El Devenir de Las Profesiones

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El devenir de las profesiones 1

La cultura y la sociedad premoderna habían


estructurado las profesiones a partir de una
cosmovisión, donde jerárquicamente el orden divino
ocupaba el primer lugar, como representación suya se
encontraba el orden político, finalmente el orden
personal. Para garantizar dicho orden estaban el
sacerdote que cuidaba del alma divina y de los asuntos
divinos, el jurista para cuidar de la sociedad mediante
leyes, el médico para el cuidado del cuerpo.

Por ello, el sacerdote, el médico y el jurista asumen sus actividades a partir de


juramentos en la cual prometen obedecer determinadas reglas. Por esa profesión o
declaración fueron conocidas como las primeras profesiones.

El término "profesional" y su respectiva valoración son algo que surge en la época


moderna, debido al proceso de secularización donde la vida mundana y sus
actividades forman un campo distinto de la fe. El calvinismo, como momento
intermedio y como lo ha visto Max Weber, había visto en las actividades profesionales
el camino de salvación o condenación de una persona. Si se había tenido éxito
profesional indicaba que estaba salvada; si había fracasado, entonces estaba
condenado. Ello permitió que la modernidad sea un proceso de “afirmación de la vida
corriente” (Taylor), abriéndose un espacio a la revalorización de nuevas actividades
humanas. Así, la cultura moderna asumió ciertas actividades como "profesiones",
actividades seculares, mundanas, sin relación con la religión. De esa manera, nuevas
actividades pasaron a ser profesiones, como ingeniero (de distintas especies),
economistas, contadores, etc. Además, se incluyó en esta denominación medios de

1 POLO S., Miguel Ángel. Ética Profesional. Revista de Investigación de la facultad de Ciencias
Administrativas de la Universidad Nacional de San Marcos. Año 6, Nº 12, Lima, diciembre, 2003. pp. 71-
80
vida anteriores como médico, abogado, profesor, etc. Ahora, paralelo a la profesión de
fe (profesar una fe), estaba el profesar una actividad, es decir, el consagrarse o
comprometerse con una actividad y sus principios. Por eso se dice que la profesión
aparece como una proclamación pública, no es una actividad secreta sino abierta y
tiene el respaldo de la sociedad.

¿Qué es una profesión? 2

Con la pregunta por lo que es la profesión no queremos hacer una simple descripción,
sino que estamos preguntando por el sentido que tiene ésta. Max Weber, en su obra
clásica La ética protestante y el espíritu del capitalismo, definía la profesión del
siguiente modo:

“la actividad especializada y permanente de un hombre que, normalmente, constituye


para él una fuente de ingresos y, por tanto, un fundamento económico seguro de su
existencia.” (Weber 1985, 82)

Esta definición acentúa dos características de las profesiones: su carácter individual y


económico. Las profesiones son un medio de subsistencia de los individuos. Eso hace
de las profesiones un “instrumento individual” de ganar dinero. Sin embargo, como lo
han señalado otros autores, este enfoque resulta muy limitado, porque olvida los fines
y la actividad social de las profesiones. Adela Cortina, filósofa española, hace tres
observaciones a esta definición3:

a) La finalidad de la profesión no se limita a la “fuente de ingresos”, es decir, a una


finalidad subjetiva, sino que la profesión misma tiene su finalidad. El logro de dicha
finalidad es lo que le da sentido y legitimidad social a la profesión, por ello la misma
sociedad puede reclamarle que lo realice así como reclamar su calidad.

2
Ibid, p. 2
3
CORTINA, A. Y CONILL, J. (Dirs.). 10 palabras clave en Ética de las profesiones. Navarra: Verbo Divino.
2000, p. 15
b) La profesión, además de ser una actividad individual, es una actividad colectiva, que
expresa una cierta comunidad profesional que tienen los mismos fines, utilizan un
lenguaje común, con métodos semejantes y con un ethos propio. Es decir, así como
hay un ethos (carácter, modo de ser) personal, también existe un ethos de la profesión.
c) Por lo anterior, “el ingreso en una actividad y en una comunidad profesional
determinadas dota al profesional de una peculiar identidad y genera en él un peculiar
sentido de pertenencia”. Esto tiene que ver con que la profesión es una forma de
afirmación de la sociedad civil frente al poder político, así como una afirmación de un
espacio público frente a otros como el económico o religioso.

Por lo anterior, basada en las ideas de MacIntyre, una definición más integradora de lo
que es una profesión es la que ofrece Cortina. Una profesión es4:

“...una actividad social cooperativa, cuya meta interna consiste en proporcionar a la


sociedad un bien específico e indispensable para su supervivencia como sociedad
humana, para lo cual se precisa el concurso de la comunidad de profesionales que como
tales se identifican ante la sociedad”.

A partir de esta definición podemos darnos cuenta del sentido de una profesión. En
primer lugar, una profesión busca realizar un bien o finalidad, la cual es indispensable
para la vida social. Pero su realización exige el cultivo de hábitos o excelencias por
parte del sujeto y de la acción que realiza. Finalmente, la actividad profesional no es
una actividad aislada sino comunitaria, la cual le da una identidad profesional.

A pesar que la palabra "profesión" tiene múltiples usos —porque sirve para designar
tanto a un médico, un profesor, como para un vendedor, un futbolista y hasta suele
hablarse de un delincuente profesional—, la definición propuesta puede ayudarnos a
discernir cuando estamos en presencia de una profesión. Lo que sucede es que en
nuestra época se han difuminado los antiguos límites entre “profesiones” y “oficios”.
Para darnos cuenta de esta complejidad de profesiones, veamos una posible

4
Ibid, p. 15
clasificación. Antonio Peinador ha clasificado las profesiones teniendo en cuenta dos
criterios: por razón de la actividad y por razón de los fines de cada profesión5, como
puede verse en el mapa conceptual en la parte inferior de la página.

En cualquier caso, para que algo sea considerado profesión o actividad profesional es
porque dicha actividad está comprometida al logro del bien común, para lo cual
requiere el cultivo de ciertos hábitos o virtudes, dentro de un contexto comunitario.
De ese modo, el componente ético no es un añadido o un agregado que no afecta la
esencia de la profesión.

5
PEINADOR, A. Tratado de moral profesional. Madrid: BAC. 1962, págs. 8-10

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