VIII. Los Intentos de Cambio Técnico
VIII. Los Intentos de Cambio Técnico
VIII. Los Intentos de Cambio Técnico
siglo XVIII en Perú. La expedición liderada por el Barón de Nordenflicht entre 1789 y 1810
tuvo un impacto significativo en la percepción de estos avances. Aunque la expedición se
considera en su mayoría un fracaso, se destaca que antes de su llegada ya habían ocurrido
importantes avances técnicos.
Contrario a la creencia de que los empresarios mineros y las autoridades eran reacios a la
innovación, se afirma que tanto ellos como los mineros estaban interesados en adoptar
nuevas técnicas que aumentaran la productividad y las ganancias. Cuando se introducían
nuevas ideas o artefactos, se difundían rápidamente y se realizaban ensayos públicos para
evaluar su eficacia.
Uno de los avances más importantes fue el uso sistemático de la pólvora, que inicialmente
se utilizaba para romper rocas en socavones de drenaje o ventilación, pero luego se
implementó en la remoción de minerales. La fabricación local de pólvora y el refuerzo de las
estructuras subterráneas permitieron su uso en empresas mineras más grandes.
También se menciona el aumento en la apertura de socavones, que permitieron una mejor
exploración y extracción de minerales. Los socavones se abrían no solo para seguir las vetas,
sino también para ventilar o iluminar las labores mineras. Aunque la apertura de socavones
se vio limitada por la pequeña dimensión promedio de las minas peruanas y los conflictos
entre empresarios por el acceso a ellos.
La expedición de Nordenflicht, compuesta por ingenieros y técnicos alemanes, propuso el
uso de grandes socavones para el transporte de minerales en carros sobre rieles. También
presentaron un método metalúrgico que utilizaba barriles de madera forrados con láminas
de cobre y movidos por fuerza hidráulica o animal. Sin embargo, los empresarios mineros
consideraron que los costos y la falta de habilidades locales para trabajar con la nueva
maquinaria no justificaban abandonar los métodos tradicionales.
También, se destaca que la propuesta de cambio técnico de la expedición alemana chocó
con las relaciones sociales de producción existentes. Los trabajadores no apoyaron la
introducción de maquinaria que eliminaba prácticas que les permitían obtener beneficios
adicionales, como el acarreo de minerales y la posibilidad de tomar muestras para sí
mismos.
Aunque la misión de Nordenflicht no logró introducir todos sus métodos, se reconoce su
éxito en promover el uso de la pólvora, mejorar la apertura de socavones y generar interés
por la tecnología. Además, su proyecto de establecer una escuela de minería se concretó
décadas después con la creación de la Escuela de Ingenieros de Minas en 1876.
VIII. Los intentos de cambio técnico
Otro aspecto que manifestó progresos importantes en el siglo XVIII fue el referido a las
técnicas mineras y metalúrgicas. La imagen sobre este renglón de la historia de la minería ha
dependido mucho de lo ocurrido con la expedición dirigida por el Barón de Nordenflicht
entre 1789 y 1810. Como se considera que esta fracasó, tiende a pensarse que todo el
asunto tecnológico lo hizo. Varias cosas deben aclararse en este punto: de un lado, antes del
arribo de la misión, habían tenido lugar varios avances técnicos importantes; de otro, la
misión consiguió algunos éxitos parciales, aunque su proyecto principal fracasara.
Detengámonos brevemente en estos puntos. En contra de la imagen dejada por algunos
historiadores y observadores europeos, los empresarios mineros no eran hombres obtusos,
apegados a técnicas tradicionales y reacios a innovar. Tampoco las autoridades se mostraban
opuestas al cambio técnico, aunque sí se preocupaban cuando este podría llevar a que el
Estado perdiese el control de la producción. En contra de tales imágenes, podemos decir que
la documentación muestra a ambos agentes como personas muy interesadas en cualquier
innovación que pudiera aumentar la productividad de los minerales y, con ella, sus
ganancias. Cuando las nuevas ideas o artificios llegaban a un asiento, la noticia se difundía
rápidamente y todos acudían con gran curiosidad a los ensayos, que, por lo mismo,
generalmente eran públicos. Desde luego, los empresarios no se dejaban llevar rápidamente
por el entusiasmo, porque si algo se multiplicaba en los campamentos mineros con gran
rapidez eran los vendedores de ilusiones, que buscaban convencer a incautos empresarios
de las bondades de una veta o las ventajas de algún artificio. Entre las innovaciones más
importantes del período considerado en este capítulo tendríamos que anotar la utilización
sistemática de la pólvora. Aunque su uso se había iniciado en Huancavelica durante las
labores del socavón de Nuestra Señora de Belén, a mediados del siglo anterior, la pólvora no
se usaba para remover minerales, sino únicamente para romper rocas de socavones de
drenaje o ventilación. La llegada de los ingenieros de Almadén a Huancavelica en la primera
mitad del siglo XVIII sirvió para dominar el uso de los barrenos del explosivo en las zonas
minerales. Hasta entonces se pensaba que estas zonas en el Perú estaban compuestas de
materiales demasiado blandos, de modo que la pólvora traería abajo las labores con su
excesiva violencia; sin embargo, la fabricación local de pólvora en la segunda mitad del siglo
XVIII y el mayor cuidado en el reforzamiento de