Orberg Introduccion Familia Romana

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L IN G V A L A T I N A P E R S E IL L V S T R A T A

PARS I: FAMILIA ROMANA

INTRODUCCIÓN

LINGVA LATINA, la lengua latina.


La lengua latina, lingua Latīna, era la lengua de los latinos (Latīnī), el latín, la lengua del
Latium
los habitantes del Lacio (Latium), región de la Italia central que
incluía la ciudad de Roma (Rōma), que según la tradición fue fundada
por Rómulo (Rōmulus) en el año 753 antes de Cristo. En los siglos
siguientes, Roma extendió su dominio, imperium Rōmānum, a toda la lengua del Imperio
Italia, y desde allí al Mediterráneo occidental y oriental. En el siglo romano
segundo después de Cristo el emperador de Roma gobernaba la mayor
parte de Europa, el norte de África, el Próximo Oriente y el Oriente
Medio. En las provincias de Europa del Oeste, Hispānia, Gallia,
Britannia, Germānia (sur de Alemania) y en los Balcanes, por
ejemplo en Dacia (Rumanía), la lengua latina se difundió
rápidamente. En Grecia y en las provincias del Este, el griego
conservó su posición dominante, de tal modo que los hombres de la
antigūedad clásica poseían dos lenguas universales, el griego y el
latín.
Después de la caída del Imperio romano de Occidente, el latín
desapareció como lengua hablada en algunas de las provincias
periféricas, por ejemplo Bretaña y África; en las otras provincias el
latín hablado dio lugar a las lenguas romances (o románicas): español las lenguas romances
o castellano, catalán, gallego y portugués en la Península Ibérica y, en
el resto de Europa, francés, provenzal, italiano, sardo, rético y rumano.
Hoy día el latín no es la lengua materna de nadie. Por eso se le llama
lengua “muerta”. Sin embargo, el término resulta impropio. Durante
siglos el latín fue una lengua viva en el amplio Imperio romano del
mismo modo que el español lo es hoy en el mundo de habla española.
Y esta lengua “muerta” conoció allí tal vitalidad que durante la Edad
Media siguió siendo sin rival la lengua de las clases cultas de Europa. la lengua cultural de
Hasta el siglo XVIII el latín conservó su supremacía como medio de Europa
comunicación universitario. Hasta en nuestros días el latín sobrevive
como lengua de la Iglesia Católica Romana y la mayoría de los
términos científicos aún siguen estando en latín.
A consecuencia de ese papel del latín como lengua de cultura
internacional, las lenguas nacionales europeas se han enriquecido con
una enorme cantidad de palabras latinas. Aparte de las lenguas
romances, en las que las palabras no latinas son una excepción, el
inglés es, con diferencia, la lengua que ha asimilado el mayor número palabras latinas en las
lenguas modernas
de palabras latinas. De hecho, más de la mitad del vocabulario inglés
viene, directa o indirectamente, del latín.

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Ortografía y Pronunciación
el alfabeto latino El alfabeto latino consta de 23 letras: A B C D E F G H I K L M N O
P Q R S T V X Y Z (casi nunca se usaba la K; la Y y la Z se
empleaban sólo en las palabras griegas). Las letras minúsculas son un
J, U no se usan (hasta desarrollo ulterior de esas mayúsculas. Los caracteres J, U y W no
el siglo XVI) existían: I y V representaban tanto las vocales i y u como las
consonantes j y v (pronunciadas en un principio como la y de ‘yo’ y la
u de ‘luego’). A partir del siglo XVI se estableció la distinción entre I
i y J j y entre U u y V v. En nuestros libros latinos no usamos J j, pero
distinguimos V v y U u, excepto en los títulos escritos con
IVLIVS = IULIUS mayúsculas: CAPITVLVM, IVLIVS.
Es posible establecer con gran exactitud la pronunciación antigua del
latín, gracias a los principales testimonios siguientes:
(1) La ortografía latina, sobre todo en sus variaciones de la norma.
(2) La pronunciación de las lenguas romances que dan testimonio del
último desarrollo del latín hablado.
(3) Los datos sobre la pronunciación transmitidos por los gramáticos y
demás autores latinos.
(4) La transcripción de las palabras latinas que se introdujeron en otras
lenguas.
la pronunciación Apoyándonos en estas fuentes podemos establecer las principales
clásica
reglas de la pronunciación del latín en el período clásico (siglo I a.C.):

Vocales
vocales Se establecía claramente la distinción, en la lengua hablada pero no en
breves: a e i o u y la escrita, entre vocales largas y vocales breves. En el curso LINGVA
largas: ā ē ī ō ū y LATINA todas las vocales largas llevan una pequeña raya superpuesta:
ā, ē, ī, ō, ū, y, de modo que la ausencia de esa raya muestra que la
vocal es breve: a, e, i, o, u, y. El español ya no distingue entre los dos
tipos de vocales.
Vocales breves Vocales largas
a como en ac, amat ā como en dā, ālā
e como en et, bene ē como en mē, sēsē
i como en in, nimis ī como en hīc, bīnī
o como en post, modo ō como en dō, dōnō
u como en num, sumus ū como en tū, ūsū
y como en Syria (= u francesa en ÿ como en Lydia (= u francesa en
‘lune’, ū alemán en ‘dūnn’) ‘pur’, ū alemán en ‘grūn’)
Diptongos
diptongos Un diptongo es la combinación de dos vocales en una sola sílaba. En
ae oe au (eu) época clásica había tres diptongos: ae, oe, au, y, en ocasiones, eu:
p.ej. ae como en Graecia, paene;

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oe como en foedus, poena;
au como en aut, nauta;
eu como en Eurōpa, heu, heus, neu, seu (pero las desinencias -us, -um,
-unt constituyen sílabas separadas después de la e: de|us, me|us,
e|um, e|unt, aure|us).
Consonantes
b como en español: bibit, ab. (Pero bs y bt como ps y pt: absunt, consonantes
obtulit). bcdfghklmnpqr
stxz
c tenía siempre el sonido velar [k] que tiene la c española en ‘carta’, i v (u)
incluso ante las vocales e o i: canis, centum, circum, nec.
ch, ph, th como k, p, t seguidos de una aspiración: pulcher,
amphitheātrum.
d como en español: dē, dedit, ad.
f como en español: forum, flūmen.
g tenía siempre el sonido velar [g] que tiene la g española en ‘pagar’,
incluso ante la e y la i: ego, gallus, gemma, agit.
h sonido ligeramente aspirado (tendiendo a desaparecer): hīc, homō,
nihil.
l como en español: lūna, gladius, male, vel.
m como en español: mē, domus, tam. (En las terminaciones -am, -em,
-um, la m tiende a desaparecer).
n como en español: nōn, ūnus; antes de c, g, q como en ‘banco’:
incola, longus, quīnque. (Antes de la s, tiende a desaparecer: mēnsa,
īnsula.)
p como en español: pēs, populus, prope.
ph: como la p española seguida de una aspiración: ver ch.
qu como cu en ‘cual’, ‘cuestión’, ‘cuota’: quis, aqua, equus.
r como en español: rēs, ōra, arbor, cūr.
s como en español: sē, rosa, is.
t como en español: tē, ita, et.
th como la t española seguida de una aspiración: ver ch.
v es la grafía que representa a la u cuando ésta tiene valor
consonántico antes de vocal; se pronunciaba como la w inglesa: vōs,
vīvus, silva.
x como en español (= cs): ex, saxum.
z como en inglés y francés en ‘zone’: zōna.
i consonantica como en español y en ‘yo’, antes de vocal a comienzo
de palabra (o precedida por un prefijo) y entre vocales: iam, iānua,
iubēre, adiectīvum, (con)iungere, (in)iūstus, eius.
u consonantica como en español en ‘lengua’, ‘suave’, en la
combinación ngu antes de vocal y a veces en la combinación su
antes de ā y ē: lingua, sanguis, suādēre, suāvis, cōnsuētūdō.
Las consonantes geminadas tenían un sonido más marcado y más consonantes dobles
prolongado que las simples (la ll se pronunciaba como l-l): puella,
annus, nummus, oppidum, littera, ecce. (La i consonántica entre
vocales se pronunciaba como doble: eius como eiius, maior como
maiior, escrito māior en LINGVA LATINA).

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La pronunciación latina post-clásica
la pronunciación La pronunciación clásica del latín descrita arriba era la de los medios
post-clásica
cultos de Roma en el primer siglo a.C. Sin embargo, la pronunciación
sufrió cambios considerables a lo largo del período imperial (siglos I a V
d.C.). Vemos aquí los cambios más notables:
(1) Los diptongos ae y oe se simplificaron en una e larga;
(2) v tomó el sonido de la v francesa como en ‘vivant’ (la v
experimentó un fenómeno de asimilación con la b, denominado
‘betacismo’, ejemplo: berus = verus);
(3) ph se pronunció f; ch y th como la c [k] y t sin aspiracion;
(4) ti seguida de una vocal tuvo el sonido silbante tsi (salvo después de
s, x, t);
(5) la distinción entre las sílabas largas y breves fue desvaneciéndose
dado que cualquier vocal breve al final de una sílaba acentuada se
alargó, mientras las vocales largas de las sílabas no acentuadas se
abreviaron.
(6) Finalmente, en el siglo V d.C., la pronunciación de c y de g se
modificó delante de las vocales palatales e, i, y, ae, oe: c se pronunció
como ch en español (fuera de Italia ts), y g, tanto como la i
consonantica, se pronunció como en italiano ‘giro’ o en inglés ‘gin’).
la pronunciación Los principales datos de esta pronunciación del latín post-clásico
Italiana o Eclesiástica sobreviven en la pronunciación del latín todavía usado en Italia. La
pronunciación ‘italiana’ del latín sigue siendo ampliamente usada por
la Iglesia Católica Romana y en el canto litúrgico.
División en sílabas
división en sílabas La división en sílabas se hace casi como en español:
(1) Una consonante simple forma una sílaba con la vocal que sigue:
do-mi-nus, o-cu-lus, cu-bi-cu-lum, pe-te-re.
(2) Si una vocal está seguida de dos o varias consonantes, la última
consonante pertenece a la sílaba siguiente: Sep-tem-ber, tem-pes-tās,
pis-cis, con-iūnc-tus. Excepción: b, d, g, p, t, c y f no se separan de
una siguiente r o l (salvo a veces en la poesía): li-brī, pa-tri-a, cas-tra,
in-te-gra, tem-plum.
Nota: los grupos de digrafía ch, ph, th, y qu cuentan como
consonantes simples y no se separan: pul-cher, am-phi-the-ā-trum,
a-li-quis; y x, que representa dos consonantes (cs), no se separa de la
vocal precedente: sax-um, dīx-it. Los compuestos deben separarse
según los componentes: ad-est, ab-est, trāns-it.

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Acentuación
En las palabras de dos sílabas el acento tónico está siempre en la acentuación
primera sílaba: ubi, multī, valē, erant, leō.
En las palabras de más de dos sílabas hay dos posibilidades: el acento dos posibilidades:
recae sobre la penúltima sílaba o sobre la antepenúltima. acento sobre
(1) la penúltima, o
(2) la antepenúltima
La regla básica es la siguiente:
La penúltima está acentuada excepto si acaba en una vocal breve: en
este caso es la antepenúltima la que está acentuada.
Por consiguiente, para determinar el acento de una palabra latina, hay ¡observa la penúltima!
que observar la penúltima sílaba:
La penúltima está acentuada si termina
(a) en una vocal larga o un diptongo (ā ē ī ō ū y ae oe au eu): Latīna,
vidēre, amīca, ōrātor, Rōmānus, persōna, amoena;
(b) en una consonante: secunda, vīgintī, lībertās, columna, magister.
Si la penúltima termina
(c) en una vocal breve (a e i o u y), el acento recae sobre la sílaba
precedente, la antepenúltima: īnsula, fēmina, oppidum, patria,
improbus, dīvidere, interrogat, ōceanus, persequī, cerebrum.

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LINGVA LATINA, el curso de latín
LINGVA LATINA El curso de latín LINGVA LATINA PER SE ILLVSTRATA (‘La
PER SE ILLVSTRATA
I. FAMILIA ROMANA
lengua latina ilustrada por sí misma’) se compone de dos partes, PARS
I y II, con un índice común, INDICES. La primera parte, FAMILIA
ROMANA, es el curso elemental. Los 35 capítulos constituyen una
serie de escenas y episodios de la vida de una familia romana del siglo
segundo después de Cristo. El libro está escrito totalmente en latín,
pero desde el principio hasta el fin el texto está graduado de manera
que cada frase sea inteligible por sí misma, per sē, porque la signi-
ficación de todas las palabras nuevas y la función de las formas
gramaticales se deducen sin equívoco del contexto, o, si es necesario,
de las ilustraciones o de las notas marginales usando el vocabulario
ya aprendido. Así no se necesita consultar un léxico, analizar o
traducir para entender el significado. Tanto el vocabulario como la
gramática se aprenden por la observación de gran número de ejemplos
ilustrativos que forman parte de la coherencia del texto.
las ilustraciones Las ilustraciones sirven no sólo para explicar las palabras que
designan las cosas concretas, sino también para ilustrar unos
incidentes y situaciones. Los dibujos siguen escrupulosamente
modelos antiguos: las prendas de vestir, las casas, el mobiliario, etc.
han sido reproducidos según los datos que nos proporcionan los
testimonios arqueológicos.
notas marginales En las notas marginales se utilizan los siguientes signos:
signos: (1) el signo de igualdad [=], entre sinónimos, palabras que tienen más
[=] ‘lo mismo que’ o menos la misma significación: -que = et;
[↔] ‘lo contrario de’
[:] ‘es decir’, ‘aquí’ (2) el signo de oposición [↔], entre antónimos, palabras que tienen
[<] ‘derivado de’
significaciones contrarias: sine ↔ cum;
(3) el signo dos puntos [:], para dar la significación de una palabra en
un contexto dado: eam : Iūliam;
(4) el signo de derivación [<], para mostrar de qué palabra ya
conocida está derivada una nueva palabra: amor < amāre.
El texto de cada capítulo está dividido en dos o tres lecciones
lēctiōnēs: I, II, III (lēctiōnēs), señaladas por las cifras romanas I, II, III en el margen, y
GRAMMATICA LATINA seguido de una sección gramatical, GRAMMATICA LATINA. En esta
sección gramatical
sección, se recapitulan nuevos temas gramaticales introducidos en
el texto principal y se ilustran mediante ejemplos ordenados
sistemáticamente con terminos gramaticales latinos. Una tabla de las
flexiones, TABVLA DECLINATIONVM, se halla en las páginas 307−311.
Se ha publicado aparte una MORFOLOGÍA LATINA más detallada.
ejercicios (PENSA) Los tres ejercicios, PENSVM A, B y C, al final de cada capítulo tienen
como fin asegurar la asimilación de la gramática y del vocabulario y la
PENSVM A: desinencias comprensión del texto. El PENSVM A es un ejercicio gramatical en el
PENSVM B: palabras que debes añadir a las diferentes palabras las desinencias adecuadas.
PENSVM C: frases
En el PENSVM B se trata de llenar los huecos con las palabras nuevas

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que han sido introducidas en el capítulo (en el margen, junto al
ejercicio, encontrarás una lista de dichas palabras). El PENSVM C
consiste en una serie de preguntas sobre el contenido del texto a las
que has de contestar con breves frases latinas.
En la progresión de tu lectura, de vez en cuando encontrarás unas
palabras cuyo sentido puedes haber olvidado. Tales palabras pueden
consultarse en la lista alfabética del INDEX VOCABVLORVM al final del INDEX VOCABVLORVM
volumen. Encontrarás allí la palabra acompañada de una referencia
precisa al capítulo (cifras en negrilla) y a la línea del capítulo donde la
palabra aparece por primera vez. La referencia a más de un lugar
significa que la misma palabra aparece con varios significados. La
mayoría de las ocasiones te bastará con volver a leer el pasaje en que
se encuentra dicha palabra para refrescarte la memoria.
De igual modo, el INDEX GRAMMATICVS (páginas 326−327) remite a la INDEX GRAMMATICVS
presentación de las formas gramaticales. La lista de FORMAE MVTATAE
(‘Formas cambiadas’, pág. 328) remite a la forma primitiva de la
palabra cuando un cambio del radical lo requiere.
Los alumnos que tengan dudas sobre su capacidad de determinar
el sentido preciso de cada palabra nueva pueden consultar el
Vocabulario latín-español. Pero este vocabulario no es más que un Vocabulario latín-
medio de control. Al alumno atento no le hará falta. español

Hay cuatro suplementos del curso elemental de latín: suplementos:


(1) LATINE DISCO I, el presente Manual del Alumno. LATINE DISCO I

(2) EXERCITIA LATINA I, un conjunto detallado de ejercicios EXERCITIA LATINA I


adicionales para cada una de las 133 lēctiōnēs de FAMILIA ROMANA.
(3) COLLOQVIA PERSONARVM, una colección de textos complemen- COLLOQVIA
PERSONARVM
tarios, en forma de diálogos.
(4) MORFOLOGÍA LATINA & VOCABULARIO LATÍN-ESPAÑOL, un MORFOLOGÍA LATINA
& VOCABULARIO
resumen en español de todos los aspectos morfológicos tratados en
FAMILIA ROMANA, junto con un Vocabulario en el que se incluyen
todos los términos que aparecen en FAMILIA ROMANA y en
COLLOQUIA PERSONARUM.

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