Metafisica Resumen
Metafisica Resumen
Metafisica Resumen
OBJETIVOS:
1. Explorar la estructura y contenido del libro "Metafísica" de Aristóteles: El objetivo
es presentar una visión general de la organización del libro y de los temas
principales que aborda. Esto implica analizar cómo Aristóteles divide su obra en
diferentes libros, como los libros A, Alpha y Beta, y explicar qué conceptos y
preguntas filosóficas se abordan en cada sección.
2. Explicar los conceptos clave de la metafísica aristotélica según se presentan en su
libro: El objetivo es analizar y explicar detalladamente los conceptos
fundamentales presentados por Aristóteles en su libro "Metafísica". Esto puede
incluir la noción de sustancia, la teoría de las cuatro causas, la distinción entre
acto y potencia, la causa final y la relación entre la metafísica y la teología.
3. Introducir y familiarizar a la audiencia con los principales temas y conceptos
abordados en "La Metafísica" de Aristóteles, proporcionando una visión general de
la obra y su importancia dentro de la filosofía occidental.
INTRODUCCIÓN:
El libro comienza introduciéndonos a la colección de los libros de la metafisica, tocando
tres ejes temáticos:
a. Forma, contenido y orden de los libros de la metafisica
b. Objeto de la metafisica
c. El problema de unidad de la Metafisica
d. El capitulo de la metafisica
Aristóteles afirma que existe una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo
que es, y los atributos que le pertenecen.
Esta ciencia, la ontología, pretende abarcar universalmente lo que es, en contraste
con las ciencias particulares que se centran en aspectos específicos de la
realidad.
Sin embargo, surge la dificultad de la polisemia del verbo "ser" y su participio, lo
cual no garantiza la unidad de una noción que corresponda a un objeto coherente
y tratable de manera unitaria.
Aristóteles reconoce la polisemia del verbo "ser" y la importancia de comprenderla
para reflexionar sobre el lenguaje y la realidad.
2. Los distintos sentidos de 'ser' y ‘lo que es'
1) Utilización casual del verbo 'ser':
Aristóteles explica que el verbo 'ser' se utiliza para expresar coincidencias
casuales o accidentales, como cuando se dice que alguien es músico y
matemático sin una conexión necesaria entre ambas cualidades.
2) Categorías como significaciones del verbo 'ser':
Según Aristóteles, las categorías representan diferentes figuras en la predicación y
expresan distintas significaciones de 'ser'.
3) 'Ser' y 'no es' como "verdadero" o "falso":
El filósofo menciona que 'ser' se emplea para indicar la veracidad o verdad,
mientras que 'no es' se utiliza para expresar falsedad.
4) . Tratamiento científico de lo accidental y lo verdadero:
Aristóteles sostiene que lo accidental o casual no puede ser objeto de tratamiento
científico, ya que no se puede subsumir bajo reglas o leyes generales.
Además, argumenta que la verdad se encuentra en el pensamiento que afirma o
niega, no propiamente en las cosas o en la realidad.
3. La entidad (ousía)
El autor se refiere a este aspecto importante en la ontología aristotélica: la entidad ousía.
En relación a la entidad (ousía), Aristóteles comienza distinguiendo los varios significados
de la palabra 'ousía' en el ámbito de la lengua filosófica. Según Aristóteles, la ousía de
cada cosa puede ser su esencia, el género y la especie que delimitan su ser, así como el
sujeto o sustrato. La entidad se considera el sujeto primero o último, que es el referente
último de nuestro discurso acerca de la realidad y el sustrato real al que le atribuimos
predicados. Aristóteles realiza una indagación acerca de la entidad, principalmente
enfocada en el estudio de la entidad sensible y material, en los libros VII y VIII de la
Metafísica.
4. Las propiedades y principios de lo que es
Aristóteles busca establecer puntos de anclaje sólidos y firmes para el conocimiento y el
discurso acerca de lo real. Para ello, Aristóteles distingue la materia y la forma como
componentes de las sustancias o entidades naturales. La forma es lo que determina y da
forma a la materia, y la entidad individual sensible es un compuesto de materia y forma.
Aristóteles identifica la forma como la entidad por antonomasia, es decir, la esencia de
cada cosa que la constituye en su ser. La interpretación de la entidad como forma o
esencia configura una ontología esencialista. Aristóteles busca encontrar, dentro del
universo cambiante e inestable, puntos de anclaje sólidos y firmes para el conocimiento y
el discurso acerca de lo real, y la forma o esencia desempeña ese papel al proporcionar
estabilidad y fundamentos para el entendimiento de cada cosa.
B. LA CIENCIA DE LA ENTIDAD PRIMERA (TEOLOGÍA)
El autor aborda dos temas importantes dentro de la ontología aristotélica: la existencia y
naturaleza de la entidad primera (ousía) y el estatuto de la teología como ciencia primera.
1. Existencia y naturaleza de la entidad primera
En relación a la entidad primera, el autor menciona que Aristóteles se dedica a investigar
su existencia y naturaleza en el libro XII de la Metafísica. Aristóteles distingue entre
entidades sensibles corruptibles, entidades sensibles incorruptibles (astros) y entidades
inmóviles. La entidad primera es considerada inmóvil, inmaterial y plenamente
actualizada. Su actividad es la contemplación y es la causa del movimiento en el
Universo. Aristóteles la describe como un viviente eterno y perfecto, y la identifica con
Dios.
2. La teología como ciencia primera
En cuanto a la teología como ciencia primera, el autor destaca el capítulo primero del libro
VI como un capitulo fundamental para comprender las relaciones entre la ontología y la
teología. Aristóteles argumenta que la teología ocupa un lugar superior a la física y las
matemáticas, ya que se ocupa de entidades inmóviles e inmateriales. Aunque la teología
puede ser considerada una ciencia particular, el autor plantea la cuestión de si es
universal y responde que si existe alguna entidad inmóvil, la teología será la ciencia
primera y tendrá un carácter universal, abordando el estudio de lo que es y los atributos
de la entidad.
C. EL PROBLEMA DE LA UNIDAD DE LA METAFISICA
1. El problema de la unidad de la Metafísica: El autor aborda las interpretaciones
divergentes sobre la relación entre la ontología y la teología en la metafísica de
Aristóteles. Se destacan las interpretaciones dualistas y teológicas como formas
de abordar este problema.
2. Interpretaciones dualistas: Algunos estudiosos sostienen que la ontología y la
teología son dos perspectivas irreconciliables. Se plantea una oposición entre una
"metafísica general" y una "metafísica especial", lo cual no resuelve
satisfactoriamente el problema de la unidad de la metafísica.
3. Interpretaciones teológicas: Otros estudiosos defienden la idea de una única
ciencia primera que engloba tanto la ontología como la teología. Se argumenta
que la teología es la ciencia suprema que se ocupa de los principios supremos de
la realidad.
4. La unidad pros hén: Se sugiere que la unidad de referencia pros hén puede
articular la ontología y la teología. Esta unidad se basa en que la entidad es
"primera" en relación a los demás términos y en la dependencia de las demás
realidades respecto a la entidad suprema.
5. Limitaciones en la explicación de Aristóteles: El autor reconoce que Aristóteles no
desarrolla explícitamente cómo las entidades dependen de la entidad suprema
más allá del ámbito del movimiento. Aunque la teología se ocupa de la causa final
del movimiento, no se ofrece una explicación detallada sobre la dependencia de
las entidades-formas respecto a la entidad-forma inmaterial primera.
LIBRO I: A
CAPITULO 1: EL CONOCIMIENTO DE LAS CAUSAS Y LA SABIDURIA
Como autor, Aristóteles plantea que todos los seres humanos tienen un deseo innato de
conocer. Destaca que el amor por las sensaciones, especialmente la visión, es una señal
de este deseo de conocimiento. Menciona que los animales tienen sensaciones pero solo
algunos pueden generar memoria, lo cual los hace más inteligentes y capaces de
aprender. Señala que los humanos, además de las sensaciones y la memoria, tienen la
capacidad de vivir gracias al arte y el razonamiento.
Aristóteles explica que la experiencia se genera a partir de la memoria y que es similar a
la ciencia y al arte. La experiencia da lugar al arte, mientras que la falta de experiencia
lleva al azar. El arte surge cuando a partir de múltiples percepciones de la experiencia se
forma una idea general sobre casos similares. Destaca que la experiencia práctica es más
exitosa que la teórica, pero que la sabiduría se encuentra en aquellos que conocen las
causas.
El autor menciona que el ser capaz de enseñar es una señal de sabiduría y que el arte es
considerado más ciencia que la experiencia. Destaca que las sensaciones no son
sabiduría, ya que no explican las causas de las cosas. Menciona que el descubrimiento
de las artes llevó a que aquellos que las poseían fueran considerados más sabios,
especialmente las artes orientadas al placer y no solo a la utilidad. Por último, afirma que
la sabiduría se ocupa de las causas primeras y los principios.
En resumen, Aristóteles plantea que la sabiduría es la ciencia de los principios y las
causas, y destaca la importancia de la experiencia, el arte y el conocimiento de las causas
en el camino hacia la sabiduría.
CAPITULO 2: CARACTERISTICAS DE LA SABIDURIA
En este capítulo, Aristóteles presenta las características de la Sabiduría. Destaca que el
sabio posee un conocimiento general en la medida de lo posible, sin necesidad de tener
un dominio detallado de cada cosa en particular. Además, se considera sabio a aquel que
puede comprender y conocer las cosas difíciles y de difícil acceso para la inteligencia
humana común.
El autor resalta que el sabio es aquel que conoce con mayor exactitud y es capaz de
enseñar las causas en cualquier ciencia. Asimismo, enfatiza que la Sabiduría se valora
más cuando se elige por sí misma y por el conocimiento intrínseco que proporciona, en
comparación con aquella que se busca solo por sus resultados.
Aristóteles plantea que la Sabiduría destinada a mandar es superior a la subordinada, ya
que el sabio no debe recibir órdenes, sino darlas. Además, resalta que el conocimiento
más difícil para los seres humanos es el de las cosas más universales, ya que están
alejadas de los sentidos.
El autor también argumenta que las ciencias son más exactas cuando se ocupan
directamente de los primeros principios y las causas. Por último, sostiene que la Sabiduría
es la ciencia más digna de mandar entre todas las ciencias, ya que conoce el fin por el
cual deben realizarse todas las cosas, que es el bien supremo en la naturaleza.
En resumen, en este capítulo Aristóteles explora las características de la Sabiduría,
destacando la amplitud del conocimiento del sabio, su capacidad para comprender lo
difícil, su habilidad para enseñar las causas y la importancia de elegir el conocimiento por
sí mismo. Además, resalta la superioridad de la Sabiduría destinada a mandar, el desafío
del conocimiento de las cosas universales y la importancia de ocuparse de los primeros
principios y causas.
CAPITILO 3: LAS CUATRO CAUSAS Y LA FILOSOFÍA ANTERIOR
En este capítulo, Aristóteles se dedica a analizar las cuatro causas como fundamentos de
la ciencia de la Sabiduría. Comienza señalando que es necesario indagar sobre las
causas y principios de esta ciencia para comprenderla en su totalidad.
Las cuatro causas que Aristóteles menciona son: la causa material, la causa formal, la
causa eficiente y la causa final.
1. Causa material: Se refiere a la materia de la cual está compuesto un objeto.
Aristóteles argumenta que la causa material no es suficiente para comprender la
totalidad de la Sabiduría, ya que solo se centra en la sustancia y la esencia de las
cosas.
2. Causa formal: Esta causa se relaciona con la forma o estructura de un objeto.
Aristóteles sostiene que comprender la forma de las cosas es esencial para
alcanzar la Sabiduría, ya que permite entender su naturaleza y esencia.
3. Causa eficiente: Se refiere a la causa que pone en movimiento o causa un cambio
en un objeto. Aristóteles argumenta que comprender la causa eficiente es
fundamental para entender el origen y el proceso de generación de las cosas.
4. Causa final: Esta causa se refiere al propósito o fin para el cual algo existe o se
realiza. Aristóteles afirma que la causa final es la más importante en la búsqueda
de la Sabiduría, ya que implica comprender el bien supremo y el propósito último
de la naturaleza.
Aristóteles sostiene que comprender ambas causas es esencial para alcanzar la
Sabiduría, ya que permiten entender la naturaleza y esencia de las cosas. Además, la
causa eficiente, que es la causa que pone en movimiento o causa un cambio en un
objeto, es crucial para comprender el origen y el proceso de generación de las cosas.
Sin embargo, Aristóteles enfatiza que la causa final es la más importante en la búsqueda
de la Sabiduría. Esta causa se refiere al propósito o fin para el cual algo existe o se
realiza. Comprender la causa final implica entender el bien supremo y el propósito último
de la naturaleza.
Aristóteles también revisa las opiniones de filósofos anteriores sobre las causas, como
aquellos que consideraban que solo la causa material era relevante. Él argumenta que
todas las causas son necesarias para obtener un conocimiento completo y profundo.
En resumen, en este capítulo, Aristóteles explora las cuatro causas (material, formal,
eficiente y final) y su importancia en la ciencia de la Sabiduría. Cada causa desempeña un
papel fundamental en el entendimiento completo de las cosas, pero la causa final, que
implica comprender el propósito último, es considerada como la más relevante. Aristóteles
destaca la necesidad de abordar todas las causas para alcanzar la verdadera Sabiduría.
CAPITILO 4: LAS CAUSAS EN LA FILOSOFÍA PREPLATÓNICA: EMPÉDOCLES,
ANAXÁGORAS, EL ATOMISMO.
En este capítulo, Aristóteles examina las opiniones de filósofos preplatónicos sobre las
causas en la naturaleza. Hesíodo y Parménides consideraron el Amor y el Deseo como
principios de los entes, mientras que Empédocles introdujo la Amistad y el Odio como
causas de lo bueno y lo malo respectivamente. Estos filósofos reconocieron de manera
vaga las causas material y eficiente, pero sin claridad ni coherencia en su explicación.
Anaxágoras propuso el uso del Entendimiento como recurso para la formación del mundo,
pero no lo consideró como la causa principal en la mayoría de los casos. Por su parte,
Empédocles dividió la causa en diversos y contrarios elementos, como la Amistad y el
Odio. Además, él propuso los cuatro elementos (Fuego, Tierra, Aire y Agua) como
principios materiales, aunque solo utilizó dos de ellos en su explicación.
Leucipo y Demócrito afirmaron que los principios son el Pleno y el Vacío, donde el Pleno
representa el Ente y el Vacío el No-ente. Consideraron que las diferencias en la Figura, el
Orden y la Posición son las causas de las demás cosas. Sin embargo, Aristóteles señala
que estos filósofos también omitieron negligentemente explicar el movimiento y su origen
en los entes.
En resumen, los filósofos preplatónicos abordaron de manera limitada las causas en la
filosofía, incluyendo la material y la eficiente, pero sin un enfoque completo y coherente.
Sus opiniones y explicaciones varían en cuanto a los principios y causas que
consideraron relevantes.
CAPITLO 5: LAS CAUSAS EN LA FILOSOFÍA PREPLATÓNICA: PITAGÓRICOS Y
ELEATAS
Aristóteles destaca que en el tiempo de los filósofos preplatónicos, especialmente los
pitagóricos, se consideraba que los números eran los principios fundamentales de todos
los entes. Estos filósofos veían en los números similitudes con lo que es y lo que deviene,
y creían que las proporciones y armonías numéricas se reflejaban en la naturaleza y en el
orden cósmico.
Según Aristóteles, los pitagóricos sostenían que los elementos primordiales eran el Uno,
lo Par y lo Impar, y que a partir de estos elementos se generaban todos los demás
números y, por extensión, todas las cosas. Los pitagóricos consideraban que los
elementos numéricos eran tanto materiales como causales, y creían que el universo en su
totalidad estaba compuesto por números y armonías.
Aristóteles también menciona a otros filósofos preplatónicos, como Parménides y Meliso,
quienes afirmaban la existencia de principios opuestos, como lo Caliente y lo Frío, y
consideraban que estas oposiciones eran los elementos básicos de la realidad. Estos
filósofos buscaban explicar los fenómenos naturales y las propiedades de los entes a
través de estas oposiciones fundamentales.
CAPITULO 6: LOS PRINCIPIOS Y LAS CAUSAS EN PLATON
En el capítulo, Aristóteles destaca la teoría de Platón como una continuación de las
filosofías preplatónicas, aunque con elementos propios. Platón, influenciado por las ideas
de Cratilo y Heráclito, consideraba que todas las cosas sensibles estaban en constante
cambio y que no se podía tener conocimiento verdadero sobre ellas. Por otro lado,
Sócrates se interesaba por los problemas morales y buscaba lo universal en ellos, lo cual
influyó en Platón y su enfoque en las definiciones.
Platón introdujo el concepto de las Ideas, que eran entidades abstractas y eternas,
distintas de las cosas sensibles pero a partir de las cuales se les daba nombre. Creía que
las cosas sensibles participaban de las Ideas y que las Especies eran los elementos
fundamentales de las Ideas. Para Platón, lo Grande y lo Pequeño eran los principios
materiales, mientras que el Uno era el principio de substancia. Los números también
desempeñaban un papel crucial en su filosofía, ya que creía que eran los elementos de
las Ideas y, por lo tanto, de todos los entes.
Aristóteles señala que Platón separó los números y las Ideas de las cosas sensibles, a
diferencia de los pitagóricos, que veían las cosas mismas como números. Además, Platón
introdujo la noción de Especies como causas para las demás cosas, lo cual tuvo su origen
en la investigación de los enunciados y en la dialéctica. Aristóteles también critica la idea
de Platón de convertir la Díada en el principio opuesto al Uno, en lugar del Infinito, y de
considerar a la materia como una masa blanda de la cual se generan cómodamente los
números.
En resumen, Aristóteles destaca que en la filosofía de Platón se emplearon principalmente
dos causas: la quididad (representada por las Ideas y las Especies) y la materia
(representada por lo Grande y lo Pequeño). Platón influyó en la distinción entre lo sensible
y lo inteligible, y en la concepción de las Ideas como los elementos fundamentales de la
realidad. Sin embargo, Aristóteles también señala las diferencias entre la filosofía de
Platón y las enseñanzas de los filósofos preplatónicos.
CAPITULO 7: LAS CAUSAS EN LA FILOSOFIA ANTERIOR: RESUMEN
Aristóteles destaca que ninguno de los filósofos estudiados ha dicho algo que se aparte
de las causas establecidas por él mismo en la Física. Aunque algunos filósofos se
expresan de manera oscura, todos se acercan de alguna manera a las causas que
Aristóteles ha identificado.
Aristóteles enfatiza que algunos filósofos consideran el principio como materia, ya sea uno
o varios, corpóreo o incorpóreo. Otros se centran en la causa del movimiento, como
aquellos que mencionan la Amistad, el Odio, el Entendimiento o el Amor. Sin embargo,
ninguno de ellos ha enunciado claramente la esencia y la substancia.
El filósofo también destaca que los defensores de las Especies se acercan más a la
noción de esencia, considerándolas como la esencia de las cosas y el Uno como la
esencia de las Especies. Sin embargo, ninguno de ellos afirma claramente que algo sea o
se haga a causa de estas esencias.
En resumen, Aristóteles concluye que ninguno de los filósofos mencionados ha ofrecido
una explicación completa y clara de las causas y principios. Aunque se acercan a ellas en
cierta medida, aún existen dificultades en la forma en que cada filósofo se expresa y
piensa acerca de los principios.
CAPITULO 8: CRITICA A LOS FILOSOFOS PREPLATÓNICO
En su crítica a los filósofos preplatónicos, Aristóteles destaca que aquellos que sostienen
que el universo es uno y que hay una sola materia como base, y que esta materia es
corpórea y dotada de magnitud, están cometiendo errores múltiples. Estos filósofos solo
consideran los elementos de los cuerpos, pero no tienen en cuenta las cosas incorpóreas
que también existen. Además, al tratar de explicar las causas de la generación y la
corrupción, y al abordar todas las cosas desde una perspectiva física, descuidan la causa
del movimiento.
Aristóteles critica también la supresión de la substancia y la quididad como causas, así
como la facilidad con la que algunos filósofos atribuyen la condición de principio a
diversos elementos, excepto a la Tierra, sin considerar adecuadamente la generación
recíproca de estos elementos. Señala que aquellos que solo admiten una causa de esta
naturaleza también cometen errores al no tener en cuenta la alteración y al suprimir la
posibilidad de que lo caliente se origine a partir de lo frío y viceversa.
En relación con Anaxágoras, Aristóteles sugiere que si alguien supone que este filósofo
admite dos elementos, estaría más de acuerdo con un concepto que Anaxágoras mismo
no ha expresado, pero que habría aceptado necesariamente si se le hubiera presentado.
Aristóteles señala que Anaxágoras sostiene que todas las cosas estaban inicialmente
mezcladas, excepto el Entendimiento, y que el principio Uno y lo Otro son los principios
fundamentales. Sin embargo, considera que la forma en que Anaxágoras expresa sus
ideas no es clara ni precisa.
En general, Aristóteles critica a los filósofos preplatónicos por centrarse en la generación,
la corrupción y el movimiento, y por no abordar de manera adecuada la substancia y la
quididad como causas. También señala que sus explicaciones son insuficientes para
comprender los cuerpos matemáticos y los cuerpos sensibles, y que no ofrecen una
explicación satisfactoria sobre cómo se produce el movimiento o cómo algunos cuerpos
son pesados y otros livianos.
CAPITULO 9: CRITICA A LA DOCTRINA PLATÓNICA
Aristóteles critica la doctrina platónica que sostiene la existencia de las Ideas como
causas. Argumenta que aquellos que defienden esta posición aducen un número igual de
Ideas a las cosas sensibles, como si al querer contar creyeran que no podrían hacerlo si
las cosas fueran pocas, y por lo tanto agregaran más Ideas. Sin embargo, Aristóteles
cuestiona la evidencia de la existencia de las Ideas y señala que sus conceptos pueden
llevar a contradicciones y dificultades insolubles.
Además, critica la falta de claridad de la explicación platónica sobre las Ideas y su relación
con las cosas sensibles. Se pregunta qué aportan las Ideas a los entes sensibles y a la
ciencia de las demás cosas, ya que no causan movimiento ni cambio en ellas. Argumenta
que las Ideas no son inmanentes en las cosas que participan de ellas y que la afirmación
de que las cosas participan de las Ideas y que estas son paradigmas es solo un uso
metafórico y palabras vacías.
Aristóteles también cuestiona la idea de que las Especies sean números y que sean
causas de las cosas. Argumenta que si las Especies son números, entonces deben ser
proporciones de otras cosas, lo cual lleva a contradicciones y problemas lógicos. Además,
plantea interrogantes sobre cómo se forma una sola Especie a partir de varias Especies y
cómo se diferencian las mónadas si son impasibles y no son de la misma especie.
En resumen, Aristóteles critica la doctrina platónica de las Ideas argumentando que no
ofrece una explicación clara ni satisfactoria sobre su relación con las cosas sensibles y
sobre su papel como causas. También cuestiona la evidencia y la lógica detrás de la
existencia y la naturaleza de las Ideas.
CAPITULO 10: CONCLUSIÓN
Lo importante destacado en el capitulo es que Aristóteles señala que todos los filósofos
han buscado las causas en la naturaleza, pero lo han hecho de manera confusa y a veces
contradictoria. Empédocles, por ejemplo, menciona que la proporción de los elementos es
la esencia y la substancia de las cosas, pero no lo expresa con claridad y no diferencia
entre la proporción de elementos en el hueso y en otras partes del cuerpo. Aristóteles
sugiere que al examinar estas dificultades y aclarar las ideas, se podrán encontrar
soluciones a los problemas que surjan más adelante.
LIBRO II: a
CAPITULO 1: LA FILOSOFÍA COMO CIENCIA DE LA VERDAD.
Lo importante destacado en el capitulo de Aristóteles es que la investigación de la verdad
tiene una doble naturaleza: es fácil en el sentido de que todos los individuos contribuyen
de alguna manera a la comprensión de la verdad, aunque cada uno pueda tener
perspectivas limitadas. Sin embargo, alcanzar la verdad en su totalidad es difícil y
desafiante.
Aristóteles sugiere que la dificultad de alcanzar la verdad no reside tanto en las cosas
mismas, sino en nuestras propias limitaciones. Compara el estado del entendimiento
humano frente a la verdad con los ojos de los murciélagos ante la luz del día, indicando
que nuestra capacidad de comprensión puede ser limitada en relación a las cosas más
claras y evidentes por naturaleza.
No obstante, Aristóteles resalta la importancia de valorar tanto a aquellos cuyas opiniones
compartimos como a aquellos que se han expresado de manera más superficial.
Reconoce que incluso aquellos que han desarrollado ideas superficiales han contribuido
de alguna manera al progreso de nuestro pensamiento y al desarrollo de nuestra facultad
de razonamiento.
Además, Aristóteles sostiene que la filosofía es la ciencia de la verdad, ya que su objetivo
principal es buscar y comprender la verdad en su forma más fundamental. Afirma que el
conocimiento verdadero implica comprender las causas de las cosas, y que la verdad de
una cosa está relacionada con su capacidad de ser causa de verdad para otras cosas.
Por lo tanto, los principios de los entes eternos son considerados los más verdaderos, ya
que no dependen de causas externas, sino que son ellos mismos la causa del ser
verdadero para otras cosas.
En resumen, Aristóteles destaca que la búsqueda de la verdad puede ser difícil debido a
nuestras limitaciones, pero también resalta la importancia de valorar todas las
contribuciones en el proceso de búsqueda del conocimiento verdadero. Además, subraya
que la filosofía es la disciplina que busca comprender las causas y principios
fundamentales que sustentan la verdad.
CAPITULO 2: LAS CAUSAS NO SON INFINITAS
En este pasaje, Aristóteles destaca la idea de que existe un principio y que las causas de
los entes no son infinitas ni en línea recta ni según la especie. Argumenta que no es
posible que una cosa proceda de otra en un sentido infinito tanto en términos de causa
material como en términos de causa del movimiento. Tampoco es posible que aquello en
vista de lo cual se hace algo proceda al infinito. Aristóteles explica que las cosas
intermedias tienen un término último y otro anterior, y necesariamente el término anterior
es causa de los que le siguen.
Además, Aristóteles sostiene que tanto en el sentido ascendente como en el sentido
descendente es imposible ir al infinito. En el sentido ascendente, la generación no es
infinita, por lo que lo primero de lo que se produce algo no será eterno. En el sentido
descendente, las cosas se convierten recíprocamente, pero la conversión no puede ser
infinita ya que tanto las cosas intermedias como las que se convierten tienen un fin.
Aristóteles argumenta que aquellos que defienden la progresión infinita destruyen la
naturaleza del Bien. Señala que la existencia de un término último es necesaria para la
acción, el entendimiento y el conocimiento. Además, critica la idea de que se pueda
conocer o entender algo infinito, ya que el conocimiento y la comprensión requieren llegar
a las causas y entender las cosas que son infinitas de este modo es imposible.
En resumen, Aristóteles destaca que las causas no son infinitas y argumenta en contra de
la idea de una progresión infinita. Sostiene que la existencia de un término último es
necesaria para la acción, el entendimiento y el conocimiento. Además, afirma que el
conocimiento y la comprensión requieren llegar a las causas y entender las cosas que son
infinitas en un sentido finito.
CAPITULO 3: EL LENGUAJE HA DE ACOMODARSE A LO HABITUAL Y A LAS
EXIGENCIAS DE CADA CIENCIA
En este pasaje, Aristóteles resalta la importancia de las costumbres de los oyentes en el
proceso de enseñanza y aprendizaje. Afirma que estamos acostumbrados a escuchar
ciertas formas de hablar y que las cosas expresadas de manera diferente nos parecen
desconocidas y extrañas debido a la falta de costumbre. Lo que es familiar y
acostumbrado es fácilmente comprensible. Aristóteles destaca cómo la costumbre tiene
una gran influencia, incluso en las leyes, donde lo fabuloso y lo pueril pueden tener más
peso que el conocimiento basado en la realidad debido a la costumbre arraigada en la
sociedad.
Además, Aristóteles señala que los oyentes tienen diferentes preferencias y estilos de
comprensión. Algunos solo escuchan si se habla de manera matemática, otros prefieren
ejemplos concretos, algunos exigen citas de poetas y otros pueden encontrar molesta la
precisión excesiva o la enumeración minuciosa. Aristóteles reconoce la diversidad en las
formas de comprender y argumenta que es necesario comprender cómo cada persona
puede entender mejor para poder transmitir el conocimiento adecuadamente.
Aristóteles también aborda el tema de la exactitud matemática en el lenguaje y su
aplicabilidad en diferentes áreas del conocimiento. Sostiene que la exactitud matemática
no debe ser exigida en todo, sino solo en aquellos temas que no involucran materia. Por
lo tanto, argumenta que el enfoque matemático no es apropiado para la Física, ya que la
naturaleza está compuesta probablemente por materia. En consecuencia, propone que se
investigue primero qué es la Naturaleza para comprender qué aspectos aborda la Física y
determinar si corresponde a una sola ciencia o a varias, y estudiar las causas y los
principios involucrados.
LIBRO III: B
CAPITULO 1: FORMULACIÓN DE LAS APORÍAS
Aristóteles plantea la dificultad y facilidad de investigar la verdad. Menciona que nadie
puede alcanzar completamente la verdad, pero cada persona contribuye con algo en su
búsqueda. La investigación de la verdad es fácil en el sentido de que cada individuo dice
algo acerca de la naturaleza, y cuando se unen todas estas contribuciones, se forma un
conocimiento valioso.
Aristóteles señala que la dificultad radica en el hecho de que no podemos alcanzar
completamente la verdad y que la causa de esta dificultad puede estar en nosotros
mismos. Compara la capacidad de comprensión de nuestra alma ante las cosas claras
por naturaleza con el estado de los ojos de los murciélagos ante la luz del día.
Además, destaca la importancia de estar agradecidos no solo con aquellos cuyas
opiniones compartimos, sino también con aquellos que se expresan de manera más
superficial, ya que incluso ellos contribuyen al desarrollo de nuestro pensamiento.
Aristóteles afirma que la Filosofía es la ciencia de la verdad, ya que el objetivo de la
ciencia teórica es la verdad, mientras que el de la ciencia práctica es la acción. Para
conocer lo verdadero, es necesario conocer las causas, y lo más verdadero es aquello
que es causa de que las demás cosas sean verdaderas.
Concluye resaltando que los principios de los entes eternos son los más verdaderos, ya
que no son temporalmente verdaderos y son causa del ser para las demás cosas. Cada
cosa tiene verdad en la medida en que tiene ser.
CAPITULO 2: DESARROLLO DE LAS CINCO PRIMERAS APORIAS
Aristóteles plantea varias aporías o dificultades en relación a las causas y el
conocimiento. Estas aporías se centran en la idea de que no puede haber una cadena
infinita de causas y que el conocimiento requiere alcanzar un término último.
Una de las aporías se refiere a las causas materiales y su relación de origen. Aristóteles
argumenta que no es posible tener una cadena infinita de causas materiales, donde una
cosa proceda de otra de manera infinita. Por ejemplo, no se puede afirmar que la carne
viene de la Tierra, la Tierra del Aire, el Aire del Fuego, y así sucesivamente de forma
infinita. Si esto fuera así, no se podría llegar a una explicación o origen definitivo.
Otra aporía se relaciona con las causas del movimiento. Aristóteles sostiene que tampoco
puede haber una cadena infinita de causas del movimiento. Si se considera que el
movimiento de un objeto es causado por otro objeto, y este por otro, y así sucesivamente
hasta el infinito, no se podría encontrar un principio o origen del movimiento.
Además, Aristóteles plantea que no es posible que algo sea realizado en vista de algo
infinito. Siempre debe haber un fin o término último en una progresión de causas. Por
ejemplo, si se afirma que el pasear es en vista de la salud, y la salud en vista de la
felicidad, y así sucesivamente sin fin, se perdería la posibilidad de llegar a un objetivo final
y se entraría en un proceso infinito sin conclusión.
Otra aporía se relaciona con la conversión recíproca infinita. Aristóteles argumenta que
algunas cosas se convierten recíprocamente, pero no puede haber una cadena infinita de
conversiones. Siempre debe haber un final o término último en este proceso. Por ejemplo,
si el agua se convierte en aire, y este en fuego, y así sucesivamente infinitamente, no se
podría llegar a una conclusión o resultado final.
Por último, Aristóteles menciona que la existencia de una progresión infinita destruiría la
naturaleza del Bien, la posibilidad de acción y el entendimiento. El conocimiento requiere
llegar a las causas y comprenderlas, pero una progresión infinita de causas no permitiría
que esto sucediera de manera finita y alcanzable.
Estas aporías planteadas por Aristóteles en el capitulo muestran las dificultades que
surgen cuando se considera la posibilidad de una cadena infinita de causas y la
importancia de alcanzar un término último para tener un conocimiento completo y
comprensible.
CAPITULO 3: DESARROLLO DE LAS APORÍAS SEXTA Y SEPTIMA
En este fragmento, Aristóteles aborda las aporías relacionadas con los principios y los
géneros de las cosas que son. Plantea varias dificultades en cuanto a qué posición
adoptar para alcanzar la verdad en estas cuestiones.
Una de las aporías se centra en determinar si los géneros o los constitutivos intrínsecos
primeros son los principios y elementos de las cosas. Aristóteles señala que algunos
consideran que los constitutivos primeros, como las partes constituyentes de las voces o
las proposiciones contenidas en las demostraciones geométricas, son los elementos y
principios. Por otro lado, otros argumentan que los géneros, como el fuego y el agua en el
caso de Empédocles, son los elementos y principios. Esta aporía pone en evidencia la
dificultad de definir cuáles son los verdaderos principios y elementos de las cosas.
Otra aporía se refiere a si los géneros son principios de las especies. Aristóteles plantea
que si conocemos las cosas a través de sus definiciones, y los géneros son principios de
las definiciones, entonces los géneros también serán principios de las cosas definidas.
Esto sugiere que los géneros son principios de las especies. Sin embargo, Aristóteles
también menciona que algunos consideran que "lo Uno" o "lo que es" son elementos de
las cosas y los utilizan como géneros. Esta aporía cuestiona la relación entre los géneros
y las especies, y la forma en que los principios se relacionan con ellos.
Otra dificultad planteada es si los géneros primeros o los últimos que se predican de los
individuos son considerados principios. Aristóteles argumenta que si los universales son
siempre principios en mayor grado, entonces los géneros más elevados, que se predican
de todos, serían principios. Esto implicaría que "lo que es" y "lo Uno" son principios y
entidades. Sin embargo, Aristóteles señala que no se puede afirmar que "uno" y "lo que
es" sean géneros de las cosas que son. Esta aporía se relaciona con la dificultad de
definir cuáles son los verdaderos principios y si estos son infinitos.
En resumen, estas aporías en el fragmento destacan las dificultades asociadas con la
determinación de los principios y los géneros de las cosas. Aristóteles plantea cuestiones
sobre la relación entre los constitutivos intrínsecos y los géneros, así como la forma en
que los principios se relacionan con las especies y los individuos. Estas aporías muestran
la complejidad involucrada en la comprensión de los principios y la búsqueda de la verdad
en relación con ellos.
CAPITULO 4: DESARROLLO DE LAS APORÍAS OCTAVA, NOVENA, DECIMA Y
UNDECIMA.
Aristóteles plantea varias aporías que generan interrogantes acerca de la naturaleza de
las cosas. Estas aporías nos desafían a reflexionar sobre cuestiones fundamentales y a
cuestionar nuestras concepciones del conocimiento y la realidad.
La octava aporía se centra en la dificultad de alcanzar la ciencia de las cosas infinitas.
Aristóteles plantea la pregunta de cómo es posible obtener conocimiento de lo infinito si
no existe algo aparte de los individuos, y si los individuos son infinitos en número. Esta
aporía pone de manifiesto las limitaciones de nuestro entendimiento y nos enfrenta a la
incapacidad de abarcar y comprender plenamente lo infinito.
La novena aporía se refiere a la existencia de algo aparte del compuesto concreto. Se
plantea la cuestión de si existe algo más allá de las cosas individuales y, de ser así, si
está presente en todas las cosas o solo en algunas. También se cuestiona si la ausencia
de algo aparte de los individuos implica que no hay nada inteligible más allá de las cosas
sensibles. Esta aporía nos lleva a reflexionar sobre la relación entre lo individual y lo
universal, y sobre la naturaleza de la realidad y la inteligibilidad.
La décima aporía se centra en los principios de las cosas corruptibles e incorruptibles.
Surge la interrogante de si los mismos principios se aplican a ambos tipos de cosas, y
cómo explicar por qué unas son corruptibles y otras son incorruptibles. Aristóteles critica
las explicaciones mitológicas y destaca la necesidad de buscar causas racionales y
coherentes para comprender esta cuestión. Esta aporía nos invita a reflexionar sobre la
naturaleza del cambio, la generación y la corrupción, y sobre la existencia de principios
universales que los sustenten.
La undécima aporía se refiere al papel del Odio y la Amistad como causas de la
corrupción y la generación. Aristóteles señala la aparente contradicción en la posición de
Empédocles, quien considera al Odio tanto como causa de la generación como de la
corrupción. Esta aporía nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de las fuerzas que
impulsan el cambio y la transformación en el mundo, y sobre la complejidad de los
procesos de generación y corrupción.
En resumen, las aporías planteadas por Aristóteles en este fragmento nos desafían a
reflexionar sobre la naturaleza del conocimiento, la realidad y los principios que rigen el
universo. Nos invitan a cuestionar nuestras concepciones y a explorar nuevas formas de
comprensión en busca de respuestas más profundas y coherentes.
CAPITULO 5: DESARROLLO DE LA APORÍA DECIMOCUARTA
En este capitulo, Aristóteles plantea una aporía relacionada con la entidad de los
números, los cuerpos, las superficies y los puntos. Se cuestiona si estas entidades son
reales o simplemente afecciones de los cuerpos. Algunas personas y filósofos antiguos
consideraban que los cuerpos eran la entidad principal, mientras que otros sostenían que
los números eran los principios fundamentales de la realidad. Si los números no fueran
entidades, según Aristóteles, no habría nada que exista verdaderamente.
Además, se destaca la dificultad de comprender la naturaleza de las divisiones y
relaciones entre los cuerpos, las longitudes, los puntos y las superficies. Se plantea el
problema de cómo estas entidades pueden existir y manifestarse en los cuerpos
sensibles. También se menciona que las divisiones de los cuerpos, como las anchuras,
profundidades y longitudes, parecen depender de la existencia de las entidades
mencionadas.
Otra aporía relacionada con la generación y la corrupción surge al considerar que los
puntos, las líneas y las superficies no pueden generarse ni corromperse, aunque puedan
estar presentes o ausentes en ciertos momentos. Aristóteles señala que, a pesar de su
aparente cambio en presencia o ausencia, estas entidades no experimentan verdaderas
transformaciones. Esto plantea la pregunta de qué es lo que realmente se genera y
corrompe en los procesos de generación y corrupción.
En resumen, Aristóteles nos confronta con la aporía de determinar la naturaleza de los
números, los cuerpos, las superficies y los puntos, y cómo se relacionan con la entidad de
las cosas. También nos desafía a comprender el papel de estas entidades en la
generación, corrupción y transformación de la realidad. Estas interrogantes nos llevan a
reflexionar sobre la naturaleza misma de la existencia y la estructura de nuestro
conocimiento.
CAPITULO 6: DESARROLLO DE LAS APORIAS DECIMOTERCERA Y DUODECIMA.
En este capitulo, Aristóteles plantea varias aporías relacionadas con los principios y la
existencia de entidades universales o particulares. Una de las aporías se refiere a la
necesidad de buscar otras realidades, como las Formas, aparte de las cosas sensibles y
las Realidades Matemáticas. Si las Formas no existen, no habrá entidad que sea una
numéricamente además de ser específicamente. Esto conduce a la pregunta de si los
principios son universales o particulares.
Otra aporía se plantea en relación con la potencialidad de los principios. Si los principios
son de otro modo que no sea la potencialidad, entonces algo más sería anterior a los
principios. Pero si los elementos son en potencia, existe la posibilidad de que ninguna de
las cosas que son exista.
Además, se cuestiona si los principios son universales o individuales. Si son universales,
no serán entidades, ya que los predicados comunes no significan un esto numéricamente
uno. Pero si los principios son individuales, no serán cognoscibles, ya que el conocimiento
científico es universal.
Estas aporías planteadas por Aristóteles nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza de
los principios, la existencia de entidades universales o particulares, y la posibilidad de
alcanzar un conocimiento verdadero. Cuestionan la forma en que entendemos y
categorizamos la realidad y nos desafían a buscar respuestas en la filosofía y la
epistemología
LIBRO IV
CAPITULO 1: LA CIENCIA DE LO QUE ES TANTO QUE ALGO ES
El capitulo destaca la existencia de una ciencia que se ocupa de lo que es en sí mismo,
así como de sus atributos. Esta ciencia difiere de las demás disciplinas que se enfocan en
aspectos particulares de lo que es, como las ciencias matemáticas que se centran en los
accidentes de una parte seccionada de la realidad.
Se plantea la búsqueda de principios y causas supremas, que deben ser necesariamente
de una naturaleza propia. Asimismo, se argumenta que si aquellos que buscan los
elementos de las cosas que existen también buscan los principios, estos elementos deben
ser necesariamente elementos de lo que es en sí mismo, y no de manera accidental.
Por lo tanto, se concluye que es necesario alcanzar las causas primeras de lo que es, en
tanto que algo que existe. Este planteamiento invita a indagar en la naturaleza de la
realidad y a buscar principios fundamentales que expliquen su existencia y atributos
esenciales.
CAPITULO 2: LA ENTIDAD. LA UNIDAD Y SUS CLASES. LOS CONTRARIOS.
En el capitulo proporcionado, Aristóteles discute la expresión "algo que es" y su relación
con la unidad y los contrarios. Afirma que esta expresión se dice en muchos sentidos,
pero siempre en relación con una sola cosa y una sola naturaleza, no por mera
homonimia. Compara su uso con términos como "sano" en relación con la salud y
"médico" en relación con la ciencia médica.
Aristóteles sostiene que el estudio de las cosas que son en tanto que cosas que son
corresponde a una única ciencia. Esta ciencia se ocupa de lo primero, es decir, de aquello
de lo cual dependen las demás cosas y por lo cual reciben su denominación
correspondiente. Argumenta que esta ciencia debe poseer los principios y las causas de
las entidades.
Además, señala que a todo género que es uno le corresponde una sensación y una
ciencia. Por lo tanto, una ciencia genéricamente una debe estudiar las especies de lo que
es en tanto que algo que es, y a su vez, a las especies les corresponde estudiar cada una
de las especies de lo que es.
En relación con la unidad y los contrarios, Aristóteles plantea que la unidad y lo que es
tienen una correlación similar a la de causa y principio. Afirmar que algo es uno y algo es
lo mismo significa lo mismo, y no hay diferencia entre ellos. Además, indica que la entidad
de cada cosa es una no accidentalmente, al igual que "algo que es". Por lo tanto,
concluye que hay tantas especies de "lo que es" como hay de lo "uno", y estudiar estas
especies corresponde a una ciencia que es genéricamente la misma.
Aristóteles sostiene que prácticamente todos los contrarios se reducen a este principio, y
que cuantas clases de entidades existen, tantas partes tiene la filosofía. También
menciona que el estudio de los opuestos corresponde a una sola ciencia, y que esta
ciencia debe esclarecer los opuestos de las nociones mencionadas, como lo diverso, lo
desemejante, lo desigual, la multiplicidad y la unidad. La contrariedad se considera un tipo
de diferencia, y la diferencia implica diversidad.
En resumen, en el capítulo Aristóteles explora la relación entre la expresión "algo que es",
la unidad y los contrarios. Argumenta que esta expresión se dice en relación con una sola
cosa y una sola naturaleza. Además, sostiene que el estudio de las cosas que son en
tanto que cosas que son corresponde a una sola ciencia. Destaca que la unidad y lo que
es tienen una correlación similar a la de causa y principio. También menciona que los
contrarios se reducen a este principio y que el estudio de los opuestos corresponde a una
sola ciencia que debe esclarecer los opuestos de las nociones mencionadas.
CAPÍTULO 3: EL ESTUDIO DE LOS AXIOMAS Y, EN PARTICULAR, DEL PRINCIPIO
DE NO-CONTRADICCIÓN
En el texto proporcionado, Aristóteles aborda la cuestión del estudio de los axiomas, en
particular del principio de no-contradicción. Afirma que estos axiomas pertenecen a todas
las cosas que son y no están limitados a un género particular. Por lo tanto, el estudio de
los axiomas corresponde a la misma ciencia que se ocupa de investigar la entidad en su
totalidad.
El principio de no-contradicción es considerado por Aristóteles como el más firme de todos
los principios. Este principio establece que no es posible que lo mismo se dé y no se dé
en lo mismo a la vez y en el mismo sentido. Es un principio fundamental que no está
sujeto a errores y es ampliamente conocido. Se considera un axioma necesario y no
hipotético, ya que es algo que uno necesariamente posee al conocer cualquier cosa.
El estudio de este principio y de los axiomas en general corresponde al filósofo, quien
busca entender la entidad en su totalidad. El filósofo tiene la capacidad de establecer los
principios más sólidos de todas las cosas, y el principio de no-contradicción es
fundamental para todas las demostraciones y razonamientos. Es el principio en el que se
basan muchos otros axiomas y es considerado la base para la coherencia y consistencia
lógica del conocimiento.
En resumen, Aristóteles destaca la importancia del estudio de los axiomas, en particular
del principio de no-contradicción. Este principio, que establece que no es posible que lo
mismo se dé y no se dé en lo mismo a la vez y en el mismo sentido, es considerado el
más firme de todos los principios. El filósofo se ocupa de investigar y comprender estos
axiomas, ya que son fundamentales para el razonamiento lógico y la consistencia del
conocimiento.
CAPITULO 4: REFUTACIÓN DE LOS QUE PRETENDEN NEGAR EL PRINCIPIO DE
NO-CONTRADICCIÓN
En la refutación del autor hacia aquellos que pretenden negar el principio de no-
contradicción, Aristóteles argumenta en contra de la idea de que lo mismo puede
ser y no ser al mismo tiempo. Afirma que algunos sostienen esta posición, incluso
filósofos de la naturaleza, pero considera que es una forma de pensar errónea y
basada en la ignorancia.
Aristóteles sostiene que el principio de no-contradicción es el más firme de todos
los principios y establece que no es posible que lo mismo sea y no sea a la vez y en
el mismo sentido. Argumenta que este principio es conocido y aceptado, y no
requiere una demostración, ya que es imposible que haya una demostración de
todos los principios. Aquellos que piden una demostración del principio de no-
contradicción muestran su ignorancia sobre qué cosas requieren demostración y
cuáles no.
El autor destaca que aquellos que niegan el principio de no-contradicción se
enfrentan a dificultades lógicas y lingüísticas. Argumenta que el lenguaje
significativo se basa en la distinción de significados entre palabras y que negar
esta distinción llevaría a la incoherencia y la imposibilidad de un diálogo
significativo. Además, señala que si uno niega la distinción de significados, todos
los términos se convertirían en sinónimos y todas las cosas serían una sola.
Aristóteles también refuta la idea de que lo mismo puede ser y no ser en diferentes
aspectos. Argumenta que si los términos tienen significados distintos, como es el
caso de "hombre" y "no-hombre", entonces no es posible que lo mismo sea y no
sea a la vez. Además, argumenta en contra de la inclusión de todos los accidentes y
características en una afirmación, ya que los accidentes son infinitos y enumerarlos
sería imposible.
En resumen, Aristóteles destaca la importancia del principio de no-contradicción y refuta
los argumentos de aquellos que pretenden negarlo. Argumenta en contra de la idea de
que lo mismo puede ser y no ser al mismo tiempo y señala las dificultades lógicas y
lingüísticas que surgen al negar este principio. Su argumento se basa en la distinción de
significados entre palabras y en la imposibilidad de enumerar todos los accidentes y
características de una entidad.
CAPITULO 5: REFUTACIÓN DE LAS POSICIONES RELATIVAS.
En su refutación hacia posiciones relativas, Aristóteles aborda la idea de que las
contradicciones y los contrarios pueden coexistir. Estas opiniones surgieron de la
observación de las cosas sensibles, donde se puede ver que los contrarios se generan a
partir de lo mismo. Sin embargo, Aristóteles argumenta que estas opiniones carecen de
conocimiento completo.
Aristóteles sostiene que el mismo término puede tener significados diferentes y que es
posible que algo se genere a partir de lo que no es en cierto sentido, pero no en otros.
Menciona que algo puede ser potencialmente los contrarios, pero no puede estar
actualmente en ambos estados al mismo tiempo. Además, argumenta que existe una
entidad distinta en la cual no se da movimiento, corrupción ni generación.
El autor señala que algunos filósofos llegaron a estas opiniones al considerar las cosas
sensibles como las únicas que existen. Sin embargo, Aristóteles argumenta que las cosas
sensibles son indeterminadas y están en constante cambio, lo que dificulta establecer una
verdad sobre lo que está en constante transformación. Critica la idea de que no es posible
un discurso verdadero sobre lo que está en cambio total y menciona la opinión extrema de
aquellos que dicen que "heraclitizan", como Crátilo, quien incluso llegó a la conclusión de
que no debería hablar.
Aristóteles responde a estos argumentos señalando que lo que está cambiando aún
conserva algo de lo que está perdiendo y que en la generación y corrupción hay algo
previo y posterior. Además, distingue entre cambios en la cualidad y cambios en la
cantidad, y argumenta que aunque algunas cosas sensibles puedan cambiar, no se puede
generalizar esa característica al universo en su totalidad.
El autor también critica la idea de que todas las cosas están en reposo en lugar de estar
en movimiento, ya que argumenta que si todo estuviera en reposo, no habría nada hacia
lo cual algo pudiera cambiar.
En relación a la verdad, Aristóteles menciona que la sensación propia no es falsa, pero
diferencia entre la sensación y la imaginación, señalando que esta última no se identifica
con la primera.
En resumen, Aristóteles refuta las posiciones relativas que sostienen que las
contradicciones y los contrarios pueden coexistir. Argumenta que si bien los contrarios
pueden estar presentes en potencia, no pueden estar presentes en el mismo sentido y en
estado de plena actualización. Además, critica la idea de que las cosas sensibles son las
únicas que existen y que no se puede establecer una verdad sobre lo que está en cambio
constante. También distingue entre cambios en la cualidad y cambios en la cantidad, y
critica la noción de que todo está en reposo. Por último, diferencia entre la sensación y la
imaginación y enfatiza que la verdad no se puede generalizar a partir de la apariencia
sensible.
CAPITULO 6: CONTINUACIÓN DE LA CRITICA DE LAS POSICIONES RELATIVISTAS.
En este fragmento, Aristóteles destaca la importancia de distinguir entre lo relativo y lo
absoluto. Algunos argumentan que todo lo que aparece es verdadero, pero Aristóteles
refuta esta idea al señalar que lo que aparece es relativo a quien lo percibe, cuándo y
cómo lo percibe. Esto implica que no todas las cosas son relativas, ya que algunas son
por sí mismas. Además, el autor advierte que aquellos que buscan imponerse por la
fuerza en la discusión deben tener cuidado de no afirmar que todo lo que aparece es
verdadero, ya que esto convertiría en relativas todas las cosas que son.
Aristóteles también plantea que es imposible que dos afirmaciones contradictorias sean
verdaderas al mismo tiempo en relación a lo mismo. Esto implica que los contrarios no
pueden darse simultáneamente en lo mismo, a menos que se den en cierto sentido o uno
sea absoluto y el otro sea relativo.
En resumen, Aristóteles enfatiza la importancia de distinguir entre lo relativo y lo absoluto.
Argumenta en contra de la idea de que todo lo que aparece es verdadero y sostiene que
los contrarios no pueden coexistir en lo mismo. Estas ideas son fundamentales para
comprender la lógica aristotélica y su rechazo hacia las posiciones relativas.
CAPITULO 7: EL PRINCIPIO DEL TERCIO EXCLUSO
El principio del tercio excluso es destacado y explicado por Aristóteles en este fragmento.
Según este principio, no puede haber un término intermedio entre dos afirmaciones
contradictorias. En otras palabras, se debe afirmar o negar uno de los dos términos
contradictorios, no hay una posición neutral o intermedia.
Aristóteles presenta varios argumentos para respaldar esta idea. En primer lugar, define lo
verdadero como la afirmación de lo que es y lo falso como la afirmación de lo que no es.
Si alguien afirma que algo es o no es, está diciendo algo verdadero o falso,
respectivamente. No se puede afirmar indistintamente que algo es o no es.
Además, Aristóteles argumenta que si existiera un término medio entre los contradictorios,
habría un tipo de cambio o generación intermedia entre los términos opuestos. Sin
embargo, esto no se observa en la realidad. Además, el pensamiento humano tiende a
afirmar o negar, lo que implica que no hay un término medio en el proceso del
razonamiento.
El autor también señala que la existencia de un término medio entre los contradictorios
llevaría a un proceso infinito y a un aumento constante de entidades. Esto sería
problemático y contradiría la noción de definición, que es fundamental para el
pensamiento lógico.
En resumen, el principio del tercio excluso sostiene que no puede haber un término
intermedio entre dos afirmaciones contradictorias. Aristóteles presenta argumentos lógicos
y conceptuales para respaldar esta idea y refutar las opiniones que defienden la
existencia de términos intermedios. Este principio es esencial en la lógica aristotélica y en
el análisis de los enunciados y su verdad.
CAPITULO 8: CONTRA LA OPINIÓN DE QUE TODO ES VERDADERO Y TODO ES
FALSO
El fragmento resalta la refutación de la opinión de que todo es verdadero y todo es falso.
Aristóteles argumenta en contra de esta postura, señalando que no puede haber
enunciados unilaterales y generales que sean verdaderos o falsos para todas las cosas.
En primer lugar, Aristóteles destaca que la afirmación de que nada es verdadero o que
todo es verdadero se identifica con la doctrina de Heráclito, pero estas afirmaciones son
contradictorias y no pueden ser verdaderas. Además, hay enunciados contradictorios que
no pueden ser simultáneamente verdaderos ni falsos.
El autor enfatiza que es necesario exigir a quienes sostienen estas opiniones que
ofrezcan definiciones claras y significativas. La discusión debe partir de una base definida
para comprender el significado de "verdadero" o "falso".
Aristóteles argumenta que si afirmar algo verdadero implica negar su opuesto falso, no es
posible que todo sea falso, ya que uno de los términos contradictorios debe ser
verdadero. Del mismo modo, si se debe afirmar o negar todo, no puede haber una
situación en la que ambos sean falsos.
Además, el autor señala que estas opiniones se destruyen a sí mismas. Quien afirma que
todo es verdadero convierte su propia afirmación en falsa, ya que el enunciado contrario
dice que no es verdadero. Lo mismo ocurre con quien afirma que todo es falso.
Aristóteles también refuta la idea de que todas las cosas están en reposo o en
movimiento. Argumenta que si todo está en reposo, se generarían enunciados verdaderos
y falsos eternamente, lo cual no es posible. Del mismo modo, si todo está en movimiento,
nada sería verdadero, lo cual también es contradictorio.
En conclusión, Aristóteles refuta la opinión de que todo es verdadero y todo es falso,
argumentando que estas afirmaciones son contradictorias y se destruyen a sí mismas.
Además, destaca la importancia de definiciones claras y significativas en la discusión de
la verdad y la falsedad.
LIBRO V
CAPITULO 1: PRINCIPIO
Lo más importante en este fragmento es la explicación de los diferentes significados y
tipos de principios. Aristóteles presenta varias categorías de principios y destaca que
todos ellos comparten la característica de ser lo primero desde donde algo se origina, se
realiza o se conoce.
En primer lugar, el principio puede referirse al punto de partida desde donde alguien
puede comenzar a moverse o actuar. Por ejemplo, en el caso de la longitud o el camino,
el principio será el punto de partida.
En segundo lugar, el principio puede ser el punto desde donde algo se puede hacer de la
mejor manera posible. Por ejemplo, en la instrucción, no siempre se debe empezar desde
el principio de la materia, sino desde el punto donde el estudiante pueda aprender con
mayor facilidad.
En tercer lugar, el principio puede ser aquello desde lo cual algo comienza a formarse,
siendo intrínseco a la cosa. Por ejemplo, en una nave, la quilla es considerada el principio,
al igual que los cimientos en una casa. En el caso de los animales, algunas personas
consideran que el corazón es el principio, mientras que otros señalan alguna otra parte
similar.
En cuarto lugar, el principio puede ser aquello desde lo cual algo comienza a formarse, sin
ser intrínseco a la cosa. Por ejemplo, el hijo comienza a existir a partir del padre y la
madre, y la lucha puede empezar a partir de una injuria.
En quinto lugar, el principio puede ser aquello según cuyo diseño se mueven o cambian
las cosas. Se aplica a los magistrados, las potestades, los reinos y las tiranías en los
Estados, así como a las artes, especialmente las arquitectónicas.
Además, el principio también puede referirse al punto desde donde una cosa se vuelve
cognoscible. Por ejemplo, en las demostraciones, las premisas son consideradas el
principio.
Aristóteles destaca que todos estos principios pueden ser intrínsecos o extrínsecos a la
cosa. La naturaleza, el elemento, la inteligencia, el diseño, la substancia y la causa final
son ejemplos de principios, ya que son lo primero desde donde se origina el conocimiento
y el movimiento de muchas cosas.
CAPITULO 2: CAUSA
Lo más importante en este fragmento es la explicación de las diferentes categorías y tipos
de causas. Aristóteles presenta una variedad de causas y destaca que todas ellas tienen
un papel en la generación, el movimiento o el conocimiento de las cosas.
En primer lugar, la causa puede ser la materia inmanente de la que algo se hace. Por
ejemplo, el bronce es la causa de la estatua, y la plata es la causa de la copa. También se
incluyen los géneros de estas cosas como causas.
En segundo lugar, la causa puede ser la especie o el modelo según el cual algo se
realiza. Esto se refiere a la esencia y sus géneros, como la relación de dos a uno en la
octava musical. También se consideran las partes que forman el enunciado.
En tercer lugar, la causa puede ser aquello de donde proviene el principio del cambio o la
estabilidad. Por ejemplo, el que da consejos es la causa de la acción, el padre es la causa
del hijo y el agente es la causa de lo que es hecho. También se incluyen otros elementos
que producen cambios.
En cuarto lugar, la causa puede ser el fin o el bien para el cual algo se realiza. Por
ejemplo, la salud puede ser la causa del pasear, ya que se pasea para mantenerse sano.
Estas causas son consideradas las mejores y el objetivo de las demás cosas.
Aristóteles señala que todas estas causas pueden dividirse en cuatro clases principales:
aquellas relacionadas con lo que algo se hace, aquellas relacionadas con lo que es el fin,
aquellas relacionadas con lo que causa el cambio o la estabilidad, y aquellas que son
causas de los contrarios. Cada una de estas clases tiene diferentes especies y modos de
manifestarse.
Además, Aristóteles destaca que las causas pueden ser propias o accidentales, pueden
estar en potencia o en acto, y pueden ser consideradas como singulares o como géneros.
También se pueden combinar en diferentes formas, y algunas causas están relacionadas
con otras de manera concatenada.
En resumen, Aristóteles establece una clasificación detallada de las causas, mostrando
que hay diversos aspectos y perspectivas desde los cuales podemos comprender los
procesos de generación, movimiento y conocimiento en el mundo.
CAPITULO 3: ELEMENTO
Aristóteles define el concepto de elemento como aquello que es lo primero, inmanente y
específicamente indivisible en otra especie. Por ejemplo, en el caso de una voz, los
elementos son las partes en las que se divide la voz y que no se pueden dividir en otras
voces diferentes. Lo mismo ocurre en los cuerpos, donde los elementos son las últimas
cosas en las que se dividen sin que estas últimas se dividan en otras cosas diferentes.
También se aplican los elementos a las proposiciones geométricas y a las
demostraciones, donde las demostraciones primeras e implícitas se consideran
elementos.
En sentido metafórico, el término "elemento" se refiere a algo que es uno, pequeño e
indivisible pero útil para muchas cosas. Además, se menciona que las cosas más
universales son consideradas elementos, ya que cada una de ellas, al ser simple y
universal, está presente en muchas o en la mayoría de las cosas. Esto lleva a que
algunos consideren al Uno y al Punto como principios fundamentales.
En relación a los géneros, se argumenta que también pueden ser considerados
elementos, ya que son universales e indivisibles. Al contrario de las diferencias, los
géneros son más universales y están presentes en lo que tiene diferencia. En resumen,
los elementos son lo primero, indivisible e inmanente en otra especie de lo que algo está
compuesto, y pueden ser partes de una entidad, como una voz, o principios
fundamentales, como el Uno y el Punto.
CAPITULO 4: NATURALEZA
En primer lugar, Aristóteles define la naturaleza como la generación de las cosas que
crecen, como el alargar una vocal. También se refiere a aquello que es inmanente y lo
primero a partir de lo cual crece algo. Además, la naturaleza se relaciona con el primer
movimiento que se encuentra en los entes naturales como parte de su propia existencia.
La naturaleza también se comprende como el crecimiento que ocurre en las cosas a
través de la unión natural o por contacto y adherencia, como en el caso de los embriones.
La unión natural implica que hay algo idénticamente uno en ambas partes que las hace
estar unidas y formar una sola entidad en términos de continuidad y cantidad, aunque no
necesariamente en cuanto a la cualidad.
Otro aspecto de la naturaleza es el elemento primero, informe e inmutable que constituye
la base de algo o de lo que algo está hecho. Por ejemplo, el bronce se considera la
naturaleza de una estatua y la madera de los objetos de madera. Algunos mencionan los
elementos como el Fuego, la Tierra, el Aire o el Agua como la naturaleza de los entes
naturales.
En un sentido más amplio, la naturaleza puede referirse a la substancia de los entes
naturales y la composición de las cosas mezcladas. Sin embargo, la verdadera naturaleza
de algo se encuentra en su especie y forma. En resumen, la naturaleza se refiere a la
substancia, el movimiento intrínseco y el crecimiento de los entes naturales, así como a
los elementos fundamentales y la unión natural entre las partes.
CAPITULO 5: NECESARIO
En primer lugar, Aristóteles define lo necesario como aquello sin lo cual no es posible vivir.
Se refiere a la respiración y al alimento como ejemplos de cosas necesarias para la
existencia de un animal. Además, lo necesario se relaciona con aquello sin lo cual no es
posible alcanzar el bien o evitar el mal. Por ejemplo, tomar medicina es necesario para
mantenerse sano, y navegar hacia Egina es necesario para recibir dinero. También se
menciona lo forzoso y la violencia como formas de necesidad, ya que se oponen a la
tendencia y el designio y pueden ser aflictivas. La necesidad se entiende como algo que
no se puede evitar y va en contra del movimiento conforme al designio y la reflexión.
En segundo lugar, lo necesario se refiere a lo que no puede ser de otro modo. Cuando
decimos que algo es necesario, significa que no puede ser de otra manera. Esta noción
de necesidad se aplica a varias cosas. Asimismo, se menciona la demostración como algo
necesario, ya que una vez que algo ha sido demostrado, no puede ser de otro modo. Las
premisas de una demostración también son necesarias, ya que si es imposible que sean
de otra manera, entonces la conclusión también es necesaria. Algunas cosas tienen su
causa de necesidad en otras, mientras que para algunas otras su necesidad se deriva de
su propia naturaleza.
Por último, Aristóteles plantea que lo primero y propiamente necesario es lo simple. Lo
simple no puede ser de varios modos, ya que de lo contrario sería variable. Por lo tanto, si
existen seres eternos e inmóviles, no hay nada forzoso o preternatural para ellos, ya que
su existencia se rige por una necesidad propia y no está sujeta a influencias externas.
CAPITULO 6: UNO. UNIDAD
En este pasaje, Aristóteles aborda el concepto de unidad y destaca diferentes formas en
las que algo puede considerarse uno. En primer lugar, se menciona la unidad accidental,
que ocurre cuando dos o más elementos se consideran uno debido a su relación
accidental, como "Corisco músico" o "lo músico y lo justo". También se menciona la
unidad de continuidad, que se refiere a la unidad que surge de la cohesión y continuidad
de un objeto, como un haz de maderos unidos por cola. Además, se destaca la unidad
que surge de la indivisibilidad según la sensación, como el vino o el agua que se
consideran uno en virtud de su naturaleza indivisible.
Aristóteles también explora la unidad en relación con la especie y el género. Se dice que
las cosas son una en virtud de tener la misma especie o género, como los caballos,
hombres y perros que son uno en cuanto a ser animales. Asimismo, se menciona la
unidad en relación con la continuidad y la indivisibilidad, como las partes de un cuerpo o
una línea recta que se consideran una. Además, se aborda la unidad en relación con los
enunciados y la intelección, donde algo es uno si su enunciado es indivisible o si su
intelección no puede producir separación conceptual.
En resumen, Aristóteles explora diferentes dimensiones de la unidad, incluyendo la unidad
accidental, la unidad de continuidad, la unidad según la especie y el género, y la unidad
en relación con los enunciados y la intelección. Destaca que la unidad puede surgir de la
relación entre elementos, la continuidad física, la indivisibilidad según la sensación y la
similitud en especie o género. La comprensión de la unidad es fundamental para el
estudio de la filosofía y la naturaleza de las cosas.
CAPITULO 7: LO QUE ES
En este pasaje, Aristóteles distingue dos formas en las que se puede considerar algo
como un ente. Por un lado, está el ente por accidente, que se refiere a la relación
accidental entre dos atributos o características. Por ejemplo, cuando decimos que "el justo
es músico" o "el músico es hombre", estamos indicando una relación accidental en la cual
ambos atributos se dan en el mismo sujeto. También se menciona que las cosas que se
dicen por accidente pueden serlo porque ambos atributos se dan en un mismo ente, o
porque uno de ellos es accidente del otro, o porque ambos existen en el mismo sujeto.
Por otro lado, está el ente por sí, que se refiere a las cosas significadas por las figuras de
la predicación. Los predicados pueden significar quididad, cualidad, cantidad, relación,
acción o pasión, lugar y tiempo. En este caso, "ser" y "ente" tienen el mismo significado
que cada uno de estos predicados. Además, "ser" y "es" también pueden significar la
verdad, mientras que "no ser" significa falsedad, tanto en la afirmación como en la
negación.
Además, Aristóteles señala que "ser" y "ente" pueden tener diferentes significados según
se refieran a algo en potencia o en entelequia. Por ejemplo, podemos decir que algo es
vidente tanto si tiene el potencial para ver como si lo está ejerciendo activamente. Lo
mismo se aplica a otras características como el saber, el reposo y las substancias.
En resumen, Aristóteles explora las diferentes formas en las que algo puede considerarse
como un ente, ya sea por accidente o por sí mismo. Además, destaca que el "ser" y el
"ente" pueden tener diferentes significados dependiendo de si se refieren a una relación
accidental o a las características inherentes de un sujeto. Esta distinción es fundamental
para comprender la naturaleza de las cosas y cómo se relacionan entre sí.
CAPITULO 8: ENTIDAD – SUBSTANCIA
En este pasaje, Aristóteles presenta dos conceptos principales de substancia. En primer
lugar, se refiere a las substancias como los cuerpos simples, compuestos y partes
inmanentes de las cosas. Estas substancias son aquellas que no se predican de ningún
otro sujeto, sino que son la base sobre la cual se predican las demás cosas. En segundo
lugar, Aristóteles sostiene que la substancia también puede referirse a aquello que es la
causa interna del ser en las cosas, como el alma en el caso de los animales. Además,
menciona que las partes inmanentes que limitan y significan algo específico también son
consideradas substancias. En resumen, la substancia se caracteriza por ser el sujeto
último que no se predica de otro y por su capacidad de limitar y determinar algo específico
en la realidad.
CAPITULO 9: LO MISMSO, DIVERSO. SEMEJANTE, DESEMEJANTE.
En este pasaje, Aristóteles discute los conceptos de identidad, diferencia y similitud. En
primer lugar, menciona que algunas cosas son idénticas por accidente, es decir,
comparten los mismos accidentes o atributos. Por ejemplo, lo blanco y lo músico se
consideran idénticos cuando son accidentes de lo mismo. Además, hay cosas que son
idénticas por sí mismas, ya sea por tener la misma materia, la misma especie o la misma
substancia. La identidad implica una unidad y se refiere a la relación entre varios
elementos o cuando un objeto es considerado como dos.
Por otro lado, Aristóteles habla de las cosas que son diferentes, las cuales pueden tener
características similares en ciertos aspectos, pero no son idénticas en términos de
número, especie o género. También menciona que aquellas cosas que tienen un género
diferente, son contrarias o tienen una alteridad en su substancia se consideran diferentes
entre sí. Por último, el filósofo aborda el concepto de similitud, que se refiere a las cosas
que comparten características comunes o son sujetos pasivos de las mismas cosas.
Además, la similitud puede basarse en la cualidad de los objetos o en la relación con otros
elementos similares. En contraposición a las cosas semejantes, se utilizan el término
desemejantes para referirse a las cosas que no comparten estas similitudes.
En resumen, Aristóteles explora los conceptos de identidad, diferencia y similitud. La
identidad se refiere a la relación entre cosas que comparten accidentes o atributos, ya sea
por accidente o por sí mismas. La diferencia se establece cuando las cosas son distintas
en términos de número, especie, género o substancia. Por otro lado, la similitud implica
que las cosas comparten características comunes, ya sea en términos de cualidad,
relación o sujetos pasivos.
CAPITULO 10: OPUESTOS CONTRARIOS: DIVERSOS EN CUANTO A LA ESPECIE.
En este pasaje, Aristóteles discute los conceptos de opuestos, contrarios y cosas
distintas. Los opuestos son cosas que no pueden coexistir en un mismo receptáculo,
como lo gris y lo blanco. Los contrarios, por otro lado, son diferentes en términos de
género y no pueden coexistir en una misma entidad. También se mencionan diferentes
tipos de contrariedad, como la máxima diferencia y la diferencia según el género o la
especie. Además, se aborda la idea de cosas distintas en términos de especie, aquellas
que no están subordinadas entre sí o que tienen diferencias incluso estando en el mismo
género. En resumen, Aristóteles explora las relaciones entre opuestos, contrarios y cosas
distintas, destacando cómo estos conceptos se aplican en diferentes categorías y
situaciones.
CAPITULO 11: ANTERIOR Y POSTERIOR
En este pasaje, Aristóteles discute los conceptos de anteriores y posteriores en diferentes
aspectos. Algunas cosas se consideran anteriores o posteriores en relación al lugar, al
tiempo, al movimiento, a la potencia y a la ordenación. Por ejemplo, algo puede ser
anterior en términos de distancia espacial o temporal, o bien en relación a un proceso de
movimiento o desarrollo. También se menciona que algunas cosas son anteriores en
términos de conocimiento conceptual, mientras que otras lo son en términos de
sensación. Además, se destaca la relación entre la sustancia y su anterioridad, donde la
sustancia es considerada anterior a los accidentes. Por último, se menciona la distinción
entre cosas que pueden existir independientemente de otras y aquellas que requieren la
existencia de otras.
En resumen, Aristóteles explora diversas dimensiones en las que se pueden entender la
anterioridad y posterioridad de las cosas. Estos conceptos pueden referirse al espacio, al
tiempo, al movimiento, a la potencia, a la ordenación, al conocimiento y a la relación entre
sustancia y accidentes. La anterioridad y posterioridad pueden manifestarse en términos
de existencia independiente o dependiente de otras cosas.
CAPITULO 12: PONENCIA O CAPACIDAD. IMPOTENCIA O INCAPACIDAD.
LIBRO VI:
CAPITULO 1: LA CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS TEORÉTICAS. ONTOLOGÍA Y
TEOLOGÍA.
En este texto, Aristóteles destaca la búsqueda de principios y causas en relación a los
entes. Menciona que las ciencias teóricas, basadas en la razón y el razonamiento, se
centran en causas y principios, y tratan sobre entes y géneros específicos en lugar del
Ente en general. Señala que estas ciencias no se preocupan por la quididad en sí misma,
sino que utilizan la quididad como base para demostrar propiedades inherentes a los
géneros que estudian. Además, menciona que la Física y las Matemáticas son ciencias
especulativas, pero cada una aborda diferentes tipos de entes, ya sea entes móviles o
entes inmóviles. También destaca la importancia de la Teología como una de las tres
filosofías especulativas, junto con la Matemática y la Física, y señala que estas ciencias
especulativas son más nobles que las demás ciencias. En resumen, Aristóteles enfatiza la
importancia de la búsqueda de principios y causas en las ciencias teóricas, así como la
distinción entre diferentes tipos de entes y la relevancia de la Teología como una ciencia
especulativa.
CAPITULO 2: LOS SENTIDOS DE “SER” Y “LO QUE ES”. NO HAY CIENCIA DE LO
QUE ES ACCIDENTALMENTE.
En este pasaje, Aristóteles discute el concepto de accidente. Se refiere a los entes que no
son necesarios ni constantes, sino que se dan de forma ocasional o no habitual. Menciona
que ninguna ciencia, ya sea práctica, factiva o especulativa, se ocupa de los accidentes,
ya que no son objeto de conocimiento sistemático. Los accidentes están relacionados con
características o propiedades que no son esenciales ni inherentes a la naturaleza de los
entes.
Aristóteles señala que los entes por accidente no están sujetos a generación y corrupción,
a diferencia de los entes que son necesarios o generales. Utiliza ejemplos como el clima
inusual durante la canícula o el color de una persona para ilustrar la naturaleza accidental
de ciertos fenómenos.
El filósofo también destaca que los accidentes no son producidos por un arte o una
potencia específica, sino que su causa es casual y fortuita. Los accidentes surgen de la
combinación de circunstancias particulares y no pueden ser explicados ni comprendidos
mediante el conocimiento científico.
En resumen, Aristóteles argumenta que los accidentes son características o propiedades
de los entes que no son necesarias ni constantes, y que no son objeto de estudio de
ninguna ciencia específica. Su aparición y existencia se deben a factores casuales y
fortuitos, y no están sujetos a generación y corrupción como los entes esenciales.
CAPITULO 3: NATURALEZA Y CAUSAS DE LO QUE ES ACCIDENTALMENTE
En este pasaje, Aristóteles reflexiona sobre la existencia de principios y causas que son
generables y corruptibles sin que haya un proceso de generación o corrupción. Argumenta
que si todas las cosas tuvieran una causa necesaria y no accidental para su generación y
corrupción, entonces todo estaría determinado por necesidad.
Aristóteles plantea una secuencia de eventos en la que se resta constantemente tiempo a
un tiempo finito hasta llegar al presente. A través de esta reducción temporal, se llega a
situaciones particulares y a la ocurrencia de eventos específicos. Por ejemplo, un hombre
puede morir violentamente si sale de su casa, y esto sucede si tiene sed, y la sed puede
ser causada por otra situación. De esta manera, se argumenta que todas las cosas
futuras serían necesarias y predeterminadas.
Sin embargo, Aristóteles también señala que si nos remontamos a lo ya sucedido, el
razonamiento es el mismo. En este caso, lo que ya ha ocurrido está presente en alguna
forma. Por lo tanto, todas las cosas futuras serían necesarias y predeterminadas. Por
ejemplo, se sostiene que si alguien está vivo, será inevitable que muera, ya que algo ya
ha sucedido en su interior, como la presencia de contrarios. Sin embargo, Aristóteles
plantea la pregunta de si esta reducción nos lleva a la causa material, final o eficiente.
CAPITULO 4: “SER” EN EL SENTIDO DE “SER VERDADERO”
En este pasaje, Aristóteles se centra en el análisis del Ente como verdadero y el No-ente
como falso. Señala que esta distinción se realiza a través de la composición y división de
los conceptos, y que el pensamiento desempeña un papel fundamental en esta
determinación.
Aristóteles argumenta que lo verdadero implica la afirmación en el compuesto y la
negación en lo dividido, mientras que lo falso implica la contradicción de esta partición.
Sin embargo, destaca que cómo se realiza el pensamiento simultánea o separadamente
es una cuestión aparte.
Es importante destacar que Aristóteles enfatiza que lo falso y lo verdadero no se
encuentran en las cosas en sí, sino en el pensamiento. Además, aclara que esta distinción
no se aplica a las cosas simples y a las quididades, sino específicamente al ámbito del
pensamiento.
Aristóteles sugiere que se debe omitir el análisis del Ente como accidente y el Ente como
verdadero, ya que la causa del primero es indeterminada y la del segundo se relaciona
con una afección del pensamiento. Estos conceptos se refieren a un tipo diferente de Ente
y no revelan la existencia de una naturaleza del Ente externa a ellos.
LIBRO VII
CAPITULO 1: LA ENTIDAD COMO SENTIDO FUNDAMENTAL DE “SER” Y COMO
CATEGORÍA PRIMERA.
En este pasaje, Aristóteles aborda la variedad de significados que tiene el término "Ente".
Según él, "Ente" se dice en varios sentidos, refiriéndose tanto a la quididad y algo
determinado, como a la cualidad, cantidad y otros predicados de esa naturaleza. Sin
embargo, destaca que el primer y más fundamental sentido del "Ente" es la quididad, que
representa la substancia.
Aristóteles sostiene que cuando expresamos la cualidad de algo determinado, como ser
bueno o malo, no estamos hablando del "Ente" propiamente dicho, sino más bien de
características como el color, la temperatura o el tamaño. En cambio, cuando
preguntamos "¿qué es?" estamos buscando comprender la quididad o la substancia de un
objeto, como ser un hombre o un dios.
El filósofo plantea la cuestión de si conceptos como "andar", "estar sano" o "estar
sentado" representan entidades en sí mismas. Sin embargo, argumenta que ninguno de
ellos posee una existencia propia ni puede separarse de la substancia. En última
instancia, son aspectos o propiedades que se atribuyen a algo que posee una substancia,
un sujeto determinado.
Aristóteles enfatiza que la Substancia es el Ente primero, el Ente absoluto y fundamental.
Es separable de los demás categoremas y desempeña un papel central en el enunciado y
en el conocimiento. Señala que cuando conocemos la substancia de algo, como qué es el
hombre o el fuego, tenemos un mayor entendimiento de la realidad que cuando solo
conocemos sus cualidades o cantidades.
El estudio de la Substancia y su comprensión es una preocupación constante en la
filosofía, ya que la pregunta sobre qué es el Ente es esencialmente la pregunta sobre qué
es la Substancia. Aristóteles menciona que ha habido diferentes posturas sobre la
naturaleza de la Substancia, si es única o múltiple, si su número es finito o infinito. Por lo
tanto, considera necesario dedicar un estudio primordial y exclusivo a comprender qué es
el Ente en este sentido fundamental de la Substancia.
CAPITULO 2: DISTINTAS OPINIONES ACERCA DE LA ENTIDAD. EL PROBLEMA DE
LA EXISTENCIA DE REALIDADES SUPRASENSIBLES.
En este fragmento, Aristóteles aborda la cuestión de la Substancia y su relación con los
cuerpos y otras entidades. Destaca que la Substancia se encuentra de manera más
evidente en los cuerpos, incluyendo animales, plantas y sus partes, así como en los
cuerpos naturales como el fuego, el agua, la tierra y otros elementos similares, incluyendo
el cielo, los astros, la luna y el sol.
Sin embargo, hay diferentes opiniones sobre qué constituye una Substancia. Algunos
sostienen que los límites del cuerpo, como la superficie, la línea, el punto y la unidad, son
substancias en mayor medida que el cuerpo mismo. Además, hay quienes creen que solo
existen substancias dentro de las cosas sensibles, mientras que otros admiten la
existencia de substancias eternas y más numerosas, como las Especies y las Cosas
matemáticas, además de la substancia de los cuerpos sensibles. Otros filósofos, como
Platón y Espeusipo, amplían aún más el concepto de substancia, incluyendo principios
para los números, las magnitudes y el alma.
Aristóteles plantea la necesidad de examinar cuáles de estas opiniones son correctas o
erróneas, cuáles son las verdaderas substancias y si existen otras más allá de las
sensibles. También se plantea la pregunta sobre si hay alguna substancia separada, es
decir, una substancia que exista independientemente de las cosas sensibles.
Antes de profundizar en estas cuestiones, Aristóteles propone exponer de manera
resumida qué es la Substancia. Con esto, sugiere que es necesario comprender la
naturaleza de la Substancia antes de abordar las discusiones sobre sus diferentes formas
y su relación con otras entidades.
CAPITULO 3: LA ENTIDAD ENTENDIDA COMO SUJETO O SUSTRATO
En este pasaje, Aristóteles aborda los diferentes sentidos en los que se utiliza el término
"Substancia". Destaca que se habla de Substancia en al menos cuatro sentidos
principales: la esencia, el universal, el género y el sujeto. El sujeto se refiere a aquello de
lo que se hablan las demás cosas, sin que él mismo se predique de otra cosa. Aristóteles
plantea que es importante determinar la naturaleza del sujeto, ya que parece ser la
Substancia en su máximo grado.
Se mencionan tres aspectos relacionados con el sujeto como Substancia: la materia, la
forma y el compuesto de ambas. La materia se refiere a aquello que no es algo en sí
mismo ni es una cantidad ni ninguna otra categoría, sino que es el sustrato del que se
predican las demás cosas. Aristóteles argumenta que algunos podrían considerar que la
materia es la única Substancia, ya que si se eliminan todas las demás cosas, solo queda
la materia. Sin embargo, Aristóteles sostiene que esto es imposible, ya que la Substancia
implica ser algo separable y algo determinado, características que corresponden más a la
especie y al compuesto de materia y forma que a la materia en sí misma.
Aristóteles señala que es necesario investigar y comprender mejor la naturaleza de esta
tercera forma de Substancia, que es la más difícil de abordar. Reconoce que se está de
acuerdo en que algunas de las cosas sensibles son Substancias, por lo que sugiere que
la investigación debe comenzar por estas entidades sensibles.
En resumen, en este fragmento Aristóteles destaca la existencia de diferentes sentidos en
los que se utiliza el término "Substancia" y plantea la importancia de comprender la
naturaleza del sujeto como Substancia, incluyendo la materia, la forma y el compuesto de
ambas. Además, enfatiza la necesidad de investigar las Substancias sensibles como
punto de partida para su análisis.
CAPITULO 4: LA ENTIDAD ENTENDIDA COMO ESENCIA. DE QUÉ COSAS HAY
ESENCIA.
En este fragmento, Aristóteles se enfoca en el sentido de la esencia como una forma de
Substancia. Destaca la importancia de avanzar hacia lo más fácilmente conocible,
partiendo de las cosas menos cognoscibles hacia las más cognoscibles. El aprendizaje
debe pasar de las cosas conocidas para uno mismo a las que son cognoscibles por
naturaleza. La esencia de cada cosa se define como aquello que se dice que algo es en
cuanto tal.
Aristóteles argumenta que la esencia no es el mero ser de una cualidad o cantidad, ni
tampoco el compuesto de ambos. La esencia se encuentra en el enunciado en el que no
esté lo que se define, pero que lo enuncie. En otras palabras, la esencia se revela cuando
se enuncia algo que no se predica de otra cosa. El enunciado de la esencia de una cosa
será aquel enunciado que explique lo que significa que algo se dé en otra cosa.
El filósofo discute la relación entre la esencia y la quididad, señalando que la quididad
puede tener diferentes sentidos. Se aplica absolutamente a la substancia, pero también
de manera secundaria a los demás predicamentos, como la cantidad o la cualidad. Sin
embargo, Aristóteles destaca que la esencia se encuentra primordialmente en las
substancias y secundariamente en los demás predicamentos.
En resumen, Aristóteles resalta que la definición y la esencia pertenecen primordialmente
a las substancias, pero también pueden aplicarse de manera semejante a los demás
predicamentos. Sin embargo, la esencia se encuentra en un sentido absoluto en las
substancias. Además, se menciona la relación entre la esencia y el enunciado, y cómo la
esencia se revela cuando algo se enuncia sin ser predicable de otra cosa.
CAPITULO 5: LA ESENCIA Y LA DEFINICIO EN EL CASO DE LOS COMPUESTOS.
En este pasaje, Aristóteles discute la dificultad de determinar la definición de las cosas
que no son simples, sino que están compuestas por la unión de dos elementos. Por
ejemplo, toma el ejemplo de la "nariz" y la "concavidad", donde la "chatez" es el
compuesto de ambas. Argumenta que estas características no son atributos accidentales
de la nariz, sino que se aplican a ella en cuanto tal. La nariz chata no se le aplica como lo
blanco a un individuo en particular, sino como lo masculino se aplica al animal o lo igual
se aplica a la cantidad. Estas características implican el enunciado o el nombre de aquello
a lo que pertenecen y no pueden explicarse separadamente.
Aristóteles plantea una dificultad al tratar de establecer si hay esencia y definición de
estas características compuestas. Si "nariz chata" es lo mismo que "nariz cóncava",
entonces también sería lo mismo decir "chato" que "cóncavo". Pero si no es lo mismo,
surge el problema de mencionar la chatez sin mencionar la nariz, ya que la chatez es una
concavidad de la nariz. Esto lleva a la conclusión de que solo hay definición de la
substancia. Si hubiera definición de las demás categorías, sería por adición, pero esto
llevaría a repeticiones absurdas. Por lo tanto, la definición es el enunciado de la esencia y
la esencia pertenece a las substancias en un sentido exclusivo o en grado máximo.
En resumen, Aristóteles sostiene que la definición se aplica primordialmente a las
substancias y que las características compuestas implican la esencia de la substancia a la
que pertenecen. Las dificultades surgen al tratar de definir características compuestas sin
mencionar la substancia de la cual son atributos. La definición y la esencia tienen un
alcance limitado y se aplican de manera más clara a las substancias.
CAPITULO 6: CADA ENTIDAD SINGULAR SE IDENTIFICA CON SU PROPIA ESENCIA
En este pasaje, Aristóteles aborda la relación entre la esencia y cada cosa en particular.
Argumenta que en las cosas que consideramos accidentales, como "hombre blanco", la
esencia y la cosa en sí parecen ser distintas. Sin embargo, en las cosas que decimos que
son en cuanto tales, como las substancias, la esencia y la cosa se identifican totalmente.
Por ejemplo, la esencia del Uno es lo mismo que el Uno mismo.
Aristóteles plantea la pregunta de si hay otras substancias y naturalezas además de las
mencionadas, como las Ideas de Platón. Si la esencia y la substancia son distintas,
entonces habría otras substancias y naturalezas que serían anteriores a ellas. Pero si
están desligadas unas de otras, no habrá ciencia de unas ni serán entidades. Por lo tanto,
argumenta que la definición y la esencia primordialmente pertenecen a las substancias.
En cuanto a las cosas accidentales, como lo músico o lo blanco, debido a su doble
significado, no se identifican totalmente con su esencia. Por ejemplo, la esencia de lo
blanco no es lo mismo que el hombre o el hombre blanco, sino que es lo mismo que la
afección. Aristóteles concluye que en las cosas primeras que son en cuanto tales, la
esencia y la cosa en sí se identifican totalmente.
En resumen, Aristóteles sostiene que la esencia y cada cosa en particular se identifican
totalmente en las cosas primeras que son en cuanto tales, como las substancias. Sin
embargo, en las cosas accidentales, hay una distinción entre la esencia y la cosa en sí
debido a su doble significado.
CAPITULO 7: ANALISIS DEL CAMBIO Y DE SUS CONDICIONES GENERALES
En este pasaje, Aristóteles discute las diferentes formas de generación y producción.
Afirma que todas las cosas que se generan lo hacen por la acción de algo, desde algo y
hacia algo. Las generaciones naturales ocurren por el desarrollo natural, con la materia
como aquello desde lo que algo se genera y algún ente natural como lo por obra de lo
cual se genera. Las generaciones artificiales, por otro lado, se producen a través del arte
y la especie está en el alma. Aristóteles también menciona que algunas generaciones
ocurren espontáneamente y por casualidad, como en los casos en los que algo se genera
con o sin semilla.
El filósofo destaca la importancia de la materia en la generación y producción. Menciona
que la materia es una parte necesaria para que la generación ocurra, ya que está
presente en la cosa y se convierte en ella. Además, señala que las cosas que proceden
de algo como materia no se denominan "aquello", sino "de aquello" de lo que proceden.
Por ejemplo, no se dice que la estatua es una piedra, sino que es de piedra. Aristóteles
explica que esto se debe a que la generación se produce a partir de la privación y del
sujeto, al cual llamamos materia. Sin embargo, cuando la privación es oscura o sin
nombre, la generación parece desarrollarse a partir de estas cosas como en el caso del
enfermo. Por lo tanto, se utiliza la expresión "de algo" en lugar de identificar directamente
la cosa generada con su materia.
En resumen, Aristóteles aborda los conceptos de generación y producción. Explica que
las generaciones pueden ser naturales, artificiales o espontáneas. Destaca el papel de la
materia como aquello desde lo que algo se genera, así como la importancia de la especie
y el arte en la generación de cosas artificiales. Además, discute cómo se nombra y se
identifica la relación entre la cosa generada y su materia.
CAPITULO 8: QUE NO SE GENERAN NI LA MATERIA NI LA FORMA.
En este pasaje, Aristóteles discute la relación entre la generación y la materia. Afirma que
lo que es generado se hace a partir de algo y desde algo, refiriéndose a la materia. La
materia es aquello desde lo que algo se genera, pero no es la privación, sino lo que
subyace y cambia en el proceso de generación. Aristóteles destaca que la generación no
implica la creación de la especie o forma en sí misma, sino la creación de algo
determinado que posee esa especie o forma. Por ejemplo, se puede hacer que exista una
esfera de bronce a partir del bronce y la esfera, poniendo la especie en la materia. Sin
embargo, Aristóteles argumenta que no hay necesidad de postular la existencia de las
especies separadas de los individuos, ya que lo generante actúa como causa de la
especie en la materia. En última instancia, los individuos, como Calias o Sócrates, son la
combinación de una especie determinada y una materia distinta, pero son lo mismo en
cuanto a la especie.
En resumen, Aristóteles enfatiza que la generación se produce a partir de la materia y que
la especie o forma no se genera en sí misma, sino que se manifiesta en la materia. La
generación implica la combinación de una especie con una materia específica, pero no
requiere la existencia de especies separadas de los individuos. Esto significa que los
individuos son la realización concreta de una especie en una materia particula
CAPITULO 9: CONCLUSIÓN DEL ANÁLISIS DEL DEVENIR. LA GENERACIÓN
ESPONTÁNEA LA PREEXISTENCIA DE LA FORMA
En este pasaje, Aristóteles explora por qué algunas cosas se generan por arte y otras de
forma automática. Argumenta que la diferencia radica en la naturaleza de la materia y su
capacidad para moverse de manera determinada. Algunas cosas, como las piedras, no
pueden moverse de forma específica por sí mismas y requieren ser impulsadas por otros,
mientras que otras, como la semilla, tienen la capacidad intrínseca de desarrollarse y
generar algo similar a ellas mismas. Aristóteles destaca que la substancia es el principio
de todas las cosas y que las generaciones se producen a partir de un homónimo, es decir,
de algo que comparte la misma especie o forma. Sin embargo, señala que la generación
de la especie en sí misma no ocurre, sino que la materia adquiere la especie o forma a
través del proceso de generación.
En resumen, Aristóteles argumenta que la generación de las cosas depende de la
naturaleza de la materia y su capacidad de moverse de forma determinada. Algunas
cosas se generan por arte, impulsadas por el conocimiento y habilidades humanas,
mientras que otras se generan de forma automática, por ejemplo, a través de semillas.
Aristóteles destaca que la generación no implica la creación de la especie en sí misma,
sino que la materia adquiere la especie a través del proceso de generación. Además,
enfatiza que la substancia es el principio de todas las cosas y que la generación se
produce a partir de algo que comparte la misma especie o forma.
CAPITULO 10: LAS PARTES DEL COMPUESTO. LAS DE LA FORMA Y LAS DE LA
DEFINICIÓN.
En este pasaje, Aristóteles discute la relación entre las partes y el todo, así como la
relación entre el enunciado y su objeto. Se plantea la pregunta de si el enunciado de las
partes debe estar contenido en el enunciado del todo. Aristóteles señala que en algunos
casos las partes están incluidas en el enunciado del todo, mientras que en otros casos no.
Por ejemplo, el enunciado del círculo no contiene el enunciado de los segmentos, pero el
enunciado de la sílaba sí contiene el enunciado de sus elementos.
Además, Aristóteles distingue entre las partes materiales y las partes del enunciado.
Algunas partes son anteriores al compuesto, mientras que otras son anteriores al
enunciado y la especie expresada por el enunciado. Argumenta que las partes materiales
son posteriores al compuesto, pero las partes del enunciado y de la especie son
anteriores. También menciona que algunas partes son simultáneas y son indispensables
para la existencia del concepto y la substancia.
En cuanto a la materia, Aristóteles distingue entre la materia sensible y la materia
inteligible. La materia sensible se refiere a cosas como el bronce y la madera, mientras
que la materia inteligible se encuentra en las cosas sensibles, pero no como cosas
sensibles en sí mismas, como en el caso de las cosas matemáticas.
En resumen, Aristóteles examina la relación entre las partes y el todo, así como entre el
enunciado y su objeto. Destaca que las partes pueden estar incluidas o no en el
enunciado del todo, y distingue entre las partes materiales y las partes del enunciado.
También discute la distinción entre la materia sensible y la materia inteligible.
CAPITULO 11: LAS PARTES DE LA FORMA Y LAS PARTES DEL COMPUESTO
En este pasaje, Aristóteles aborda la cuestión de cuáles son las partes de la especie y
cuáles pertenecen al compuesto. Destaca que hasta que no se aclare este punto, no es
posible definir adecuadamente ninguna cosa, ya que la definición se refiere al universal y
la especie. Se plantea la diferencia entre aquellas cosas que vemos producirse en otras
de distinta especie, como un círculo en bronce o madera, donde la substancia del círculo
no parece estar relacionada con el bronce o la madera, y aquellas cosas que no se
pueden separar fácilmente, como la especie del hombre que siempre se encuentra en
carne y huesos.
Aristóteles también menciona que algunos filósofos reducen todas las cosas a los
números y argumentan que el enunciado de la línea es el de la díada. Sin embargo,
sostiene que esta reducción no es correcta y que algunas cosas no se pueden definir sin
referencia a su materia.
En relación a la materia, Aristóteles distingue entre la materia sensible y la materia
inteligible, y señala que todas las cosas que no son esencia ni especie en sí mismas
tienen alguna forma de materia determinada. También explica que el alma es la
substancia primera, el cuerpo es materia, y el hombre o el animal son el compuesto de
ambos. Además, discute cómo la definición es un solo enunciado y cómo algunas
definiciones incluyen las partes del objeto definido, mientras que otras no lo hacen.
En resumen, Aristóteles examina la relación entre las partes y el compuesto, destaca la
importancia de entender las partes materiales y no materiales de una especie, y enfatiza
que la definición es fundamental para comprender la esencia de las cosas. También
explora la distinción entre la materia sensible y la inteligible, y la identificación de la
esencia y la cosa singular en ciertos casos.
CAPITULO 12: LA UNIDAD DE LA DEFINICIÓN
En este fragmento, Aristóteles aborda la cuestión de la definición y la unidad de las cosas
definidas. Destaca que en las definiciones, como en el caso del hombre definido como
"animal bípedo", se busca comprender por qué el enunciado es uno y no varios, es decir,
por qué se considera que esa combinación específica de palabras constituye una
definición.
Aristóteles plantea que la unidad de la definición radica en la unidad de las cosas
incluidas en ella. La definición es un enunciado único que se refiere a algo único. Para
comprender las definiciones, se enfoca en las definiciones que se hacen por división,
donde se considera el género primero y las diferencias.
Se destaca que el género puede existir como materia o solo en relación a las especies
que pertenecen a él. Aristóteles argumenta que la definición es el enunciado basado en
las diferencias, y se debe proceder dividiendo por la diferencia de la diferencia hasta
llegar a la última diferencia, que será la especie y la substancia de la cosa.
El filósofo enfatiza que en la definición no hay un orden establecido, ya que no se puede
considerar una parte como anterior o posterior a otra en la substancia. Además, señala
que si se cambia el orden de las definiciones, se puede volver redundante ciertos
términos en el enunciado.
En resumen, Aristóteles explora la naturaleza de las definiciones, su unidad y cómo se
construyen a través de la división por género y diferencias. Destaca la importancia de
llegar a la última diferencia como la especie y substancia de la cosa definida.
CAPITULO 13: EL UNIVERSAL NO ES ENTIDAD
En este fragmento, Aristóteles examina la naturaleza de los universales y su relación con
la substancia. Destaca que los universales no pueden ser substancia, ya que son
comunes y se predican de varios sujetos, mientras que la substancia es propia y única
para cada cosa.
Aristóteles argumenta que los universales no pueden ser substancia ni definidos como tal,
ya que no representan una realidad determinada, sino más bien una cualidad. Además,
señala que si la substancia estuviera compuesta de universales, se generarían problemas
como el "tercer hombre" y contradicciones lógicas.
El filósofo también rechaza la idea de que la substancia esté compuesta de substancias
en entelequia, ya que esto implicaría la imposibilidad de formar una substancia única y la
falta de definición para cualquier objeto.
En resumen, Aristóteles concluye que los universales no son substancia y que la
substancia misma no puede ser definida de manera completa. Esto plantea desafíos para
la comprensión de la naturaleza y la definición de los objetos.
CAPITULO 14: LAS IDEAS PLATÓNICAS NO SON ENTIDADES
En este fragmento, Aristóteles cuestiona las consecuencias de afirmar que las Ideas son
substancias separadas y que la especie se compone del género y las diferencias.
Argumenta que si existen Ideas separadas, entonces los elementos que componen una
especie también serían substancias separadas.
Aristóteles plantea que si hay un "Animal en sí", entonces sus elementos, como "animal" y
"bípedo", también serían substancias separadas. Esto llevaría a la conclusión de que
habría infinitas cosas cuya substancia es "animal", lo que resulta problemático. Además,
argumenta que cada individuo sería el Animal en sí, lo que contradice la idea de que solo
existe una Idea para cada cosa.
El filósofo también cuestiona cómo puede un animal proceder del Animal en sí y cómo es
posible que el animal exista aparte de esta entidad separada.
En resumen, Aristóteles plantea los problemas y contradicciones que surgen al afirmar la
existencia de Ideas separadas y su relación con la substancia y las especies. Estas
dificultades cuestionan la coherencia de esta postura y su aplicabilidad a las cosas
sensibles.
CAPITULO 15: QUE NO HAY DEFINICIÓN DE LAS REALIDADES INDIVIDUALES Y,
POR TANTO, TAMPOCO LA HAY DE LAS IDEAS
En este fragmento, Aristóteles argumenta que no es posible definir ni demostrar las
substancias sensibles singulares, ya que son corruptibles y su existencia puede variar.
Tampoco se puede definir ninguna Idea, ya que las Ideas pertenecen a las cosas
singulares y tienen existencia separada.
Aristóteles sostiene que las definiciones requieren el uso de nombres, pero los nombres
existentes son comunes a muchas cosas, lo que impide una definición precisa. Además,
señala que las Ideas están compuestas por elementos que también se aplican a otros, lo
que dificulta su definición exclusiva.
El filósofo destaca que aquellos que afirman la existencia de Ideas separadas cometen
errores al agregar características accesorias o predicar elementos de las Ideas de
múltiples cosas singulares. Argumenta que la definición en las cosas eternas, como el Sol
o la Luna, también es problemática, ya que añadir cualidades adicionales no es necesario
y puede llevar a definiciones comunes en lugar de singulares.
En resumen, Aristóteles argumenta en contra de la posibilidad de definir substancias
sensibles singulares y Ideas separadas. Señala las limitaciones de los nombres comunes
y los errores en la definición de elementos de las Ideas. Además, destaca que la definición
en las cosas eternas también presenta dificultades.
CAPITULO 16: NI LAS PARTES DE LAS REALIDADES SENSIBLES NI LOS
UNIVERSALES SON ENTIDADES
LIBRO VIII
CAPITULO 1: RESUMEN DEL LIBRO VII. LA MATERIA Y EL CAMBIO
En este fragmento, Aristóteles resume y destaca puntos importantes de su investigación
sobre las substancias. Se reconocen las substancias físicas, como los elementos, las
plantas, los animales y las partes del cielo, como substancias admitidas por todos.
También se mencionan las Ideas y las cosas matemáticas como posibles substancias,
aunque se necesita una reflexión más profunda al respecto.
Aristóteles discute la naturaleza de la substancia en relación con la materia, el sujeto, la
forma y el enunciado. Se señala que todas las substancias sensibles tienen materia y que
la materia misma puede considerarse como substancia en diferentes sentidos. También se
enfatiza que la materia es el sujeto de los cambios y se mencionan los diferentes tipos de
cambios que pueden ocurrir.
En resumen, Aristóteles destaca la existencia de substancias físicas y plantea la cuestión
de las Ideas y las cosas matemáticas como substancias. Examina la relación entre la
substancia y la materia, el sujeto y la forma, y resalta la importancia de comprender los
diferentes tipos de cambios que afectan a las substancias.
CAPITULO 2: LAS DIFERENCIAS Y LA FORMA COMO ACTO EN LAS REALIDADES
SENSIBLES
En este fragmento, Aristóteles destaca la importancia de identificar la substancia de las
cosas sensibles consideradas como acto. Se discuten las diferencias en las cosas
sensibles, como la proporción, la figura, la posición, el contacto, la composición y otras
cualidades. Se argumenta que ninguna de estas diferencias es substancia por sí misma,
pero cada una tiene analogías con la substancia.
Aristóteles señala que, al definir las cosas sensibles, se debe tener en cuenta tanto la
materia como el acto. Por ejemplo, al definir una casa, se mencionan los materiales
(piedras, ladrillos, maderas) como la materia, y la función de proteger bienes y personas
como el acto. También se menciona la tercera substancia, que es una combinación de
materia y acto.
En resumen, Aristóteles resalta que la substancia sensible puede ser entendida tanto en
términos de materia como de acto. Se discuten las diferencias en las cosas sensibles y se
enfatiza la importancia de considerar tanto la materia como el acto al definir las
substancias sensibles.
CAPITULO 3: LA FORMA NO ES UN ELEMENTO MATERIAL DEL COMPUESTO. LA
UNIDAD DE LA FORMA COMO ACTO PERFECTO
LIBRO X:
CAPITULO 1: SENTIDO DE UNO Y UNIDAD. LA UNIDAD COMO MEDIDA
En este pasaje, Aristóteles discute los diferentes sentidos del Uno y su relación con la
medida. Destaca que el Uno puede referirse a lo continuo, a un todo, a la singularidad y a
lo universal. Además, el Uno es considerado como medida en diferentes ámbitos, como la
cantidad, la cualidad y el movimiento. Aristóteles sostiene que el Uno es indivisible en su
forma más pura y que es la medida exacta de todas las cosas. También menciona que la
medida puede ser numérica o no numérica, y que la ciencia y la sensación también son
consideradas medidas. En resumen, Aristóteles explora el concepto del Uno como medida
y su relación con diferentes aspectos de la realidad.
CAPITULO 2: UNO NO ES, EN SI, UNA ENTIDAD, SINO UN PREDICADO.
En este pasaje, Aristóteles explora la naturaleza del Uno y su relación con la substancia y
la naturaleza. Destaca que el Uno no puede ser una substancia separada ni un género, ya
que el Ente y el Uno son predicados universales. Aristóteles examina diferentes ejemplos,
como colores, sonidos y figuras, para ilustrar que el Uno en sí mismo no es la naturaleza
de ninguno de estos géneros, sino que es una naturaleza presente en todos ellos.
Concluye que el Uno en sí mismo debe buscarse como una substancia, al igual que en los
colores se busca como un color. Además, Aristóteles señala que el Uno y el Ente tienen
una relación cercana, ya que ambos acompañan a todas las categorías. En resumen,
Aristóteles investiga la naturaleza del Uno y su conexión con la substancia y la naturaleza
en diferentes géneros y ejemplos.
CAPITULO 3: SOBRE LAS NOCIONES DF. LO MISMO Y LO DIVERSO, LO
SEMEJANTE Y LO DESEMEJANTE, Y LO DIFERENTE
En este pasaje, Aristóteles explora las relaciones entre el Uno y la pluralidad, así como la
identidad, la semejanza, la igualdad y la alteridad. Destaca que el Uno y la pluralidad se
oponen como lo indivisible y lo divisible, y que la pluralidad tiene prioridad conceptual
debido a su mayor perceptibilidad sensorial. Explica que el Uno implica identidad,
semejanza e igualdad, mientras que la pluralidad implica alteridad, desemejanza y
desigualdad. Aristóteles también discute diferentes sentidos de los términos "otro" y
"diferente", relacionándolos con la identidad y la diferencia en términos de género y
especie. En resumen, Aristóteles analiza las relaciones entre el Uno y la pluralidad, así
como las ideas de identidad, semejanza, igualdad, alteridad y diferencia.
CAPITULO 4: LA OPOSICIÓN DE CONTRARIEDAD
En este pasaje, Aristóteles analiza la noción de contrariedad y su relación con la privación
y la contradicción. Destaca que la contrariedad es una diferencia máxima y perfecta,
mientras que la privación es una forma de contradicción. Explica que los contrarios
difieren en grado máximo y pueden tener un término intermedio, a diferencia de la
contradicción que no admite nada intermedio. Además, señala que no toda privación es
contrariedad, ya que la privación puede manifestarse de diferentes maneras. Aristóteles
concluye que algunos contrarios se definen por la privación, mientras que otros no. En
resumen, Aristóteles examina las relaciones entre contrariedad, privación y contradicción,
y explora cómo estos conceptos se aplican a los contrarios en diferentes contextos.
CAPITULO 5: COMO SE OPONE IGUAL A MAYOR Y MENOR
En este pasaje, Aristóteles aborda la oposición entre los conceptos de "uno" y "muchos",
así como la relación de "igual" con "grande" y "pequeño". Se cuestiona cómo se oponen
estos términos entre sí, ya que ninguno de ellos es contrario a uno solo o a ambos
términos. Aristóteles plantea que la oposición de "igual" a los otros términos no es de
contrariedad, sino de negación o privación. El concepto de "igual" se opone a "grande" y
"pequeño" como una negación privativa de ambos, y se considera intermedio entre ellos.
Además, señala que lo que no es ni bueno ni malo se opone a ambos, pero no tiene un
nombre específico y está limitado a ciertos atributos. Aristóteles argumenta en contra de la
idea de que siempre debe haber algo intermedio entre dos términos, ya que esto no se
sigue necesariamente. En resumen, Aristóteles examina la oposición entre los conceptos
de "uno" y "muchos" y la relación de "igual" con "grande" y "pequeño", y plantea que esta
oposición se basa en la negación privativa de ambos términos.
CAPITULO 6: DE QUE MODO SE OPONEN UNO Y MUCHOS
En este pasaje, Aristóteles aborda la oposición entre los conceptos de "uno" y "muchos".
Se plantea la cuestión de cómo se oponen estos términos entre sí y se llega a la
conclusión de que "uno" se considera "poco" en relación a "muchos". Aristóteles
argumenta que si "dos" se consideran "muchos", entonces "uno" sería "poco" en
comparación. Además, se discute que tanto "mucho" como "poco" se refieren a la
pluralidad, pero se utilizan en diferentes sentidos. "Mucho" se aplica a cosas divisibles y
se opone a "uno" en el sentido de la medida y lo medible, mientras que "poco" se refiere a
la inferioridad en una pluralidad. Aristóteles también señala que "uno" y "número" se
oponen como medida y lo mensurable, y aunque la ciencia tiene una relación similar con
lo escible, la ciencia se mide por lo escible. En resumen, Aristóteles analiza la oposición
entre "uno" y "muchos" y su relación con los conceptos de "poco", "mucho" y la pluralidad.
CAPITULO 7: LOS INTERMEDIOS Y LOS CONTRARIOS
En este pasaje, Aristóteles explora la naturaleza de los conceptos intermedios que se
encuentran entre los contrarios. Se argumenta que los intermedios pertenecen al mismo
género que los contrarios y se componen de ellos. Los intermedios son aquellos hacia los
cuales debe cambiar algo antes de llegar a los contrarios. Se discute que los contrarios no
se componen mutuamente, pero los intermedios sí lo hacen. Además, se sostiene que los
intermedios son generados a partir de los contrarios y que todos los intermedios tienen su
origen en los primeros contrarios. En resumen, Aristóteles sostiene que los conceptos
intermedios se encuentran entre los contrarios, pertenecen al mismo género que ellos y
se componen de los contrarios.
CAPITULO 8: LA DIVERSIDAD EN CUANTO A LA ESPECIE
En este pasaje, Aristóteles aborda la diversidad en cuanto a la especie. Argumenta que lo
que hace que dos entidades sean específicamente diferentes es la contrariedad en su
naturaleza. La contrariedad se refiere a la diferencia perfecta entre dos entidades del
mismo género, pero con características opuestas en términos de especie. Aristóteles
sostiene que la diversidad específica solo se da entre entidades del mismo género y que
ninguna especie es idéntica o completamente diferente al género mismo. En resumen, la
diversidad en cuanto a la especie surge de la contrariedad entre entidades del mismo
género pero con características opuestas en términos de especie.
CAPITULO 9: LA DIFERENCIACION SEXUAL DE LOS ANIMALES
Aristóteles plantea la cuestión de por qué la diferenciación sexual entre hombre y mujer
no resulta en una diferencia específica, a pesar de ser contrarios. Argumenta que esto se
debe a que la contrariedad que se encuentra en el concepto, como la diferencia entre pies
y alas, produce una diferencia específica, mientras que la contrariedad que está en el
compuesto con la materia, como la blancura o la negrura, no la produce. En el caso de los
seres humanos, la diferencia de color de piel, por ejemplo, no genera una diferencia
específica, ya que la materia no produce diferencias en el concepto. Además, Aristóteles
señala que la diferencia sexual entre macho y hembra es una característica propia del
animal, pero no de su sustancia, ya que se encuentra en la materia y en el cuerpo.
Concluye que la alteridad específica se da cuando hay contrariedad en el concepto, pero
no en todas las afecciones de la materia.
CAPITULO 10: LO CORRUPTIBLE Y LO INCORRUPTIBLE
En el capítulo X del libro I de "La Metafísica" de Aristóteles, se aborda la distinción entre lo
corruptible y lo incorruptible. Según Aristóteles, los contrarios, como lo corruptible y lo
incorruptible, tienen alteridad específica y pertenecen a géneros diferentes. En este
sentido, Aristóteles señala que la corruptibilidad y la incorruptibilidad son atributos
necesarios que se encuentran en la substancia de las cosas corruptibles e incorruptibles
respectivamente. Esta distinción implica que no puede haber especies específicamente
diferentes para entes corruptibles e incorruptibles, como menciona Aristóteles en este
capítulo. En consecuencia, las cosas que tienen alteridad genérica, como lo corruptible y
lo incorruptible, difieren más entre sí que aquellas con alteridad específica.
LIBRO XI:
CAPITULO 1: BREVE DISCUSIÓN DE LAS APORÍAS DEL LIBRO III.
LIBRO XII:
CAPITULO 1: LOS TRES TIPOS DE ENTIDAD
Lo más importante es que Aristóteles distingue tres tipos de substancias: la sensible, la
eterna y la inmóvil. La substancia sensible se divide en eterna y corruptible, y ejemplos de
ello son las plantas y los animales. La substancia eterna puede ser uno o varios
elementos, y la substancia inmóvil es considerada por algunos como separable y se divide
en dos categorías: Especies y Cosas matemáticas. La substancia sensible es sujeta al
cambio, el cual ocurre entre los opuestos o los intermedios, pero no entre todas las
categorías de opuestos, sino entre los contrarios. El cambio requiere un sujeto que pase
de un contrario a otro.
CAPITULO 2: MATERIA, PRIVACIÓN Y FORMA COMO PRINCIPIOS DEL CAMBIO
Lo más importante es que Aristóteles sostiene que además de los contrarios, existe una
tercera entidad: la materia. La materia es aquello que cambia y que está en potencia para
ambos contrarios. Todos los objetos que experimentan cambios tienen materia, pero
diferentes tipos de materia. También señala que las cosas eternas, que no son generadas,
pueden experimentar cambios a través de la traslación. Aristóteles plantea la cuestión de
qué tipo de No-ente da origen a la generación, y argumenta que debe ser algo en
potencia pero no cualquier cosa, ya que cada cosa proviene de algo distinto. Además,
destaca que hay tres causas y tres principios: la contrariedad, que incluye el enunciado, la
especie y la privación, y la materia es el tercer principio.
CAPITULO 3: LA GENERACIÓN Y LA FORMA
Lo más importante es que Aristóteles afirma que ni la materia ni la especie se generan. Lo
que cambia es la materia, y lo que es cambiado es la especie. Además, menciona que
cada substancia se genera a partir de otra substancia del mismo tipo. Hay tres tipos de
substancias: la materia, la naturaleza y la substancia individual. En algunos casos, lo
determinado no existe fuera de la substancia compuesta, mientras que en otros casos
existe aparte, en las cosas que se producen por naturaleza. Aristóteles también explica
que las causas motrices son anteriores a sus efectos, mientras que las causas
conceptuales son simultáneas. En resumen, Aristóteles argumenta que no hay necesidad
de que existan las Ideas, ya que un individuo genera a otro individuo y el arte es el
concepto de lo que produce.
CAPITULO 4: LOS ELEMENTOS Y LAS CAUSAS DE LAS REALIDADES SENSIBLES
Aristóteles sostiene que las causas y principios de diferentes cosas pueden ser diferentes
en un sentido, pero también pueden ser los mismos en otro sentido, de manera universal
y analógica. Aunque cada género tiene sus propios principios, hay tres principios
comunes: especie, privación y materia. Además, existen causas inmanentes y externas,
como la causa motriz. Los principios se dividen en estos aspectos, y se puede considerar
que hay tres o cuatro causas en diferentes contextos. En última instancia, existe una
causa motriz primordial que mueve todo.
CAPITULO 5: EN QUÉ SENTIDOS LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS SON LAS
MISMAS, Y EN QUÉ SENTIDO SON DISTINTAS
Aristóteles sostiene que las causas de todas las cosas son las mismas porque sin las
substancias no habría afecciones ni movimientos. Estas causas incluyen el alma, el
cuerpo, el entendimiento, el deseo y el cuerpo. Los principios también son
analógicamente idénticos, como el acto y la potencia, pero difieren en diferentes
contextos. Algunas cosas pueden estar en acto y en potencia al mismo tiempo, mientras
que otras difieren en acto y en potencia debido a su materia o especie. Las causas y
elementos de las substancias, relaciones y cualidades pueden ser los mismos o diferentes
según el sentido en que se consideren, pero en un sentido determinado son los mismos y
se refieren a la materia, especie, privación y causa motriz. Sin embargo, en otro sentido,
los contrarios y las materias son primordialmente diferentes.
CAPITULO 6: HAY UNA ENTIDAD EN ACTO E INMÓVIL QUE CAUSA ETERNAMENTE
EL MOVIMIENTO
ristóteles argumenta que hay una necesidad de una substancia eterna e inmóvil, ya que
todas las cosas no pueden ser corruptibles. Esta substancia eterna debe ser un principio
que actúa y no simplemente una potencia, ya que de lo contrario no habría movimiento.
Además, esta substancia debe ser inmaterial y acto puro. Aunque hay una aparente
dificultad en cuanto a la prioridad entre el acto y la potencia, Aristóteles sostiene que el
acto es anterior y que siempre hay algún motivo para el movimiento. Por lo tanto, no es
necesario buscar otros principios más allá de esta primera causa eterna e inmóvil.
CAPITULO 7: EL ACTO DE LA ENTIDAD PRIMERA. O DIOS, CONSISTE EN ETERNA
ACTIVIDAD INTELECTUAL
Aristóteles sostiene que el acto de la entidad primera, es decir, Dios, consiste en una
eterna actividad intelectual. Esta actividad intelectual es la forma suprema de vida y es
eterna, noble e inmutable. Dios se entiende a sí mismo y es el principio y la causa de todo
movimiento en el universo, sin ser movido por nada externo. Su existencia es necesaria
para explicar la existencia y el orden del mundo. En resumen, Dios es un ser que se
encuentra en un estado perpetuo de actividad intelectual y es la fuente de todo
conocimiento y movimiento en el universo.
CAPITULO 8: CUÁNTOS SON LOS MOVIMIENTOS DE LOS CUERPOS CELESTES Y
CUÁNTAS LAS ENTIDADES QUE LOS PRODUCEN
Aristóteles sostiene que la entidad primera, o Dios, consiste en una eterna actividad
intelectual. Además, argumenta que debe haber múltiples substancias eternas e
inmóviles, en correspondencia con las distintas traslaciones de los astros. Estas
substancias son los principios y causas de todo movimiento en el universo. Aristóteles
también menciona la tradición antigua que consideraba a estas substancias como dioses,
aunque él distingue entre las creencias mitológicas y las verdaderas ideas filosóficas. En
resumen, Dios es una entidad eternamente activa e intelectual, y existen múltiples
substancias eternas e inmóviles que son los principios y causas del movimiento en el
universo.
CAPITULO 9: EL ACTO DE LA ENTIDAD PRIMERA ES AUTOINTELECCIÓN
Según Aristóteles, el acto de la entidad primera, o Dios, consiste en la autointelección.
Surge la pregunta de cómo puede ser esto, ya que si no entiende nada, carecería de
dignidad, pero si entiende algo externo, su substancia no sería la más noble. Aristóteles
concluye que el entendimiento divino se entiende a sí mismo, siendo su intelección una
intelección de su propia naturaleza. Esta autointelección es el acto supremo y eterno de la
entidad primera.
CAPITULO 10: EL BIEN EN EL UNIVERSO. CRITICAS A OTRAS TEORÍAS
RELATIVAS A LOS PRINCIPIOS.
Aristóteles critica diversas teorías sobre los principios y destaca la importancia del Bien en
el universo. Se plantea si el Bien es algo separado e independiente o si reside en el orden
del universo. Aristóteles argumenta que el Bien es el principio y el orden, y que todas las
cosas están coordinadas hacia él en diferentes grados. Critica otras teorías que no
explican adecuadamente el papel del Bien y los contrarios en la generación de las cosas.
Además, señala la necesidad de un principio único y la unidad en el universo, rechazando
la multiplicidad de principios propuesta por otros filósofos. En resumen, destaca la
importancia del Bueno como el principio supremo y la necesidad de un gobierno unificado.
LIBRO XIII
CAPITULO 1: SE INICIA INVESTIGACIÓN SOBRE EL ESTATUTO ONTOLÓGICO DE
LOS OBJETOS MATEMATICOS. PLAN A SEGUIR.
En su investigación sobre el estatuto ontológico de los objetos matemáticos, Aristóteles
propone un plan a seguir. En primer lugar, se centrará en las Cosas matemáticas, como
los números y las líneas, considerándolas como entidades separadas o presentes en las
cosas sensibles. Analizará si existen y, de ser así, cómo existen. Posteriormente, abordará
la cuestión de las Ideas, examinando si son las substancias y los principios de los entes.
El objetivo principal es comprender el modo de existencia de estos objetos matemáticos y
su relación con el mundo sensible.
CAPITULO 2: LOS OBJETOS MATEMATICOS NO TIENEN EXISTENCIA ACTUAL EN
LOS CUERPOS SENSIBLES. Y TAMPOCO SEPARADOS DE ELLOS.
Aristóteles sostiene que los objetos matemáticos no tienen existencia actual en los
cuerpos sensibles ni tampoco existen separados de ellos. Argumenta que no es posible
que coexistan dos sólidos en el mismo lugar y que la existencia de otras naturalezas
separadas en las cosas sensibles llevaría a una acumulación absurda de entidades.
Además, cuestiona cómo podrían ser una unidad las magnitudes matemáticas y señala
que no hay evidencia de que las líneas, superficies y puntos sean substancias. Aristóteles
concluye que los objetos matemáticos no son substancias en mayor grado que los
cuerpos ni son anteriores a las cosas sensibles en cuanto al ser, sino que existen de
cierta manera y no se les puede atribuir el ser absoluto.
CAPITULO 3: DE QUÉ MODO EXISTEN LOS OBJETOS MATEMÁTICOS
Aristóteles argumenta que los objetos matemáticos existen de cierta manera y no son
substancias separadas de las cosas sensibles. Sostiene que las ciencias matemáticas
tratan de las magnitudes y los números en cuanto a sus propiedades específicas, no en
cuanto a su capacidad de tener magnitud o ser divisibles. Además, señala que las
magnitudes sensibles pueden tener enunciados y demostraciones, pero no en cuanto
sensibles, sino en cuanto dotadas de cualidades particulares. Aristóteles destaca que las
ciencias matemáticas consideran la simplicidad y la exactitud, y no se refieren a objetos
separados de los accidentes, sino que estudian sus propiedades específicas. También
argumenta que las ciencias matemáticas abordan aspectos de la Belleza y el Bien a
través del estudio del orden, la simetría y la delimitación, que son considerados como
causas de otros fenómenos.
CAPITULO 4: ORIGEN DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS. CRÍTICA DE LA MISMA
Aristóteles critica la teoría de las Ideas al argumentar que surge de la necesidad de
encontrar una base estable para el conocimiento en un mundo de cosas sensibles en
constante cambio. Sin embargo, considera que los argumentos a favor de la existencia de
las Ideas son insatisfactorios y contradictorios. Además, señala que si se acepta la
existencia de las Ideas, se tendría que admitir la existencia de Especies de todas las
cosas, lo cual conduce a problemas lógicos y contradicciones. Aristóteles cuestiona la
relación entre las Ideas y las Especies, y argumenta que si las Especies son participables,
entonces deben ser substancias en sí mismas. En resumen, Aristóteles critica la teoría de
las Ideas por su falta de fundamentos sólidos y las inconsistencias que plantea.
CAPITULO 5: CONTINÚA LA CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS
Aristóteles critica la teoría de las Ideas argumentando que las Especies no aportan nada a
los entes sensibles ni a la ciencia de las cosas. No son causas del movimiento ni del
cambio, ni ayudan a la existencia de las demás cosas. Además, cuestiona la idea de que
las Especies sean paradigmas y que las demás cosas participen de ellas, ya que esto
parece ser solo una metáfora poética. Aristóteles plantea que algo puede ser o llegar a ser
cualquier cosa sin haber sido copiado de un modelo, y que las Especies no pueden estar
separadas de las cosas de las que son substancias. También señala que las Especies no
son causas eficientes del ser y del devenir, ya que existen cosas que llegan a ser sin la
necesidad de las Especies. En resumen, Aristóteles presenta numerosas objeciones a la
teoría de las Ideas que ponen en duda su validez y coherencia.
CAPITULO 6: DISTINTOS TIPOS DE UNIDADES Y DISTINTAS CLASES DE NÚMEROS
Aristóteles discute distintos tipos de unidades y clases de números. Algunos argumentan
que los números son substancias separadas y primeras causas de los entes, mientras
que otros sostienen que los números son solo matemáticos y no están separados de las
cosas sensibles. También menciona la visión de los pitagóricos, que consideran que el
mundo celestial está compuesto por números con magnitud. Además, se discute la
distinción entre los números matemáticos y aquellos que son posteriores a las Ideas. En
resumen, Aristóteles encuentra todas estas opiniones como absurdas, aunque algunas
pueden ser más razonables que otras.
CAPITULO 7: CRÍTICA DE LA DOCTRINA DE LOS NÚMEROS IDEALES A PARTIR DE
LA NATURALEZA DE LAS UNIDADES
Aristóteles critica la doctrina de los números ideales a partir de la naturaleza de las
unidades. Argumenta que si las unidades son combinables, entonces se produce el
número matemático y no hay lugar para las Ideas como Números. Por otro lado, si las
unidades son incombinables, surgen problemas de coherencia y contradicciones en la
generación de los números. Además, cuestiona la idea de que las unidades sean
diferentes entre sí y sostiene que las unidades son indiferenciadas y que los números son
iguales o desiguales. En general, considera que esta doctrina de los números ideales es
absurda y ficticia, ya que contradice la realidad y destruye muchas verdades.
CAPITULO 8: CONTINÚA LA CRÍTICA DE LA TEORÍA PLATÓNICA DE LOS
NÚMEROS IDEALES Y DE OTRAS TEORÍAS RELATIVAS A LOS NÚMEROS
Aristóteles critica la teoría platónica de los números ideales y otras teorías relacionadas
con los números. Argumenta que no hay diferencia entre un número y una unidad ni por
cantidad ni por cualidad. Cuestiona la idea de que los números sean entidades separadas
y que los cuerpos estén compuestos de números. Señala que es absurdo suponer que los
números sean infinitos o que lleguen hasta la Década. También critica la noción de que las
unidades difieran entre sí y que haya una Díada primera y una Tríada primera. En general,
considera que estas teorías conducen a incongruencias y contradicciones.
CAPITULO 9: SE AÑADEN NUEVAS ARGUMENTACIONES CONTRA LAS TEORÍAS
QUE SOSTIENEN LA SUBSISTENCIA DE LOS NÚMEROS Y LAS FIGURAS
Aristóteles argumenta en contra de las teorías que sostienen la subsistencia de los
números y las figuras, como las ideas platónicas y otras concepciones similares. Critica la
idea de que las unidades sucedan al Uno en sí y cuestiona cómo se generan las
magnitudes a partir de la pluralidad. Señala la falta de coherencia y los absurdos en estas
teorías, así como la dificultad de conciliar los principios universales con las cosas
singulares. También critica la idea de que las ideas sean substancias universales y existan
separadamente de las cosas sensibles. En general, argumenta que estas teorías carecen
de fundamentos sólidos y conducen a contradicciones y dificultades.
CAPITULO 10: APORÍA SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LOS PRINCIPIOS
Aristóteles plantea una aporía sobre la universalidad de los principios. Si se niega la
existencia separada de las substancias, se destruye su naturaleza como elementos y
principios. Por otro lado, si se acepta que las substancias tienen existencia separada,
surge la dificultad de cómo pueden ser sus elementos y principios. Si los elementos son
singulares y no universales, los entes serían iguales en número a los elementos, lo cual
los haría incognoscibles. Además, si los principios son universales, las substancias que se
derivan de ellos también serían universales, lo que plantea la cuestión de qué ocurre con
lo que no es substancia. Aristóteles argumenta que estas dificultades surgen cuando se
derivan las Ideas de los elementos y se postula la existencia de algo uno y separado.
También señala que la ciencia versa sobre lo universal, pero hay diferentes sentidos en
los que se puede entender esta afirmación. En resumen, la aporía plantea interrogantes
sobre la naturaleza de los principios y su relación con las substancias universales y
singulares.
LIBRO XIV:
CAPITULO 1: EXPOSICIÓN Y CRÍTICA DE LAS EXPLICACIONES PLATÓNICAS
ACERCA DE LOS PRINCIPIOS
Aristóteles critica las explicaciones platónicas sobre los principios. Argumenta que los
contrarios no pueden ser los principios de todas las cosas, ya que los contrarios siempre
son predicados de un sujeto y ninguno es separable. Además, plantea que no hay nada
contrario a la substancia misma. Aristóteles examina las diferentes propuestas sobre los
elementos y principios, como lo Grande y lo Pequeño, lo Mucho y lo Poco, lo Desigual y lo
Igual, y la Multitud y el Uno. Cuestiona la idea de que los contrarios sean principios y
señala que estos atributos son más bien afecciones y accidentes de los números y las
magnitudes. Además, argumenta que la relación, que se considera como un principio en
algunas teorías, no es una substancia ni un ente en sí misma. En resumen, Aristóteles
critica las explicaciones platónicas acerca de los principios y señala las inconsistencias en
sus argumentos.
CAPITULO 2: CONTINÚA LA CRÍTICA A LA TEORÍA PLATÓNICA DE LOS
PRINCIPIOS
Aristóteles critica la teoría platónica sobre los principios. Argumenta que si las cosas
eternas tienen elementos, entonces tienen materia y podrían no existir. Además, cuestiona
la idea de que lo Desigual y lo Relativo sean principios, ya que no son contrarios ni
negación del Uno y el Ente, sino naturalezas de los entes. Aristóteles señala que la
pluralidad de entes no puede explicarse mediante los contrarios y las relaciones, y critica
la falta de fundamentos para creer en la existencia de los números como entidades
independientes. También plantea dificultades en la concepción de la pluralidad de
substancias y cuestiona cómo pueden ser muchos los entes sin identificarse con la
cantidad. En resumen, Aristóteles expone una serie de críticas a la teoría platónica de los
principios, señalando sus inconsistencias y falta de fundamentos.
CAPITULO 3: CRÍTICA DE LOS FUNDAMENTOS EN QUE SE BASAN QUIENES
AFIRMAN LA EXISTENCIA DE LOS NÚMEROS MATEMÁTICOS
Aristóteles critica los fundamentos en los que se basan aquellos que afirman la existencia
de los números matemáticos. Argumenta que las razones que ofrecen no son necesarias
ni posibles y no justifican la existencia de los números. Critica la idea de que los números
son la composición de los entes y cuestiona por qué deberían existir separados si sus
propiedades se encuentran en los cuerpos sensibles. Además, señala que los números y
las magnitudes matemáticas no aportan nada a los entes y no se les aplican teoremas
relevantes. Aristóteles concluye que estas teorías son absurdas, contradictorias y
contrarias al sentido común, y plantea la necesidad de investigar los principios de las
cosas inmóviles en relación con la generación de números.
CAPITULO 4: LA GENERACIÓN DE LO ETERNO. LA RELACIÓN ENTRE LOS
PRINCIPIOS Y EL BIEN
Aristóteles aborda la generación de lo eterno y la relación entre los principios y el bien.
Critica la idea de que la generación de lo impar es negada, y señala que algunos
construyen el primer número par a partir de elementos desiguales. Cuestiona la relación
entre los principios y lo bueno y lo bello, y plantea la dificultad de decidir si el uno en sí es
el bien en sí o si hay otro elemento. Argumenta que lo primero y eterno, que se basta a sí
mismo, debe poseer inherentemente el carácter del bien. Expresa que es verdadero que
el principio tenga este carácter, pero sostiene que es imposible que el uno o cualquier
elemento numérico sea el principio. Además, advierte sobre las consecuencias absurdas
de asociar el mal con la pluralidad y lo desigual. En resumen, Aristóteles cuestiona las
teorías que relacionan los principios con el bien y el mal, y argumenta en contra de la idea
de que los números sean las substancias primeras separadas.
CAPITULO 5: LOS NÚMEROS Y SUS PRINCIPIOS LOS NÚMEROS COMO CAUSAS
Aristóteles cuestiona la forma en que los números son considerados como principios y
causas. Argumenta que no se interpreta correctamente el papel de los principios y las
substancias primeras al equipararlos con los principios de los animales y plantas. Señala
que los principios perfectos siempre proceden de algo indeterminado e imperfecto, por lo
que el uno en sí mismo no sería una entidad. Critica la idea de asociar el lugar con los
sólidos matemáticos y sostiene que los números no pueden ser considerados como
elementos. Examina cómo los números proceden de los principios y plantea la cuestión
de si es por mezcla o composición, argumentando que ninguno de los enfoques es
satisfactorio. Cuestiona la naturaleza de los elementos numéricos y su relación con las
substancias y el ser, señalando que los números no son causas de la forma, sino que la
proporción es la substancia. Concluye que los números no son ni causa eficiente, ni
materia, ni concepto y especie de las cosas, y tampoco pueden ser considerados como
causa final.
CAPITULO 6: QUE LOS NÚMEROS SEAN CAUSAS ES IMPOSIBLE
Aristóteles argumenta que los números no pueden ser considerados como causas en
ningún sentido. Critica la idea de que la mezcla se ajuste a un número y señala que las
relaciones de las mezclas consisten en una adición de números, no en números mismos.
Cuestiona la idea de que ciertos números sean la causa de características específicas,
como las estaciones o las proporciones musicales. Afirma que las realidades matemáticas
no son causas de la naturaleza y sostiene que las analogías encontradas en los números
son coincidencias y no fundamentos sólidos. Concluye que las dificultades y la falta de
coherencia en la generación de los números demuestran que las cosas matemáticas no
existen separadas de las cosas sensibles y que no son los principios de la realidad.
CONCLUSION:
En conclusión, el libro "Metafísica" de Aristóteles es una obra filosófica profunda y
compleja que aborda temas fundamentales sobre la realidad, la existencia y los principios
que la rigen. A lo largo de sus páginas, Aristóteles explora conceptos como la causa, la
sustancia, el ser, la unidad y la pluralidad.
En su búsqueda por comprender la naturaleza de la realidad, Aristóteles plantea
argumentos, distinciones y categorías que han influido en el pensamiento filosófico
posterior. Su enfoque en la causa y su identificación de cuatro tipos de causas (material,
formal, eficiente y final) han sido especialmente significativos, ya que proporcionan una
base para la explicación y comprensión de los fenómenos y eventos.
A través de su análisis, Aristóteles también reflexiona sobre la relación entre lo sensible y
lo inteligible, entre lo material y lo abstracto, y entre lo individual y lo universal. Sus ideas
han estimulado debates y discusiones en la filosofía, la teología y la ciencia a lo largo de
la historia, y su influencia perdura en la actualidad.
Si bien algunos aspectos de la "Metafísica" pueden resultar difíciles de comprender o
pueden generar controversias, su valor radica en su capacidad para cuestionar y explorar
los fundamentos de la realidad y la existencia humana. Es una obra que invita al
pensamiento crítico y al análisis profundo de los conceptos más trascendentales de
nuestra experiencia.
El libro "Metafísica" de Aristóteles ha tenido una gran influencia en la filosofía posterior y
ha sido ampliamente estudiado y debatido a lo largo de la historia. Esta obra, que aborda
temas fundamentales sobre la realidad y la existencia, ha tenido un impacto significativo
en diversas corrientes filosóficas.
Una de las contribuciones más importantes de la "Metafísica" de Aristóteles es su
concepto de causa y su enfoque en la explicación de la realidad a través de principios y
fundamentos. Aristóteles distingue cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y
final, lo que ha sido fundamental en el desarrollo de la filosofía y la ciencia occidental.
Además, la "Metafísica" de Aristóteles ha sido relevante en el debate sobre la existencia
de Dios y la naturaleza de la realidad. Su argumento sobre la existencia de un primer
motor inmóvil ha influido en la teología y en las discusiones sobre la relación entre Dios y
el universo.
La influencia de la "Metafísica" se extiende a lo largo de la historia de la filosofía, siendo
especialmente relevante en la Edad Media y el período escolástico, donde la obra de
Aristóteles fue estudiada y comentada por filósofos como Santo Tomás de Aquino.
En resumen, el libro "Metafísica" de Aristóteles ha tenido un impacto duradero en la
filosofía posterior, tanto en la formulación de conceptos fundamentales como la causa y la
existencia, como en los debates teológicos y ontológicos. Su enfoque en los principios y
fundamentos de la realidad ha sido un punto de referencia para el desarrollo del
pensamiento filosófico a lo largo de los siglos. Además que la "Metafísica" de Aristóteles
es una obra filosófica de gran importancia que ha dejado un legado perdurable en el
pensamiento occidental. Su contenido desafiante y profundo nos incita a reflexionar sobre
los principios fundamentales que subyacen en nuestro mundo y a buscar una
comprensión más profunda de la naturaleza de la realidad.