Los Hijos Tiranos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

Los hijos tiranos.

El sndrome
del emperador
Vicente Garrido Genovs (2005)
Barcelona: Ariel, 185 pginas
En los ltimos aos, la proliferacin de comportamientos agre-
sivos y violentos en los diversos mbitos de la vida, ya sea a nivel
familiar, escolar o social, ha provocado un aumento de la preocu-
pacin social, y con ello, una reflexin acerca del porqu de este
fenmeno. Hemos odo hablar de la delincuencia juvenil, del aco-
so escolar, de la violencia familiar, dentro de la cual puede desta-
car el maltrato de gnero (generalmente hacia la mujer), o el mal-
trato de padres a hijos, pero quiz, nos resulte aqu un terreno
novedoso el caso contrario de esto ltimo, es decir, malos tratos,
conductas agresivas de los hijos hacia sus padres. Sin embargo, es-
to no es as, si bien su ocurrencia se ha incrementado notablemen-
te en los ltimos aos.
Este libro, Los hijos tiranos, trata precisamente de ello. Su au-
tor, Vicente Garrido, especialista en la conducta violenta y psico-
ptica, nos ofrece un panorama pormenorizado acerca de aquellos
nios y adolescentes que ocasionan tratos vejatorios hacia sus
progenitores, ejemplificando con casos reales que a la mayora
nos cuesta entender, e intentando dar respuesta a todas las incg-
nitas que surgen a raz de la cuestin, es decir, a las posibles ra-
zones que pueden llevar al nio o adolescente a adquirir este com-
portamiento.
Antes de llegar al concepto de tirana, objetivo central de esta
obra, el autor retrata el significado de algunos conceptos antropo-
lgicos que pueden explicar el desarrollo posterior de ciertas con-
ductas en las personas. Conceptos como el altruismo, egosmo,
egocentrismo, sentido moral, racionalidad, razn prctica, vulne-
rabilidad o dependencia, son claves a la hora de comprender cual-
quier comportamiento que surja en determinados momentos de la
vida. No hay que olvidar tampoco otras nociones como conciencia
y razonamiento moral, cuyo desarrollo en el ser humano es funda-
mental en la adquisicin de pautas conductuales.
El concepto de conciencia cobra especial importancia y resulta
relevante para comprender las consecuencias de su ausencia, que
incluira un trastorno antisocial de la personalidad caracterizado
por la dominacin, manipulacin y explotacin de los dems, aun-
que al mismo tiempo esto no implica incapacidad de distinguir en-
tre lo que est bien y lo que est mal. Es lo que se conoce como
psicopata. Las caractersticas bsicas que podemos destacar entre
los psicpatas pueden ser un encanto (engaoso, claro est) para
conseguir ciertos fines, incapaces de percibir y, por tanto, de sen-
tir ciertas emociones afectivas, con lo cual tampoco la pueden ma-
nifestar hacia los dems y, por lo tanto, no pueden relacionarse sin-
cera y genuinamente con nadie. Todo lo contrario, su relacin con
los otros consiste en un trato explotador y amenazante, humillante
y maltratador, irresponsables y mentirosos, autnticos tiranos.
Si nos atenemos a las cifras, que nos ofrece el autor, nos en-
contramos con que en nuestro pas la prevalencia del trastorno psi-
coptico se sita entre uno y dos millones, siendo mayor entre los
varones. Hace su aparicin en la infancia, comprendiendo su pun-
to ms lgido en la adolescencia y adultez ms temprana.
No obstante, antes de continuar con la explicacin de este fe-
nmeno, se ha hecho referencia ya en el primer captulo de este li-
bro a la responsabilidad de los padres del desarrollo de sus hijos
de comportamientos violentos e indeseables contra ellos. Resu-
miendo brevemente, el autor destaca seis posibles causas que pue-
den desencadenar el comportamiento violento de los nios hacia
sus padres:
La pretensin de satisfacer los deseos de forma inmediata y
sin restricciones, debido al desarrollo de una sociedad que ha
conllevado con ello mayores comodidades en el estilo de vida.
Trata de vivir muy deprisa, sin responsabilidades y obte-
niendo las metas a cualquier precio.
El retraso de los jvenes de hoy da en la adopcin de roles
de responsabilidad. Retraso apoyado por los adultos, ya que
su deseo de formacin cultural para adaptarse a las exigen-
cias de la sociedad es mayor.
El mercado laboral, ms inseguro por una parte, aade ms pre-
sin a los padres, inseguridad que aos atrs no exista. Y con
ello, la exigencia de renovarse para poder conservar el puesto.
Los roles de ambos padres tienden a confundirse, de mane-
ra que en diversas ocasiones, y ms an si existe ruptura ma-
trimonial, la madre se lleva todo el peso de la responsabili-
dad, de compaginar su trabajo con el cuidado y la educacin
de sus hijos.
Por ltimo, se ha desatendido la formacin de la conciencia,
de la responsabilidad y del cdigo moral para saber lo que
est bien, o se puede hacer y lo que no.
Si analizamos, por otra parte, el nivel de competencia de los pa-
dres, y lo relacionamos con los rasgos conductuales de sus hijos,
para explicar el comportamiento de estos ltimos, el autor estable-
ce un esquema bsico sobre cuatro posibilidades:
Padres incompetentes con hijos de carcter difcil. El resul-
tado puede ser la delincuencia y la vida antisocial.
Padre competentes (o buenos educadores) e hijos dciles y
asequibles. Sin problemas.
Padres incompetentes con nios fciles. Surge la necesidad
de ayudar a los padres a adquirir tcnicas educativas me-
diante determinados programas de intervencin.
Padres competentes con nios difciles. La ayuda debe diri-
girse hacia los menores, mediante programas tutelados por
los servicios de salud especializados.
REVISION DE LIBROS
Psicothema 2007. Vol. 19, n 3, pp. 529-536 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG
www.psicothema.com Copyright 2007 Psicothema
530
Cuando hablamos de las causas de la psicopata se tiende a re-
ferir dos componentes que actan de desencadenantes de la mis-
ma. Por un lado, un componente gentico hereditario, diferente en
cada persona, y, por otro lado, un componente ambiental. Dentro
de este ltimo, el entorno familiar que rodea al ser humano cobra
un rol significativo en la adquisicin de diferentes patrones de con-
ducta, y muy especialmente de las conductas violentas. Concreta-
mente, en el mbito familiar, es importante el apego y el vnculo
emocional entre el nio y su madre, ya que parece que la privacin
de estos factores facilita la aparicin de una personalidad insensi-
ble, propia de aquellos individuos que no tienen conciencia. De
hecho, el trastorno psicoptico y el de desapego emocional coinci-
den en la impulsividad de las acciones y las emociones fras, as
como la violencia hacia los dems y hacia la propiedad. Por el con-
trario, las diferencias radican en que los sujetos que padecieron el
desapego emocional suelen ser aislados, poco atractivos a los de-
ms, sin pretensiones de alcanzar una meta definida, de manera
que este desapego emocional es la causa del trastorno que expre-
san. De igual forma, un ambiente familiar, donde se hace difcil la
educacin de los hijos, as como otros entornos donde sean habi-
tuales las formas violentas y una limitada atencin y escaso cui-
dado a las emociones morales, originarn todos ellos factores de
riesgo en la aparicin de comportamientos violentos, y en los ca-
sos ms graves la consolidacin de los trastornos de psicopata.
Sin embargo, no debemos olvidarnos del factor cultural dentro
de este componente ambiental, ya que parece ser que la psicopata
adquiere mayor o menor intensidad segn las caractersticas de la
sociedad del momento. De esta forma, el autor sostiene que las
creencias de los adultos de cmo educar a los nios, y de cmo
comportarse en la vida laboral y social, cobra especial relevancia
para compensar la posible aparicin de la psicopata.
Con ello, es posible ensear a ponerse en el lugar del otro, es
decir, la empata, desde una perspectiva social. El problema es ha-
bernos olvidado no slo de la conciencia, sino tambin del senti-
miento de culpa, que en la sociedad actual se ha convertido en al-
go que ya no se lleva. El doctor Vicente Garrido ofrece una serie
de recomendaciones que, a su juicio, ayudaran a evitar el desa-
rrollo de comportamientos violentos, o en casos ms extremos de
una psicopata en los jvenes. Esas recomendaciones incluiran la
enseanza y preparacin de los servicios sociales y de proteccin
de menores, evitando recaer la responsabilidad total y absoluta en
los padres, que en ocasiones se ven incapaces de afrontar esta si-
tuacin, se ven dominados; los poderes pblicos tambin pueden
ser de gran ayuda.
Con ello, podemos llegar a definir el concepto bsico que nos
abarca, el de tirana, el sndrome del emperador, cuyas caracte-
rsticas son muy similares a la psicopata, tendiendo en ocasiones
a confundirse, aunque los rasgos que caracterizan a esto ltimo
son ms temibles y preocupantes. El sndrome del emperador es
definido, de esta manera, como una profunda ausencia de con-
ciencia y un comportamiento orientado a explotar y abusar de sus
progenitores. El perfil caracterstico de un joven que es denomina-
do con el sndrome del emperador, pues, es aquel varn (aunque a
veces tambin mujer), de clase no marginal (aunque esto no signi-
fica que no puedan proceder de familia humilde), que abusa de sus
padres para obtener metas que l ansa, ya sea mediante amenazas
explcitas u ocultas, o tambin puede hacer caso de una violencia
verbal explcita como insultos y humillaciones, o una violencia f-
sica para lograr su objetivo. Posteriormente, en el caso del psic-
pata, cuando observa que puede controlar la situacin, su conduc-
ta se origina ms por el placer que le provoca esta situacin de do-
minio. As, podemos clasificar el sndrome del emperador en dos
grupos: por un lado, aquellos nios que tienen atributos afines a la
psicopata o personalidad antisocial, y aquellos otros que son de
carcter problemtico, difciles de educar y cuyos padres no son
muy competentes en su educacin, contando a veces con el cuida-
do exclusivo de la madre.
El autor tambin establece distinciones entre el sndrome del
emperador y otros conceptos que pudieran estar relacionados, y
que definiremos de una forma muy breve.
En primer lugar, el autor matiza la diferencia (o semejanza) en-
tre emperadores y delincuentes. Es decir, las caractersticas de em-
perador no implica ser un delincuente entendido en el sentido ge-
neral del trmino, en su forma comn, y viceversa; generalmente,
los delincuentes no se definen por el maltrato a sus padres, si bien,
esto no significa que la relacin entre ellos no sea conflictiva, y las
desavenencias frecuentes.
Otra distincin es la del delincuente que ya desarrolla una per-
sonalidad antisocial o psicopata, ya ms difcil de reinsertar, y que
es el tpico individuo que abandona el hogar paterno temprana-
mente, debido a que sus rasgos violentos le exigen salir al mundo
exterior para demostrarse o verificar sus aptitudes. Bien es verdad
que muchos de los padres (especialmente el padre) de estos delin-
cuentes tambin poseen estas cualidades, con lo cual la situacin
es equilibrada.
El libro tambin distingue (distincin creemos, importante) en-
tre aquellos que padecen el sndrome del emperador y el violento
que arremete contra su familia suelen ser casos de personas con
enfermedades mentales o trastornos adictivos.
Dentro de los casos ms graves del sndrome del emperador, la
psicopata, podemos establecer tambin alguna clasificacin. As,
el psicpata que tambin es delincuente suele necesitar vivir sen-
saciones excitantes, y con falta de temor al riesgo. Otra variante
del psicpata son los que ponen de manifiesto una falta de ganas
por aprender y trabajar, al mismo tiempo que suelen aborrecer a
los que sobresalen.
Vicente Garrido utiliza el posicionamiento de Millon para des-
cribir al psicpata envidioso como alguien que pretende destruir a
los que le rodean, debido a que estas personas poseen cualidades
positivas y atractivas de las que l carece y, por tanto, que tampo-
co puedan gozar de esos privilegios. Igualmente destaca el sujeto
narcisista, capaz de sentir con la misma energa que los dems la
mayor parte de las emociones; sin embargo, lo que no ostenta es la
capacidad de entender lo que los dems sienten, es decir, ausencia
de empata, y no de conciencia otra diferencia con el psicpata
es que este ltimo no sufre ni busca ayuda, a pesar de encontrarse
aislado, cosa que s hace el sujeto narcisista.
El autor expone de forma acertada un esquema de las caracte-
rsticas del sndrome del emperador, caractersticas que parten de
una base central inicial. Esta base, de la cual partirn los dems
rasgos, es la falta de conciencia y la escasez de juicio moral, jun-
to con la incapacidad de establecer vnculos afectivos. Segn sea
su intensidad variar el grado en que se manifiesten los dems. Es-
tas caractersticas son: violencia y explotacin; irresponsabilidad y
vagancia; delincuencia y drogadiccin; temeridad, impulsividad y
bsqueda de riesgos; encanto y seduccin; mentiras y manipula-
cin.
Por otro lado, el autor combina el tema central de esta obra con
el caso opuesto, es decir, explica tambin las caractersticas que
definen a las personas que tienen una profunda conciencia, y per-
531
sonas positivas, sujetos comprometidos y de excelencia moral. Se-
ala, al mismo tiempo, la importancia de ensear a los nios a de-
sarrollar el coraje moral; ensearles a interrumpir una agresin, no
slo dirigida a ellos, sino tambin a los dems.
Finalmente, en la obra se proponen unas medidas preventivas y
de eliminacin de conductas propias del joven que posee el sn-
drome del emperador, en el caso de que esas conductas hubieran
hecho su aparicin, para padres y profesionales, y que podran re-
capitularse de la siguiente manera:
De manera preventiva
Desde un ncleo central, el papel de los padres es funda-
mental, con lo cual se les debe apoyar y colaborar con ellos
para implementar determinadas pautas. Se debe promover la
socializacin de los sentimientos morales, emociones, cul-
pa, en definitiva, de la conciencia, tan importante, como se
ha dejado entrever a lo largo del libro; al mismo tiempo, hay
que esforzarse por generar el mximo vnculo emocional
con sus hijos; ensearles cules son los lmites de compor-
tamiento de una forma que no deje lugar a dudas y, por su-
puesto, no dejar nunca en sus manos el poder y la autoridad;
con ello, hacerles comprender las consecuencias negativas
de sus actos, no slo en ellos mismos, sino tambin en los
dems (es lo que se llama moralidad negativa); hacerles
participar o colaborar en actos altruistas, ensearles a esfor-
zarse, practicando buenos comportamientos morales, al mis-
mo tiempo que se premian las consecuencias de estas con-
ductas positivas.
Es importante la deteccin precoz, no solamente a nivel de
salud, sino tambin escolar (y por supuesto familiar). En
este punto se debe, por una parte, eliminar dentro de lo po-
sible los malos tratos a los nios, conocedores del riesgo de
crear adultos violentos y fracasados, delincuentes y consu-
midores de drogas; prestar especial cuidado y atencin a las
madres que se encargan ellas mismas del cuidado y educa-
cin de sus hijos, especialmente aquellas madres que han
sido maltratadas por sus parejas; y, por supuesto, cuidar la
relacin entre el padre con signos de psicopata o persona-
lidad antisocial con sus hijos, sobre todo en casos de sepa-
racin o divorcio. Respecto a las escuelas, darles responsa-
bilidad en la prevencin de la violencia, ya que algunos de
los sntomas precoces de la misma pueden manifestarse ini-
cialmente en ella y ser ella un buen lugar para asegurar su
desarrollo.
Como forma eliminatoria
Una vez que el problema aparece hay que ayudar a los pa-
dres en la educacin de los hijos que muestran un compor-
tamiento inclinado hacia la violencia y alejado de los senti-
mientos morales. Igualmente, ayudarles a tomar decisiones
respecto al trato de sus hijos segn la edad y amenaza de
agresin que manifiestan. Hacer lo mismo con las escuelas,
es decir, colaborar con ellas para afrontar la situacin y evi-
tar la indefensin entre los miembros que lo puedan sufrir.
Propiciar la formacin de unidades de atencin especializa-
da dentro del sistema de salud mental infantil, donde haya
psiclogos y educadores comunitarios, profesionales que
ayuden a los padres, tanto a corto como a largo plazo.
El rol del Estado de considerar la violencia de los jvenes y
su irresponsabilidad como un problema social que hay que
solucionar, a fin de que estos jvenes puedan contribuir en
la sociedad de forma positiva.
Por ltimo, incentivar o impulsar el sistema de justicia juve-
nil, que sean capaces de responder a los jvenes violentos,
no nicamente de forma punitiva, sino favoreciendo el que
tengan el derecho de asumir y sufrir las consecuencias de su
comportamiento.
En suma, esta obra ofrece un excelente compendio de un fen-
meno que muchos profesionales que trabajan en el mbito de la
Conducta Violenta desconocen. Consideramos recomendable su
lectura para todos aquellos interesados, profesionales o no, no so-
lamente en la conducta psicoptica en s misma, sino tambin en
las diferentes manifestaciones de violencia que se dan en la socie-
dad en sus distintos niveles. Pensamos que se trata de un libro que
nos obliga a recapacitar sobre algo que desgraciadamente ocurre
en nuestro entorno, y que en la mayora de las ocasiones no pode-
mos percibir, lo que hace que resulte difcil la intervencin.
Revisado por:
Carolina Bringas Molleda
Fco. Javier Rodrguez Daz
Universidad de Oviedo
Violencia y medios de comunicacin.
La socializacin posmoderna
Miguel Clemente Daz (2005)
Madrid: EOS, 281 pginas
Los medios de comunicacin forman ya parte de la sociedad
contempornea, constituyendo uno de los principales elementos de
socializacin de los nios y jvenes, por detrs de la familia y la
escuela. Si entre sus funciones bsicas destacan la informacin, la
diversin y el entretenimiento, no es menos cierto que cobra igual
o mayor importancia la transmisin de ideas, actitudes, estereoti-
pos y pautas conductuales, que no en pocas ocasiones han genera-
do debates cuestionando su carcter inofensivo en la socializacin
de nuestros jvenes. Precisamente, una de las razones de discusin
propia de las diversas investigaciones es la violencia que estos me-
dios incluyen en sus contenidos y su posible efecto sobre la con-
ducta de los espectadores.
El autor de este libro, el doctor Miguel Clemente, experto en la
materia, ha realizado numerosas investigaciones y escrito diversos
libros y artculos sobre la funcin socializadora de los medios de
comunicacin y las conductas agresivas de los jvenes. En esta
obra nos ofrece un profundo anlisis del significado de los medios
de comunicacin y su relacin e influencia en la sociedad actual,
presentando un enfoque descriptivo sobre la posible relacin entre
estos medios, especialmente la televisin, y comportamientos vio-
lentos, extremos en algunos casos, de los jvenes espectadores. La
pregunta que surge siempre es: Son responsables los medios de
comunicacin de la violencia ejercida por los receptores? Desde
luego, no sera sensato atribuir las causas de las conductas violen-

También podría gustarte