Radioactividad
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Este aviso fue puesto el 21 de octubre de 2018.
Un núcleo radioactivo con espín cero puede no tener una orientación definida y, por
lo tanto, emite el total momentum de sus productos de descomposición isotrópica (en
todas las direcciones y sin sesgo). Si hay múltiples partículas producidas durante
una sola desintegración, como en la desintegración beta, su distribución angular
relativa o las direcciones de espín pueden no ser isotrópicas. Los productos de
desintegración de un núcleo con espín pueden estar distribuidos de forma no
isotrópica con respecto a esa dirección de espín, ya sea debido a una influencia
externa como un campo electromagnético, o porque en el núcleo se produjo en un
proceso dinámico que limitó la dirección de su espín. Tal proceso padre podría ser
una descomposición previa, o una reacción nuclear.567nota 1
Por el contrario, hay procesos de desintegración radiactiva que no dan lugar a una
transmutación nuclear. La energía de un núcleo excitado puede ser emitida como un
rayo gamma en un proceso llamado desintegración gamma, o esa energía puede perderse
cuando el núcleo interactúa con un electrón orbital causando su expulsión del
átomo, en un proceso llamado conversión interna.
Para una tabla resumen que muestra el número de nucleidos estables y radioactivos
en cada categoría, ver radionucleido. Hay 28 elementos químicos naturales en la
Tierra que son radioactivos, que consisten en 33 radionucleidos (5 elementos tienen
2 radionucleidos diferentes) que datan antes de la época de formación del sistema
solar. Estos 33 son conocidos como nucleidos primordiales. Ejemplos bien conocidos
son el uranio y el torio, pero también se incluyen los radioisótopos de larga vida
naturales, como potasio-40. Otros 50 radionucleidos de vida más corta, como radio y
radón, que se encuentran en la Tierra, son los productos de cadenas de
desintegración que comenzaron con los nucleidos primordiales, o son el producto de
procesos cosmogénicos continuos, tales como la producción de carbono-14 a partir
del nitrógeno-14 en la atmósfera por rayos cósmicos. Los radionucleidos también
pueden ser producidos artificialmente en aceleradores de partículas o reactores
nucleares, resultando en 650 de estos con vidas medias de más de una hora, y varios
miles más con vidas medias aún más cortas.
Pronto se hizo evidente que el ennegrecimiento de la placa no tenía nada que ver
con la fosforescencia, ya que el ennegrecimiento también lo producían las sales
uranio no fosforescente de uranio y el uranio metálico. De estos experimentos quedó
claro que había una forma de radiación invisible que podía pasar a través del papel
y que estaba haciendo que la placa reaccionara como si estuviera expuesta a la luz.
Los estudios del matrimonio de Marie y Pierre Curie, quienes encontraron otras
sustancias radiactivas: el torio, el polonio y el radio. La intensidad de la
radiación emitida era proporcional a la cantidad de uranio presente, por lo que los
Curie dedujeron que la radiactividad era una propiedad atómica. El fenómeno de la
radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos. Se
cree que se origina debido a la interacción neutrón-protón. Al estudiar la
radiación emitida por el radio, se comprobó que era compleja, pues al aplicarle un
campo magnético, parte de ella se desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Radiactividad artificial
También en 1932, Mark Lawrence Elwin Oliphant11 teorizó sobre la fusión de núcleos
ligeros (de hidrógeno), y poco después Hans Bethe describió el funcionamiento de
las estrellas con base en este mecanismo.
Partícula alfa: Son flujos de partículas cargadas positivamente compuestas por dos
neutrones y dos protones (núcleos de helio). Son desviadas por campos eléctricos y
magnéticos. Son poco penetrantes, aunque muy ionizantes. Son muy energéticas.
Fueron descubiertas por Rutherford, quien hizo pasar partículas alfa a través de un
fino cristal y las atrapó en un tubo de descarga. Este tipo de radiación la emiten
núcleos de elementos pesados situados al final de la tabla periódica (masa A >100).
Estos núcleos tienen muchos protones y la repulsión eléctrica es muy fuerte, por lo
que tienden a obtener N aproximadamente igual a Z (número atómico), y para ello se
emite una partícula alfa. En el proceso se desprende mucha energía, que se
convierte en la energía cinética de la partícula alfa, por lo que estas partículas
salen con velocidades muy altas.
Desintegración beta: Son flujos de electrones (beta negativas) o positrones (beta
positivas) resultantes de la desintegración de los neutrones o protones del núcleo
cuando este se encuentra en un estado excitado. Es desviada por campos magnéticos.
Es más penetrante, aunque su poder de ionización no es tan elevado como el de las
partículas alfa. Por lo tanto, cuando un átomo expulsa una partícula beta, su
número atómico aumenta o disminuye una unidad (debido al protón ganado o perdido).
Existen tres tipos de radiación beta: la radiación beta-, que consiste en la
emisión espontánea de electrones por parte de los núcleos; la radiación beta+, en
la que un protón del núcleo se desintegra y da lugar a un neutrón, a un positrón o
partícula Beta+ y un neutrino, y por último la captura electrónica que se da en
núcleos con exceso de protones, en la cual el núcleo captura un electrón de la
corteza electrónica, que se unirá a un protón del núcleo para dar un neutrón.
Radiación gamma: Se trata de ondas electromagnéticas. Es el tipo más penetrante de
radiación. Al ser ondas electromagnéticas de longitud de onda corta, tienen mayor
penetración y se necesitan capas muy gruesas de plomo o seis veces más (que Pb) si
fuera hormigón para detenerlas. En este tipo de radiación el núcleo no pierde su
identidad, sino que se desprende de la energía que le sobra para pasar a otro
estado de energía más baja emitiendo los rayos gamma, o sea fotones muy
energéticos. Este tipo de emisión acompaña a las radiaciones alfa y beta. Por ser
tan penetrante y tan energética, este es el tipo más peligroso de radiación.
Las leyes de desintegración radiactiva, descritas por Frederick Soddy y Kasimir
Fajans, son:
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula alfa, la masa del átomo (A)
resultante disminuye en 4 unidades y el número atómico (Z) en 2.
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula beta, el número atómico (Z) aumenta
o disminuye en una unidad y la masa atómica (A) se mantiene constante.
Cuando un núcleo excitado emite radiación gamma, no varía ni su masa ni su número
atómico: solo pierde una cantidad de energía hν (donde "h" es la constante de
Planck y "ν" es la frecuencia de la radiación emitida).
Las dos primeras leyes indican que, cuando un átomo emite una radiación alfa o
beta, se transforma en otro átomo de un elemento diferente. Este nuevo elemento
puede ser radiactivo y transformarse en otro, y así sucesivamente, con lo que se
generan las llamadas series radiactivas.
Causa de la radiactividad
En general son radiactivas las sustancias que no presentan un balance correcto
entre protones o neutrones. Cuando el número de neutrones es excesivo o demasiado
pequeño respecto al número de protones, se hace más difícil que la fuerza nuclear
fuerte, debido al efecto del intercambio de piones, pueda mantenerlos unidos.
Finalmente, el desequilibrio se corrige mediante la liberación del exceso de
neutrones o protones, en forma de partículas α que son realmente núcleos de helio,
y partículas β, que pueden ser electrones o positrones. Estas emisiones llevan a
dos tipos de radiactividad, ya mencionados:
)
=
donde:
)
N(t) es el número de radionúclidos existentes en un instante de tiempo
t.
0
{\displaystyle N_{0}} es el número de radionúclidos existentes en el instante
inicial
=
0
{\displaystyle t=0}.
\lambda , llamada constante de desintegración radiactiva, es la probabilidad de
desintegración por unidad de tiempo. A partir de la definición de actividad (ver
Velocidad de desintegración), es evidente que la constante de desintegración es el
cociente entre el número de desintegraciones por segundo y el número de átomos
radiactivos (
=
1
/
1
/
2
=
(
2
)
/
Ejemplos:
)
=
−
)
N(t) (ver Periodo de semidesintegración), es evidente que:
)
=
−
(
−
0
)
donde:
)
{\displaystyle A(t)\,\!} es la actividad radiactiva en el instante
{\displaystyle t\,\!}.
0
{\displaystyle A_{0}\,\!} es la actividad radiactiva inicial (cuando
=
0
{\displaystyle t=0\,\!}).
)
=
−
(
−
0
)
)
{\displaystyle A(t)=-\left(-\lambda N_{0}\right)e^{-\lambda t}=\lambda N(t)}
Unidades de radiactividad
Contador Geiger
Artículo principal: Contador Geiger
Un contador Geiger es un instrumento que permite medir la radiactividad de un
objeto o lugar. Cuando una partícula radiactiva se introduce en un contador Geiger,
produce un breve impulso de corriente eléctrica. La radiactividad de una muestra se
calcula por el número de estos impulsos. Está formado, normalmente, por un tubo con
un fino hilo metálico a lo largo de su centro. El espacio entre ellos está aislado
y relleno de un gas, y con el hilo a unos 1000 voltios relativos con el tubo. Un
ion o electrón penetra en el tubo (o se desprende un electrón de la pared por los
rayos X o gamma) desprende electrones de los átomos del gas y que, debido al
voltaje positivo del hilo central, son atraídos hacia el hilo. Al hacer esto ganan
energía, colisionan con los átomos y liberan más electrones, hasta que el proceso
se convierte en un alud que produce un pulso de corriente detectable. Relleno de un
gas adecuado, el flujo de electricidad se para por sí mismo o incluso el circuito
eléctrico puede ayudar a pararlo. Al instrumento se le llama un "contador" debido a
que cada partícula que pasa por él produce un pulso idéntico, permitiendo contar
las partículas (normalmente de forma electrónica) pero sin decirnos nada sobre su
identidad o su energía (excepto que deberán tener energía suficiente para penetrar
las paredes del contador). Los contadores de Van Allen estaban hechos de un metal
fino con conexiones aisladas en sus extremos.
Los efectos mutagénicos de la radiación fueron identificados por primera vez por
Hermann Joseph Muller en 1927.
La dosis efectiva (suma de las dosis recibida desde el exterior del cuerpo y desde
su interior) que se considera que empieza a producir efectos en el organismo de
forma detectable es de 100 mSv (10 rem) en un periodo de 1 año.15
Zona Dosis
Zona gris o azul de 0,0025 a 0,0075 mSv/h
Zona verde de 0,0075 a 0,025 mSv/h
Zona amarilla de 0,025 a 1 mSv/h
Zona naranja de 1 a 100 mSv/h
Zona roja > 100 mSv/h
Dosis efectiva permitida
La dosis efectiva es la suma ponderada de dosis equivalentes en los tejidos y
órganos del cuerpo procedentes de irradiaciones internas y externas. En la Unión
Europea, la Directiva 96/29/EURATOM limita la dosis efectiva para trabajadores
expuestos a 100 mSv durante un período de cinco años consecutivos, con una dosis
efectiva máxima de 50 mSv en cualquier año, y existen otros límites concretos de
dosis equivalentes en determinadas zonas del cuerpo, como el cristalino, la piel o
las extremidades, además de límites concretos para mujeres embarazadas o lactantes.
Para la población general, el límite de dosis efectiva es de 1 mSv por año, aunque
en circunstancias especiales puede permitirse un valor de dosis efectiva más
elevado en un único año, siempre que no se sobrepasen 5 mSv en cinco años
consecutivos.16
La dosis efectiva permitida para alguien que trabaje con radiaciones ionizantes
(por ejemplo, en una central nuclear o en un centro médico) es de 100 mSv en un
periodo de 5 años, y no se podrán superar en ningún caso los 50 mSv en un mismo
año. Para las personas que no trabajan con radiaciones ionizantes, este límite se
fija en 1 mSv al año. Estos valores se establecen por encima del fondo natural (que
en promedio es de 2,4 mSv al año en el mundo).
Por ese motivo, para los estudiantes se fijan límites algo superiores a los de las
personas que no trabajan con radiaciones ionizantes, pero algo inferiores a los de
las personas que trabajan con radiaciones ionizantes. Para ellos se fija un límite
de 6 mSv en un año.