Fábulas (Esopo, LaFontaine, Samaniego, Iriarte)
Fábulas (Esopo, LaFontaine, Samaniego, Iriarte)
Fábulas (Esopo, LaFontaine, Samaniego, Iriarte)
Esopo
Esopo
Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas
con la idea de que eso reforzaría su amistad. Entonces el águila
escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras
la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra, al pie del
mismo árbol.
Un día en que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que
estaba hambrienta, cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorruelos, y
entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete.
Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de
la muerte de sus pequeños.
¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar,
perseguir a uno que vuela? Tuvo que conformarse con el usual
consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lejos a su
enemigo.
Mas no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de
su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos
pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó
una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido.
Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo
también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían
volar, los cuales se vinieron al suelo. Corrió entonces la zorra y
tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su
enemiga.
Nunca traiciones la amistad sincera, pues tarde o temprano
llegará el castigo del cielo.
La Liebre y la Tortuga
[Minicuento - Texto completo.]
Jean de La Fontaine
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Cantando la Cigarra
Pasó el verano entero,
Sin hacer provisiones
Allá para el invierno.
Los frios la obligaron
Á guardar el silencio,
Y á acogerse al abrigo
De su estrecho aposento.
Vióse desproveida
Del preciso sustento,
Nunca una obra se acredita tanto de mala como cuando la aplauden los necios
ganaba un piamontés,
no se ha visto ni verá».
«Cuando me desaprobaba