Salud - Tecnicas de Respiracion

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1.

La relación entre respiración y salud

Capítulo siguiente: 2 - Influencia de la respiración en el organismo

Nuestra vida se establece a partir del hecho respiratorio. Todo lo que está vivo respira,
realiza un intercambio constante con el medio. En esta respiración se establece un ritmo
que es necesario aprender a escuchar. Si nos observamos, podemos apreciar que ese
ritmo cambia en función de la actividad que realizamos (si estamos concentrados, o más
o menos agitados, por ejemplo).

Perdemos la capacidad de respirar con la que nacemos, y sólo utilizamos una pequeña
parte de nuestro potencial. Esa capacidad la perdemos por varios motivos:

-estrés

-ansiedad

-miedo

-autoexigencia

Una respiración deficiente o superficial también deteriora el organismo. Del mismo


modo que nuestro ánimo y nuestros procesos mentales o psicológicos influyen en
nuestro modo de respirar, la respiración influye en nuestro modo de estar en el mundo.

El control de la respiración es una fuente de salud. En muchas disciplinas orientales se


recoge esta influencia recíproca entre respiración y salud, y se trabaja con la respiración
para lograr el máximo beneficio de los ejercicios. Sivananda, uno de los maestros de
Yoga más conocidos en Occidente, decía: 'con la respiración yóguica el cuerpo se
vuelve fuerte y sano; el exceso de grasa desaparece, el rostro resplandece, los ojos
centellean y un encanto particular se desprende de toda la persona.'

La respiración es un puente entre lo físico, lo emocional y lo mental. Cuando se respira


de forma profunda y completa, se puede conseguir un estado de gran relajación:

-se elimina la tensión muscular

-se aporta una mayor cantidad de oxígenos a la sangre y a los órganos

-la mente se vuelve más clara y despejada

Los procesos físicos, mentales y emocionales están imbricados con la respiración. Es


imposible disociarlos, pero sí es posible aprender a controlar la respiración para
controlar nuestra salud.

2. Influencia de la respiración en el organismo

Capítulo anterior: 1 - La relación entre respiración y salud


Capítulo siguiente: 3 - Aspectos fisiológicos de la respiración
La respiración nos mantiene minuto a minuto. Es una fuente de vida más importante que
el alimento o el agua. Los pulmones son los órganos más largos del cuerpo
humano. Nuestro sistema respiratorio:

-nos proporciona oxígeno

-elimina el bióxido de carbono del cuerpo

-regula el ph corporal

La mayoría de nosotros utilizamos sólo una décima parte de nuestra capacidad


respiratoria. Si no expandimos los pulmones a su máxima capacidad, las
pequeñas cavidades de aire que hay entre ellos no pueden limpiar su capa de
mucosidad adecuadamente. El resultado es menos oxígeno para el cuerpo, y una
intoxicación constante que conduce a una menor resistencia ante los avatares
que se nos presentan.

Aprende de nuevo a respirar. Si observas la respiración de un bebé, verás que su


abdomen sube y baja con cada respiración. Con el tiempo vamos perdiendo esa
forma profunda de respirar, y nos limitamos a llenar superficialmente nuestros
pulmones. Si te observas, verás que no utilizas el abdomen para respirar, sólo
hinchas levemente la parte alta del tórax.

3. Aspectos fisiológicos de la respiración

Capítulo anterior: 2 - Influencia de la respiración en el organismo


Capítulo siguiente: 4 - La respiración lenta y profunda

Para respirar de modo consciente es necesario entender los procesos fisiológicos de


la respiración. Consideraremos los movimientos respiratorios en tres fases:

1) La primera fase consiste en la coordinación entre el diafragma y la musculatura


abdominal. Se produce al principio de la inhalación y al final de la exhalación.

-La dilatación de los pulmones permite inspirar aire. Al inhalar la musculatura


abdominal se relaja y el abdomen se abomba hacia delante. De esta manera, los órganos
de la cavidad abdominal (el hígado, el estómago, los intestinos) ceden volumen al
diafragma.

-Al exhalar, se relaja el diafragma, la musculatura abdominal se contrae y la presión de


los órganos abdominales sobre el diafragma obliga a expulsar el aire.

2) La segunda fase actúa sobre la caja torácica.

-Al inhalar ésta se ensancha por acción de la musculatura intercostal. Las costillas
se levantan y se abren un poco hacia los lados. De esta manera el volumen del tórax
aumenta y fuerza la introducción de aire en los pulmones.

-Al exhalar se expulsa el aire viciado. Otros grupos de músculos intercostales,


situados en la parte interior de la caja torácica, comprimen las costillas hacia dentro y
hacia abajo lo que hace disminuir la capacidad del tórax y por tanto provoca la
expulsión del aire.

3) En la tercera y última fase intervienen otros grupos musculares de la cabeza, el


cuello y la cintura escapular.

-Al inhalar éstos se contraen y levantan las costillas de la parte superior del tórax, así
como el esternón.

-Al exhalar, se relajan y colaboran a la disminución del volumen torácico.

Una buena respiración empieza por el control del diafragma y de los músculos
respiratorios para absorber mayor cantidad de aire con menos esfuerzo. Las personas
que respiran mal, de una manera incompleta, fuerzan en exceso estos músculos
respiratorios superiores. Es como si el aire se quedara a medio camino. En el siguiente
capítulo te enseñamos cómo practicar esta respiración lenta y profunda.

4. La respiración lenta y profunda

Capítulo anterior: 3 - Aspectos fisiológicos de la respiración


Capítulo siguiente: 5 - Cómo practicar la respiración larga y profunda

Haz una espiración completa. La mayoría de las personas no vacían los pulmones por
completo al exhalar, quedando cierto volumen de aire viciado en los pulmones. Una
espiración completa produce automáticamente una buena ventilación al inhalar.

Ayúdate del abdomen para vaciar los pulmones. Espira lenta y relajadamente.
Cuando llegues al límite de una espiración cómoda, ayúdate de los músculos
abdominales para forzar, por medio de la contracción, la salida de más cantidad de aire.
La espiración debe ser lenta y frenada, pero sin ser intermitente.

Inspira y espira siempre por la nariz. La nariz caldea, filtra y humedece el aire. Si se
respira por la boca, se puede provocar hiperventilación.

Mantén una postura correcta y erguida. Al practicar siéntate en el suelo o en una


silla, pero con la espalda recta. Si te sientas con el busto doblado, el vientre no puede
levantarse y la caja torácica pierde movilidad.

Secuencia correcta de los movimientos de inhalación y exhalación:

Inhalación:  
primero llena el
vientre La inspiración empieza y la espiración termina en la región central del
luego las costillas cuerpo: el vientre.
por último el Este tipo de respiración relaja y ayuda a centrarse
esternón
Exhalación:  
primero el
esternón Cuando respiramos sólo con la caja torácica, se aumenta el
luego las costillas nerviosismo, se pierde contacto con uno mismo y se tiende a la
por último el hiperventilación
vientre

5. Cómo practicar la respiración larga y profunda

Capítulo anterior: 4 - La respiración lenta y profunda

Sigue estas tres fases de respiración durante 1 minuto cada una.

1. Apoya ambas manos sobre el vientre de manera que se rocen las puntas de los
dedos. Cierra los ojos y concéntrate en las sensaciones de tu cuerpo.

Inhala:

-inspira el aire y deja que se hinche el vientre, notarás que las puntas de los dedos
tienden a separarse;

-sigue inhalando hasta llenar completamente los pulmones.

Cuando estén llenos, exhala :

-vacía primero la parte superior de los pulmones;

-luego, mediante una contracción lenta del vientre, expulsa el resto del aire.

2. Apoya ahora ambas manos sobre el arco de las costillas.

Inhala:

-llena primero el vientre;

-deja que el aire vaya dilatando las costillas;

-por último, llena a fondo los pulmones.

Cuando estén llenos, exhala :

-vacía primero la parte superior de los pulmones;

-deja que se hundan las costillas poco a poco;

-efectúa, por último la contracción del vientre.

3. Descansa una mano sobre la rodilla y apoya la otra sobre el esternón, a la altura
de las clavículas.
Inhala:

-deja que se llene poco a poco el vientre;

-dilata las costillas;

-realiza una ligera elevación del esternón y las clavículas.

Exhala:

-deja que desciendan el esternón y las costillas;

-realiza la contracción de la caja torácica;

-contrae por último el vientre.

Relájate y continúa inhalando y exhalando lentamente durante un par de minutos,


prestando atención a las tres fases de la respiración.

Bastan unos minutos para notar los efectos de esta respiración. Practícala varias
veces al día para sentirte relajado y centrado en el mundo.

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