Con Pluma y Corazon Abril

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Con pluma y corazón

Aleksandra Nawrocka

REVISTA RESISTENCIA
Abril 2023
REVISTA RESISTENCIA

Presentación

A tu alcance, este sencillo librito, un elenco de destellos de


la Luz del Espíritu de la pluma de Aleksandra, nuestra fiel
amiga, valiente buscadora del Señor, empeñada en gozar y
hacer gozar de los dones que Él ha puesto en ella.
Nada mejor que compartir las inspiraciones y las
inquietudes, dispuesta a ser instrumento de la gracia que se
nos regala abundantemente.
Paola, otra artista, completa humildemente esta obrita con
sus dibujos.
Que estas sencillas cuartillas te lleven a la experiencia del
que es Bueno, Bello y Verdadero.
No lo dejes para ti. Comparte y multiplica el bien y la
alegría.

Ela Strach

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Juan 20, 11-18

Las lágrimas de María Magdalena reflejan el llorar de todas


las mujeres por el amor perdido. Otro amor que se muere.
Otro amor que ya iba a ser el definitivo, el "happy ever
after". Y este sentirnos confundidas, este "¿qué habré hecho
mal?", "¿por qué me pasa otra vez?"... Porque en cada vez
que nos ilusionamos con un amor nuevo, te buscamos a ti,
Jesús, porque no te conocemos, ni te reconocemos. Quizás el
capítulo siguiente de la vida de Magdalena sería su
aventura con el jardinero si no vinieras tú, si no la llamaras
por su nombre. Realmente, nuestro corazón está inquieto
hasta que descansa en tu amor. Enjuga nuestras lágrimas
de tantos amores muertos y llámanos tal como sólo tú
sabes...

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Lucas 24, 13-35

Puede haber varias razones por los que uno quiere dejar la
comunidad (Iglesia, congregación, familia...). Los dos
camino de Emaus tienen problemas con expectativas.
Pensaban que Jesús iba a librar a su pueblo, pero no lo hizo.
No importa que haya resucitado, no hizo lo que esperaban
de él. Curiosamente, otro motivo de su "enfado" es que por
qué se lo anunció primero a las mujeres y no a Pedro quien
supuestamente era el líder. No importa que haya
resucitado, no lo dijo de la manera que correspondía. Jesús
va detrás de ellos y les recuerda dos cosas importantes: la
Palabra y el compartir el pan con los hermanos. Y nos lo
recuerda hoy a todos los que estamos quizás enfadados con
la comunidad, la Iglesia: buscad respuesta en la Palabra y
en el gesto de compartir el pan con Jesús y con los
hermanos. No encontraremos sentido de lo que pasa en
nuestras comunidades sólo en nuestras expectativas de
cómo debería de ser y no es sino en permanecer fieles a la
Palabra y el compartir el pan.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Lucas 24, 35-48

Últimamente pienso que Dios tiene con nosotros una


relación de "prueba y error". Resultó no suficiente con que
los discípulos supiesen las Escrituras (las sabían de
memoria, eran Judíos). Tampoco experimentar su presencia
pues no llegaron a reconocerlo cuando se apareció. Ahora
Jesús intenta otro método: explicarles lo que en las
Escrituras era referente a El. Parece que funcionó. Pero
¿sigue funcionando hoy? Quizás la razón por la que nosotros
hoy tengamos nuestras dificultades en relacionarnos con
Dios sea porque no conectamos con el Mensaje. Todos, Dios
incluído, intentamos aún entender el corazón del hombre
posmoderno. Es consolador ver que Dios no se cansa en
buscar cada vez nuevas maneras de llegar a nosotros. Es
tierno ver a Dios admitir sus errores en las cartas de la
Biblia, y no desanimarse después de cada uno de ellos.
Quizás tenemos que aprender a tener paciencia con Dios
(que desde luego él la tiene infinita con nosotros) que puede
que tarde pero siempre llega.

Con pluma y corazón


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Juan 21, 1-14

Es sorprendente, tal vez, que Jesús ni una sola vez aparece


en el contexto de liturgia, en el templo. Él se hace presente
para una mujer rota por el dolor de la pérdida de un ser
querido. Se hace presente en la confusión de unos hombres
caminando a Emaús. Se hace presente en el miedo y
desconfianza de otros hombres encerrados. Por fin hoy se
hace presente en el cansancio infecundo de unos
pescadores que trabajan duro. Jesús está en medio de la
vida. Pero solo los que aman y los que lo conocen bien son
capaces de reconocerlo. Quizás por esta razón preferimos
encontrarnos con Jesús en los ritos de la liturgia. Así lo
controlamos más. Así decidimos nosotros cómo, dónde,
cuándo, por manos de quién. Porque al Dios de la vida, a
Dios en la vida, no hay quien lo controle. Y encima hay que
hacer el esfuerzo de amarle y conocerle para que se deje
reconocer.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Marcos 16, 9-15

Jesús reprocha a los discípulos por no haber creído en lo que


anunciaron las mujeres y los dos que salieron de la
comunidad. Es un dato que puede iluminarnos en los
caminos de sinodalidad que Iglesia intenta travesar a paso
forzado. Porque resulta que durante los siglos la Iglesia
como institución siguió con la misma actitud de no escuchar
ni a las mujeres ni a los que se separaban de ella, los que
estaban oficialmente fuera. Hoy se nos invita a dar cabida a
los que hasta ahora fueron los no-escuchados. Y vemos lo
mucho que cuesta. Jesús hoy reprocha de nuevo a la Iglesia
que no escucha ni a las mujeres ni a los que están fuera de
sus estructuras. Y la envía de nuevo al mundo a proclamar
la Buena Nueva. No proclamar la Iglesia, sus normas y
disciplina, sino a hacer que el mensaje de Jesús siga siendo
algo Nuevo y algo Bueno para Todo El Mundo.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Juan 20, 19-31

A Tomás le llamaban "el gemelo". ¿Gemelo de quién? Quizás


un poco de cada uno de nosotros. Pienso que Tomás no tuvo
problemas con la resurrección de Jesús sino con su pasión y
muerte. No le interesa ver su cuerpo glorificado, él quiere
tocar las heridas. Él quiere entender cómo es posible que
Dios sufra y muera en una cruz. La pregunta no es si creer
sino en qué Dios creer. Si es verdad que Jesús realmente
sufrió, quiere decir que nuestra fe no es en un Dios a quien
culpar por el mal en el mundo sino en un Dios que fue él
mismo la víctima. Es el mismo Dios que murió en cada
persona asesinada en campos de concentración. Dios que
muere cada día en la guerra en Ucrania y tantos otros
países del mundo. Dios que muere en las calles de nuestras
ciudades y en los jóvenes que acaban con su vida y en cada
pequeño que cae víctima de la trata. Y yo también necesito
tocar esas llagas para creer que éste es mi Dios y mi Señor.
No un inmutable, omnisciente, omnipotente Dios de los
filósofos sino el Dios herido de un pueblo escogido y
vulnerado. Necesito tocar sus heridas. Realmente, dichoso
quién puede seguir creyendo en el amor sin verlo en la
vida...

Con pluma y corazón


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Juan 3, 1-8

Nacer del Espíritu es ser como el viento. Es ser totalmente


libre. Sin apegos al pasado, a lo que fue, a lo que pasó. Sin
apegos al futuro, preocupación por el mañana, sin planes
inalterables. Sin apego al presente, a lo que uno hace y
donde se encuentra, a su momento vital. Sin pertenecer, y
sin que alguien o algo nos pertenezca. Libre para hacer lo
que a Dios le plazca. Todos deseamos esa libertad pero... es
tan difícil elevarse sobre nosotros mismos, despegar las
alas, volar al ritmo de Dios, dejarse caer sin paracaídas. Y
sin embargo no hay otro camino para nacer de nuevo.

Con pluma y corazón


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Juan 3,5a.7b-15

Nicodemo debería haberlo sabido. Dios ya lo dijo por el


profeta Ezequiel: “Pondré mi Espíritu en vosotros, y
viviréis, y os pondré en vuestra tierra" (Ez 37,14). Además,
toda la historia del pueblo israelita es la historia de muertes
y renacimientos. Toda una generación tuvo que morir en el
desierto para que pudiera nacer un pueblo nuevo, por dar un
ejemplo sólo. Debería haberlo sabido. Como también
nosotros debemos ya saberlo. A veces una sociedad, un
modelo de vida religiosa, una forma de ser Iglesia, tiene que
morir para que lo nuevo que nazca sea de arriba, más
conforme a la voluntad de Dios para este concreto momento
histórico. Debemos saberlo. Pero nos aferramos tanto a la
vida que conocemos que no dejamos a Dios darnos la nueva.
Santa Teresa de Jesús escribió que es suficiente querer ser
regalados de Dios para que Él empiece a regalarnos.
Entonces la pregunta no es el cómo es posible nacer de
nuevo sino si realmente lo queremos.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Juan 3, 16-21

Las tinieblas resultan confortables y comfortantes cuando


uno ya se acostumbra a ellas. Al principio da un poco de
cosa lo de no ver con claridad pero luego nos hacemos a ello
e incluso llegamos a gustarlo. Porque allí podemos esconder
lo que no queremos ver. Tanto que en momentos de
intimidad apagamos la luz para encubrir las imperfecciones
que no asumimos. Como Adán y Eva que de repente
sintieron vergüenza. Porque al ir en contra de Dios
perdieron una cosa importante: la confianza, tanto el uno
en el otro como en Dios. Cuando no confiamos en los demás,
escondemos de ellos nuestros lados oscuros. Cuando no
confiamos en Dios, escogemos vivir en tinieblas. Por eso
tiene que venir Dios al mundo con todo su amor para al
menos intentar convencernos que es nuestro amigo y no un
enemigo a la puerta. Que sólo por alguien que nos muestre
su amor incondicional somos capaces de dejar la comodidad
y comfort de las tinieblas.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Juan 3, 31-36

Hay heridas del corazón que no se curan fácilmente. Una


persona que desde pequeña experimentó el desamor,
abandono o continuas mentiras, aprenderá a desconfiar
para protegerse del posible daño en el futuro. Esa persona
se "negará a creer" porque su corazón sólo sabe de una
realidad desfigurada y distorsionada por sus experiencias.
Creerá en un Dios que no es, más bien una imagen de Dios.
Escuchará más lo que dicen otras personas, lo que dice su
memoria e imaginación. Dar salto de fe significará para
muchos de nosotros empezar a escuchar lo que de Dios dijo
Jesús, el único quien conoció al Padre en primera persona.
Sólo Jesús nos puede mostrar el verdadero rostro de Dios, si
dejamos que nuestras experiencias nos guíen hacia Él y no
sean un obstáculo.

Con pluma y corazón


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Juan 6, 1-15

¿Qué es amar de verdad? Es amar a la otra persona tal como


es, por quien es. Dios también es una persona (vale, son tres
Personas, pero lo importante es el ser persona) y también
quiere ser amado así, por quien es, no por lo que nos da.
Quizás una de las razones por las que sentimos ausencia de
Dios en nuestras vidas es porque Él se marcha de donde no
se le quiere así. No le interesa ser un abuelo a quien uno
acude en caso de emergencia económica. Él sueña con ser
nuestro amante más apasionado, el amor total hasta
locura. Si sabes permanecer a su lado a pesar de que no
siempre recibes lo que esperas, éso es amarle de verdad.

Con pluma y corazón


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Juan 6, 1-15

Jesús con facilidad multiplicó la comida para que nadie se


quedara con hambre. ¿Por qué no lo hace hoy? ¿Por qué no
lo hace para tantos niños y adultos que cada día mueren de
hambre y sed? Mi repuesta a mí misma es: ¿Es realmente su
culpa que se mueren? ¿No es acaso culpa de los que
echamos a perder tanta comida sin saberla compartir y
guardar para que los restos no se pierdan? ¿No es caso culpa
de los que nos quedamos con tanto en nuestras neveras de
última tecnología que no lo llegamos a consumir mientras
que a los "últimos en fila" no les llegan ni las migajas? Jesús
nos enseña hoy cómo hacer para que haya comida para
todos: orar, bendecir, repartir entre todos, recoger. Sin un
sistema injusto por en medio que beneficie sólo a unos
pocos. No le echemos la culpa por algo que depende de
nosotros.

Con pluma y corazón


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Juan 6, 16-21

Tememos cuando Dios se aleja porque nos quedamos solos


con nuestras ansiedades y sombras. Tememos, como los
discípulos, cuando Dios se acerca inesperadamente porque
no lo reconocemos. Tememos cuando Dios está cerca porque
lo ve todo y nos va a castigar si hacemos algo mal. Tanto
miedo al Dios-Amor... ¿O quizás no es el Dios-Amor el dios
en quien creemos? No sé si realmente hacemos a Dios un
favor metiendo a la gente, desde pequeños, tanto miedo a
Dios quien sólo quiere amar y ser amado. Claro, el miedo
obliga a que nos portemos bien, y el amor es una elección
libre. Pero Él prefirió darnos la libre voluntad para que
elijamos amarlo, no para disciplinarnos con amenazas.
Cuando hay miedo, es porque hay abuso y desconfianza. Y
Dios no abusa ni desconfía, eso lo sabemos hacer sólo los
humanos.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Lucas 24, 13-35

De joven tenía a mi primo favorito. Cada verano cuando iba


a su casa a ayudar en el campo, hacíamos nuestras sesiones
nocturnas que consistían en él explicándome el cómo
funcionaban las cosas (un tractor, por ejemplo) y yo
escuchando con sumo interés como si fuera lo más
apasionante que pueda haber en el mundo. Recuerdo el
deseo tan ardiente que tenía que esas horas no pasaran tan
de prisa. En el Evangelio de hoy encuentro una imagen de
ese deseo. Jesús explica a los dos discípulos el cómo en
realidad fue lo de su vida y muerte y ellos no quieren dejarlo
marchar. !Qué pocas veces escuchamos así a Jesús! Nos
acostumbramos a conversar con otras personas de noticias,
en cualquier caso que sea la tele o el Internet el que nos
explique la realidad. Pero sólo la Palabra que viene de Jesús
lo explica todo de tal manera que nuestro corazón arde, que
deseamos quedarnos con él, que nuestra fe vuelve a
encenderse, que nuestro desánimo desaparece. !Qué pocas
veces dejamos a Dios hablarnos así...!

Con pluma y corazón


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Juan 6, 22-29

"Creer en el que Dios ha enviado"... ¡Se dice pronto! Estamos


acostumbrados a ofrecer a Dios nuestro trabajo, nuestras
obras, cosas que hacemos supuestamente por él. Los
grandes proyectos misioneros y obras de caridad, los éxitos
de predicación, la "conversión" de pueblos enteros... Nos
olvidamos, sin embargo, de darle la raíz, darle nuestra
confianza, nuestra fe en él. Es más fácil dar lo externo,
mucho más difícil darse uno mismo. Porque creer justo
significa esto: confiar todo nuestro ser en las manos de otra
persona. Esto requiere mucha confianza y valentía y en
verdad muy pocos lo tenemos. Y tampoco muchos nos
atrevemos a buscar a Dios por él sólo, no por el pan que
sacia o por la calma en la tempestad. Nos quedamos en la
superficie de la vida. Y la vida verdadera está mucho más
adentro.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Marcos 16, 15-20

Hay dos maneras de hacer teología, de buscar a Dios, de tener


hambre. La primera la llamo "hambre de estómago lleno", de eso
que te apetece comer algo porque te aburres, abres la nevera
llena con comida pero no encuentras nada que te satisfaga
entonces vas al supermercado de al lado y compras lo que te
guste. Así buscamos a Dios los que lo tenemos todo. Nos apetece
"un no sé qué ", abrimos el amplio abanico de la oferta espiritual y
religiosa, nos dedicamos un rato a lo uno o a lo otro que esté
actualmente de moda, y si no encontramos nada incluso nos
creamos nuestra propia "religión" a nuestra medida dispuestos a
dejarla cuando aparezca algo más atrayente. Hay también un
"hambre del estómago vacío" y la sientes los que no tienen el
acceso a la nevera llena, tanto en el sentido material como
figurativo. Las personas que viven cada día en riesgo de muerte,
las que no sientes a diario el calor del otro ser humano, las que
tienen negado el acceso al Dios de la religión oficial. Viven con el
hambre que sólo encuentro con Dios vivo en espíritu y verdad
puede saciar. Realmente son benditos los que tienen hambre así.
Porque es la misma hambre que tiene Dios de nosotros. Él no
desea encontrarnos porque esté aburrido allá en lo alto del cielo
sino porque sólo encontrarnos en verdad y en espíritu sacia su
Corazón. ¡Cuánto me gustaría tener hambre así...!

Con pluma y corazón


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Jn 6,35-40

Mi mejor amigo vive lejos de mí. Como ninguno de los dos


somos personas de relaciones a distancia, decidimos que
siempre que podamos nos encontraremos a mitad de
camino. Así cada uno hacemos lo que queda de nuestra
parte para que el encuentro sea posible. Me vino este
recuerdo hoy al leer la Palabra "venir a Jesús". A veces le
queremos pintar como un oficial sentado en la taquilla de
las 8 a las 5 de la tarde esperando que vengan los clientes.
En realidad, él continuamente hace "su mitad" (incluso
mucho más de la mitad) para encontrarnos. Nos queda a
veces dar sólo un paso para que el encuentro ocurra. Porque
Jesús es como "el fricky romántico" de la canción de Álvaro
Fraile, mi cantautor favorito: "La vida no se arregla en el
trabajo sino en las mesas de los bares que no cierran a las
tres".

Con pluma y corazón


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Juan 6, 44-51

Lo peor es creer que uno ya lo sabe todo, que no necesita que


nadie le explique nada, que ya posee toda la verdad. Dicen
los profetas que "Todos serán discípulos de Dios". TODOS. La
sinodalidad es un camino antiguo que volvemos a empezar
de nuevo. La actitud de un discípulo es la de querer
aprender con los demás, sea quien sean, de dentro o de
fuera, porque es peligroso pensar que el Espíritu de Dios
actúa solamente en mí Iglesia. Dios habla a todos, se
comunica a todas sus criaturas, y es la responsabilidad del
discípulo procurar la sensibilidad que le ayude a percibir el
camino de Dios con la humanidad.

Con pluma y corazón


REVISTA RESISTENCIA

Juan 6, 52-59

Rara vez he pensado en la fe como una cuestión de vida y


muerte. Al fin y al cabo, para vivir uno necesita comer,
beber y dormir. La fe queda bastante lejos en la pirámide de
necesidades. Jesús baja la fe al nivel de las necesidades
básicas: lo mismo que uno muere por no comer ni beber, uno
muere si no le come ni bebe a Él. La fe es una dimensión
básica porque de la manera en la que creemos depende la
manera en la que vivimos. Y creer en Jesús tiene unas
consecuencias bien concretas para la vida, al menos
debería tenerlas. Aún más, no se trata sólo de cómo vivir
sino si vivir o morir. "Ser o no ser", como diría Shakespeare.
Porque somos divinos, tenemos capacidad de acoger en
nosotros la vida de Dios que significa mucho más que un
simple saciarse con comida y bebida.

Con pluma y corazón


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Juan 6:60-69

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Comer la carne o vivir del


Espíritu? Hoy Jesús dice que "la carne no sirve para nada, es
el Espíritu quien da vida". De nada sirve comer la carne de
Jesús si uno no está abierto a su Espíritu. De nada sirven
tantos ritos si no nos llevan a la vida según Dios. No nos
salva pertenencia formal a una u otra Iglesia, fidelidad a las
formas, incluso recepción de los sacramentos, si lo que
conseguimos es tener una seguridad falsa y orgullosa. Si en
nuestras vidas no se ve la acción del Espíritu, lo siento
mucho pero de nada nos sirve todo lo que hacemos.

Con pluma y corazón


Juan 10:1-10

Jesús es la puerta, la única puerta por la que entrar en la


comunidad eclesial. Él tiene que convertirse en la razón y el
motivo de nuestra pertenencia a la Iglesia. Cualquier otra
motivación, cualquier otra puerta por la que entremos (y las
puede haber muy variadas) solo llevan a que nos
convirtamos en ladrones y bandidos, haciendo daño a la
comunidad, matando al Espíritu y los espíritus, robando
privilegios que no van de mano con ser hermanos y
hermanas. La pena mayor es que las ovejas sí que siguen a
los ladrones, sí que escuchan su voz, y por eso estamos
donde estamos en la vida eclesial.

Con pluma y corazón

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