Recurso de Apelación

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Recurso de Apelación

S.J.L en lo Civil de Concepción (3°)

Francisco Amigo Cartagena, Abogado, en representación de la parte demandante, en


autos sobre Demanda de Indemnización de Daños y Perjuicios caratulados Carrión con
Fisco de Chile, ROL: C-2410-2021 de este Tribunal, a Vuestra Señoría respetuosamente
digo:
Que, encontrándome dentro del plazo que me confiere la ley, vengo en apelar de la
sentencia definitiva dictada en este juicio y acogió parcialmente la acción deducida por
esta parte en contra del Fisco de Chile. Fundo el presente recurso de apelación en los
siguientes argumentos de Hecho y de Derecho que paso a exponer respetuosamente:
I. Antecedentes del recurso
1. La presente causa corresponde a una demanda de indemnización de perjuicios por la
responsabilidad que sobre el Estado de Chile recae en virtud del conjunto de normas tanto
nacionales como internacionales citadas en el libelo de la demanda, que dicen relación
con los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana.
2. La sentencia dictada en estos autos acogió parcialmente la demanda deducida por esta
parte, pero otorgando un monto insignificante en comparación al sufrimiento
soportado por el demandante de autos, que estuvo 2 años secuestrado y torturado por
agentes del Estado de Chile, a pesar de reconocer que tanto el hecho como los daños
experimentados se encuentran acreditados.
3. Yerra la sentenciadora al momento de considerar las particulares circunstancias de la
materia de autos y soslaya abiertamente lo sucedido en el curso del juicio, de la forma
que procedemos a exponer.
II. Recurso propiamente tal
1. La sentencia de autos ocasiona un agravio considerable a esta parte al acoger sólo
parcialmente la demanda de autos, toda vez que fija un monto abiertamente exiguo por
concepto de indemnización de perjuicios respecto del demandante principal,
desconociendo el reconocimiento expreso que hace el Estado de Chile de haber torturado
al demandante a través de sus agentes uniformados, circunstancia que se desprende de la
inclusión del demandante principal en la nómina de víctimas del informe Valech y de las
presentaciones hechas por la contraria durante este litigio. Para comenzar a desarrollar el
presente recurso, consideramos esencial abordar el -a nuestro juicio- paralogismo
contenido en la sentencia de autos.
2. Como se desprende del tenor del fragmento citado, la demandada controvierte sólo
respecto a los hechos que, a su juicio, configurarían las excepciones de prescripción
extintiva y de pago. En consecuencia, la contraria no cuestiona la ocurrencia de los
hechos en los que se funda la pretensión del demandante principal.
3. En la conducta desplegada por la demandada en su contestación se configura lo que la
doctrina nacional ha denominado falta de contradicción sobre los hechos, que en
palabras de CORTEZ se traduce en:

«Resulta perfectamente posible que, sin mediar allanamiento, no exista contradicción sobre
los hechos materia del juicio, sin que ello importe que la pretensión deba ser acogida en la
demanda. En efecto, puede existir conformidad en torno a los hechos, pero producirse
controversia en el aspecto jurídico. […]
Por las razones antes indicadas, el allanamiento se diferencia de la admisión de hechos, toda vez
que la admisión de hechos no trae como necesaria consecuencia que el juez deba dictar
una sentencia que acoja la demanda, sino que únicamente hace innecesaria la prueba
sobre los hechos admitidos, sin perjuicio de que el allanamiento sólo puede emanar del
demandado.»1

4. En base a lo expuesto es evidente que el Fisco, al no discutir los hechos en lo tocante al


demandante principal, sino que únicamente respecto a hechos que a su juicio
configurarían las excepciones. De lo anterior, inexorablemente se colige que la
acreditación de los hechos en los que se funda la acción respecto de la víctima directa
devino en innecesaria, por tanto, se han de tener por ciertos aquellos acontecimientos
descritos, es decir, los que dicen relación con la detención y tortura de don Segundo
Horacio Carrión Contreras.
5. A mayor abundamiento, la sentencia que por este recurso se impugna indica que:

12°.- Que, tal como ya se expuso, la responsabilidad del Estado exige como un primer supuesto
que la actuación del agente público esté relacionada con el servicio u órgano público, y ello
queda claro en la situación sub-judice respecto de don Iván Bruno Núñez Contreras, pues tal
como lo afirma el testigo en audiencia de 30 de septiembre de 2022 (folio 35), cuyo testimonio
se valora en los términos que autoriza el numeral 1 del artículo 384 del Código de
Procedimiento Civil, quien por lo demás no es tachado y da razón de sus dichos, declara que el
Sr. Núñez Contreras fue detenido el día 26 de abril de 1988 por Carabineros de Chile siendo
trasladado a la 12º Comisaría de Carabineros de Santiago, lugar en que fue golpeado,
electrocutado y maltratado física y psicológicamente de diversas maneras, luego fue llevado a la
fiscal a Militar de calle Bulnes en Santiago y posteriormente a la cárcel pública donde
nuevamente fue maltratado por agentes estatales, para finalmente transcurrido
aproximadamente 15 meses, ser liberado en el mes de julio de 1989. A su vez dichas
declaraciones son concordantes con la documental incorporada a folio 33 consistente en la copia
simple de datos de la detención timbrada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos
(INDH), respecto del demandante don Iván Bruno Núñez Contreras, y la copia simple de
certificado de Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas de fecha 11 de septiembre
de 2003 timbrada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), de la cual aparece
que la fecha de detención del referido actor fue el 26 de abril de 1988, y la fecha de libertad 27
de julio de 1989, precisando el primer instrumento individualizado que el Sr. Núñez Contreras
estuvo en reclusión en los recintos de 12º Comisaría de Carabineros, y en la cárcel pública,
lugares en que experimentó electricidad, golpes, colgamientos e intentos de fusilamientos. Así,
y dada la actividad específica desarrollada por los agentes y sus circunstancias, no cabe sino
entender que fue un Órgano del Estado de Chile el que actuó, hecho no discutido por el
demandado. Por lo demás, el Fisco de Chile no controvirtió la calificación jurídica del hecho
ilícito en que se funda la acción indemnizatoria como un delito lesa humanidad respecto del ya
mencionado actor.

6. Más no comprendemos cómo es que, a pesar de lo contenido en el considerando


recién citado, la sentencia condenó al Fisco de Chile a pagar un monto ínfimo
comparado con el solicitado en la demanda de autos, y cuya enorme diferencia
constituye por sí sola un serio agravio para nuestra parte, toda vez que nuestras
pretensiones fueron sólo parcialmente acogidas y se determinó el quantum
indemnizatorio en base a una mera lucubración que no se encuentra recogida ni es
1
BORDALÍ, A.; CORTEZ, G.; PALOMO, D. (2014). El procedimiento ordinario de mayor cuantía.
Procedimiento sumario y tutela cautelar. (2da Ed.) Chile: Legal Publishing. Pág. 159.
desarrollada en considerando alguno de la sentencia.
7. El fallo impugnado no contiene fundamentación alguna en torno a los parámetros o
pautas empleados por el juez a quo al momento de determinar el quantum
indemnizatorio del daño moral, parámetros que la misma jurisprudencia ha ido
señalando a lo largo de los años. Así, podemos traer a colación a modo de ejemplo
algunos de los parámetros que la doctrina 2 ha extraído del análisis de décadas de
jurisprudencia sobre la materia de autos, como la entidad, naturaleza y gravedad del
suceso que constituye la causa del daño, que en el caso de autos corresponde a un
delito calificado de lesa humanidad; la clase de derecho o interés extrapatrimonial
agredido, destacándose entre los derechos agredidos de acuerdo a la misma sentencia el
derecho a la vida y a la integridad física y psíquica; las consecuencias físicas, psíquicas,
sociales o morales que se derivan del daño causado; su duración y persistencia que
impliquen convertirlo en un perjuicio moral futuro, circunstancia que en el caso de
autos se encuentra suficientemente acreditada.
8. Es así como, en consideración a lo acreditado en autos y a los criterios indicados
en el numeral anterior, el monto concedido por la sentencia resulta ser manifiestamente
insuficiente. Señoría, estamos hablando de un sufrimiento que se ha prolongado
durante décadas, décadas de pesares y tormentos que han acabado demoliendo y
redefiniendo a mi representado, quien vive impacientado por su presente, prisionero de su
pasado y privado de un porvenir.
9.Ahora bien, en un orden distinto de ideas, no comprendemos cómo es que la
sentenciadora señala que no son procedentes las alegaciones del daño reflejo que se
realizan en la presente causa, aduciendo que no se encuentran acreditados los
supuestos necesarios para alcanzar el estándar probatorio requerido a fin de hacer
procedente la obligación de indemnizar del Fisco.
10. Antes de desmenuzar la sentencia en el caso concreto, preciso es detenernos un
momento para explayarnos en torno a la acreditación de la existencia de los daños que se
demandan. Ésta es algo que se desprende de un criterio de normalidad, criterio que
–de acuerdo a los autores nacionales– fue adoptado por nuestro ordenamiento jurídico en la
regla del artículo 16983 y que impera en materia probatoria, particularmente en lo que refiere
al onus probandi; dicho criterio consiste en que:

«corresponde probar aquel hecho que se desvía del comportamiento normal, al que
busca probar una anormalidad. Según él, no corresponde asignar la carga a quien
reclama a su favor el hecho que normalmente sucede. La situación anormal, que es la
que requiere prueba, es un evento que ocurre en una proporción menor (infrecuente) por
oposición a otro hecho que es el que ocurre en la gran mayoría de los casos y que, por eso,
es considerado lo ‘normal’ o frecuente.»4

Cabe agregar que el criterio en cuestión asume dos variantes: la regla de la innovación, en
la que la carga de la prueba la asume quien pretende una modificación del estado normal
2
DIEZ SCHWERTER, J. (2006). El Daño Extracontractual. Chile: Editorial Jurídica de Chile. Págs. 251 y
ss.
3
PEÑAILILLO ARÉVALO, D. (1989). La Prueba en Materia Sustantiva Civil. (1º Ed.) Chile:
Editorial Jurídica de Chile. Pág. 57
4
BRAVO-HURTADO, P. Derrotabilidad de la carga de la prueba en la responsabilidad
contractual: hacia la facilidad probatoria en Chile. Revista Chilena de Derecho Privado. N° 21,
2013. Pp. 13-46.
de las cosas; y la máxima de la experiencia, por la cual a partir de un hecho probado se
infiere otro que obedece al comportamiento normal o habitual, en un momento
determinado y bajo parámetros socialmente aceptables.5
11. La jurisprudencia de nuestros Tribunales Superiores de Justicia ha empleado en
miríadas de oportunidades el mentado criterio a la hora de asignar la carga de la
prueba, estableciendo verbigracia:
«Unánimemente se ha aceptado que ésta [la carga de probar] le corresponde rendirla al
que sostiene una proposición contraria al estado normal u ordinario de las cosas [...]»6
12. Empleando el criterio anteriormente desarrollado, inexorablemente se concluye que lo
correcto en el presente caso consiste en que, desde el momento en que se tiene por
probado que una persona vio cercenados su libertad, integridad y espíritu por obra de
agentes del Estado, carece de sentido el cuestionarnos si acaso la víctima misma habría
resultado afectados en su fuero interno luego de los delitos cometidos, por cuanto esta
afectación deviene en normal, natural y lógica.
13. Por otra parte, es algo aceptado que el daño moral no se encuentra sujeto a las
mismas reglas empleadas en la determinación de daños materiales y que se desprende de la
sola ocurrencia de ciertos hechos. Así DIEZ SCHWERTER, analizando la situación
jurisprudencial chilena en torno al daño moral, ha señalado que:
«En muchos casos nuestros tribunales entienden que existe daño moral sólo por ocurrir
el hecho ilícito, no siendo necesarias pruebas al respecto. Así acontece en caso de lesiones,
injurias, sodomía e incluso tratándose del delito contemplado en el art. 9º del D. L. 2.695.»7

Agrega el citado autor al pie de página que:

«En caso de lesiones nuestros jueces entienden que su sola ocurrencia implica para la
víctima directa el verse afectada por dolores, sufrimientos y angustias constitutivas de
daño moral (pretium doloris), sin necesidad de que existan pruebas que precisamente constaten
estos efectos. En este sentido se pueden citar, por ejemplo, C. S., 23 de agosto de 1951. Rev., t.
48, sec. 4ª, pág. 186; C. de Concepción, 19 de agosto de 1965. Revista de Derecho y Ciencias
Sociales, Universidad de Concepción, Nº 136, pág. 85, cons. 84 (fallo en el cual se trajeron a
colación, además, las particulares circunstancias en que el hecho ilícito aconteció)»8

De lo expuesto se desprende que la acreditación del daño moral, atendida su particular


naturaleza de ser éste extrapatrimonial, es algo que puede satisfacerse con la sola prueba de
la ocurrencia de los hechos que lesionan a la persona de acuerdo con la postura
dominante en los tribunales de nuestro país. En el mismo sentido BARROS BOURIE.9

5
HUNTER AMPUERO, I. Las dificultades probatorias en el proceso civil. tratamiento doctrinal y
jurisprudencial, críticas y una propuesta. Revista de Derecho Universidad Católica del Norte.
Sección: Estudios, Año 22 N° 1, 2015. Pp. 209-257.
6
CORTE SUPREMA, rol 1096-2009. Sentencia de 25 de agosto de 2010. En el mismo sentido
CORTE SUPREMA en roles 86-09, de 31 de agosto de 2010; 6331-2009, de 26 de enero de 2011;
5234-09, de 26 de enero de 2011; 6657-2009 de 27 de enero de 2011; 7568-2009, de 26 de marzo de
2011; 8792-2009, de 25 de mayo de 2011; 6069-2009, de 24 de junio de 2011.
7
DIEZ SCHWERTER, J. (2006). Ob. cit. Pág. 142.
8
Ibidem.
9
BARROS BOURIE, E. (2006). Tratado de Responsabilidad Extracontractual. Chile: Editorial
Jurídica de Chile. Pág. 334.
«En algunos casos de lesiones ha existido una situación parecida a la anterior, afirmándose que
“es un hecho evidente, aceptado por la doctrina y jurisprudencia que las lesiones físicas y
mentales de una persona producen un sufrimiento a ella misma y a los familiares más
próximos que no requiere de demostración”.»10

14. Otro elemento que la sentenciadora pasa por alto es el singular carácter de la
presente causa que, como ya dijimos, aparece en el contexto de delitos de lesa
humanidad. Esto último es un elemento esencial tanto en la acreditación del daño
moral demandado como en su valoración, así RODRÍGUEZ GREZ:

«A lo anterior [los elementos empleados en la determinación del daño moral] habría que
agregar los precedentes judiciales, pero sin perder de vista el momento histórico en que
ellos fueron pronunciados, ya que las indemnizaciones están irremediablemente
marcadas por la situación que prevalece en cada instante del desarrollo social.»

Lo último concurre a todas luces en el caso de autos, toda vez que las lesiones
ocasionadas a mi representado se producen en el contexto del régimen militar chileno o
dictadura.
15. La sentencia impugnada recurrida señala que

En cuanto a la extensión del daño que por esta sentencia se buscará reparar, se tendrá en especial
consideración el alcance e intensidad de los daños y el tiempo que el actor estuvo sometido a los
apremios ilegítimos.

De esta forma no se puede entender de qué forma se tiene especial consideración el


alcance e intensidad de los daños y el tiempo que estuvo sometido a apremios ilegítimos,
si al final del día se condena al Estado a una indemnización ínfima de 35 millones de
pesos, muy por debajo del promedio otorgado a otras personas en similares
circunstancias, sobre todo considerando los dos años de vida que le fueron arrebatados
por acción del Estado.
16. Es en función de todo lo expuesto que esta parte no comprende cómo es que la
sentenciadora puede llegar a la conclusión de que corresponde establecer un quantum
indemnizatorio tan exiguo para la indemnización de la víctima directa, en
consideración a la gravedad de los hechos acreditados en la presente causa.
17. Sin perjuicio de lo anteriormente indicado, esta parte acompañará en la oportunidad
procesal correspondiente todos los medios de prueba que permitirán acreditar, corroborar y
avaluar el daño moral demandado a fin de que se enmiende el fallo que se impugna.
Por Tanto, en virtud de lo expuesto y lo dispuesto en los artículos 38º inciso 2º,
artículo 1º inciso 4º y artículo 5º inciso 2º de la Constitución Política del Estado en
relación con los artículos 6 y 7 del mismo cuerpo legal y arts. 2º y 4º de la Ley Orgánica
Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado,
Ruego a Vuestra Señoría se sirva tener por deducido el presente recurso de apelación de
manera fundada en contra de la sentencia definitiva dictada en este procedimiento,
concederlo, ordenando que se remitan los autos en original al Tribunal Ad Quem, con el
fin de que la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, conociendo del recurso,
10
DIEZ SCHWERTER, J. (2006). Ob. cit. Pág. 144.
MODIFIQUE LA SENTENCIA DEFINITIVA DE PRIMERA
INSTANCIA Y ACOJA EN SU TOTALIDAD LA PRESENTE
DEMANDA,
declarando que, observándose la evidente responsabilidad del demandado por el daño
provocado, se condena al Fisco de Chile a pagar por concepto de indemnización por el daño
moral ocasionado las sumas de: $300.000.000; y al pago de las costas personales y
procesales de la instancia y del recurso por haber sido totalmente vencida; y en subsidio de
todo lo anterior, a las sumas que Vuestra Señoría determine, más los intereses y reajustes que
en Derecho correspondan, de existir éstos, incluyendo el pago de las costas personales y
procesales de la instancia y del recurso por haber sido totalmente vencida.

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