ETICA - 3er Ensayo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYA

MARÍA LEONIE VOTO BERNALES GATICA

CURSO DE ÉTICA

PROFESOR: JUAN BOSCO

MAYO DE 2016
REFLEXIONES SOBRE EL ARTÍCULO “EL SENTIDO DE LAS PROFESIONES”, DE
A. CORTINA Y J. CONILL (2000)

Cortina y Conill nos llevan a reflexionar sobre el aspecto más importante de nuestro
quehacer profesional, que es aquello que le da sentido a una profesión y a las vidas de
quienes la ejercen. Utilizan la descripción de Max Weber, quien se refiere a la
profesión como la actividad especializada de una persona con la que se gana la vida,
pero le agregan unl elemento, que se refiere al fin que le da sentido y validez social a
una profesión. Cabría aclarar que, para mí, lo que efectivamente da sentido a una
profesión es su objetivo interno o intrínseco, que tiene que ver con un valor de utilidad
social, y que difiere de sus objetivos externos, como pueden ser el prestigio o la fama,
el dinero y el poder.

En mi propio caso, mi actividad profesional surgió como una necesidad de


supervivencia y como producto del azar. Estaba en una situación económica muy
difícil cuando alguien que sabía que dominaba el inglés me encomendó un trabajo
urgente de traducción de unos contratos. Era época de fiestas patrias y no encontraba
a nadie más que pudiera hacerlo. Lo hice lo mejor que pude, y más tarde el trabajo fue
revisado por la traductora oficial de la entidad pública, quien alabó mi trabajo y empezó
a enviarme textos para traducir. Poco a poco fui haciéndome conocida, cursé estudios
especializados y adquirí renombre como traductora. Ganaba bien, pero me faltaba la
motivación y no disfrutaba realmente de lo que hacía. Un día me percaté de que,
paralelamente al trabajo, gracias a mis contactos había actuado de intermediaria para
conseguirles empleo a muchas personas. Ese día vi claramente que mi papel era el de
servir de puente entre personas y entre culturas, ayudándolas a comunicarse entre sí.
Esto le dio un sentido de utilidad social a mi trabajo que me hizo sentirme satisfecha
con mi labor y conmigo misma.

También señalan los autores que, generalmente, el ejercicio de una profesión


demanda a una persona un cierto proceso de aprendizaje y obligarse a observar
algunas reglas particulares aplicables a su actividad. Al abrazar una profesión, la
persona se integra como parte de una comunidad profesional con quienes comparte
las mismas metas, métodos y actividades, con quienes por tanto se identifica, y juntos
se esfuerzan por dar elevar el nivel de su profesión, a través de la elaboración y
aplicación de un código de ética. Para los autores, la importancia social de estas
asociaciones profesionales es crítica, por cuanto representan una instancia intermedia
entre el mercado y el Estado y son las llamadas a velar por la realización de valores y
aspiraciones humanas. Pero a la vez advierten contra la búsqueda de privilegios de
grupo por estos gremios profesionales que, al intentar distinguirse del resto de la
sociedad, chocan con el principio de la igualdad de todos los hombres.

Según Max Weber, la idea moderna de una profesión nace con la Reforma protestante
y el concepto de vocación o llamada divina al ejercicio de una actividad particular, lo
que conlleva la asignación a cada hombre de una misión trascendente para la gloria
de Dios y beneficio de la humanidad. Esta visión sugería que los “elegidos” eran
aquellos que sobresalían en su misión asignada y conllevó una ética del esfuerzo, la
austeridad y el afán de excelencia en el trabajo, lo que condujo a su vez a la
acumulación de riqueza y al capitalismo.

Con el auge de la modernización y la secularización, estos conceptos han cambiado


bastante, pero surgen algunas ideas que deseo señalar. La elección de una profesión
tiene que ver con las oportunidades a nuestro alcance, las habilidades con que
contamos, y nuestros gustos y preferencias. Una profesión implica una actividad que
tiene un fin en sí misma, el cual es esencialmente servir de algún modo a la sociedad.
Por lo tanto, implica para el profesional una responsabilidad de cumplir con ese
objetivo de la mejor manera posible en beneficio de la sociedad, esto es, la obligación
de prepararnos bien y desempeñar nuestra profesión cada vez mejor, aprendiendo
constantemente y teniendo en cuenta fundamentalmente el interés de los usuarios del
servicio que prestamos con el objeto de lograr la excelencia, compitiendo con nosotros
mismos. Como consecuencia del cumplimiento del objetivo principal intrínseco de
nuestra profesión, que es beneficiar a otros, muy probablemente lograremos también
metas externas en beneficio propio, como es obtener reconocimiento por nuestro
trabajo, lo que vendrá acompañado de una recompensa económica para poder
sustentarnos, y poder para influir positivamente en la sociedad. Al mismo tiempo,
elevaremos la posición y el reconocimiento que da la sociedad a toda la comunidad
que comparte nuestra profesión.

También podría gustarte