Artes
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Índice
La educación artística en la escuela común 4
2
Caso irresuelto 14
Retablo de una relación abismal 15
Lineamientos curriculares para la ESI en el área de la Educación Artística 19
3
4
convocarán a profundizar en ciertos aspectos propios del campo artístico que fueron cuestionados desde los
feminismos, las sexualidades disidentes, los estudios de mujeres, el pensamiento decolonial, y que invitan a
problematizar y a abrir nuevas preguntas sobre las formas que adoptan las artes en el proceso de
escolarización de los saberes artísticos desde el enfoque de la ESI. Cabe destacar que la elección de estas
escenas deja fuera muchas otras que también son altamente potentes para interrogar el campo artístico;
sirvan, éstas, sólo a fines ilustrativos para iniciar este recorrido reflexivo.
5
tomadas y representadas por varones, e interpretadas en términos de existencia de una naturaleza masculina
detrás de la apariencia de mujer o como producto de un comportamiento imprudente y anormal que
provocaba reclamos molestos (¿caprichosos?). Asimismo, Bread relata situaciones en las que las personas
con apariencia de mujer han sido habilitadas a tomar la voz en su propia defensa o la de sus hogares, hijxs,
maridos, otras mujeres, aunque jamás en representación de los hombres y de la comunidad -permiso que
pervivió también durante la Edad Media-. “El discurso público era uno de los atributos
(...) de la masculinidad” indica; y continúa explicando, en un parafraseo de escritores
clásicos, que “el tono y timbre del habla de las mujeres amenazaba con subvertir no sólo a
la voz del orador masculino, sino también a la estabilidad social y política, a la salud del
Estado mismo” (2017, pp. 28 y 30). Resulta significativa esta vinculación entre la melodía
de la voz de las cismujeres y la melodía de la estabilidad sociopolítica. ¿Qué estabilidades
subvertiría el canto de las mujeres en los templos sagrados?, ¿se trataría de una cuestión
puramente económica o escondería otras relaciones de poder?
La autora aborda, luego, el análisis de las modalidades adoptadas por y sobre los discursos públicos de
cismujeres durante la modernidad, en los que se retoma una retórica emparentada a los modelos utilizados
por los cisvarones, hasta llegar a tiempos más actuales, que le permiten reflexionar sobre las posiciones de los
discursos en los medios masivos de comunicación e información. Advierte, allí que “en todos los rubros
seguimos observando una resistencia tremenda a la usurpación femenina de territorios del discurso que son
tradicionalmente masculinos” (p. 41). De esta manera, luego de esta historización de la (no) participación de
las cismujeres en la intervención en discursos públicos, la autora propone revisar “cómo hemos aprendido a
escuchar las aportaciones de las mujeres” (p. 43) y “los principios básicos de la naturaleza de la autoridad del
habla” (p. 51).
Lxs invitamos a recorrer la propuesta de Mujeres que no fueron tapa que pone de
manifiesto las maneras en que las mujeres son representadas por los medios masivos de
comunicación. Este proyecto tiene como objetivos hacer visibles los estereotipos que
producen y reproducen los medios de
comunicación mediante el activismo en las
redes sociales y, en las charlas y
participaciones en eventos, desnaturalizarlos
realizando actividades de hackeos de revistas,
recurriendo al arte como herramienta expresiva
y de transformación social, y visibilizar el
agenciamiento de mujeres, creando espacios y
contextos, físicos y virtuales, para que ellas
cuenten sus historias, experiencias y saberes.
Algunos de los artículos que recomendamos son:
- Adele es noticia, pero no por su disco nuevo
- Las mujeres en el mundo de la música
- ¿Querés saber lo que es la gordofobia?
6
La figura del capado a la luz del análisis que habilita este recorrido realizado por Bread (2017) brinda la
oportunidad para reflexionar sobre la (im)posibilidad de hacer uso de la voz en espacios comunes
socialmente significativos en términos de exposición y reconocimiento social por parte de las mujeres cis.
Las artes, en este sentido, constituyen uno de esos espacios y se presentan como un campo de disputas en
términos de acceso tanto creativo como “contemplativo” e interpretativo. Una situación similar ocurrió en
torno a los desnudos en las artes visuales durante el siglo XIX, creaciones muy valoradas social y
económicamente, pero cuya práctica se encontraba prohibida para las mujeres en las academias, dado que se
lo consideraba indecoroso1 (Almonacid Galvis, 2012).
Entonces, ¿las voces, manos, ojos, cuerpos de quiénes están habilitadas para crear, contemplar, interpretar
qué artes, en qué momentos y en qué lugares? Estas claves sirven de obertura para revisar cómo
repercutieron -y aún lo hacen- los ecos de los lugares históricamente (no) otorgados a las sexualidades no
hegemónicas en los espacios públicos de la cultura, a sus voces, a sus manos, a sus cuerpos, haciendo foco en
el campo artístico musical y general, tanto en otras épocas como en la actualidad. ¿Qué rasgos de la “escena
de los capados” sobrevivieron a lo largo de la historia de la música y de las prácticas artísticas en general?,
¿hubo compositoras, pintoras, arquitectas...?2, ¿la historiografía de las artes contempló recoger datos sobre
ellas y sus participaciones artísticas?, ¿la curaduría hizo esfuerzos por conservar las obras?, ¿en la escuela nos
hablaron de ellas?, ¿enseñamos sus obras? ¿Qué rastros perviven en la música y las artes de hoy?, ¿las voces de
quiénes son privilegiadas en los grupos musicales?, ¿para qué roles?, ¿hay una división sexual de los
instrumentos/sonidos?, ¿y, de las artes?, ¿que modalidades de sexismo podemos observar en este campo?3
Entonces, ¿cómo hemos aprendido y cómo enseñamos a valorar los aportes de la participación de las
mujeres cis en las artes?, ¿y de otros colectivos subalternizados?, ¿cuáles son los criterios que otorgan
autoridad a unx artista, a una obra, en el campo?, ¿de dónde surgen?, ¿por quiénes fueron producidos? Estas
preguntas nos invitan a adentrarnos en la siguiente escena.
Sexismo_ El sexismo es el mecanismo mediante el cual en las sociedades patriarcales se producen y
reproducen las desigualdades sociales en base a las diferencias sexogenéricas. Siguiendo a Virginia
1
Cabe mencionar aquí que la pintura de estos desnudos eran realizados sobre el modelado de cismujeres, habilitando su participación en
tanto objetos del arte visual del desnudo, pero no, en tanto sujetas de agenciamiento.
2
Así formulada, se trata de una pregunta provocadora.
3
Pueden encontrar algunas pistas sobre esto en la fundamentación de las propuestas para la Educación Artística que se ofrece en el
Cuaderno de ESI para la Educación Secundaria II. Alí se menciona que:
“Ciertas profesiones del arte parecieran ser aceptadas socialmente con mayor o menor ‘naturalidad’ si están a cargo de hombres o de
mujeres. En Artes Visuales, la producción escultórica se relaciona más con los hombres, mientras que el modelado cerámico y las
artesanías en telar se interpretan como prácticas femeninas. La ejecución musical de instrumentos con medios electrónicos tiende a estar
más asociada a los hombres. Por ejemplo, en el caso de las bandas de rock, la ejecución instrumental suele ser una función ligada a la
masculinidad, reservando a las mujeres los roles vocales. En la danza clásica, mujeres y hombres deben presentar un modelo físico y
gestual: etéreo para ellas y de marcada musculatura para ellos; exhibiendo un modelo de belleza hegemónico sobre la base de un discurso
social que lo impregna de cualidades eminentemente femeninas. En algunas danzas populares como la zamba, los juegos de seducción
desde la gestualidad, el movimiento y las miradas cobran relevancia para su interpretación. Frecuentemente son expresados a
partir de cánones o patrones que fijan un modelo para el hombre y otro para la mujer.” (2012, p. 55).
7
Maquieira D’Angelo (2000), “en el caso del culturalismo sexista o sexismo cultural, las diferencias entre
hombres y mujeres y su desigual posición en el orden social no se justifican apelando a un designio divino o a
un texto sagrado fundacional ni apelando a una supuesta naturaleza humana biológicamente determinada.
Se trata de justificarlas apelando a diferencias culturales considerándolas como esencias inmutables y
representativas de todos los miembros de una comunidad y de su historia.” (p. 195).
Lxs invitamos mirar la película “Escuela de rock” que cuenta la historia de un artista sin
éxito popular que usurpa el puesto de docente de una escuela y conforma una banda de
rock con sus estudiantes:
- ¿Cómo son representadas las mujeres y sus voces allí, tanto en el
ámbito privado como en el público?
- ¿Qué roles se asigna a las mujeres en torno a la banda?, ¿se
observan sesgos sexistas, reproducción de estereotipaciones?, ¿y,
étnicos?
- ¿Cómo son representadas la infancia y la adultez, y sus voces?
Recomendamos, también, la lectura del Capítulo 6 del libro “Para una didáctica con
perspectiva de género”, coordinado por Ana María Bach, titulado “De la monodia
patriarcal a la polifonía de género. Nuevas perspectivas para la planificación didáctica en
la enseñanza de la música”, a cargo de Pablo Martín Vicari (2017), para repensar las
diversas formas en que se manifiesta el cisheterosexismo en la educación de las artes
musicales.
“La fuente” del campo artístico
En 1917, la Sociedad de Artistas Independientes decidió realizar una muestra artística en Nueva York que
tuvo la particularidad de no contar con un jurado evaluador, sino que la participación en ella sólo exigía el
abono de seis dólares por obra a exponer. No obstante, el envío de una pieza generó revuelo entre lxs
integrantes del comité organizador: un urinario de porcelana, firmado por unx tal “R. Mutt”. Entre
controversias y opiniones dispares, se tomó la decisión de hacer caso omiso al sistema previamente acordado
y no incluir la pieza en la exposición, situación con la cual el artista francés Marcel Duchamp no acordó,
llevándolo a correrse de su participación como responsable del comité de selección de las obras. La pieza fue
trasladada y ubicada en posición inversa, en la Galería de Arte 291, propiedad de Alfred Stieglitz, fotógrafo y
amigo de Duchamp, quien la fotografió permitiendo conservar el único registro con que se cuenta del
urinario que luego desapareciera (Arrieta Gutiérrez, 2020).
Con posterioridad al evento, la última edición de 1917 de la revista dadaísta The Blind Man sacó una nota
escrita por Louise Norton titulada “Buddha of the Bathroom”, junto a la fotografía de Stieglitz y
acompañada por un encabezado anónimo en el que se lee:
8
El caso de Richard Mutt
Dicen que cualquier artista
que pague seis dólares puede
exhibir.
El Sr. Richard Mutt envió
una fuente. Sin mediar
discusión, la pieza desapareció
y nunca fue exhibida.
Cuáles fueron las bases para
rechazar la fuente del Sr.
Mutt:
Hay quienes arguyeron que
era inmoral, vulgar.
Otros, que era plagio, una
simple pieza de fontanería.
Ahora, la fuente del Sr. Mut no es inmoral, eso carece de sentido; no más de lo que lo sería una tina de baño. Es
un accesorio que puede verse todos los días en una vidriera de una fontanera.
De todas formas, si el señor Mutt hizo o no la fuente con sus propias manos no tiene importancia. Él la
ELIGIÓ. El tomó un objeto de la vida común, lo ubicó de forma tal que desapareciera su significado de
utilidad bajo un nuevo nombre y punto de vista -creó una nueva idea para ese objeto.
Como fontanería, es absurdo. Las únicas obras de arte que América ha brindado son su fontanería y sus
puentes.
Esta escena, muy significativa en el campo de las artes y reeditada repetidamente como aquella que se
anticipara al arte contemporáneo, resulta convocante para iniciar un proceso reflexivo en torno a qué
puede/debe ser considerado arte, quién es unx artista, quiénes se encuentran en derecho de definirlx,
cuándo y dónde. Lejos de dar respuestas acabadas a estas cuestiones, proponemos ir pincelando estas
indagaciones sobre el lienzo con la idea de observar cómo repercuten los posicionamientos epistemológicos
en nuestras prácticas pedagógicas, cómo miramos estas ideas propias de la epistemología de las artes desde
nuestras constituciones pedagógicas del campo de la enseñanza de la Educación Artística y en el marco de
qué propuestas del enfoque de la ESI pueden ser abordadas.
Desde el campo de la sociología y sobre la base de la concepción del arte en tanto producción simbólica,
Pierre Bourdieu (2010) abre la pregunta acerca de si la obra artística depende de la intención de su creadorx,
tal y como se propone en el encabezado anónimo titulado “El caso de Richard Mutt”, y argumenta que esta
intención, en todo caso, es el resultado de convenciones sociales más o menos definidas y siempre plausibles
de cambiar, que establecen la diferencia entre lo propiamente artístico y lo que no lo es. Pero, a su vez,
refiere el autor, la percepción de la obra en tanto arte también depende de la intención de lx espectadorx,
asimismo sujeta a esas convenciones y su disposición para apropiarse de ellas. Esto, en efecto, se pone de
manifiesto al haberse negado, el comité organizador de la muestra de Nueva York, a admitir la exposición del
urinario. Para salir del encierro, Bourdieu propone “tratar la percepción propiamente ‘artística’ de la obra de
arte, es decir, la percepción considerada como la única legítima en una sociedad dada, como un hecho social,
cuya necesidad es determinada ‘por una institución arbitraria’” (2010, p. 66), cuyas condiciones sociales de
posibilidad de legitimación como modalidad dominante son ocultadas. Según el autor, la constitución de
una legitimidad propiamente artística, en tanto su derecho a legislar en su orden, haciendo caso omiso a las
demandas sociales que respondían a intereses religiosos o políticos, tuvo sus inicios en el siglo XV y recobró
impulso, tras el absolutismo monárquico, con el Romanticismo, logrando constituir progresivamente un
campo intelectual relativamente autónomo, a la vez que fueron explicitándose y sistematizándose los
principios de legitimidad propiamente estética. “En lo sucesivo -concluye Bourdieu- la obra de arte y el
artista recibirán su función de la estructura del campo intelectual, en tanto sistema de relaciones entre
9
posiciones sociales a las cuales están asociadas posiciones intelectuales.” (2010, p. 70). El campo artístico,
como parte del campo intelectual más general, refiere a “ese microcosmos social en cuyo interior los artistas,
los críticos, los conocedores, etc., discuten y luchan a propósito del arte que unos producen y los otros
comentan, hacen circular, etc.” (p. 31). Ese campo es producido, reproducido y modelado a lo largo de la
historia de las artes y en las diversas sociedades, y se presenta como espacio de disputas por la autoridad
artística hegemónica entre agentes conservadores y subversivos, que ocupan diferentes posiciones, aunque
igualmente conformadas por él. En su interior se perfilan las categorías de percepción que luego se
supondrán necesarias, llevando a un falso universalismo del gusto. Y es en ese juego que se despliega en el
campo artístico que se delinea, a su vez, la epistemología de las artes, esto es, los principios, fundamentos,
métodos propios del conocimiento vinculado a las artes, no sin conflictos. Conflictos, éstos, que, aunque
epistemológicos “son siempre, inseparablemente, conflictos políticos” (Bourdieu, 2000, p. 15). A su vez,
este campo que va emergiendo poco a poco conlleva “una acumulación colectiva de recursos colectivamente
poseídos, y una de las funciones de la institución escolar en todos los campos y en el campo del arte en
particular es dar acceso (desigualmente) a esos recursos” (Bourdieu, 2010, p. 38), generando habitus en las
personas, es decir, disposiciones y esquemas ligados a las trayectorias particulares, que vinculadas a un
campo, definen “el espacio de los posibles”.
Este primer posicionamiento respecto de las artes, nos ofrece la posibilidad de desnaturalizar algunas de las
categorías establecidas por el campo artístico y desarmar los habitus tradicionalmente reproducidos por la
institución escolar, historizando las relaciones de poder en torno a su conformación y problematizando el
lugar de la regulación sexogenérica y de los cuerpos sexuados dentro de él. A su vez, el despliegue de este
proceso reflexivo en las aulas puede ser una oportunidad para trabajar sobre los prejuicios en torno a la
división sexual de las artes y sus prácticas, los estereotipos, los patrones de belleza legitimados por el campo,
la construcción social de los gustos, el disfrute y el placer, entre otras tantas aristas.
Con sus primeras pinceladas trazadas a inicios de la Modernidad4, el campo artístico es heredero de algunas
de las transformaciones culturales que conllevaron la progresiva expansión de la burguesía urbana, la
reforma religiosa protestante y la incipiente división de la vida en dos esferas, una pública, destinada al
accionar de los varones, y otra privada, reservada a las mujeres. En este sentido, la actividad artística fue
adoptando un carácter burgués y enmarcando su despliegue en el ámbito público, eminentemente
masculino, quedando excluidas de él, otras actividades, como el bordado, por ejemplo, destinado al espacio
doméstico, fuertemente feminizado (Almonacid Galvis, 2012). Esta separación entre ambas esferas se verá
reafirmada luego, durante la Revolución Francesa, y concretizada en la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano, cuando el liberalismo echó por tierra la posibilidad de reivindicar sus propios
principios, excluyendo la participación de las cismujeres de los espacios públicos y del ejercicio de los
derechos ciudadanos -tema más profundamente abordado en la Clase de ESI en la Formación ética y
ciudadana - Derecho-.
Pero ese no fue el único legado de las ideas ilustradas. De su mano, se dividieron las ciencias de las artes,
quedando éstas definidas en un grupo inicial: la arquitectura, la escultura, la música, la pintura y la poesía
-en el que a veces era admitida la danza-. A su vez, sobre la base de las ideas kantianas, fue vinculándose a lx
artista con la idea de genix, en tanto talento natural, innato, para las artes, y distanciándose a la obra de arte
del mundo real, en tanto objeto puramente estético, destinado a la contemplación y el placer. Esta figura,
junto a la reafirmación de la autoría de las obras y la exaltación de la individualidad, tomaron relieve durante
el Romanticismo. En relación con ella, Linda Nochlin (2001) señala que el hecho de tener genio “se
4
Esto no significa que las artes, la producción artística, hayan tenido lugar desde ese momento, sino que en ese momento comienza a
conformarse el campo artístico, en tanto campo intelectual de producción simbólica y cultural, que involucra relaciones de fuerza e
intereses en lucha por la definición de los límites del propio campo y la participación legítima en él.
10
considera como un poder misterioso e intemporal que de alguna manera está incrustado en la persona del
gran artista” y advierte que “tales ideas se relacionan con premisas metahistóricas indiscutibles” (p. 24). De
este modo, los estudios sobre el arte desde el siglo XVIII han adoptado estos ideales kantianos basados en un
arte atemporal y universal, contemplativo, que involucran unx artista formadx y con un talento natural
excepcional, unx genix (Molina, 2013).
Para pensar
Resulta interesante retomar esta idea de universalidad, de la existencia de EL arte,
más allá de todo tiempo y lugar. Establecer un arte como parámetro de todas las
artes, unos criterios de definición de arte como universales, un determinado modelo
como el buen arte, las bellas artes, en el campo artístico deja por fuera otras tantas
manifestaciones culturales que no han logrado asentar posiciones hegemónicas y
coarta la posibilidad de reconocimiento a innumerables artistas.
Sobre esto volveremos más profundamente un
poco más adelante, pero lxs invitamos a ver el
siguiente video de la Exposición Internacional
del Grupo de Pintores con la Boca y Pie del 7 de
noviembre de 2013, en Madrid, en el que se
entrevista al Director de la Asociación de
Pintores con la Boca y Pie.
La Asociación de Pintores con la Boca y el Pie tuvo sus inicios en 1956 a raíz de la idea
de Erich Stegmann, un artista que pintaba con la boca, de reunir a artistas en situación
de discapacidad física de 8 países europeos con la finalidad de generar sus propios
recursos mediante sus capacidades artísticas. La Asociación es una organización
corporativa que reproduce los trabajos de sus aproximadamente 800 artistas, de 75
países, principalmente en forma de tarjetas, calendarios y otros artículos.
Lxs invitamos a reflexionar sobre las siguientes preguntas que esperamos, sirvan
como disparadoras de nuevos cuestionamientos en otras dimensiones:
- ¿Cuál es el criterio para ser miembro de la Asociación? ¿acuerdan con ese
criterio?, ¿utilizarían el mismo?, ¿por qué?
- ¿Pueden observar este rasgo universalizante, normalizante, en algunas de sus
prácticas docentes o las de sus colegas?, ¿en qué aspectos?, ¿qué podrían hacer
para modificarlas?
Siguiendo a Laura Molina (2013), dentro del paradigma contemporáneo del arte, el proceso artístico puede
definirse en base a tres elementos más o menos estables: el artista, la obra y el público -sin perder de vista su
vinculación con un momento y lugar histórico específico-. En este sentido, la autora refiere que al proceso
artístico moderno, que requiere de una obra material a ser contemplada, cuyo mensaje está mediado por un
discurso, siguió el posmoderno, que pasa de lo objetual a lo conceptual, disipando la idea de mensaje; este
11
sería el caso de los ready made . Otro proceso artístico que ha tenido lugar es el de las industrias culturales,
5
Compartimos algunos recursos que pueden ser útiles como disparadores para la
planificación de actividades en el aula:
➔ “Salida a través de la tienda de regalos” es un documental sobre el arte callejero y la
relación entre Banksy y MBW -dos artistas callejeros-, que ofrece un panorama de
las nuevas producciones artísticas proyectuales colectivas y su vinculación con la
industria del arte. Otorga la posibilidad de abordar principalmente el trabajo
colaborativo en este arte, aunque también el lugar de las mujeres en él, en el vínculo
entre las calles y el arte, en tanto espacio público, y en el ámbito privado.
➔ Las performances fueron una estrategia de persuasión y sensibilización con los
derechos de las sexualidades no hegemónicas, a la que se recurrió en infinidad de
manifestaciones en las calles de todo el mundo. Puede trabajarse con ellas en las
aulas abordando las emociones y sensaciones que despierta, los motivos de
denuncia que las movilizan, las posibilidades de elaboración y representación de
5
Con este nombre -arte u objeto encontrado- se denomina al arte realizado con objetos que originariamente fueron creados con una
finalidad no artística, levemente o no modificados por lx artista, pero, al menos, con una creación conceptual subyacente.
6
Tal es el caso de las películas “Black Mirror: Bandersnatch” o “Unbreakable Kimmy Schmidt” ofrecidas por una de las plataforma de
transmisión de contenidos en tiempo real.
12
➔ El Proyecto Vórtice es una producción artística proyectual multimedial que puede
servir de puntapié orientador para pensar propuestas educativas en torno a la idea
de construcción colectiva. Este proyecto nace en 1996 como una propuesta de arte
individual y colaborativa, en constante proceso que genera variados espacios de
participación y difusión de artistas
nacionales y extranjeros. En la sección
“convocatorias/calls”, bajo el título “2002 /
2004 PROYECTOS DE E-MAILART” puede
encontrarse una propuesta de proceso
artístico multimedial interactivo, en la que
se pone a disposición una serie de fotos
para ser intervenidas por el público y
reenviadas para su exposición en el portal.
Poner en juego en el aula otras concepciones sobre los procesos artísticos, que se corran de la idea de EL arte
universal, desplacen del centro la individualidad de lx artista fortaleciendo los procesos de creación colectiva
y cuestionen la naturalización del talento artístico innato brinda una oportunidad para afianzar los procesos
de construcción de identidad y autoestima de todxs lxs estudiantes, el despliegue y la valoración de las
posibilidades de creación propia y de lxs compañerxs y la exploración de los sentidos en torno a la mirada de
otrx. A su vez, habilitar a la consideración y el reconocimiento de producciones artísticas no contempladas
dentro del campo, como las de las mujeres o otros grupos subalternos, “el arte de la gente sin rostro” (Bartra,
2008) -que abordaremos más adelante-, puede colaborar a la valoración respetuosa de las producciones
propias y de lxs compañerxs. En este sentido, es oportuna la distinción que María Alejandra Almonacid
Galvis (2012) retoma de Bea Porqueres (1994) entre LA Historia del Arte y la historia del arte. En su tesis
“Diálogos entre arte y feminismo. La crítica de arte feminista como herramienta didáctica”, la autora
13
menciona que esta “diferencia diacrítica (...) distingue los fenómenos artísticos que se han producido a lo
largo del tiempo (historia del arte) de la disciplina que los estudia y valora (Historia del arte). Esta distinción
indicaría que lo que conocemos como Historia del arte debe ser comprendido dentro de los límites de una
disciplina del conocimiento, con una tradición que se remonta cinco siglos atrás y que surge en un contexto
histórico particular” (p. 15). Algunos aspectos vinculados a la epistemología historiográfica pueden ser
profundizados en la Clase de ESI en la Historia. En lo que a aquí respecta, resulta sugestivo al considerar los
sesgos de la Historia del arte continuar con el final inconcluso de la historia de “La fuente” de la discordia…
Caso irresuelto
Luego del maremoto que suscitó el urinario, las aguas parecieron calmarse y nadie se pronunció sobre la
autoría de la obra. Sin embargo, más de 15 años después, André Breton vinculó a
Duchamp con la pieza, que ya comentaba haber realizado otros ready made antes
de 1917, aunque aún sostenía silencio respecto a La fuente. La historia oficial de
los hechos en torno a los sucesos de Nueva York fue narrada por el propio
Duchamp con posterioridad: tras un almuerzo con Joseph Stella y Walter
Asenberg, frente a la vidriera de la tienda J. L. Mott Iron Works, decidió
comprar el urinario. En algún momento lo habría firmado con el seudónimo de
“R. Mutt”, buscando un juego de palabras entre el nombre de la fábrica del
artefacto, la tira cómica Mutt and Jeff y la inicial “R” o Richard, vinculada al
dinero en francés o inglés (Arrieta Gutiérrez,
2020).
Sin embargo, algunas dudas sobre la veracidad de este relato, la aparición en
los ‘80 de una carta de Duchamp para su hermana, datada dos días después
del envío de la pieza, contándole que una amiga suya “usando un
seudónimo masculino, Richard Mutt, presentó un urinario de porcelana
como escultura”, y algunas investigaciones en torno a las obras de Elsa
Hildegard Plötz, amiga de Duchamp, renuevan la discusión sobre la autoría
de la pieza (Arrieta Gutiérrez, 2020).
Entonces, si en la figura del capado podemos analizar la desigualdad de
hecho y derecho respecto a la participación de las mujeres cis en las formas
de expresividad artística en espacios públicamente significativos y valorados,
en esta escena se presenta el sostenimiento de esa desigualdad de hecho. En
esta línea, en su libro “¿Cómo acabar con la escritura de las mujeres?”,
Joanna Russ (2018) analiza las maneras en que la crítica y la teoría literarias han manipulado las referencias a
obras realizadas por mujeres. Si bien se centra en la literatura, realiza allí también algunas puntualizaciones
en torno a otro tipo de producciones artísticas y a este campo intelectual en general. La autora propone,
entonces, a propósito de la igualdad formal de acceso a la escritura -y al arte-, libertad formal para la
realización, que “el truco reside en hacer que la libertad sea tan sólo nominal y después -puesto que habrá
quien aún así lo haga [produzca obras]- desarrollar diferentes estrategias para ignorar, condenar o
minusvalorar las obras artísticas resultantes” (p. 17). Dentro de éstas, Russ analiza las prohibiciones
informales que implican la falta de dinero y de tiempo, las obligaciones de la vida doméstica y la
desmoralización que generan los modelos ideales -de mujer y de obra-; también, la mala fe, en tanto suerte
de complicidad que por diversos motivos, elige mirar para otro lado. A su vez, identifica la negación y
contaminación de la autoría, a través de las cuales se atribuye la obra a alguien/algo externo -por ejemplo, la
dotación de un ingenio masculino o la evidencia de los trazos de maestros, esposos, padres- negando lo
propio de la artista o se plaga de calificativos degradantes a la obra o a su autora. Además, menciona el doble
14
acervo del contenido, evaluado en tanto contenido realizado por un sexo-género -“esto no debiera haberlo
hecho una mujer”- y la falsa categorización de la obra que niega el ingreso a otra
categoría correcta del arte universal -por ejemplo, el arte femenino (Nochlin, 2001) o el
reginalismo-. Asimismo, analiza dos estrategias de excepcionalización de la producción
artística de mujeres, tanto en torno a la obra, el mito del logro aislado -“lo hizo ella,
pero hizo sólo una”-, como en cuanto a la autoría sexogenérica -“lo hizo ella, pero hay
muy pocas que puedan hacerlo”-; también aborda la falta de modelos a seguir
desplegados y puestos en juego en los ámbitos educativos y académicos, y comparte
algunas reacciones de las propias mujeres frente a la premisa de “las mujeres no
pueden” que colaboran al sostenimiento de una mirada sexista sobre las producciones
artísticas -no hacerlo o permanecer en la periferia o argumentar que no es real que esté
prohibido, “yo no soy mujer o soy más que una mujer” o “las mujeres lo hacemos
diferente”-. Finalmente, reflexiona sobre el sostenimiento del sesgo estético del canon en sí, más allá de la
incorporación de artistas a raíz de reevaluaciones y redescubrimientos del arte minoritario.
No resulta complejo buscar ejemplos de algunas de estas estrategias en el campo
de las artes plásticas, en donde puede observarse innumerables oportunidades en
que la autoría de obras elaboradas por mujeres cis fueron inicialmente atribuidas
a cisvarones -como la de Judith Leyster y Marietta Robusti (Chadwick, 1992)- y,
luego, al reatribuírseles a ellas, debieron cargar con comentarios de las críticas en
los que se las estereotipaba sexogenéricamente en relación con su trabajo: “es de
trazo más suave”, “tiene más detalles”, “es más delicado”, “no tiene tanta
bravura”... Esta línea de análisis nos invita a profundizar en la idea de
reconocimiento y las posibilidades de participación en la construcción misma
del campo artístico en igualdad de condiciones. En su artículo “Redistribución,
reconocimiento y participación: hacia un concepto integrado de la justicia”,
Nancy Fraser (2002), propone como tesis que la justicia involucra
necesariamente la combinación de los paradigmas de redistribución y
reconocimiento, de modo de dar respuesta a las demandas de igualdad social y de reconocimiento de las
diferencias, condensados en su noción de “paridad de participación”. Explica, la autora, que las políticas de
redistribución conciben la injusticia en términos socioeconómicos, cuyos sujetos colectivos son las clases
definidas económicamente, implicando para su subsanación una reestructuración políticoeconómica. En el
caso de las políticas de reconocimiento, la injusticia es concebida en términos culturales, “enraizadas en los
patrones sociales de representación, interpretación y comunicación” (p. 3), sus sujetxs colectivxs son
definidxs desde las relaciones de reconocimiento, “estima, honor y prestigio”, implicando para su
subsanación un cambio cultural o simbólico. La justicia en términos de paridad de participación exige que la
distribución de recursos materiales habilite la posibilidad de enunciación en la participación y su
independencia, y que el respeto de los valores culturales habilite iguales oportunidades de alcanzar la estima
social.
Estas omisiones y desvalorizaciones de las obras producidas por cismujeres y otros grupos subalternos
arraigadas en el campo artístico muchas veces son reproducidas en los libros y manuales escolares, toda vez
que no se propongan una transversalización desde un enfoque de ESI con perspectiva de género y derechos
humanos, que invite a cuestionarse y reflexionar sobre las condiciones de posibilidad de producción del
campo artístico y reconocimiento de las obras para estos colectivos a lo largo de la historia y en la actualidad.
A su vez, esta actitud atenta a la perspectiva de género y derechos habilita a que las aulas se transformen en
ambientes propicios para la exploración de los diferentes lenguajes artísticos en condiciones de igualdad,
cuidado y respeto, sin discriminaciones ni estereotipaciones. En este sentido, es de relevancia la categorías de
mediación docente generizada que se desarrolla en la Clase de ESI en la Lengua y la Literatura.
15
Recomendamos la conferencia de Chimamanda Ngozi Adichie:, “El peligro de la historia
única”, en la que la escritora, novelista y dramaturga feminista
nigeriana reflexiona sobre los sesgos de las historias
universales.
El trabajo reflexivo en el aula a partir de este video puede
abordarse analizando, por ejemplo, las representaciones sobre
las formas de amar, los modelos de bellezas, la
cisheteronorma, en películas y series, las posibilidades de
identificación de las diversas identidades con esos modelos
universales y su (re)producción.
Retablo de una relación abismal
En la época colonial, con el objetivo de evangelizar a los pueblos, los sacerdotes españoles llevaban a sus
viajes las llamadas “Cajas de San Marcos”, retablos en forma de cajas, con imágenes de distintos santos de la
religión católica.
En la década de 1940, se estima que estas cajas sirvieron de inspiración a lxs
artesanxs de la localidad de Ayacucho, en Perú, para crear retablos con
representaciones temáticas de escenas costumbristas, como las fiestas y danzas
tradicionales, paisajes rurales, labores agrícolas, motivos religiosos, en tanto
expresión artística y con el objetivo contar una historia.
En 1976, el Ministerio de Cultura de Perú otorgó el Premio Nacional de
Cultura en la categoría Arte, a Joaquín López Antay, reconocido por su
laborioso trabajo sobre los retablos ayacuchanos. Sin embargo, esto generó un
tremendo revuelo que reactivó los debates en torno a la división entre arte y
artesanía, artista y artesanx.
Si bien desde la Antigüedad se había marcado una diferencia entre las producciones vinculadas con el
trabajo intelectual y las relacionadas con el trabajo manual, y en la Edad Media se identifica una separación
entre las artes liberales -trivium (lógica, retórica y gramática) y quadrivium (aritmética, gramática,
astronomía y música)- y las artes mecánicas -dentro de las cuales se encontraban la pintura y las artes
decorativas-, con el advenimiento de los procesos que englobó la Modernidad, como se mencionó
previamente, la ciencia fue separada de las artes y éstas, a su vez, se diferenciaron en bellas artes o artes
mayores y artes decorativas o artes menores. Pero esta división y jerarquización conllevó que muchas
modalidades de producción artística quedaran por fuera inicialmente, incluso, de la conceptualización del
Arte, considerándoselas artesanías, arte popular, por oposición a las bellas artes, arte de élite (Bartra, 2008).
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Desde un cuestionamiento sobre las diferencias entre arte popular y artesanía, Eli Bartra (2008) explica que
“el arte popular ha sido una noción utilizada en América Latina para referirse al arte de las clases subalternas
para separarlo y diferenciarlo claramente del arte de las elites, de aquellas creaciones artísticas a las que se
atribuye el concepto de arte a secas” (p. 10), el arte universal, ese arte occidental, burgués, blanco,
mascullino, colonial. De este modo, la autora caracteriza al arte popular como aquél hecho con las manos,
no repetitivamente, que rebasa los límites de lo utilitario, y lo vincula a los grupos subalternos, los más
pobres, a las técnicas tradicionales, a las labores domésticas y a las mujeres. En este sentido, refiere que “ya no
es posible seguir asumiendo que el arte popular es, por definición, producto artístico de un pueblo neutro.
Se ha dado un proceso de doble marginación intelectual que es preciso revertir. El arte popular es
considerado de segunda, elaborado por gente también de segunda.” (p. 12). Se trata de un arte subordinado
y desvalorizado dentro del campo artístico, producido por sujetxs atravesadxs por diversos sistemas de
opresión, sexogenérico, económico, étnico; es, en todo caso, una figura en la que se condensa todo el
potencial significativo de la interseccionalidad.
Para pensar
¿Cuál es la diferencia?
El arte textil incaico es una tradición cultural antiquísima de los Andes, muy
desarrollada fundamentalmente por grupos de mujeres, que requiere de diferentes
materiales y técnicas. Además de la complejidad de la confección en sí, conlleva un
laborioso conocimiento y cuidado ecológico, para el trabajo previo del lavado, hilado y
teñido de las lanas, que es heredado y transmitido de generación en generación. Les
compartimos un video testigo de la manera en que las mujeres realizan los trabajos
textiles en Chinchero, Cuzco, Perú, retomando las tradiciones familiares y culturales.
En esta línea, resulta interesante retomar el concepto de aesthesis decolonial que se aborda en la entrevista
realizada por Miriam Barrera Contreras a Rolando Vázquez (2015). El entrevistado explica allí que la estética
en tanto construcción moderna fue utilizada para producir un canon de conocimiento en torno al sentir, al
17
estar, una manera de percibir y relacionarse con el mundo fuertemente regida por lo visual y la
representación como formas de control sobre la realidad como presencia, cuya contraparte es la apropiación;
“se convirtió en una forma de regulación de lo bello, de lo sublime y más en general, yo diría, la regulación
de los sentidos y la percepción del mundo a través de categorías de pensamiento y nociones de estéticas
marcadamente eurocéntricas” (p. 79), una forma de regular las subjetividades. Por su parte, la aiesthesis es
una liberación de esa regulación para explorar una pluralidad de formas de lo bello, de lo sublime, de
percepción del mundo, buscando rescatar una temporalidad onda, que revalorice la memoria y el tiempo
vivido. Frente a la constante búsqueda de innovación de la modernidad, las prácticas de aiesthesis
decoloniales buscan hacer presente, reconocer, lo que fue invisibilizado, subyugado, olvidado. No se trata ya
de un tiempo presente, sino de un tiempo relacional en el que las experiencias múltiples de lo vivido existen
como memorias en la pluralidad.
“La artista supera y rebasa su individualidad su sentido de ‘autor/individuo’ para entrar en relación, para
abrir su cuerpo, su aesthesis a la relacionalidad de los tiempos negados. (...) Lo que hacen en sus trabajos
tanto de artes visuales, de performances, de teatro y de danza es hacer vivir, vivenciar en el espacio de
nuestras comunidades de diálogo y aprendizaje las experiencias de estos pasados negados” (Contreras y
Vázquez, 2015, p. 82).
El entrevistado explica, en relación con el lugar del cuerpo, que la modernidad tiene una forma de
subjetivación en la que lxs sujetxs están sometidxs a las fuerzas de control a través de las tecnologías del
mercado principalmente -aunque, también del Estado-, frente a las que quedan vulnerables en términos
volitivos, siendo lx sujetx consumidorx el parámetro de libertad y humanidad. El cuerpo, entonces, se vuelve
un objeto de representación y apropiación del yo, es imagen del yo, centrado en sí mismo, en una cultura de
culto al yo. Se trata de un cuerpo abstracto -noción desarrollada en la Clase de ESI en la Formación ética y
ciudadana - Derecho- que acarrea una pérdida del cuerpo relacional, que es comunidad y memoria. Ese otro
cuerpo de la aiesthesis decolonial, que es experiencia encarnada, lugar desde el cual sentipensar,
históricamente constituido y relacionado con memorias ancestrales, que es memoria viva, que es
comunidad. Estas alternativas a la colonialidad moderna están resguardadas en momeriales activos,
cotidianos, y, por ello, cambiantes. Como práctica de lucha, la aiesthesis desborda la institucionalidad y
sostiene una relación ética con el tiempo de lo vivido y una responsabilidad relacional.
A su vez, el autor refiere al potencial pedagógico del recurso a la aiesthesis desde la decolonialidad. En este
sentido, le confiere la labor de colaborar en la tarea de reconocimiento situado de lxs estudiantes en el mapa
de relaciones sociales en tanto implicadxs en la estructura de dominación y de experimentación de
alternativas, de otras formas de habitar el mundo. Esto es, en dos momentos, “el momento de reconocerse, de
hacerse humilde, de salir de la abstracción del yo y el momento del reconocimiento de las alternativas
decoloniales no precontenidas en los marcos de modernidad” (p. 90), saberse con privilegios y que ellos
tienen su reverso en el sufrimiento de otrxs, en la explotación humana y el extractivismo de la naturaleza.
Esta alternativa pedagógica invita a pensar la Educación Artística como oportunidad para brindar a nuestrxs
estudiantes diversas experiencias aiesthésicas, que pongan de manifiesto e inspiren diferentes modos de
vincularse con el mundo, consigo mismxs y con lxs otrxs, de sentir ese mundo, de sentirse ellxs de sentir a lxs
optrxs. Experiencias que promuevan procesos críticoreflexivos en torno al campo de las artes, que habiliten
cuestionar los posicionamientos propios respecto a los patrones de belleza y del gusto, y su relación con un
proceso sociohistórico del ideal de la belleza y, con el mercado y el consumo.
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Les compartimos algunos materiales sobre/de Bartolina Xixa, una drag folk representada
por Maximiliano Mamaní, que homenajea a la lidereza boliviana Bartolina Sisa, torturada
por la inquisición:
Lineamientos curriculares para la ESI en el área de la
Educación Artística
Como hemos trabajado en el Módulo 2, en 2008, el Consejo Federal de Educación resolvió acerca de los
Lineamientos Curriculares para la ESI que fueron propuestos por diversos expertos y especialistas en la
temática, en el marco de la ley 26.150.
En el caso de la Educación Artística, estos contenidos están delineados como área específica para el Primer y
Segundo Ciclo de la Educación Primaria y para los Ciclos Básico y Orientado de la Educación Secundaria.
En el caso de la Educación Inicial los Lineamientos están organizados en grandes ejes temáticos a los que
puede aportar un abordaje artístico principalmente en lo que refiere a la experimentación de situaciones
pedagógicas que colaboren a la exploración, descubrimiento, reconocimiento de procedimientos técnicos y
compositivos, poniendo en juego, de manera individual, grupal y colectiva, la expresión a través de la voz,
del cuerpo, de las producciones plástico-visuales, las posibilidades de representación y comunicación oral y
escrita, la expresión de sentimientos, emociones, opiniones e ideas.
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En el marco de esta propuesta y adaptado a la edad, podemos recuperar de la clase lo abordado sobre las
desigualdades en el acceso y reconocimiento dentro del campo artístico de los grupos subalternos para
trabajar el reconocimiento y la valoración de los trabajos de todas las personas en diferentes ámbitos,
identificando la historicidad de las rupturas y continuidades. También puede retomarse la idea de diversidad
de las expresiones artísticas para fortalecer la valorización y respeto de las expresiones propias y de lxs otrxs,
sin distinciones de género, cultura, creencias y origen social, y promover el respeto, la ayuda y solidaridad
con lxs otrxs a través de las producciones artísticas colectivas. A su vez, pueden desplegarse oportunidades
para experimentar con diferentes lenguajes artísticos, valorando la diversidad dentro de ellos, para trabajar
las habilidades expresivas, la posibilidad de tomar decisiones respecto a las propias creaciones, tolerar las
frustraciones, cuestionando la concepción del ideal/modelo y desarrollando la confianza y seguridad en sí
mismxs, y respetar las modalidades de expresión de lxs otrxs. Por su parte, al valorar la diversidad artística y
correrse del modelo ideal, puede brindarse la posibilidad de experimentar el trabajo son los diferentes
lenguajes de maneras no habituales (hacer música con el cuerpo, dibujar con los pies, bailar sentadxs), dando
a conocer otras maneras de practicarlos.
Respecto a la Educación Artística en tanto área específica, los Lineamientos curriculares especifican
contenidos que se vinculan a la posibilidad de brindar espacios para el aprendizaje que trabajen sobre la
experiencia sensible y emotiva a través de los diferentes lenguajes artísticos y sobre el despliegue de diversas
formas de comunicación y expresión de ideas, emociones, sentimientos, construyendo lazos respetuosos.
En el caso de la Educación Primaria de Primer Ciclo, estos son:
- La exploración y el disfrute de los diferentes lenguajes artísticos en igualdad de condiciones para
mujeres y varones.
- La valoración del cuerpo humano como instrumento de expresión vocal, gestual, del movimiento,
etc. sin prejuicios que deriven de las diferencias entre mujeres y varones.
- El desarrollo de la propia capacidad creadora y la valoración de los/las compañeros/as.
- El conocimiento de las producciones artísticas de mujeres y varones a partir de diferentes lenguajes
artísticos.
- El reconocimiento de las posibilidades imaginativas, expresivas y comunicacionales del cuerpo con
su memoria personal, social y cultural, en el proceso de aprendizaje de los lenguajes artísticos.
- La construcción de la progresiva autonomía y autovaloración respecto de las posibilidades de
expresarse y comunicar mediante los lenguajes artísticos (visual, musical, corporal y teatral).
En relación con la Educación Primaria de Segundo Ciclo menciona:
- El reconocimiento de las posibilidades expresivas de mujeres y varones a partir de diferentes
lenguajes artísticos.
- La valoración del cuerpo humano como instrumento de expresión vocal, gestual, del movimiento,
etc.
- La exploración de los diferentes lenguajes artísticos en igualdad de condiciones para mujeres y
varones.
- La valoración de las propias producciones y las de los/las compañeros/as.
- El hacer, pensar y sentir de los alumnas y alumnos a través del conocimiento de los distintos
lenguajes artísticos.
En lo que respecta a la Educación Secundaria del Ciclo Básico, refiere:
- El reconocimiento de las posibilidades expresivas de mujeres y varones a partir de diferentes
lenguajes artísticos.
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- La valoración del cuerpo humano como instrumento de expresión vocal, gestual, del movimiento,
etc.
- La exploración de los diferentes lenguajes artísticos en igualdad de condiciones para varones y
mujeres, erradicando prejuicios habitualmente establecidos.
- La valoración de las propias producciones y las de los/las compañeros/as.
- La reflexión y análisis crítico en torno a la valoración de patrones hegemónicos de belleza y la
relación con el consumo.
Finalmente, considerando la Educación Secundaria del Ciclo Orientado, menciona:
- La reflexión en torno a la pubertad, adolescencia y juventud como hecho subjetivo y cultural, las
distintas formas de ser joven según los distintos contextos y las experiencias de vida. La apreciación y
valoración de los cambios y continuidades en los púberes y jóvenes de “antes” y de “ahora”.
- La reflexión en torno al cuerpo que cambia, la búsqueda de la autonomía y su construcción
progresiva.
- El fortalecimiento de los procesos de construcción de identidad y autoestima.
- La valoración de las relaciones de amistad y de pareja.
- La indagación y análisis crítico sobre la construcción social e histórica del ideal de la belleza y del
cuerpo para varones y mujeres.
- La reflexión y análisis crítico en torno a la valoración de patrones hegemónicos de belleza y la
relación con el consumo.
- La indagación y reflexión en torno al lugar de la mirada de los/las otros/as.
- La reflexión y valoración del cuerpo como expresión de la subjetividad. La promoción de la
autovaloración del propio cuerpo como soporte de la confianza, el crecimiento y la autonomía
progresiva.
- El reconocimiento de las posibilidades expresivas de las personas a partir de diferentes lenguajes
artísticos.
- La valoración del cuerpo humano como instrumento de expresión vocal, gestual, del movimiento,
etc.
- La exploración de los diferentes lenguajes artísticos en igualdad de condiciones para todas las
personas, removiendo prejuicios de género.
- La valoración de las propias producciones y las de los/las compañeros/as.
- La promoción de la salud integral y la consideración de las dimensiones biológicas, sociales,
económicas, culturales, psicológicas, históricas, éticas y espirituales como influyentes en los procesos
de salud-enfermedad.
Como puede observarse y hemos abordado en el Módulo 2, algunos contenidos reflejan un sentido
cisheteronormativo que nos invita a sostener una mirada atenta. Por su parte, lo trabajado en esta clase
puede aportar a desnaturalizar los cánones de belleza tanto dentro de las artes como en el marco de la
sociedad capitalista y patriarcal en su conjunto, poniendo de manifiesto la producción y reproducción de
estereotipos y visibilizando el trabajo de los grupos subalternos dentro del campo artístico. A su vez, este
posicionamiento pedagógico epistémico dentro del campo de las artes, que se corre de EL arte universal,
del modelo ideal y del innatismo artístico, habilita a generar espacios de confianza y fortalecimiento de los
procesos de construcción identitaria de lxs estudiantes y de su autoestima, al promover el respeto y
valoración de las capacidades expresivas y producciones artísticas propias y de lxs otrxs. También colabora
en la construcción de lazos profundos, respetuosos y colaborativos, en la medida que valora el abordaje
cooperativo de las creaciones, y de miradas críticoreflexivas que rebasan el campo artístico.
Finalmente, dentro de los materiales elaborados por el Programa Nacional de ESI, podrán encontrar que
en el Cuaderno para la ESI de la Educación Primaria se desarrollan contenidos de la Educación Artística en
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los primeros cuatro ejes propuestos -Ejercer nuestros derechos, Respetar la diversidad, Reconocer distintos
modos de vida y Cuidar el cuerpo y la salud- y uno de los apartados del Cuaderno II de la Educación
Secundaria corresponde al área de Artística, con propuestas específicas para los diversos lenguajes.
Les compartimos algunos otros recursos audiovisuales con los cuales pueden abordar
algunos de los contenidos especificados en los Lineamientos curriculares para la ESI:
➔ Caja de herramientas es una guía audiovisual web de la Universidad Nacional de
General Sarmiento, a la que se accede a través de una plataforma virtual, que
presenta 32 microprogramas en los que se analizan y conceptualizan diferentes
aspectos del patriarcado. Recomendamos especialmente: Cosificación, Belleza y
cuerpos, Consejos de belleza, Los prejuicios y estereotipos que sufrimos las mujeres
y M
edios de Comunicación.
➔ Lxs pibxs es una serie web documental que pone a disposición un enfoque sobre
cómo lxs adolescentes (de)construyen su identidad de género.
➔ “La chica danesa” (2015, Tom Hooper) es una película de ficción basada en hechos
reales que narra la vida de Lili Elbe, una artista trans, que fue la primera persona
conocida en someterse a una cirugía de cambio de sexo, poniendo en evidencia
cómo se entretejen las identidades y las configuraciones y regulaciones sexuales
socioculturales.
➔ “37 segundos” (2020, Hikari) es una película japonesa de ficción que narra la relación
de una artista de dibujo manga en situación de discapacidad con su sexualidad, su
entorno familiar y su propia producción, visibilizando las dificultades que interpone
una sociedad centrada en una cultura de la imagen y capacitista.
Demandas al arte de hoy
La escritura de los “diez puntos acerca de las formas y los lenguajes del machismo en el campo del arte” en
el muro de su perfil de Facebook, que acompañaron la expresión de conmoción de Leticia Obeid, artista y
docente, por la muerte de Graciela Sacco, artista, docente e investigadora, en noviembre de 2017 (Giunta,
2018), llevaría, dos días después, a la conformación de la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte
Nosotras Proponemos. Este colectivo elaboró un Compromiso de Prácticas Feministas de 37 puntos,
firmado por más de tres mil personas, que busca agenciar acciones concretas que se comprometan
efectivamente con las declaraciones allí elaboradas. El documento está organizado en cinco ejes:
- En relación con la estructura del mundo del arte: se trata de cuatro puntos en los que se denuncia y
reclama por una representación igualitaria en el mundo del arte, no sólo en términos cuantitativos,
sino cualitativos, y se propone visibilizar las prácticas patriarcales misóginas y cisheteronormativas,
más allá de la condición sexual.
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- En relación con las conductas en el mundo del arte: se trata de nueve puntos en los que se explicitan
estereotipos producidos y reproducidos por prácticas patriarcales, y se manifiesta que lo personal
es político.
- En relación con la carrera artística y la creatividad: se trata de cinco puntos en los que se ponen en
cuestión conceptos del campo como “carrera artística”, “genio”, “maestro”, “arte bueno”, “ojo
experto”.
- Sobre el feminismo artístico y la historia del arte feminista: se trata de quince puntos en los que se
visibiliza la necesidad de revisar las estereotipaciones de las mujeres, sus agenciamientos tanto en el
campo de la producción artística como académico, los modos patriarcales en los procesos de
construcción de la historia del arte.
- Sobre el carácter inclusivo de esta propuesta: se trata de cuatro puntos que proponen al feminismo
como proceso emancipatorio de todxs, por todxs y para todxs.
Este compromiso elaborado por artistas argentinas invita a reactualizar las revisiones sobre el campo
artístico hoy, a desnaturalizar suposiciones que ubican las discriminaciones, violencias e injusticias en un
tiempo pasado y a revitalizar nuestro compromiso pedagógico, y como actorxs sociales, en la construcción
de un mundo más justo, sin violencias, en el que podamos participar todxs. Escribe Andrea Giunta que “el
feminismo es una suerte de pedagogía, un proceso que hay que transitar para comprender los
determinantes sociales que inciden en nuestras conductas a partir del reconocimiento, la identificación y la
empatía. Todo esto necesita, desde luego, de un tiempo de reflexión” (2018, p. 257). Queda abierta,
entonces, la invitación a comprometerse con ese recorrido en el ámbito de las aulas.
En síntesis...
El campo artístico se encuentra atravesado por las configuraciones sociales,
económicas, políticas y culturales de los diferentes momentos históricos y éstas
repercuten tanto en las modalidades de creación de las expresiones artísticas, como en
las formas de percepción de esas expresiones, y la sexualidad es una de las
dimensiones puestas en juego en esas configuraciones que regula las posibilidades de
participación en el campo artístico. El posicionamiento pedagógico epistemológico que
adoptemos en tanto docentes sexuadxs con relación a ese campo artístico repercutirá
necesariamente en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, en las configuraciones
identitarias y subjetivas de nuestrxs estudiantes, y en la construcción de una educación
más o menos justa en términos sexogenéricos.
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