Anatomia Uñas
Anatomia Uñas
Anatomia Uñas
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DERMATOLOGÍA
Y aunque hay órganos con funciones más que evidentes (piel, riñones, pulmones, corazón,
estómago, cerebro…), hay otras estructuras que, pese a ser importantes, pasan desapercibidas e
incluso son infravaloradas. Un claro ejemplo de esto son las uñas.
Las uñas no dejan de ser estructuras vivas de nuestro cuerpo constituidas por células que van
regenerándose y que, pese a que se consideren únicamente como una región de interés estético,
las uñas tienen funciones importantes y su complejidad morfológica es, cuanto menos,
asombrosa.
Por ello, en el artículo de hoy, haremos un repaso de la naturaleza de las uñas, analizando tanto
sus funciones fisiológicas como las partes por las que están constituidas. Las uñas esconden
muchos secretos. Descúbrelos con nosotros.
Las uñas son estructuras convexas presentes en las regiones distales de los dedos, tanto de
las extremidades inferiores como superiores, y que están formadas por células epiteliales (las
unidades funciones de todo tejido propio de la piel) que presentan un alto contenido de
queratina, una proteína fibrosa que funciona como matriz para albergar a las células.
Toda la piel contiene esta queratina (al igual que el cabello), lo que sucede es que es en las uñas
donde el grado de queratinización es mayor. Esto hace que se perciban como estructuras que,
pese a que sus células son las mismas que las del resto de tejidos epiteliales, son más duras. Esto
es debido, pues, a un alto contenido de queratina.
En este sentido, las uñas son estructuras epiteliales formadas por células de la piel muertas
con un grado elevado de queratinización. Por lo tanto, son realmente regiones constituidas por
células epiteliales muertas y endurecidas.
Las uñas, pues, van creciendo a medida que estas células muertas se acumulan. Su ritmo de
crecimiento es de, aproximadamente, 0,1 mm al día, siendo la tasa de crecimiento mayor (cuatro
veces más veloz) en las uñas de las manos que las de los pies.
En resumen, las uñas son estructuras vivas de nuestro cuerpo constituidas por tejido
epitelial, siendo fruto específicamente de la aglomeración de células de la piel muertas con un
alto contenido en queratina, una proteína que permite la generación de esta matriz resistente.
Son regiones convexas situadas en la cara dorsal de las partes finales de las falanges tanto de
manos como de pies.
Para saber más: “Los 14 tipos de tejidos del cuerpo humano (y sus funciones)”
Estas estructuras formadas por células muertas queratinizadas tienen más funciones de lo
que a simple vista puede parecer. En primer lugar, preservan la piel que hay debajo de ellas. Se
trata de una región de piel con muchas terminaciones nerviosas esenciales para el sentido del
tacto. En este sentido, las uñas ayudan a que la sensibilidad sea mayor, pues cuando tocamos algo
con la yema de los dedos, estas terminaciones presionan sobre la cara interna de la uña,
aumentando el estímulo táctil. Por lo tanto, las uñas pueden considerarse como un órgano
prensil.
En segundo lugar, son importantes a nivel evolutivo para agarrar, raspar e incluso atacar. No hay
que olvidar que somos animales, por lo que la presencia de estas estructuras duras y resistentes
que pueden crecer de forma indefinida puede responder a un claro propósito de defensa. Por
suerte, nosotros ya no usamos las uñas como armas (normalmente), pero nuestros antepasados,
seguramente sí.
En tercer lugar, protegen a las yemas de los dedos de lesiones, pues constituyen también una
protección mecánica. Y en cuarto lugar, se ha visto que son piezas fundamentales para la
permeabilidad de la piel de las manos, es decir, para regular el flujo de sustancias entre el medio
externo y el interno, especialmente en lo que se refiere a agua.
Como vemos, las uñas van mucho más allá de un factor puramente estético. Quizás sus funciones
no las hagan imprescindibles para vivir, pero sí que son indiscutiblemente un componente
importante de nuestra identidad humana.
¿Cuál es la anatomía de una uña?
Habiendo entendido qué son y cuáles son sus funciones en el cuerpo, llega el momento de
analizar su morfología. Veamos, pues, por qué partes están formadas las uñas y qué papel tiene
cada una de ellas dentro de la anatomía de estas estructuras epiteliales.
2. Eponiquio
El eponiquio hace referencia a la frontera entre el repliegue del dorso ungueal y la uña
propiamente dicha. En este sentido, es básicamente la última línea de piel antes de que empiece
la uña. Es por lo tanto, simplemente una estrecha franja de piel en contacto con la uña.
3. Matriz
La matriz, también conocida como raíz, es la región donde nace la uña. Se encuentra por debajo
del repliegue del dorso ungueal y es la zona desde la que se prolonga el cuerpo de la uña. Por lo
tanto, es a partir de ella que crece la uña y desde donde se acumulan las células epiteliales
muertas con alto nivel de queratinización.
4. Cutícula
La cutícula es un término que suele confundirse con el eponiquio, aunque son diferentes. El
eponiquio es solo una parte de la cutícula. Es decir, la cutícula es toda la franja de piel que
rodea a la uña. El eponiquio, es solo la porción de cutícula entre el repliegue del dorso ungueal y
la parte inicial de la uña, la más cercana a la raíz.
5. Lúnula
La lúnula es una de las partes más características. Se trata de una región blanquecina con
forma de media luna que se observa en la base de la uña, la más próxima a la matriz. Tiene este
color porque está constituida por células que no han terminado el proceso de endurecimiento y
porque el tejido de la matriz (debajo de la lúnula) es distinto al del resto de la uña.
6. Lámina
La lámina es la parte del cuerpo de la uña que se prolonga desde el final de la lúnula hasta el
principio de la línea amarilla que ahora comentaremos. En este sentido, es la región del cuerpo
ungueal con un color rosado ya que las células han completado el proceso de endurecimiento.
Es, además, la parte de la uña que está “anclada” a la piel de la punta de los dedos.
7. Línea amarilla
La línea amarilla es simplemente la frontera entre la lámina ungueal y el borde libre. Por lo
tanto, es la región del cuerpo de la uña que pierde el contacto con la piel de la punta de los dedos.
A partir de esta se prolonga ya el conocido como borde libre.
8. Borde libre
El borde libre es básicamente toda aquella porción de uña que ha atravesado la línea amarilla. Es
de color blanco ya que no está anclado al tejido epitelial de la punta de los dedos. Básicamente, es
la parte de la uña que sobresale y que tenemos que ir cortando regularmente.
9. Borde lateral
El borde lateral es la parte de la cutícula que está a los lados de la uña. En este sentido, es la
parte de la piel de la punta de los dedos que comunica lateralmente con el cuerpo ungueal. Es
como el eponiquio, pero en este caso, por los lados.
10. Rodete
El rodete es el pliegue de la piel que se encuentra aproximadamente en la línea amarilla.
Puede dar problemas cuando el borde libre no se extiende como es debido, pues la uña puede
crecer impactando sobre la piel, causando así dolor.
11. Plato ungueal
El plato ungueal es la parte visible de la uña. Por lo tanto, es lo que consideramos puramente
como “uña”. En este sentido, es la suma de lúnula, lámina, línea amarilla y borde libre.
12. Hiponiquio
El hiponiquio es el tejido epitelial de la punta de los dedos que se encuentra por debajo del
borde libre. En otras palabras, es la parte de la piel que está bajo la sombra de las uñas que se
prolongan más allá de la lámina ungueal.
Referencias
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