Ortega y Gasset
Ortega y Gasset
Ortega y Gasset
-La razón está por encima de las particularidades de cada sujeto, es una razón
atemporal, capaz por tanto de vincularnos con verdades abstractas, atemporales,
ajenas a cualquier elemento histórico y subjetivo, y en sus versiones más
extremas, contraria a la vida;
Ortega rechaza la visión de una razón ahistórica y transpersonal, pero sin proponer
una actitud vitalista radical, al modo de Nietzsche, que subraye la irracionalidad de la
existencia; como más adelante se explicará su "racio-vitalismo" reivindica una noción de
la razón que no sea contraria a la vida, la razón vital.
la realidad tiene dos caras, el mundo y el yo, la subjetividad y las cosas, y ambos
extremos se necesitan mutuamente. Ni la realidad es una mera construcción del sujeto
(este sería el exceso del idealismo), ni la realidad es algo independiente y anterior al
sujeto (el exceso del realismo). Son dos extremos que se necesitan y no pueden darse
uno sin el otro, ni separados el uno del otro. La tradición realista supeditaba el sujeto al
objeto, la modernidad el objeto al sujeto; pero ni yo ni el mundo son seres substanciales,
ambos se encuentran en correlación. La verdad radical es la coexistencia, la
interdependencia de mí con el mundo, por lo tanto, la vida. Nuestros conceptos
tradicionales tienden a desvirtuar este dato radical, pues podemos estar tentados a
considerar que la coexistencia quiere decir el estar presente una cosa, una substancia,
una al lado de otra. Ortega nos exige asumir hasta el final la idea de la correlación: la
realidad no es estática, no existe el mundo como una substancia y la subjetividad como
otra substancia. El mundo no existe por sí mismo, con independencia de mi yo, ni mi yo
como algo independiente del mundo y vinculado con él sólo de forma accidental. El
mundo es mundo sólo en su esencial relación con mi subjetividad, y mi subjetividad solo
es tal en su esencial relación con el mundo, el dinamismo del mundo determina mi ser,
mi mirarlo, amarlo, detestarlo; pero a la vez, el dinamismo de mi subjetividad, su mundo
sentimental, sus creencias, su pasado, su perspectiva, determina el ser del mundo. La
visión estática y substancial del ser debe sustituirse por una visión dinámica, actuante y
relacional del ser, por una visión perspectivística.