Resumen Editado Segundo Parcial
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Tema 4
Cuando nos encontramos ante lo que se manifiesta entre nosotros, y dentro de cada uno de nosotros,
como la expresión más primitiva de la agresión, la violencia, estamos ante la ruptura, del ordenamiento
producido por el desarrollo social, en la medida en que estos logros fueron y son posibles, en virtud de la
renuncia a la violencia destructiva primordial.
Tendencia a la ruptura de los lazos solidarios y de las organizaciones psíquicas, que es inherente a la
constitución del ser humano, por estar sostenida en el permanente anhelo de retorno a la omnipotencia y
al narcisismo primitivo.
La violencia, así, implica una regresión. El acto violento presupone un movimiento regresivo.
La emergencia de actos violentos es posible cuando la discriminación y la posibilidad de intercambio, es
suplantada por la confusión y la indiferenciación, que anulan la posibilidad de comunicarse, y condenan al
sujeto a la soledad e indefensión. Aparece cuando se regresiona desde la posibilidad de utilizar las palabras
como medios de comunicación, a situaciones donde ésta no tiene lugar y es suplantada por acciones
enajenadas de sentido, o por palabras utilizadas a modo de actos.
Freud afirma que el desamparo inicial del ser humano, es la fuente principal de todas las motivaciones
morales. En virtud del interjuego con el objeto, se generará la inscripción de estas experiencias en estratos
del psiquismo más diferenciados, y la paulatina discriminación respecto del objeto. Este proceso se hará
posible en la medida en que el objeto introduzca sentido y de significación a estas experiencias.
Este proceso es consecuente con la conformación del ideal del Yo, complejo de castración y sepultamiento
del complejo de Edipo mediante.
El Ideal del Yo, en el cual de este modo confluyen la subjetividad y la cultura, va a posibilitar toda una serie
de identificaciones con ideales que van más allá de las figuras parentales. Los ideales son la marca de la
cultura en cada individuo que ingresa en ella.
Las manifestaciones de violencia que marcan directamente al sujeto desde su advenimiento al mundo,
aquellas que provienen de la estructura y funcionamiento familiar, más particularmente de los modos
vinculares de los progenitores para con el niño.
El maltrato infantil son emergentes de una constitución fallida en las redes comunicacionales en el grupo
familiar, que se corresponden generalmente como un posicionamiento inadecuado de cada uno de los
miembros de la pareja parental, en relación a su respectiva función. Esto promueve distorsiones en el
sentido de los vínculos paternos filiales, que darán lugar a acciones inadecuadas y a omisiones.
El abandono o desconexión afectiva, que tiene como una forma de expresión el no otorgamiento de
significado a las experiencias del niño, tiene consecuencias más traumáticas. Cuando a más temprana edad
se produce. Al no tener como dar cuenta de estas experiencias, quedan en su inconsciente como agujeros
psíquicos; van a mimetizarse con el objeto abandonante y van a liberarse, sin tener como vehiculizarlas;
grandes montos de agresión, que en un a posteriori repetirá en sus vínculos de adulto infructuosamente.
Creo importante remarcar acerca de los factores que provienen desde el medio social, en forma de
modelos o ideales de la cultura. Estos inciden de manera directa en el sistema de valores del adulto, y de
este modo indirectamente, en el individuo en proceso de constitución.
¿Cuál es entonces el destino, para la constitución de cada sujeto, que tienen los modelos sociales, cuando
éstos en lugar de responder a la ley fundante, sustentan enunciados interpretativos que se sostienen en
una posición regresiva en relación a los logros culturales? Posición regresiva que se manifiesta a través de
modelos en los que se jerarquiza la inmediatez, y donde ésta es promovida desde los medios de
comunicación. Con la entronización, como ideales identificatorios de modelos individualistas, y con la
desolidarización de las relaciones entre los semejantes.
Estas manifestaciones indican puntos de claudicación del contrato narcisista desde el lado del medio
social.
La inmediatez, con los valores que sustenta, promueve la imposibilidad de investir el futuro y tener
proyectos. La tergiversación del sentido de los lazos humanos y la cosificación como modo de vínculo con
el objeto, condena al desvalimiento, la soledad y la desesperanza.
Cuando la corrupción, el trastocamiento entre lo verdadero y lo falso, en el sentido de que no interesa si
algo es verdadero o falso en lugar de promoverse la identificación con ideales que ayuden al crecimiento,
se proponen modelos que se equiparan y alían con el rehusamiento a abandonar posiciones narcisistas.
Se ha llegado al convencimiento que la calidad y cantidad del cuidado que los padres proporcionan al niño
en los primeros años de su vida, son de vital importancia para su futura salud mental.
Se cree esencial para una salud mental adecuada el que lactantes y niños pequeños deben tener una
relación madre-hijo cálida y constante.
Cuando el niño carece de una relación tal, sufre de “privación materna”.
Los efectos nocivos de la privación varían de grado e intensidad. La privación parcial conlleva ansiedad,
necesidad excesiva de afecto y depresión.
La privación completa tiene efectos a largo plazo sobre el desarrollo del carácter y puede destruir por
completo la capacidad de relación del niño con sus semejantes.
Tres experiencias un tanto diferentes pueden dar como resultado: niños con aplanamiento afectivo
incapaces de dar o recibir afecto y delincuentes. Estas experiencias son:
a) Carencia de oportunidad de formar un lazo afectivo con una figura materna durante los tres
primeros años de vida.
b) Privación materna por un tiempo de 3 a 6 meses, durante los primeros 3 años de vida.
c) Cambios frecuentes de figura materna durante el mismo lapso de tiempo.
Factores familiares
1. Falta de supervisión o control de los padres: Supervisar consiste en saber qué hace el menor
dentro y fuera de casa.
2. Actitudes crueles, pasivas y negligentes de los padres: En aquellos casos en los que los padres
tienen un comportamiento violento, mediante frecuentes y duros castigos físicos, los niños
aprenderán que la violencia representa una medida eficaz para resolver conflictos.
3. Disciplina férrea: El exceso en la disciplina y la rigidez en las relaciones familiares, junto al uso
excesivo del castigo en la educación de los niños y adolescentes, suele llevar a una situación de
tensión dentro de la familia en la que los niños desarrollan una agresividad latente contra sus
progenitores, que al no poder sacar a la luz dentro de casa, tienen necesariamente que exponer en
sus relaciones con los demás, teniendo un comportamiento agresivo, que en un futuro
desarrollarán con sus propios hijos.
El comportamiento antisocial de los jóvenes, también puede ser debido a lo que se ha denominado
como disciplina alternada. Este concepto se aplica a aquellos
padres que alternan entre libertad y severidad de modo caprichoso
4. Conflictos familiares: La ruptura de la familia tradicional, sobre todo por el aumento de
separaciones y divorcios que dejan, con frecuencia, a los hijos a cargo de uno de los padres, que
tiene que trabajar obligatoriamente para sacar adelante a sus hijos, produciéndose una
desatención de los mismos, en muchos casos, ha sido esgrimido como una de las causas
generadoras de la delincuencia juvenil.
5. Familia numerosa: Para que el tamaño de la familia pueda influir en la conducta de los hijos, es
necesario además que se den los siguientes factores concurrentes: una mala posición económica
de la familia y un bajo status social que lleva a que los padres no puedan dedicar a sus hijos los
cuidados y atenciones necesarios, produciéndose una desatención y una falta de control de los
hijos por parte de sus padres.
6. Malos ejemplos conductuales: Los padres son responsables de garantizar que sus hijos tengan
unas experiencias de aprendizaje apropiadas y adecuadas. Está demostrado que los niños tienen
una tendencia natural a imitar el comportamiento que observan en casa, como modelo a seguir.
7. Falta de comunicación entre padres e hijos: Este es uno de los problemas de la sociedad actual,
sobre todo en las familias de clase media y alta.
Un posible factor de riesgo lo constituye también una comunicación familiar deteriorada, en la
que los mensajes entre padres e hijos son confusos y contradictorios.
8. Carencias afectivas: La ausencia de cariño se caracteriza por un fracaso a la hora de resaltar las
cualidades o logros del niño positivamente o con orgullo, por una incapacidad de demostrar afecto,
cariño y amor hacia sus propios hijos.
En sentido contrario, un afecto excesivo y un exceso de protección. Una educación demasiado
blanda, por un exceso de cariño, produce en muchos casos lo que se conoce como un “niño
mimado”. Estos niños se convierten en débiles de espíritu y de voluntad. El niño no aprende nunca
a superar su comodidad y su egoísmo, sino que estos estímulos se desarrollan aún más,
convirtiéndose en auténticos tiranos.
9. Falta de enseñanza de valores prosociales: en la actualidad nuestra sociedad se caracteriza por
una falta de valores humanos, éticos y religiosos, en los que prima el individualismo personal sobre
la colectividad.
10. Marginación socioeconómica: Unas condiciones de vida pobre hacen que la paternidad sea más
difícil, la educación de los hijos más defectuosa y el control y supervisión de los mismos más
deficientes, además de generar situaciones de estrés en los padres lo que puede, a su vez, influir
en carencias afectivas y ausencia de muestras de cariño.
Las amistades
La influencia y aceptación de los amigos y compañeros de la misma edad suele ser más importante para los
adolescentes, que la que puedan ejercer sus padres en casa y sus profesores en el colegio.
Las amistades juegan un papel importante como predictor de la futura conducta de los niños y
adolescentes.
“La influencia de los compañeros violentos adquiere una gran significación sobre todo cuando el nivel
intelectual es bajo, los sujetos tienen una personalidad dependiente y han interiorizado deficientemente
los valores normativos en la escuela y en la familia”.
Desempleo
No obstante, no parece que el paro juvenil sea un factor criminógeno de primer orden. Es evidente que no
afecta por la edad de los sujetos, en edad escolar, a la delincuencia infantil. Respecto de la delincuencia
juvenil, principalmente para los menores con edades comprendidas entre dieciocho y veintiuno o
veinticinco años, a los que se conoce como jóvenes adultos, su influencia es mayor aunque quizás de cara a
una criminalización secundaria.
El desempleo juvenil generalmente no puede desencadenar el inicio de una carrera criminal. Solamente
puede contribuir a su ulterior desarrollo y a su intensificación.
La precoz inmersión en el mundo laboral puede constituir una grave fuente de frustraciones, impedir un
normal desarrollo intelectual, condicionar un irreversible destino en trabajos no cualificados, de bajo nivel
y escasamente remunerados.
Las drogas
La correlación droga – delincuencia – desviación social, si bien existe, y se confirma en relaciones
estadísticamente significativas, no es capaz, por sí sola, de dar cuenta ni del hecho de la drogadicción, ni
del hecho de la delincuencia, ni del hecho de la desviación social.
1. El consumo de drogas por la juventud.
2. Delincuencia juvenil y drogodependencia: hemos de diferenciar entre la delincuencia funcional,
que es aquella en la que el adicto se encuentra obligado a delinquir para proporcionarse los
medios económicos que le permitan comprar el producto, y la delincuencia inducida que se
corresponde con la situación del individuo que tras consumir drogas, los efectos de las mismas
aumenten la probabilidad de que se involucre en actividades delictivas.
3. Delincuencia juvenil producida en torno al mundo de la droga: se observa una preocupante
utilización, por parte de la delincuencia organizada adulta, de menores para la realización de
ciertas tareas.
Los ladrones buscan inconscientemente algo más importante que bicicletas y lapiceras.
El delito provoca sentimientos públicos de venganza. La venganza pública podría significar algo muy
peligroso si no existiera la ley y quienes la aplican.
Una de las funciones de la ley consiste en proteger al delincuente contra esa venganza inconsciente y, por
ende, ciega.
El niño cuyo hogar no logra darle un sentimiento de seguridad busca las cuatro paredes fuera del su hogar;
todavía abriga esperanzas.
El niño antisocial simplemente busca un poco más lejos, apela a la sociedad en lugar de recurrir a su familia
o a la escuela, para que le proporcione la estabilidad que necesita a fin de superar las primeras y muy
esenciales etapas de su crecimiento emocional.
Cuando un niño roba fuera de su hogar, también busca a su madre, pero entonces con un mayor
sentimiento de frustración, y con una necesidad cada vez mayor de encontrar, al mismo tiempo, la
autoridad paterna que ponga un límite al efecto concreto de su conducta impulsiva, y a la actuación de las
ideas que surgen en su mente cuando está excitado. El padre estricto que el evoca también puede ser
afectuoso, pero en primer lugar debe mostrarse estricto y fuerte. Sólo cuando la figura paterna estricta y
fuerte se pone en evidencia, el niño puede recuperar sus impulsos primitivos de amor, su sentimiento de
deseo de reparar.
La delincuencia indica que todavía queda alguna esperanza. Como verán, no es necesariamente una
enfermedad que el niño se comporte en forma antisocial, y a veces la conducta antisocial no es otra cosa
que un S.O.S. en busca del control ejercido por personas fuertes, cariñosas y seguras.
El niño antisocial, enfermo, que no ha tenido la oportunidad de desarrollar un buen "ambiente interno"
necesita absolutamente un control exterior para sentirse feliz, para poder jugar o trabajar.
Aparte del descuido, es posible manejarlos en dos formas. Se les puede hacer psicoterapia personal, o bien
proporcionarles un ambiente firme y estable con cuidado y amor personales, y aumentar gradualmente la
dosis de libertad. En realidad, sin esto último, no es probable que la psicoterapia personal tenga éxito.
La tendencia antisocial – Winnicott
El robo
El niño que roba un objeto no busca el objeto robado, sino a la madre, sobre la que tiene ciertos derechos.
La pérdida original
Parecería que la deprivación original acontece durante el período en que el yo del infante o niño de corta
edad está en vías de fusionar las raíces libidinales y agresivas del ello.
Tratamiento
El psicoanálisis no es el tratamiento indicado para la tendencia antisocial. El método terapéutico adecuado
consiste en proveer al niño de un cuidado que él pueda redescubrir y poner a prueba, y dentro del cual
pueda volver a experimentar con los impulsos del ello.
Tema 5
Introducción
El aumento del número de mujeres detenidas procesadas y condenadas por tráfico de estupefacientes en
América Latina ha sido espectacular en los últimos años.
En efecto, son comunes los casos de vulneración de sus derechos fundamentales, sufriendo muchas de
ellas maltratos físicos y sexuales por la policía al ser detenidas, así como el tener dificultades y limitaciones
a su defensa durante el proceso judicial.
La mayoría de las malas llamadas “traficantes” llegan a serlo por su relación matrimonial o de convivencia
con narcotraficantes reproduciendo las diferencias de sexo. La pequeña narcotraficante, comente este
delito por amor y solidaridad hacia su marido o conviviente, o bien por relaciones afectivas familiares
reproduciendo el rol doméstico pasivo obediente.
Las mujeres criminalizadas por tráfico de drogas presentan dos modalidades delictivas: como venta al
menudeo en las grandes ciudades, o como transportistas dentro del país, o hacia otros países con
pequeños cargamentos.
Este tipo de mujeres traficantes, cae en el delito por situaciones económicas precarias de ella y su familia,
lo que podemos definir como estado de necesidad.
El negocio ilícito de drogas significa actualmente una alternativa aparentemente ventajosa para aquellos
sectores marginados de nuestra población que se encuentran fuera de los beneficios de la economía legal.
Las mujeres involucradas en estos delitos tienen una percepción errónea de estas actividades ilícitas; no
tienen conciencia de actos ilícitos calificados de suma gravedad, y por lo tanto son acreedoras de sanciones
rigurosas.
Así como se cree que el crimen es un problema masculino por la cantidad de hombres que delinquen,
también se cree que la adicción les afecta solamente a ellos, lo que significa que no hay servicios que
cubran esta necesidad para las mujeres.
Delincuencia económica: eficacia de las sanciones penales –
Beristain
Evitación: la víctima hace cualquier cosa para evitar más violencia, se vuelve sumisa hacia el
tratante.
Identificación con el tratante: aquí busca la aprobación del tratante al compenetrarse con su visión
y fines.
Insensibilización
Este dato hay que tenerlo especialmente en cuenta a la hora de evaluar el testimonio de las víctimas, para
evitar prejuzgar sobre la eventual falta de cooperación o por las fallas en la memoria.
Ingreso encubierto.
Seguimientos.
Intervenciones telefónicas.
Informes de organismos públicos.
Informes a empresas privadas.
La notable diferencia con el resto de las investigaciones se basa en dos condiciones.
Primero, en la necesidad de producir un constante acopio de información y posterior análisis, cruzando
datos.
Segundo, la necesidad de lograr que la víctima sea testigo, cuestión que no es sencilla y será de inestimable
valor para lograr los objetivos ya delimitados de la investigación.
Como consecuencia del estrés postraumático, la víctima tal vez no llegue jamás a recuperarse de los daños
físicos, sexuales y psicológicos que ha sufrido y se necesitará de un abordaje en dos etapas. La primera, es
un intento de estabilizar a la víctima; y la segunda, que es el intento de incorporación de la víctima al
proceso, una vez ya estabilizada.
La investigación debe tener una investigación financiera paralela.
La pasión de Meda
Las representaciones fantasmáticas activadas en el momento del obrar nos llevan a lo que Aulagnier
describe como la Omnipotencia del deseo del otro de abandonar al sujeto, y contra el cual éste no tiene
influencia. Por consiguiente, estas mujeres deben morir como niños impotentes, con la herida profunda de
ser dejadas e incapaces de influir en la Omnipotencia del otro.
El drama del filicidio se representa en el triángulo amoroso portador de la repetición preedípica del
triángulo entre estas mujeres, sus madres y sus hermanas.
En las relaciones de pareja de estas mujeres, todo recuerda la relación simbiótica que se establece en la
Omnipotencia del amor o el odio.
Cuando sienten que sus maridos son indiferentes y que ellas han perdido definitivamente la batalla por el
reconocimiento, la única posibilidad es la muerte.
Estas madres mataron al hijo al que más apego sentían, al que estaban desesperadamente aferradas, en
una relación simbiótica que no podía autorizar compromiso alguno.
Fenómenos de serialidad criminal: una cuestión “psi-juridica” –
Disanto
Introducción
Los diagnósticos conocidos y en uso, no suelen explicar la razón de la serie tanto homicida como la de los
delitos sexuales.
El primero en ser estudiado es el agresor sexual, aquel que agrega a la violación, el homicidio.
La cuestión de la motivación de los delitos sistemáticos o seriales se ha enfocado en el componente sexual
de tipo sádico, algunos autores ubican al componente sexual no en la motivación sino como un
instrumento para ejercer poder y dominación sobre sus víctimas.
Quizás deba reflexionarse, que en ciertos casos el delito es "una especie de regulador de una vida, una
suplencia reglada ante la ausencia de otros parámetros. No existe una sintaxis del crimen que explique a
cada criminal, pero el crimen suele ser causa de una historia que convierte al acto criminal en una
verdadera manifestación de un ser en particular".
El lector advertido
El primer hecho de la serie, se resignifica a partir de la introducción de tres eventos, inaugurando una serie
como suceso, aunque el primero hecho puede ser inédito, incluso azaroso.
No es tan absurdo reconocer que en esas vacilaciones del Nombre, del Padre y de la Ley a nivel de la
referencia social se reeditan a su vez tres instancias psíquicas, y que en relación al reiterado fracaso de la
función simbólica del asesinato del padre se lo suplanta en ciertos casos con identidades homicidas, donde
el sujeto precario de la crueldad va realizando un trayecto entre el acto y el comentario del mismo.
Causas y motivaciones
Desde una perspectiva de la motivación, Skrapec afirma que los criminales seriales no son diferentes al
resto sino que revelan aspectos extremos de la normalidad, donde la violencia cumple una función en sus
vidas.
Sus experiencias vitales suelen estar marcadas por recuerdos angustiosos, creencias distorsionadas y
conflictos no resueltos que dirigen su comportamiento criminal, siendo sus experiencias vitales las que
activan o refuerzan sus inclinaciones hacia la violencia.
Skrapec diferencia entre:
Homicidio sexual: de motivación sexual para obtener orgasmo pre, peri o postmortem.
Homicidio sexualizado: el motivo es matar.
Y dice que suelen aparecen tres temas dominantes en las motivaciones: el de justificación, el de control y
poder, y el de la vitalidad. En relación a la justificación, sienten que son víctimas que castigan a los que se
lo merecen poseen una doble moral, una para sí mismos y otra para el resto.
En la motivación de control/poder, el acto de matar o violar les otorga un poder fugaz, donde el motor
fantasioso es crucial, dado que es otra realidad que les proporciona la experiencia de un control tanto
sobre los demás como sobre su propio destino.
Por último, la vitalidad se refiere a la sensación de éxtasis eufórico o ira violenta de consecuencias
orgiásticas, luego del cual experimentaban un estado de alivio o calma.
El crimen serial no suele ocurrir en las sombras de relaciones preexistentes, no es la relación social previa
lo impulsa a la destrucción del otro.
Las series
Siguiendo a Badiou y su concepto del acontecimiento, el primero de la serie tendría que constituir un
hecho digamos inefable, inédito, que rompe con las series anteriores del individuo y produce un efecto,
una aparición nueva, una verdad nueva, un acontecimiento en escena.
La serie se suele presentar como aleatoria, azarosa; hasta que un lector pueda detectar la repetición de un
hecho.
Diagnósticos
Desde la perspectiva psicopatológica no es sencillo ni directo identificar a los delincuentes seriales con las
perversiones, más allá de la presencia de parafilias en muchos casos. Siendo incluso necesario no
homologar perversión con psicopatía.
Cabello afirma que en ciertas psicosis hay un comienzo de apariencia perverso.
Se trata de un inicio de un proceso psicótico o de una restitución psicopática de la psicosis, que posterga el
desencadenamiento psicótico bajo la paradoja de una certidumbre criminal que otorga sostén a cierta
identidad homicida.
Desde enfoques psicoanalíticos, la perspectiva kleiniana planteaba que el acto del psicópata expresaría la
única respuesta que le permitiría conservar su unidad y mantener el contacto con el mundo exterior,
conducta diferente a la psicótica, en tanto el paso a la acción, sustituiría a la elaboración delirante.
En ciertos casos, la venganza contra sus padres es animada por el odio del ser. Odio inducido por el hecho
de que el sujeto imagina la existencia de un "ser" que posee un saber inasible y amenazante para sí mismo.
Odio que puede dirigirse hacia aquel que supone más perfecto, según Freud del odio participa el deseo de
saber, algo es más odiado cuanto más desconocido, sobreestimando la amenaza que representa.
El acto serial alivia inmediata y parcialmente a quien lo comete, un criminal serial suele atacar el pudor y lo
bello, a pesar de que en algunos se promulga la idea de un acto en nombre de lo bello, el asesinato como
una de las bellas artes.
La necesidad de lo público en las marcas suele contrastar sobremanera con la actitud de estos sujetos en
su vida privada.
Marcas de autoría, cortes o señales en el cuerpo del control, que evocan un rasgo perverso como señal de
apropiación o como fetiche que soporta un goce último, aún después del crimen.
A partir de las pistas, el detective desmonta la unidad imaginaria de la escena del crimen, desnuda su
carácter de montaje, la relación entre la escena armada y los detalles, entonces el caso concreto debe
buscarse como si se leyera un texto.
Coherencia interpersonal: selección de víctimas con características similares a personas que son
significativas para ellos.
Importancia del tiempo y lugar: señala cuando tiene tiempo libre, que tipo de trabajo tiene y
dónde puede vivir, si está familiarizado con el lugar por su forma de moverse.
Características criminales: permite clasificar a los agresores.
Carrera criminal: valoración de antecedentes delictivos.
Conciencia forense: los que han cometido delitos y conocen las técnicas forenses.
Otro de sus aportes es su hipótesis del círculo, que consiste en marcar sobre un mapa todos los crímenes
cometidos por alguien, luego se toman como diámetro las dos escenas del crimen que se encuentren más
alejadas la una de la otra. Después se dibuja un círculo en el que se incluyen todas las localizaciones
mencionadas. La "hipótesis del círculo" dice que el criminal vive dentro de ese círculo, posiblemente cerca
del centro.
La perfilación criminal consiste en analizar el comportamiento del autor de un delito para hacer un perfil
criminológico (descripción física, psicológica, de estilo de vida y otras cualidades demográficas) para ayudar
a los investigadores en su búsqueda a través de la reducción del número de posibles sospechosos, la
vinculación de distintos casos y la elaboración de nuevas líneas de investigación. Existen
fundamentalmente dos métodos sobre los que se asientan estas técnicas, el inductivo y el deductivo. El
inductivo se basa en información estadística de delitos ocurridos en el pasado con autores conocidos. Esta
información es traducida a variables que se introducen en programas informáticos de espectro estadístico
que permite relacionar patrones delictivos y obtener rápidamente una clasificación del probable autor. El
principio que lo guía es que si un número de personas diferentes comente delitos con semejanzas,
evidentemente se caracteriza por rasgos de personalidad comunes. El método deductivo se caracteriza por
analizar exhaustivamente la escena del crimen, teniendo en cuenta las evidencias tanto físicas como
psicológicas presentes en el mismo. Suele ser más eficaz para entender la motivación criminal.
El análisis de delitos seriales se completa con el análisis geográfico. Existen diversas teorías que explican el
comportamiento espacial del autor de un hecho con la finalidad de establecer la existencia o no de una
relación entre estos lugares y las rutinas del victimario. La ubicación del autor en una determinada zona
permite circunscribir y priorizar los trabajos de búsqueda a una zona, hay dos preguntas claves para
responder: quien puede ser el autor y dónde podría encontrarse esta persona.
La criminología ambiental señala que la delincuencia ocurre en lugares y en tiempos concretos y le dan
gran importancia al principio de proximidad, el que postula que los delincuentes actúan generalmente
cerca de su hogar cuando se encuentran cumpliendo alguna rutina y se presenta la oportunidad.
Tenemos la hipótesis del círculo de Canter, que plantea que los lugares donde se comenten los delitos
están relacionados con el domicilio del delincuente o con algún lugar importante para éste.
A los delincuentes que viven dentro del círculo denominó “merodeadores”, ya que se desplazan de forma
radial hasta los lugares donde cometen sus delitos y luego vuelven a su hogar. Al resto de agresores que no
viven dentro del círculo los denominó commuter o viajeros, ya que viajan desde su domicilio hasta un área
donde comente sus delitos.
Tenemos también el principio de decaimiento desarrollado por Rossomo, que señala que a medida que un
delincuente aumenta la distancia de desplazamiento para cometer delitos, la frecuencia de estos delitos
disminuye. Rossomo aclara igual que existe también una zona de seguridad o tapón cerca del domicilio en
la que el delincuente no comete sus delitos, ya que es una zona donde puede ser reconocido por las
víctimas y/o testigos.
Cuanto mayor planificación haya en un delito, menor comportamiento geográfico habrá, es decir, menor
probabilidad hay de que estas teorías ser verifiquen.
Un agresor serial no suele tener un número límite de agresiones, sino que, por lo general, el límite lo
determina su detención.
La selección de la población de riesgo depende de las preferencias particulares de cada victimario, y de las
circunstancias relacionadas a su accesibilidad. No hay un estereotipo de víctima definido únicamente por
su edad, características físicas, vestimenta, actividad que desarrolla, sino que estas características se
relacionan a las preferencias de los victimarios, pero fundamentalmente a las situaciones de oportunidad o
situacionales del momento que la hacen accesibles y vulnerables.
Articulaciones clínicas
Si estamos dispuestos a acoger los fenómenos mentales de los tras-tornos de la regulación narcisista en
inminencia de colapsar es pertinente que el analista se ubique sin resquemores como objeto cohesionador,
instaurando una relación comprometida y particularmente investida en complementariedad objetal para
hacer inteligible los bloqueos en el advenimiento del sujeto. Su exploración en el territorio del mal reclama
el gobierno de la contrantransferencia negativa, tolerando las fluctuaciones de la heterogeneidad con sus
incertidumbres.
Inicialmente la coproducción traumática, sus sentimientos y de empobrecimiento, su necesidad de
reconocimiento, soledad y vacío no encuentran narrativa.
En estos pacientes el desapuntalamiento ha sido la constante, han estado carentes de ofertas humanas. Al
tener la mayoría apodos vinculados al tipo de delito resulta vital restituirle su apellido y nombre,
nominándolos a través de ellos.
En rigor, es considerado “curativo” o con mayor posibilidad de trans-formación el ensamble de trabajo
en/de la relación terapéutica conjuntamente con la reconstrucción del pasado.
En tanto a las “conversaciones preliminares” no se trataría de una fuga a lo manifiesto ni intentar
persuadirlo, sino de movilizar al Yo del paciente. Se propendería a que el paciente se arrime y anime
virando la curiosidad hacia una demanda.
Son pacientes que cuadran en un tipo de pensamiento auténticamente operatorio. Teniendo en cuenta
que el síntoma advino como intento de solución frente a la cronificación cautivante de tensiones internas
y del dolor psíquico, clínicamente se propendería a instalar al sujeto en un más allá de la mera
catarsis/abreacción que refiere a escena congelada, no dinamizando el aparato.
Una insuficientemente buena evolución yoica depende de las vicisitudes del narcisismo primario,
reforzándose a su vez las defensas narcisistas. Las conductas antisociales y las abyecciones nos llevan
inicialmente a situarnos en el campo del Yo sus múltiples escisiones. Un exceso de energía no manejable
por el Yo, con efecto retardado, intentaría establecer en la descarga algún tipo de ligazón con autonomía
del principio del placer. A mayor montante de angustia más reaparición automática sin posibilidad de
diferir ni mediatizar la degradación vía proceso secundario. Freud denominó experiencia de satisfacción a
aquello que liquida la excitación interior dando lugar al estado de deseo. Pero también introdujo el
concepto de domesticación de la pulsión como quista del Yo, integrándose la pulsión a una conformidad
yoica, logrando así el Yo bienestar.
Abuso alude linderamente a exceso no soportable. Se repetiría la descarga de lo siniestro de la emergencia
pulsional que se sitúa en el orden de un exceso de excitación promovida por la irrupción de obstinados
sentimientos de inexistencia y/o excesos de realidad no metabolizados.
Para protegerse del desmoronamiento referido a una experiencia agonística se hipotecaría la organización
psíquica del sujeto, no pudiendo éste sustraerse al permanente estado de amenaza en que quedaría
sumido. Freud planteó que el empuje perentorio de la pulsión puede ser coartado en sus fines,
promoviendo una satisfacción inhibida que citó como satisfacción parcial. En estos bordes, el desafío está
en encontrar juntos analista-paciente nuevos circuitos pulsionales, que a la manera de trueque libidinal
oficien de embajadas de la pulsión de muerte en sus ligámenes con la cultura.
Escisión yoica y renegación se nutren mutuamente en pro de una defensa de supervivencia ante el riesgo
de colapso psíquico. En momentos de raptos de furia narcisista donde predomina el tono quejumbroso
basado en el narcisismo primario, subsistiendo el Yo Ideal, ante el fracaso de defensas yoicas y bajo el
resguardo de la escisión se apuntaría al borramiento del otro en su estatuto de sujeto.
El primer proceder analítico con sujetos con dificultades severas para autosostenerse sería promover el
“encuentro” fundando en algo nuevo desde situarse a ultranza dentro de una estructura relacional
regulada en ritmos periódicos, secuencias y tiempos “para recuperar niveles de desarrollo psíquico antes
nunca alcanzados”, confirmando su existencia.
El objeto deseado por el sujeto porta el riesgo potencial de desubjetivizar al analista, siendo indispensable
asumir y mantenerse en la escena no obstante este asedio. Las lastimaduras narcisistas han suscitado
trastrocamientos en las cadenas representacionales, serios déficits de ligazón como grávido factor
etiopatogénico.
Por la cualidad de desborde por indefensión que denota un peligro real en estos pacientes, el analista en
su función de “suplencia” debe cuidar no deslizarse del “como si” que caracteriza su función.
Si bien los señalamientos enérgicos son ineludibles en algunos momentos, las intervenciones “profundas”
generalmente no tienen cabida en estas situaciones clínica por el impacto que producen. Sí las tiene que
tener el analista en su mente para abrir formaciones intermedias en el sujeto que propenden a
“neurotizar”.
La constatación de que el mero “saber” y la aceptación intelectual en poco influyen para la elaboración
psíquica nos hace pensar que el referente insight adquiere particular relevancia.
En el campo analítico siempre se hacen presentes aciertos y tropiezos muchas veces ceñidos por los
vasallajes del Yo. Dentro del ámbito de las pulsiones que se pretenden sofocar no podemos paras por alto
que Freud sagazmente distinguió cinco formas de resistencia: Tres del Yo (represión, resistencia en la
transferencia y beneficio secundario de la enfermedad), un del Ello (compulsión de repetición) y una del
Superyó (sentimiento de culpabilidad-necesidad de castigo, que incluye la reacción terapéutica negativa.
Introducción
1
El infanticidio es un homicida atenuado debido a diferentes causas; las clásicas fuero la psicosis puperal y la
soltería de la madre.
2
A la mujer juzgada por este tipo de delito se la percibe como alguien que no cabe en los parámetros
morales ni existenciales de una sociedad “sana”, “normal” y con vocación por la vida.
3
El papel de “buena madre” es una construcción social y por ende un modelo para seguir.
Se espera incondicionalidad del amor materno.
La mujer-madre sufre máximas presiones psicológicas y vinculares frente a las que no suele estar
preparada, no sólo para responder de una forma activa y productiva sino tampoco para
comprenderla en su magnitud.
La mujer-madre carece de las herramientas conceptuales y perceptivas que le permitan hacer un
diagnóstico más o menos acertado de la situación debido a que está inmersa en ésta y es difícil
tomarse un “respiro” y ver qué le está sucediendo a ella, a sus hijos a su pareja emocional,
La mujer-madre está cansada, físicamente deteriorada, las más de las veces golpeada y violada, con
lo que sus esfuerzos se dirigen a cubrir las apariencias antes que a concentrarse en el problema de
fondo.
La mujer-madre poco a poco va distorsionando la percepción de ese problema de fondo al que va
empujando de su área de visión hasta no poder verlo ya más.
La mujer-madre golpeada suele desarrollar efectos paradójicos en la percepción de la violencia: da
la razón al hombre, asumiendo sus mismos argumentos, para que pueda seguir golpeándola sin que
ella se defienda, se vaya del hogar o pida ayuda hacia fuera de la familia.
La mujer-madre que ya se ha situado en una racionalidad paradójica respecto de la legitimidad de
la violencia que sufre puede, a veces, ejercerla sobre sus propios hijos o bien no defenderlos lo
suficiente o adecuadamente a la proporción de la violencia ejercida por la imagen masculina.
La mujer-madre no tiene figuras confiables en quienes depositar sus problemas.
La mujer-madre no logra apoyarse en las pocas personas que, viendo la situación por la que
transcurre, se acercan con el propósito sincero de ayudar.
La mujer-madre puede hacer llamadas de auxilio que no son correctamente interpretadas.
Finalmente, en algunos casos, mata y se suicida.
Se ve el resultado de esta situación como un fracaso individual, en el ser mujer y en el ser madre, antes
que una consecuencia del entramado social e institucional. La culpa de lo que haya ocurrido se le echa sólo
a ella.
TEMA VI
Psicopatía - Abdel-Masih
Es una perturbación asintomática, que solo una observación sagaz y un muy preciso instrumento
diagnóstico pueden detectar.
La personalidad psicopática se caracteriza por: la indiferencia afectiva, el tedio como emoción capaz de
sentir, y el acting-out; características estas que se fundan en las siguientes perturbaciones funcionales: de
la identidad, de la simbolización y de la socialización.
Desde el punto de vista del área privilegiada de expresión, hay un marcado predominio del accionar en el
mundo externo, con empobrecimiento del área de la mente. La capacidad perceptiva y el juicio de
realidad, funcionan como instrumento directo del principio del placer y el servicio del proceso primario,
para liberarse inmediatamente de la frustración.
El psicópata es impulsivo y versátil, incapaz de posponer la satisfacción de deseos, y con absoluta
desconsideración por los demás. Su impulsividad es sintónica al Yo.
Hay falta de sentimientos de culpa consciente. Y falta de insight. Se observa irresponsabilidad, con falta de
previsión sobre sus actos. No tolera el aburrimiento.
Su sexualidad es impersonal, emocionalmente trivial, y a menudo promiscua.
Es incapaz de sentir emociones; siendo solo capaz de que sus estados de tensión se traduzcan y expresen
en tedio.
El lenguaje está al servicio de la acción; al no haber construido símbolos que representen contenidos
representacionales de la experiencia, los utiliza en un como-si, al servicio del proceso primario, no hay
contacto real.
Se caracteriza también por la acción sorpresiva (“hacer actuar” sin que el otro se dé cuenta). Tiende a
confundir con su discurso. Estando esto enlazado profundamente con su falta de discriminación entre Yo y
No-Yo.
El equilibrio interno del psicópata es precario; el vacío de su mundo interno provoca que para no caer en la
psicosis o en la depresión necesite mantener el equilibrio a través de: 1) actuando su incapacidad de
tolerar la tensión; 2) haciéndolo a través de un depositario que actúe por él, siendo su modo de
aproximación al objeto; 3) a través de la combinación de mecanismos defensivos como omnipotencia,
splitting masivo e identificación proyectiva.
El estado psicopático es un modo de adaptación a la realidad; como así también la importancia de la
agresión. Donde el carácter tanático, destructivo, se mezcla con una tentativa externa de preservar la
relación con la realidad.
En lo referente a la utilización de los otros como depositarios: su incapacidad de contener el conflicto
dentro de sus propios límites, determina que utilice a los otros para esto.
Manejar al depositario es para el psicópata una necesidad de primer índole.
El psicópata no ha podido construir un mundo interior con identificaciones sólidas; en el sentido que no ha
podido introyectar experiencias que le permitan tolerar la espera, no hay mediatización simbólica.
Coexiste en el psicópata un adecuado desarrollo de las funciones yoicas ligadas a los procesos de tipo
intelectual, con el vacío de contenido vivencial, con el vacío simbólico, con el vacío de afecto; es lo que se
puede observar como producciones de un sofisticado nivel de elaboración; pero al servicio del proceso
primario, sustentado en ecuaciones simbólicas y vínculos aparentes, ya que el otro no es para el psicópata,
sino un depositario, o sea, una parte de sí mismo.
Tanto la percepción de los estímulos externos, como los estados de tensión interna, son vividos como
cargas con solo valor cuantitativo, que producen malestar y hay que desembarazarse de ello
inmediatamente. Esto es lo que se denomina tedio, estado insoportable de tensión interna que solo a
través de la actuación, de la descarga inmediata, podrá aliviarse, so riesgo de producirse algunos de los
modos de desestructuración.
El grupo familiar del futuro psicópata, no está bien integrado; las relaciones parentales se caracterizan por
la hostilidad, los celos y la promiscuidad. La comunicación del grupo familiar está apuntalada por
gratificaciones externas; es un grupo perturbado en su capacidad de elaborar pérdidas.
El padre es autoritario y ausente, lo que no permite la identificación adecuada, identificándose así con un
superyó rígido y cruel, con aspectos narcisistas muy severos. La madre: o lejana y autista, que tome al hijo
como una prolongación de sí semejante a la madre del esquizofrénico; o sobreprotectora, con una gran
emotividad, pero que en lugar de volcarla en su pareja la vuelca en el hijo, volcando su necesidad de
dependencia.
El intercambio con los padres se hace a través de objetos materiales, y esto es lo que internaliza.
Esta carencia de padre y madre, provoca la imposibilidad de incorporarse a la cultura. Superyó deficiente y
aislado o cruel y severo que prohíbe e impulsa a vencer la prohibición. Superyó deficiente que no integre la
pauta del grupo social; que no cumple la función de ajustar la necesidad instintiva a las posibilidades del
ambiente.
Normalmente las funciones yoicas son desempeñadas primero por la madre. Esta falla inicial en la
psicopatía, impide la capacidad para el “no” semántico que implica el reconocimiento del otro como
persona con voluntad independiente; falla que produce la incapacidad para el aprendizaje, una intensa
necesidad de encontrar un objeto simbólico para que sirva de depositario de los aspectos intolerables del
yo.
En esta patología es fundamental la perturbación de las funciones que se consolidan en el segundo año. Es
la etapa de la valoración de las heces como parte del cuerpo. La característica de la etapa anal primaria es
la aniquilación del objeto; y la anal secundaria, la de preservar el objeto aunque bajo control, si no se
establece sólidamente la segunda, surge la psicosis. El niño retiene muchas formas de comunicación no
verbal, y recurre a la acción como modelo de comunicación.
El futuro psicópata utiliza el lenguaje como instrumento exhibicionista y no de comunicación.
Entre el tercero y quinto año de vida internaliza una relación parental sadomasoquista en la que
predominan actuaciones de tendencias retaliativas mutuas.
Ya en la latencia, como consecuencia del fracaso en la comunicación, rico en fantasías omnipotentes y
déficit en la simbolización va a ser lo que lo caracterizará. No puede introyectar prohibiciones; no puede
compartir, no sabe jugar, quiere ganar siempre.
Los actos ilícitos eran cometidos, ante todo, porque se hallaban prohibidos y porque a su ejecución se
enlazaba, para su autor, un alivio psíquico. El sujeto sufría, en efecto, de un penoso sentimiento de
culpabilidad, de origen desconocido, y una vez cometida una falta concreta sentía mitigada la presión del
mismo. El sentimiento de culpabilidad quedaba así, por lo menos, adherido a algo tangible.
El sentimiento de culpabilidad existía antes del delito y no procedía de él. Tales sujetos pueden ser
justificadamente designados con el nombre de delincuentes por sentimiento de culpabilidad.
El resultado de la labora analítica fue el de que tal oscuro sentimiento de culpabilidad procedía del
complejo de Edipo, siendo una reacción a las dos grandes intenciones criminales: matar al padre y gozar de
la madre.
En los niños podemos observar directamente que “son malos” para provocar el castigo, y una vez obtenido
este se muestran tranquilos y contentos. De los delincuentes adultos hemos de restar desde luego todos
aquellos que cometen delitos sin sentimiento de culpabilidad, aquellos que no han desarrollado
inhibiciones morales o creen justificada su conducta por su lucha contra la sociedad.
Puntos clave
1. La violencia se estudia en el marco de la pluricausalidad y sin descuidar su intrínseca relación con la
psicopatía. La psicopatía puede ser vista como una “mini teoría de la violencia”.
2. El estudio de la psicopatía tiene gran importancia en el ámbito forense.
3. Si bien la psicopatía es un constructo universal, algunas de sus manifestaciones pueden estar
marcadas por la cultura.
4. El instrumento que se considera “regla de oro” para la evaluación de psicopatía es el PCL-R.
5. La violencia puede dividirse principalmente en violencia reactiva o violencia instrumental según el
objetivo que moviliza a quien la ejecute. Los actos violentos de los psicópatas, por su parte, tienden
a ser del tipo instrumental, aunque también pueden actuar de manera reactiva, con amplio
descontrol y desproporción lesiva.
Introducción
La psicopatía está tan intrínsecamente relacionada con la violencia que ha sido considerada una “mini
teoría de la violencia”. El constructo de la psicopatía contribuye a explicar, en el marco de la
multicausalidad, parte del comportamiento violento y antisocial.
Perversiones
Es precisamente en las perversiones en las que lo pregenital de un comportamiento es un dato clínico e
incluso descriptivo, en la mayoría de los casos.
Podemos clasificar las perversiones, según sus variaciones, respecto de:
1. El objeto (sexo, edad, especie).
2. Zonas anatómicas (felacio, coito anal).
3. Fines sexuales preliminares (tocamiento, contemplación, exhibición, sadismo y masoquismo).
El placer preliminar proviene de dos fuentes:
1. De la activación de la zona o función erógena en cuestión.
2. De la anticipación del placer final.
Esto es importante para comprender la psicopatología sexual.
La fijación de los perversos a cierta zona, fin u objeto previo, debe pensarse en su sentido más completo y
profundo. La sexualidad de estos enfermos se halla permanentemente desgarrada por la presencial virtual
del coito heterosexual como término idealizado que es negado, imitado o atacado en las distintas
actividades y fantasías.
A menudo el intenso placer supuesto de la perversión consiste en el orgasmo en tanto finalización de una
aventura azarosa.
De tal forma que tenemos una doble restricción: 1) de la actividad sexual plena, 2) de la actividad sexual
sustituta.
La perversión surge como transacción: se satisfacen las pulsiones y también el superyó secundariamente
estos síntomas se organizan como sistemas estables constituyendo un tipo especial de caracteropatías:
perversiones.
El placer del Superyó podemos entenderlo por la existencia de objetos internos sádicos que obtienen
placer de la castración. De ahí que el Superyó del perverso haya sido descripto como poseyendo una
fractura intrasistémica que “permite” actividades pregenitales y “prohíbe” las genitales.
Locura de a dos – Quiñonez
El texto relata el caso de dos hermanas que asesinan a su padre en lo que parece ser una especie de ritual
para “sacarle el demonio”.
Azucena padece esquizofrenia, un tipo de psicosis, es decir de alteración grosera de la personalidad con
escisión del Yo, ambivalencia afectiva y disociación asociativa del pensamiento. La esquizofrenia en su
variedad paranoide se caracteriza por la presencia de un “delirio de influencia”. Quien lo padece siente que
alguien o algo lo domina, las alucinaciones auditivas son el modo en que se manifiestan.
Una idea delirante es una idea errónea, instalada mórbidamente, que tiene una fuerte carga emotiva y
“que mueve a la acción”. El delirio de tipo místico no deja de ser convincente, por el contrario, se trata de
una certeza cuya característica básica es la frescura sensorial de las alucinaciones auditivas, visuales y de
tipos diversos, que pueden ser descriptas perfecta y detalladamente por el paciente cuando se le pregunta
por ellas, además de la sensación de éxtasis espiritual y arrobamiento o enajenación que siempre las
acompañan.
Es por esto que estas alucinaciones percibidas, por los sentidos tienen una intensa convicción subjetiva,
son irreductibles e incomprobables.
En la percepción intervienen tres procesos psicológicos: la sensación propiamente dicha, la evocación de
los recuerdos y la asociación de ideas. La alucinación de los recuerdos es una alteración de la percepción,
consiste en un constructo, una captación sin estímulo real ni presente que aparece en el área sensorial
alterando la visión, la audición, etc.; su producto, el delirio, es un error de juicio de realidad basado en un
pensamiento que no es objetivo, razonable, estable, fundamentado, ni cumple con las leyes lógicas de la
asociación de ideas.
Dalmacia, la hermana mayor, padecía un trastorno esquizofreniforme. Se trata de una alteración que se
caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones, discurso y comportamiento desorganizado, pero
cuya producción sintomática puede durar de uno a seis meses. Lo que ocurrió esa madrugada de ninguna
manera fue producto de un impulso, sino que se venía gestando desde hacía tiempo y corresponde a un
fenómeno que forma parte de la historia de la criminología y la psiquiatría: una “locura de a dos”. Se trata
de un trastorno psicótico de una personalidad esquizofrénica hacia otra proclive a este tipo de alienación
compartida.
Por definición, la sugestión hace posible la credibilidad y aceptación de una idea erróneamente concebida.
Tal mecanismo genera una realidad interna muy especial, en cuyo ámbito solo existe incertidumbre y
miedo.
El análisis químico de las heces que muchos criminales dejan en el lugar del hecho, han permitido, con
frecuencia, el total esclarecimiento del caso.
Hellwig cree que se basa en la idea de que si el criminal huye, debe dejar algo detrás de sí, es decir, lo
impulsa la convicción fundamental de que todo crimen debe expiarse.
Debemos a Freud, el descubrimiento de que el niño considera las haces como un regalo, como una
expresión de afecto hacia una persona querida. Este significado infantil no excluye que se las utilice
también como un medio de desafío. La superstición del criminal, la idea de expiación y protección
representada por las heces, se hace comprensible considerándola como una expresión infantil de
compensación.
Constituye una expresión de impulsos inconscientes de confesar. Algunas veces, si se investiga el motivo
inconsciente se puede deducir que las heces han sido abandonadas con un propósito de auto traición.
Las historias de los indicios demuestran que el autocastigo puede ser reemplazado por la autotraición, la
necesidad de expiación por el impulso inconsciente a la confesión o expresada por parapraxis (actos
fallidos).