Contencioso Administrativo

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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO

VICE RECTORADA ACADÉMICO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO

Jurisdicción contencioso-administrativa

AUTOR (A). Adriana Cuica

C.I N° V-25.177.362

FEBRERO, 2019
Jurisdicción contencioso-administrativa
La expresión contencioso-administrativa procede de la Revolución Francesa. Sin
embargo, este concepto expresa una contradicción que sólo se justifica por los
motivos que ocurrieron en su origen, pues se pretendía para la
Administración funciones como la de la justicia. En efecto, la expresión
contencioso administrativo une dos conceptos opuestos: contencioso y
administrativo. El vocablo "contencioso" significa contienda (cuando se comenzó a
utilizar en Francia se la entendía como litigio). La palabra "administrativo",
sustantivación de administración, significa dirección ejecutiva de personas y cosas
(cuando comenzó a usarse en Francia representaba la materia correspondiente a
esta clase de litigio). Por ello, en su origen, la prenombrada expresión
significó "litigio administrativo", pero, como debían tramitarse ante órganos que
formaban parte de la Administración Pública, se llamó a la actividad
correspondiente "jurisdicción contencioso-administrativa", por consiguiente, el
término originariamente comprendía litigios desenvueltos en la Administración
Pública. La Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo es aquella
destinada al conocimiento y aplicación del Derecho en el orden administrativo o
del Derecho administrativo, es decir, el referente al conjunto normativo destinado a
la regulación de la actividad de la Administración pública en su versión
contenciosa o del control de la legalidad y del sometimiento de ésta a los fines que
la justifiquen. Así como para atender los recursos de los administrados contra
resoluciones de la administración que consideran injustas. Según los países,
puede ser una parte de la administración de justicia (como en España), o puede
corresponder a un alto órgano de la administración (generalmente un Consejo de
Estado, como en Francia). En la Jurisdicción Contenciosa Administrativa,
el Estado es representado por la autoridad administrativa, y en sus relaciones con
los particulares realiza dos clases de actos: Actos de Gestión: Aquellos en que el
Estado efectúa como persona jurídica, como sujeto de Derecho particulares, ya
sea celebrando convenios o contratando.(Autoridad Administrativa está sujeta al
poder judicial, al igual que los particulares).Actos de La Jurisdicción de lo
Contencioso-Administrativo es aquella destinada al conocimiento y aplicación
del Derecho en el orden administrativo o del Derecho administrativo, es decir, el
referente al conjunto normativo destinado a la regulación de la actividad de la
Administración pública en su versión contenciosa o del control de la legalidad y del
sometimiento de ésta a los fines que la justifiquen. Así como para atender los
recursos de los administrados contra resoluciones de la administración que
consideran injustas. Según los países, puede ser una parte de la administración
de justicia (como en España), o puede corresponder a un alto órgano de la
administración (generalmente un Consejo de Estado, como en Francia). En
la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, el Estado es representado por
la autoridad administrativa, y en sus relaciones con los particulares realiza dos
clases de actos: Actos de Gestión: Aquellos en que el Estado efectúa
como persona jurídica, como sujeto de Derecho particulares, ya sea celebrando
convenios o contratando. (Autoridad Administrativa está sujeta al poder judicial, al
igual que los particulares). Actos de Autoridad: Ejecutados por el Estado por la
vía del imperio, esto es, mandando, prohibiendo, permitiendo o sancionando.(La
Autoridad sólo está sujeta a la ley, salvo que con aquellos actos pueda lesionar
Derechos Políticos o Civiles de los particulares por lo que el acto sería ilegal o
abusivo y estaría sujeto a reclamación). Reclamación formulada por
el particular ante el Poder Judicial, por actos de imperio de la
Administración ilegales o abusivos, es lo que se denomina contencioso
administrativo. Es la contienda entre la Autoridad Administrativa (Estado) con los
Particulares. Autoridad: Ejecutados por el Estado por la vía del imperio, esto es,
mandando, prohibiendo, permitiendo o sancionando. (La Autoridad sólo está
sujeta a la ley, salvo que con aquellos actos pueda lesionar Derechos Políticos o
Civiles de los particulares por lo que el acto sería ilegal o abusivo y estaría sujeto
a reclamación). Reclamación formulada por el particular ante el Poder Judicial, por
actos de imperio de la Administración ilegales o abusivos, es lo que se
denomina contencioso administrativo. Es la contienda entre la Autoridad
Administrativa (Estado) con los Particulares. En cuanto a la Evolución
Constitucional y Legal: El estudio de la jurisdicción contencioso administrativa en
Venezuela debe partir del análisis de su origen y evolución histórico-constitucional,
pues si bien ya desde la Constitución de 1830 existían disposiciones que
asomaban la existencia en nuestro país de un sistema contencioso administrativo,
es lo cierto que no fue hasta la Constitución de 1961 que ese sistema, ratificado
ahora en la Constitución de 1999, se hizo efectivo, al ser consagrado a nivel
constitucional y desarrollado a nivel legal por la Ley Orgánica de la Corte Suprema
de Justicia, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia del año 2004, el Código de Procedimiento Civil y
ahora con la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, ambas publicadas en el año 2010. Y
es que antes de la entrada en vigencia de la Constitución de 1961 sólo existían
disposiciones aisladas que establecían ciertas competencias contencioso-
administrativas en favor del Máximo Tribunal. Puede afirmarse que en teoría se
propugnaba tímidamente la existencia de una jurisdicción especial contencioso
administrativa, pero en la práctica, ésta no se hizo efectiva hasta su definitiva
consagración constitucional en 1961.
El origen del contencioso administrativo venezolano tiene su antecedente
más remoto en la Constitución de 1830 que atribuía a la Corte Suprema de
Justicia, como máximo órgano encargado de la administración de justicia, la
competencia para conocer de las controversias derivadas de los contratos en los
cuales interviniese el Ejecutivo Nacional, creándose así contencioso de los
contratos administrativos (art. 147, ordinal 5° de la Constitución de 1830).
La Constitución de 1864 también realizó un aporte importante en el fortalecimiento
del contencioso administrativo venezolano, al establecer la creación de dos
jurisdicciones, a saber: la de los Estados y la Federal, cuya máxima expresión era
la Alta Corte Federal que tenía atribución para declarar la vigencia de una Ley
Nacional cuando se hallare en colisión con otras leyes, fueren éstas nacionales o
de los Estados. Es sin embargo en la Constitución de 1925 en la cual se consagró
por primera vez el contencioso de nulidad de los actos administrativos, al
establecerse la competencia de la Corte Federal y de Casación para «declarar la
nulidad de los Decretos o Reglamentos que dictase el Poder Ejecutivo para la
ejecución de las leyes cuando alteren el espíritu, razón o propósito de ellas, y en
general declarar, cuando sea procedente, la nulidad de todos los actos a que se
refieren los artículos 42 (actos ejecutados en extralimitación de funciones) y 43
(actos dictados por requisición directa o indirecta de la fuerza o de reunión del
pueblo en actitud subversiva), siempre que emanen de autoridad Nacional o del
Distrito Federal, o de los altos funcionarios de los Estados» (artículo 120, ordinal
12). La Constitución de 1925 conservó igualmente la regulación atinente al
conocimiento por la Corte Federal y de Casación de las controversias derivadas
de los contratos suscritos por el Ejecutivo Federal (artículo 120, ordinal 13) y
reguló también, por vez primera, la competencia del máximo Tribunal para conocer
de las reclamaciones de daños y perjuicios que se propusiesen contra la Nación
(artículo 120, ordinal 15), estableciéndose así el contencioso de la responsabilidad
del Estado. En las Constituciones dictadas con posterioridad, se mantuvieron
inalterables las disposiciones que en mayor o menor grado denotaban la
existencia en Venezuela de una jurisdicción contencioso administrativa, sin
embargo, no fue sino hasta la Constitución de 1961 que se consolida en
Venezuela un verdadero sistema contencioso administrativo, expresamente
regulado en su artículo 206. Se consagró así con rango constitucional la existencia
de una jurisdicción especial: la Contencioso Administrativa, integrada por
Tribunales con competencia suficiente para controlar la actividad de la
Administración Pública. La referida norma constitucional delimitó, por una parte, el
objeto del control de la jurisdicción contencioso administrativa, al incluir dentro del
mismo a los actos administrativos, las situaciones administrativas, la actividad
ilícita o ilegal de la administración; y, por otra, las consecuencias de dicho control,
al prever que los tribunales de la jurisdicción contencioso administrativa podrán
declarar la nulidad del acto contrario a derecho, condenar al pago de sumas de
dinero o a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la
Administración, y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones
jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.
La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de
Justicia y a los demás tribunales que determine la ley. Los órganos de la
jurisdicción contencioso administrativa son competentes para anular los actos
administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por
desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de
daños y perjuicios originados en responsabilidad de la administración; conocer de
reclamos por la prestación de servicios públicos y disponer lo necesario para el
restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad
administrativa» Se añade en esta norma, a diferencia de la redacción contenida en
la Constitución del 61, lo relativo a los reclamos por la prestación de los servicios
públicos.
Pero a la par que ratificó el rango constitucional de la jurisdicción contencioso
administrativa, la Constitución de 1999 consagró en términos expresos, claros y
precisos el derecho a la tutela judicial efectiva al disponer en su artículo 26 que
«Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos y difusos,
a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente. El estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y
expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles».
  En tanto al Objetivo y Características de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa en Venezuela. Tenemos que puede en efecto considerarse que el
objetivo principal del contencioso administrativo no es garantizar el apego a
derecho de la actividad administrativa, sino proteger los derechos e intereses de
los particulares afectados por tal actividad. Ello no significa que en modo alguno
se abandone el control de legalidad del actuar administrativo, antes por el
contrario, éste siempre será revisado por el juez, pues toda alteración a los
derechos que el ordenamiento jurídico reconoce al particular constituye en si
misma una vulneración a la ley, que como tal, debe ser restablecida en protección
de los derechos individuales en juego. En este orden de ideas, la percepción de la
jurisdicción contencioso administrativa como integrante del derecho a la tutela
judicial efectiva, a la luz del análisis de la disposición que la consagra con rango
constitucional (art. 259), nos permite afirmar que ésta goza de las siguientes
características:
 a. Es de rango constitucional:
 Tal y como ha sido observado, desde su nacimiento la jurisdicción contencioso
administrativa venezolana ha estado consagrada expresamente en la Constitución
(salvo el texto de 1953). Sin embargo, las formulaciones más acabadas se
encuentran en la derogada Constitución de 1961 y en la actual Constitución de
1999. Explica Brewer-Carías que se siguen tres consecuencias básicas de
la constitucionalización de la jurisdicción contencioso administrativa: (a) la
universalidad del control que la Constitución prevé para todos los actos
subordinados a ella (que a su vez es otra característica del sistema); de lo
cual “cualquier exclusión del control respecto de actos administrativos específicos,
sería inconstitucional, sea que dicha exclusión se haga por vía de ley o por las
propias decisiones de los Tribunales..."  (b) la consagración de un
verdadero derecho fundamental del ciudadano a la tutela judicial efectiva frente a
la Administración, y no un mecanismo de protección de la Administración frente a
los particulares. Y (c) el otorgamiento al juez de amplísimos poderes de tutela;
esto es, el juez está ante un proceso de defensa de intereses subjetivos y no de
resguardo de la legalidad objetiva lesionada por el acto impugnado.
b. Es judicial y especial:
 Sostiene Calcaño De Temeltas, lo que a su vez es uno de los axiomas de esta
materia, “no hay contencioso administrativo si no hay quien resuelva con poderes
suficientes, con neutralidad, esa controversia; (...) lo que caracteriza al
contencioso administrativo es la existencia de un Tribunal que dilucide las
controversias que han surgido entre la Administración y el administrado”. En
jurisprudencia reciente, la Sala Político-Administrativa ha comentado a este
respecto que “desde el punto de vista organizativo, la jurisdicción contencioso
administrativa en Venezuela, está estructurada tanto por grados como
por materias que tiene atribuida, pudiendo también clasificarse los tribunales (...)
en Tribunales Contencioso Administrativo Generales, Especiales y
Eventuales...” (Caso: Eduardo de Jesús Rondón Graterol de fecha 27/4/2000).
c). Es universal
 De conformidad con el artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa será objeto de control de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, la actividad administrativa desplegada por los siguientes entes u
órganos:
a). Los órganos que componen la Administración Pública;
b). Los órganos que ejercen el Poder Público, en sus diferentes manifestaciones,
en cualquier ámbito territorial o institucional;
c). Los institutos autónomos, corporaciones, fundaciones, sociedades, empresas,
asociaciones y otras formas orgánicas o asociativas de derecho público o privado
donde el Estado tenga participación decisiva;
d). Los consejos comunales y otras entidades o manifestaciones populares de
planificación, control, ejecución de políticas y servicios públicos, cuando actúen en
función administrativa;
e). Las entidades prestadoras de servicios públicos en su actividad prestacional; y
f). Cualquier sujeto distinto a los mencionados anteriormente, que dicte actos de
autoridad o actúe en función administrativa. Lo anterior incluye actos de efectos
generales y particulares, actuaciones bilaterales, vías de hecho, silencio
administrativo, prestación de servicios públicos, omisión de cumplimiento de
obligaciones y, en general, cualquier situación que pueda afectar los intereses
públicos o privados. Así pues, la jurisdicción contencioso administrativa conoce de
todos los actos, omisiones y actuaciones (vías de hecho) de la Administración
Pública.
d). Es subjetivo
Tal y como en su oportunidad lo dispuso el artículo 206 de la derogada
Constitución de 1961, y hoy lo hace el artículo 259 de la Constitución de 1999, los
poderes del juez contencioso convergen en un fin muy preciso: “el
restablecimiento de las situaciones jurídicas lesionadas por la actividad
administrativa”. Ello aparta al sistema contencioso venezolano de la línea de los
vigilantes de la legalidad, y determina que el proceso no sea un juicio al acto sino
un instrumento de realización de justicia (Artículo 257 del Texto Fundamental
vigente) y medio para hacer valer la tutela judicial efectiva de los derechos e
intereses, incluso los colectivos o difusos (Artículo 26 de la actual Constitución).
Se trata de un verdadero sistema de tutela subjetiva de derechos e intereses
legítimos. En ese sentido, el artículo 4 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa establece que el Juez es rector del proceso y debe
impulsarlo de oficio o a petición de parte hasta su conclusión.
El juez está investido de amplias potestades cautelares que puede ejercer incluso
de oficio (órdenes de hacer, no hacer, a los particulares, órganos y entes de la
Administración Pública, según el caso concreto), en protección y continuidad sobre
la prestación de los servicios públicos y en su correcta actividad administrativa.
f). Realiza una doble función: contralora y justicial.
Según pone de manifiesto el maestro Moles Caubet (citado por Araujo Juárez), la
actividad contenciosa administrativa controla el ejercicio del poder por parte de la
Administración, al adecuarla a los parámetros de la legalidad; este carácter
contralor, puede incluso sustentarse en la revisión de la proporcionalidad
ponderada por la Administración en el ejercicio de potestades discrecionales. Esta
nota cobra especial matiz en el ámbito de las potestades sancionadoras y
disciplinarias de la Administración, como lo afirmó en su oportunidad la Sala
Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia: “...la
administración, en relación a la actividad sancionatoria, tiene como nota
característica la discrecionalidad (...) Ahora bien, esto no significa que la sanción a
imponer quede al arbitrio de la administración y que en su actividad sancionatoria
el funcionario pueda evadir la legalidad del acto e incurrir en abuso de
poder...” (caso: Rafael Alcántara Van Nathan, de fecha 4/8/1994).  La función
justicial del contencioso es un derivado directo de las potestades de tutela del juez
y del principio de reconocimiento de las situaciones jurídicas subjetivas,
garantizando la estabilidad de dichas situaciones frente a la alteración provocada
por la conducta antijurídica de la Administración. Sobre esta base se ha construido
legislativa y jurisprudencialmente el elenco de acciones contenciosas,
discriminadas recientemente por la Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia así (caso: Eduardo de Jesús Rondón Graterol de fecha
27/4/2000), a saber: (a) proceso contencioso de los actos administrativos; (b)
proceso contencioso de demanda contra los entes públicos; (c) proceso
contencioso contra la conducta omisiva de la Administración Pública; (d) proceso
contencioso de interpretación y (e) proceso contencioso de plena jurisdicción.
g). Es público
Respecto al principio de la publicidad, dispone el artículo 3 de la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa que los actos del proceso serán
públicos, salvo que la ley disponga lo contrario o el tribunal así lo decida por
razones de seguridad, orden público o protección de la intimidad de las partes.
h). Permite la aplicación de Medios Alternativos de Solución de Conflictos en
cualquier estado y grado del proceso.
Los tribunales de la Jurisdicción Contencioso Administrativa promoverán la
utilización de medios alternativos de solución de conflictos en cualquier grado y
estado del proceso, atendiendo a la especial naturaleza de las materias jurídicas
sometidas a su conocimiento.  Así ha quedado establecido en el artículo 6 de la
Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa.
i). Reconoce la participación popular
De conformidad con el artículo 10 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa los entes, consejos comunales, colectivos y otras
manifestaciones populares de planificación, control, ejecución de políticas y
servicios públicos, podrán emitir su opinión en los juicios cuya materia debatida
esté vinculada a su ámbito de actuación, aunque no sean partes.
Fundamento Legal: Los procedimientos ordinarios contencioso administrativos a
los que se limita este estudio tienen su fundamento legal en: Primeramente en la
Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, como Carta Fundamental
de la cual derivan las leyes, en su artículo 259 y 266 ordinal 5. Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia: en sus artículos 181 a 187, disposiciones transitorias
hasta tanto se dicte una ley especial de la así llamada jurisdicción contencioso
administrativa. En el 42 y 43, establecen las competencias contencioso
administrativas de la Corte en Sala Político-administrativa.
En el 81 al 102, disposiciones generales de los procedimientos ante la Corte.
Del 103 al 111, demandas contra la República.
Del 112 al 120, recurso de nulidad de los actos de efectos generales y a la vez del
recurso de inconstitucionalidad de las leyes.
Del 121 al 129, recurso contencioso administrativo de nulidad (actos de efectos
particulares).
Del 140 al 137, disposiciones comunes a los procedimientos contenciosos.
El 42 numeral 23, recurso contra la abstención.
En el 42 numeral 24, recurso de interpretación.
También mencionaremos la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales cuyos artículos 5 y 8 modifican profundamente el contencioso
administrativo ordinario. Igualmente se observa un procedimiento incipiente en la
Ley de Carrera Administrativa en su Título VI, artículos 64,65 y 66. Asimismo, la
Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y la Ley Orgánica de
Hacienda Pública Nacional, Ley Orgánica de Régimen Presupuestario y Ley
Orgánica de Régimen Municipal contienen normas fundamentales relativas a
representación de la República, privilegios procesales y ejecución de las
sentencias. La Resolución de fecha 20 de diciembre de 1994 N° 88 de la
Presidencia de la República, creó diez circunscripciones especiales para lo
contencioso-administrativo por regiones a lo largo del país, a saber: Capital,
Central, Centro Norte, Centro Occidental, Occidental, Los Andes, Sur, Nor-
Oriental, Sur Oriental, Bolívar y Amazonas.
NUEVA ESTRUCTURA SEGÚN JURISDICCION CONTENCIOSO (ART. 11
L.O.J.C.A.): SALA POLITICO ADMINISTRATIVA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE
JUSTICIA: Es la máxima instancia de la jurisdicción Contencioso-Administrativa.
Contra sus decisiones no de oirá recurso alguno, salvo lo previsto en la
Constitución (Art. 13 L.O.J.C.A.).
JUZGADOS NACIONALES DE LA JURISDICCION CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA: 
Su competencia se encuentra delimitada de la siguiente manera:
 De los juzgados Nacionales de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa
de la Región Capital con competencia en el Distrito Capital y los estados
Miranda, Vargas, Aragua, Carabobo, y Guárico.
 Un Juzgado Nacional de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa de la
Región Centro-Occidental, con competencia en los estados Cojedes,
Falcón,  Yaracuy, Lara, Portuguesa, Barinas, Apure, Táchira, Trujillo,
Mérida, y Zulia.
Un Juzgado Nacional de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa de la Región
Nor-Oriental con competencia en los estados Nueva Esparta, Anzoátegui, Sucre,
Monagas, Bolívar, Amazonas, y Delta Amacuro.  
El Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Plena, a solicitud de la Sala Político-
Administrativa, podrá crear nuevos Juzgados Nacionales de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa o modificar su distribución territorial, de acuerdo con
las necesidades de esta Jurisdicción (Art. 15 L.O.J.C.A.).
JUZGADOS SUPERIORES ESTADALES DE JURISDICCION CONTENCIOSO-
ADMINISTRATIVA: En cada estado funcionara al menos un Juzgado Superior
Estadal la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (Art. 18 L.O.J.C.A.).
JUZGADOS DE MUNICIPIO DE LA JURISDICCION CONTENCIOSO-
ADMINISTRATIVA: Son los de competencia de la mínima cuantía, y los mismos
serán unipersonales (Art. 21 L.O.J.C.A.).

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