Vigilia Pascual - Resurrección
Vigilia Pascual - Resurrección
Vigilia Pascual - Resurrección
imaginar y que, por tanto, no sabemos en qué consiste. Se puede Dos caras de una misma moneda
decir, sin ninguna exageración, que la resurrección de Jesús es tan
misterio como la Santísima Trinidad. Es muy importante tenerlo Recordemos que la muerte y la crisis de la muerte fue el precio
presente, porque con frecuencia existen visiones muy deformadas de la fidelidad a su verdad. No permitió que la muerte fuese se-
de la resurrección, míticas, en las que la imaginación quiere quitar ñora de la vida e impusiese sus normas. La vida en la tierra no es
el misterio y lo vacía de auténtico sentido religioso. Por eso, el el supremo valor. Hay cosas por las cuales vale la pena entregar la
Nuevo Testamento proclama y confiesa la resurrección de Jesús, vida. Morir así es un valor supremo. Hay una vida que no puede
pero nunca describe el hecho mismo de la resurrección. ser absorbida por la muerte; aquella que acepta morir por Dios,
por los demás y por la causa de la justicia de los humildes.
Sin embargo, la resurrección de Jesús sí ha dejado huellas en la
historia, que conocemos a través de los textos evangélicos: el se- La resurrección revela todo el vigor de esta vida sacrificada. Ella
pulcro vacío y las apariciones. Así como los discípulos, nosotros no fue vencida; fue introducida en la suprema plenitud de la vida
podemos comenzar a experimentar la resurrección ya en nues- divina. La resurrección representa la realización de lo que el
tras vidas, de la misma forma que los primeros seguidores de Je- Reino de Dios significa. El proyecto de Jesús no fracasó ni per-
sús experimentaron también en su vida que Jesús ha resucitado. maneció como mera promesa y profecía: se realizó en el crucifi-
Al revisar eso podremos responder a nuestra pregunta inicial ¿por cado. Cristo aparece como el vencedor de la muerte; lejos de
qué resucitó Jesús? exaltar la cruz y el sufrimiento, vino a destruir su imperio.
Por eso hay que tener una cosa bien clara, el mensaje central de
Jesús no consiste en predicar la cruz, ni en crear cruces, ni en legi-
timar las cruces que unos imponen sobre los hombros de los
otros, sino en generar una forma de vida que evite la creación de
cruces para los demás, que libera a los crucificados y confiere un
sentido humano y divino para las cruces inevitables de nuestra
existencia finita y mortal.