Paloma Gil
Paloma Gil
Paloma Gil
1ª edición, 1997
2ª edición, 1999
© CEMCI
© Paloma Fernández Gil
Edita: CEMCI
I.S.B.N.:84-88282-43-5
Depósito Legal: Gr-78-97
Imprime: Ediciones Adhara, S.L.
c/ Golondrina 28 bajo
18110 - Las Gabias - Granada
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 17
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
MANUAL DE ORGANIZACIÓN DE
ARCHIVOS DE GESTIÓN EN LAS
OFICINAS MUNICIPALES
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
INTRODUCCIÓN
«En esta oficina nunca se encuentran los documentos cuando se necesitan» «con este
desorden es imposible localizar nada» «ya no nos cabe ni un papel más» «un día de estos me lío
a romper papeles y se acaban los problemas»
Frases como las anteriores es frecuente que se escuchen en las oficinas de muchos Ayun-
tamientos.
La organización de los archivos es una de las tareas administrativas que más suele inco-
modar a los empleados públicos, por múltiples razones, como veremos más adelante, así que
rara vez encuentran tiempo para poner orden en el desorden. Se cae, entonces, en un círculo
vicioso que se repite en todas las oficinas:
Acumulación de documentos = búsquedas dificultosas que provocan mayor desorden en
lo acumulado = pérdida de información = intento de control mediante la reproducción de los
documentos = más papel = más acumulación y vuelta a empezar.
A veces este círculo se rompe de dos maneras, radicalmente -eliminando los documentos
más antiguos o cuando han dejado de servir como documento de prueba a efectos legales o
fiscales- o de una manera más sutil pero no por ello menos peligrosa- los documentos se
abandonan en los sitios más insospechados de los edificios, de donde a largo plazo terminarán
desapareciendo. Se pierden así documentos vitales para conocer el pasado de nuestras comuni-
dades.
De este triste y absurdo destino sólo se salvan cuando existe un Archivo Municipal, aten-
dido por personal cualificado, lo que por desgracia no ocurre siempre.
Los documentos como algo molesto, incómodo y polvoriento son una imagen fuerte-
mente unida a la burocracia en su aspecto más ineficaz y negativo con respecto a los derechos
del ciudadano. Todos tenemos en nuestra retina imágenes de oficinas siniestras en las que las
mesas, estanterías y el propio suelo estaban llenos de miles de papeles que el funcionario de
manguitos mostraba al cuitado ciudadano, a la vez que decía «su expediente está en aquel
montón a la espera de que lo informe el Sr. Secretario».
Por el contrario la idea de una oficina eficaz y accesible a la resolución de nuestros proble-
mas va unida tanto a un mobiliario y material de archivo cómodo y atractivo como a la ausen-
cia de papeles.
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Organizar un archivo en nuestros días no tendría por que ser una tarea difícil. Tenemos a
nuestro alcance nuevos sistemas para archivo y recuperación de los documentos y de la infor-
mación que, en teoría, nos facilitan enormemente este proceso. Pero si observamos en las
oficinas vemos que a problemas nuevos se dan soluciones antiguas y que, incluso las herra-
mientas modernas son utilizadas siguiendo normas desfasadas. Expliquemos lo anterior.
Como novedades en el trabajo administrativo y en relación con los documentos que han
aparecido en los últimos 30 años podemos enumerar las siguientes:
* Proliferación de sistemas de reprografía, que permiten la multiplicación de documentos.
* Implantación de ordenadores y sus correspondientes programas, que agilizan el trabajo,
facilitan el acceso rápido a la información, y, al menos en teoría, sustituyen el soporte
papel por otros documentos informáticos que ocupan menos espacio.
* Multiplicación de los servicios que los Ayuntamientos prestan a los ciudadanos, y por lo
tanto de las oficinas municipales.
* Mejora notable en los sistemas de archivo en cuanto a mobiliario y material empleado.
Pero estas novedades han entrado en conflicto al producirse simultáneamente en nuestras
administraciones, y no ir acompañadas de unos criterios claros de racionalización y control de
los documentos.
Si analizamos uno a uno observamos que:
* Las fotocopias crean una falsa apariencia de control de la información, contribuyen a
aumentar el tamaño de nuestros archivos y su efectividad queda invalidada por la ausen-
cia de un criterio de archivo, que permita la eliminación de los documentos duplicados
cuando ya han cumplido su labor meramente informativa.
* La utilización de ordenadores da lugar a una multiplicación de los documentos ya que el
mismo texto se conserva en soporte papel y en soporte informático. La enorme ventaja
que supone la utilización del ordenador, en cuanto a rapidez de acceso a la información y
ahorro de espacio, no suele aprovecharse en las oficinas municipales. Por ejemplo es difí-
cil encontrar una oficina en donde la documentación de apoyo informativo esté
informatizada.
* La multiplicación de oficinas y la existencia de procedimientos no formalizados o nuevos
expedientes sin tradición administrativa provocan la eliminación del expediente, convir-
tiendo la plasmación del trámite en una disparidad de documentos que rara vez permiti-
rán reconstruir las actuaciones. Al mismo tiempo la multiplicación de oficinas no ha ido
acompañada en muchas ocasiones de la creación de Archivos Centrales tal y como hubie-
ra sido necesario. Al mismo tiempo la falta de centralización de la información obliga a la
multiplicación de archivos en fotocopias.
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Unos archivos organizados indican una preocupación por el trabajo bien hecho, por
servir a los ciudadanos y por conseguir la eficacia y la eficiencia tan necesarias en la Adminis-
tración.
Este Manual pretende ser una ayuda eficaz para todo el personal que tenga que organizar
documentos en las oficinas y que no tenga conocimientos de archivística.
En la exposición de este sistema de archivo se ha huido deliberadamente de explicaciones
muy teóricas, que sin una base de formación archivística rara vez se entienden. Considero, no
obstante, que los archiveros también pueden encontrar algunas ideas para facilitar la gestión
de los documentos en sus Administraciones.
Los objetivos perseguidos al comenzar este Manual fueron los siguientes:
* Aportar soluciones concretas a los problemas de archivo.
* Ayudar a obtener la máxima rentabilidad informativa de los documentos que se tramitan
en las oficinas.
* Demostrar que los documentos organizados se transforman en una ayuda eficaz para la
gestión diaria.
* Resaltar el valor que para la Historia pueden llegar a tener los documentos.
Espero haberlo conseguido.
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I. LA GESTIÓN DOCUMENTAL.
ALGUNAS CUESTIONES SOBRE LOS
DOCUMENTOS Y LOS ARCHIVOS
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1. ¿QUÉ ES UN ARCHIVO?
Denominamos archivo al conjunto orgánico de documentos producidos y/o recibidos en
el ejercicio de sus funciones por las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas de cual-
quier época y en cualquier soporte, incluidos los informáticos 1
Destaquemos en esta definición su característica de conjunto orgánico, es decir, los docu-
mentos son el resultado de un proceso natural fruto siempre de unas funciones, en el caso que
nos ocupa de unas funciones administrativas encaminadas al servicio público.
Nunca se puede denominar, por tanto, archivo a una colección de documentos resultado
de un acto voluntario tendente a acumular información para ponerla al servicio de una colec-
tividad, como hace un Centro de Documentación, o bien a la reunión de documentos dispa-
res reunidos sólo por su materia, como si de piezas de museo se tratase. 2
Pero la expresión archivo hace referencia a otros conceptos, así por archivo se entiende el
espacio físico donde se conservan los documentos y la oficina en donde se organizan para
ponerlos al alcance de los ciudadanos y de la propia institución.
Recogiendo la definición arriba reseñada podemos destacar que los archivos están forma-
dos por documentos independientemente de que éstos hayan sido creados ayer o hace 100
años, por lo que no es correcto relacionar la palabra archivo con la palabra historia como
sucede en muchas ocasiones.
Lo que ocurre es que los documentos, en función de su contenido informativo y de su
valor legal, pueden conservarse en las propias oficinas o en depósitos alejados de las mismas.
Pero tanto en el primer caso como en el segundo formarán el archivo de la institución.
Los archivos están formados por documentos, pero ¿qué se entiende por documento?
Según la Ley del Patrimonio Histórico Español (artículo 49.1), se entiende por docu-
mento toda expresión en lenguaje natural o convencional y cualquier otra expresión gráfica,
sonora o en imagen, recogidas en cualquier tipo de soporte material, incluso los soportes
informáticos.
1
Diccionario de Terminología Archivística. Madrid. Dirección de ARCHIVOS ESTATALES. 1993.
2
FERNÁNDEZ GIL, Paloma: Racionalización de la Gestión Administrativa. Identificación y Tratamiento
de Documentos en los Archivos de Oficina. En AABADOM, 1994.
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En el caso que nos afecta interesa más conocer qué es un documento de archivo, y la
definición que encontramos es la siguiente: un documento de archivo es el testimonio
material de un hecho o acto realizado en el ejercicio de sus funciones por personas físicas
y jurídicas, públicas o privadas, de acuerdo con unas características de tipo material o
formal 3.
Destaquemos que los documentos son testimonio material de un hecho o un acto que
realizan, en el caso que nos ocupa, las oficinas municipales, como consecuencia de las funcio-
nes que tienen encomendadas por una normativa jurídica.
Estos documentos que encontramos en las oficinas pueden presentar características muy
diferentes. Por ejemplo, pueden ser de papel o de material plástico. Se puede acceder a ellos
directamente o utilizar una máquina para entenderlos, como por ejemplo los documentos
informáticos.
Independientemente del soporte (material físico en el que se registra la información), la
información que nos presenta puede ser sólo texto, en este caso lo denominamos documento
textual; o bien mostrar un gráfico, un plano o un mapa y, en ese caso, tendríamos un docu-
mento gráfico; o bien mostrar una imagen en movimiento o un sonido, tendríamos así docu-
mentos en imagen y sonoros.
Los documentos en soporte papel pueden tener diferente formato, así pueden estar inte-
grados por una o dos hojas reflejo de un solo acto administrativo, en ese caso estaríamos ante
un documento simple, o bien por un conjunto de hojas que reflejen varios actos administra-
tivos, como por ejemplo un expediente, al que denominaríamos documento complejo.
Por lo tanto, independientemente de sus características, constituyen los elementos que
utiliza la Administración para cumplir con sus fines.
Los documentos nacen o se reciben en las oficinas formando su archivo. Transcurrido
un cierto período de tiempo no son ya necesarios allí y si no son retirados o eliminados, se
producirá una acumulación que impedirá archivar los nuevos documentos que se sigan
tramitando.
Las oficinas son espacios de trabajo donde se tramitan los documentos, pero no donde se
conservan y acumulan. Esto es importante tenerlo presente de cara a la organización. Los
documentos estarán en ellas siempre y cuando sean necesarios para los empleados públicos en
su trabajo cotidiano.
Y ¿esto, por qué ocurre? Porque los documentos independientemente de las característi-
cas ya enumeradas tienen un valor que puede venir dado por su información o como susten-
tador de derechos.
Como ya hemos adelantado estos valores pueden ser:
3
Diccionario de Terminología Archivística...
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* Valor Administrativo
* Valor Legal/Fiscal
* Valor Histórico.
Valor Administrativo, es el que tiene el documento en cuanto es de utilidad en la propia
oficina para la gestión de sus asuntos.
Valor Legal o fiscal es el que viene marcado por las leyes y que indica que el documento
puede tener un valor demostrativo de derechos para la propia administración y para los ciuda-
danos. Por ejemplo, los expedientes de impuestos si no tienen recurso, tienen un valor fiscal de
cinco años. El expediente de la Tasa de Equivalencia tiene un valor que oscila entre 20 a 30
años dependiendo de la fecha del documento.
El valor histórico, viene marcado por la información que contiene el documento y que
puede servir para conocer mejor la historia de una institución o de una comunidad.
El valor histórico de los documentos es muy importante, aunque rara vez se tiene en
cuenta en la organización de los documentos de una institución, por eso es corriente oír hablar
de palabras tales como archivo activo, semiactivo y pasivo, o de manera más simplista archivos
vivos y archivos muertos.
Según esa terminología los documentos de valor administrativo formarían los archivos
activos, los documentos con valor fiscal o legal formarían el archivo semiactivo y, cuando
perdiesen esos valores, formarían el pasivo o muerto.
Físicamente los dos primeros se conservarían en la oficina y el último en la dependencia
denominada «Archivo». Si consideramos el valor histórico de un documento observaremos
que no existen archivos ni pasivos ni muertos.
En el supuesto de que tras el análisis de un documento llegásemos a la conclusión de su
ausencia de valor, ni siquiera para una futura investigación histórica, lo mejor que podríamos
hacer sería destruirlo. Nunca se debe incrementar el volumen documental de una institución
innecesariamente.
Las copias de las notas de régimen interior que una oficina archiva durante un período de
tiempo para demostrar que se ha enviado y se ha recibido un documento, sería un buen
ejemplo pues podemos pensar que es difícil que alcancen la categoría de documentos históri-
cos.
Lo que ocurre es que los documentos, igual que las personas, tienen una especie de vida
propia y pasan por diferentes edades. Así surge en la ciencia archivística la llamada Teoría de
las tres edades.
Según esta teoría los documentos pasan por tres etapas desde su creación:
*Primera edad: en la que los documentos circulan y se tramitan. Su uso es frecuente, y
reunidos y organizados forman el archivo de oficina.
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Generalmente a cada una de estas edades se le asigna un número de años, así se dice que
los documentos de primera edad tienen de 0 a 5 años, los de segunda edad de 5 a 30 años y los
de tercera edad son aquellos que superan dicha fecha. Lo que no deja de ser un convenciona-
lismo tal vez de necesaria aplicación en grandes organizaciones, pero que aplicado a ámbitos
más pequeños puede ir en detrimento de la conservación de los documentos y del aprovecha-
miento de los espacios administrativos.
De acuerdo con la Ley 16/1985 artículo 49.2. Forman parte del Patrimonio Documen-
tal los documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de
su función por cualquier organismo o entidad de carácter público, por las personas jurídicas
en cuyo capital participe mayoritariamente el Estado u otras entidades públicas y por las
personas privadas, físicas o jurídicas, gestoras de servicios públicos en lo relacionado con la
gestión de dichos servicios.
Esto quiere decir que para la Administración la conservación de los documentos es de
obligado cumplimiento en todas las edades.
Para facilitar la conservación y garantizar los derechos de los ciudadanos, los Ayunta-
mientos deben crear lo que denominamos un Sistema de Archivo. Este sistema de archivo que
podemos definir como «el conjunto de órganos en donde se ubican los documentos en razón
de su utilidad para la gestión administrativa, los ciudadanos y los investigadores, y que están
atendidos por personal preparado y responsable», constituye el cauce por el que discurre el
flujo documental de un Ayuntamiento. Este cauce debe estar debidamente canalizado y per-
mitir la eliminación de los documentos que obstaculicen su marcha. Como veremos al hablar
del expurgo y la eliminación de documentos, de todo el volumen documental que tramitan las
oficinas municipales sólo una mínima parte debe llegar al Archivo Histórico.
Como hemos visto, a cada órgano le corresponde atender los documentos de una edad
determinada.
Ahora bien, el sistema archivístico se debe adaptar a las necesidades de cada organismo.
En las administraciones pequeñas sólo existirán dos órganos para atender a todos los docu-
mentos: El Archivo de Oficina y el Archivo General o Municipal.
Para las Administraciones mayores pueden existir 3 o 4. Así el Sistema de Archivos de la
Administración, establecido por el Decreto 914/1969, de 8 de mayo, define cuatro tipos de
archivos:
* Archivo de Oficina
* Archivo Central
* Archivo Intermedio
* Archivo Histórico
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La denominación que estos archivos tienen, puede variar por razones muy diversas. Por
ejemplo el sistema archivístico del Ayuntamiento de Barcelona4 está formado por los siguien-
tes órganos:
* Volumen documental
* Espacio disponible
* Mayor o menor cercanía entre el archivo de oficina y el Municipal.
* Metros lineales de documentación histórica
* Personal capacitado.
Y por otro factor fundamental: la mayor o menor sensibilidad corporativa hacia la valo-
ración de los documentos.
4
Normes y Reglaments de l’Arxiu Municipal de Barcelona. Barcelona. Ajuntament. 1994
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2. LA GESTIÓN DE DOCUMENTOS
Hasta hace poco tiempo los archiveros europeos consideraban que su campo de actua-
ción era la documentación histórica y que sus tareas debían encaminarse a la explotación de
los documentos con fines histórico-culturales y de investigación5
5
CRUZ MUNDET, J.R. Manual de Archivística. Madrid Fundación Sánchez Ruiperez. 1994.
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del personal. Empezó entonces la colaboración entre los Archivos Federales y las oficinas ad-
ministrativas: se crearon los «records officers» y se formaron comisiones para estudiar conjun-
tamente los problemas.6
A finales de los años 40 nos encontramos con la figura del records manager o gestor de
documentos y la aceptación del término records management, o Gestión de Documentos,
término que ya era utilizado en las empresas privadas. En 1950 se aprobó la Federal Records Act,
que definía por primera vez, desde el punto de vista legal, el records management incluyendo
la creación y conservación de los archivos, su destrucción y su transferencia.
El Diccionario de Terminología Archivística editado por el Consejo Internacional de
Archivos define el término Gestión de Documentos como un aspecto de la Administración
general relacionado con la búsqueda de la economía y eficacia en la producción, manteni-
miento, uso y destino final de los documentos 7.
Dicho de manera más clara «es el conjunto de tareas y procedimientos orientados a lograr
una mayor eficacia y economía en la explotación de los documentos por parte de las Adminis-
traciones».8
El documento, en función de la información contenida en él será objeto de una atención
especial. Desde el momento mismo de su creación. La idea primordial de la Gestión de Docu-
mentos pasa a ser la teoría del CICLO DE VIDA de los documentos, que en su versión más
radical consiste «en que la información registrada tiene una vida similar a la de un organismo
vivo, en el sentido que nace (fase de creación), vive (fase de mantenimiento y uso) y muere
(fase de conservación histórica o eliminación».
Para atender a los documentos en todo su ciclo de vida se deben desarrollar PROGRA-
MAS DE GESTIÓN DE DOCUMENTOS que podríamos definir como una actuación
sobre los documentos destinada aasegurar la economía y la eficiencia en su gestión y que
permita su identificación, su conservación y la utilización de los archivos de forma sistemá-
tica.
James B. Rhoads ha establecido que un Programa completo debe estructurarse en fases
representativas del ciclo de vida de los documentos:
Fase de creación de documentos: Se estudiará el diseño de los formularios, la preparación y
la gestión de la correspondencia, el desarrollo de sistemas de gestión de la información y la
aplicación de las modernas tecnologías a estos procesos.
6
LLANSO, Joaquim. Gestión de documentos, Definición y Análisis de Modelos. Vergara. Gobierno Vasco.
1993
7
Diccionario de Terminología Archivística... París. Unesco, 1974.
8
Cruz Mundet: Opus. Cit. pág. 143.
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9
RICKS, A. «La Gestión de Documentos como una función archivística».
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10
FERNÁNDEZ GIL, Paloma. «Organización de Archivos de Oficina. Metodología». En: IRARGI, V (1992-
1993).-p.77-124.
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* Conocimientos de los documentos, por parte de los archiveros y del personal de las
oficinas.
* Análisis y Valoración de las series documentales.
* Funcionamiento racional de los Archivos de Oficina (clasificación y ordenación de
documentos: recuperación de la información: control y funcionamiento del prés-
tamos de documentos: control y seguimiento de expedientes y preparación de las
transferencias).
11
Canela y Garayoa, Montserrat y otros: Elaboració i implantació del sistema de gestió de la documentació
administrativa al departament de cultura de la Generalitat de Catalunya. En Lligall (1992), núm. 5 - pp. 83-121.
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CLASES DE DOCUMENTOS
12
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común...: Madrid.
Ed. Civitas, 1994.
13
Auñón Manzanares, Luisa. Administración Central: Del documento tradicional al electrónico. El tipo
documental como invariable punto de referencia. En Boletín de ANABAD. XLV (1995) p. 7-21.
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* Documentos de Enlace
* Documentos de Notificación
* Documentos de apoyo a la gestión
* Documentación informativa auxiliar.
CORRESPONDENCIA
Podemos definir la correspondencia como el conjunto de cartas que recibe y emite una
oficina. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra carta como «papel
escrito, y ordinariamente cerrado, que una persona envía a otra para comunicarse con ella».
La variedad de «cartas» que reciben o envían las oficinas municipales es enorme, pero hay
que considerar que una inmensa mayoría formarán parte de un expediente.
En este apartado vamos a tratar la correspondencia como documento simple que formará
una serie documental, y que nace de la actividad de informar y de la necesidad de información
que tienen las oficinas.
Dentro de la serie correspondencia existe un tipología documental muy compleja. Vea-
mos algunos de los tipos documentales más frecuentes:
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Respecto al punto primero hay que pensar que en una oficina municipal se reciben mu-
chos escritos solicitando información. La contestación tiene que ir unida a la pregunta pues de
lo contrario se perderá el control de los documentos con gran facilidad y la recuperación será
mucho más complicada.
EXPEDIENTE
Es el documento principal de la Administración, se puede definir de varias formas. Así, el
Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales
nos da la siguiente definición: «Constituye expediente el conjunto ordenado de documentos y
actuaciones que sirven de antecedente y fundamento a la resolución administrativa, así como
las diligencias encaminadas a ejecutarla».
El Diccionario de Terminología Archivística define expediente como «unidad documen-
tal formada por un conjunto de documentos generado,orgánica y funcionalmente por un
sujeto productor en la resolución de un mismo asunto».
Podemos decir que en la Administración, salvo casos excepcionales, se funciona utilizan-
do el expediente como pieza fundamental alrededor de la cual gira toda la actividad de la
oficina. Sin embargo, la realidad nos muestra algo bien diferente: la acumulación de docu-
mentos sueltos que forman falsas series documentales en todas las oficinas.
El problema radica en la ausencia de un procedimiento normalizado para aquellos expe-
dientes en los que el legislador deja libertad al instructor en el procedimiento administrativo,
lo que se denomina expedientes no formalizados.
Cuando las oficinas tienen unas Normas de Procedimiento muy elaboradas se forman
expedientes, cuando esto no ocurre se tiende a desmembrar lo que sería un expediente y a
crear agrupaciones documentales en función de cada paso que se da para concluir o resolver
un asunto determinado14.
Veamos cómo hay que formar un expediente:
El citado reglamento nos dice que «los expedientes se forman mediante la agregación
sucesiva de cuantos documentos, pruebas, dictámenes, decretos, acuerdos, notificaciones y
demás diligencias que deban integrarlos, y sus hojas útiles serán rubricadas y foliadas por los
funcionarios encargados de su tramitación».
Los expedientes incluyen diferentes tipos documentales, así nos encontraremos con ins-
tancias, informes, certificaciones, acuerdos, etc. Estos documentos se denominan esenciales o
de contenido esencial 15. Cabe preguntarse si se deben incluir en el expediente los documen-
tos que sirven de nexo a los esenciales. Pensamos que aquellas notas interiores, oficios de
14
Véase también el apartado 3.1.1. ¿qué es una serie documental?
15
CONDE, Mª Luisa: Manual de Tratamiento de Archivos Administrativos. Madrid. Mº Cultura 1992.
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remisión, etc. que aporten una información esencial para la resolución del expediente o que
acrediten la autoría de determinado documento, está claro que formarán parte del expediente;
pero los documentos de enlace que sólo acompañen a un documento entre oficinas no debe-
rán incluirse. Nos referimos a las notas que suelen presentar el texto siguiente:
«Adjunto remito informe sobre X para incluir en el expediente X».
Estas notas o documentos de enlace se archivarán formando serie independiente.
Como ejemplo de nota interior que formaría parte del expediente podemos referirnos a
la nota que la oficina responsable del trámite envía a las oficinas relacionadas comunicando la
resolución del expediente.
Otro aspecto importante a considerar es cuándo empieza y cuándo acaba un expediente.
Según el artículo 165 del Reglamento de Organización, los expedientes se iniciarán «a)
de oficio, cuando se trate de necesidades de servicio público o de exigir responsabilidades a los
miembros o funcionarios de las Corporaciones Locales. b) a instancias de parte, cuando se
promueven para resolver pretensiones deducidas por los particulares.
2. Será cabeza del expediente en los primeros el acuerdo y orden de proce-
der, y en los segundos la petición o solicitud decretada para su trámite».
En la Ley 30/92 de Régimen Jurídico... se refiere al PROCEDIMIENTO de la siguiente
manera:
«Artículo 68. Los procedimientos se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano com-
petente, o bien por propia iniciativa o como consecuencia de orden su-
perior, a petición razonada de otros órganos o por denuncia.
Artículo 69:
1. Los procedimientos se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano com-
petente, o bien por propia iniciativa o como consecuencia de orden su-
perior, a petición razonada de otros órganos o por denuncia.
2. Con anterioridad al acuerdo de iniciación, podrá el órgano compe-
tente abrir un período de información previa con el fin de conocer las
circunstancias del caso concreto y la conveniencia o no de iniciar el pro-
cedimiento».
Vemos, por tanto, que aunque el procedimiento se inicie tal y como especifican el Regla-
mento y la Ley 30/92, de acuerdo con el artículo 69.2 de la Ley se supone que «el período de
información previa» dará lugar a documentos que deberán incluirse en el expediente, ya que
sólo así se obtendría una información completa.
En cuanto a su finalización se debe entender que el último documento a incorporar en
un expediente es el recibí de la notificación de la resolución a las partes interesadas, pues el
artículo 59.1. de la mencionada Ley 30/92 nos dice que «la acreditación de la notificación
efectuada se incorporará al expediente»
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En este último caso se hará una relación general de las subcarpetas que forman un expe-
diente que se incluirá en la carpetilla o guarda del expediente 16.
EXPEDIENTES MUNICIPALES
16
Véase apartado 3.5.2.2. «Carpetilla y C. de expedientes».
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DOCUMENTOS DE NOTIFICACIÓN
Denominamos documentos de notificación a los que se envían a todas las oficinas muni-
cipales para comunicar asuntos de interés general; o aquellos documentos dirigidos a un em-
pleado público o a una oficina determinada para comunicar un asunto de su interés. En el
primer caso se incluyen las Circulares, y/o Comunicados. En el segundo puede incluirse las
certificaciones de acuerdos sobre asuntos personales.
En algunas oficinas tanto los documentos de enlace como los de notificación se archivan
bajo la denominación común de «correspondencia interior». Esta terminología es peligrosa ya
que en la práctica se termina convirtiendo en un «cajón de sastre» en donde se archivan docu-
mentos que forman parte de expedientes o que son documentos de apoyo a la gestión.
DOCUMENTOS DE ENLACE
Como su nombre indica son documentos que se utilizan en las oficinas para trasladar
documentos de una a otra. Generalmente reciben el nombre de «notas de régimen interior»,
«oficios de remisión» o «relaciones de envío».
Suelen ser de papel autocopiativo y tamaño cuartilla o similar aunque también se pueden
encontrar en tamaño folio o DIN A4. A veces forman grupos de tres hojas con el fin de que la
oficina remitente conserve, como testimonio del envío, un ejemplar hasta que regrese el terce-
ro con el recibí. El desconocimiento de esta función provoca el que se envíen las tres hojas
perdiendo así su eficacia.
Cuando existe una buena organización administrativa y los documentos están correcta-
mente elaborados, la autoría y la fecha de los escritos bien expresadas, estas notas de régimen
interior sólo sirven como acompañamiento al documento. Se archivarán en una carpeta inde-
pendiente ordenadas por oficinas. Su función será dejar constancia de que los documentos se
envían y se reciben, por lo tanto podrían ser eliminados pasado un tiempo prudencial.
Por documentos de apoyo a la gestión entendemos todos aquellos que recibe una oficina
o elabora ella misma para facilitar la gestión de sus asuntos. Esta documentación tiene como
característica común la de su carácter informativo efímero y su falta de valor legal o histórico.
Los documentos administrativos estudiados hasta ahora suelen ser sustentadores de derechos
de los ciudadanos y de la propia administración al menos durante un período de su vida,
suelen ser documentos originales.
Los documentos de apoyo son copias de otros documentos o documentos repetidos y
carecen de cualquier valor, salvo el meramente informativo inmediato, por lo que pueden ser
destruidos una vez utilizados.
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Copias de documentos.
Generalmente todas las oficinas conservan copias de los informes que emiten. El docu-
mento válido será siempre el original que constará en el interior de un expediente. El expe-
diente podrá archivarse en la oficina que emite el informe o en otra. Las copias carecerán de
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valor, pero a efectos estadísticos o como modelo para posteriores intervenciones, la oficina
conservará la copia, que puede ordenar cronológicamente o por la materia de la que trate el
informe. Adquiere así un evidente valor informativo para la oficina. Valor que irá perdiendo
con el paso del tiempo lo que permitirá su destrucción.
Está formada por los diferentes textos legales, revistas especializadas, Boletines oficiales y
Catálogos que suelen recibir todas las oficinas.
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II. ORGANIZACIÓN DE UN
ARCHIVO DE GESTIÓN
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Hay una idea que debe predominar por encima de todo, y es que los archivos se deben
organizar pensando no sólo en el presente sino también en el futuro. Esto quiere decir que el
sistema que diseñemos deberá servir para cubrir las necesidades futuras de la oficina.
Conseguir esto sólo será posible elaborando un buen plan de trabajo y adquiriendo unos
conocimientos de archivo.
Ni todas las oficinas municipales archivan el mismo volumen documental ni tienen las
mismas necesidades de consulta de documentos. Hay oficinas, como por ejemplo Urbanismo
o Servicios Jurídicos, que mantienen muchos expedientes abiertos o en trámite durante un
largo período de tiempo siendo, además, muy consultados por los propios interesados. Su
sistema de archivo deberá ser ágil; los instrumentos de recuperación de los documentos y de la
información (ficheros, libros...) tendrán que ser eficaces; y el mobiliario de oficina muy acce-
sible.
Otras oficinas no tramitan demasiados expedientes pero, sin embargo, reciben mucha
correspondencia. El período que transcurre entre la recepción de una carta y su contestación
suele ser breve y, una vez archivado el documento, rara vez tendrá que ser consultado. Este
podría ser el caso de una Secretaría de Alcaldía. El sistema de archivo puede ser sencillo una
vez establecidos criterios claros de clasificación y ordenación.
Cada oficina tiene sus peculiaridades y deben ser sus responsables los que opten por un
sistema que, dentro de unos criterios archivísticos básicos, se adapte a sus circunstancias.
Dicho lo anterior pasaremos a explicar por qué surge la necesidad de organizar un archivo
en una oficina determinada.
Utilizando el sentido del humor (que tanta falta hace al organizar un archivo) se podría
decir que el funcionario se plantea la organización del archivo tras el último ataque de nervios
del jefe al no encontrar un documento imprescindible para ganar un juicio. Pero la realidad es
que siempre llega un momento en que los responsables de los archivos son conscientes de que
han llegado a un nivel de saturación tal que es imposible encontrar un documento concreto en
el plazo solicitado.
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Paloma Fernández Gil
Otras veces la necesidad se plantea ante la llegada de un nuevo responsable que exige que
los documentos estén disponibles cuando se necesitan. Por último, y es lo más preocupante, la
necesidad surge cuando ya no hay espacio para archivar los documentos.
En muy pocas ocasiones se trata de una iniciativa planteada ante la creación de una nueva
oficina o de un nuevo servicio, como sería aconsejable.
La consecuencia de estos problemas es que la organización de los archivos se aborda con
precipitación y sin ningún plan establecido por lo que se cometen los siguientes errores:
* Fragmentación de las series documentales al utilizar una clasificación por asuntos o
materias para la organización de los archivos.
* Excesiva división del archivo, ya que los documentos se ordenan en función de la
situación en que se encuentran los expedientes.
* La no consideración de que la pauta de organización de un archivo la dan los
expedientes finalizados.
* Ordenar los documentos en función de la recuperación de la información.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
La gestión y el control de la información debe ser el objetivo último en una oficina. Pero
este control sólo se consigue con la suma de tres factores:
* Una buena organización de los documentos
* Una perfecta organización y coordinación municipal
* Unos programas de ordenador adaptados a la realidad de cada oficina.
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Para la mayoría de las oficinas municipales resulta muy difícil alcanzar esa meta.
Por tanto, los objetivos deben ser realistas y estar en relación con el equipamiento exis-
tente y con las posibilidades de dedicación a la gestión del archivo. No sería lógico, por poner
un ejemplo, pretender controlar los documentos con ficheros pormenorizados sin que se dis-
ponga de tiempo para introducir los datos.
Por último, hay que añadir un objetivo que no deben perder de vista quienes trabajan en
la administración pública. Los documentos administrativos, como vimos en la primera parte,
son públicos y forman parte del Patrimonio documental de un municipio, por lo que al mar-
gen de facilitar la gestión municipal y la comodidad del personal, con la organización del
archivo se intentará proteger su integridad durante el tiempo que se conserven en la oficina.
Es esta característica de ser documento público lo que va a establecer las diferencias entre
la organización de un archivo de la administración y el de una empresa. Mientras que éstos
organizan los documentos para su uso exclusivo y con el fin de proteger sus intereses a corto
plazo, los primeros tienen que organizar sus archivos para su propia gestión, para la colectivi-
dad y para la historia.
Necesidad de consenso
Es evidente que para organizar los documentos de una oficina todas las partes implica-
das tienen que estar convencidas de esa necesidad. Un problema puede ser el que no todo el
mundo acepte que el sistema existente no es el adecuado, cuando no ha sabido responder a
todas las necesidades de la oficina en el actual momento de la gestión municipal, a pesar de
que fuera perfectamente válido en épocas anteriores.
También conviene tener presente que la imposición de un nuevo sistema rara vez da los
resultados apetecidos si en su elaboración no han participado todos los implicados.
En la reunión debe tenerse en cuenta otra regla importante y es que el archivo de los
documentos es tarea exclusiva del personal administrativo de la oficina nunca del personal
técnico. Esto quiere decir que los técnicos municipales no deben tener un archivo de docu-
mentos administrativos en sus despachos. Deberán conservar documentación informativa
auxiliar y expedientes pendientes de informes, pero nunca los expedientes finalizados.
Esta regla debe hacerse extensiva a los cargos políticos.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
adelante, que la organización se lleve a cabo sobre los documentos más recientes (del año en
curso), y es en el segundo semestre del año cuando el volumen documental ofrece una visión
completa de los asuntos de la oficina.
Como segunda y evidente recomendación, diremos que el trabajo se llevará a cabo fuera
del horario habitual, y si ello no es posible, fuera del horario de atención al público.
En cuanto a quiénes deben realizar el trabajo diremos que debe ser el personal admi-
nistrativo, dirigido por el archivero, si existe, y por el responsable de la oficina.
Por último añadiremos que la preparación del espacio físico es muy importante si se
quiere realizar con comodidad la organización de los documentos. Es aconsejable dejar una
mesa y una estantería o archivador libre, en dónde se pueden ir depositando los documentos
cuando se sacan de los archivadores y en dónde se puedan ordenar.
En cuanto al material auxiliar necesario para la organización será el siguiente:
* Lápiz y papel
* Carpetillas o guardas
* Etiquetas adhesivas móviles de diferentes colores
* Bandejas clasificadoras
* Cajas de archivo
* Carpetas clasificadoras
* Fichas de cartulina.
Las etiquetas adhesivas móviles (post-it) pueden servir para hacer una primera selección
de los documentos, y así evitar escribir sobre éstos. Las carpetillas o guardas servirán para
separar o agrupar los documentos y en ellas se escribirá el contenido a lápiz.
Para organizar el archivo de una oficina es necesario contar con todas aquellas fuentes de
información que faciliten el conocimiento de la propia oficina y de los métodos de archivo.
Entre la documentación necesaria citaremos la siguiente:
* Legislación que afecte a la Administración Local en general y a la oficina en parti-
cular.
* Reglamentos y Ordenanzas del Ayuntamiento. Mereciendo especial interés el Re-
glamento de Organización o de Régimen Interior, el Reglamento del Archivo
Municipal, y el Reglamento o la Ordenanza que afecte a la oficina en cuestión.
* Las Normas de Procedimiento elaboradas para la tramitación de los diferentes asun-
tos.
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De lo arriba enumerado destacaremos los informes y las memorias anuales de las oficinas
por constituir una fuente de gran importancia para conocer el volumen de documentos trami-
tados en los últimos años, el número de personas que han acudido a la oficina así como otros
datos de suma importancia para el establecimiento de un sistema de archivo adaptado a la
realidad.
En cuanto a los Manuales de Archivística diremos que, si bien no existen manuales exclu-
sivamente enfocados a la organización de los documentos en las oficinas municipales, si exis-
ten buenos ejemplos de manuales de archivística municipal, y de organización de archivos de
empresa. En el anexo de este libro presentamos una pequeña bibliografía que puede ayudar a
la organización de los archivos.
No podemos olvidar otra fuente de información importante y es el contacto con oficinas
semejantes de otras administraciones. La asistencia a cursos, reuniones de trabajo o Congresos
puede ser un buen momento para entrar en relación con empleados de otras oficinas. Com-
partir las experiencias y los problemas de archivo puede ser muy interesante y ahorrarnos
tiempo. ¿Cuándo un problema ha sido resuelto en una oficina por qué no seguir su sistema?.
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2. PLAN DE ACTUACIÓN
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ARCHIVO DE OFICINA
Los documentos de apoyo informativo se deben organizar considerando que, por la fun-
ción que cumplen, su instalación ha de ser cómoda y accesible.
En primer lugar hay que dejar claro lo siguiente: Los documentos que la propia Admi-
nistración se encarga de distribuir como fotocopias a todas las oficinas deberían ser accesi-
bles mediante pantallas de ordenador. Este es uno de los ejemplos clarísimos en los que la
informática debería utilizarse como instrumento de trabajo para proporcionar información y
participar en la coordinación administrativa.
Documentos tales como las Actas de Pleno o el Presupuesto General deberían ser accesi-
bles a todas las oficinas en pantalla. De esta manera, la oficina no se vería en la necesidad de
archivar tanta documentación en soporte papel. No cabe la menor duda de que así se ganaría
un importante espacio físico que iría en beneficio de la organización de los documentos espe-
cíficos de la oficina.
Explicado lo anterior veamos cómo puede ser organizada esta documentación, teniendo
en cuenta, que su conservación no es tarea prioritaria y la integridad del documento no prima-
rá sobre otros aspectos.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
DOSSIERES
Como ya se ha explicado no hay que confundir los dossieres con los expedientes admi-
nistrativos. Los dossieres se forman cuando interesa acumular información sobre un asunto
determinado. En la mayoría de las oficinas su conservación es efímera, pero hay algunas ex-
cepciones como puede ser el caso de una Oficina de Información o un Gabinete de Prensa.
El mejor sistema de archivo de los dossieres será su conservación en un disco óptico. Los
documentos seleccionados (que proceden de expedientes administrativos, recortes de prensa y
notas manuscritas) pueden ser escaneados y conservados en un disco el tiempo necesario para
utilizar la información.
Si no se dispone de equipo informático adecuado, o bien el volumen documental no
justifique la inversión, los dossieres en soporte papel se ordenarán por el asunto del que traten.
Para ello hay que establecer convencionalmente un índice con el fin de que tanto la recupera-
ción como la inclusión de un nuevo dossier sea rápida.
El orden 17 alfabético sin un índice previo no es aconsejable, ya que la denominación del
dossier nunca es clara en el momento de su creación, y puede pasar por sucesivas denomina-
ciones en el tiempo. Por ejemplo: un dossier elaborado sobre problemas existentes de drogas
en un barrio determinado puede ser conocido por «Problemas de drogas en Barrio X» «Drogas
en Barrio X» o incluso «Barrio X».
17
Véase 3.3.2. Ordenación.
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Véase 3.5.2. - Material de Archivo
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
cartela o etiqueta en la que se escriba la materia de la que tratan los folletos en ella archiva-
dos.
En el supuesto que nos ocupa definimos índice «como un conjunto de palabras y/o
términos que tienen como misión sintetizar y representar el contenido de los documentos,
constituidos por términos, controlados y normalizados».
Cada oficina elaborará el índice de acuerdo a sus necesidades y a la importancia que den
a unos temas informativos por encima de otros.
19
Cruz Mundet, J.R.: op. cit. p.292
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En una oficina se debe controlar el número de términos que contiene el índice, ya que no
es operativo un número excesivo de denominaciones. En cualquier caso, el número estará
siempre en relación con el volumen documental existente.
Para la elaboración del listado de términos se puede recurrir al orden alfabético. Por
ejemplo podemos agrupar las fotocopias de boletines, (Leyes, Ordenes, Decretos) de acuerdo
con el índice siguiente:
* Administración Local (Normas Generales)
* Hacienda Local
* Medio Ambiente
* Personal
* Sanidad
* Seguridad
* Subvenciones
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
La utilización del orden alfabético no es siempre adecuada para la instalación de los folle-
tos e impresos en las estanterías ya que, a medida que el volumen documental aumenta, se
necesita utilizar términos más específicos y la intercalación de éstos obligaría a cambios en las
estanterías, lo que no es aconsejable. Hay que considerar que estamos organizando la docu-
mentación informativa de una oficina y que éstas rara vez disponen de espacio.
El índice que presentamos a continuación está numerado y aparentemente no se ha se-
guido ningún otro orden (alfabético o jerárquico) en la colocación de los términos. Podría dar
la impresión de que se ha elaborado, de manera aleatoria, un listado de materias que interesan
a la oficina. Se entenderá más fácilmente si estudiamos la estantería en donde se han instalado
los documentos.
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Las materias enumeradas del 07 al 017 son las más utilizadas en la oficina. Para que su
manejo sea cómodo se han situado en la parte central de la estantería, las materias menos
consultadas se situaron en las baldas superior e inferior.
Elaborar un índice no es fácil, como hemos visto, por lo que se pueden buscar ayudas
para facilitar la tarea. Los índices de las revistas especializadas, la clasificación que utilizan los
Centros de Documentación e incluso los índices de los Manuales especializados en una mate-
ria concreta pueden servir para la realización del índice de la documentación de la oficina.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Los «post-it» deben ser igualmente retirados de los documentos, por dos motivos:
a) Estas notas sirven como anotación provisional para recordarnos algún aspecto que
afecte a la tramitación del expediente, se entiende que una vez finalizado éste su
inclusión dentro del mismo es innecesaria como cualquier otra nota manuscrita.
b) La goma de estas notas daña el papel.
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Normalmente el formulario está formado por 2 hojas en su versión más sencilla, o tres en
la más compleja. El papel es autocopiativo. La oficina remitente recibirá una de las hojas con
las firmas del responsable del Archivo y cumplimentada con los datos siguientes: signatura,
código y tiempo de la custodia. Cuando una oficina tiene un archivo perfectamente organiza-
do, lo que incluye unas Normas de Acceso y de Expurgo, estos datos vienen dados en el
impreso desde la propia oficina, el Archivo, entonces, incluirá exclusivamente la signatura
topográfica, es decir el número que lleva la unidad de instalación en el propio Archivo.
Estos índices de remisión se conservarán en la oficina durante al menos tres años ya que
servirán de control para la propia oficina. Se archivarán junto con las Normas de Archivo y
demás documentos relacionados con la organización del Archivo.
Como veremos más adelante, no todos los documentos administrativos que conservan
las oficinas deben ser transferidos al Archivo Municipal. Ya hemos visto cómo los documentos
de apoyo y la documentación informativa auxiliar se deben destruir en la propia oficina, pero
existen documentos originales cuya conservación no es pertinente más allá de 2 o 3 años e
incluso de menos al carecer de transcendencia. Este podría ser el caso de las Notas de Régimen
Interior.
Otros documentos, como las instancias solicitando empleo o las presentadas a una opo-
sición -serie en algunos casos muy numerosa-, podrían destruirse una vez desaparecido su
valor legal.
La valoración de los documentos no es una tarea sencilla ya que hay que tener en cuenta
diferentes aspectos que van desde el documento, como demostrativo de derechos hasta como
testigo de una época. Por este motivo se deben formar Comisiones de Valoración 21 en las que
20
Véase también 3.4.1.3. de este Manual
21
Existe una Comisión Estatal creada a principio de 1996, y en algunas Comunidades funcionan Comisiones
de mayor o menor rango que están comenzando a publicar su valoración.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
estén representados expertos en Derecho, Historia, Archivos y Administración. Son estas Co-
misiones las que decidirán qué series se tienen que destruir, cuáles conservar sólo en parte, y
cuáles son de custodia permanente. Estas Comisiones se pueden formar a nivel Estatal, de
Comunidad Autónoma o a nivel Municipal, según lo establecido en las correspondientes
Leyes de Archivos 22 y la mencionada Ley del Patrimonio.
No obstante los Ayuntamientos pueden elaborar pequeñas Normas de Expurgo que pue-
den servir de guía a las oficinas para la eliminación de algunos documentos en forma de
copias, o bien, originales de espaciales características. En el apartado 3.6.4. de este Manual
ofrecemos unas Normas de Expurgo que pueden ser orientativas al respecto.
22
Véase apéndice legislativo.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
En todas las oficinas existen documentos cuyo trámite ha podido finalizar hace algún
tiempo, 2 años por ejemplo, pero cuya consulta es aún frecuente para la propia oficina, bien
para servir de modelo en la tramitación de expedientes semejantes o bien, porque reúnen
datos o información que tiene que ser consultada con frecuencia para satisfacer peticiones de
ciudadanos o de otras administraciones.
Conviene destacar que aunque la Administración debe consultar con cierta frecuencia los
documentos que ha recibido o producido no siempre es necesaria su conservación en el mismo
espacio que se emplea para el archivo cotidiano que, lógicamente, estará unido al área de
trabajo. Todas las oficinas municipales deberían contar con una habitación destinada a Archi-
vo en dónde se conservasen los documentos de los últimos años. Así por ejemplo:
Conseguir una habitación para archivo no siempre es fácil en los edificios municipales ya
que los arquitectos que los diseñan rara vez tienen en cuenta esta realidad administrativa. Lo
que no es tan difícil de conseguir es que en todas las plantas exista una habitación dedicada al
Archivo que sea compartida por varias oficinas.
La Archivística nos ha venido hablando de la conservación de los documentos en las
oficinas durante cinco años, la elección de esta cifra no era algo arbitrario y caprichoso, obede-
cía a dos motivos:
* La vigencia administrativa, fiscal e incluso penal, marcada por algunas leyes.
* La ausencia de Archivos Municipales acondicionados y creados como una oficina
municipal más, es decir con un personal preparado para organizar y poner accesi-
bles los documentos.
La legislación local vigentes no especifica que los documentos deban quedar custodiados
en la oficina que los produce. Cuando hace referencia a la edad de los documentos es para
subrayar que la responsabilidad legal de los trámites realizados en los cinco últimos años es de
un funcionario determinado. Este es el caso de los documentos de la Intervención que en la
anterior Ley de Régimen Local se especificaba que los documentos de los 5 últimos años
deberían ser custodiados por el Interventor, mención que no sólo no aparece en la nueva Ley
de Administración Local sino en las leyes que le son propias.
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Así la legislación vigente nos dice que las actuaciones de los 5 últimos años serán respon-
sabilidad del Interventor, pero no menciona en dónde deben ser custodiados los documentos.
Por tanto no se debe confundir responsabilidad con custodia. Debe quedar claro que la oficina
transfiere documentos al Archivo Municipal ya que es misión de éste la custodia y conserva-
ción de los documentos públicos.
En lo que respecta a la vigencia administrativa, se puede decir que rara vez una oficina
considera vigentes los documentos de más de tres años. Puede haber excepciones pero, tal vez
abundan más los documentos que pierden vigencia entre seis meses y un año. Por ejemplo, la
correspondencia y los expedientes de multas o de solicitud de licencia menor, una vez efectua-
dos los pagos correspondientes.
En cuanto al segundo punto merece la pena destacar dos palabras: Acondicionamiento y
personal preparado.
El Archivo de un Ayuntamiento es una oficina más de la organización municipal, con
algunas peculiaridades: como la necesidad de mayor espacio físico que el resto de las oficinas.
Debe reunir además un buen acondicionamiento ambiental y medidas de seguridad. Al frente
de esta oficina tienen que existir archiveros con la debida preparación técnica y no sólo una
persona sino tantas como el volumen documental y la complejidad del sistema administrativo
lo exija. Y esto ¿por qué?. Porque una oficina de archivo debe prestar el máximo servicio a su
propia Administración, y esto se logra siendo la oficina en donde se conservan y organizan los
documentos cuando no son necesarios en las oficinas, lo que puede ocurrir al cabo de seis
meses. En la empresa privada existen oficinas sin papel, no por la sustitución de éste por los
documentos informáticos sino porque los documentos recién tramitados son enviados al Ar-
chivo, dónde un equipo de profesionales se encarga de su organización. Cuando se necesitan
consultar los documentos se trasladan del Archivo a la oficina.
Como es fácilmente deducible el ahorro en mobiliario, material y tiempo es en la oficina
directamente proporcional a la eficiencia y eficacia en la gestión del Archivo Municipal.
Pero mientras esto ocurre volvamos a la realidad de la Administración local española y
veamos cómo organizar los documentos de consulta frecuente.
Los documentos con menor vigencia administrativa deben ser retirados de los muebles
archivadores cercanos al puesto de trabajo. También se sacarán de las carpetas archivadoras.
Serán introducidos en cajas de archivo igual que se hizo con los documentos que se transfirie-
ron al Archivo Municipal, con la única diferencia de que en las cajas se relacionará el conteni-
do con el fin de facilitar su consulta. Después se colocarán en la parte baja de los muebles de
la oficina (armarios, estanterías, etc.) o si es posible se instalarán en la habitación dedicada a
Archivo.
En este último caso se debe hacer una distribución de las estanterías, si el Archivo es
compartido, diferenciando mediante carteles indicadores el archivo de cada oficina.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Si el archivo es para uso exclusivo de una oficina se deberá hacer una distribución del
espacio por años y dentro de éstos por series de tal manera que, llegado el momento de la
transferencia, sea más sencilla la preparación del envío.
Cuando se archive el último año, se transferirá el más antiguo, estableciéndose así una
sistematización en los envíos, que evitará la acumulación de documentos en las oficinas.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Es corriente encontrar oficinas en las que los funcionarios emplean para nombrar a los
grupos documentales el siguiente vocabulario:
«documentación de.... o expedientes de ....» y a continuación el asunto del que tratan los
documentos. Por ejemplo, «Documentación de Quintas» o «documentos del Ministerio». O
bien «asuntos de personal».
Para finalizar con el socorrido «varios» o «asuntos varios», famoso cajón de sastre en
dónde van a parar los documentos que no encajan en los demás apartados. Evidentemente
estos grupos de documentos no son series documentales. Vamos a ver en primer lugar qué
entendemos por serie documental.
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Un Ayuntamiento deberá asumir esas competencias y para su gestión deberá ejercer unas
funciones 23. Pero éstas sólo podrán desarrollarse si existen unas directrices políticas y unos
recursos económicos.
Todo ello canalizado a través de los órganos administrativos que definimos como «los
diversos centros o unidades funcionales en que se divide la organización administrativa».
Las Administraciones municipales complejas suelen crear uno o varios órganos adminis-
trativos para desarrollar las funciones en lo que le compete.
En las Administraciones pequeñas un mismo órgano puede desarrollar varias funciones,
este sería el caso de la Secretaría General que asume la gestión de todos los asuntos en los que
el Ayuntamiento tiene competencias.
Para facilitar la tarea de distinguir las funciones que realizan las administraciones munici-
pales contamos con los diversos textos legales que afectan a la Administración Local. Así por
ejemplo el Texto Refundido de las Disposiciones legales vigentes en materia de Régimen Local
(Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, publicado en el BOE de 22 de abril de
1986) en su artículo 178.2 al hablar de la gestión económica de las entidades locales nos dice
«que tendrán por objeto la administración de los bienes, rentas, tributos, derechos y acciones
que les pertenezcan, a cuyo fin les corresponden las funciones siguientes:
a) La administración y aprovechamiento del patrimonio.
b) La imposición y ordenación de los recursos autorizados por la Ley.
c) El reconocimiento, gestión, liquidación, inspección y recaudación de los tributos,
rentas y demás derechos económicos.
d) La sanción de infracciones.
e) La ordenación de gastos y el reconocimiento, liquidación y pago de obligaciones.
23
FUNCIONES: Atribuciones encomendadas o señaladas a una institución para que realice y cumpla los fines
para los que ésta fue creada (Heredia Herrera, Antonia. «Archivística General: Teoría y Práctica» Sevilla, Servicio de
Publicaciones de la Diputación. 1991)
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Estas funciones, por tanto, serán iguales para todos los municipios, lo que va a cambiar
será el número y la denominación de los órganos administrativos que se creen para cumplir
estas funciones.
En un Ayuntamiento grande para ejercer la función de «administración y aprovecha-
miento del patrimonio» se creerá la oficina de patrimonio, mientras que en uno pequeño será
una de las funciones de la Secretaría General o de Intervención.
El mismo Texto Refundido en su artículo 162 especifica cuales son las funciones de la
Secretaría:
a) El asesoramiento legal preceptivo de la Corporación, así como de su Presidencia y
Comisiones.
b) La fe pública de todos los actos y acuerdos.
24
Actividad Administrativa: conjunto de acciones regladas por las normas de procedimiento y llevadas a
cabo por una oficina de la Administración (Diccionario de Terminología)
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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En un tercer supuesto nos encontramos con oficinas que vienen desarrollando una acti-
vidad desde tiempo inmemorial de la misma manera, sin que se sepa exactamente por qué se
sigue ese procedimiento. El origen pudo ser algún Reglamento u ordenanza no vigente en la
actualidad, o, y es lo más común, lo establecería un Secretario cuyo nombre nadie recuerda.
En este caso hablamos de COSTUMBRE. Un ejemplo podrían ser la tramitación de la organi-
zación de las Fiestas Patronales.
Por último tendríamos que decir que puede existir una COMBINACIÓN de todo lo men-
cionado en la manera en que se llevan adelante las actividades de la oficina. Así podemos
encontrarnos con unos procedimientos extrictamente detallados por la legislación, pero al que
se le introducen nuevas acciones con el fin de enriquecer el procedimiento o facilitar el trabajo
de los instructores del mismo. Por ejemplo un responsable de la oficina de Urbanismo podría
tomar la decisión de incluir la toma de una fotografía dentro de las acciones que se llevan a
cabo para conceder una licencia de obras.
Vemos así, que la actividad administrativa puede discurrir por caminos muy variados.
Por este motivo, aunque en lo básico todas las Administraciones Municipales son iguales, se
observan grandes diferencias en la manera en que desarrollan sus competencias.
Generalmente la actividad administrativa queda reflejada en documentos y por el mo-
mento mayoritariamente en soporte papel. Pero no podemos olvidar que hay algunas activida-
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
des administrativas de las que no queda constancia escrita, por ejemplo, la actividad que rea-
liza la oficina de información.
Cuando la actividad administrativa se plasma en documentos hablamos entonces de ti-
pos documentales que podemos definir como «unidad documental producida por un orga-
nismo en el desarrollo de una actividad concreta, regulada por una norma preestablecida y
cuyo formato, contenido informativo y soporte son homogéneos».
El siguiente ejemplo servirá para comprender lo anteriormente explicado.
Ya vimos que una de las funciones de la Secretaría era la fe pública de todos los actos y
acuerdos. Para cumplir está función se desarrollará una actividad administrativa, que recorde-
mos es «el conjunto de acciones regladas por las normas -y en este caso las normas se definían
en el artículo 50 del Texto Refundido- y llevadas a cabo por una oficina municipal, que se
materializa en un tipo documental» en este caso el Acta.
Tenemos ya un tipo documental de actas.
La unión de tipos documentales iguales formarán una SERIE DOCUMENTAL. Tene-
mos entonces la SERIE DOCUMENTAL DE ACTAS.
Pero esta explicación no es suficiente para entender lo que es una serie, ya que, si el
ejemplo anterior es muy sencillo de comprender no lo es tanto en otros supuestos.
Para una mejor comprensión es necesario explicar la diferencia entre los documentos
resultantes de procedimientos formalizados y los no formalizados.
Decimos que los documentos están formalizados cuando son expresión de una tramita-
ción preestablecida por el derecho positivo. Cuando esto no ocurre hablamos de documentos
resultantes de procedimiento no formalizado, y esto es posible porque ya las mismas leyes así
lo recogen «siempre que no esté previsto en el Ordenamiento jurídico un procedimiento, la
Administración Pública podrá realizar sus funciones en la forma que estime adecuada... «Por
tanto siempre que una Entidad Local tenga que llevar a cabo una actividad para la que no esté
previsto un procedimiento formalizado en la correspondiente regulación se dejará libertad al
instructor del mismo».
Por regla general sólo aquellos procedimientos de especial transcendencia, como pueden
ser los procedimientos sancionadores, quedan establecidos en las Leyes Generales y en las
Leyes Reguladoras, como por ejemplo en la Ley del Suelo. Para el resto se observa la primacía
de la libertad.
Es curioso observar como en la legislación más reciente el legislador no desciende al
detalle de cómo se deben instruir los expedientes y la información que contienen. Por ejem-
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EJEMPLOS DE EXPEDIENTES DE
PROCEDIMIENTOS FORMALIZADOS
EJEMPLOS DE EXPEDIENTES DE
PROCEDIMIENTOS NO FORMALIZADOS
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Este es uno de los motivos fundamentales por los que muchos administrativos al leer la
relación de tipos documentales existentes en un Ayuntamiento piensan que en el suyo no se
tramitan, a pesar de que reconozcan la actividad.
Vemos, por tanto, que uno de los principales problemas a la hora de identificar la serie
viene dado por la no creación de expedientes y el engrosamiento o creación de falsas series,
como puede ser, siguiendo con el ejemplo de la cesión, la creación de una falsa serie de actas de
cesión, o la ampliación de la correspondencia, en vez de expedientes de cesión.
Y ahora entramos en la tercera parte del problema que plantea la identificación de una
serie.
La definición de serie documental que hemos expuesto al principio nos decía que es el
conjunto de documentos producido por un sujeto en el desarrollo de una misma actividad y
regulado por la misma norma jurídica y/o procedimiento.
La diferencia que existe con el tipo documental viene dada por las siguientes característi-
cas:
El tipo es producido por una actividad La serie se forma partiendo de una actividad
concreta administrativa
Producido por una misma norma Producido por una misma norma
Podemos decir que una serie puede estar formada por tipos documentales iguales, como
el supuesto de Actas antes mencionado, pero también se puede crear una serie con tipos
documentales distintos en cuanto a formato, contenido informativo o soporte, siempre y
cuando partan de la misma actividad administrativa como vamos a explicar a continuación.
De la actividad administrativa que se realiza para tramitar las solicitudes de licencias de
obras surgen los tipos documentales de expedientes de primera ocupación, exptes. de licencias
para edificación de viviendas o exptes. de acondicionamiento de baños o cocinas.
En un Ayuntamiento con una organización administrativa muy especializada, y en dón-
de se tramiten un gran número de expedientes, las series se formarán con la unión de expe-
dientes del mismo tipo documental.
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Una vez identificadas las series de las oficinas entramos en la clasificación de los docu-
mentos.
Hay que estructurar ese conjunto de documentos siguiendo un orden jerárquico y de
acuerdo con un criterio, con el fin de ponerlo por escrito y elaborar así, un Cuadro de Clasifi-
cación que servirá de pauta en la organización del archivo.
Clasificación es la operación intelectual que consiste en el establecimiento de las cate-
gorías y grupos que reflejan la estructura orgánica y/o funcional del fondo. 25
Como dice A. Heredia la clasificación «siempre supone el establecimiento de clases, de
familias, agrupadas estructural o jerárquicamente dentro de un conjunto». 26
3.2.1. Criterios
25
Diccionario de terminología Archivística.
26
Heredia, A. Opus cit. pág. 256
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
recientes se mezclaban los conceptos y las definiciones. En las Bibliotecas y Centros de Docu-
mentación se trabaja con documentos, pero estos documentos son resultado de la investiga-
ción o de la creación literaria de una persona o de un determinado colectivo, nunca son el
resultado del desarrollo de una función encomendada por una ley como ocurre con los docu-
mentos administrativos. Tampoco estos Centros conservan documentos originales, como es el
caso de los documentos que forman los archivos, sino que el mismo documento puede encon-
trarse en un sinfín de Centros. Estas dos características
* No ser el resultado de una actividad continuada en el tiempo por una institución o
persona física.
* No ser originales
Cuando la realidad de las oficinas es que «su producción» son tipos y series documentales
no asuntos. ¿Cómo clasificar un expediente de solicitud de licencia de obra para instalar el
alcantarillado en un colegio?
Veamos el siguiente ejemplo:
En una Secretaría General de un Ayuntamiento con muchas funciones asignadas se ha
hecho una clasificación por materias teniendo en cuenta la variedad de asuntos que se trami-
tan. Los términos elegidos han sido los siguientes:
* COLEGIOS
* OBRAS
* ASISTENCIA SOCIAL
* CONVENIOS-COLABORACIONES
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Paloma Fernández Gil
Como ya hemos dicho la clasificación es una tarea intelectual, pero que no sería de mu-
cha utilidad si no se pusiese por escrito.
Por este motivo, se elaboran los denominados Cuadros de Clasificación, que definimos
como «Instrumento de consulta que refleja la organización del fondo documental y aporta
los datos esenciales de su estructura».
De acuerdo con los criterios de clasificación estos Cuadros podrán ser orgánicos o fun-
cionales.
Vamos a estudiar las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.
Los Cuadros de Clasificación que siguen el organigrama de una institución resultan muy
sencillos de elaborar una vez que se identifican las series, pero sólo están aconsejados para el
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
supuesto de un organismo de crecimiento o mutación muy pequeña. Este puede ser el caso de
los Archivos de algunas empresas y el de las administraciones muy pequeñas. Las desventajas
que presentan son muy evidentes. La principal de ellas es la obligación de cambiar el Cuadro
a medida que se producen cambios organizativos. Como veremos más adelante los Cuadros
deben codificarse en todos sus niveles de una manera jerárquica, ciertamente cuantos menos
cambios sufra el Cuadro será más efectivo.
Los Cuadros deben elaborarse para toda una institución, es decir debe ser único y servir
para todo el sistema de archivos, desde la oficina al archivo histórico. En un Ayuntamiento no
sólo se han producido grandes cambios a lo largo de la historia en su sistema organizativo, sino
que se producen y se producirán, por lo que un Cuadro de Clasificación orgánico no es acon-
sejable.
A pesar de todo lo dicho hay que destacar que los Cuadros orgánicos constituyen una
ayuda imprescindible como punto de partida en la organización de un archivo de una oficina,
pues se pueden utilizar como instrumento de trabajo para asignar a cada oficina las series que
vamos identificando.
Los Cuadros de Clasificación basados en las funciones y actividades de una institución
ofrecen la enorme ventaja de que éstas no suelen cambiar con excesiva frecuencia. En el caso
de los Ayuntamientos se ha observado que las funciones básicas han cambiado muy poco
desde la Edad Media hasta nuestros días, lo que ha ocurrido es que éstas han tenido mayor o
menor desarrollo en función de la mayor o menor autonomía municipal y de los recursos
económicos existentes. Evidentemente se han desarrollado nuevas actividades y han desapare-
cido otras, pero en un Cuadro funcional tanto unas como otras siempre tendrán un sitio.
Pero confeccionar un Cuadro de Clasificación funcional no siempre es tarea sencilla. En
primer lugar es necesario conocer perfectamente todas las funciones y actividades de toda la
institución para que el Cuadro sea un instrumento duradero. Estos Cuadros se deben elaborar
para todos los documentos de todos los archivos, en el caso que nos ocupa, del Ayuntamien-
to.
Las oficinas municipales tomarán del Cuadro aquella parte que afecte a sus documentos.
En ningún caso se debe elaborar partiendo de las oficinas ya que el producto sería engañoso al
existir en todas las oficinas documentos fotocopiados que son la plasmación de actividades de
otras oficinas.
No obstante también se puede elaborar un Cuadro de Clasificación funcional para una
sola oficina cuando no se prevea la posibilidad de que se haga para todo el Ayuntamiento.
En este caso será necesario detectar la función principal de esa oficina, para a continua-
ción pasar a estudiar las actividades que se llevan a cabo. Hay que tener en cuenta que la
función suele coincidir con el nombre de la oficina cuando el sistema organizativo es muy
complejo, como ocurre en los Ayuntamientos medios o grandes. En estos casos el Cuadro de
Clasificación funcional tiende a confundirse con el orgánico.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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ARCHIVOS MUNICIPALES
Cuadro de Clasificación
Código Tipo Documental
1. ÓRGANOS DE GOBIERNO
1.1. AUTORIDADES SUPRAMUNICIPALES
1.2. ALCALDE
1.3. AYUNTAMIENTO PLENO
1.4. COMISIÓN MUNICIPAL PERMANENTE
1.5. COMISIONES INFORMATIVAS Y ESPECIALES
1.6. COMISIÓN DE GOBIERNO
2. SECRETARIA
2.1. SECRETARIA GENERAL
2.2. PERSONAL
2.3. SERVICIOS JURÍDICOS
2.4. SANIDAD Y ASISTENCIA SOCIAL
2.5. OBRAS Y URBANISMO
2.6. PATRIMONIO
2.7. EDUCACION
2.8. CULTURA
2.9. DEPORTES
2.10. SERVICIOS
2.10.1. Posito
2.10.2. Abastos y Mercados
2.10.3. Matadero
2.10.4. Policía Municipal
2.10.5. Bomberos
2.10.6. Parques y Jardines
2.10.7. Tráfico y Transporte
2.10.8. Empresa M. de Transportes
2.10.9. Mantenimiento de Edif. Públicos.
2.11. SERVICIOS AGROPECUARIOS
2.12. ACCIÓN VECINAL Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
3. HACIENDA
3.1. JUNTAS MUNICIPALES
3.2. CONTADURIAS
3.3. INTERVENCIÓN
3.4. RENTAS Y EXACCIONES
3.5. TESORERÍA
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Un cuadro de Clasificación para que sea correcto y funcione como instrumento eficaz
debe reunir las siguientes características:
* Abierto a nuevas inclusiones: Es decir en la estructuración de los niveles asignados,
en el sistema de codificación, en la forma de disponer las series, se debe calcular la
posibilidad de incluir nuevas series o nuevas secciones o subsecciones.
* Debe llevar pocas subdivisiones: Un exceso en la jerarquización del fondo aumenta la
posibilidad de error y el rechazo en la aplicación por los usuarios.
* No debe incluir nunca un apartado de VARIOS: La inclusión de este apartado en un
Cuadro de Clasificación no significa más que una incapacidad a la hora de enten-
der los documentos. En las oficinas su empleo viene tradicionalmente unido a la
aplicación de criterios de clasificación por materias o asuntos. Con la aplicación de
un criterio funcional se elimina.
27
Para este apartado se han seguido las Normas de los Archivos Nacionales de Quebec. (Normes et procédures
archivistiques. 1990. Gouvernement du Quebec. Ministère des Affaires Culturelles. Archives Nationales du
Québec).
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
* Debe estar diseñado para que no haya que introducir grandes cambios: Independiente-
mente de las peripecias por las que atraviesa la oficina.
* Debe estar siempre codificado: Y a ser posible la codificación debe estar dotada de un
significado. Es decir que determinadas letras o números por si solos nos den una
INFORMACIÓN sobre los documentos.
Los Cuadros de Clasificación para que sean un instrumento útil de localización de docu-
mentos deben codificarse en toda su estructura. En palabras de Roberge la codificación esco-
gida «debe se simple y tener el número suficiente de caracteres para responder a las exigencias
de la estructura de la clasificación».
Existen tres clases de códigos:
* Alfabéticos
* Numéricos
* Alfanuméricos
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Paloma Fernández Gil
Código alfabético
La codificación alfabética como su nombre indica consiste en asignar al Cuadro de Cla-
sificación una letra del alfabeto o una combinación de ellas. Tiene por lo tanto una gran
limitación. Está totalmente desaconsejada para la estructura jerárquica de un Cuadro realiza-
do para toda una institución. Como destaca Roberge «No es imaginable utilizar códigos
alfabéticos formados por tres letras o más».
Código numérico
Consiste en asignar un número a cada división del Cuadro de Clasificación. Permite una
flexibilidad muy grande al jugar con un gran número de posibilidades. Pero también en esa
flexibilidad radica el peligro de hacer un gran número de subdivisiones, lo que complica en
exceso la utilización del Cuadro como instrumentos de recuperación de la información.
Existen 2 tipos de códigos numéricos:
* Códigos numéricos consecutivos
* Códigos numéricos significativos.
Como se puede apreciar en este sistema los números no obedecen a una jerarquización
lógica sino que carecen de significado. El número en sí no quiere decir nada. Este sistema se
asocia siempre con un ordenador para recuperar la información. Generalmente no pasa de
cuatro caracteres, por lo que estaría dentro de lo aconsejable para un cuadro de clasificación.
La mayor desventaja es que no dice nada, no reproduce la estructura del fondo, con lo
que se pierde información.
Código numérico significativo:
En este sistema los códigos numéricos utilizados corresponden a la estructura jerárquica
de clasificación. Ofrecen por lo tanto más información y su aplicación es «menos fría». Existe
a su vez una división para este tipo de codificación:
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
* Decimal
* Por bloques
En el segundo caso -por bloques- es parecido al decimal salvo que se da a los números una
significación especial relacionado con las funciones y actividades de una institución.
Código alfanumérico
Como su nombre indica se trata de una combinación de los dos anteriores. Existen va-
riantes pero para el caso que nos ocupa destacamos el Alfanumérico significativo en el que se
emplean letras para la primera división del fondo, mientras que para las secciones y subsecciones
se emplean números.
Para los casos anteriores sería:
A. Urbanismo
A-1000. Planificación
A-1100. Obras, etc.
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DOCUMENTOS DE GESTIÓN
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
CODIFICACIÓN ALFANUMÉRICA.
Ayuntamiento de Alcorcón
Para la elaboración de este Cuadro se ha seguido el Cuadro de Clasificación del Grupo de
Archiveros de Madrid, en el que 2.3. es Servicios Jurídicos. En este cuadro se había utilizado
una codificación numérica significativa, excepto para el último nivel -la serie- que se dejó sin
codificar.
ASESORÍA JURÍDICA
Posteriormente este Cuadro hubo de ser adaptado al cuadro corporativo del Ayunta-
miento cuyas series llevan una codificación numérica significativa.
A, B, C, D, E, F, G, H, I, J Y K se transformaron en 01, 02, 03, 04, 05, 06, 07, 08, 09 y
010. Ya que esta codificación de las series indica que deben ser conservadas en cualquiera de
los niveles de archivo. Se observó que las series restantes o eran copias o su conservación no
era necesaria transcurrido un breve período de tiempo. Por ese motivo I, L y M fueron trans-
formadas en 91, 92 y 93, ya que dentro de la codificación elegida a la serie de los 90 se le dio
el significado de eliminación o destrucción cuando su valor informativo o legal desapareciese.
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Paloma Fernández Gil
SERVICIOS GENERALES
Código 2.10.9. para la actividad administrativa de mantenimiento de las propiedades
municipales. Se utilizó el Cuadro de Clasificación del Grupo de Madrid, pero al no haber sido
contemplada esta actividad, fue necesario incluirla. Esto no fue un problema al tratarse de un
Cuadro flexible.
2.10.0.01. Correspondencia
2.10.9.02. Solicitudes de reparaciones y traslados
2.10.9.03. Partes y órdenes de trabajo
2.10.9.91. Partes de trabajo de empresa
2.10.9.92. Copias de informes
2.10.9.93. Correspondencia comercial, catálogos.
En esta oficina se archivaban otros documentos en fotocopias o, incluso, originales pro-
cedentes de otras oficinas y resultantes de la actividad de las mismas que por una mala organi-
zación administrativa se conservaban en la oficina de Servicios Generales.
La opción elegida fue utilizar los primeros dígitos de la codificación que tienen los origi-
nales y añadir la serie 90 como cuarto dígito para las fotocopias:
1.3.0.91. Fotocopias de Actas de Pleno
1.6.0.91. Fotocopias de Actas de Comisión de Gobierno.
Recuérdese que en el Cuadro de Clasificación del Grupo de Madrid
1.3. Es Ayuntamiento Pleno
1.6. Es Comisión de Gobierno.
Y para los -originales mal archivados- se les asignó el código que le corresponde en el
Cuadro de Clasificación Corporativo 2.2.1.05. Expedientes de asistencia a cursos, Jornadas y
Congresos. Que lógicamente es una actividad de la función de la gestión de la política Perso-
nal. Y en el Cuadro su código es 2.2.1.
El Cuadro de Clasificación de la oficina de Servicios Generales quedó de la siguiente
manera:
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
2.10.9.01. Correspondencia
2.10.9.02. Solicitudes de reparaciones y traslados
2.10.9.03. Partes y órdenes de trabajo.
2.10.9.91. Partes de trabajo de empresas.
2.10.9.92. Copias de informes.
2.10.9.93. Correspondencia comercial y catálogos.
1.3.0.91. Fotocopias de Actas de Pleno
1.6.0.91. Fotocopias de Actas de Comisión de Gobierno
2.2.1.05. Expedientes de asistencia a Cursos, Jornadas y Congresos.
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temporal para terminar con las series que, como documentos de información, recibe la oficina
como original múltiple o como fotocopias, tal y como hemos hecho en el ejemplo de Servicios
Generales.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
la pestaña en el caso de carpetas colgantes o suspendidas. Una vez memorizados los códigos su
aplicación conlleva indudables ventajas:
- Las carpetas son reutilizables ya que al conservarse en la oficina sólo los documentos del
año en curso o en trámite no es necesario incluir el año, y por lo tanto no hay que abrir
nueva carpeta cuando los documentos son transferidos.
- Si se inscriben los códigos, sin especificar el contenido se consigue que sólo el personal
conocedor del sistema pueda tener un rápido acceso a los documentos con lo que se
elimina la posibilidad de pérdida del control sobre estos, y se garantiza la
confidencialidad.
Como veremos más adelante, el código de la serie se puede incluir como referencia en
todos los escritos que se tramitan en la oficina, con lo que se agiliza la operación de archivo y
recuperación.
Podemos definir la ORDENACIÓN como «la operación de unir los elementos o unida-
des de un conjunto relacionándolos unos con otros, de acuerdo a una unidad-orden estableci-
da de antemano». 28
Veamos cual puede ser esa unidad-orden. Para ello hemos establecido dos niveles.
En un primer nivel nos encontraríamos:
* Orden cronológico
* Orden alfabético
y en el segundo situaríamos entre otros:
* Orden numérico
* Orden numérico-cronológico
* Orden alfanumérico
* Orden por conceptos o asuntos.
¿Por qué hablamos de dos niveles de ordenación?
Al primer nivel pertenecería una ordenación natural que no requiere un plan de ordena-
ción determinado con un ejercicio intelectual previo. Los documentos se ordenan siguiendo el
orden natural de creación (ordenación cronológica), o bien, se ordenan por la primera letra o
palabra destacada que lleva el documento (ordenación alfabética).
28
A. Heredia; Opus Cit. p.285
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Paloma Fernández Gil
Ordenación cronológica
La unidad elegida para determinar el orden es la fecha de los documentos.
Ahora bien, los documentos en la Administración llevan dos fechas:la del momento en
que se elaboró y la del Registro General de Entrada o Salida.
La fecha que debemos considerar es la del REGISTRO por ser la más cercana a la
realidad, y por tener validez legal.
Los documentos se ordenarán primero por años, después por meses, y por último por el
día.
Es una carpeta el documento que nos encontremos en PRIMER lugar será EL MAS
ANTIGUO. Conviene recalcar este principio, ya que la tradición administrativa indica todo
lo contrario, sin embargo la práctica demuestra que cuesta lo mismo archivar un documento
al principio que al final, pero la recuperación de la información es más rápida si se coloca el
más antiguo en primer lugar.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Por último diremos que los expedientes se deben ordenar por la fecha de inicio, no de
finalización del trámite.
Ordenación alfabética
Los documentos se ordenan siguiendo las letras del alfabeto. Generalmente esta ordena-
ción se aplica exclusivamente a los documentos referidos, a personas, lugares o entidades. Su
uso sólo es recomendable para oficinas con poco volumen documental y/o sin posibilidades
de crecimiento, lo explicaremos con el siguiente ejemplo:
Un departamento de Personal debe archivar los expedientes personales de los empleados
municipales. Generalmente la oficina abre una carpeta por cada uno de ellos, y la coloca, por
orden alfabético, en un archivador. El sistema funciona cuando el equilibrio entre altas y bajas
se mantiene, pero cuando éste se rompe (aumentan los contratos por ejemplo) comienzan los
problemas. Las nuevas carpetas deben intercalarse entre las viejas, lo que obliga a continuos
desplazamientos de éstas en el mueble.
Otra desventaja que ofrece este sistema son las posibles dudas que, sobre alfabetización,
se pueden presentar entre los funcionarios que tienen acceso a los documentos. Para evitar este
problema será imprescindible elaborar unas normas de utilización.
Algunos criterios que debemos seguir son los siguientes:
* El primer apellido dará la pauta para la ordenación, seguido del segundo apellido, y por último
del nombre.
* Los apellidos se ordenan siguiendo la secuencia exacta de las letras que los componen.
Fernández Gil, Paloma
Fernández Gil, Rafael
García Gómez, Pablo
García Peña, Francisco.
* Las partículas enlazantes de algunos apellidos no se tienen en cuenta en la ordenación.
Peña, José Luis de la
* Los apellidos compuestos se colocarán al final de la serie del primer apellido.
García Gómez, Pablo
García Peña, Francisco
García-González Pérez, Leonor
García-Rus Sánchez, León.
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Paloma Fernández Gil
* Si dos personas tienen los mismos apellidos y el mismo nombre, primará el criterio
cronológico (año de nacimiento o año de ingreso en la Administración).
Ordenación numérica
Consiste en disponer los documentos siguiendo la serie de los guarismos del 1 en adelan-
te. En las oficinas el número puede venir señalado por un Libro de Registro que puede ser el
General del Ayuntamiento o un Libro Registro Auxiliar de Entrada (manual o automatizado)
que elabore la oficina para controlar los documentos.
El principal problema viene derivado por una incorrecta utilización del sistema. En algu-
nas oficinas municipales hemos podido observar cómo todos los documentos que entran son
instalados en archivadores siguiendo el orden numérico de entrada con independencia de su
tipología documental, sin poner en relación unos documentos con otros, es decir sin crear
expedientes, ni respetar las series.
La ordenación numérica pura no es muy aconsejable para la ordenación de los documen-
tos por lo que raramente se emplea en las Oficinas Municipales, con la excepción de los
expedientes de personal.
La utilización de los números sin relacionarlos con la fecha o con cualquier otro elemen-
to, limita las posibilidades de recuperación.
Por ejemplo, en 1970 se inició la numeración de los expedientes de Plus-Valía en un
municipio. En 1995 se tramitó el expediente 25.304.
El expediente nº 14.205, de entrada no nos indica el año de su tramitación, luego ya
perdemos algo de información para su recuperación.
Por último trabajar con números excesivamente altos motiva el que se cometan errores de
escritura y de archivo.
Ordenación numérica-cronológica
Consiste en ordenar los documentos por años y dentro de éstos por un número correla-
tivo. Ejp.: Expediente 34/89.
Es uno de los sistemas de ordenación más extendidos en las oficinas municipales. Exige
poner el sistema de ordenación en relación con un Libro de Registro Anual en donde se anote
qué expediente se corresponde con un número. Este sistema de ordenación se aplicará siempre
a series muy voluminosas. El número y año sirve de referencia en el momento de la tramita-
ción lo que facilita enormemente el trabajo a los funcionarios que intervienen en el trámite.
También facilita la instalación de los documentos. Pero conviene resaltar que, como sistema
de ayuda para la recuperación de la información, es inoperante si no va acompañado de un
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
instrumento ágil que posibilite la búsqueda rápida por alguno de los datos contenidos en el
expediente.
Ordenación alfanumérica
Consiste en ordenar los documentos según las letras del alfabeto y asignar, dentro de cada
letra, un número.
Se puede utilizar la primera letra por la que empiece el contenido del expediente o actua-
ción que refleje. Por ejemplo:
el Expte. 34-O - quiere decir Expediente de obras nº 34..
O bien, se puede elegir una letra determinada dotándola de un significado. Por ejemplo:
podemos tomar la decisión de que una A signifique «expediente de solicitud de licencia de
obra para un edificio», la letra B. «solicitud de acondicionamiento de local», etc.
Evidentemente todas las A se instalarían juntas, las B igual, etc.
Este sistema está aconsejado para un volumen documental pequeño,aunque curiosamen-
te en las oficinas se emplea en el caso contrario, pues se utilizan como sustitutos de los instru-
mentos de recuperación. Dentro de una misma serie es preferible utilizar una ordenación
numérica cronológica y elaborar un índice para recuperar por el contenido el expediente,
como veremos al hablar de los instrumentos de recuperación.
CORRESPONDENCIA DE ALCALDÍA:
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Paloma Fernández Gil
Todas las oficinas tienen cuatro necesidades importantes en relación con los documentos.
* Saber cómo archivar
* Controlar en dónde se encuentran
* Conocer en qué fase de la tramitación está un expediente
* Obtener con rapidez un dato requerido.
Satisfacer la primera necesidad ha sido el objetivo de lo que llevamos explicado hasta el
momento.
En cuanto a las otras necesidades vamos a explicar cómo se puede obtener un mayor
control sobre los documentos en el archivo de oficinas, con el fin de recuperarlos fácilmente.
Podemos decir que el control de los documentos puede facilitarse al máximo si se impo-
nen algunas medidas desde el momento de creación de los documentos. Factores tales como el
tamaño de los documentos y sus carpetillas, el color del papel o la disposición del texto sobre
el documento, influyen decisivamente en el manejo de los mismos y en su archivo.
Observamos que en la Administración se ha pasado de una rigidez en cuanto a la dispo-
sición del texto y del lenguaje -recuérdese los famosos oficios y sus tipos- a un descontrol a la
hora de emitir los documentos. Es normal que se utilicen los impresos de Notas de Régimen
Interior, diseñadas para transmitir mensajes o trasladar documentos entre oficinas, como so-
portes de auténticos informes determinantes en la tramitación de un expediente.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
En estas condiciones decidir que todas las Notas de Régimen Interior deberían ser elimi-
nadas, como sería lo lógico, se vuelve una misión peligrosa.
Por este motivo trataremos en primer lugar de la normalización y del control de la circu-
lación de los documentos, para finalizar dando algunas pautas para elaborar los instrumentos
de recuperación de los documentos y la información tanto manuales como informatizados.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Todos los escritos deberían incluir la REFERENCIA (ref.:) en la que se indicasen con
letras minúsculas las iniciales del autor del escrito. Hay que tener en cuenta que en la elabora-
ción de un documento pueden intervenir varias personas:
En primer lugar tendríamos el autor material que es la persona que materialmente lo
elabora, por ejemplo José Rodríguez, (Ref.: /jr); por otro lado está el autor científico o espi-
ritual que es la persona que redacta el documento y que es el responsable real del documento
aunque no lo firme (Ref.: LA/ ) sus iniciales irán en mayúscula en el apartado de referencia,
no hay que olvidar que también tendríamos un autor jurídico que es la persona de quien
procede el documento y que mediante su firma se hace responsable de él, y los refrendadores
que aparecen en el documento bajo las frases «conforme» «Visto Bueno», etc. 29
Evidentemente, ni el autor jurídico ni los refrendadores se deben incluir en la referencia.
En segundo lugar nos referimos a la identificación de la serie. Una vez identificado el autor
del documento se debe incluir el código de la clasificación (Cod.:). Esto nos indicará a que
serie documental pertenece. De esta manera su archivo se simplificará.
Si se ha elegido un código significativo en el que un elemento indique la posible elimina-
ción del documento, no sólo se facilitará la labor de selección de los documentos, sino que
permitirá la utilización de un papel de mayor o menor calidad, según el documento fuese de
custodia permanente o de eliminación, problema que como veremos al hablar de la conserva-
ción de los documentos tiene su importancia.
29
AUÑON MANZANARES, Luisa: Administración Central: del documento tradicional al electrónico. El
tipo documental como invariable punto de referencia. Boletín de ANABAD XLV (1995) núm. 1, p. 7 - 21
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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Las opciones que tenemos a la hora de elaborar estos instrumentos son las siguientes:
Pero antes de pasar a explicar las características de las diferentes opciones hay que contes-
tar a una pregunta elemental: ¿Cuándo hay que elaborar estos instrumentos en la oficina?.
Tanto el diseño como la elaboración de ficheros o libros requiere un esfuerzo suplemen-
tario por parte del personal de una oficina por lo que es imprescindible valorar que el esfuerzo
no sea superior a los resultados obtenidos.
Veamos un ejemplo:
Una oficina que tramita un gran número de expedientes pero cuya consulta sea muy
baja, tanto por la Administración como por los ciudadanos, sólo debería llevar un control de
su producción a través de algún tipo de Registro en el que se reseñarían los datos imprescindi-
bles.
Por el contrario en una oficina en donde la consulta sea muy elevada, aunque se tramiten
menos expedientes que en la anterior, será imprescindible confeccionar ficheros de seguimien-
to de los trámites y de la recuperación de la información por más de un dato o elemento
informativo.
Podríamos resumir diciendo que estos instrumentos son imprescindibles:
* Cuando se necesite satisfacer con rapidez una demanda de información.
* Cuando el volumen documental de una serie sea tan grande que sea imposible su
control con los sistema de instalación, (Carpetas codificadas, colores, etc.) o de orde-
nación.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Libros
Como su nombre indica se trata de un conjunto de hojas encuadernadas generalmente
impresas en las que el funcionario va anotando los datos de interés que pueden ir desde la
simple entrada en la oficina al seguimiento de los trámites.
La recuperación de la información ya sea conocer si ha tenido entrada en la oficina un
documento, en dónde está archivado, o en qué fase del trámite se encuentra, es muy lenta por
lo que su empleo es desaconsejado, como veremos más adelante.
La disposición de la información suele reproducir la seguida en los Libros Registro de
Entradas y Salidas Generales de los Ayuntamientos y que vienen descritos en la Reglamenta-
ción. Aunque a veces las oficinas diseñan modelos diferentes en función de los trámites.
Los libros pueden ser de dos tipos:
* Libros de Entradas y Salidas
* Libros de Control y Seguimiento de Expedientes
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Estos libros se elaboran para una serie documental concreta. A medida que se van abrien-
do los expedientes se les da una numeración correlativa. Este número se anota en el libro,
estableciéndose así la relación entre el libro y el expediente.
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Ficheros convencionales 30
Formados por fichas de cartulina de diferentes dimensiones, colores, impresiones, orde-
nadas de acuerdo a un criterio previamente establecido.
Se utilizan preferentemente para la localización de documentos y el seguimiento de los
expedientes, y su mayor aprovechamiento está en función del sistema de ordenación elegido
para la recuperación.
Los ficheros se pueden elaborar para la recuperación de los documentos de un serie, o
para la recuperación de la información dispersa entre varias series, como explicaremos más
adelante.
Vamos a explicar cómo elaborar un fichero.
Comenzaremos por la ELECCIÓN DEL FORMATO.
Confeccionar un índice por medio de cartulinas ordenadas en un fichero, ya sea de so-
bremesa o mueble ad hoc, no es tarea tan sencilla como puede suponerse.
En primer lugar es necesario escoger el tamaño o dimensiones. El tamaño de las fichas
que se encuentran en el mercado presentan los siguientes formatos:
160 x 215 mm.
125 x 200 mm.
30
Nota: La palabra «ficheros» no forma parte del vocabulario archivístico, que por fichero sólo acepta el
contenedor de las fichas, pero en este Manual lo utilizamos porque los términos índices, catálogos, etc., podrían
prestarse a confusión.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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En el primer caso las fichas se colocan una detrás de otra de tal manera que la primera
tapa a las siguientes, por eso se llaman fichas «ciegas». Encontrar la ficha que buscamos requie-
re ir pasando una tras otra dentro del apartado correspondiente.
Para evitar este problema algunas firmas comerciales idearon un sistema de fichas de
visibilidad parcial. Consiste en unas fichas con el ángulo superior derecho cortado en donde
oblicuamente se pone el dato por el que se quiere recuperar la información. Las fichas se
colocan escalonadamente dejando ver el encabezamiento.
Este sistema requiere un mueble archivador de mayor tamaño que las fichas; éstas llevan
además la parte inferior dentada con el fin de que asienten sobre unas guías que impidan su
desplazamiento.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
En la posición horizontal, las fichas se colocan una encima de otra, pero dejando ver
siempre una parte de la ficha. Generalmente las fichas se colocan dentro de unas bolsas de
plástico transparentes. Hace algunos años existían muebles ficheros preparados para estas fi-
chas, actualmente sólo se encuentran en forma de libro, cuyas páginas vienen preparadas con
las bolsas correspondientes. Como sistema de aplicación en una oficina municipal podría
servir en el departamento de contratación para confeccionar el índice de proveedores, siempre
y cuando éstos no sean muchos.
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El fichero deberá llevar unas pestañas o señalizadores con las letras del alfabeto, y en
cada uno de los apartados se incluirán las fichas.
Al hablar de la ordenación alfabética se ha dado unas pautas o pequeñas normas a
seguir, a las que ahora añadiremos que al ordenar las fichas encabezadas por los nom-
bres de personas jurídicas o razones sociales, se debe alfabetizar el nombre de la empre-
sa por la primera letra, por ejp.: El Pato Feliz, se colocará siempre en la letra E. Ya que
en estos ficheros se debe tener en cuenta los artículos.
En las series municipales y como fichero único, es decir que no complemente a otro, es
de aplicación para los expedientes de personal cuando van ordenadas numéricamente.
* Emplazamiento. El dato escogido como principal será el emplazamiento o lugar. Por
ejemplo en el expediente de obras será el del sitio en dónde se pretende construir o la
dirección del solicitante.
Estos índices están indicados para la recuperación de los expedientes, ya mencionados, de
solicitudes de obras, de aperturas o proyectos de obras municipales, control del Patrimonio
Municipal, etc.
Para la correcta ordenación de las fichas deben seguirse las siguientes normas:
- Denominaciones tales como calle, paraje o camino no se tendrán en cuenta a la hora de
ordenar las fichas. Lo que primará será el nombre de la calle.
Estas denominaciones se ordenarán en el fichero alfabéticamente. Ejp.:
Calle Mayor, 5
Pza. del Monje, 6
Cuesta del Sol, 1
En el fichero se ordenará:
Mayor, c/ 5
Monje, Pza. del, 6
Sol, Cta. del, 1
- Las calles que carezcan de dirección y su referencia sea «con vuelta» o «semiesquina a»,
las fichas deberán colocarse a continuación de las sin número:
Mayor, 36
Mayor, c. s/n
Mayor, c. c/v a Cid, c.
- En el fichero se deben colocar primero los números impares y a continuación los pares.
- Cuando exista calle y plaza con el mismo nombre, primero se colocarán las calles y a
continuación las plazas.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
* Cronológico. El dato elegido para encabezar la ficha será la fecha de inicio del expe-
diente. En primer lugar se ordenará por años, después por meses y en último lugar por
días. Al abrir el fichero hay que encontrar en primer lugar el año más antiguo, seguido
del mes de enero y del día 1, ya que la recuperación es más rápida.
En una oficina municipal y como fichero único tiene pocas aplicaciones.
* Asuntos o materias. Consiste en elaborar un índice de aquellos asuntos o materias de
que traten los documentos. Constituye uno de los sistemas más útiles para la recupera-
ción de la información y el control de los documentos en un archivo de oficina.
Entre otras es de aplicación para las siguientes series: expedientes de C. de Gobierno y
de Pleno, expedientes de Contratación... Y también para unificar la información apor-
tada, en una misma oficina por series diferentes. Con este sistema se respeta el orden
de creación de la serie y se evita la utilización de la clasificación por materias.
Por ejemplo: en una oficina de Servicios Sociales tenemos las series de:
Subvenciones, COD. 3.3.1.06.
Expts. de Actividades de la Tercera Edad. COD. 2.4.9.04.
Expte. de Contratación COD. 2.1.3.06
Cuando en la oficina se tramite un expte. de la concesión por el INSERSO de una
Subvención para la Tercera Edad, se archivará junto al resto de subvenciones que se reciben.
Pero elaboramos una ficha por Tercera Edad.
Puede ser que se tramite un expediente de adjudicación del servicio de peluquería para
un Centro de Ancianos. El expediente se archivará junto con el resto de adjudicaciones, pero
haremos una ficha que se incluirá en el apartado de Tercera Edad.
El expediente de actividades para la Tercera Edad, en nuestro Cuadro de Clasificación
aparece como serie definida ya con ese nombre, pero con el fin de agrupar la información la
ficha se incluirá en el apartado de Tercera Edad.
De esta manera tendremos relacionada a través de un fichero, toda la información de
series archivadas por separado.
Para que este fichero sea efectivo es necesario elaborar correctamente el índice 31 o rela-
ción de asuntos.
Un índice debe estar formado por términos específicos y nunca generales. Por ejemplo,
no emplearemos el término Bienestar Social en una oficina de Servicios Sociales, ya que esta
entrada englobaría todos los asuntos que se llevan en esta oficina.
Un índice no debe ser exhaustivo, por lo que se hará un ejercicio de concrección, y
siempre irá en función del número de expedientes que se tramiten. Esto quiere decir que para
que un apartado del fichero tenga razón de ser deberá tener al menos 10 fichas por año. Por
31
Véase también apartado 2.1.1 de este Manual.
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ejemplo siguiendo con nuestro fichero si hemos creado una entrada por JUVENTUD y sólo
se tramita un expediente al año que estuviera relacionado con los jóvenes, sería ineficaz abrir
esta entrada. En este supuesto se puede crear un apartado más amplio, por ejemplo Juventud
e Infancia.
En cuanto a las fichas, pueden ser de control, es decir, para conocer en dónde se encuen-
tra un expediente, o bien de seguimiento.
En ambas, los datos fundamentales serán:
* El asunto del que trata, elegido previamente al confeccionar el índice. Es muy impor-
tante emplear siempre las mismas palabras. Si la entrada en el fichero es INFANCIA,
en la ficha no pondremos nunca NIÑOS.
* El Código del Cuadro de Clasificación, ya que en el archivo de oficina es un código de
localización.
* El año de inicio del expediente.
* La descripción, que tendrá que ser breve.
* Por último se incluirán aquellas observaciones que se juzguen necesarias, si la ficha es
de seguimiento, se incluirán también aquellos datos más relevantes, sin caer en la
exhaustividad, tal y como hemos explicado anteriormente.
Podemos añadir que dentro de cada apartado se pueden separar las fichas por años. Para ello
se pueden utilizar pestañas adhesivas de menor tamaño que los señalizadores de la entradas.
Con el fin de evitar dudas en el manejo de un fichero por asuntos, hay que elaborar una
guía de utilización o pequeña explicación por escrito que, colocada al principio del fichero,
facilite su uso.
Ficha de Seguimiento
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Ficha de Control
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documento. Recuperar información por más datos obligaría al personal de una oficina a ela-
borar varios ficheros, es decir, a realizar varias fichas del mismo documento. Hemos visto
también, que cuando la consulta no es excesiva no se necesita confeccionar más de un fichero,
pero puede surgir esa necesidad y conseguir la información sería tarea muy laboriosa. Por
ejemplo, una oficina de urbanismo puede ser requerida para que aporte una lista de empresas
constructoras que han edificado en unos años determinados en el Municipio. Si el único
fichero que mantiene la oficina es por emplazamientos conseguir la información será muy
dificultoso y lento.
Por este y otros motivos, las Oficinas Municipales están abandonando los ficheros tradi-
cionales en beneficio de los informatizados.
Las posibilidades que nos ofrece la informática son dos:
* Creación de Bases de Datos
* Archivo Documental Electrónico
BASES DE DATOS
¿Qué es una Base de Datos?. Podemos definirlo como: «un conjunto de datos relaciona-
dos entre sí, y organizados de tal manera que proporcionan una base para su utilización
efectiva: recuperación, modificación, toma de decisiones y creación de informes. La infor-
mación está organizada en registros y campos». 32
Las bases de datos pueden ser documentales y relacionales.En las bases de datos docu-
mentales la recuperación es por palabras y los campos pueden ser de texto libre, mientras que
en las bases de datos relacionales la búsqueda es por índice y los campos deben ser de longitud
fija.
En las oficinas se suelen utilizar bases de datos relacionales y podemos decir, que para el
control de pocos documentos pueden resultar suficientes.
Las bases se crean partiendo de unas aplicaciones informáticas que pueden ser generales,
o bien, específicas para el control de los documentos y la recuperación de la información.
Entre las generales podemos incluir las aplicaciones que suelen tener la mayoría de los
microordenadores o PC’s de los Ayuntamientos, entre los que destaca el Dbase, aunque tam-
bién existen Paradox, Fox base, Informix, Oracle, Superbase IV, Rbase, etc.
Las posibilidades que se abren en una oficina desde el momento en que se informatiza
son evidentes pero esto no debe hacer olvidar la realidad, EL CONTROL DE TODOS LOS
DOCUMENTOS Y DE LA INFORMACION DE LA OFICINA requiere un esfuerzo que
sólo se justifica ante una demanda de información.
32
Diccionario Informático Hewlett-Packard. Madrid. Ed. Anaya 1992.
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Dentro de la creación de un sistema de archivo hay que decidir cual es el nivel al que
podemos llegar en la recuperación automatizada de los documentos.
Las posibilidades pueden ser las siguientes:
* Registrar los documentos que entran o salen de la oficina.
* Control y recuperación de una serie.
* Control, seguimiento y recuperación de una serie.
* Control, seguimiento y recuperación de todo el Archivo.
Para llevar un registro automatizado de los documentos que se tramitan en una oficina o
el control y seguimiento de una serie, es suficiente la utilización de un microordenador o PC
con un sistema operativo MS2 y las aplicaciones generales (D Base por ejemplo) que suelen
llevar incorporadas estos aparatos. La capacidad de memoria es reducida por lo que se suele
trabajar con disquettes. Anual o bianualmente se imprimen listados y se borra la información
del disco duro. Lógicamente este sistema es sólo de aplicación para series de volumen docu-
mental no excesivo y cuya tramitación se resuelva en un corto espacio de tiempo.
Crear estas bases de datos es tarea relativamente sencilla, y sólo se necesitan conocimien-
tos de informática a nivel de usuario. Pero esta sencillez puede ser engañosa cuando se crea una
base con precipitación.
Antes de comenzar el trabajo hay que tener en cuenta que:
- La clasificación y la ordenación del archivo debe estar perfectamente elaborada.
- Hay que diseñar correctamente una ficha de captación de datos.
- Es imprescindible la elaboración de un índice de términos o palabras clave.
Conseguir un mayor control de la información que agilice la gestión diaria requiere la
utilización de aplicaciones específicas; consideramos como tales a las que se elaboran para la
gestión de unos procedimientos determinados. Estas aplicaciones requieren la intervención de
especialistas informáticos y la conexión a un ordenador central del Ayuntamiento, ya que la
necesidad de memoria es elevada.
El objetivo que se pretende no es tanto el control de los documentos o la recuperación de
los datos mínimos, como el seguimiento del trámite, lo que implica la creación de campos de
muy diferente longitud. Generalmente se busca conseguir la recuperación de la información
sin tener que consultar físicamente el documento.
Las preguntas a contestar serían: ¿Qué ocurrió con determinado expediente? o ¿En qué
fase del trámite se encuentra?
Podemos decir que la información prima sobre el control del documento del archivo y
que los documentos físicamente adquieren un valor secundario.
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Obviamente el error es importante, pues por muy completa que sea la información que
se incluya en el ordenador nunca es absoluta y el documento físico tendrá que ser objeto de
consulta.
Existen también aplicaciones diseñadas para el control de los documentos que forman
los archivos. La necesidad de controlar los documentos desde el momento de su creación o
recepción en el Ayuntamiento; saber en qué oficina se encuentra; cómo está ordenado e
incluso en qué mueble está archivado, ha propiciado la aparición de estas aplicaciones especí-
ficas para control de archivos.
Las posibilidades que ofrecen varían de unas a otras, pero suelen ser:
ARCHIVO ELECTRONICO
Hasta ahora todos los sistemas que hemos tratado permiten la recuperación de la infor-
mación que contienen los documentos o bien la localización de éstos, pero se puede dar un
paso más con la recuperación del documento en pantalla.
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garantizada la conservación de las imágenes durante 10 años. Transcurrido ese tiempo los
documentos podrían resultar ilegibles. Por ello, antes de esa fecha hay que «trasladar» la infor-
mación a un nuevo disco, lo que hay por hoy resulta muy caro.
Esta fase constituye una de las más importantes en la creación de un sistema de archivo
para las oficinas. La elección de determinado tipo de material o mobiliario puede contribuir al
éxito o fracaso del sistema.
Ya hemos dicho que CLASIFICACIÓN-ORDENACIÓN-RECUPERACIÓN son ope-
raciones indispensables en la organización de un archivo. Pero si fallan los soportes (en este
caso el material y el mobiliario de oficina) el mejor sistema de archivo puede naufragar.
Con demasiada frecuencia se olvida que no todas las oficinas municipales requieren el
mismo mobiliario.
A la hora de amueblar una oficina la uniformidad suele primar por encima de la
funcionalidad, lo que a la larga produce problemas e incomodidad en el trabajo, problemas
que en el mejor de los casos se resolverán con la adquisición de un nuevo mobiliario, no
siempre en armonía con el existente.
En cuanto al material de oficina que se emplea para el archivo de los documentos, es
corriente que se utilice el mismo tipo de carpetas o cajas, aunque el volumen documental haya
aumentado o que, incluso, haya variado de formato en los últimos años.
El empleo de un material y mobiliario adaptado a las necesidades de cada serie documen-
tal es fundamental para archivar y recuperar los documentos con rapidez. Como ejemplo nos
parece interesante reproducir el estudio de Continolo 33 que demuestra el ahorro de tiempo
que se obtiene al archivar 100 documentos en una carpeta sin dispositivo de cierre.
33
CONTINOLO, G. El Archivo en la Empresa. Bilbao, Deusto, 1981.
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Por lo tanto, antes de adquirir el equipamiento para archivo hay que considerar los si-
guientes factores:
* La frecuencia de uso. Hay documentos que una vez leídos se archivan y rara vez se
consultan, éste puede ser el caso de las circulares. Otros documentos tienen vigencia
durante un largo período de tiempo, por ejemplo los expedientes personales.
En primer lugar accesibilidad. El acceso a los documentos tiene que ser cómodo y rápi-
do. Por ejemplo, el mueble archivador tiene que estar cerca del puesto de trabajo. La caja o
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carpeta debe ser de apertura fácil y de tamaño adecuado al contenido. En caso contrario el
archivo se convertirá en una tarea muy desagradable, lo que propiciará la acumulación de los
documentos en la mesa de trabajo.
En segundo lugar debe favorecer la rápida identificación del contenido. Tanto el mobi-
liario como las carpetas deben tener un espacio en donde poder describir los documentos
archivados.
Una tercera condición será la extensibilidad. El mobiliario tiene que estar pensado para
aceptar un posible crecimiento del archivo, como veremos más adelante los sistemas modulares
son los más recomendables.
La cuarta condición es que los sistemas de archivo deberán permitir una buena conserva-
ción del documento. Carpetas de material muy rígido con perfiles o pinzas que puedan dañar
el papel están totalmente desaconsejados.
Por último conviene añadir otra condición muy importante que siempre se debe tener en
cuenta y es la relación entre la calidad y el precio. Si bien, tanto el material como el mobiliario
de oficinas deben ser resistentes y fuertes para soportar un uso frecuente, esto no quiere decir
que deba ofrecer un aspecto duro y oscuro. Aunque debe primar la funcionalidad, no se debe
olvidar el impacto sicológico positivo que un aspecto agradable ejerce sobre el personal que lo
utiliza .
Como veremos más adelante existen materiales que reúnen las características indicadas y
a un precio razonable.
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Los separadores para carpetas pueden ser de hoja completa o fraccionada. Para su utiliza-
ción en un archivo de oficina resulta más recomendable las primeras. En la primera hoja
separadora se puede escribir normas de utilización de la carpeta.
Una variedad de los separadores son las pestañas autoadhesivas permanentes. General-
mente vienen en paquetes de tiras de 20 cm de largo por 1 cm de ancho. La ventaja de estas
tiras es que se cortan a la longitud deseada. El inconveniente es que el papel que se inserta en
la tira se suele desprender con facilidad, por lo que debe ser reforzada la adherencia.
Bandejas clasificadoras
Pueden ser metálicas o de material plástico antiestático, suelen ser apilables y se pueden
colocar de forma escalonada o vertical. Sirven para depositar sobre ellas los documentos en
trámite, aprovechando cada bandeja para una serie documental. No se debe colocar en la
misma bandeja documentos pertenecientes a series diferentes.
Una variedad de este sistema es el mueble clasificador decorrespondencia. Se trata de un
elemento rectangular dividido por tablillas, generalmente móviles, de un metro de ancho por
50 cm de alto aproximadamente, que se coloca sobre otro mueble o sobre ruedas y que sirve
para la clasificación de la correspondencia o para el reparto de la misma, desde el Registro
General.
En la fase de organización de un archivo resultan de una gran ayuda ya que facilitan la
clasificación y ordenación de los documentos.
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ese caso se archivará la solicitud y la contestación sin más;pero tal vez sea necesario
solicitar información a varias oficinas, de tal manera que se relacionen hasta cinco
documentos;en ese caso el mejor sistema de control y conservación será una carpetilla.
* Cuando se necesite hacer varios apartados en los expedientes para facilitar su ordena-
ción interna, se emplearán las carpetas o guardas de papel (camisas)
* Para protección de los documentos que forman un expediente se deben emplear las
cubiertas de cartulina (carpetilla)
* Mientras no se generalice el empleo de los documentos en DIN A4 las cubiertas debe-
rán adquirirse adaptadas al tamaño folio.
* El empleo de colores en las cubiertas con el fin de distinguir una serie documental de
otra en la propia oficina puede ser interesante, pero hay que tener en cuenta que la
gama de colores no es muy grande, y dada la variedad de tipos documentales que
existen en los Ayuntamientos, se hace inevitable que coincidan los colores. En el su-
puesto de utilizar colores la asignación deberá ser hecha de manera centralizada para
todo el Ayuntamiento.
* Hay que elegir un tamaño adaptado al grosor del expediente.Hay que tener en cuenta
que, cuando los expedientes están formados por más de 50 hojas, las cubiertas tradi-
cionales no protegen los documentos y se tendrá que optar por carpetillas de fuelle de
1, 2 o 3 cm. Una cubierta de 3 cm puede conservar unas 200 hojas aproximadamen-
te, dependiendo del tipo de papel utilizado en los impresos.
* Las carpetillas deberán llevar solapas, preferentemente laterales, para que los documen-
tos no se salgan. El Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídi-
co de las Entidades Locales dice -utilizando un modismo sin sentido en la Administra-
ción actual- que los expedientes deben ser «cosidos y posteriormente archivados en
legajos». El sistema tradicional de «cosido» es la sujeción por medio de fasteners metá-
licos o chinchetas de encuadernación. Este procedimiento no sólo resulta incómodo
(siempre hay documentos que no se incluyen por ahorrarse el trabajo de abrir y cerrar
el mecanismo) sino que daña a los documentos de dos maneras:
- Por la obligación de perforar las hojas
- Porque el mecanismo se oxida y mancha el papel.
Las carpetillas con solapas evitan el que los documentos se deslicen, sin necesidad de
utilizar los mecanismos de sujeción.
* La distribución del texto impreso en las cubiertas tiene una enorme importancia. Los
expedientes se deben archivar con la parte abierta hacia abajo -siempre y cuando las
carpetillas lleven pestañas- para individualizarlos en las carpetas suspendidas. Por lo
tanto,será en la parte que queda visible al abrir el mueble archivador ( lomo o vertical
izquierdo de la cubierta) en donde se anotarán los datos fundamentales que identifi-
can al expediente: Código, asunto, nº de orden y año.
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CARPETAS DE ANILLAS
También conocidas por carpetas o archivadores AZ. La norma UNE 1010 denomina a
estas carpetas como CLASIFICADORES.
Los clasificadores tienen un sistema de sujeción rígida mediante un mecanismo de palan-
ca. Existen varios tamaños (DIN A4, A5, folio, formato holandesa de cartón y A3); también se
encuentran diferencias en cuanto al material del que están hechos, que puede ser de cartón o
de material plastificado; pueden llevar una cubierta protectora, y en el mercado se encuentran
de diferentes colores.
Las principales ventajas que presentan como sistema de archivo son las siguientes:
* Posibilidad de ordenar los documentos por medio de separadores. Y gracias a su
mecanismo fijador, los documentos permanecen sujetos correctamente, evitandose
así su pérdida.
* Posibilidad de utilizar carpetas de diferente color para según qué documentos.
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CAJAS DE ARCHIVO
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CARPETAS SUSPENDIDAS
También llamadas colgantes. Se trata de unas carpetas de cartulina que llevan unos gan-
chos que permiten su suspensión y su deslizamiento por unas guías incorporadas al mobiliario
de oficina.
El tamaño que pueden presentar es el siguiente:
* DIN A4 33 cm de ancho
* Folio 36,5 cm de ancho.
Existen diferentes modelos:
1. La propia carpeta es la cubierta del expediente, puede llevar un fastener incorpora-
do o no. Estas carpetas tienen un espacio para escribir la fecha, el número de orden
y la relación del contenido; además llevan pestañas o solapas laterales que impi-
den que los documentos se caigan, e incluso automáticos que facilitan su cierre.
2. La carpeta se utiliza como contenedor de 1 o de varios expedientes.
3. Dependiendo del archivador empleado, las carpetas pueden ser de visibilidad ho-
rizontal o de visibilidad vertical, esto quiere decir que el visor puede ir en la parte
superior de la carpeta o en el lateral.
4. Pueden deslizarse por una o por dos guías.
5. Pueden llevar el visor incorporado a la propia carpeta, o incorporarse posterior-
mente en la posición deseada.
Es el sistema especialmente recomendado para el archivo de oficina pero, como siempre
ocurre, hay que utilizarlo correctamente.
Conviene tener en cuenta lo siguiente:
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* Igual que hemos dicho para las carpetillas o cubiertas de expedientes, es necesario
que éstas se adapten a los documentos que van a contener y no al revés. Si en una
oficina se archivan expedientes que suelen tener más de 1 cm y medio de grosor
debemos elegir una carpeta que tenga un lomo de 2 cm, y no utilizar el modelo
estándar que consiste en una cartulina doblada por la mitad. En algunos casos será
necesario escoger carpetas colgantes de cartulina cuya base esté reforzada con cartón;
en otros casos puede que la carpeta deba ser de cartón, lo que la convierte en una
auténtica caja colgante. Tener esto en cuenta es importante, pues, con demasiada
frecuencia, vemos como en las oficinas se desaprovecha el mobiliario preparado para
estas carpetas debido a que las que se sirven con el mueble son muy simples, y no se
adaptan a las características de los expedientes que tienen que contener.
* Correcta utilización de los visores. Por regla general las carpetas se suelen adquirir
con visores móviles y pequeñas tiras de cartulina que se introducen en los mismos
describiendo el contenido. Podemos decir que el visor juega un papel fundamental
en la utilización de las carpetas ya que existen muchos sistemas de colocación y algu-
nos de ellos poco prácticos.
Como norma podemos decir que se recomienda utilizar los visores que vienen incor-
porados a la carpeta de forma fija y que ocupan toda la extensión de la misma ( se
denominan planning). Este sistema permite jugar con la colocación de la informa-
ción, poniendo la descripción del contenido en zig-zag, central, extremos, etc.; de
tal manera que esté siempre a la vista. La fijación del visor elimina el riesgo de su
caída y posterior pérdida en el mueble.
Si utilizamos visores móviles hay que tener en cuenta que las carpetas tienen que ser
troqueladas, de tal manera que éstos se enganchen perfectamente a la misma. Se
deben colocar formando zig-zag con el fin de facilitar el acceso visual y evitar que se
enganchen unos con otros.
Los visores deben ser grandes y de lupa para permitir la correcta lectura de conteni-
do.
Otra posibilidad es que las carpetas lleven un cursor en vez de un visor. Este cursor se
puede deslizar a lo largo de la carpeta y dotar de significado a su posición.
Por ejemplo, si el cursor se coloca en la parte superior de una carpeta de visibilidad
vertical, indica que el expediente está pendiente de un informe técnico; si se coloca
en la parte inferior puede indicar que está finalizado.
* Utilización del color. Podemos jugar con el color de las carpetas o con el color de las
cartulinas de los visores. Esta posibilidad es muy interesante y al mismo tiempo muy
sencilla de aplicar. Podemos, por ejemplo, ordenar los expedientes cronológica o
numéricamente en las estanterías o archivadores, y utilizar carpetas o visores de dife-
rente color según el asunto del que traten o la fase del trámite en la que se encuen-
tren.
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Consiste en unos recipientes de material plástico que se pueden colocar en los estantes, y
en los que se introducen los expedientes en posición vertical. Cada recipiente o cassette lleva
incorporado un visor en dónde insertar una cartulina con la descripción del contenido. La
ventaja sobre el tradicional sistema de carpetas suspendidas es que no es necesario contar con
un mobiliario con guías. Este sistema se puede adaptar a cualquier estantería. El único incon-
veniente viene dado por la visibilidad vertical obligada si queremos individualizar cada carpetilla.
Algunas firmas comerciales (GAMA, CALIBAN...) han desarrollado auténticos sistemas
de archivo, basados en la utilización de estos cassettes, y de carpetas o bolsas especiales para
conservar los documentos. La utilización de números y colores dotados de significado espe-
cial, concretan el contenido de las carpetas, permitiendo archivar y localizar fácilmente los
expedientes.
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ESTANTERÍAS Y ARMARIOS
Las estanterías son muebles de estructura sencilla, formados por un conjunto de baldas
de 90 a 100 cm de largo y de 30/40 cm de profundidad, instalados uno encima del otro a una
distancia de alrededor de 30 o 35 cm, sostenidos por soportes verticales y sin puerta. Los
armarios son muebles semejantes a las estanterías pero con la peculiaridad de disponer de
puertas o de algún otro sistema de cierre.
Veamos ahora su utilidad en una oficina.
Las estanterías permiten el acceso directo a los documentos tanto visual como manual-
mente. Conviene resaltar que la estantería es el sistema idóneo para colocar libros, pero no
documentos de archivo. Existe una variante que es la estantería preparada para instalar carpe-
tas colgantes, lo explicado al hablar del carro se puede aplicar aquí.
Un mueble muy extendido entre las oficinas es un sistema mixto de estantería y armario.
Generalmente la estantería ocupa la parte superior del mueble y el armario la inferior. Al
respecto podemos decir que no se puede considerar un mueble útil en el archivo de oficina,
aunque puede serlo como «mueble de oficina». Como tal mueble, en la parte superior, se
instalarán libros y en la inferior, el material de oficina, pequeñas máquinas, etc.
Como mueble para archivo sólo serviría para instalar en la parte inferior las cajas que
contengan los documentos que han de transferirse al Archivo Municipal.
Los armarios pueden ser convencionales y compactos sobre railes.
Los armarios compactos sobre railes tienen la particularidad de aprovechar el espacio
disponible de una manera notable. Se trata de unas unidades modulares de armarios-estante-
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rías que se desplazan sobre railes fijos en el pavimento, el deslizamiento de cada unidad permi-
te la reducción del número de pasillos a uno solo. El espacio disponible para archivo se au-
menta en un 80-90 %. Constituyen la solución ideal para aquellas oficinas que deban conser-
var un gran volumen documental. Este sería el caso de las oficinas de Urbanismo, de Hacienda
o de Multas. Este sistema, pensado en un principio para Archivos Generales, se ha ido adap-
tando a las necesidades de las oficinas y, actualmente, se pueden encontrar en el mercado
armarios compactos preparados para archivar las carpetas colgantes, libros, cassettes, cintas,
bandejas extraibles, separadores, etc.
Al utilizar armarios convencionales habrá que tener en cuenta las siguientes característi-
cas:
* Sistema de cierre. Las puertas que llevan bisagras ocupan mucho espacio, lo que
imposibilita su instalación unida a un puesto de trabajo. Cuando las puertas son
corredizas o plegables se soluciona este problema pero tienen el inconveniente de
que siempre queda una parte del armario sin acceso. Podemos decir que el mejor
armario para una oficina es el de puertas enrrollables o de persianas, que facilitan el
acceso sin ocupar mucho espacio, y con la ventaja de que se pueden cerrar al fina-
lizar la jornada de trabajo.
* Posibilidad de ampliación según las necesidades de la oficina. Son recomendables
los sistemas modulares que, además, ofrecen la posibilidad de transformaciones
interiores.
* Los armarios están pensados para la instalación de las carpetas con visibilidad ver-
tical pero la visibilidad vertical es siempre más incómoda que la horizontal. Por este
motivo, algunos armarios están provistos de bandejas abatibles,
* En la parte inferior del armario no se deben instalar carpetas ya que su extracción es
incómoda. Este espacio debe ser reservado para cajas.
ARCHIVADORES
Consiste en un módulo formado por dos o más cajones en donde se colocan las carpetas
colgantes o las fichas. Pueden estar unidos al puesto de trabajo, en ese caso se denominan
bucks, o bien constituir una unidad independiente.
La principal ventaja de su utilización es la posibilidad de colocar los visores horizontal-
mente, lo que facilita la localización de las carpetas. La mayor desventaja viene dada porque
hay que contar con un espacio libre para que se pueda abrir el cajón.
Según Continolo «en un clasificador con cuatro cajones normales de 40 cm de anchura y
70 cm de profundidad, la superficie de suelo ocupada es sólo de 0,3 m2, a la que se añade otro
tanto para la extracción de los cajones, por lo que se ocuparía 0,6 m2».
Para el archivo de planos, carteles y posters existe un módulo especial llamado planero.
Este puede ser horizontal, unos cajones en dónde se depositan los planos extendidos, o ver-
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tical, en dónde los planos son colgados por unos dispositivos de enganche o mediante un
sistema de rieles.
El primer sistema tiene como ventaja que conserva perfectamente los documentos; como
inconveniente diremos que el acceso a un plano determinado es más lento y el mueble ocupa
bastante superficie, aunque, en compensación, hay que añadir que la parte superior del planero
puede usarse como mesa de consulta.
Los planeros verticales facilitan la clasificación de los documentos y el acceso es más
rápido; como inconveniente diremos que los planos tienden a deteriorarse con la consulta.
SISTEMAS MULTIUSOS
Todo el mobiliario que hemos estudiado hasta el momento está pensado para archivar
documentos en soporte papel.
La realidad de las oficinas nos está demostrando que, cada vez más, conviven diferentes
soportes y diferentes tipos documentales.
Las tradicionales librerías están dando paso a un mobiliario modular en el que las dife-
rentes piezas que lo componen pueden adaptarse a los soportes y a los contenedores.
Un mismo mueble puede solucionar los problemas de archivo y de conservación del
material de oficina, basándose en una estudiada distribución de su interior.
Estos sistemas, al ser modulares, permiten su extensión si las necesidades de la oficina así
lo requieren.
Todas las decisiones que se han tomado, la elaboración del Cuadro de Clasificación, de
los instrumentos de recuperación, etc., tienenque ser de utilidad para todos los que controlan
el archivo de oficina en la actualidad y para el personal que se vaya incorporando en un futuro.
Para cumplir este objetivo es imprescindible elaborar unas Normas de Archivo que sirvan
como guía y como documento de consulta ante las dudas que puedan ir surgiendo.
Estas Normas deberán conservarse en un clasificador de anillas o en algún otro sistema de
fijación que permita sacar las hojas para su consulta, reproducción o inclusión de futuras
revisiones. En ningún caso se encuadernarán. Si se conservan en un disquette, éste deberá ser
accesible a todo el personal.
Las Normas deberán recoger todos los aspectos relacionados con el funcionamiento del
archivo y con los documentos tramitados. Los aspectos a abordar van desde la organización
misma del archivo y el expurgo de los documentos hasta su conservación y acceso.
Vamos a indicar unas pautas a seguir en cada uno de estos apartados.
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Paloma Fernández Gil
* Denominación de la Oficina
* Funciones y Actividades
* Fecha de la organización
* Cuadro de Clasificación
* Descripción y valoración de las series
* Ordenación de las series
* Instrumentos de Recuperación
* Instalación de cada serie
* Cuadro de Organización
Denominación de la oficina.
El Cuadro de Clasificación.
Con la incorporación de todas las series existentes en la oficina nos dará un conocimiento
claro y rápido de los documentos que archivamos.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
2.- Correspondencia
COD. 2.4.9.05
Se incluirán:
* Saludas de otros Ayuntamientos.
* Notas meramente informativas de otros organismos públicos.
* Cartas de particulares.
* Escritos comerciales.
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Paloma Fernández Gil
Las series deberán ser perfectamente descritas y valoradas. Es decir, se tienen que describir
cada una de las series y establecer cuándo se deben transferir o destruir. Esta anotación es muy
importante, como ya hemos explicado anteriormente, por lo que deberá establecerse en las
normas con la suficiente claridad.
Los sistemas elegidos para la ordenación de cada serie tendrán que figurar en las normas
debidamente explicados, así como el motivo por el que se optó, en un momento determinado,
por uno u otro sistema. Siempre que el sistema elegido pueda dar lugar a dudas de interpreta-
ción se deberá especificar claramente la decisión tomada y elaborar normas, por ejemplo
alfabéticas, para la ordenación.
En cuanto a la recuperación de los documentos y la información, las normas incluirán mode-
los de las fichas, de los índices empleados, normas de ordenación o convención a la que se haya
llegado, la capacidad de memoria del ordenador y el nombre de la aplicación, las copias de
seguridad que se deben conservar, y cuantos datos puedan facilitar su elaboración y consulta.
La instalación y la ubicación de cada serie dentro de los armarios o archivadores debe
constar también en estas normas. Así desde un primer momento el personal que se incorpora
a la oficina tendrá un rápido conocimiento del archivo y podrá controlarlo desde el principio.
Se puede elaborar un pequeño plano de la oficina en el que figuren los muebles empleados
para el archivo y su contenido.
El Cuadro de Organización será el instrumento que facilite, de una forma simplificada, el
acceso a la organización del archivo.
Podemos definir Cuadro de Organización como el instrumento de consulta en las ofici-
nas que refleja la organización física del fondo documental y aporta los datos esenciales para
esa organización.
Los datos mínimos que debe contener son los siguientes:
* Códigos de las series
* Denominación de las series
* En cuantas unidades de instalación se ubica la serie
* En qué tipo de material se archiva la serie
* Criterio de ordenación y a qué nivel de subdivisión se llega
Como datos complementarios se pueden añadir:
* Valoración
* Mobiliario
* Instrumento de Recuperación
* Color
Veamos un ejemplo de Cuadro de Organización.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Por último, en las Normas de Organización se incluirán como anexos las copias de los
índices de remisión de las transferencias efectuadas al Archivo.
Dentro del conjunto de Normas que deben seguirse para el correcto sistema organizativo
de un archivo de oficina hay que incluir aquellas que van destinadas a proteger a los documen-
tos, a la información que contienen, y a facilitar su manejo al personal administrativo.
Con el fin de orientar en su confección vamos a explicar algunas medidas que se pueden
aplicar desde el momento mismo de la creación de los documentos.
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Los documentos, sobre todo, en soporte papel son lo suficientemente frágiles como para
presentar un grave deterioro en un corto período de tiempo. El ejemplo del color amarillo que
adquiere el papel cuando le da el sol es elocuente.
Por ello conviene observar unas pequeñas normas de conservación para proteger a los
documentos.
El papel, el cartón y las tintas que se utilizan hoy en día en las oficinas no son de muy
buena calidad. Sin ser alarmistas podemos decir, que una mayoría de ellos, no serán legibles en
100 años. Está comprobado, por ejemplo, que el papel reciclado puede tener una pérdida de
calidad entre el 25 % y el 50 % respecto a las características del papel que ha sido reutilizado
en su fabricación.
Como hemos visto en el apartado de expurgo, un gran porcentaje de los documentos que
se manejan en la Administración son susceptibles de eliminación, esto quiere decir que el
papel de menos calidad o el reciclado podría destinarse a este uso, y utilizar un buen papel para
aquellos documentos de interés histórico.
Existen una serie de factores que contribuyen al deterioro de los documentos en las ofici-
nas que podemos resumir en:
* Una mala utilización del material de oficina
* Factores internos de los documentos
* Factores ambientales.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
En cuanto a otros sistemas de sujeción como los clips y las gomas elásticas hay que decir
que se deben emplear lo menos posible. Los clips constituyen un sistema de sujeción de docu-
mentos de forma provisional nunca definitiva. Los expedientes no se deben archivar con clips
ya que se enganchan fácilmente unos con otros en los contenedores y se puede alterar el orden
de los documentos.
Las gomas elásticas tienden a romperse y a descomponerse con facilidad, provocando que
las carpetillas de los expedientes se peguen unas con otras, y que queden restos de goma
adheridos al papel. Hay que añadir que se pierden con facilidad y que cortan los extremos del
papel.
Otro elemento que hay que evitar son las cintas adhesivas para restaurar documentos
rotos. Como la práctica enseña, estas cintas se desprenden con facilidad dejando una evidente
mancha de grasa en el documento.
Como ya hemos explicado en otro apartado34 las notas móviles o post-it perjudican el
papel por la goma que contienen, por este motivo deben ser retiradas antes de archivar los
documentos.
Las alternativas que pueden utilizarse para la sujeción de documentos serán las siguien-
tes:
* Utilización de carpetillas con solapas.
* Utilización de clips y fasteners de material plástico.
* Unir los documentos con una sola grapa.
* Utilizar bolsas separadoras de papel en vez de plástico.
Por último añadiremos que para la reparación de documentos rotos existen cintas adhesivas
especiales fabricadas en base a un tisú de madera blanqueada, libre de ácidos y sulfuroso, y que
es reversible con un disolvente adecuado. También hay cintas de papel japonés extrafino de
PH neutro.
Estos productos se encuentran en establecimientos especializados en restauración. Si su
adquisición resulta difícil, en el supuesto de rotura de un documento, antes de utilizar una
cinta adhesiva corriente es preferible sustituir el documento original por una fotocopia
diligenciada y colocar la fotocopia en el lugar del original.
34
Véase 2.2.
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Factores ambientales.
No todos los documentos requieren las mismas condiciones ambientales para su conser-
vación. La luz, el polvo, la humedad, etc. afectan en mayor o menor medida según sea el
soporte.
Por ejemplo, los documentos en soporte papel requieren una temperatura de entre 15 y
25º, una humedad relativa de 45 a 65 % y una luz artificial que no supere los 200 lux.
Estas condiciones son difíciles de conseguir en una oficina y, no siempre, son compati-
bles con las condiciones ambientales que requerimos los seres humanos.
a) Contra la luz: No situar los documentos al lado de las ventanas, o muy cercanos a
los fluorescentes. La luz no debe incidir directamente sobre el papel.
b) Contra el polvo: Hay que utilizar siempre carpetillas y contenedores para docu-
mentos.
e) Contra los insectos y roedores: Las cucarachas y los ratones son grandes amantes
del papel, por este motivo es necesario que las áreas de archivo sean desinsectadas
y desratizadas al menos una vez al año.
Pero no son sólo los documentos en soporte papel los que requieren tomar medidas de
prevención en una oficina.
Así ocurre con las fotografías que contienen los expedientes de denuncias, de personal,
de ruinas, etc.; y las que archivan las oficinas de Cultura, Prensa, o Alcaldía.
Las fotografías se deben archivar protegidas en un sobre o una envoltura de papel, que no
contenga adhesivos ni acidez, o de plástico de polietileno, acetato o poliester.
Habrá que mantenerlas alejadas de focos de calor ya que las altas temperaturas aceleran
su envejecimiento. También un exceso de humedad acelera la decoloración.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
Las cintas magnéticas pueden verse afectadas por los campos electromagnéticos (teléfo-
nos auriculares, micrófonos, etc.) por lo que conviene que se archiven lejos de ellos. También
la humedad les afecta muy negativamente ya que el poliuretano de poliester, fijador de las
partículas magnéticas, se degrada con facilidad. Conviene recordar que las cintas magnéticas,
en las mejores condiciones de conservación, sólo están en buen uso unos quince años, por lo
que su protección en la oficina es muy importante.
En cuanto a los discos y disquettes, para su correcta conservación se requiere una tempe-
ratura y una humedad estables (21º y 50 % de humedad relativa). Hay que alejarlos del polvo,
la grasa y los golpes.
Tal vez así se pueda hacer perdurar su vida media que actualmente está estimada en unos
diez años para los discos ópticos numéricos, y de 50 a 75 años para los CD-ROM.
Estos soportes deben ser archivados, por lo tanto, en contenedores de material plástico
por su mejor protección contra el polvo. Y mantenerlos lejos de las fuentes de calor y hume-
dad.
Las series documentales, una vez que han sido identificadas y valoradas, deben estudiarse
desde el punto de vista de su accesibilidad.
Siguiendo los criterios marcados por la Ley, será cada oficina municipal quien marcará el
grado de confidencialidad de cada serie documental, grado que tras los informes pertinentes
aprobará los órganos de Gobierno Municipal.
Estas Normas serán fundamentales en la oficina y servirán de ayuda eficaz a los funciona-
rios, que con frecuencia están desconcertados frente a este problema.
35
Basado en las Normas de Acceso a los documentos del Archivo Municipal de Alcorcón (Aprobadas en
Pleno de 31-1-96)
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1. NORMATIVA JURÍDICA
El acceso de los ciudadanos a la información se recoge en la siguiente normativa jurídi-
ca:
* Constitución Española. Artículo 105-b
* Ley 7/85, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local. Artículos 18
y 70.3, y 55 c.
* Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Artículos 57.1.a y c y 62.
* Real Decreto 111/1986 de 10 de enero, de desarrollo parcial de la Ley 16/1985.
Artículos 25 y 39.
* Real Decreto 2568/1986 de 28 de noviembre. Reglamento de Organización, Fun-
cionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales. Artículos 14 y
230.2.
* Ley 12/1989, de 9 de Mayo de 1989, de la Función Estadística Pública. Artículos
13, 15 y 19.
* Ley 5/1992 de 29 de Octubre, de Regulación del Tratamiento Automatizado.
Artículo 14.
* Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del proce-
dimiento Administrativo Común. Artículo 37.
* Ley de Archivos de Cada Comunidad.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
B2.- Documentos que contienen datos que pueden afectar a la intimidad de las personas, a la
Seguridad y Defensa del Estado o a la averiguación de los delitos.
Entrarían en este apartado las series documentales siguientes:
* Expedientes sancionadores y disciplinarios.
* Exámenes (incluidos en el expediente de selección de personal).
* Curriculums (incluidos en el expediente de selección de personal)
* Expedientes personales.
* Expedientes de recursos.
* Recibos.
* Listados de impagados.
* Padrón Municipal de Habitantes.
* Hojas de Tomas de Datos a efectos estadísticos.
* Partes Médicos (adjuntados a los partes de ausencias).
* Partes de Bajas.
* Expedientes de Salud Laboral.
* Expedientes de Quintas.
* Expedientes de solicitudes de Ayudas Asistenciales.
* Informes sociales.
* Partes de Policía Municipal.
* Expedientes de solicitudes de tarjetas de armas.
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MULTAS
- Instancias particulares solicitando anulación de sanción. (Cuando no fueran
válidos por no reunir los requisitos). (Tres años).
- Expedientes de Multas (Al finalizar su vigencia administrativa).
- Relaciones de boletines de denuncias enviadas por la Policía Municipal. (Cinco
años).
REGISTRO
PERSONAL
- Fichas del Reloj. (Tres años).
- Instancias presentadas para participar en convocatorias de ofertas pública de
empleo. (Seis meses, una vez finalizadas las pruebas).
- Notas de Régimen Interior comunicando días de libre disposición por convenio
o por atención del Registro. (Tres años).
- Solicitudes de empleo. (Tres años).
ESTADÍSTICA
- Fichero del Padrón de habitantes. (Cinco años).
- Instancias solicitando certificaciones. (Cinco años).
- Copias del Censo Electoral y del Padrón de Habitantes. (Tres años).
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
POLICÍA MUNICIPAL
- Copias de Partes. (Cinco años).
SECRETARIA PARTICULAR DE ALCALDÍA
PROCEDIMIENTO
Los documentos enumerados no podrán ser destruidos sin levantar un Acta de Expurgo.
Para ello será necesario ponerlo en conocimiento del Archivo Municipal, cuyo responsa-
ble levantará dicha Acta, en la que deberá constar una relación de la documentación
destruida, así como la fecha, la firma de los responsables de la documentación, del Ar-
chivero/a Municipal, y el visto bueno del Secretario/a.
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36
Continolo; Opus cit. p.147
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Se agruparán todas las copias referentes al libro de familia del titular del
expediente, especificando una fecha genérica para todas.
- nacimientos de hijos.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
EJEMPLO DE PLANTILLA
EXPEDIENTE PERSONAL
INTERESADO
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EXPEDIENTE PERSONAL
INTERESADO
B-2.3 Varios
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felicitaciones
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EXPEDIENTE PERSONAL
INTERESADO
C-3.2 Prórrogas
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EXPEDIENTE PERSONAL
INTERESADO
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EXPEDIENTE PERSONAL
INTERESADO
E-2.2 Bajas
E-10.2 Nº Pólizas
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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PROBLEMAS DETECTADOS
* Los expedientes conservan todos los documentos ya sean copias, borradores u ori-
ginales múltiples, incrementando el volumen documental y volviendo farragosa la
consulta de los expedientes.
* Los muebles resultan demasiado altos para permitir el acceso a los documentos con
facilidad.
* El único sistema de archivo que se puede emplear es el de cajas de cartón, ya que las
estanterías carecen de guías para carpetas suspendidas, y la propia configuración
del expediente (carpetilla y fastener) propicia que no se archive en carpetas de
anillas.
* Por este motivo, la documentación en trámite se coloca encima de las mesas. Den-
tro de las cajas, cuando no están llenas, los expedientes se deslizan y no se localizan
fácilmente por lo que les resulta muy incómodo.
* Las cajas se instalan apoyadas en la parte más estrecha lo que disminuye la capaci-
dad de los muebles. Según el modelo de caja se puede estar perdiendo una balda de
capacidad por mueble.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
SOLUCIÓN PROPUESTA
1º. Habrá que dividir los documentos en tres grupos:
* Documentos más antiguos
* Documentos finalizados en el año anterior.
* Documentos en trámite o de consulta frecuente.
En la oficina sólo se conservarán los dos últimos años, por los motivos siguientes:
* Dada la excesiva altura de los armarios, los espacios superiores se deberán dejar
vacíos de documentos. Estos espacios podrán ser aprovechados para guardar algún
tipo de material o máquinas de oficina de poco uso.
* Los espacios centrales de los muebles se dedicarán al archivo de los expedientes en
trámite y documentos de consulta frecuente.
* Los espacios inferiores se ocuparán con los documentos cuyo trámite haya finaliza-
do en el año anterior.
Por lo tanto, los documentos más antiguos se deben remitir al Archivo Municipal acom-
pañados siempre de las Hojas de Remisión o relaciones de envío.
2º. En segundo lugar habrá que proceder a un estudio de las series que se tramitan en la
oficina.
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
* Cuadro de organización.
* Los índices y demás normas de ordenación de series y de expedientes.
* La transferencia de documentos.
* Relación de documentos susceptibles de expurgo.
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ANEXOS
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MODELO DE
CUESTIONARIO
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DOC. 2
SECCIÓN DE ARCHIVO Y DOCUMENTACIÓN
1.1. SERVICIO
1.2. SECCIÓN
1.3. NEGOCIADO
1.4. RESPONSABLE
1.5. FECHA
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3.4. FORMATO:
descentralizada
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4.0. ORGANIZACIÓN
EN OFICINA
Nº SERIE
EN OTRA DEPENDENCIA ORDENACIÓN AÑOS m/1
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5.1. INSTALACIONES:
DEPENDENCIA SEPARADA PARA
ARCHIVO m2
COMPATIDA
PROPIA OFICINA
5.2. MOBILIARIO:
ARMARIOS
ESTANTERIAS
BUC
ARCHIVADORES DE CARPETAS
ARCHIVADORES DE PLANOS
FICHEROS
OTROS
5.3. NIVEL DE ACEPTACIÓN:
BUENO
REGULAR
MALO
5.4. MATERIALES:
CAJAS DE CATÓN
CAJAS DE CARTÓN-TELA
CAJAS DE PLÁSTICO
CARPETAS COLGANTES
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CARPETAS DE ANILLAS
BASTIDORES PARA CARPETAS
COLGANTES
FICHEROS DE SOBREMESA
REVISTEROS
SUBCARPETAS
OTROS
5.5. NIVEL DE ACEPTACIÓN:
BUENO
REGULAR
MALO
6.0. OBSERVACIONES
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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VOCABULARIO BÁSICO
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
VOCABULARIO BÁSICO*
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
LEGISLACIÓN
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
GENERAL
. Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de Bases de Régimen Local. (B.O.E. de 3 de abril de
1985).
. Real Decreto Legislativo 781/1986 de 18 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido
de disposiciones legales vigentes en materia de Régimen Local. (B.O.E. de 22 de abril de
1986).
. Real Decreto 2568/86, de 28 de noviembre, de Reglamento de Organización, Funciona-
miento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales. (B.O.E. de 22 de diciembre de 1986).
. Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común. (B.O.E. de 27 de noviembre de 1992).
. Real Decreto 1372/86, de 13 de junio, de Reglamento de Bienes de las Entidades Locales.
(B.O.E. de 7 de julio de 1986).
. Real Decreto Legislativo 1/1992, de 26 de junio, Texto Refundido de la Ley de Régimen del
Suelo y Ordenación Urbana. (B.O.E. de 30 de junio de 1992).
. Ley 26/1984, de 3 de mayo, para la defensa de los Consumidores y usuarios. (B.O.E. de 7 de
julio de 1984).
. Ley 13/1995, de 18 de mayo, de Contratos de las Administraciones Públicas. (B.O.E. de 19
de mayo de 1995).
. Ley 8/1980, de 10 de marzo. Estatuto de los Trabajadores. (B.O.E. de 14 de marzo de 1980).
. Ley 30/1984, de 2 de agosto, sobre Medidas para la Reforma de la Función Pública. (B.O.E.
de 3 de agosto de 1984).
. Real Decreto 939/1986, de 25 de abril, por el que se aprueba el Reglamento General de
Inspección de Tributos. (B.O.E. de 14 de junio de 1986).
. Ley 39/1988 de 28 de diciembre, de Haciendas Locales. (B.O.E. de 15 de abril de 1989).
. Real Decreto 1684/1990, de 20 de diciembre, Reglamento General de Recaudación de Tri-
butos. (B.O.E. de 3 de enero de 1991).
. Orden de 17 de julio de 1990. Instrucción de Contabilidad para la Administración Local.
(B.O.E. de 17 de julio de 1990).
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ARCHIVOS
. Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. (B.O.E. de 29 de junio de
1985).
. Ley 3/1984, de 9 de enero, de Archivos de Andalucía. (B.O.E. de 30 de enero de 1984).
. Ley 6/1985, de 26 de abril, de Archivos de Cataluña. (B.O.E. de 1 de agosto de 1985).
. Ley 6/1986, de 28 de noviembre, de Archivos de Aragón. (B.O.E. de 17 de diciembre de
1986).
. Ley 3/1990, de 22 de febrero, de Patrimonio Documental y Archivos de Canarias. (B.O.E.
de 17 de abril de 1990).
. Ley 6/1990, de 11 de abril, de Archivos y Patrimonio Documental de la Región de Murcia.
(B.O.E. de 17 de julio de 1990).
. Ley 4/1990, de 30 de mayo, de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha. (B.O.C.M. de
13 de junio de 1990).
. Ley 7/1990, de 3 de julio, de Patrimonio Cultural Vasco. (B.O.P.V. de 6 de agosto de 1990).
. Ley 6/1991, de 19 de abril, de Archivos y del Patrimonio Documental de Castilla y León.
(B.O.C. y L. de 15 de mayo de 1991).
. Ley 4/1993, de 21 de abril, de Archivos y Patrimonio Documental de la Comunidad de
Madrid. (B.O.C.M. de 30 de abril de 1993).
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BIBLIOGRAFÍA
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Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales
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