Módulo III-Objetivos y Contenidos de Aprendizaje
Módulo III-Objetivos y Contenidos de Aprendizaje
Módulo III-Objetivos y Contenidos de Aprendizaje
Año 2021
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA
OBJETIVOS DEL MODULO
CONCEPTOS DE OBJETIVO
El concepto objetivo es uno de los más usados en la actualidad, tanto en el proceso de dirección
universitaria, como en el docente y el investigativo, cada uno de ellos con sus particularidades
específicas. En su concepción filosófica, es definido como aquello que existe realmente fuera
del sujeto que lo conoce, como un elemento de la estructura de la actividad humana o como la
finalidad que se propone todo acto humano.
Un objetivo es, entonces, un punto de partida, una aspiración, es el componente del proceso
pedagógico que mejor refleja su carácter social y utilizamos el término de proceso pedagógico
por ser el más general, que incluye el proceso educativo y el de enseñanza-aprendizaje.
A través de los objetivos se describe la conducta que se espera del estudiante: dicho de otra
manera, es la formulación explícita que recoge una capacidad sobre una realidad o contenido
y que expresa, de una manera clara y unívoca, los resultados que se esperan en el proceso
formativo.
Un objetivo de aprendizaje es la descripción del desempeño que se desea que los estudiantes
puedan exhibir antes de considerarlos competentes en un área. Describe el resultado esperado
con la instrucción, más que el proceso de instrucción en sí mismo.
Los objetivos en el proceso pedagógico cubano son los propósitos o aspiraciones que se van a
conformar en el modo de actuación, pensamiento, actitudes y valores que se quiere desarrollar
en la personalidad de los estudiantes, en correspondencia con las necesidades e intereses de
la sociedad cubana, de aquí la pertinencia social del objetivo. En él se manifiestan las exigencias
que la sociedad le plantea a la educación en la formación de sus ciudadanos.
Establecen, en fin, la transformación planificada que se desea lograr en los estudiantes lo que
constituye, en última instancia, el modelo pedagógico del encargo social que se le plantea a la
Educación Superior en la formación del personal con la capacidad de insertarse armónicamente
en la sociedad y, a la vez, realizar las funciones o acciones que corresponden a un empleo,
cargo o posición al ritmo de los cambios que en ese medio social se sucedan.
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El objetivo es el motivo con que se ejecuta una cosa. Un objetivo es, el comportamiento
esperado en el alumno como consecuencia de determinadas actividades docentes y discentes.
Comportamiento que debe ser susceptible de observación y evaluación.
Decía Ausubel respecto a los objetivos didácticos lo siguiente: Lo que el estudiante debe poder
hacer o decir cuando ha terminado la lección o en un plazo largo, cuando ha terminado la
educación1. Otras consideraciones similares son las de Bloom y Rodríguez Dieguez:
(Los objetivos) Constituyen puntos de llegada de todo esfuerzo intencional y como tales orientan
las acciones que procuran su consecución y determinan predictivamente la medida de dicho
esfuerzo (p. 25).
1. El primer nivel de concreción curricular estará propuesto por las administraciones con
competencias educativas. La Junta de Andalucía, que tiene competencias adquiridas en materia
de educación, nos propone en el DECRETO 231/20074, de 31 de julio, por el que se establece
1 Ausubel, D. P. (1976). Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo. Ed. Trillas. México. Citado en DÍAZ
ALCARAZ, Francisco: Didáctica y currículo: un enfoque constructivista. Cuenca: Ediciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha, 2002. Pág. 138.
2 BLOOM, Benjamín Samuel: Taxonomía de los objetivos de la educación: la clasificación de las metas
educacionales, manuales I y II. Buenos Aires: Librería El Ateneo Editorial, 1990. Pág.
2 RODRÍGUEZ DIÉGUEZ, José Luis: Los objetivos educativos. Buenos Aires: Docencia, 1980. Citado en GARCÍA
ARETIO, Lorenzo: De la educación a distancia a la educación virtual. Barcelona: Editorial Ariel, 2007. Pág. 221.
3 COLL, César: Psicología y currículum. Barcelona: Ediciones Paidós, 1991. Pág. 19.
4 DECRETO 231/2007, de 31 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas
correspondientes a la educación secundaria obligatoria en Andalucía. BOJA no.156, Sevilla, 8 de agosto
2007.
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Los objetivos como elementos curriculares, serán las premisas que orientarán y determinarán
el resto de decisiones que el resto del profesorado debe tomar. En función de los objetivos
marcados, seleccionaremos los contenidos, actividades y pautas de intervención didáctica más
acordes para lograr una plena consecución de los mismos, lo cual se estimará por medio de la
evaluación, que, a su vez, volverá a marcar unos criterios para seleccionar los siguientes
objetivos. Por tanto, el currículo siempre se está revisando y perfeccionando5.
También hay que diferenciar de forma clara los objetivos de otros elementos curriculares. En el
momento de plantear los objetivos educativos se suelen cometer una serie de errores, como
por ejemplo:
- Confundir el objetivo con una actividad de aprendizaje. Ejemplo: Realizar los ejercicios
de la página 22.
- Confundir el objetivo por una actividad a realizar por parte del profesorado.
Ejemplo: Explicar el pase picado en Baloncesto.
- Confundir con un objetivo del profesorado. Ejemplo: Proporcionar una base teórica de
las rocas metamórficas.
- No tener claro el verbo a utilizar. Por ejemplo, la diferencia entre el conocer desde el
punto de vista práctico y el punto de vista teórico, para éste último es mejor utilizar verbos como
distinguir, diferenciar, identificar.
5Ésta es la idea de Investigación Curricular propuesta por Stenhouse, donde los objetivos se convierten
en la hipótesis de trabajo de investigación.
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Bloom estableció sus taxonomías, argumentando que su finalidad era proponer los
fundamentos de una clasificación de los objetivos del sistema educativo. Bloom nos habla de
tres dominios fundamentales en el comportamiento humano: cognitivo, afectivo y psicomotor.
Las taxonomías de Bloom6 en el dominio cognitivo y afectivo son admitidas universalmente,
pero cuando llega el momento de estructurar el ámbito psicomotor, Bloom y sus colaboradores
desistieron en espera de mayores conocimientos y estudios sobre el tema.
Bloom clasifica los objetivos cognitivos en seis niveles de forma progresiva implicando en
cada uno de ellos procesos cognitivos más complejos.
6 BLOOM, Benjamín Samuel: Taxonomía de los objetivos de la educación: la clasificación de las metas
educacionales, manuales I y II. Buenos Aires: Librería El Ateneo Editorial, 1990.
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- Respuesta. Aceptación con agrado. Indica que el alumnado está dispuesto a actuar en
relación a ese fenómeno. Ejemplo, el alumnado ahora discute y acepta en su caso la carrera
continua.
- Organización. El valor adquirido se integra entre otra serie de valores que ya poseía
otorgando u cierto rango entre las prioridades ya existentes. Ejemplo, el alumnado comienza a
valorar la carrera continua respecto a otras aficiones que ya estaban arraigadas cine, baile y le
otorga un plano de prioridad.
Pero después de ver esto, ¿Cómo debería el profesor planificar su enseñanza? No hay una
respuesta única, absoluta o simplemente verdadera a ésta cuestión.
Pero podemos decir que planificar el curriculum es, sobre todo, reflexionar, debatir y tomar
decisiones fundamentadas sobre lo que las escuelas enseñan, del por qué eso y no otra cosa,
de lo que podrían enseñar o de lo que no enseñan; reflexionar, en suma, sobre el contenido
cultural y social (y no exclusivamente académico) del curriculum y ello, entre otras cosas,
supone “poner sobre la mesa” el significado ideológico y conflictivo del curriculum, de nuestro
trabajo y de la propia escuela.
Requisitos
Explícitos
Los objetivos deben ser puestos por escrito de forma explícita para poder ser analizados y
comunicados.
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Precisos
El establecimiento de objetivos generales se concreta en otros más precisos y detallados. El
grado de precisión difiere en función del tema y de la actividad a desarrollar.
Definidos en el tiempo
Los objetivos precisan de un horizonte temporal. Algunos vendrán marcados por la duración de
la asignatura, y otros más concretos -relacionados, por ejemplo, con temas y trabajos
específicos- serán fijados para un periodo más corto.
Alcanzables
La programación docente necesariamente se establece en términos realistas. Los objetivos, por
tanto, resultaran estimulantes a la vez que alcanzables, puesto que de otro modo no motivan,
sino que al contrario, desaniman si se ven como imposibles de lograr. La motivación de los
estudiantes precisa objetivos que a la vez de suponen un reto, se perciban como alcanzables.
Observable
Los objetivos de la enseñanza universitaria interesan que se trate de conductas observables y
medibles, para poder controlar los resultados obtenidos y el grado de cumplimiento de los
objetivos.
Evaluable
El conocimiento del cumplimiento de los objetivos requiere que éste pueda utilizarse como
criterio de evaluación. El necesario control de la actividad precisa la comparación entre los
objetivos iniciales y la medida de los resultados mostrados a través de conductas observables
y evaluables. El objetivo debe servir como criterio de evaluación a aplicar, para considerar
alcanzado el objetivo a través de ciertas conductas.
Comunicado
La definición de objetivos sirve de instrumento de comunicación, de manera que el alumno
tenga conocimiento de lo que se espera de él, sirviéndole de puntos de referencia y guías para
sus actividades discentes.
A pesar de las diversas terminologías usadas por diferentes autores para formular
adecuadamente los objetivos, los elementos clave en cualquiera de las definiciones
encontradas son (Posner y Rudnitsky, 1995):
• el alumno
• la acción por realizar
• el contenido
• las condiciones de realización.
aprendizaje y qué contenidos, procesos y medios posibilitarán dicho aprendizaje, los objetivos
son un apoyo clave para la docencia orientada al logro de la calidad.
Por otro lado, cada uno de los elementos nombrados representa un aspecto muy importante
en dicha función comunicativa, como tratamos de mostrar en el siguiente objetivo, tomado de
un programa de un curso de Higiene, en Venezuela, dentro del área de Biología:
Se debe tener en cuenta que el anterior es un objetivo particular y, además, que es perfectible;
pero de cualquier manera, es una buena ilustración de los elementos que se hacen presentes
de manera coincidente entre los estudiosos de la planificación y el diseño de cursos.
Por otra parte, una formulación adecuada de objetivos apoya al docente guiándolo,
posibilitando la organización de la tarea y dándole las pautas para evaluar su logro. Más
adelante desarrollaremos estos otros aspectos destacados de la función de los objetivos.
El trabajo docente, como ya se ha visto, si bien delimitado por las intenciones del currículum
escolar, se plantea intenciones o finalidades específicas teniendo en mente el desarrollo de un
curso. Esas intenciones o finalidades, como ya hemos visto, toman forma en los objetivos. Por
ejemplo, una finalidad en un curso de Educación Ambiental en alguna ciudad o estado de
México –pensemos en el nivel de enseñanza media superior-, pudiera ser que “los alumnos
sean personas con capacidad creativa en solución de problemas”. Esas intenciones pueden
enunciarse en un objetivo tal como el siguiente:
Cuadro 2.1. Ejemplo de concreción de las intenciones en un objetivo general del curso
“Planeación y Diseño de un Curso”
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La enseñanza tiene un punto de partida y una premisa pedagógica general en sus objetivos.
Ellos determinan los contenidos, los métodos y las formas organizativas de su desarrollo, en
correspondencia con las transformaciones planificadas que se desean generar en la persona
que recibe la enseñanza. Tales objetivos sirven, además, para orientar el trabajo, tanto de los
profesores como de los educandos en el proceso de enseñanza y constituyen, al mismo tiempo,
un indicador de primera clase para evaluar la eficacia de todo el proceso.
Cuando no hay objetivos instructivos claramente definidos, no hay una base adecuada que
posibilite, de forma fiable, la selección o el diseño de materiales, contenidos o métodos para
llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Resulta lógico el planteamiento de que si
se es capaz de definir hacia dónde se quiere avanzar, pues entonces es punto menos que
imposible seleccionar los medios apropiados que conduzcan hacia al resultado esperado.
Otra razón importante para expresar los objetivos instructivos de manera clara, es poder
conocer si se cumplió con la meta establecida. Las evaluaciones constituyen los indicadores
que, a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, informan, tanto a los educadores
como a los educandos, si han tenido éxito en alcanzar los objetivos del curso. Sin embargo, a
menos que los objetivos se expresen muy claramente y sean evidentes para las 2 partes, las
evaluaciones del aprendizaje, en el mejor de los casos, se prestan a malas interpretaciones y,
en el peor, son irrelevantes, injustas y nada informativas. Los instrumentos que en los exámenes
se diseñan para medir si se cumplieron metas importantes de aprendizaje solo se pueden
seleccionar o crear de manera inteligente, cuando dichas metas se han formulado de manera
explícita.
El tercer elemento a tener en cuenta para exigir objetivos instructivos claramente definidos, es
que proporcionan a los estudiantes un medio para organizar sus propios esfuerzos hacia el
logro de dichas aspiraciones. La experiencia ha mostrado que teniendo a la vista objetivos
claros los estudiantes, de todos los niveles, pueden decidir mejor cuales serían las actividades
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a realizar que pueden ayudarles a llegar hasta dónde para ellos, y para sus educadores, es
importante ir.
Un objetivo bien formulado puede dar al trabajo educativo una orientación correcta, inspirar al
educador, mantener su energía y tenacidad y conducirlo al éxito; además de propiciar la guía
adecuada al estudiante, indicarle qué hay que lograr; incitarlo al estudio, a vencer las
dificultades, por lo que se plantea que tienen un alto valor motivacional. Es importante que el
estudiante realice una actividad consciente y para ello es vital la interiorización de los objetivos.
El proceso docente educativo se caracteriza, entre otras cosas, por la relación dialéctica entre
objetivo, contenido, método y organización. Estos elementos establecen una relación lógica de
sistema.
Al estar los objetivos instructivos vinculados con el dominio, por parte del estudiante, del
contenido de una asignatura y expresar las características que estos deben alcanzar que le
faculten para resolver problemas a su alcance en el mundo circundante6 deben responder las
interrogantes básicas que guían este proceso.
Es por esto que se debe integrar un conjunto de componentes que, relacionados entre sí, dan
respuesta a los cuestionamientos básicos que determinan su formulación y estructura, como
son el conocimiento, la habilidad, la asimilación, la profundidad, los modos de actuación y la
sistematicidad.
Si, como aseverábamos anteriormente, el egresado debe mostrar destrezas que le permitan
enfrentarse y resolver exitosamente los problemas básicos existentes en la producción y los
servicios según la rama específica donde se desarrolle su actuación, con lo cual demuestren
independencia y creatividad, entonces esta es la primera interrogante a responder, que puede
ser enunciada cómo: ¿Qué operaciones o tareas debe realizar? ¿Para qué se estudia? La
respuesta a estos acertijos serán las que determinen las habilidades a desarrollar.
Pero, para la apropiación de estas habilidades, el estudiante necesita adquirir todo un conjunto
de conocimientos cuya aplicación permita el desempeño esperado. Esa habilidad general está
formada por el conjunto de acciones y operaciones que, en su integración sistémica, constituyen
la habilidad mencionada. Es decir, para que domine la habilidad, se hace necesario que utilice
en cada ocasión ese conjunto de acciones y operaciones.
Asociada a cada una de esas acciones están presentes los conceptos, las leyes, las teorías
propias del objeto con que se trabaja lo que lleva a vincular a cada tipo de habilidad un objeto,
un contenido específico, ambos integran el objetivo instructivo. Este aspecto del objetivo debe
responder entonces a las preguntas ¿Qué deben aprender los estudiantes? ¿De qué conjunto
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De esta forma, el objetivo determina el contenido y la estructura que este asume en el proceso;
el contenido aparece como una función del objetivo.
Ya sabemos qué y para qué estudiamos, pero nos falta establecer el nivel de dominio necesario
de estos contenidos, para satisfacer las necesidades de la habilidad que pretendemos
desarrollar.
En el lenguaje pedagógico, este aspecto se denomina niveles de asimilación y está dado por
los grados de profundización de la actividad cognoscitiva, de dominio de los conocimientos y
habilidades. Representan el grado de apropiación del conocimiento y las habilidades vinculadas
al contenido. Se clasifican en 4 categorías: conocer o familiarización, saber o reproducción,
saber hacer o productivo y creativo. No existe una separación tajante entre ellos, no es posible
demarcar límites. Los objetivos de la enseñanza deben reflejar los niveles de asimilación, por
lo que al formular los objetivos, el profesor siempre debe tenerlos en cuenta.
Cuando nos referimos al nivel reproductivo establecemos que el educando debe desarrollar la
capacidad de repetir el contenido que se le ha informado, ya sea este en forma declarativa o
resolviendo problemas iguales o muy similares a los ya resueltos. Es decir, los estudiantes son
capaces de repetir el conocimiento asimilado y la habilidad adquirida en iguales condiciones.
Por otra parte, el nivel productivo exige que el estudiante sea capaz de aplicar, en situaciones
nuevas, los contenidos. De tal forma que resuelve problemas cuya situación le es desconocida
y que exige que él conciba su solución, aplicando o utilizando los conocimientos y habilidades
adquiridos. A este nivel corresponden la enseñanza problémica, heurística e investigativa.
El nivel de asimilación más alto es el creativo. Determina que el estudiante tiene que hacer
aportes cualitativamente novedosos, utilizando para ello la lógica de la investigación científica,
debe ser capaz de utilizar los conocimientos o habilidades en situaciones nuevas, sin disponer
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de los conocimientos suficientes para ello. En este caso no solo se desconoce el método para
resolver el problema, sino que tampoco se dispone de todos los conocimientos necesarios para
resolverlo, por lo que se debe presuponer un elemento cualitativamente nuevo, al menos para
el estudiante.
Los objetivos se formulan para concretar las intenciones docentes en una propuesta de
aprendizaje que se hace a un grupo de alumnos. Por otro lado, los objetivos pueden ser diversos
en el nivel de concreción que plantean. El uso más común y generalizado distingue dos tipos
de objetivos: generales y particulares.
1. Los objetivos generales ofrecen una visión sintética, holística, global de un curso.
2. Los objetivos particulares enuncian la manera en que cada sección del curso (unidad,
módulo, eje, etc.) será abordada con el propósito de enseñarla-aprenderla.
Si bien se hace la distinción entre dos tipos de objetivos, éstos son complementarios y, en ese
sentido, se afectan entre sí. Los generales contienen a los particulares, y los particulares son
partes o secciones de los generales.
Cuadro 2.2. Ejemplo de concreción de un objetivo general en cuatro objetivos particulares, para
las diversas secciones de este curso
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Uno de los tres objetivos generales de este curso, le da al participante la posibilidad de obtener
la visión de lo que podrá aprender; en este caso particular, los diferentes componentes del
método en que se plasman las reflexiones e intenciones del diseño del trabajo docente, tanto
de los aspectos que conforman el proceso de diseño, como de los relativos a las formas o
documentos en que éste se presenta (programas).
Los objetivos particulares, por su parte (se presenta sólo el inicial de cada una de las secciones,
en este caso capítulos, en que se divide el libro para el curso), orientan al participante a percibir
que la experiencia de aprendizaje en tal o cual unidad lo llevará a poder conocer los aspectos
y procesos por considerarse en cada elemento del método, de tal manera que es muy posible
que llegue a su comprensión. Cabe aclarar que, en este caso particular, se sabe que la
formulación de objetivos presentada aquí, es perfectible, pero se cree que dicha formulación
tiene probabilidades de alcanzar el propósito que enuncia.
Otro aspecto a reseñar en la enunciación de los objetivos se refiere a señalar hasta qué nivel
de profundidad debemos abordar el contenido, asimilar cada concepto, clasificación, proceso,
ley, teoría; el grado o complejidad, multilateralidad o riqueza con que se dominará cada
habilidad. Es decir, se trata de establecer el nivel de esencia de los contenidos a asimilar; que
determina las generalizaciones esenciales, las características fundamentales de la materia de
estudio y precisa el grado de complejidad de las habilidades y el grado de abstracción de los
conocimientos que deben dominar los estudiantes en cada nivel de enseñanza y disciplina. Por
eso un mismo contenido tiene diferentes niveles de profundidad, de acuerdo con el nivel de
enseñanza que se trate.
Por último, y no por ello menos importante, el objetivo instructivo debe esclarecer las
condiciones de estudio, es decir, cómo se desarrollarán todas estas acciones dentro del proceso
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docente-educativo. Este aspecto está determinado por los recursos materiales y personales,
entre los que se destacan los medios de enseñanza. Hay que tener en cuenta que los objetivos
deben ajustarse a las posibilidades reales para lograrlos y, por tanto, deben aparecer reseñados
en su formulación.
El sistema de habilidades
La habilidad es la dimensión del contenido que muestra el comportamiento del hombre en una
rama del saber. Es, desde el punto de vista psicológico, el sistema de acciones y operaciones,
dominado por el sujeto, que cumplimenta un objetivo.
Las habilidades o competencias que serán objeto de desarrollo por parte de las estrategias
didácticas deberán tener siempre un carácter estrictamente profesional, es decir, estarán
asociadas al contenido de la profesión de los estudiantes, independientemente de que sea una
asignatura o disciplina básica, específica o del ejercicio de la profesión.
• Las habilidades lógicas están basadas en los procesos lógicos del pensamiento que
implican a un amplio conjunto de operaciones o acciones mentales, entre las que ocupan un
lugar destacado las relacionadas con la facultad de determinar los rasgos fundamentales y
genéricos de los objetos y fenómenos que se estudian.
Por otra parte, en la guía de la instrucción y organización de los recursos que posibilitan los
objetivos, es necesario tener en cuenta dos aspectos:
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Por otro lado, las tendencias mencionadas enfatizan el aprendizaje de contenidos de tipo
procesal y actitudinal. Dadas esas tendencias, existe la necesidad de propiciar y aun de
establecer prioridades en el aprendizaje de ciertas habilidades, en especial el saber aprender y
el saber ser. El diseño del trabajo docente debe propiciar y promover el aprendizaje autónomo
y la reflexión sobre cómo se aprende, así como actitudes que favorezcan la convivencia
armónica con los demás y con el entorno físico.
Con respecto al saber aprender, nos parece relevante presentar un señalamiento de Najman
(1987): “El analfabeto del mañana no será el que no sabe leer, sino el que no haya aprendido
a aprender” (p. 67).
Los anteriores saberes, que responden a una indagación y diagnóstico de las necesidades
educativas actuales, tendrán que estar presentes en la selección de contenidos de un diseño
del trabajo docente orientado a la calidad.
Si bien, como ya se ha dicho, el ser humano aprende integralmente, cabe enunciar los tres
tipos de contenido en los objetivos, a fin de que el alumno visualice lo que se le propone, y los
docentes podamos proporcionar más fácilmente nuestras observaciones y evaluaciones sobre
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Cuadro 2.4. Ejemplificación de una selección de contenidos en una propuesta acorde con las
necesidades educativas actuales
Viabilidad de los objetivos. Los docentes tenemos que visualizar nuestra intervención en las
situaciones de aprendizaje, de tal manera que podamos tomar en cuenta la mayor parte de los
factores y recursos que harán posible su realización efectiva. En los objetivos ya formulados
está plasmada, generalmente, dicha visualización por la que los docentes desplegamos la
organización de recursos que posibilite las acciones y su logro en el aula.
En ese sentido, la formulación de los objetivos, previamente a la puesta en acción, nos permite
considerar -y cuidar- aspectos tan importantes como los referentes a unos alumnos
determinados que estarán en nuestros cursos (edad, conocimientos y habilidades producto de
aprendizajes previos; medio geográfico: urbano, rural, etc.), hasta el tipo de curso que se va a
impartir y su relación con otros en el currículum; el tiempo y los recursos del centro escolar
(aulas, materiales, etc.). Todos estos aspectos considerados previamente nos darán una
certeza -ten lo posible- de la viabilidad de los objetivos.
Los objetivos bien formulados, al tener como base las intenciones educativas que se plantea el
docente, se convierten en un instrumento muy útil para evaluar el logro de la tarea docente y,
por ende, del logro del aprendizaje de los alumnos y alumnas. A partir de dichos objetivos -
teniendo en cuenta la diversidad de los aprendices-, el profesor puede preparar formatos de
observación orientados a captar el avance sobre el logro de esos objetivos en el aula, exámenes
balanceados de los diferentes tipos de aprendizaje que proponemos al fin de cada tema o
unidad, etcétera.
Las consideraciones conceptuales sobre los objetivos han dejado ver claramente su función
como enunciados que establecen los propósitos del quehacer docente, acerca de lo que podrán
lograr o realizar determinados estudiantes. Dicha enunciación, por tanto, estará enfocada a lo
que el alumno o alumna realizará para lograr la propuesta de enseñanza-aprendizaje global del
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
curso (objetivos generales), a partir de los periodos determinados en que se organiza dicho
curso (objetivos particulares).
Por otro lado, y con la finalidad de que los objetivos no constituyan fórmulas vacías y cumplan
su función de apoyar nuestra tarea docente, deben tenerse en cuenta, además de los aspectos
ya señalados, otros que podemos clasificar como de orden técnico. Antes de abordar dichos
aspectos técnicos, examinaremos un ejemplo de objetivo general de este curso.
Analizar y asumir el diseño del trabajo docente, valorándolo como tarea esencial del docente
que orienta tanto a su profesionalización como al logro de la calidad de su práctica de la
enseñanza.
En la enunciación del complemento del objetivo aparece el nexo “como” (subrayado). Algunos
nexos como éste aparecen frecuentemente en la formulación de objetivos; “como”, “a fin de
que”, “para que”, “con la finalidad de”, etc., son nexos que apoyan la formulación de los objetivos
en el sentido de que encabezan la parte complementaria de un objetivo dotándolo de una
explicación más completa del propósito educativo de los mismos. Por medio de tales
complementos, equiparables a las condiciones de realización, el estudiante puede ver
claramente qué necesita para saber o saber hacer, además de enterarse de para qué se le pide
que lo sepa o haga; es decir, le hace explícito qué actitudes desarrollar, qué medios,
aprendizajes o recursos puede o debe utilizar; si realizará el trabajo individualmente o en equipo
(modalidades de trabajo), etcétera.
En cuanto a las acciones por realizar en el objetivo revisado, “analizar” y “asumir”, son
enunciadas por lo que conocemos como verbos: elementos lingüísticos que indican movimiento,
comportamiento, estado, etc. Frecuentemente, los comportamientos aluden a un proceso; es
decir, acciones que involucran varios pasos; cuando se trata de comportamientos de tipo
cognitivo -conocer, comprender, valorar, etc.-, se puede hablar de un orden -no necesariamente
delimitado de forma tan tajante- de dichos procesos. Algunos estudiosos de la enseñanza-
aprendizaje hablan de taxonomías, que tocaremos un poco más adelante.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Como puede observarse, considerar los aspectos mencionados permite lograr una formulación
adecuada de los objetivos educativos y apoya su función de concretar las intenciones docentes,
haciendo explícito lo que hará el alumno para lograr el aprendizaje.
Los elementos de orden lingüístico-cognitivo que se involucran en el verbo han sido agrupados
en taxonomías, las cuales pueden definirse como redes conceptuales, ordenamientos
jerarquizados o categorizados, clasificaciones, etc., de los procesos cognoscitivos que se
producen para aprender.
Las taxonomías han tenido un gran auge y, hay que reconocerlo, una gran utilidad, en el intento
de conferirle un estatuto científico a la enseñanza. En ese sentido, puede ser útil conocerlas,
pero entendidas en su momento histórico. Las tendencias actuales ven el aprendizaje desde
una perspectiva de gran amplitud, que implica que las conductas iniciales que conforman los
procesos cognitivos que desarrollan los alumnos para aprender, deben tenerse en cuenta, pero
no ser prefigurados paso a paso en los objetivos; excepto, claro está, en el caso de algunas
intervenciones educativas que tienen como finalidad el entrenamiento o la instrucción,
entendida esta última en el sentido más restringido del término. Entre las taxonomías más
conocidas podemos citar la de Bloom (1956), la de Kibler (1974) y la de Frabboni (1984; citado
en Martín, 1997), entre otras.
Por otra parte, en un intento por proponer un esbozo de taxonomía operativa, podemos
considerar una gama de verbos amplios. Dado que aquí partimos de una propuesta de objetivos
que guíen y propicien el aprendizaje sin fragmentarlo, como sería el caso de los objetivos
conductuales, un buen ejercicio es considerar el uso de verbos abiertos, que de alguna manera
son más acordes con nuestra propuesta hacia la enseñanza para la comprensión. Para el caso,
presentamos una lista de verbos, por supuesto no exhaustiva, aunada a las posibilidades de
actividades en el aula que pueden diseñarse a partir de tales verbos o sus sinónimos (véase el
cuadro 2. 5).
Conocer, reconocer, distinguir, tomar conciencia Leer, ver videos o películas, examinar fichas o
de mapas conceptuales, atender exposiciones de
datos, situaciones o problemas, tomar notas,
etc.; utilizar estrategias tipo SQA
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LOS OBJETIVOS EXPRESIVOS: EJE DE UNA PROPUESTA DE TRABAJO Una vez que se
han considerado los aspectos formales y técnicos de la formulación de objetivos, se presenta
una propuesta de trabajo orientada a la enseñanza para la comprensión; es decir, a una
enseñanza renovadora centrada en los procesos que realizan los alumnos y alumnas para
lograr el aprendizaje. La razón de lo anterior es una consideración de que los objetivos, como
planteamiento inicial del trabajo docente, como señala Stenhouse (1987), se constituyan en una
propuesta de trabajo con “un alto grado de flexibilidad” (p. 172).
Un diseño de la tarea docente orientado a lograr el aprendizaje del alumno debe partir de
objetivos más ambiciosos que los conductuales, centrados más en los resultados observables
del aprendizaje. En ese sentido, los objetivos centrados en el proceso de aprendizaje serían un
buen punto de partida para una meta educativa que considerara el desarrollo de los individuos
orientado no sólo a la adquisición del saber y a su adaptación social, sino también a la
creatividad y a la potenciación como agentes de transformación y cambio.
Stenhouse (1987) nos da su interpretación de Eisner (1967), quien distingue entre objetivos
instructivos y objetivos expresivos. Los primeros son, esencialmente, los mismos que los
conductuales, y están enfocados al dominio reproductivo del conocimiento establecido. Los
objetivos expresivos, en cambio, no especifican el comportamiento o saber que el alumno ha
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
de aprender, sino que son más una invitación a explorar la situación en la que el alumno ha de
trabajar, el problema a que ha de enfrentarse, la tarea en la que se ha de involucrar. Como
puede observarse, los objetivos expresivos determinan la prioridad de los procesos que lleva a
cabo el alumno durante la realización de las tareas de aprendizaje.
A fin de que tales objetivos se constituyan en un apoyo real del trabajo docente, proponemos
cuidar algunos aspectos complementarios en su formulación. En ese sentido, proponemos que
el objetivo expresivo operativice su formulación sobre la actividad por realizarse a partir de:
• una propuesta mínima de aprendizajes por lograr, de manera que puedan orientar el
logro de la enseñanza-aprendizaje;
Para ilustrar las condiciones de formulación de los objetivos expresivos, revisaremos de nuevo
uno de los objetivos de este curso:
Analizar y asumir el diseño del trabajo docente, valorándolo como tarea esencial del docente
que lo orienta tanto a su profesionalización como al logro de la calidad de su práctica de la
enseñanza. En el ejemplo anterior:
• Se especifican los aprendizajes mínimos: Analizar y asumir el diseño del trabajo docente
(el procedimiento y el contenido).
• Se propone una experiencia amplia (valorar el diseño): valorándolo como tarea esencial
del docente que orienta tanto a su profesionalización como al logro de la calidad de su práctica
de la enseñanza.
Enunciados que prescriben una conducta que Enunciados que describen una finalidad que se
debe alcanzar un estudiante. espera puede lograr el estudiante.
Enunciados que prescriben conductas por Enunciados que promueven la aparición de uno
alcanzar que deberán ser observables con el fin o varios procesos de tipo diverso en una
de poder evaluar objetivamente los resultados. experiencia de aprendizaje, a fin de que el
estudiante se apropie por sí mismo del
aprendizaje, evaluando su participación en dicha
experiencia.
Enunciados que al prescribir una conducta y Enunciados que al proponer una finalidad amplia
dirigir al estudiante hacia su logro implican propician la expansión del desarrollo del ser
manipulación del ser humano. humano.
Enunciados que pretenden homogeneizar los Enunciados que permitan que sea posible la
resultados de la enseñanza: todos los alumnos enseñanza para la diversidad, exigencia que se
deben llegar a unos mismos resultados y de ser le reclama a la educación centrada en el respeto
posible, de la misma manera. a las diferencias entre los seres humanos (sexo,
raza, credo, lengua, capacidades, etc.).
Enunciados que pueden obstaculizar la visión Enunciados que posibilitan que se obtenga una
global de un programa de enseñanza- visión global sobre las finalidades de un
aprendizaje al presentar una propuesta programa de enseñanza-aprendizaje.
fragmentada de conductas.
RESUMEN
• El diseño del trabajo docente parte de objetivos en cuanto entidades que concretan las
intenciones educativas para un curso o una unidad didáctica; es decir, en dicho diseño, los
objetivos hacen explícitos los propósitos de la práctica particular de enseñanza que realiza un
docente, pero en términos de lo que harán los alumnos y alumnas para conseguir el aprendizaje.
• Los objetivos pueden valorarse como un elemento del diseño que apoya y orienta al
docente a hacer explícito y comunicar lo que desea enseñar; y a los alumnos, a visualizar lo
que harán para lograr el aprendizaje. Asimismo, los objetivos son un referente documentado
22
Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
• Es necesario hacer distinciones entre dos tipos de objetivos: generales (para todo el
curso) y particulares (para cada unidad, eje temático o módulo, según se organice un curso
dado). Los objetivos generales pretenden representar una síntesis o totalidad de la enseñanza-
aprendizaje de un curso; los objetivos particulares presentan la propuesta de enseñanza-
aprendizaje relativa a las unidades, ejes temáticos, módulos, etcétera.
• A pesar de las diversas terminologías usadas por diferentes autores para formular
adecuadamente los objetivos, los elementos clave en cualquiera de las definiciones
encontradas son: el alumno, la acción por realizar, el contenido, y las condiciones, restricciones
y/o modalidades en las que ocurrirá la acción.
Por otra parte, en la formulación de objetivos es necesario tener en cuenta los aspectos formales
o técnicos implícitos en su formulación. Ahora bien, de acuerdo con una tendencia actual, en la
formulación de objetivos se enfatizan también los procesos cognitivos de los alumnos; tanto
contenidos como procesos cognitivos se enmarcan en un mínimo de aprendizaje que oriente la
percepción del logro de la tarea.
• A partir de los objetivos se puede tener claro tanto los temas por enseñar-aprender,
como los recursos que vamos a necesitar -el maestro y los alumnos. De ahí que en la guía de
la instrucción y organización de los recursos que posibilitan los objetivos es necesario tener en
cuenta dos aspectos: la selección y jerarquización de contenidos y la viabilidad (posibilidad de
realización) de los objetivos.
• Los objetivos son también un instrumento muy útil para evaluar el logro de la tarea
docente y, por ende, del logro del aprendizaje de los alumnos y alumnas. A partir de dichos
objetivos -teniendo en cuenta la diversidad de los aprendices- podemos preparar formatos de
observación orientados a captar el avance sobre el logro de esos objetivos en el aula, y
exámenes balanceados de los diferentes tipos de aprendizaje que nos orienten sobre el logro
de la enseñanza-aprendizaje, etcétera.
cognitivo, los cuales han sido agrupados en taxonomías, que se pueden definir como redes
conceptuales, ordenamientos jerarquizados o categorizados, clasificaciones, etc., de los
procesos cognoscitivos que se producen para aprender.
• Las taxonomías han tenido una gran utilidad en el intento de conferirle un estatuto
científico a la enseñanza. En ese sentido, es de utilidad conocerlas, pero entendidas en su
momento histórico.
• Las tendencias actuales ven al aprendizaje desde una perspectiva de gran amplitud, que
implica que las conductas iniciales que conforman los procesos cognitivos que desarrollan los
alumnos para aprender, deben tenerse en cuenta, pero no ser prefiguradas paso a paso en los
objetivos; a menos que se trate de una tarea orientada al entrenamiento o instrucción en un
sentido muy restringido. Entre las taxonomías más conocidas se pueden citar la de Bloom, la
de Kibler y la de Frabboni (1984).
• Se debe considerar una gama de verbos que guíen y propicien el aprendizaje sin
fragmentarlo, como sería el caso de los objetivos conductuales. Un buen ejercicio es considerar
el uso de verbos abiertos, que de alguna manera son más acordes con nuestra propuesta hacia
la enseñanza para la comprensión.
• Un diseño de la tarea docente orientado a lograr el aprendizaje del alumno debe partir
de objetivos más ambiciosos que los conductuales, centrados más en los resultados
observables del aprendizaje. En ese sentido, los objetivos centrados en el proceso de
aprendizaje serían un buen punto de partida para una meta educativa que considerara el
desarrollo de los individuos orientado no sólo a la adquisición del saber, sino también a la
creatividad.
• El énfasis de los objetivos expresivos está en los procesos que el alumno pone en juego
para llevar a cabo la tarea.
LOS CONTENIDOS
CONCEPTOS
Se puede decir, como primera aproximación, que “contenido” es todo lo que se enseña. Es una
expresión sencilla, pero tiene un problema, ya que todos sabemos que se enseña mucho más
que aquello que el contenido del programa o el currículum dicen. Se enseña por muchos
medios, por actitudes personales, por contenidos implícitos, por el dispositivo escolar y por un
conjunto de mensajes explícitos que ningún documento escrito contiene. Todo esto es
contenido de la escolaridad. Pero, en relación con la programación, el término “contenido” se
utilizará en un sentido más restringido, no como todo lo que se enseña, sino como lo que se
tiene intención de enseñar, todo lo que se programa para ser enseñado.
La institución educativa tiene la particularidad, esto ya fue visto antes, de que está transmitiendo
algo que no produjo ella misma. El conocimiento escolar es siempre producto de un proceso de
recontextualización. El conocimiento experimenta dos transformaciones para convertirse en
conocimiento educativo: su adaptación de acuerdo con los propósitos de enseñanza y su
representación para generar un código compartido con los estudiantes. Es necesario realizar
una cantidad de modificaciones porque en las escuelas las intenciones vigentes son específi
cas de esa situación. Una cosa son las intenciones de la producción académica y científica y
otra cosa son las intenciones escolares. Como ya se mencionó, la intención en las instituciones
educativas no es, mayormente, producir personas idénticas a aquellas que produjeron el
conocimiento que se transmite. Tampoco, se dialoga con personas que compartan, como
requisito, los mismos lenguajes. Entonces, se presenta una versión apta para estos estudiantes
y según estas intenciones. Estas transformaciones pueden ser percibidas como una desviación
que se debería lamentar, o se puede asumir que el conocimiento escolar es una formulación
especial y necesaria del conocimiento, un conocimiento propio y específico que, como cualquier
otro, responde a reglas de recontextualización -en función de la situación y los propósitos- y de
representación en función del auditorio.
Cuando se trata de especificar el contenido siempre se recurre a una tipología ¿De qué cosas
se habla cuando se habla de contenido? El contenido puede consistir en, por ejemplo,
informaciones, teorías o conceptos. Un tipo de objetos que entran en la categoría de “contenido”
y que, comúnmente se denominan “saber que”. También pueden ser metodologías o
procedimientos, habilidades o técnicas. Lo que habitualmente se llama “saber cómo”. También
es posible incluir como contenido lo que puede identificarse como prácticas complejas. Por
ejemplo, el diagnóstico clínico. Cuando la enseñanza se acerca a las áreas profesionales, este
tipo de contenidos aumentan en importancia. Hay un último grupo de componentes del
contenido que está formado por disposiciones. Es posible proponer que la tarea educativa
genere ciertas disposiciones o que los alumnos desarrollen ciertas actitudes.
Habitualmente, el contenido queda identificado con alguna de estas cosas. Armar una tipología
puede ayudar a darles relieve. Hay quienes sostienen que en cualquier selección de contenidos
todos estos elementos tendrían que estar. Es posible no ser tan taxativo al respecto. Lo que sí
puede afirmarse es que al momento de seleccionar contenidos no puede dejarse de tener en
cuenta alguna tipología. Esto es lo que potencialmente se podría seleccionar: conjunto de
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Una tipología, entonces, ayuda cuando se realiza el proceso de selección: ¿se tuvo en cuenta
todo lo necesario? También ayuda a pensar el lugar de la evaluación. No es lo mismo evaluar
información, que evaluar una práctica compleja o el manejo de una metodología. A veces se
verifica un divorcio bastante acentuado entre los contenidos que se proponen y la forma de
evaluación. Una definición de cierto tipo de contenidos debiera tener como correlato la defi
nición de las formas de evaluación adecuadas.
También es posible que se quiera transmitir algún tipo de contenidos pero no se pretenda
evaluarlo.
Se señaló que la enseñanza tiene unos propósitos básicos relacionados con las posibilidades
de uso posterior de lo que se aprende. Existe una relación entre las condiciones de enseñanza
y las condiciones de uso de lo aprendido. Es muy difícil usar algo de un modo si no fue aprendido
de un modo más o menos análogo. Esto vale para cualquier modelo de enseñanza que se
utilice. Podría enunciarse como una ley bastante general: para que alguien sea capaz de hacer
o de utilizar algo de una manera debería aprenderlo de un modo más o menos análogo. Es
necesaria una cierta homología entre las relaciones de uso de un contenido y las condiciones
de aprendizaje de ese contenido. Si en el contexto A, de enseñanza, se mostraron gráficos de
herramientas en funciones de uso, no es evidente que en el contexto B logre realmente
utilizarlas. Se puede pasar a manejar un móvil desde un simulador, pero no es muy difícil hacerlo
por leer un manual. (Salvo que se trate de un conductor muy experto que solo necesita alguna
información sobre el nuevo vehículo.)
Cuando se analizan las condiciones de uso y las condiciones de aprendizaje pueden describirse
tres tipos de contenido. Más bien puede decirse que el contenido funciona de tres maneras:
cómo biblioteca, como herramienta y como práctica. En el primer caso, se puede enseñar y
aprender para acrecentar la biblioteca. Se trata de que los alumnos sepan más, que tengan un
archivo más grande. En el segundo, como herramienta, se pretende que aprendan ciertas cosas
para poder hacer algo con ellas. Por ejemplo, que incorporen un procedimiento nuevo para
enriquecer la búsqueda en fuentes informativas. En el tercer caso, hacer un diagnóstico médico,
realizar un deporte, la ejecución musical o conducir una clase son prácticas complejas que solo
se aprenden practicándolas7. No es que el contenido sea una cosa u otra. Depende de cómo
pretenda que se use después y, por lo tanto, en qué tipo de situación debería ser enseñando.
En suma, es importante recordar que los contenidos de la enseñanza incluyen desde las
informaciones, los conocimientos o los conceptos a transmitir, asimilar o construir activamente,
hasta las habilidades cognitivas implicadas, habilidades prácticas, el manejo instrumental y de
procedimientos, el desarrollo de actitudes y valoraciones.
Cuanto más básico es el nivel educativo, estos procesos son más complejos.
La selección de contenidos es una cuestión siempre problemática. En su sentido más general
alude a qué elegir dentro de lo posible para un curso o una carrera determinada. En un sentido
un poco más molesto supone el reconocimiento de que no se puede enseñar todo. Como todo
principio selectivo, la definición de contenido implica inclusiones y exclusiones. De este modo,
la definición del contenido no solo significa la creación de una versión especial para la
enseñanza. También significa una elección con los mismos fines. Esta selección, como
cualquiera que se realice, puede apoyarse en diversos criterios y responder a variedad de
razones. Pero, en cualquier caso, es necesario reconocer que es una elección posible y que
podría recurrirse a otras. Cualquier selección que se considere como canónica no es más que
una versión de lo posible que ha logrado, en un momento determinado, cierta hegemonía. Pero
es difícil pensar que una selección de contenido determinada adquiera valor permanente por
una cualidad propia. Siempre puede ser revisada.
Todo proceso de selección está, principalmente, guiado por las finalidades de un curso o de un
nivel educativo. Son esas finalidades variables las que, en definitiva, orientan la selección. No
es lo mismo, por ejemplo, el conocimiento de las “Ciencias Naturales” que el conocimiento
sistemático del mundo natural. Como tampoco es lo mismo el estudio de la lengua que el de las
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
“Ciencias del lenguaje”. En cada caso, la diferencia de finalidades genera distintos realces,
énfasis y prioridades en la selección y formulación de contenidos. Contra una extendida forma
de ver las cosas, en este trabajo se adopta el punto de vista de que las formas disciplinadas de
conocimiento no son, en sí mismas, prescriptivas para la selección de contenidos con propósitos
de su transmisión educativa. Son los propósitos educativos los que orientan y dirigen, de
acuerdo con intereses específicos, la selección.
• La selección debe asegurar progresividad en el avance (que suponga una línea desde
la iniciación al dominio dentro de un campo o disciplina) y la posibilidad de revisar y retomar
temas, conceptos o ideas ya estudiados. Todo aprendizaje tiene cierto requisito de redundancia.
Esto es, la posibilidad de revisar y retomar temas, conceptos o ideas ya estudiados. La frase:
“esto ya fue dado” puede ser una buena racionalización pero no implica el dominio necesario.
• Un programa debe ser posible de cumplirse sin que signifique una proeza. El dilema,
siempre presente, se da entre la extensión (tratar una cantidad importante de contenidos) y la
profundidad en el tratamiento de los temas. se trata de un balance siempre difícil ya que aquí
es bien aplicable la teoría de la “frazada corta”: a más extensión se limita la profundidad y
viceversa.
• Todo proceso de selección debe ser capaz de justificar la exigibilidad de los contenidos
que plantea. Debe responder a la pregunta ¿qué tipo de argumentos avalan la inclusión de
aquello que fue seleccionado? ¿Por qué puede exigirse a los estudiantes su dominio? La
selección de contenidos también debe asegurar, dicho en sentido amplio, su transmisibilidad.
La idea de transmisibilidad está relacionada con distintas variables: deben poder ser
transmisibles en el tiempo disponible, deben ser transmisibles a estos alumnos (cuentan con
los requisitos de conocimiento y con las capacidades de estudio), deben ser transmisibles con
los recursos disponibles. La idea de transmisibilidad forma un fuerte par con la de exigibilidad
y, en realidad, la compensa y limita.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Los criterios funcionan en algún tipo de proceso deliberativo ya que algunos de ellos tensionan
las cosas hacia lugares diferentes y otros encierran en sí mismos una tensión (por ejemplo,
extensión-profundidad). Se los debe utilizar teniendo en mente que lo que se logrará será más
parecido a un balance que a una maximización de las indicaciones de cada uno de ellos
sumadas.
• Principios: conceptos muy generales que suelen atravesar los contenidos de las
materias (tiempo histórico en Historia).
Procedimentales
Actitudinales
• Valores: principios éticos por los que una persona siente un compromiso emocional y
que emplea para juzgar conductas.
• Normas: pautas de conducta que comparten los miembros de un grupo social.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
- Educación para la paz: el centro educativo representa un espacio idóneo para fomentar
actitudes que estimulen la convivencia democrática y la participación solidaria entre los
alumnos.
– Educación sexual: en el centro escolar se debe propiciar una información suficiente a los
alumnos no solo sobre los aspectos biológicos de la sexualidad, sino también sobre sus
aspectos sociales y psicológicos.
– Educación del consumidor: el alumno debe ser formado, a edades tempranas, acerca de
los inconvenientes que acarrea el exceso de consumo.
– Educación vial: el ámbito escolar ha de ser un lugar privilegiado para desarrollar en los
alumnos hábitos relacionados con la convivencia ciudadana y con las normas que regulan el
orden social, para cumplir con la función socializadora de la educación.
CRITERIOS ESPECÍFICOS
a) Para la selección de contenidos conceptuales:
– Su valor para la comprensión del tema.
– Su interés para la construcción de otros conceptos.
– Su relación con datos y conceptos asimilados.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
– Su posibilidad de desarrollo.
– Su necesidad para implicar afectivamente a los alumnos en su aprendizaje.
Como ya fue dicho, los contenidos siempre se definen en base a una forma de agrupamiento.
Son organizados de alguna manera. En nuestra época es dominante la forma de organización
disciplinar del conocimiento escolar. Esto incluye formas más segmentadas como en la escuela
media: Historia, Geografía, Física, Química, etc., o formas agrupadas como las áreas
características de la educación básica. Las formas de la clasificación disciplinar del
conocimiento escolar en el currículum no han sido la única alternativa. De hecho, las ideas de
globalización se incorporaron muy tempranamente en el ideario escolar y produjeron propuestas
como los centros de interés o los proyectos que modifican el patrón disciplinar usual. Por
ejemplo, en nuestro país entre fines de 1930 y de 1960 el plan de estudios para la escuela
primaria reconocía formas integradas de organización expresadas en los “motivos” que
agrupaban en unidades de enseñanza los contenidos correspondientes a la mayoría de las
asignaturas8. Si bien es cierto, entonces, que la organización curricular del contenido ofrece
alternativas, también es cierto que las formas habituales son de asignaturas por áreas o
disciplina. En los últimos tiempos, incluso en planes para la educación inicial. Pero, desde el
punto de vista de la programación, las formas de organización del contenido permiten variedad
con relación a la clasificación básica del currículum. En este sentido, podría decirse que el
currículum ofrece un stock de conocimiento “empaquetado” de cierta manera. Pero que la
programación escolar del contenido permite reempaquetarlo de otras maneras para su
presentación. De esta manera las unidades de trabajo pueden adoptar distintas formas de
organización. Estas formas de organización pueden ser internas de un área o asignatura o
pueden reunir y combinar contenidos de más de un área o asignatura.
Los centros de interés constituyeron, durante largo tiempo, formas muy privilegiadas de
organizar las unidades de trabajo. En su práctica habitual proponían, más bien, un motivo que
unificaba las temáticas a tratar sin que se requiriera un eje integrador. De igual modo, son muy
conocidos los enfoques multidisciplinares en los cuales distintas áreas de contenidos aportan
su punto de vista para el tratamiento de un tema. Suelen corresponder a la tradición de
organización del contenido por “grandes temas”, como, por ejemplo, “la vida en las grandes
ciudades”. Estos enfoques pueden seguir una estrategia de concentración de los contenidos
8 Los motivos aparecen en el plan de 1937 para todos los grados y quedan restringidos al primer ciclo en el de 1962.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
tratados en distintas unidades según el tema9 o, profundizar su tarea y buscar ejes comunes y
articulados para el análisis de problemas como, por ejemplo, “el calentamiento global”. El
enfoque por problemas, por supuesto, puede desarrollarse dentro de una misma asignatura. Lo
que diferencia las formas de relación de contenidos son los grados variables de relación que
van de la reunión de contenidos en base a un tema común, hasta los intentos de integración en
los cuales los contenidos se articulan sustantivamente mediante un eje común.
▪ Secuencia lógica
▪ Continuidad
▪ Gradualidad
▪ Integralidad
Secuenciación de contenidos
9En esos casos, frecuentemente es una asignatura la que tiene mayor relevancia en el tratamiento del tema y las
demás realizan aportes de manera colaborativa.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
tipo de material, recorridos más o menos razonables teniendo en cuenta rasgos de los alumnos
en relación con el aprendizaje; recorridos marcados por aprendizajes anteriores o por una
apreciación acerca de las posibilidades actuales.
Como tantas otras decisiones que se toman durante la programación la secuencia que se
establezca es una alternativa posible entre varias y depende de la conjugación de varios
factores o de varios criterios.
• Las relaciones conceptuales: la secuencia del contenido refleja las relaciones entre los
conceptos siguiendo una estructura lógica mediante relaciones de subordinación o
supraordinación entre clases de conceptos. Entender un concepto implica ubicarlo en una red
conceptual.
Se mencionó que la secuencia implica siempre progresión. Las progresiones pueden ser de
distinto tipo. Una secuencia puede pensarse como un recorrido entre algún tipo de unidades.
Cuando se les asigna el mismo valor, el orden es lineal: una unidad continúa a la otra siguiendo
un orden necesario por las posibilidades de enseñanza y de aprendizaje. Cada unidad solo se
diferencia por la información que ofrece. Esto sucede, por ejemplo, cuando se ordena el
contenido siguiendo un orden cronológico. En estas secuencias, que se denominan lineales, los
contenidos se incorporan sucesivamente sin variar, necesariamente, en el nivel conceptual o
de complejidad.
Cuando se asigna diferente valor a cada unidad esto quiere decir que el valor entre los
contenidos de las primeras y de las últimas unidades es diferente: habrá aumentos en la
complejidad conceptual, la profundidad teórica o la densidad informativa respecto de un mismo
33
Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
asunto. Habitualmente se utilizan dos tipos de progresiones que ofrecen un aumento creciente
en el valor del material que presenta el programa.
sucesivos a partir de una primera presentación del tema. En las secuencias concéntricas un
mismo tema, o conjunto de temas, es retomado de manera sucesiva ampliando el campo
informativo o de aplicación. A veces también se utiliza la imagen del efecto zoom para describir
este tipo de ordenamiento: primero se presenta la escena general y luego se realizan
aproximaciones más detalladas a un aspecto, se vuelve a la escena general y se pasa a otro
sector. Por supuesto que cuando se realizan las sucesivas aproximaciones, la propia escena
general se enriquece y nunca se vuelve al mismo punto. En este caso no se considera que cada
unidad tenga un valor equivalente, ya que algunas son preparatorias de otras y la versión más
completa se presenta (y, por parte de los alumnos, se obtiene) solo en algún momento más
avanzado de la cursada.
Otro tipo de secuencia se denomina espiralada. Retoma la imagen del avance concéntrico
pero le agrega otro rasgo: no solo se avanza en el grado de detalle o de densidad informativa,
también se procura un aumento progresivo en el valor conceptual, teórico o de formalización.
Se intenta, como imagen, proponer la idea de un recorrido que “vuelve sobre sí mismo” pero de
manera diferente. Conceptos o conocimientos anteriores son revisados. Esta vuelta sobre
elementos ya presentados tiende a redefinirlos de varias maneras: se ofrecen versiones
conceptuales más complejas o abstractas; se incluye una hipótesis o teoría como caso en
nuevos marcos teóricos; se redescribe una hipótesis, teoría, ley o descripción en términos de
otros lenguajes o sistemas de representación; se promueve el análisis metateórico. Estas
secuencias se caracterizan por su recursividad porque un mismo contenido es retomado
aumentando la profundidad teórica, el grado de formalización o reinsertándolo en nuevas
estructuras conceptuales.
Las secuencias lineales y concéntricas parecen, por sus características, más aptas para los
casos en los que se privilegia la extensión en el tratamiento sistemático de los temas. Por
supuesto que en un proceso de programación se pueden combinar distintos tipos de secuencias
para distintos temas del programa. De todos modos, esto no siempre es fácil ya que los tiempos
de cursada pueden restringir la variación. En todo caso, queda claro que el armado de un tipo
de secuencia depende de los propósitos del curso y del valor que tenga en un momento de
formación de los alumnos. En la medida en que existe una serie correlativa de materias o de
cursos, también es posible combinar distintos tipos de tratamiento del contenido –secuencias
más dirigidas a la extensión y otras más dirigidas a la profundidad– entre materias.
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Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
Bibliografía
FORMULACION DE OBJETIVOS
1-INSTRUCCIONES
2-INSTRUCCIONES
Analice los objetivos operacionales del ejercicio anterior, identificando sus componentes.
Ejemplo:
Objetivos: Luego de leer el editorial del diario (x) de la fecha, señalar
por escrito dos hechos y dos opiniones que corresponden al autor
DOMINIO CATEGORIA
14. Elaborar argumentos favorables hacia la defensa y conservación del patrimonio cultural de
los guaraníes. 14. ____ 14.
15. Crear una composición de danza moderna adaptando habilidades y destrezas de bailes ya
Conocidos. 15. ___ 15.
17. Luego de leído un texto literario dado, contrastar la actividad de los dos protagonistas
principales, Determinados cuál es la correcta. 17.____________ 17__________
18. Seleccionar libremente materiales de lectura para informarse sobre las manifestaciones
culturales de los guaraníes. 18.____________ 18__________
19. Competir con la máxima eficacia personal en deporte seleccionado, en los torneos
organizados por la Institución. 19._____________19.__________
21. Ante una máquina de escribir mostrar la posición correcta de las manos antes de iniciar el
tecleo. 21.____________ 21.__________
22. Siguiendo el manual de primeros auxilios, demostrar cómo se cura una herida de
quemadura de 1er grado 22.____________ 22.__________
43
Luis E. Espínola Garcete ------- Objetivos y contenidos
23. Escuchar con atención las grabaciones de dos obras musicales sobre música gregoriana.
23.____________ 23.__________