Gardiner - Daño Psíquico
Gardiner - Daño Psíquico
Gardiner - Daño Psíquico
Laü Lücena
Daño Psíquico
Graciela Gardiner
Desarrollo
El daño psíquico es reclamado por los demandantes en diversas causas, siendo las más comunes:
- Accidentes de tránsito
- Accidentes de Trabajo
- Mala praxis, etc.
La delimitación del concepto se debe a un particular entrecruzamiento entre dos discursos: el psicológico y el
jurídico.
El daño psíquico como tal no está incluido (no existe) en ningún texto de la legislación vigente, así como
tampoco en ningún cuadro psicopatológico.
A pesar de ello se ha ido abriendo espacio en las demandas, de modo tal que ya es prácticamente imposible
encontrar demandas por daños y perjuicios que no incluyan este concepto.
El daño psíquico existe como tal, y debería ser adecuadamente teorizado e implementado a los efectos de poder
trabajar sobre él, incluyéndolo en un área de discurso psicológico-jurídico.
¿Cómo se indemniza?
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1. En forma de reparación natural → significa volver las cosas al estado en que estaban antes de
sucedido el evento dañoso.
2. En forma de reparación por equivalente → se compensa el menoscabo en razón del daño aunque no se
reintegra el bien dañado, se resarce a través de un monto indemnizatorio por lo perdido a causa del
evento.
Siempre recurriendo a la teoría general de daños, se indemnizarán daños:
1. A la salud incluida la psíquica y de este surge:
2. La integridad física,
3. Condiciones estéticas,
4. Libertad,
5. Honestidad,
6. Honor,
7. Intimidad.
Causalidad y Concausalidad
Para determinar el daño psíquico debemos encontrar un nexo de causalidad adecuada entre el hecho por el que
se demanda y el daño.
Causalidad relación directa entre el hecho generador de la Litis y las consecuencias dañosas evaluadas.
La “causa adecuada” es necesaria para fijar el alcance de la obligación a indemnizar, nacida de la comisión del
ilícito.
Concausalidad: se habla de la misma cuando un daño en el cuerpo o la salud es agravado como resultado de
una predisposición preexistente o de una complicación sobreviviente, es decir, reunión de dos o más causas
(multicausalidad) en la producción de un estado mórbido: La propia del daño y la que emana de aquella
predisposición o complicación.
No es necesario que el accidente sea exclusivamente el causal del total de las secuelas, basta que haya
intervenido para que las consecuencias del mismo hayan obrado desencadenando, agravando o acelerando un
estado preexistente sobreviviente.
En el fuero Civil se puede encontrar daño consecuente a estrés por traumas de carácter repentino e inesperado
(accidentes).
En el fuero Laboral, daño consecuente con estrés por reiteración de intentos fallidos de adaptación
(enfermedades laborales).
En ambos casos es un ataque que sobrepasa la capacidad de tolerancia de un sujeto, que deriva en un trastorno
patológico de mayor o menor tiempo de duración y de reversibilidad variable.
Se puede solicitar una indemnización por daño psíquico y quien lo causara o deba, responderá por él.
Trauma
Ataque que desborda la tolerancia de un sujeto, que se instaura a nivel inconciente por su grado de intensidad y
la incapacidad de un sujeto de responder a él por desorganización de sus mecanismos defensivos, derivando en
trastornos de características patológicas que se mantienen por un tiempo indeterminado, que pueden o no ser
remisibles.