
nes internas y los cuerpos de delegados, que no podían ser destruidos a riesgo de desorganizar el
proceso productivo. En agosto del 57’ un grupo de sindicatos rompe el congreso que debía coronar
la normalización de la CGT, quedando la central divida en tres nucleamientos: las “62” organiza-
ciones peronistas, las “19”, que eran comunistas, y los “32”, llamados “democráticos”.
12
A partir de las elecciones de 1957 habían comenzado a resurgir viejos dirigentes del ala política,
que desde entonces se abocaron a la planificación diversas estrategias frentistas dando origen al
llamado “neoperonismo”, volcado a la participación electoral con denominaciones alternativas a la
de justicialismo para evitar la proscripción (Salas, 2003: 126).
13
Siguiendo a Torre (2004: 12, 16) el “vandorismo” nace a partir de las condiciones creadas por el go-
bierno de Frondizi, en las cuales los dirigentes sindicales nacionales habrían descubierto una “nueva
estrategia”. Esta consistía en la acepción de la flexibilización de las condiciones de trabajo obtenían
beneficios simbólicos (reconocimiento oficial de las autoridades) y concretos (retribuciones por
maternidad, por hijo, licencias por matrimonio, cálculo de antigüedad, descuentos sobre los salarios
destinados a las finanzas de las organizaciones gremiales). Si bien esta estrategia fue acompañada
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de un discurso radicalizado, y por ocasionales demostraciones de fuerza, las huelgas dejaron de ser
“la expresión de una intensificación de las luchas sociales”, y se transformaron en “un dispositivo
táctico” para influir sobre la voluntad de los gobierno a favor de las demandas sindicales.
– 19 –
14
La relación entre esta resignificación de la violencia y clivaje ideológico nacionalismo/antiimpe-
rialismo-clasismo no es unívoco. Como se verá más adelante, los debates relativos a la violencia
política discurren por carriles diferentes que atraviesan por igual a ambas corrientes.
– 20 –
Revolucionarios y combativos
La convicción compartida por la IP de que el apoyo de Perón dependía del
equilibrio de fuerzas dentro del movimiento se plasma en esta fase en la idea de
que era necesario crear una estructura organizativa “alternativa”.
Ya en 1967, Bernardo Alberte, “delegado personal” de Perón y luego de su
destitución impulsor del “Peronismo Revolucionario” (PR), propone a Perón lan-
zar un “esquema político-revolucionario, que permita la agitación, poniendo en
– 21 –
15
CGT (N° 14, 1/8/68). El trabajo de Bozza (2010) analiza esta iniciativa.
16
N° 34 de CGT (19/12/68). Por estas fechas, según Jozami (2006: 201), Walsh expresa en su diario
personal “su inquietud a partir del momento en que los grandes sindicatos se alejan de la central,
y en un balance de la situación en diciembre de 1968 concluye que ‘la rebelión de las bases quedo
en los papeles. Las bases no tuvieron expresión real, no se integraron orgánicamente en la CGT. De
ellas no surgieron dirigentes, activistas, cuadros.’”.
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17
Ollier (1989: 94, 104)
18
Como señala Ollier (1989), este endurecimiento obedece tanto a la falta de respuesta del gobierno a
los gestos de “tregua” enviados por Perón, como al acuerdo alcanzado con algunos gremios rebel-
des luego de la orden de Perón.
19
CGT N° 37 (23/1/69)
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Este último viraje marca la fase final del proceso de dispersión de la CGT
de los Argentinos, que culmina en enero de 1970, cuando se ratifica la línea de
formar de agrupaciones de base por fuera de la estructura sindical alineada con las
62 organizaciones.
Entre tanto, las 62 organizaciones endurecen su discurso anunciando su
20
CGT N° 41 (27/3/69)
21
CGT N° 53 (11/69)
22
CGT N° 54 (12/69)
23
CGT N° 53 (11/69)
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24
CGT N° 50 (23/8/69)
25
Fernández (1986: 14); Bra (1985: 68); Ollier (1989:52, 79). Según Fernández (1986:15) la dis-
tribución de tendencias en el Congreso Normalizador de julio de 1970, en el que es electo Rucci,
muestra claramente este panorama sindical, que se mantiene hasta entrado 1972:
Organizaciones Afiliados
62 (vandoristas) 24 475.000
Nueva Corriente de Opinión (participacionistas) 26 409.000
8 (escisión de las 62) 16 203.000
No Alineados (“filoperonistas”, radicales y “apolíticos”) 22 734.000
26
Según Gurucharri (2001: 246-247), en el documento de convocatoria al congreso de 1968, segu-
ramente escrito por Rearte, expresaba “[l]la idea un tanto confusa aún, era crear una especie de
partido de la izquierda peronista, aunque esas palabras no se usaran. Una plataforma donde hubiera
lugar para representantes de las incipientes formaciones guerrilleras, que estaban organizándose,
aunque todavía no actuaran públicamente, para los sindicalistas de la CGT de los Argentinos y para
las diversas agrupaciones políticas y del ámbito de la juventud y el estudiantado, apoyada en una
red de organizaciones de base barriales y comandos fabriles.”.
– 25 –
Las FAP
Uno de sus rasgos distintivos era ser “históricos” del movimiento, en el sen-
tido de contar con una larga trayectoria en él. La mayoría de sus referentes había
participado directa o indirectamente de las primeras experiencias de lucha armada
y eran conocidos y respetados en los ámbitos de la militancia de la IP, en especial
entre los “nuevos” peronistas. Esto era especialmente claro en el caso de los gue-
rrilleros de Taco Ralo, reclutados por uno de los principales referentes del MJP,
Envar El Kadri, con la idea de que si los detenían y acusaban de comunistas, po-
drían dar a conocer sus nombres y la gente sabría que “somos peronistas de toda
la vida”.30
En agosto de 1968 comienza la instalación del foco rural y poco después, en
septiembre, el grupo es detenido en Taco Ralo. En noviembre los presos difunden un
documento de tono nacionalista/antiimperialista en el que afirman haber decidido:
27
CGT N° 40 (6/3/69)
28
Entre los grupos del PR, sólo el MRP y la JRP rechazan la prioridad absoluta. El primero, liderado
por De Luca, porque apoya la estrategia del Frente de Resistencia Civil de la Central; los segundos
porque consideran necesario lograr una inserción más profunda en la clase para acompañar el foco.
El resto (ARP, FRP, CPL, MJP y FAP) la apoyan decididamente (Ghigliani cit en Oliva y Oliva).
29
De gran interés para el tema es la reconstrucción de los debates de las FAL, en Flaskamp (2002).
30
Anguita y Caparrós (1997: 199, 207). Anzorena corrobora con otros testimonios esta intención de
reclutar ex MJP (1989:133-4).
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Luego de esta involuntaria aparición pública las FAP pierden la mayor parte
de los contactos y quedan muy debilitadas. Con la excepción del grupo de Caride,
de la “vieja” JP, los militantes que quedan libres no son del MJP sino de grupos
que se habían acercado al peronismo en los primeros 60s desde la izquierda (Pa-
labra Obrera), la derecha (Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara) y el
catolicismo postconciliar.
Más allá de las trayectorias previas de los militantes, dos documentos de
escasa difusión, orientados principalmente al debate interno, nos permiten identi-
ficar diferencias entre las posiciones de los “rurales” presos y los “urbanos” que
remiten al clivajes entre el discurso “nacionalista radicalizado” y el “clasista”.
Un documento de los presos de Taco Ralo, de enero de 1969, apunta a revisar
críticamente el foquismo. Señalan que en una primera etapa, las acciones de la
organización revolucionaria deben adaptarse a las luchas del pueblo. Para esto
la “vanguardia” debe “encontrar (…) a través de qué organismos se manifiesta la
lucha del pueblo en cada momento histórico, y anexar allí su accionar propio”.
Si esta adaptación es necesaria, debe dar lugar, posteriormente, a la “eleva-
ción” de la lucha a un “grado superior”. Para esto, es necesario que las acciones
de “guerra psicológica” contra el régimen, se combinen con acciones políticas que
permitan ir encuadrando “a los sectores más esclarecidos” del pueblo.
Este modelo explicaba el fracaso de las experiencias de lucha armada realiza-
das hasta el momento, ya que la idea del foco dejaba de lado tanto la mencionada
“adaptación” como la necesidad de un progresivo “encuadramiento”.32
Desde su título, “¿Porqué somos peronistas?”, el primer documento conocido
de los “urbanos” (de fecha imprecisa, pero próxima al de los presos de Taco Ralo)
muestra preocupaciones diferentes.33 Esta centrado en una caracterización clasista
del peronismo formulada en un tono decididamente crítico. La caída, en 1955, se-
ría fruto de que no se habían modificado “en el aspecto económico, las estructuras
del poder oligárquico”. El balance de las luchas posteriores es bastante negativo.
Señalan que “la dirección del Movimiento permanece en manos de sectores de
la burguesía nacional y de la burocracia sindical y política todopoderosa”. Esto
habría lleva a la adopción medios de lucha “que no estaban a la altura de su condi-
31
Publicado en C y R N° 11, cit. en Duhalde y Pérez (2003: 110)
32
Sin mención sobre publicación, cit. en Duhalde y Pérez (2003:112-115)
33
Sin mención de publicación, cit. en Duhalde y Pérez (2003:116-119)
– 27 –
34
Los documentos son de septiembre, octubre y noviembre de 1969, enero, febrero y abril de 1970.
Respecto de las acciones, durante casi un año después de Taco Ralo, la “pata” urbana acumula
infraestructura y realiza acciones sin firmar. Entre su reaparición y mayo de 1970, realizan cua-
tro únicas acciones públicas firmadas, que no alcanzan la misma repercusión que Taco Talo. La
primera acción es un reparto de juguetes en una villa durante el día de Reyes, y las restantes son
de pertrechamiento, específicamente robo de armas. Dado que la acumulación de recursos e in-
fraestructura es previa a la aparición pública, estas acciones obedecen fundamentalmente a una
intención propagandística.
– 28 –
35
CGT N° 54 (12/69)
– 29 –
La “ejecución” de Aramburu
La operación había comenzado a idearse a principios de 1969 y en diciembre
se decide comenzar a planificarla. Sus responsables eran los grupos porteños y
cordobeses ligados hasta 1967 a la revista Cristianismo y Revolución, aunque al-
gunos de los otros grupos “fundadores” (Cordobés y Sabino Navarro), con los que
ya se había iniciado la fusión, participaron de forma secundaria.
Hasta ese momento las acciones urbanas de mayor repercusión habían sido
ejecuciones de líderes sindicales considerados “traidores” por la IP, realizadas por
grupos anónimos (Vandor, luego sería Alonso), sabotajes en línea con las acciones
de la resistencia, ligados a la simbología peronista y nacionalista o de apoyo a lu-
chas sindicales y, fundamentalmente, acciones de pertrechamiento, características
de las FAP “urbanas” y, su “propaganda del método”.
En este panorama, el secuestro y ejecución de Aramburu y los mensajes que
acompañan la acción marcan tanto continuidades como rupturas con las acciones
y el discurso dominantes en la IP.
El último de una serie de comunicados que acompañan el secuestro comienza
despejado las dudas sobre su identidad. Se definen como una “Unión de hombres y
36
CGT N° 23 (3/10/68)
– 30 –
37
Comunicado N° 5, de junio de 1970, cit. en Baschetti (1995: 52-53)
– 31 –
38
De hecho, según Melon (1993), se había tratado de la mayor amenaza de surgimiento de un lide-
razgo alternativo que sufriera Perón desde el comienzo de su exilio, ahí su inicial rechazo. En sus
cartas a Cooke, señala que “el pueblo ha supuesto que la revolución fracasada (...) era nuestra,
cuando en realidad era de los militares”. Sin embargo, ya en 1957 la posición del líder exiliado se
modifica ante la evidente repercusión que el hecho había logrado en las bases del movimiento.
39
N°46 (5/6/69)
40
Bascheti, 52.
– 32 –
41
Bra (1985: 73, 75).
– 33 –
42
Lanusse (2005: 210)
43
Lanusse (2005: 209-210)
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44
En el marco de esta catástrofe, el 7 de septiembre de 1970, la policía encuentra a los principales
referentes reunidos en una pizzería de William Morris y mueren en un tiroteo dos de los principales
referentes de los grupos fundadores: Abal Medina y Gustavo Ramus.
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45
C y R N° 25, de septiembre de 1970
46
Originalmente publicado por Granma en septiembre de 1970 y reproducido por C y R, N° 28, en
abril de 1971.
47
El grupo que decide incorporarse a Montoneros, plantea que consideraba que “una concepción
peronista era incompatible con el punto de vista clasista”, a lo cual Villaflor habría respondido “veo
todo oscuro”, dando origen al nombre que daría a los “disidentes”. (Gurucharri, 304-305). Varios
relatos testimoniales mencionan el tema (Amorín, 2005:368, 168; El Kadri en A y C 466-467; Per-
día, 1997:105 y Anguita y Caparrós, 1997:650) e identifican entre los “oscuros” a Eduardo Moreno
y Soler, Ernesto Villanueva, Alejandro Peyru, Walsh. Los dos primeros provenían del grupo “funda-
dor” de cristianos, Villanueva y Peyrou al grupo universitario, el primero por las Cátedras Nacional,
el segundo al MUN de Cs Económicas, cuyas posiciones podemos definir como similares a las que
atribuimos al FURN. En el caso de Walsh, dos biógrafos (Arrosegaray y Jozami) coinciden en ubi-
car su ruptura más adelante. La versión de Jozami es la más verosímil: “(…) el grupo que alentaba
la posición movimientista –lo encabezaba Eduardo Moreno, ‘el negro Santiago’, y era fuerte en el
sector universitario –deberá retirarse de la organización. ‘Los oscuros’ –así se los llamó- se incor-
poraron a Montoneros, en la mayoría de los casos, y unos pocos a las FAR.” (Jozami, 2006:247).
48
“Con las armas…”, en Duhalde y Pérez (2003: 167-168)
49
“12 preguntas…”, en Duhalde y Pérez (2003: 152-153)
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50
“Con las armas…”, en Duhalde y Pérez (2003: 169)
51
Duhalde y Pérez (2003: 177)
52
“Documento Político N° 1”. Si bien todos los sectores “perjudicados por esta situación de depen-
dencia” pueden participar del proceso de liberación, la clase obrera, “por el lugar que ocupa en la
producción” y ser la fuerza mayoritaria, debe tener un “rol hegemónico”.
53
Duhalde y Pérez (2003: 197-198)
– 37 –
Como señala Pérez (2003), lejos de resolver la crisis abierta por el conflicto
entre “oscuros” e “iluminados”, el planteo de la AI y el éxodo de los “oscuros” da
paso al llamado “proceso de homogeneización política compulsiva”. Desde una
concepción leninista de la organización, su objetivo era homogeneizar los cua-
dros en una visión clasista, para romper definitivamente con el “movimientismo”.
Teóricamente, este proceso debía resultar en la identificación, mediante el estudio
de las luchas de la clase obrera peronista, de una definición “que le permitiese re-
conocerse como la protagonista en el camino de la construcción de su herramienta
de poder”.
El debate abarca casi todo el año (decisivo) de 1972, durante el cual la organi-
zación deja de operar y limita al mínimo el contacto con “frentes o problemáticas
externas al grupo”. Lejos de permitir una consolidación, lleva a la marginalidad
política y a la casi disolución de sus estructuras organizativas.
La “línea” Montonera
Como se dijo, la AI puede pensarse como una contratara del “movimientis-
mo” atribuido a los Montoneros. Mejor dicho, se trata de definiciones interdepen-
dientes, que se construyen una en relación y tensión respecto de la otra.
La cronología confirma esta idea ya que el primer documento público de
Montonero es de fines de 1970, contemporáneo a la primera etapa de la crisis de
54
Duhalde y Pérez (2003: 226-228)
55
Duhalde y Pérez (2003: 234)
– 38 –
56
“Hablan los Montoneros”, N° 26 de noviembre-diciembre de 1970, cit. en Baschetti (1995:97).
57
Baschetti (1995: 97)
58
Baschetti (1995: 98)
59
Baschetti (1995: 101)
60
Baschetti (1995: 101-102)
61
“Con las armas…”, en Duhalde y Pérez (2003: 172-173)
– 39 –
Además de refutar así las críticas, dan un paso más, asumiendo a su vez una
posición de implícita pero evidente crítica a las FAP. Afirman que el objetivo de
la acción había sido
62
Baschetti (1995: 61-64). “Los que lloran”, se publica en el N° 27 de C y R, junto a un reportaje a las
FAP, publicado originalmente en Granma en septiembre de 1970 y ya mencionado (“Con las armas
en la mano”) y un reportaje a las FAR (“Los de Garín”).
63
Baschetti (1995: 62)
64
Baschetti (1995: 61-62)
– 40 –
65
Afirman proponerse la “destrucción del estado capitalista y su ejército”, y especifican que la “estra-
tegia revolucionaria” de la organización es la guerra popular total, nacional y prolongada.
66
Baschetti (1995: 65-66, 68)
67
Uno de los grupos fundadores, liderado por Carlos Olmedo, venían del PC. Olmedo y Roberto
Quieto habían integrado la Federación Juvenil Comunista en Bs. As y luego una escisión influencia-
da por el maoísmo, que en 1963 da lugar a una organización efímera, Vanguardia Revolucionaria.
Según Levenson (2000), Marcos Osatinsky había sido durante varios años el secretario general del
PC de Tucumán (Canosa, 2007).
Otro núcleo fundador es liderado por Lewinger, que milita en el PS hasta 1958, incorporándose
luego a una de las primeras experiencias de acercamiento de la izquierda al peronismo, que ya men-
cionamos, el MIR-Praxis, liderado por Silvio Frondizi, y posteriormente, al 3MH, que se disuelve
a partir del golpe de Onganía.
68
No es seguro que las acciones previas a Garín fueran realizadas exclusivamente por los grupos de
Olmedo y Lewinger, y posiblemente todavía actuaran conjuntamente con otros grupos provenientes
del ELN como Baluarte (Caviasca 2006).
– 41 –
69
Siempre de acuerdo a este testimonio, su célula conservaba las relaciones establecidas a partir del
trabajo territorial, sindical y estudiantil de Praxis, pero de todas formas tenía poca inserción de
base. Algunos dirigentes sindicales en La Plata, estudiantiles en Bs. As., otros en villas. Contrasta
la situación con la de su hermano, a quien “le decíamos que tenía una organización paralela porque
el tenía una organización de colaboradores absolutamente propia con compañeros que venían de
Praxis, de Villa Jardín por ejemplo” (Caviasca, 2006:95).
70
Canosa (2007). La autora señala que el proceso ha sido analizado a partir de la propia versión
del mismo dada por la organización, en especial a partir del reportaje a Olmedo publicado por la
Revista Cristianismo y Revolución (Nº 28) en abril de 1971, “FAR: ‘Los de Garín’”. A pesar de su
verosimilitud, este documento no deja de presentar “el carácter estilizado de un documento desti-
nado a la publicidad entre la militancia”.
71
Testimonio de Jorge Lewinger, en Caviasca (2006)
72
Caviasca (2006: 96).
73
En ese momento todavía formaban parte de una coordinación entre grupos que se proponían apoyar
el proyecto de continuar el foco boliviano del Inti Peredo (1968-1969). Los reproches que esto pro-
nunciaría públicamente a fines de junio de 1969 dan cuenta del debate que atravesaba al grupo. El
Inti declara que “[h]ay quienes desean congelar dentro de las fronteras nacionales a los movimien-
tos que luchan por la liberación continental. Es absurdo. La lucha es de todos. Hay seudorrevolu-
cionarios que le hacen el juego al enemigo con esas consignas, porque si ellas se respetan se divide
el ejército emancipador”. Para septiembre la idea estaría descartada. Con la muerte de Inti Peredo,
Cuba habría impulsado que los tres sectores que habían compuesto el ELN concurrieran a Bolivia
para continuar el mantenimiento del ‘foco’ y que estos se habrían rehusado (Canosa, 2007).
– 42 –
74
Chama y Canosa (2009) analizan esta acción destacando que tanto la prensa como los testimonios
de los pobladores hacen referencia a la muerte del cabo 1º Fernando Sulling durante la acción, des-
tacando que le habían disparado “a quemarropa” y a “sangre fría”. Así, en el 2do comunicado, las
FAR explican que habían disparado porque el policía se había resistido a sus órdenes, y que nadie
más debía adoptar esa actitud. Plantean una defensa de la lucha armada más concreta que en el
1er comunicado: “los combatientes del pueblo no hemos elegido la violencia: simplemente hemos
elegido dejar de padecerla (…) De nuestro enemigo es la culpa que tengamos que matar para ser
libres”. “[D]eben comprender que lamentamos los daños y molestias causados por nuestros coman-
dos, pero que ellos son el costo inevitable de la rebeldía liberadora”.
75
“Con el fusil del Che”, en Canosa (2007) sería el primer documento conocido de las FAR.
76
Baschetti (1995: 146), “Los de Garín”.
77
Baschetti (1995: 161,163)
– 43 –
Destacan que si bien se le ha reprochado a Perón “no elegir”, “no descartar”, para
eso “hay que tener qué elegir” y
[d]urante mucho tiempo, dentro del campo del pueblo, las movilizacio-
nes masivas, las diversas formas de lucha y de respuesta, no constitu-
yeron una alternativa visible (…) que permitiera esa elección histórica
(…). Nosotros (…) asumimos con los hermanos de otras organizaciones
peronistas, la tarea de diseñar otra alternativa.78
El cuarto grupo de las OAP, más pequeño y con una presencia mucho menor
en la escena pública, son los Descamisados, que comparten con los Montoneros el
origen cristiano y el temprano acercamiento al peronismo. Sus fundadores y prin-
cipales referentes (Norberto Habbeger, Oscar De Gregorio y Horacio Mendizábal)
provienen todos de la Democracia Cristiana (DC) y la mayoría de sus integrantes
proviene de la Liga Humanista, integrada a la UNE.
El grupo surge en 1967 con el nombre de Acción Peronista y en 1968 se
integra a la CGT de los Argentinos y participa activamente de los Campamentos
Universitarios de Trabajo (CUT). En 1969 deciden transformarse en una organi-
zación político-militar, “Descamisados”, rompiendo por ello con el referente de la
UNE, Julio Bárbaro.
Se dan a conocer el 20 de noviembre de 1970 con la toma de un cine para
conmemorar el “Día de la Soberanía” con la proyección de un reportaje a Perón.
El comunicado difundido durante la acción estaba dirigido a sus “Compatriotas”
y afirmaba que el “Conductor” ya había señalado el camino: a la violencia se debe
responder con mayor violencia. Cerraba diciendo “venceremos en un año o vence-
remos en diez, pero venceremos”.79
A pesar de las diferencias tan tempranas como evidentes, en junio de 1971,
los cuatros grupos profundizan sus acuerdos avanzando a una segunda etapa en la
78
Baschetti (1995: 165-175)
79
Entrevista a Andrés Habbeger en Esquivada (2004: 95) y Amorín (2005: 366-367).
– 44 –
80
Según Orellana, una de las acciones de las OAP más resonadas, el rescate de presas de la cárcel de
mujeres del Buen Pastor, en San Telmo, había sido rechazada por parte de la conducción y que fue
impulsada exclusivamente por Ardetti y Cambareri. En este momento, Ardetti se había opuesto a la
AI, pero al plantear su oposición lo mandan “a Siberia”, que era Oeste (Arrosegaray, 168, 178).
81
Duhalde y Pérez (2003: 241)
82
Duhalde y Pérez (2003:262-264)
– 45 –
83
Baschetti (1995: 251)
84
Baschetti (1995: 252)
85
Baschetti (1995: 270)
– 46 –
86
Baschetti (1995: 259-260)
87
Lanusse (2005: 266-7).
– 47 –
88
“Memoria del año 1971. Informe especial”, en Baschetti (1995: 370-372). Más adelante hacemos
referencia a la crisis que experimentan los grupos fundadores cordobeses y rosarinos en 1972.
89
Como señala Ollier (1989), este endurecimiento obedece tanto a la falta de respuesta del gobierno a
los gestos de “tregua” enviados por Perón, como al acuerdo alcanzado con algunos gremios rebel-
des luego de la orden de Perón.
90
Baschetti (1995: 125)
– 48 –
un Gran Acuerdo Nacional entre todos los grupos políticos, tutelado por
las FA. Había que ‘unir a los adversarios y combatir a los enemigos’
(…). Para contener a las fuerzas sociales que luchaban por un sistema de
representación al margen de las organizaciones era necesario rehabilitar
a los actores políticos legítimos: las FA, los partidos políticos y la buro-
cracia sindical.94
91
De Amézola (1999: 62-63, 86)
92
Ollier (1989: 106)
93
De Amézola (1999:67).
94
De Riz (1981: 32)
95
De Amézola (1999)
– 49 –
96
Ollier (1989)
97
De Amézola (1999:101). Para dar cuenta de este proceso puede mencionarse, por ejemplo, que
Alsogaray “perceptivo al ambiente que lo rodea”, denomina “Movimiento Nacionalista Liberal” a
su partido. Su meta era atraer a sectores de UDELPA, del conservadorismo y del radicalismo para
completar el espectro político encarnando a la derecha, con el ENA a la izquierda y La Hora del
Pueblo en el centro. Poco después de la creación de La Hora del Pueblo se había formalizado el
ENA, iniciativa parte del PC (Héctor Agosti, Rubens Iscaro, Moises Cherñavsky), inspirado en la
Unidad Popular chilena, que reúne a peronistas (Raúl Bustos Fierro, Enrique Carballeda y Jesus
Porto), radicales (Raberto Cabiche, Conrado Storani, Aldo Tessio), independientes (Samuel Yas-
ky, Francisco Cholvis, Risieri Frondizi). Según Porto se proponía como “una alternativa de poder
real, electoral o no, que pueda decidir una convocatoria para reformar la Constitución.” (Análisis,
17/11/70). Para Tessio, la Hora del Pueblo y el ENA no son incompatibles, ya que uno busca elec-
ciones y el otro “va más allá, hacía la transformación del país.” (Panorama, 1/12/70) Según una nota
de Análisis (22/11/70), el PC consideraba en cambio que podría producirse un vuelco de militantes
desengañados de La Hora del Pueblo hacia el ENA (De Amézola, 70-72).
98
Ollier, 1989:249)
– 50 –
99
De Amézola (1999: 82)
100
Ollier (1989: 183). La misma autora da un ejemplo paradigmático: el 16/7/71 durante la represión
de una movilización de Comunidades Cristianas el ejército detiene 128 personas, entre ellas 1 obis-
po, 3 curas, 2 monjas, 29 amas de casa y 24 niños. Ollier (1989: 169)
101
Gurucharri (2001: 288). Rouquié (1986:292) discute la imagen, que considera habitual, de una
represión “blanda” en este período. Por el contrario, afirma que a partir de 1971 la represión se
endurece frente a la amenaza de una convergencia (o coordinación) entre la insurrección urbana
espontánea, la acción de los grupos armados y el “potencial militante” de la JP. Para este autor se
trata de una “verdadera guerra secreta” que tiene un fuerte impacto en la opinión pública.
102
Los casos más impactantes, previos al inicio del GAN son los Alejandro Baldú (19/3/70), Martins y
Centeno (16/12/70). Prueba de ello es la nota que la Jefatura de Policía envía el 30/4/71 a los jueces
y que “solicitaban el fin de los ‘sorpresivos’ y demasiado frecuentes exámenes médicos, dispuestos
por los magistrados para establecer si hubo torturas. Tal vez animados por la ola de críticas a la vio-
lación de los derechos humanos, los jueces repudian la nota recién en septiembre de 1971. (Ollier,
1989: 178)
– 51 –
Para fines de 1971 las debilidades del GAN y su estrategia represiva, dan
paso a la conformación de “un importante núcleo socio político, incluso por su
acceso a los medios de comunicación, contra el régimen militar”.104
El “peronismo de la victoria”105
En la segunda mitad de 1971 Paladino y La Hora del Pueblo comienzan a
resultar insuficientes en la estrategia de Perón. A partir de su éxito en la política
de acercamiento a los partidos Paladino había comenzado a identificarse crecien-
temente con las necesidades del gobierno y, a fines de agosto de 1971, oficia de
representante de Lanusse ante Perón al comunicarle el deseo del gobierno de que
se auto proscriba.106
Perón inicia entonces un viraje hacia posiciones más duras en la relación con
el gobierno e iniciativas destinadas a dar más espacio en el movimiento peronista
a la IP. En abril, Perón comienza a multiplicar las cartas, cintas y declaraciones
de aliento que fortalecen claramente a la “IP”.107 De todas formas, el fin de la
“fase Paladino” llega recién a fin de año, cuando el gobierno anuncia la convo-
catoria a elecciones (26/8/71) y aclara que no habría “trampas ni proscripciones”
(18/9/71).
La nueva fase se inicia en noviembre con la llegada de Cámpora e Isabel y la
consigna “Unidad, organización y solidaridad”. En palabras del nuevo delegado,
su misión es
103
Primera Plana, 24/8/71, N° 447, citado en Ollier (1989:168)
104
Ollier (1989:185).
105
Tal es la denominación de Bernetti (1983) a la peculiar configuración que adquiere el movimiento
peronista en este período y que permite su triunfo electoral en marzo de 1973.
106
Ollier (1989:175)
107
En julio Perón comienza a grabar un documental con Getino y Solanas, cuyo mensaje, de tono si-
milar a las grabaciones y mensajes provenientes de Madrid, es sintetizado por un dirigente de la JP:
luchar contra el intento de transformar el movimiento en un partido más del sistema, intensificando
la preparación humana para la revolución y la acción de las organizaciones armadas; sobre la Hora
del Pueblo: se terminará cuando comiencen las elecciones; sobre la unidad: “debe darse dentro de
cada sector por separado”; “nadie puede unir a la juventud sino la juventud misma”. La Opinión,
23/10/71
– 52 –
108
Primera Plana, N° 458, 9/11/71.
109
La efectividad de estos límites se refleja en la rapidez con que se incrementan las afiliaciones luego
de su desplazamiento. En Capital, a fines de agosto, el PJ tendría 7000 afiliados, el 9 de diciembre,
9300 afiliados. Para el 2 de enero los afiliados son 27.000 afiliados. Los números son reveladores
de cambio operado en el proceso a partir de la liberación de las fuerzas “afiliadoras”: en los tres
primeros meses hubo un incremento de 2.300 afiliados, mientras que en diciembre las afiliaciones
se triplican. La Opinión, 8 de octubre, 9 de diciembre de 1971 y 2 de enero de 1972, p. 14
110
Bonasso en La Opinión (14/07/71)
111
“Ampliación del DP N° 1”, septiembre de 1971, Duhalde y Pérez (2003: 218)
– 53 –
112
En esta corriente incluyen no sólo a los combativos sino a los grupos juveniles ligados, como vere-
mos, a la afiliación y la movilización masiva. Nombran a Gazzera y Guillán, Licastro, JAEN, MBP
y MRP. Aparece también Alberte.
113
Duhalde y Pérez (2003: 224-226)
114
Enumera en este caso además a los grupos que, luego de la dispersión de la CGT de Argentinos ad-
hieren a las posiciones “ongaristas”, como el PB, OP 17, Bloques de la CGTA y juveniles, CENAP,
EPL. Duhalde y Pérez (2003: 226)
– 54 –
115
Los 8, los participacionistas y una buena parte de los No Alineados comienzan a alinearse nueva-
mente con las 62 que logran pasar de las 23 organizaciones a las que habían quedado reducidas
luego de la muerte de Vandor, a sumar 77 organizaciones, bajo el liderazgo formal de Coria y
efectivo de L. Miguel. Fernández (1986: 26). A fines de 1972, de las 100 organizaciones que se han
normalizado, 86 pertenecen a las 62. Este proceso, refuerza el aislamiento de la corriente repre-
sentada por Ongaro (Ollier, 1989:211) pero, a la vez, es acompañado de la incesante movilización
“antiburocrática” en el interior que analizamos más adelante ya que, como señala Torre, esto es un
dato clave para comprender las acciones del sindicalismo después de 1973.
116
Bozza (1999:142-144)
117
De Amézola (1999:101)
118
Bozza (1999:146). En esos mismos días, en el marco de la condena al clima represivo instaurado
por el gobierno, Perón habría calificado a la política represiva del gobierno como “terror blanco”.
– 55 –
Por último, entre fines de 1971 y marzo de 1973 pueden identificarse tres
etapas diferenciadas en los posicionamientos coyunturales de Perón frente al go-
bierno. La primera, hasta julio de 1972, es de moderación por parte de Perón y
de búsqueda de diálogo por parte del gobierno. La segunda de enfrentamiento
abierto, se inicia con la decisión de difundir públicamente las entrevistas con emi-
sarios (no oficiales) del presidente Lanusse.122 La tercera se inicia en octubre con
La nota que contenía estas expresiones habría dado origen a fuertes conflicto. El gobierno abre una
causa que impide salir del país a López Rega, que por ende se retracta del contenido de la nota. Más
allá de los enfrentamientos personales derivados de este episodio, la negativa del staff de la revista
a publicar la retractación de Lopez Rega provoca su renuncia en masa y origina un fuerte cambio
en la orientación de la revista. (Primera Plana, N° 472, 15/02/1972, pp. 6,7, El equilibrio del terror
y N° 475, 7/3/72, “Una alborada y un ocaso”).
119
La Opinión, 11 de marzo de 1972; Ollier (1989:214-215)
120
Bozza (1999:159-161).
121
Eichelbaum en La Opinión, 18/7/72
122
De Riz (1981). Como parte de este enfrentamiento, el 7 de julio, en la cena de camaradería de las
FA, Lanusse afirma que Perón no será proscripto como candidato, y fija el 25/8/72 como fecha tope
para que los candidatos fijen su residencia en el país y para que renuncien los funcionarios que
quieran participar en las elecciones. Sigue a esto un intercambio de desafíos: el 22 de julio Perón
anuncia que ni renunciará a su candidatura, ni regresará en los plazos establecidos por el gobierno;
poco después Lanusse afirma que “o [Perón] regresa antes del 25 de agosto o tendrá que buscar un
buen pretexto para mantener el mito de su eventual o hipotético retorno”.
– 56 –
La JP Regionales
La organización que encarna este proceso es la Juventud Peronista Regiona-
les y su punto de partida es la designación de los consejeros juveniles Licastro y
Galimberti.
¿Quiénes son los elegidos para representar a la juventud? Por una parte, care-
cen de una base de apoyo propia: “el juego de Perón es claro, nombra al que menos
tiene” y por ende, depende completamente de su apoyo.123 Por otra, representan
dos líneas diferentes dentro de la juventud “combativa”. Mientras Galimberti rei-
vindica abiertamente a las OAP, Licastro se caracteriza por la moderación en sus
declaraciones sobre el tema.
Esta posición remite a la de uno de los grupos por entonces más importantes
dentro de la juventud “combativa”: el Frente Estudiantil Nacional (FEN). Este
grupo había sido uno de los primeros en adoptar una identidad peronista dentro
del ámbito universitario y como parte de ese proceso se había acercado a un grupo
de la “vieja” JP: Guardia de Hierro, con el que se fusiona a principios de 1972,
adoptando el nombre de Organización Única del Trasvasamiento Generacional
(OUTG).
Si bien manejaban con mucho cuidado el tema de la violencia, el discurso de
su referente, Roberto Grabois, muestra con claridad la voluntad de matizar su apo-
yo: “Los pueblos siempre aspiran a las formas incruentas, pero (…) si el sistema
pretende perpetuarse por la vía violenta, se extenderá irremediable y victoriosa-
mente la violencia popular”.124
De manera similar, Licastro, militar dado de baja por desobedecer la orden
de reprimir durante el Cordobazo, responde a la pregunta de si participaba de las
“concepciones insurreccionales” de la guerrilla afirmando:
123
Testimonio de Castillo en Anzorena (1989: 150)
124
La Opinión, 01/09/71, p. 10. Una ex militante del FEN entrevistada por Anchou (2007) señala que
había una diferencia entre lo que era el discurso oficial de la organización “hacia afuera”, en tanto
que en la facultad no decían explícitamente “no a la revolución armada” porque “si llegaban a decir
eso no enganchaban más ningún cuadro ¿viste?”.
– 57 –
125
Primera Plana, 13-14, N° 437, 15/06/71
126
Se trata de la “Asamblea de los sectores Peronistas de la juventud y cuadros medios”, del 25 de abril
de 1971, en Santa Rosa de Calamuchita (La Opinión, 26/06/71)
127
Jerónimo, 15 al 31 de marzo de 1972, p. 8. Como se verá más adelante, la alianza con Antún es uno
de los hechos que detona la disidencia de los sabinos dentro de Montoneros.
128
Charla de Licastro en FOETRA, octubre de 1970, en Baschetti (1995: 88)
– 58 –
129
Primera Plana, 2-11-171, N° 457, p. 12 y 13, “Un oficial del ejército duro”.
130
Sigo aquí el argumento del trabajo conjunto con Anchou. Anchou y Bartoletti (2006).
131
La Opinión, 14 de abril de 1972
132
Un recuadro anuncia: “Hoy martes, cuando esta edición de Primera Plana esté en la calle, todos
los nucleamientos juveniles existentes en el Movimiento Peronista -o periféricos- habrán dejado de
existir”. Según la nota, el “acta de defunción”, que “lleva firma y sello de Perón” estaría fechada “el
17 de abril, después que el forense practicara los debidos exámenes clínicos. Los que demostraron,
rotundamente, la muerte cerebral del paciente.”. Primera Plana, N°482, 25/4/72, p. 5. El tema de las
renuncias es muy difundido en los medios, por lo cual llama la atención la persistencia de versiones
(Caballero y Larraquy, 155-156 y Anzorena, 151) según las cuales la consigna de abandono de la
Juventud por los mayores de 30 tomaría por sorpresa a Grabois y a Alvarez y seria una especie de
“jugarreta” de Galimberti que logra descolocarlos antes de sus discursos, forzándolos a aceptar una
situación de hecho.
– 59 –
133
Panorama, 9 de junio de 1972 y Primera Plana, 1° de agosto de 1972, N°496, p. 18
134
Primera Plana, 27/6/72. Finalmente, convoca a un Congreso que se realizaría en Córdoba, el 30/7,
en el cual se determinarán los “mecanismos electivos” para la designación de delegados regionales
al “Consejo Nacional de la JP”.
135
Primera Plana, 27/6/72
136
Bozza (1999:127, 129-130)
– 60 –
137
Primera Plana, 4/7/72
138
Los consejeros de la juventud electos son Jauretche, Jorge Llampart (propuestos por en Consejo de
la Juventud) y Leandro Maisonave (propuesto por Cámpora). De acuerdo al testimonio de Ernesto
Jauretche, a diferencia de la mayoría de los integrantes del JAEN, él se resistía a incorporarse a
Montoneros y, aunque posteriormente lo hizo, en ese momento, “yo no pertenecía a la organiza-
ción”, Llampart venia del C de O y Maisonave era un empleado más o menos jerárquico de Aerolí-
neas Argentinas. Era de “una familia recontra peronista y a los empleados de Aerolíneas Argentinas
le daban todos los años, junto con las vacaciones, un boleto para ir a donde querían. Y se iba a visi-
tar a Perón (…). Y se hizo amigo de Perón y por eso Perón lo puso ahí (risas) pero nunca había di-
rigido nada, nunca había manejado nada, nunca había militado políticamente en el territorio, nada.”
Si bien Rucci, Miguel y Herrera resisten esta incorporación, reclamando la secretaría general y un
tercio de los cargos, la orden es tajante y Cámpora no cede. Finalmente los cargos correspondien-
tes a la rama sindical quedan vacantes. Bozza (1999:144-145) y Bonasso (1997 :318, 321-325).
El 25 de junio, luego de las elecciones internas de autoridades, se realiza un Congreso en el Hotel
Savoy, que debía designar al Consejo Nacional del PJ. Este sería la autoridad reconocida por el
Estatuto de los Partidos Políticos, y debía estar integrado por un presidente (Perón) dos vicepre-
sidentes (Isabel y Cámpora), un secretario general y doce secretarios, que serían distribuidos de
manera equitativa entre las ramas política, femenina, sindical y la juventud.
– 61 –
139
El 21 de agosto, Cámpora difunde un documento de 30 puntos que sintetiza estas consignas. Ollier
(1989:243)
140
Clarín, 5/10/72. Según la transcripción de Clarín el “Plan” puede resumirse en cinco puntos:
1) la “inmediata ruptura de las ataduras internacionales que afecten la soberanía nacional”;
2) la adopción del “programa mínimo elaborado en forma conjunta por la CGT y la CGE” y la
integración del “Consejo Económico y Social” que deberá discutir y elaborar un “proyecto para la
reconstrucción”;
3) un acuerdo explícito sobre la participación de las FA en el futuro gobierno y la designación de
un militar como Ministro de Interior “a fin de alejar toda suspicacia sobre parcialismo partidistas y
garantizar a la ciudadanía la máxima limpieza del proceso de institucionalización”;
4) la “revisión” de las modificaciones constitucionales y “cláusulas limitativas introducidas unilateral-
mente” y la consulta y acuerdo con todas las fuerzas políticas respecto de la convocatoria electoral;
5) total libertad del futuro gobierno para decidir sobre “posibles amnistías o modificaciones de leyes
extraordinarias” y levantamiento del estado de sitio y libertad de los presos políticos y gremiales.
– 62 –
141
Clarín, 23/10/72.
142
Bonasso, (S/F).
143
Bonasso (1997: 401). De todas formas, es evidente que los márgenes de ambigüedad se estrechan,
ya que, en su nuevo rol de Secretario General del Movimiento, Abal Medina dice dudar de que
Galimberti hubiera dicho eso, pero que, si lo había hecho, era “a título personal” (Caballero y La-
rraquy, 2000:171).
144
Anguita y Caparrós (1997:625). E. Jauretche habría declarado por esos días que “La JP tiene que
constituir una organización que contribuya a fabricar el paraguas de masas bajo el cual las organiza-
ciones que ocupan la primera línea de fuego en la lucha puedan movilizarse como pez en el agua”
– 63 –
dentro del justicialismo los cargos [ya no en el PJ sino en las listas electo-
rales] se repartirán por cuartos: un 25 por ciento de los peronistas que in-
tegra las listas serán, presumiblemente, miembros del aparato juvenil.145
Al día siguiente, en el Congreso del PJ, Abal Medina hace efectiva la re-
orientación ya anunciada con el Plan Mínimo: el candidato no será Perón, sino
Cámpora.
Los jóvenes no son los únicos que deben reposicionarse, aunque si los que
obedecen más rápidamente. Por diferentes motivos, la resistencia generada por el
anuncio es fuerte y la posición del Secretario General gana con el apoyo de tan
solo 95 de los 183 congresales.
La JP explica su aceptación en una conferencia de prensa en la que anuncian
la consigna que dominara las elecciones: “Cámpora al gobierno Perón al poder”.
Explican en primer lugar que la candidatura de Perón se había hecho insostenible a
causa de la acción de “vastos sectores de la ‘burocracia política y sindical que fre-
naron constantemente toda la movilización’ ”. Ante esta situación ya consumada,
quienes en el Congreso “insistieron en la consigna ‘Perón Presidente’” no expre-
saban una posición revolucionaria, sino que buscaban “forzar, en realidad, la abs-
tención del peronismo”. Así, “[p]aradójicamente (…) se presentaron en el último
congreso como ‘ortodoxos duros’ ” quienes habían desobedecido las órdenes.
145
La Opinión, 15/12/72
146
Primera Plana, 12/12/72.
– 64 –
147
Bonasso (1997:471-472)
148
Sigal y Verón los asimilan sin más detalles; Gillespie habla de “encolumnamiento”; Ollier de “fu-
sión”; Moyano de “maniobras” y engaños; Donatello distingue entre la “Tendencia revolucionaria”
y la JP “Regionales”.
– 65 –
[l]a discusión era (…) que hacía falta hacer unos cuantos actos de violen-
cia (…) el miedo nuestro fue quedar muy expuestos, (…) la JPL [Juven-
tud Peronista de Luján]que éramos nuestro grupo, los moderados (…) y
el otro grupo era la JPC [Juventud Peronista Combativa], Combativa. La
diferencia era esa.150
149
Robles (2009) y Lanteri (2009)
150
Luna y otros (2007:89).
– 66 –
151
Luna y otros (2007:93, 99)
152
Salcedo (2009)
153
De Marinis y Abalo (2005).
154
Los Montoneros, según el testimonio de Martínez Agüero, se relacionan con dos grupos juveniles
(Organización de la JP y Movimiento 17 de noviembre), y con Susana Sanz, abogada laboralista
vinculada a la UOM y la CGT locales (Alvarez, 2004 y De Marinis y Abalo, 2005). La OJP era el
grupo juvenil más ortodoxo y el M17, surge para el primer regreso de Perón, impulsado por Ernesto
Jauretche y Roberto Ahumada (De Marinis y Abalo, 2005: 83-84).
– 67 –
155
Rodríguez (1999: 62)
156
Su misión era debía integrar el “Comando electoral del FREJULI y “designar delegados juveniles en
las distintas seccionales electorales de la provincia y velar por el cumplimiento de que un 25% de las
representaciones a cargos electivos corresponda a la juventud partidaria” Rodríguez (1999: 63-65)
157
Rodríguez (1999: 63)
– 68 –
Como se dijo, la relación con las Regionales favorece, a lo largo de 1972, un fuerte
crecimiento que triplica los integrantes de la organización y convierte a Montone-
ros en la organización armada peronista más numerosa. Este crecimiento numéri-
co es acompañado de la consolidación de una estructura territorial piramidal cuyas
unidades organizativas eran las Regionales, las Columnas, las UBC y las UBR.
También se mencionó que a fines de 1971 se había creado la primera es-
tructura organizativa unificada, el Consejo Nacional, cuyos integrantes eran los
responsables de las diferentes Regionales. A fines de 1972 se crea una nueva es-
tructura que profundiza la centralización: la “Conducción Nacional”, que ejercía
la conducción entre las reuniones de Consejo Nacional.
Las Regionales, a su vez, estaban integradas por unidades menores, las Co-
lumnas integradas por una o varias UBC, que tenían a su cargo un determinado
espacio territorial (partido, municipio, zona). De ellas dependían, por último, las
UBR que funcionaban en ese territorio y que militaban en diversas agrupaciones.
La consolidación de este estructura organizativa piramidal de creciente cen-
tralización va acompañada de la aparición de jerarquías internas. Los integrantes
del Consejo y la Conducción Nacional, así como los jefes de Regionales, Colum-
nas y UBC, eran oficiales. Los integrantes de las UBR eran aspirantes y los de las
158
Perdía (1997: 118-121)
159
Amorín (2005: 228, 33)
160
Castillo en Anzorena (1989:152-153)
– 69 –
161
Perdía (1997:114,118-119)
162
Amorín (2005: 33, 228)
163
Perdía (1997:118-121)
– 70 –
(l)o mejor que le podía pasar a un joven era ser militante. Entonces, entre
estar militando en la villa, en los barrios, en las columnas, en las tareas
de solidaridad o un cargo de diputado, se elegía sin dudar lo primero. Al
compañero que se le ofrecía un cargo era como una ofensa … (…).165
164
Bonasso (1997: 449). El autor señala que su designación como Secretario de Prensa de la campaña
electoral en enero de 1973 habría sido criticada por algunos militantes que consideraban que su
“historia peronista” era “muy corta” y que el cargo debía haber sido ofrecido a Cabo. A la vez,
Bonasso disiente con quienes consideraban “la campaña como algo ‘coyuntural’, ‘táctico’, inferior
a la tarea de robar un autor u organizar una actividad miliciana con los muchachos del barrio. Más
adelante agrega que la fusión entre Montoneros y Descamisados habría generado una “divertida
contradicción orgánica” ya que el era el “jefe público” de Cabo en la Secretaría de Prensa y Cabo
era su responsable en la célula unificada de la organización clandestina (Bonasso, 2006: 102-103).
165
Amorín (2005: 273-274, 297)
166
Caballero y Larraquy (2000: 180)
– 71 –
nosotros hablar de un cargo (…) era hablar de que te doy una coima o
de que yo soy un corrupto algo así, era así, nosotros no queríamos para
nosotros nada, queríamos para la gente,… nosotros no queríamos par-
ticipar en las estructuras del partido, las odiábamos porque el partido
era un instrumento del sistema, porque aparte nos habían enseñado y lo
entendíamos así, porque nosotros no queríamos este sistema, nosotros
queríamos un sistema donde la gente participara, y la gente no partici-
paba en los partidos políticos ahí participaban los mismos de siempre…
Hablarle a Juan Figueredo que él tenía que hacerse diputado era más o
menos decirle que tenía que volverse rico y cagarnos a todos nosotros, no
le entraba en la cabeza.168
167
Cabe destacar, en este sentido, que las disputas durante el proceso de afiliación y designación de las
autoridades partidarias en Misiones se caracterizaron por el enfrentamiento entre las alas política
y sindical, sin que la autora haga referencias a la intervención de la juventud en dicho conflicto,
excepto que estaba “lejos de denunciar a la ‘burocracia sindical’ como sucedió en otras partes de
país” (Rodríguez, 1999: 64-65)
168
Rodríguez (1999: 63-65)
169
Entrevista de la autora (2003)
170
Añon en Anzorena (1989:166-168).
– 72 –
171
El trabajo de Seminara (2006), sobre Santa Fé es el único sobre este importante tema
172
Llamado “el libro gordo de petete” por la variedad de esos temas (Seminara, 2006) o “documento
verde”, “Introducción” en Suplemento Especial de Lucha Armada (2006)
– 73 –
173
“Introducción” al “Documento verde”, en Lucha Armada, Suplemento Especial, (2006) páginas 13
a 26.
– 74 –
Por otra parte, en una de sus preguntas el entrevistador sintetiza las tensiones
que venimos reseñando: “A Galimberti se lo asocia en algunos sectores con el
término ‘Burócrata’, por el puesto que ocupa ¿Qué significa para usted su puesto y
que importancia le otorga?”. La respuesta de Galimberti sintetiza la forma en que
tal combinación es legitimada:
cumplo las funciones de jetón, que supone tener que asumir las críticas
que provienen de distintos sectores y al mismo tiempo desempeñar
una tarea que no es del todo simpática para un militante. Que es la de
buscar, en un medio a veces hostil, las coincidencias mínimas para
impulsar nuestra política. (…) Además, todavía, la tendencia revolu-
cionaria a la que yo trato de expresar, no ha sido capaz –por razones
concretas del proceso- de construir una conducción política propia:
entonces nos vemos precisados a desempeñar funciones o cargos en
la superestructura formal del movimiento porque desde ahí se tiene
capacidad de convocar a amplios sectores. Esta es la razón política de
fondo; otra no menos importante, es que existe una conducción estra-
tégica innegable, que es Perón, que me ha nombrado y por una razón
de disciplina debo acatar.
174
Primera Plana, 1/8/72. Cabe destacar, además, que en el discurso de Galimberti no sólo aparecen
las habituales críticas al “vandorismo”, sino también un cuestionamiento al “sindicalismo de li-
beración”, al que “nosotros siempre nos hemos opuesto”. Para Galimberti, “[e]l sindicato es una
conquista de la clase obrera a la cual nosotros no vamos a renunciar, pero tratar de convertir al
sindicato en el germen de una organización revolucionaria de masas es una ingenuidad que noso-
tros no estamos dispuestos a cometer. Aparte hay una experiencia concreta que fue la CGT de los
Argentinos. (…) En la medida en que se agota la posibilidad de la burocracia de ser expresión de la
clase obrera ésta tendrá que enmarcar su lucha en organizaciones de base que tengan relación con
el Ejército Peronista que está construyendo el Movimiento en su conjunto”.
– 75 –
MONTONEROS EN LA LEGALIDAD
(MARZO DE 1973-SEPTIEMBRE DE 1974)
– 77 –
– 78 –
Tengo esperanzas como futuro gobernante que esa gente que tiene el
criterio y el concepto que por esa senda se alcanza el objetivo de la li-
beración, piense y nos dé tregua a nosotros, suficiente para comprobar
si estamos o no en esa senda y si vamos a lograr nuestros objetivos. El
175
Eichelbaum, La Opinión, 29/3/73, en Lenci (1999:198-199)
176
Lenci (1999:180); Di Tella (1981: 215)
177
Panorama, Año X, N° 310, 5 al 11/4/73, y Lenci (1999:198). Los temores respecto de las iniciativas
militares respecto de la posible amnistía se plasman en las denuncias de la Asociación de Abogados
Peronistas de un plan de terror contra los presos políticos y su posible traslado a penales militares
(28/3/73, Di Tella, 1981: 223) y de Ricardo De Luca, diputado electo del FREJULI, del intento de
las FA de ocupar el penal de Villa Devoto (3/4/73, Di Tella, 1981: 228)
– 79 –
Por último, para definir los equilibrios internos en el movimiento luego del
triunfo la clave sería la política económica:
Los sectores donde la lucha será más cruel corresponden al aparato po-
lítico del gobierno y al equipo económico”, “El FREJULI puede estallar
en cualquier momento, a partir de su llegada al poder. Pero para el futuro
gobierno peronista no es ese: se trata del volumen, la intensidad y la
oportunidad del estallido. (…).181
178
Clarín, 7/4/73
179
Di Tella (1981: 214)
180
Lenci (1999:180) y Di Tella (1981: 215)
181
La Opinión, 22/3/73
182
Lenci (1999:195)
– 80 –
183
Clarín, 1/4/73
184
Bonasso (1997: 492, 526)
185
Bernetti (1989: 94-95)
– 81 –
186
La gira de campaña por la segunda vuelta (en 8 provincias) comienza el 6/4/73 y termina el
12/4/73
187
Di Tella (1981: 237). La “orden” no pasa desapercibida, ya que el Comando de Organización em-
papela toda la ciudad con el comunicado. Bernetti (1989: 98-100)
188
Clarín, 22/4/73
– 82 –
189
La Nación, 27/4/73
190
Di Tella (1981: 248)
191
Di Tella (1981: 248)
192
Di Tella (1981: 249)
193
Panorama, Año X, N° 314, 3 a 9 de mayo de 1973, en Lenci (1999:193)
– 83 –
Las fallas que preocupan a Casullo son claves para captar las prioridades del
la nueva etapa: “[S]egún la JP ‘ni en el interior ni en la capital se cumplió con el
25 por ciento de los cargos establecidos’. Apenas un poco más de media docena de
diputados (…), pertenecen a la JP (…).”.
194
La Nación, 19 de abril de 1973
195
Casullo era militante de la JP y futuro funcionario del gobierno, a cargo del Departamento de Cul-
tura y Comunicación de Masas.
196
El acto de lanzamiento de la JUP se había realizado el 23/4 y ese mismo 28 de abril se realiza el de
la JTP.
197
Nicolás Casullo en La Opinión, 28/4/73.
– 84 –
198
La Opinión, 22 de abril de 1973. Portantiero, como integrante del staff de la revista Pasado y Pre-
sente, participa de su acercamiento a Montoneros. En 1973 Pasado y Presente se convertiría, según
Horacio González en “la revista teórica de los Montoneros”, desplazando a Envido, que edita su
último N° en noviembre de 1973. Según Horacio González el problema era que “Envido aparecía
como más peronista, con una visión más populista de la historia, sin un encuadramiento montonero
demasiado claro.” (Anguita y Caparrós, 1997: 63).
199
La Opinión, 29 de abril de 1973
– 85 –
200
La Nación, 26 de abril de 1973
201
Caballero y Larraquy (2000:183)
202
Bonasso (1997:602) y Perdía (1997:140-145)
203
Hidalgo Sola según Bonasso (1997:602), el equipo de Roque Carranza según Perdía (1997:140-
145)
204
Bonasso (1997:602)
205
Perdía (1997:140-145)
– 86 –
2. La “primavera camporista”
Las primeras definiciones posteriores al 11 de marzo anunciaban que el pri-
mer desafío que debía enfrentar el nuevo gobierno era la liberación de los “presos
políticos”. A pesar del unánime apoyo recibido por la medida, mientras los parti-
dos políticos de centro y derecha apelaban unánimes “a la pacificación, la demo-
cracia y la institucionalización para la reconstrucción”, en el FREJULI
206
Pozzoni y Ferrari (2009)
207
En un momento un camión intentó derribar las puertas de la cárcel y se produjeron tiroteos con un
saldo de dos adolescentes muertos (Nievas, 1999:352).
208
De Riz (1981:60)
209
Bonasso (1997: 659).
210
De Riz (1981:61)
– 87 –
211
Di Tella (1981: 284)
212
De Riz (1981:62)
213
Clarín, 12/6/73, en (Nievas, 1999: 360)
214
La Nación, 2 de junio de 1973
– 88 –
(…) hubo una etapa muy comprimida en la política argentina en los úl-
timos años, se ha generado un proceso de apertura en la descompresión
política y estos hechos son saludables. De alguna manera el pueblo está
reclamando con las expectativas que tiene. Me parece que la presencia
del pueblo en las calles es beneficiosa y de ninguna manera la política del
Interior va a ser reprimir ese tipo de expectativa popular.216
Aclaran que
215
04/06/73, en Di Tella (1981: 282)
216
La Ciudad, 16/6/73, en Nievas (1999: 385-386)
217
Cabe recordar que el 29/5 el ERP había anunciado que continuaría su lucha. Por otra parte, si bien
después se analiza el tema de la fusión FAR Montoneros, en la conferencia, ante una pregunta de los
periodistas, aclaran que el hacer la conferencia de manera conjunta “no implica en este momento
la fusión, si implica el objetivo de la fusión”. El Descamisado, N° 4, 12 de junio de 1973, cit en
Baschetti (75-86).
– 89 –
Lograr en cada uno de los ámbitos, en las fábricas y demás lugares de tra-
bajo, en los barrios, en los colegios, universidades y en las zonas rurales,
la movilización popular y la organización de masas en el seno del movi-
miento, permitiendo así el fortalecimiento de este, con la orientación de
participar activamente junto al gobierno en el proceso de reconstrucción
y liberación.
– 90 –
(…) los vejámenes y la violencia física contra las personas y los estable-
cimientos son y serán rechazados y condenados por este Ministerio como
recursos innobles y ajenos a la conducta y proceder de los argentinos
(…). Quienes invocando banderas con signos y estandartes de cualquier
color ocupen, presionan e interrumpen el trabajo productivo, estarán
automáticamente al servicio de la dependencia cultural y económica y
tendremos derecho a considerarlos enemigos de la revolución cultural
argentina, liberada por los principios justicialistas (…).219
218
Nievas (1999: 386)
219
La Nación, 12 de junio de 1973
220
La Nación, 15 de junio de 1973
– 91 –
Si bien respaldan el reciente discurso de Abal Medina (que “expresa ‘el sentir
de nuestro accionar’”) advierte luego que la JP
3. El “invierno”
Ezeiza
Hay unánime acuerdo en identificar la llamada “masacre de Ezeiza” y el poste-
rior discurso de Perón con el “giro” del líder a partir de su regreso definitivo al país.
Asimismo, los análisis coinciden en señalar que el problema era la incompa-
tibilidad entre la generalizada movilización y las expectativas que subyacían a ella
con el proyecto de estabilización (y la política de ingresos) del gobierno.
221
Nievas (1999: 387)
222
La Opinión, 17 de junio de 1973
223
Nievas (1999: 388)
224
Nievas (1999: 390)
– 92 –
De manera similar, para Godio (1986: 28-30, 102-103), “La gran preocupa-
ción de Perón era el clima de radicalización política (…) que expresaba el clima
de protesta popular activa que vivía el país desde el Cordobazo en 1969”. Si bien
su proyecto era “hegemónico”, “nada indicaba que el proceso de radicalización
hubiese entrado en una etapa de reflujo, más bien ese proceso buscaba ‘cómo’
continuar ascendiendo obligando al propio gobierno a legitimarlo.”.
Torre (2004: 26) destaca que “el hiato existente entre la fórmula de recon-
ciliación propuesta por Perón y el espíritu dominante en la movilización que lo
devolvía al gobierno.”.225
Por último, De Riz (1981) articula este problema con el objetivo de Perón
de desplazar tanto a Cámpora como a los sectores que habían protagonizado la
“primavera camporista”:
225
Torre (2004:26)
226
De Riz (1981:59)
227
Godio (1986:121)
– 93 –
228
Landi (1979:111)
229
La Opinión, 24 de junio de 1973, tapa
230
Esta relación se había plasmado en la inclusión de militantes de la JP en las administraciones
provinciales. Los restantes gobiernos “afines” eran Bidegain (Bs. As.), Antenor Gauna (Formo-
sa), Obregón Cano (Córdoba), , Martínez Baca (Mendoza) y Miguel Ragone (Salta). Servetto
(2010:200-201, 203).
– 94 –
Continúa destacando que todas las fuerzas políticas son bienvenidas, “[p]ero
dentro de la ley” ya que “no admitimos la guerrilla”.
231
Di Tella (1981: 328 y 344). Poco después, el 15/08/73 se anuncia que Lorenzo Miguel (UOM)
integrará la Mesa Ejecutiva del justicialismo
232
Godio (1986: 94, 101)
233
Perón (1974)
– 95 –
“Romper el cerco”
La primera reacción pública de FAR y Montoneros es una solicitada publicada
el 26 de junio en la cual atribuye los hechos de Ezeiza a la infiltración de la CIA en
el movimiento: “quisieron evitar este reencuentro” entre Perón y Pueblo para “se-
guir siendo intermediarios, mintiéndole a Perón sobre lo que dice y piensa el pueblo
y mintiéndole al pueblo sobre lo que dice y piensa Perón.”. Llaman a “estrechar
filas y consolidar fuerzas” en el apoyo al gobierno del “compañero Cámpora”.236
Frente a su destitución, el 14 de julio un comunicado de prensa titulado “Pe-
rón enfrenta la conspiración”, pone nombre a los “conspiradores”, infiltrados en el
movimiento, acusando a López Rega y a Rucci. Reclaman al Congreso la inme-
diata designación de Perón como Presidente Provisional para evitar una “situación
de desgobierno y vacío de poder” que favorecería “una agresión sangrienta del
imperialismo”.237
Una nota de Panorama, en la cual se analizan estas declaraciones explica
además que para
234
Di Tella (1981: 334)
235
Godio (1986:122-123)
236
“Ante la masacre de Ezeiza”, en Baschetti (1996: 94)
237
FAR y Montoneros, en Baschetti (1996: 118-119). Un comunicado de la JPR, publicado en Mili-
tancia N° 6, del 19/7/73, se expresa en el mismo sentido, reclamando el inmediato acceso de Perón
al gobierno y reivindicando a Cámpora, cuya lealtad sería la causa por la cual los “conspiradores”
inician su ofensiva.
– 96 –
238
Panorama, 19 de julio de 1973
239
La Nación, 24 de julio de 1973
240
Horowicz (2005:267)
241
Comunicado de Prensa Regional 1.
242
Zapata (1996:105)
243
Di Tella (1981: 323)
244
Di Tella, (1981: 324)
245
El Descamisado, N°11, 31 de julio de 1973, cit en Gillespie (1987:207)
– 97 –
246
Sección “Interpretaciones”, Mario Jorge Escalante, La Opinión, 18 de agosto de 1973. Si hasta ju-
nio era posible encontrar una fuerte identificación o una pertenencia efectiva de muchos miembros
de la redacción de La Opinión a Montoneros, la situación se modifica radicalmente desde entonces.
A poco de la asunción de Cámpora, Timerman comienza a temer que varios de sus periodistas del
Bloque de Prensa Peronista “estuvieran gestando un proyecto de cooperativización de La Opinión”.
El 27/6/73 publica una solicitada en La Nación en la que pedía a quiénes “desde el 25 de mayo
viven atemorizados por el miedo a que sus vidas se vean amenazadas y sus empresas expropiadas”,
que lo acompañaran en su lucha, expulsando luego a muchos periodistas, ante lo cual muchos otros
se alejan (Ramírez, 1999: 349).
247
Di Tella (1981: 333)
248
Di Tella (1981: 346)
– 98 –
249
Di Tella (1981: 348)
250
Juventud Peronista, Regional l (22/8/73)
251
El 1ro de agosto se habían reunido en el Savoy, emitiendo una declaración conjunta en la que llama-
ban a “reencauzar el proceso de liberación nacional” y reafirmando su voluntad de seguir actuando
conjuntamente.
– 99 –
252
En Baschetti, 1996: 164-169.
– 100 –
253
En El Descamisado, N° 17, Suplemento 11/9/73, en Baschetti (1996: 176-181).
254
La vocación frentista se plasma en las figuras presentes en el Congreso: la hermana de Eva Perón,
Herminia Duarte (recibida con el grito “Si Evita viviera sería montonera”); el Presidente del Centro
de Exiliados de Perú, Mariano García; un miembro del Comité Central de la Juventud Socialista de
Chile; representantes de la juventud radical, comunista y radical yrigoyenista. Moscona (2008).
255
Ese no fue el único acto de campaña de la JP. Además del de cierre, realizado en Once, la Regional 1
impulsó en palabras de La Opinión, era “[u]n método electoral revolucionario”: “mesas de trabajo”
en las cuales los militantes respondían a “las preguntas de un pueblo -compuesto básicamente por
empresarios, comerciantes, empleados, amas de casa- deseosos de llevar los volantes y establecer
con claridad que significó la JTP o cual era la línea ideológica de la agrupación Montoneros (…).”.
Para el cronista, desde el acto de Atlanta, la Juventud Peronista actúa “probándose a sí misma que
no sólo es una fuerza capaz de convocar a 200.000 coreadores de consignas sino a la vez un instru-
mento de gobierno que ayuda a preparar conciencias”. La Opinión, 8 de septiembre de 1973, p. 1
256
Gillespie (1987:171) y Perdía (1997:191) especifican minuciosamente el tiempo insumido por cada
fuerza durante el “desfile”: los gremios, 38 min.; la JP, las organizaciones juveniles, 26; la JTP, 16;
Guardia de Hierro, 9; Encuadramiento, 3; JPRA (Yessi), 2; el PJ (Junta Metropolitana), 2.
257
Amorín (2005:260-261)
– 101 –
– 102 –
4. Perón Presidente
El 23 de septiembre se realizan las elecciones y Perón obtiene el 61,85%
mientras la fórmula radical (Balbín-De la Rua) obtiene sólo el 24,34%. El 25 de
septiembre las consignas de la JP se hacen realidad: Rucci es asesinado. Monto-
258
La Opinión, 9 de septiembre de 1973, tapa. En la entrevista que El Descamisado hace a Firmenich
después de la reunión este profundiza sus afirmaciones de la conferencia de prensa: “el poder brota
de la boca de un fusil. (…) Chile es un ejemplo que nosotros no debemos repetir de esa agresión
contra un pueblo desarmado.”. El Descamisado, N°17, 11/9/73, en Baschetti (1996: 192-194)
259
Trinchera, N° 4, septiembre de 1973.
– 103 –
260
Mayoría, 27 de septiembre de 1973
261
Di Tella (1981: 377)
262
Servetto (2010:196).
– 104 –
Hay una ley y hay una justicia y quien delinca se enfrentará a esa ley y
esa justicia por la vía natural que toda democracia asegura a la ciudada-
nía. Creer lo contrario sería asegurar la injusticia y andaríamos matando
gente en la calle que ni merece ni tiene por qué morir. Yo no he de entrar
por el camino de la violencia porque si a la violencia de esos elementos le
agrego la violencia del Estado no llegaremos a ninguna solución.265
263
La Nación, 4 de octubre de 1973
264
A raíz de las nuevas directivas, “varios gobernadores cuestionados debieron modificar sus gabine-
tes, entre ellos el mendocino Alberto Martínez Baca.” (Servetto, 2010: 204).
265
La Opinión, 21/12/73, citada en Franco (2009).
266
Godio (1986:157)
267
De Riz (1981:81)
– 105 –
En el mismo acto, el ministro del Interior Benito Llambí, presidente del fla-
mante Consejo de Seguridad Nacional, señalaba que “No hay fronteras para el
terrorismo, el crimen aleve y la subversión; no habrá fronteras para eliminarlos y
erradicarlos.”.270
El 27 de septiembre, La Opinión analizaba el asesinato de Rucci, destacando
el carácter irremplazable de su figura
268
Godio (1986: 154, 156)
269
La Opinión, 21/12/73, citado en Franco (2009)
270
La Opinión, 22/12/73, citado en Franco (2009)
271
Torre (2004:53)
– 106 –
272
Torre (2004:43)
273
Torre (2004:128)
274
Jelín (1978: 458)
275
Torre (2004:128)
276
Torre (2004:53). El 14 de septiembre La Opinión comentaba las declaraciones de Rucci promovien-
do la convocatoria a paritarias.
– 107 –
277
La segunda charla en la CGT (25/10/73), estuvo centrada en la defensa de su concepción de la
alianza de clases, plasmada en la consigna de “el cincuenta por ciento”, en el marco de su preocu-
pación por la continuidad del proceso de radicalización luego de las elecciones. En la charla en la
CGT del 2/11/73 habló de la legitimidad e importancia del rol político de los sindicatos y su lucha
contra las desigualdades “excesivas” (112) y el 8/11/73 destacó que esta lucha no debía confundirse
con la aceptación de “un corriente que (…) se esforzaba por radicalizar al peronismo”, dedicándose
al tema de “La infiltración”. Luego de la charla del 8/11/73, las direcciones sindicales se apuraron
a difundir su contenido, al igual que la gran prensa (Godio, 1986:106, 113, 117).
278
Torre (2004:56)
279
Diputados aprueba la nueva Ley de Asociaciones Profesionales el 29/11/73 (Di Tella, 19981: 413)
– 108 –
280
Godio (1986:162-165)
281
Desde fines de 1973 aparecen la especulación, la doble facturación, la retención de mercancías, el
acaparamiento de bienes en el circuito comercial a la espera del alza en los precios, el contrabando,
etcétera (De Riz, 1981:100).
282
Torre (2004: 55, 60-61, 63). Por otra parte, el 1/12/73 los diarios anunciaron que la CGT contro-
laría los balances de las empresas a fin de determinar la legitimidad de los aumentos de precios.
Sin embargo, la CGT carecía de la “infraestructura técnica” necesaria para llevar a la práctica esta
concesión política. Torre (2004:60-61) destaca que su papel de “articulador político del movimiento
laboral” (asumido desde 1955) y su “tradición reivindicacionista” (de más largo plazo) suponían
– 109 –
De esto sería prueba “el asesinato de Enrique Grinberg de la JP, activo par-
ticipe de la reconstrucción universitaria y director del centro de investigaciones
aplicadas.”.283
En un tono similar aunque con un matiz amenazante ausente en la declaración
de la JUP, el 2 de octubre una nota de El Descamisado marca la posición pública
de la organización. “Ante la muerte de Rucci”, firmada por Dardo Cabo, dice que
frente a lo ocurrido deben buscarse
las causas profundas de esta violencia. (…) No hay que disfrazar la reali-
dad (…) recurriendo al subterfugio de las purgas o a las cruzadas contra
los trotskos. (…) No se puede pretender que la mitad de los que desfiló
–por ejemplo- el 31/8 frente a la CGT eran infiltrados o que son locos
cuando denuncian y piden la cabeza de la burocracia sindical. Por un
momento hay que pensar si tienen razón. (…) Si todos los peronistas no
tenemos derecho a elegir a quien nos represente, debajo de Perón, en el
movimiento peronista, así no camina la cosa. Se va a seguir muriendo
gente. (…).284
una extrañeza total de “toda tentativa más global de intervención sobre las modalidades de desa-
rrollo económico”. Así, “atrincherados en la contestación de las políticas gubernamentales pero sin
avanzar, paralelamente, una política alternativa de consumos e inversiones.”
283
La voladura del comedor universitario en La Plata, ataque de la Comando de Organización al co-
medor universitario en Resistencia, explosivos en las facultades de derecho y ciencias exactas en la
UNBA y la facultad de farmacia y bioquímica, ataque a balazos a la facultad de Filosofía y letras
de Rosario y explosiones en la Facultad de Humanidades de Mar del Plata. En Moscona (2008)
284
En Baschetti (1996: 225-228)
285
Gillespie (1987:171)
– 110 –
(…) hasta el 25/5 fuimos subversivos. Una vez logrado el objetivo, re-
acomodamos nuestras fuerzas (…).
Desde el 25/5 apoyamos al gobierno popular y lo defenderemos por to-
dos los medios y manteniéndonos fieles a la doctrina peronista, a sus ‘20
verdades’ y a la ‘Actualización Doctrinaria’, que señalan la necesidad
del trasvasamiento generacional y del desarrollo de la lucha integral para
obtener la liberación y construir el socialismo nacional y la patria grande
latinoamericana. Si esto no es ser peronista que alguien nos lo diga, por-
que no nos damos cuenta.289
286
La Nación, Editorial, 21 de octubre de 1973.
287
La Opinión, 31 de octubre de 1973.
288
Y concluyen que “la nota periodística y las publicaciones mencionadas, forman parte de una cam-
paña que burdamente intenta deformar la historia real mostrando como enemigo a quienes el pueblo
peronista reconoce por su lealtad al líder y a los objetivos revolucionarios del movimiento (…)”.La
Nación, 25 de octubre de 1973
289
Militancia, 8/11/73, en Baschetti (1996: 320-322)
– 111 –
… y la obediencia
El discurso desafiante se combinaba con apelaciones al “realismo” y a la
“eficacia” dirigidas las propias filas. En el discurso de Firmenich del 17 de octubre
además de “de morir por la causa de los trabajadores”, “hay que morir eficaz-
mente, es decir (…) hay que lograr la eficacia en la derrota del enemigo, Y este
es el verdadero compromiso.”. Quieto, por su parte, diferencia a Montoneros de
“otros sectores que confunden los deseos con las realidades y no tienen en cuen-
ta la correlación de fuerzas, el nivel de conciencia y de organización de nuestro
pueblo”.291
El editorial de El Descamisado del 13/11 plantea a los militantes cuáles son
las opciones “reales”:
(…) Las derivaciones ulteriores han sido moderadas, mucho menos dra-
máticas de lo que era lógico temer. La JUP y las demás organizaciones
estudiantiles (…) no solamente no llegaron en ningún momento a cues-
tionar la conducta de Perón, sino que coincidieron también en salvar la
responsabilidad del doctor Jorge A. Taiana, a quien los hechos, en un
primer momento, parecían presentar como el ‘culpable’ directo y eficien-
te del alejamiento del rector Puiggros. (…) el estudiantado, además, con-
290
Folleto, en Baschetti (1996: 353-359)
291
En Baschetti (1996: 247-257) Discursos de Quieso, Firmonich en Córdoba
292
El Descamisado, N° 26, pp. 2-3, cit en Gillespie (1987:182)
– 112 –
Así como ayer nuestra capacidad de lucha fue empleada para recuperar
para el pueblo un gobierno que había sido usurpado por la reacción go-
rila, hoy nuestra tarea principal es reconstruir al país devastado por la
oligarquía y el imperialismo.294
El mismo día, con una marcha en contra del proyecto de la Ley de Asocia-
ciones Profesionales, se hace público el acercamiento entre la JTP y los gremios
“combativos”: “Esta alianza se tradujo (…) a través de un denominador común -
que es el cuestionamiento a las reformas a la ley de Asociaciones”.295
El 2 de noviembre se reafirma la oposición con un Acto en el Luna Park el
2 de noviembre. La nueva consigna es “Rucci traidor, saludos a Vandor”. Para
La Opinión los 20.000 asistentes al acto no sólo implican “un espaldarazo a la
posición cuestionadora del Proyecto de Ley de Asociaciones Profesionales”, sino
también “la expresión cualitativa del crecimiento que viene registrando desde su
creación la JTP, y un punto inicial concreto para el reagrupamiento de las distintas
variantes del peronismo ‘sindical combativo’ (…)”.296
Retomando la línea del Operativo Dorrego de compromiso con la política
“frentista” y de “reconstrucción”, el 8 de noviembre Clarín anuncia la convocato-
ria a una reunión de las JPA en el Hotel Savoy, en la cual se elaboraría un docu-
mento que plasmaría los acuerdos logrados hasta el momento entre los diferentes
grupos. Según la nota se trata de “un test para demostrar su capacidad de convo-
catoria”. Días después otra nota difunde un comunicado sobre el encuentro que
parece considerar que el resultado del test seria satisfactorio. Además de fuerzas
del FREJULI, asistieron las juventudes de la Alianza Popular Revolucionaria (Ju-
ventud Revolucionario Cristiana, del Partido Intransigente y de UDELPA), del
293
6 de octubre de 1973
294
Solicita en La Razón, 5/10/73
295
La Opinión, 4 de octubre de 1973
296
3 de noviembre de 1973
– 113 –
297
Clarín, 8 y 10 de noviembre de 1973. Las tareas enumeradas son: control de precios en todo el
territorio; 1.000 cortes de ranchos para inundados en las islas del Paraná; campañas de alfabeti-
zación en el Gran Buenos Aires, Río Negro y Neuquén; tareas de erradicación de villas en Entre
Ríos; apuntalamiento del terraplén del Río Salado en Santa Fé; Operativo Salud Santa Ana (Sanea-
miento ambiental, vacunación, radiografías, asistencia materno-infantil) en Tucumán; asistencia a
inundados en Santa Fé; construcción de dispensarios en barrios y villas de todo el país; campañas
de vacunación masivas en todo el país; colaboración con las federaciones indígenas de Formosa,
Chaco, Misiones, etcétera; Operativo Formosa de Construcción de viviendas; Operativo Dorrego
en la Provincia de Bs. As. (Clarín, 10 de noviembre de 1973).
298
Perdía (1997:221). Los sectores “minoritarios” eran las juventudes del MID, de las dos fracciones
de la DC, del ENA, del FIP, de UDELPA, del Movimiento Socialista para la Liberación y de los
Demócratas Progresistas
299
Derecho, Ciencias Económicas, Filosofía y Letras, Odontología, Veterinaria, Agronomía, Arquitec-
tura y Medicina.
300
Baschetti (1996) y Perdía (1997:213).
– 114 –
301
Además de eligir presidente (Miguel Talento, de la JUP) y secretario general (Rafael Pascual, de
Franja Morada/Juventud Radical Revolucionaria), se nombra una “presidencia honoraria” inte-
grada por figuras identificadas como parte de las luchas por la liberación: Hipólito Yrigoyen, Juan
Domingo Perón, Eva Perón y Salvador Allende. En Moscona (2008)
302
El Descamisado (N° 26, 8 de noviembre de 1973). La Mesa Coordinadora esta integrada por Eva-
risto Buezas, Avelino Fernández, Dante Viel, Martín Vartanian y Luis C. de Echeandía.
303
Perdía (1997:174)
304
Bernetti (1989: 130, 169-170)
– 115 –
muchos pensaron Abal Medina se paso a la derecha, que transó con los
milicos” “Ese fue el comentario del momento (…) charlas, de entre casa,
(…) se hablaba que Abal Medina había negociado con un sector naciona-
lista del ejército, en la transición, entre el triunfo y la asunción, y enton-
ces la orga a través de la JP lanzo la consigna, como para presionarlo a
Abal Medina, la sangre de tu hermano es el fusil de la Argentina.306
(…) la idea era (…) era entablar buenas relaciones con esos dos cuarte-
les, Azul y Olavarria… (…) con la excusa de realizar una tarea solidaria
en conjunto, que se pudiera hablar con los oficiales y ver nosotros con
que tipos podemos contar, con quiénes se podía…308
305
Anguita y Caparrós (1997: 153-154). Urien se incorpora a la Secretaría militar de Montoneros junto
a Carlos Lebrón después de Ezeiza.
306
Entrevista de la autora (2003, 2008)
307
Vaca Narvaja y Frugoni (2002:227)
308
Entrevista de la autora (2003 y 1008). Tanto el testimonio ya citado de Urien, como algunos co-
municados firmados “Juventud Peronista de la Armada Argentina” y “Juventud Revolucionario
Peronista del Ejército Argentino”, difundidos por El Descamisado y El Peronista, dan cuenta de
esta línea de trabajo. Baschetti (1999: 43-52).
309
El Descamisado (N°20, 2/10/73), cit en Gillespie (1987:201)
– 116 –
Sin embargo, tanto Perdía como Vaca Narvaja destacan la fuerte tensión entre
la organización y los líderes sindicales. Para Perdía (1997)
310
“Culmina el Operativo Dorrego”, en El Descamisado (N° 24, 30/10/73), cit en Baschetti (1996:
234-237)
311
“Balance del Operativo Dorrego: la Juventud Peronista fue a trabajar”, en El Descamisado (N° 25,
6/11/73), cit en Gillespie (1987: 201)
312
Perdía (1997:171-172)
313
Amorín (2005: 247, 252-253, 256, 262-263)
314
Perdía (1997:171-172)
– 117 –
315
Anguita y Caparrós (1997: 213-214)
316
Anguita y Caparrós (1997: 81, 82-83). Este departamento había sido creado luego del 25 de mayo
y se le habían asignado tres líneas de trabajo: “La recuperación de la memoria cultural y política
del país desde el siglo XIX, rearmando la historia argentina a través de hechos, figuras, pensadores,
políticas; la información de las realizaciones que tendrían lugar de ahí en más, restableciendo la
vieja relación peronista entre el Estado y el pueblo; y la coordinación de docentes, artistas, perio-
distas y escritores para elaborar un vasto programa federal extracurricular como acompañamiento a
la escuela.”. Los proyectos llevados adelante durante el ´73 habrían sido “radioteatros sobre figuras
latinoamericanas destacadas, teleteatros sobre la Resistencia Peronista, documentales para la tele-
visión sobre el pensamiento nacional, discos con temas vinculados a las ‘tareas de la liberación’,
libros de bolsillo baratos sobre procesos revolucionarios del tercer mundo, festivales de cine y
teatro, congresos de historia, filosofía y literatura, etc.”.
317
Anguita y Caparrós (1997: 225-226)
– 118 –
El disco terminado fue aprobado por Mario Firmenich entre fines de noviem-
bre y principios de diciembre de 1973. Según Abbatista (2009) la Cantata era
“parte de una estrategia amplia de la organización en un camino de búsqueda de
ampliar su legitimidad”, para la cual “la experiencias de tanto de Cuba como de
Chile parecen haber funcionado como modelo”.
El disco comienza con “Memoria de los Basurales (El Aramburazo)” en el
cual un locutor narra la lucha contra la dictadura de Onganía. El punto de arranque
es el secuestro de Aramburu e identifica tres procesos: la resistencia peronista
(fundamentalmente los fusilamientos del 1956), las luchas del Tercer Mundo y el
Cordobazo.
El segundo tema, “La V de la Calera”, se centra en “una de las ideas fuerza
del revisionismo histórico” de acuerdo a la cual “el proceso político que los tiene
por protagonistas es el reinicio de ‘guerras que nunca habían terminado’ (…) las
montoneras populares que en el siglo XIX habían parecido derrotadas”. Estos te-
mas se retoman en “Garín” (pista 4) y “El combate de Ferreyra” (pista 6).
Otra grupo de canciones con temas relacionados son “Fernando [Abal Me-
dina] y Gustavo [Ramus]” (pista 3) y “El negro Sabino [Navarro]” (pista 7). Para
318
Esquivada (2004: 209). El directorio de Hoy SA, la empresa que editaba Noticias, mostraba la am-
plitud de los “contactos” montoneros. Estaba integrado por industriales (José Palma, Cao Saviría),
políticos (Jorge Vázquez, canciller durante el “camporismo”), sindicalistas (Gazzera) y militares
(Jorge Leal), entre otros (Esquivada, 2004: 120)
319
Esquivada (2004: 141-142)
320
Anguita y Caparrós (1997: Ay C, 344)
– 119 –
– 120 –
no es que hay un doble discurso (…) tiene que ver con cuestiones tácticas
de la política, en ese momento todavía había como una expectativa de
poder replantear algún vínculo con Perón y no confrontar directamente
con Perón, en algunos casos por reconocimiento al liderazgo de Perón, en
otros casos porque no estaba [ese reconocimiento], algunos compañeros
no tenían muy claro cual era el proyecto ideológico de Perón o pensaban
que era uno u otro, eh… y en todo caso por el costo que implicaba romper
con Perón, en términos de representación política.
321
Anguita y Caparrrós (1997: 106-109)
– 121 –
nos costó reaccionar, sabés? Nadie dijo, uh, que mal esta esto, lo fuimos
viendo después… (...) había gente que viste?, matamos, viste, mataron a
Rucci, todos contentos pero… pero no medían la consecuencias políticas
de eso, no? después pude elaborar todo eso, el error político, no en el
momento, nos costó reaccionar.325
322
Anguita y Caparrós (1997: 316-317, 319)
323
Anguita y Caparrós (1997: 324)
324
Anguita y Caparrós (1997: 318-319)
325
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
– 122 –
326
Entrevista de la autora (2008)
327
Larraquy (2008: 81-82)
328
Vaca Narvaja y Frugoni (2002:231)
329
Clarín, 13 de noviembre de 1973
– 123 –
330
Más allá de los cambios, en el reportaje Gullo sigue la “línea” ya mencionada, destacando las tareas
realizadas por la JP para la “reconstrucción nacional”. El acercamiento a las “juventudes políticas
argentinas”; el diseño de propuestas de políticas concretas para salud, vivienda y educación; la apli-
cación práctica de esos criterios, de forma complementaria a la acción del gobierno popular, y no
buscando “suplantarlo”, en Tucumán, Santa Fé, Formosa, Noroeste y Gran Buenos Aires; el apoyo
a los reclamos de la clase trabajadora en Jujuy, Río Negro y Entre Ríos (Noticias, 9 de diciembre de
1973).
331
Noticias, 9 de diciembre de 1973.
332
Panorama, 20 de diciembre de 1973
– 124 –
333
Baschetti (1997: 258-311)
334
Recuérdese que las conclusiones de los “congresos” de la JP, realizados a partir de mediados de no-
viembre, eran según Noticias (9 de diciembre de 1973) “la fundamentación y los criterios políticos
que enmarcan la Reconstrucción Nacional; la necesidad de la profundización doctrinaria de todos
los compañeros y la consolidación organizativa de Juventud Peronista a nivel nacional”.
335
(258-261)
336
(263-264)
337
(266-267)
– 125 –
338
(272)
339
268
340
Baschetti (1997: 269).
341
Aclaran que el fracaso puede ser “porque lo derrocan; o (…) porque luego de haber intentado
sistemáticamente nuestra disolución (…) vamos a ver si nos da el cuero para afrontar la situación
(…); o (…) porque tiene que bajar tantas banderas que el proceso de liberación se diluye.”. Más
adelante, aclaran que el principal problema es, en realidad, la segunda alternativa: “Perón lo que
trata de hacer es de darle seguridades al enemigo, tratar de convencerlo de que él no es tan malo
y que entonces no lo derroquen. (…) eso estaría bien si simultáneamente se acumulara poder real,
por vías clandestinas y secretas, pero si al mismo tiempo se destruye el poder real, objetivamente a
la larga se favorece al Imperialismo.” Baschetti (1997 (279-280 y 308)).
– 126 –
Por ende
(…) más allá de los presupuestos ideológicos subjetivos que pueda tener
Perón o que podamos tener nosotros, objetivamente (…) compartimos
plenamente su proyecto estratégico, ese proyecto de Frente Nacional An-
tiimperialista y de Frente Latinoamericano Antiimperialista (….).343
342
Baschetti (1997: 271).
343
Aclaran: “¿Por qué nosotros hablamos de socialismo nacional?: porque es un problema político,
no ideológico, porque el socialismo solamente es alcanzado a partir del nacionalismo. Porque la
primera intuición política de las masas es el nacionalismo y no es socialismo y porque aparte el
nacionalismo permite la alianza de clases en función antiimperialista, es decir en la transición hacia
el socialismo.” Baschetti (1997: 273-275).
344
Baschetti (1997: 275-276).
– 127 –
345
Baschetti (1997: 276-278).
346
Baschetti (1997: 292-293).
347
Baschetti (1997: 282-283).
– 128 –
hoy, tal cual está la situación, pretender seguir avanzando sin consolidar
es un error.(…) [En] la situación objetiva de hoy, en la cual se incluye el
hecho de que Perón no nos da, por lo visto, mucha bola. (…) entendemos
que es necesario ponerle fronteras a este espacio político para consoli-
darlo, para acumular dentro de él, para luego expandirlo. (…) hemos al-
canzado un punto. Ese punto hay que consolidarlo, porque es flojo, muy
flojo políticamente, organizativa y militarmente.350
348
Baschetti (1997: 270).
349
Baschetti (1997: 289-290).
350
Baschetti (1997: 290-291).
351
Baschetti (1997: 292).
– 129 –
lo que veíamos (…) era que podíamos presionar, avanzar, hasta que Perón
dijera basta. Cuando Perón optara en determinada medida concreta (…)
nosotros también vamos a decir ‘bueno, hacemos esto’, aunque realmente
estemos en desacuerdo. Porque lo que realmente nos interesa es producir
la transformación interna del Movimiento Justicialista a través del despla-
zamiento de la burocracia (…) de la representatividad política (…).
siempre lo mismo: toda vez que uno ataca a un enemigo, ese enemigo
lo ataca más violentamente a uno. (…) [pero] Si nosotros no avanzamos
sobre la burocracia renegamos a producir ese desplazamiento de sectores
que distorsionan el MLN.
– 130 –
352
En otro pasaje de la “Charla”, señalan que a la burocracia “Les ofrecemos un armisticio en donde
les respetamos su poder. Eso después se puede expresar en que nosotros no puteamos todos los días
a Lorenzo Miguel, en que no lo matamos, en una serie de cosas.(…)”. (292)
353
(293-296)
354
(301)
– 131 –
del nivel de conciencia de la gente con que vos estás trabajando (…)
distintos lugares implican distintas realidades, distintos niveles de con-
ciencia, etc. Entonces vos a alguna gente les podés explicar y les dirás,
yo a Perón no lo entiendo (…) estoy en desacuerdo pero lo tenemos que
obedecer porque sino vamos a dividir el Movimiento Peronista… (298).
Es decir, la posición montonera era una especie de “justo medio” cuya ex-
plicación, además, debía “adaptarse” al “nivel de conciencia” de las masas. La
355
Baschetti (1997: 306)
356
Baschetti (1997: 300) Más adelante, agrega que la explicación del tema de las diferencias ideológi-
cas con Perón va resultar fácil con “los compañeros con desviaciones alternativistas” y más difícil
“a los compañeros que manifiesten tendencias movimientistas”. “A uno le podrás tal vez explicar
todo, a otro le tendrás que explicar de a poco. (…) En fin, explicar esto es una cuestión de tacto y,
como dice Perón, en política hay que tener tacto, porque el que no tiene tacto se quema.” Baschetti
(1997: 304-305)
– 132 –
Antes de pasar a los acontecimientos que muestran que ese día llegaría antes
de lo esperado, cabe citar una versión pública de estas tesis. En una entrevista,
Marcelo Cerviño, de la Regional 1, señala que
para la política que [Perón] desarrolla en este momento, es útil tener una
superestructura (…) que no exprese los contenidos revolucionarios. Es
mostrar una imagen del peronismo que no es real, con el propósito de lo-
grar cierto equilibrio político que le permita llevar adelante el proceso.
357
Baschetti (1997: 306).
358
Denuncia N° 1, Bs. As., febrero de 1974. Se aclara que la entrevista fue realizada antes de la renun-
cia de los diputados de la JP que se analiza en el siguiente apartado.
– 133 –
359
La Opinión, nota de tapa, 22 de enero de 1974
360
La Nación, 22 de enero de 1974
361
Servetto (2010: 204).
362
Di Tella (1981: 436)
363
Godio (1986:177)
364
De Riz (1981:110)
– 134 –
En este sentido, para Godio (1986) “las reformas introducidas no están tanto
dirigidas contra la guerrilla, como contra las formas tradicionales de lucha de ma-
sas”. Así, el artículo 149 bis establecía prisión de seis meses a dos años para quie-
nes “hieren uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas”, lo
que podía aplicarse perfectamente a quien impidiera la entrada de rompehuelgas
durante un conflicto. El artículo 213 bis establecía prisión de tres a ocho años para
quien organizara o participara en una organización que, sin ser ilegal, “tuviese por
objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajeas por la fuerza o
el temor”, que podía afectar a los miembros del PC o a un trabajador que decidiera
continuar con una huelga declarada ilegal.366
La oposición alcanza también a los aliados del FREJULI, que luego de la sanción
de la ley sanciona a 7 diputados, (6 del MID y uno del conservadorismo popular), por
no asistir a las sesiones donde se sancionaron las reformas de Código Penal.367
La sanción del proyecto es el punto de partida del progresivo alejamiento
crítico de Montoneros, que comienza con las renuncias de los diputados de la JP
que se niegan a votar a favor de la ley y culmina con la ruptura del 1ro de mayo
(proceso que se analiza en el próximo apartado). Al igual que antes, las acciones y
declaraciones de la JP y de los Montoneros no modifican el rumbo emprendido por
el gobierno y el “desplazamiento” de la “izquierda” de los espacios institucionales
en el gobierno, iniciado con el desplazamiento de Cámpora, avanza. A principios
de marzo, La Opinión reseña la situación señalando que
[l]os observadores ya no duda que, uno por uno, los principales represen-
tantes del ‘camporismo’ serán atacados. Algunos de ellos ya ‘murieron’;
el propio presidente Cámpora, los ministros Righi y Puig, los jóvenes
Galimberti, Abal Medina y jefes de regionales, el interventor Puiggros,
el gobernador Bidegain, los diputados disidentes. Otros – Obregón Cano,
365
La Nación, 4 de febrero de 1974
366
Godio (1986:167)
367
Di Tella (1981: 447)
– 135 –
368
La Opinión, 3 de marzo de 1974
369
Según Itzcovitz (1985) en todas las provincias se “interfirió con el normal desenvolvimiento insti-
tucional” y en 10 las autoridades fueron cuestionadas. Bonavena (2007) analiza en detalle los casos
de San Juan, Tucumán, Formosa, Santa Fé, San Luis, Catamarca, en los cual hubo fuertes crisis
institucionales que no tenían un exclusivamente ideológico, sino que en muchos casos estaban
relacionadas con pugnas de poderes locales y una serie de graves irregularidades administrativas y
constitucionales.
370
Di Tella (1983:75)
371
Itzcovitz (1985:55-56).
– 136 –
372
Di Tella (1981: 438), y Buenos Aires Herald, 11 de abril de 1974, cit en Gillespie (1987:190)
373
Di Tella (1981: 451, 454, 477)
374
Di Tella (1981: 457, 470)
375
Di Tella (1981: 441, 482) y Buenos Aires Herald, 14/4/74, cit. en Gillespie (1987:192, 193)
376
Di Tella (1981: 499, 501). El comisario Juan Ramón Morales y el inspector Rodolfo Eduardo
Almirón habían sido expulsados de la policía por “gangsterismo”, pero fueron reincoporados en
vísperas de la asunción de Perón y luego nombrados en puestos claves: Morales, jefe de seguridad
del Ministerio de Bienestar Social; y Almirón, miembro del equipo de seguridad presidencial. En
pocos meses son ascendidos (Gillespie, 1986:192).
377
Gillespie (1987:192)
378
La Opinión, 18/5/74
– 137 –
379
Di Tella (1981: 503); Buenos Aires Herald, 17/5/74, cit en Gillespie (1987:188)
380
Di Tella (1981: 510) y Gillespie (1987:172)
381
La Opinión, 22/5/74, 28/5/74 y 30/5/74, cit en Franco (2009)
382
La Prensa, 25 de mayo de 1974
– 138 –
383
Di Tella (1981: 492, 502) y La Opinión, 9/5/74, cit. en Franco (2009)
384
Di Tella (1981: 511, 515, 516) y Gillespie (1987:190)
385
El promedio de conflictos mensuales se eleva de 30 a 39 (Jelin, 1978:457).
386
Torre (2004:78-79)
387
Torre (2004:81)
– 139 –
Como se dijo, por primera vez en esta etapa Perón no sólo hostiga a la iz-
quierda sino que advierte directamente a los sectores “retardatarios, representados
por los diarios de la ‘oligarquía’”, insinuando “la posibilidad de producir su con-
trol mediante la movilización popular frente al eventual sabotaje económico”.390
En palabras de De Riz (1981) se trató de “una queja a todos los argentinos”, un
“último y patético esfuerzo por controlar la situación [que] no pudo ser más que
un esfuerzo final de retórica.”.391
388
Godio (1986:225)
389
Godio (1986:226-228)
390
Landi (1979:113)
391
De Riz (1981:97,98)
– 140 –
392
“Solo la organización y la movilización del pueblo nos dará la liberación. La represión sólo nos
dara la dependencia.”. El Descamisado, N° 36, 22/1/74, en Baschetti (1996: 393)
393
En Las Bases, N° 79, 29/1/74, en Baschetti (1996:396-407).
– 141 –
394
Noticias, 25 de enero de 1974. Luego de su renuncia los diputados son expulsados por el Consejo
Superior del Movimiento Justicialista. La Nación (27 de enero de 1974) observa con ironía que las
vacantes de Ortiz y Muñiz Barreto serían ocupadas por Ortega Peña y Leonardo Bettanin “hombre
al que se lo supone vinculado a montoneros”, que serían “una copia ‘corregida y aumentada’ de
los que se fueron”. En marzo Noticias corrobora el dato, al anunciar, además, el ingreso de Miguel
Zabala Rodríguez a la cámara.
395
Noticias, 1° de febrero de 1974
– 142 –
[p]udo haber cometido (…) muchos errores por impericia (…) sería un
descuido imperdonable pasar por alto su más importante acierto político:
haber advertido, anteanoche, (viernes 1° de febrero) que el desaire pro-
vocado el día jueves a Perón estaba destinado a revertir como germen de
una crisis de considerable magnitud en el propio frente juvenil (…).
Por eso, la conferencia de prensa del 1ro “tuvo por destinatarios a quienes
han sido sus propios seguidores [antes] que a sus adversarios o al propio Perón”
y “constituyó un esfuerzo por neutralizar los efectos de la brecha abierta horas
antes (…)”.398
Nace Lealtad
El episodio muestra que la crisis de diciembre, lejos de estar resuelta, se pro-
fundiza. El 1ro de febrero, Noticias da cuenta de un desprendimiento “minúsculo”
de la Regional l que habría afectado “algunos militantes y unidades básicas” de
las zonas Norte y Oeste. Se trata de la “Asamblea de Unidades Básicas de la JP”,
representada por Héctor Spina y Héctor Maguid, que asiste a la reunión de Perón
con grupos juveniles. Al día siguiente, La Opinión anuncia en su tapa:
396
El Descamisado (N°38, 5/2/74), en Baschetti (1996: 443-451).
397
“La semana política”, La Nación, 10 de febrero de 1974. Luego de estas declaraciones, el 21 de
febrero, anticipando la incorporación de un representante de la JPRA al Consejo Superior (que se
produce en marzo) Perón afirma que “prefiere ‘un líder honesto con diez personas atrás a uno des-
honesto con diez mil’”. Militancia (N° 35) cit en Gillespie (1987:172).
398
La Nación, 3 de febrero de 1974
– 143 –
399
Montero (2008)
400
Aiscurri, citado en Montero (2008)
401
La Opinión, 31 de agosto de 1974
– 144 –
Para Mercedes
En esta línea del “compromiso” con el “proyecto colectivo”, Yuyo señala cru-
damente
opinaba que [los de Lealtad] eran unos cobardes, no los analicé políti-
camente (…) no sé si conocí alguno, pero fue muy primario mi análisis,
hoy pienso que tenían más razón que nosotros, que otra hubiera sido la
historia si nos hubiéramos ido todos.404
402
Entre los firmantes estaban: Horacio González, Norberto Ivancich y Enrique Vallejos.
403
Entrevista de la autora (2008)
404
Entrevista de la autora (2008)
– 145 –
405
Montoneros (2008)
406
Gorbato (1999: 150, 154, 157)
407
Perdía (1997:164-165). El habría sido responsable de un campamento en San Luis, con conoci-
miento de las autoridades, con unos 80 asistentes. El curso había sido elaborado por un grupo de
oficiales encabezado por el Tte. De Navío Carlos Lebrón y sobre esa base y la experiencia de San
Luis se elaboró un manual militar y un manual de milicianos. De todas formas, es posible identificar
diferencias en el entrenamiento dispuesto para los diferentes frentes. Así, según el testimonio de
Costa, la instrucción militar anunciada en septiembre se implementa en noviembre, e incluye el uso
de armas. En cambio, la JUP recibe instrucción en enero de 1974, pero sólo con palos y cadenas
(Anguita y Caparrós, 1997: 421). Según Ana Testa “toda la JUP hizo un campamento militar en
– 146 –
Para Mercedes Depino, si bien la “orga” había decidido no hacer mas opera-
ciones públicas, firmadas, las acciones de pertrechamiento debían continuar. “Si
no, ¿cómo vamos a conseguir fierros y guita?”. Eso si, debían ser muy cuidadosas
y “No matar a nadie”.409
Desde el inicio, esta limitación del accionar armado público va acompañado
por el objetivo dar a todos los cuadros cierta preparación militar. La presencia
de Mario en la Agrupación que se forma en Derecho, obedecía a que el referente
político “no tenía experiencia militar” y que las FAR consideraban necesario “for-
mar un Comando de Apoyo, a preparar gente (…) para la etapa, digamos, no para
salir y combatir afuera, sino para la etapa…”: “autodefensa de la facultad ante los
ataques de la derecha, la autodefensa en las grandes movilizaciones…”, armas si,
“pero de 22, bajo calibre”, “conducir a la gente en caso de ataque, como despla-
zarse, como escapar”. 410
En el caso de Montoneros, según recuerda Urien, en junio de 1973 la “Secre-
taria Militar” habría recibido la “orden” de ir preparando la forma de “homoge-
neizar criterios para la autodefensa de las columnas en las movilizaciones y actos,
Monte Caseros en enero del 74” yo no fui a ese campamento porque ya estaba en territorial, ella
fue (entrevista a Mario, 2008).
408
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
409
Anguita y Caparrós (1997: 106-109)
410
Entrevista de la autora (2003, 2008). Cabe enmarcar este relato en las particularidades de cada
frente. Según Sonia Derecho era bastante especial: “éramos los fierreros nos llamaban de todos
lados, hay quilombo, vamos ahí”, “amenazas de enfrentamiento en la facultad había muchas por-
que bueno, había mucho facho ... creo que también por eso fue la facultad que más se armó, esteh,
terminamos siendo, en un momento yo creo que éramos el ejercito de todas las facultades porque
nos llamaban para cualquier quilombo que había”. Entrevista de la autora (2004). De todas formas,
el tema era una preocupación de la organización. Mario recuerda que durante el Operativo Dorrego
“me pidieron (…) que aprovechara que estábamos a campo abierto, que militarizara pero sin armas
a gente de la base, si porque en el Operativo participaron los que estaban en la orga, o en la periferia
y a los de periferia había que darles instrucción, pero sin armas, por supuesto, porque estaban ahí
los milicos, por más que eran amigos, y bueno, cuerpo a tierra, como avanzar, esas cosas, como
parapetarse, si te tiran de allá, parapetarte de este lado, cosas elementales”.
– 147 –
411
Anguita y Caparrós (1997: 153-154). De acuerdo a Urien, en su testimonio en La Voluntad, después
de Ezeiza, la Secretaría Militar sería ya una estructura “federal”, es decir, directamente dependiente
de la CN.
412
La primera versión del Curso es de septiembre de 1975, y su reelaboración definitiva se elabora
entre diciembre de 1975 y abril de 1976. Ver Montoneros (2008)
413
Amorín (2005:287). Según Caballero y Larraquy (2000:223) desde fines de 1973 las promociones
se realizan cada seis meses a partir de la evaluación del informe de los subordinados, del responsa-
ble y la opinión de la Conducción Nacional.
414
Amorín (2005: 228-230, 291-293)
– 148 –
De manera similar, Depino señala que en 1973 las FAR deciden priorizar el
trabajo político porque
415
Perdía (1997: 179, 180)
416
Entrevista de la autora (2008)
417
Anguita y Caparrós (1997: 64-66)
418
Anguita y Caparrós (1997: 656)
– 149 –
419
“Roberto Sobel, el gordo Robero le decían, porque hubo elecciones en el centro de estudiantes y
el era candidato a vicepresidente, y salió mal en la lista, en vez de Roberto salió Robero”. Era “un
poco mayor (…) y era un cuadrazo político de la izquierda y se fue peronizando”.
420
Cenap era la otra agrupación importante en Derecho. Había respondido en un momento a la CGT de
los Argentinos, pero que en ese momento “no respondía a nadie”, “no estaba vinculada a ninguna
orga”. Si lo estaba “en Arquitectura y Exactas si había una vinculación, con las FAR”.
421
Entrevista de la autora (2003, 2008)
422
Para Mario esta preeminencia se debía a que “el responsable de Pancho Talento en aquel momento
era Norberto Ivancich, ‘Croqueta’ le decíamos, dentro de la orga”, y “después pasaron todos a de-
pender de Ivancich y por supuesto Pancho era el protegido de ‘Croqueta’”.
423
Entrevista de la autora (2003 y 2008). Mario en cambio, decide pedir “el pase” y abandonar la
JUP.
– 150 –
Es mucho más importante que el diario llegue a los actores sociales (…)
Si nuestros frentes de masas actúan sobre el conflicto verdadero, su pre-
sencia se va a notar en el diario por su simple participación. Pero no
podemos convertir el diario en su simple reservorio de comunicados. No
vamos a vender nada.424
revela que para Noticias se volvía cada vez más difícil el equilibrio entre
la adhesión del diario y sus dueños al peronismo y la defensa de aquellos
hombres afines a su ideología que comenzaban a ser atacados por sus
enemigos dentro del movimiento.426
424
Entrevista en Esquivada (2004: 122)
425
Entrevista a Verbitsky, en Esquivada (2004: 124). Esta postura generaba conflictos, ya que algunos
periodistas cuestionaban la “bajada de línea”. Lo mismo ocurría con los conflictos gremiales. Si
bien no hubo ninguno, Walger recuerda una ocasión en que Urondo dijo a la comisión interna “Acá
el que manda soy yo. No hay aumento de sueldo y se acabó esta discusión.”. Entrevista a Silvina
Walger, en Esquivada (2004: 135, 137)
426
Esquivada (1999: 194)
427
Entrevista a Verbitsky, en Esquivada (1999: 218)
– 151 –
un día me citan a mi a una reunión por ahí, por Paternal, y me dan el do-
cumento para ver si lo quiero firmar, (…) ya estamos cansados de esto,
(…) no va más, llego el momento de decir esto y si no nos dan pelota nos
vamos, no? y nos vamos con la gente.
Tiempo después, “cuando esto llega a la orga (…) nos citan a todos” y co-
munican que las sanciones habrían incluido la expulsión de tres compañeros y
condenas a “trabajo forzado”, es decir “hacer excavaciones para las cárceles del
pueblo.430
La implementación de una política de creciente disciplinamiento puede per-
cibirse también en la recurrente mención al cuestionamiento de aspectos morales
de la vida privada de los militantes como una novedad posterior a la fusión y en-
marcada en el creciente malestar interno.
Mario identifica cambios que asocia a la fusión,
428
Esquivada (1999: 206)
429
En Luján la llegada de un nuevo responsable, que provenía de las FAR, genera un fuerte conflic-
to, que termina con un grupo que se va a la Sabino Navarro. El grupo que siguió en Montoneros
consideró que “al margen de las dificultades que pudiera haber tenido con los responsables de-
signados por esta, entendía que se debía considerar al peronismo como movimiento de liberación
nacional peronista policlasista, en cuyo seno la presencia de la clase trabajadora lo convertía en un
movimiento revolucionario per se. Por lo tanto la contradicción principal en esta etapa era contra
el imperialismo y sus sectores aliados y no la lucha de clases. Si bien esta diferencia los separaba
definitivamente del grupo de los Sabinos, ambos privilegiaban el trabajo político con las bases y la
organización popular como tareas estratégicas.”. Luna y otros (2007:96-98). Para 1974 la JPC no
existe más, siendo reemplazada por la JP Regional 8 y la Columna Sabino Navarro.
430
Entrevista de la autora (2003 y 2008).
– 152 –
De todas formas, para Mario, estas nuevas normas tenían cierta lógica que les
permitía acatarlas:
eran esas cosas compulsivas, también intentos de… que uno por ahí en
esta época [ahora] es más benevolente, pero intentos de… de conservar
algunas líneas de funcionamiento… mas de grupo compacto… y de… yo
creo que tenía que ver con el miedo a que todo se desmadrara (…).432
Un último indicio de estos cambios son las razones alegadas para el despla-
zamiento de Urondo a principios de 1974 en coincidencia con el giro de Noticias
hacia un mayor acatamiento de la “línea” de la organización. En el caso de Urondo
se habría cuestionado una relación extra matrimonial con una periodista del diario,
Alicia Raboy. Para Verbitsy era “la más vulgar moralina pequeñoburguesa disfra-
431
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
432
Entrevista de la autora (2008)
– 153 –
433
Esquivada (1999: 221, 222)
434
El acto se realiza en la cancha de Atlanta y sería una de las últimas concentraciones multitudinarias
de Montoneros (50.000 personas).
435
El 1ro de febrero El Mundo había afirmado que “las diferencias de Perón con Montoneros y Pero-
nismo de Base – y consiguientemente con la JP – no aparecieron bruscamente ayer”, sino que se
– 154 –
– 155 –
el acto tuvo un profundo significado, allí estaban los ‘viejos’, los que en-
carnaron y representan la Resistencia (…) abrazando a los Montoneros,
frente a cincuenta mil personas que certificaron masivamente que estos
son los hijos legítimos de la Resistencia.440
440
El Descamisado, N° 44 19/3/74
– 156 –
441
El Descamisado, Extra 14/3/74
– 157 –
442
Noticias, 13 de marzo de 1974. Noticias destaca que si bien el bloque oficialista se habría opuesto a
la incorporación de Ortega Peña, admitiría en cambio a Bettanin y Zabala Rodríguez, de la Juven-
tud Peronista.
443
La Nación, editorial del 8 de enero de 1974
444
La Nación, 9 de enero de 1974
445
Di Tella (1981: 453)
446
Gillespie (1981: 197)
447
Di Tella (1981: 468)
448
Cuando la ley es sancionada renuncia Villanueva e inmediatamente los estudiantes ocupan varias
facultades en Capital Federal y en La Plata. De todas formas el 25 asume Solano Lima, que será una
de las pocas figuras que mantienen su actitud de apertura a los “jóvenes” de la Tendencia (Di Tella,
468, 470, 473).
– 158 –
No, mijo, está en un error, esta es una fiesta, la fiesta de los trabajadores,
no es un acto político. En todo caso a lo que Ud. alude sería el 17 de
octubre, al cual yo concurro como jefe del MP. Esta es la fiesta de todos.
(…) lo que se va a hacer es elegir Reina del Trabajo.
449
Anguita y Caparrós (1997: 506)
450
Bonasso (1997:807). Costa recuerda que en marzo de 1974 todavía se hablaba de negociaciones
con Miguel, Anaya (FA) y Broner (CGE).
451
Asisten los más conocidos de la delegación de las Regionales: por Montoneros, Ricardo Rene Hai-
dar, María Antonia Berger y Alberto Molina; por el Peronismo de Base 17 de octubre, Carlos Caride
[y FAP 17/10]; por la JP Juan Carlos Añon, Jorge Todesca, Rodolfo Galimberti y Enrique Maratea;
por la JTP Guillermo Grecco, Enrique Juárez y Francisco Cofre; por la AE Adriana Lesgart y Mó-
nica Maestre. La Opinión, 26/4/74.
452
Síntesis descriptiva de la reunión con Juan D. Perón-Representantes de la Juventud.
– 159 –
453
Godio (1986:218)
454
Godio (1986:213-217)
– 160 –
En el mismo sentido Amorín (2005) relata como fue sorprendido por la pa-
sividad y las manifestaciones de alegría de los cuadros de la conducción ante la
retirada de quienes estaban en las primeras filas.
Sin embargo, muchos más adhieren a lo que Flaskamp (2002) denomina
“versión oficial”, es decir, que la retirada fue espontánea, fruto de la indignación
de los presentes ante las palabras de Perón. Bonasso (2002), Gasparini (1999),
Gelman y los diversos testimonios reunidos por La Voluntad así lo relatan.456 En
estas versiones se da gran importancia al carácter emocional de la reacción de Pe-
rón y su voluntad posterior de recomponer la relación457, asi como al apoyo de los
“viejos” peronistas a la retirada.
Es posible que los primeros fueran los ‘jóvenes del 45’ seguidos por los
‘jóvenes del 55’. Ellos, como siempre, como buenos padres, acompaña-
ron los gestos de –éstos- sus hijos políticos. (…) Uno de ellos -ofuscado-
le dijo al joven que –en nombre de lo ‘orgánico’- le pedía que esperara y
no se fuera: ‘mirame la cara… ¿imberbe, yo?.
455
Flaskamp (2002:152)
456
Bonasso (2002:810), Gasparini (1999:275), Mero (1987:98), Anguita y Caparrós (1997: 543). Es
llamativa la similitud de los relatos de Amorín (2005) y Gelman y lo opuesto de sus interpretacio-
nes. La inacción de los cuadros Mon toneros presentes en la plaza es para Gelman, “prueba” de que
la retirada fue espontánea (Mero, 1987:98).
457
Vaca Narvaja y Frugoni (2002:153-154). Según Perdía (1997), Alende le dijo tiempo después, y lo
publicó en sus memorias, que Perón le dijo “de vez en cuando hay que darles un tirón de orejas a los
muchachos… pero ya los voy a llamar y esto lo vamos a arreglar”. Jorge Antonio también dice que
Perón lo llamó esa noche lamentando lo ocurrido y reconoció sus dificultades para entenderse con
ellos. Duilio Brunello, interventor en Córdoba y vicepresidente 2do del PJ, habría recibido la orden
de buscar “puntos de acuerdo” con Montoneros. Para esto se habría reunido varias veces con Gullo,
Añón y Perdía a fin de discutir las bases y mecanismos de “nuestro encuadramiento y reinserción
en el aparato político del justicialismo”. Finamente, se habría acordado realizar elecciones internas
para la “normalización” de las distintas ramas del movimiento, comenzando por la juvenil, pero por
obvios motivos, el acuerdo “no llegó a ejecutarse”. Perdía (1997:228-230)
– 161 –
Mientras Yuyo recuerda que “[l]a orden no llego nunca, por lo menos a mi
no me llego nunca”, Mario afirma que “de repente viene la orden a través de los
que eran responsables de columna, viene la orden de nos vamos, y nos retiramos”.
Sin embargo, coinciden plenamente en que el impacto emocional del discurso de
Perón fue general. Para Yuyo,
lo de echar o no echar, yo creo que la gente se fue, creo que ese sector de
la gente, era un sector muy amplio, era la mitad de la plaza, no respondió
a una disciplina nuestra y se sintió agredida por el viejo, o sea que no era
solo, no éramos solamente nosotros, los mocosos imberbes los que lo
cuestionamos, había un cuestionamiento.
Para Mario,
“me golpeó mucho cuando Perón nos ataca así, pero hay que entenderlo
dentro de todo el contexto, no? puteamos, silbamos a Isabel, ahí (…)
‘Que pasa que pasa general, esta lleno de gorilas el gobierno nacional’,
era la consigna (…)”.
458
Perdía (1997:225-228)
459
Entrevistas de la autora. Mario (2003 y 1008), Yuyo (2008). Cabe recordar que en junio de 1974
una fracción de las FAP liderada por Caride se integra a Montoneros (Gillespie 1987:141). Luego
volvemos sobre esto al abordar las trayectorias de otras organizaciones, con una línea “alternativa”
a la de Montoneros.
– 162 –
Las claras y rotundas definiciones del teniente general Perón, (…) han
precipitado la aceleración del proceso de autocrítica y disgregación de
los cuadros de la llamada Tendencia Revolucionaria. Según se pudo sa-
ber por distintos conductos, se ha reabierto un áspero debate interno (…)
en el cual los dirigentes intermedios y de bases acusan a las conducciones
nacionales y regionales de ser mariscales de la derrota y de haber lleva-
do, con errores tácticos y estratégicos, a una equivocada posición a varios
miles de militantes (…).460
Por último, La Opinión señala que a los dirigentes montoneros les “[r]esultó
difícil conservar la calma y mucho más aún transmitirla a los simpatizantes, quie-
nes, alcanzados moralmente por los términos del líder, plantearon sus dudas en
cuanto local o unidad básica posee la JP (…)”.
Agrega que, según “fuentes juveniles” no habrá “modificaciones inmediatas”
ni en la dirigencia ni en “la relación entre la JP y el sector Montoneros” y que
“todo desprendimiento que se produzca bajo la forma de nuevas siglas será consi-
derado como ‘contingencia fruto del oportunismo’ y no como crisis de sus pautas
doctrinarias”.462
No hay evidencias de los intentos de Perón por recomponer la relación, pero
si las hay de que Montoneros intentó retrotraer el conflicto al momento previo al
enfrentamiento, aunque esto no implicaba correr un milímetro las críticas ya enun-
ciadas. Así, Ernesto Villanueva escribe en La Opinión que
460
Comunicado de TELAM, La Opinión, 5 de mayo de 1974.
461
La Nación, “La semana política”, 5 de mayo de 1974.
462
La Opinión, 8 de mayo de 1974
– 163 –
463
La Opinión, 5 de mayo de 1974
464
La Opinión, 10 de mayo de 1974
465
El Peronista (N° 4, 14 de mayo de 1974), cit. en Gillespie (1987:189)
466
Idem cit. en Baschetti (1996:664-669)
– 164 –
Luego afirma que, de ese total, “nuestras columnas constituían el 60%”, las
de la “burocracia” no llegaban al 20% y el resto eran “compañeros que habían
concurrido por la suya”. Luego agregan:
(...) Cuando esta ofensiva del imperialismo tome cuerpo, nuestros gran-
des empresarios se aliarán definitivamente con él, como lo han hecho
en otras oportunidades. La burocracia sindical, sin representatividad ni
capacidad ni interés en organizar al pueblo correrá a negociar; los gol-
pistas darán el golpe y la policía gorila que nosotros mismos nombramos
será el mejor instrumento para reprimirnos. Cuando eso se produzca, las
organizaciones peronistas volveremos a la resistencia (…).467
Por último, cabe destacar una nota de La Opinión que a diferencia de las an-
teriores no apunta a lo que debería ocurrir sino a lo que podría ocurrir, señalando
que el problema es que ninguna de las posibilidades era deseable para Montoneros
(las negritas son nuestras):
467
El Peronista (Nro 5 del 21/5/74), en Baschetti (1997: 545- 557).
– 165 –
Esta nota permiten apreciar la disyuntiva ante la que se encuentran los Mon-
toneros, entre la guerrilla “sectaria” que desconocía la realidad del peronismo y
el peronismo que desde el gobierno desconocía su propia naturaleza “revolucio-
naria”. Avanzar en el enfrentamiento con Perón llevaba inevitablemente a lo pri-
mero, por lo tanto la línea de la organización no podía ser otra que la de intentar
“bajar” el tono del conflicto.
468
La Opinión, 18 de mayo de 1974. Ya en febrero, con su habitual tono irónico, Grondona identifica el
mismo dilema: “[m]ientras la oposición al régimen militar fue el tema del tiempo, jóvenes violentos
y no violentos, peronistas, radicales y marxistas pudieron formar columnas que anunciaban a la
nueva generación. La militancia pasaba por ese denominador común.”. Por eso, hoy “la militancia
se ha quedado sin factor de convergencia.”, “[f]rente a Perón-presidente” “las opciones son insos-
layables”: “[r]econvertirse al peronismo, salir en busca del socialismo fuera del peronismo, pero
dentro de la constitución, salir del peronismo y de la Constitución en nombre del socialismo (…)”.
“La juventud inicia con peligros la reflexión” La Opinión, 12 de febrero de 1974.
– 166 –
Las alternativas
La alternativa propuesta por la Sabino Navarro consistía en el abandono de
la lucha política dentro del peronismo, reemplazada por la búsqueda de inser-
ción en el movimiento obrero. Se abocaban a colaborar con “dirigentes naturales”
en la discusión, elaboración y producción de materiales escritos, así como en la
coordinación de las acciones entre diferentes sectores, el apoyo de las iniciativas
de las comisiones internas y, recurriendo a los “fierros” si era necesario, garantizar
la limpieza de los comicios. Este trabajo tenía una gran “invisibilidad” ya que no
se “proletarizaban” ni “reclutaban” a los militantes de base. El objetivo era forta-
lecer las estructuras organizativas propias de los ámbitos sindicales, preservando
su autonomía y a la vez estableciendo una “vinculación estratégica” con la organi-
zación. Si bien continúan con las acciones armadas estas no son de propaganda, ni
siquiera en torno a la intervención en conflictos sindicales, sino de que tiene como
objetivo exclusivamente asegura el mantenimiento económico de los militantes
volcados a la militancia en los frentes de masas.469 Seminara (2006) destaca que
469
Seminara (2006)
– 167 –
Finalmente,
– 168 –
Ustedes esta bien que serán peronistas y por eso hacen esto, pero tienen
que tener mucho cuidado, porque con este pensamiento se van acelerada-
mente a la derecha. Ustedes creen que van a poder mantenerse en el me-
dio, como una especie de intermediadores entre la derecha y la izquierda,
pero no es cierto: acá no hay lugar para esos términos medios. Si no están
con los Montoneros, van a caer en manos de la burocracia y de las bandas
de la derecha. Piénsenlo, tengan cuidado.
470
Anguita y Caparrós (1997: 390-391, 234). Volveremos sobre este aspecto del proceso que conside-
ramos también relevante en el proceso de centralización organizativa.
471
Perdía (1997:229-230)
– 169 –
Costa cuenta que finalmente la JTP Capital decide ir pero llega durante la
desconcentración.472 Robles (2004) agrega que la UES de Zona Sur habría inten-
tado llegar pero el puente Pueyrredón habría sido cerrado. En el comunicado que
se difunde el 13, no hay ninguna referencia a estas dudas y a la propia ausencia de
convocatoria. Simplemente señalan que
Cabe recordar, al respecto, que en julio de 1974 se suman a las tensiones que
ya venía experimentando la política de ingresos del gobierno el impacto de los
aumentos de insumos, y el cierre de los mercados europeos a las carnes argenti-
nas.475
472
Anguita y Caparrós (1997: 593).
473
En Baschetti (1999:87-91)
474
Landi (1979:115)
475
Torre (2004:89-91)
– 170 –
MONTONEROS EN LA CLANDESTINIDAD
(SEPTIEMBRE DE 1974-MARZO DE 1976)
– 171 –
476
De Riz (1981:116). Nuevamente, la percepción contemporánea es clarísima. Grondona señala que
“[l]a guerra civil no nos espera objetivamente (…) detrás de la próxima colina. Ocurre más bien
que la imaginamos, objetivándola, como expresión de nuestros temores.”. Grondona añade que
“precisamente [por eso], no estallará” (La Opinión, 2 de julio de 1974).
477
El 7/10 /74 es intervenida Santa Cruz y el 18/11/74 Salta.
478
Servetto (2010:206). También es desplazado el Secretario de Prensa y Difusión, Emilio Abrás.
– 172 –
479
Di Tella (1981: 563) y La Opinión, 5 de septiembre de 1974
480
Torre (2004:87)
481
De Riz (1981:119)
482
De Riz (1981:102)
– 173 –
Para esto, convocan a “un acuerdo formal de las fuerzas políticas y sociales
interesadas en la Liberación Nacional, en torno al programa votado masivamente
el 11 de marzo y 23 de septiembre.”
Poco después, en un documento más extenso, afirmaban que a partir de la
muerte de Perón
Esta postura implicaría según Montoneros dejar de lado “un detalle, lo que
sienten los trabajadores”, pretendiendo
Y en este sentido destaca que “esa unidad, con todas las deficiencias que
demostró tener -y que hay que superar- sigue siendo el principal motor revolucio-
nario de las masas populares en nuestro país.”.
Por otro lado, un segundo error sería
– 174 –
Esto sería, en síntesis, “otra forma de desconocer la realidad del pueblo”. Por
esto, el documento concluye diciendo que
483
“A los compañeros. Ante el riesgo de destrucción de nuestro movimiento”, en La causa peronista
N° 1, 9/7/74.en Baschetti (1999: 106)
484
Perdía (1997:231-232)
485
La Nación, 8 de julio de 1974
– 175 –
Sin embargo, dice que el problema es que muchos que coinciden en su pre-
ocupación por el “avance de la derecha” y quienes son sus “exponentes más cla-
ros”, no están dispuestos a “enfrentarlos abiertamente”. Adoptan en cambio “una
táctica que nosotros entendemos que es suicida, como es negociar con el enemigo
en una relación de fuerzas desfavorable”. Por esto, anuncia que
486
La Opinión, 9 de julio de 1974
487
La Causa Peronista, N° 4, 30/7/74, en Baschetti (1999: 119-131)
– 176 –
De todas formas, Vitali recuerda que Ventura le dice que había que hacer un
“cantito para Mor Roig” y cuando le dice que no estaba de acuerdo (“nos reventa-
ron el acto”) Ventura responde “en principio yo tampoco estoy de acuerdo con esta
acción. Pero se hizo y se firmó y entonces hay que levantarla. En todo caso ya la
discutiremos dentro, pero para afuera hay que reivindicarla totalmente.”.491
488
Al igual que en el caso de Rucci, da pie a diferentes interpretaciones. Bonasso (2002) habla de una
“versión” según la cual un comando montonero había descubierto a Mor Roig almorzando, “de
casualidad” y “como estaba condenado por la Organización (…) ‘decidieron ejecutarlo’.” Era “una
suerte de fatalidad del aparato ajena a la racionalidad política”. Para Bonasso (2002) era muy poco
probable semejante “contradicción” en una organización que “iba siendo cada vez más vertical”
(Bonasso, 2002:817). Según Flaskamp (2002) se trató, igual que el 1ro de mayo, de una acción
emprendida por la Conducción con el apoyo de algunos sectores (“el sector universitario”) y a es-
paldas de otros que “tomaban con muchas reservas” ciertas “acciones ultrarradicales”. (Flaskamp,
2002:167)
489
Pastoriza (2006:26-27)
490
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
491
Anguita y Caparrós (1997: 22). Esto aparece también en el libro de Sadi (2004:81), uno de cuyos
entrevistados destaca que estaban intentando una alianza con Franja Morada en el momento del
asesinato de Mor Roig.
– 177 –
Elvio Vitali recuerda que para el 22 de agosto se realizó en toda Capital una
“milicianada” que anticipa las típicas acciones de la nueva fase de clandestini-
dad: “actos relámpago, armaban barricadas, quemaban bancos extranjeros y con-
cesionarias de coches, se enfrentaban con la policía que, por momentos, quedaba
desbordada.”.495
La Causa Peronista refleja el cambio de tono -“Si nuestros enemigos avanzan
con las armas, los vamos a parar con las armas”, “si es necesario aquí pondremos
sangre montonera”- y comienza a esbozar los argumentos con que se fundamenta
poco después la decisión de pasar a la clandestinidad. Se pregunta “¿Qué diferen-
cia hay entre aquella dictadura y este gobierno?... En nombre del peronismo y de
la legalidad constitucional, hace lo mismo que antes los militares.”. En el mismo
número, difunde el comunicado con el que el ENR se había atribuido la “ejecu-
ción” de Alonso, planteando que con esto se buscaba
492
Anguita y Caparrós (1997: 85)
493
Esquivada (1999: 222, 227)
494
Entrevista a Caparrós, en Esquivada (1999: 179)
495
Anguita y Caparrós (1997: 74). El dato también en Baschetti (1999: 18).
– 178 –
496
La Causa Peronista N° 6 (13/8/74) y N° 8 (27/8/74 ), cit, en Gillespie (1987: 197, 203)
497
Di Tella (1981: 566).
– 179 –
tesis reformista del menor. A nosotros nos interesa poco la reyerta interna
en el gobierno, quien gana o quien pierde. Hay que golpear a todos por
igual hasta que gane el pueblo. Y si se agudizan las contradicciones en el
Gobierno mejor….
Poco antes había aclarado que habían intentado lograr la separación de López
Rega, “Pero los partidos liberales no hicieron nada para que ellos fuera así.”.501
En la misma línea, en el texto de su renuncia a las bancas de diputados, pre-
sentada el 12 de septiembre, Leonardo Bettanin y Miguel D. Zavala Rodríguez
498
En Baschetti (1999: 237-241)
499
La destrucción de cuatro máquinas cosechadoras de azúcar en protesta contra el desempleo rural en
Tucumán; la colocación de bombas en los locales de venta de coches IKA-Renault en Buenos Aires
y Córdoba en apoyo a la huelga de los trabajadores de SMATA; el secuestro de Enrique Mascardi
directivo de Propulsora Siderúrgica para reforzar un pedido de aumento de salarios y readmisión
de trabajadores despedidos; la “ejecución” de Orlando Fernández, policía de Quilmas, acusado del
asesinato de Beckerman y Van Pierde, y de Rubés San Juan, policía de Rosario, acusado de asesinar
a Brandazza; un robo de armas en el Palacio de Justicia de La Plata.
500
Di Tella (1981: 566) y Anguita y Caparrós (1997: 97)
501
Anguita y Caparrós (1997: 98)
– 180 –
El contexto
En los primeros meses de gobierno, la relación entre el gobierno y los sindi-
catos es armónica, en especial por las leyes represivas que permiten completar el
desplazamiento de la oposición iniciado con la reforma de la ley de Asociaciones
profesionales.
Esta coincidencia inicial se refuerza durante la común ofensiva contra Gel-
bard, que comienza con la renuncia de Gómez Morales, quien propugnaba una de-
valuación que el ministro rechazaba. Simultáneamente la UCR reclama el reajuste
de la tasa de beneficios y la CGT la renegociación del Pacto Social.503 La formu-
lación de las críticas asumía la tradicional formulación de la crítica “indirecta”,
destacando que el problema era
502
En Baschetti (1999: 249).
503
Torre (2004:89-91). La clave en la caída de Gelbard es el cambio de posición de la CGT respecto
del proyecto de ley agraria. El debate había comenzado a mediados de año, cuando el proyecto llega
al Congreso y CARBAP envía al presidente un telegrama en el que denuncia la “grave infiltración
ultra izquierdista existente a nivel de la Secretaria de Agricultura y su equipo”. El 27/9/74 la CGT
había respaldado el proyecto agrario pero el 15/10/74 cambia su posición y declara que “apoyaba
la iniciativa oficial, pero que no avalaba el anteproyecto publicado en la prensa”. La sorpresa fue
general, pero el mensaje quedó claro: la CGT se pronunciaba contra el ministro. Gelbard renuncia
a fines de octubre. La Opinión (22 de junio de 1974) y Torre (2004:89-91).
504
Carlos Alfieri, en La Opinión (1 de agosto de 1974)
– 181 –
505
Torre (2004:103)
506
De Riz (1981:124); Torre (2004:105)
507
Torre (2004:105)
508
Di Tella (1981: 584); Gillespie (1987:234-5)
– 182 –
(…) Es cierto que la Universidad, sobre todo de Bs. As. cometió excesos
de sectarismos. (…) Pero cuando el sectarismo de algunos se encontraba
en vías de solución en la reacción de alumnos, docentes y no docentes el
gobierno por vía de su Ministro de educación lanzó un grito de guerra,
atacando a todos por igual e incluso negó la investigación técnica y cien-
tífica en manos del Estado. Al mismo tiempo intervino la Universidad
para mantenerla cerrada en manos de redivivos personajes de la antide-
mocracia (…).
509
Torre (2004: 92, 98-99). La excepción fue, nuevamente, Villa Constitución, donde en noviembre
de 1974 fue elegida una conducción integrada por militantes de izquierda. En marzo de 1975 el
gobierno acuso a los dirigentes de Villa Constitución de preparar un complot para paralizar la pro-
ducción de acero. Luego de dos meses de huelga en Villa Constitución, en mayo de 1975, lograron
la liberación de algunos dirigentes y retornaron al trabajo.
510
De Riz (1981:133). Por otra parte, el posicionamiento de la CGT respecto de las medidas represivas
del gobierno no da pie a, como el de la UCR o el MID y las fuerzas políticas menores de la alianza,
a ningún tipo de coincidencia. El 01/10/74. La CGT realiza una huelga general de 15 minutos para
manifestar su “repudio al terrorismo” (Santiago Senén González, El poder Sindical, Editorial Plus
Ultra, Bs. As. 1978, cit en Gillespie 1987:217) y más tarde, la CGT homenajea a las FFAA por su
lucha contra la subversión (La Nación, 13 de noviembre de 1974).
511
La Nación, 27 de septiembre de 1974
– 183 –
La “retirada estratégica”
Las declaraciones posteriores al pasaje a la clandestinidad llegan con bastante
retraso, ya que el primer síntoma de que había habido consecuencias “inesperadas”
es que una organización que siempre había dado enorme importancia a la difusión
de sus actividades carece durante tres meses de una publicación propia. Recién en
diciembre el N° 1 de Evita Montonera reemplaza a La Causa Peronista.
Debe tenerse en cuenta el contraste que implicó el pasaje de revistas como
El Descamisado, que se distribuía legalmente y llegaba a una tirada de más de
100.000 ejemplares, a otra como Evita Montonera, que se distribuía por correo o
a mano, generalmente llegaba con un retraso de 3 o 4 meses y sólo a miembros y
partidarios activos de la organización y que a mediados de 1975 tenía una tirada
que no pasaba de los 12000 ejemplares.513
En ese primer ejemplar, la organización considera necesario dar a conocer
documentos de los meses previos, asumiendo la inexistencia de canales alternati-
vos. De todas formas, las explicaciones del por qué del pasaje no varían demasiado
respecto de lo planteado en la conferencia de septiembre. Así, la revista publica en
diciembre un documento de octubre en el cual la organización declaraba que
Queríamos dejar claro ante el Pueblo Peronista, que hacíamos todo lo po-
sible de nuestra parte para reencauzar el proceso iniciado el 11 de marzo
y el 25 de mayo de 1973.
Hicimos la propuesta a los ministros peronistas que quedaban (Taiana),
a los ministros no comprometidos con los traidores (Robledo, Benítez),
512
La Opinión, 4 de octubre de 1974
513
Se publican en total 8 números en 1975, que tuvieron una tirada total de 69.000 ejemplares. Gille-
spie (1986: 161, 262, 236)
514
“Conferencia de prensa a un mes del paso a la clandestinidad”, Evita Montonera N° 1, diciembre
de 1974, en Baschetti (1999: 256)
– 184 –
“Las Agrupaciones deben ser ‘los ojos, los oídos, la voz’ de las milicias.”, re-
uniendo toda la información necesaria para el “hostigamiento permanente” al ene-
migo. Además, debían “concentrar” sus esfuerzos en el frente más importante, el
sindical. Si a fines de 1973, cuando “la dictadura hacia agua”, “[n]os extendimos
a todos los frentes y rincones del país”, “en esta situación de Defensiva debemos
concentrar los esfuerzos.”.
515
“Resistencia peronista al avance imperialista”, Evita Montonera N° 1, diciembre de 1974, en Bas-
chetti (1999: 305-324)
– 185 –
El rescate pedido fue de sesenta millones de dólares, “una fianza para la pues-
ta en libertad de Jorge y Juan Born, y una multa por las irregularidades en el cam-
516
“Resistencia peronista al avance imperialista”, Evita Montonera N° 1, diciembre de 1974, en Bas-
chetti (1999: 305-324)
517
En septiembre un médico acusado de torturas, Alejandro Bartosch; en octubre, Isaac Cork (Jotape-
rra); en noviembre, Villar; en diciembre, Rubén Dominico, “consejero” de Monte Grande acusado
de violar y asesinar a Liliana Ivanoff.
518
Gillespie (1987:222)
519
Caballero y Larraquy (2000:215)
– 186 –
520
Bs As Herald, 20/9/74, en Gillespie (1987: 223-224)
521
Gillespie (1986:225)
522
Gillespie (1987:227)
– 187 –
523
Como se verá esto es particularmente cierto fuera de la zona metropolitana, donde hay fuertes
indicios de una menor “especialización”, siendo generalmente los mismos militantes los que pro-
tagonizan las iniciativas en los diferentes ámbitos de inserción. Rodríguez (1999:72-73) destaca
que en Misiones “el grupo de jóvenes radicalizados era pequeño y los límites entre las distintas
organizaciones estaban lejos de ser claros. Un mismo militante bien podía estar realizando activi-
dades en los barrios en nombre de la JP o bien en el colegio como miembro de la UES. Es el caso de
Juan Figueredo, principal referente local, que desde diciembre se convierte en activo impulsor de
la JTP, que logra influencia en algunos gremios pequeños (madera, panaderos, mosaístas, FATRE,
domésticas entre otros) pero no la conducción.
524
Robles (2009b)
525
Anguita y Caparrós (1997: 64-66, 106-109, 269-274)
– 188 –
Con la clandestinidad, el cierre del “local” o la “UB”, eje del trabajo barrial,
supone una creciente dificultar para sostener los contactos y, a la vez, hacen recaer
el peso (es decir, los riesgos asociados a la militancia) en aquellos simpatizantes
más cercanos. Al menos hasta mediados de 1975, las casas y los espacios barriales
habrían sido claves para preservar objetos, personas y actividades. Los “allega-
dos” adquirieron en esta etapa un papel decisivo, que en general las “reflexiones
autocríticas posteriores a los hechos”, atribuyen al “afecto, la confianza y el cono-
cimiento directo”. A la vez, un rasgo que caracterizaba al “colaborador o allegado”
era el rechazo a dejar el trabajo y la casa propia. Según Osvaldo,
Vinieron y me dijeron que me vaya ¿y adónde iba ir?, con los bolsi-
llos vacíos…La responsable me dijo, le digo no yo no me voy, que me
maten…pero no me voy de acá; me quedo en mi casa… (Además) yo
trabajaba en la municipalidad, firmaba la entrada y la salida, pero nadie
sospechaba que yo estaba adentro.527
526
Entrevista de la autora (2008)
527
Robles (2009b)
– 189 –
ya no estuve tanto con las armas, esteh, ya era otro el laburo, mucho más
grato, mucho más, sintiéndose que uno laburaba, que, que, digamos, que
sé yo, una vez por ejemplo yo me acuerdo que hubo una razzia y yo, a mi
me protegieron la gente de la, de la villa, la gente del barrio, la, eh... yo
podría haber vivido ahí por ejemplo.
En los barrios no te preguntaban si vos eran peronista, si no eras pero-
nista, de hecho caía de maduro, te llamaban los muchachos, éramos los
muchachos para todo el mundo, pero el laburo pasaba por otro lado, (…)
por pelear por que tuvieran alcantarilla, por pelear que tuvieran el gas,
que tuvieran escuela, que se yo, (…) con los muchachos que se laburó, ya
más directamente, más, esteh, prácticamente incluidos, incluyéndolos en
la organización periféricamente, era con la gente de Villa Dominico, (…)
y de hecho hoy casi todos son desaparecidos, eso es terrible.529
528
Entrevista de la autora (2008).
529
Entrevista de la autora (2004).
– 190 –
530
Torre (2004:74)
531
Lorenz (2007: 86-87, 202)
532
Anguita y Caparrós (1997: 207)
533
Lorenz (2007: 112, 202)
– 191 –
534
Lorenz (2007: 200)
535
Anguita y Caparrós (1997: 183).
536
Lorenz (2007: 211). Un claro ejemplo es lo ocurrido el 4 de diciembre de 1974, cuando Montoneros
secuestra durante un conflicto al dueño del astillero. Al día siguiente este reconoció a sus secues-
tradores entre los miembros de la Agrupación presentes en la puerta del astillero: Mastinú, Rezeck
y Echeverría utilizaban en esos días el mismo auto que habían utilizado para secuestrarlo. Lorenz
(2007) agrega que contribuía a esta situación “una cuestión de código barrial, de ostentación, en
algunos de ellos, que a la vez traía dificultades para la actividad sindical y era de nulo respeto hacia
cuestiones básicas de la clandestinidad.”. Carlito recuerda, por ejemplo, que algunos militantes apa-
recían con autos nuevos, o haber escuchado comentarios como “El pelotudo cuando lo apretamos
se asustó y me gustó el sacón que tenía y me lo hice”. “Esa impunidad hizo que los muchachos no
se dieran cuenta que se estaban exponiendo demasiado.”. (Lorenz, 2007: 212-214)
537
De manera similar, Alfredo Antanucci, de la UES de Zona Oeste, recuerda que “se realiza una
asamblea de unas doscientos personas en la que “todos votamos por clandestinizarnos”. Señala que,
– 192 –
en realidad, tenían fuertes conflictos con la organización, ya que eran “rockeros” y no se “encuadra-
ban”. Sin embargo, con la intensificación de la represión después de la muerte de Perón, “volvemos
a tomar contacto con Montoneros. La única relación con algo armado que te podía dar seguridad
eran ellos.”.
538
Testimonio de Vitali en Anguita y Caparrós (1997: 100)
539
Eduardo J. Paredes, La Opinión, 12 de septiembre de 1974. Gillespie (1987), destaca que “Mario
Kestelboim fue solamente la figura más prominente que se disociaría en aquel momento [pasaje a
la clandestinidad] de la Tendencia Revolucionaria. Lo hizo dimitiendo de su cargo de decano de
la Facultad de Derecho de la UBA en vez de confiar en la JUP, y por ende en Montoneros, para el
apoyo necesario contra la ofensiva universitaria derechista.” (Gillespie, 1987:218-219)
540
Anguita y Caparrós (1997: 105)
– 193 –
Otras dos entrevistadas, aunque “no recordaron una reacción general”, “con-
sideraron el pase a la clandestinidad altamente negativo (‘teníamos que disfrazar-
nos para seguir militando políticamente’)”.542
En el caso del Bloque de Prensa la decisión habría sido abiertamente discuti-
da por un grupo que cuestionaba
Al igual que con las disidencias previas la respuesta fue tajante. Según el nue-
vo responsable “las críticas ya sobrepasan cualquier parámetro y que empiezan a
constituir un peligro para la unidad política e ideológica de nuestra organización.”
y que, por ende, se les haría un “juicio político”. Poco después les informaron que
habían sido expulsados y condenados a muerte. Es significativo que los “conde-
nados”, aunque la decisión “los impresionó”, asumieran que se trataba de “una
declaración casi formal, que sus ex compañeros no intentarían cumplir”.543 Como
se verá, no faltaba demasiado para que eso cambiara.
También hay indicios de tensiones y conflictos en ámbitos más pequeños,
donde la clandestinidad se plantea de manera diferente. En el caso de Luján la de-
cisión revitalizó las tensiones entre los militantes y los responsables regionales que
visitaban Luján. Si hasta entonces las actividades vinculadas a las acciones milita-
541
Anguita y Caparrós (1997: 106)
542
Sadi (2004: 70, 81)
543
Anguita y Caparrós (1997: 103, 161, 166).
– 194 –
Al igual que en los otros casos mencionados, el planteo de críticas era sinóni-
mo de expulsión o degradación.545
En Misiones, además de la crítica al énfasis en lo militar, aparece la impo-
sibilidad de la clandestinidad en ámbitos en los cuales todos individualizan a los
militantes:
544
Luna y otros (2007:100-102)
545
Gustavo relata su entrevista con un responsable al que “planteó la necesidad de seguir desarrollan-
do el trabajo territorial en lugar de incrementar el aparato militar de la Organización. El resultado,
fue su degradación a militante raso.”. Luna y otros (2007:100-102)
546
Rodríguez (1999: 79)
– 195 –
547
Anguita y Caparrós (1997: 95). Sadi (2004: 97) destaca también que, incluso en la JUP, el proceso
en las ciudades pequeñas es muy diferente: en La Plata “por ser una ciudad pequeña donde todos se
conocían y la militancia en los frentes de masas quedó más expuesta que en otras con mayor den-
sidad de población.” Esto resultó en “una temprana desarticulación de los frentes universitarios” y
el “reflujo de militantes hacia la Capital Federal”.
548
Rodríguez (1999: 79, 80)
– 196 –
viejo cuadro (…) Miguel Angel Zabala Rodríguez. Que había aceptado
acríticamente el mando. Y entonces las discusiones que teníamos eran
de a peso. Decía ‘Pero vos que sos un viejo cuadro porque vas a hacer
esto que estas diciendo que es un error’. ‘Porque me lo mandan hacer’.
‘Y pero no seas boludo, como vas a hacer lo que no, lo que vos crees que
esta mal’. ‘Es la estrategia de la organización. Aceptemos la estrategia de
la organización. Ha venido acertando?’. ‘Si, ha venido acertando’. Acep-
temos, los que estamos equivocados somos nosotros dos, no ellos’. ‘Pero
son unos pendejos de 20 años, donde nos van a conducir a nosotros que
tenemos 35?’. Y tenemos 15 años de experiencia de resistencia? Ellos
mandan, sino pelea adentro y llega vos a la conducción. Y si no te gusta
andate afuera. Afuera es el desierto. Con quien te vas con López Rega?
Alternativas no hay. O te quedas adentro y te subordinas, te dejas de
hinchar las pelotas, y no discutís y obedeces (risas) o te vas a la tierra de
nadie, si querés seguir haciendo política. Y si no te retiras de la política,
pero alternativas no había.550
Yo creo que siempre fue igual lo que pasa es que yo no lo notaba (…)
me acuerdo cuando yo estaba en Oeste (…) los documentos de la Con-
ducción (…)uno no los discutía, sino que uno decía no comprendo tal
549
Entrevista de la autora (2003)
550
Entrevista de la autora (2003)
– 197 –
En el mismo sentido van los argumentos con que Caride, luego de ser libera-
do en abril, explica a sus compañeros de las FAP 17/10 su decisión de incorporarse
a Montoneros:
Acá hay un proyecto hegemónico, que los que lo llevan adelante son los
Montoneros. nosotros perdimos el tranvía, no fuimos capaces de construir
la alternativa, nos quedamos al costado de la historia y nos están matando
de a uno, de a dos, nos meten en cana, la gente se nos va. ¿Qué opción nos
queda, fuera de incorporarnos a esa organización hegemónica?.
Ante las críticas de sus compañeros, Caride responde: “Yo estoy de acuerdo
con muchas de esas críticas, pero ellos son los únicos que están llevando adelante las
cosas, con errores pero tienen la plata, los medios, la gente, la organización (…)”.
En privado habría agregado: “de adentro podemos cambiar algo. Si nos incor-
poramos podemos cambiar el rumbo, pero de afuera no.”.551
Cuando después de ser “despromocionado” Mario vuelve a Derecho a fin de
1974 y se reencuentra con sus compañeros de 1973, encuentra un panorama simi-
lar. Recuerda que ellos “tenían confianza que esas cosas eran superables… (…)
creían que la misma acción revolucionaria iba a… tenían la mística, yo (…) cuan-
do me des-promocionan yo pierdo la mística”. De todas formas, más adelante afir-
ma que el también creía que “el proyecto era recuperable, no? (…) por eso es que
estaba, sino, me hubiera ido a mi casa (…) un tiempo antes, y organizar mi vida
de otra manera.”. Aunque aclara que era recuperable “pero no (…) por la línea fir-
menichista sino por la gente y otros dirigentes.”.552 Algo similar ocurre en el caso
551
Anguita y Caparrós (1997: 472-474)
552
Entrevista de la autora. Poco después de la ya mencionada disidencia en la JP es citado por “el
responsable de todo Norte Capital (…) [que] me plantea que había pasado, que sabia yo. Entonces
yo le (…) manifesté que con el contenido estaba de acuerdo pero no creí que era la metodología
que tenía que hacerse de otra manera”. Si bien “me felicitan por no haber firmado el documento,
(…) no están de acuerdo en que yo… me solidarice con esa crítica, y me des-promocionan (…)
… me dicen que no hay con-sustanciación con la línea política de la organización, que voy a tener
que estar en un nivel que se llamaba pre-UBRE, o sea, entre la base y la organización, como para
volver a compenetrarme, no? Lo que querían era sacarme, eh... manija política y poner gente más
confiable…”. Respecto del regreso a Derecho, Mario aclara que “me mandan a trabajar a la base,
pero… yo no fui donde ellos me mandaron, me vuelvo a la universidad”, “no milite orgánicamente,
– 198 –
fue algo un poco… mantuve una instancia de discusión (…) con mis compañeros de la JUP, los
compañeros de la Orga que estaban conduciendo la JUP”, “participando de las acciones de masas,
de la militancia cotidiana y discutiendo política”.
553
En una nota referida a la muerte de Urondo, Walsh estima los integrantes del bloque, ya en 1976,
en 70. En Baschetti (2001:121).
554
Jozami (2006: 270, 277). Volveremos sobre este argumento.
555
Entrevista de la autora (2003)
– 199 –
556
Luna y otros (2007:102-103)
557
Lorenz (2007: 207-208)
558
Torre (2004:101)
– 200 –
Con estos antecedentes a fin de año se producen las primeras señales de con-
flicto, plasmadas en las demandas de la CGT de mayor participación y de aumen-
tos salariales. Para enero de 1975, Lorenzo Miguel reclama públicamente mayor
participación del movimiento sindical en las decisiones estatales. En febrero, una
asamblea general de sindicatos concluía sus deliberaciones con una crítica a la
Secretaría de Comercio y un pedido de aumento salarial de emergencia.560
El gobierno responde con el anuncio de un aumento salarial de emergencia561
y la convocatoria a empresarios y sindicatos para que, desde marzo, discutieran
salarios y condiciones de trabajo con el objetivo de lograr un nuevo acuerdo que
regiría desde junio.
Los líderes sindicales, a su vez, solicitan una entrevista con el gobierno y ante
la falta de respuesta, el 21 de marzo las 62 organizaciones publicaron una declara-
ción en la que “luego de reiterar su fidelidad a Isabel Perón, acusaron vagamente
a algunos funcionarios de obstaculizar el diálogo con el movimiento sindical y
reclamaron una mayor participación en las decisiones del gobierno.”.562
En marzo, el gobierno seguía sin fijar los parámetros dentro de los cuales la
renegociación de salarios sería aceptada. Cuando a esto se suma una devaluación,
las demandas salariales se precipitaron, “dando la impresión de que el pacto social
había tocado a su fin.”. Para Di Tella (1983), recién entonces “[e]l ala derecha es-
timó entonces que había llegado de una vez por todas, el momento de llevar hasta
sus últimas consecuencias el programa económico original (…).”.563
Los preparativos comienzan con nombramientos en lugares considerados
claves para asegurarse el poder. En abril de 1975 el grupo presidencial fuerza la
renuncia del presidente del Senado José Antonio Allende por no ser peronista (era
demócrata cristiano), asegurando a Lastiri (presidente de la Cámara de Diputados)
559
La Opinión, 17 de noviembre de 1974
560
La Opinión, 8/1/75; De Riz (1981:122) y Torre (2004:104)
561
Como señala Torre (2004:104), para este momento, “[l]a rapidez con la que los incrementos sa-
lariales eran consumidos por la espiral inflacionaria hacía que cada reajuste durara menos que el
anterior.” El primero, de marzo de 1974, duró hasta noviembre de 1974; este, duraría sólo hasta
marzo de 1975, cuando el gobierno concede un nuevo aumento salarial de emergencia a pedido por
la CGT, que consistió aproximadamente en un 20% (Torre, 2004:104).
562
Torre (2004:104, 106)
563
Di Tella (1983:134)
– 201 –
ejecutar toda la operación por sorpresa, de un solo golpe, sin dar expli-
caciones, confiando en que ante el hecho consumado la resistencia obre-
ra cesaría y que los sindicalistas terminarían aceptándolo por disciplina
peronista.
564
De Riz (1981:133-134).
565
Horowicz (2005:294).
566
Torre (2004:109)
567
Torre (2004:107)
– 202 –
568
Torre (2004:109-113)
569
De Riz (1981:127)
570
De Riz (1981: 127-128)
– 203 –
– 204 –
El regreso a la “superestructura”
En el marco de la profundización de la crisis del gobierno, se impulsa el lan-
zamiento del Partido Auténtico. Los protagonistas de la iniciativa eran la mayoría
de los gobernadores depuestos (Bidegain, Martínez Baca, Cepernic y Obregón
Cano) y algunos veteranos sindicalistas que “habían compartido la identificación
de los Montoneros con el mandato electoral peronista y también su vacilante com-
portamiento político de 1973-1974.”.572
En enero La Nación comenta que la iniciativa refleja “(…) la voluntad [de la
‘izquierda peronista’] de terciar frontalmente con la conducción del movimiento
político mayoritario.”.573
En febrero, cuando la iniciativa se materializa en el anuncio público de la
creación del Partido Peronista Auténtico, un cable de la Agencia oficial Télam de-
nuncia a la nueva fuerza política por su relación con Montoneros, atribuyéndola a:
571
“La resistencia peronista ataca. Fundamentos de la ofensiva táctica”, en Evita Montonera (N° 2,
enero-febrero de 975), en Baschetti (1999: 397-414). Además, según Evita Montonera N° 3 (marzo
de 1975), “(…) a principios de 1975 se hizo una apelación a la Policía Provincial de Bs As (…)
información sobre la Triple A (…) que no opusiera resistencia a las acciones guerrilleras, que ayu-
dase en secreto a los montoneros capturados y que atenuara los efectos de las órdenes de represión
(…)”.
572
Gillespie (1986:253). Perdía (1997:247) utilizando expresiones más cercanas al documento de Evi-
ta Montoneros, plantea que la meta era construir una “alternativa político-electoral”. El es el encar-
gado, ya a fines 1974, de viajar a México para convocar exiliados, entre los cuales estaban Obregón
Cano y Puiggrós, que aceptan la idea; y Cámpora, que la rechaza.
573
La Nación, 9 de enero de 1975
– 205 –
574
El anuncio es el 08/02/75 (Di Tella, 1981: 660); el cable, en La Opinión, 21 de febrero de 1975
575
Ya antes había habido problemas con el nombre del partido, debiendo desechar el de “Descamisa-
do”, porque la Justicia Electoral fallo sobre los derechos de propiedad exclusivos del PJ sobre la
palabra. Gillespie (1987: 252, 253)
576
Las declaraciones de los dirigentes nacionales del PA (Bidegain, Cepernic, Habegger y Cabo) co-
rroboran para Rodríguez (1999) la escasa importancia concedida a la iniciativa misionera, ya que
habrían declarado que el PA se forma el 11/3, sin hacer mención a que, para esa fecha, en Misiones
existía desde un mes antes.
– 206 –
Más allá del balance de las elecciones, el principal problema del PA era la
acusación de responder a Montoneros. En este sentido, la necesidad de preservar
el carácter legal y electoral de la iniciativa contradecía el principal objetivo de
Montoneros al promoverla: lograr visibilidad. En este sentido, en la conferencia de
prensa del 20 de junio de 1975, cuando un periodista pregunta por las relaciones
entre el PPA y Montoneros, responde que dado que el primero sería
577
A la vez, según Gillespie (1986:254) “Los Montoneros habían rechazado una alianza con el PCA,
el PI y el PST diciendo que la lucha estaba en el Movimiento Peronista.”.
578
Para Pablo Fernández Long y Juan Figueredo
579
Rodríguez (1999: 103, 108, 110-112, 121)
580
“Evaluación de nuestra participación en las elecciones de Misiones”, en Evita Montonera N° 4
(abril de 1975), en Baschetti (1999:475-482).
– 207 –
Propaganda Armada
Una clave en las acciones de esta fase es “contestar a la violencia derechista”.
La primera iniciativa en este sentido es la compilación de un
aún menos eficaz, y resaltó una dificultad que venía afectando a la guerri-
lla de modo creciente: la referente a la publicidad.”. “En aquel caso, las
exigencias de Montoneros, aunque en apariencia razonables, no fueron
realistas. O los cinco guerrilleros estaban ya muertos o el gobierno y el
Ejército eran culpables del secuestro. Por ello, una respuesta en cual-
quiera de ambos sentidos habría desacreditado políticamente al gobierno
y posiblemente creado la impresión de que este era un instrumento de
los Estados Unidos. El dilema en que se encontraron los capturadores
de Egan, provocado por ellos mismos, fue así similar al que afectó a los
Tupamaros en el caso de Dan Mitrione, con la diferencia de que el prisio-
nero de los Montoneros no eran un agente de la CIA ni del FBI.
581
“La Operación ‘Mellizas’. Bunge y Born ante la justicia popular. Suplemento Especial Evita Mon-
toneros, en Baschetti (1999:285-299).
– 208 –
Al igual que en el caso de los contactos con el radicalismo, los pedidos van
seguido de acciones que hacen imposible una respuesta favorable. Para el autor, los
582
Gillespie (1986: 232, 234-235)
583
Di Tella (1981: 662)
584
Gillespie 1987:224)
585
Gillespie (1986:222-223)
– 209 –
Las coordinadoras
Por último, en el marco de la crisis y la movilización sindical de junio/julio,
se forman las Coordinadoras, cuya primera manifestación es del 30 de junio de
1975. Una caravana de más de 70 colectivos con contingentes de obreros de Ford,
Siemens, Tensa, Cartones, Productex, Lozadur, Coca-Cola, Editorial Abril, Hidró-
fila, Paty, Del Carlo, Fundiciones Santini y los astilleros de San Fernando y Tigre,
que al llegar a la General Paz sumaba ya 5000 personas. Al llegar al edificio de la
CGT los líderes sindicales no estaban ya que se habrían ido a reunir con las 62. Un
naval, probablemente el Tano, y De Sanctis, de Propulsora Siderúrgica, decidieron
llamar a la desconcentración “para no perder fuerza ni organización”.
La segunda movilización de las Coordinadoras Interfabriles es del 3 de julio.
Para entonces ya existía un paro “no declarado”. Columnas del Sur, Oeste y Norte
avanzaron hacia la Capital con el objetivo de llegar a Plaza de Mayo. Era un desa-
fío abierto tanto a la CGT como al gobierno y en esta ocasión las columnas no lo-
graron cruzar la general paz.587 Siguiendo a Löbbe (2007), ese día la Coordinadora
Interfabril de Zona Norte había movilizado más de 10.000 trabajadores, proceden-
tes de empresas como Ford, astilleros de San Fernando y Tigre, Terrabussi, Mata-
razzo, laboratorios Squibb, Alba, Editorial Abril, Fanacoa, Carrocerías El Detalle,
IBM y las principales metalúrgicas de la zona. Cuando llegan a la Avenida General
Paz y los detiene el cordón policial se produce una intensa discusión respecto de
la actitud a seguir. Por una parte, a la cabeza de la movilización se encontraba
el núcleo de activistas de la Ford, orientados mayoritariamente por el PRT, que
pretendía forzar el paso alentados por el carácter combativo y multitudinario de la
marcha. Por otra parte, la Comisión Interna de los laboratorios Squibb se oponía al
avance ya que había muchas mujeres e inclusive niños y consideraba que no había
voluntad unánime de los manifestantes al respecto. Los responsables políticos de
Montoneros del ámbito sindical en Zona Norte discutieron con sus propios mili-
tantes de la Comisión Interna de Squibb. “Aparentemente, (…) Montoneros temía
perder la iniciativa ante las posturas más radicalizadas que adoptaban los militan-
tes del PRT.”. Finalmente, se realiza una asamblea que da la razón a la Comisión
Interna de Squibb y la columna se repliega.
586
Gillespie (1987:212-13, 224-225, 229) y Zapata (1996:133)
587
Lorenz (2007: 224-225)
– 210 –
Los dirigentes provenientes del frente territorial eran los que llevaban
la voz cantante, subordinando a los del frente sindical. Las diferencias
podrían deberse a que Montoneros reclutaba mayoritariamente a sus cua-
dros militares en el primero de los frentes nombrados (se cita por ejem-
plo el caso de Galimberti y Pereyra Rossi) y si bien se concedía mucha
importancia a la JTP, sobre todo a partir del primer semestre de 1975, el
apoyo estaba condicionado a que fuese la conducción quien fijase la línea
a su frente sindical.
588
Si bien las agrupaciones “antiburocráticas” lideradas por los diferentes grupos de la NI no logran
trascender al ámbito formal, su peso es innegable. En noviembre de 1974 los navales intentan
participar en las elecciones internas pero la asamblea convocada para elegir los representantes de
la Junta Electoral fue saboteada. El sindicato genero un tiroteo que luego utilizó como argumento
para suspender la asamblea e intervenir el SOIN. De todas formas, la intervención, prácticamente
no interfirió con la actividad de los delegados de la Agrupación, que por ejemplo fueron quienes
negociaron en las paritarias, ya que reconocían el “peso simbólico de los navales en el interior
de los astilleros” (Lorenz, 2007: 131-132). Este reconocimiento aparece también en el relato de
Cristina, delegada de Squib, quien recuerda que el secretario general del gremio de Sanidad “nos
convocó para darnos un lugar en la lista, pero por supuesto, nosotros tan esquemáticos que éramos,
declinamos el ofrecimiento. Yo les decía, peleémosla desde dentro. Además, hasta el gremio había
llegado a reconocer nuestro trabajo. Pero no. Armamos la Lista Rosa y nos pasaron por encima.”
(Sadi, 2009: 180-181). Esta situación es reconocida por Horowicz (2005:270), para quien la JTP, si
bien todavía no estaba en condiciones de disputar los sindicatos, “las direcciones debían escuchar
sus puntos de vista, ya que su capacidad de movilizar activistas no guardaba ninguna proporción
con el número de sus eventuales votantes.”. Sin embargo “la legalidad” estaba de parte de esas
direcciones, como recurso siempre a su disposición. A la vez Lorenz (2007) destaca que, con la
intervención llegan a Astarsa, ocupando puestos claves como Seguridad o Personal, miembros del
– 211 –
Así las cosas, hacia abril de 1975 hay ya una clara división en la Agrupación
entre quienes apoyaban la línea de Montoneros, liderados por el Tano Mastinú y
quienes la cuestionaban, liderados por el Chango. En este marco, el 2 de abril de
1975 Montoneros “ejecuta” a Héctor Sarroude que tenía trayectoria como “matón”
del SOIN y miembro de la Triple A.590 Para el Chango, la “ejecución” fue una
“fruta envenenada”, ya que fue la
C de O y de CNU. Según Carlito, “ya no eran los burócratas de Tigre, esos viejos burócratas sin-
dicales, sino que ya estábamos hablando con otro elemento mucho más pesado.” (Lorenz, 2007:
131-133).
589
Lorenz (2007: 200-201)
590
Había sido declarado “persona no grata” en una asamblea en septiembre de 1974, y a los pocos días,
el 30 de septiembre, habían aparecido volantes de la Triple A que amenazaban a los integrantes de
la Comisión de Higiene y Seguridad (Antelo, Soria, Boadet, Dominguez y Bodoglia). La investi-
gación de Lorenz corrobora la pertenencia de “Bonavena” a la Triple A. El 7 de abril es asesinado,
en represalia, Ernesto Raúl Valverde. Valverde era una víctima inesperada, ya que no era uno de los
dirigentes de la agrupación, sobre quiénes se esperaba que se desatara la represalia.
591
Lorenz (2007: 172, 176-178, 195-196)
– 212 –
Transformaciones internas
La reorientación hacia el trabajo en los frentes sindicales que acompaño la
crisis de mediados de año se puede percibir también en el abandono o repliegue
del trabajo territorial.
De acuerdo a Graciela Daleo, se cierra la UB donde ella militaba ya que “la
conducción de la zona pensó que era más fácil concentrar fuerzas y mantener y
defender un solo local.”.592 Según Robles (2009b), hacia mediados del ‘75 la JP
habría perdido prestigio en los barrios platenses, ya que
Hay que pensar que los pibes de las villas, la gente de la base, los seguían
mucho al Burro [Eduardo Hurt], a Miguel [responsable del MVP], al
592
Anguita y Caparrós (1997: 567)
– 213 –
Una anécdota de Yuyo permite identificar las dificultades que implicaba para
la militancia barrial la adecuación al nuevo tipo de militancia clandestina.
Te cuento una anécdota graciosa (risa) que habla de lo difícil que era que
la organización estuviera laburando en San Miguel. (…) Me pasan a la
UBR, no se si se llamaba UBR en esa época, era el grupo de aspirantes,
que yo iba a conducir, y entre los tipos, suponete que vienen Carlitos, Pe-
pito, Chópolo y Celeste y… son cuatro… [pero] no Chópolo y Celeste es
uno, si, porque el aspirante era el Chópolo, pero es obrero y tiene el turno
rotativo, así que a una reunión viene el y a otra la mujer (risa)… [como]
las reuniones no podían ser rotativas, una a la mañana, otra a la noche…
(…) la solución era Chópolo y Celeste….
De hecho, San Miguel era considerado “Siberia”. Yuyo llega castigado: “no
me bajan de grado, sino que me mandan a un lugar de mierda (…) un lugar aparta-
do donde no había laburo sindical o había muy poco, era una unidad de castigo”. Y
poco después, cuando la represión empieza a incrementarse, se decide abandonar
San Miguel. “Entonces la organización se va, quedan los tipos que estaban ahí,
[pero] la organización se va.”.594
Un tema que reaparece en varios testimonios es el de la “proletarización”, es
decir la inserción en frentes fabriles, no como militantes sino como trabajadores.
Concretamente, la organización ordena a todos sus cuadros que no tuvieran un
trabajo estable buscar trabajo en fábricas o talleres. Si bien coincide con la pre-
ocupación por incrementar la presencia de la organización, también da cuenta de
593
Sadi (2009: 280-281, 284)
594
Entrevista de la autora (2008)
– 214 –
Se había ordenado que el que no tuviera laburo, que las mujeres que no
tuvieran trabajo, trabajaran de sirvientas. Aunque sea de sirvienta, pero
de algo había que trabajar. Y entonces medio como que era la moda que
había que ponerse a laburar de sirvienta. Y había gente en la zona norte
que no podía laburar de sirviente. Yo tuve una aspirante que laburaba
de sirvienta y, que se yó, iba a laburar de sirvienta con un tapado azul
de Marilú, me acuerdo el tapado comprado en la calle Florida, como va
595
Evita Montonera N° 4 (abril de 1975), “La UES en las escuelas técnicas”; en Baschetti (1999:
337)
596
Garaño y Pertot (2003:71)
– 215 –
597
Entrevistas de la autora
598
De Riz (1981:133)
599
Cabe destacar que la iniciativa fue calificada de “sovietizante” por la Sociedad Rural. Horowicz
(2005:297); Torre (2004:122)
600
De Riz (1981:140)
– 216 –
601
Declaraciones de un sindicalista al New York Times (13/8/75): “En estos momentos hay muchos
dirigentes sindicales que son lo suficientemente fuertes como para llamar a una huelga, pero hay
muy pocos que tengan la fuerza necesaria para parar una.” (De Riz, 1981:139).
602
Jelín (1978: 31)
603
Torre (2004:121); De Riz (1981:140)
604
De Riz (1981:134)
605
El “Consejo de Seguridad Interna” y un “Consejo de Defensa”, en los que participarían los coman-
dantes generales y las autoridades del PE. (Itzcovich, 1985: 62)
– 217 –
606
La Opinión, 14/10/75; y La Nación, 13/12/75, en Franco (2009).
607
Di Tella (1983:141); Itzcovitz (1985:70)
608
De Riz (1981:141). Itzcovitz (1985:69) El tono de este conflicto se refleja en las críticas y amena-
zas de “los sectores más duros” hacia el grupo de “moderados” que impulsaba la reorientación del
– 218 –
gobierno: “Luder, traidor, a vos te va a pasar lo que le pasó a Vandor”; “Perón, mazorca, senadores
a la horca” y “Atención, atención, todos los senadores irán al paredón”.
609
Al regresar de su forzada licencia, Isabel envía al congreso un proyecto de “Ley de Defensa Na-
cional” que establecía la subordinación de las fuerzas policiales y penitenciarias a las FFAA, a las
que daba atribuciones para dictar bandos, crear tribunales militares para civiles con aplicación de
pena de muerte. La ley establecía que las autoridades civiles y judiciales debían “prestar (…) la
colaboración que aquellos [las FFAA] les requirieran”. Más tarde, los planteos de las FFAA sobre
la lentitud de los procesos judiciales motivó la presentación de un nuevo proyecto, más radical que
el anterior, que incluía la prohibición de las huelgas. Sin embargo, era tarde, 13 días después se
consumaba el golpe (Itzcovitz, 1985: 63-64).
610
De Riz (1981:142-143)
611
Di Tella (1983:146-147)
612
De Riz (1981:144)
– 219 –
613
Torre (2004:124)
614
Ya en marzo, analizaba las acciones masivas del 16 de septiembre y del 22 de agosto, como pruebas
de “la factibilidad de las Milicias Peronistas como proyecto militar para el Movimiento.”. “Las mili-
cias Peronistas son posibles”, en Evita Montonera, N° 3 (marzo de 1975), en Baschetti (1999: 536).
– 220 –
615
En el análisis previo se destaca que si bien las luchas iban en constante aumento, “sigue existiendo
un gran déficit nuestro que es la incapacidad para darles un objetivo común que las unifique.”
616
“Informe de la Reunión del Consejo Nacional”, realizada del 3 al 6 de abril de 1975, documento
interno, en Baschetti (1999: 420-439). De todas formas, más allá de esta referencia, el anuncio
del proyecto de crear un Ejército Montonero, recién se produce en octubre. Luego de reseñar las
acciones de ese año decía que “se logró el descontrol y el desborde de las policías. A la vez el
pueblo ganó confianza en nuestro poder militar.”. Por esto, “Nos proponemos ahora dar un nuevo
salto: la construcción del ejército popular, el Ejército Montonero, que supere todas las anteriores
experiencias del peronismo.”. “Hacia la construcción de Ejército Montonero”, en Evita Montonera
N° 8 (octubre de 1975), en Baschetti (1999: 544-548)
617
“Propuesta para el frente sindical”, en Evita Montonera Año 2, N° 10 (diciembre de 1975)
– 221 –
618
Evita Montonera N° 12 en Gillespie (1986: 262)
619
“Informe sobre las relaciones con el PRT-ERP” en Baschetti (1999: 570-587)
620
“Llenar el vacío de conducción: una necesidad impostergable del movimiento de liberación nacio-
nal”, en Evita Montonera N° 13 (abril-mayo de 1976), en Baschetti (2001: 113).
– 222 –
621
Bs As Herald, 29/7/75, en Gillespie (1987: 226, 238, 239) y Caballero y Larraquy (2000:242)
622
Gillespie (1987: 222, 241-243, 247) y Baschetti (1999:29).
623
Gillespie (1987:243)
– 223 –
624
Gillespie (1987: 226, 242, 247, 274)
– 224 –
625
La Opinión, 18/3/76, en Gillespie (1987: 248, 274-275)
626
Gillespie (1987: 225, 231-232, 236-237, 273)
627
El Auténtico, N° 1, 17/9/75, en Gillespie (1987: 256).
628
En Consejo esta integrado por cuatro consejeros políticos (Framini, Cepernic, Zabala Rodríguez
y Bidegain), cuatro consejeros sindicales (Gonzalo Chávez -electricidad, Roberto Tapia-Unión de
Tranviarios Argentinos/Córdoba, Heriberto Torres y Mario Aguirre- Secretario General de ATE/
Rosario entre 1961 y 1974), cuatro consejeras femeninas (Diana Alac, Delia Castelazzi, René
– 225 –
Susana Sanz recuerda esta disyuntiva y destaca que cuando a fin de año llega
el momento de presentar las fichas de las afiliaciones obtenidas en muchos lugares
se decidió no hacerlo. A Sanz le parecía problemático hacer “un partido legal si no
vamos a movernos dentro de la legalidad”. Pero Rossini, el nuevo responsable de
la Regional, le plantea (y ella acuerda) que “una cosa es tratar de moverse dentro
de los límites de la legalidad, que se hacen cada vez más chicos, y otra muy distin-
ta regalarle toda esta información al enemigo”.631
Chávez y Susana Sanz de Llorente) y cuatro consejeros juveniles (Rodolfo Galimberti, Ramón
Puch, Claudio Slemenson e Ismael Salame).
629
El Auténtico (N° 2, 1/10/75), en Gillespie (1987:257)
630
Gillespie, 1986:257-258)
631
Anguita y Caparrós (1997: 439)
– 226 –
632
Lorenz (2007: 193-194)
633
Horowicz (2005:285)
634
Gillespie (1987:258)
635
Gillespie (1987:259-260)
636
El 16/11/75, cuando se realiza el Primer Congreso Nacional “Perón-Evita” del Partido Auténtico
realizado en la Asociación Cultura Checa, el Dr. Antonio Lombardich, ex ministro de Bienestar
Social Cordobés y miembro del Consejo Nacional “Auténtico” afirma: “Nosotros no tenemos nada
que ver con lo ocurrido en Formosa”. La Opinión, cit en Gillespie (1987:257-258)
– 227 –
637
Las versiones sobre el alcance logrado por el PA varían: según La Opinión el PA había formado
“una organización nacional que cubría una zona habitada por el 95% del electorado”; de acuerdo a
El Auténtico a finales de octubre tenía 40.000 miembros; Perdía (1997) afirma que el PPA llega a
constituirse en 18 distritos con 60.000 afiliados; por último, de acuerdo a Framini al momento de
su ilegalización el PA tenía 98.000 militantes. La Opinión, 28/12/75; El Auténtico (N° 4, 29/10/75),
en Gillespie (1987:256); Perdía (1997:247); en sus declaraciones Framini denunciaba el asesinato
de Cáceres Monié y su esposa por Montoneros. Gillespie (1987:258). Los entrevistados recuerdan
que, en Luján, el Partido Auténtico había despertado un gran entusiasmo en la militancia local. El
lanzamiento se realizo el 26/10/75, con un acto al que asistieron 300 personas, entre ellas delegacio-
nes de Mercedes y Chivilcoy (Columna Lejano Oeste). La JPR 8 se habría abocado a la afiliación,
logrando unas 700 en un mes (Luna y otros, 2007:99).
638
Perdía (1997:249)
– 228 –
todos los prisioneros solían ser torturados, pero de los 800-100 monto-
neros maltratados hasta agosto de 1975, el 95% (según ellos) no habían
dado informaciones de importancia, el 4% habían facilitado alguna, y
sólo el 1% habían dicho todo lo que sabían. ‘La tortura es perfectamente
soportable –afirmó el Tribunal Revolucionario, (…)-; no es un problema
de resistencia física sino de seguridad ideológica (…)’. Y tampoco se
aceptó, como atenuante (…), el hecho de que hubiera resistido cuatro
días antes de ‘cantar’: delatar, en cualesquiera circunstancias, era perju-
dicial para la organización y revelaba debilidad ideológica.640
639
Robles (2004: 109). El escrito de Walsh en Baschetti (2001:121-122).
640
“Juicio revolucionario a un delator”, referido a la ejecución de Haymal, en Evita Montonera N° 8
(octubre de 1975), en Gillespie (1987: 265-266)
641
Evita Montonera (N° 10), en Lenci (2008)
– 229 –
los delitos del acusado sólo podían atribuirse a su ‘conducta liberal e in-
dividualista’, observada anteriormente en ‘malas resoluciones de proble-
mas en su vida familiar, su primera detención y su no asunción a fondo
de todas las implicancias de la clandestinidad’.
642
Caballero y Larraquy (2000: 256-7, 264)
643
Gillespie (1987:267-270
644
“los dos cuerpos normativos (…) tienen en común ser dos de los pasos en el proceso de formali-
zación de su estructura burocrática” así como “la concepción de justicia revolucionaria” (Lenci,
2008).
– 230 –
645
- “defraudación”: “quienes se apropien en beneficio propio de bienes de la organización de cual-
quier naturaleza que sea o quienes utilicen esos bienes para finalidades ajenas a la organización”
- “insubordinación”: “Quedan incursos en este delito los integrantes de la organización, los Aspi-
rantes, los soldados, y milicianos que no acaten o se revelen (sic) contra las órdenes o resoluciones
expresas emanadas de sus responsables u organismo superior salvo que el incumplimiento se deba
a causas de fuerza mayor.”
- “conspiración”: “quienes al margen de las estructuras organizativas o dentro de las mismas realicen
una actividad concreta orientada a lograr una división o un fraccionamiento de la organización.”
- “abuso de autoridad”: “quienes imponen su mando en beneficio propio o para fines ajenos a la
organización, o quienes falten el respeto a sus subordinados o quienes dicten órdenes basadas en las
arbitrariedades”.
- “evasión”: “Son responsables de este delito quienes voluntariamente evaden someterse a juicio
revolucionario o no cumplan las penas impuestas en el mismo”.
- “encubrimiento”: “quienes realizan cualquier actividad concreta destinada a evitar a otro el juz-
gamiento o el cumplimiento de las sanciones correspondientes por haber cometido alguno de los
delitos previstos anteriormente”.
- “instigamiento”: “quienes inspiren o inciten a otro compañero a cometer algunos de los delitos
indicados anteriormente”
“complicidad”: “quienes concretamente cooperen, colaboren o presten ayuda para cometer alguno
de los delitos previstos en este Capítulo”
En el mismo sentido, Lenci menciona otros “delitos” similares pero que explícitamente se aclara
que no pueden ser penados con el “fusilamiento”:
- “malversación”: “quienes cambien el destino de los fondos recibidos sin previa consulta o inme-
diata comunicación a los ámbitos superiores, es agravante la no declaración de la malversación
efectuada en la rendición de cuentas”.
- “negligencia en el mando”: “quienes no utilizan la autoridad que le corresponde para corregir
todo tipo de errores, desviaciones o delitos de los subordinados, dejando transcurrir toda situación
anormal evidente”
- “deslealtad”: “quienes tengan relaciones sexuales al margen de la pareja constituida, son respon-
sables los dos términos de esa relación aún cuando uno solo de ellos tenga pareja constituida.”
– 231 –
En una reunión en la casa del Tano, donde había compañeros que sólo
militaban en la Agrupación, y otros del aparato, se me dijo que tenía que
aceptar, por disciplina, que el nuevo responsable de la Agrupación sería
La Fabiana. No recuerdo quiénes estábamos por ambos, sí recuerdo lo
646
Sadi (2004:70-71)
647
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
648
Lorenz (207: 197, 214)
– 232 –
649
Lorenz (2007: 204-205)
650
El 5 de noviembre de 1975 fueron secuestrados y torturados el Tano, la Fabiana y Robi (Jorge
Velarde), y 7 ocurre lo mismo con Luis Cabrera (Huesito). El 14 de noviembre se organiza una
multitudinaria manifestación de 3500 personas denunciando los secuestros. Luego del secuestro, al
Tano “Se le veía el agobio, pero estaba [iba a los bares de la zona], para que los de Astarsa, viejos
y jóvenes, lo vieran”, pero “la tortura, según sus compañeros, lo había ‘quebrado’.”. El 18 de enero
de 1976 es secuestrado y asesinado Carlos Alvarez (Negro Apa), referente del Peronismo Auténtico
en la zona. A mediados de febrero, Echeverría, Luis Cabrera (huesito) y su mujer son secuestrados y
asesinados. Se hizo un velatorio multitudinario en el sindicato y este aclaró que “esta vez no tenían
nada que ver”. Lorenz (2007: 229, 231-232, 234, 236-237)
– 233 –
todo el mundo empezaba a criticar, nos vamos al carajo, esto hay que
pararlo, no? Eh… no, si, si, mucha gente que se iba, otra gente que lle-
gaba pero con desconfianza y… si, Elvio Vitali lo describe muy bien en
651
Lorenz (2007: 252-253, 263). También en Luján, después del golpe, los militantes suponían que
“los contactos que tenían con sus responsables les asegurarían lugares y dinero para poder alojarse
y de esta manera tener las mínimas condiciones de seguridad. Sin embargo, la situación fue otra.
Los militantes recuerdan la desprotección que sintieron.” Según José María “Nunca aparecía la
guita con la que te iban a ayudar a vivir.”. Luna y otros (2007:103-104).
652
Sadi (2009: 179-180)
653
El Auténtico (N° 7, del 10/12/75) y La Opinión, 19/12/75; en Gillespie (1986:263)
– 234 –
‘Va a haber que abrirse, nos dijeron, por un tiempo para que no les pase
nada a ustedes’ Y ahí mismo ya no te van a visitar, vos ves que una vez no
van, dos veces no van, (…) Se empieza a abrir el asunto, pero no porque
uno había dejado, sino por que ellos nos resguardaban, al alejarse nos
estaban resguardando. Al empezar a abrirse quedamos los que estábamos
en el barrio, que no la hora nos dábamos, viviendo a tres cuadras y media,
nos desvinculamos de todo, hubo que sacar todos los panfletos que tenía-
mos (…) después ya no apareció uno, no apareció el otro....
654
Entrevista de la autora (2003 y 2008)
655
Sadi (2004: 70, 71)
656
Agrega que además cada vez era más difícil trabajar en los frentes. El era presidente del centro de
estudiantes de derecho, pero casi no iba por la facultad. Los miembros de la agrupación seguían
reuniéndose, pero ya casi no veían a los estudiantes. Anguita y Caparrós (1997: 354)
– 235 –
657
Caballero y Larraquy (2000:223).
658
Sadi (2009: 204)
659
Caballero y Larraquy (2000:223)
660
Caballero y Larraquy (2000:244-45). En esta misma época pueden identificarse indicios de cues-
tionamientos al viraje de la segunda mitad de año, incluso en la Conducción Nacional. Según Pas-
– 236 –
Para Mercedes,
– 237 –
[c]uando paso a una unidad que era Vicente López, San Isidro, y ahí me
encantaba, ahí me especializo en (…) ya no laburo en la base, solamente
combate militar (…). Me había gustado trabajar en los barrios, pero (…)
no se si era que se me daba mejor (…), pero me especialicé en eso y el
Loco [Galimberti] me dio mucha manija y me transformé en un cua-
dro militar, (…) estar siempre pensando en operaciones, siempre dando
entrenamiento….663
que somos cagones, (…) que la Columna Norte tiene un planteo cobarde,
que no quieren operar… (…) en aquella época, el tema del valor tenía un
peso muy importante, la política se hacía por pelotas y por voluntad, si
vos tenías miedo no servías para hacer política, entonces si a vos te criti-
caban por (…) cagón perdías toda autoridad política, entonces cuando la
Conducción empieza a criticar… (…) decidimos demostrar que éramos
los mas valientes, entonces salimos a operar, en contra de lo que nosotros
creíamos, salimos a operar y salimos a operar a lo bruto, a lo bruto, todo
lo que se pudiera (…) se hace una campaña que creo que fue septiembre
del 75, se hace una campaña en la cual había acciones milicianas de
662
Entrevista de la autora (2008)
663
Anguita y Caparrós (1997: 641-643). Entrevista de la autora (2008)
– 238 –
Para junio de 1976 también Raúl Rossini habría terminado por sumarse a las
críticas de la Columna Norte.669
Después del golpe, la crítica se modifica nuevamente:
664
Entrevista de la autora (2008)
665
Anguita y Caparros (1997: 479-480)
666
Entrevista de la autora (2008)
667
Anguita y Caparros (1997: 608-610). Llego también a la Columna Norte una compañera nueva, Ra-
quel, la negrita, al ámbito de inteligencia de la Columna Norte. Poco tardaron en descubrir que era
oficial pero no sabía robar un auto y que era María Elpidia Martínez Agüero, esposa de Firmenich.
Sospecharon que la habían enviado como “espía”.
668
Entrevista de la autora (2008)
669
Anguita y Caparros (1997: 90-92).
– 239 –
Entre las críticas a la respuesta que se daba a la represión, un tema clave des-
de el principio fue el manejo de los recursos económicos. En palabras de “Pancho”
Rivas
670
Entrevista de la autora a Yuyo (2008)
671
Sadi (2009: 172-174). También Levenson recuerda esta posición. Afirma que Perdía le había di-
cho que “después del golpe militar habían calculado el presupuesto para dar cobertura contra la
represión a todas las columnas (traslados, nuevas casas, locales operativos, etc.) y que habían dado
marcha atrás porque no podían usar semejante cantidad de dinero en eso ya que lo necesitaban ‘para
hacer política’.”. En Salas (2006:4).
– 240 –
672
El “núcleo duro” era Carlos Goldenberg, Sergio Berlín, Sergio Puiggrós (Federico), Rodolfo Ga-
limberti, José, Juan si Tierra, Mercedes, Graciela Iturraspe y Laura Mujica (Depino en Anguita y
Caparrós, 1997: 90-92).
673
Entrevistas de la autora (2008)
– 241 –
Yuyo destaca algunos aspectos relacionados el rol que tenía para la Conduc-
ción el control centralizado de los recursos económicos:
674
Depino en Anguita y Caparrós (1997: 90-92) y entrevista de la autora (2008).
675
Entrevista de la autora (2008)
– 242 –
Obviando el contenido de las críticas estas son definidas como una crítica a la
línea histórica de la organización. El documento, además de este vaciamiento, asi-
mila claramente el avance del planteo con la parálisis de la organización:
Consideramos que esta contradicción no puede ser resuelta por los ac-
tuales mecanismos estructurales de discusión democrática son afectar
seriamente la marcha general de la Organización, paralizando parte de
su estructura y eventualmente frenando política que debe desarrollar el
conjunto.
Por último, el tema se reduce a una rivalidad por ocupar el lugar de la con-
ducción:
– 243 –
676
Documento Interno: “Las contradicciones políticas existentes y su forma de resolución”, Conduc-
ción Nacional Montonera, 7 de septiembre de 1976, en Baschetti (2001: 232-258).
– 244 –
nuestra posición está tan mal explicada que nosotros no la podemos vo-
tar, entonces todos votamos a favor de la posición de los porque no había
otra salida, no podías votar en blanco y no podías votar por la que su-
puestamente era nuestra porque era falsa….
otras prácticas, por ejemplo… (…) usar el fusible (…) No iban a una
cita sino que mandaban a alguien a ver si ese caía… (… ) estaba explíci-
to… había que cuidar a los niveles superiores. Por ejemplo (…) Tenía un
compañero que vivía en mi casa en un momento, el era oficial segundo y
su mujer era aspirante. Se habían tenido que ir de una casa porque había
677
Entrevistas de la autora (2008)
678
Anguita y Caparrós (1997: 110-112, 213-218). Para Yuyo “la práctica que le criticábamos a los
jefes, que siempre estaban protegiéndose porque eran muy importantes, no? La garantía del proceso
era que ellos sobrevivieran…”. Y el problema es que a esa altura, ya no había ningún respeto hacia
esa conducción.
679
Yuyo, entrevista de la autora (2008)
680
Sadi (2009: 173-174)
681
Caballero y Larraquy (2000:282)
– 245 –
Los resultados, según Yuyo, eran previsibles. Esa “conducción [que llega con
Kurlat] cayó completa a los pocos días. O sea llegaron con el Secretario de Prensa,
el de Logística, el Militar, el Secretario General… cinco tipos que desaparecen
en una semana”. La mujer de Kurlat, “Lucy” (Inés Carazo) acababa de caer en la
ESMA. Al llegar a la Columna, “El Monra” se fue a vivir con su hija a la casa de
Federico “Plomo” Ibañez, su “asistente”.682
El asistente iba y veía si estaba todo bien y después el Monra podía ir.
El asistente cae en una cita y que hace? Inmediatamente lo canta. (…)
Llama a la mujer, lo atiende el Monra, y le dice me pasas con mi mujer?
Si. Le pasa el teléfono, estaba con los de la ESMA, y le dice andate de
la casa, salí con la nena, andate de la casa. La tipa sale y los tipos atacan
la casa… que es lo que hace la Organización? la fusila a la mujer… (…)
Qué hace el tipo que le matan la mujer a la que el salvó? Se da vuelta.683
no acatar eso y (…) empezamos a decidir irnos, sabiendo que nos tenía-
mos que ir, desde el momento que nos íbamos, también teníamos que
682
Caballero y Larraquy (2000:282)
683
Entrevista de la autora a Yuyo (2008)
– 246 –
684
Depino en Anguita y Caparrós (1997: 110-112, 213-218) y entrevista personal (2008)
685
Depino en Anguita y Caparrós (1997: 213-218) y entrevista personal (2008); Caballero y Larraquy
(2000:282-83); Sadi (2009: 174).
– 247 –
686
Depino en Anguita y Caparrós (1997: 110-112) y entrevista personal (2008)
687
Salas (2006) analiza dos documentos elaborados por Rodolfo Walsh en noviembre de 1976, es
decir, mientras los “disidentes” de Norte comenzaban a irse. Más allá de la mayor elaboración de
estas críticas, en muchos aspectos son convergentes con las de Norte, dando cuenta del carácter
extendido de las críticas, a pesar de la impotencia de los críticos.
688
Perdía, 1997 (287, 290)
689
Caballero y Larraquy (2000:281-82)
690
Perdía (1997:287, 290, 293)
691
Sadi (2009: 206)
– 248 –
692
Sadi (2009: 163, 175)
693
Sadi (2004:35)
694
Documento de abril de 1977, citado por Salas (2006:17).
– 249 –
– 251 –
695
Antonio Gramsci, El príncipe moderno, en Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el
Estado Moderno, Ed. Nueva Visión, 1972, pp.12-13.
– 252 –
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