Los Tratamientos Silviculturales A Vita

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ros rn IíITENTOS
SIIVICUITURATES

VITA ALONSO

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¡DAD DE CHILE
CIENCTAS AGRARIAS Y FORESTALES
DE CIENCIAS FORESTALES

, 1996
IIITfYEN§II}AD IDE CHILD
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS Y FORESTALES
DEPABTAMETTTO DE SITUIGUTTURA

,,LOS TRATAMIENTOS SILVIGULTURALES'',

ANTONIO VITA ALONSO

sAl{ftAGO - CHltE

199.6

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.) I
nme¡ctón edlhda Pol:
Escuela de Ciencias Forestales
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestale
Universidad de Chile

Comlti Ed¡loc

Jorge Gilchrist M.
Angel Cabello L'
Dr. Juan CaldenteY P.
Dra. Carmen L¡z de la Maza A.
René Carmona C.
Adelina Manríquez L.
J.

tf
Edh*ón mt3¡ada Pot:

Profesor Fernando Garrido G.


Profesor Harald Schmidt van M.

IXgü!rcfón: M! Soledad Carrasco M'


Itlbr¡los: ManuelValenzuela B'

R€glstro Propledad lntelectual No 96'110


lsBN 956-19-02184

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Iá ESCUE¡¡ DE CIEI{CIAS FORESIALES' UilIVERSIDAD DE CHILE


IMPRESO EN ITPREÑÍA DE
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AGRADSMilIEÍUTO

Agrradezco los valiosos comentarios que el Dr Harald Schmidt, profesor del


Depatameñto de Silvicultrra de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales,
Unrversidad de Chile, hizo sobre una anterior verslón de este texto No
. obstütte cualquier eror mct rrido es de mr exclusiva responsabilidad.

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PROLOGO

El Comité Editü de la Esda de Cieacias Forestales de la Universidad de Chile. se complace


en preserffi una nt¡eva versión ffitual'kada, dd Texto "Los tratamientos silvianlturales' que
fue n¡blicdo por prtnnra v€z an 1978, por la Facultd de Ciencias Forestales de esta
Unir¡ersidad. S¡ autu e el lngwfuo Forestal &n Antonío Vita A., Prsfesor Tit¡tar del
Depdütmerrto de Sñv¡crdt.ga y Profaor Responsable y Participante en diversas cátedras de
prqrado, y dd Programa de Magista m Ciencias Forcstales de nuestra Facultad.

Esta nuena publicaciún fue revisada y coregida por los Profesores, Dr. Harald Schmidt van
M. y Dr. Frncl& Ganido G., a quieres agradecemc su valiosa colaboración.

Comhé Editor
IHDICE

Pá9.

INTRODL'CGIOT{ 1

GETENAU§á§€§'SOBRE LA SILVICULTURA 2

Comcryte,& sitvbufirra y óietiws 2


Pro&reidln er¡,bosques ma*eiadas y ¡o rnanejados . 3
Relairtn srre la silvicultura y otrás disciplinas de las ciencias forestales 5
Arrecd¡rrtes históricos y astado actual de la sílviculü,rra efl Chile 9

ll. GET€EAU&AO*;. ET{ reX.jACION A'LOS TRATAM¡E}TT§S S}LVICULTURALES l1

2.1. OWivo¡r sülnicufturales 11


2.2. Can$o dt la §lvicuhura . 11
2.3. Cladficakln de los tratamiemtos silvicutturales . 11
2.4. Conparación sntte regeneraüón natural por semillas y
regrwrerackln artifi cial 12

In. PROCESO T'G REGE}TERACION NATURAL POR SEMILLAS 15

3.1. Co@to 15
3.2. Cond{eitxns,riccssartüs paa et éxito de la regeneración natural por
semillas 15
3.3. Preg*i&t del sitio para la reg¡eneración 17

,V. MTTODO DÉ IALA, RASA 22

4.1. Ge*ralklades. . . . 22
4.2. Carxterfstirc del mÉtodo 22
4.3. Ord¿naciún 24
4.4. VertBias y &ventaiae de la tala'rasa 25
4.S. ApliÉacie de¡l rnétdo de tda ras 26

V. MÉTO§O DEL AR8OL SEMILLEHO 28

5.1. GeaeráliMes 28
5.2. Caraterfeticas del método 28
5.3. Vermias y desventaias del método del árbol semillero 30
5.4. AÉlcaci6r* 30

vt. METODO DE LAS CÜRTAS SUCESfVAS 33

6.1. Generalidades . . . 33
b.¿. Carrcterf§nicas generales del métüdo 33
o,J. Mda{idades de cortas sucesivas 36
6.4. Ords*acién de bosques trat¡rdos por el método de cortas sucesivas 42
6.5. Ventaias y desveñtajas de las cortas sucesivas 47
6.6. Aplkación ds las cortas sLrcivas 48
Pág.

VII. CORTASINTERMEDIAS., 55

7.1 , Gereralidades . . . 55
7.2. Etapas de desarrollo de un rodal 55
7.3. Clasificación de las cortas imermedias 56

vilt. LIMPIAS Y CT-AREOS 57

8.1. Umpias 57
8.2. Clareos 58

tx. COHTAS DE LTBERACION, DE ME'ORAMIENTO Y SANITARIAS . 63

9.1. Corta de liberación 63


9.2. Corta de meiaramiento 64
9.3. Cortas saniterias y de salvamento . 65

x. RALEOS 67

10.1 . Generalidade§ . . . . 67
1O.2. Desarrollo natural de un rodal . 68
10.3. Ctasificación en clases de copa 69
f 0.4. Métodos de raleo 70
10.5. Predesignación de los árboles de producción 73
10.6. Periodicidad de los raleos 74
1O.7. lntensidad de los raleos 76
10.8. Procedimiento para marcar raleos 81
10.9. Efectos de los raleos 81

xt. PODAS 86

1.1. Obietivos 86
1.2. Proceso de la poda natural 86
1.3. Poda artifrcial y sus efectos sobre el árbol 87
1.4. Programas dE poda 88
1.5. Técnicas de pda 90

X¡I. METODODESELECCION. .,,,..92


12.1. 92
12.2. Estructura de los bosques nativos 92
12.3. Monte alto irregular rnaneiado 94
12.4. lntervenciones silviculturales en el monte aho irregular y ordenación
del bosque 95
12.5. Monte alto inegular en bosquetes . . . 99
12.6. Ventalasydesventajasdelmétododeselección . . . . . . 100
12.7. Aplicacióndel métododeselección... . '101

xt¡t. MoNTEBAJO .....105


13.1. Generalidades... .'105
Pág.

13.2. Clasificación de retoños . . . . 106


13.3. Factores que influyen en la retoñación 107
13.4. Monte bajo regular 108
13.5. Monte bajo irregular . . . 110
13.6. Ventaias y desventajas del monte ba¡o 111
13.7. Aplicación del monte bajo 112

xtv MONTE MEDIO 115

14.1. Caractelsticas generales , . 115


14.2. Estrustura del monte medio 115
14.3. Tratamiento del monte medio 116
14.4. Ventaias e inconvenientes del monte medio 118
14.5. Aplicación del monte medio 118

xv. CONVERSION 121

15.1. Generalidades 121


15.2. Conversión de rnonte rnedio en monte alto regular 121
15.3. Conversión de monte alto irregular en monte alto regular 123

XVI. TRANSFORMACION 126

16.1. Generalidades 126


16.2. Métodos de transformación 126
16.3. Caracterfsticas de los eiemplares a introducir 130
16.4. Aplicación de [a transformación 131

XVII. ENRIOUECIMIENTO 132

17.1 . Concepto 132


17.2. Enriguecimiento en fajas 132
17.3. Enriquecimiento en bosquetes bajo abrigo vertical 134
17.4. Enriquecimiento en claros 134

xvm. UNIFoRM¡zActoN. ....135


18.1. Concepto 135
18.2. Situación actual de los bosques nativos 135
18.3. Criterios de ordenamiento 136

XIX. CONSIDERACIONES FINALES 140

BIBLIOGRAFIA 141
hrTnoDuccroN

Desde la publicación en 1978 de la primera' edición del texto 'Los Tratamientos


Silviculturales", en Chile se ha producido un notable aurnento en el conoc¡miento de la
silvicultura aplicada en plantaciones y bosgues naturales.

En el primer caso, la silvicultura se ha intensificado a niveles equivalentes a los de


pafses de mayor desarrollo forestal en el mundo, lo cual se advierte en cada una de las etapas
del proceso silvicultural: uso de semillas seleccionadas, producción de plantas de alta calidad,
preparación inten§va del sitio, esquemas de podas y raleos según obietivos de manejo,
técnicas de explotación de avanzada tecnologfa.

En los bosgues naturales se establecieron disposiüvos experimentales más completos


que los existefttes con anterioridad en los tipos forestales Araucaria-Lenga, Coigüe-Raulf-Tepa-
Mañfo, Siempreverde, Alerce y Lenga.

Ello ha permitido generar una gran cantidad de antecedentes básicos para la


silvicuhura de dichas especies, los que se han procurado incorporar en esta nueva edición.

Et obietivo de este texto es describir y analizar las intervenciones silviculturales


aplicables en bosques naturales y artificiales con el propósito de entregar una guía de consulta
para los estud¡antes de lngenierfa Forestal que cursan una asignatura de silvicultura general
y para profesionales interesados en el tema.

Por tal motivo, se ha mantenido el esquema general de la primera edición, pero con
un cambio en el énfasis de los diversos capftulos, con un mayor desarrollo en aquellos
considerados de más actualidad.

La lectura de este texto supone el conocimiento previo de los fundamentos de la


silvicultura o, como se denomina habitualrnente, si¡vicultura básica. Al respecto existen
diversos textos que tatan dicha materia, entre los que se pueden mencionar DANIEL, HELMS
y BAKER (1982); DONOSO (1981); DONOSO (1993) y LANIER {1986}.

Del mismo modo, es preciso aclarar que los temas que se tratan en este texto
corresponden exelusivamente al tratamiento silvicultural de bosgues naturales o artificiales,
excluyéndose la forestación de terrenos desprovistos de vegetación leñosa. La importancia
y desarrollo de este último tema amerita un texto especializado.
I. GENERALIDADES SOBRE LA SILVICULTURA

1 1 Concepto de silüculh¡ra y obieüvos

La silvicuttura es una disciplina que forma parte de las ciencias forestales y cuyo
objeto fundamental es la producción vegetal leñosa con el propósito de obtener el máximo de
beneficios, en el menor t¡empo posible y en forma sostenida. Esto último lleva implfcito el
aspecto de conservacién, es decir, las intervenciones silviculturales procurarán no afectar la
estab¡l¡dad del ecosistema forestal, única forma de mantener un desarrollo sustentable para
beneficio de la sociedad.

La maximización de los beneficios está relacionada con los productos que se pueden
obtener de las áreas forestales y que aparecen esquematizados en el siguiente cuadro :

CUADRO 1.1

Esguema de los diversos tipos de productos forestales

l) De la fitomasa leñosa :

1) Madera : - Madera aserrada


- Chapas
- Tableros
- Astillas, celulosa y Papel
- Postes
- Leña y carbón
- Otros

2) No madereros: - Hojas medicinales


- Aceites esenciales
- Forraje (hojas y frutos)
- Cortezas
- Flores melfferas
- Otros

lll Otros oroductos del bosoue :

1) Hongos comestibles
2l Farraie herbáceo

lll) Aoua

lV) Fauna silvg]§I[e

V) Recreación v turismo. Paisaiismo v meioramiento ambiental

En los inicios de la silvicultura la producción estaba desünada principalmente a la


madera. Con el desarrollo de las sociedades los otros productos han adquirido una creciente
importancia.
Los productos indicados en el Cuadro 1 .1 . se pueden obtener en forma simple o
múlt¡ple. Esto último, requiere de combinaciones que no sean antagónlcas entre sí. por
ejemplo, es diffcil conciliar los intereses de cazadores con los de personás que van a recrearse
a los bosques.

En general, se puede señalar que si el objetivo es simple (por ejemplo, madera) las
estructura§ tienden a ser también simples y eficientes. En cambio, objetivos más complejos
(uso mriltiple) consideran estrueturas más complicadas y probablemente más ineficientes
considerando un uso particular (DANIEL, HELMS y BAKER, 1gg2),

En la práetica, generalmente existe un uso principal y uno o más secundarios


compat¡bles con el primero. Para efectos de este texto se considerará at bosque con el
objetivo fundamental de producción de madera, sin perjuicio de establecer los efectos que
t¡enen los distintos tratamientos sobre los otros productos.

1.2 Producción en bosques rnanejados y no rnanejados

En diferentes partes del mundo la silvicultura se ha desarrollado como una respuesta


a la necesidad de reYertir el proceso de destrucción de los bosques naturales debido a
prácticas extractivas sin consideración de normas técn¡cas. En Europa, la preocupación por
el futuro de los bosques se inició durante la Edad Media (LANIER, 1986). En los paÍses en
desarrollo como el caso de chile, esto ha sido mucho más reciente.

La aplicación de silvicultura en las áreas forestates no implica solamente detener el


proceso de degradación sino, además, aumentar en forma muy significativa la producción
y
productividad de dichos ecosistemas.

Existen diferentes mecanismos complementarios entre sí que perm¡ten lograr ese


propósito.

r)

Si se compara en términos cuantitat¡vos la produceión de un bosque virgen no


manejado con uno manejado, los valores no difieren significativamente entre sí. Lo que varía
es'la calidad de la producción, determinada por una rnayor proporción de madera aserrable,
debobinabte o foliable dentro del total de la fitomasa teñosa. Esto se logra mediante un
cambio en la composición de especies existentes y una modificación en la arquitectura de los
ejemplares más valiosos.

En un bosque natural, lo más probable es que exista una asociación de varias especies
entre los cuales una o más destaca por el valor de su madera. En este sentido, las acciones
silviculturales procurarán mejorar, hasta donde sea posible sin comprometer el futuro del
ecosistema foresta¡, la participación de dichas especies dentro del total eri desmedro de las
menos valiosas' Esto se puede lograr en cualquier etapa del proceso silvicultural, desde
la
regeneración hasta los tratamientos intermedios. Como complemento de to anterior,
la
determinación de la estructura a través de la arquitectura individual de los ejemplares permite
modificar la biomasa hacia los cornponentes de mayor interés para los propósitos de maneio

3
bl Control sobre la edad v lonqitud de la rotaeión

El funcionamiento natural de un rodal implica una serie de etapas de desarrollo que


constituyen ciclos que se repiten a lo largo del tiempo. En cada ciclo se pueden distinguir las
siguientes fases: regeneración, crecimiento óptimo, envejecimiento y desmoronamiento o
destrucción. En el caso del Hualo lNothofagws glaucal la fase de regeneración tiene una
duración de 25 años, la de crecimiento óptirno hasta los 100 años, la de enveiecimiento
culmina a los 2OO años, sn tanto que a los 250 años se produce el término de la fase de
destrucción (URZUA, 1975). De acuerdo con ALVAREZ y GROSSE (1978) en Lenga
lMothofagus pumifrol ubicada en Aysén, el ciclo t¡ene una duración también de 250 años,
donde la fase de destrucción es la más larga, con una duración entre la mitad y dos tercios
del ciclo total. Debido a ello es la fase rnás frecuente en el bosque y lo que le da el carácter
de sobremaduro albosque nat¡vo en general. En el caso de la Araucaria Waucarh arauanal,
especie que puede vivir 1 .0O0 a 1 .5O0 años, SCHMIDT et al 11977l.determinaron que la fase
de crecimiento óptimo culmina a los 400 años de edad.

En un bosque sometido a manejo, la fase de desmoronamiento se reduce al perfodo


de regeneración y se elimina parte irnportante de la fase de envejecimiento, de tal manera que
la rotación fijada en el plan de manejo puede tener una longitud inferior al 50% del ciclo
natural de vida de la especie. Por este motivo, se puede señalar que un bosque nat¡vo
sornetido a intervenciones silvicutturales es más productivo en términos económicos
tradicionales que uno sin manejo.

No obstante, existe otra razón por la cual este hecho se manifiesta en forma más
evidente. Dentro de las fases de regeneración y de crecimiente óptimo se puede intervenir,
acelerando el perfodo de regeneración y aplicando cortas intermedias a lo largo de toda la
rotaeíón con lo que se consigue dinamizar el sistema, de tal manera que es posible
incrementar el crecimiento en varias veces respecto al testigo, como lo demuestran trabajos
de investigaci6n realizados en Chile y que serán considerados más adelante.

Finalmente, se debe señalar que, al erecer el bosque dentro de sus fases más
productivas, cumple en forma más eficiente con las funciones de protección y mejoramiento
ambiental, en particular la fijación de CO, (GARRIDO, 1992),

c) Fotestación de sectores deoradados

Mediante métodos artificiales es posible incorporar a la producción formaciones


preforestales. es decir, aquellas que sin tener vegetación arbórea en la actualidad,
potencialmente pueden llegar a tenerla.

dl Métodos de orotección
Acciones de protección contra agentes bióticostales como patógenos, insectos, fauna
silvestre y domést¡ca, como asimismo coñtra agentes abióticos, tales como elfuego, también
contribuyen a meiorar la producción de los bosques manejados en relación a los sin maneio.
1.3 Relación entre la silvicultura y otras disciplinas de lss ciencias forestales

1.3.1 Ecologfa y silvict¡ltura

A menudo se plantea la interrogante sobre el carácter'cientffico o artístico de la


silvicultura. La respuesta es que combina ambos aspectos. Segtln LANIER (1986) las
ciencias forestales emergieron de a poco a partir de reglas empfricas fundamentales basadas
en la observacién de los efectos de la acción en los bosques y fueron avanzando en función
del progreso de los conocimientos cientfficos adquiridos desde la creación de las Escuelas de
lngenierla Forestal en Alemania y Francia en la segunda década del siglo XlX. El desarrollo
de las ciencias modernas ha permitido precisar las relaciones entre los vegetales y el medio
que los rodea. Con ello, las acciones silvicutturales cada vez están basadas en un mayor
conocirniento del ecosistema forestal, no obstante lo cual, finalmente el profesional encargado
de la gestiór¡ debe poner el elemento artístico (habilidad! en la resolución de problemas
especfficos.

El desarrollo de la silvicultura aplicada involucra una dependencia de los principios


básicos silviculturales. Estos príncipios básicos son universales y proveen el fundamento para
las prácticas que tienden a ser regionales y varían con el tipo de bosque (DANIEL, HELMS y
BAKER, 1982),

Para la tonna de decisiones en la resok¡ción de problernas silviculturales se requiere


previamente observar el ecosisterna forestal y analizarlo de manera que permita comprender
y predecir su actividad. De acuerdo con OLIVARES y GASTO (1981) el estfmulo_ {intervención
silvicultural) va a tener una resouesta que dependerá del comqoftamlento (del ecosistema
forestal)" En otras palabras, una rnisma intervención {estírnulo) aplicada a diferentes
situaeiones va a teRer resultados {respuesta} diferentes en la medida que el comportamiento
de cada situación sea también diferente. Del mismo modo, cada situación va a requerir de
una intervención especffica para obtener la respuesta deseada.

La determinación del cornportarniento de un ecosistema forestal significa considerar


dos aspectos: a) el estado del ecosisterna, definido a través de su arquitectura y
funcionamiento, y b) el cambio de estado. Sólo t¡na vez que el silvicultor comprende el
comportamiento del ecosistema forestal bajo análisis puede proyectar un estado meta que
puede ser de la más variada arquitectura y funcionamiento. Lo importante es la habilidad para
predecir las eonsecuencias de las íntervenciones en térrninos silviculturales y ambientales.

En relación a los tratamíentos silviculturales que serán analizados rnás adelante se


puede señalar que ellos están basados en elfuncionamiento natural de los bosques, es decir,
tienen una evidente base ecológica.

1.3.2 Economfa y silvicultura

Las intervenciones silviculturales se pueden aplicar según diferentes niveles de


intensidad. El grado de intensidad se define por la cantidad de esfuerzo o dinero invertido en
operaciones culturales por unidad de superficie o de producto y según la frecuencia e
intensidad de las cortas.

Una de las decisiones que debe tomar el ingeniero forestal en un plan de manejo es
el nivelde intensidad de silvicultura que va a aplicar, elcual está muy asociado a los aspectos
económicos. Como resultado del nivel de intensidad elegido se puede distinguir, en términos
relativos, una s¡lvicultura intensiva de una extensiva. A continuación se señalan algunos
eiemplos:

Un tratamiento de regeneración natural corresponde a una silvicultura más extensiva


que uno de regeneración artificial.
, El método de selección implica una silvicuttura más intensiva que los otros s¡stemas
silviculturales.
Un programa de raleos con mayor ntlmero de intervenciones y menor intensidad de
corta en cada una corresponde a una silvicultura más intensiva que otro con menor
número de intervenciones y mayor volumen extraldo en cada oportunidad'
Una regeneración natural o artificial con una mayor preparación del sitio determ¡na una
silvicultura más intensiva que si la preparación es menor'
Una forestación con plantas mejoradas corresponde a una silvicultura más intensiva
que otra con eiemplares sin considerar este aspecto'

Los factores que influyen en el nivel de intensidad de silvicultura son los siguientes:
accesibilidad delbosque, potencialidad dels¡tio, calidad del bosque, objetivos del maneio, tipo
de propietario y su capacidad financiera'

Los aspectos económicos constituyen uno de los componentes para la toma de


decisiones al nivel del manejo forestal, En el análisis de los proyectos es importante
considerar las externatidades, partlcularmente las externalidades negativas, denominadas
costos ocultos. En la práctica silvicultural, éstos se pueden producir por efectos de impacto
(ALARCON,
ambiental, como ser pérdidas de fertilidad, erosión, compactación del suelo, etc
1990).

1.3.3 Silvicultura y manejo Forestal

La silvicultura integra la información técnica y ecológica sobre la cual se fundamenta


el análisis económico del recurso, señalando funciones de producción alternativas. A un
mayor nivel de integración, el manejo forestal comienza con las funciones de producción
alternativas, las selecciona y coordina derivando en un plan de manejo. lncluye, además,
información técn¡ca adicional a la proporcionada por la silvicultura y aspectos administrativos.
A través del maneio se pueden equilibrar los intereses ecológicos y económicos que no
siempre son coincidentes.

En términos muy simples, las retac¡ones entre las disciplinas se produce segÚn los
indicado en la Figura 1 .1 .

llaar io
Forc¡ lo I

ilvico I lu¡o Eaonoals


+
t I
ieaeio r biológieot C icncio¡ notrrrdtico¡
y rociolce

FIGURA 1.1. 'Relaciones entre silvicultura, economía y manejo forestal'


En un plan de manejo, la organización en el espacio y en el tiempo de las
intervenciones silviculturales se efectúa a través de lo que se denomina ordenación, para lo
cual el bosque se divide en unidades silviculturales y de manejo.

La unidad silvicultural se denomina rodal y eorresponde a la unidad territorial de


gestión más pequeña. Es la célula elemental delbosque donde se sintetizan los antecedentes
proporcionados por el análisis ambiental y donde se tornan las decisiones más prácticas y
donde se controla lá evolución del bosque y la eficacia de la gestión. En algunos pafses, como
es el caso de Francia, al rodal se le denomina parcela. En España se le denomina cantón
(DUBOURDIEU, 1989}.

Una de las actividades importantes que debe realizar un ingeniero forestal en la


elaboración de un plan de manejo, especialmente cuando éste se realiza por primera vez,
situación muy comtln en pafses como Chile donde la silvicultura es reciente, corresponde a
la definición de rodales. El aspecto fundamental a eonsiderar es la homoqene¡dad de cada
rodal en cuanto a su ootencial¡dad. Por tal motivo, un rodal no debiera abarcar más que un
t¡po de estación (sitiol. Desde el punto de vista de la población forestal, cada rodal
caracteriza por la uniformidad en la asociación vegetal, su estructura y etapa de desarrollo.
No obstante, en el momento de definir el rodal es posible considerar irregularidades internas
determinadas por diferentes grados de accidentes naturales o de intervención antrópica en el
pasado. En relación a ello, en España se hace la diferencia entre cantón (parcela) y rodal en
los casos en que ocurren estas diferencias. Entonces, un cantón podrfa estar constitu¡do
provisoriamente por varios rodales. Lo impoftante es que, como resultado de la gestión, se
llegue a la uniformidad señalada. En lo posible, se debe evitar que en el interior del rodal
existan obstáculos tales como afloramiento rocoso, fondos de quebradas, etc {op. cit.). Los
límites de los rodales generalrnente son caminos, rfos, arroyos, fondos de quebradas, etc.

La superficie de los rodales está asociada a la heterogeneidad de los sitios y a la


intensidad de la silvícultura. Mientras más heterogéneos sean los sit¡os y más intensiva la
silvicultura, menores serán las dimensiones de los rodales. En el tamaño de los rodales
también influyen aspectos ecolúgicos y paisajfsticos. Por ejemplo, para minimizar el impacto
de cortas de regeneración se reduce eltamaño de los rodales. En cambio, desde el punto de
vista de economla de escala puede ser deseable aurnentar su tamaño a objeto de concentrar
asf las intervenciones, las cortas y los trabajos de una misma natt¡raleza.

Las dimensiones de los rodales pueden variar de 3 ó 4 ha en elcaso de una silvicultura


muy intensiva, sitios heterogéneos, objetivos de protección y bosques pequeños, a 2O ó 25
ha en terrenos planos sobre sitios hornogéneos donde la función de producción puede ser
opt¡mizada. En Francia, las extensiones más frecuentes son de 8 a 15 ha (DUBOURDIEU,
1 989). En lnglaterra el rango común es entre 1 5 y 40 ha {MATTHEWS, 1991}. No obstante,

bajo silvicultura rnuy extens¡va los rodales pueden llegar a 50 ha o incluso más. Por ejemplo,
en la silvicultura tropical alcanzan 300 ha {MATHEWS, 1991). Lo mismo ocurre en los
bosgues mediterráneos.

Si un coniunto de rodales, no necesariamente contiguas, se agrupan baio una misma


unidad de objeüvo y de tratamiento fundarnental, se const¡tuye una unidad de manejo,
denominada cuartel o serie.

En general, existe una cierta coincidencia entre el tipo forestal y la unidad de manejo.
Por ejemplo, si en un predio existen, de rnayor a menor altitud, los tipos Araucaria-Lenga,
Coigüe-Raulf, plantaciones de Pino insigne y terrenos a forestar, cada uno de ellos constitu¡rá
una o más series, dependiendo de la superficie total. Como se analizará más adelante, el
tratamiento fundamental para cada una de las situaciones señaladas es diferente.

En el caso de Coigüe-Raulf podrán establecerse series diferentes para cada especie o


bien, una sólo para la combinación de ellas, debido a que el tratamiento fundamental es el
mismo para ambas especies. Por otra parte, la situación de terrenos a forestar puede
constituir una serie si se va a implantar una especie que requiera de tratamiento silvicultural
diferente a las nombradas, por ejemplo Eucalyptus spp. No obstante, si la forestación se
efectúa con Raulf o con Pino insigne, elárea se asimilará a la serie correspondiente'

En principio la serie debe cumplir con el requisito de autosuficiencia en cuanto a


otorgar un producto en forma permanente, lo que permite obtener al propietario un
rendimiento sostenido. Sin embargo, en grandes predios, por ejemplo, una reserva nacional,
dicho propósito se puede lograr mediante un coniunto de series que tengan en comÚn el
mismo objetivo, el mismo tratamiento fundamental, las mismas especies principales y
rotaciones iguales o nnuy similares'

para que sea posible manejar el predio usando el principio del rendimiento sostenido
debe existir en la serie un equilibrio en las clases de edad. Si se trata de un monte alto o bajo
regular deberán estar repre§entadas todas las edades o clases de edades.

El tamaño de una serie depende de varios factores, entre los cuales se pueden
mencionar la superficie total de¡ predio, de cada tipo forestal, de la intensidad de la silvicultura
y naturaleza del propietario. No existe un lfmite superior aconsejado. Una serie puede llegar
a tener 1O.OOO ha o más. En países como Francia tienen habitualmente entre 500 y 5.000
ha. Como lfmite inferior, se aconsela establecer series que tengan al menos 50 ó 100 ha'
1.3.4 Silvicultura y explotación o cosecha forestal

Gran parte de la actividad de la silvicultura está basada en las cortas, siendo éste el
principal modo mediante elcual elbosque se controla y se perpetúa. Tanto durante elperíodo
de regeneración como en la etapa de cortas intermedias, las cortas constituyen el modo
principalde que dispone elsilvicultor para determinar los efectos que desea causar en el rodal.
Por lo tanto, existe una estrecha relación entre ambas disciplinas.

Cuando un rodat llega a su madurez económica y es cosechado, es también el


momento de proceder a su regeneración, por lo que ambas actividades se realizan en forma
simultánea y se influyen mutuamente. Por un lado, las faenas de explotación pueden afectar
el tratamiento a aplicar. Por otra parte, la silvicultura impone restricciones en la manera como
se cosechan los árboles, con el propósito de no afeclar la regeneración y los árboles adultos
remanentes, si es el caso.

1.3.5 Silvicultura y ut¡lización

Cuando el producto que se pretende obtener del bosque es la madera, el tratamiento


silvicultural aplicado determina, en gran medida, su cantidad y, principalmente, su calidad.
Durante todo el proceso silvicultural a lo largo de la rotación, las intervenciones están
destinadas fundamentalmente a la obtención de un producto de meior calidad'

por otra parte, en el área de tecnologfa de la madera se deben realiza¡ investigaciones


destinadas a la brJsqueda de usos interesantes para los árboles de tamaño y calidad inferior
y para especies secundarias que se encuentran, en mayor o menor medida en los bosques,
particularmente en aquellas ubicados en zonas marginales. Como ejemplo, se puede señalar
la labor realizada por académicos del Departamento de Tecnología de la Madera, Facultad de
Ciencias Agrarias y Forestales, Universidad de Chile. En un primer estudio realizado en las
zonas áridas de Chile, se determinaron las excelentes cualidades tecnológicas de la madera
de Algarrobo lhosopis chilet¡sisl y Tamarugo {Prosopis tamarugol. Ello permitirá valorizar aún
más dichas especies en relación a su uso actual cbmo dendroenergía (GUTIERREZ et al,
1989). Otro ejernplo, es el realizado con el Tepú (Tepualia stipularisl, especie cuya madera
no tenía usos importantes. La investigación concluyó que las propiedades básicas y
caracterización tecnológíca de la madera permiten interesantes usos alternativos
(KARSULOVTC et al, 1991).

1.4 Antecedentes históricos y estado ac{ual de la silvicultura en Chile

Antes de la llegada de los españoles a Chile, los atacameños forestaban con Tamarugo
y Algarrobo los canchones abandonados luego de un uso agrícola (CASTRO, 1986). Ello
constituye probablemente uno de los primeros ejemplos a nivel mundial de pueblos que se
dedicaron a la forestación sistemática en desiertos.

Durante el perfodo colonial se introdujo una gran cantidad de especies exóticas, con
las cuales se efectuaban pequeñas plantaciones, part¡cularmente en propiedades
pertenecientes a órderies religiosa§.

En los dos últimos decenios del siglo pasado comenzó la forestación a mayor escala,
utilizando la especie Pinas radiaüa {Pino lnsigne), actividad que, con algunas excepciones de
decrecimiento temporal, se ha ído incrementando en forma sostenida.

Durante la década recién pasada, la silvicultura del Píno lnsigne se intensificó en forma
notable en aquellos bosques destinados a productos de exportación en qt¡e la apariencia de
t la madera es muy importante. Ello se advierte en todas las etapas del proceso silvicultural .

b uso de semillas seleccionadas, mejoram¡ento genético, producción de plantas acondicionadas,


b preparación intensiva del sitio, programa de podas y raleos.
I,
r Desde hace cinco años, como consecLlencia del interés por ta producción de astillas,
I ha aumentado significativamente la tasa de forestación con Eucatyptus globulus y otras
F especies del género, utílizando tarnbién una silvicultura muy intensiva. También ha sido
h notable el esfuerzo de forestación en la región mediterránea árida con arbuqtos forrajeros del
r género Atiplex.
F
F Aparte de lo anterior, se está comenzando a producir y se prevé que ello se acentúe
ñ en el futuro, una diversificación de las especies para forestación, con Acacia sFF.(tV a X
¡ Región), Alnus spp. {X Región}, Pinus spp. (Xl Regiónl, en lo que respecta a especies
i
exóticas.
I
D De este modo, en la actualidad (1992) se dispone de una cifra estimada de 1 ,7O0.OOO
t. ha plantadas, en su gran mayorfa, con especies exót¡cas las cuales están siendo o deberán
:t ser sometidas a tratamientos silviculturales.
i
i
Eldesarrotlo sitvicultural en Chile ha ocurrido de la misma forma que en otros países.
D Las primeras actívidades han consistido en forestación. Posteriormente, se han iniciado las
h intervenciones silviculturales en bosques nativos.
b

l'
La primera referenc¡a de plantación a nivel extens¡vo con especies nativas en la zona
sur corresponde a la efectuada en '!952 con Raulf en 52 ha del fundo Quechumalal, al sur del
lago PanEuipulli (COGOLLOR y VITA, 1979). Hacia fines de esa década las plantaciones con
la misma especie se extendieron a la Reserva Forestal Llancacura y, en la década del 70, al
Complejo Forestal y Maderero Panguipulli y Fleserva Nacional de Malleco. Desde comienzos
de la década del 60, se efectuaron plantaciones con las principales especies nativas, además
de introducidas, en el Centro Forestal Frutillar de la Universidad de Chile, con lo cual quedó
dernostrada la factibilidad técnica de forestar con esas especies.

En relación a la aplicación de tratamientos silviculturales en bosque nativo, la primera


referencia corresponde a una corta semillera (método de cortas sucesivas) realizada en 1958
por la Escuela de lngenierfa Forestal de la Universidad de Chile en un rodal mixto de Raulf con
especies siempreverdes en la Reserva Forestal de Llancacura. Un trabajo similar lo realizó el
lnstituto Forestal, en la misma Reserva en 1969 (COGOLLOR y VITA, 1979). Tomando como
base las referidas intervenciones, en 1976 la Corporación Nacional Forestal aplicó ef mismo
tratamiento, en la especie Raulf, en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli y en la
Reserva Nacional de Malleco. También en la década del 7O, el lnstituto Forestal y la
Universidad de Concepción, iniciaron ensayos de raleos en renovales de Raulf en Llancacura
y Hacienda EL Morro (Provincia de Bfo-Bíol respectivamente.

Desde fines de la década del 60, la Universidad Austral de Chile comenzó estudios
para el conocimiento de la siivicultura de bosque nativo, centrados principalmente en la zona
de Panguípulli. Por su parte, el Departamento de Silvicultura de la tlniversidad de Chile
desarrolló el programa "Ecologfa y Silvicultura del Bosque Nativo", mediante el cual se
estudió, en forma integral los antecedentes básicos para la silvicultura en Hualo lNothofagus
glaucal, Raulí, Araucaria y Alerce.

Un fuerte impulso para la actividad forestal lo constituyó el Proyecto


CONAF/PNUD/FAO-CHI176|AO3 mediante el cual se instalaron ensayos de tratamientos
silviculturales en los tipos Coigüe-Raulí, Araucaria, Alerce y Siempreverde. Bajo el apoyo de
ese mismo Proyecto, en 1980 se decretó un nuevo reglamento de explotación del bosque
nativo, el que reconoció 12 tipos forestales básicos disponiendo los tratamientos
silviculturales susceptibles de aplicar en cada uno.

Desde fines de la década del 70 el Departamento de Silvicultura de la Universidad de


Chile en convenio con CONAF Xll Región y una empresa del sector ha efectuado un proyecto
de investigación sobre silvicultura de la Lenga. Como resultado de esa acción, empresas del
sector están aplicando el método de cortas sucesivas en forma extensiva en Magallanes y se
están inic¡ando, con la misma especie, en la Xl Región. El proyecto de ley sobre bosque
nativo, actualmente en discusión en el Congreso Nacional, sin duda permitirá avanzar en la
aplicación de silvicultura en bosque nativo.

10
II. GENERALIDADES EN RELACIOñI A LOS TRATAMIENTOS SILVICULTURALES

2.1 Obietivos silüculturales

Como ya se indicó en el capftulo anterior, el objetivo general de la silvicultura es


incrementar la producción y productividad vegetal leñosa para sat¡sfacer diversas necesidades
de la sociedad, en forma sostenida en el tiempo. Para cumplir con dicho propósito, los
objetivos especfficos de la silvicultura se relacionan con la obtención de un rodal caracterizado
por una estructura y composición acorde con los beneficios esperados.

La consecución de dichos elementos se puede lograr a través de cualquiera de las


etapas que conforman el proceso silvicultural y sobre lo cual se refiere el punto que se expone
a continuac¡ón.

2.2 Campo de la Silvicultura

Para efectos del campo de acción de la silvicultura se pueden considerar dos etapas:
regeneración y cortas intermedias. En un monte (alto o bajo) regulal') ambas etapas están
perfectamente diferenciadas en el t¡empo {Figura 2.11 y en el espacio.

F--*-- ---{l----- -----{


F----+---- ---:
ct6
F--- --lsiocldi--- ----{

FIGURA 2.1. Esquema de las etapas de la silvicultura en un monte regular (R=perfodo de


regeneración; Cl: perfodo de cortas intermedias).

En el caso de un monte irregulal') las etapas coinciden en el tiempo y en el espacio.

En la figura se aprecia que el perfodo de regeneración constituye una parte reducida


de la rotación y su longitud depende del método a emplear. No obstante, durante dicho
perfodo se determina en gran medida las caracterfsticas florfsticas y estructurales del futuro
rodal. El campo silvicuttural incluye adernás, la protección, tanto de aspectos bióticos como
abióticos.

2.3 Clasificación de los tratamientos silviculturales fundamentales

Como resultado de las acciones llevadas a cabo durante el período de regeneración


se pueden distinguir los siguientes tratamientos silviculturales fundamentales que const¡tuyen
las opciones de que dispone el silvicultor para lograr los obietivos de manelo:

l.l Monte aho : provsnicnte de eemilla¡, Monté bajo : reproducción vogetativá. Monte regular : de la misma
edad. Monte irregular : dc distintas edades.

11
a) Conducentes a estructura de monte alto reoular

a1) Tala rasa


aZl Arbol semiflero
a3) Cortas sucesivas

b) Conducente a estructurc de monte alto irreqular

b1) Selección

c) Conducentes a estructura de monte baio

c1) Tala rasa {Deterrnina monte bajo regular)


c2l Selección (Determina monte bajo irregular)

d) Conducentes a estructura de monte medio

Estos tratamientos silviculturales fundamentales, denominados también sistemas


sílviculturales son los gue permiten dtferenciar d¡stintas series de manejo entre sí y tienen
carácter permanente. Además, existen los tratamientos transitorios. En cuanto a las cortas
intermedias, éstas son comunes para los tratamientos silviculturales fundamentales,

La clasificación de los sistemas silviculturates está basada en tres aspectos : a) modo


de origen de la regeneración y ordenación de las cortas, b) tiempo y c) espacio.

La primera distinción se refiere a la obtención de regeneración mediante semillas o en


forma vegetat¡va. Elsegundo aspecto se relaciona con lo indicada en la Figura 2.1, en cuanto
a la longitud del perfodo de regeneración. En este sentido, se puede distinguir entre
tratamientos en que el perfodo es de sólo un año hasta tratamientos en que la regeneración
se produce durante toda la rotación. En relación al espacio la diferencia se establece entre
repoblación asegurada en grandes extensiones abiertas, en claros, bajo protección lateral y
baio protección vertical.

2.4 Comparación entre regeneración natural por semillas y regeneración artificial

Cuando un rodal llega al térm¡no de su rotación y se cosecha dentro del marco de un


plan de nnanejo que pretende continuar con la misma especie principal, se puede elegir entre
proceder a su regeneración natural o artificial. Esta última alternativa puede ser mediante
siembra directa o plantación. Para efectos de la comparación que sigue se considerará la
plantación, que es e! método que más contrasta con la regeneración natural.

La decisión para elegir entre ambas alternativas debiera considerar, al menos, los
siguientes aspectos:

al Homooeneidad del re¡oblado. La plantación tiene la ventaja de producir un rodal más


homogéneo en cuanto a espaciamiento, estructura y composición. La regeneración
natural tiende a agruparse en manchas, dejando claros de distintas dimensiones.
Debido a la emergencia de plántulas durante un perfodo de tiempo más prolongado,
se presenta una irregularidad en su altura. Además, es más diffcil controlar la
composición del nuevo rodal, sobre todo cuando la generación anter¡or está

12
const¡tuida por varias espec¡es. Para homogenizar el repoblado obtenido en forma
natural debe recurrirse a los clareos.

b) Meioramiento_-_genético. En este aspecto también la plantación aventaja a la


regeneración natural, al posibilitar la introdücción de individuos sometidos a un
proceso de mejoramiento genético. No obstante, mediante la selección de ejemptares
que van a producir las semillas y luego, mediante los clareos, se puede también
efectuar meioramiento genético mediante regeneración natural, pero con un nivel de
ganancia limitado por las características del rodal adulto. Por otra parte, en la
repoblación añificial se pueden cometer errores introduciendo ejemplares de
procedencia inadecuada para el sitio a reforestar.

c) Exito de la reooblación. Eh relación a este punto también la plantación presenta


ventajas al introducir ejemplares desarrollados que han pasado la etapa más crít¡ca
bajo condiciones controladas en un vivero. Esto adquiere mayor importancia mientras
más extremas sean las condiciones ecológieas del sitio, Sin embargo, en el caso de
un mal manejo del proceso de plantación puede haber un mal prendimiento debido a
descuidos en eltransporte de las plantas, hoyos de tamaño insuficiente para contener
las ralces, etc.

d) Calidad de la oroducción. Ciertas especies latifoliadas, corno es el caso de Raulí,


requieren de alta densidad para crecer con rectitud y tener buena poda natural, lo que
tiene importancia para usos en que la apariencia de la madera es fundamental. En el
caso de confferas, como el Pino insigne, si la producción está dest¡nada a fibra la
densidad de la madera es un facto¡. decisivo en la productividad,

Obtener una alta densidad mediante plantación es de alto costo. por ejemplo, pa(a
Raulf significa plantar como mínímo 4.444 individuos por hectárea. por tal motivo,
bajo esta perspectiva la regeneración natural constituye una buena alternativa desde
el punto de vista económico para lograr el efecto de alta densidad a bajo costo.

e) Planificación de las actividades. Mediante la plantación se pueden ptanificar mejor las


faenas de repoblación, ya que existe un mayor control sobre todo el proceso
reproductivo. En cambio, con la regeneración natural basta, por ejemplo, un año de
mala producción de semillas de la especie principal, para no hacer posible la aplicación
del tratamiento durante ese año.

f) Período de establecimientg, En este aspecto también la plantación aventaja a la


repoblación natural en cuanto a una mayor rapidez en el proceso de regeneración. En
especies de rotaciones cortas, un año de diferencia puede ser muy significativo en la
rentabilidad de la inversión inicial.

s) Restricciones a la exolotación. En general, la regeneración natural impone mayores


restricciones que la plantación a la explotación del rodat antiguo. Como ejempto, se
pueden mencionar: limitaciones a la forrna y superficie cortada, en cíertas modalidades
de la tala rasa; permanencia de árboles semilleros, o de dosel protector seleccionado;
volteo de árboles y madereo sobre regeneración presente, etc. Todo ello se traduce
en una mayor necesidad de superuisión profesional.

h) Costos deloroceso de reqeneracjón. ñ considerando los mayores costos derivados


de las restricciones rnencionadas en el punto anterior y de la necesidad de efectuar

13
clareos, el balance final en este aspecto claramente favorece a la regeneración
natural. La diferencia entre ambos métodos varla dependiendo de múlt¡ples factores,
pero como referencia, se puede señalar que la plantación representa un costo entre
507o y 600% superior a la regeneración natural'

En la práctica de la silvicultura el empleo de uno u otro método depende de las


condiciones ecológicas, económicas y obietivos de maneio de cada caso en particular. A
modo de eiemplo, se puede señalar que, en Noruega, país de clima frío, la regeneración
natural es poco usado debido a la larga periodicidad en la producción de semillas, presencia
de capa L en el suelo y problemas de explotación de árboles protectores sobre el repoblado,
En Suecia, los bosques que se maneian en gran escala se regeneran en un 307o por métodos
naturales del total de reforestación y en un 50% en el caso de bosques de poca superficie.
En Francia la regeneración natural es ampliamente utilizada tanto en confferas como
latifoliadas. En Estados Unidos, aproximadamente un 307o de la reforestación anual se
efectúa en forma natural.

En Chile es fácil obtener regeneración natural en la mayorfa de los bosques naturales,


particularmente en los compuestos por especies de Nothofagus y en Araucaria. Existiendo
una gran superficie de bosques naturales degradados que sólo pueden ingresar a la producción
mediante procesos de enriquecimiento o de transforrnación, parece conveniente destinar los
esfuerzos de plantación haeia estas actividades y hacia la forestación y emplear la
regeneración natural donde sea posible

En Pino insigne, la plantación es el método que más se ut¡liza para la reforestación


destinada a la producción de madera exportable libre de nudos en que la apariencia es
importante. La razón de ello es el uso de plantas mejoradas y acondicionadas en vivero,
dispuestas en terreno a baja densídad lo que permite un rápido crecimiento para alcanzar
diámetros en rotaciones cortas.

Distinta es la situación de los bosques destinados a pulpa o uso estructural donde se


requiere de alta densidad de la madera. En estos casos y especialmente para pequeños
propietarios, la regeneración natural puede const¡tuir una buena alternativa.

Para efectos de la presente publicación, sólo se considerará la regeneración natural.


Debido a la importancia que tiene en Chile la forestación, su estudio requiere de un texto
especial.

14
III. PROCESO DE REGENERACION NATURAL POR SEMILLAS

3.1 Concepto

Es importante distinguir entre l" ,"g"n"ru"ión natural que se produce sin la


intervención humana y la proveniente de acciones del silvicultor baio el contexto de un plan
de manejo. Esta rlltima es la que corresponde analizar en el presente texto y se caracteriza
porque se interviene en el proceso a través de la selección de los árboles padres, disposición
de éstos en el terreno, forma cómo serán explotados y de la preparación del sitio con el fin
de crear las condiciones necesarias para que se produzca la regeneración.

Se diferencia de la regeneración artificial en que no hay manipulación de semillas nr


plantas, sino más bien se gufa el proceso para que la naturaleza se encargue de dispersar las
semillas a paftir de la fuente deseada y para que éstas encuentren un medio adecuado para
su germinación y desarrollo.

3.2 Condiciones necesarias para el éxito de la regeneración natural por semillas

Para que la regeneración natural se lleve a cabo deben cumplirse las siguientes
condiciones:

a) Producción de una semillación suficiente para la const¡tución del nuevo rodal.

bl Ausencia de obstáculos que impidan la llegada de las semillas alsuelo, su germinación


y desarrollo inicial de las plántulas.

c) Suelo en estado de receptividad para las semillas.

d) Condiciones favorables para la conservación y germinación de las semillas y el


desarrollo de las plántulas.

a) Semillación

Este aspecto básico determina la necesidad de existencia en el lugar de una cantidad


mfnima de eiemplares adultos de la especie que se desea regenerar.

La edad de la madurez sexual de la especie no tiene importanc¡a práctica puesto que


la edad de explotación final (momento de proceder a la regeneración) es muy superior a ella.
Por ejemplo, en plantaciones de Raulf en Llancacura se ha observado producción de semillas
antes de los 20 años. La explotación final no será antes de los 60.

La variabilidad de la fructificación en cuanto a la frecuencia es un aspecto ¡mportante


a considerar al intervenir en un proceso de regeneración. Este factor por si sólo puede
determinar diversos tratamientos silviculturales.

La periodicidad en la producción de semillas es función de la especie, situación


geográfica, el sitio y las variaciones climáticas en años sucesivos, entre otros factores,

'!5
Existen especies que tienen buena semillación todos los años. Como ejemplo, se
pueden citar Pino, Eucalipto y Maitén, Otras, como Ouillay y Peumo presentan algunos años
de mala producción, luego de una serie de años productivos. En Araucaria predominan los
años con buena producción, con ciclos entre 2 y 5 años {MUÑOZ, 1984}. En cambio, para
Raull y Coigüe los ciclos son mayores, con predominancia de los'años malos. Para una misma
especie, mientras más fría es la estación más largo es el ciclo de producción de semillas. La
información sobre la producción de semillas determina el momento en gue se va aplicar el
tratamiento.

Otro aspecto importante a considerar es la longitud del proceso reproductivo, durante


el cual pueden ocurrir agresiones climáticas o bióticas, Por ejemplo, en el caso de Araucaria
el tiempo gue transcurre entre la polinización, fecundación y la maduración ' caída de las
semillas es de dos años y medio (MUÑOZ, 1984).

Los factores que afectan a la producción de semillas son el potencial genético y


estado de desarrollo del árbol, la condición del árbol (posición en el dosel, espaciamiento) y
factores ambientales. Todos estos factores pueden ser controlados mediante los tratamientos
silviculturales,

El modo de dispersión de las semillas es otro aspecto importante que por sí sólo puede
determinar el método de regeneración a emplear, Las especies de semilla dispersadas por el
viento tiene mayores posibilidades de elección de tratamientos silviculturales que las
dispersadas por gravedad.

b) Obstáculos sobre el suelo

Para que un suelo pueda recibir las semillas y continuar el proceso de regeneración,
debe estar libre de obstáculos, En la práctica, dichos obstáculos están constituidos por los
desechos de la explotación y por la vegetacién del sotobosque o invasora, la cual además,
compite con las plántulas por agua, nutrientes y luz. En relación al primer aspecto
VALDEBENITO (1981) determinó que el residuo de explotación con alturas mayores de 30 cm
impide la obtención de regeneración natural de Pino insigne.

La abundancia de vegetación del sotobosque se puede regular durante la rotación


mediante la densidad y la participación de un subpiso de especies tolerantes bajo las
intolerantes. En el momento de la regeneración, el método a emplear y la intensidad de las
intervenciones tiene un efecto scibre eldesarrollo de la vegetación del sotobosque o invasora.

En los bosques nativos de la zona sur, el desarrollo de Ouila o Coligüe, según la


localidad, son ejemplos de especies nativas que pueden dificultar el establecimiento de la
regeneración. En el caso del Coligüe lChusguea coleul, HAVERBECK (1983) determinó que
la altura media que alcanzan las matas es cercana a los siete metros bajo cobertura y de
cuatro metros y medio al descubierto, mientras que las cantidades de culmos (tallos) por
metro cuadrado es de 4,18 y 8,39 respectivarnente. La zarzamora, herbáceas de menor
tamaño como Alstoqner¡b afectan particularmente la regeneración de Raulf en espacios
abiertos, La Zar¿amora, lRubes ulmifotiusl Aliaga lUlex europaeusl y Retamillo, (Cfübsus
monspesulanuml entre otras, afectan la regeneración de Pino insigne. En los sitios más
productivos de la zona sur del país, la limpia const¡tuye la acción más común a realizar en la
etapa de preparación del lugar para la repoblación.

16
c) Condiciones edáficas

En relación a este aspecto, se puede señalar que los problemas más frecuentes que
se presentan son la excesiva compactación, la presencia de un mantillo de hojarasca no
descompuesta y humedad excesiva. El suelo excesivamente compactado es el resultado de
un manejo inadecuado del recurso. En Chile, este problema se presenta con mayor frecuencia
en las zonas con clima mediterráneo, debido a la falta de una cubierta vegetal protectora y
el sobrepastoreo cuando el suelo se encuentra húmedo. Ello puede explicar, en parte, la
escasa regeneración por semilla de las especies forestales en dichos ambientes.

Contrariamente a lo que ocurre con las especies de semillas grandes, las pequeñas no
producen plántulas si caen sobre hojarasca, sin alcanzar el suelo mineral. Esto se observa en
especies como Ouillay, los Nothofagus, Tineo y Pino insigne, entre otros.

El problema de la humedad excesiva del suelo ocurre preferentemente en terrenos


planos de la zona sur del pals donde la intensa extracción de la vegetación natural ocasiona
un ascenso del nivel freático. Esta situación puede estar asociada a los métodos de
regeneración que implícan una fuerte alteración del ecosistema, como es el caso de la tala
rasa, árbol semillero o corta semillera (cortas sucesivas) muy intensa.

d) Condiciones favorables para la conservación v oerminación de las semilláS v el


desarrollo de las pléntulas

Aparte de lo señalado en los puntos anteriores existen factores abióticos y bióticos


que, por sl solo, impiden que se produzca una regeneración. Entre los primeros, se pueden
mencionar los agentes cl¡máticos (sequfas, nieve, heladas) y el fuego. Entre los segundos,
insectos, hongos, aves, fauna terrestre y ganado.

El impacto de los accidentes cl¡máticos y del fuego se puede atenuar mediante una
adecuada elección, del tratamiento silvicultural. En efecto, la regulación de la cobertura
arbórea y del sotobosque influye sObre las temperaturas extremas, el viento en superficie y
el contenido de humedad del suelo y de los desechos de explotación.

En la zona de clima mediterráneo son particularmente severos los daños producidos


por roedores y lagomorfos, tanto durante el proceso de germinación como en el desarrollo de
las plántulas. En la zona templada húmeda, se agrega la acción de insectos, hongos y aves.
Según Navarro (1982), el Chucao lScelorchilus ¡uhecola rubacolal destruye gran cantidad de
regeneración de Coígüe y Raull al escarbar el estrato superficial del suelo.

En prácticamente todos los ecosistemas forestales del pafs la presencia de ganado


puede constituir una importante causa de pérdída de regeneración. En la mayorla de los casos
es factible integrar una ganaderfa de tipo extensivo a la actividad forestal, acción que debe
desarrollarse bajo los principios de un manejo sílvopastoral. En lo que se refiere a la
regeneración, este tipo de manejo implica la exclusión del ganado de los sectores en
regeneración.

3.3 Preparación del sitio para la regeneracién

Como ya se indicó con anterioridad, los diferentes métodos de regeneración, que


definen los tratamientos silvícolas fundamentales, difieren entre sí de acuerdo a la acción que

17
se real¡za a nivel del dosel arbóreo. Mediante estas acciones, se pueden regular
indirectamente los aspectos señalados en el punto anterior. No obstante, existen otras
actividades complementarias directas de preparación del sítio y que son comunes para todos
los métodos de regeneración natural por semillas. Además, son los mismos utilizados en la
forestación, con la diferencia de no tener las restricciones que.impone la presencia de árboles
que van a constituir fuente de semilla o de protección, como ocurre con algunos de los
métodos de regeneración natural.

En todos los casos un aspecto clave es la oportunidad de la intervención, de manera


que las condiciones favorables creadas sean rápidamente aprovechadas por la regeneración
que se desea producir. Si ello no ocurre, el mejoramiento de las condiciones del sitio serán
aprovechadas por otro tipo de vegetación (DANIEL et al, 1982). En el caso del Coligüe,
HAVERBECK {op. cit.} recomienda proeeder al corte basal de las matas por lo menos tres años
antes del comienzo del período de regeneración, ya que al cabo de ese lapso la mayoría de
las matas estarían parcial o totalmente muertas y el material cortado, desintegrado.

La preparación del s¡t¡o involucra la manipulación de los desechos de la explotacién,


vegetación del sotobosque o invasora, factores físicos y químicos del suelo, animales, aves,
insectos y enfermedades.

3.3,1 Métodos de preparación del sitio

Los métodos de preparación del sitio que se analizan a continuación pueden cumplir
con más de uno de los propósitos señalados. Del mismo modo, para cada fin es posible
combinar dos o más métodos.

a) Manuales

La preparación manual del sitio es el método más antiguo y usado cuando el costo de
la mano de obra es competitivo frente a las otras alternativas. Mediante este sistema se
pueden disponer en forma ordenada los restos de explotación, limpiar la vegetación del
sotobosque o invasora, remover total o parcialmente la capa de hojarasca del suelo, preparar
el suelo bajo la forma de casillas, llneas o en pleno y efectuar obras de drenaje. La manera
más habitual es con herramientas manuales, pudiendo incluirse en este rubro el desbrozador
con motor (pequeña sierra circular).

Para efectos de eliminar la competencia producida por etColigüe, HAVERBECK (19831


determinó que la recuperación de las plantas que sobreviven es rnuy superior cuando el corte
se efectúa a un metro de altura. En efecto, al cabo de una temporada de crecimiento el
rebrote del corte a 0 rn alcanzó una altura de 1,60 m bajo cobertura y 2,31 m al exterior,
mientras que para altura de corte de 1 m los valores fueron de 1,92 y 3,68, respectivamente.
Por tal motivo, se recomienda la corta a ras del suelo como medida efectiva para el control
del Coligüe. Delmismo modo, la época más adecuada para la intervención es cuando culmina
el perfodo de máximo crecimiento (diciembre - enero), pues así se debilita en forma más
efectiva el rizoma de la mata.

b) Uso de animales

La introducción de ganado al área que se va a repoblar puede constituir una alternatíva


para efectos de eliminar o disminuir la presencia de vegetación indeseable. S¡ se trata de
pastos largos, Ouila o Coligüe el ganado bovino es el más adecuado. Para pastos cortos y

18
vegetación leñosa, ovinos y caprínos, respectivamente. En muchos casos este método no da
resultados plenamente satisfactorios y debe combinarse con otro.

c) Mecánicos

Mediante estos métodos se pueden realizar actividades de desbroce, apilado, astillado,


trituración de tocones escarificación del suelo, rastr¡llado, arado {en pleno o parcial),
construcción de surcos, subsolado lineal, aterrazado, etc.

El bulldozer constituye un equipo mediante el cual se puede realizat la mayoría de las


activ¡dades señaladas. Existen varios modelos, los que se diferencian entre si según la
potencia del motor, tipo de lámina (continuidad, borde inferior liso, dentado o con cuchillos)
y tamaño de la lámina (ROBRY and GREEN, 1982l,.

Para efectos de desbroce una alternativa consiste en la utilización de cadenas


pesadas, de más de 30 m de largo y más de 35 kg por eslabón. Puede ser tirada por dos
tractores o por uno solo, en cuyo caso el otro extremo permanece anclado mediante una
esfera de acero. Además de cadenas se pueden usar cables gruesos o cadenas de oruga de
bulldozer {ROBRY and GREEN, 1982).

Otro tipo de equipo son los util¡zados para desbroce y escarificación superficial del
suelo. Pesan 7 a I toneladas y, en forma radial o perpendicular al perímetro contienen
cuchíllos longitudinales, separados eRtre sí 20 a 35 cm (Op. cit.).

En algunos palses Escandinavos los restos de la explotación son incorporados al


horizonte superficial del suelo mediante maquinaria. Otras veces, los restos son cortados a
mano o con maquinaria y distribuidos sobre el suelo como "mulch" (MATTHEWS, 1991).

Para decidir sobre el eventual empleo de maquinaria en la preparación del sitio es


preciso considerar el capital involucrado, consumo de energía, limitaciones de pendiente y
daño potencial al suelo (DANIEL et al, 1982).

d) Qufmicos

Los productos qufmicos se pueden utílizar para combatir vegetación indeseable,


plagas, enfermedades, fauna silvestre y como fertilizante. En el caso de la regeneración
natural, el uso rnás frecuente es como herbicida. El objetivo de los tratamientos químicos es
reducir temporalmente la dominancia de la vegetacién indeseable para que la regeneración
ocupe rápidamente el sitio (DANIEL et al, 1982).

En los palses desarrollados, en las últimas décadas el modo más versátil y de bajo
costo para combatir las malezas en la actividad silvicultural lo han constituido los herbicidas.
Sin embargo, la controversia por el uso de estos productos químicos ha aumentado en años
recientes y se prevé que limitará en el futuro el uso de esta herramienta (HOBBS and
RADOSEVICH, 1987), No obstante, el desarrollo de herbicidas altamente selectivos hacia
cultivos específicos, ha determinado un gran auge en años recientes en la actividad agrícola
tDtAZ, 1991).

Eléxito que se logre con el uso de herbicidas y su posible acción negativa sobre el
ecosistema dependerá del conocimiento que se tenga de ellos. De acuerdo con DIAZ (1991),
los factores que condicionan la eficiencia de los herbicidas son:

19
Factores de las malezas: clasificación (hojas anchas o angostas, anuales, bianuales
o perennes), especies, oportunidad biológica de aplicación.

- Factores del cultivo: selectividad, estado del cultivo para la aplicación.

- Factores del producto: herbicidas de post-emergencia (de contacto, sistémico o


traslocación), herbicidas de pre-emergencia (suelo-activo).

. Factores ambientales: humedad del suelo y ambiental, viento, temperatura del


ambiente y del suelo, luminosidad

Factores edáficos: textura y materia orgánica.

Factores de aplicación: equipo y la cantidad de herbicida a poner en el estanque y


proceso de aplicación (al follaje, al tronco o tocón, tratamiento basal, al anillo).

En la silvicultura chilena, aparte de los viveros, los herbicidas han sido utilizados
principalmente en plantaciones de Pino insigne (CAMPOS, 1982; ALVAREZ, 1988) y de
Eucalyptus spp. (PHADO y BARROS, 1989)'

Entre los herbicidas más conocidos que se han utilizado en la silvicultura se pueden
mencionar los siguientes (DANIEL et al, 1982; LANIER, 1986; CAMPOS,'1982; ALVAREZ,
1988):

- 2,4-D (Acido 2,4 - diclo¡ofenoxyacético).


2,4,5-T (Acido triclorofenoxyacético),

Usados desde la década del 50, se consideran insustituibles por su versatil¡dad y


efectividad. En algunos casos son productos alternativos, pero en general, son
complementarios para diferentes especies arbustivas y arbóreas (GRATKOWSKI, 1978).

' Dalapon {Dowpon} (Alfollaje)


Picloram (Tordon) (Al follaje)
Simazina (Princep) (Al suelo)
- Atrazina (Al suelo)
Glifosato (Rour¡dup) (Al follaje)
- Paraquat (Al follaje)
. Prometr¡na (Al suelo)
Triclopyr {Garlón) (Al follaje, tronco o tocón}
Hexazinona (Velpar). (Al suelo)
Metsufuron metil (Escort) (Al suelo)
Sulfometuron metil (Oust) (Al suelo)

Dada la complejidad de los factores que inciden en el éxito de un herbicida, su


aplicación en gran escala debe ser el resultado de ensayos'

el Fueqo

En la habilitación de sitios para la repoblación forestal, las quemas controladas se


pueden utilizar para eliminar materiales vegetales vivos o muertos, preparar cama de semillas
y dañar organismos vivos como una forma de control de plagas y enfermedades'

20
En ralación al primer propósito, elfuego se puede usar al barrer, donde el combustible
presenta continuidad, o bien en forma de pilas o en montones dispuestos en fajas. La
intensidad de la quema y la velocidad de propagación está afectada por el tamaño de los
combustibles, su cant¡dad y disposición, contenido de humedad, pendiente y condiciones
climáticas (DANIEL et al, 1982). Los efectos sobre las propiedades microbiológicas y de
fertilidad dd suelo dependen, además, de la textura. En general, el suelo de textura pesada
tiende a ser dañado, no ocurriendo lo mismo con elde textura liviana que, incluso, puede ser
mejorada.

En Chile, se han efectuado algunos estudios en suelo para forestación con Pino de la
zona mediteránea húmeda, entre los cuales se pueden mencionar a MENDOZA (19861,
MODER (1986) y RAVANAL {1990}. De ellos se desprende que los cambios sobre las
diferentes propiedades del suelo son variados.

3.3.2 Cornbinación de métodos

La combinación de métodos para la preparación del sitio puede ser más efectiva y
causar menos impacto ecológico que la aplicación intensiva de un solo método. Como
ejemplo de combinación se puede mencionar el desbroce manual o mecánico, la quema y la
aplicación de herbicidas para controlar el rebrote (DANIEL et al, 1982).

3.3,3 Conclusiones sobre los métodos de preparación del sitio

La selección del tratamiento más adecuado requiere de la consideración de factores


ecológicos, técnicos, económicos y sociales. La obtención delequilibrio entre dichos factores
a menudo es una labor extremadamente diffcil, Por ejemplo, una construcción de terrazas
puede ser muy exitosa desde el punto de vista de la regeneración, costos y control de la
erosión, pero ser inaceptabl€ desde el punto de vista paisajfstico (DANIEL et al, 19821, Como
conclusión y, al igual de los que ocurre con cualquier toma de decisión en silvicultura, cada
situación debe ser analizada en forma particular y un método adecuado para un caso
determinado no necesariamente lo será para otro.

21
IV. METODO DE TALA RASA ("}

4.1 Generalidades

Este método de regeneración, denominado también de corta Única, es uno de los tres
que dan como resuttado un monte alto reoular. Esto significa que, a nivel de unidad
silvicultural (rodall, los ejemplares provienen de semilla y tienen la misma edad o clase de
edad.

En principio, se considera que la amplitud de la clase de edad no debiera sobrepasar


el equivalente a un 20% de la rotación. Este valor se obtiene del perfodo de regeneración en
bosques boreales donde, dadas las condiciones extremas de bajas temperaturas, dicho perfodo
es bastante prolongado. No obstante, para efectos prácticos, se acepta que la diferencia
entre los ejemplares más jóvenes y más viejos de la parcela, pueda alcanzar hasta un 50o/o
de la rotación (LANIER, 1986). Desde el punto de vista estructural, el monte alto regular se
caracteriza por presentar uno o máximo dos estratos de altura.

En bosques no manejados la presencia de montes altos regulares es el resultado de


la colonización, por parte de especies forestales pioneras, de terrenos que han sido
descubiertos por la acción de catástrofes naturales como temporales o deslizamientos
provocados por la lluvia o terremotos, o bien, por la acción antrópica a tr3vés de incendios
o la habilitación de terrenos para la agricultura y que luego han sido abandonados.

4.2 Caracterflicas del método

La aplicación del tratamiento implica la remoción, en el período de un año, de todos


los árboles de un rodal o de un silctor de un rodal. De este modo, cuando la regeneración -
natural o artificial- se empieza a instalar, todos los árboles de la generación anterior han sido
extrafdos.

Elorigen de la semilla garala regeneración da como resultado dos modalidades de tala


rasa: total o parcial.

4.2.1 Tala rasa totaf

En este caso la regeneración se produce a partir de semillas que habfan caído al suelo
antes de la explotación o, más frecuentemente, a partir de semillas contenidas en conos
serotinos que permanecen en los restos de la explotación. Estos desechos se pueden dejar
distr¡buidos cubriendo toda la superficie o dispuestos en fajas. Los conos se abren por la
acción del calor solar o de quemas controladas. Este sistema no tiene limltaciones de forma
y superficie de la corta corno ocurre con la otra modalidad'

En inglés : Clearcutting
En francás : Coupe unique, coupe ras6, coupe á blanc
En alemán : Kahlschlag, kahlhieb

22
4.2.2 Tala raea parcial

En este caso, la semilla proviene de árboles vecinos al área talada y, por lo tanto,
existe una depndencia de la distancia de diseminación efectiva. La distancia para que se
produzca regeneración completa varfa según las caracterlsticas de cada especie. En general,
se puede señalar gue es el equivalente de una a cinco veces la altura de los'árboles de la masa
vecina que proporciona la semilla. Dada esta restriceión, no se puede explotar de una vez
toda la unidad silvicultural sino que se efectúa por sectores. Estos sectores pueden tener la
forma de claros o bandas paralelas entre sf, siendo ésta la modalidad más usada.

Se pueden distinguir dos tipos de bandas: progresivas y alternas.

a) Bandas orooresivas

La parcela se divide en varias bandas paralelas entre sf las cuales son explotadas en
diferentes años. Si la regeneración se produce con facilidad y en forma rápida, la explotación
se realiza en años sucesivos. De lo contrario, se deben esperar dos o más años entre cada
intervención, a nivel de parcela. El ancho rnás frecuente de estas bandas varfa entre 30 y
100 o más metros. Las bandas se disponen en dirección perpendicula¡' a la del viento
dominante en la época de semillación y su explotación se efectúa en sentido contrario a éste
(Figura 4.1 ),

Cortas 1 992 1 995 1 998 2001 Viento


dorninante

FIGURA 4. 1. Ejemplo de un parcela subdividida en 4 bandas las que serían explotadas con un
intervalo de 3 años entre cortas (adaptado de SMITH, 1986).

En terrenos rnoñtañosos, lo habitual es gue las bandas se dispongan en forma paralela


a la pendiente, con el propósito de facilitar el madereo y aprovechar los vientos que, en
general, toman una dirección perpendicular a la pendiente. Si el sitio es ocupado rápidamente
por regeneración y otra \regetación, no debiera haber problema de erosión. De lo contrario,
pueden quedar en sent¡do de las curvas de nivel o en forma oblicua. Este es un aspecto que
debe evaluar el ingeniero forestal a cargo del plan de manejo. En zonas altas donde el objetivo
de producción de agua es importante, se debe tomar en consideración la dirección geográfica
por su efecto sobre las horas de insolación y el derretimiento de la nieve. La regeneración de
la tiltima banda se efectúa a partir de los árboles del rodal vecino o mediante repoblación
artificial.

b) Bandas alternas

En este caso, la explotación de la parcela se realiza sólo en dos etapas" El primer año
se abren bandas dejando interbandas entre sf para proveer las semillas, Al cabo de uno o más
años se explotan las interbandas (Figura 4.2)

23
1 992 1 995 1 992 1 995 Viento
dorhinante

FIGURA 4.2. Eiemplo de una parcela que se explota según bandas alternas.

Las bandas se disponen segrln las mismas consideraciones del caso anterior. Las
interbandas obligatoriamente son regeneradas en forma artificial, lo que puede inducir a
disminuir su tamaño en relación a las bandas.

En los dos tipos de bandas la regeneración debe establecerse lo más rápido posíble
luego de la abertura. Si transcurre más de 4 6 5 años y ello no se logra, es preferible
proceder a la repoblación artificial debido a la invasión de vegetación indeseable o, en su
efecto, a la alteración de las propiedades ffsicas del suelo'

4.3 Ordenación

La ordenación forestal tiene por objeto la organización en el espacio y en eltiempo de


las intervenciones silviculturales con el propósito de controlar la producción, optimizarla y
asegurar su persistencia (VITA, 1989).

En el caso de un bosque tratado por el método de tala rasa total es posible emplear
un método de ordenación por superficie, en que cada serie tiene un número de rodales igual
a la rotación. La superficie de cada rodal es equivalente, en igualdad de condiciones de sitio.
En caso contrario, las más productivas serán de menor tamaño y viceversa. Por ejemplo, si
la serie tiene 1.400 hectáreas y la rotación es de 35 años, cada rodal tendrá :

s = Ss/R 1.400/35 40 ha

s = Superficie parcela
S= Superficie serie

En la práctica, el valor resultante es referencial y constituye un promedio para los


rodales de la serie, al cual habrá que acercarse lo más posible. Cada año se explota una
parcela y se Brocede a su regeneración. En el resto de las parcelas se realizan cortas
intermedias según lo establecido en el plan de manejo.

Este método de ordenación tiene la ventaja de su sencillez, pero presenta el


inconveniente de ser muy rfgido frente a los cambios de mercado. Para obviar este problema
los rnétodos alternativos son los del tramo único y bloque de regeneración que serán
expuestos más adelante en el capltulo corresBondiente a las cortas sucesivas.

24
4.4 Veñtaias y desventaias de la tala rasa

La principal vefltaja de este método es la concentración en el tiempo y en el espacio


de las operaciones de cosecha. Esto implica que el volurnen rnaderero extraído por unidad de
superficie en una sola operación es muy superior en comparación con los otros métodos, lo
que se traduce en un menor costo de explotación. Considerando que todos los árboles son
extraldos antes de que se produzca la regeneración, se facilita la mecanización de las
operaciones y no es necesario tomar precauciones especiales para no dañar plántulas o
árboles residuales gue permanecen en el lugar como fuente de semillas. Esto también
contribuye a disminuir los costos de explotación,

La tala rasa es un método sencillo v tácil de aplicar por cuanto no requiere de


marcación de árboles a extraer o dejar. Esto significa una menor necesidad de atención
profesional en relación a los otros métodos. Como se vio en el punto anterior, la ordenación
también es muy simple. Si en el predio se reaiiza un manejo silvopastoral, la superficie
destinada a este propósito es porcentualmente mayor, corno consecuencia de la
concentración en el espacio y en el tíempo de las actividades de reforestación, que implican
la exclusión del ganado.

Eiprincipal inconveniente de la tala rasa es el fuerte cambio que se produce en el sitio


luego de la intervención. Entre estos carnbios, los más significativos pueden ser la
proliferación de vegetación competidora, eventual cornpactación delsuelo y erosión, ascenso
del nivel freático, intensificación de las temperaturas extremas y mayor acción eólica. En el
caso de coníferas, preferentemente en climas frfos, la tala rasa puede tener efectos favorables
sobre las propiedades qufmicas y ffsicas del suelo al perm¡t¡r una mayor descomposición de
materia orgánica. El problema del ascenso del nivel freático se puede producir en terrenos
planos en áreas lluviosas, al extraerse la cobertura gue opera evaporando el agua del suelo.
Como consecuencia de ello los procesos de germinación y desarrollo inicial de plántulas de
la mayorfa de las especies presentes en dichos ambientes se ven desfavorecidas, en beneficio
de vegetación herbácea adaptada a esas nuevas condiciones, la cual impide el establecimiento
de regeneración.

En el caso de rodales rnixtos, con la tala rasa se tiene un menor control sobre la
composición del nuevo roda!. Si existe sélo una especie intolerante, lo más probable es gue
ésta se instale en el claro producido. El problema es si hay más de una especie intolerante
y se desea regenerar sólo una de ellas. Por otra parte, el peligro de incendios aumenta
temporalmente, como consecuencia de la concentración de desechos y de su extrema
exposición en el área talada.

Si el plan de manejo del bosque incluye fines paisajfsticos se debe considerar que la
tala rasa es el método más inconveniente dentro de los de monte alto, al conformar masas
muy regulares, de un sólo estrato y presentar extensa áreas -en la tala rasa total- descubiertas
de vegetación.

El efecto de la tala rasa sobre la fauna silvestre es variable según la clase de animal
presente en el área. Para la fauna que vive en linderos, como el caso de los cérvidos, la tata
rasa parcial especialmente en bandas alternas, resulta muy conveniente al crear condiciones
de descubierto donde el animal encuentra alimento y el rodal adyacente donde dispone de
protección.

25
4.5 Aplicación del método de tala rasa

4.5.1 En general

La tala rasa es un método de regeneración que tiene una clara base ecológica porque
imita situaciones que ocurren naturalmente. Dichas situaciones corresponden a catástrofes
tales como incendios, vientos, aludes, deslizamientos, etc, que destruyen sectores continuos
de bosques y producen claros donde se instalan especies pioneras. Es precisamente para
estas especies pioneras, intolerantes, generalmente de semilla dispersada por el viento, que
compiten exitosamente contra vegetación invasora y soportan temperaturas extremas, que
este método está adaptado.

Es un método muy adecuado para conlferas en sitios pobres, donde se debe alterar
drásticamente elsistema para obtener regeneración, mediante quema de la litera. Esto ocurre
en pafses nórdicos, como es el caso de Suecia.

En Alemania y Austria se utiliza sólo en forma de tala rasa parcial para no crear una
reacción negat¡va de parte del público. En Francia, se utiliza con mucho éxito para regenerar
Pinus pinaste¡ en las dunas de la región de las Landas, donde se aplica la modalidad de tala
rasa total constituyendo el ejemplo más exitoso a nivel mundial de aplicacíón de esta
modalidad. En cambio, se han usado las bandas progresivas o alternas para Pinus syfuestris
y Larix spp, con resultados muy diversos, requiriendo, en muchos casos, de complemento
artificial,

En Australia se ha regenerado Eucalyptus regrrans quemando el sotobosque como


preparación de la cama de semillas. En Estados Unidos, las viejas masas de Pseudotsuga
mqtüesii se regeneran mediante tala rasa total, y, en zonas montañosas, se aplican las
bandas alternas para Pinus ponderosa en bosques destinados a la producción de agua (SMlTH,
1986).

4.5.2 En Chile

Para el bosque nat¡vo, la tala rasa es susceptible de ser aplicada en aquellas especies
gue, en forma natural, colonizan áreas boscosas que han sido destruidas por causas naturales
o por la acción antrópica. Entre estas especies destaca Coigüe (VEBLEN et al, 1981; VEBLEN,
1985; HENRIOUEZ, 1985), Roble y Raulf. Los actuales renovales de estas especies
corresponden, en la mayorfa de los casos, al resultado de la destrucción del bosque primario,

En el tipo forestal siempreverde, se instalaron dos ensayos -Cordillera de la Costa y


Cordillera de los Andes- que incluyen los cuatro tratam¡entos fundamentales para regenerar
monte alto (DONOSO, 1989b1. Las especíes ensayadas fueron : Nothofagus niüda, Eucryphia
co¡difoh, Weinmannia tichospama, Laurelk philippiana, Drimys winte¡i, Saxegothaea
cottspicua, Podocarpus nuffigñna, Govuina avdlana, Amomyrtus luma, Amomyrtus meli,
Aextoxicon pu, cb ttmr, Da syphilum diocan thoid es y Em bothrium coccin eu m .

En el ensayo de la Cordillera de la Costa de Valdivia, al segundo año de intervención,


la tala rasa'fue el método que presentó la menor cantidad de regeneración, considerando el
total de fas especies. Weinmannia tichosperma fue la única especie que respondió mejor a
la tala rasa en relación a los otros tratamientos. Otras especies que respondieron bien a la
tala rasa fueron Drimys wintqi y Eucryphia cordifolia, esta última, a partir de las raíces de los
árboles cortados. En cambio, Saregothaa anspicua respondió muy mal a este tratamiento

26
(DONOSO, 1989b),

En el ensayo de lo Cordillera de los Andes todos los tratamientos dieron mejor


resultado que el test¡go. La tala rasa resultó ser el mejor método para Weinmannia
tichosp*ma y muy adecuado paca Drimys winteñ y Embothrium accineum. Finalmente, el
autor concluye que la tala rasa total no es un método recomendable en el tipo forestal
siempreverde no ordenado previamente.

En la zona oriental de la provincia de Valdivia (X Regiónl se instaló otro ensayo de


tratamientos silvicukurales para la regeneración deltipo Co¡güe-Raulf-Tepa-Mañfo (SCHMIDT
et al, 1983). Evaluaciones realizadas diez años después de la instalación delensayo indican
que el sotobosgue ejerce t¡na influencia significativa sobre el crecimiento de la regeneración.
Si éste es cortado, su rápida recuperación determina que la limpia no tenga efecto sobre el
desarrollo de Raulf y de Coigüe {SEPULVEDA, 1991 ), Por tal motivo, los métodos que dejan
el terreno descubierto tala rasa y árbol semillero son menos recomendables que los de
protección.

La especies de Notlrefcgws gue se han mencionado como colonizadoras, una vez


establecidas inician el ciclo de fases de desanollo en el cual la regeneración se instala bajo la
protección de la generación anterior, En este caso, la competencia con el sotobosque o
vegetación invasora, es menor.

En condiciones de descubierto total, la competencia con vegetación del dosel


herbáceo y arbustivo requiere de intensas y frecuentes intervenciones o, en su defecto,
implica alta mortalidad o alargamiento excesivo del perlodo de regeneración por disminución
en el crecimianto. Por tales motivos, en general no se considera la tala rasa -al menos total-
un método conven¡ente para regenerar naturalmente los bosgues nativos.

Distinta es la situación con las especies exóticas, particularmente el Pino insigne,


donde la tala rasa total ha dado muy buenos resultados en toda el área de distribución de la
especie. Se debe considerar que el Pino insigne, al igual que las otras especies del género
originarias de climas mediterráneos, t¡ene adaptaciones -conos serot¡nos- alfuego, elemento
asociadoadichosambientes(VITA, 1989). Portal motivo, laexposicióndelosconosalas
altas temperaturas provenientes de la insolación o del fuego, induce su abertura.

Para la zona de Arauco, VALDEBENITO (1981) determinó que la regeneración natural


de Pino se presenta en forma abundante, sin quema de desechos, para todos los meses de
explotación, siendo siempre mayor en los terrenos explotados en los meses de temperaturas
más altas. Comparó el efecto de explotar con tractor y con torre de madero, siendo este
últ¡mo método el que produce la mayor cantidad de regeneración. Además, determinó que,
al segundo año luego de realizada la explotación, se produjo un 167o adicional de plántulas.
Finalmente, el porcentaje de claros producidos y que era preciso suplementar, fue de 20 a
30%. Para mejorar este aspscto, recomendó manejar o eliminar el desecho de explotación.
Como conclusión, se considera la tala rasa total como un rnétodo apropiado para regenerar
bosques de Pino insigne destinados a la producción de fibra, especialmente en el caso de
pequeños y medianos propietarios.

27
V. METOOO DEL Af,BOL SEMILLEHO(*)

5.1 Gcner#sds
Segrrtn 6§te r?frdo, denominado también da los eÉohs padres o corta única con
ressrva de sernilleroe, ta unidad silvieuhural es sonletida a una corta integrral, con excepción
de algunos eiemplares dwtinados a proBorcionar las semillas para reganerar ol área. Algunos
autores consideran este rnábdo @mo L¡rra rnodatidad de la tala ra§a Y otros dcntro de las
cortas sucesivas. La curs€r$aci$n de algunos árboles en el área talada y §u permanencia
hasta desp¡és de osablecida la regenaación, ft¡ndamenta la no inclusión de este método en
la tala rasa. Por stra p:trto, los pocos árboles samilleros deiados no son suficientes para
proteger la regonuación en forma significativa. Por consiguiente, el método carece de una
de las mús irrportames carasterfsticas de las cortas sucesivas (SMITH, 1986).

5.2 Crregfrüm dc* sr¡éto«lo

5.2.1 Elcción ds lo* árb{É6s senriflsos

El núrmro reducido de árbole que parrnane,cen luego de la corta principal gueda


expuesto a un drástico cambio en su corudición sociológica, Una de las consecuencias de este
ai$arniento es la vukreriabilidad al yislto, moüvo por el cual los ejernplares deben ser
resistgrttes a su acción. Dcs& el p.rnto de vista fenotfpico, los árboles de fuste grue§o
soporÉn más el viento gue los de igual altt ra, pero m€nor diámetro, Un fuste de gran
diámetro está asociado a un sistema radical ampliro, lo que la otorga mayor resistencia. Por
tal motivo, si el rodal wiginal es regular, los ejemplares deben ser seleccionados del dosel
dominante.

Si el radal es mi¡cto, se considera la especie. Desde el punto de vista cualitativo, se


procura elegir los árboks que prossnteri las meiores caracterfsücas para la producción
establecidá en el dan de maneio. En este santido, se consideran los mismos aspectos que
en el caso de la elec€ión de eiarnplaras para la colecta de semillas : recthud de fuste, tamaño
y ángulo de inserciún de las raillas, vigor, ausencia de defectos gue se presurrle de origen
genáíco (doble fleC.lra r€ps&a, fibra en 66plral, etc) y sanidad, entre otros.

En el caso &l bwque naüvo ar¡teriormente siñ ma;Éio, puaden existir eiemplares de
buena forma de especies valbsas gus prsséfitan problemas sanitarios, por eiemplo, pudrición
central. Si se rata ds áfbdes sohemaduros y ese defecto está aseiado a la edad, no habrfa
problsrfla en su selecci6n conrc sernilleros, porqüe no serla faspasable a sus descendientes
y éstos no ahanzarfian la ed6d del progÉfiitor, ba¡o condiciones de maneio.

En ingrlós : Scad-tree method


En francés : Coupe urÉquo alec rás3rva ds Ports-grainos

2A
5.2.2 Cantidad de árboles sernilleros

Para decidir la eantidad de árboles semillsos a dejar tuego de la explotación principal,


se deben coñs¡derar les siguientes aspectos : a) la cantidad de semillas viables producidas por
árbol; b) la proporción de sen¡illas necesarias por plántula lograda; c) distancia de diseminación
efestiva; dl proporción probable de árbotes semilleros que se perderán por el viento u otras
caus¡¡s; e) condiciones del sitio pm la germinación y el desarrollo de las plántulas, y f) valor
de los semillercs en caso de ser abandonados. Los dos primeros asFctos están directamente
relaclonados con elanaño de la copa. En relación al tercero, la mayorfa de las especies de
semillas liviarxs disernina hasta una distancia equivalente a la altura del árbol; en ciertos
casos, hasta dos a cinco vecgs.

En genaral, mientras más favorables saan los aspectos mencionados menor será la
canüdad de semilleros reqr.rcridos y vicaversa. Por lo tÉrrto, habrá que waluar en cada caso
tas cordiciw¡es pra decidir este ep€sto. Corno antecedente de referencia, se puede señalar
qu¿ la cobertura que perrnanece después de la explotrción principal es inferior al 1A% La
expriencia recogida de los casos dord€ se ha aplicado el mÉtodo indica qrre, según las
condiciones de cada espcie y lugar, el número necesario para asoguril una regeneración
plena vala entre 2 y 25 árbles pr hectárea (SM!TH, 1986). t'lo se corroeen casos en gue
con menos de dos semilleros por hectárea se asegure regenerar sat¡sfstoriamente toda el
área. El lfmite superior está dado por consideraciones de tipo conceptual. Con más árboles
se produce protección significativa y, por lo tanto, corresponde a otro método, el de cortas
sucesivas. En la práctica, el ntlrnero de semilleros más frecuente por hectáre varfa entre 5
v 15.

En el caso de dispoeer de pocos somilleros, actividades culturales como la fertilización,


pueden ayudar a incrementar la producción de semillas.

5.2.3 Disuibuci&r de los semilleros

Es &seable qüe, en lo posible, la distribución de los árboles semilleros sea uniforme,


lo que depende, en gran rnedida, de la faaibilidad de elegir los individuos más adecuados.
En tqrenos accidentados se procurará deiar el máximo de ejemplares en las partes más altas
y asf awrrentar la distancia de dissninación. Si el suelo no es demasiado delgado no debiera
haber probhrnas, porque dichos eiemplares probablefi¡ente han desarrollado la capacidad de
resbtericia al vlsnto cañlo con{¡Gcuencia de su larga exposición a éste {SMITH, 1986}

En áreas muy afectadas pr el vicnto los semilleros se pueden deiar en grupo, lo que
aurnefita su reiste*cia. No obstante, a lgual n{rmero de árboles aumenta el distanciamiento
respéEto al método uniforme y ello puede afectar a la decuada distribución de las semillas.

5.2.1 Gperaciones culturales

. Ade*n& de actividades destiredas al au*¡ento de la producción de semillas, como la


fertilización ya rnencionada, lo más probable es que haya necesidad de proceder a una
preparación del sitio. Si se utiliza querna corrtrolada, la presencia de los semilleros impone
precauciones especiales para evitar su daño.

En el caso de bosques abiertos anteriorrnente no manejados y gue en la actualidad


tienen pocos eieñplares por hectárea, la aplicación del método consiste exclusivamente en
labores de preparación del sitio, sin corta de árboles.

29
5.2.5 Remoción de ]os árboles semilleros

El prfodo de regerreracién llega a su térm¡no con la extracción de los semilleros. Ello


ocure cuando se ha obtenido una regeneración establecida en cafitidad satisfactoria. Estos
árbotes debieran ser de los mejores de{ amiguo rodal, motivo.por el cual se espera que el
costo de su explotación sea compensado con creces por su prducción maderera. En caso
contrario, se procede a nnatarlos en pie mediante incisión anular. Como alternativa, se deian
indefinidan¡ente siendo muy probable gue la rnayorfa muera como consecuencia de la acción
de patógenos o del viento. No obstante, esta atternativa no es muy conveniente por la
competencia que los semilleros elercerán sobre su descendencia.

Tomada la decisión de extraer los semilleros, esta operación no debe retardarse


demasiado, porc6re las posibilidades de producir daños a la regeReración aumentan. Por otra
parte, si al cabo de uno o máximo dos años de buena producción de semillas no se logra el
establecimiento de una cantidad de regreneración suficiente se puede insistir intensificando o
repitiendo los trabajos de preparación del siüo o bien proceder a una complementación
artificial. Del mismo modo que en la tala rasa, si el sitio no es rápidamente ocupado por la
regeneración, es muy probable que otro t¡po de vegetación aproveche las condiciones
favorables creadas, El perfodc de regeneración para este método no debiera superar los tres
a cinco años.

5.3 Vertaias y desventaias dcl método del &bol sernillero

Este método presenta, en forma atenuada, las ventajas e inconvenientes de la tala


rasa. No obstante, en relación a ésta üene algunas particularidades que se pueden destacar

En primer lugar, con este método se controla mejor la composición y calidad del futuro
rodal, porque sólo se dejan com,o semilleros especies y ejemplares de valor. Por otra parte,
existe un mayor control sobre la d¡stribuc¡ón de la regeneración. En relación a la tala rasa
parcial, no preserrta restricciones en la forma y extensión del área a explotar.

Desde el punto de vista estét¡co, es muy superior a la tala rasa. Entre los métodos
de regeneración natural es el que selecciona de modo ideal a los meiores individuos del rodal
pa!.a que sean los prcgenitores del nuevo rodal regenerado, en una proporción aproximada de
1 en 20. Esta eonstituye la más alta presión de selección de todos los métodos de
regeneración natural. Si los semilleros quedan bien espaclados es poco probable que tengan
parentesco entre si y, por lo tanto, las probabilidades de que los descendientes tengan un alto
nivel de consanguinidad son baias (DANIEL, HELMS y BAKER, 1 982).

Como inconvenientes adicionales a los de la tala rasa, se puede señalar el posible daño
en la regeneración durante la explotación de los semilleros y los eventuales daños en éstos
por la acción del viento

5.¿$ Aplicación

5.4 r En general

Al igual que la tala rasa este rnétodo es aplicable a especies intolerantes, de semillas
livianas, resistentes a las temperaturas extremas, de rápido crecimiento inicial, capaces de

30
cornpetir vsrrtaiosam€rite con vegeteión inva*ora; en otras palabras, es@ies de carácter
pionero. En Europa septentrioflal el rnétodo sa o€upa para regenerar algiuoas confferas, entre
ellas, ñr¿rs sy{s§üic. En Australia se ha usado ccrrr Et¡úypárs dafrgpfürree y E. regnans,
daiando trgs a seis ssnÉllsro{t pr hectárea. En el NE de los Himalayas este método ha sido
usado por casi un siglo con FÉrs mxbügúñ deiando 12-15 semilleros por hectárea en las
áreas más frms y 2O a 25 en bs áreas nuás cálidas (MAIIHEWS, 19911. En Estados
unidos no tiefie aplicación tar exterrsiya corno los otros rnátodos de monte aho'regular No
obstante, es el mejw ffi§ri*gtto pila regen"mr P§nrrs Nt6üis. Tarnbién se ha usado con
éxito en otras corúforas, corrro en P*p u@t v Pl¡xn pweruw.

En Paraguay, existe una valiosa cspecie maderera llamada Peterevy lCo¡dia


ffinl, de caácts pionero. Entre bs cultivos agrfcolas crccen algunos ejemptares
aislados. Al rerminar la explotrción agícda, basta con dos o tres ejemplares por hectárea
pafa regFertef¡r toda ta superficie, prwia prepaación del suelo.

5.4.2 En Chile

Desde el punto de vista técnico, sste mÉtodo es factible de aplicar para la


regeneración d€ p*amaciones artificiales, en pafticular Pino lnsigne. En efecto, es frecuente
observar la producción de rageneración en spacbs abiertos cerca de árboles aislados o de
cortinas cortavieñtos. No obstante. desde el punto de vista práctico y económico, resulta
más cotrveniente aplicar la tala rasa total, método muy eficiente para esta especie.

En el caso de el bosque nativo, el método del árbol semillero time posibilidades de


aplicación en muchos de los t¡pos forestales. Este método es el más efectivo para aumentar
la cobertura de una esfcie valiosa en qua el estado astual es de baja densidad. Por tal
motivo, en ta mayorfa de los casos constituirá una eürpa transitoria para ta recuperación de
bosqt s intensamente floreados. En las siguientes rotaciones, baio condiciones de manejo,
probablemente serán tratados mediante el método de cortas sucesivas.

En el caso de los bosques n¡aditerráneos esclerúfilos, el Ouillay presenta las


caracterfsticas adecuadas para el uso de este método. En efesto, se trata de una especie
intolerante y es prácticamente la única de esos bosques cuya semilla es dispersada por el
viento. En la mayorfa de los rodales donde está presente, el número de á¡boles por hectárea
es inferior a 25 (VffA, 1989). Observaciones de terreno y los resultadas de un ensayo
insalado en la zona rnaditerránea ánda indican que la regreneración natural por semillas
rcquiere de b participación de una estrata arbustiva poco densa para proteger las plántulas
{VITA, 1990}. Además, es necesaria una cama de sernillas con suelo mineral expuesto, pero
no coúnpáctedo.

En los bosgues de la zona sur del pafs este método se puede aplicar para regenerar
Ulmo, Tineo, Ciruelilto, Gprés de la Cordillera, Ciprés de las Guaytecas, Alerce y las
difeentes epc¡es de Noütofaigil§, corl exoepción de Lenga. En el caso del Roble es
frea.te¡te obsewar abundante regeneración de esta especie agrupada en forma ovalada junto
a un individuo adulto, hasta una distancia equivalente a 2-3 veces su altura.

Debido a las limitaciones gue presenta el método frente a la competencia de


vegetación indeseable, en todos los casos señalados su aplicación se recomienda solamente
cuando el rodal presenta baia cobettura arbórea, generalmente debido a causas de origen
a$trópico. La apticaciún del método consistirá entonces, solamente en actividades de
preparación del sitio, debido a qr.re la corta de árboles ya se efectuó con anterioridad, aunque

31
sin normas de marrcio.

Al igrual qr.¡e para la tala rasa, DONOSO (1989) concluyó que el método del árbol
samillero no es eficier¡te ni recornendable técnica ni económicarnente en el tipo forestal
siempreverde.

Para el tipo Coigü€, Raulf y Mañfo, SEPULVEDA {1991} señaló gue coberturas muy
baias, inferiorec a 3O96, no son recomsndahles por el exceso de insolación y el vigor y
dssafrollo que adqrdere el sotoboqt*e. En el caso de escarificar el suelo corrlo labor de
preparaciún dcl sitio, baio condúsiones de descubiorto totÍrl o parcial, el área es rápidamente
COlonizada por Eramkreas y otras herbáceas, en particula¡, AbÜütt*h sp.

Como conclusidn ds lo anterionnonte er$resto, en Chile se recomienda la aplicación


de ste método corno rredida transitoria para recuperar en forma natural bosques degradados,
pero que atln conservan eiamphres de especies valiosas en ostado adulto o sobremaduro.

32
VI. METODO DE LAS CORTAS SUCESIVAS (*)

6.1 Gencratidades

Este método se denomina tamb¡én de "aclareos sucesivos" o de "protección".


Consiste en la explotación gradual del rodal maduro en una serie de cortas parciales durante
un perfodo de üempo que es una fracción de la rotación. La regeneración natural se instala
bajo la orot€cción del antiguo rodal el cual es definitivamente explotado cuando el repoblado
es completo y ss capaz de soportar la exposición total.

La aplicació¡ de este método da corno resultado un rnonte alto regular. No obstante,


cuando se ut¡l¡za por prirnera vez en bosques anter¡ormente no maneiados, puede que éstos
tengan estructura irregular. Al término del perfodo de regeneración, se constituye un rodal
regular gue, a diferslcia de los métodos anteriores, tiene mayor amplitud interna de edades
como consecuencia de un perfodo de regeneración más prolongado. Por tal motivo, en este
caso el rodal se saracteriza por tener la misma clase de edad en lugar de la misma edad.

6.2 Car*tcr{sticüs gencrales dal método

Existen varias clasificaciones sobre los tipos de intervenciones (GARRIDO, 1981;


DANIEL, HELMS y BAKER, 1982). La diferencia fundamental entre otras clasificaciones y la
que se exporle a continuación, es la no consideración de una primera corta denominada
"preparatoria' o de 'preparación de siembra" la cual, segtin los resultados obtenidos por
investigaciones en diversos t¡pos forestales nativos, no serfa necesario en el caso de Chile.
Por tal motivo, se consideran las siguientes intervenciones : corta semillera, cortas
secundarias y corta definitiva. Algunos autores se refieren a todo este proceso con la
denominación de 'cortas de protección".

6.2.1 Corta sernillera

Se puede denominar también 'corta de diseminación". Corresponde a la primera


intervención que consiste en la extracción de algunos árboles del rodal en estado de cosecha,
de modo que los restarrtes queden con más espacio para que sus copas, al disponer de mayor
luminosidad, fructifiquen abundantemente. No obstante, el objetivo fundamental es
proporcionar rnayor cantidad de iluminación al suelo para la germinación de las semillas y el
desarrollo de las plánarlas. Durante este proceso el sitio y la regeneración, permanecen
protegidos contra la acción de temperaturas extremas, sequfa, vientos, impacto de las lluvias,
nieve, eventual ascenso del nivel freátieo, proliferación del sotobosque o invasión de
vegetación indeseable {Figura 6.1 }.

Esta corta se realiza en un año de buena prodr,lcción de semillas y se eliminan los


árboles de ir¡ferior calidad del rodal. Si éste es m¡xto se extraen preferentemente ejemplares
de especies secundarias. Es decir, opera a la inversa que las cortas extractivas sin normas
de manejo practicadas antiguamente en los bosques nativos, denominadas floreo. Se dejan
en pie los mejores eiemplares, de copa amplia, bien equilibrada y pertenecientes al dosel
superior.

(*I En lnglés : shelterwood


En Francás : c-oup6 prograsivcs, coupe d'abri
En Alemrán : schirmchslag

33
FIGURA 6.1 a) Rodal en estado de corta semillera; b) Después de efectuada la
corta sernillera; c) Después de corta secundaria; d) Después de corta
definitiva.
La intensidad de ta corta semillera está en función de la obtención de una regeneración
abundante de las especies de interés, inhibir la regeneración de las especies no deseables y
mantener una adecuada protección eontra los agentes señalados con anterioridad. El número
de ejemplares a deiar debe ser suficiente para obtener una regeneración abundante sobre toda
la superficie. Por tal motivo, la corta es más fuerte paia regenerar especies de semilla liviana
y de fácil diseminación. Por el contrario, en especies de semilla pesada la corta es más suave.
En este últ¡mo caso, la repartición homogénea de los ejemplares es más necesaria que en el
anterior, Por otra parte, las especies tolerantes son más sensibles a las temperaturas
exremas y a la desecación del suelo, por lo que requieren de cortas más suaves. Lo mismo
ocurre cuando existe el peligro de invasión de vegetación indeseable o de ascenso del nivel
freát¡co.

En términos generales se puede señalar que para regen€rar especies intolerantes, de


semillas dlspersadas por el viento se requiere un dosel protector menor que para las tolerantes
de semillas dispsrsadas por gravedad. Existe, por lo tanto, bastante flexibitidad para
determinar la intensidad de la intervención, lo que se deberá evafuar en cada caso según las
caracterfsticas de la especie y del sitio. La práctica de este método indica que la intensidad
de la corta semillera vala entre 25% y 75o/o de volumen o área basal extrafdo en relación al
volumen -o área basal- original.

Del mismo rnodo gue en los otros métodos, junto con la corta de árboles es necesario
realizar las labores de preparación del sit¡o que correspondan. La existencia de regeneración
pre-existente debsá ser evaluada para decidir si se mantiene o se elimina en la limpia.

6.2.2 Corta secundaria

Algunos años después de efectuada la corta semillera es necesario intervenir


nuevamenta con el propósito de mantener e incrementar la afluencia de luz, agua y nutrientes,
de manera que la regeneración continúe su desarrollo en forma sat¡sfactoria. Si la
regeneración no so ha producido en toda la superficie esta nueva intervención tiene como
objetivo adicional restablecer las condiciones favorables para la regeneración.

La corta seundaria se realiza según las mismas consideraciones gue para la cofta
semillera en cuanto a oportunidad, intensidad y tipo de ejemplares a extraer. Si se trata de
reganerar esfcies de semilla dispersada por gravedad se coftan árboles que están sobre
manchas de regeneración manteniendo aquellos ubicados en sectores sin plántulas.

Cuando lae condiciones de la especie a regerlerar y del sitio determinan una baja
intensidad en las inrervenciones es necesario repetir estas cortas secundarias. Existen casos
en que se efectúan hasta cuatro cortas secundarias

El porlodo entre cada ¡ntervencidi varfá Oe dos a cinco años, dependiendo de los
mismos factores que afec-tan la intensidad. Durante este proceso, puede ser necesario repetir
las labores de preparación del s¡t¡o en las áreas sin regeneración.

6.2.3 Corta definitiva

Una vez obtenida la regeneración en gran parte de la superficie y los eiemplares estén
lo suficienternente desarrollados como para soportar el descubierto y sus consecuencia§, se
efectúa la eorta definitiva, extrayéndose todos los árboles restantes. Al momento de aplicar
la corta definitiva la regeneración tiene una ahura mlnima de 3 m. Es muy probable que en

35
ciertos sectofes no 3e haya producido regoneración. Existe un lfmite de tiempo sobre el cual
no es conveniente continuar intenkndo obtener regeneracién natural. Los árboles que
permarpcen para la corta definitiva sufren los efsctos de una "crisis de aislamiento", que se
manifiesta a través de r.¡n descenso de copa donde las ramas superiores se secan y hacia
abajo, por efecto de la mayor afluencia de luz, brotan ramas epibórmicas, Durante un t¡empo
prudencial, estos efectos no tienen consecuencias desfavorables sobre la calidad de la
madera.

Por otra parte, las condiciones del sitio en los espacios sin regeneración se hacen cada
vez más deficientes por efecto del descubierto, lo que aumenta los costos de establecimiento.
En estos casos, la meior altemativa es prmeder a un complemento de regeneración por
plantación. La expriencia europea indica como normal un complemento artificial del 10o/o de
la superficie. Finalmente, se deben prevsr d¡f¡cultades crecientes de madereo a medida que
la regeneración crece.

Durante la explotackln de los árboles en la corta definitiva es inevitable algún daño en


la regeneración. Para disminuir este efecto existen algunas limitaciones en las técnicas de
explotación en cuañto al tipo de maquinaria a usar, época de explotación, pistas de maderero,
etc

El perlodo de regeneración a nivel de rodal -t¡empo que transcurre entre la corta


semiltrara y definitiva- varfa según las especies y condiciones de sitio y; en general, es
inversamente proporcional a la intensidad de las cortas. En un extremo, para especies
intolerantes, de semillas livianas, en climas templado cálido, el perfodo puede ser de 3 a 5
años, En el otro extremo, para especies tolerantes, de semillas que se propagan por
gravedad, en climas frfos, donde además del problema de heladas los ciclos de producción de
semillas se alargan, el perfodo puede sup€rar los 20 años.

En Francia se considera que el perfodo no debiera exceder de 15 años. En Chile, lo


observado en ef1eayos de la aplicación de este método con Raulf permite concluir que para
esta especie el perfodo debiera variar entre 6 y 10 años'

6.3 Modalidades dc cort¡s sucesivss

Las cortas suceivas descritas en general en el punto anterior se pueden aplicar según
diferentes modalidades, las que se pueden enfocar desde tres perspectivas d¡stribuciÓn
espacial de las cortas, distribución en el tiempo e intensidad de la silvicultura.

6.3.1 Distribución espacial de las cortas

Al respecto existen dos modalidades diferentes : protección uniforme y protección no


uniforme.

al Protección unitorme

Es la modalidad más caracterfstica del método, en que cada intervención abarca, en


forma homogénea, la totalidad de la unidad silvicultural en proceso de regeneración.
Corresponde a la descripción general del método realizada en el punto anterior, En la Figura
6.2, se muestra un ejemplo de la aplicación de esta modalidad con un perfodo de regeneración
de oeho años y un intervalo de cuatro años entre las intervenciones.

36
FIGURA 6.2. Eiemplo de la aplicación de la modalidad de protección uniforme (1 : cort?
sernilbra; 2 = cortá secundariá; 3 = cortá definhiva).

EsÉ nlodalidad tiene la veñtaia de ser de aplicación más simple en relación a la protección
no uniforme, Fro es rrlerxls efectiva en condiciones diffciles para la regeneración debido al
rigor del clima o perbdo a semíllacién demasiado prolongados.

b) Protecciún no uniforme

Esta r¡oddirtad tiene los principios básicos de las cortas sucasivas, pero, a diferencia
de [a anterbr, cada intervención se concentra en ciertas áreas de la unidad sílvicultural.
Dentro de esta moddidad se pueden distinguir tres posibilidades : en fajas, en pequeños en
claros y en bosguetes

Antes de describir cada una de ellas es preciso aclarar la diferencia que existe entre
los tipos de tala rasa parcial y los tipos de protección no uniforme. En el primer caso, la
situación de aberh¡ra domina sobre la situación de lindero, es decir, la mayor parte de la
superficie abbrta no está significativamente influida por los árboles vecinos y por lo tanto no
existe protección. En cambio, en elsegundo caso, toda la superficie abierta tiene protección
lateral desde los árboles vecinos. Esta protección lateral puede abarcar hasta una distancia
de dos vecÉs la atn¡ra de los árboles vecinos. Desde el punto de vista práctico se considera
una distancia de u*a vez la altura.

Como co;¡rsecuencia de lo anterior estas modalidades de protección tienen un límite


de superficie afectada en cada intervención. En el caso de las fajas, su ancho es menor de
30 metros. El equivalente de la tala rasa parciaf son las bandas, de mayor amplitud. En el
caso de los pequeños claros, su tamaño as inferior a O,5 ha, a diferencia de la tala rasa parcial
en'claros en que sr¡ superficie es mayor.

bl) Cortas $¡cesivas en faias

En la unidad silvicultural se abren fajas paralelas entre si, en uña primera etapa que
equivale a la corta semíllera. La imensidad de la corta determina el ancho de las fajas. Por
ejernplo, debۖ ser anchas para regerierar especies intolerantes. En especies tolerantes, como
Abbs rc4*nb y Cryzaiats tqtfus,la regeneración se establece en el lindero del rodal que
permanace en pie, lo que limka su amplitud. Las fajas permiten regenerar alternadamente
especies de dtferente tolerancia (Figura 6.3). En este aspecto aventaja a la modalidad
uniforme én que es más díffcil regenerar simultáneamente varias especies de distintos
requerimientos de luminosidad. La corta secundaria equivale a la apertura de fajas
adyacentes a las anteriores y la definitiva, a la abertura de las fajas de árboles remanentes de
la antigua generación (Figura 6.4).

37
--t IT t!
--r II
--t ¡T
---l tl I
T

--! rt !
--: II t
---r II T
---I ¡¡ I
--l It T
--I !t I
FIGURA 6.3. Esquema de una faja que indica zonas de regeneración de especies
intolerantes y tolerantes ( | | = límites faia; -- = zona de regeneración de
esBecies tolerantes; I ¡ ¡ = zona de regeneración de especies intolerantes).

3 2 1 3 2 1 3 2 1

FIGURA 6.4. Ejemplo de aplicación de cortas sucesivas en fajas {1 : corta semillera 1992;
2 = cortd secundaria 1996; 3 = cortd definitiva 2,000).

La dirección de las fajas está determinada fundamentalmente por la orientación


geográfica debido a su incidencia en las horas de luz. Además influye la dirección del viento
dominante, la pendiente y las facilidades de madereo. Esta modalidad no uniforme en fajas
es la más usada eomo método permanente'

bZl Csrtas sucesivas en claros

Corresponde a una variación de la modalidad anterior en que la diferencia está dada


por la organización espacial de las cortas {Figura 6.5}'

FIGURA 6.5.
o:o.
Ejemplo de aplicación de cortas sucesivas en claros (1 = corta semillera
1992; 2 = corta secundaria 1996; 3 = corta definitiva 2OO2l. (Adaptado de
sMrrH, 1986).

38
En algunas ocasionos se aplica en rodales que presentan regeneración avanzada en
sectores. En este caso, las zonas 1 corresponderfan a dichos sectores y en ellos se
efectuarfan cortas secundarias y en los 2 cona semillera.

b3. Cortas sucesivas en bosouetes

Este tipo de protección no uniforme se aplica en rodales que actualmente tienen


estructura de monte alto irregular en bosquetes y se quiere cambiar a monte alto regular
(VITA, 1989). Esta situación es frecuente en bosque naüvo, particularmente en especies del
género Natffigtu4 donde rodales en estado virgen están formados por un mosaico de
diversos bosquetes con una o dos generaciones cada uno, segtln la fase de desarrollo en que
se encueñtra. Como eiemplo, se puede mencionar un rodal de Coigüe situado en el sector
Prado Menuco de la Reserva Nacional de Malleco. Su estructura actual es de monte alto
irregular en hsquetes. El valor económico de la especie no justifica la aplicación del complejo
método de selección. Además, la fase de crecimiento ópt¡mo a nivel de bosquete es
coetáriea. Por tales motivos, resulta preferible cambiar la estructura hacia monte alto regular
mediante un tratarniento transitorio. Una de las alternativas más convenientes es este
método, en gue las cortas se realizan según las particularidades de cada bosqu€te. Los que
están en fase de envejecimiento y no presentan regeneración son sometidos a corta semillera.
Los que están en fase de desmoronamiento y tienen regeneración avanzada de poco
desarrollo, son somet¡dos a corta secundaria. Aquellos que t¡ene regeneración avanzada de
más desarrollo o están en fase de crecimiento ópt¡mo, pero aún tienen ejemplares de la
generación antcrior, son somet¡dos a corta d#initiva (Figuras 6.6 y 6.7).

FIGURA 6.6. Ejemplo de un rodalsomet¡do a coftas sucesivas en bosquetes de acuerdo al


siguiente esquema :

Corta Bosquetes 1 Bosquetes 2 Bosquetes 3


Semillera 1992
Secundaria 1 991 1 996
Definitiva 1 992 1 996 2000

Altérmino del proceso, el rodaltendría una estructura mucho más cercana a un monte
alto regular gue al comieRzo. En efeclo, la amplitud de la clase de edad formado por los
ejernplares de más edad correspondiente a la regeneración avanzada (Bosquetes 1) y la que
se produce al inicio del proceso (Bosquetes 3).

39
TIItr?,ffrr fl-_r
rilll TrlllffirÍ-fl. wWtlffi+n,,ru¡¡rr

mffl.mffin *.{nm, tril{f rw+{ru,r++,*$#ftffi rrtlfl ttffr trttt#fi1ttr

ffi
FIGURA
fW
6.7.
ffi, *ffrrlrrr rr*rrrrrrtrl *ffin I q I i i ? ? I 1 l{i f f Iffi ffi I { ll??tltr ri i
al Emds inicial de un rrronte alto inegular en bosquetes. b) y cl Aplicación
de eoms §tr*í'u'as en bosquetes. d) Estado final del rodal. En él se aprecia
una sitr¡i¡ción de mayor regularidad que al comienzo del proceso.

40
En eS caso de ex*stir bosqt¡gtes con sólo urla generación de crecimiento óptimo, éstos
fx) s{yr sonetidos a cotrEs de regeneración

6.3"2 MÉlld&d de prctección irregular

Se caracreriza por un perfudo de regeneración más largo, que puede llegar a ser et
quivdÉnte de un 50% de la rotación Como consecuencia, se mantiene un rodal
biestratifbdo, de dades diferentes que, si bien no constituye un monte alto regular tfpico,
tampoco correryorde a un ñlont6 atto irregular, porgue en este caso se tiene como mfnimo
strata§ & dades bien diferenciados que abarcan el 100% de la rotación
tre{¡

Esta rudatrd se iustifica cuando el maneio rncluye dos especies principales


crecigndo en mezcb, uRa intolerante en el estrato superior y otra tolgante en el lnferior y
arnbas tierten dtfwentes rotaclones como consccuencia de distintas tasas de crecimiento
Esto implica i*iciar la ccscha final y, pr lo tarrto, la regeneración de la especie de más rápido
crcirnieato deiado para más adelarüe la casdra y regeneración de la espeie más lenta

6.3.3 Mod#dd de cortas sucesivas bajo sikicuttura afiensiva

Todas lm moddidades de cortag sucesiva*de§€ritas en los puñtos anteriores suponen


una silvicuhura intesiva, puesto que implican varias cortas sobre una misma parcela.durante
un psrlodo de tbmpo relativamente corto, Considerando gue este método se adapta muy bien
a los requerimlentos de la mayorfa de las especies forestales, se han desarrollado
rnodificrcio*es qr¡e permiten su apficaeión bajo circunstancias en que sólo puede practicarse
sihuicultura extensiva.

Lás fi?od¡fimcío*es posibles de considerar son las siguientes

al Rakreei&r dd rd¡mero de cortas. La reducción del número de cortas es rnuy factible


y atln r*gnertdabl€, para regenerar especies intolerantes de semi$as dispersadas por
el viex¡to, cürp es el caso del Raulf ddr& diversos ensayos están dernostrando que
es frtit¡te realizar sólo corta semillera y luego la definitiva. Para hacer posible esta
n¡odffuae¡ún, la corta semil]era deüe ss muy intensa, superior al 507o del área basat
o cokttra original.

Bclo esla modiflcack ñ, el método sa asernejarfa al del árbol sernillero, que hmbién
oFa con dos imwvenciones. Frlo obstante, el aspegto de prote¿¡ción es determinante
para eseH*er la difsencia eotre ambs mátodos El número mínimo de árboles
protstor€s roúrlarler?tes en las cortas sucesivas cs de 3O por tlectárea, lo gue equivale
a$oxirrdññ€nte a lGl5% de cobstura,

Si en wr rodd no maneiado con anterioridad existe r4ieneración pre-estableoda


trañzada y el doml Watectar es ralo ptd€ hacerse soliannefite la cofta definitiva lo
cual asemeirfa el rnétodo a una tala rasa. Nuevamente, el aspecto de protección
det€finifia !a difereneüa fundamental entre ambos rnétodos. Como se recordará, en
la tala rasa la tota{idad de los árboles aduhos son extrafdos antes del inicio de ta
regarración

bt elttgil#r*eñtú de* parfodo entrc lrs intervsnciones. El atarganigñto del perfodo entre
las cortas tiene como consecuencia la Brc*ongrción del perfodo de regeneración lo gue
se trduc€ en un retardo en el crecimiento del repoblado

41
c) sitio. Lo mismo puede
Omifir o disr{rúrr¡ir'drá§ícmrer¡te las laboras dc preparación del
señalars* oon resFcto a omisión
la de los trabaios de preparación del sitio que,
adsnás, pued€ significar una disminución en la cantidad de regeneración. Se debe
tener si€mpre presgrta que, una silvicuhura más extensiva implica menores costos,
pero se tradrce en re$rltados rnás modestos en' términos cualitativos y de
productividad. Por lo tanto, es preciso buscar el equilibrio entre ambos aspectos.

dt Elir$nar 16 &bdcs en pr€. La eliminación de árboles en pie es un rnecanismo muy


uülizado ttrrto en las cortas sucesivas como en otros tratam¡entos, Gomo alternativa
de la corta en los casos en que el valor comercial del individuo no compensa el costo
de la ryeración. Con¡iste en [a ejecución de una incisión anular que afecta el floema
astivo. Cdno resultado ds ta intervención, el eiemplar afectado pierde
progrreslvamryrte el follaje, luego las ramas secundarias y, finalrnente, queda en pie
parte del fuste. En Chile se ha usado principalmente en bosques de Coigüe-Raulf, para
etiminar d trimsro en beneficio de este últinrc y, en Lenga. En el sector Niblinto de
la Reserva Nacional & Malleco, coigúes anillados estaban muertos y sin follaje al cabo
de dos años de efect¡ada la operación. Al cabo de 14 años aún permanecen en pie
parte da los fustes y, en algunos casos, ramas principales. No obstante, anillamientos
efestuados sr Olivillo no han dado resultados. Por este motivo, si se anillan diversas
especies, es de esperar diferentes respusstas al tratamiento. En Lenga, uno a dos
años dwFÉ de la intervención los eiemplares habfan perdido el follaje (RUBILAR,
1992).

Según ALVEAR {1983} el costo de cada intervención baia a un 5O-85% si se anillan


los árboles en rrez de explotarlos, siendo mayor la diferencia mientras más fuerte es
la intervención en término de número de árboles afectados. En árboles sin valor,
existe un lfmhe de diámetro sobre el cual es mejor anillar que voltear. Este diámetro
debe ser dstsminado para cada situación. Como referencia, se puede señalar que se
encuenlxia drededor de los 30 cnn de diámetro a la altura del pecho,

Como atte*ttiva o complemento del anillado se puede practicar el envenenamiento


basal rndir¡te la inyección de un fitocida, lo cual mejora los resultados erráticos del
anillado. En Chile, este sistema ha sido ensayado para eliminar ejemplares de Raulí,
Roble y Avellarrc, obteniéndose un efectividad de 94% {ZIEGLER, 1984)

6.4 Orderwi6fl de bosqres tratados por et método de cortas sucesivas

Et largo plaao para la obterrción de la regerreración mediarte las cortas sucesivas


obl§a a modificar el método de ordenación descrito para la tala rasa total. Los sistemas que
se analizarán a csEinuación se deben emplear para todos los tratamientos conducentes a
rnonte aho regular, excepto la tala rasa total eri que se t¡ene la opcién de elegir entre todos
ellos.

La base de bs métodos de ordenación para bosques regenerados por perfodos de


tiempo sr¡perior a dos años es la agrupación de un conjunto de rodales gue ti€nen en común
uria etapa de dasarcllo terminal respecto a la rotación fijada en el plan de manejo. De este
modo, se definer unidades de ordenación denominadas trarnos o bloque de regeneración
Para dimensionar su superficie se requiere determinar la rotación y la longitud del perfodo de
regeneración.

42
6.4.1 Trmms {')
l-a &efiairrcíértde la superficie de cda tramo sstá dada pr la relación:
se = Ss (PlRl'

donde:
'§uperficie
se = de equilibrio del tramo
Ss : Sr¡perficie de ta serie o cuartel
p - Longitt¡d del perfodo de rcgeneración para el uamo
R = Longitd de la rotación

A nirlef def rodal, el psrfodo de regenerrción esfá determinda pr et nrlmero de años


$¡g úaosctare efitre la wta semillera y la corta definitiva. En canrbb, a nivel del tramo, el
prlodo de rqeneración se fiia en un valor superior, de manera qu€ se asegñre la regeoeración
de todss loo rodales del tramo en dicho lapso de tiempo. Por ejernplo, si el tratamiento de
crxtas sucesivas implica una derñora de lO años. para el coniunto de rodales se puede fiiar
un perfodo de 15 - 2O años, lo que significa que algunas comienzan a ser intervenidas antes
qge las olras y st, rqprr€¡ración, por lo tanto, estará concluida antes del témino del perlodo
para el trilrno.

Para efwtos de las cortas sucesivas se pueden distinguir dos üpos de tramos
perrrffintes y único.
al Tra¡os rersranentes

En ste
caso, la relación Hlp da directamente el nrimero de trarnos. Por eiemplo, la
sspcie años. Se ha determinado un
pr¡nc¡esl de un bosque tiene una rotación fijada en 9O
perfoúo de reWnerrción para el trarno de 15 años. la relaciún 90/15 da seis trarnos {Figura
6"8).

II tlt

VI V IV

FIGURA 6,8. Eemplo de una serie con seis tramos p€rmanentes.

(*f En Ftarcás : af{rctatione

43
Si la serb tieñ€ 1.8OO ha cada tramo tendrá una superficie de 3OO ha. Durante un
p6r@o de 15 añm se pr@de a reganerar todos los rodales del tramo l, luego las del trario
ll y asl sr,rcesivarl€r¡e de mancra que, al eabo de 90 años se vuelve al trarno I y se repite el
cicio. Por cwrsiguiwrte, la c*ase d¿ edad a nivel de cada triilno será de 15 años (Figura 6.91
Mientras se efectúan lm cortas de regeneración en un tramo determinado en el resto se
reañzan cortas imansiriades tabs corno clareos y raleos'

Frrnanentcs perm¡te explicar claramente la organización de


El rnéüodo d€ los trdn<xs
un bosque tratado ndiare hs cortas sucesivas. No obstante. su aplicación en la práctica
adotece de uaa extrene ririd€Z, porque los tramos se fijan desde el comienzo del primer plan
de nuneio y no ÉEderi r¡odif¡car*. Dt¡rante la longitud de una rotación existen cambios que
afectan las decisioncs de cada revisión de un plan de manelo Estos cambios pueden ser el
resultado de catástrafés naturales, fluctuaciones en los mercados, etc. Por tales motivos, el
máodo de los tñsnols Forinar€fytes ha sido abandonado No obstante, constituye una
ra{erencia para tos rnéodos qrc se emplean en la actt¡alidad.

3@ ha 3@ ha 3OO ha 30O ha 3O0 ha 3OO ha

15 30 45 60 7S 90

Edad (años)

FIGURA 6.9 EsEt¡sna de srrpsfbks por clases de edad de 15 años (adaptado de LANIER.
19861,

b| Trrc¡hico
Bamdo en k rnisrnos principios anteriores el método de ordenación del tramo único
tiene la ventaja ds mays flexibilidad frente a los cambios de mercado y adaptación a las
c¡grdi¿iones que sa eilcu€mtra en un bosgue anterionnente sin manejo. Tornando los mismos
valores del ei*npto antarior la defnrición del tamaño del tramo estará dada por

se = 1"8OO {15/9O} = 3OO ha

Si ea el bcsqtre existst dos especies principates ocupando rodales diferentes y que


tierrcn distint rotación se usa ta siguiente relacién

se = (S1/R1 +S2¡I12)(pl

En gue

51 = Superfickr aqüival€rite a la suma de los rodales const¡tuidas por la especie 1


52 = Superficie qu*valente a la suma de los rodales constituidas por la especie 2
Rl = Rotación & la espccie 1
R2 = Rotacíén de la especie 2
p = Perfodo de regerwacfo5n
4
ElBerfodo de regeneración debe ser igualpara ambas especies. Siexisten rodales con
rnezcla de estas dos especies principales, para efectos de aplicación de esta fórmula se elige
la especie prioritaria y dichas superficies mixtas se agregan a las que la especie prioritaria se
encuentra en forma exclusiva. Siguiendo con los valores de los ejemplos anter¡ores, la
situación podrfa sen la siguiente

se = (1.0O0/90 + 8OOl70) (15) = 338 ha

En el análisis no se consideran las especies gue cumplen con un rol cultural (promover
poda natural en las especies de interés, proteger el suelo, limitar el desarrollo del sotobosque,
etc).

La difersrcia fundamental que existe entre el método del tramo rÍnico y el anterior es
la no existencia de la condición de permanencia de los tramos.

El plan de maneio y sus revisiones posteriores, se realiza al inicio de cada perfodo de


regeneración, en este eiemplo, cada 15 años. En ese momento se eligen los rodales que, de
acuerdo a sus caracterlsticas de desarrollo, están en edad de cosecha. En ellas se constituye
un tramo. Durante ese perfodo todos los rodales del tramo deberán ser regeneradas. Al
término del perlodo se eligen los rodales que pasarán a formar parte del nuevo tramo y asl
sucesivamente. Al térm¡no de la rotación da lo mismo si el nuevo tramo está formado o no
por los mismos rodalee de 90 años atrás. Otra diferencia con los tramos permanentes es la
no obligatoriedad de vecindad de los rodales en regeneración. El tramo puede estar
constituido por dos o más sectores {Figura 6.10).

[flTrffi-

FIGURA 6,1O. Eiemplo de una serie con tramo único constituido por tres sectores {Adaptado
de DUBOURDIEU, 1989),

Como en el caso de los tramos permarlentes, en el resto de la superficie no somet¡da


en un rnomento dado a cortas de regeneración, se aplican cortas intermedias.

Este método de ordenación fue el más ampliamente utilizado en los bosgues franceses
hasta la década del 70. En el caso de Chile parece muy apropiado para los bosques nativos
aún no sometidos a manejo, puesto que mediante él pueden llegar a constatu¡r series
equilibradas en el futuro. A continuación se muestra un ejemplo de un bosque de Lenga en
Magallanes. La cartograffa inicial determinó la siguiente repartación de fases de desarrollo
(SCHMIDT y URZUA, 19821 '

45
Seg-orcs-eolase-de Suoerficie (ha)

Regeneración avanzda 72
Crecimiento óptimo 326
Envejecimiento 317'

Total 715

Si se fija un perfdo de regeneración a nivel de rodal de 20 años, el perfodo para el


trarfio puede ser de 30 años. Por otra parte, la rotación se puede establecer en 120 años
Es posible que ambos valores se disminuyan al hacer más productivo el bosque mediante las
intervenciones silvicutturales. Con los valores señalados, la constitución del tramo sería

s = 715 (30/120) = 179 ha

Las 1 79 ha tendfan que constituirse con las 72 de regeneración avanzada y el resto


con las más desarrolladas dentro de las 317 correspondientes a envejecimiento. Suponiendo
que éstas sobrepasan en edad la fijada como explotabilidad, existen mecanismos de
ordenación transitoria para series desequilibradas {LANIER, 1986; DUBOURD¡EU, 1989)

6.4.2 Bloque de regeneración

En pafses dc mayor desarrollo forestal, como es el caso de Francia, el método del


tramo único fue reemplazado por el método del bloque de regeneración" La razón de este
cambio obedece al exceso de flexibilidad del trarno único, ya que no tenfa ninguna perspectiva
más amplia concerniente a la evolución de las poblaciones durante toda la rotación. En el
nuevo método, los rodales se clasifican en tres grupos establecidos por la duración del perfodo
de regeneración "p' (equivalente a la vigencia de cada revisión del plan de manejo)
(cocHET, 1971)

Bloque de regeneración

Bloque de Breparación, que seguramente, pero no imperativamente, será puesto en


regeneración al término del perfodo "p" y que, en la espera, es sometido a raleos.

Blbque de meiorarniento, sometido a raleos y a otras eventuales cortas intermedias.

Con este máodo se pretende una mayor preocupación por el resto de la serie que en
el caso del trarno único.

La división efi tres tipos dc agrupaciones se podrla asemejar al antiguo método de los
tramos permanentes, Wa eñ los nuevos métodos esta división t¡ene un carácter indicativo;
en cambio, el método ant¡gr¡o tenfa un carácter imperativo, En otras palabras, los nuevos
métodos mantienen la flexibilidad del tramo único, pero perm¡ten ordenar meior el resto de la
serie no som€t¡da a cortas de regeneración mediante un adecuado escalonamiento de las
clases de edades. Al igual gue en el tramo único, se mantiene la obligación de completar la
regeneración durante el perfodo "p" sobre una superficie "se"

se = Ss (P/R)

En este último aspecto existen dos variantes (COCHET. 1971)

46
Bloque de regeneración limitado
Blogue de regreneración expandido

a) Blaoue de reseneración limitado

Corresponde esencialmente almétodo del tramo único. En éste existe sólo un bloque
de rneioramiento. En cambio, en el bloque de regeneración limitado en el resto de la superficie
de la serie se considera un bloque de preparación y uno o más bloques de meioramiento.

En los Etétodos del tramo rinico y del bloque de regeneración limitado el conjunto a
regenerar durante -p' tienen una superficie igual o muy similar a "Se" Como en el caso del
tramo único, la ordenación se puade aplicar a una mezcla de especies principales.

b) Bloque de reoeneración exoandido

Se diferencia de la variante anterior en que el bloque t¡ene una superficie mayor a


"se" No obstante, se mantiene la condición de regenerar durante "p" como mínimo una
superficie igual a "se". La superficie adicional no debe ser aldoble de la "se" calculada. por
otra parte, cada rodal no debe figurar más de dos veces seguidas en un bloque de
regeneración. Altérmino del perfodo "p" todos los rodales del bloque habrán sido sometidas
a cortas de regeneracién, pero no todos habrán completado el proceso

Esta variante es más flexible que la anterior y se utit¡za en bosques regenerados


exclusivarnsrte en forma natural donde el proceso es lento debido a las características
climáticas. Como por ejemplo de ello se pueden mencionar los climas mediterráneos y los
caracterizados por baias temperaturas.

El bloque de regeneración expandido es el resultado de preferir, en bosques de


regeneración diffcil, agrandar el tamaño del conjunto de rodales a regenerar, en lugar de
alargar dernasiado el perfodo 'p'

Como conclusión, se considera el uso de la variante a) en todos los casos en que sea
posible, dejando la variante b) sólo para situaciones estrictamente especiales.

6.5 Venaim y dc§\rgltaias de las coftas sucesivas

Una de las prirrcipales ventajas de este método es su flexibilidad, que le permite


adaptars€ a la rnayorfa de las especies y condicbnes que se encuentran en la práctica. De
los rnétodos conducentes a monte alto regular es el que mejor asegura la obtención de una
regeneración plena, meiorada genéticamente y con altas posibilidades de prosperar, debido
a la mayor cantidad de sernillas producidas y a la proteccíón del dosel superior. Por otra
parte, es el único de los tres métodos analizados factible de usar para regenerar en pleno
especies de semillas pesadas.

Desde el pumo de vista de conservación nunca el sitio queda descubierto lo que


permite una mejor protección al suelo y una menor alteración del régimen hfdrico. Por esta
misma razón es muy decuado desde el punto de vista paisajfstico. Además, los ambientes
para la fauna silvestre no son tan drásticamente alterados como en los casos anteriores.

Los desechos de explotación se producen en menor cantidad por unidad de superficie


debido a la parcialidad de las cortas y quedan baio sombra, lo que se traduce en una

47
disminución del pd§ro de incendios y en una descomposición más rápida de los restos. En
relación a los rnétodos ariteriores hay menores riasgos de multiplicación de insectos.

El principal inconvenienté del método es su mayor dificultad de aplicación. La


marcación de la corta semillera y secundarias requiere de per§onal especializado. Lo mismo
ocurre con las faenas de explotacién, con el propé§to de disminuir los daños sobre la
regeneración y los.árboles remanentes en el dosel superior. Lo anterior, unido a una menor
concentración de la cosrcha en el tiempo y en el espacio, se traduce en un mayor costo con
respcto a los métodos anteriores.

Los árboles que permanecen hasta la corta definitiva pueden sufrir los efectos del
aislamiento a través de daños por el sol, el viento o plagas y enfermedades.

6.6 Aplicación de las cortas gucesivas

6.6.1 En general

Este método está inspirado en el funcionamiento natural de los bosques que no han
sido alterados por catástrsfes en el pasado reciente, imitando lo que ocurre en la fase de
destrucción (desmoronamiento) y regeneración. En efecto, la regeneración sólo prospera
cuando se crean condiciones de mayor luminosidad como consecuencia de la progresiva caída
de los árboles de la generaeión anterior. Lo que en la naturaleza demora decenios, se reduce
a un perfodo de pocos años y lo qr.le ocurre a nivel de un bosquete en fase de destrucción se
hace extensivo a toda una unidad silvicultural. Por las caracterfsticas de cierta complejidad
del método y de mayor costo, sólo puede aplicarse para la obtención de productos de alto
valor maderero.

aspstos generales, ha sido usado desde el siglo XVI en Francia y


El método, en s{¡s
Alemania (MATTHEWS, '1991). La modalidad uniforme bajo silvicultura intensiva se utiliza
actualmente en el 9O% de los bosques de Haya y de Encina en Francia, usando perfodos de
regeneración de 1O-20 años a nivel de la parcela y 2O-3O años a nivel del bloque, con
rotaciones de 1 20 años para la Haya v 18O-220 años para la Encina. En el Macizo Central
durante el si1¡lo pasado se establecieron bosques artificiales de Finus nigra var. austriaca, con
propósitos de recugacíón y protección del suelo erosionado. En la actualidad se maneian
para la producción maderera aplicando tres cortas durante un perfodo de 6 a 12 años a nivel
de parcela.

En Dinarnarca y Esandinavia el método es ampliamente usado para regene¡ar Pinus


sfrrurf¿is V Pfu:a aáfus, especialmente en Suecia y Finlandia. La rnodalidad de protección
inegular se utiliza en Alemania y Austria. En Suiza, esta modalidad es el sistema silvicultural
más recientemente desarrollado y ha reemplazado a todos los otros. excepto el de selección
(MATTHEWS, 1991}.

En la silvicultura tropical, forestales ingleses investigaron la regeneración de especies


valiosas en bosques de Malasia, Uganda y la lndia {MATTHEWS, 1991). Luego de 20 años
de experimentacién desarrotlaron en la década del 40 los métodos de Protección Malayo y el
de Protección Tropical {TSS}. Ambos métodos corresponden a una adaptación de la
modalidad uniforme de las cortas sucesivas y tienen como propósito fundamental obtener, a
partir de unos pocos eiemplares valiosos por hectárea al menos 100 brinzales de 1 m de
dichas especies, los que, en conjunto con otras especies secundarias, consütuirán una
estructura más simplificada, pero de composición más valiosa, en relación al mult¡estratificado

48
bosqus húmodo sbmprer¡erde original.

Las oreraeimes se inician con la cona semillera que afecta a árhles, lianas y
sodosqus n¡ed¡arite una combinación de corta y anillamiento más e¡vcnenamiento de los
árboles indessables de los estratos baios durante'cinco años antes de la explotación
comercial. Esa explotación comercial, que afecta a k¡s ejemplares adultos valiosos,
conEspordg a uria corta secundaria. Luego se cont¡núa con otras coftas secundarias y
limpias del sotoüosgtp. La regeneración ge desarrolla baio la protección producida por árboles
de especies satmdaria hasta que Be ektúa la ¿'ofta definiüva, a los 21 años de iniciado el
proce§o.

EshB &ffiiofies del método de cortas sr¡cesivas uniforme fueron posible aplicarlas
en ta práctb por el desarrollo de una demanda local de madera de pequeñas dimensiones,
corno por eism$o, madera para combustible {MATTHE}VS, 1991}. CATINOT (1965} evatuó
los resultados dcl T§S y propuso la intensificación de las intervenciones y el acortamiento del
or;r6,do do regwrs*ión,

Nuwa Zelandia se ha planteado la utÍlización del método de cortas sucesivas para


En
UoWagn m€diane la aplicación de tres cortas distanciadas entre si tres a siete años, con
trabaio al $¡elo y oliminación de vegetación invasora, preferentemente helechos. En el caso
de Estad§§ Lffios sste método está prescrito para la mayorfa de los tipos forestales, excepto
para esfci€§ rtuy imolartrttes como álamos y abedules, También son excluidas las resinosas
de conos serotirrce con los cuales los métodos de tala rasa son más efectivos.

6.6.2 En Chih

Debido a sus caractelsücas combinadas de concentraeión de los rabajos de


regeneraci6n an el thrnpo y en el espacio prop¡o de los montes regulares con un desarrollo
prqre§vo d3 las ¡fitervfficiones de acuerdo al funcionamiento natural de los rodales, este
mét6 sin ltlga a &,rdas, es el más adecuado para manejar los bosques nativos constituidos
por esp€ie§ lstifffias. En los bosques esclarófilos las especies tolerantes que forman
estados clinráckre, coñto Peumo, pueden ssr regentrados mediante este método, porque es
com¡ln ob§vsr ab{rrÉarlte regeneración natural baio la copa de ejemplares adultos (VITA.
1 9891.

En lks
c¡ás húmed¡¡s, el método se puede aplicar en todas las especies de
lÚa*p¡f@. LG exHimentos más antiguos correponden a los de Llancacura donde, en
1958 se apticú uf¡a corta semiñera en un rodal rnixto de Raulf con especies siempreverdes
Para dlo * *nir¡6 el sotobosque y las especies siempreverdes det dosel interrnedio,
perm¡illecisdo 45O eirnplares de Raulf en el estrato superior. Estos eiemplares tenfan más
de 6O años * e&d y el área basal remanente fue de 99,5 m2lha. Bajo esas condiciones se
produio una ahsrdarfia rcgerreración mayoritariamente de Raulf gue, en algunos sectores llegó
a densidades de 590.OO0 brinzales por hectár*a. Según evaluación realizada diez años
deq#, era urgrerrte aplicar corta secündaria para abrir el dosel, puesto que el repoblado
estaba e§@nado.

En 197O §8 efectuó una corta semillera en otro rodal similar at anteriror constituido por
un dosel superior de Raulf con algunos coigües de gran tamaño y varios estratos interrnedios
de Tepa, Tineo, Trevo, Ulrno, Luma y Melf. La interve¡ción consistió en el anillamiento de los
grandes coigúes y'la corta de los doseles intermdios, incluido el sotobosque. El total de
eiemplarcs g
hrtárea crytados fue de 848. Permanecieron 280 eiemplares de Raulf por
hegtárea, cofi un área basal de 67 m2. La inte*sidad de la corta expresada en número de

49
árboles fue de 750fa; en área basal fue inferior debido a que afectó a ejemplares más pequeños
que los remalrenteu. A los dos años existla un repoblado de 10 cm que llegaba a una
d€ñs¡&d de 550.0@ brinzales por heetárea (VITA, 1974). Al mismo tiempo, se observaba
un vigioroso rebrote de cepa de las especies cortadas, con atturas muy superiores al
r@oblado.

En varirx de los fundos que conformaban al antiguo Complejo Forestal y Maderero


Panguipuñi se efectuaran aplicacionas de este método en su modalidad uniforme en rodales
qt¡e arln teñfan una cafikiad imgortante de ejemplares aduhos de Raulf. Por otra parte, en la
Reserva Nackmal de Malleco en 1977-78 se realizaron cortas semilleras según la modalidad
uniforme en varios lugares, especialmente en el sector Niblinto. También se aplicó, por
primera ve:¿ €út Chib, la modalidad no uniforme, en faias de 6 m de ancho efectuadas con
h¡lldozer. En uno de los lugares, el bajo número de eiemplares dejados como dosel superior,
permke clasificar el método corno árbol semillero. Luego de 14 años de observación de la
respüest¡r da la rcgeneracién al tratamiento se puede concluir lo siguiente

Es imfescindible excluir del ganado las áreas de regeneración,

La preparrción del suelo para permiür la llegada de las semillas al suelo mineral es
deterrnifiañte para el éxito de la regeneración.

Los metores resultados, expresados en cantidad y desarrollo de la regeneración, se


produjeron donde se aplicó una corta semillera mediante volteo de árboles y
sirnuttánearnente se anillaron ejemplares, de manera que, en forma gradual, el dosel
st¡periorquedó bastante abierto. Esto equivale a una corta secundaria efectuada a los
dos años de la semillera.

obstame lo anterior, la abertura fuerte del estrato superior en el caso en que se


l-,lo
aplicó el ¡nétodo del árbol semillero, dio resuttados muy inferiores, puesto que la
regenerackfn de Flaulf, en baio número y desarrollo, está mezclada con regeneración
de Coigüe y compitiendo con Coligüe y otras especies de sotobosque.

La modal¡ded no uniforme en fajas dio resultados inferiores a la uniforme.

En el üpo fsestal Coigüe-Raulf-Mañfo-Tepa, se instaló en 1980 un ensayo donde se


probó et efeeto de 4 traamientos (SCHMIDT, RUSTOM y DONOSO, 1991)

Testiso, sin imervención (cobern¡ra 857o) (107 eiemplares por hectárea de Coigüe y
Raulf y 174 de Mañlo y Tepa).

Corta de protÉción su¿ws, dejando 60 m2lha de área basal {cobertr.rra SAYol 177
ejemplares por hectárea de Coigüe y Raul0.

Cora de proecciffr fueñe, deiando 4O m2lha de área basal (cobeftu¡a 3OYol ,44
eiemplares por hectárea de Coigüe y Raulf.

Corta total.

El criterio de intervención fue comenzar con la eliminación de las especies de sombra


(Mañío y Tepa) y lr.rcgo, cortar Coigüe y Raulf hasta llegar al área basal establecida, cuidando
que la distribución del dosel protector fuera homogÉnea. Al mismo tiempo, se intervino el
sotobosque y el suelo mediante escarificación.

50
Los resultados indican que la germinación de Raulí se favorece con las cortas en el
dosel arbóreo y especialmente con la corta del so'tobosque. Los autores agregan, además,
que la sola intervención en el dosei arbóreo provoca 3,5 veces más regeneración para la corta
de protección suave que el testigo y aumenta 5,6 veces, si se complementa este tratamiento
con Ia corta del sotobosque y 10,9 veces en combinación con la escarificación del suelo. En
cuanto a [a sobrevivencia, se produce un mejoramiento para todos los tratamientos respecto
altestigo, sobre todo con corta del sotobosque y escarificado del suelo. La tala rasa presenta
valores bajos, debido a la falta de protección y, principalmente, por la competencia del
sotobosque. Respecto al crecimiento, éste meiora con el aumento de la abertura del dosel.
Para los tratamientos de.corta de protección fuerte y de la tala rasa se duplica o triplica el
crecimiento respecto al bosque original. Como conclusión, los autores recomiendan la corta
semillera fuerte con eliminación del sotobosgue.

En todos los casos anteriores se ha iniciado eltratamiento a part¡r de bosques mixtos,


con predominancia de Raulf. El propósito de las intervenciones es crear un bosque con un
dosel superior constituido principalmente por dicha especie y uno intermedio por una o más
especies tolerantes. Estas últimas se pueden regenerar junto a Raulí por semillas que estaban
en el suelo o desde algunos eienrplares que se pueden dejar como parte del estrato protector.
La alternativa es manejar la regeneración vegetativa gue se produce en las cepas de los
árboles eliminados en la corta semillera.

En los bosques en estado de regeneración donde part¡cipa Raulf se pueden distinguir


actualmente dos situaciones generales :

- Bosques donde existe una cantídad importante de ejemplares de la especie -mínimo


30 por hectárea- y gue por si solos pueden constituir el estrato protector luego de la
corta semillera. Esta situación en la actualidad no es muy frecuente y corresponde
a bosques vírgenes o poco floreados en el pasado. Todos los ejemplos anteriores
están en esta categorfa (Figuras 6.1 y 6.11).

- Bosquesfloreados, donde aún permanecen algunos árboles adultos de Raulí, entre una
cantidad muy superior de ejemplares de otras especies. Por ejemplo, en el sector
Niblinto de la Reserva Nacionalde Malleco, existe un rodal de este tipo que en eldosel
superior tiene, por hectárea, cuatro ejemplares de Raull, algunos coigües y tineos,
formando un estrato aho incompleto en cobertura característico de rodales floreados.
En los doseles intermedios y bajos se encuentra una cantidad mucho mayor de
olivillos, tepas, avellanos y algunos trevos. Si se quiere regenerar RaulL especie de
valor comercial muy superior a las otras, una posibilidad serfa cortar todo dejando los
cuatro ejemplares como semilleros. No obstante, dicha alternativa no parece la más
conveniente debido principalmente a los problemas de proliferación del sotobosque.
En cambio, se puede aplicar el método de cortas sucesivas siguiendo la estrategia
general de los métodos de protección tropical. Para ello habría que dejar un dosel
protector constituido por los ejemplares del estrato superior y, si es necesario,
complementado por algunos ejemplares de especies tolerantes. Una cobertura no
mayor a 30oÁ más la remoción de la hojarasca sin duda favorecería el establecimiento
de la regeneración de Raulf, junto a las otras especies intolerantes. Por otra parte, la
regeneración de Raulf, debido a su mayor tasa de crecimiento, no es afectada por la
regeneración de especies tolerantes (Figura 6.121.

51
FIGURA 6.11 Rodal mixto con especies valiosas (copas achuradasl antes y después
de ejecutar la corta semillera.

El resultado de esta acción no será comparable a los casos citados anteriormente, pero
el bosque futuro tendrfa una proporción de ejemplares de Raulí mayor a la actual. Finalmente,
en relación a los tipos forestales con participación de Raulf, se puede señalar
que los actuales
renovales de esta especie, iunto con los de Coigüe, Roble y otros Nothofagus, al término de
su rotación estarían en muy buenas condiciones de ser intervenidos mediante las cortas
sucesivas con un nivel de silvicultura más intensivo'

En el caso del tipo forestal siempreverde, DONOSO (1989) recomienda el método de


protección en fajas para la mayoría de las especies, dado que su regeneración se produce en
los bordes de los rodales, a excepción de Olivillo, que lo hace bajo mayor cantidad de sombra.

52
/^\
1
TJ t*
/
t¡ {

FIGURA 6.12 Rodal floreado que conserva algunos ejemplares de especies valiosas
(copas achuradas), Estado inicial, después de la corta semillera y
después de la corta definitiva.

53
En un renovalde Lenga en Magallanes, de 3 a 6 m de altura, URIARTE (1987) realizó
un estudio con el propósito de conocer el crecimiento, la forma y la sanidad de los ejemplares
en función de tres coberturas dejadas en el bosque explotado : 14, 30 y 45o/o. Entre las
conclusiones se destaca que la densidad del renoval disminuye a medida que aumenta la
cobertura, desde 48.5O0 arblha hasta 30.400 arb/ha. Sin emb'argo, el número de ejemplares
dominantes en el estrato de regeneración es relativamente similar. Por otra parte, la altura
del renovalsiguelamismatendenciaanterior:alos30añoslaalturaesde5,3l mparal4o/o
de cobertura; 3,88 m para 3Oo/o; 3,25 m para 45o/o y 1,33 m para el bosque testigo.
Tendencia similar se observa respecto al crecimiento en diámetro.

Con respecto a la forma de los árboles dominantes, se observa un mejoramiento en


la proporción de los árboles de buena cafidad a medida que aumenta la cobertura' No
obstante, al considerar todos los estratos de regeneración, no existe diferencia. En relación
a la sanidad, no hubo diferencias significativas. EI autor concluye gue para el manejo de
Lenga a través del método de cortas sucesivas, se propone dejar coberturas de protección
inicial del orden de 15 a 307o.

En los mismos bosques anter¡ores se han realizado ensayos de regeneración natural


y de rateos desde 1978 {SCHMIDT, 1991). Se probaron cinco tratam¡entos, desde el testigo,
consistente en un dosel de 569 árboles por hectárea, 75 mzlha de área basal y 122Vo de
cobertura hasta una corta de protección fuerte, consistente en un dosel de 215 árboles por
hectárea, 10 m2lha de área basal y 30% de cobertura. Además, se ensayaron tala rasa y
anillamiento total. En los métodos de protección y testigo la regeneración ha sido muy
abundante, no ocuniendo lo mismo con los de tala rasa. En cambio, el crecimiento es mayor
a medida que disminuye el dosel protector, alcanzando el máximo en la tala rasa. El autor
concluye, además, que eldoselcon árboles maduros y sobremaduros es más estable y ofrece
posibilidades de permanencia como dosel protector. En condiciones de coberturas muy baias
existe una limitante de protección contra el viento y la evapotranspiración, pero el crecimiento
aumenta. Como conclusión después de más de 10 años de investigación el autor propone
para los bosques de Lenga en Magallanes efectuar una corta semillera con una intensidad
máxima que rebaje la cobertura hasta 6o0/o, un? o más cortas secundarias bajando la
cobertura a 30% y la corta definitiva cuando la regeneración alcance el desarrollo de monte
bravo {10 a 30 años}.

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que el método de cortas


sucesivas constituye la mejor opción para el manejo silvicultural de los bosques nat¡vos
chilenos compuestos preferentemente por especies latifoliadas.

54
V¡I. CORTAS INTEBMEDIAS

7.1 Gencr*dades

En lss mcntes regulares maneiados, una vez finalizado el proceso de regeneración,


continúa un pelodo que abarca gran parte de la rotación, durante el cual se realizan
intervenciones destinadas fundamentalmente a mejorar las condiciones de desarrollo de los
ejemplarx se*eccionados para entregar los productos finales, A estos tratamientos se les
determina cortas ¡ntermedias. En el caso de bosques anteriormente no manejados, las cortas
intermedias Btreden constituir las primeras intervenciones que se realizan. De hecho, algunas
de éstas se aplican exclusivamente baio dichas circunstancias,

En los bssques manejados desde elcomienzo de la rotación, las cortas intermedias se


aplban en forma sistsmática de acuerdo a una secuencia establecida en el plan de manejo
En general, se ertraeñ eiemplares de calidad inferior a los que permanecen. Elto trae como
consect encia que, frecuentemente, la actividad representa un costo en términos de inversión
para el futuro. El aprovechamiento integral de los recursos madereros, a través de astillas y
leña, permite aprovechar material inservible para usos de mayores requerimientos cualitativos
y cubrir ]os costos de la operación.

7.2 Etapas de desarollo de un rodd

Durante el análisis de las cortas intermedias se hará frecuentemente referencia a las


etapas de desarrollo de un rodal. Por tal motivo, a cont¡nuación se entrega una síntesis de
dichas etapas las que se adaptan preferentemente a las latifoliadas naüvas, en pafticular del
género Norhofagus. Para el caso de Araucaria, bosques esclerófilos y espinosos, como
asimismo, B*ra las exóticas de rápido desarrollo -Pino radiata, Eucaliptos- la clasificación que
sigtre dabe ser adaptada.

La primera etapa, hasta una altura aproximada de 0,5 a 1 metro, se denomina


reooblado, la cual está constituida por eiemplares llamados brinzales, cuyos tallos aún no
están bien lignificados. En esta etapa, el número de brinzales por hectárea puede ser de
centenares de milee, incluso, superar el millón. Su distribución espacial es irregular,
presentafldo algnrnos claros (en lnglés : seedling; en Francés : semis).

Más adslartte, los eiemplares presentan tallos leñosos, pero flexibles, con ramificación
desde la base y se eñtrecruzan formando una masa impenetrable, con fisonomfa de matorral
denso, de 1 a 3 mefos de altura. En coniunto con la regeneración de la especie principal se
desarrollan epecies secundarias y malezas invasoras, A esta etapa se le denomina monte
bravo bajo {en lnglés: sapling small; en Francés :fourré}. En el método de cortas sucesivas,
el término de esta etapa puede determinar el mornento de apl¡car la corta definitiva y, por lo
tarito, finalizar el proceso de regeneración.

Al continuar el desarrollo, se inicia la poda natural, como consecuencia de la


disminrción de la cantidad de luz que llega al nivel inferior. Los tallos, aún flexibles, aparecen
más alargados y se intensifica el crecimiento en altura. Las copas son más estrechas y
buscan la luz. La gran cant¡dad de ejemplares aún existentes -decenas o centenas de miles
por hectárea- y el entrecruzamiento de copas mantienen la condición de impenetrabilidad y
fisonomfa de matorral. Las especies invasoras quedan subordinadas y desaparecen por falta
de luz. A esta etapa, en que las alturas promedios fluctúan entre 3 y I metros, se le

55
denomina monte bravo alto (en lnglés sapling large; en Francés gaulis)

En el siguiente estado de desarrollo la evolución precedente se acelera, el suelo se


encuentra limpio de vegetación invasora, se intensifica la poda natural y la diferenciación de
copas, En el caso de Roble, Raull y Coigüe los ejemplards tienen sus cortezas lisas,
frecuentemente de color blanquecino ("Hualle"). La producción de semillas es nula o escasa,
pero la capacidad de retoñación, cuando corresponde, es alta. Es la etapa de latizal,
distinguiéndose el latizal baio (en lnglés pole small; en Francés bas perchisl en que los
diámetros medios a la altura del pecho fluctúan entre 10 y 20 centímetros y el latizal alto (en
lnglés pole large; en Francés haut perchis) con diámetros medios entre 20 y 30
centfmetros.

Altérmino de la etapa anterior los ejemplares alcanzan su madurez, la corteza adquiere


su condición definitiva ('Pellln"!, aumenta la producción de semillas, pero disminuye la
capacidad de retoñación y ccmienza la instalación del sotobosque. A esta etapa, en que los
diámetros promedios a 1,3O m de altura superan los 30 cm, se le denomina fustal {en lnglés
standard; en Francés : futaie). Dentro de este estado se puede distinguir el fustal joven
fustal y fustal viejo, cuyo inicio coincide con la aparición de sfntomas de degradación (por
ejemplo, pudrición central), lo que ocurre, dependiendo de las especies y sitios, sobre los 50
60 cm de diámetro a 1,30 rn

73 Clasificación de las cortas intermedias

De acuerdo a la etapa de desarrollo en que se realizan y a algunas características


propias, es posible distinguir los siguientes tipos de cortas intermedias : a) limpias, b) clareqs,
cl cortas de liberación, d) cortas de meioramiento, e) cortas sanitarias y de salvamento, f)
raleos y g) podas, Además, se pueden considerar otros tratamientos intermedios, como ser
riegos, fertilización y trabajos al suelo, los cuales no serán analizados en el presente texto

56
VIII. LIMPIAS Y CLAREOS

8.1 Limpias (*)

En las etapas iniciales de un rodal, los ejemplrr* un proceso de regeneración deben


compet¡r entre ellos, con especies de menor valor, con hierbas, arbustos y retoños de cepa.
En los estados de repoblado y de monte bravo bajo, las hierbas, arbustos o retoños de tocón,
estos últimos de crecimiento mucho mayor que los eiemplares provenientes de semillas,
pueden superar la altura de Ios brinzales y provocar una competenc¡a vert¡cal que retarda el
desarrollo de la especie principal y, aún, prov(rcar su eliminación.

En la zona precordillerana de la provincia de Valdivia, X Región, KROEGER (19861


determinó que, en el bosque de Coigüe-Raulf-Tepa-Mañío sin intervenir, el sotobosque tiene
una biomasa de 40 ton/ha. Su fisonomfa es de matorral y las especies más ¡mportantes son
Colihue y Canelillo, con 60 y 53% de cobertura y contribuyendo con 92 y 7o/o de la biomasa,
respectivamente. En los ensayos de regeneración indicados en el capftulo Vl (SCHMIDT,
RUSTOM y DONOSO, 19911 se estableció que, a mayor abertura del dosel arbóreo más
vigorosa es la respuesta de¡ sotobosque. En los casos extremos, donde se aplicó tala rasa,
después de cuatro perfodos de crecimiento, la vegetación del sotobosque cubrfa casi la
total¡dad del suelo (KROEGER, 1986). Este autor determinó, además, que la fisonomfa del
sotobosgue después de su corta tiende nuevamente al matorral. En'cambio, siademás de su
coña se escarifica el suelo, tiende a la pradera.

En el mismo ensi¡yo anterior, SEPULVEDA (1991) comprobó el efecto del sotobosque


sobre el desarrollo de la regeneración de Raulf y Coigüe. Para Raulf, creciendo junto al
sotobosque, los crecimientos medios anuales en altura fluctuaron entre 17 y 22 cm,
dependiendo del porcentaie de cobertura del dosel. La escasa diferencia entre ambos valores
se debe al efecto homogenizador del sotobosque, el cual anula el efecto de la cobertura
arbórea. En cambio, una vez que la regeneración sobrepasa la cobertura del sotobosque, los
crecimientos aumentaron, alcanzando valores entre 28 y 52 cm medios anuales, siendo
rnayores a medida que disminuye la cobertura arbórea. En el caso del Coigüe, en iguales
condiciones, los crecimientos fueron de 9 a 21 cm bajo el sotobosque y 26 a 42 cm sobre el
sotobosgue.

Los ejemplos anteriores demuestran la importancia de intervenir el sotobosque


mediante limpias en las etapas de repoblado y monte bravo bajo. Es preciso distinguir entre
las limpias que forman parte de las actividades de preparación del sitio, de aquellas que se
realizan con posterioridad a la aparición de la regeneración. Sólo estas últimas se clasifican
como cortas intermedias y son las únicas que coinciden con el perfodo de regeneración,
part¡cularmente en el caso de las cortas sucesivas, donde antes de aplicar la corta definitiva
es preciso efectuar limpias. Estas son más necesarias a medida que la corta semillera ha sido
más intensa y más aún en los métodos del árbol semillero y de tala rasa.

En las limpias se extrae fundamentalmente vegetación herbácea, arbustiva o retoños


de tocón que compiten con la regeneración de la especie principal. Además, se puede
intervenir directamente en la regeneración eliminando ejemplares de desarrollo exagerado
{árboles "lobo"), aquellos que rnanifiestan precozmente características de forma indeseable
y de especies secundarias. Todo esto Élt¡mo sólo bajo condiciones de silvicultura intensiva.

(*) En lnglés : cleanings


En Francés : dégag€rrients de semis

5V
El modo tradicional de efectuar estas oper¡rciones es enforma manual, lo cual requiere
de una o más jornadas de trabaio por hectárea, según las condiciones presentes. Su inicio
y periodicidad depende de la rapidez de crecimiento de la especie, de su tolerancia y de la
agresividad de la vegetación competidora. Para la zona centro-sur de Chile, la frecuencia
puede llegar a ser anual durante los primeros años.

En la etapa de cortas intermedias la aplicación de productos qufmicos es una


alternativa a considerar. Al respecto en el mundo existe suficiente experiencia en
regeneración de confferas, pero no ocurre lo mismo con las latifoliadas donde productos lo
suficienternente selectivos son escasos y sólo aplicables para favorecer algunas especies
(LANTER, 1986).

Como ejemplos de productos que se aplican en esta etapa se pueden mencionar los
siguientes:

Para aplicar cuando el repoblado t¡ene al menos un año : Diclobenil, Clortiamida y


Dalapon {LANIER, 1 986}.
Contra za¡zamo¡at cuando ésta cubre al repoblado : Glyfosato'
Contra zarzamoÍa, cuando ésta se encuentra baio el repoblado : Fosamine ammonium.

Estos dos rlltimos productos mantienen el control de la zarzamora durante tres años
(LANTER, 1986).

8.2 Clareos (*l

En el estado de monte bravo alto, la competencia con hierbas y arbustos desaparece


al quedar éstos subordinados a la vegetación arbórea en el caso de las especies latifoliadas
nativas. En cambio, la competencia horizontal entre los ejemplares arbóreos se acentúa como
resultado del desarrollo que alcanzan los individuos. En esta etapa, el número de individuos
puede ser aún muy elevado y alcanzar centenares de miles por hectárea. En el Cuadro 8. 1
se entregan los resultados de una evatuación realizada en un monte bravo alto en la provincia
de Valdivia.

En Francés: n€ttoiménts

58
CUADRO 8.1 .

Canüd¡d aproximade de ejer$arÉs en rrn rnonte bravo dto correspondiente


d ripo hrectd oiernpreverda en la locdidad de Llancacura,
proünci¡ de VddMa, X'Rcgión

Espacie Frecuencia por h€ctárea


(efl miles de ejemplares)

Coigüe 150

Tsa 20

Ulmo 10

Canelo 10

Tiaca 10

Meli 30

Total 230

Conp consecudlcia, es necegario intervenir mediante clareos para adelantarse a la


mor6l¡dad natrral y aelerar el crecirniento de los ejemplares rernanentes, mediante una
selección de carácter global.

El principal criterio para definir la intensidad del clareo es el espaciamiento. De


acuerdo con MESON y MONTOYA (1993,, existe una regla práctica que indica la necesidad
de liberar de la coarpotencia por iuz el tercio superior del ejemplar que se desea favorecer, en
un ángulo rr¡ayor o manor según sea la tolerancia de la especie. De existir una diferenciación
de copas so rata de favorecer dominantes y codominantes, eliminando árboles lobos y
aquellos del nivel superior grre presentan mala forma o pertenecen a especies secundarias.
En el caso del Pino radiata, la cantidad de eiemplares regenerados naturalmente que compiten
entre sitambién es bastante elevada (Guadro 8.2).

59
CUADRO 8.2.

Cantid¡d y dasrrtillo de regencración neü.nd sln intervención de


Pino radata en Tar¡t¡mé, VI f,egiéo (extrafdo de BURON, 19821

Edad l¡lo eiemplares D.A.P. medio Altura media


(añosl por hectárea (cm¡ (m)

2 42.860 0,9
4 17.896 3,3 4,8
6 7.712 4,2 6,6
10 5.O¿$4 7,8 11,2

13 4.420 9,4 13,9

Se debe considerar que la regeneración ocupa inicialmeme entre el 40 y 5OoÁ de la


superficie correspondiente a fajas donde se han apilado los deseados de la explotación para
su quema, por lo gue fa densirlad real es aún mayor. De acuerdo con BURON (1982) al
segundo o tercer año se verifica el cierre del doset y se produce un estado de alta mortal¡dad,

Para efectoa de producción de madera aserrada el autor recomienda efectuar un primer


clareo antes del téreer año {attura inferior a 3 m}, bajando la densidad a 2.5OO ejemplares por
hectárea y otro clareo a los seis años, baiando la densidad a 1,3O0 ejemplares por hectárea.
Para la producción de pulpa, recomienda no ir¡tervenir o efectuar solamente un clareo entre
los cinco y siete añm de edad, con un 5O% de irtensidad en número de árboles.

En la actualidad,la Corporación Nacional Forestal, en el Centro ExperimentalTanumé,


Vl Región, efestúa el primer clareo cuando las ejemplares tiene* un año y 0,4O a 0,50 m de
altura bajando la densidad a 8.S0 - 9.OOO eiemdares por hectárea, con un rendimiento de
9 iornadas por hectárea, r¡tiüzando arahacha {HERRERA, 1991}. A futuro se pretende realizar
dos clareos más, baiando la densidad a 3.O00 y 1.1OO ejemplares por hectárea,
respectivamente. Este programa de clareos de menor intensidad tiene como propósito
disminuir las probabilidades de daños por e[ viento, situación que será preciso evaluar.

El rendimisrto greneral del prirner ctareo varfa entre seis y diez lornadas por hectárea.
A diferencia de los raleos, en ese tratamiento no hay marcación previa. La operación la
reatizan obreros especializados quienes, de aeuerdo a instrucciones generales dadas por un
profesional o técnico, proceden a efiminar los eiemplares requeridos mediante un corte la
altura de la rodilla pramunidos con un rozón, azahacha. rnac*rcte, tüerón o desbrozadora
mecánica (Figura Ll).
Con el propósito de dismint¡ir los costos de la operación y para preparar las
condiciones de apl'aación de raleos selectivos por predesignación, en la masa del monte bravo
alto se abren lfneas paralelas entrs si, cuyos ejes se distancian según el espacio que tendrán
los árboles a cosechar al término de ta rotación. Por ejemplo, paÍa 120 ejemplares por
hec-tárea selecciortados corresponde un distanciamiento medio de nueve metros. En la Figura
8.2 se indica un esquema del procedimiento.

60
FIGURA 8.1 : Estado de un monte bravo alto antes de proceder al primer clareo y después
de realizar la operación.

61
'§§

['Eü
t¡¡ c

3 2¡

]'"
B

l'-
Etora ctat.rr frcr¡ rolro¡

FIGURA 8.2 : Esquema de aplicación de clareos mediante lfneas. Las zonas A corresponden
a las fajas paralelas que se abren con el propósito de operar hacia las zonas
B. La zoria C corresponde a ¡nterfajas donde no se clarea. A la derecha, se
presenta la situación del sector en la etapa de raleos. En las fajas de 5 m se
elegirá un ejemplar cada I m en el sentido longitudinal (Extraído de LANIER,
19861.

Los clareos se repiten de acuerdo a una periodicidad determinada fundamentalmente


por la tasa de crecimiento de la especie principal. Para Raulf, Roble y Coigüe dicha
periodicidad puede ser de cinco a seis años.

62
¡X. CORTAS DE LIBERACIOH, DE MEJORAMIENTO Y SAñIITABIAS

9.1 Corta de Eberación('r

La corta de tiberación es una intervención que se realiza en un rodal joven, en las


etapa§ de repoblado o de monte bravo, con el propósito de eliminar la competencia vertical
producida por ejemplares arbdreos de mayor tamaño, perteneeientes a especies distintas a la
principal. El perfodo durante el cual se efecttla este tratamiento coincide con elde las limpias
o con el de los clareos, diferenciándose solamente por las caracterfsticas de los ejemplares
extrafdos.

La corta de liberación se parece, en cuanto a la apariencia del rodal que se interviene,


al estado que §e presenta antes de la extracción de los árboles semilleros, en el método del
mismo nombre o antes de efectuar la corta definitiva, en el método de cortas sucesivas. No
obstante, el estado que requiere corta de liberación implica la presencia de ejemplares de
especies diferentes a la principal, que solamente producen competencia, y no de ejemplares
deiados para producir las semillas o como dosel proteetor. Por tal mot¡vo, la necesidad de
cofta de liberación se presenta exclusivamente en bosques que son manejados por
efect----------------uar

primera vez {Figura 9.1).

Con anterioridad a las intervenciones silviculturales el bosque puede haber sído


somet¡do a extracción selectiva {"floreo"}. En los huecos dejados por los ejemplares cortados
es frecuente el establecimiento de regeneración de especies ¡ntolerantes, to que conduce a
una estructura en qu€ el estrato inferíor está formado por dichas especies y, el superior,
const¡tuido por un dosel discontinuo integrado por las especies que no fueron afectadas por
el floreo. La dinámica natural del rodal también puede conducir a un estado similar.

En Chile, esta situac¡ón se produce frecuentemente con regeneración de Raull entre


ejemplares adultos de Coigüe o Tineo, como puede observarse en el Sector Niblinto de la
Reserva Nacional de Malleco. El repoblado se produce a partir de semillas gue cayeron antes
de la extracción de los árboles o provenientes de ejemplares existentes en las cercanfas.
También se producen estados de corta de liber¿ción en bosques floreados en que la
regeneración de la especie prirrcipal proviene en forma vegetativa de las cepas de los árboles
cortados. Esto es frecuonte con Lingue en el dosel inferior y robles de mala forma en el
superior, lo cual Émbién puede observarse en lo sectores de menor altitud de la Reserva
mencionada. En bosques manejados desde elcomienzo de la rotación no se produce elestado
que reguiere corta de liberación, porque al térm¡no del período de regeneración han
desaparecido todos los árboles de la generación anterior.

El estado de la corta de liberación probablemente coincida con la necesidad de limpia


o de clareo, de acuerdo con el desarrollo de la regeneración. En consecuencia, se debe
proceder simultáneameñts a corta de liberación y limpia o corta de liberación y clareo, según
sea el caso. Si las intervenciones se hacen en forma separada es preciso comenzar con la
corta de liberación y no al revés. Dado el valor económico de los ejemplares a extraer esta
intervención se realiza generalmente eliminando los árboles en pie mediante anillamiento.

En lnglés : libaration cuftíng

63
FIGURA 9.1 : Arriba : estado de un rodal que requiere corta de liberación.
Abajo : estado de un rodal que requiere corta de mejoramiento

9.2 Corta de meiorsmiento (+)

La corta de mejaramiento es una intervención que se realiza en un rodal en etapa de


latizal o fustal joven, con el propósito de eliminar la competencia vertical producida por
ejemplares de mayor tamaño, pertenecientes a especies distintas a la principal. Por lo tanto,
es similar a ta corta de tiberación diferenciándose solamente en la etapa de desarrollo en que
se encuentra el rodal a manejar {Figura 9.1).

Del mismo modo que en el caso de las corta de liberación, la corta de mejoramiento
se realizan en forma exclusiva en bosques gue son sometidos a manejo por primera vez. De
lo contrario, los ejemplares indeseables del dosel superior habrían sido exraídos anteriormente
durante el período de regeneración o, en su defecto, mediante corta de liberación.

En lnglés : improvernart cutting

64
Elestado de corta de mejoramiento se presenta en bosques que con anterioridad han
sido floreados, produciéndose regeneración de las especies valiosas extraídas bajo o entre los
individuos remanentes o bien, por la dinámica natural del bosque. Esta última situación es
frecuente en la Reserva Nacional de Malleco donde, tanto en los seetores Prado Menuco como
Niblinto existen extensos rodales de latizales de Raulí con un dosel superior de árboles más
antiguos compuesto principalmente por Coigüe. En sectores menos frecuentes también se
da la relación inversa. Otro ejemplo lo constituyen rodales de Tepa en estado de latizal con
un dosel superior de coigües sobremaduros, lo que puede observarse en el sector Neltume
{Precordillera Andina X Región) (GROSSE, 1989}.

Lo anterior estarla indicando que en esos lugares después de destruirse grandes


extensiones de bosques por catástrofes naturales, el Coigüe sería el principal colonizador,
pero, de mantener el estado actual sin producirse catastrofismo, el bosque tendería a Raulí
o Tepa. En esto concuerda HENRIOUEZ (1 985) quien señaló que Raulf, por tener una mayor
tolerancia a la sombra que Coigüe, se establecerfa en los huecos producidos por la caída de
los árboles adultos de la población coetánea inicial de Coigüe.

Considerando el mayor valor maderero de esta última especie, es preciso intervenir


en esos bosques mediante corta de mejoramiento. Los latizales de Raulí también requieren
de raleos, pero es más urgente proceder a la primera intervención para que mediante una
uniformización oor lo alto, los rodales queden en condiciones de ser sometidos a raleos.

La importancia de dar prioridad a la corta de mejoramiento se demuestra con el estudio


realizado por RUBILAR {1992) en los bosques de Lenga en Magallanes en rodales constituidos
por dos estratos correspondientes a dos generaciones de la misma especie. La intervención
en ambos determinó que, el 557o del mejoramiento producido en el crecimiento diametral se
explica por la extracción del dosel superior. En cambio, el raleo del latizal explica el45o/o del
mayor crecimiento.

Se debe aclarar que, en el ejemplo dado, la intervención al dosel superior no


corresponde en sentido estricto a una corta de mejoramiento, sino a una corta definitiva
(método de cortas sucesivas) tardía. No obstante, desde el punto de vista práctico el efecto
del dosel superior sobre el latizal es similar. lncluso, es probable que en la relación
Coigüe/Raulf el efecto sea más acentuado debido al mayor espesor de la copa de Coigüe. Al
igual gue en el caso de la corta de líberación lo más probable es que la intervención se efectúe
mediante anillamiento, tanto desde el punto de vista del costo de la operación como de la
disminución del daño al latizal.

9.3 Cortas sanitarias y de salvamento

Estas cortas ser realízan con el propósito de eliminar árboles muertos o dañados por
motivos distintos a los que corresponden a la competencia entre los árboles (SMlTH, 1 986),
El objetivo de tales cortas es utilizar el material comerclablii antes de llegar a ser inservible.
Otras veces, eliminar árboles atacados por insectos u hongos, con el fin de evitar que dichas
pestes se propaguen a otras árboles. Al primer propósito se le denomina corta de salvamento
o corta de recuperación (en inglés: salvage cuttings); al segundo corta sanitaria (en inglés:
sanitation cuttings). En el primer caso, solamente se efectúa si el producto de la intervención
puede cubrir los costos de la misma. En el segundo, ello no tiene significación, puesto que
son cortas preventivas.

65
dqr¡es de b eorels de salvarnento es a ñrent6 un foblerna,
L¿ rugrer*eracff*
d rodd rwidr¡al cs'muy ioren o rnt Y potxs-rcne distrih¡&ro para proveer
egrypcialfirante si
sernilta en fwrna efb¡glte f0p. c¡t.). En ffios cass, es cor¡tin terler Sre recurrir a la
rqssción atiftial.
ta caatied ds ttffiipo q¡e Blede transcurrir aesg¡¿s de la m¡¡arte de los árboles
drynde de las con&icres det lugar. En goneral, los #bol€sióvenes const¡tt$dos por madera
tipo 'huatb' {latiaabs} se degioran rá¡ridarnente. En cambio, los árbolee & madera adulta
tipo 'p€{kt' p{¡6d6n permanacsr sanos por varbs añc. Por oUa parte, el ffierioro es más
ráf$do en buerioc sitio* qus en rnabs. También inflt¡ye la especie.

Las corra sfir*tafia§ §ólo soa sfeetivas si la rernoción de los &boles atacados
intemrnpe efectissñiGste el ciclo de vida del agante y evita su propagación a otros
eiernBlars. En algtrtos c¡rsos en $¡o especies de hongos habitan st el suelo y la propagación
se efect¡a por las talcee., ss requiere la extraoción dd tocón. A diferencia de las cortas de
s#amento, en llas Earrkrii¡s se pueden rerrsver eiernplares no comerciables. Este tipo de
irrtervenciofies so*r las fuieas dentro de las cortas intermedias que no puden preverse en
cr¡¡srto a su oporü¡rÉrd en un plan de maneio.

66
x. RALEOS(*I

10.1 Gm¿ralidrdes

Raleos son cortas raalizadas en un rodal en las de laüzal y fustal cuyo propósito
general es aumentar la tasa de crecimiento en ","0u"
diámetro de los árboles que quedan. A través
de este efecto se pueden obtener diversos objetivos especfficos, siendo el más importante el
aumento de la producción de volumen aserrable obtenido altérmino de la rotación. Además,
es el modo más efectivo para acortar la rotación. Por otra parte, se aprovecha madera que
sin intervención se perderla por mortalidad natural; se aumenta la resistencia de los ejemplares
al viento y a la acción de insectos y hongos e indirectamente se ejerce un control sobre el
desarrollo del sotobosque y sobre el estado del suelo.

En hsques manejados desde el comienzo de la rotación los raleos son operaciones


que se realizan a cont¡nuación de los clareos. La distinción entre ambos t¡pos de
intervencionss se puede hacer a base de las siguientes consideraciones :

al Los clareos se realizan durante la etapa de monte bravo alto y, por lo tanto, los
productos obtenidos son diffcilmente comercializables, excepto para leña; en cambio,
los raleos se efectrlan en los astados latizal y fustal, por lo que la producción es
factible de ser vendida, al menos en parte. De hecho, a través de los raleos durante
la rotación se puede obtener una producción bastante importante en relación a la
cosecha final. Es asf como en species de rotaciones cortas el volumen obtenido en
los raleos equivale a un 4OYo o más de la cosecha final; en especies de rotaciones
largas ambas producciones pueden ser equivalentes.

b) Otra diferencia entre ambos tipos de cortas intermedias es el modo de planificar y


ejecutar las operaciones. En los clareos, las intervenciones son realizadas por
personal especializado que, en el momento de la corta eligen de un rápido vistazo los
eiemplares a favorecer segrln instrucciones generales dadas por un profesional o
técn¡co. En los clareos, la selección es a nivel general; en cambio, los raleos
constituyeri operaciones más reffnadas en que cada ejemplar es examinado en relación
a sus vecinos en una visita previa de marcación donde se eligen cuidadosamente los
ejemplares a ser ererafdos. Esta acción es planificada por un profesional quien,
además, part¡cipa directamente o a través de técnicos en el proceso de marcación.

Los raleos son las cortas intermedias más importantes debido a que son las que
operan de la mayor parte de la rotación y mediante las cuales se puede conducir mejor el
desarrollo del rodal para lograr los objetivos de manejo, en particular, optimizar la producción
de madera comerciable (Figura 10.1).

En España : claras o aclareos


En lnglés : thinr*ngs
En Francás : eclai¡cies

67
CüsGf. Co¡rcll
Crlr¡ Corlsr
,rdra n ¡uctrim¡
ffil
t-

ttt IQ Éa t§ $l .t *¡ 58 e4 72 tZ Añc¡

FIGURA 10.1 : Eiemplo h¡potético del esquema de cortas intermedias de un rodal manejado baio
silvicultura intensiva desde el comienzo de la rotación. La regeneración se efectúa por
cortas $rcesivas, perfodo en el cl¡al adernás, se realizan las limpias. (C = clareos; R
= raleos).

En bosquas previamente no rnanejados 6l raleo puede const¡tuir, asociado o no a una


corta de mejoramiento, la primera intervenclón que se realiza en el rodal. En Chile, esto es
muy frecuente en los reñovales de Roble, Raulf, Coigüe, Lenga y Canelo, entre otras espec¡es.

1O.2 Desanotlo natural de un rodal

La base teór¡ca de los raleos se encuentra en el desarrollo natural de los rodales. En


los estados iniciales de repoblado un rodal presenta una gran cantidad de ejemplares por
hectárea. Sin embargo, aún no ocupa completamente el sitio debido a que las plantas
herbáceas y arbustivas se desarrollan más rápidamente y, en forma temporal, usan más los
factores de crecimiento. Más adelante, las especies arbóreas las sobrepasan por su mayor
tamaño,

Probablemente deb¡do a que las rafces no necesitan formar tejidos para su soporte,
ocupan el espacio disponible más rápidamerlto que las copas. Estas igualmente tienden a
expandirse para fonnar una cubierta completa, a no ser que existan factores limitantes, como
es la falta de reservas hfdricas del suelo (SMITH, 1986). Además del desarollo horizontal,
se produce un desarrollo vertical de las copas y comienza un proceso de muerte de las ramas
inferiores. En ese morrrento el rodal tiene la rnayor cantidad de follaje en toda la rotación.
En efecto, éste puade permanecer estable o declinar, pero nunca aumentar (SMITH, 1986).

Después que el dosel de copas se cierra puede haber un período en el cual las ramas
de los árboles se Entrelazan mutuamente, pero cuando aumentan de altura, el roce del viento
produce roturas en las copas debido a la fricción entre ellas, lo que ocasiona un mayor
distanciamiento entre ellas. Esto implica una disminución gradual de la extensión de la
ocupación original del sitio de las copas lo qu¿ trae como consecuencia la eventual aparición
de un piso bajo que trata de utilizar esos espacios libres.

La competencia natural entre los árboles produce una supresión por efecto de sombra
en los menos agresivos, pero no se crean espacios puesto que la muefte de algunos
ejemplares es solamente un signo de que su espacio de crecimiento ha sido quitado por otros
{sMtrH, 1986}.

La cantidad de follale fotosintético producido varla segrin las especies, Las


siempreverdes mantienen mayor superficie foliar que las decfduas" Lo mismo, ocurre con las
tolerantes. Por otra parte, deficiencias en las disponibilidades de nutrientes y agua en el suelo
reducen la capacidad fotosintética y la creación de nuevos teiidos. Lo mismo ocurre con el

68
cierre de los esomas condicionado por vientos o altas temperaturas. Además, las bajas
ternperaturas también afe¡tan negativamanted proceso fotosintético,
En todo sste proreso las cortas intermedias modifican la comunidad vegetal y gufan
el uso pleno de los factores del sitio y de los espaeios de crecimiento. La remoción de
algunos árboles implica que los restarrtes expanden sus copas y sistemas radicales y la
cant¡dad de follaje y rafces pror¡to se recupera al nivel anterior al tratamiento.

Mdiante las eortas intermedias, particularmente los raleos, se controla y acelera la


reducción en el número de árboles y la cantidad de área fotosintét¡ca dejada para recuperar
el pleno espacio de crecimiento. De esta manera se coñcentra el potencial de producción
maderera del rodal en un nrlmero limitado de árboles selectos, los cuales crecen más rápido,
en forma más vigorosa y produciendo madera de mayor valor.

1O.3 Clasificación en clases de copa

La continua disminución del número de árboles de un rodal como resultado de la


ctxnpetencia por [uz, humedad y nutrientas se traduce en una diferenciación de copas, en que
los individuos más vigorosos o mejor adaptados ocupan los niveles superiores del dosel
arbóreo, excepto cuando este proeeso es interrumpido temporalmente por accidentes
naturales. Estos individuos que son los mejores desde el punto de'vista de selección natural
no son necesariamente los mejores desde elpunto de vísta de producción. Es frecuente que
estos árboles sean de mala forma, muy ramosos o pertenecientes a especies secundarias.

Por otra parte, en los rodales densos no raleados, la dura lucha por la existencia
rduce el crecimiento y el vigor de todos los árboles del rodal. Aún aquellos que expresan
dominancia y que llegarán a ser los sobrevivientes más grandes desarrollan copas vivas
demasiado cortas y estrechas en relación a la altura total de los ejemplares. No obstante,
esta reducción en el crecimiento que se manifiesta principalmente en el diámetro no es del
todo desventaiosa, ya que se prodrrce madera más densa. Por otra pafie, la severa
competencia también promueve una mejor poda natural y por lo tanto, una alta proporción de
madera libre de nudos. Adernás, el desarrollo de los fustes es más recto y cilíndrico que el
producido en árboles gue tienen más espacio. En la práctica de los raleos estas ventajas de
la competencia entre los árboles se mantiene, al menos parcialmente, con las podas.

El resultado de la competencia entre los árboles en un desarrollo desigual de las copas,


produciéndose una diferenciación de ellas, en que los individuos más vigorosos ocupan el nivel
superior y las más débiles son reducidos y muertos. De este modo, en los rodales regulares,
se pueden distinguir las siguientes clases de copa {DANIEL, HELMS y BAKER, 1982; SMITH,
1986):

a) Dominantes : Son los árboles cuyas copas se extienden sobre el nivel general del
dosel superior, recibiendo plena luz desde arriba y parcialmente desde los lados. Sus
copas son bien desarrolladas. No obstante, por crecer en masa se presentan algo
cornprimidas desde los lados.

b) Codominantes : Constituyen el nivel general del vuelo y reciben plena luz desde arriba,
pero comparativamente poca desde los lados. Sus copas son de tamaño medio y se
presentan más comprimidas lateralrnente en comparación con los dominantes.

c) lnternredios : Son ejemplares de menor altura que los precedentes. Sus copas se

69
ut*6fi enlos l¡rie@§deiádos porellos, recibiendo solamente algo de luz directa desde
aniba. Sus copa son pequeñas y fuertemente comprimídas por los lados.

dl §ggdmido§: Eslos árbdes están totalmente domiñados por los otros miembro's de la
comunidad l6osa. Prácticaffiente no reciben luz directa y sobreviven gracias a la luz
que puede fittrarse a través de los doseles superiores.

En la Figura 1O.2 se rnuestran las clases de copa'

En los rspvales# espmies nativas aún no sometidas a manejo es fácil apreciar esta
difercrrciación de clases de cops. Lo mismo ocutre con las plantaciones no intervenidas.
Con los esquernas de maaeis qrre se están utilizando en Pino insigrre desde cornienzo de la
décda del 80 para la prdt¡eciffr de madera libre de nudos no se produce esta diferenciación
de cryas en forrna tan evidene porque mediante la baia densidad de dafitación y los raleos
precooes e inte*ses se wita a la competencia intraespecffica.

Como resuftado & la cofirpeüencia, los árboles dominantes son los frvorecidos eri ese
rceso y, probable$Errte, lo cotrtinuarán siendo en el futuro, independiente d€ si se ralea o
no. En general, s€ csrlsid€ra que los codominantes son los que reaccionan con mayor vigor
luego de la intervención. tle obstante, en un estud¡o realizado en renoval de Raulf ubicado
en la precordillera andina de la Octava Región del pafs, donde se analizó el efecto de un raleo
por lo alto, se determinó gue la respuesta en crecimiento es proporcionalmente mayor en los
árbobs de las clas@ dor*inadas. En efegto, el meforamiento en tasa de crecimiento del
diárnetro fustal fue de 14, 53 y 71Yo para los dominantes, codominantes e intermedios,
respectivamente {GARFIAS, 1994}. En cuanto a los intermedios, se distinguen de los
suprirnidos por su capacidad de respuesta al raleo. Sin embargo, en rodales mixtos, una
especie tolerante en posiúión de suprimida no está cercana a la muerte en relación a una
intolerante y puede reaccbnar al tratam¡ento.

En la mrcmiófl de un ralso, aparte del vigor de la copa se consideran los aspectos


cualiativos de loseieffrplares y, en forma secundaria, el espaciamiento. Cuando corresponde,
la especie es otro criterio de geleccirln. En rodales coetáneos existe una alta correlación entre
la clree de copa y el estado sanitario del árbol. No ocurre lo mismo entre la clase de copa y
ta calidad del eiemplar. Es frecuente que ejemplares dominantes presenten ramas muy
gfr.Ésas.

1O.4 Mtltodm de raleo

Desde un punto de vista de las clases de copa se pueden distingruir dos tipos de raleo:
por lo bajo y por to alto. Además, existe el raleo mixto y el raleo sistemát¡co.

ai Baleo oor lo bais

Es el mátodo más antiguo. Se caractenza por eliminar totalmerrte los eiernplares de


los nlveles inferiores. Al aumeñtar la intensidad, se pueden afxtar también codominantes o
dominantes. Despq¡¿s de aplicar el raleo, el rodal residual se caracteriza por la presencia de
un solo dosel suBerior y la ausencia de ejemplares arbóreos más abaio (Figura 10.2).

La base teórica del raleo por lo bajo es que las clases inferiores de copa coñsumen
importantes cantidades de agua y nutrientes del sueto, de modo que son nocivos para el
crecirniento de las clases superiores. Este tipo de raleo tie*e por efesto disminuir la

70
competencb por dichos elementos, meiora el aspecto sanitario del rodal, pero t¡ene poco
efecto sobre el crecimiento de los árboles seleccionados.

FIGURA 10.2 Arriba : posiciones relativas de las diferentes clases de copa en un


rodal no tratado (D = dominantes; CD codominantes; l=
intermedios; S = suprimidosl. Al medio : rodal raleado por lo bajo.
Abajo : rodal raleado por lo alto.

71
La corta de árbtrles suprimidos se puede justificar por el aprovechamiento de material
leños antes de que se píerda, pero su costo es elevado. Cuando se agregan los árboles
intermedios, el balance económico mejora un poco, pero el efecto sobre la masa residual sigue
siendo escaso. Solamente la corta de árboles del dosel superior tiene efecto biológico
importante. De acuerdo con LANIER (1986) la relación entre el volumen medio del árbot
extrafdo en el raleo (Vr) y el volumen delárbol medio antes del raleo (V) es muy baja, variando
entre 0,4 y O,6.

La ventaia de este tipo de raleo es su sencillez de aplicación, lo que permite capacitar


rápidamente a equipos de trabajadores para que ejecuten las operaciones en forma uniforme
en tdo un rodal.

Como inconveniente, se puede señalar la disminución de la protección al suelo, al


desaparecer la parte inferior del rodal. Además ello estimula la instalación de un denso
sotobosque que más tarde compet¡rá con la regeneración que se procure establecer. Como
contrapartida, dicha situación es favorable dentro de un manejo de tipo silvopastoral.

Otra desventaja del raleo por lo baio es la disminución de la poda natural de los árboles
remanentes. En cuanto a la producción resultante de la intervención, los productos obtenidos
son diffcilmente comercializables como madera aserrada. No obstante, en condiciones de
demanda de leña y astillas, la fitomasa leñosa extraída puede tener alto interés.

Este tipo de raleo está muy relacionado con el desarrollo natural del rodal y, en ese
sentido, supone una actitud más bien pasiva del sitvicultor, por cuanto se contenta con seguir
el proceso de disminución natural del número de ejemplares, si bien, en forma controlada y
dinamizando el sistema. En la práctica, este tipo de raleo se iustifica en rodales puros de
especies intolerantes, particularmente en sítio de calidad regular, donde se desea favorecer
la máxima acumulación del área basal en el rodal, para propósitos de producción de alta
cantidad de madera en gue no se requiere calidad, por ejemplo, leña, astillas, postes, etc

b) Raleo oor lo alto

El raleo por lo alto se caracteriza por concentrar la intervención principalmente en el


dosel superior con el propósito de beneficiar a los mejores individuos de ese nivel respecto a
la competencia producida por ejemplares de tamaño similar. Ejemplares de las clases de copa
subordinadas son extraídos en la medida que puedan afectar el desarrollo de los árboles
selectos o que su estado sanitario lo haga aconsejable. Como resultado de esta intervención,
permanece un rodal con dos estratos {Figura 10.2).

La base teórica del raleo por lo aho es que los ejemplares de clases de copa inferiores
utilizan cant¡dades insignificantes de agua y nutrientes, de modo que la competencia real se
establece entre los árboles dominantes y codominantes por la utilización de los recursos, la
luz y el espacio (DANIEL, HELMS y BAKER, 1982). Según LANIER (1986) la razónYrlY
puede acercarse o aún sobrepasar la unidad.

Las ventajas de este tipo de rateo son la producción de mayor volumen de madera
aserrable y la concentración del crecimiento en árboles seleccionados del dosel superior. El
inconveniente es su mayor dificultad de aplicación, tanto en la marcación como en la
explotación, al cortar árboles de mayor tamaño y perrnanecer un estrato inferior.

Esta modalidad de raleo supone una actitud más activa del silvicultor al intervenir el
rodal en función de árboles promisorios del dosel superior. En este sentido, tiene un mayor

72
carácter de raleo selectivo que la modalidad por lo bajo que es más esquemático.

Este tipo de raleo se puede aplicar a prácticamente todas las especies, en forma
particular, los rodales mixtos con un estrato alto de especie intolerante y un estrato más bajo
de especie tolerante. En el caso del bosque nativo chileno esta combinación se puede dar,
por ejemplo, con RobleAingue, Raulf/Lingue, Raulf/Tepa, Raulf/Mañfo y Coigüe/Tepa, entre
otras.

c) Raleo mixto

En este tipo de raleo se pretende optimizar las ventajas de los métodos anteriores.
Respecto al raleo por lo alto se acentúa el carácter selectivo de la intervención, puesto que
su operación implica el examen cuidadoso de todos los árboles de cada estrato analizando sus
relaciones con los árboles selectos destinados a la cosecha final los cuales inicialmente
pueden ser de cualquier nivel. De esta manera, se consideran los árboles dañinos, es decir,
aquellos que perjudican a los selectos, los árboles útiles para el buen desarrollo de éstos o
para la protección delsuelo y los que por su mala forma o escaso vigor pueden ser extraídos
mejorando el estado general del rodal. Según LAN¡ER (1986) la relación Vrly' generalmente
se sitúa entre 0,6 y 0,9.

Con este tipo de ral€o, se maximiza el crecimiento de tos árboles selectos al. utilizar
para ellos casi la totalidad del potencial productivo del sitio. El principal inconveniente es su
mayor dificultad de aplicación, tanto en el proceso de marcación como en el de explotación.

dl Raleo sistemático

En este método de raleo los ejemplares se eligen a base de un espaciamiento


determinado, sin ninguna consideración a las caracterfsticas propias de cada árbol. El mejor
ejemplo de aplicación de esta modalidad se encuentra en plantac¡ones establecidas a distancia
semidefinitiva en que, luego de alcanzado cierto desarrollo, se elimina una hilera de por medio.
En Chile, esto ocurre con las plantaciones de álamos destinadas a la producción de fósforos.
Este método es adecuado cuando existe uniforrnidad en las características fenotípicas de los
individuos.

10.5 Predesignación de los árboles de producción

En los raleos que tienen un carácter selectivo -raleo por lo alto y raleo mixto- las
intervenciones se realizan en función de los árboles que van a ser cosechados al término de
la rotación. Af respecto ex¡sten variantes de acción gue se refieren a la manera como se
seleccionan dichos árboles (SCHOBER, 1991). Fundamentalmente, la diferencia se establece
entre la marcación de los raleos para favorecer una cantidad de ejemplares potenciales a ser
cosechados superior al número de árboles que efectivamente llegarán al término de la rotación
y la marcación de raleos para favorecer un número de ejemplares predesignados equivalente
a la cantidad de á¡'boles al térm¡no de la rotación.

Esta última opción implica la determinación, en el estado de latizal bajo, de una


cantidad de ejemplares dependiente de lo que se espera que sea el rodal al momento de la
cosecha final. Considerando que los raleos de carácter selectivo implican una silvicultura
intensiva y por lo tanto están destinados a la produccíón de madera de alta calidad, et número
final de eiemplares por hectárea generalmente varla entre 70 y 450, dependiendo
fundamentalmente de la especie y de la clase de sitio. A esto hay que agregar los ejemplares

73
de egpecies secundarias, generalmente tolerantes, que cumplen con una función mejoradora
de laa cordiciones de desarrollo de los fustes de la especie principal y de protección al suelo.

Por ejemplo, si el número final de árboles por hectárea es de aproximadamente 1 20,


el distanciamiento medio será de nueve metros. Ello im¡jlica el establecimiento de un
cuadriculado de 9 x 9 m en cada uno de los cuales se elige un ejemplar que, de acuerdo a sus
caracterústicas fenotfpicas, const¡tuirá el árbol que al final de la rotación ocupará dicho
espacio.

Los criterios de selección son los siguientes :

1l Vigor y ausencia de malformaciones (por ejemplo, doble flecha).


2l Aspectos cualitativos, tales como rectitud del fuste, cilindricidad, sección bien
circular, rarnas finas de inserción horizontal, poda natural, etc.
3) Espaciamiento, criterio que debe estar subordinado a los dos anteriores.

Las condiciones para la futura determinación de los árboles de producción se pueden


preparar en al etapa de clareos, incluso antes, en la etapa de limpias, según lo indicado en la
Figura 8.2. En el eiemplo dado para un distanciamiento final promedio de nueve metros en
cada faja de cinco metros indicada a la derecha de dicha figura se deberá elegir un ejemplar
dentro de una sección de nueve metros de largo.

La experiencia indica que durante el largo perfodo de tiempo que transcurre entre la
designación de los árboles de producción y la cosecha final ocurren incidentes negativos que
hacen retroceder a ciertos árboles seleccionados dentro de su rango de clasificación social o
cualitativo. En efecto, la evolución de los aspectos cualitativos de los ejemplares puede ser
negativa, produciéndose ramas gruesas, deformidades, ramas epicórmicas u otros defectos
que no se podfan visualízar al momento de la selección. Por otra parte, pueden ocurrir daños
debido a agentes abióticos (heladas, nieve, vientos) o bióticos (hongos, insectos, fauna
mayorl. Por tales motivos, SCHOBER (1991) recomienda disponer de árboles de reserva para
contrarrestar posibles retrocesos posteriores, lo que implica una selección entre un número
de candidatos de árboles de producción en cantidad superior al de la población final. En forma
indicativa, este autor señala que elnúmero de candidatos a árboles de producción en elestado
de latizal baio debe ser a fo menos el doble de la población final en latifoliadas y 1,5 veces en
confferas.

10.6 Periodicidad de los raleos

En los rodales regenerados naturalmente los raleos se aplican a continuación de las


limpias y de los clareos {Figura 10.1) y su oportunidad está establecida en el plan de manejo
respectivo. Para la determinación de la periodicidad de las intervenciones influyen aspectos
de tipo ecológico. silviculturales, tecnológicos y económicos. Entre los primeros se pueden
señalar los riesgos a que están expuestos los rodales durante la rotación, como es el caso de
nevazones o vientos, A este respecto, m¡entras mayor es el riesgo, las intervenciones
deberán ser más frecuentes, lo que está asociado a una menor intensidad de corta en cada
oportunidad.

La tolerancia de la especie y principalmente, su rapidez de crecimiento, son


determinantes para establecer la frecuencia de los raleos, situacíón que está además,
fntimamente relacionada con la calidad del sitio. Dentro de la producción maderera la
estabilidad dimensional de las piezas en el sentido del ancho de los aniflos de crecimiento y

74
la apariencia de la madera, influyen en la frecuencia de los raleos. Para productos en que
interesa más la canüdad que la calidad este aspecto no tiene mayor importancia.

Finalmente, desde el punto de vista económico existirá presión para que los raleos
sean lo más distanciados posibles, situación que está asociada a una mayor intensidad, lo que
permite bajar los costos de la operaeión y aumentar el volumen maderable a obtener. En ese
mismo sentido, los llamados raleos precomerciales o "raleos a desecho" tienden a ser
retrasados o eliminados. Al elaborar el plan de manejo, el ingeniero forestal debe analizar
estos diferentes aspectos y procurar buscar e¡justo equilibrio.

En el caso de las especies de rápido crecimiento y de corta rotación, como es el caso


del Pino insigne, la periodicidad o ciclo de raleos se establece en función de los cambíos que
se producen en la altura dominante del rodal, es decir, se ralea cada vez que el crecimiento
medio aumenta en dos, tres o cuatro metros. Para especies de crecimiento más lento y de
rotaciones más largas, existe una regla práctica que establece un ciclo aproximado de un
décimo de la edad actual del rodal (LANIER, 1986). De este modo, en los estados iniciales,
los ciclos de clareos y raleos son más cortos, alargándose a medida que aumenta la edad
(Figura 10.1).

En el caso de bosques que con anterioridad no han sido sometidos a manejo y en que
no existen suficientes antecedentes sobre su funcionamiento bajo tratamientos silviculturales
como para establecer esquemas de intervenciones, es preciso recurrir al funcionamiento
natural de los bosques y de alll deducir la manera como se debe proceder. En estos casos,
la primera interrogante que se presenta se refiere al momento para efectuar la primera
intervención. En la mayorla de las veces la respuesta va a ser afirmativa puesto que, tal como
se indicó en la Figura 10.1,los rodales requieren de manejo desde terminado el período de
regeneración.

Al respecto, estudios realizados en Chile sobre la dinámica del desarrollo natural de


especies nativas como es el caso de Raulf y Lenga, indican que los rodales presentan ciclos
de desarrollo en que, tras un incremento acelerado tanto en altura como en diámetro se
producen crisis provocadas por la competencia dentro de la cual disminuyen las tasas de
crecimiento en ambos parámetros en el estrato superior y se produce un estagnamiento en
el estrato inferior. Estos perfodos de crisis finalizan con la liberación del estrato superior, la
constitución de una nueva estrat¡ficación, una monalidad en los estratos más bajos y los
sobrevivientes del segundo estrato constituirán luego del período de crisis el tercer estrato.
Entonces se produce una reactivación del crecimiento general del rodal hasta que sobreviene
un nuevo perfodo de crisis.

Esta autointervención de los rodales que funcionan en forma natural fue descrita por
ALVAREZ y ROJAS (1980) en un renoval de Raulí en la Cordillera de Nahuelbuta. Estos
autores, además, analizaron estudios sobre el particular realizados con anterioridad en otros
bosques.

Al respecto, para el caso del renoval de Nahuelbuta, a los cinco años de edad se
empieza a notar una disminución en la tasa de crecimiento en altura y diámetro, que se
acentúa hacia los 15 años. Después de los 20 años se produce la liberación del estrato
superior, que se desarrolla a tasas crecientes hasta los 30 años en que se inicia un nuevo
período crftico, de cinco años, el cual se refleja en pérdidas de crecimiento, incluido esta vez
el área basal y volumen.

1C,
D¿lacuerüe con dichos antecedentes, los autores recomiendan que el rodal se debió
intemenir a los 15 años. De no ser asf, reeorniendan ralear después de los 30 años.
Económicamente, agregan, no se justifica ralear entre los 20 y 30 años por corresponder a
un psrfodo de liberación natural.

Lo anterior demuestra que el anátisis de la tendencia en el ancho de los anillos de


crecirniento const¡tüye una buena base para decidir el momento de intervención en rodales
anterionnerrte no marejados. Unido a lo anterior, en los perfodos críticos se pueden apreciar
sf6tamas de estagnamiento como falta de manitestación de dominancia, escaso desarrollo en
diámetro de los fustes y baja proporción de cupa viva, inferior a 30-407o.

Sobre el particular, ROCUANT $974t reco{riienda para Roble-Raulí en Malleco


efecarar la primara intervencién entre los 1O y 15 años de edad, en que las alturas varían
entre 3 y 6 rÍr, lo gue coresponde a un clareo. Como ya se señató anteriormente, antes de
esre primer clareo se debe proceder a las limpias.

En renovales de Lenga en Coyhaique {Xl Región}, NUÑEZ (1985} recomienda intervenir


a los 17 años, lo gue, según las dimensiones alcarrzadas por los ejemplares sn ese momento,
corresponde a la etapa de monte bravo aho y, por cons§uiente, a un clareo. En relación a
la periodicidad de raleos para renovales de Raulf diversos autores -ROCUANT 11974r, DE LA
MAZA (1975) y SOLER (1979)- recomiendan ciclos que ftustúan entre 6 y 12 años.

1O.7 lntensidad de los raleos

Ese aspcto está muy relacionado con el de ta reriodicidad de los raleos puesto que
mienüas más fuerte es la intervención mayor es e{ tiempo que requiere el rodal para recuperar
la dmsidad inicial y, por [o tanto, el ciclo tiende a alargarse.

La deternrinación de la intensidad de los raleos implica un problema silvicultural


bastante compleio porque de ella depende la respuesta de la masa residual en térm¡nos de
crecimiento, su regularidad, la efectividad de la poda natural, elriesgo de desarrollo de ramas
epic&micas, posibles daños por elv¡ento, la n¡eve, etc'

Para efuetos de expresar la intensidad de ilcs raleos se pr.rcden considerar los índices
de densidad de los rodales y los fndices de competencia (HERNANDEZ, 1983). Entre los
primgos están ac¡ucllos que se hasan en el número de árboles {Reineke, relación número de
árboles y área basal, etc), el área basal, el Cuociente de Espaciamiento de Rocuant (para Pino
lnsigoel, el Factor:de Espaciamiento, el Factor de Wilson, el Factor de Competencia de Copas
{FCC} V el Cuociente de Espacio Vital. En los segundos se introdtme la idea de densidad local
o puntual. Entre éstos se pueden mencionar los modelos de competencia que asumen que
el árga de crecimiento de los árboles correspondeñ a un círculo, el modelo de Brown de
comptencia de forma poligonal y los fndices de Bitterlich, Spurr y Steneker-Jarvis
{HERNANDEZ, 1983}. El ar¡tor en referencia analizó algunos de estos índices de competencia
para Pino lnelgne en la Vll Región de Chile. Por otra parte, EXSS (1991) analizó el tema desde
la perspeetiva de modelos de crecim¡ento de árbol individual para renovales de Raulí
manejados en Jauja {lX Región).

En la práctica de los raleos generalmente se ut¡liza el número de árboles y el área basal


por hectárea para expresar la intensidad de los raleos. En el caso de bosgues homogéneos
en cuanto al desarrollo de los individuos, particularmsnte aquellos provenientes de
plantaciones y donde existen modelos de crecimiento corYlo resultado de parcelas

76
perruanent€s y de la experiencia, tiende a usarse el número de árboles como indicador. El
mejor ejemplo en Chile lo constituyen las plantaciones de Pino lnsigne destinadas a la
producción de madera de expoftación de alta calidad, donde la intensidad de los dos o tres
raleos gue se realizan durante la rotación alcanza hasta 50o/o, en cada operación. Al respecto,
en la última década se ha producido una tendencia hacia la realización de raleos con mayor
intensidad gue los que se preconizaban con anterioridad. Hasta el momento, la experiencia
indica que, en Pino lnsigne ello es posible sin que se produzcan daños en el rodal residual,
Con ello se pretende concentrar el crecimiento en pocos árboles -200 ejemplares por hectárea-
alcanzando diámetros comerciales en el menor tiempo posible.

En cuanto al área basal por hectárea, es un indicador de densidad que relaciona el


número de árboles con su desarrollo en diámetro y, sin perjuicio del anterior, se utiliza
preferentemente en bosques naturales.

Alrespecto es preciso distinguir los lfmites dentro de los cuales se puede conducir un
programa de raleos. En la Figura 10.3 se iñdica como evoluciona el área basal como
respu€sta a los raleos.

,c
r'fut,

fdc¿ (¡ñer )

FIGURA 10.3. Esquerna deevolución delárea basalpor hectárea frente a las intervenciones
silviculturales. {R = Momento de aplicación de raleo. (1) = Curva de área
basal) en el momento de aplicación de raleos. (2) : Curva de área basal del
rodal residual inmediatamente después de aplicar los raleos (Adaptado de
sMtTH, 1986).

El problema fundamental res¡de en la densidad que debe quedar luego de la


intervención, puesto que de ello va a depender la capacidad de reacción del rodal residual y
el logro de los objetivos del raleo. La reacción de un rodal al raleo depende de diversos
factores. En primer lugar, está determinada por la población misma, en cuanto a la densidad,
edad y desarrollo en altura. En este aspecto, es importante la diferencia entre ralear por
primera vez un rodal joven y uno de más edad. Por otra parte, un rodal de una edad
determinada que nunca antes ha sido intervenido, no puede ser sometido a la misma
intensidad de raleo que uno similar con una trayectoria de intervenciones anter¡ores. La

77
calidd del sitio es otro factor que influye en la capacidad de reacción del rodal al raleo.
En krs casos de rodales que han estado estagnados durante un largo pefodo, un raleo
muy intenso Buede prüvocar la incapacidad de los eiernplares remanentes para adaptarse a
los drásticos cambios producidos, lo que se manifiesta a través'de una coloración amarillenta
del follaje, retraso en la reacción en cuanto al crecinnieflto Y, en ca§(xt extremos, en
mortalidad. Sobre las áreas basales como indicador de intensidad de raleo, existe un área
basal crftica, que coresp(xrde a la densidad mfnima residual de un rodal que ha sido raleado'
Se puede definir como aquella en que el incremento de los árboles qre quedan no compensa
la pérdida de incremeflto de tos árboles extrafdos. En otras palabras, el crecimiento es menor
que el de un rodal test{¡o sin raleo. Esta área basal crltica puede ss definida también por
efectos indeseabl¿s somo resultado del raleo, tales como daños por el viento, daños al fuste
por hcladas o insolación, aparición de ramas epicórrnicas, prdiferaciún del sotobosqüe, etc'

Existen, adernás, hs áreas basales máxima y óptima" EI área basal máxlma es la que
puede alcanzar un rdal no raleado y depende fundamentalmente de la especie y del shio. El
área &§E!_ÉBÉirnA es aquella en gue se logra el máxirno crecirniento corriente. Se define,
según si se trata de favorecer la máxima acurnulación del área basal en el rodal o en los
árboles finales, de ac-uerdo a los obietivos del manejo, Segr3n ASSMANN (citado por LANIER,
1986) el área basal óptima para el crecimiento en volumen de varias especies europeas se
sitúa entre el 85 y el 9O% del área basal máxima, en tanto que el área basal crftica
corresponde a una pérdida de crecimiento en volumen del orden de cinco por ciento.

Existen difurencias entre las especies en cuanto a los niveles de áreas basales óptimas
y crfticas. En general, el área basal óptima t¡ende a ser superior en especies tolerante§ que
en intolerantes y en §ernpreverdes con respecto a las decfduas {SMITH, 1986).

Para efectos de determinar cada una de estas densidades es preciso recurrir a los
resuhados de easayos de diversas intensidades de raleo y evaluar sus efectos en términos
cuantiÉtivos y cgalitativos. Por ejemplo, sn un ensayo de raleos realizado en un monte bajo
de Myptus gWtns en la Provincia de San Antonio {V Región}, TORAL, ROSENDE y DE
PABLO (1988) determinaron el área basal óptima y crlt¡ca en rodales con obietivos de
producción de [eña, es decir, en gue se trata de maximizar el crecimiento del rodal en términos
de volumen total. En la ñgura 10.4 se indican los resultados del estudio a esté re§pecto.

r¡¡ú

t&
lL *r rr§
i*c:e tt*?r
*a rolmr ÉñO

oo

FIGURA 10.4. Porcentaie de incremento en volumen segrln área basal deiada en Eucdyptus
globulus en v Región. (Reproducído de foRAL, HOSENDE y DE PABLO,
19881.

78
Según este estudio el mayor porcentaje del incremento en volumen en relación al
testigo, se produio al dejar un 74o/o del área basal, lo que correspondió a un á¡ea de 9,2
m2lhai en tanto que el área basal crftica se produjo al dejar un 54o/o del área basal, equivalente
a 7,2 m2lha

DELVAUX 119741desanolló proEramas de raleo que se pueden adaptar a una gran


cantidad de especies y condiciones de sitio. Estos raleos, denominados raleos numéricos,
están basados en el número de árboles a dejar y consideran los siguientes parámetros para
enmarcar cada programa : 'll diámetro del árbol de área basal promedio; 2) incremento medio
anual en diámetro esperado; 3) ciclo de raleo y 4) incremento anual en área basal por
hectárea.

Este criterio está basado en la hipótesis de que la producción de un rodal de una


especie determinada en una región sólo es función de la fertilidad expresada por la altura
dominante, la cual es independiente de la acción del silvicultor, En consecuencia, si se
disminuye el número de árboles por heetárea, se aumenta su diámetro medio, cambiando
relativamente poco elcrecimiento del área basal. Ello, debido a que el aumento delárea basal
es. en gran medida, independiente del número de árboles, dentro de ciertos llmites. De esta
manera, la idea de los raleos numéricos de DELVAUX {op. cit.l se reduce a distribuir un
potencial de crecimiento en área basal conforme a las exigencias de un programa de
crecimiento individual en diámetro establecido previamente.

Para la aplicación de las tablas de raleos numéricos de DELVAUX es necesario que se


cumplan las siguientes condiciones :

al Número de árboles por hectárea : 100 a 10.000


b) Diámetro del árbol de área basal media : 2 a 50 cm
cl lncremento anual corriente individual en diámetro :0,1 a 5,0 cm
d) tncremento anual det área basal : O,2 a 4,O mzlha
e) Ciclo de cortas a considerar : 'i', 3, 6, 12 y 24 años

El raleo numérico pretende agregar a la planificación de los raleos, elcarácter objetivo


cuantitativo al carácter selectivo, que es esencialmente subjetivo.

La tendencia moderna frente a los raleos implica el uso creciente de modelos de


rodales construidos a part¡r de datos obtenidos de dispositivos experimentales. Estos modelos
presentan la ventaia de perm¡t¡r variar los factores en forma continua y, por lo tanto, elegir
un programa en función de objetivos prioritarios que pueden ser de diferentes tipos :

maximizar el volumen, opt¡mizar el diámetro, rentabilidad, calidad delfuste en cuanto a poda


natural, etc {LANIER, 1986}.

En los casos donde aún no existen experiencias para determinar las densidades dentro
de las cuales se puede conducir un programa de raleos, el estudio del estado actual y de su
funcionamiento const¡tuye un valioso aporte para generar conocimiento sobre la materia'
Sobre el particular, DE LA MAZA (1976) determinó el área basal ideal para renovales de Raulí
en la Provincia de Malleco, mediante la búsqueda de situaciones donde el rodal evidenciaba
densidad normal y buena forma y desarrollo de los ejemplares. Para esos casos encontró un
valor de 53 m2lha.

Por su parte, MERINO (1980) al estudiar eldesarrollo naturalde bosques de Lenga en


Magallanes, definió lo que denomina años crlticos, que corresponden al último año luego de
un ciclo de liberación y que marca el inicio de un perlodo de crisis de competencia {ALVAREZ

79
y ROJAS, 1g8O). De acuerdo a los estudios de Merino, la curva que une los puntos
correspondientes a las áreas basales en los años crfticos representarfa la densidad máxima a
perrnitir antes del raleo (Curva (1) Figura 10.3).

Otro autor, MARIO PUENTE, a través de las tesis de HERRERA Y MAY {1976} y
SOLER (1979) desanolló para Raull una metodologfa gue permite determinar el raleo que hace
éptimo el incremento en área basal. Para ello se establece el raleo mínimo y, segtin distintas
intensidades de raleo, se determina el raleo que cumple con el objetivo anterior.

El método de MARIO PUENTE se basa en que un rodal regular está constituido por un
coniunto de peqt¡eños bosquetes coetáneos, de aproximadamente 1/80 ha, caracterizados por
su diámetro medio cuadrát¡co y el ntlmero de árboles. En relación a un bosquete
representativo de la situación promedio del rodal, los bosquetes de menor diámetro medio
cuadrát¡co -y, Wr lo tanto, con mayor ntlmero de árboles- representan elestdo anterior del
rodal en su coniunto. Del mismo modo, aquellos de mayor diárneüo medio cuadrát¡co -y, por
lo tanto, con menor número de árboles- indican lo que será el rodal en el futuro. Asf, cada
bosquete representa un punto en el desarrollo del rodal.

La intensidad del raleo mfnimo pretende aprovechar la morta¡idad natural. Se


diferencia de la auto¡ntervención solamente en cuanto a la oportunidad. En efecto, la
intensídad del raleo mfnimo es equivalente a la atrtointervención, pero, lo que ocurre
naturalmente en un perfodo de crisis de varios años, se logra en un año, especfficamente en
un aí¡o crftico gue ya fue definido. Por las caracterfsticas señaladas, coresponde a un raleo
por lo baio.

Diversos autores han realizado recomendaciones sobre la ¡ntefisidad de raleo en


especies del género Notholagus. Porejemplo, DE LA MAZA (1976, señalóque, para Raull
en la provincia de Maflsc!, en un raleo no debe extraerse más del 35% del área basal
existente. Para la misma especie, PAREDES {1982} concluyó que, para lograr el mayor
diámetro medio, las intervenciones deben ser fuertes a nivel el dosel superior del rodal.

En el caso de Lenga en la zona de Coyhaique, Xl Regién, VERA (1985), evaluó


diversas intensidades de raleo, estableciendo que el máxirno incremento en área basal se
obtuvo con el tratamiento de mayor intensidad, eguivalente a una extracción del 5O% del área
basal.

En el sector Radal Siete Tazas -Vll Región- DONOSO (1988) propr¡so intervenir los
rodales de Roble y Raull allf existentes con intensidades inferiores al 5O96, expresadas en
númso de árboles. Por su parte, GROSSE {1989} recon¡endó no extraer más del 3O-40% del
área basal del estrato dominante y codominante en b.osques de Roble, Raulf y Coigüe. Agrega
que con ese nivel de intervención se asegura maximizar el íncremento volumétrico, la
estabilidad del rodal frente al viento y evitar daños por insolación.

§lvicultural, como en Chile,


La tendencia actual, tanto en pafses con rnayor tradición
es la de intervenir en forma más fuerte y ptecoz, reconociendo el consiguiente riesgo de
reducción de resistencia contra daños potenciales debidos al viento y a la nieve como
consecuencia de la reducción de la protección lateral entre los árboles. Por tal motivo, es
importante la rapidez de la recuperación del cierre de la cobertura de copas luego de la
intervención (SCHOBER, 1991 ).

80
1O.8 Procedimiento pafa mafcar raleos

La mareación es realizada por un equipo de personas entrenadas para este propósito


cuya composición y organización depende fundamentalmente del nivel de intensidad de
silvicultura que se está apl¡cando. En la gestión de los bosques estatales en Francia elequipo
está const¡tuido habitualmente por tres o cuatro agentes técnicos, un responsable de la ficha
y un director de marcación, este últ¡mo de nivel de ingeniero. Con estas características, el
rendimiento de marcación en terrenos medianamente diffciles y en poblaciones de edad media
(fustaljoven) es de 15-20 hectáreas por dla (LANIER, 1986).

En Chile las cuadrillas habitualmente están compuesta¡¡ por tres a cinco marcadores
las cuates, segrin el Centro de Capacitación de Escuadrón, teniendo como requisito mínimo
primer año medio, requieren de ocho dfas de instrucción, El rendimiento promedio de
marcación es de 1,5 hectárea por jornada por operario.

Los equipos avanzan formando un frente de manera que cada marcador recorre dos
híleras a la vez, en el caso de plantaciones, o un espacio equivalente en rodales naturales.
En terrenos planos, se avanza en el senüdo de la más larga dirnensión, antes de virar y
regresar por la faia paralela. En pendiente, se inicia la marcación desde arriba y se avanza
según las curvas de nivel.

Los criterios de marcación son los indicados a propósito de la predesignación de los


árboles productores. De acuerdo a lo señalado con anterioridad, en renovales no intervenidos
previarnente existe una heterogeneidad de situaciones en cuanto a cobertura y desarrollo de
los eiemplares. Ello implica que el marcador debe adecuar el criterio general de intensidad de
raleo establscido para el rodal segtln la condición de cada bosquete. En efecto, sectores con
pocos ejemplares de mayor desarrollo pueden ser intervenidos más fuerte, deiando espacios
maycrss entre los individuos. Lo contrario ocurre con bosquetes de ejemplares más delgados
que, debido a una relación altura/diámetro m€nos favorable, son más sensibles al viento, Las
marcas se efectr3an siempre en la misma dirección, dejando un test¡go a nivel del tocón para
propósitos de control posterior a la explotación, en los casos en que se rnarcan los árboles a
extraer.

10.9 Efectos de los raleos

Los raleos afectan la producción maderera, tanto en términos cuantitativos como


cualitativos, la longitud de la rotación y la protección, como asimismo los otros productos
asociados al bosque.

al Crecj¡nie¡to-dglos érboles

Las variaciones en la densidad del rodal provocada por los raleos causan grandes
modificaciones en el crecimiento en diámetro, pero prácticamente ninguno en el crecimiento
en altura. Esta última es más dependiente de las caracterfsticas del sitio. No obstante,
densidades muy altas provocan una reducción en el crecimiento de los árboles en todas sus
dimensiones, incluyendo la altura, probablemente debido a un incremento del proceso
respiratorio asociado a una disminución de la proporción del área fotosintética de cada
ejemplar a través de la disminución de la proporción de la copa viva. La opinión común de
que los árboles crecen más altos en rodales densos es, en general, incorrecta. Es más bien
un efecto óptico ocasionado por el aumento de la relación altura/diámetro del ejemplar
(sMrrH, 1986).

81
A base de las consideraciones anteriores, se puede señalar que, dentro del rango de
dersidades en que se maneian los bosques, el efecto de los raleos sobre el crecimiento en
altura es poco significativo. Este hecho ha sido constatado por diversos autore§ en elexterior
{DANIEL, HELMS y BAKER, '1982; SMITH, 1986}. Lo mismo se ha observado en Chile con
las plantaciones de Pino lnsigne.

Distinta es ta situación det crecimiento en diámetro, puesto que constituye uno de los
factores importafltes sobre los cuales se Buede eiercer un considerable control. Cuando un
ei€rñplar es liberado mediante un raleo, el primer efecto es un aumento del abastecimiento de
agua y nutrientes surninistrado por el sistema radicular. La cantidad de follaje no aumenta
hasta que la copa no se ha extendido lateralmente. Este efecto retardado es, sin embargo,
el más importante. No todas las unidades de la superficie foliar son igualmente eficientes
fot6intéticamente. En general, la parte superior de la copa produce mucho más que la parte
inferbr más sombreada {SMITH, 1986}. Mientras mayor es la superficie de copa Bor unidad
de tejido vivo mayor es la proporción de carbohidratos disponibles para la formación de
nuevos teiidos, skuación que es controlada mediante los raleos.

Desde el pt¡nto de vista del árbol, la mayor parte de la madera de la zona inferior del
ftJ§ts cofr§ aSirÍismo, de las rafges principales, cumplen ccn la función de soportar la copa
Aunque constituye una función importante, parece no terier la prioridad inmediata para la
sobrwiveneia del ejemplar, corno es el caso del proceso respiratorio. Por tal motivo, el
aumgnto de la provisión de carbohidrato para el soporte mecánico depende.del vigor delárbol
y de la cantidad de éstos que permanecen luego de ser usados en funciofles más vitales. Por
lo tañto, ta parte del crecimiento que tiene la mayor incidencia económica representa un bajo
valor dentro de la escala de prioridades biológicas. Es por esta razén gue el crecimiento en
diángro det fuste es tan rápidamente controlable Bor los raleos y las otras cortas intermedias
que regufan la densidad del rodal y el vigor de los árboles (SMITH, 1986)

Ef crecimiento anual de la madera del fuste *o es unifonrle en toda su longitud. La


parte de mayor desarrollo es la que está con ramas vivas, en especial la porción ubicada
ligeramente sobre la base de la copa viva donde l¡as ramas son más gruesas'

En este seflt¡do, los raleos permiten a las ramas bajas vivir más tiempo, aumentar su
desarrollo y producir más carbohidratos para pro\¡eer el rnaterial e§tructural responsable del
crecimiento en diámetro en la mitad inferir del fuste, que es la más irnportante para la
producción maderera.

Desde el punto de vista del diámetro prondio del rdal antes del raleo y después del
raleo, por el s6lo h*ho de extraer una cierta cafitidad de árboles, se puede asumir que se
mantienen &a relaciones respecto alvolumen medio del árbol extrafdo en el raleo y elexistente
antes del rakgo señalados por LANIER (19861 a propúsito de kcs mátodos de raleo, a condición
de mantener constante las alturas. No obstante, para efectos de referirse al diámetro
promedio del rodal y su relación con los raleos se debe considerar el correspondiente at
diámetro del árbol que tiene el área basal promedio. No es el diámetro promedio de los
árboles presentes, puesto que el diámetro es una función lineal y el área basal es una función
cuadrátiea del diámetro (DANIEL, HELMS v BAKER, 19821.

El efecto de un pequeño cambio en el número de árboles ocasiona un considerable


cambio en el diámetro promedio del rodal. El incremento o decremento reales del diámetro
promedio del rodal con e! nÚmero de árboles varfa con las aspecies, pero la influencia de la
densidad sobre el diámetro es evidente en todos los casos. En los raleos que tienen carácter
selectivo, se produce un considerable aumento del diámetro de los árboles que van a llegar

82
altérmino de la rotación {DANIEL, HELMS y BAKER, 1982).

b) Crecimiento en volumen

Para la producción de madera en que interesa.la cantidad más que la calidad, como
es el caso de postes, leña, fibra, etc, es ¡mportante considerar que, en muchos casos, el
efecto de los raleos de carácter selectivo es una disminución del rendimiento total al término
de la rotación, en comparación con uno no raleado. La importancia de los raleos,
generalmente por lo bajo en estas condiciones, es la de anticiparse a la mortalidad natural
elevando la producción a lo largo de la rotación en un 30 a 5O% (SMITH, 1986).

En el estudio sobre el efecto de raleos en un monte bajo de Eucalyptus globulus en


la V Región mencionando con anterioridad (TORAL, ROSENDE y DE PABLO, 1988) se
determinó, después de cuatro años de la intervención, que la producción de volumen sólido
tuvo elsiguiente orden descendente : tratamiento testigo, raleo por lo bajo y raleo por lo alto;
mientras que el volumen de leña fue similar para los tratamientos testigo y raleo por lo bajo
y muy inferior para raleo por lo alto.

Existe acuerdo sobre la disminución de la producción de volumen total cuando la


densidad del rodal es muy baja. En el otro extremo, cuando la densidad es muy alta, lo que
ocurre, por ejemplo, cuando no se efectúan raleos, existen dos hipótesis. La primera, indica
que el volumen aumenta hasta el nivel que puede soportar el sitio en forma natural, La
segunda hipótesis plantea que la producción permanece constante y optimizada dentro de un
amplio rango de densidad del rodal hasta que se alcanza un nivel sobre el cual la producción
empiera a disminuir (SMITH, 1986). La primera alternativa está asociada a sitios buenos; la
segunda, se adapta más a sitios malos.

En los casos en que interesa la producción de madera de alta calidad como es el caso
de madera aserrable o chapas de especies nativas nobles o madera libre de nudos de Pino
insigna, los raleos, en estos casos de carácter selectivo, tienen el efecto de aumentar
considerablernente el volumen aserrable. Se debe tener presente que este constituye uno de
los objetivos más importante de los raleos, en estos casos. Este efecto es el resuhado de
concentrar el crecimiento en una cantidad reducida de árboles selectos. De este modo,
aumsnta el valor de la madera por ejemplar, al mismo tiempo que disminuyen los costos de
producción a través de un proceso de explotación y posterior elaboración más eficiente.

c) Calidad de la madera

La calidad de la pnoducción maderera se aumenta por el simple hecho de favorecer los


ejemplares de mayor potencial discriminando contra los peores. Este efecto del raleo sobre
la calidad de la madera es, lejos, mucho más significat¡vo que cualquier otro (SMITH, 1986).
Entre estos otros efectos se puede mencionar que, mediante los raleos se pueden obtener
anillos regularas en cuanto a su espesor, lo cual es importante para usos en que la apariencia
de la madera es relevante, como es el caso de las chapas. Por otra parte, con anillos
regulares se obtiene una estructura más homogénea, sin tensiones irregulares en el secado
debido a distintos coeficientes de contratación volumétricas. Al mismo tiempo, con ello se
logra una resistencia mecánica más homogénea.

Una consecuencia negat¡va de los raleos puede ser la detención del proceso de poda
natural, estimular el desarrollo de grandes ramas y, eventuaknente, la producción de un
descenso de copa mediante la aparición de ramas epicórmieas. Debido a estos efectos, en
los casos que corresponda, los programas de raleos están asociados a podas artificiales. Por

83
otra parte, el aumento del diámetro delfuste con las características señaladas con anter¡oridad
implica un aumento en la conicidad de éste, lo cual puede tener un efecto adverso en el
proceso del aserrado de la madera.

d) Lonoitud de la rotacíón

El aumento en la tasa de crecimiento producido por los raleos tiene efectos variables
sobre la rotación, según el criterio que se utilice para determinarla, Si ésta se define como
el momento en que los árboles alcancen un cierto diámetro los raleos permiten acortar la
rotación. Este criterio es el que se utiliza en la actualidad para la producción de madera de
Píno insigne de alta calidad. Por el contrario, la rotación se alarga si la edad final se determina
por el momento en que la tasa de crecimiento de los individuos se vuelve lo suficientemente
baia para ser inaceptable o si se basa en la culminación del ¡ncremento medio anual.

el Protección del bosque

Los raleos reducen las pérdidas ocasionadas por agentes bióticos no solamente por
anticiparse a ellas sino, adernás, por el aumento del vigor de los árboles. Este últ¡mo efecto
es de vital importancia para prevenir la accíón de potenciales, plagas y enfermedades,
particularmente en sitios medianos y pobres. Por ejemplo, la aplicación de raleos en
plantaciones de Pino insigne en las dunas costeras de la zona centro sur de Chile, ha tenido
por efecto un notorio mejoramiento en el vigor de los ejemplares, el gue se manifiesta a través
de un cambio en la coloración de las acfculas desde un tono arnarillento hacia un verde más
intenso.

lnmediatamente después de efectuado un raleo fuerte en rodales inicialmente muy


densos, los cambios que se producen en el microclima y la gran cantidad de restos de
explotación pueden aumentar temporalmente el peligro de proliferación de inseclos y hongos.
Las eventuales heridas en árboles residuales ocasionadas por la explotación, pueden contribuir
a aumentar las probabilidades de ataques de patógenos. No obstante, en un plazo mayor la
situación se revierte con la respuesta de los ejemplares al raleo.

En relación al viento, los raleos mejoran la resistencía de los ejemplares después que
éstos reaccionan aumentando el crecimiento en diámetro del fuste, lo que mejora su relación
con respecto a la altura total. Mientras ocurre esta adaptación el rodal está expuesto a la
acción del viento, lo que depende fundamentalmente de la densidad original, del diámetro de
los ejemplares y de la intensidad de la intervención.

El riesgo de daños por el viento aumenta cuando se ralea en forma intensa un rodal
denso en gue la resistencia alviento está dada más bien por el apoyo entre los árboles (efecto
de bloquel que por resistencia individual (RIOU - NIVERT y LADEN, 1991). En cuanto al
fuego, el raleo tiende a exponer el suelo a la desecación, lo que unido a los restos de la
explotación produce un aumento temporal en el riesgo de incendios.

S) Otros productos del bosque

Mediante el control de la densidad ejercida por lo raleos a través de un período


importante dentro de la rotación, se puede influir en forma significativa sobre otros productos
no madereros del bosque. En el caso de la producción de agua, los cambios en la cobertura
influyen sobre la proporción de las precipitaciones que son interceptadas por las copas y, por
lo tanto, sobre la cantidad de agua que infiltra, percola y escurre hacia arroyos, ríos o lagos.

84
Las modificaciones en elcontenido de humedad, como asimismo, en la radiación que
llega al suelo, afectan a sus componentes, en part¡cular a la materia orgánica y,también al
desarrollo de hongos y vegetación herbácea y arbustiva. En este sentido, los raleos favorecen
la implementación de sistemas silvopastorales o de manejo de fauna herbívora porque facilitan
eldesplazamiento de los animales entre los árboles y, principalmente, se aumenta la cantidad
de forraie disponible. Los raleos también constituyen una herramienta que ayudan al
desarrollo de proyectos de recreación intensivos por cuanto aumenta el espacio disponible
para el tránsito de personas y elimina ejemplares debilitados que pueden ser dañados por.el
viento.

85
xt. PoDAs (*)

11 .1 Objetivos

La poda, como tratamiento intermedio dentro de la silvicultura, consiste en la corta


de ramas en la parte inferior del fuste, con el propósito fundamental de mejorar la calidad de
la madera a través de la disminución de los nudos. De este modo, al término de la rotación
se obtiene una mayor proporción de madera libre de nudos en la producción total. En forma
adicional, mediante las podas se obtienen otros beneficios como ser, el mejoramiento del
coeficiente de forma de los fustes -aumento de la cilindricidad- como resultado de un mayor
crecimiento en la parte superíor de la copa, aspecto que fue analizado en el punto 10.9a)
Por otra pafte, se facilita el tránsito de personas y animales dentro del bosque, por lo que la
poda constituye una herramienta para habilitar rodales con fines recreacionales o
silvopastorales.

Desde el punto de vista de protección, además de permitir un acceso más rápido en


caso de incendios, la poda elimina ramas bajas secas altamente combustibles, lo que implica
una actividad de presupresión. Además, la corta de ramas bajas permite prevenir el ataque
de roedores, aspecto que fue estud¡ado por RODRIGUEZy HERRERA (1984) en plantaciones
de Pino lnsigne.

11,2 Proceso de la poda natural

Bajo la presión de la competencia, las ramas bajas e interiores de un árbol pierden sus
hojas, lo que trae como consecuencia la interrupción de la circulacíón de savia por la rama,
efecto que ocasiona su muerte. La velocidad con que mueren las ramas depende en gran
medida de la densidad ínicial del rodal. Cuando éste proviene de regeneración natural, el
proceso se inicia en la etapa de monte bravo alto (Punto 7 .21. Además, la densidad determina
el diámetro que alcanzan las ramas antes de morir, factor que influye a su vez, la velocidad
de desprendimiento y la calidad de la madera del núcleo nudoso que permanece antes que se
complete la poda natural.

Otro factor que influye en la velocidad de muerte de las hoias sombreadas es la


tolerancía de la especie. En este sentido las especies intolerantes presentan venta¡as para la
producción de madera libre de nudos.

Una vez muertas las ramas se produce su desprendimiento. En este proceso


intervienen esencialmente agentes bióticos -hongos, insectos- ayudados por el viento, nieve,
golpe entre ramas y su propio peso (MONTOYA, 1988). La acción de los hongos -principales
causantes de la caída de las ramas- se favorece en ambientes húmedos.

En confferas, depósitos resinosos impiden la acción de los hongos causantes de la


caída de las ramas muertas. Ello ocasiona la formación de nudos muertos o sueltos, que
disminuyen significativamente la calidad de la madera, En el Cuadro 11.1. se indican géneros
de coníferas clasificadas según poda natural.

En Ingl6s : prunning
En Francós : elagage

B6
CUADRO 11.1

Clasificrción de poda natural en confferas, según LANIEñ {1986}

Nivel de poda natural Géneros

Msnos que regular Abies, Cedrus, Pinus


Mala Larix, Picea, Pseudotsuga
Muy mala Chamaecyparis, Cupressus, Thuya

En todo caso, se puede señalar que son pocas las especies gue se podan bien
naturalmente, excepto latifoliadas ubicadas en buenos sitios, gue se desarrollan con alta
densidad en los prirneros estados y con la presencia de un estrato bajo de especies próximas
a sus fuses, pGro sin llegar a frotarlas.

Entre las especies que destaean por su buena poda nattrral están las pertenecientes
al género AaW¡s que forman una capa de teiido de absición en los puntos donde las
rarnas se fiian al tronco, de rnodo que cuando las ramas inferiores pierden su vigor, caen en
forma natural de una manera semejante a la cafda de las hojas de las especies caducifolias
(MONTOYA, 1988).

Terminado el desprendimiento de la rama, se inicia el proceso de cicatrización a través


del recubrimiento en la madera del muñón dejado por la rama. El árbol al crecer, va
sumergiendo el muñón produciendo un nudo suelto cuya longitud depende del largo del
muñón. Finalmente, la hgida se cierra englobando a veces alguna bolsa se resina, goma o
Gorteza al final del muñén y deiando frecuentemente un ligero abultamiento como testimonio
exterior de este proseso (MONTOYA, 1988).

El silvicultor puede intervenir en el proceso de la poda natural mediante la constitución


de rodales densos desde su juventud, lo que trae como consecuencia una disminución en la
tasa de crecimiento en diámetro. Por tal motivo, en los casos en que elobjetivo del manejo
es la producción en rotaciones coftas de madera en que la apariencia es importante, sin
interesar su resisterrcia mecánica, la poda artificial constituye la única solución.

11.3 Poda artificid y sus efectos sobre el árbol

La poda artificial es la supresión de las rarnas de un árbol provocada por el hombre.


Dentro de la Boda artificial es preciso distínguir la destinada a la producción de frutos,
cortezas, forraje, habilitación de rodales para propósitos silvopastorales y arboricultura urbana
de aqr¡ella eiecutada con el propósito de obtener madera libre de nudos. La primera es mucho
más compleja es sus aspectos técn¡cos y requiere de un tratamiento especial {VITA, 1989}.
Por lo tanto, en este texto sólo se analiza la segunda.

La poda puede afectar solamente a las ramas muertas. A esta poda en España se le
denomina "escamonda" y carece de efectos fisiológicos notables. Es una operación que se
limita a adelantar el proceso natural de cafda de las ramas muertas, reduciendo así la longitud
del muñón y consecuente nudo muerto y suelto.

87
La escarnonda se aplica especialmente en los casos en que la poda de ramas vivas
puede significar un riesgo de pudrición para la madera del fuste, como ocurre en ramas de
más de 3-5 cm de diámetro en frondosas que no generan en el corte mecanismos de
autodefensa como la exudación de resina en confferas'

La adecuada cicatrización de las heridas es la condiciOn tunOamental de las podas y,


en este aspecto, el punto clave lo constituye la rapidez del crecimiento en diámetro del fuste.
Condiciones de humedad y alta ternperatura favorecen la actividad de hongos causantes de
la pudrición en la herida.

La supresión de ramas vivas de un árbol tiene claros efectos fisiológicos que pueden
reper6utir en la producción del ejemplar. La eliminación de ramas baias o interiores que
reciben poca luz puede tener efectos favorables sobre el árbol y la producción maderera, al
eliminar elernentos que no contribuyen significativamente al proceso de fotosfntesis y, por el
contrario, pierdan carbohidratos por respiración, la que se realiza normalmente baio esas
condiciones,

Al aumentar la altura de poda se comienza a afectar la superficie fotosintética del


árbol, lo que ocasiona la reducción del crecimiento del ejemplar, la cual es mayor en el
diámetro que en la altura. En Pino insigne podas que afectan más del 3O7o de la altura total
del ejemplar comienzan a producir efectos negatilros en las tasas de crecimiento en diámetro
y, en menor medida, en ahura. A medida que aumenta la altura de poda el efecto se hace
más significativo. Estos efe«os pueden durar hasta dos años'

Para Pino insigne se considera aconsejable no podar más de un 50Yo de la altura total
(GARRIDO, 1990; MALDONADO, 1990). Como regla general, el lfmite máximo permitido es
aquel que deia una proporción de copa viva de 30-40%. Como ya se indicó, en la zona bajo
la copa verde el fuste tiende a ser más cilfndrico, por lo que la poda perm¡te controlar el
inconveniente -desde el punto de vista de obtención de madera aserrable- ahusamiento del
fuste,

11.4 Programas de poda

Basándose en los anterior, los programas de poda deben conciliar el efecto negativo
sobre el crecimiento de los ejemplares con el objetivo de aumentar el precio de la madera.
Por tal motivo, es práctica generalizada en Pino insigne podar en cada oportunidad hasta un
507o de la altura total de¡ eiemplar. Por otra parte, la poda a una altura pareia para todo el
rodal resultó tener efectos negativos sobre el crecimiento de los árboles de menor altura ya
que los afectaba en rnayor proporción. Por tal moti\ro, en la actualidad la altura de poda
depende de la altura de cada árbol. Sólo la última poda se efectrla a una altura pareja porque
tos árboles son muy uniformes en altura. Del mismo rnodo, no es conveniente la poda
selectiva de los árbotes que van a ser cosechados al final de la rotación, puesto que el resto
no podado domina rápidamente a los intervenidos, los cuales pierden jerarqufa desde el punto
de vista de clase de copa. De acuerdo con ello, la poda debe efectuarse en todos los árboles
que permanecerán,

Mediante la poda artificial se procura concentrar la madera nudosa en un cílindro


central lo que permite obtener madera libre de nudos en toda la longitud del fuste podado
(Figura 11.1).

88
3' Podo

l*drr¡
arútr

Icd¡ro 2' Poda


o*éa

l' Podo

l! ¡r
FIGURA 1 1 .1 . Locaiización esquemática de la madera nudosa y de la madera sin nudos que
presenta al término de la rotación el tronco de un árbo! podado. En este
ejemplo, el cilindro defectuoso tiene un diámetro de 18 cm.

Para efeetos prácticos determinar el diámetro del cilindro defectuoso se debe


considerar como antecedente básico el diámetro máximo sobre el muñón (D.M.S.M.), más
conoc¡do como D.O.S. {en lnglés: diameter over pruned stubs}, el cual se puede definir como
el verticilo de mayor diámetro, considerando el diámetro del fuste a la altura de éste, más las
protuberancias de las ramas contenidas en dicho vert¡cilo (KNOWLES et al, 1981; MUSANTE,
1989).

En Pino lnsigne, generalmente el D.O.S. se encuentra a un altura entre O,6 y 1,2O m


y para podas oportunamente hechas, el diámetro del cilindro defectuoso corresponde al
D.O.S. al cual se le agregan 7 cm por concepto de cicatrización y sinuosidades en la madera.

A través del D.O.S. se puede controlar el diámetro del cilindro defectuoso


y las sucesivas podas deben ser efectuadas de manera que no se sobrepase dicho diámetro
(Figura 11.1). Debido a elto, un factor determinante para füar un programa de sucesivas
podas lo constituye la rapidez de crecimiento de la especie. Tal como ocurre con el ciclo de
raleos en especies de rápido crecimiento, la frecuencia de las podas se establece según los
cambios que se producen en la altura dominante de los ejemplares. De este modo, en Pino
insigne, a part¡r de una altura de seis metros, las podas se realizan cada vez que se produce
un aumento de dos metros, coincidiendo algunas de éstas con el programa de raleos
establecido.

La altura final de podas está determinada por aspectos de costos de obtención de


longitudes prefijadas de madera comercial. En relación al primer aspecto, el costo de la
operación se incrementa en forma rnuy significativa a medida que aumenta la altura a que se

89
realiza. Sobre este punto se debe considerar que la poda constituye la corta intermedia más
costosa" Respecto al largo comercial, en Pino insigne tradicional se ha usado la pulgada
pinera como referencia. Considerando trozas de esas dimensiones más un rango de tolerancia
y una cantidad de madera libre de nudos en piezas cortas, para sitios buenos la altura rnáxima
de poda es de 6 nr. En casos excepcionales, para sitios muy.buenos, la altura total puede
llegar a 8 m.

11.5 Técnicas de Poda

La adecuada cicatrización de los cortes requiere del cumplimiento de algunas


condiciones bajo las cuales se realiza esta ¡ntervención, tales como la época de poda y la
forma de realizar el corte.

La época más recomendable es la delreposo vegetativo invernal, excepto en períodos


de fuertes heladas durante las cuales ramas y cortezas se vuelven quebradizas" es difícil cortar
bien y se pueden producir heridas. Es preferible intervenir al final del período de reposo
vegetativo, pues de este modo se inicia antes la cicatrización de las heridas y se cau§an
menores daños al estar más adherida la corteza al leño. Durante la época de actividad
vegetat¡va la corteza está poco adherida al leño y, por lo tanto, es más fácil producir
desgarramiento (MONTOYA, 1 988).

Para la eliminación de una rama, viva o muet-ta, el cofte se debe realizat lo más
ajustado posible al tronco y, a la vez, lo más pequeño posible. Se debe considerar que las
gudriciones producidas en las heridas, pueden llegar al interior del tronco. Estas pudriciones
se ven favorecidas por la acumulación de agua en elcorte y por la lentitud en la cicatrización
de los cortes. Por tal motivo, las irregularidades en el csrte constituyen un factor que
promueve la proliferación de hongos'

Es especialmente importante evitar desgarraduras en el momento de desprenderse la


rama. Por esta razón el corte, que en principio debe efec*uarse lo más cercano posible al
tronco para no dejar muñones que retardarán el proceso de oclusión y por lo tanto la
producción de madera libre de nudos, es preciso que respete el rodete de inserción de la rama
-cuando ex¡ste- porque, de lo contrario, se ocasiona una herida demasiado extensa en el
tronco. Este rodete es muy evidente en algunas especíes, como Pino oregón. Como
consecuencia de lo anterior, el corte debe efectuarse con una ligera inclinación Y
preferentemente de abajo hacia arriba, tal como lo indica la Figura 11 .2'

FIGURA 1 1.2. Forma de los cortes en ramas pequeñas. El corte A, demasiado ajustado al
tronco, es poco aconsejable por producir heridas de excesiva extensión. El
corte B, con ligera inclinación, permitirá una cicatrización más rápida.

90
La elección de la herramienta de poda depende de varios factores, entre los cuales se
puede rnencionar la edad del árbol a podar o el tamaño de sus ramas, las caracterfsticas de
la corteza, topograffa y la altura hasta la que se va a intervenir. Para podas de formación,
cuando las ramas tienen un grosor inferior a 2,5 cm, se pueden utilizar tijerones. Debido a
la limitación del tamaño de la rama sólo tienen aplicación en la poda baja. lncluso la tijera con
cuerda sobre una vara t¡ene la misma limitación en lo que se refiere al tamaño de las ramas.
No obstante, en áreas con buen acceso de maquinaria existen tijeras neumáticas sobre varas
que permiten podar hasta 617 m de altura, pudiendo cortas ramas de hasta 4-5 cm de ancho.

Para la poda forestal las heramientas más utilizadas son el serrucho, la sierra de arco
y la motosierra liviana. El primero se puede utilizar tanto en podas bajas como a mayor altura,
en cuyo caso se montan sobre mangos telescópicos. Para podas a mayor altura, se agregan
escaleras de duraluminio. Los trepadores, como los usados para los postes telefónicos,
presentan el inconveniente de dañar el tronco, puesto que deben clavarse por razones de
seguridad.

Para ramas gruesas, la motosierra de poda, con un peso de 2-3 kg, presenta las
ventajas de permitir cortes todo el año y sin grandes riesgos de separación entre corteza y
leño. No obstante, tiene el inconveniente de producir cortes deshilachados con muñón a
veces largo en los que es más fácil la iniciación de pudriciones (MONTOYA, 19881.

Para podas a altura superior a 12 m y hasta 18 m, en países europeos ha aumentado


el empleo del robot o motosierra trepadora marca SACHS, comúnmente llamada "mono". Su
limitación, apafte de precío, es la necesidad de disponer de árboles perfeclamente rectilíneos
con un débil coefic¡ente de ahusamiento. En efecto, el robot sólo trabaja adecuadamente si
el árbol tiene 25-30 cm de diámetro basal y más de 10 cm a la altura máxima de poda. El
rendimiento es de 40-50 árboles podados al dfa por máquina (LANIER, 1986).

Los rendimiontos generales para la poda baja, hasta 3 m, en Pino lnsigne varían entre
12O v 200 ejemplares por jornada de trabajo. Para la poda media -4 a 6 m- el rendimiento se
reduce a 8G120 árboles por jornada, mientras que para la poda a mayor altura el rendimiento
fluctúa entre 40 y 80 árboles por jornada (Centro Nacional de Capacitación Forestal, 1985).

91
XII. METODO DE SELECCION

12.1 Características generales de un monte alto irregular

El método de selección es un sistema silvicultural que se aplica a bosques gue tienen


la estructura de monte alto irregular y que se maneian bajo esta forma de masa. El monte
irregular o entresacddor'r se caracteriza por tener ejemplares representantes de todas las
edades dentro del rango de la rotación de la especie. Como mfnimo, deben existir tres clases
de edad bien diferenciadas, lo que corresponde a la presencia de tres estratos en el rodal, el
cual puede estar constituido por una o más especies.

Los diámetros se distribuyen según lo indicado en la Figura 12'1.

D.A.P.
FIGURA 12.1. Distribución diamétrica en un rodal de estructura irregular.

En el monte alto regular la distribución diamétrica a nivel de rodal corresponde a una


curva normal. No obstante, si se analiza el bosque completo, la serie presenta una curva de
tipo J inversa.

Desde et punto de vista fisionómico, la diferencia entre ambas estructuras se establece


por las alturas. En el rnonte alto regular existe uno o máximo dos estratos generales,
independientemente de las clases de copa. En cambio, en el monto alto irregular existe una
diferenciación de alturas a nivel de individuos o de grupos de individuos.

12.2 Estructura de los bosques nativos

En la naturaleza esta estructura se presenta en los bosques cercanos a estados


climácicos, tanto en los bosques esclerófilos y Palma chilena como en coníferas y en las
latifoliadas de zonas húmedas. En el tipo Coigüe-RaulÉTepa-Mañlo la estructura general
corresponde a un monte alto irregular. No obstante, las intolerantes internamente tienen
estructura regular, a diferencia de las tolerantes que pueden pre§entar de los dos tipos. Lo
mismo ocurre con los bosques más complejos, como es el caso de los siempreverdes
tropicales y el siempreverde chileno, en que las intolerantes preemergentes tienen la misma
clase de edad, lo gue no ocurre con las tolerantes que ocupan los estratos inferiores,

("I En Francés : futaie jardinée


En Alemán : plenterhieb, plenterung,
I
92
La estructura opuesta la muestran bosques que ocupan las primeras etapas después
de algrin tipo de acción natural o intervención antrópica y que afecta a superficies
importantes. De este modo, espinales y renovales de Nothofagus y Canelo generalmente son
regulares. A medída que evoluciona la sucesión, la estructura tiende a hacerse más compleja
por la incorporación de nuevas especies en los estratos inferiores.

Entre ambos t¡pos de estructuras extremas, existe una amplia gama de estructuras
intermedias de rodales que no corresponde a ninguna de las anteriores en su estado normal
y que están determinadas por una combinación de eventos naturales y antropogénicos de
diferente magnitud y ocurrencia en el tiempo. Desde el punto de vista espacial, la dinámica
natural de los bosques opera desde el hueco dejado por la calda de un gran árbol, por varios
vecinos, hasta en grandes extensiones destruidas por derrumbes, el viento o la actividad
volcánica. El hombre puede hacer lo mismo a través del floreo, incendios o talas para habi[g¡-z X^
terrenos para la agricultura. A lo anterior se agrega otro factor de diferenciación, que
corresponde a la antiguedad de la ocurrencia del evento. Por tales motivos, la mayoría de los
bosques nativos se presentan bajo la forma de un mosaico de rodales y bosquetes de
diferentes tamaños, composiciones, estructuras y cobeñuras. A continuación se muestran
algunas figuras con estructuras t¡pos que presentan habitualmente en los bosques nativos no
manejados.

DAP ( cr¡ )

FIGURA 12.2. Estructura de un monte alto irregular que ha perdido parte importante de
ejemplares de desarrollo intermedio. Es el caso de bosques floreados.

DAP (cn)

FIGURA 12.3. Estructura de un monte alto regularen que árboles individuales o grupos de
árboles son muertos naturalmente o eliminados por floreo.

93
I
I
l
\

OAP(cn)

FIGURA 12.4. Estructura de monte alto irregular en que se producen bosquetes de


regeneración de constitución interna coetánea y sectores con baia cobertura
de ejemplares.

Por las razones anteriores, en algunas ocasiones se hace la distinción entre la


estructura indefinida que t¡enen muchos bosques no manejados y la típicamente irregular. Por
ejemplo, en Francia se denomina irregular a los primeros y "jardineado" a los segundos.

12.3 Monte alto irregular maneiado(')

La forma irregular equilibrada solamente es posible nrediante la aplicación de un


tratamiento silvicultural denominado método de selección o de entresaca. En relación a los
sistdmas correspondientes a monte alto regular, el monte alto irregular manejado presenta
varias particularidades. La principal de ellas se refiere alordenamiento espacial de las cortas.
Mientras en el monte alto regular, las cortas de regeneración se realizan, en un período dado,
en rodales diferentes a los sometidos a cortas intermedias, en el monte alto irregular todos
los tipos de intervención se realizan simultáneamente en una parcela.

Por otra parte, el proceso de regeneración natural, que en el monte alto regular ocupa
sólo una fracción de la rotación, en el monte alto irregular ocurre en forma permanente. El
espacio deiado por un árbol maduro exffaído debe ser ocupado por un repoblado. La
regeneración nunca pierde la protección (o la competencia) de eiemplares mayores ubicados
a su alrededor.

Otra diferencia se produce al considerar las unidades de tiempo. En el monte irregular,


la rotación no tiene ninguna significación a nivel de rodal, puesto que existen ejemplares de
todas las edades. El concepto de rotación sólo tiene aplicación referencial a nivel de
individuo. En cambio, adquiere importancía práctica el concepto de ciclo de cortas, es decir,
el tiempo que transcurre entre dos intervenciones en un mismo lugar.

Al término de cada ciclo de cortas se cosecha una cant¡dad de volumen equivalente


al crecimiento acumulado en el perfodo, en bosques en estado normal. Si ello no ocurre, la
cosecha será superior o inferior al crecimiento en el caso de existir sobredensidad o déficit,
respectivamente.

(*) En España ; monte alto entresacado

94
Considerando lo anterior, a mayor longitud del ciclo, aumenta el volumen acumulado
y viceversa. Por tal mot¡vo. este aspecto es uno de los que más ínfluyen en la determinación
de la longitud del ciclo de cortas. Además, se considera el efecto que tiene la intensidad de
la intervención sobre el rodal residual. Mientras mayor sea el ciclo, se acumula más el
volumen y, por lo tanto, más fuerte será la intervención. No obstante, el alargamiento
excesivo del perfodo puede provocar efectos negativos en la tasa de crecimiento del rodal por
competencia. En consecuencia, la fijación de la longitud del ciclo de cortas debe basarse en
un equilibrio entre los aspectos que tienden a concentrar el máximo de volumen a cosechar
con un costo menor de explotación y los aspectos silviculturales que tienden a mantener el
rodal a una alta tasa de crecimiento y, al mismo tiempo, dar más oportunidades para la
producción de nueva regeneración. Para una misma especie y condición de sitio, un ciclo más
corto o más largo implica una silvicultura más intensiva o extensiva, respectivamente.

Los ciclos de corta más usados en confferas o latifoliadas en clímas templados varían
entre 5 y 12 años. No obstante, para especies de crecimiento lento y ubicadas en ambientes
más fríos, como es el caso de Araucaria, los ciclos pueden alcanzar a 40 años (SCHMIDT
TORAL y BURGOS, 19771.

12.4 lntervenciones silviculturales en el mofie alto irregular y ordenación de! bosque

Una de las decisiones importantes a tomar en el manejo de.un monte alto irregular es
la determinación deldiámetro límite de cosecha, denominado diámetro X (Figura 12.5). Este
diámetro corresponde a la madurez financiera del árbol y depende de aspectos económicos,
del objetivo del manejo y de la especie, particularmente, su rapidez de crecimiento. Este
diámetro fluctrJa, según los casos, entre 60 cm y más de 1 m. En el bosque manejado, todos
los árboles que alcanzan o superan dicho diámetro son explotados, lo gue, desde el punto de
vista silvicultural, corresponde a una corta de regeneración.

Además de esta corta de regeneraci6n es preciso intervenir en las categorías


diametrales inferiores con el propósito de mejorar las condiciones de crecimiento de la masa
residual y cÍea( más espacios para el establecimiento de la regeneración, Estas entresacas
son las que diferencian el método de selección de un floreo en que la explotación se efectúa
a base de un diámetro lfmite.

La explotación a base de diámetro mfnimo tiene el efecto negativo de disminuir la


productividad dél bosque porque no se extrae todo elcrecimiento, parte del cual se pierde por
mortalidad natural y el resto se acumula en las clases diamétricas inferiores, Como
consecuencia del aumento de la densidad y cobertura se interrumpe la regeneración y se
intensifica la mortalidad, especialmente en las clases diamétricas inferiores, con lo que el
bosque tiende hacia una estructura más coetánea y menos productiva, como ocurre en las
etapas más avanzadas del ciclo de desarrollo natural en el caso de la Araucaria (SCHMIDT,
TORAL y BURGOS, 19771.

Estas intervenciones en las categorías diamétricas inferiores consisten


fundamentalmente en raleos, los que se efectúan hasta un diámetro límite inferior Y, que
corresponde al diámetro mfnimo comerciable (Figura 12,5l . Bajo este diámetro, se realizan
limpias y clareos. Todo ello, en forma simultánea.

Si el bosque es mixto y se maneja por primera vez, puede ser necesaria la aplicación
de cortas de liberación y de mejoramiento. Este es el caso de bosques de Araucaria-Lenga,
donde es preciso eliminar lengas o coigües que están sobre manchas de regeneración o de

95
grupos de individuos en etapa de crecimiemo ópümo de Araucaria.

X BlF. (cr)

FtGUflA 12.5. lntervenciones silviculturales que conforman el método de selección en un


monte aho irregular rnanejado.

*Ll
G.!e §Je*ffirñ c-tt urti¡clsr
I
I

FIGURA 12.6. Sector de un rodal de Araucaria-Lenga, con sotobosgue de Coligüe, donde se


efectrfan diferentes intervenciones silviculturales'
Otra decisión importante que es preciso tomar en el manejo de un monte alto irregular
es la intensidad de las entresacas que va a determinar la densidad residual. Sobre el
particular, las consideraciones son similares respecto a la intensidad de los raleos, ya
analizados con anterioridad.

En esta materia, DONOSO (199O) analizó eletecto de diversas intensidades de corta


sobre el crecimiento de Araucaria, al norte de Lonquimay en la lX Región, determinando que
la regeneración producida con posterioridad a la intervención no presentó diferencias
significativas entre los tratamientos debido al efecto homogenizador de la cobertura del
sotobosque. En cambio, en la regeneracién avanzada, entre 65 v 221 cm de altura se
observaron reacciones de mayor crecimiento a medida que las intervenciones fueron más
¡ntensas, obteniéndose mejoramientos de un l4OYo en relación altestigo. En esta categoría,
la mayor respuesta fue en la altura. En árboles mayores, entre 1 3 V 172 cm de diámetro, el
crecimiento diametral mejoró entre 5olo y 97Yo respecto al bosque original. El mejor
tratamiento fue el que dejó 41 mzlha, aproximadarnente la mitad del área basal original.

Basándose en los resultados de la investigación, el autor recomienda que las


intensidades de las intervenciones deben ser superiores a las estipuladas en la legislación
vigente af momento del estudio {Decreto Ley No 141 del Ministerio de Agricultura, 1987} v
a lo que ocurría con la antigua práctica del floreo, es decir, 1A-15%o del volumen,
preferentemente sobre individuos mayores. Al mismo tiempo, DONOSO (1990) señala que
las intervenciones muy fuertes, del orden del 7Oo/o del volumen original no son convenientes,
puesto que el bosque demora demasiado en recuperar las tasas de crecimiento en su
conjunto.

Otro aspecto clave en el manejo de un monte alto irregular es la determinación de la


estructura residual, es decir, el control del número de árboles en cada clase. De una
estructura equilibrada depende la obtención de una regeneración suficiente, maximizar el
crecimiento y mantener un rendimiento sostenido, a través de un continuo movimiento de
árboles desde las clases diamétricas inferiores a las superiores.

El método tradicional para determinar la estructura corresponde a DE LIOCOURT a


través de la ecuación general que produce una curva exponencial negativa {DANIEL, HELMS
y BAKER, 1979):

N = ke'd

donde :

N= Número de árboles por hectárea segÚn categorfa diamétrica.


k : Coeficiente que representa el ntimero de árboles por hectárea (parámetro de densidad
residual).
e= Base de los logaritmos naturales 12,718281.
a= Pendiente de la distribución, que controla el grado en el cual el número de árboles
cambia entre las sucesivas clases diamétricas.
d : Categoría diamétrica.

La posición de la curva en la absisa depende del diámetro X fijado y la inclinación de


la curva está determinada por la dístribución deseada de las clases diamétricas. La pendiente
está definida por la disminución del cuociente "q", el cual expresa la proporción del número
de árboles de una clase diamétrica en relación a la siguiente.

97
Este cuociente de decrecimiento de DE LIOCOURT se determina reemplazando "q" por
¿ en la ecuación anterior. Los rangos usuales de q para clases diamétricas de 5 cm varían
entre 1 ,2 y 2,O. Bajos valores de q dan como resultado una curva aplanada para la
frecuencia, con una elevada proporción de individuos de clases altas. En cambio, altos
valores de q dan una curva alta proporción de árboles pequeños (Figura 12.7l'.

DAP D P

FIGURA 12.7. Efecto de valores extremos de q sobre la curva de frecuencia del número de
árboles segtln categorla diamétrica en el monte alto irregular.

Un cuociente bajo implica mayor crecimiento de los árboles de mayor calidad debido
a una menor densidad, pero menor seguridad de regeneración. Un cuociente q alto permite
una reposición asegurada, pero disminuye elcrecirniento debido a la fuerte competencia. Una
solución es el empleo de dos valores de q, en una misma distribución, una para los diámetros
menores y otra para los superiores, con lo cual se aprovechan las ventajas de cada alternativa.

La cosecha del volumen acumulado equivalente al crecimiento en el ciclo de corta se


obtiene, como ya se indicó, a partir de los árboles que superan el diámetro límite X y de los
raleos que se efectúan entre los diámetros X e Y (Figura 12.51.

Si la estructura está equilibrada, la intensidad de la intervención será equivalente para


cada clase diamétrica (Figura 12.8l..

Curva antes de la intervención


Curva después de la intervención

X DAP

FIGURA 12.8. Distribuciones diamétricas antes y después de la intervención en un monte


alto irregular de estructura equilibrada.

En bosques de estructura no equilíbrada situación común en áreas anteriormente no


manejadas, la intensidad de las intervenciones dependerá de la frecuencia en cada clase

98
diamétrica (Figura 1 2.9).

Curva antes de la intervención


Curva ideal
W Areas de intervención

XDAP
FIGURA 12.9. Distribuciones diamétricas real e ideal en un monte alto irregular de estructura
no equilibrada.

La sobrepoblación en cíertas clases diamétricas, que se indican en la Figura 12.9,


significa que en el rodal existen algunos bosquetes coetáneos donde el crecimiento se ve
afectado.

En relación a la ordenación de un bosque manejado por el método de selección, la


definición de rodales tiene un carácter más bien administrativo puesto que, al menos en teoría,
todos los sectores del bosque serían equivalentes en composición y estructura. Por lo tanto,
las unidades silviculturales, se determinan a base del ciclo de cortas y la serie se subdivide
en un número equivalente a la longitud de dicho ciclo, de tal modo que cada año se interviene
en un rodalen la forma descrita con anterioridad y ésta no vuelve a ser sometida a cortas de
entresaca hasta cumplir el ciclo, a excepción de las limpias, que pueden ser necesarias
aplícarlas con mayor frecuencia.

En principio, la regeneración tiene más posibilidades de establecerse inmediatamente


después de cada fin de ciclo, debido a la abertura creada, por lo gue, al menos en teoría,
dentro de cada parcela existirían clases de edades que, aunque abarcan toda la rotación,
tendrfan diferencias equivalentes a la longitud del ciclo.

12.5 Monte alto irregular en bosguetes

En su forma más perfecta el monte alto irregular o entresacado corresponde a una


estructura en que la dinárnica del ciclo de desarrollo natural opera a nivel individual. Esto
significa que al ser explotado un ejemplar que ha alcanzado el diámetro de cosecha X, el
espacio es ocupado por una mancha de regeneración de superficie equivalente a la cobertura
de copa del árbol extraldo. A medida que transcurre el tiempo y los ejemplares regenerados
se desarrollan, su número va disminuyendo progresivamente, hasta finalmente quedar un
árbol. En las vecindades está ocurriendo lo mismo, pero en etapas diferentes. Como
consecuencia, se está frente a un monte alto irregular pie a pie. No obstante, la dinámica
descrita se puede producir a nivel de bosquetes, en que cada uno está compuesto por una o
dos generaciones de árboles. En este caso, la estructura interna del bosquete es regular,
puesto que tiene, como máximo, dos estratos. Sin embargo, la estructura del rodal,
constituido por un conjunto de bosquetes de las características señaladas, es irregular.

Esta situación se observa a veces en los bosques nativos en estado virgen,


part¡cularmente del género Nothofagus. En el capftulo correspondiente al método de cortas

99
sucesivas se hizo referencia a un monte alto irregular en bosquetes de Coigüe en la Reserva
Nacional de Malleco.

Es importante definir la diferencia entre un bosquete y un rodal, es decir, a paftir de


qué superficie el primero se transforma en el segundo. Desde un punto de vista conceptual
el límite se establece según el efecto de lindero de un rodal sobre un claro adyacente. De esta
rnanera, un bosquete debe tener como máximo una extensión equivalente a un claro que esté
totalmente bajo la influencia de contorno -príncipalmente a través de la temperatura y
luminosidad- de un bosquete adyacente de árboles maduros. Sieltamaño aumenta y la pane
central del claro queda fuera de la influencia señalada, deja de ser bosquete y se transforma
en rodal. Este lfmite se encuentra en un área de alrededor dos veces la altura en edad adulta
de los árboles del bosquete que ejerce la influencia. Desde un punto de vista práctico, se
considera que un bosquete no debiera tener más de 0,5 ha. Esta modalidad de monte alto
irregular es muy flexible en cuanto a los requerimientos de luz de las especies.

Otra modificación de caracterfsticas similares a la anterior, pero que varfa en la forma


de las agrupaciones coetáneas, es el monte alto irregular en fajas. Consiste en efectuar la
regeneración en fajas paralelas de ancho restringido, generalmente inferior a 30 m. Desde el
punto de vista de las características de las fajas, existe similitud con el método de protección
en faias, pero, en el monte alto irregular, las edades que éstas representan a nivel de la
parcela abarcan todo el rango de la rotación de la especie'

12.6 Ventaias y desventaias del método de selección

La estructura de monte alto irregular determinada por este método es la que mejor
protege al sitio y a la regeneración debido a su carácter de cubierta permanente. De este
modo, el suelo está mejor protegido contra la erosión y la regeneración contra la insolación,
heladas e invasión de vegetación competidora'

Los árboles de un monte alto irregular desarrollan mayor resistencia al viento a causa
de u¡a relación alturaidiámetro más baja. Por otra parte la continu¡dad en las copas en el
perfil vertical produce una mejor protección en el rodal en relación al monte alto regular
donde, la parte inferior, puede estar desprotegida debido a ausencia de ramas en la base. Es
por ello que el interior de un monte alto irregular es más calmado y húmedo que en un monte
regular. En Suiza, en condiciones similares, luego de una tempestad, el 1íYo de la capacidad
de cosecha anual de un monte alto irregular fue derribada por el viento, mientras que en un
monte alto regular el dañofue de 'l5}o/o de la posibílidad (LANIER, 1986).

Desde el punto de vista de protección contra la acción de hongos e insectos, el monte


alto irregular es más resistente, porque la mezcla de edades implica una mezcla de vígor.
Respecto al peligro de incendios, este es menor qu€ en el rnonte alto regular, debido a la
menor concentración de desechos de explotación y a que perrnanecen bajo sombra, por lo que
se mantienen hrlmedos. En caso de producirse un incendio, éste se propaga lentamente, A
la inversa, hay mayores probabílidades que se produzca un incendio de copa a partir de un
incendio superficial.

Desde el punto de vista paisajístico, es el mejor sistema silvicultural, porgue nunca se


producen claros y la irregularidad en el desarrollo de los árboles hacen del bosque un conjunto
muy adecuado para fines turísticos. Debido a la menor alteración que produce en el bosque,
es un método muy adecuado para la conservación de la fauna silvestre.

100
El método de selección es el más seguro para regenerar especies tolerantes a causa
de la permanente fuente de semillas, en que se aprovechan todos los años de buena
producción. Desde el punto de vista productivo, algunos autores sostienen que supera al
monte alto regular, en cuanto a la presencia de un mayor número de ejemplares de grandes
dimensiones (LANIER, 19BO). Para otros, las diferencias son pequeñas (MATTHEWS, 1991).
Para pequeños propietarios, que disponen, por ejemplo, de sólo 10 a 20 hectáreas, es el
sistema que mejor asegura una renta anual. Otra ventaja sobre el monte alto regular es la
realización simultánea en el mismo lugar de cortas intermedias con las de explotación final.

El principal inconveniente del método de selección es su mayor costo debido a la


mayor dificultad de aplicación, a la menor concentración de la explotación y a la necesidad
de un mayor control sobre la evolución del bosque, lo que requiere de mayor supervisión
profesional y de una infraestructura caminera accesible a todos ios puntos del bosque.

En la explotación es diffcíl ocupar equipo pesado y las posibilidades de producir daños


a los árboles remanentes o a la regeneracíón son elevadas. Este método solamente puede
aplicarse bajo silvicultura intensiva.

Debido a que, en el caso de latifoliadas, los fustes son más cortos y las copas más
amplias, la cantidad de madera es menor que en el monte alto regular. Por otra parte, estando
todo el bosque permanentemente en regeneración, el moñte alto irregular es incompatible con
el pastoreo, al menos en latifoliadas.

12.7 Aplicación del método de selección

La aplicación del método de seleccíón en su forma más clásica ocurre en bosques


mixtos de conlferas y latifoliadas {Abies pect¡nata, Picea abies y Fagus sylvatica} ubicados en
Suiza y en países adyacentes. En Estados Unidos se utiliza principalmente en las asociaciones
de latifoliadas del nor-este, part¡cularmente en bosques destinados a fines paisajísticos y
recreacionales, mientras que la modalidad en bosquetes se aplica en Pinus ponderosa. Esta
úttima rnodalidad se está utilizando en la región de Ardennes de Bélgica y en lnglaterra, a
partir de un cambio de actuales estructuras de monte alto regular. Corresponden
fundamentalmente a especies exóticas, entre las que se incluyen, Pino oregón y otras
coníferas del Oeste de Estados Unidos, como asimismo, Coigüe y Raulí. La razón de estos
cambios obedece fundamentalmente a aspectos de resistencia al viento y a la nieve y
protección al suelo (MATTHEWS, 1991). Lo mismo se está realizando a partir de pequeñas
áreas boscosas no manejadas, compuestas por Encina, Haya, Fresno, Abedul, Arce, Pino
silvestre, Alerce europeo y Pino oregón.

En Chile, muchos de los bosque con predominancia de latifoliadas presentan en la


actualidad, en ausencia de catástrofes naturales o antropogénicas, estructuras que se pueden
asimilar a la de un monte alto irregular, generalmente en bosquetes de una o más
generaciones. Tal es el caso de las asociaciones de Peumo puro o en mezcla con otras
especies, del Hualo, de los tipos Coigüe-RaulÉTepa-Mañfo, Siempreverde y, en algunos casos,
de Lenga. En los bosques señalados la intervención del pasado ha consistido en coftas tipo
floreo que no tienen ninguna relación con el método de selección, pues cosechan sólo los
mejores ejemplares de las mejores especies y, generalmente, con un criterio de diámetro límite
único, quedando un bosque residual de peor calidad que el original.

Desde el punto de vista técnico en todos los casos señalados es posible aplicar el
método de selección, preferentemente bajo la forma de bosquetes, El argumento en favor de

101
dicha postura es que, con este método se modifica poco la estructura actual de los bosques.
Al respecto, MERY (1970) propuso manejar un bosque virgen de Coigüe, Tepa, Canelo y
Mañfo mediante el método de selección, a través de un ciclo de corta de 10 años y fijando
diámetros límites X e Y de 75 y 25 cm, respectivamente.

Los relictos de bosque siempreverde ubicados en elCentro Forestal Frutillar, X Región,


corresponden a una muestra de la estructura y composición de dichos bosques en estado de
conservación. Están formados por tres bosguetes, cuyas caracterfsticas generales se indican
en el Cuadro 12.1.

CUADRO 12.1

Antecedentes cuantitativos de un rodal del tipo forestal siempreverde


constituido por tres bosquetes (Centro Forestal Frutillar)

Superficie No árblha No DAP Area


Bosquete (m') árblha máximo basal
DAP< Scm DAP> Scm total (cm) (m2lha)

1 3.075 3.252 432 3.684 171 58

2 1.749 3.740 552 4.292 145 B6

J 2.851 4.062 1.545 5.607 47 33

Según se aprecia en el Cuadro, la estructura ¡nterna de cada bosquete es irregular.


En los dos primeros, predominan árboles de gran tamaño, mientras que el número tres,
contiene ejemplares de menor desarrollo. La superficie total no alcanza a una hectárea, no
obstante lo cual la estructura general es marcadamente irregular. En el siguiente Cuadro se
indican las principales especies madereras presentes.

CUADRO 12.2

Principales especies madereras pfesentes en los bosquetes


de un rodal siempreverde (Centro Forestal Frutillar)

Bosquote 1 Bosquete 2 Bosquote 3

No árb/ha No árblha N" árblha


Espocie DAP DAP DAP
máx máx máx
DAP DAP (cm) DAP DAP (cm) DAP DAP (cm)
( Scm ) 5cm ( 5cm ) 5cm (5cm > 5cm

Laurel 10 6 151 175 123 29

Ulmo 420 21 171 280 t2 131 151 94 35

Tepa 514 188 63 452 29 73 95 11 7

Olivillo 1.O67 82 131 520 130 101 1.456 20 I


Lingue 62 66 107 46 244 't
45 758 40 9J

102
Además de las especies indicadas en el cuadro, en el rodal se encuentran Radal,
Ariayán, Ciruelillo, Melí, Huayún, Tiaca, Patagua, Avellano, Avellanillo, Fuinque, Canelo y
Luma. La gran cantidad de ejemplares existentes de especies valiosas, en particular Lingue,
hace posible considerar la mantención de [a estructura actual irregular aplicando el método
de selección. para mejorar las condiciones de desarrollo de dichas especies.

Hasta el momento, la mayorfa de los planes de manejo que afectan los bosques
nativos se efeclúan mediante el método de selección con intensidades de corta de 30 a 35o/o
en área basal (o volumen) en cada oportunidad, extrayéndose solamente el volumen aserrable.
Considerando que la mayoría de los bosques nat¡vos han sido sometidos a floreo y que los
bosques vírgenes contíenen un gran volumen no aserrable o foliable, las intervenciones deben
ser más intensas, pero afectando primero al volumen de menor calidad, utilizable solamente
para leña o astillas, guedando los mejores ejernplares para una segunda o tercera intervención,

Todas las investigaciones realizadas hasta el momento en bosque nat¡vo. coinciden


en señalar que las intervenciones fuertes favorecen a la mayorfa de las especies nativas, tanto
en los estados de regeneración como de cortas intermedias. Lo mismo ocurre al observar el
resultado de floreos donde, a pesar de ello, permanecen ejemplares de especies valiosas. La
regeneración en esos casos supera en cantidad a la producida en bosques vírgenes. Como
ejemplo de lo anterior se puede mencionar a Raulí y Coigüe en la Reserva Nacional de Malleco,
sector Niblinto y en la zona de Panguipulli.

A base de las consideraciones anteriores, el método de selección, no parece ser la


meior alternativa para regenerar esos bosques, como lo es el método de cortas sucesivas ya
analizado, que conduce a una estructura regular, de uno o dos estratos, más homogénea que
la estructura que presentan en la actualidad. Por otra pafte, el alto costo que implica el
método de selección no lo hace aconsejable en la mayoría de los casos, para los bosques de
latifoliadas nativas que, en su mayorfa, no son de alto valor en su condición actual y no
permiten aplicar una silvicultura tan intensiva.

Distinta es la situación de los bosques nativos con predominancia de coníferas,


particularmente, los de Araucaria y Alerce. En el primer caso, la fase de crec¡miento óptimo,
que es Ia más productiva, tiene una estructura interna irregular que tiende a regularizarse al
final de la etapa, al pasar a envejecimiento (SCHMIDT, 19771. Además, se trata de una
especie de elevado valor maderero y alta producción, donde se puede aplicar una silvicultura
intensiva, sin modificar significativamente la estructura que presentan en forma natural. Por
tratarse de especies de lento crecimiento, el método de selección permite, en mejor forma,
mantener un rendimiento sosten¡do en superficies no muy grandes. Al no ser consumida su
regeneración por el ganado y no ser afectada por el pisoteo de éste, hace factible un sistema
silvopastoral en forma permanente, en todos los sectores del bosque.

Para las condiciones de mercado imperantes en la oportunidad del estudio y el


crecimiento que presentan los bosques vfrgenes, SCHMIDT, TOBAL y BURGOS {'1977l,
propusieron manejar un bosque de Araucaria en el fundo Chilpaco, al noreste de Lonquimay,
con diámetros límites X e Y, de 135 y 35 cm, respectivamente y un ciclo de cortas de 40
años. Los resultados de estudios posteriores realizados por dicho equipo de investigadores,
permiten plantear la posibilidad de ciclos de corta más reducidos.

En el caso de Alerce, algunos de los subt¡pos de la Cordillera de los Andes, como


asimismo, el tipo de la Cordíllera de la Costa, presentan estructura irregular {DONOSO,
SANDOVAL y GREZ, 1990). En este último tipo, LORENZO (1985) describió las fases de
desarrollo representadas por un mosaico de pequeños bosquetes de 0,1 a 0,5 ha, los que en

103
conjurito, constituyen un monte alto ¡rregular en bo§quetes.

Las diffciles condiciones edáficas, geomorfológicas y cl¡máticas donde crece Alerce


{DONOSO, SANDOVAL y GREZ, 1990}, no permiten considerar la posibilidad del empleo de
la tala rasa o el árbol semillero. Además, se descarta el métodó de protección, considerando
el daño que se produciría en la regeneración debido a la concentración de la explotación y a
la imposición de cortar gran cantidad de individuos de pequeñas dimensiones. Por lo anterior
y por tratarse de una especie de alto valor maderero, el método de selección constituye el
sistema silvicultural más adecuado para intervenir la especie. Para los subtipos de la
Cordillera de los Andes que presentan estructura más regular (Alerce-Coigüe de Chiloé),
DONOSO, SANDOVAL y GREZ (199O) recomiendan aplicar el método de selección en fajas
de 30 m de ancho para constituir en elfuturo una estructura irregular.

En el tipo Ciprés de las Guaytecas, CRUZ y LARA (1981) determinaron que las
diferentes comunidades con la participación de esta especie -Bosque abierto de Ciprés,
Bosque de Ciprés-Tepú y Bosque de Tepri con Ciprés muy ralo- presentan estructura irregular
pie a pie abierta, con cobertura arbórea inferior al 30%, 1O% y 296, respect¡vamente. Los
autores proponen manejar dichos recursos mediante el sistema de selección. Para ello
recomiendan uüfizar un diámetro Y de 12,5 cm y X de 65 cm, ciclos de corta inferiores a 30
años e intensidad de corta entre 15 y 45o/o del volumen, en cada oportunidad.

Como conelusión de lo anteriormente expuesto, se pueele señalar que el método de


selección constituye la mejor opción silviculturaf para el manejo de los bosques nativos
consütuidos por confferas como especies dominantes, en los casos en que éstas se
encuentran en cant¡dad y condición tal que pueden constituir la base para el manejo.

104
XIII. MONTE BAJO (*}

13.1 Generalidades

Elsistema silvicultural de monte bajo o tallar está basado en la posibilidad que tienen
preferenternente especies latifoliadas y algunas coníferas de regenerarse vegetativamente a
partir de retoños provenientes de cepa o de rafz. Aungue la mayoría de las latifoliadas pueden
retoñar, solo uaas pocas presentan la capacidad de hacerlo en forma repetida durante varias
rotaciones. La capacidad de reproducirse vegetat¡vamente constituye una propiedad de gran
valor para la supervivencia de muchas especies leñosas, cuando ocurren catástrofes gue
eliminan un rodal antes que los individuos tengan edad para producir semillas

y semiáridas la regeneración natural por semillas es de más difícil


En zonas áridas
obtención gue en zonas húmedas. Mediante este mecanismo ha sido posible preservar
especies esclerófilas. De hecho, la mayorfa de los recursos leñosos actualmente existentes
en dichos ambientes presentan estructura de monte bajo o de monte medio (VITA, 1989)

Alcomienzo, en igualdad de condiciones de sitio, los retoños crecen más rápidamente


que las plántutas provenientes de semillas, debido a que la cepa tiene un sistema radicular
completo con gran reserva de nutrientes gue son utilizados para su desarrollo. Sin embargo,
esta ventaja no se mantiene a lo largo de la rotación (Figura 13.1).,

NO¡fE ALTO
A§uro
XOXTE BAJO
Y

Eüad

FIGURA 13.1. Comparación del desarrollo en el t¡empo de monte alto y monte


baio.

De acuerdo a lo indicado en la figura, para la obtención de productos que requieren


dimensiones de los ejemplares inferiores a Y, conviene utilizar el monte bajo, porque el
beneficio se produce en un menor perfodo de tiempo. A partir de punto X el sistema radicular
joven de los ejemplares provenientes de semilla permite superar al sistema radicular viejo del
tallar. Por consiguiente, mientras más antigua es la cepa más pronto se produce la superación
del monte alto al monte bajo. Para una misma especie ejemplares provenientes de cepa son
más intolerantes que los provenientes de semillas.

(*) En fnglás : coppice


En Francés : taillis, taillis simple
En Alemán : niederwald

105
Los retoñ€sprodueen pocos frutos, Fro a una edad más temprana que los eiemplares
provtnientes de semilla {h{ESOil v MONTOYA, 1993}

13.2 Clasificreiát de rstoño§


y
En general, se de*ominan retoños a los provenientes de brotes de cepa renuevos
a los proveáientss de brotes de rafz. En la aplicación del tratamiento silvicultural,
el monte
baio generalrnente se obtiene a partir de rebrotes de tocones dejados
por una explotación
anterior.

Los brotss provenientes de cepa pueden ser de origen proventicio o adventicio. Las
yem¡s proventic¡as, denominadas también latentes, durmientes o epicórmicas, están
que el árbol crece
conectadas con el xilema prirnario y se rnuaven hacia afuera en la medida
en radio cada año.

Las yemas adventicias se prcducen a parti¡ de un tejido calloso como resultado de una
por lo que
herida o corta. Este tei¡do caltoso se forma en el punto terminal de la huella radial,
las yemas de este crigen no t¡enen continuidad en toda su extensión hacia la médula'

En la Figura 13.2 se muestra la ulbicación de los dos tipos de retoños en la cepa.

FIGURA 13.2. Cepa con un retoño de origen adventicio (al y uno de origen proventicio {p}.

Los retofios de origen proveriticio son que meior se desarrollan y sobreviven' En


EtñWtus eU* sbn tos más abundantes. En un estudio realizado en esta especie se
Oeterm¡nO que al té.rmino de un perfodo de crecimiento, los retoños de origen
proventicio
adventicio (CAMERATTI, 1969).
superaban entre 10 y 22% la altt¡ra de los retoños de origen

Cuando el tronco está crsciendo, el desarrollo de las yemas está inhibido por la acción
de atxinas que produce et árbol. Cuando éste es cortado, el flujo de auxinas se interrumpe,
activando las yemas latentes. De acuerdo con BLAKE (1983), la proximidad que se produce
entre los ápices de fos retoños y las rafces estimulan la elaboración de hormonas promotoras
del crecimiento formadas en las rafces {giberelinas y ácido abscfsico) lo que ocasiona el
vigoroso rebrote que sigue a la corta.

Los retoños producidos por muchas especies en climas de tipo mediterráneo provienen
de una estructura leñosa subterránea de almacenam¡ento denominada lignotuber,
lig*otr.rbérculo o corona radical. En Chile muchas de las especies esclerófilas y espinosas
pieu"*tan dicha estructura {SERRA, 1990}. Lo mismo ocurre en los otros ambientes
mditerráneos, corno por eiemBlo especies de Eucalyptus del Mallée austral¡ano'

106
Algnlnas especies regeneran abundantemente a partir de brotes adventicios
provenientes de rafces de árboles que han sido dañados, cortados o cuando éstas sufren
heridas. Un brote de ¡alz crece tan rápido corr¡o un brote de cepa, pero su independencia final
del tocón le permite alcanzar un desarrollo total hasta la madurez, comparable al de un árbol
que surgió a partir de semilla (DANIEL, HELMS y BAKER, 1 982). Entre las especies nativas
que producen renuevos se pueden mencionar el Ulmo y el Canelo, m¡entras que entre las
exóticas se eficuentran los álamos, Ralrinb psandacacia, Acacia melanoxylon y Ailanthus
gldrúda.ra.

13.3 Fastores qua inffuyen en la retoflación

Al aplicar este tipo de silvicultura es importante conocer cuáles son los factores que
determinan la cantidad y vigor de la retoñación. Al respecto, tres son los aspectos que tienen
influencia y sobre los cuales puede intervenir el silvicultor
:

al Edad o tamaño del tocón en el momento de la corta

La rnáxima capacidad de retoñación se obtiene a partir de tocones de tamaño


mediano, preferentemente cuando los árboles coftados están en la etapa de latizal.

A medida que elárbol crece, envejece y su diámetro aumenta, disminuye la capacidad


para retoñar, debido posiblemente al mayor grosor de la corteza, que aumenta el aislamiento
de las yemas con el exterior. Por otra parte, los tocones más viejos están más susceptibles
a la pudrición por la acción de hongos.

b) Estación del año en la cual se efectúa la corta

En general, la mejor época del año para efectuar la corta es durante el período de
receso vegetaüvo preferentemente antes que comience la brotación de las yemas, porque los
productos de !a fotoslntesis almacenados alcanzan en ese momento la máxima concentración.
En cambio, la producción de brotes es con frecuencia bastante déb¡l después de
intervenciones realizadas a fines de primavera y en verano, debido a que las reservas están
siendo utilizadas en la producción de hojas y de madera.

Si la corta se efectúa a fines de verano los retoños no alcanzan a desarrollarse


satisfactoriamente y pueden ser afectados por las primeras heladas de otoño. En zonas con
fuertes heladas, la corta en invierno puede producir desprendimiento en la corteza, con lo que
se disminuye la capacidad de retoñación. Bajo esas circunstancias, es preferible intervenir a
comienzos de la estación de crecimiento, cuando no existan altas probabilidades de ocurrencia
de heladas de primavera.

c) Técnica de la corta

En relación a la manera de efectuar la corta, una técnica apropiada tiene como


propósitos mantener la vitalidad de la cepa, rejuvenecerla y obtener retoños vigorosos. Para
la obtención de estos obietivos es preciso considerar la altura del tocón, la inclinación de su
cara superior y el tipo de herramienta a emplear,

La altura del tocón remanente debe ser lo más baja posible -1O a 20 cm- a objeto de
est¡mular la brotación a partir de la corona radicular con el propósito de disminuir las
posibilidades de transferencia de pudrición hacia los retoños en el caso de tocones en proceso

107
de degradación. Además la corta a baia altura permíte a los retoños emerger al nivel del suelo
y desarrollar su propio sistema radicular (MATTHEWS, 1991). Por otra parte, los retoños
originados cerca del suelo son merlos afectados por el viento y por la nieve (BLAKE, 1983).

Para Eucalipto, MATTHEWS {1991) recomienda que el"tocón no debe tener una altura
superior a 12 crn. Señala que ello es esencial para una producción sostenida, debido a que
los retoños que emergcn a alturas rnayores de 12 cm son mucho msnos estables. Lo anterior
se explica porgue el callo gue se dasarrolla sob¡'e dicha altura en el tronco es más delgado y
no puede Broporcionar un soporte firme a los retoños como lo hace el callo que se desarrolla
a menor altura.

En la región del msditerráneo, en algunas ocasiones Auereus ilex se corta bajo el nivel
del suelo y los tocones se cubren con tierra para protegerlos de las altas temperaturas. En
cambio, en áreas inundables, en sauces, el corte se efectúa a mayor altura, ocurriendo lo
mismo con alisos en zonas pantanosas (MATTHEWS, 1991).

En zonas áridas cálidas, el corte demasiado baio puede provocar un fracaso total en
la retoñac¡ón, La razón de ello es que el tocón se seea afgunos centfmetros bajo la superficie
cortada y si la corta se efuctia cerca del nivel del suelo todas las yemas durmientes se
mueren. En cambio. si el corte se hace a mayor altura, las yemas ubicadas bajo la zona que
se secan no son afectadas (MATrHEWS, 1991).

Con el propósito de facilitar el escurrimiento del agua sobre la superficie superior del
tocón, el corte debe ser inclinado y liso sin irregularidades que retengan la humedad. Del
mismo modo, es importante que la cofteza quede firmemente adherida.

El tipo de herramienta a utilizar es irnportante para lograr los objetivos anteriores. Las
herramientas dentadas -sierras manuales y rnotosierras- son las que mejor cumplen con estos
requisitos, paft¡cularmente en especies de madera dura, como el Eucalipto (CAMERATTI,
19661.

13.4 Monte bajo regular

Dentro de los métodos silvict¡lturales en la reproducción vegetativa, el tratamiento más


usado es el monte bajo regular, el cual se constituye &spués de una tala rasa de un monte
alto mediante la emergencia de retoños, sobre las cepas, conformando una masa coetánea.

al Ordenaeióo

[-os rodales sonretidos a este tratamiento pueden ordenarse en forma similar al monte
alto regular intervenido mediante tala rasa total, es decir, con un número de unidades
silviculturales equivalente a la longitud de la rotación.

La rotación de un monte bajo regular depende del tamaño del producto requerido y
varía entre un año para la producción de mimbre y aceites esenciales hasta 20-30 años para
postes de grandes dimensiones. Para la producción de leña, postes agrícolas y pulpa, las
rotaciones varfan entre 5 y 15 años. En Eucalipto, PRADO y BARROS (1989) estimaron que
para la producción de pulpa, en s¡t¡os buenos fas rotaciones podrlan ser de 6 a 7 años, en
tanto que para la obtención de postes en la zona de Valparafso, las rotaciones se estiman en
7 a 8 años. Los mismos autores señalan que para la producción de leña comercializada como
astillas las rotaciones son de I a 10 años en buenos sitios y de 14 a 1 5 años en sitios de

108
calidad mediana.

b) Clareo de retoños

El número inicial de retoños por cada cepa duránte el primer año puede sobrepasar el
centenar. Mediante la competencia alfinal existirán cinco o seis de estos retoños dominando
sobre el resto.

Si no se interviene mediante clareos, además de verse afectado el crecimiento


individual de cada retoño, éstos presentarán una curvatura pronunciada en la parte baja de
cada fuste, lo cual disminuye el rendimiento en algunos productos, como es el caso de postes
de cerco o parronales y la leña para ser comercializada como astillas. En cambio, para la
producción de pulpa no se lustifican los clareos porque el volumen total en rotaciones cortas
prácticamente no variará respecto a rodales no intervenidos (PRADO y BARROS,1989).
lncluso, en Espino, ALVARADO (1989) determinó que, la producción de carbón aumenta con
un mayor ntlmero de retoños por tocón.

Tanto en Eucalipto como en especies nativas esclerófilas, efectuar un clareo durante


el primer año parece ser impracticable, al menos hasta que el número de retoños por tocón
haya declinado fuertemente y se manifieste una cierta dominancia entre ellos. Al comienzo
los brotes no están lo suficientemente adheridos al tocón y la mortal¡dad es alta,
especialmente debido al viento, que los hace desprenderse con facilidad {PRADO y BARROS,
1989). Portal tazón, el clareo debe efectuarse una vez que naturalmente se haya producido
una selección, lo que en Eucalyptus gtlobulus ocurre entre los 18 y 24 meses después de la
corta. Otra razón para no efectuar el clareo muy temprano es evitar una nueva brotación,
como respuesta a la intervención.

La cantidad de retoños a dejar por tocón después de un clareo depende


fundamentalmente del tamaño de la cepa. En tocones pequeños, se pueden dejar uno o dos
mientras que en tocones grandes, la cantidad será de tres, cuatro o más.

Es importante cons¡derar la distribución de los retoños en la cepa detal manera que


todos tengan suficiente espacio para y
desarrollarse lo hagan en forma homogénea. Cuando
se dejan uno o dos, es preciso considerar la dirección del viento dominante -normalmente el
viento norte- para lo cual los retoños deberán quedar hacia barlovento (PRADO y BARROS,
1989).

La corta de los retoños debe eonsiderar los principios generales establecidos para la
cosecha en cuanto a las earacterfsticas del corte y la herramienta utilizada. En la práctica,
no se aplican raleos en el manejo de un monte bajo debido a las pequeñas dimensiones que
alcanzan los ejemplares durante la rotación. Estos solamente se efectúan en procesos de
conversión a monte alto.

c) Mortal¡dad de las ceoas v núnlefo iglqtaerone§

El número de cortas que soporta un mismo tocón depende de la especie y, en menor


medida, de la fertilidad y de la longitud de la rotación. Con las especies de climas
mediterráneos se puede aumentar el núrnero de rotaciones en relación a las especies que
crecen en climas más húmedos (VITA, 1989), Las especies de madera blanda, como es el
caso de los álamos, soportan menor número de cortas, debido a la menor resistencia a las
enfermedades. En España, Eucalyptus globulus soporta diez cortas en sitios buenos y sólo
tres en malos. En lo anterior también influye la longitud de la rotación. A medida que ésta

109
es nyás corta dismisuye el número de rotacionm que se puede manejar un rodal con los
rnismos tocones.

EnE*rcdfpbs ssp normalrriente la producción de la primera rotación de monte bajo


es superior al rnenos en un 257o eue la rotación anterior proveniente de los ejemplares
originados de semiHas, a condición que la cofta se haya efectuado cr¡idadosamente. Después,
a causa de la mortalidad de algunas cepas, habrá una declinación gradual en la producción a
partir de la segurda y sigtdentes rotaciones (MATTIJEWS, 1991). De acuerdo con este autor,
en la lndia E. gd.aúefus en rotaci6n de 15 años, tuvo una cafda del 97o en la producción de la
tercera rotación y un 2O% en la cuarta.

Despt¡és de varias rotaciories algunas cepas empiezan a sufrir daños durante las
explotaciones o la quene de deeechos o bien mueren por causas naturales" Los huecos
prodtrcidos pudsn ser llۖados con plantas al momento de la cosecha. Estas plantas deben
ser grandes, 0,5 - 1,O rn de alto, y con un vigoroso sistema radical, para que su desarrollo
pueda igualar al de los rstoños vecinos. Como altemativa se pueden utilizar plantas tipo
"stump", que cotresponden a eiemplares de tallo vigoroso -1,5 a 2,5 cm de diámetro- que han
sido fuerterneñte podados, generalmente a una altura de 25 cm y el sistema radical
acondicionado a una longitud similar {MATTHEWS, 1991}.

Cuando la producción disminuye en fornna significativa es necesario proceder a una


renovación total de las c@as mediante una nueva plantación, Para ello, es precíso eliminar
las cepas viejas rnediante destronque, solución extrernadamente cara o el entierro de las
cepaE, previa corta a ras del suelo y, con la ayuda de un arado, cubrirlas con una capa de 25 -

30 cm de tiera. Otra solución puede ser el descortezado de los tocones, método eficiente
y barato {PRADO y BARROS, 1986}. Con herramientas manuales, tales como hachas se
pueden destruir las yemas ubicadas sobre el suelo o los lignotúberes bajo é1. Otro método,
que ha sido Brob,ado con éxito en E. gtlobulus, es el uso de herbicidas (ALVAREZ, 1988). En
terrenos planos se pueden utilizar máquinas tr¡turadoras.

13.5 Monte bajo irregular{'}

Este tratamiento, denominado también monte bajo entresacado, se caracteriza por


tener sobre cada cepa retoños de edades diferentes. El diámetro de explotabilidad se fiia de
acueldo altamaño del producto requerido y se estima la edad en que obtiene dicha dimensión,
la cual se divide en ciólos de corta.

Al igual que en el moñte irregular la serie debe contener un número de rodales


equivalentes a la longitud del ciclo de corta. En el rodal sometida a explotación se cortan los
retoños que han alcanzado el diámetro de cosecha y, eventualmente, algunos retoños de
menores dimensiones para favorecer el desarrollo de los restantes y para mejorar la afluencia
de luz a la cepa y facilitar la ernergencia de nuevos retoños.

A nivel de una cepa, la evolución del desarrollo y cosecha de retoños opera de la


forma indicada en la Figura 13.3.

En lnglés : the coppice selectíon system


En Francés : taillis furaté
Er¡ Alemán : geplenter niederwald

r10
5

FIGURA 13.3. Esquema de tratamiento de monte bajo irregular. Los números indican la
secuencia de intervenciones según el ciclo de cortas.

La cantidad de edades (o tamaños) diferentes a nivel de cepa y de rodal depende de


la relación:

donde :

R = rotación
C = longitud del ciclo de cortas
Esta modalidad de monte bajo se utiliza en especies tolerantes y en condiciones de
sitio extremas en que los retoños requieren de protección contra agentes climáticos y la
acción de herbívoros. Por otra parte, tiene la ventaja de no exponer nunca el suelo al
descubierto total.

Como inconvenientes se pueden señalar la dificultad de aplicación, posibilidad de


dañar los retoños remanentes al momento de la corta y la imposibilidad de efectuar un corte
a ras del suelo. Por otra parte, el crecimiento inicial de los retoños es más lento a causa de
la competencia producida por los más antiguos,

El monte bajo entresacado no es muy aplicado a nivel mundial, Se utiliza con Haya
en los Pirineos y en otras zonas altas europeas. Es común en la Península de los Balcanes,
También se usa en Pakistán, para manejar bosques de Olea y Acacia en zonas secas
(MATTHEWS, 1981). EnChile el método puedetener aplicación en eltratamiento de Boldo
como productor de hojas medicinales.

13.6 Ventaias y desventaias del mofie bajo

Debido a las particularidades que presenta esta forma de masa, sus ventajas y
desventajas se pueden apreciar al compararlas con el monte alto.

El monte bajo es de aplicación muy simple y, generalmente, la reproducción es más


y
segura más barata que la proveniente de semilla. En los estados iniciales crece más rápido
y los fustes obtenidos son más rectos que los procedentes de ejemplares regenerados por
semilla. Por lo tanto, para la reproducción de postes, polines, briquetas, leña, carbón, fibra,
en general, para productos de pegueñas o medianas dimensiones, es superior al monte alto.

111
Por cf hecho de trahjar csn rotaciones
más corta$, existe un menor capital inmovilizado y el
rstoüas de la irwgsión es a m€rior plazo. En co*§ecuencia, el moflte baio es particularmente
intertsañte para pequeíps propietarios dsnde existe alta demanda por los productos
considerados. Una masa de morite baio joven es una excelente fuente de ramoneo para la
fauna silvestre o doméstica.

Entre las desvemaias se puede rnencionar que, en rotaciones más largas, los
profutos stln comprativamente de menor tamaño {Figura 13.1 }. El tallar consume en forma
más intensa }os ndrientss disponibles en el suelo, particularmerite si la rotación es corta.
Esto sé debe a que el monte bajo está consütuido essncialmente por jóvenes retoños, muy
vigroalsos, y por ramas, q.re requieren más nutriefltes que la madera más vieja.

Por otra parte, el suelo gueda desprovisto de protección en forma más frecuente que
en el caso de los ratarnicntos de monte alto, lo que eontribuye a su posible deterioro, No
otsstnte. algrunos estudios indican que esto no es tan efectivo a causa de la rápida
reupsación de la vegetrción después de h tala y al firme sistema radical de las cepas que
mantklne al suelo mientras se produce la retoñación (MATTHEWS, 1991). Como
conscuerlcia del rápido crecimie*to de los brote§, éstos demoran más en lignificar, lo cual
les hace muy sensibles a los daños producidos por heladas.

Desde el pr¡nto de vista estét¡co, es lnferior al monte alto, debido a su menor tamaño
y rwrótona apariencia. A causa de su alta densidad, a menudo impenetrable, no es adecuado
para zonas de picr¡ic o de paseo.

Respecto a h resistencia a plagas, en general es considerado superior al monte alto,


por $J vigoroso crccimigrto. No obstante, en ciertas ocasiones el tallar es fueftemente
afectado por hongm a partir de la cepa, lo gue se puede remediar mediante la corta deiando
un tocón lo más a ras del suelo posible {MATTHEWS, 199'l}.

13.7 Aplicación dd rnonte bajo

13.7.1 En general

El monte baio es ef sistema sihvicutttrral de apficacién más ant¡gua. Se inició en el


pddo ffeolftico y se utilizó en la Edad del Bronce y durante el período Romano,
cor¡stttuyéndos€ en elte tihimo la tinica forma de intervención silvfcola aplicada en forma
sistemática, con el propésito de producir puntales para minas, polines para viñas, leña y otros
prd$ctos de pe$¡Bñas dirnensiones (MATTHEWS, 1991). También está descrito en
escrifilras ieroglffic* egirciae. En Europa contiñuó su uso durante la Edad Media y períodos
sigui*ntes. El emdeo de carbón fósil y la electrificación rural implicó una declínación del
montre baio a partir de la Primera Guerra Mundkl y, más adelante, con el uso del petróleo.
Debrúo a ello muchos tallares fueron convertidos a monte afto.

En algunos palses europeos, como asimismo en Etiopfa, Sudán, Nigeria, Pakistán,


China y en algunas comunidades agrfcolas de la lV Región en Chile, se ha utilizado una
modalidad particular de monte baio denominado trasmocho o monte baio descabezado o
monte bajo adehesado('' (VITA, 19891. Esta modalidad se emplea principalmente en zonas
áridas y tropicales, como un cqaponente dentro de sistemas agroforestales. Consiste en la

{'} En tnglés : po$erding En Francóo : taillis sur tétards


En Alemán : kopfholzbotricb

112
corta de la parte superior de árboles con el fin de est¡mular la retoñación en la cima del fuste
cortado. En forma periódica es intervenido para la producción de mimbre, leña, material de
arnarre y cercos, etc. La altura más común de corta es entre 2,5 y 3 m, de modo que los
retoños queden fuera de la acción del ganado y no interfieran con los cultivos agrfcolas
(MATTHEWS, 1991). Su uso se justifica, además, para conseguir brotación en ejemplares
viejos, puesto que arriba la corteza es más delgada.

En Estados Unidos el tallar fue el primer tratamiento silvicultural aplicado como tal.
Prácticamente desde el asentamiento europeo hasta comienzos del presente siglo las partes
accesibles de los bosques de latifoliadas del Este fueron sometidos a repetidas rotaciones de
tallar para producir leña y carbón para fines domésticos e industriales. Luego, se perdió
interés por el monte bajo, excepto en pequeñas superficies para productos especializados o
como forraje para fauna silvestre. No obstante, desde la década de los 7O ha vuelto el interés
como medio de producción de energla y ast¡llas para su procesamiento como pulpa o tableros
de partículas (MATTHEWS, 1991).

A partir de la década de los 70, en los palses del hemisferio norte se han desarrollado
tallares basados en plantaciones de especies de rápido crecimiento, bajo silvicultura intensiva,
lo que permite la obtención de grandes cant¡dades de biomasa leñosa por métodos cercanos
a los agrfcolas (LANIER, 1986).

Para lograr dicho obietivo existen dos aspectos claves :

- Elección de especies de crecimiento juvenil rápido y que retoñen bien de tocón.

- Optimización de las condiciones culturales, en partícular, maximizar la densidad de


cepas compatibles con las leyes de competencia, a fin de obtener cosechas de 20 a
30 ton de mater¡a seca/ha/año.

Las especies que cumplen con los requerimientos señalados corresponden


fundamentalmente a aquellas de carácter pionero. Para países de clima templado del
hemisferio norte, se pueden señalar : Alnus, Castanea, Liquidambar, Platanus, Populus, Salix,
Ouercus, Bobinia, Acer, Betula, Nothofagus, Fraxinus y Eucalyptus {LANIER, 1986;
MATTHEWS, 1991}.

Dado que este tipo de tallar implica la extracción de una cantidad importante de
minerates debidb a las cortas rotaciones, sin que se produzca rest¡tución a causa de la
juventud relativa de los ejemplares cultivados, es preciso el aporte de abonos en forma
artificial. Por consigu¡ente, estos cultivos de alta productividad deben estar ubicados en sitios
particularmente ricos y sobre suelo no erosionable, a causa de la intensa mecanización de las
operaciones.

Por otra parte, los tallares maneiados con rotaciones cortas tienen altos riesgos
fitosanitarios, especialmente en Salicáceas, Eucalyptus y Alnus. Las condiciones de cultivo -
microclima húmedo, alta densidad, nutrición favorable- aumentan el impacto de las
enfermedades. Además, el tipo de cosecha implica frecuentemente heridas sobre las cepas,
lo que favorece la penetración de parásitos. De allf la necesidad de elegir clones y variedades
resistentes (LANIER, 1 986).

113
13.7"2 En Chile

En las regionos mcditerránsas árida, semiárida y subhúmeda la regeneración natural


pr vfa y€Étativa consütuye el modo más ganeralizado para mantener los bosques y
matffrales escterófilos y eapinosos. De hecho, tma atta proporción del recurso aetual tiene
la fonna de rnasa de monte bajo o de monte medio (VITA, 1989). En la mayoría de los casos,
paÉ €fectos de producción de biomasa leñosa o foliar, el tallar const¡tuye una buena
altsmtiva de gstión. Ea farticular, en esas z(xras uno de los principales objetivos de la
1¡pgretación leñosa es la deadroenergfa, lo cual implica et adecuado tratamiento de los recursos
natirss mediante la técnicas de explotación del tatlar y la plantación de especies que
a¡m$n can dict¡os fines-

En las zonas más hrlmedas también ex¡ste una alta demanda por combustible. Debido
a la reg¡resión de los bosqnes nativos en las cercanfas de los céntros poblados, la plantación
66n ospecies apropiadas const¡tuye un obietivo prioritario. Del mismo modo, el rápido
desarrollo sr los rlltimos años de un mercado de astillas para pulpa de fibra corta ha
sigrri*cado un crecionte interés por forestar con especies de rápido crecimiento y que sean
capacas de retoñar, Gorrp es el caso de algunas especies del género Eucatypfrts. El manejo
de ciertos basques nativos constituidos por especies de poco valor maderero, con fines de
prdrcción de leña o astilfas bajo la forma de monte baio, no se debe descartar.

En la Vl Región del pafs, desde hace varias déeadas se lleva a cabp una forma muy
prtkxlar de monte bajo y que corresponde al cultivo del Mimbre lSalix viminalis). El proceso
sihvicultural es simfar a un vivero de álamos a partir de cepas madres, en que la cosecha de
las varillas es en forrna anual, al cabo del segundo o tercer año después de la plantación de
las $taquiltas. Afltes de la primera cosscha es preciso realizar clareos. Las cortas se
efmtúan con sierras o t¡jÉras podadoras. En rotación anual, la vida útil de las cepas fluctúa
entre lO y 20 años, o incluso, más, dependiendo de las condiciones de cultivo (GREZ, SERRA
y VITA, 1992).

Desde aproximadamente 1984 se inició en Chile la exportación de aceite esencial de


Eucali;rto o Eucaliptol, muy demandado por la industria cosmética y farmacéutica para la
daboración de medicamsntos, perfumes, confites y la producción de retardantes de
eomh¡stión lDlA¿, 1988). Para abastecer las plantas procesadoras, se han establecido
planüciones productoras de aceite entre las regiones V y Vlll, en densidades de hasta un
mill66deeiemplaresporhectár€a {distanciamiento0,l x0,1 m) {GOLDSTEIN, 1991}. Dichas
plarmciones ocupan terrenos de aptitud agrfcola y su cultivo tiene dichas características,
pt esto que, a partir del segundo año, se pueden obtener tres a cuatro, incluso hasta nueve
cosechas al año. Baio dichas condiciones, se estima que la vida Útil de la plantación puede
ser de alrededor de 1 5 años (DIAZ, 1988).

114
xtv. Motr¡TE MEDIO("

14.1 Caractcrlsücas generales

El monte rnedio, denominado también tallar con reservas o tallar con resalvos, se
caracteriza por estar compuesto de dos elementos : el tallar, que se encuentra en el subpiso,
formando una masa regular, continua, generalmente de origen vegetativo y la reserva, que
constituye un piso superior incompleto, de edades variadas y proveniente de semillas. No
obstar¡te, en ausencia de estos últimos, la reserva se puede constitu¡r a partir de retoños de
tocón.

Eltallar está formado por especies capaces de retoñar con facilidad y, de preferencia,
tolerantes, debido a la sombra proveniente de la reserva. En esta última, las especies que lo
conforman son preferentemente intolerantes, de crecimiento inicial rápido, que le permite
compet¡r en la etapa inicial de desarrollo con los retoños. Además, deben ser resistentes al
viento. Altener mucho espacio libre, los ejemplares de la reserva desarrollan amplias copas
y fustes relativamente cortos en relación a un monte alto. La longitud del fuste libre de ramas
está condicionada, en gran medida, por la altura de los retoños circundantes.

14.2 Estructura del monte medio

La estructura del tallar es equivalente a la de un monte bajo regular. En cambio, la


reserva se asemeja a un monte alto irregular, diferenciándose en que su cobertura es
discontinua. Las edades de la reserva corresponden, en principio, a un múltiplo de la edad del
tallar y reciben las denominaciones que se indican en el Cuadro 14.1.

CUADRO 14.1

Denominaciones de los eiemplares de la reserva según


su relación con la edad del tallar (R)

Equivalencia Denominación de
edad del tallar los resalvos

R Vástagos

2R Modernos

3R Ancianos

4R Bisancianos

5R Viejas cortezas

(n) En lnglés : coppice with standards


En Francás : taillis sous futaie
En Alemán : mittewald

115
En la práctica, esta clasificación se realiza a base de clases diamétricas.
Por elemplo,
D'A.P.; los modernos de 20 a 40 cm' los ancianos de 40
los vástagos tienefl hasta 20 crn de
a 6O cm y así sucesivamente'

En la Figura 14.',! se indica la estructura teórica de la'reserva.

¡lrr

o. a. P,

FIGURA 14.1, Distribuciónde los vástagos (R), modernos (2R), ancianos (3R), bisancianos
{4R} y viejas cortezas (5R) en la reserva de un monte medio. {Extrafdo
de
LARRIER, 1986),

El núnrero de eiempiares por hectárea de la reserva puede ser de 60 vástagos' 30


generales, se
modernos, 14 ancianos y uno o dos bisancianos o viejas cortezas. En términos
antes de la explotación y un
estima que la reserva debiera ocupar dos tercios de la cobertura
tercio inmediatamente después de ella.

14.3 Tratam¡ento del monte medio


(R) y la ordenación de
La rotación delmonte rnedio se define por la rotación del tallar
una serie compuesta por un monte medio es igual a la de un monte bajo regular
o monte alto
regular tratado por tala rasa total. En los montes medios franceses la rotación fluctúa entre
15 y 30 años (LANIER, 1986).

Al térm¡no de la rotación se explota a tala rasa el tallar excepto los vástagos que
para
constituirán la reserva en e! futuro o, en su defecto, algunos retoños seleccionados
explotación
cumplir con dicho proÉsito. simultáneamente, en la reserva se efectúa una
setectiva, que afecta a los ejernplares que han sobrepasado un diárnetro de explotabilidad
-

equivalente al diámetro X del rnonte alto irregular- además de algunos eiemplares


de
dimensiones menores por motivos culturales o sanitarios. En las Figuras 14.2
y 14'3 se
muestra la fisonomía de un monte medio antes y después de la explotación, respectivamente.

Sólo después de la explotación, tas semillas producidas por los ejemplares de la


pueden
reserva, en forma abundante y continua debido al espacio de que disponen su§ copas,
germinar y producir plántulas, en ausencia del tallar. Esta es la ¡azón por la cual los brinzales
inician su desarrollo en conjunto con los brotes de las cepas y tienen, por lo tanto, la misma
edad del tallar.

para asegurar el desarrollo de los brinzales -futuros vástagos- en el monte medio es


ímprescindible efectuar limpias, eliminando fetoños que amenacen la supervivencia
de los

116
brinzales y, nrás adehnte, clareos en el tallar. Eventualnrente, se deben efectuar raleos. En
todos los casos, el obietivo fundamental es evitar que el tallar, de desarrollo más vigoroso,
elimine a krs vástagos.

GURA 14.2 Estado de un monte rnedio antes de la exploación (adaptado de


LANIER, 1986}

_r n
? ?? ? IY
FIGURA 14.3 : Aspecto gue presenta elmismo rodalanterior inmediatamente después
de la explotación.

117
14.4 Ventajas e inconvenientes del monte medio

En términos de nretros ctlbicos de madera, la producción total de un monte medio es


superior a la de un rnonte balo, pero inferior a la de un monte alto. Dentro de ese total, la
proporción de madera de pequeñas dimensiones -madera para. minas, combustible y fibra- es
¡evemente inferior a la del rrclnto bajo y superior a la del monte alto. En cambio, la madera
para aserrado y chapas, inexistente en el monte baio, equivale aproximadamente a un 1 5-20olo
a la producción de un monte alto (LANIER, 1986)'

En relación a las otras dos formas generales de estructura, el monte medio presenta
la ventaja de la divefsidad de productos y su flexibilidad frente a los cambios de necesidades.
Requiere de menores superficies que el monte alto regular. Todo ello lo hace especialmente
intefesante para propietarios privados, en particular, pegueños y medianos. La presencia
permanente de una parte de la reserva significa un mayor protección al suelo que en el caso
del mor¡te bajo simple.

La diversidad de especies y de clases de edad lo constituye en un excelente método


desde el punto de vista estético y para la conservación de animales y pájaros. En el tallar la
fauna consigue protección y alimento.

Como principal inconveniente se puede señalar la dificultad de gestión. La densidad


y desarrollo del tatlar hace más diffcil la visión de los resalvos al momento de la marcacíón
para su explotación. La permanencia de la estructura en el largo plazo requiere de un
adecuado equilibrio entre los dos componentes del monte medio, lo cual implica una
silvicultura intensiva.

Al tener más espacio para crecer, las copas de los resalvos son más amplias, ramosas
y los fustes más cortos que los equivalentes en monte alto. Debido a ello, la producción en
relación a un monte alto es inferior en cantidad y calidad. La menor altura alcanzada por las
reseryas, hacen perder en la práctica una o dos clases de fertilidad (expresada en la altura de
los árbolesl (LANIER, 1986). Por otra parte, el tallar que crece bajo las reservas,
generalmente es rnenos vigoroso que el que se desarrolla en un monte bajo simple.

En relación al monte alto irregular, el ciclo de corta {o rotación en monte medio} es


más largo, lo que implica en la práctica un menor control sobre la evolución del bosque. Por
otra parte, si la explotación no coincide con un año de buena producción de semillas de los
e.iemplares de la reserva, no se produce regeneración natural por dicha vía. Las intervenciones
silviculturales solamente al cumplir la rotación, cada 15 a 30 años, desembocan
inevitablemente en el fracaso del método, por desapa¡ición de la reserva.

14.5 Aplicación del monte medio

14.5.1 En general

Este método fue muy utilizado en Europa desde la Edad Media e incluso antes, en el
caso de Alemania. No obstante, con el desarrollo industrial, la sustitución del combustible
leñoso por el carbón, ampliamente distribuido por los ferrocarriles y la aparición de los barcos
de acero que hicieron desaparecer progresivamente los barcos de madera, implicó la
declinación del interés del monte medio como sistema silviculturat (MATTHEWS, 1991).

118
Algunas de las ventajas del monte medio pueden ser superadas por otras formas de
masa. Por ejemplo, en el aspecto estético, el monte alto irregular en cualquiera de sus
modalidades se considera más efectivo porque la población a nivel de fustal es más completa
(LAN|ER, 1986).

La fatrna silvestre, en especial la utilizada para tá cacerfa, como es el caso de cérvidos


jabalfes y
zorros, ancuentfttn suficiente abrigo bajo la cubierta propprcionada por la
regeneración de monte alto en los estados de monte bravo, aún considerando que, en el
monte alto rqular manejado dichas superficias representan sólo una parte del bosque.
LANIER (1986) estima gue un buen manejo de la caza, corno asimismo, un buen manejo del
bosgue, se pueden efectuar a través de monte alto. Finalmente, la falta de intervenciones en
los rodales no han llegado al término de la rotación, en particular, la ausencia de limpias, ha
significado el empobrecimiento y, aún, la desaparición de muchas reservas de monte medio

Para remediar esta situación, se han efestuado las llamadas cortas de renovación, es
decir. en regeneraciones parciales sobre una parte de la superficie total de cada parcela, se
extraen los resalvos ubicados sobre esos sect(res y se procede a limpias y luego clareos
precoces, intensivos, repetidos y concentrados. El resultado de estas medidas es la
constitución de un monte alto en bosguetes o mosaico (superficie intermedia entre bosquete
y rodal).

Desde la segunda guerra mundial se acentuó la conversión o transformación de los


montes baios y montes medios en Francia, principal exponente de este sistema silvicultural.
No obstante los esfuerzos realizados por el estado en este sentido, sometiendo todos los
bosques de este tipo bajo su administración a proceso de conversión o transformación, en la
actualidad, más de un tercio de la superficie boscosa permanece como monte bajo o monte
medio {LANIER, 1986}.

En lnglaterra, según inventario realizado en 1983 quedaban solamente 11.500 ha


somet¡das a este tratam¡ento. No obstante, existen otras 14O.O00 ha de bosques antiguos
de este tipo actuahnente improductivos. En la ex República Federal de Alemania, permanecen
95.000 ha de monte medio, principalrnente en bosques comunales del oeste y sur-oeste. En
la República de Corea, al igual de lo que ocurre en la costa del mediterráneo, existen montes
medios con reserva de coníferas. El método es ut¡l¡zado en los trópicos, pero existe poca
información de la superficie involucrada. En la lndia se estima una superficie de 1,6 millones
de hectáreas (MATTHE\IIS, 1991). En algunos países con clima mediterráneo, como es el
caso de España, se ut¡lizan montes medios en propiedades pequeñas.

14.5.2 En Chile

El ejemplo rnás cercano a lo que se podrfa considerar un monte medio manejado lo


constituyen los bosques de Eucalyptus globulus en Colcura {Provincia de Arauco, Vllt Región)
KI-AGGES (1961)describió este tipo de manejo señalado gue, el número de reservas variaba
entre 4 y 35 ejemplares por hectárea, cantidad inferior a la de un monte medio típ¡co. El
mismo autor indicó que el tratamiento no es adecuado para una especie intolerante como el
Eucalipto, cuando éste se encuentra formando pafte de ambos pisos, puesto que los tallares
situados en las vecindades de los resalvos disminuyen su producción en forma notoria.

La estructura de esos bosques era bastante desordenada, existiendo varios estratos,


la mayor parte proveniente de cepa. El estrato más alto llegó a tener 300 ejemplares por
hectárea, mientras que el estrato inferior, antes de proceder al clareo, tenía 17.000. Los
montes medios de Colcura proporcionaban una serie de productos, de acuerdo a las siguientes

119
dimensiones: ejernplares de 10-35 cm de D.A.P. para minas; de longitud inferior para pulpa;
sobre 45 cm de D.A.P. para aserreo y sobre 60 cm de D.A.P, para chapas. La explotación
se efec-tuaba en forma selectiva.

A mediados de la década de los ochenta, aproximadarn€nte las tres cuartas partes de


los bosques de Cotcura correspondfan a este t¡po de monte medio. En la actualidad se está
procediendo a la simplificación de la estructura y este üpo de manejo tiende a desaparecer

En las zonas áridas y semiáridas, a§unas formas de monte medio pueden presentar
interés cuando se dasea obtener diversos productos sobre una misma superficie y en que al
menos dos de los obietivos del maneio tengan la misma prioridad. Como ejemplo de ello se
puede mencionar la sombra para el ganado y la produccién de frutos, entregado por las
resen as y la leña, entregada por el tallar (VITA, 1989).

Muc*¡os de bs bosgues nativos del sur del pals tíenen en la actualidad una estructura
de monte medio corno resultado de las coftas parciales efectuadas sin criterio silvfcola, donde
los eiemplares cortados algunas veces han retoñado de tocón. Como ejemplo de lo anterior
se puede mencionar una típica estructura de rnonte bajo de Lingue y fustales aislados de
Roble de mda calidad, en las partes bajas del Sector Prado Menuco, Reserva Nacional de
Malleco. Lo mismo se aprecia en algunos montes medios const¡tuidos por Raull en el tallar
con algunas reservas de la misma especie, de calidad inferior o de otras especies de menor
valor económico. Dichos bosques están destinados fundamentalmente a.la producción de
madera aserrable de alta calidad, por lo gue no corresponde mantener la estructura actual,
síno más bien aplicar procesos de conversión y, eventualmente, enriquecimiento,

120
xv. coNvERsloN (r)

15.1 Gcncralidades

Se deñomina conversión al cambio de un sistemasilvicultural (tratamiento silvicultural


fundamental) por otro. Dentro del concepto se puede incluir también la restauración de
bosques degradados hacia una condición productiva (MATTHEWS, 1991), en cuyo caso se
y
consideran las técnicas de transformación de enriquecimiento. En todos los casos,
corresponden a tratamientos transitorios.

La conversión propiamentetal, en sentido estr¡cto, implica la mantención de al menos


una de las espcies presentes en la actualidad en el rodal. Por lo tanto, esta alternativa, en
la práctica, se utiliza cuando en el rodal existe una cantidad suficiente de ejemplares de
especies valiosas, en buena condición, que permitan ser la base para el tratamiento'

Dentro de la conversión propiamente tal el caso más frecuente es el cambio de un


monte bajo o de un monte medio hacia un monte alto, generalmente regular. Además de lo
anterior, en bosques ant6r¡ormente sin manejo, como ocurre con los bosques nat¡vos chilenos,
se puede incluir dentro de este concepto la regularización de rodales de estructura actual
irregular.

15.2 Convcrsión de monte medio en monte dto regular

Se debe distinguir el caso de un monte medio en que la especie valiosa, que se desea
cambiar a monte alto, se encuentra en la actualidad en la reserva y el de un monte medio en
que la especie valiosa se encuentra en el tallar.

15.2.1 Conversión a part¡r de la reserva

La primera alternativa es la que se plantea en montes medios anteriormente manejados


como Al respecto existen dos procedimientos : la conversión directa y la conversión
t---------------ales.

clásica o por enveiecimiento.

a) Conversión directa

Consiste en plantar la especie valiosa, luego de corta a tala rasa del tallar. Se puede
combinar con el desarrollo de ejemplares regenerados naturalmente a part¡r de la reserva.
Esta modalidad requiere de intensas timpias para disminuir la competencia producida por la
retoñación del anüguo tallar cortado.

teorla, este procedimiento es el mejor. Es planificable, eficaz y definitivo (LANIER,


En
1991). El problema es el alto costo debido a los cuidados que requiere.

(*) En lnglés : conversion


En Francés : conversion
En Alemán : überfhrung

121
bl Conversión clásica o oor enveiecinniento

lmplica t¡na primsa fase de capitalización en la cual se deia envejecer la reserva y el


talar para que al término de esta fase, éste haya perdido su capacidad de retoñar. Durante
dicho perfodo que, dependiendo de la edad actual del tallar'y de la reserva, puede durar
décadas, se realizan raleos preparatorios que persiguen doble objetivo

Mantener la resetva de mejor calidad, regularizándola al máximo alrededor de una


edad que representa mayoritariamente las existencias actuales de la reserva según el
mismo criterio empleado para homogenizar rodales de estructura irregular

. Reducir el tallar, para que no interfiera más adelante en la instalación y desarrollo de


la regeneración de la reserva. En estos raleos se disminuye progresivamente el
número de retofus por cepa, de manera que, al término de la fase, exista uno,
máximo dos retorlos por cepa. La eliminación de todos los retoños de una cepa
inducirfa una nueYa retoñación.

Una vez finalizada esta fase preparatork, el rodal presenta una fisonomfa tal como se
nruestra en ta Figura 15.1. En ese momento, seprocede a la regeneración natural mediante
elmétodo de cortas sucesivas. El inconveniente de este t¡po de conversión es el largo perlodo
de tiempo involucrado.

FIGURA 15.1 Aspecto de un monte medio enveiecido, preparado para la conversión


(adaptado de COCHET, 197 1l..

15.2.2 Conversíón a partir del tallar (resalveo)

Esta alternativa st presénta en montes medios resultantes de explotaciones parciales


sin criterio silvícola y es la situación más frecuente que se encuentra en los bosques nativos
chilenos. Desde el punto de vista del procedirniento a seguir, el monte bajo simple se puede
incluir en esta ahernativa. En el bosque nativo corresponde a renovales de Raulf, Roble o
Hualo provenientes de cepa.

La técnica a aplicar es sencilla. Se deja enveiecer al tallar, seleccionando mediante


raleos los retoños capaccs de dar el mejor producto maderero al término de la rotación
transitoria de servir de base para la regeneración mediante las cortas sucesivas. En el caso
y

122
de monte medio, la extracción de los ejemplares de la reserva, corresponde a las cortas de
mejoramiento analizadas con anterioridad.

15.3 Conversión de monte alto irregular en monte alto regular

La modalidad de cortas sucesivas no uniforme en bosquete se puede clasificar dentro


(T.S.S.) Otro
de este tipo de conversión, como asimismo el Sistema de Protección Tropical
caso se puede dar en bosques nativos anteriormente sin manejo en que el estado actual,
generalmente degradado, representa una estructura irregular, dentro de la cual existen
especies valiosas con diferente estructura interna.

A continuación se analizan algunas estructuras que pueden tener las especies valiosas
dentro del rodal.

D. A.P. (ear)

Existe un cierto equilibrio entre las clases de edad, con ausencia de ejemplares
mayores de 40 cm. Se pueden realizar cortas intermedias en función de los
ejemplares selectos, dejar envejecer y aplicar método de protección irregular
Como atternativa, se puede mantener la estructura actual. Esta situación se
presenta con Lingue en el Centro Forestal Frutillar.

D.A.P

Prácticamente ya se ha hecho la conversión en forma natural. Dentro deltotal


de distribucíón del rodal, de tipo irregular, la especie valiosa presenta una
clase de edad claramente dom¡nante. Se debe dejar envejecer, aplicando
cortas intermedias en función de los ejemplares selectos. Luego regenerar
según método de protección.

123
I

tl
,\
\

Exphar los eiemplares de más edad (21. Luego, proceder segrln caso anterior
(1).

D
It
,"\ ,-\
it-"'
,'t \
o. A.P.

Existen dos concentraciones cercanas. Caso similar a B. Proceder igual,


deiando envejecer a una edad intermedia entre el óptimo de ambas
concentrrciones. Es decir, se deiará enveiecer un poco más (2) y se
adelantará ligeramente la explotación de (1)

i'i D. l. P.

Presenta dos concentraciones aleiadas. La 2 aún no está madura' Se debe


elegir una como base de maneio. Dependiendo de la riqueza en madera y
calidad, se sacrificará una de ellas en función de la otra'

124
/'\

,,\ \--
.
il
Presenta dos concentraciones alejadas, pero
D' A' P'

a diferencia del caso E, la 2 está


en edad de cosecha. Aplicar método de protección a partir de corta
secundaria o definitiva,

/\
,\
G tl
\
\

o. A. P.

En este caso, lo más probable es que la base del manejo la constituyan los
ejemplares de menores dimensiones. Explotar los antiguos, procediendo igual
que F

FIGURA 15.2 Ejemplo de estructuras de especies valiosas dentro de un bosque


heterogéneo y soluciones propuestas (adaptado de LANIER, 19861

Las situaciones anteriores frecuentemente se dan dentro de una estructura general,


considerando todas las especies que componen el rodal, de tipo irregular.

lat., O$iltL, lr..ll...

-.lar., Ollrllt , fr.r.

0. A. P.
FIGURA 15.3 : Estructura general de un monte alto irregular multiestratificado en que
Raull y Coigüe, especies más intolerantes que el resto, ocupan el
estrato superior.

125
La situaeión arltsrior es caracterfsüca en el sector Niblinto, Reserva Nacional de
Malleco. Además, se prssenta en los tipos Coigüa-Raulf-Tepa-Mañfo y Siempreverde con
intolerantes srn€rgentes. A diferencia de lo que ocutro eon la situación indicada en la Figura
1 5.2A., la espeie más valiosa, Raulf, de estructura interna regular,
justifica la uniformización
del rodal a través de las cortas sucesivas segtln el procedimiento indicado en el Capftulo Vl,
Figura 6.1 2.

126
XVI. TRANSFORMACION (")

16.1 Generalidades

La transformación, denominada también conversión por sustitución de especies o, más


simplemente, sustitución, consiste en un cambio de especies. Esta alternativa se aplica en
bosques degradados, que no tienen especies de valor para los objetivos perseguidos o que
teniéndolas, éstas se encuentran en pequeña cantidad o en mala condición, por lo que no
pueden const¡tu¡r la base para un meioramiento del bosque. Considerando lo anterior, el
tratamiento necesariamente implica proceder mediante técnicas artificiales, generalmente
plantación.

La especie a introducir tíene que ser más productiva que las presentes en el rodal a
transformar y adaptarse a las condiciones del sit¡o para asegurar su persistencia en el tiempo.
Por lo tanto, la selección deberá basarse en antecédentes proporcionados por experiencias
anteriores en áreas de caracterfsticas ecológicas similares, o bien, en ensayos de introducción
de especies realizados en dichas áreas. Lo anterior es válido, tanto para especies exóticas
como para las nativas del área, gue no se encuentran en el rodal a sustituir y con las cuales
no existen experiencias previas de repoblación artificial en zonas equivalentes. En los ensayos
de introducción de especies para efectos de transformación, además de las considera.ciones
generales para este tipo de estudios, se debe incluir el comportamiento de las especies ba.lo
las distintas técniCas de sustitución.

16.2 Métodos de transformación

Existen dos métodos generales de transformación : introducción de ejemplares luego


de tala rasa e introducción de ejemplares bajo protección.

16.2.1 Transformación mediante tala rasa


Se efectrla en aquellos casos en que la extracción de la vegetación original no origina
problemas de erosión o ascenso del nivel freático, ni afecta las propiedades del suelo.
Además, donde el clima no es lo suficientemente riguroso como para producir daños en la
plantación, a través de heladas, nevazones, vientos o insolación excesiva. También este
método se emplea cuando la vegetación original se considera peligrosa para la estabilidad del
nuevo rodal.

Bajo esta modalidad, la especie a introducir debe ser res¡stente a los extremos
climáticos y ser capaz de competir exitosamente con la vegetación invasora que trata de
ocupar el sitio descubierto, características que son propias de las especies intolerantes. Como
ejemplo de éstas en Chile se pueden mencionar al Pino radiata y a especies de los géneros
Eucalyptus y Aacia.

Dentro de la transformación mediante tala rasa se puede distinguir la tala rasa total
y la tala rasa parcial,

En lnglés : replacemont
En Francés : transformation

127
a) Transformación mediante tala rasa total

lmplica la extracción total de la vegetación primitíva en la parcela, por lo que, a su


vez,la sustitución es total.

b) Transformaeión mediantqlala_fasa_lafcial

A diferencia de la anterior, dentro de la unidad silvicultural se deja en pie una parte


de la vegetación original, con el propósito de no alterar en forma tan drástica las condiciones
ecológicas del sitio, A través de esta modalidad se mantiene una cierta mezcla de especies,
lo que puede ser de especial interés al sustituir latifoliadas por coníferas o Eucaliptos. Con
ello se aumenta la resistencia a plagas y a incendios. En la etapa inicial, la vegetación
introducida se beneficia de una cierta protección contra el viento, Además, presenta ventajas
desde el punto de vista de la diversidad, del hab¡tat para la fauna silvestre, del régimen hídrico
y de los valores paisajlsticos que pudiera tener el bosque original. Por otra parte, al tratarse
de una transformación parcial, los costos por unidad de superficie son menores. Como
contraparte, existe una mayor dispersión de los trabajos. Bajo esta modalidad, el porcentaje
de bosque original a sustituir en la práctica fluctúa entre el 50 y el 75o/o, y puede aplicarse
bajo la forma de bandas o de grandes claros.

La primera alternativa es la más usada por la sencillez de aplicación, permite el uso


de maquinaria para la destrucción del bosque original y facilita la cosecha de los productos.
Opera bajo la forma de bandas alternas cuyo ancho es, al menos equivalente a la altura de la
vegetación original, de tal manera que, para el caso de sustitución en bosques de las Regiones
Novena y Décima, la extensión variará entre 30 y 100 metros, aproximadamente, De acuerdo
a lo ya señalado, las interbandas serán iguales o más angostas, según elporcentaje a sustituir

En el caso de terrenos en pendiente, las bandas se pueden disponer en forma paralela


a ésta, perpendicular o en diagonal, según la evaluación que efectúe el profesionala cargo del
plan de manejo sobre las ventajas e inconvenientes de cada alternativa para las condiciones
del lugar. En el caso de la tala rasa en grandes claros, la disposición de las cortas es más
rrregular, en forma de mosaico y cada abertura tendrá, a lo menos, una extensión de 0,5 ha

16.2.2 Transformación bajo abrigo

En este caso la introducción de la nueva especie se efectúa bajo la protección de la


vegetación original, Esta modalidad se utiliza cuando se considera que la tala rasa puede
ocasionar daños al suelo, existe peligro de ascenso del nivel freático y la especie a introducir
requiere de protección contra agentes bióticos, en particular. la competencia de vegetación
invasora.

Se utiliza para las mismas especies que, en regeneración natural, el método de cortas
sucesivas es la mejor alternativa. Como ejemplo, se pueden mencionar las especies nativas
latifoliadas y las coníferas asociadas, como mañíos. También se puede utilizar para las
especies que se manejan mediante el método de selección,

Las modalidades de sustitución baio abrigo se asemejan a algunas de las formas del
método de protección, Pueden efectuarse a través de abrigo vertical y de abrigo horizontal.

128
a) Transformación baio abriqo vertical

Esta modalidad se asemeja al método de protección uniforme, en cuanto al


ordenamiento de las cortas en la unidad silvicultural. En este caso, la plantación se realiza
bajo el bosque original, el cual es gradualmente eliminado en dos o tres cortas o anillamientos

Lo más probable es que el bosque original tenga una baja cobertura, por lo cual, la
plantación se efectúa previa limpia del sotobosgue sin intervenir el dosel arbóreo. En caso
contrario, antes de la plantación es preciso proceder a una corta parcial con el propósito de
aumentar la llegada de luz al piso.

La corta definitiva se aplica cuando la plantación se considera establecida y no


requiere de protección. Por lo tanto, el período de protección varía con la rapidez de
crecimiento de la especie introducida y con las condiciones del sitio. A modo indicativo, se
puede estimar que 3 m es una altura mfnima que debieran alcanzar los ejemplares para
continuar su desarrollo al descubierto, en el caso de las Regiones Novena y Décima del país.

Esta modalidad de transformación conduce finalmente a una sust¡tución total. No


obstante, se puede proceder según esquemas de plantaciones similares a la tala rasa parcial,
pero bajo abrigo vertical.

bl Transformación baío abriqo horizontal

En este caso, en el bosque original se abren fajas o pequeños claros cuya amplitud
estará limitada por la efectividad de una protección lateral total sobre todos los ejemplares a
introducir. Por tal motivo, su ancho o diámetro, según el caso, dependerá fundamentalmente
de la altura de la vegetación original. A modo de referencia, se puede indicar que el ancho
de las fajas será inferior a una vez la altura de la vegetación adyacente, mientras que los
claros no superarán una superficie de 0,5 ha. En contraste a la modalidad bajo abrigo vertical,
las fajas pueden ser trabajadas con maquinaria.

Al igual gue en el caso de las bandas, las fajas de protección se disponen en forma
paralela entre si. Bajo esta modalidad, la superficie a transformar es de un 507o o levemente
superior, de tal manera que las interfajas de vegetación original son de ancho similar o algo
inferior a las fajas abiertas. Lo mismo puede señalarse para el sistema de claros en mosaico,

Para la orientación de las fajas se consideran los mismos aspectos señalados para las
bandas. No obstante, en este caso se debe agregar el factor radiación solar, condicionado
por la orientación geográfica.

Dentro de los métodos de transformación, este es el que menos altera al bosque


original y const¡tuye una buena alternativa para conciliar las demandas de un aumento de la
productividad con la conservación del patrimonio ecológico del área. No obstante, existe la
posibilidad de explotar las interfajas en una segunda etapa e introducir la misma u otra especie
bajo el abrigo de la primera plantación.

Dentro de la transformación bajo abrigo horizontal, existen además otras dos


modalidades que implican una protección lateral en los estados iniciales de la plantación, pero
que luego ésta sustituye totalmente a la vegetación arbórea original. Se trata de los métodos
usados en la silvicultura tropical, denominados método Okoumé y método del recrecido
(CAT|NOT, 1965).

129
Ambos métodos surgieron en Africa frente a la necesidad de plantar con cobertura
definitiva completa, pero a un menor costo del que implica hacerlo a alta densidad inicial,
como es el caso de las plantaciones tradicionales bajo silvicultura intensiva. En éstas, la alta
densidad inicial, particularmente en latifoliadas, tiene como propósito fundamental promover
una buena forma, en euanto a rect¡tud de fuste y poda natural' de los ejemplares'

Ante la imposibilidad de plantar a alta densidad, en los métodos señalados se disponen


los ejemplares a distancia definitiva o semi-definitiva, por eiemplo, a 12x12 m ó 5x4 m. El
efecto de alta densidad, se obtiene mediante el manejo de la vegetación invasora, en el primer
caso, y de la vegetación del sotobosque, en el segundo.

En el método Okoumé denominado asl porque se desarrolló para plantar dicha especie
africana {Aucauma klaínanal, se emplea para instalar especies que requieren de alta
densidad inicial para tener buena forrna. En Chile, el Raulí es un tlpico representante de esta
situación. El método implica la destrucción total del bosque original y luego, permitir el
ingreso controlado de vegetación invasora, la cual se rnantiene, mediante intervenciones,
subordinada a las plantas, hasta que éstas, por su desarrollo, comienzan a suprimirla,

El método det recrecido o del rebrote, preconizado por CATINOT (1965), implica la
destrucción de la parte arbórea del bosque original, pero se mantiene el sotobosque cortado
a 40-50 cm del suelo, en el cual se abren líneas según el distanciamiento definitivo o semi-
definitivo, donde se plantan los ejemplares de la especie a introducir

Estas técnicas presentan la ventaja adicional de la diversidad de especies, si se


considera la especie arbórea plantada y las invasoras o del sotobosque, con lo cual
disminuyen las posibilidades de propagación de plagas.

16.3 Características de los ejemplares a introducir

La situación de bosques ubicados en zonas de alta productívidad en fitomasa, como


es el caso de los bosques tropicales y, en Chile, las Regiones Novena y Décima, implica la
instalación de ejemplares de muy buen desarrollo, para que compitan con éxito con la
vegetación del lugar, que trata aprovechar los espacios creados. Por tal motivo, bajo estas
condiciones la siembra directa no parece ser una buena alternativa. En cambio, la plantación
de ejemplares de buen desarrollo o con un diámetro a la altura del cuello vigoroso, a través
de podas severas ha dado buenos resultados. Esta última técnica, denominada "stump"
(tocón) consiste en una poda aérea y radicular de 30-35 cm en todos los sentidos.

En Chile fue probada por primeravez con éxito en el Centro Forestal Frutillar en un
ensayode plantación de Raulírealizado por CONSIGNY (1970). Este autor plantó ejemplares
a rafz desnuda y tipo "stump" en condiciones sirnilares de sitio. Al cabo de cuatro meses de
establecido el ensayo, los ejemplares "stump" tenían un 100%o de supervivencia contra 600/o
de los ejemplares testigo, mientras que los primeros mostraban mayor vigor y hoias de 5-7
cm de longitud, en tanto que los segundos presentaban aspecto regular y hojas de 3-4 cm de
largo.

CONSIGNY (1970) señala que, en lugar de podar el tallo dejando 10-15 cm de su


longitud, será preferible podar a 1-2 cm sobre el cuello, con el propósito de disminuir el
número de yemas y, por consiguiente, de retoños, que alcanzaron en el referido ensayo una
cantidad de diez por ejemplar. Finalmente, el autor recomienda esta técnica por aumentar la
resistencia de los ejemplares a las faenas de trasplante, como resultado del acondicionamiento

130
de las ralces y, mejorar el prendimiento, deb¡do a la efiminacíón del proceso de transpiración

En una evaluación de las plantaciones de Raull realizadas en la zona de Panguipulli se


concluyó, que para compet¡r exitosamente con la vegetación herbácea, los ejemplares de la
especie debfan tener a lo menos una altura de 0,8 mefros (COGOLLOR y VITA, 1979) De
acuerdo a los antecedentes proporcionados por DONOSO (1992) para alcanzar dicha
dimensión se requiere de una permanencia de dos años en vivero. En un ensayo de
regeneración ubicado en la misma zona se plantaron ejemplares de Raulí a raíz desnuda sin
poda, con poda de rafz y con poda de rafz y aérea. Una evaluación realizada nueve años
después de la instalación determinó que la poda no tuvo ningún efecto sobre el desarrollo de
los ejemplares. Por el contrario, los testigos mostraron mayor desarrollo en altura (SCHMIDT
RUSTOM y DONOSO, '1991).

La intensificación de las técn¡cas de preparación del sitio, principalmente en lo


referente a la aplicación pre y post-plantación, puede permitir el uso de ejemplares de menos
dimensiones, pero robustos, producidos en contenedores.

16.4 Aplicación de la transformación

En la silvicultura tropical, después de varios decenios de trabajos de investigación y


de aplicación sobre grandes superficies, se puede afirmar que lá tendencia es hacia las
transformaciones con tala rasa total mediante plantación a densidad normal, que permiten
concentrar las operaciones en el tiempo y en el espacio (DUPUY, 19921.

En Chile se han efectuado transformaciones luego de tala rasa total tanto en la región
de los bosques y matorrales esclerófilos y espinosos como en los bosques nat¡vos del sur
Las especies más usadas en estos casos, han sido arbustos forrajeros del género Atriplex en
la zona árida y Pino radiata y especies de eucaliptos más hacia el sur.

En la actualidad, en el Departamento de Silvicultura de la Universidad de Chile, se está


desarrollando una investigación para determinar el efecto ecológico de las sustituciones de
bosques de Roble por Pino en la Cordillera de Nahuelbuta,

131
XVII. ENRIOUECIMIENTO

17.1 Concapto

Se denomina enriquecimiento a un conjunto de operaciones destinadas a mejorar la


valor
composición de un bosque o matorral, rnediante la siembra o plantación de especies de
Estas especies pueden estar representadas actualmente en el bosque o matorral. En caso
presentes, su porcentaie
contrario, pueden ser nativas de la región o bien, exóticas. Si están
de participación es muy bajo, de tal manera que no pueden servir de base para un
meioramiento del bosque por métodos naturales. De acuerdo con ello, el enriquecimiento se
efectúa en bosques o matorrales sin valor para los obietivos de manejo. Por lo tanto, no se
debe confundir con el relleno artificial de repoblados o montes bravos, lo que corresponde a
un complemento de regeneración natural.

silvicultural con la forestación


Es importante establecer la diferencia entre este método
o la transformación, cuando éstas no afectan a la totalidad de la superficie a intervenir El
primer caso puede ocurrir en unidades silviculturales que son plantadas en espacios abieños
entre restos de rodales nativos que no alcanzan a cubrir el 50o/o de la superficie. Respecto
a las transformaciones parciales, de acuerdo a lo señalado en el capltulo anterior, éstas
afectan por lo menos al 50o/o de la superficie de la parcela, Por lo tanto, el límite entre
enriquecimiento y forestación o transformación parcial, según sea el caso, sé puede establecer
en alrededor del 50o/o de la superficie involucrada. De hecho, en la práctica el enriquec¡miento
afecta a menos del 30o/o de la cobertura.

Como consecuencia de lo recién expuesto, el enriquecimiento no altera


significativamente la estructura del rodal actual, al menos en una primera etapa. Su meta es
,ájor"r la composición del bosque a través de una silvicultura extensiva, del mismo modo
como se puede lograr en forma natural a través de la aplicación del método de protección con
la participación de sólo unos pocos ejemplares de especies valiosas, en que el objeto es
obtener unos cien brinzales por hectárea, aspecto que fue analizado en el capítulo
correspondiente. No obstante lo anterior, al término de la rotación de la especie de valor, a
través de regeneración natural se puede cambiar en gran medida la composición del bosque
original.

17.2 Enriquecimiento en fajas

Este sistema de enriquecimiento ha sido el más ampliamente utilizado en los bosques


densos tropicales desde que, en 193?, en Costa Marfil, Aubréville puso en práct¡ca este
método que, de acuerdo a su concepción original, permite mejorar la composición de los
bosques sin especies de valor, a través de una técnica de fácil aplicación' Por otra parte, se
altera en escasa medida la ecología del lugar y los ejemplares introducídos reciben luz
(CATINOT,
suficiente, al mismo tiempo que quedan protegidos por la vegetación que les rodea
1965).

El método preconizado por Aubréville consiste en abrir en el bosque líneas


(senderos
o picadas) de al menos 2 m de ancho al nivel del suelo, donde se planta una hilera de
ejemplares de la especie que se desea incorporar al rodal, distanciados sobre la línea entrc 2
m. La distancia entre estas fajas angostas o lfneas varía en la práctica entre 10 y 25 m;
rS
siendo 20 m un espaciamiento frecuentemente utilizado (Figura 17'11.

132
--.1 rr-
FIGURA 17.1 Enriquecimiento en fajas {adaptado de DUpUy, 1gg2)

Para que este sistema tenga éxito no deben existir copas de grandes árboles ubicados
verticalmente sobre las lfneas, las especies deben ser de rápido crecimíento y la plantación
efectuarse lo más pronto posible luego de la abertura de las lfneas (MATTHEWS, 1 991 ). Los
ejemplares de gran altura y desarrollo de copas ubicados en las interfajas deben ser aníltados.
Como tratamientos mantención, son imprescindibles las limpias repetidas y, más adelante, los
raleos,

Se debe señalar que, en la orientación geográfica de las lfneas se debe considerar que
las plantas introducidas reciban el máximo de horas de luz al dfa. El factor limitante del
crecimiento de las plantas introducidas en el medio forestal tropical es la luz, lo que ha
obligado a crear condiciones más favorables mediante fajas más anchas, al menos al nivel de
las copas del bosque original. El problema es que si bien la luz favorece el crecimiento de las
especies introduc¡das, ella también dinamiza la competencia de un conjunto de especies
invasoras, lo gue obliga a buscar un equilibrio en la dosificación de la luz, diffcil de encontrar,
o bien, a proceder a intensas y repetidas limpias. Este método de enriquecimiento permite
tratar grandes superficies simultáneamente, pero también obliga a trabajos de mantención
muy espaciados, con gran demanda de mano de obra no siempre disponible. Por tal motivo,
este tipo de enriquec¡miento en lfneas, ampliamente usado en el pasado, ha sido reemplazado
por métodos más intensos, correspondientes a transformación, en los bosques tropicales de
Africa, América Latina y, en menor medida, de Asia (DUPUY, 1992).

En Chile, el primer ejemplo de este tipo de enriquecimiento se aplicó a fines de 1976


en el Sector Niblinto de la Reserva Nacional de Malleco, donde se abrieron con bulldozer fajas
de 3'4 m de ancho. En algunos casos se aprovecharon caminos de madereo abandonados.
A diferencia de la silvicultura tropical, en cada faja se plantaron tres hileras de Raulf, a alta
densidad.

133
No obstante la falta de tratamientos intermedios posteriores, en la actualidad exíste
señalar que,
una sobrevivencia adecuada y los elemplares presentan buen desarrollo. Se debe
en contraposición a lo que ocurre en los trópicos, las limpias son menos necesarias en los
bosques nativos chilenos, debido a la menor agresivídad de la vegetación

17.3 Enriquecimiento en bosguete baio abrigo vertical

Esta técnica implica la plantación bajo dosel de un grupo de plantas instaladas a alta
densidad, generalmente en forma de cuadrado, de dimensiones equivalentes a
lo que se
pueden
espera sea la cobertura de copa de un ejemplar adulto en el futuro. No obstante ser
de mayor tamaño.

El área a plantar debe ser previamente sometida a limpia. El distanciamiento entre


que
cada cuadrado dependerá de la intensidad de la silvicultura a aplicar Del mismo modo
en la transformación bajo abrigo vertical, las áreas plantadas deberán ser sometidas a cortas
graduales del dosel superior para permitir surgir a los ejemplares introducidos'

En Chile, el primer ejemplo de aplicación de esta modalidad de enriquecimiento se


aplicó en 1g74 en el sector Niblinto de la Reserva Nacional de Malleco donde, baio un rodal
empobrecido desde un punto de vista de composición, se plantaron ejemplares de Seguoia
sempervirurs a baja densidad. No obstante la falta de mantención posterio.r, los ejemplares,
luego de un crecimiento inicial lento, en la actualidad muestran buen desarrollo. Otro ejemplo,
de áste tipo de plantación lo constituye la introducción de ejemplares de Raulí, Chamaecyparis
lawsaniana y Cupressus torulosa bajo dosel de un rodalfloreado en el sector Ouebrada Honda,
predio Pilmaiquén, Panguipulli (COGOLLOR v VITA, 1979)

En los ensayos de regeneración de Raulí ubicados en el sector Depósito, cerca del lago
pirihueico, Panguipulli, ya descritos con anterioridad, se plantó Raulí baio cobertura y al
descubierto (NAVARRO, 1982), Luego de nueve años, los ejemplares bajo cobertura
muestran un crecimiento 15olo superior a los instalados al descubierto (SCHMIDT, RUSTON
y DONOSO, 1991). De acuerdo a lo observado en las plantaciones de Raulí efectuadas en
que los
la zona de Panguipulli, los ejemplares bajo dosel presentan un aspecto más vigoroso
ubicados al descubierto (COGOLLOR v VITA, 1979)'

17.4 Enriquecimiento en claros

A diferencia de los casos anteriores esta modalidad se aplica en superficies de formas


y tamaños irregulares, porgue aprovecha los claros naturales de los bosques. En este caso,
los ejemplares se benefician de una protección lateral'

Un ejemplo de aplicación de este método lo constituyen las plantaciones de Pino


parte baia del
oregón establecidas en claros existentes en un rodal degradado de Roble, en la
Predio Pemehue, en la precordillera andina, al sur de la vlll Región,

y Bosques Esclerófilos y Espinosos se están iniciando


En la región de los Matorrales
ensayos de plantaciones con especies nativas de dichos ambientes. Observaciones
preliminares permiten señalar que, la Palma chilena y las especies esclerófilas sobreviven
mejor bajo la protección vert¡cal y horizontal de la vegetación leñosa del lugar.

134
XVIII. UNIFORMIZACION

18.1 Concepto

En los capftulos anteriores se han descrito los tratamientos silviculturales de carácter


permanente y trans¡torio susceptibles de ser aplicados en bosques naturales y en plantaciones.
Cada uno de dichos tratamientos opera tomando como base territorial la unidad silvicultural
{rodal). Tal como se señaló en su oportunidad, en la práctica los rodales tienen una superficie
mfnima de 5 ha, siendo más frecuentemente de varias decenas de hectáreas e, incluso,
llegando o superando a la centena.

En principio, la definición de rodales se establece en función de una homogeneidad


florística y estructural, la cual, en el caso de las plantaciones, es fácil obtenerla. No obstante,
en los bosques naturales sin manejo previo, ubicar superficies homogéneas del tamaño
requerido para constituir un rodal es difícil. Por lo tanto, en la mayorfa de los casos habrá que
definir las unidades silviculturales en función de una uniformidad futura, que será el resultado
de los tratam¡entos silviculturales a aplicar. Las acciones destinadas a la consecución de
dicho propósito se denominan uniformización u ordenamiento.

Es preciso distinguir entre uniformización y ordenación. El primer concepto se aplica


y
a la unidad silvicultural opera a través de un tratamiento silvicultural determinado o, más
frecuentemente, de una combinación de varios de ellos. La ordenación, en cambio, se aplica
a la unidad de manejo y consiste en la organización en el tiempo y en el espacio de la
intervenciones silviculturales en las diferentes unidades silviculturales que integran la serie.

18.2 Situación actual de los bosques nativos

En la generalidad de los casos, los bosques nativos, sean vírgenes o floreados, no


presentan uniformidad a nivel de rodales como ocurre en los bosques manejados con
anterioridad. En el capítulo correspondiente al monte alto irregular se mostró un ejemplo de
lo que ocurre en el tipo forestal siempreverde (Cuadros 12.1 y 12.2l..

Otro eiemplo, puede constituirlo el estado que presentan los bosques de Roble,
Coigüe, Raulí y especies asociadas en la Reserva Nacional de Malleco. En el acceso al Sector
Prado Menuco de dicha Reserva existe un bosque floreado que muestra la estructura típica
resultante de este tipo de intervención : un estrato inferior continuo y uno superior
discontinuo. Al recorrer el bosque se aprecia una gran variabilidad de situaciones. Por
ejemplo, en la parte baja existen algunos renovales aislados de Lingue procedentes de cepa,
entre los cuales se encuentran coligues, avellanos y otras especies. En el dosel superior,
predominan robles de muy mala calidad.

Al ascender en altitud, desaparece el Lingue y predomina el Avellano en el dosel


inferior y, en el superior se mezcla Roble y Coigüe, existiendo algún bosquete a¡slado de
ejemplares sobremaduros de esta última especie que, por su desarrollo y calidad, no fueron
afectados en los floreos.

Más arriba, aparecen algunos bosquete de renovales de Raulí bajo la cobertura de


ejemplares mayores de Coigüe. Dentro de esa zona existe un bosquete regular de Raulí en
fase de crecimiento óptimo final de no más de 0,5 ha. En las cercanfas se presenta otra
situación uniforme, esta vez de Coigüe, de mayor edad y superficie, alrededor de 5 ha.

135
En el sectorNiblinto, en las laderas de los cerros predomina la asociación Coigüe-Raulí
v especies acompañantes, conno Tineo, Tepa, Olivillo y otras. Raulí aparece en algunos
sectores tanto a nivel de ejemplares adultos como de regeneración, estando ausentes en
otros. La mayor superficie homogénea de esta especie la constituye un área de 6 ha donde
se intervino mediante loe métodos de Protección Uniforme y en Fajas, según fue descrito en
el capltulo correspondiente

l-as situaciones que más se acercan a la meta silvicultural de homogeneidad interna


a nivel de rodal, corresponden a los renovales, pero aún en ellos existen variaciones incluso
a nivel de una hectárea. En efecto, se presentan sectores en que predomina una especie
sobre otra, dentro de un mismo tipo, por ejernplo. Coigue y Raulí o Raulí y Roble Además
hay sectores con ejemplares de mayor desarrollo que en ot!'os, con diferencias de cobertura
y, en alggnos casos, la presencia de eiemplares maduros de las mismas u otras especies sobre
el renoval.

En los bosques y matorrales esclerófilos y espinosos gue no han sido sometidos a tala
rasa se presenta esta heterogeneidad de situaciones, particularmente en cuanto a cObertura,
pero también en asociación de especies y estructura (VITA, 19Bg)

18.3 Criterios de ordenamiento

El ordenamiento en rodales heterogéneos se basa en la determinación de la situación


en que se encuentra la especie {o especies) objeto del manejo y, en función de ella, establecer
las acciones destinadas a la obtención de un rodal más homogéneo

A través de los métodos silviculturales ya analizados se puede lograr este objetivo


La forma más drástica de efectuar el cambio es mediante la tala rasa bajo cualquiera de sus
formas y métodos de regeneración Por ejemplo, en las zonas con vegetación esclerófila v
espinosa, una tala rasa puede permitir una homogenización del rodal mediante la retoñación

En esas mismas zonas existen algunas plantaciones de Eucalipto en que, por ausencia
de manejo anterior y extracción selectíva de madera, los rodales se encuentran en un estado
caóüco en cuanto a uniformidad y vigor de los ejemplares Una tala rasa con retoñación
posterior es un mecanismo para su ordenamiento. La transformación luego de corta a tala
rasa constituye otro eiemplo de uníformización drástica.

Mediante el método del árbol semillero es posible cambiar una estructura heterogénea
en una más reEular mediante la elección de algunos ejemplares destinados a la repoblación
En este caso, lo más probable es que se requiera un complemento de regeneraeión artificial

A través del método de cortas sucesivas bajo cualquiera de sus modalidades también
se puede lograr un efectivo ordenamiento. A modo de ejemplo, se puede mencionar la
situación de un bosque floreado multiestratificado de Raulí, Coigüe, Tineo, Olivillo y otras
especies, en que la primera se encuentra en el dosel superior representada por no más de
cuatro o cinco e.jemplares por hectárea. En el capítulo correspondiente se describió la
aplicación del método de protección uniforme mediante el cual se obtiene un estrato único de
regeneración con mayor participación de rat-rlí que en el original acompañado de otras especies
(Figura 6.1 2)

La aplicacién de la modalidad en bosquetes del método de protección, constituye otro


caso de ordenamiento, tal como se analizó en el ejemplo para el monte alto irregular en

136
bosquetes de Coig.üe. Las cortas de liberación y de mejoramiento representa otra manera de
proceder al ordenamiento a través de una uníformización por lo alto. en los casos en que la
especie obieto del manejo está en etapa de repoblado, monte bravo o latizal. La búsqueda
de una estructura equilibrada en el monte alto irregular constituye otra manera de uniformizar
un rodal.

En todos los casos aludidos con anterioridad, la uniformización se realiza a través de


un ratamiento silvicultural Único en toda la unidad silvicultural. No obstante, como ya se
señaló con anterioridad, en la mayorfa de las situaciones que se presentan actualmente en los
bosques nat¡vos se manifiesta algún nivel de heterogeneidad que obliga a recurrir a la
combinación de dos o más tratarn¡entos simultáneos a nivel de la parcela para obtener la
homogenización del rodal.

Esta silvicultura, de carácter transitorio, se diferencía de la aplicación del método de


selección, en gue, generalmente no comb¡na simultáneamente la totalidad de los tratamientos
que se aplican al monte alto irregular, es decir, a lo menos : limpias, clareos, raleos y cosecha
final.

A continuación se describen situaciones caracterfsticas de ordenamiento.

a) Rodales de esoecies esclerófilas v esoingsas

Habitualmente se presentan corno un mosaico de bosquetes en combinación con


claros, ambos de diversos tamaños, Los ejemplares, en su mayoría tienen origen de cepa y
sus dimensiones, son variadas, Entre las especies existentes, se puede nombrar Ouillay,
Ma¡tén, Litre y Espino, además de algunos arbustos de pequeñas dimensiones.

La habilitación de esas áreas con fines recreacionales o silvopastorales requiere de una


estructura meta de monte alto (VITA, 1989). para lograr la uniformización deseada es
probable tener que recurrir a las siguientes intervenciones simultáneas a nivel de unidad
silvicultural:

- Limpia de arbustos, con fines de acceso y como medida de presupresión de incendios

' Clareos y raleos de tallar, donde corresponda, según desarrollo de los ejemplares.

- Podas para facilitar el tránsito de personas o ganado bajo las copas y disminuir la
continu¡dad vertical de combustible.

- Enriquecimiento mediante la plantación de especies esclerófilas nativas para


uniformizar la cobertura.

bl Rodal de Roble, Linoue v Avellano floreado

Esta situación es frecuente en las áreas de baja altitud en la precordillera de la lX


Región y ya se hizo referencía a ella a través de un ejemplo en la Reserva Nacional de Malleco
La apariencia actual es de un monte medio en que la Reserva está constituida por algunos
robles de muy mala calidad y el tallar por algunos língues aislados y avellanos. Además, en
el dosel inferior existe Coligüe, Maqui y otras especies,

La uniformización se puede obtener a través de una futura estructura de dos estratos:


Roble-Lingue, RaulÉLingue o RaulÉRoble-Lingue.

137
[¡s intenrenciones a realizar serán las siguientes :

- Limpias y clareos, según corresponda, en los grupos de renovales de cepa de Lingue.

Cortas de liberación, mediante la eliminación de robles que afectan a los grupos de


renovales de Lingue.

Enriquecimiento mediante la plantación de Rauff o Lingue'

- Eventualmente, se podrfan usar semilleros de Roble para la obtención de regeneración


de esa especie.

Como resultado de la gestión, se tendrán renovales de Lingue creciendo sin


interferencias tanto a nivel horizontal como vertical, las plantaciones de relleno de Raulí o
Lingue y algunos brinzales de Roble. Los ejemplares antiguos de esta especie serán
totalmente eliminados y el sotobosque quedará bajo control.

cl Rodal de Coiqüe, Raulf. Tineo, Tepa v Olivillo floreado

Esta situación se presenta en el Sector Niblinto de la Reserva Nacional de Maffeco, en


las cercanías del camino que une el lugar donde se ubicaba el último aserradero con el área
de corta de protección uniforme de 6 ha y de protección en fajas, a que se hizo referencia el
capítulo correspondiente.

El sector fue sometido a floreo en el pasado y, dada la presencia de ejemplares adultos


de buena forma de Raulf, la Corporación Nacional Forestal realizó entre 1977 y 1978
intervenciones silviculturales destinadas a producir regeneración de Raulí a través de las
siguientes actividades :

- Selección y marcación de semilleros de Raulí.

- Corta de algunos ejemplares de otras especies ubicadas en las cercanías de los


semilleros.

- Anillamiento de grandes coigües,

' Abertura de fajas.

De acuerdo a la disposición de las actividades mencionadas, en ciertas áreas lo


realizado correspondió a cortas semilleras; en un caso, a la aplicación del método del árbol
semillero. Las áreas involucradas no tienen más de 0,5 ha cada una. En algunas de las faias
abiertas ubicadas at sur de la Ouebrada Niblinto se efectuó enriguecimiento con Raulí. Como
resultado de la gestión y de la exclusión del ganado, en la actualidad existen áreas con
abundante regeneración de Raulí y Coigüe en los estados de repoblado y monte bravo bajo.

Si en el sector se ínstalara una unidad silvicultural de 20 a 30 ha se tendría un


mosaico de condiciones puntuales en que podrían distinguirse las siguientes situaciones :

- Regeneración de Rault bajo protección de tres o cuatro ejemplares de la especie y de


algunas tepas. La regeneración tiene hasta 0,5 m de altura y no se desarrolla por
falta de luz y por competencia del rebrote de los ejemplares cortados al momento de
efectuar la corta semillera.

138
- Regerreración de Coigüe y Raulf en espacios más abiertos de mayor desarrollo, pero
atin compitbndo con coligues.

- La misma situación anterior, pero, además, con la presencia de ejemplares adultos de


Tineo o de Tepa, sobre la regeneración.

- Regeneración de Raull y de Coigüe en las cercanías de algunos semilleros de Raulí


aislados qué muestran descenso de copa.

- Ausencia de regeneración de Raulf y de Coigüe.

El ordenamiento de esta unidad silvicultural tendría como elemento de homogenización


el establecim¡ento y consolidación de una regeneración natural y artificial de Raulí como
primera prioridad, complementada con Coigüe. Para ello se requerirla realtzar las siguientes
intervenciones puntuales, según la situación :

- Corta secundaria, mediante la eliminación de tepas y algunos raulíes, en sector de


regeneración de escaso desarrollo de Raulí, Limpia del rebrote. Luego de cuatro o
cinco años, efefiuar corta def¡nit¡va,

Limpia de Coligüe donde compite con regeneración de Coigüe y Raulí,

Corta de liberación para eliminar la competencia vertical producida por ejemplares


adultos de Tineo o de Tepa.

Explotación de los semilleros aislados de Raulf y limpias en la regeneracíón producida


en sus cercanfas.

- En las áreas con ausencia de regeneración, efectuar enriquecimiento en fajas o


transformación bafo abrigo vertical, con Raulí, La elección de uno de estos
tratam¡entos alternativos dependerá de la cantídad de recursos que se esté dispuesto
a disponer por unidad de superficie.

Como resultado de las acciones anteriores desaparecerán completamente los actuales


estratos altos y se tendrá un rodal uniforme de no más de 4 m de altura, constituido
básicamente por Raulf y Coigüe, con ejemplares de las otras especies actualmente presentes
que se incorporarán en los futuros estratos intermedios.

139
XIX. CONSIDERACIONES FINALES

Se estima que los grandes cambios que se han producido en la silvicultura chilena en
la últ¡ma década cont¡nuarán acentuándose en el futuro. En el caso de las plantaciones se
prevé una mayor diversificación de las especies utilizadas, según las características
part¡culares de cada siüo. Entre las exóticas, las peftenecientes al género Eucalyptus
probablemente conünuarán siendo las más importantes dentro de las nuevas especies que se
han incorporado a la forestación, sin perjuicio de otras, como por ejemplo, Acacia. Lo más
relevante en esta materia será una intensificación del uso de especies nativas, a través de
procesos de forestación, transformación o enriquecimiento.

En el caso del bosque nativo, hasta fines de la década de los 80, las intervenciones
silvicutturales se habfan realizado sólo a nivel experimental, excepto las cortas intermedias en
renovales, que han operado a nivel de aplicación más extensiva. A partir de la presente
década, en la Región de Magallanes se iniciaron faenas de aprovechamiento maderero bajo
criterio silvfcola, situación que se hará más frecuente en el futuro próximo, tanto en la Xll
Región como en las más septentrionales. Como consecuencia de ello, en el caso de los
bosgues de producción ocurrirá un cambio desde la actual condición de heterogeneidad hacia
un estado más uniforme y simple, tanto en sus características de composición como de
estructura.

Los bosques de protección y los pertenecientes al Sistema Nacional de Areas


Silvestres Protegidas, en la categoría de parques nacionales, mantendrán una estructura y
composición más cercana a la correspondiente a su estado natural, pero en condiciones de
baja presión antróp¡ca. Lo anterior implica necesaríamente intervenciones silviculturales de
rehabilitación y de mantención para que cumplan en forma eficiente con los propósitos de
manejo que les son propios.

140
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147
INDICE DE NOMBRES CIENTIFICOS

Aertoxfurut pffiAtn Olivillo

Amany¡ttts ltnta Luma

Anpnwtus mú Melf

Araua¡b aruua*ra Araucaria

Austdms c$il&sis Ciprés de la Cordillera

Cryptoarya alb Peumo

Crtissas mqtsrcthnun Retamillo

Cfusqua &t Coligue

Chusqua quila Ouila

D a syp hilun ditffirthoides Taytl, Trevo

D¡imys wintqi Canelo

Drimys whrtüi va¡ andim Canelillo

Emboth¡itmt wúncwn Ciruelillo

Ettsyphia co¡difofra Ulmo

Fagus siltalia Haya

FiWoya a$tua,sñes Alerce

Gevuina at&na Avellano

Laü* phffiWbna Tepa

Lqnalia dqbda Avellanillo, Piñol

Nailnfagus alpina Raulf

Notúoltgus dombeyi Coigü,,e común

Notholagus niüda Coigüe de Magallanes

Nothofagus pumtrlb Lenga

Pñca ahies Abeto de Noruega

Pilgtuodurdrut wifera Ciprés de las Guaytecas


Pfrnus finasts Pino marft¡rno

Pfrnus ¡f,wsüis Pino de Escocia

Wa¡pus nubiqma Mañfo macho,.mañfo de hojas punzantes

Psadob¡tgp menzbgfr Pino oregón

funrcrs ñwrctfu ld toburl Encina

At z;tts sessffs lA. scsñfua, A aeltalal Encina


Atñi, sary¡arh Ouillay

RiÉps t*niffius Za¡zamo¡a

Rhaphiüwtutus sñtosus Huayún, Espino blancs, Arrayán macho

bxagothaa corcpiana Mañfo hembra, mañfo de hoias- qortas

Tepcnb süpularis TePú

Ittex a*opcus Aliaga

Wcinmnnh tid¡osw¡ma Tineo


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