Cerebelitis
Cerebelitis
Cerebelitis
NEUROLOGÍA
www.elsevier.es/neurologia
ORIGINAL
a
Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, Hospital Infantil Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España
b
Neuropediatría, Hospital Infantil Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España
c
Radiología, Hospital Infantil Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España
http://dx.doi.org/10.1016/j.nrl.2017.01.006
0213-4853/© 2017 Los Autores. Publicado por Elsevier España, S.L.U. en nombre de Sociedad Española de Neurologı́a. Este es un artı́culo
Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
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2 J.P. García-Iñiguez et al.
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4 J.P. García-Iñiguez et al.
El principal síntoma de presentación fue la cefalea, en En todos los pacientes se realizaron TC y RM (tabla 3).
7 pacientes, seguido por la presencia de vómitos en 6 La TC resultó alterada en 3 pacientes, mostrando en los
pacientes y disminución del nivel de consciencia o somno- 3 signos de compresión de fosa posterior e hidrocefalia
lencia en 5 pacientes. Los signos y los síntomas relacionados triventricular, incipiente en 2 de ellos (fig. 1a). Por su parte,
con la afectación de cerebelo estaban presentes en 4 la RM resultó alterada en todos los pacientes, mostrando
pacientes, siendo estos ataxia, dismetría, disartria y sen- hiperintensidad cerebelosa bilateral en 7 casos (fig. 1b),
sación vertiginosa (tabla 1). En cuanto a los parámetros uno de ellos además presentaba hiperintensidad de vermis
infecciosos y analíticos (tabla 2), la fiebre o la febrícula cerebeloso, e hiperintensidad unilateral en 2 pacientes,
estaba presente en 5 pacientes, 4 pacientes presenta- uno izquierdo y uno derecho (fig. 2a y b). Las amígdalas
ban leucocitosis con neutrofilia y en 6 pacientes se elevó cerebelosas estaban descendidas a nivel del foramen magno
la proteína C reactiva (PCR) (en 2 de ellos también la en 2 pacientes. La RM mostró hidrocefalia triventricular
procalcitonina). en 4 pacientes. Cabe destacar que en un paciente (caso
En los exámenes de microbiología destacó la aparición 4) la RM se realizó 3 años después del cuadro de cere-
de ADN de virus herpes 6 (VH6) en la reacción en cadena belitis por control de síndrome de Gorlin, encontrándose
de la polimerasa en líquido cefalorraquídeo en el caso 3 y hiperintensidad en ambos córtex cerebelosos. El caso 7
la serología en suero positiva para Mycoplasma pneumoniae presentó inicialmente TC y RM normales, encontrándose
(IgM e IgG) en el caso 5. hiperintensidades cerebelosas bilaterales en la RM repetida
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Tabla 4 Tratamiento, curso clínico y evolución a largo plazo de los 9 casos con cerebelitis aguda
◦
Caso n. Tratamientos UCIP Intervención Complicaciones Tiempo de
quirúrgica a largo plazo seguimiento
1 Cefotaxima; aciclovir; Sí No Ninguna 54 m
metilprednisolona
(1 mg/kg/día) durante
7 días
2 Metilprednisolona Sí No. Colocación Ninguna 63 m
(30 mg/kg/día) 5 días y de sensor de
descenso 15 días; manitol; presión
suero salino hipertónico intracraneal
3 Aciclovir No No Ninguna 56 m
4 Ninguno No No Ninguna 45 m
5 Azitromicina; No No Ninguna 25 m
metilprednisolona
(30 mg/kg/día) 5 días
6 Metilprednisolona No No Ninguna 8m
(30 mg/kg/día) 5 días
7 Metilprednisolona No No Ninguna 3m
(30 mg/kg/día) 5 días
8 Cefotaxima; aciclovir; Sí Sí. Derivación Hemiparesia 4m
metilprednisolona externa de LCR izquierda dis-
(30 mg/kg/día) 5 días creta/moderada
y descenso 8 días
9 Ninguno No No Ninguna 11 d
d: días; m: meses; LCR: líquido cefalorraquídeo; UCIP, Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos.
a los 7 días de la primera dadas la persistencia de la clínica la presencia del cuadro clínico. Destaca la presencia de
y la sospecha diagnóstica. En el caso 9, con TC craneal atrofia cerebelosa en 5 pacientes, 3 bilateral y 2 unilateral
normal, la RM se realizó a los 11 días del inicio de la clínica (figs. 3 y 4). En 2 pacientes (casos 7 y 9) no se ha realizado
y a los 6 días del ingreso, estando ya asintomático, sin todavía RM evolutiva.
tratamiento. Seis pacientes recibieron tratamiento con corticoides
En 6 pacientes se ha realizado control evolutivo de RM (tabla 4). Uno con una dosis de 1 mg/kg/día durante
con un intervalo de realización de entre 1 y 30 meses desde 7 días, 5 con dosis de 30 mg/kg/día durante 5 días,
Figura 1 a) TC craneal del caso 2. Discreta dilatación de las astas temporales y del iii ventrículo que está algo más redondeado
de lo normal. Apelotonamiento de las estructuras de la fosa posterior, sin visualización del iv ventrículo. b) RM cerebral del caso 2,
secuencia T2 corte axial. Hiperintensidad sustancia gris de ambos hemisferios cerebelosos.
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6 J.P. García-Iñiguez et al.
Figura 2 a) RM cerebral del caso 6, secuencia T2 corte axial. Hiperintensidad del córtex cerebeloso en el hemisferio izquierdo.
Hemicerebelitis. b) RM cerebral del caso 6, secuencia T2 corte coronal. Se aprecia que la hiperintensidad afecta exclusivamente al
córtex cerebeloso del hemisferio izquierdo, respetando la sustancia blanca.
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evolución sin tratamiento) revela una evolución favora- método diagnóstico de elección, ya que se trata de la mejor
ble en 8 pacientes. El caso 8 presenta, a los 4 meses de herramienta para identificar los procesos inflamatorios del
seguimiento, hemiparesia izquierda discreta/moderada tras sistema nervioso central. En caso de que una primera RM
presentar en su evolución inicial una hemorragia intrapa- resulte normal, ante persistencia de clínica, debe valorarse
renquimatosa a nivel de cápsula interna y tálamo como repetir la RM, pudiéndose encontrar en esta segunda RM los
complicación de la intervención quirúrgica. hallazgos característicos de la CA, como sucedió en el caso
7, en el que la RM repetida a los 7 días de la primera resultó
diagnóstica. La TC se ha mostrado como un método ineficaz
en el diagnóstico de los procesos inflamatorios en general y
Discusión de esta entidad en particular. Su utilidad se limita a ofre-
cer signos indirectos de afectación de fosa posterior, como
La CA, cuya incidencia es desconocida, se describe como pueden ser la hidrocefalia triventricular y la alteración mor-
una entidad rara, pero en realidad parece ser más infra- fológica de las estructuras allí localizadas que se aprecia en
diagnosticada que rara1,4 . En nuestra serie se incluyen 9 3 pacientes.
casos en un periodo de 9 años, pero algún caso, espe- Los hallazgos de laboratorio mostraron poca contribu-
cialmente los casos leves (caso 6), puede haber sido no ción, poniendo de manifiesto que el diagnóstico de esta
identificado, puesto que precisan para su identificación un entidad es clínico y radiológico fundamentalmente (tabla 2).
alto índice de sospecha y habitualmente la realización de RM Según lo recogido en la literatura por algunos autores1,15-17 ,
cerebral. hasta el 24% de los casos de CA han sido asociados a
Para algunos autores, la CA y la ataxia cerebelosa aguda agentes infecciosos tan diversos como virus del saram-
postinfecciosa (ACA) son entidades diferentes4 , aunque la pión, virus de la rubéola, virus de la parotiditis, virus
cerebelitis, para otros autores, quizá represente el extremo varicela-zóster, virus de Epstein-Barr, virus herpes simplex-
más grave del mismo proceso inflamatorio/autoimmune que 1, rotavirus, citomegalovirus, poliovirus, virus influenza,
la ACA10 . virus respiratorio sincitial, virus Coxsackie, Salmonella,
La ACA ha sido definida como la aparición repen- Borrelia, Bordetella, Coxiella, Streptococcus pneumoniae
tina de inestabilidad en la marcha pero sin meningismo, y Mycoplasma pneumoniae. En nuestra serie, solo en 2
convulsiones, alteración del nivel de consciencia o ano- pacientes pudo demostrarse relación con agentes infeccio-
malías neurológicas no explicadas por alteraciones en el sos, siendo el VH6 y el Mycoplasma pneumoniae (casos 3
romboencéfalo11 . La CA, por su parte, puede presentar un y 5). Llama la atención que en esos 2 pacientes no exis-
espectro más amplio de síntomas, añadiendo a los signos tía leucocitosis y la elevación de la PCR fue mínima (0,85
cerebelosos y a la ataxia otros, tales como vómitos, cefa- y 1,22 mg/dl). El LCR, en los pacientes en los que la pun-
lea, fiebre, meningismo, convulsiones y alteración del nivel ción lumbar no estaba contraindicada por sospecha de HTIC,
de consciencia. La RM en la ACA es normal o inespecífica11-13 , no mostró ningún patrón determinado, salvo en el paciente
mientras que en la CA es caracterizada por hiperintensidad con infección por VH6 (caso 3), en el que se evidenció ele-
del córtex cerebeloso, uni o bilateral. En ausencia de reali- vación del recuento de proteínas (1,73 g/l), así como en el
zación de RM cerebral no puede excluirse el diagnóstico de caso 9 (1,03 g/l), como se recoge en algunos casos de la
cerebelitis14 . literatura2 .
El curso clínico es muy variable y abarca desde un proceso Son escasas las publicaciones que hablan de la patogenia
autolimitado relativamente benigno hasta una presentación de esta entidad, pero los datos disponibles indican un pro-
fulminante con hidrocefalia aguda, grave hipertensión endo- ceso edematoso, de mecanismo autoinmune, con infiltración
craneal y riesgo vital. En esta serie existen pacientes que linfocítica y eosinofílica sin evidencia de desmielinización,
evolucionaron favorablemente sin ningún tratamiento espe- lo que establecería una diferencia fundamental entre la
cífico (casos 4 y 9), mientras que otros, los más graves (casos CA y la encefalomielitis aguda diseminada. El mecanismo
2 y 8), presentaron riesgo vital. Afortunadamente, ningún autoinmune se ha sospechado por su origen postinfeccioso y
paciente falleció, pero el caso 8 presenta secuelas como por la detección, en pacientes con CA, de autoanticuerpos
consecuencia de la tórpida evolución de la cerebelitis y las dirigidos contra células de Purkinje, centrosoma, receptor
complicaciones quirúrgicas. del glutamato, gangliósido, cardiolipina y decarboxilasa del
La clínica de presentación es muy variable13 , destacando ácido glutámico15,18-21 . No obstante, la fisiopatología de la
la clínica de hipertensión intracraneal (HTIC) consistente en CA permanece todavía sin aclarar.
cefalea, náuseas, vómitos, disminución del nivel de cons- La terapia antimicrobiana debe considerarse siempre en
ciencia y/o somnolencia, además de otras manifestaciones estos pacientes, pues la CA puede estar relacionada con
más inespecíficas, como fiebre o febrícula. La HTIC suele ser diferentes patógenos; la ataxia puede ser un signo de pre-
debida a hidrocefalia obstructiva por la compresión que rea- sentación tanto de encefalitis vírica como de meningitis
liza el proceso inflamatorio a nivel del acueducto de Silvio bacteriana, por lo que, si no se realiza punción lumbar por
y del iv ventrículo. Puede haber clínica cerebelosa: ataxia, riesgo de herniación cerebral, el tratamiento antibiótico
disartria, dismetría o temblor intencional. En nuestra serie, empírico es mandatario22-24 .
5 casos presentaron clínica de HTIC y 4 pacientes afectación La CA es una urgencia médico-quirúrgica en la que los
cerebelosa. corticoides a dosis altas parecen ser la piedra angular del
Para el diagnóstico es esencial la realización de neuroi- tratamiento. No obstante, la idoneidad de los mismos,
magen. Como se aprecia en esta serie (tabla 3), la RM es el así como el papel del resto de terapias adyuvantes, son
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8 J.P. García-Iñiguez et al.
ampliamente debatidos, no existiendo en la actualidad Miguel Servet de Zaragoza. III. Diagnósticos. Rev Neurol.
guías de consenso para el manejo de estos pacientes. Los 1997;25:1896—905.
corticoides, además de disminuir el edema cerebral, que 9. Monge Galindo L, López-Pisón J, Samper Villagrasa P, Pena
puede ser crucial para disminuir la dilatación ventricular Segura JL. Evolución de la demanda asistencial neuropediátrica
y la consiguiente HTIC, tienen efecto inmunomodulador25 . en un hospital español de tercer nivel a lo largo de 20 años.
Neurología. 2014;29:36—41.
En la serie de Göhlich-Ratmann et al.26 de 7 cerebelitis,
10. Desai J, Mitchell WG. Acute cerebellar ataxia, acute cere-
los 3 pacientes que recibieron corticoides a dosis altas pre- bellitis, and opsoclonus-myoclonus syndrome. J Child Neurol.
sentaron recuperación completa, mientras que ninguno de 2012;27:1482—8.
los 4 que fallecieron o presentaron secuelas había recibido 11. Connolly AM, Dodson WE, Prensky AL, Rust RS. Course and
corticoides. En otras series, como las de Roldan25 y Noguera- outcome of acute cerebellar ataxia. Ann Neurol. 1994;35:
Julian et al.27 , se describe también mejor pronóstico a largo 673—9.
plazo y menor duración de la enfermedad con el uso de 12. Pruitt AA. Infections of the cerebellum. Neurol Clin.
corticoides. 2014;32:1117—31.
Se discuten otras medidas inmunomoduladoras, como la 13. Desai J, Mitchell WG. Acute cerebellar ataxia, acute cere-
bellitis, and opsoclonus-myoclonus syndrome. J Chile Neurol.
administración de inmunoglobulinas por vía intravenosa o la
2012;27:1482—8.
plasmaféresis, cuyo uso puede soportarse en la experiencia
14. Poretti A, Benson JE, Huisman TA, Boltshauser E. Acute ata-
de algunos autores en el tratamiento de la CA3,4 e incluso xia in children: Approach to clinical presentation and role of
de la ACA28-30 . additional investigations. Neuropediatrics. 2013;44:127—41.
Pueden ser necesarias otras medidas agresivas, como 15. Sawaishi Y, Takada G. Acute cerebellitis. Cerebellum.
derivación ventricular externa31 e incluso cirugía descom- 2002;1:223—8.
presiva de fosa posterior. En nuestra serie, solo un paciente 16. Takanashi J, Miyamoto T, Ando N, Kubota T, Oka M, Kato Z, et al.
precisó colocación de derivación externa de LCR tras Clinical and radiological features of rotavirus cerebellitis. AJNR
haberse intentado una ventriculostomía. Am J Neuroradiol. 2010;31:1591—5.
Parece ser una entidad más frecuente de lo pensado. Para 17. Uchizono H, Iwasa T, Toyoda H, Takahashi Y, Komada Y. Acute
cerebellitis following hemolytic streptococcal infection. Pediatr
su identificación son necesarios un alto índice de sospecha
Neurol. 2013;49:497—500.
y la realización de RM cerebral urgente.
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bellitis presenting as tumor: Report of two cases. J Neurosurg.
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cent A, editores. Inflammatory and autoinmune disorders of the
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Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
190—205.
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