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COMO SE DIRIMEN LOS CONFLICTOS,

EN EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCION DE DERECHOS HUMANOS-


MODELO

¿QUÉ PASÓ?

José Gildardo, fue detenido el día 8 de junio de 2014 en la ciudad Montería y


recluido en la cárcel de Valledupar hasta el 13 de noviembre de 2020, en virtud de
una orden dictada por el Juzgado penal del Circuito dentro de la noticia criminal
005958585 de Montería por los delitos de tráfico de estupefacientes y concierto.

Indicó que su privación de libertad y su consecuente sometimiento a juicio


obedecieron a que en la etapa de instrucción del proceso penal el fiscal presentó
la transcripción adulterada de la grabación de una conversación telefónica entre
el peticionario y otro de los acusados, supuestamente efectuada el 2 de abril de
2012, la cual se refería a la compraventa de una embarcación deportiva en la que
el denunciante estaba actuando como intermediario y no consistía en una
invitación para asistir en la República de Panamá a una supuesta reunión del Cartel
de Cali, como se consideró en el proceso.

¿QUÉ HIZO LA DEFENSA DE GILDARDO y COMO RESOLVIO EL TRIBUNAL?

Agregó que su defensa denunció que el contenido de la conversación grabada en


el cassette No. 40 y el acta de transcripción del mismo constante a folio 099 del
expediente de la causa no coincidían y una vez que el Tribunal superior del Cesar
determinó que el contenido de la conversación grabada en el cassette No. 40 y su
transcripción no coincidían, ordenó su inmediata libertad, la cual se hizo efectiva
el 13 de noviembre de 2020.

Resaltó que permaneció en la cárcel por 6 años y 5 meses con base en una sola
prueba en su contra. Agregó que el Tribunal dictó sentencia absolutoria a su favor
y ordenó a la fiscalía iniciar las investigaciones correspondientes para investigar si
se incurrió en un delito en la presentación de pruebas adulteradas en el juicio
penal.

Indicó que tanto la causa penal como el procedimiento administrativo fueron


desestimados respectivamente, por considerarse que las conductas de los fiscales
en la causa no constituían infracción alguna. Argumentó que este resultado
obedeció al carácter superficial y negligente de las investigaciones. Consideró que
los fiscales incurrieron en el delito de falsedad ideológica y que no se trató de un
simple error, porque tenían la obligación de contrastar el cassette con su
transcripción. Además, estimó que el juez incurrió en el delito de incumplimiento
de los deberes de funcionario público porque tenía el deber de controlar la prueba,
la labor de los fiscales de grado y la actuación de la policía.
¿Y QUE PASO DURANTE EL TIEMPO QUE PERMANECIO RECLUIDO EN LA CARCEL
DE VALLEDUPAR?

Agregó que mientras se encontraba privado de libertad intentó en diversas


ocasiones obtener el beneficio de excarcelación, sin embargo, le fue negado
porque el código penitenciario niega este beneficio a las personas acusadas de
tenencia y tráfico de estupefacientes, y concierto como era su caso. Indicó que
incluso atacó la constitucionalidad de la norma, sin embargo, su acción no tuvo
éxito y se confirmó la validez de dicha disposición.

Y CUANDO OBTUVO SU LIBERTAD, ¿QUE HIZO JOSE GILDARDO?

Indicó que promovió un proceso contencioso administrativo con el fin de obtener


una compensación por el tiempo que permaneció ilegítimamente privado de
libertad. Señaló que esta acción fue declarada sin lugar por medio de decisiones
que calificó de arbitrarias. Argumentó que a raíz de su búsqueda de justicia sufrió
amenazas y que uno de los clientes de su despacho profesional fue amenazado en
plena calle por dos personas que le indicaron que dejara de apoyar al “loquito de
Jenkins” y le aconsejaron que no se metiera con la “familia judicial”. Indicó que
esta situación nunca fue investigada.

JOSE GILDARDO ACUDE AL SISTEMA DE PROTECCION REGIONAL DE DERECHOS


HUMANOS (SIDH)

Frente a los hechos descritos, Gildardo presento una petición a la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington D.C., para
que declarara que el Estadado Colombiano había violado el derecho a su libertad
personal establecido en el artículo 7 de la Convención Americana de Derechos
Humanos y el derecho a defenderse de acusaciones y conocer el motivo de ellas
(Art. 8) garantías consagradas en la Convención Americana de Derechos Humanos,
de la cual el Estado Colombiano es parte.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos decidió someter este caso a la


Corte Interamericana de Derechos Humanos (COIDH)

Procedemos a presentar nuestros argumentos para la decisión (LOS


ESTUDAINTES DEBEN CONSTRUIR SUS ARGUMENTOS)

¿QUE ALEGO LA COMISION?

Quiero manifestar como comisionado que el Estadado colombiano ha violado el


derecho a la libertad personal del ciudadano José Gildardo, establecido en el
artículo 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos y el derecho a
defenderse de acusaciones y conocer el motivo de ellas (Art. 8) garantías
consagradas en la Convención Americana de Derechos Humanos.

Honorable corte es en un caso sometido a la jurisdicción de este tribunal, quiero


reiterar por la Responsabilidad de un Estado, como resultado de una vulneración
al derecho a la libertad, y el derecho a defenderse de acusaciones y conocer el
motivo de ellas, donde el ciudadano José Gildardo, fue ilegítimamente privado de
libertad.

José Gildardo, fue detenido el día 8 de junio de 2014 en la ciudad Montería y


recluido en la cárcel de Valledupar hasta el 13 de noviembre de 2020, en virtud de
una orden dictada por el Juzgado penal del Circuito dentro de la noticia criminal
005958585 de Montería por los delitos de tráfico de estupefacientes y concierto.

Su privación de libertad y su consecuente sometimiento a juicio obedecieron a que


en la etapa de instrucción del proceso penal el fiscal presentó la transcripción
adulterada de la grabación de una conversación telefónica entre el peticionario y
otro de los acusados, supuestamente efectuada el 2 de abril de 2012, la cual se
refería a la compraventa de una embarcación deportiva en la que el denunciante
estaba actuando como intermediario y no consistía en una invitación para asistir
en la República de Panamá a una supuesta reunión del Cartel de Cali, como se
consideró en el proceso.

Su defensa denunció que el contenido de la conversación grabada en el cassette


No. 40 y el acta de transcripción del mismo constante a folio 099 del expediente
de la causa no coincidían y una vez que el Tribunal superior del Cesar determinó
que el contenido de la conversación grabada en el cassette No. 40 y su
transcripción no coincidían, ordenó su inmediata libertad, la cual se hizo efectiva
el 13 de noviembre de 2020.

José Gildardo, permaneció en la cárcel por 6 años y 5 meses con base en una sola
prueba en su contra. Agregó que el Tribunal dictó sentencia absolutoria a su favor
y ordenó a la fiscalía iniciar las investigaciones correspondientes para investigar si
se incurrió en un delito en la presentación de pruebas adulteradas en el juicio
penal.

La causa penal como el procedimiento administrativo fueron desestimados


respectivamente, por considerarse que las conductas de los fiscales en la causa no
constituían infracción alguna. Argumentó que este resultado obedeció al carácter
superficial y negligente de las investigaciones. Consideró que los fiscales
incurrieron en el delito de falsedad ideológica y que no se trató de un simple error,
porque tenían la obligación de contrastar el cassette con su transcripción. Además,
estimó que el juez incurrió en el delito de incumplimiento de los deberes de
funcionario público porque tenía el deber de controlar la prueba, la labor de los
fiscales de grado y la actuación de la policía.
José Gildardo, promovió un proceso contencioso administrativo con el fin de
obtener una compensación por el tiempo que permaneció ilegítimamente privado
de libertad. Esta acción fue declarada sin lugar por medio de decisiones
arbitrarias.

En su informe de Fondo la Comisión concluyo la responsabilidad Estatal por diversas


violaciones a la convención americana sobre derechos humanos, la Comisión
concluyo que José Gildardo, fue privado de su libertad de forma ilegal arbitraria y
discriminatoria, así mismo el derecho a defenderse de acusaciones y conocer el
motivo de ellas (Art. 8). La comisión concluye que estamos frente a una violación
flagrante al derecho a la libertad personal y que estos hechos permanecen en la
impunidad ante la falta de debida diligencia para investigarlos

De hecho, como la Corte podrá constatar, el señor José Gildardo fue


responsabilizado por la inefectividad de Estado frente a sus obligaciones
internacionales, la comisión sometido este caso a la corte por la necesidad de
justicia y reparación y el Estado fue notificado en debida forma y si bien ha
presentado informes sobre las medidas adoptadas sobre los hechos descritos, no
hay propuestas concretas de reparación integral

Frente a las personas privadas de libertad, el Estado se encuentra en una posición


especial de garante, toda vez que las autoridades penitenciarias ejercen un fuerte
control o dominio sobre las personas que se encuentran sujetas a su custodia. De
este modo, se produce una relación e interacción especial de sujeción entre la
persona privada de libertad y el Estado, caracterizada por la particular intensidad
con que el Estado puede regular sus derechos y obligaciones y por las
circunstancias propias del encierro, en donde al recluso se le impide satisfacer por
cuenta propia una serie de necesidades básicas que son esenciales para el
desarrollo de una vida digna, situación que tuvo que enfrentar de manera
injustificada el ciudadano José Gildardo

La libertad se puede salvaguardar “tanto la libertad física de los individuos como


la seguridad personal, en un contexto en el que la ausencia de garantías puede
resultar en la subversión de la regla de derecho y en la privación a los detenidos
de las formas mínimas de protección legal”. En el mismo sentido: Caso Maritza
Urrutia Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2003, párr. 642; Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de julio de 2004, párr. 82 3; Caso

La Corte interamericana ha resaltado que cualquier violación de los numerales 2


al 7 del artículo 7 de la Convención acarreará necesariamente la violación del
artículo 7.1 de la misma, puesto que la falta de respeto a las garantías de la
persona privada de la libertad desemboca, en suma, en la falta de protección del
propio derecho a la libertad de esa persona. En el mismo sentido: Caso Yvon
Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008,
párr. 91.

Es por ello que solicito respetuosamente a la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, que se declare internacionalmente responsable a la Republica de
Colombia por violación a los derechos a la libertad personal, establecidos en el
artículo 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos y el derecho a
defenderse de acusaciones y conocer el motivo de ellas (Art. 8) a las garantías
judiciales y a la protección judicial consagradas en la Convención Americana de
Derechos Humanos, en perjuicio del ciudadano José Gildardo, Maxime cunado el
Estado no actuó con la debida diligencia violando las garantías judiciales y la
protección judicial

¿QUE ALEGO EL ESTADO?

Como agente del Estado de la Republica de colombiana me permite manifestar que


los hechos que nos convocan al desarrollo de esta audiencia ya han sido
investigados, precisamos como Estado el estricto cumplimento de nuestra
obligación de investigar diligentemente y demostraremos la NO responsabilidad de
la Republica de Colombia frente a los hechos expuestos, al no incurrir ni por
acción, ni por omisión a sus obligaciones consagradas en la Convención Americana
de Derechos Humanos, de la cual el Estado Colombiano es parte , en su articulo
1.1 y 2 de la precitada convención

El Estado Colombiano rechazo todo acto que atente contra libertad personal que
se haya cometido por cualquier persona y en especial las que se pudieran haber
cometido en contra del ciudadano José Gildardo.

Ante la denuncia de los hechos relacionados con la privación ilegal de la libertad,


el Estado colombiano atreves de sus autoridades judiciales, administrativas y
disciplinarias y judiciales inicios las investigaciones correspondientes a fin de
identificar a los responsables, juzgar, eventualmente sancionar y reparar las
violaciones de derechos humanos teniendo como fundamento el esclarecimiento
de los hechos y nuestra lucha contra la impunidad

Al respecto, el Estado Colombiano observa que la detención del señor José


Gildardo, estuvo precedida por una orden judicial emitida dentro de una
investigación criminal por un juez competente, es decir, en concordancia con las
disposiciones de derecho interno colombiano. En este punto no se violó el artículo
7.2 de la Convención Americana en perjuicio del señor Gildardo

El estado colombiano ha adelantado una serie de acciones como políticas naciones,


planes nacionales, manuales, guías, directrices, entre otras disposiciones a fin de
garantizar el acceso a la justicia en caso de privación de la libertad.
El estado considera que la Comisión interamericana de derechos humanos debió
inicialmente declara inadmisible la petición en la medida que, existiendo un
proceso penal como recurso de jurisdicción interna idóneo a fin de esclarecer los
hechos, identificar y sancionar a los responsables.

Falta De Agotamiento De Los Recursos Internos, La República de Colombia


demostrará con esta excepción que las presunta víctima el señor José Gildardo no
agoto los recursos internos que el Estado les proporciona, requisito que se
encuentra en el artículo 46 de la CADH, y el cual señala como condición de
admisibilidad de las peticiones ante la CIDH “que se hallan interpuesto y agotado
los recursos de jurisdicción interna, conforme a los principios del Derecho
Internacional generalmente reconocidos”4 , y que por lo tanto el caso debe ser
declarado inadmisible.

La Corte en el Caso Godínez Cruz Vs Honduras señala que “La regla del previo
agotamiento de los recursos internos permite al Estado resolver el problema según
su derecho interno antes de verse enfrentado a un proceso internacional, lo cual
es especialmente válido en la jurisdicción internacional de los derechos humanos,
por ser ésta "coadyuvante o complementaria" de la interna”

Para el caso que nos ocupa, es evidente que el peticionario, no agotaron los
recursos internos que el Estado colombiano proporciona

“El Estado es el principal garante de los derechos humanos de la personas, de


manera que, si se produce un acto violatorio de dichos derechos, es el propio
Estado quien tiene el deber de resolver el asunto a nivel interno y reparar antes
de tener que responder ante instancias internacionales como el Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, lo cual deriva del carácter
subsidiario que reviste el proceso internacional frente a los sistemas nacionales de
garantías de los derechos humanos”

La República de Colombia no tuvo oportunidad de solucionar en su derecho interno


las presuntas violaciones de derechos al peticionario, pues como lo señalamos en
líneas precedentes, las accionantes, decidieron acudir directamente al SIDH, sin
permitir que el Estado de percatarse que hubiera vulneración, actuara
diligentemente y repara el daño causado, por lo tanto el Estado en virtud de esta
subsidiariedad debía contar con la oportunidad de decidir en su derecho interno si
se vulneraron o no derechos. En consecuencia es ineludible solicitar a esta H. Corte
la declaración de inadmisibilidad de este caso por falta de este requisito de previo
agotamiento y en beneficio del estado colombiano para evitar que sea catalogado
como Estado que viola derechos humanos.

Ahora bien, los recursos internos que debe ofrecer el Estado, deben cumplir con
ciertas características como lo es el ser adecuado y efectivo, Colombia demostró
que los recursos ofrecidos dentro de su jurisdicción cumplen a cabalidad con estos
requisitos. La Corte IDH señala que los recursos que brinde el Estado deben ser
adecuados y efectivos, entiéndase el primero en el que la función de esos
recursos, dentro del sistema del derecho interno, sea idónea para proteger la
situación jurídica infringida y el segundo, capaz de producir el resultado para el
que ha sido concebido.

El peticionario promovió un proceso contencioso administrativo dentro del estado


colombiano con el fin de obtener una compensación por el tiempo que permaneció
privado de libertad y esta acción fue declarada sin lugar por medio de decisiones
judiciales adecuadas y efectivas

Solicito respetuosamente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que se


declare internacionalmente la No responsabilidad de la Republica de Colombia
teniendo en cuenta los argumentos planteados

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