IAPH MOOC PCA MOD4 Texto 2023
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IAPH MOOC PCA MOD4 Texto 2023
Patrimonio Cultural
de Andalucía
MÓDULO IV
Organismos y competencias
en patrimonio cultural
Organismos y competencias
en patrimonio cultural
IV.1. Introducción
El módulo IV del MOOC sobre Patrimonio Cultural de Andalucía se centra en los Organismos y
competencias en patrimonio cultural y lo que se pretende con él es acercar y hacer más com-
prensible la labor que desarrollan las instituciones que trabajan por nuestro patrimonio, de
quién depende qué y cuáles son las herramientas con que se cuenta para ello.
Sabemos que es una temática bastante árida, pero no podemos prescindir de ella, ya que
es fundamental para la protección y salvaguarda de nuestro patrimonio. Conociéndola, podre-
mos recurrir como ciudadanos a estos instrumentos institucionales y legales, que nos ayudan
a conservarlo para poder disfrutar de él y legarlo a las generaciones venideras.
La estructura que le hemos querido imprimir al módulo se enmarca en una lógica, que va
desde el papel que juega el Estado español y las competencias que han ido adquiriendo las
diferentes autonomías en el proceso de descentralización, a las competencias municipales en
patrimonio cultural que han asumido los ayuntamientos.
Centrándonos en el caso de nuestra Comunidad Autónoma, se tratará la Ley 14/2007, de
26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, que es la que establece las competen-
cias de tutela del patrimonio histórico de Andalucía que, asumidas por la Junta de Andalucía,
se ejercen a través del departamento responsable, que actualmente es la Consejería de Turis-
mo, Cultura y Deporte. Todo ello se debe entender sin perjuicio de las competencias estatales
y municipales en la materia.
También aprovecharemos para desgranar la estructura de la Consejería de Turismo, Cul-
tura y Deporte: cómo se distribuye, sus funciones y qué áreas son competencia de cada uno.
Entre las instituciones que gestiona la Consejería, aunque la titularidad sea estatal, se encuen-
3
tran las denominadas instituciones del patrimonio histórico, como son los museos, archivos y
bibliotecas, y se dedicará un apartado especial para hablar de ellas.
De la misma forma, tendrá un apartado especial el Instituto Andaluz del Patrimonio Históri-
co, institución organizadora de este MOOC, que depende de la Consejería de Turismo, Cultura y
Deporte. Esta institución, que ya ha cumplido 30 años de existencia, tiene como fines generales
la intervención, investigación, conservación y valorización del patrimonio cultural, así como la
innovación, la transferencia de conocimiento y el establecimiento de pautas para la tutela del
patrimonio cultural de Andalucía.
Igualmente, en este módulo no queríamos dejar pasar el papel fundamental que juegan las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en concreto la Guardia Civil y la Policía Nacional,
además de la Unidad de Policía de la Comunidad Autónoma de Andalucía, ya que ejercen fun-
ciones de policías judiciales con la finalidad de esclarecer los delitos sobre bienes patrimonia-
les tipificados por las leyes, y trabajan para la reversión social de los mismos.
También le dedicaremos un apartado a los organismos internacionales, que aunque no
tengan competencias directas sobre nuestro patrimonio, sí nos afectan. Formamos parte de un
marco general que es la Unión Europea y, además, pertenecemos a otras instituciones inter-
nacionales que son referentes en materia de patrimonio cultural, como pueden ser la UNESCO
o el Consejo de Europa, y aunque sus Recomendaciones no son de obligado cumplimiento, sí
tienen un peso moral importante.
Sin embargo, no sucede lo mismo con las Convenciones y Acuerdos aprobados por la
UNESCO, pues su ratificación por parte de los distintos países obliga a que cada uno de ellos
tenga que aplicarlos.
Por último, haremos una mención especial a esos bienes y elementos de Andalucía inte-
grantes de la Lista del Patrimonio Mundial, de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad y del Registro de buenas prácticas de salvaguardia que elabora la
UNESCO.
Es momento de dar paso a los diferentes apartados del módulo, que esperamos que os
permitan conocer un poco mejor, y de una manera didáctica, cómo se gestiona esa parte me-
nos visible del patrimonio, pero fundamental para poder protegerlo, conservarlo, transmitirlo y
disfrutarlo hoy en día y en el futuro.
IV.2.1. Introducción
España posee un abundante y variado patrimonio histórico, cultural y artístico que es ne-
cesario gestionar. Esta circunstancia, en la práctica, se materializa en una necesidad de sumar
trabajos y esfuerzos, por parte de las Administraciones y de distintas entidades y organismos
públicos y privados, para lograr gestionar este importante legado.
4
Así viene recogido en el artículo 46 de la Constitución Es-
pañola (CE) donde se señala que “los poderes públicos ga-
rantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento
del patrimonio histórico, cultural y artístico de los Pueblos
de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que
sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancio-
nará los atentados contra este patrimonio”.
Queda claro que este mandato constitucional obliga a
que sea el conjunto de instituciones del Estado el que deban
defender este patrimonio, independientemente de quién
sea su propietario. De la misma forma, se habla también de
la sanción penal, es decir, del castigo que se debe imponer a
las personas que atenten contra este patrimonio.
Este precepto debe unirse a otro artículo de la Constitu-
ción, el 44.1, en el que se señala que “los poderes públicos
promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos
tienen derecho”.
En las siguientes páginas se procederá a analizar el pa-
pel que tanto el Estado como las Autonomías tienen en la
protección, fomento y difusión de nuestro patrimonio cultu-
ral, todo ello tomando como base lo establecido en la Cons- Portada de la Constitución Española de 1978
titución Española, concretamente en los artículos 149.1.28.ª
—respecto al papel del Estado— y el 148.1.16.ª —respecto al papel de las Autonomías.
Tomando como base los artículos de la Constitución señalados en los párrafos anteriores,
se puede deducir que uno de los papeles del Estado se centra en legislar en torno a esta mate-
ria. Así, en el año 1985 el Estado promulgó la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histó-
rico Español, que fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 29 de junio del mismo
año. Esta Ley venía a derogar la promulgada en el año 1933 por parte del Ministerio de Instruc-
ción Pública y Bellas Artes, relativa al patrimonio artístico nacional.
Sin embargo, según lo establecido en el artículo 149.1.28.ª de la Constitución, las compe-
tencias del Estado se centran en la defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental es-
pañol contra la exportación y expoliación, así como a la gestión de archivos, museos y biblio-
tecas de titularidad estatal, dependiendo todas las demás de las Comunidades Autónomas.
En este sentido, se debe tener presente que con la aprobación de la Constitución se pro-
dujo un cambio importante en el modelo de Estado, el cual pasó de tener una administración
única a transformarse, en los siguientes años con la aprobación de los distintos Estatutos de
Autonomía, en un Estado con 17 Comunidades Autónomas y dos Ciudades Autónomas con
competencias legislativas en un amplio número de materias, entre ellas la de cultura. Así, en su
artículo 148.1.15.ª-16.ª se especifica que las “Comunidades Autónomas podrán asumir compe-
tencias en las siguientes materias”:
5
Archivo General de Indias (Sevilla) (Anual, 2009). Fuente: Wikimedia Commons
6
Finalmente, no se debe olvidar la regulación que, a nivel estatal, se realiza en relación con
los delitos llevados a cabo sobre el patrimonio histórico. En este caso, se debe hacer referencia
a la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en la que se recogen los de-
litos que pueden llevarse a cabo sobre el patrimonio histórico, así como los castigos que pue-
den ser impuestos, concretamente en el Título XVI, Capítulo II, artículos 321, 322, 323 y 324 de
la norma.
Con el traspaso de las competencias en materia de cultura a las distintas Comunidades Au-
tónomas, cada una de ellas debió de promulgar y desarrollar una legislación específica acorde
a lo establecido en el artículo 148 de la Constitución, por el que se establecen las competen-
cias de las Comunidades Autónomas con respecto a la gestión y la protección del patrimonio
en general.
Es, por lo tanto, dentro de las competencias asumidas en el ámbito de la protección, con-
servación e investigación del patrimonio histórico español, donde las Comunidades Autóno-
mas tienen amplias competencias legislativas, que han dado lugar a una gran cantidad de
mandatos legales y reglamentos que se preocupan, entre otros aspectos, de la protección y
gestión del patrimonio cultural.
Así, las legislaciones autonómicas vienen a incorporar los planteamientos expresados por
la Ley del Patrimonio Histórico Español, aunque adaptándolos a las necesidades de las Comu-
nidades Autónomas. Pero, al mismo tiempo, introducen una serie de innovaciones que tienen
como finalidad facilitar la labor protectora de la Administración. En este sentido, por ejemplo,
en la Ley andaluza se recoge, entre otros mecanismos de protección, la constitución del Catálo-
go General del Patrimonio Histórico Andaluz1 como un instrumento para la salvaguarda de los
bienes que están en él inscritos, así como su consulta y divulgación.
En el caso de Andalucía, tras el traspaso de las funciones y servicios del Estado a la Comu-
nidad Autónoma de Andalucía —Real Decreto 864/1984, de 29 de febrero—, fue necesario pro-
mulgar una Ley que protegiera el patrimonio cultural andaluz. Así, se aprobó la Ley 1/1991, de
3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía que, en el año 2007, fue sustituida por la Ley
14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía de la que se hablará dete-
nidamente en páginas posteriores.
Igualmente, en desarrollo de la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía, se promulgó,
por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el Decreto 19/1995, de 7 de fe-
brero, por el que se aprobaba el Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico
de Andalucía. Este Reglamento concreta “los derechos y deberes de los propietarios, titulares
de derechos o simples poseedores de bienes del patrimonio histórico, determinando, al mismo
tiempo, los procedimientos administrativos necesarios para que la Administración pueda ase-
gurar y garantizar el cumplimiento de la normativa aplicable” (López Reche 1995, 11).
De la misma forma, se han desarrollado un total de dos Planes Generales de Bienes Cultu-
rales, que han venido a establecer las políticas de la Administración andaluza en esta materia
7
y que han tenido como función “racionalizar y perfeccionar la actuación de la Administración
andaluza en relación con el patrimonio cultural y los museos”:
• Plan 1989-1995, que se centró en acciones encaminadas al conocimiento del patrimo-
nio cultural existente en Andalucía, su estado de conservación y a la mejora de recur-
sos humanos y de investigación.
• Plan 1996-2000, donde, de forma novedosa, se contempló el patrimonio como un fac-
tor creador de desarrollo (Caravaca Barroso et ál. 1997, 154-155), en definitiva, un re-
curso destacado de un territorio en tanto que lo conforman bienes que hemos hereda-
do de nuestros antepasados y que son una fuente importante de riqueza, un recurso
económico trascendental y, como tal, ha sido integrado en la planificación económica
de Andalucía2.
Los Planes Nacionales son unos instrumentos de gestión del patrimonio que se ejecutan y
desarrollan entre las distintas Administraciones del Estado y de las Comunidades Autónomas,
así como por parte de entidades públicas y/o privadas.
Su objetivo general se centra en desarrollar, en función de las necesidades del patrimonio,
una metodología y unos criterios de actuación compartidos por todos. Mientras que sus obje-
tivos particulares se agrupan en la programación conjunta y coordinada de aquellas actuacio-
nes encaminadas a la protección, conservación, restauración, investigación, documentación,
formación y difusión que se consideren más adecuadas.
En España están en vigor un total de 14 Planes Nacionales relacionados con el patrimonio
cultural:
• Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (2007).
• Plan Nacional de Conservación Preventiva (2011).
• Plan Nacional de Patrimonio Industrial (2011).
• Plan Nacional de Investigación en Conservación (2011).
• Plan Nacional de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2011).
• Plan Nacional de Catedrales (2012).
• Plan Nacional de Abadías, Monasterios y Conventos (2012).
• Plan Nacional de Arquitectura Defensiva (2012).
• Plan Nacional de Paisaje Cultural (2012).
• Plan Nacional de Educación y Patrimonio (2013).
• Plan Nacional de Arquitectura Tradicional (2014).
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• Plan Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Siglo XX (2014).
• Plan Nacional de Conservación del Patrimonio Fotográfico (2015).
• Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural (2015).
Cada uno de ellos ha sido redactado por “una comisión integrada por técnicos de la Ad-
ministración General del Estado, de las Comunidades Autónomas y expertos independientes”3
siendo posteriormente aprobados por el Consejo de Patrimonio Histórico.
La base legal sobre la que se sustentan los Planes Nacionales la encontramos en la Ley
del Patrimonio Histórico Español, que en su artículo 2.º señala que “la Administración del Es-
tado adoptará las medidas necesarias para facilitar la colaboración con los restantes poderes
públicos y la de estos entre sí, así como para recabar y proporcionar cuanta información fuera
precisa”.
Esta misma Ley, en su artículo 35, establece que “para la protección de los bienes integran-
tes del Patrimonio Histórico Español y al objeto de facilitar el acceso de los ciudadanos a los
mismos, fomentar la comunicación entre los diferentes servicios y promover la información ne-
cesaria para el desarrollo de la investigación científica y técnica se formularán periódicamente
Planes Nacionales de Información sobre el Patrimonio Histórico Español”.
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Aunque mantiene la filosofía tutelar de la norma pre-
cedente, la Ley 14/2007 centra la tutela pública de nuestro
patrimonio en la figura del Catálogo General del Patrimonio
Histórico de Andalucía (CGPHA) y en la protección patrimo-
nial desde un enfoque territorial, de acuerdo con los plan-
teamientos doctrinales más recientes, mediante la creación
de nuevas figuras como la zona patrimonial y acentuando
la coordinación con la legislación urbanística, tras la apro-
bación de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenación
Urbanística de Andalucía.
El CGPHA es el instrumento fundamental para la tutela
y conocimiento de los bienes en él inscritos y se regula de
forma pormenorizada en el Título I. Comprende tres cate-
gorías de bienes: los bienes de interés cultural (BIC), los de
catalogación general y los incluidos en el Inventario General
de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español. La ins-
cripción de BIC podrá ir acompañada de instrucciones par-
ticulares que ajusten las medidas generales de protección a
Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía las singularidades del bien. Como se indica en el preámbulo
de la ley, se trata de una modulación del régimen previsto en
la Ley 16/1985 para los BIC.
Como complemento al CGPHA, se crea el Inventario de Bienes Reconocidos del Patrimonio
Histórico Andaluz (IBRPHA), instrumento que recoge aquellos bienes que, fruto de un estudio
o investigación científica, se identifican como integrantes del patrimonio histórico andaluz. Los
inmuebles incluidos deberán tener su reflejo en los catálogos urbanísticos.
Las obligaciones de los titulares de bienes del patrimonio histórico andaluz son más in-
tensas cuando se trate de bienes inscritos en el CGPHA. A estos últimos podrán aplicárseles las
medidas de ejecución forzosa reguladas, en el supuesto de que se incumplan las obligaciones
previstas, así como los derechos de tanteo y retracto cuando se den las condiciones señaladas.
Novedad importante es la referida a la protección del patrimonio histórico frente a la “con-
taminación visual o perceptiva”. Así, se someten a la autorización de la Administración cultural
la ubicación de determinados elementos y la realización de instalaciones en materia de energía
y telecomunicaciones que inciden en los valores y en la contemplación de los bienes afectados
por la declaración de BIC.
En el Título II se contienen los criterios en materia de conservación y restauración, inte-
grando en su regulación avanzados principios consagrados en distintas cartas y documentos
internacionales de restauración que afectan tanto al carácter de las intervenciones como a la
naturaleza de los materiales empleados. El proyecto de conservación es el instrumento deter-
minante y obligado para acometer estas intervenciones, regulándose su contenido mínimo y
los supuestos en que, con carácter excepcional, no será exigible.
La tutela del patrimonio inmueble presenta una notable complejidad. En el Capítulo I del
Título II se desarrollan las tipologías en que se clasifican cuando son inscritos como BIC en el
CGPHA. A las figuras previstas en la Ley 1/1991, se añade como novedad la zona patrimonial. La
fuerte relación del patrimonio con el territorio justifica este nuevo tipo, en los casos en que se
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articule un sistema patrimonial integrado, en el que coexisten bienes de distinta naturaleza y
cronología, unidos indisolublemente a los valores paisajísticos y ambientales existentes.
El Capítulo II del Título III tiene como objeto la coordinación con la normativa urbanística
y medioambiental. Hay que destacar la regulación del informe de la Administración cultural en
instrumentos de ordenación y en los procedimientos de prevención ambiental cuando afecten
a bienes del patrimonio histórico andaluz. También la regulación de los contenidos mínimos
de los planes urbanísticos cuando afecten a determinadas tipologías de los BIC y se inserta
la posibilidad de que los municipios soliciten la delegación de la competencia para autorizar
obras que desarrollen el planeamiento urbanístico aprobado, condicionada a la existencia de
una Comisión técnica municipal en los términos establecidos en la Ley.
El régimen de protección de los inmuebles se regula en el Capítulo III e integra las limi-
taciones contenidas en la legislación estatal en cuanto a su desplazamiento, y en materia de
contaminación visual, y desarrolla un sistema de autorizaciones. Aquí se reserva la autoriza-
ción administrativa para las intervenciones sobre inmuebles BIC o sus entornos y se someten
a comunicación previa las correspondientes a los bienes de catalogación general, pudiendo
proponerse medidas correctoras por la Consejería competente. Siguiendo la técnica jurídica
habitual, el régimen de protección incluye, también, la regulación de los supuestos de ruina,
demoliciones y paralizaciones de obras y el Capítulo IV mantiene la posibilidad de delegación
a los municipios en el ámbito de los entornos de los BIC y de unificación de procedimientos de
las distintas Administraciones.
El patrimonio mueble es el objeto del Título IV. Como gran novedad, citamos la obligación
de autorización o comunicación previa (en función del nivel de protección) de los tratamientos
a que estos bienes puedan ser sometidos cuando estén inscritos en el CGPHA, siendo el régi-
men de tutela el mismo que el indicado para los inmuebles.
Los denominados patrimonios especiales, según la terminología más extendida en la doc-
trina jurídica, se reflejan en los Títulos V, VI, VII y VIII, dedicados, respectivamente, a los patrimo-
nios arqueológico, etnológico, industrial, documental y bibliográfico. Como indica el legislador,
se parte de un concepto de patrimonio arqueológico basado en la utilización de la metodolo-
gía arqueológica, estableciendo, en los mismos términos que la legislación estatal, la naturale-
za demanial de los objetos y restos materiales que sean descubiertos.
Se mantienen la figura cautelar de la zona de servidumbre arqueológica y los elementos
sustanciales del sistema de autorización de actividades. Al mismo tiempo, se sujetan a autori-
zación aquellas que permitan la localización o detección de restos arqueológicos, circunstan-
cia que deberá reflejarse en los Estatutos de aquellas asociaciones que tengan entre sus fines
la detección de objetos que se encuentren en el subsuelo.
Especial importancia tienen las actividades arqueológicas previas a la intervención sobre
inmuebles protegidos, sobre las que se establece una regulación equilibrada y, al mismo tiem-
po, adecuada a lo establecido por la Ley 7/2002 de Ordenación Urbanística de Andalucía. Se
concretan y especifican las obligaciones del promotor de las obras conforme al aprovecha-
miento urbanístico atribuido, si bien la Administración cultural podrá ampliar a su costa la ex-
tensión de la actividad arqueológica por razones de protección o interés científico.
El Título VI se destina al patrimonio etnológico. Aquí la principal novedad consiste en la
posibilidad de asociar a una actividad de interés etnológico los bienes muebles y el ámbito te-
11
rritorial vinculados a su desarrollo. A estos bienes y ámbitos les será de aplicación el régimen
de protección correspondiente a la actividad, según su modalidad de inscripción en el CGPHA.
El Título VII es otra novedad, ya que incorpora a la legislación patrimonial andaluza el pa-
trimonio industrial, en cuanto exponente de la historia social y económica de la Comunidad,
distinguiendo entre muebles e inmuebles, y establece en qué casos formarán parte del CGPHA,
siéndoles de aplicación el régimen de protección que corresponda.
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El Título XII regula la función inspectora del patrimonio histórico andaluz. Se establece la
condición de agentes de la autoridad del personal designado para la realización de las inspec-
ciones y se determinan sus facultades y funciones básicas. El Título XIII se ocupa de las infrac-
ciones administrativas y sus sanciones. Con arreglo a la más adecuada técnica jurídica, recoge,
en primer lugar, una tipificación pormenorizada de las infracciones, clasificándolas en muy gra-
ves, graves y leves.
Por último, hay que indicar las disposiciones adicionales, que solventan diversas cuestio-
nes y que vienen a completar aspectos concretos de la regulación, entre las que, por su impor-
tancia o novedad es necesario citar las siguientes:
Las 2.ª y 3.ª integran en la nueva estructura del CGPHA los bienes protegidos conforme a Ley
1/1991 y los declarados BIC. La 4.ª establece un entorno cautelar para aquellos inmuebles prote-
gidos sin haberlo delimitado, por no exigirlo la norma vigente en su día. La 5.ª establece el marco
jurídico de aplicación al patrimonio histórico andaluz de la Iglesia católica, clarificando el régi-
men de los bienes en posesión de esta, sin perjuicio de lo establecido en los Acuerdos entre el
Estado español y la Santa Sede de 3 de enero de 1979. En cuanto a la 6.ª, establece el régimen
jurídico de aquellos bienes que, formando parte del patrimonio histórico andaluz, se encuentran
en posesión de organismos públicos tales como universidades y entidades locales. Por último, la
7.ª reconoce la importancia del patrimonio histórico como recurso turístico de gran interés y la
contribución que su difusión turística tiene en el desarrollo de una sensibilización social para su
protección o mejora, constituyendo esto último el contenido de la disposición adicional 9.ª
4
La estructura orgánica actual de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte y sus funciones se regulan conforme al
Decreto 78/2023, de 4 de abril. Disponible en: https://juntadeandalucia.es/boja/2023/67/3 [Consulta: 13/04/2023].
5
La estructura orgánica y directorio de la Consejería se puede consultar en su sitio web. Disponible en: https://junta-
deandalucia.es/organismos/turismoculturaydeporte/consejeria/organigrama.html [Consulta: 13/04/2023].
13
Palacio de Altamira (Sevilla), sede de la Consejería de Cultura y Pa-
trimonio Histórico (Julio Rodríguez Bisquert, 2020)
14
• La Secretaría General para la Cultura6.
– Dirección General de Patrimonio Histórico
– Dirección General de Museos y Conjuntos Culturales
– Dirección General de Patrimonio Documental y Bibliográfico e Innovación y Promo-
ción Cultural
15
IV.4.1. Secretaría General para la Cultura
16
• La coordinación con los órganos de la Consejería que intervengan en la gestión de
bienes del patrimonio histórico español, así como con las demás Consejerías y, en su
caso, con las demás Administraciones Públicas.
• El conocimiento y la protección de los bienes del patrimonio histórico andaluz me-
diante los instrumentos jurídico-administrativos existentes, de manera especial a tra-
vés del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz y del Inventario de Bienes
Reconocidos del Patrimonio Histórico Andaluz.
• La adopción de todas las medidas necesarias para hacer efectivo el deber de custodia
y acceso que corresponde a las personas propietarias, titulares de derechos o simples
poseedoras de bienes integrantes del patrimonio histórico andaluz.
• La intervención en la formación, modificación, revisión y aprobación del planeamiento
urbanístico y de los programas, proyectos y planes de todo tipo que puedan incidir en
el patrimonio histórico, mediante los mecanismos establecidos para cada caso.
• La protección y conservación del patrimonio arqueológico, etnológico e industrial y la
salvaguarda del patrimonio inmaterial.
• El fomento de la investigación sobre el patrimonio histórico, su puesta en valor, difu-
sión y su régimen de autorizaciones.
• El fomento, la implantación y aplicación de acuerdo con las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación de los sistemas integrados de información, documen-
tación y gestión en el patrimonio histórico, para optimizar la difusión de sus coleccio-
nes y actividades culturales.
• La relación con las fundaciones y consorcios en los que participe la Consejería en el
ámbito del patrimonio histórico, sin perjuicio de las competencias que correspondan
a otros órganos directivos.
• Cualesquiera otras competencias que le atribuya la legislación vigente.
A través de la Dirección General de Patrimonio Histórico se adscribe a la Consejería de Tu-
rismo, Cultura y Deporte la Fundación Pública Andaluza El Legado Andalusí.
17
como la tramitación y, en su caso, el otorgamiento de las autorizaciones previstas en su
legislación reguladora.
• El estudio de las necesidades y la elaboración y ejecución de programas para el fomen-
to de la calidad del servicio público de museos y colecciones museográficas, espacios
culturales y enclaves, especialmente en materia de accesibilidad y atención a la per-
sona usuaria, y de desarrollo de programas y proyectos adecuados para optimizar la
conservación de las colecciones.
• La emisión de informe previo sobre los planes, planes directores, programas y, en ge-
neral, actuaciones museológicas o museográficas que afecten a los museos y coleccio-
nes museográficas, espacios culturales y enclaves.
• La dinamización cultural a través de los museos y colecciones museográficas, espacios
culturales y enclaves mediante el fomento de actividades culturales.
• El fomento, la implantación y aplicación de acuerdo con las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación de los sistemas integrados de información, documen-
tación y gestión en los museos, espacios culturales y enclaves de Andalucía, para opti-
mizar la difusión de sus colecciones y actividades culturales.
• La relación con las fundaciones y consorcios en los que participe la Consejería en el
ámbito de los museos y colecciones museográficas, espacios culturales y enclaves
y, en particular, las relaciones con la Fundación Museo Picasso Málaga, Legado Paul,
Christine y Bernard Ruiz-Picasso, sin perjuicio de las competencias que correspondan
a otros órganos directivos.
• Cualesquiera otras competencias que le atribuya la legislación vigente.
• Corresponde a la Dirección General de Museos y Conjuntos Culturales la tutela, promo-
ción y difusión, con fines de investigación, educación, disfrute y promoción científica
y cultural, de los museos y colecciones museográficas, espacios culturales y enclaves
competencia de la Comunidad Autónoma Andaluza. Igualmente, le corresponde la tu-
tela y gestión, de acuerdo con la normativa aplicable, de los museos de titularidad
estatal.
A través de la Dirección General de Museos y Conjuntos Culturales, dependen de la Conse-
jería de Turismo, Cultura y Deporte el Museo Íbero y, como servicios administrativos con ges-
tión diferenciada, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Museo de Málaga, el Conjunto Arqueo-
lógico de Madinat al-Zahra y el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera.
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• El fomento y la gestión de los archivos, bibliotecas y centros de documentación, y la
gestión, de acuerdo con la normativa aplicable, de los archivos y bibliotecas de titula-
ridad estatal.
• La tutela y acrecentamiento del patrimonio documental y bibliográfico andaluz, con
especial referencia al libro, la música y la cinematografía; la tramitación de los expe-
dientes de declaración de bienes de interés bibliográfico andaluz y la coordinación en
la gestión del Depósito Patrimonial Bibliográfico Andaluz y del depósito legal de acuer-
do con la normativa aplicable.
• La gestión, la protección, el acceso y la difusión de los documentos de titularidad pú-
blica y del Patrimonio Documental de Andalucía, así como la coordinación, planifica-
ción, organización y funcionamiento del Sistema Archivístico de Andalucía.
• El impulso, planificación, coordinación e inspección del Sistema Andaluz de Bibliote-
cas y Centros de Documentación, y el estudio y evaluación de las necesidades de acce-
so a los registros culturales y de información.
• La planificación y la elaboración de programas de fomento de la lectura y de la crea-
ción literaria y la promoción del libro.
• El apoyo a la creación de industrias creativas en el ámbito del libro y la edición.
• La relación con las fundaciones y consorcios en los que participe la Consejería en el
ámbito del patrimonio documental y bibliográfico y de la innovación y promoción cul-
tural, sin perjuicio de las competencias que correspondan a otros órganos directivos.
• El diseño y ejecución de las políticas de acción y promoción cultural y de las industrias
culturales, la innovación en el sector cultural, su promoción, difusión y la interlocución
y coordinación con los sectores y agentes sociales.
• El apoyo a la creación de industrias creativas en materia de teatro, música, flamenco,
danza, cinematografía y artes audiovisuales, de las artes visuales y de los bienes cultu-
rales. El fomento de la creación y el diseño de moda y de moda flamenca. La promo-
ción de la creación artística, así como el impulso a una cultura de innovación en el ám-
bito de las citadas industrias.
• La ejecución de la planificación de la acción cultural y su coordinación con otras insti-
tuciones públicas y privadas.
• El impulso de la participación de la sociedad en los procesos de creación, dinamiza-
ción cultural y obtención de recursos, a través del patrocinio, mecenazgo, voluntariado
y turismo cultural, así como el fomento de actividades culturales y la participación de
las entidades locales, agentes económicos y sociales.
• Las políticas de apoyo y promoción del arte contemporáneo y de los jóvenes creadores.
• La recuperación, investigación, conservación y puesta en valor del patrimonio inma-
terial del flamenco. El estudio de las necesidades y propuestas en materia de ense-
ñanza del flamenco, así como la interlocución y fomento de las relaciones con el teji-
do asociativo y otras entidades e instituciones públicas y privadas relacionadas con el
flamenco.
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• La edición de publicaciones oficiales de la Consejería.
• Cualesquiera otras competencias que le atribuya la legislación vigente.
A través de la Dirección General de Patrimonio Documental y Bibliográfico e Innovación y
Promoción Cultural, dependen de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte el Centro Anda-
luz de Documentación del Flamenco, el Centro Andaluz de la Fotografía, la Filmoteca de Anda-
lucía y la Fundación Pública Andaluza Barenboim-Said; y, como servicios administrativos con
gestión diferenciada, la Biblioteca de Andalucía y el Archivo General de Andalucía.
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Su composición es diversa, pero con un perfil más técnico, sobre todo, de personas exper-
tas de reconocido prestigio, muchas de ellas procedente de universidades andaluzas. Su ase-
soramiento es especializado según la temática.
Las Comisiones Provinciales de Patrimonio Histórico son órganos consultivos de apoyo a
la actuación de las Delegaciones Territoriales de la Consejería, es decir, que se constituye una
por cada provincia. Las Comisiones Provinciales están presididas por los delegados territoria-
les con competencia en patrimonio histórico. Están integradas por personal técnico de las mis-
mas Delegaciones; por personal de otras Delegaciones afines como ordenación del territorio y
urbanismo y por representantes de los municipios de la provincia. También la integran perso-
nas de reconocido prestigio en la materia y otros organismos o entidades relacionados con el
patrimonio histórico. Su función es de asesoramiento principalmente en:
• Autorizaciones para la realización de intervenciones en bienes afectados por la decla-
ración de interés cultural.
• Propuestas de inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
• Propuestas de declaración de zonas de servidumbre arqueológica.
21
Centro municipal de cultura (Churriana de la Vega, Granada). Fuente: Ayuntamiento de Churriana de la Vega
22
• Las de expropiación y sanción.
Estas facultades, junto con el privilegio de ejecutividad y ejecutoriedad y la facultad de ins-
pección, confieren a la Administración local un conjunto de poderes que suponen un potente
instrumento para proteger el patrimonio histórico en su término municipal (TM).
En segundo lugar hay que citar las funciones municipales con incidencia en el patrimonio
histórico, como son:
• La actividad de fomento que se ejercita a través de las ayudas directas y las subven-
ciones.
• El establecimiento de premios y distinciones para promoción, defensa, conservación…
del patrimonio histórico.
• Y, muy especialmente, la prestación del servicio público cultural (artículo 25.1 LRBRL).
Los Ayuntamientos pueden ser titulares de museos, sitios arqueológicos, etc. (si bien
las diputaciones provinciales son, en este ámbito, los entes locales con mayores servi-
cios prestacionales).
Estas funciones se amplían de forma considerable en el caso de los municipios que tienen
parte de su TM incorporado a un sitio o conjunto histórico, lo cual deriva en un régimen espe-
cial municipal.
Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español reserva un papel esencialmente cooperador
a los Ayuntamientos. Además, les atribuye las siguientes funciones específicas:
• Audiencia preceptiva en el procedimiento de declaración de bien de interés cultural
(BIC) para los inmuebles ubicados en su TM.
• Obligación de redactar un plan especial de protección del área declarada BIC como
conjunto histórico, sitio histórico o zona arqueológica.
• Capacidad de declaración de ruina de los inmuebles BIC.
• Capacidad de establecer exenciones a través de las ordenanzas municipales de carác-
ter fiscal en los tributos e impuestos municipales.
• Existencia de responsabilidad por otorgar licencias sin la autorización del órgano auto-
nómico en bienes protegidos.
Si bien es cierto que la citada ley contiene el núcleo fundamental de las atribuciones mu-
nicipales en patrimonio histórico, no agota la legislación estatal, con relación directa o indi-
recta, en el ámbito de las funciones y capacidades municipales en la materia. En este sentido,
la legislación urbanística es el paquete normativo más potente de aplicación. Como norma
de aplicación más trascendente encontramos la Ley 8/2007, de 28 de mayo, de suelo, en la
que se incluyen numerosos preceptos con incidencia en la actuación municipal en patrimo-
nio histórico.
En primer lugar, el artículo 12.2.a, que considera como suelo rural los terrenos excluidos de
urbanización por la legislación de patrimonio histórico estableciendo una importante norma
23
de protección y conservación de los espacios culturales al preservarlos de las transformaciones
que el proceso urbanístico puede generar, especialmente operativo para los conjuntos arqueo-
lógicos alejados de cascos urbanos (Madinat Al-Zahra, etc.).
Un segundo precepto se refiere al de-
ber de conservación de las edificaciones,
por su propietario, en condiciones de segu-
ridad, salubridad y ornato público, a los que
se añade el deber de protección de los patri-
monios arqueológicos y el de rehabilitación.
Este deber implica la conservación y la vigi-
lancia municipales de su realización a través
de la función inspectora y mediante el ejer-
cicio de las potestades de mandato y obras
subsidiarias.
Un tercer bloque lo constituyen las re-
ferencias al contenido y características de
los planes especiales de protección (habili-
tación para la expropiación por razones his-
tórico artísticas; normas de aplicación direc-
ta y respecto al entorno ambiental y cultural
de la edificaciones; preceptos correlativos
sobre capacidad de realizar órdenes de eje-
cución y los efectos de su incumplimiento).
Por su parte, en lo que se refiere a las
competencias emanadas de la legislación
autonómica, indicar que la capacidad legis-
lativa de protección del patrimonio histórico
corresponde a las Comunidades Autónomas
(CC.AA.), conforme las competencias conte-
nidas en los respectivos estatutos de auto-
nomía en las materias indicadas. El Tribunal
Madinat Al-Zahra (Córdoba) (Juan Carlos Cazalla Montija- Constitucional ha interpretado la Ley del Pa-
no, 2007). Fuente: Repositorio de Activos Digitales del IAPH trimonio Histórico Español en el sentido de
indicar que la mayor parte de las competen-
cias corresponden a las CC.AA., y que el título del artículo 149.1.28.ª de la Constitución Españo-
la, atribuido a la Administración General del Estado, lo es para competencias de lucha contra la
expoliación y la exportación.
En virtud de estos títulos competenciales se han aprobado leyes autonómicas de patrimo-
nio histórico, así como otras reguladoras de aspectos con relación directa en la materia (par-
ques arqueológicos, bibliotecas, museos, archivos…) que no siempre respetan el núcleo de las
funciones municipales previstas por la norma estatal. En este ámbito, el Parlamento de Andalu-
cía aprobó la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía.
Esta ley establece varios controles por parte de la C.A. sobre la actuación local y marca
obligaciones y servicios y disposiciones de obligado cumplimiento por los Ayuntamientos con
24
respecto a los bienes de interés cultural y otros elementos y sistemas de protección en sus co-
rrespondientes TM. Como instrumento más potente indicar que la declaración de conjunto his-
tórico, sitio histórico o zona arqueológica como BIC determina la obligación para el municipio
o municipios en que se encontraren de redactar un Plan Especial de Protección (PEP) del área
afectada por la declaración u otro instrumento de planeamiento que cumpla las exigencias es-
tablecidas. El PEP establecerá para los usos públicos el orden prioritario de su instalación en
los edificios y espacios aptos para ello. Igualmente, contemplará las posibles áreas de rehabili-
tación integrada que permitan la recuperación del área residencial y de las actividades econó-
micas adecuadas. También deberá contener los criterios relativos a la conservación de facha-
das y cubiertas e instalaciones sobre las mismas, etc. Desde la aprobación definitiva del PEP,
los Ayuntamientos son competentes para autorizar directamente las obras que desarrollen el
planeamiento aprobado y que afecten a inmuebles que no sean monumentos ni jardines his-
tóricos, ni estén comprendidos en su entorno.
Otro elemento de protección puramente municipal es la inclusión de los inmuebles
históricos en los denominados Catálogos de Edificios Protegidos que implica la asunción,
por parte de la propia Administración local, de un grado de protección sobre determinados
inmuebles.
Un importante paquete de atribuciones municipales en patrimonio histórico es el corres-
pondiente a la gestión urbanística y, concretamente, las técnicas relativas a la gestión para la
compensación de las cargas eventualmente implícitas en las determinaciones destinadas a la
protección del patrimonio cultural. Pero es en materia de disciplina urbanística (licencias, ins-
pecciones y protección de la edificación) donde la legislación autonómica otorga mayor pro-
tagonismo a la Administración local. Así, en declaración de ruina, la local afectada será la Ad-
ministración pública competente para declarar dicha situación y ordenar su demolición, con
independencia de que se trate de un edificio histórico-artístico, integrante de un conjunto his-
tórico o de una construcción ordinaria. Supuesto singular es la ruina inminente, puesto que el
bien jurídico del patrimonio cultural o la defensa de la cultura nunca puede prevalecer sobre
la seguridad e integridad física de las personas, tal y como ha señalado nuestra jurisprudencia;
eso sí, tiene que venir determinada por un técnico competente bajo su responsabilidad la exis-
tencia de dicha ruina con carácter inminente.
Por su lado, la Ley 5/2010, de 11 de junio, de Autonomía Local de Andalucía establece el
patrimonio histórico como una de las materias en las que los municipios pueden prestar servi-
cios y ejercer competencias sobre actividades e instalaciones culturales, archivos, bibliotecas,
museos, conservatorios de música y centros de bellas artes, lo cual amplia y completa lo dis-
puesto en la LRBRL estatal.
25
Nota aparte debemos dedicar al papel de las grandes ciudades en la tutela, salvaguarda y
acrecentamiento del patrimonio histórico y cuyo gran potencial puede implicar perfectamente
la asunción de funciones, aun superiores, a las que normalmente se delegarían por las Comu-
nidades Autónomas. El potencial cultural y económico de estos grandes Ayuntamientos tiene
un gran calado social y una gran proyección. Más de la mitad del empleo público del sector
cultural corresponde a la Administración local. Esta, al ser la Administración más próxima a la
ciudadanía, es la que siente con más urgencia la necesidad de esta clarificación de responsa-
bilidades. Es decir, la especificación de cuáles son los marcos competenciales que establece la
ley para cada Administración, cuáles los recursos financieros para desarrollarlos debidamente.
Museos, archivos y bibliotecas son las instituciones encargadas de la salvaguarda del rico
patrimonio cultural de Andalucía. Son lugares de la memoria donde se reúne, custodia y con-
serva una gran parte nuestro acervo cultural para su transferencia a la sociedad que lo ha ido
generando a lo largo de los siglos, erigiéndolo en las señas de nuestra identidad cultural, una
herencia a conservar para el disfrute de las futuras generaciones. La Ley 16/1985, de 25 de junio,
del Patrimonio Histórico Español y las leyes andaluzas de patrimonio histórico (Ley 14/2007,
de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía), de museos (Ley 8/2007, de 5 de
octubre, de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía) y de documentos, archivos y
patrimonio documental (Ley 7/2011, de 3 noviembre, de Documentos, Archivos y Patrimonio
Documental de Andalucía) son los instrumentos que garantizan una efectiva cohesión entre las
instituciones para una eficaz tutela.
Los museos son una de las entidades encargadas de velar por el patrimonio histórico de
nuestra Comunidad (Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía) y la Ley 8/2007, de 5 de octubre,
de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía los define como aquellas “instituciones
de carácter permanente, abiertas al público, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, que,
con criterios científicos, reúnen, adquieren, ordenan, documentan, conservan, estudian y exhi-
ben, de forma didáctica, un conjunto de bienes, culturales o naturales, con fines de protección,
investigación, educación, disfrute y promoción científica y cultural”. Dentro de este concepto se
integran tanto los bienes muebles como los inmuebles y, con ello, los conjuntos culturales de
Andalucía, que, a efectos de la ley, tienen la consideración de instituciones museísticas.
En una segunda categoría, contempla la ley las colecciones museográficas y las define
como aquellas que, sin reunir todos los requisitos de aquellos, se encuentren abiertas de for-
ma permanente al público (Ley 14/2007).
Esta definición es heredera de la que en 1974 enunció el ICOM (Consejo Internacional de
Museos), a la que también remite la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Es-
26
pañol. Así, integra tanto bienes culturales como naturales e incluye bienes muebles, así como
inmuebles con valores históricos, artísticos, arqueológicos, etnológicos, industriales o de cual-
quier otra naturaleza cultural. Su finalidad última es la transmisión de los valores de nuestro
patrimonio cultural mediante de un discurso articulado a través de su colección.
Frente a la concepción decimonónica de aquellos museos que estaban al alcance tan solo
de unos cuantos privilegiados, hoy el museo se concibe como un espacio de la cultura, abierto
a todos los públicos, un espacio de encuentro, donde conocer nuestro legado cultural, al servi-
cio de la comunidad en su conjunto y que se enorgullece de ser un punto de encuentro, donde
se desarrollan importantes experiencias en relación con el público. Una línea de trabajo poten-
ciada desde el propio Ministerio de Cultura y Deporte con la puesta en marcha del programa
Museos más sociales (Azor Lacasta et ál. 2013-2014).
En esta línea, entre las experiencias puestas en marcha por numerosas instituciones (Cae-
rols-Mateo, Viñaras-Abad y González-Valles 2017) en Andalucía destacamos las desarrolladas
por el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera con una programación de gran calidad
(Enríquez Arcas 2012), junto con el Conjunto Arqueológico de Madinat Al-Zahra, exponentes del
patrimonio mundial de Andalucía (Pizarro Moreno 2017).
La planificación estratégica es uno de los criterios que se perfilan como fundamentales en
la gestión de los museos en Andalucía, como ha recogido la ley en su artículo. Esta herramienta
se manifiesta de gran ayuda a la hora de planificar un nuevo museo, con base en un diagnóstico
y con la asignación de unos objetivos claros, a partir de unos criterios bien definidos (Chinchilla
Gómez 2008), que contemplan todas las particularidades de estas entidades. Un buen ejemplo
27
de los resultados de una buena planificación es el Museo de Málaga (Morente del Monte 2007,
2013), que compendia dos colecciones anteriores muy dispares (Morente del Monte 2017).
En el artículo 59.1. de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, los
archivos aparecen definidos como los conjuntos orgánicos de documentos o la reunión de va-
rios de ellos reunidos por las personas jurídicas, públicas o privadas, en el ejercicio de sus acti-
vidades, al servicio de su utilización para la investigación, la cultura, la información y la gestión
administrativa.
Asimismo, se entiende por archivos las instituciones culturales donde se reúnen, conser-
van, ordenan y difunden con los fines anteriormente mencionados dichos conjuntos orgánicos
(Ley 16/1985). La Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía lo define también en términos muy
similares.
En realidad, el término archivo es una palabra polisémica, y atendiendo a su triple significado
el Diccionario de Terminología Archivística lo define a través de tres acepciones: en primer lugar,
como un conjunto orgánico de documentos producidos y/o recibidos en el ejercicio de sus fun-
ciones por las personas físicas o jurídicas, públicas y privadas; en segundo lugar, como la institu-
ción cultural donde se reúnen, conservan, ordenan y difunden los conjuntos orgánicos de docu-
mentos para la gestión administrativa, la información, la investigación y la cultura; y por último, el
archivo es también el local donde se conservan y consultan los conjuntos orgánicos de documen-
tos (Ministerio de Cultura y Deporte 1995). Teniendo en cuenta lo anterior, en el contexto de este
curso, hacemos referencia a la segunda definición que da el Diccionario antes citado, es decir, el
archivo como institución cultural donde se gestiona, custodia, preserva y difunde el patrimonio
documental generado por organismos, entidades y personas físicas y jurídicas.
¿Cuáles son, en general las funciones de estas instituciones culturales? Los archivos gestio-
nan y sirven los documentos, prueban el desarrollo de actividades, custodian la memoria de
28
las sociedades, certifican derechos y son fuentes de información primaria para la investigación
y la cultura. Por su parte, los archivos, según su titularidad, pueden ser públicos o privados. Los
primeros a su vez, suelen clasificarse según su función en la cadena documental (archivos de
gestión o archivos históricos) o en función del ámbito territorial de la Administración titular (ar-
chivos estatales, archivos autonómicos, archivos locales). Por su parte los de titularidad priva-
da se clasifican en función del tipo de persona física o jurídica que los genera; así, podemos en-
contrar archivos eclesiásticos, archivos de empresa, archivos nobiliarios, archivos personales…
Los archivos de titularidad pública son de libre acceso para toda la ciudadanía y sus docu-
mentos podrán ser consultados con las excepciones establecidas en la legislación competente.
En todo caso, el acceso a los documentos del patrimonio documental de Andalucía queda ga-
rantizado, tal y como se recoge en la Ley 7/2011, de 3 de noviembre de Archivos, Documentos y
Patrimonio Documental de Andalucía.
Entre las instituciones archivísticas de Andalucía podemos destacar: el Archivo General de
Indias, el Archivo de la Chancillería de la Granada, el Archivo General de Andalucía, los ocho
Archivos Históricos Provinciales, el Archivo del Parlamento de Andalucía o el Archivo de la Al-
hambra y el Generalife, entre otros; así como muchos archivos históricos municipales. Entre los
archivos de titularidad privada podemos destacar el Archivo de la Fundación Casa Medina Si-
donia o el Archivo Histórico Viana.
Depósito del Archivo del IAPH (Sevilla) (Juan Carlos Cazalla Montija-
no, 2008). Fuente: Repositorio de Activos Digitales del IAPH
29
Para poder conocer cuáles son, qué documentos custodian y cómo podemos acceder a
ellos, las Administraciones culturales han creado una serie de recursos de información on-li-
ne que reúnen y mantienen toda la información relativa a estas instituciones. Así, a través del
Portal de Archivos de Andalucía y el Portal de Archivos Españoles obtenemos información so-
bre los archivos de ámbito territorial autonómico y estatal, respectivamente. Además, cada vez
son más los archivos que están digitalizando sus fondos y haciéndolos accesibles a través de la
web. Un buen ejemplo se encuentra en la plataforma PARES en el caso de los archivos estatales
y la plataforma @rchivAWeb para los archivos andaluces.
30
mía, Documentación y Museística) en el ámbito español. En cuanto a las redes, en el caso
español destaca, entre otras, la Red de Bibliotecas Universitarias Españolas (REBIUN). En el
caso de Andalucía, existen dos importantes redes que conforman el Sistema Andaluz de Bi-
bliotecas y Centros de Documentación: la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía y la Red
de Centros de Documentación y Bibliotecas Especializadas (Red IDEA), ambas con potentes
catálogos colectivos de sus fondos.
Las bibliotecas necesitan avanzar en su compromiso con la sociedad, por lo que tienen que
adaptarse a la nueva realidad tecnológica, que en la actualidad pasa por dotar a la sociedad de
acceso a la información y el conocimiento. La ciencia abierta y las bibliotecas virtuales son dos
buenas formas para ello. Buenos ejemplos son Hispana, el portal de acceso al patrimonio digi-
tal y el agregador nacional de contenidos a Europeana, que reúne las colecciones digitales de
archivos, bibliotecas y museos españoles, o la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico,
que permite el acceso a fondos digitalizados que provienen de bibliotecas, archivos y museos
de instituciones públicas y privadas. En el caso andaluz es de destacar la Biblioteca Virtual de
Andalucía, de acceso libre y gratuito y cuyo objetivo es reunir y proporcionar documentos digi-
talizados de interés para el estudio, conocimiento y divulgación de la cultura andaluza.
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) fue creado en 1989 por el Gobierno de
Andalucía para contribuir al desarrollo de las políticas regionales de cultura, con una visión del
patrimonio integral y multidisciplinar.
Agencia pública empresarial desde 2007, dependiente de la Consejería de la Junta de An-
dalucía que tenga atribuidas las competencias en materia de cultura, y acreditado como insti-
tuto de investigación desde 2011, el IAPH participa en la generación de conocimiento innova-
dor en patrimonio, y en su transferencia, y ayuda a orientar las políticas culturales como factor
de desarrollo y crecimiento inteligente en Andalucía.
Hoy está consolidado como un centro especializado de referencia en la esfera nacional e
internacional, y ocupa un papel central en el patrimonio cultural.
Su misión es avanzar en patrimonio para el crecimiento y bienestar social (el IAPH existe
para generar conocimiento innovador en patrimonio, transferirlo y orientar las políticas cultu-
rales como factor de desarrollo y crecimiento inteligente en Andalucía), y su visión, alcanzar la
excelencia institucional y consolidar el liderazgo en investigación e innovación para la sosteni-
bilidad social y territorial del patrimonio cultural.
Entre los valores de la institución destacan su especialización, visión integradora, media-
ción y participación, así como la innovación, ejemplaridad, compromiso y orientación al ser-
vicio público. El trabajo en equipo e interdisciplinariedad, y la transparencia y comunicación,
también se suman como valores corporativos.
31
Vista parcial de las cubiertas. Sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (Sevilla) (Juan
Carlos Cazalla Montijano, 2007). Fuente: Repositorio de Activos Digitales del IAPH
IV.7.2. Normativa
Desde su creación como servicio administrativo sin personalidad jurídica propia por el De-
creto 107/1989, de 16 de mayo, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico fue ejerciendo ac-
tuaciones en materia de protección, investigación, difusión, conservación y restauración del
patrimonio histórico y sus instituciones, sin perjuicio de que dichas actuaciones se fueran en-
marcando en las líneas generales de las actividades científicas y de desarrollo tecnológico que
establecía el Plan Andaluz de Investigación.
Posteriormente, la Ley 5/2007, de 26 de junio, por la que se crea como entidad de derecho
público el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, establece que el IAPH se configure como
un organismo cuyos fines son la intervención, investigación e innovación, documentación, co-
municación y desarrollo del patrimonio cultural en el marco de los planes de investigación, de-
sarrollo e innovación de la Junta de Andalucía. La ley determina que el Instituto Andaluz del Pa-
trimonio Histórico goza de personalidad jurídica propia, de plena capacidad jurídica y de obrar
para el cumplimiento de sus fines.
IV.7.2.1. Funciones
El Decreto 75/2008, de 4 de marzo, por el que el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
se adapta a la Ley 9/2007, de 22 de octubre, de la Administración de la Junta de Andalucía, y
se aprueban sus Estatutos, reconoce que constituyen fines generales del IAPH la intervención,
investigación, conservación y valorización del patrimonio cultural, así como la innovación, la
transferencia de conocimiento y el establecimiento de pautas para la tutela del patrimonio cul-
tural, mediante el ejercicio de las siguientes funciones, entre otras:
• La realización de actuaciones en materia de investigación del patrimonio histórico en
el ámbito de sus competencias.
• El desarrollo de proyectos y actuaciones en materia de conservación y restauración del
patrimonio histórico.
32
• El análisis, estudio, desarrollo y difusión de teorías, métodos y técnicas aplicadas a la
tutela del patrimonio histórico y a su protección, conservación, gestión, investigación y
difusión.
• La realización de programas, planes, informes, diagnósticos, proyectos y actuaciones
en materia de investigación, documentación, protección, intervención y comunicación
de los bienes culturales.
• La integración, coordinación y sistematización de la información y documentación en
materia de patrimonio histórico, con la finalidad de contribuir al estudio y conocimien-
to de los bienes culturales de Andalucía.
• El establecimiento de planes de formación de especialistas en los distintos campos del
patrimonio histórico, promoviendo y organizando actividades formativas y fomentan-
do la colaboración con entidades tanto públicas como privadas.
• La asistencia técnica y la prestación de servicios especializados en materia de patrimo-
nio cultural.
• La celebración de convenios de colaboración y cooperación con otras Administracio-
nes Públicas y entidades públicas y privadas, necesarios para el desarrollo de sus fun-
ciones, tanto en el ámbito nacional como internacional, prestando especial atención a
los convenios de colaboración con las Universidades públicas de Andalucía en materia
de formación e investigación.
• Participar en organizaciones, asociaciones y entidades públicas nacionales e interna-
cionales relacionadas con sus fines, ya sea en nombre propio, ya formando parte de las
delegaciones de la Administración de la Junta de Andalucía.
• Cualquier otra que le sea encomendada por la Consejería competente en materia de
cultura, de conformidad con sus fines. El Instituto deberá ejecutar con carácter obliga-
torio las actividades que le sean encomendadas por la Consejería de acuerdo con sus
competencias.
El mismo Decreto 75/2008, de 4 de marzo, determina que el Instituto desarrollará sus fines
en el marco de los planes de investigación, desarrollo e innovación de la Junta de Andalucía y
de acuerdo con la política de investigación, protección, conservación y difusión de bienes cul-
turales que determine la Consejería competente en materia de cultura, la cual fijará los objeti-
vos y directrices de actuación de aquel, efectuará el seguimiento de su actividad y ejercerá, sin
perjuicio de otras competencias que el ordenamiento jurídico le atribuya, el control de eficacia
y financiero de acuerdo con la normativa vigente.
En este ámbito, el 14 de febrero de 2011 el IAPH fue acreditado como agente del Sistema
Andaluz del Conocimiento, bajo la figura de Instituto de Investigación (n.º de registro AC-00217-
II). Se apuesta por seguir reforzando su potencial como entidad innovadora, incorporando per-
manentemente a sus procesos y servicios tanto los conocimientos generados internamente
como otros externos y como agente científico, a través del desarrollo de proyectos de I+D, con
33
Laboratorios del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (Sevilla)
El Decreto 414/2008, de 15 de julio, por el que se modifican los Estatutos del Instituto Anda-
luz del Patrimonio Histórico, aprobados por el Decreto 75/2008, de 4 de marzo, define que los ór-
ganos de gobierno y dirección del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico son los siguientes:
• La Presidencia.
• La Vicepresidencia primera.
• La Vicepresidencia segunda.
• El Consejo Rector.
• La Dirección.
La persona titular de la Consejería competente en materia de cultura ostentará la Presiden-
cia del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Son atribuciones de la Presidencia:
34
• La superior representación institucional del Instituto y de su Consejo Rector.
• Ordenar la convocatoria de las sesiones del Consejo Rector, fijando el orden del día,
señalando lugar, día y hora de celebración, y levantar las sesiones.
• Presidir y dirigir las deliberaciones del Consejo Rector y, en su caso, dirimir los posibles
empates con voto de calidad.
• Dirigir los trabajos del Consejo Rector y velar por el cumplimiento de los acuerdos que
se adopten.
• Cualesquiera otras que le atribuyan los presentes Estatutos o el Reglamento de Régi-
men Interior.
El Decreto 75/2008, de 4 de marzo, por el que el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
se adapta a la Ley 9/2007, de 22 de octubre, de la Administración de la Junta de Andalucía, y
se aprueban sus Estatutos conviene que el Consejo Rector es el órgano superior del Instituto,
que ostenta la alta dirección, gobierna la entidad y establece las directrices de actuación de la
misma, de conformidad con las emanadas de la Consejería competente en materia de cultura.
Las transformaciones de nuestra sociedad en los últimos años han generado nuevos desa-
fíos que afectan directamente al concepto y potencialidad del patrimonio cultural, al rol de las
instituciones públicas y a las funciones de los agentes que se dedican al conocimiento, valora-
ción y cuidado de los bienes culturales, en todas sus dimensiones.
Como recoge su Plan Estratégico 2021-2025, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
se enfrenta a los siguientes retos de futuro:
35
IV.7.4.1. Patrimonio cultural como recurso para mejorar la calidad de vida
y el equilibrio territorial en Andalucía
36
Línea estratégica 2.3. Redefinir las capacidades y actualizar los medios humanos y materia-
les de la organización. Los recursos humanos y materiales del IAPH suponen su mayor activo y
representan una ventaja competitiva que se debe sostener y mejorar a largo plazo. El objetivo
es optimizar al máximo los medios ya existentes, al tiempo que se generan nuevas capacidades
que sean únicas y diferenciadoras, tanto a través de la incorporación y capacitación de las per-
sonas como en la provisión de equipamientos e infraestructuras.
IV.7.4.3. Capacidad instrumental del IAPH y relaciones con los grupos de interés
Línea estratégica 3.1. Fomentar la capacidad instrumental del IAPH e implementar herra-
mientas y procedimientos para la gestión de las relaciones con los grupos de interés. El IAPH
reúne las condiciones necesarias para participar plenamente en los nuevos modelos de tutela
del patrimonio cultural a través del conocimiento especializado y la puesta a disposición de su
dotación científico-técnica. Esta capacidad de generar conocimiento innovador en patrimo-
nio resulta de interés no solo para las Administraciones, sino para todo un amplio espectro de
agentes, para lo cual resulta necesario establecer mecanismos que permitan anticipar la apa-
rición de problemas, identificar necesidades de grupos de interés y promover el desarrollo de
las soluciones conceptuales y operativas más apropiadas en cada caso.
Línea estratégica 3.2. Desarrollar una nueva política de servicios alineada con los conoci-
mientos y capacidades. Para una correcta prestación de los servicios el IAPH precisa impulsar el
desarrollo de sus capacidades técnicas y operativas, fomentando la actualización metodológi-
ca y la incorporación de los conocimientos generados. El objetivo es cualificar la prestación de
los servicios desde modelos de gestión patrimonial sostenible, transparente y eficaz, mejoran-
do la capacidad de respuesta ante las demandas de la sociedad. Hay que aspirar a lograr altos
niveles de eficiencia tanto en la conceptualización como en el rendimiento, con resultados que
se reflejen en la evaluación de la calidad del servicio.
Línea estratégica 3.3. Avanzar en una cultura organizativa y de las personas basada en mo-
delos de gestión contrastados. La cultura organizativa del IAPH debe reflejar sus mejores cuali-
dades, tanto a nivel interno como en su proyección exterior, expresando valores y actitudes que
son únicos y diferenciadores. Hay que aspirar a una cultura organizativa sólida, basada en mo-
delos contrastados por instituciones de referencia, y que impulse el desempeño de los miem-
bros de la plantilla, con la cual todo el mundo se identifique y que brinde motivación. Para ello
es necesario desarrollar actuaciones que permitan transformar nuestra visión y valores en in-
signia positiva de la agencia, de manera que los trabajadores se identifiquen plenamente con
lo que se transmite socialmente.
37
con gran interés desde los medios de comunicación, con enorme eco en la literatura, el cine y
la televisión.
Más allá del expolio y el tráfico de bienes, sobre todo los arqueológicos practicados desde
hace siglos, podemos establecer el hecho del robo de la Gioconda en el Museo del Louvre en
1911 como el origen moderno de este interés social mediático por el hecho delictivo sobre el
patrimonio. Un interés por la sustracción o la investigación derivada, así como por su narración,
del que podemos encontrar algunos ejemplos muy significativos. Los robos continuados en el
tiempo y en rincones muy dispares de obras de arte, más accesibles las contemporáneas por
conservarse más volumen de obra en colecciones a su vez diversas. La fijación por algunos ar-
tistas, sobre todo Van Gogh, pero también por Manet, Matisse, Picasso o Munch cuyo cuadro de
El Grito ha sido robado dos veces en los últimos años… Pero también por obras muy significati-
vas para la historia de la humanidad, baste recordar la azarosa vida de piezas como el Políptico
de Gante, el Salero de Francisco I de Francia de Cellini o el Retrato del duque de Wellington de
Goya. Robado pocos días después de su compra por la National Gallery de Londres en 1961, el
lienzo fue objeto ficticio de coleccionismo del malvado villano de la primera película de la serie
Bond (Dr. No, 1962) cuando la obra aún estaba desaparecida y la sociedad anglosajona seguía
minuciosamente los avances de la investigación en curso.
La habilidad para sortear barreras y medidas de seguridad pronto requirió de la especiali-
zación policial y el establecimiento de penas para resarcir los daños, pérdidas o especulación
con el patrimonio. Respecto al establecimiento de penas, estas dependen del ámbito geográ-
fico en el que se localicen, aunque hay que destacar que, desde la reforma del Código Penal
español de 1995, en el Título XIII se estipulan una serie de delitos y penas de multa o de prisión,
siempre en función del alcance y el valor de lo delinquido.
Respecto a la persecución del esclarecimiento de los delitos, desde el final de la Segunda
Guerra Mundial, con el icono de la MFAA Momuments, Fine Arts and Archives creada por el pre-
sidente Roosevelt con sus Monuments Men, ha sido clave la investigación especializada inter-
nacional sobre el tráfico o robo de obras de arte y arqueología. En este espíritu se impulsa la
Interpol en 1946, siendo reconocida como organización policial entre países por las Naciones
Unidas en 1970, partiendo de ahí el desarrollo de ámbitos policiales nacionales.
El cariz internacional de los delitos y la —hasta ahora— común relajación de fronteras en-
tre los Estados desde el final del siglo XX ha hecho necesaria esta especialidad policial entre
países, pues los delitos contra el patrimonio cultural “son una actividad de poco riesgo para
los delincuentes y de alta rentabilidad económica”. El elevado mercado negro del patrimonio,
actualmente fomentado por el enriquecimiento fácil de las mafias, el terrorismo internacional o
el ISIS ha conllevado la necesidad de la puesta en común de herramientas y objetivos de Interpol
con las policías de los distintos países socios. Recientemente, en 2015, la UNESCO ha insistido en
este problema con una nueva Declaración para frenar el tráfico ilícito de bienes culturales.
Para ello, Interpol insiste desde su especialización en la creación de potentes bases de da-
tos comunes a los países participantes que faciliten la localización e identificación de bienes.
Una de las herramientas fundamentales fue la “Object ID”, una norma internacional creada por
el Getty Information Institute, traducida a 17 idiomas y aceptada por las Administraciones cul-
turales de los países. Con ella se establece un marco común para la descripción de los bienes
culturales, facilitando su identificación en caso de robo, incluyendo algunos campos como las
38
Efebos. Fuente: Brigada de Patrimonio Histórico, Unidad Central de Delincuen-
cia Especializada y Violenta. Comisaría General de la Policía Judicial
medidas, medio o materiales utilizados, tema, autor/artista y cualquier elemento distintivo, así
como orientaciones sobre cómo fotografiar el objeto.
La Interpol analiza las tendencias en la metodología para el robo de los bienes culturales,
intentando anteponerse a los propios delitos. Establece listas de los bienes de mayor impor-
tancia en paradero desconocido, difundidas semestralmente desde los años cincuenta del si-
glo XX. La falsificación de obras de arte y arqueología es otro de los delitos más comunes contra
el patrimonio que se persiguen desde la gestión internacional. Como ejemplo, en la frontera de
Turquía con el Líbano en 2016 se incautaron 16.000 piezas arqueológicas de las que un tercio
eran falsas. No menos importante ha sido en las últimas décadas la coordinación de Interpol
sobre el ingente movimiento internacional de objetos de interés patrimonial. Viajeros por to-
dos los medios de transporte, las obras de arte o arqueológicas de países lejanos se han incor-
porado a nuestra vida cultural, apareciendo en exposiciones o muestras temporales en todos
los museos y ciudades del planeta, traspasando fronteras, superando riesgos impensables an-
teriormente. El tráfico de estos bienes, llevados a cabo por empresas de transporte especializa-
do, también es coordinado desde la Organización Internacional de la Policía Criminal.
En 2019, tras las últimas declaraciones de las Naciones Unidas, se insistía en la necesidad
de la existencia de unidades especializadas contra los delitos del patrimonio en todos los paí-
ses socios. En funcionamiento desde 1969, el cuerpo de los Carabinieri italianos son los de
más años de experiencia, incluso con secciones dedicadas a las crisis internacionales. España,
39
como miembro de Interpol, colabora en la actualidad desde las dos unidades de la policía ju-
dicial dedicadas a la investigación en la materia.
Pionera en España desde finales de la década de 1970, tomando conciencia de la multitud
de pequeños robos en yacimientos y monumentos rurales, se crea en la Guardia Civil la Unidad
de Servicios Especiales dependiente de la Segunda Sección del Estado Mayor, que centraría
toda la información referente a los robos cometidos, con el fin de crear un archivo común de
bienes sustraídos o personas detenidas. En 1987 pasan las competencias a las Unidades de la
Policía Judicial, creándose según está definido en el Reglamento (Real Decreto 64/1994) de la
Ley del Patrimonio Histórico Español (16/1985) el Grupo de Patrimonio de la Unidad Central
Operativa del Servicio de la Policía de la Guardia Civil. Este grupo actúa en la investigación y
persecución de las infracciones contra la ley, en colaboración con el Ministerio de Cultura o los
órganos competentes en la aplicación de las leyes del patrimonio histórico de las diferentes au-
tonomías. Sus objetivos, similares a los internacionales, buscan la centralización de la informa-
ción, la colaboración con los organismos públicos dedicados a la aplicación de la legislación
y normativa sobre el patrimonio, así como colaborar con otras unidades especializadas a nivel
internacional, especialmente con las de los países fronterizos e Italia.
En la Unidad de la Guardia Civil es muy conocido el SEPRONA (Servicio de Protección de la
Naturaleza) por ser el encargado de las actuaciones en expolios de yacimientos arqueológicos,
aunque también cuentan con servicios especializados marítimos, fiscal (para controlar fronte-
ras, aduanas y tráfico ilegal de obras) o de investigación y coordinación. Desde hace décadas,
el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico viene colaborando con distintas operaciones que
han sido coordinadas por este servicio del Ministerio Fiscal, con casos muy mediáticos, como
la Operación Casiopea (conocida por el nombre de la empresa Odyssey) o la operación Marsal.
En el mismo ámbito fiscal de los delitos contra el patrimonio está la Brigada del Patrimonio
Histórico de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría General
de la Policía Nacional de España. La Brigada actúa también sobre todo tipo de bien artístico y
arqueológico, tanto en tierra como en subacuático, investigando todas las agresiones contra el
patrimonio en el ámbito nacional, de titularidad pública o privada. Su estructura parte en árbol
desde los servicios centralizados a todas las comisarías provinciales, en las que figura un res-
ponsable en este tipo de hechos. En los últimos años, la especialización ha estado centrada en
la resolución de numerosas desapariciones de obras de arte o arqueológicas, favorecidas por
el cierre de conventos y monasterios o la despoblación. Fruto de estas sustracciones se ha ele-
vado la venta, subasta o exportación ilícita de este tipo de bienes. Entre otras, muy célebre fue
la participación de esta Brigada en la resolución del robo del Códice Calixtino de la catedral de
Santiago de Compostela. En colaboración con la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte y el
IAPH, recientemente se ha solventado el intento de venta de algunos importantes bienes pro-
cedentes de conventos de clausura cerrados de nuestra comunidad. La recuperación de un San
Jerónimo del pintor Sebastián Martínez, ya depositado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el
servicio pericial para la identificación y datación de más de 200 piezas incautadas en Granada,
supuestamente fruto de la sustracción durante décadas en otros cenobios de esta provincia, o
el caso de la Santa Rosa de Viterbo, localizada tras un intento de subasta en Nueva York, han
contado con la colaboración del IAPH.
También, desde 1993 nuestra Comunidad Autónoma cuenta con una Unidad de la Policía
Nacional adscrita a la Junta de Andalucía, que depende orgánicamente del Ministerio del In-
terior y funcionalmente de las Autoridades de la Comunidad Autónoma de Andalucía, y que
40
Excavación arqueológica. Fuente: Sección de Patrimonio Histórico, Unidad Central Operativa (UCO). Guardia Civil
cuenta entre sus competencias con la protección del patrimonio histórico y artístico y la inves-
tigación de ese tipo de delitos.
Como se ha visto en algunos de los ejemplos, el Instituto ha colaborado con los Cuerpos
y Fuerzas de Seguridad del Estado desde el ámbito de sus competencias en aspectos que han
favorecido el esclarecimiento tanto de delitos como de su alcance. La elaboración de informes
periciales, no solo vinculada al robo, expolio o falsificación, sino también al daño infringido so-
bre los bienes, de naturaleza tanto mueble como inmueble y especialmente en el transcurso
de actuaciones derivadas de labores de conservación, manipulación o uso, son una de las ac-
ciones de utilidad de la institución en la salvaguarda de estos bienes. Muchas de las agresiones
sobre el patrimonio, relacionadas con el abuso de los inmuebles o espacios protegidos, fruto
de actos incívicos o gamberradas, no tienen la trascendencia mediática de los grandes robos o
expolios, aunque conllevan su carga penal. En otra línea de colaboración, también clave para
el reconocimiento de los delitos contra el patrimonio, desde el IAPH se viene gestionando la in-
formación sobre los registros e inventarios del patrimonio cultural de Andalucía, herramienta
sobre la que iniciar cualquier proceso investigador derivado de la infracción.
Aunque los medios puedan parecer de importante alcance, desgraciadamente el volumen
de patrimonio mundial o nacional en peligro es muy importante transcurrido el primer quinto
del siglo XXI, incluso en los países desarrollados. La labor policial, así como la de sus asesores,
más allá de poder conllevar el establecimiento de penas sobre las conductas de quienes de-
41
linquen, debe ser siempre entendida como una labor de resarcimiento de este patrimonio, en
beneficio de la propia sociedad, en aras de su disfrute en las mejores condiciones posibles.
En este apartado queremos hablar de la Unión Europea —marco del que formamos par-
te—, y de la importancia de otros organismos internacionales en lo que se refiere al patrimonio
cultural, que, aunque no tengan competencias directas sobre el mismo, sí nos afectan.
42
La bandera de la Unión Europea en el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Pietro Naj-Olea-
ri, 2013). Fuente: Unión Europea, 2013-Parlamento Europeo. Fuente: flickr
43
• Directiva por la que se regula la restitución de bienes culturales que hayan salido de
forma ilegal del territorio de un Estado miembro de la UE.
• En 2014 los ministros de Cultura de la UE hicieron un llamamiento para “integrar el pa-
trimonio cultural en las políticas nacionales y europeas” y “elaborar un planteamiento
estratégico sobre el patrimonio cultural”, y también la Comisión adoptó la Comunica-
ción Hacia un enfoque integrado del patrimonio cultural europeo.
• En 2018 se declaró el Año Europeo del Patrimonio Cultural y a raíz de eso la Comisión
Europea, en colaboración con socios clave, ha puesto en marcha proyectos a largo pla-
zo: las “10 iniciativas europeas”.
En este sentido, parece que en los últimos años hay una visión de que el patrimonio cul-
tural no solo debe estar vinculado a las políticas culturales, sino también a otras políticas de
la UE.
IV.9.3.1. UNESCO
44
El Comité de Patrimonio Mundial está compuesto por 21 miembros de los Estados partes y
un representante por parte de ICCROM, ICOMOS y UICN. Ellos son los encargados de evaluar y
aprobar que “ciertos lugares de la Tierra”, con “una importancia cultural y/o natural tan extraor-
dinaria que trasciende las fronteras nacionales y cobra importancia para las generaciones pre-
sentes y venideras de toda la humanidad”, o lo que se define como “Valor Universal Excepcional
(VUE)”, sean declarados Patrimonio Mundial.
Las candidaturas presentadas por cada Estado deben cumplir al menos uno de los criterios
(culturales y/o naturales) considerados para poder ser incluidas en la Lista de Patrimonio Mun-
dial. El objetivo de esta lista no es solo catalogar, preservar y dar a conocer estos sitios y darles
un “reconocimiento” mundial, sino que bajo ciertas condiciones y cuando requieran de una
ayuda externa, los sitios mencionados pueden obtener financiación del Fondo para la conser-
vación del Patrimonio mundial.
En ese listado se incluyen los sitios inscritos en la categoría de cultural, natural, o mixto, y
una vez dentro los Estados propietarios del bien deben informar al Comité de Patrimonio Mun-
dial si se produce o se va a producir alguna intervención que pueda afectar al criterio por el que
fue declarado. Como no siempre sucede se ha impulsado la Iniciativa de Socios para la Conser-
vación del Patrimonio Mundial (PACT), en la que participan colectivos interesados, gobiernos,
sociedad civil y sector privado que velan por el objetivo de conservar los bienes.
Cuando se observa que la conservación de alguno de los lugares inscritos puede estar
en riesgo debido a un peligro constatado inminente por grave deterioro y/o peligro poten-
cial porque se enfrenta a amenazas se evalúa la inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial
en Peligro para hacer un seguimiento y buscar una solución y revertir los problemas que le
acucian.
La definición de patrimonio cultural está en continua evolución y en 2003 tuvo lugar la
Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial en la que se pusieron
las bases para trabajar por la salvaguarda de un patrimonio que no se limita a monumen-
tos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas
heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes8. Partiendo de
esta idea en 2008 se puso en marcha la Lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad re-
gulada por el Procedimiento de inscripción en las Listas y selección de buenas prácticas de
salvaguardia.
Como hemos visto en el punto anterior, hay varios organismos que forman parte del Comi-
té de Patrimonio Mundial. Entre ellos destacaremos dos por su labor internacional en defensa
del patrimonio cultural.
El Centro Internacional de Estudios para la Conservación y Restauración de los Bienes Cul-
turales (ICCROM) es una organización intergubernamental creada en 1956 con sede en Roma.
Trabaja al servicio de sus Estados miembros para promover la conservación del patrimonio cul-
tural. Su peculiaridad es su agilidad y cuenta con la amplia red de expertos profesionales. Sus
45
líneas de trabajo se centran en la formación de los profesionales, la información, investigación,
cooperación y sensibilización.
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) es una organización interna-
cional No Gubernamental creada en 1965 en París, como resultado de la Carta de Venecia. Este
carácter le permite mayor independencia a la hora de posicionarse. En la actualidad cuenta
con más de 10.000 miembros asociados y 107 Comités Nacionales (ICOMOS-España se creó en
1980). Sus objetivos son los de crear espacios de encuentro y colaboración entre organismos,
instituciones y personas implicadas en la conservación; fomentar centros especializados; di-
fundir los principios de la conservación y sus técnicas; fomentar la adopción de las Recomen-
daciones internacionales; y participar en la formación de los profesionales.
Es importante reseñar que entre todos los tratados internacionales relativos a patrimonio
cultural podemos encontrar diferentes tipos de documentos:
• Pueden tener un carácter legal, siempre y cuando los países se adhieren al trata-
do, lo firmen y lo publiquen como ley. Por ejemplo, los Convenios aprobados en las
Convenciones.
• No tienen ningún poder vinculante legal. Es decir, que cualquier país puede firmarlos
sin que eso genere jurisprudencia en caso de incumplimiento. Por tanto, son solo Re-
comendaciones de buenas prácticas, Cartas, Declaración de intenciones o Resolución
conminando a cambiar aspectos. Lo importante de ellas es que generan debate y re-
flexión sobre las medidas y formas de actuar ante el patrimonio cultural.
46
IV.9.4.1. Convenciones, Cartas y Recomendaciones
47
• Convenio Europeo sobre la Protección del Patrimonio Arqueológico (Revisa el de 1969).
Consejo de Europa, La Valeta (1992).
• Carta europea de las lenguas regionales o minoritarias. Consejo de Europa, Estrasbur-
go (1992).
• Carta Internacional sobre Turismo Cultural. ICOMOS, México (1999).
• Convenio Europeo del Paisaje. Consejo de Europa, Florencia (2000).
• Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. UNESCO, París
(2001).
• Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. UNESCO, París (2001).
• Convención Europea para la Protección del Patrimonio Audiovisual. Consejo de Euro-
pa, Estrasburgo (2001).
• Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. UNESCO, París
(2003).
• Carta de Nizhny Tagil para la Conservación del Patrimonio Industrial. TICCIH, Moscú
(2003).
• Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones
Culturales. UNESCO, París (2005).
• Convención sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad. Consejo de Europa,
Faro (2005).
• Declaración sobre Patrimonio mundial y arquitectura contemporánea y la gestión del
paisaje histórico urbano (basada en el Memorando de Viena, 2005). UNESCO, París (2005).
• Resolución sobre la protección del patrimonio cultural europeo, natural y arquitectóni-
co, en el ámbito rural y en las regiones insulares. Parlamento Europeo, (2006).
• Carta para Interpretación y Presentación de Sitios de Patrimonio Cultural. ICOMOS,
Quebec (2008).
• Recomendación sobre paisaje urbano histórico. UNESCO, París (2011).
• Protocolo que modifica el Convenio Europeo del Paisaje de 2000. Consejo de Europa,
Estrasburgo (2016).
Como ya hemos visto anteriormente, la UNESCO desde 1978 viene publicando una Lista de
Patrimonio Mundial, que corresponde a los bienes culturales y/o naturales (porque hay algunos
que son mixtos) que se consideran que tienen un “Valor Universal Excepcional”, lo que quiere
decir que se decide que se incorporen a esta Lista ciertos lugares de la Tierra que han sido eva-
48
luados, porque tienen una relevancia tan extraordinaria que trascienden las fronteras naciona-
les y cobran importancia para las generaciones presentes y venideras de toda la humanidad.
En lo que se refiere al patrimonio inmaterial, debemos destacar la Convención para la Sal-
vaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003), un texto redactado por la UNESCO y que
viene a consolidar una manera diferente de mirar el patrimonio cultural. El concepto de salva-
guarda y el papel protagonista de las comunidades vienen a ser algunos de los aspectos más
relevantes de este documento, y en él se definen cinco categorías que nos ayudan a entender
los ámbitos en los que estos bienes se expresan: tradiciones y expresiones orales, artes del es-
pectáculo, prácticas sociales, rituales y festividades, conocimientos y prácticas relacionados
con la naturaleza y el universo, y técnicas propias de la artesanía tradicional.
Hasta 1982 España no se incorpora como Estado parte a la UNESCO y es a partir de 1984 cuan-
do comienzan las inscripciones en la Lista de Patrimonio Mundial por parte de nuestro país. En
la actualidad Andalucía cuenta con siete bienes culturales y uno natural inscritos en dicha Lista.
Desde ese primer momento Andalucía cuenta con representación, ya que la mezquita de
Córdoba se incorpora como ejemplo de una arquitectura religiosa única y singular que ha ejer-
cido una considerable influencia en el arte musulmán occidental desde el siglo VIII. En 1994 se
extiende la declaración a todo el centro histórico de la ciudad de Córdoba, incluyendo el puen-
te romano y la torre de la Calahorra, elementos de singularidad artística y arquitectónica de
irremplazables valores urbanos, paisajísticos y ambientales de diferentes periodos históricos.
49
Patio de las Doncellas. Real alcázar de Sevilla (Julio Rodríguez Bisquert)
En 1994 se incluye en la Lista el único bien natural andaluz que la integra, que es el Par-
que Nacional de Doñana que afecta a las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Su inscripción
se debe a que es un ejemplo excepcional de gran humedal mediterráneo donde conviven di-
versos ecosistemas que dan cobijo a una variada fauna y también porque es la mayor reserva
ecológica de Europa.
Volviendo a los bienes culturales, el arte rupestre del arco mediterráneo de la península
ibérica entra a formar parte de la Lista en 1998 y abarca a seis Comunidades Autónomas espa-
ñolas. En concreto, en Andalucía se localiza en las provincias de Jaén, Granada y Almería, y lo
componen pinturas rupestres que abarcan desde el Paleolítico superior hasta la Edad de los
Metales y se encuentran principalmente en abrigos rocosos poco profundos.
50
Sacra capilla del Salvador (Úbeda, Jaén) (Julio Rodríguez Bisquert)
El arquitecto Andrés de Vandelvira fue el principal artífice de este enclave dual y la figura que
desarrollará el arte del corte de la piedra.
Hasta 2016 no encontramos otro bien andaluz en la Lista, que será el sitio de los dólmenes
de Antequera en la provincia de Málaga. Se presenta como un bien cultural en serie formado por
tres bienes culturales (los dólmenes de Menga y de Viera, y el tholos de El Romeral) y dos bienes
naturales (la peña de los Enamorados y el torcal de Antequera). Se trata de una de las primeras
integraciones conscientes de arquitectura y paisaje monumental de la Prehistoria europea.
Por último, y de momento, porque hay más candidaturas trabajando para presentarse a la
Lista, incorporamos en 2018 la ciudad califal de Madinat Al-Zahra, situada en Córdoba. En este
conjunto arqueológico se encuentra la ciudad palaciega edificada a mediados del siglo X por
la dinastía de los Omeyas como parte del programa político, económico e ideológico puesto
en marcha tras la instauración del califato de Córdoba. Madinat Al-Zahra es considerada como
una de las cumbres del arte islámico, tanto por su estructura y disposición urbana como por la
diversidad de sus materiales, las soluciones arquitectónicas empleadas y la extraordinaria ri-
queza y calidad de sus programas decorativos.
51
Trabajo en el horno de cal (Morón de la Frontera, Sevilla) (Julio Rodríguez Bisquert)
En lo que se refiere al patrimonio inmaterial hay que destacar que en 2003 la UNESCO re-
dacta la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que viene a con-
solidar una manera diferente de mirar el patrimonio cultural.
Y es a partir de 2008 cuando comienza a publicar una Lista Representativa del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad que recoge las expresiones que ilustran la diversidad del
patrimonio inmaterial y contribuye a una mayor consciencia de su importancia. Y en 2009 el Re-
gistro de buenas prácticas de salvaguardia, en el que se incorporan los programas, proyectos y
actividades que mejor reflejen los principios y objetivos de la Convención.
52
En 2010 se incorpora el flamenco a la Lista como signo de identidad de numerosos grupos
y comunidades en los que esta expresión artística resultante de la fusión de la música vocal, el
arte de la danza y el acompañamiento musical se denomina, respectivamente, cante, baile y
toque. La cuna del flamenco es Andalucía, aunque también tiene raíces en otras regiones como
Murcia y Extremadura.
Otra incorporación propiamente andaluza es la Fiesta de los Patios de Córdoba, que tiene
lugar a principios del mes de mayo en las viviendas colectivas habitadas por varias familias, o
grupos de viviendas individuales, que poseen un patio en común que decoran con un sinnúme-
ro de plantas de múltiples variedades atractivamente dispuestas.
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