Manual Del Programa de Formación Escuela VPSC
Manual Del Programa de Formación Escuela VPSC
Manual Del Programa de Formación Escuela VPSC
CONTENIDO
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Unidad II. Los padres y la escuela
I. Los padres como maestros
a) La educación en la familia.
b) Educar con el ejemplo
c) La importancia de la lectura.
d) Influencias negativas para el estudio.
e) La televisión y el bajo rendimiento académico
f) Los videojuegos y la Internet.
II. La ayuda a los hijos en los estudios
a) Mejorar el rendimiento escolar.
b) El problema del fracaso escolar.
c) Organización del estudio: el hábito.
d) De la motivación a la automotivación.
e) El problema de las calificaciones bajas.
f) La concentración y las técnicas de estudio.
g) Algunos problemas de aprendizaje y de comportamiento.
h) Actividades extraescolares.
III. Combinando esfuerzos con la escuela. (Investigacion-Exposicion)
Conclusión General:
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Introducción
¿Qué podemos hacer para criar a nuestros hijos de manera que triunfen en la vida? ¿Cómo lograr que sean
adultos responsables? Los principios que examinaremos aquí, responden a la necesidad más grande que tiene
nuestra sociedad. La familia contemporánea, ¿Está “produciendo” hombres y mujeres de bien, equilibrados y
maduros? Lamentablemente tendremos que responder negativamente a estas interrogantes. ¿En qué medida
son responsables los padres por la delincuencia y la degradación moral de la sociedad contemporánea? Según
estudios realizados, lo que ocurre en la sociedad, e inclusive el aumento de la delincuencia, es producto de la
forma en que son criados los niños. Los niños rebeldes irrespetuosos e irresponsables de hoy, son
potencialmente, los delincuentes de mañana. Una de las funciones más importantes que deben cumplir los
padres, es la de educar. Son el primer agente socializador de los hijos. Los aportes de las instituciones
educativas son insuficientes sin el compromiso de los padres. Necesitamos cultivar no solo sus intelectos al
darles conocimientos, debemos además forjar sus actitudes y valores. Y esto, en definitiva, requiere de la
participación y el compromiso diario de los padres.
De allí la importancia de formar a los padres para tan delicada tarea. Tristemente las personas se involucran
en el matrimonio y la paternidad sin estar preparados para ello, intelectual, emocional ni espiritualmente. La
familia sigue teniendo un gran valor en sí misma y seguirá desempeñando importantes funciones en la vida
de las personas, como institución social que es. La familia debe adaptarse constantemente a factores
importantes como lo son los cambios demográficos, económicos, sociales y culturales. El objetivo de la
“Fundación Apoyo a la Familia” a través de este programa, “Escuela para padres” es proveer apoyo a padres
y madres de familia en su sagrada labor; para que en el futuro vean triunfar a sus hijos alcanzando su máximo
potencial y dando aportes significativos a la sociedad.
Las Sagradas Escrituras nos dicen en el Salmo 127: 4, que los hijos son: “Como saetas en mano del valiente”
compara a los padres con arqueros valientes, que asumen el desafío de la paternidad con determinación; y
colocan a los hijos en el “arco” de la instrucción, luego levantan la punta a lo alto para impulsarlos a su
futuro, para que lleguen tan lejos como les sea posible, para que no desperdicien sus potencialidades.
Necesitamos instruir a estos “arqueros” a fin de que tengan éxito en su labor. Las actuaciones de ayuda a la
familia, siempre redundarán en beneficios globales para la sociedad. Aquí reside la importancia de este
programa, ya que en él se abordan todos los temas que los padres deben conocer para desarrollar sus
funciones como tales, aportándoles conocimientos y actitudes positivas ante la vida y el desarrollo de sus
hijos. Deseo que este material sea de gran utilidad para todas las personas que participan en la Escuela para
Padres, para que todos contribuyamos a potenciar las actividades de educación y de prevención de las
drogodependencias, en beneficio del bienestar y la salud de todos los ciudadanos.
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Unidad I.
LA CRIANZA EFICAZ DE LOS HIJOS
Parte I. Un Hogar Estable y Seguro
Si hemos de criar a nuestros hijos de manera que nuestro corazón tenga regocijo por lo que serán en el
futuro, necesitamos “plantarlos en un terreno apropiado”. El terreno del hogar donde se “plantarán” los hijos
debe ser terreno fértil a fin de que pueda proveerles los nutrientes espirituales y emocionales y puedan
desarrollarse saludables y fructíferos. ¿Qué factores son esenciales para que el “terreno” del hogar sea fértil
y apropiado para los hijos?
“Las reglas sin una buena relación son igual a rebeldía, bien sea en forma de resistencia activa o indiferencia
pasiva... lo más importante que tiene que hacer no es establecer reglas, sino construir una relación fuerte
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basada en el amor”.
Como padre de tres adolescentes llegue a comprobar esta verdad fundamental. Si en los años de infancia
colocamos los cimientos de una buena relación con nuestros hijos y proseguimos construyéndola a lo largo
de los años, comprobaremos que los años de adolescencia no serán una experiencia traumática, sino una
hermosa experiencia, pues seremos amigos de nuestros hijos.
Elementos que son clave en el desarrollo de una relación padre e hijos saludable:
1. Aceptación.
Nuestros hijos deben saber que nuestro amor por ellos es incondicional. No importa lo que pase o lo que
hagan, siempre los amaremos. Esta clase de aceptación les proporciona seguridad, la cual es necesaria para su
sano desarrollo emocional.
“Una forma de comunicar que existe una aceptación incondicional es elogiarlos más por sus esfuerzos
que por sus éxitos. Lo principal no es sí su hijo ganó o no un evento deportivo, o si sacó una buena nota en el
colegio, o si logró que después de una buena actuación todo el público se pusiera de pie y le aplaudiera, sino
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que si él o ella hicieron lo mejor que pudieron”.
Otro factor muy importante respecto a la aceptación, nunca los compare con otros. Recuerde que cada
persona es única y tiene sus propios méritos. Ámelos por lo que son y anímelos a esforzarse para llegar a ser
todo lo que Dios quiso que fuesen. Dios nos ha dotado con un cúmulo de virtudes y capacidades que están
1
Josh Mcdowell, Cómo preparar a sus hijos para que digan no a las presiones sexuales (Miami, Fl. USA, 1990), p. 50
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Josh Mcdowell, Cómo preparar a sus hijos para que digan no a las presiones sexuales (Miami, Fl. USA, 1990), p. 52
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en nosotros en forma potencial. Sólo debemos desarrollarlas, requiere de tiempo y disciplina alcanzar
desarrollar nuestro potencial en forma plena, pero los resultados valen el esfuerzo.
2. Aprécialos. Aunque es natural que con frecuencia tengamos que corregirlos por las cosas que estén
haciendo mal, o por las que deberían hacer; es muy importante hacer el hábito de elogiarlos por las cosas
buenas que hacen. Buscar la ocasión para regar y abonar con elogios sus buenas actitudes o acciones es más
efectivo y productivo que criticarlos y regañarlos constantemente. Este principio tiene una regla que es
fundamental para su efectividad: sea honesto en sus palabras de elogio, pues es muy contraproducente
cuando se siente que los elogios son fingidos.
“Un niño debe elogiarse por los premios recibidos, las calificaciones obtenidas o los partidos ganados. Una
palabra de halago se considera como un “trofeo verbal”. La psiquis infantil tiene suficiente espacio en sus
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estanterías para acomodar tales honores”.
Apreciar a nuestros hijos en esta forma no sólo estimulará la repetición de determinado comportamiento sino
que edificará su autoestima.
3. Estén Disponibles.
Aunque por lo general nuestras agendas están cargadas de trabajo y nuestros hijos andan en veinte
direcciones a la vez; es necesario estar disponibles para nuestros hijos. Cuando pasamos tiempo con nuestros
hijos y hacemos planes para jugar y/o compartir con ellos desarrollando nuestra amistad, les damos este
mensaje: “Eres importante para mí, más que cualquier otra persona o cosa en la vida”. Su hijo necesita saber
que es así.
Disponibilidad implica tanto pasar tiempo en cantidad con la familia, tiempo de calidad (planificado) y de
ser necesario suspender nuestras actividades tomándonos tiempo para darles a ellos la prioridad. McDowell
hizo un pacto con el Señor: “Nunca permitiré que proyectos ni otras cosas, lleguen a ser más importantes que
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otras personas para mí, especialmente, mi propia familia” . Haríamos bien en tomar su ejemplo.
4. Muéstreles Cariño
Sentirse amado es esencial para el sentido de seguridad de los hijos, el desarrollo de su autoestima y para su
habilidad para desarrollar buenas relaciones fuera del núcleo familiar. Exprese y demuestre su amor con
detalles y acciones concretas, tanto a su esposa como a sus hijos. El contacto físico es importante, tales como
abrazos, besos, palmadas en los hombros, pasarles la mano por la cabeza. El terreno de su corazón absorberá
toda esa “humedad”, haciéndolo más fértil y productivo.
Nunca será demasiado el cariño que dé a su hijo. Ellos necesitan oír una y otra vez “te quiero”.
Conviértase en un dador de abrazos, obsequios y palabras de elogio espontáneo. No espere a la llegada de
ocasiones especiales. Ni siquiera espere hasta que haga algo bueno. Exprese su gozo por tenerlo como hijo y
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Jan Dargats, 52 Maneras sencillas de desarrollar la autoestima de su hijo (Editorial Betania, Miami, Fl. 1991), p. 13
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considérelo un regalo de Dios. ¡Su gozo será completo cuando vea en lo que llegará a convertirse! Una
palabra final respecto a esto: Su hijo nunca será demasiado viejo para decirle “Te Quiero”. Tendrá tanto
significado para él a la edad de dieciocho como a la de los ocho años.
5. Establezcan Responsabilidad.
Las personas desde la niñez deben aprender a ser responsables por sus actos. Esto incluye el pedir disculpas
y el enmendar o reparar el daño ocasionado. Nunca lo “encubra”, ayúdelo a asumir su responsabilidad.
Enfrentar sus errores y superarlos es necesario para su sano desarrollo.
Pero enseñar a sus hijos esa clase de responsabilidad sólo es posible si usted la posee. Esto es algo que se
transfiere. Ellos deben vernos asumiendo nuestra responsabilidad pidiendo disculpas y reparando lo dañado.
Pídale perdón a su hijo cuando deba hacerlo. Cuando sepa que lo ha desilusionado o le ha fallado en alguna
forma, preséntele sus disculpas y pida su perdón. Si hace esto y le pide a su hijo que ore por usted le habrá
enseñado importantes lecciones en su vida personal y cristiana.
Al colocar los fundamentos para la sana formación de su hijo debemos subrayar y enfatizar la importancia de
que su hijo aprenda a amar a Dios y respetar las Escrituras, pues así nuestro legado pasará más allá de la vida
presente, dejando frutos en la eternidad.
Si quieres hacer algo importante en favor de tus hijos, debes amar la madre de ellos. Procurar la armonía
matrimonial es esencial, es el terreno fértil donde los hijos serán “plantados” y será allí donde desarrollaran
su máximo potencia.
“La necesidad de tener ambos padres y el clima de amor y seguridad son imprescindibles para el desarrollo
íntegro del niño... Ellos reflejan el clima emocional del hogar. La estabilidad en el hogar tiene como
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resultado la estabilidad del niño”.
Debemos buscar tener armonía matrimonial, no sólo por nuestra propia felicidad conyugal, sino también por
el sano desarrollo de nuestros hijos. Algunos de los factores que nos permitirán tener armonía y estabilidad
en nuestro matrimonio son:
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Paul Hoff. El Pastor como Consejero (Editorial Vida, Miami, Fl., 1981), p. 127
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1. Cultivo del respeto mutuo. La base del amor es el respeto y sin este fundamento el matrimonio y la
familia no tienen buen futuro. Cultivar el respeto mutuo implica practicar los buenos modales en casa, cuidar
de nuestra apariencia cuando están solos, respetar las opiniones del cónyuge, esforzarse por cumplir con el
papel que nos corresponde en el hogar, ser considerados cuando nuestro cónyuge no se siente bien, evitar
criticar a nuestro cónyuge frente a otras personas (dialogue con él en privado al respecto), practicar el perdón,
actuar desinteresadamente y con nobleza, compartir sus secretos y necesidades íntimas, en fin considerar al
cónyuge como una persona tan digna y apreciable como uno mismo. Esto es la esencia misma del
matrimonio.
Clyde Narramore señala que la persona suficientemente madura como para casarse tiene ciertas
características:
Hace frente a la vida con realismo.
Acepta las situaciones tal como son.
Es capaz de tomar decisiones.
Coopera bien con otros.
Es capaz de amar a alguien además de sí mismo.
Acepta bien las frustraciones y los contratiempos.
El ideal del matrimonio es darse el uno al otro. Buscar el bien y la felicidad del ser amado. Desde
esa base los hijos tienen una excelente oportunidad.
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Paul Hoff. El Pastor como Consejero (Editorial Vida. Miami, Fl. 1981), p. 84, 85.
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Si un niño vive con aprobación, aprende a apreciarse.
Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a encontrar amor en el mundo.
El ideal de un matrimonio armonioso y feliz donde nuestros hijos crezcan y logren ser todo lo que Dios planeo
para ellos, ¡Es posible! Solo se requiere asumir compromiso en aprender y aplicar principios; y dedicar tiempo de
calidad a la familia. Dios también nos ayudara si le damos lugar en nuestras vidas y familias. Leer las Sagradas
Escrituras con mi familia, siendo mis hijos aun pequeños me dio la oportunidad de colocar el elemento espiritual
en sus vidas y fue determinante para mi éxito. “Si Jehová no edifica la casa en vano trabajan los que la edifican”
(Salmo 127:1-2)
Además debemos entender que El matrimonio es la primera institución constituida por Dios. “El que los hizo
al principio, varón y hembra los hizo” (Mt. 19:4). Dios había creado a Adán y a todo el universo “y vio Dios
todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera…”. (Gn 1:31)
Según el plan divino, el matrimonio ha de tener las siguientes características:
Monógamo. Desde el principio Dios tenía el propósito de que la pareja matrimonial se guardará
sólo para su cónyuge. La poligamia es incompatible con el ideal de “Serán una sola carne” (Gn.
2:24).
Dependencia e igualdad. El uno sin el otro es incompleto. “Ni el varón es sin la mujer, ni la mujer
sin el varón” (1Co. 11:11). “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que
vuestras oraciones no tengan estorbo” 1 Pedro 3:7 (Ef. 5:21)
A las esposas ordena sujetarse a sus maridos y respetarlos (Ef. 5:22 y 33). La sujeción se refiere a
reconocerlo como la “cabeza” instituida por Dios para la familia y subordinarse a su autoridad
voluntariamente y por amor. Respetarlo quiere decir reconocer su valor dándole un trato digno
como cabeza del hogar.
A los esposos se nos ordena: “Amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se
entregó a sí mismo por ella” (Ef. 5:25 y 28). Como líder de la familia, debe hacer todo movido
por el amor, proyectándose en el mejor bien de la familia. No debe imponer su voluntad
egoístamente para satisfacer sus propios deseos. Su amor debe el bien de ellos, y con frecuencia
tendrá que ser sacrificial. (gr. Ágape= Amor que se sacrifica por otro)
Se requiere un compromiso mutuo. Poseer la capacidad de valorar las buenas cualidades del conyugue
revelan madures emocional, poseer buen humor, paciencia, afecto y bondad, resuelve la mayoría de los
problemas de un matrimonio. Sabemos que un matrimonio no está hecho solo de momentos felices. A veces,
parece que todo sale mal y que la pareja llego a un callejón sin salida. Basta un simple gesto, una frase
herrada para que surja un pequeño problema, que puede convertirse con el tiempo en una verdadera crisis. Si
no se dialogan las diferencias, crecerá el clima de desconfianza y agresividad. Es un error fatal alejarse a la
primera señal de desentendimiento, nunca deje aquella conversación aclaratoria para el día siguiente. Saber
que anduvo mal, reconocer o disculpar el error es el camino más corto para evitar un conflicto. Por otro lado
si el conyugue pierde el control, el silencio es la mejor alternativa, espere que pase la tempestad antes de
hablar. Las decisiones y las palabras de alguien que está cansado, irritado o desanimado casi siempre son las
peores. Nunca espere la perfección por parte del otro. Acepte a su conyugue como el realmente es, sobrelleve
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sus fallas y defectos, y concéntrese en elogiar sus cualidades positivas. Esta actitud fortalecerá su relación
continuamente, y cuando surjan los conflictos, la reconciliación les permitirá una experiencia renovadora
capaz de fortalecer los lazos de unión de cualquier pareja. No piense que el secreto de un buen matrimonio es
encontrar a la persona correcta, usted debe ser la persona correcta. Sentir verdadero amor, es darle prioridad
al otro, es olvidarse del propio interés a favor de una buena relación. El matrimonio debe ser como un dúo.
Quizás al escuchar cantar un en forma tan armoniosa y bien sincronizada, nos maravillamos y nos
deleitamos; pero para ellos llegar a ese nivel de excelencia, hubo el compromiso de parte y parte, mucho
ensayo y la disposición de ambos para acoplarse al otro. Para que el matrimonio pueda funcionar
armoniosamente, requiere ese mismo compromiso, de lo contrario, en lugar de dúo, tendrán es un “duelo a
muerte”, suena exagerado, pero es la triste realidad de muchos matrimonios.
Muchas veces surge la atracción entre hombres y mujeres a causa de los aspectos en que se asemejan y en
que difieren, pero con el tiempo esos mismos aspectos que fueron motivo de atracción, constituyen la base de
muchos conflictos, generando discordia y distanciamiento. Nuestras diferencias nos complementan
mutuamente, es como los engranajes de dos piezas en un motor, se complementan y juntas hacen
efectivamente su trabajo. Muchas parejas pasan la mayor parte del tiempo en conflicto porque no saben
respetar la individualidad del otro. La armonía en el hogar comienza percibiendo, respetando y valorando las
diferencias. En Génesis 2:18 nos dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él” Es una ayuda complementaria, sus diferencias complementan al conyugue. Es como
los dos engranajes en un motor, las diferencias de cada parte, complementan la otra, y juntas, realizan un
excelente trabajo, pues fueron creados el uno para el otro.
Es esencial también respetar la individualidad, dar espacio para lograr sus sueños, sus metas (juntos deben
apoyarse para tal logro) Espacio para el desarrollo de amistades sanas. Claro que hay que desarrollar
actividades Hobbies y metas en común. El término comunión es una palabra compuesta: común–unión, se
deben tener metas y actividades en común que nos unan, pero sin pretender anular la individualidad. De allí
la importancia de valorar a nuestro conyugue.
Hay un término en las Sagradas Escrituras que es muy significativo, “Honor”, viene del griego “timen” y se
refiere a algo de valor o de peso. Es decir que el honor es una actitud por la cual decidimos que alguien es
valioso. Es cierto que no siempre es fácil mantener nuestros pensamientos y sentimientos en el nivel de la
“honra”, pues vivimos con personas imperfectas y muchas de sus acciones chocan con nuestros ideales y
deseos. El honor hacia nuestro cónyuge se refleja en nuestro trato, en los detalles que expresan nuestro amor,
al escuchar sus quejas, preocupaciones o consejos al darles prioridad antes que otras personas o
compromisos, al disculparnos cuando decimos o hacemos algo que le hiere, tratamos con respeto a la gente
que es importante para él o ella en especial a sus progenitores, agradecemos las cosas buenas que han hecho
por nosotros, al proponer en nuestro corazón hacer feliz a nuestro cónyuge comprometiéndonos al logro de
sus metas e ideales. En fin existen muchísimas formas de “honrar” a nuestro cónyuge y todas parten de
reconocerle “valor”. Honrar a alguien no significa que absolvamos a la persona de todas sus faltas, ni que
tratemos de ignorar las cosas que nos afectan, pues eso sólo levanta entre ambos una inmensa pared que los
separa. Es vital tener conversación significativa e íntima en la relación para que mutuamente puedan hacer
ajustes en su personalidad pensando siempre en el mejor bien de la familia. Continuando con la analogía del
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engranaje para funcionar efectivamente juntos, cabe destacar que la parte afectiva y la comunicación son
como el lubricante del engranaje, sin la lubricación apropiada, se produce mayor desgastes y las partes
sufrirán serios daños, lo cual sería muy lamentable, si ese desgaste lo sufre nuestro matrimonio.
La comunicación en la pareja
Según muchos consejeros matrimoniales, la falta de comunicación es el problema número uno en las familias
de hoy. Para que podamos valorar a nuestro conyugue, respetar su individualidad y simultáneamente cultivar
comunión familiar, es preciso practicar la comunicación.
Luego de contraer matrimonio surgirán conflictos, lo cual es natural. Pues son dos personas diferentes,
formadas en hogares distintos, con gustos, criterios y formas de pensar independientes que se unen para
formar una familia.
En general existen tres pasos que debemos dar si queremos aprender a escuchar atentamente:
Trata de reconocer el problema detrás del problema.
Si al tener una discusión con alguien, en lugar de tratar de ganar la discusión le “honramos” dándole
la oportunidad de aclarar lo que realmente quiere decir y nos esforzamos en comprender su punto; no
sólo descubriremos los problemas ocultos que son la causa real de la discusión, sino que también la
discusión tendrá un mejor final y creceremos en el proceso logrando además fortalecer nuestra
relación.
Repite lo que dijo la otra persona en tus propias palabras.
En el proceso de entender su punto debo expresar lo que me parece que dijo o lo que yo estoy
entendiendo, para que tenga la oportunidad de corregirme en caso de que no sea correcta mi
interpretación. “Lo que quieres decir es…” Eso da oportunidad a su interlocutor a confirmar o
corregir lo que usted entendió.
Trata de resumir lo que dices. Ambos deben procurar ir al grano en sus planteamientos y no caer en
largas argumentaciones cayendo así en divagaciones. Eso perjudica el proceso de comunicación.
Debe ser conciso y preciso.
El dar “honor” a nuestro cónyuge en los diferentes aspectos y circunstancias de la vida y especialmente
en la comunicación es en esencia el “verdadero amor”. El verdadero amor no es simplemente un
sentimiento o una emoción ya que estos cambian con las circunstancias. El verdadero amor es “honor”
puesto en acción. El dar “honor” a nuestro cónyuge en los diferentes aspectos y circunstancias de la vida
y especialmente en la comunicación es en esencia el “verdadero amor”. El verdadero amor no es
simplemente un sentimiento o una emoción ya que estos cambian con las circunstancias. El verdadero
amor es “honor” puesto en acción.
Factores que perjudican la comunicación. Según estudios realizados por el Dr. Henry Brant, las personas
echan mano a ciertos mecanismos de defensa cuando se ven expuestas, lo cual contribuye a levantar una
pared que imposibilita todo tipo de comunicación.
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Explosión. Cuando alguien, y principalmente nuestro cónyuge señala nuestras deficiencias explotamos
con ira y reacciones violentas. Esto cierra el paso al cónyuge para intentar comunicarse.
Las lágrimas. Estas las usan principalmente las mujeres y algunos hombres. Usar las lágrimas para
ocultar nuestras fallas o para evitar asumir responsabilidad no es bueno. Cabe señalar que una persona que
sea sentimental y expresiva es algo bueno y muy positivo, siempre que no se use esto para manipular, pues
interfiere con la comunicación y armonía en la pareja.
El silencio. Esta arma es totalmente peligrosa. Refugiarse en el silencio ignorando al cónyuge no sólo ahoga
la comunicación, sino también a la pareja. Puede producir al que lo práctica serios trastornos físicos a causa de
emociones dañinas reprimidas.
Cultivar un ambiente romántico. El romance es: “prolongar el noviazgo mucho después del matrimonio”.
El romance no es un ambiente o un acontecimiento, ni algo que hacemos eventualmente; el romance es una
relación que puede trasladarse a una diversidad de ambientes. Un aspecto inseparable del romance es ser “el
mejor amigo” de tu cónyuge.
El contacto físico o la intimidad física, es una necesidad humana que los cónyuges deben satisfacer
recíprocamente. Numerosos estudios han demostrado que aproximadamente el 80% de las mujeres tienen
necesidad del contacto íntimo, el ser abrazadas; sin que ello esté relacionado con el acto sexual. Exactamente
lo contrario ocurre con el hombre, él precisa del contacto o intimidad física y está estrechamente relacionado
con su sexualidad. Un hecho que el esposo debe comprender, el contacto físico significativo fuera del
dormitorio puede ayudar al contacto físico cuando están dentro.
En general, la familia debe experimentar ese acercamiento físico, pero para que haya ese contacto físico
significativo deben fortalecer la relación de amistad, compañerismo, camaradería. Para ello:
1) Tener retiros recreativos en familia donde se cambie de ambiente por unos días y haya oportunidad de
fortalecer lazos de amistad en el hogar. También a nivel de la pareja es recomendable tomarse “una segunda
luna de miel”, fortaleciendo así la intimidad.
2) Idear actividades a fin de consolidar las relaciones familiares y crear momentos felices para todos de
manera de que hayan recuerdos más significativos y agradables. No permita que la televisión consuma el
tiempo y las oportunidades de enriquecer las relaciones familiares.
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3) Tomar decisiones involucrando a los miembros de la familia. Las crisis proveen buenas oportunidades
para unir a las familias. Pero además es recomendable planear juntos actividades tanto para solucionar
alguna situación como para pasar tiempo junto y divertirse.
4) También es muy significativo y recomendable hacer planes para pasar algún tiempo o realizar alguna
actividad con alguno de los miembros de la familia, o sea con alguno de nuestros hijos o nuestro cónyuge,
aparte del resto de la familia.
No se trata de las distancias que recorras o del dinero que gastes, sino del contacto personal que tengas con tu
familia durante estos momentos. Quizás el tiempo que tomes para salir con alguno de tus hijos a tomar algún
refresco o comer helado dialogando de asuntos diversos, los hará más amigos y tendrán un lazo emocional
fuerte para enfrentar juntos horas de crisis.
Estos cuatro aspectos: una atmósfera de seguridad, conversación significativa, momentos románticos o
emotivos y el contacto físico que viene de la amistad y experiencias compartidas, te proporcionarán el terreno
fértil para una relación familiar fructífera. Pero permitir que Jesús sea el centro de nuestro hogar será lo que
permitirá la “humedad” necesaria al “terreno” en nuestro hogar.
Socialización y culturización
En la socialización un individuo adquiere creencias, actitudes, costumbres, roles y valores propios de una
cultura o de un grupo social, así como conocimientos e información, es decir, saber. Llegar a pertenecer a un
grupo que exige aceptar y cumplir las reglas o normas sociales de ese grupo, ya sea este la familia, amigos,
personas de la misma edad, etc. James W. Varder define la socialización como “el proceso por el cual los
individuos en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales
para su participación eficaz en la sociedad”. Las relaciones con esos agentes socializadores, dependiendo de
si son tensas y generadoras de ansiedad o tranquilas y seguras, pueden determinar la naturaleza y eficacia de
lo que se aprende. La socialización también nos sirve para saber afrontar situaciones nuevas que se producen
a lo largo de nuestra vida: los niños nacen en el seno de una familia, los pequeños van a la escuela, las
familias se pueden trasladar a otra ciudad, los adolescentes empiezan a salir con amigos y amigas, la gente se
casa y forma un hogar, las personas mayores se jubilan, los amigos y parientes enferman y mueren. Una parte
importante de la socialización consiste en adaptarse a los cambios principales por los que todo ser humano va
pasando a lo largo de su vida.
La cultura son las pautas, normas o guías que construye y dirige una sociedad y las caracteriza, y estas se
transmite a través de la socialización. Por tanto la socialización es el proceso, mientras que la cultura son las
normas, las pautas y los valores que se transmiten en ese proceso. La familia desempeña, entre otras, dos
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funciones psicológicas esenciales para el ser humano: la socialización y la construcción del autoconcepto y la
autoestima. A través de la socialización familiar las personas se convierten en seres sociales, asumen las
reglas del juego que necesitan para enfrentar la vida, aprenden a entenderse a sí mismos y se forman una
imagen de lo que son y del mundo que les rodea. La familia crea en el niño las bases de su identidad y le
enseña cuáles son las normas de convivencia que ha de asumir, proporcionándole un sistema de creencias
que, aun no siendo inmodificable, sí se mantiene, en gran medida, a lo largo de toda la existencia del
individuo. En ocasiones la socialización de un niño es fácil y otras veces requiere muchísimo esfuerzo,
constancia, paciencia, comprensión y de tiempo.
El papel fundamental de los padres consiste en asegurar la supervivencia de los hijos y también su
integración sociocultural. La familia constituye en sí misma un contexto sociocultural influyendo en los niños
mediante las actividades y elementos que son característicos de esa cultura, logrando así que la mente infantil
se llene de contenidos, normas y reglas de convivencia que le permitirán desarrollarse como ser social. El
tipo de familia en la que nace y se cría un niño afecta significativamente a las creencias, valores,
expectativas, roles, comportamientos, e interrelaciones que tendrá a lo largo de su vida.
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3. Familias actuales. Los sociólogos se refieren a la familia en la actualidad como una institución “concha”;
es decir de lo tradicional solo queda la fachada. Hoy en día debemos incluir en la definición de familia los
nuevos elementos que la conforman y sobre todo la diversifican, como por ejemplo:
• Además de a través del matrimonio se ha ampliado el concepto de familia a uniones no matrimoniales
dando lugar a la formación de nuevas familias.
• Uno de los progenitores puede faltar, quedándose entonces el otro solo con los hijos; tal es el caso de las
familias monoparentales, en las que por muy diversas razones uno de los progenitores (frecuentemente la
madre) se hace cargo en solitario del cuidado de los hijos.
• Los hijos del matrimonio pueden llegar por la vía de la adopción, por la vía de las técnicas de reproducción
asistida o proveniente de otras uniones anteriores.
• La madre, ya sea en el contexto de una familia biparental o monoparental, no tiene porqué dedicarse en
exclusiva al cuidado de los hijos, sino que puede desarrollar ya actividades laborales fuera del hogar.
• El padre no tiene porqué limitarse a ser un mero generador de recursos para la subsistencia de la familia,
sino que puede implicarse muy activamente en el cuidado y la educación de los hijos.
• El número de hijos se ha reducido drásticamente, hasta el punto de que en muchas familias hay solamente
uno.
• Algunos núcleos familiares se disuelven como consecuencia de procesos de separación y divorcio, siendo
frecuente la posterior unión con una nueva pareja, constituyendo nuevas familias con la incorporación de los
hijos de ambos
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I. Enseñando eficazmente a nuestros hijos
¿Qué clase de persona estas formando?
Es en el hogar donde se moldean las personas, son los padres las personas responsables por
desarrollar a sus hijos, velando durante todo el proceso a fin de asegurar los resultados. ¿Quiere
usted que su hijo sea un delincuente? Creo que ningún padre deseará eso para sus hijos, sin embargo
paso a paso, bloque a bloque, eso es lo que están construyendo. Según un documento elaborado por
la policía de Houston, Texas, hay pasos concretos que convertirán a los niños y jóvenes en
delincuentes.
Si este es tu comportamiento al criar a tu hijo, prepárate para llevar una vida de pesares y vergüenza,
porque lo más probable es que estés forjando un delincuente.
Todo niño tiene el potencial de convertirse en un gran hombre que haga su aporte para bien de su
generación o en un delincuente. De allí la gran importancia de la exhortación bíblica.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Pr. 22:6
1. El Amor
Amor sin disciplina produce hijos consentidos, el proverbista nos dice que los hijos consentidos, expondrán a los
padres a vergüenza. Por otra parte disciplina sin amor, produce hijos resentidos. De allí la importancia de
equilibrar estos los aspectos. El amor es la esencia de la vida en familia, los hijos necesitan expresiones y
demostraciones de amor y aceptación. Que desde el vientre de su madre reciba el mensaje de: “Te acepto y te
recibo con mucho gusto como mi hijo y miembro de la familia”. “Que el padre y la madre tengan una vida que se
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Documento elaborado por la Policía de Houston, Texas (publicado en afiches y otros medios)
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distinga por el amor a Dios y a sus semejantes; esta es la atmósfera en que crecen los hijos capaces de amar. Que
toda relación con los hijos esté llena de amor santo. Las palabras hirientes, las represiones ásperas, las respuestas
impacientes, son infecciosas. El amor exige y no tiene temor. Se necesita abnegación, tiempo, atención
cuidadosa y perseverancia paciente para educar rectamente a nuestros hijos. Siempre deben oírnos hablar de otras
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personas, amigas o enemigas, de un modo que ponga de manifiesto el amor de Cristo”.
Las palabras que empleamos al tratar con nuestros hijos forman sus actitudes y su autoestima. Las palabras
hirientes y expresiones como: “no sirves para nada” grabarán en su mente esa actitud de inutilidad y por lo tanto
poseerá una baja estima propia.
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación a fin de
dar gracia a los oyentes”. (Ef. 4:29)
Especialmente las horas de las comidas deben ser momentos de acción de gracias y de estímulo. “Lo que se hable
en la mesa debe ser positivo, sano y edificante. Hablar acerca de las fallas de los demás no ayuda a la digestión ni
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al espíritu de nadie”.
Protección: Sin exagerar al punto de sobreprotegerlos. Es aconsejable permitir que los niños se expongan a
riesgos razonables ya que los riesgos son un elemento indispensable para alcanzar la madurez. Sobreprotegerlos
los incapacita para enfrentar la vida por sí solos. También es conveniente que aprendan a enfrentar las
consecuencias de sus malas conductas (ahorrando para pagar lo que dañó y cosas por el estilo).
Provisión: Es deber de los padres proveer a los hijos de las cosas necesarias para la vida, tales como el alimento,
abrigo, educación, etc. Pero es un error muy grande tratar de complacerles en todos sus gustos con respecto a
juguetes, dulces, etc. Esto es bueno pero en forma razonable y ajustada a la realidad económica de la familia. El
hijo debe aprender a esperar por algunas cosas y en ocasiones aprender a reunir para adquirir algunas cosas. Es
importante que desarrollen dominio sobre sus deseos y paciencia para adquirir lo que quieren.
Tiempo: El verdadero amor de los padres se expresa dando de su tiempo a la familia. Interesarse en sus
actividades, de sus problemas, de su corrección, es decirle a alguien eres importante para mí, te amo.
Corrección: Mirar a los hijos consintiendo su mal comportamiento, es en realidad falta de amor. Amor es
tomarnos el tiempo para “podar” quitando todo aquello que puede perjudicar el futuro y el sano desarrollo del
hijo. Esto es tan importante que este elemento es el que pone el punto de equilibrio al proveer amor a los hijos.
2. La Disciplina
La disciplina tiene dos aspectos, por un lado implica formar en el niño la conducta deseada; y por otro, castigar
la conducta incorrecta. Disciplinar es guiar con decisión, hacer cumplir estimulando y razonando, construir
autoestima y a la vez corregir el mal comportamiento. El objetivo de la disciplina es enseñar a los niños a hacer
las cosas bien; el objetivo del castigo es enseñarles a no hacer las cosas de forma incorrecta.
Por ejemplo, necesitamos disciplinarlos en cuanto a la organización. El orden es importante en la vida. Lograrlo
nos puede ahorrar un sinnúmero de horas de amenazas, ruegos y castigos. Enseñar que cada cosa tiene su lugar
permite a los niños poner las cosas en su sitio. Los niños pueden habituarse a poner las cosas en su sitio si sus
pertenencias tienen sitios establecidos que sean adecuados. Perchas y ganchos junto a la puerta para las mochilas;
cestos en sus habitaciones, en lugar de en el baño, posibilitan que la ropa sucia no acabe en el suelo de
su
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habitación. Sin embargo, tener modos de organización no basta para evitar la pesadilla del orden: hay que enseñar
a los niños a usarlos. Recuerde que nadie nace enseñado. Enseñarles y practicar a recoger y a ordenar las cosas les
enseña a hacerlo solos en el futuro. Así se les enseña a asumir la responsabilidad de sus pertenencias y se evita
muchas discusiones sobre el orden.
Disciplinar es amar a los hijos de tal manera que nos tomamos el tiempo para corregir la conducta que le dañará.
El padre amante dirá: “Porque quiero lo mejor para ti no voy a permitir que tomes el camino equivocado”. Hay
padres que se jactan de amar tanto a los hijos que no se atreven a castigarlos. Pero la Biblia dice lo contrato: “El
que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige”. (Pr. 13:24)
Debemos proveer disciplina a los hijos en primer lugar porque la necesitan. Leemos en Proverbios 22:15 “La
necesidad está ligada al corazón del muchacho; más la vara de la corrección la alejará de él” y por otra parte
porque debemos encaminarlo hacia Dios quitando los obstáculos internos y externos, o sea, las circunstancias y
sus impulsos. “No rehuséis corregir al muchacho; porque si lo castigas con la vara no morirá. Lo castigarás
con vara, y librarás su alma del Seol” (del infierno. Pr. 23:13-14). Además, Dios nos ordena disciplinar a
nuestros hijos. Dios como nuestro Padre Celestial nos disciplina, siempre que lo necesitamos.
“Porque el Señor al que ama, disciplina y azota a todo el que recibe como hijo...” (Hebreos 12:6-11).
Notamos que el padre que no toma su responsabilidad en disciplinar a su hijo lo trata como un bastardo (He.
12:8). Los modernos sicólogos dicen que su hijo como un pequeño botoncito de rosas y todo lo que tiene que
hacer es dejarlo desarrollar naturalmente para que florezca. Ese pensamiento es humanista y opuesto a lo que
ensaña la biblia, como pudimos leer anteriormente en Proverbios 22:15.
Hubo un tiempo cuando esta sociedad era teocentrista, es decir trataban de entender todo según Dios o el mundo
espiritual. Aunque en forma pagana, pero atribuían los fenómenos naturales al mundo espiritual. Con el ateísmo
surge el humanismo donde se quita a Dios del centro y se coloca al hombre como su propio centro o su propio
dios (antropocentrista). Filósofos como Kant y Rousseau ensañaban que “él hombre era originalmente bueno, y la
sociedad lo pervertía… es bueno por naturaleza y se debe dejar libre de interferencias” Esa idea es tan absurda
como pretender que si dejamos un jardín por su cuenta, sin intervención alguna por nuestra parte, lucirá más
hermoso, en realidad lo que antes debió haber sido un bien cuidado jardín, ahora se había convertido en un
matorral repleto de espinas y abrojos. Esa enseñanza actual de no disciplinar al muchacho, tiene sus raíces en las
ideas ateas humanistas, y los resultados los podemos ver en la sociedad actual, aumento de la delincuencia,
irrespeto a los padres, tal y como predicen las Escrituras que sería para los últimos tiempos: “en los postreros
2
días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
3
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
4
calumniadores , intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
5
amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de
ella; a éstos evita” (2 Ti 3:3-5)
Para el cristiano tiene relevancia lo que la palabra de Dios nos enseña. Dios dice que debemos instruir a nuestros
hijos y que debemos disciplinarlos. El gran desafío es ¿Cómo impartir disciplina en la forma correcta? Lo
fundamental es que su hijo sepa que sus padres realmente lo aman, entonces la disciplina será efectiva. La
disciplina y el amor van de la mano. La disciplina no tiene buen efecto en la criatura que no se siente amada.
Observaciones prácticas que debemos tomar en cuenta al impartir disciplina en amor
El niño necesita la correcta relación madre-hijo en los primeros años de su vida. En especial en la etapa
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preescolar y escolar se colocan los fundamentaos para su sano desarrollo. Debe aprender a respetar a sus padres, si
se falla en esto, el tampoco respetara a sus maestros, ni tampoco a las autoridades en la sociedad y mucho menos
respetara la autoridad de Dios. Esto es tan importante que en el decálogo el quinto mandamiento es honrar a
nuestros padres, pero al ser el único mandamiento del decálogo que tiene una promesa, eleva el quinto
mandamiento a ser el segundo, primer mandamiento. “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer
3
mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Ef. 6:3-4) Es decir,
tenemos dos primer mandamiento, Primero: “Amar a Dios sobre todas las cosas” (lo cual implica honrarlo) y el
segundo primer mandamiento: “Honrar a nuestros padres”
Su buen comportamiento debe ser elogiado a fin de darle estímulo. Esta es una herramienta muy efectiva para
corregir la conducta no deseada. Concentrarnos en estimular lo que hace bien. Le corregimos lo que está mal y
concedemos tiempo para ver resultados, sin insistir a cada rato en el asunto, y mientras, elogiamos alguna virtud
del muchacho, esto resulta más efectivo.
Practique apropiadamente la comunicación, explique, de los “porque” algo es bueno y deseable y porque
ciertas conductas no lo son.
Al aplicar disciplina debemos tener un propósito claro. La disciplina no debe ser esporádica y caprichosa.
Debe ser un medio para lograr un fin, erradicar una conducta no deseable. Cada vez que los hijos manifiestan una
mala actitud o desobedecen voluntariamente, necesitan recibir una disciplina. Charles R. Swindoll, dice: “En
nuestro hogar les hacemos frente a las actitudes con tanta severidad como a las acciones. A un espíritu hosco y
terco se le hace frente en una forma tan directa, como la mentira o al robo. La manera en que tratemos a nuestros
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hijos, determinará en gran medida la forma en que le habrán de responder a Dios”
Es necesario que los hijos obedezcan cada vez que sus padres le piden que hagan algo. El hijo debe
acostumbrarse a obedecer en forma inmediata y aun cuando deba tardarse un poco debe responder mostrando su
disposición de hacer lo que se le pidió. Jamás deben emplearse los gritos para asegurar la obediencia, hable en
tono normal. La desobediencia en un asunto serio y nunca debe pasarse por alto. ¿Cómo actuaría si su hijo se
involucra en prácticas ocultistas? Dios dice que la desobediencia es tan grave como practicar la hechicería
(1Samuel 15:22-23). La verdadera obediencia implica tres aspectos: 1. Acción Inmediata. Eso debe hacerse
hábito en la conducta del niño. 2. Acción Completa. No basta con que haga una parte de lo que se le ordena,
sino que debe asegurarse de cumplir todo lo que se le dijo. (Col. 3:20). 3. Buena Disposición. La verdadera
obediencia va a acompañada de actitudes y gestos de agrado. Un padre no debe aceptar la sujeción de mala gana
como si fuere obediencia genuina.
8
Roy Lessin. Como criar hijos felices y obedientes (Editorial Betania, Puerto Rico, 1981). P. 77
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amor sin disciplina produce hijos consentidos y disciplina sin amor, produce hijos resentidos. Amelos,
muéstreles constantemente cuanto los ama. Corrija, amoneste y discipline lo que está mal, pero al hacerlo,
deje claro que es por su bien futuro, usted los ama y hará lo necesario para que tengan éxito, luego de
disciplinarlos, afírmelos en su amor, que entiendan que son aceptados, es esa conducta lo que no será
aceptada.
La disciplina no necesariamente debe implicar castigo físico: Hay ocasiones en que debe impartirse el
castigo físico. Especialmente en casos de desobediencia voluntaria y casos de rebeldía. (Proverbios 29:15; 23:13-
14; 22:15; 13:24). Pero el castigo físico es la última opción, no la primera, después de haberles confrontado y
advertido de las consecuencias. Así lo hace el Señor: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues,
celoso, y arrepiéntete.” (Ap. 3:19) Primero viene la amonestación, luego, sino se obedece, viene el castigo.
Hablar debe estar primero, luego el castigo, de ser necesario. De segundas oportunidades. No solucione todo con
una paliza, pero si ha prometido una, no falle en cumplirla. Cumpla su palabra, no haga amenazas que no piensa
cumplir, eso es muy dañino para su autoridad.
Otro punto muy importante, implícito Apocalipsis 3:19, es guiar al arrepentimiento, dígale al niño que su
desobediencia fue también una falta contra Dios, dígale que es bueno que en oración le pida perdón, que Dios está
dispuesto a perdonarnos si de verdad reconocemos nuestra culpa y le pedimos perdón. No lo obligue a
arrepentirse, solo oriéntelo y ore por el para que crezca en conocer y en honrar a su padre celestial.
Si un niño escribe en una pared, el castigo es mandarlo que limpie lo que ha ensuciado, con lo que se aplica la
consecuencia de lo que ha hecho, en lugar de mandarle castigado a su habitación sin limpiarlo. No obstante, en
algunos casos de mayor rebeldía quizás tenga que, además de que limpie lo ensuciado, mandarle también a su
habitación.
Una aclaración entre consecuencia y castigo. La consecuencia es la aplicación de un efecto, por una conducta
inadecuada, que trata de enseñar al niño por qué no debe cometer el mismo error de nuevo. El castigo trata de que
con ese efecto el niño se sienta incómodo y tema portarse mal nuevamente. La combinación de ambos modos es
un buen recurso educativo para los padres.
Los esposos necesitan presentar un frente unido, si entran en desacuerdos delante del muchacho, el buscara
apoyo en uno o en el otro y terminara por perder el respeto a ambos. Si hay algún desacuerdo, deben hablarlo en
privado, llegar a un acuerdo y así proceder, en común acuerdo.
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Cuando no cumplió con algo a causa de algún olvido involuntario. Limítese a exhortarle a prestar mayor
atención.
Cuando no se conoce claramente el asunto sobre el cual se va a disciplinar.
Se deben tener algunas reglas (razonables) y ambas partes deben asegurarse de hacerlas cumplir. No conviene
confrontación o desacuerdos delante de los hijos. Las diferencias deben discutirlas en privado y apoyarse
mutuamente o perderán el respeto de sus hijos.
Constancia. Aun cuando algunas veces parezca inútil el esfuerzo se debe insistir hasta lograrlo.
“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (He. 12:6)
Crecer es un proceso lento y gradual. Enseñar disciplina quizás sea más fácil en los primeros años. Pero para
quien empiece cuando sus hijos sean ya algo mayores puede ser más complicado, pero se puede conseguir.
Educar hijos es tarea compleja, pero a medida que los niños aprenden a controlar su propio comportamiento, la
disciplina se vuelve más y más fácil. Vale la pena un esfuerzo inicial hasta que vuestros hijos se vuelvan
responsables de sus actos.
Como vimos anteriormente, para que la instrucción que impartimos sea realmente efectiva, debe
equilibrar amor con disciplina y enseñanza con ejemplo. La enseñanza sin ejemplo produce
amargura y resentimiento, y el ejemplo sin la enseñanza produce hijos inestables e inseguros. De
allí la importancia de aprender los principios que nos permitan equilibrarlas.
Enseñar la Biblia a nuestros hijos no se limita a llenar sus mentes de información. Se debe poner
énfasis en la aplicación práctica de los principios y verdades de la Biblia. Las Escrituras ponen el
énfasis en el hacer, note por ejemplo: Juan 13:17; Mateo 28:20; Stg. 1:22; 2Ti. 3:16-17 y otros. La
meta debe ser que nuestros hijos puedan ver la aplicación que tienen los principios y verdades de la
Biblia en sus circunstancias en su vida diaria. Para ello debemos insistir repitiéndoles y
explicándoles dichas verdades. (Dt. 6:7; Is. 28:9-10).
Ejemplo. Para que la enseñanza que impartimos sea realmente efectiva debemos reforzar con
nuestro ejemplo lo que decimos. Debemos dar un modelo, una muestra con nuestra conducta. Si
usted ha estado tratando de enseñarle a su hijo el principio bíblico de la honestidad y en su
enseñanza a puesto énfasis en la aplicación práctica dándole ilustraciones de cómo afectaría
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nuestras vidas en determinadas circunstancias pero luego cuando usted está en una circunstancia
real su hijo lo ve que usted no es consecuente con lo que enseña, él recibirá el mensaje de que
después de todo ese principio no es tan importante. Él copiará la conducta quedando anulada la
enseñanza que le había impartido. Por ello es tan importante que los padres llevemos una vida
íntegra, lo cual implica vivir en concordancia con lo que sabemos y creemos de la palabra de Dios.
Clarificación de Valores. Las instituciones educativas, la televisión y el sistema en general que
rodea a nuestros hijos, crean una constante influencia en ellos para formarlos. Transfiriéndoles
valores, pero ¿Cuáles valores? Las películas, la música atacan los valores que son fundamentales
para la familia. Promueven el adulterio, fornicación, la venganza, deshonestidad y abuso de las
drogas. Aún las instituciones educativas promueven el ateísmo, ideas humanista anti bíblicas y
muchas ideas ocultistas de la nueva era, presentadas con una fachada científica y relativismo moral
entre otras. Hoy más que nunca debemos asumir nuestro rol en transmitir valores a nuestros hijos
y fortalecerlos en su fe cristiana.
Velar por su sano desarrollo. Al igual que Jesús, debemos asegurarnos de que nuestros hijos desarrollen
saludablemente: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”
(Lucas 2:52) Debemos velar y cultivar cada uno de los aspecto mencionados aquí: En lo físico, intelectual
(sabiduría) social, sicológico (gracia para con los hombres) y en lo espiritual (gracia para con Dios) En
esencial que hayamos comprendido que papá y mamá somos responsables de influir positivamente en la
conducta, carácter y autovaloración de nuestros hijos, y es fundamental que asumamos responsabilidad ante
ese rol.
Cuando damos amor y disciplina, y enseñanza y ejemplo a nuestros hijos, en forma equilibrada
estamos sembrando semillas en el “terreno fértil” de su corazón. Si todo esto lo hacemos con
constancia, formando a nuestros hijos según los principios y valores, especialmente los valores que
por estar fundamentados en la palabra de Dios, son universales; ellos estarán estables e inmunes a
los diversos ataques circunstancias que enfrentarán a lo largo de sus vidas.
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compare a un hombre prudente, que
edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundamentada sobre la roca”. Jesucristo. Mateo
7:24
III. Controlando La Influencia Dañina Del Televisor.
Otro de los elementos que los padres tienen que contemplar en relación a la educación y
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formación de sus hijos es el uso de la Televisión en la familia. Analizaremos algunos
aspectos que se dan en este medio de comunicación y entretenimiento. Es necesario que
comprendamos los terribles efectos de la televisión sobre nuestra familia, los valores (o
antivalores) que está transmitiendo a nuestros hijos y que asumamos una actitud bien
definida respecto a la televisión.
a. Efectos de la Televisión
Desde 1954, se realiza un estudio científico sobre los efectos de la televisión en la
conducta humana, especialmente en los niños y adolescentes, arrojando resultados
sorprendentes. En varios países que han realizado sus investigaciones en forma
independiente los resultados han sido similares. En esta primera parte veremos un
resumen de los resultados de dichas investigaciones.
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adulterio y relaciones sexuales ilícitas. Lo cual va socavando los fundamentos de la
familia y la sociedad, dando forma al pensamiento y la conducta humana.
Esto es abrumador. ¿ Qué podemos hacer para proteger a nuestra familia?, ¿Cómo ayudar a
nuestros hijos?
b. Recomendaciones Prácticas.
1. La televisión como colaborador educativo. Aunque no muchos programas que ofrece la
televisión están específicamente enfocados para formar, sí pueden ofrecer material a partir
del cual se puede enseñar qué modelos de conducta son adecuados, cuáles no, y por qué;
qué actitudes se presentan como buenas y cuáles no; qué valores humanos encarnados por
11
Les Thompson, La familia desde una perspectiva bíblica (Editorial Unilit, Logoi/Flet, 1998), p. 111
12
Héctor Detrés Collazo, Televisión sus efectos en niños y adolescentes (Editorial Clie, 1995), p. 120
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los protagonistas son apropiados y cuáles no. Por tanto, para enseñar a través de
programas televisivos o películas concretas es necesario suscitar a continuación el dialogo
con los hijos para facilitarles que piensen, reflexionen, distingan la ficción de la realidad,
lo que nos ofrecen como verdadero y lo que realmente es la verdad. Es recomendable por
lo tanto:
4. . Paralelamente a esto estimule la buena lectura en sus hijos, regálele colores, libros
de colorear y otros materiales didácticos a los más chicos para aumentar su creatividad
e inteligencia, hacer deporte, pasear, hacer trabajos de casa, realice frecuentemente el
culto familiar, lea la Biblia con la familia, den un tiempo significativo a la comunicación,
realicen juntos actividades recreativas y/ o deportivas. Facilite a su hijo otras alternativas
para distraerse.
5. . Planificar a qué horas se ve la TV. Negocie con sus hijos que se conecte solo para ver
un programa concreto. Tenga en cuenta que la televisión, ni la radio, son adecuadas
tenerla conectadas mientras se está estudiando. Son elementos de distracción
poderosos que pueden afectar a la atención y concentración. Acuerde con sus hijos el
tiempo que van a ver la televisión. Tenga en algún sitio anotado el plan de horarios de
ver la TV. Si es preciso utilice penalizaciones si se incumplen los acuerdos.
Tenga en cuenta que el excesivo uso de TV puede generar en los niños problemas de
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atención, de concentración, de motivación y debilitamiento de la voluntad, haciendo de
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ellos sujetos pasivos.
Debemos procurar por lo tanto usar positivamente nuestro tiempo de ocio. El ocio es el
tiempo que disponemos para hacer otras actividades distintas a las habituales.
• Es importante buscar el equilibrio entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso.
• Intenten disfrutar juntos toda la familia del tiempo libre de que dispongan.
• Un objetivo del ocio de la familia debe ser fomentar la relación entre sus miembros.
• Todos los miembros de la familia se deben implicar en la búsqueda de actividades.
• Las actividades propuestas deben ser de interés para todos los miembros de la familia.
• Proporciónese t iempo libre y disfrútelo. Enséñeles a sus hijos a buscarse actividades
para su tiempo libre y a disfrutarlo.
Recuerde además, que la vida pensante es la antesala a nuestras acciones ( Pr. 23:7; Rm.
12:2) y que lo que permitimos entrar en nuestra mente afectará nuestra conducta y
posteriormente nuestro carácter. ¿Qué carácter se está formando en nuestros hijos?, ¿Es
un carácter Cristo- céntrico? ¿Es acorde con los valores que queremos cultivar en ellos?
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno
de alabanza, en esto pensad” ( Filipenses 4:8 )
Cultive en su hijo la capacidad de tomar decisiones. Esta habilidad es muy importante, a largo plazo le dará
un empuje para que sea un líder efectivo. Las personas con confianza en la toma de decisiones, asumen el
liderazgo del grupo. ¿Cómo cultivar esta cualidad en nuestros hijos?
o Desde pequeños debemos colocar ante ellos dos o más opciones para que elijan. ¿Qué regalo darás a tu
hermano? ¿esto o aquello? Si medita en ello, conseguirá muchas soluciones cotidianas donde podrá colocar
ante sus hijos dos o más opciones.
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o Converse acerca de las opciones que elija su hijo. Siempre se debe estimular y evaluar o hubiese sido
preferible la otra opción.
o Ayúdalo a mantenerse firme en sus decisiones y no dejar las cosas a medias. Permítale llegar a entender que
cada elección tiene sus consecuencias. Con el tiempo puede profundizar aún más en el proceso de toma de
decisiones y con ello delinear su autoconfianza y autoestima.
Estimule a su hijo a reconocer y elogiar sinceramente a otras personas. Es muy saludable para él, tener la
fuerza interior y la confianza de poder elogiar, aplaudir o demostrar aprecio por los logros y cualidades de
otras personas. Sólo las personas que poseen autoestima, puede alegrarse ante el éxito de otras personas, sabe
que su valor no disminuirá sólo porque alguien brille. Aliente a su hijo para que relate algunas de las cosas
buenas que hacen o dicen otros muchachos. Anímelo a usar palabras de reconocimiento a otros en casa y a
compañeros. No ofrezca a su hijo ningún tipo de recompensa por elogiar a otros; eso sería contraproducente.
Tampoco se debe usar el elogio a fin de obtener algo de otra persona, eso sería manipulación e hipocresía.
Sea usted mismo un modelo a seguir, al elogiar sinceramente a otros adultos. Tener una baja estima es una de
las principales causas de que los jóvenes se involucren en las drogas o sedan a las presiones sexuales. Como
padres debemos cultivar un sentido de valor equilibrado en nuestros hijos mediante su desarrollo integral.
Tenga en cuenta que, la formación del autoconcepto pueden darse alguno de estos tres casos: (1) El niño
puede pensar que no es una persona agradable, que su familia no es buena, que aprende muy despacio, que
no puede hacer ni recordar las cosas, tiene miedo de arriesgarse, en este caso el niño está convencido y
predispuesto al fracaso porque piensa que no pueden aprender. En este caso se debe ayudar al niño a
arriesgarse a hacer las cosas cuando sus posibilidades de éxito son seguras, así, poco a poco comprobará que
sí puede. Debemos ayudarle a que piense que es posible para él. (2). El niño puede estar orgulloso de lo que
es él, cree que su familia es la mejor, que puede hacerlo todo, se arriesga a todo sin razonar. La ayuda
consistirá entonces en dar a conocer al niño sus aspectos fuertes y débiles, protegerlo evitando que se
exponga a situaciones en las cuales no podrá tener éxito, como también decirle que no haga cosas que no
están dentro de sus posibilidades. (3). El niño puede pensar que su familia y él son agradables, que él puede
hacer unas cosas bien y que tiene dificultad para realizar otras. Este niño sabe cuándo arriesgarse y cuándo
no. El niño tiene en este caso un autoconcepto realista y tendrá seguridad para realizar sus trabajos
obteniendo los mejores resultados. Se debe permitir al niño experimentar más éxitos que fracasos, pues el
fracaso, sentido a temprana edad, crea problemas en los niños con consecuencias que pueden ser
impredecibles.
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la realidad. Las personas con una baja autoestima tienden a sentirse a disgusto consigo mismas y proyectan
en los demás ese estado de insatisfacción personal que les provoca el no valorarse adecuadamente. La buena
autoestima es: Sentirse importante para uno mismo y para los demás. Sentirse especial, distinto, diferente,
único. Sentirse satisfecho, contento, feliz, complacido. Sentirse con capacidad para realizar proyectos y
actividades.
V. Estilos y pautas educativas (Por: Agustín Durán Gervilla María Dolores Tébar Pérez)
Como padres somos educadores, por lo tanto precisamos lograr la Interiorización, el respeto, La autoridad y
la afectividad, para lograr buen rendimiento en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Interiorización
Consiste en que el sujeto perciba, comprenda, asimile y acepte, “haciendo suyo”, el mensaje que se le
transmite. De esta forma lo incorpora a su mundo de conocimientos, ampliando con ello la percepción de la
realidad. La interiorización es lo opuesto a la imposición.
Los padres no siempre podremos estar presentes para recordarles las normas y decirles lo que es correcto,
precisamos que lleguen a entender el porqué delas normas y su importancia, para que sepan que hacer, como
comportarse, aun en nuestra ausencia. Que puedan desarrollar un sentido de lo que está bien y lo que esta
mal. La interiorización permite que la disciplina se convierta en autodisciplina; es decir, en ese punto sus
hijos harán lo correcto aunque no haya quien los supervise, y aun cuando haya algún tipo de presión para
hacer lo incorrecto.
La interiorización de reglas, valores y juicios es una parte importante del desarrollo social y moral. Por una
parte están las reglas convencionales de las buenas costumbres, las normas básicas de convivencia y la
conducta correcta, es decir, los aspectos sociales; por otra las reglas que conciernen a la amabilidad y el
respeto por los demás, a mantener las promesas, a ser honesto, etc. Estos últimos corresponden a los aspectos
morales.
En el proceso mediante el cual el niño llega a actuar de acuerdo con las reglas y los valores de la sociedad,
llegando a convertirse en un miembro de la comunidad que sabe autodominarse, uno de los primeros pasos es
el desarrollo del autocontrol. Los niños aprenden a autocontrolarse como parte del proceso de aprender los
valores y las normas de la sociedad en que habrán de convivir. Comienzan a asociar ciertas acciones
prohibidas y situaciones peligrosas con la desaprobación o el castigo, de modo que los evitan; temen enfadar
a sus progenitores o hacerse daño. La interiorización es fundamental para lograr el control.
Los niños, y posteriormente los adolescentes, tienen que aprender a ponerles un freno a sus impulsos, a
dominar sus deseos y a tolerar su frustración. El autocontrol es un aspecto importante de la personalidad.
El respeto
Precisamos cultivar respeto, no desarrollar en ellos miedo. Eso sería autoritarismo, el cual está basado en: La
ausencia de razonamiento y la imposición. La autoridad está basada en: La responsabilidad que tiene como
padre ante sus hijos y la sociedad. Sus obligaciones de enseñar, educar, formar y corregir.
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La autoridad se ejerce: Con respeto por el otro, con cariño y con la comprensión de que nadie nace enseñado.
Con el razonamiento ajustado a la edad del niño.
La afectividad
Generalmente se ha identificado la autoridad con el hombre y la afectividad con la mujer. Pero ambos
criterios no son separables y deben darse en toda persona, pudiendo el niño recibir del padre tanto su firmeza
como su cariño, así como de la madre su ternura y sus criterios, estables y firmes, que defiende y hace
cumplir las normas, sin la necesidad de la presencia del padre. Lo que vimos anteriormente, el equilibrio
entre amor y disciplina por parte de padre y madre, permite la internalización de los valores familiares.
• Ser aplicables a cualquier individuo. No importa la edad, sexo y situación familiar o social.
Es necesario que los niños dispongan de unas pautas o normas educativas que les van a servir como punto de
partida y referencia para poder establecer sus propios juicios. Algunos de esos valores pudieran ser:
• El respeto por las personas, el entorno en el que vive, los objetos…
• El diálogo como elemento básico de relación. La amistad. Todos los padres saben que la elección de un
amigo es fundamental para los hijos. La amistad tiene sus exigencias: Franqueza, apertura, capacidad de
aceptar críticas y halagos, lealtad, sacrificio.
• Honestidad. Es la capacidad de decir y hacer la verdad. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por
los demás, pero necesita práctica y estudio para conseguir la integridad.
• Un hábito de reflexión que lleve a analizar, valorar y aceptar voluntariamente las normas reconocidas como
positivas para todos, evitando ser rebelde negativo, para poder ir adquiriendo, paulatinamente, una
objetividad signo de madurez.
El elemento clave aquí es el ejemplo. No se preocupe tanto si sus hijos parecen no escucharle, preocúpese
por lo que modela delante de ellos, pues le observan todo el tiempo.
Al proponer todas estas reglas pretendemos llegar a un único objetivo: la madurez, el equilibrio y la
seguridad del niño. Si la familia no ofrece unas pautas educativas, unos modelos y unos hábitos adecuados, el
niño puede adquirir otros siguiendo modelos que encuentre fuera, ya sea en la sociedad amplia (medios de
comunicación, barrio, etc.), grupo de iguales o en otros lugares.
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Propuesta de “Estilos Educativos Paternos”
Por E. E. Maccoby y J. A. Martin
Según la tesis de Maccoby y Martin, se toman en cuenta dos dimensiones básicas: (1). Exigencia paterna
(control fuerte/control relajado). (2). Disposición paterna a la respuesta (reciprocidad, afecto/no reciprocidad,
no afecto). Estas dos dimensiones son reinterpretadas y cruzadas ortogonalmente dando lugar a cuatro estilos
educativos paternos, siendo:
1) Estilo Autoritativo-Recíproco.
Según los estudios este estilo educativo proporciona efectos socializadores positivos.
• Los padres ejercen un control firme, consistente y razonado.
• Los padres establecen claramente el principio de la “reciprocidad”. Así, parten de la aceptación de los
derechos y deberes de los hijos, pero exigen a la vez que los hijos respeten también los deberes y derechos de
los padres.
• Las relaciones padres-hijos son, sobre todo al principio, necesariamente asimétricas. Los padres ejercen
consciente y responsablemente la autoridad y el liderazgo que les corresponde como padres y como adultos.
Sin embargo, debido a la coherencia de sus directrices, los hijos no sienten el control paterno como rígido y
se atienen a las normas paternas voluntariamente.
• El estilo educativo “se centra en los hijos”.
• La “implicación afectiva” de los padres se expresa en la disposición y prontitud de los padres a responder a
las necesidades de los hijos. Se manifiesta también en el interés de los padres por mantener el calor afectivo
en sus relaciones con los hijos.
• La “reciprocidad”, además de lo ya dicho, se ejercita especialmente en la comunicación frecuente, una
comunicación que es bidireccional y abierta.
• Se promueve gradualmente la autonomía personal de los niños.
• Los padres se caracterizan no sólo por su firmeza en hacer cumplir las normas, sino también por sus
progresivas llamadas a la madurez psíquica de los hijos.
2) Estilo Autoritario-Represivo.
En los hogares con un estilo autoritario-represivo:
• El control paterno se convierte en rígido al combinarse con falta de reciprocidad y de diálogo.
El control es además minucioso y excesivo, no dejando espacio a la libertad personal.
• Las normas tienen la forma de “edictos”. Aparece una acentuación exagerada de la autoridad paterna y se
inhibe en los hijos cualquier intento de ponerla en cuestión.
• Los padres recurren menos a las alabanzas y más a los castigos, incluidos los físicos, que en otros estilos.
Ni los castigos ni los mandatos son generalmente razonados.
• Los padres se caracterizan por una “no disposición a la respuesta”. De este modo, los padres definen las
necesidades de los hijos, pero sin la intervención de éstos. La comunicación es unidireccional y cerrada.
• La implicación en las necesidades de los hijos es intensa, pero se percibe por parte de los hijos como
intrusismo.
• El estilo educativo “se centra en los padres” por la exclusión del punto de vista de los niños.
Según
3) Estilo Permisivo-Indulgente.
En los hogares con estilo permisivo-indulgente:
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• Los padres no resaltan la autoridad paterna. No establecen normas precisas ni en la distribución de tareas ni
en los horarios dentro del hogar (hora de llegar a casa, de las comidas, de acostarse, tiempo y programas de
televisión de se ven, etc.).
• Los padres acceden fácilmente a los deseos de los hijos.
• Son tolerantes en cuanto a la expresión de impulsos, incluidos los de ira y agresividad oral;los padres van
cediendo poco a poco ante la presión de los hijos.
• Usan menos castigos que los padres autoritativos y autoritarios.
• El control laxo de los padres no excluye su implicación y compromiso como tales. Les preocupa la
formación de los hijos, a su vez, atienden y responden a sus necesidades, pero son los hijos los que acaban
dominando las situaciones.
4) Estilo Permisivo-Negligente.
En este estilo paterno:
• Los padres se caracterizan por la no-implicación afectiva en los asuntos de los hijos y en el
desentendimiento educativo.
• Normalmente los padres están absorbidos por otros compromisos y reducen la responsabilidad paterna a sus
mínimos. Dejan que los hijos hagan lo que quieran, con tal de que no les compliquen la existencia. Si sus
medios se lo permiten tranquilizan su conciencia con mimos materiales (a veces es el padre el que trata de
conseguir el afecto a través de “compras” y regalos).
Estos estilos educativos paternos son “tipos puros” de modo que los padres se acercarán a ellos más o menos,
según los casos. Son guía para la investigación y, a la vez, una especie de espejo práctico en el que ustedes
como padres pueden verse aproximadamente reflejados en uno u otro estilo.
Es indiscutible que todos los padres tienen que ejercer algún tipo de control sobre los comportamientos de
sus hijos. El problema aparece más bien en la intensidad, forma y dirección del control. Es decir, lo que
interesa es el cómo, cuándo y de qué forma se aplica ese control.
Los hijos necesiten en momentos de su vida un cierto nivel de control. Aplicar el adecuado, en el momento
adecuado y sobre lo que se debe controlar facilita el autocontrol y la interiorización, y es, quizás, una de las
tareas más difíciles que tienen como padres.
El control insuficiente transmite el mensaje de que la conducta propuesta al niño no tiene valor, incluso que
ni los mismos padres creen en ella. Por ello, los hijos no obedecen ni interiorizan lo mandado. Por el
contrario el control excesivo e indiscriminado produce conformismo exterior y rebelión interna; rebeldía que
tiene un carácter negativo por cuanto a la larga se vuelve contra el propio sujeto, dado que su negatividad le
impide aprender y adquirir nuevos hábitos.
Realmente, todos queremos tener una buena relación de afecto con nuestros hijos, pero se tiene que
establecer límites. Sus amigos son sus amigos, ustedes son sus padres. Pueden ser unos padres muy afectivos
y de fácil acceso, pero no sus colegas. Si somos colegas de los hijos, puede que os resulte más difícil
imponerles el respeto necesario cuando lo necesiten.
VI. Introducción a la escucha activa. (Por: Agustín Durán Gervilla María Dolores Tébar Pérez)
Aprender a escuchar es muy importante para las buenas relaciones personales. Escuchar a nuestros hijos y
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cónyuge es esencial para la armonía familiar. La escucha activa es una manera de escuchar para hacer que
sus hijos hablen con ustedes. La escucha activa tiene un principio básico: la aceptación.
Actitudes básicas:
• Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.
• Debe desear ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular.
• Debe poder aceptar sus sentimientos.
• Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en
ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.
• Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.
• Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.
• Debe tener una gran capacidad de paciencia.
Podemos DEFINIR la Escucha Activa como la forma de escuchar en la que el receptor (el que escucha) trata
de entender lo que siente el transmisor (el que habla), o lo que significa el mensaje. Posteriormente expresa
con palabras lo que comprendió y lo transmite para que el transmisor lo verifique. El receptor no manda un
mensaje propio, como sería el caso de una evaluación, opinión, consejo, reproche, análisis,
etc., sino que transmite lo que piensa que significa el mensaje del otro.
Por ejemplo: Un niño/a llega a casa de la escuela diciendo: “Odio la escuela, no voy a ir más”. La reacción
típica de los padres suele ser: “¡Cómo, que dices! Cómo que no quieres ir, a la escuela vas aunque te tenga
que llevar yo. Es por tu bien”. (Aquí los padres han racionalizado el mensaje del hijo/a. Su respuesta es
racional).
La reacción desde la Escucha Activa podría ser: “Parece que hoy has tenido un mal día en la escuela, cuenta,
¿qué ha ocurrido?” (Aquí los padres “escuchan” el mensaje emocional del hijo/a y responden
emocionalmente). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente.
Definición de desarrollo
Nos convertimos en quienes somos a través de la interacción de la herencia y el entorno. El niño nace, la
persona se hace a lo largo de su vida. El niño y el medio donde éste se desenvuelve interactúan
continuamente desde la fertilización hasta la muerte. En este proceso de desarrollo del ser humano hay dos
aspectos en estrecha interrelación: El sujeto: corresponde a lo heredado, lo genético, lo constitucional, sus
capacidades, características... El ambiente: corresponde a lo que le rodea, la familia, la sociedad, la cultura...
El desarrollo es, por tanto, un proceso de cambio continuo que sufre el individuo a través de su ciclo de vida.
Este cambio posee varias características: es continuo, acumulativo, direccional, diferenciado, organizado y
holístico; es decir, los logros nunca están aislados, forman un todo. Todo aspecto del desarrollo, ya sea físico,
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cognitivo o social, depende de todos los demás, y todo desarrollo es el resultado de la interacción. La
adquisición del lenguaje, por ejemplo, requiere la maduración de la garganta, la boca y el cerebro.
Etapas de desarrollo
El ciclo de vida lo dividimos en las siguientes etapas: desarrollo prenatal, infancia, niñez, pubertad,
adolescencia y etapa adulta.
1. El período prenatal comienza con la concepción y finaliza con el nacimiento. Es el menos arbitrario y fácil
de definir porque su principio y final está claramente marcado por los acontecimientos biológicos. Al Sexto
mes él bebe escucha los sonidos que provienen del cuerpo de la madre, así como su voz y las voces de los
que se encuentran cerca y saltar de alegría, puede oír sonidos del ambiente. La música rítmica lo calma lo
estridente lo excita, escucha y aprende. La memoria y la habilidad para reaccionar a los estímulos ya se
encuentran presente. De allí la importancia de hablarle cariñosamente y hacerle sentir bienvenido.
2. La infancia empieza en el nacimiento y comprende hasta aproximadamente los dos años. Al final del
segundo año la mayor parte de los niños han comenzado a adquirir el lenguaje.
3. La niñez comprende desde los dos hasta los trece años, aproximadamente. Los múltiples cambios que se
producen en este periodo hacen que a veces sea necesario usar términos adicionales como el de niño pequeño
(fase de transición entre los 18 meses hasta el tercer año) y el de preescolar (de los tres a los seis años).
Los niños menores de 7 años basan sus amistades en motivos egoístas y en la comodidad física. Los amigos son
aquellas personas que juegan con ellos y los que viven cerca o que van a la misma escuela que ellos; a menudo
consideran amigos a los demás por razones egoístas, por ejemplo, aquellos cuyos juguetes les gustan.
Entre los siete y los nueve años el niño se da cuenta de los sentimientos subjetivos del otro, empezando a
formarse las ideas de reciprocidad.
Entre los 8 y los 12 años los niños evalúan las acciones ajenas, por primera vez hace su aparición la idea de
confianza, los amigos son aquellos que se ayudan entre sí.
Después de los 12 años los niños consideran la amistad como una relación estable y permanente que se funda
en la confianza.
4. La pubertad comprende, aproximadamente, desde los 13 a los 15 años y es generalmente aceptada como el
final de la niñez y el inicio de la adolescencia.
En la niñez la manera en que se forman y se mantienen las amistades se desarrolla en cuatro etapas
diferenciadas.
5. La adolescencia, la quinta etapa, es un período menos definido porque su final no está tan marcado como
el de otras fases del desarrollo, generalmente se sitúa desde los 16 a los 19 años, aproximadamente. En la
actualidad, por diferentes factores, se puede hablar de adolescencia dilatada, puesto que sujetos que por edad
cronológica ya han salido de la adolescencia, sin embargo, sus comportamientos y desarrollo psicológico aún
corresponde al de este periodo.
6. La etapa adulta es la sexta fase, por lo general abarca desde los 19 o principios de los 20 y continúa hasta
la muerte. Esta es sin duda la fase más larga de nuestro proceso evolutivo.
A medida que una persona pasa de una etapa a otra hay una reestructuración de la etapa anterior. Así
observamos que el comportamiento, las motivaciones y habilidades son cualitativamente diferentes. Como
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padres debemos familiarizarnos con cada una de estas etapas, investigando los aspectos relacionados y así ser
más efectivos.
b) ¿Qué es el carácter?
“Son los esquemas intelectuales y emocionales grabados en la mente y que condicionan la conducta”. El
carácter de un hombre es Cristo-céntrico cuando los mandamientos de Cristo y sus altos valores caracterizan
su vida. El carácter se describe generalmente en dos categorías:
• Carácter innato. Se refiere a los rasgos heredados, ósea: temperamento, instintos, inclinaciones, etc.
• Carácter adquirido. Estos son los rasgos desarrollados mediante la crianza, contexto familiar, y hábitos
adquiridos.
Todo lo que nuestros hijos dicen y hacen es reflejo de sus corazones. Lamentablemente los padres se
equivocan al tratar de controlar las acciones cuando la necesidad de los hijos es mucho más profunda que su
mal comportamiento. El comportamiento fluye desde el corazón. Entonces todo lo que hacemos como padres
(corregir, instruir y disciplinar) tiene que ser dirigido al corazón de nuestros hijos. La tarea fundamental de
los padres es pastorear los corazones de sus hijos. Si el corazón cambia, la buena conducta va a venir como
resultado. De allí la gran importancia de las palabras de Pablo “No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rm 12:2)
Nuestro carácter y personalidad son moldeados por la influencia que recibimos en nuestra vida pensante, y se
nos amonesta aquí a no permitir que los antivalores de esta sociedad moldeen nuestra manera de pensar y con
ello, nuestra manera de ser y actuar, es decir, nuestro carácter. (Pr 23:7; Ef. 4:22-24; Fil 4:8)
Los hábitos son esquemas o patrones de comportamiento adquiridos por la repetición frecuente de una
acción. Muchos de los hábitos que poseemos ahora empezaron con una acción, la repetición frecuente formó
el hábito y posteriormente el carácter. Por ejemplo el levantarnos a cierta hora, o los hábitos de lecturas, son
el resultado de una acción repetida hasta que finalmente forman parte de nuestra personalidad. Como padres
debemos planificar los hábitos que deseamos que nuestros hijos posean y vigilar todo el proceso para
asegurar la adquisición de hábitos tanto de su vida en general como en el aspecto espiritual. Trasmitirles
ciertas ideas que deben conocer, es como sembrar semillas en el terreno fértil de su mente, regarlas con
nuestros ejemplos y actitudes aseguran que de allí nacerá una acción correcta, las cuales son los bloques con
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que construiremos su carácter. Una acción aislada no garantiza nada, así como un bloque no es una pared,
mucho menos es una casa. Pero así como, de bloque a bloque podemos construir una hermosa mansión, así
mismo podemos construir el carácter de nuestros hijos. Es importante entonces que nos aseguremos de crear
las condiciones en que dicha acción, se repita una y otra vez, hasta que se forme un hábito, y luego seguirlo
reforzando con más acciones, hasta que se forme su carácter. Requiere mucho trabajo, sí, pero te dará gran
satisfacción.
El ideal de un matrimonio armonioso y feliz donde nuestros hijos crezcan y logren ser todo lo que Dios
planeo para ellos, ¡Es posible! Jesús dijo: “Sin mi nada podéis hacer” (Jn. 15:5) y en Salmos 127:1, leemos:
“Si Jehová no edifica la casa e vano trabajan los que la edifican”
Para tener éxito, debemos procurar la comunión familiar. Recuerde que esta es una palabra compuesta:
“Común - unión” ósea procurar cosas en común que nos unan. (Actividades, metas).
Otro elemento clave, que no puede faltar, es nuestra sensibilidad al tratar con los demás. El famoso médico,
Dr. E. H. Mayo dijo: “… una persona… que se toma la molestia de escucharnos, puede cambiar totalmente
nuestra perspectiva en cuanto al problema del que le hablemos.” Una clave del éxito en la familia se
encuentra en una cosa tan sencilla como escucharnos los unos a los otros.
Nuestra cultura ha perdido su camino en cuanto a la crianza de los hijos. La mayoría de los padres pasan muy
poco tiempo con sus hijos. Pocos saben qué hacer con sus hijos en cuanto a disciplinarlos y educarlos.
Muchos padres se sienten frustrados o están confundidos acerca de sus responsabilidades como padres. Otros
quieren tener hijos, pero no quieren ser padres, pues dejan que los maestros, los que trabajan con niños en la
iglesia u otras personas “expertas” tomen la responsabilidad que Dios les ha dado a ellos como padres.
Formar el carácter y en especial un carácter Cristo céntrico requiere de compromiso y dedicación.
La constancia es crucial, con frecuencia tendremos que sobreponernos al sentimentalismo para mantener la
disciplina y ayudarlos a adquirir el nivel de responsabilidad deseado.
II. Guiando a nuestros hijos en niveles de responsabilidad hasta alcanzar la madurez. (Agradezco aquí
los aportes de Linda y Richard Eyre, en sus libros “Como enseñar Alegría a los niños” y “Como enseñarles
Responsabilidad a los niños”)
a) Estrategia. Como podrá observar en el cuadro anterior, hay que llevarlos a través de cuatro niveles de
crecimiento, según esta en la primera columna: Obediencia, Moral, Disciplina, Servicio. Cada uno de ellos
cubre tres aspectos claves, tres aspectos para cada nivel, tendríamos entonces doce aspectos claves en los que
debemos trabajar, Cada uno puede ser estudiado en familia durante todo un mes, pudiendo cubrirlos todos
durante el año, siendo reforzado y profundizados constantemente cada año, vigilando constantemente su
desempeño y compromiso en cada aspecto. Podríamos dedicar un trimestre a cada nivel, estudiando los tres
aspectos en forma mensual cada uno. La forma de enseñarles no se limita a darles una clase, también debe
incluir historias, métodos dinámicos y exigencias para ver cumplida la meta de aprendizaje, pero será la
constancia y la repetición frecuente la que a la larga permitirá el desarrollo de hábitos, que posteriormente lo
caracterizaran.
Recomendación: En el proceso de prepararse para enseñar su lección cada mes, cada semana, surgirán
muchas ideas, las cuales debe ir anotando, para usar en esa ocasión, o para el siguiente año cuando
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nuevamente repase y profundice esa misma lección. Enseñar efectivamente requiere creatividad, sería muy
recomendable leer algún material sobre métodos de enseñanza con la intensión de aplicarlos. Entienda que
sus hijos son sus alumnos, y que ustedes son los maestros que deben instruirlos, hágalo con la mayor
dedicación posible
♦ Estrategia:Tener una reunión familiar donde enseñaremos la importancia de las reglas y las bendiciones de
obedecerlas o las consecuencias de no cumplirlas. (En las Sagradas Escrituras encontrara muchos pasajes que
le ayudaran, por ejemplo: la historia de Adán y Eva en el huerto, entre muchos otros casos tanto bíblicos
como cotidianos nos ayudaría para ilustrar y reforzar ese concepto)
En reunión familiar podemos proponer algunas reglas, todos pueden proponer, pero no se colocara en la
pizarra hasta que entre todos las analicemos y aprobemos. Luego de aprobadas se debe acordar también las
consecuencias por no cumplirlas. (Estas también deben ser sometidas a discusión para ser aprobadas) Los
castigos deben ser, en lo posible, consecuencias naturales de la acción. Es decir si alguien daño algo, tendrá
que repararlo o reunir de su dinero para reponerlo. Si saco en el lapso de estudio bajas calificaciones, tendrá
que privarse de su hora de ver televisión o de andar en bicicleta para estudiar y mejorar sus notas. La idea es
buscar consecuencias que estén relacionadas con la conducta incorrecta, y en lo posible que sirva para aplicar
correctivos.
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Es importante además, guiarlo a pedir perdón reconociendo su falta. Este escenario nos da la oportunidad de
enseñar el valor cristiano del arrepentimiento y el perdón. Cuando alguien incumple una regla que perjudica a
otro, le damos la opción del arrepentimiento y el pedir perdón librándose completamente o parcialmente de
las consecuencias, según el caso. (Esto de librarse de las consecuencias, se permitirá solo cuando esa falta no
la haya cometido recientemente, de otra manera podría no ser autentico su arrepentimiento)
No es fácil enseñar obediencia y no se logra con un par de lecciones, pero si aplicamos esto
consistentemente veremos progresos y finalmente resultados.
2. Responsabilidad por sus posesiones. Para que posteriormente ellos desarrollen sentido de responsabilidad
por sus actitudes, aptitudes, potencialidades, el carácter; cualidades que no son fácilmente visibles a los
niños, tendrá que aprender a asumir responsabilidad por algo que si puede ver, ¡sus pertenencias! ♦
Comprendiendo las bases. Nuestra meta aquí es que nuestros hijos tengan una perspectiva apropiada de sus
pertenencias. Asumiendo responsabilidad por ellas.
3.
Entender el uso apropiado, su deber de cuidarlas, el placer de compartirlas, respetar las posesiones de los
demás, el ser ordenados, son algunas de las cosas que nuestros hijos deben comprender y asumir.
Vemos con frecuencia personas adultas, mezquinas, avariciosas, abusivos, derrochadores, desordenados; las
cuales resultan muy desagradables, debemos entender que en eso se convertirán nuestros hijos sino les
enseñamos a controlar las cosas materiales, antes de que estas los controlen.
♦ Estrategia: Entre las leyes familiares, debemos tener una sobre el cuidado de las cosas y el orden,
guardando las cosas en su lugar correspondiente. Un castigo natural para el desorden podría ser permanecer
en su cuarto hasta que este arreglado. No podrá cenar hasta que todas sus pertenencias estén en su lugar.
Cierta madre acostumbraba a colocar sobre la cama de su hijo todo lo que deja mal puesto, a la hora de
acostarse tenía que ordenar todo para poder dormir.
Por otra parte para enseñarles a respetar a los demás y sus posesiones, podríamos establecer consecuencias;
tales como descontar un porcentaje del dinero que se le da semanal, para reparar o comprar nuevamente lo
que se dañó en sus manos por mal uso. Hacerle pensar en cuanto a cómo le gustaría que sus amiguitos traten
sus juguetes, cuando él se los preste. Estas estrategias serán efectivas si las aplicamos consistentemente, sino
lo que les estamos enseñando, es que las reglas se hicieron para romperlas, esto es contraproducente si llega a
adulto pensando así.
Como dije anteriormente, debemos reforzar esto con nuestro ejemplo. Observarnos al tratar con las cosas
ajenas Ellos deben vernos asumiendo responsabilidad por el uso y el cuidado de las cosas, deben ver que nos
esforzamos por mantener el orden. Debemos hacer todo esto con buena actitud, con alegría, de ser posible,
cante mientras lo hace. Muestren satisfacción al ver todo ordenadito, bien cuidado. Con un suspiro diga algo
así: “Que bien me siento cuando todo está limpio arreglado”
Una nota muy importante, es más recomendable que tengan pocos juguetes de buena calidad y duraderos,
que puedan usar y cuidar por largo tiempo, que comprarle juguetes que apenas les durara una semana, son
desechables y por lo tanto nos impedirán cultivar el sentido de pertenencia. En el caso de los niños pequeños,
podríamos colocar un rotulo con su nombre en sus juguetes, para reforzar el sentido de pertenencia y
responsabilidad por sus pertenencias.
Cierto padre narra lo siguiente: (Richard Eyre) “Cierto día llegue a casa y me encontré con un gran desorden,
estaba a punto de regañar a mis hijos y ordenarles arreglar todo, cuando se me ocurrió algo diferente Busque
un saco de tela y le pinte dos ojos de “monstruo” y una nariz, colocados de tal manera que la abertura de la
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bolsa parecía la boca. Haciendo ruidos de monstruo, arrastre la bolsa por toda la casa colocando en ella todo
lo que conseguía fuera de su lugar.
En cuestión de minutos había captado la atención de todo el público infantil, más divertidos que preocupados
me preguntaban, ¿Qué es eso? ¿Qué haces? Les dije, este es el costal voraz. Vive en la mansarda, y de vez en
cuando, sin previo aviso, sale y se come todos los juguetes y ropa que dejen tirado por ahí. Mientras les
respondía continuaba metiendo todo en el saco. Me preguntaron, ¿devuelven las cosas? La respuesta fue, Si,
en una semana escupe todo en un montón. Y si lo guardan inmediatamente no se lo vuelve a comer. Pero si
dejan algo mal puesto, y lo devora por segunda vez, ya ¡nunca lo devuelve! Ahora si tenían mirada de
preocupados, no papa eso no. No soy yo el que se los come, es el costal voraz. En cuestión de segundos,
comenzaron a correr por la casa tratando de salvar sus cosas preciadas, pero ese día el costal voraz se comió
mucho, y ellos captaron el mensaje”
En la responsabilidad por las cosas también está incluido el uso responsable del dinero. Es recomendable
sacar la cuenta del dinero que se le dará semanalmente, y entregárselo junto para que aprenda a emplearlo
responsablemente para sus gastos de la semana. Desarrollar esa disciplina le será muy útil cuando curse sus
estudios universitarios y tenga que hospedarse lejos de casa y deba administrar el dinero hasta recibir
nuevamente recursos. Como señale anteriormente, se debe distribuir el quehacer domestico entre todos, para
que cada quien contribuya con su parte, quizás usted quiera dejar algunas actividades no asignadas, las cuales
serán opcionales para el que quiera hacerlas, las mismas tendrían remuneración, con lo cual podrían tener un
ingreso adicional. El objetivo es enseñarle amor al trabajo y el que puedan adquirir cosas del producto de su
trabajo va a contribuir aún más al sentido de responsabilidad por las cosas. Otro asunto muy importante, es
enseñarles a apartar el diez por ciento de su dinero y darlo para Dios. Es fácil para el niño dar, cuando el
dinero sale directamente del bolsillo de su padre, él debe aprender a dar de lo de él.
3. Contribuir en el Quehacer doméstico. Realmente los niños necesitan un sano equilibrio entre su trabajo
en casa, trabajo escolar y tiempo libre para jugar. La tragedia de muchas familias es que los niños solo tienen
tiempo libre para jugar y divertirse, sin ninguna responsabilidad, en ese ambiente es imposible que se
conviertan en adultos responsables.
♦ Comprendiendo las bases. Aun los adultos, apreciamos más el tiempo libre, el tiempo de descanso y
diversión, cuando tenemos responsabilidades de trabajo y lo realizamos concienzudamente. Si solo tenemos
tiempo libre, llegara el momento en nos afectara emocionalmente, y también terminaríamos involucrándonos
en actividades poco provechosas, y hasta dañinas. Es importante que los miembros de la familia entiendan
que: (1) Todos somos responsables de la casa, porque todos vivimos allí y somos parte de la familia. (2) A
mama le toca la mayor parte de la carga, porque papa está trabajando para el sostenimiento de la familia y
porque los hijos están estudiando y también deben cumplir con tareas escolares. Pero a todos nos toca ayudar.
(3) Debemos determinar la contribución de cada uno en una reunión familiar, según su edad y posibilidades
deben comprometerse voluntariamente y cumplir con su compromiso. (4) El que no cumpla con sus
responsabilidades sufrirá consecuencias, las cuales se determinaran en la reunión familiar.
En ocasiones los padres no comprenden la importancia y el beneficio del trabajo para nuestros hijos.
Creemos que les hacemos un gran favor cuando hacemos las cosas por ellos y los libramos de la
responsabilidad. En realidad, esa es la forma en que ellos finalmente serán adultos responsables, y tendrán el
temple que se requiere para triunfar en la vida y para luchar por sus metas.
♦ Estrategia: Necesitamos que nuestros hijos realicen su trabajo con alegría, con buena actitud, es importante
que ellos entiendan que al realizar su trabajo, están construyendo su propio carácter y su éxito futuro. Es muy
importante también, que los hijos vean a sus padres haciendo su trabajo con alegría, sabiendo que al hacerlo
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está mostrando amor y consideración a los miembros de su familia. Que ellos nos escuchen silbando, o
cantando mientras hacemos nuestro trabajo. El estado de ánimo es contagioso, cultivemos pues, uno positivo.
En nuestro hogar, en una reunión, realizamos una lista de todo el trabajo que había que hacer, luego de
determinar cuál haría mi esposa, el resto lo distribuimos en tres grupos para nuestros tres hijos, estas
actividades se rotarían semanalmente, y así todos (varones y hembras) tendrían la oportunidad de realizar
todas esas actividades. Si hacemos una lista veremos la gran variedad de trabajo que hay que realizar y no
sería justo que se le deje todo a la madre. Algunas serian: Hacer mercado, preparar comida, fregar los corotos
de cocina, recoger las cosas, tender las camas (en esta es recomendable que cada uno se responsabilice por su
cama), lavar los baños, limpiar y encerar el piso, barrer el patio, cuidar el jardín, regar plantas, lavar ropa,
reparar cosas rotas, lavar el automóvil, alimentar a los animales, cerrar las puertas en la noche, apagar las
luces para dormir, planchar la ropa, sacar la basura… y si sigues buscando hallaras muchas otras cosas que
deben hacerse, y es responsabilidad de todos. Los hijos deben estar conscientes de todo este trabajo, que debe
hacerse, para que vean que su contribución es necesaria. Lógicamente, no debemos recargarlos al punto que
se vea comprometido el tiempo para hacer sus tareas escolares y el de su descanso y recreación.
También es importante, inicialmente enseñarles a realizar algunas de esas actividades, explicarles cómo,
hacerlas con ellos, observar como las hacen, y finalmente dejarlos por su cuenta. Es necesario supervisar que
cada uno haga su trabajo cabalmente. Quizás podría colocar los nombres de cada uno en alguna cartelera o
pizarra y colocar una estrellita, o algún distintivo para quienes cumplan cabalmente con su trabajo.
Algo muy saludable para las relaciones familiares, es realizar algún trabajo en familia, quizás sembrar un
pedazo de tierra juntos, o una casita para el perro, o una cabaña en el patio, cualquier cosa, en la que se
puedan involucrar todos, y más que trabajo, resulte divertido, memorable para todos, algo que podamos
guardar en el cofre de los recuerdos, de tesoros familiares, algo que sus hijos puedan contar después cuando
sean adultos como algo maravilloso que vivieron en familia. Hay muchas cosas que podrían entrar en esta
categoría, unas vacaciones familiares, un deporte en el que se involucren todos, apoyando a algún miembro
de la familia, la imaginación es el límite.
4. Responsabilidad por sus actos. La madurez tiene que ver con entender que soy responsable de mis
acciones y cómo estás afecta a los demás. El llegar a restringir ciertas conductas si estas dañan o perjudican a
otros.
♦ Comprendiendo las bases. El objetivo aquí es que nuestros hijos lleguen a comprender que las demás
personas también tienen derechos y que debemos respetárselos. Que mi libertan está limitada por la libertad y
derechos de los demás, debo por tanto ser responsable de mis actos.
Su hijo debe entender que si hizo algo que perjudico en algún sentido a otra persona, debe ir a disculparse y
tratar de enmendar la situación, sea pagando el daño o dando alguna compensación por ello. Los padres
debemos ser un modelo a seguir en esto. Debemos estar pendientes para orientar a nuestros en cuanto a sus
actos y como afectan a otros.
♦Estrategia: Es esencial que ellos entiendan que las leyes están presentes en todo lugar, en nuestra casa,
escuela, instituciones, sociedad; y tienen como objetivo cuidar del bienestar de todos. ¿Qué pasaría en el
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mundo sino hubiese leyes y cada cual hace lo que quiera? ¿Qué pasaría si no existieran las leyes de tránsito
terrestre? Sería muy útil ayudarle a pensar en ello en sesión familiar y encontrar juntos algunos ejemplos de
ello.
Conviene que los elogiemos cuando muestran una conducta responsable. Que lleguen a tener una buena
reputación, después que él ha mostrado cierta conducta deseable, en varias ocasiones, caracterícelo con ello
“Él es un muchacho honesto” “Ella siempre dice la verdad” “El nunca olvida practicar las normas de
cortesía” Esto reforzara en ellos el deseo de seguir esa comportándose así, y posteriormente esa conducta lo
caracterizara. Linda y Richard proponen un método que me parece muy interesante. “Preparen unas tarjetas
de cartón de unos 7 x 12 centímetros; por el anverso escriban varios dilemas y en el reverso coloque las
consecuencias de cada opción presentadas. Por ejemplo, Tarjeta 1 De un lado colocas: “No le digas a tu
mama que te comiste las galletas. Ella piensa que fue tu hermana, y la mentira te salva del castigo ” Por el
reverso colocas: “Nadie te creerá cuando digas algo, porque eres un mentiroso”. Tarjeta 2. Anverso: “Mira
hacia el pupitre de tu compañero y copia la respuesta del examen. La maestra te dará buena calificación ”
Reverso: “No vas a aprender mucho en la escuela. No siempre podrás copiarte, te ira mal en tus estudios ”
luego en otra tarjeta colocas el mismo planteamiento pero en positivo. Tarjeta 3. Anverso: “No hagas
trampa. Responde lo mejor que puedas. La próxima vez te preparas mejor”. Reverso: “Vas a estudiar más y
sacar mejor calificación en el próximo examen. La gente podrá confiar en ti y te sentirás bien por lo que has
hecho” Así podríamos colocar múltiples situaciones donde podríamos dejar ver las opciones y las
consecuencias respectivas, animándole a decidir positivamente. El principio bíblico involucrado aquí: “No os
engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Ga 6:7 Es
recomendable contar algunas historias que le permita ver las consecuencias en hacer lo malo y también los
resultados negativos de no hacer las cosas buenas que nos corresponde cumplir. Si es una historia emotiva,
mucho mejor pues eso ayuda a desarrollar actitudes.
5. Responsabilidad por los talentos y aptitudes. En el Salmo 128:3 compara a la esposa y los hijos con
plantas: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo
alrededor de tu mesa” Por lo tanto, como padres debemos crear las mejores condiciones del terreno donde
son plantados a fin de que desarrollen al máximo su potencial. Debemos ser buenos “jardineros” para
cultivarlos.
♦ Comprendiendo las bases. El objetivo aquí es ayudar al niño para que comprenda que los talentos y
aptitudes son “regalos” recibidos, y tenemos la responsabilidad de cultivarlos y servir a nuestro Creador con
ellos y a nuestro prójimo; y al hacerlo, hallaremos nuestra propia felicidad. Las potencialidades son
capacidades innatas, que aunque no estén del todo visibles, pueden desarrollarse. Así como la semilla tiene el
potencial de germinar y convertirse en una planta y dar frutos, de igual manera los seres humanos tenemos
capacidades esperando ser desarrolladas.
♦ Estrategia: Debemos observar detenidamente para identificar sus dones naturales, que aunque no estén
muy visibles, y quizás pasen desapercibido, pero eso que apenas está a la vista, puede ser la punta del
iceberg. Necesitamos identificar esas cualidades para ayudarle a sacar a flote esas virtudes. Así como un
entrenador en algún deporte, ve las potencialidades en alguno de sus muchachos, y lo trabaja apoyándolo y
ejercitándolo en ciertas áreas, hasta que lo que antes era una potencialidad, ahora es una habilidad. Algunos
mostraran cierto interés por la música, o para dibujar, gusto por la cocina, o cierta capacidad para argumentar
en forma lógica, o ciertas dotes para el liderazgo o facilidad para tomar decisiones acertadas usando su
razonamiento; existe un sin número de cualidades que los padres podrían identificar y usar como puntos de
partida para cultivarlos.
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6. Cultivando una actitud serena. Si las personas son pacíficas, indudablemente la sociedad también lo
será. “El mayor desafío de la humanidad es crear paz en el mundo, el mayor desafío del individuo es crear
paz dentro de sí mismo” (anónimo)
♦ Comprendiendo las bases. Es importante que nuestros hijos controlen y sean responsables, no solo por
sus acciones, sino también por sus emociones y actitudes. Enseñarles a serenarse y pensar y actuar
apropiadamente, aun en momentos de presión o stress, no solo les dará estabilidad, sino que además los hará
apto para triunfar en la carrera de su vida.
♦Estrategia: Hay algunos métodos que podemos implementar para ayudarlos a identificar una actitud
pacífica. El objetivo aquí es mostrarles que las sensaciones internas son tan reales como las cosas internas.
1. Percibiendo lo interno y lo externo. Llevarlos a comer cotufas, hacerlos apreciar las etapas mientras las
preparan, y cuáles de nuestros sentidos intervienen en el proceso. Ver como es maíz salta, oír como cruje
mientras se parte por el calor, oler su aroma cuando ya están casi listos, palparlas y sentir su calor,
saborearlas, primero sin sal y luego con sal. Luego de comerlas, analicemos con los niños las etapas y los
sentidos que intervinieron. (vista al ver saltar los granitos de maíz, oído al escucharlo crujir convirtiéndose en
cotufa, olfato al percibir su rico olor, nuestro paladar también interviene al comerlas, y por supuesto; las
emociones que experimentamos en todo el proceso) Señale que las personas pueden se percibidas por sus
acciones y por sus actitudes y que comunicamos quienes somos con nuestra forma de ser y de responder a los
estímulos. En la escuela quizás hay algunos niños que son calmados y respetuosos, mientras que hay otros
brabucones, irrespetuosos. ¿Qué opiniones se forman las personas acerca de ellos? ¿Con cuál de ellos
estarías más a gusto compartiendo? ¿Cómo te gustaría que fuesen papa y mama, calmados y cariñosos y
siempre molestos y gritones? Las personas nos observan y se forman una opinión de nosotros por el
comportamiento y actitudes que poseemos. De allí la importancia de cultivar una actitud calmada, pacifica.
2. Destacar la relación entre obrar bien y sentirse bien. Es muy útil ayudarles a evaluar las situaciones donde
actuaron correctamente y como se sintieron; y también como les afecto emocionalmente cuando hicieron lo
que sabían que es incorrecto. Ser responsables es elegir tener buenas actitudes y hacer las cosas correctas, al
hacerlo, estamos construyendo bloque a bloque nuestro carácter. Sería muy útil llevarlos a algún lugar donde
estén construyendo un edificio, señalar el proceso y luego mostrarles un edificio ya terminado, resaltar poco
a poco, cada día los constructores avanzan un poco hasta verlo terminado. El carácter tampoco se construye
de la noche a la mañana, debemos hacer un poco cada día, pero finalmente, seremos personas serenas,
calmadas y con un buen sentido del bien y del mal, lo cual nos dará verdadero éxito en la vida. Acciones y
actitudes son los bloques que usaremos. El decidir dar una respuesta calmada y respetuosa aun cuando
nuestro estado de ánimo este irritado. El servir a otros ayudándoles en algo, y en algunas ocasiones hacer
algo por otros en forma anónima, todo esto contribuye a la formación del carácter sereno, controlado,
responsable.
3. Ambiente calmado en la familia. Los hijos son un reflejo de lo que viven en el hogar. Si en el hogar
hay mucho ruido gritos, ese será el estilo de vida normal para todos en casa. De niño disfrutaba ir a la casa de
un amiguito, allí todos hablaban en tono normal, calmados, practicaban la cortesía. Se respiraba un
ambiente agradable. Un contexto familiar así, y la orientación debida, permitirán que los niños desarrollen
una buena actitud como estilo de vida.
d) Nivel 3. DISCIPLINA. (Tercer trimestre). La presente sección tiene como objetivo despertar la
motivación interna y fortalecer la autodisciplina.
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6. Tomando decisiones responsablemente. No podremos decidir por ellos siempre, lo mejor que
podemos hacer, es enseñarles a decidir correctamente.
♦ Comprendiendo las bases. Si los hijos entienden que sus decisiones afectaran su futuro para bien o para mal,
comenzaran a sentir mayor responsabilidad por las decisiones que tomen. Ese es el objetivo de esta sección.
También deben poder diferenciar entre dos clases de decisiones, una tiene que ver con escoger entre lo
correcto y lo incorrecto, es decir, entre el bien y el mal. La otra tiene que ver tomar decisiones escogiendo
entre varias opciones, entendiendo que hay muchas alternativas correctas para diferentes personas o
circunstancias. Robar, mentir, lastimar a otros, son algunos de los ejemplos que podríamos colocar en la
primera clase. Mientras que decidir qué tipo de bicicleta o carro comprar, que color, o que carrera estudiar
casos como estos tienen varias opciones válidas, están por lo tanto en la segunda clase de decisiones. Deben
entender que las decisiones de la primera clase deben tomarse con anticipación y permanecer firmes en esa
decisión cuando la presión por parte de las circunstancias o de los amigos llegue. Puesto que ya sabemos las
respuestas correctas y sus implicaciones, deben tomarse de antemano. Decidir que no consumirá drogas, o
alcohol o robar, aunque los amigos insistan, esa decisión ya fue tomada, lo más sensato es tomar la decisión
en ese momento de alejarse de dichas personas que son de mala influencia, eso es lo que recomiendan Las
Sagradas Escrituras: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado”
Pr 13:20 (Pr 12:26; 13:14; 28:7; 1Co 15:33)
Estamos en una sociedad postmoderna, ya no se reconocen valores absolutos, todo es relativo. Hay toda una
gama de antivalores que corroen los fundamentos de la familia, la pornografía, la masturbación, la mentira, la
homosexualidad, entre otras, se hacen cada vez más populares y aceptados en nuestra sociedad. Los
matrimonios entre personas del mismo sexo son cada vez más comunes. Las cosas ya no son en blanco y
negro, cada día van en aumento las áreas grises. En este ambiente debemos criar a nuestros hijos. Para
cumplir con el desafío de ayudar a nuestros hijos a discernir entre lo bueno y lo malo, debemos aferrarnos a
los principios absolutos de la biblia. Si la relación de los padres y Dios no está en buenas condiciones es
muy difícil ejercer sobre ellos una influencia profunda.
♦Estrategia: Pedirles que investiguen el concepto de “elección” y “decisiones”. Pedirles que compartan los
resultados de su investigación y que aporten algunos ejemplos. Buscar ejemplos conocidos o mostrar algunos
videos donde se demuestre que las decisiones nos afectan, para bien o para mal. Ayudarle ver que cada
decisión es como una siembra, más adelante nos encontraremos con la cosecha. Encargarles la tarea de
buscar más ejemplos de cómo las decisiones afectan a las personas. Habrá muchas situaciones donde, a pesar
de que podrían obligarlos a hacer lo correcto, podrían mostrarle las consecuencias y dejar que decidan y
aprendan por experiencia. Si eligió erróneamente, procure hablar con él estando fresco el suceso en su mente,
ayúdele a ver objetivamente las acciones y sus consecuencias. Las ocasiones en que los deje aprender de sus
experiencias, dependerá del criterio de los padres. Conviene reforzar, elogiándolos cuando tomen buenas
decisiones.
Busque en la historia familiar alguna ocasión donde alguno de sus antepasados tuvo el valor de ir dirección
opuesta a otros por hacer lo que considero correcto. Cuénteles esas historias familiares resaltando su coraje,
la presión, los riesgos que tomo y las recompensas a la larga. Hágale ver a su hijo que él es un descendiente
de esa persona, ese coraje se lleva en la sangre. “tú eres su nieto, también tienes el coraje para hacer lo
correcto”
Si los niños están en edades para comprender lo de las decisiones tomadas de antemano, sería conveniente
elaborar una lista y analizarla sobre algunas de esas cosas que no haremos, cuando llegue el momento no
habrá duda de lo correcto. Refuerce preguntándoles periódicamente si han surgido situaciones donde la
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decisión tomada de antemano ha sido puesta a prueba. Felicítelo si surgieron momentos así y se aferró a su
decisión, en caso contrario refuerce lo que debe ser la decisión correcta. Repase con su hijo la lista y vean
si hay otra que debe ser agregada a la lista. También conviene que los padres tengan su lista particular sobre
decisiones tomadas con anticipación, y así poder mostrárselas a sus hijos y darles el ejemplo a seguir.
Cuando tengan que tomar decisiones de la segunda clase, es decir, de las que tienen varias opciones validas,
procedemos a colocar en una hoja dos listas con las opciones y con los pros y contras de cada una y así
escoger la que sea mejor y más conveniente.
7. Responsabilidad por el carácter. Como dije anteriormente, los hábitos son esquemas o patrones de
comportamiento adquiridos por la repetición frecuente de una acción.
♦ Comprendiendo las bases. El trabajo, las responsabilidades son los fundamentos sobre los que se
construye el carácter. Si se asumen pequeñas responsabilidades en la infancia y estas son mayores en la
adolescencia, estaremos proveyendo las condiciones para un carácter que garantice el éxito de nuestros
muchachos. No hay atajos al éxito, si queremos grandes cosas para su futuro debemos colocar buenas bases
en su carácter. En ocasiones vemos algunas personas destacarse en algo, tocando algún instrumento, o en
alguna otra actividad, y nos gustaría poder hacerlo con esa excelencia, de lo que no nos damos cuenta, es de
la disciplina y las horas de practica que invirtió esa persona para lograr ese nivel. La disciplina es estar
dispuestos a pagar el precio justo que se requiera por lograr la excelencia, no querer pagar el precio nos lleva
a la mediocridad. Cierto músico exitoso cuenta que frecuentemente alguien lo elogia y le dice: “ daría
cualquier cosa por tocar como usted”, él sonríe y agradece el cumplido, mientras que piensa, “cualquier
cosa, menos ocho horas diarias durante veinte años” con el trabajo y la aplicación se moldea el carácter, y
con ello, se logra la excelencia, lo cual garantiza el éxito. Para ello es muy importante resaltar su autoestima
e identidad.
♦ Estrategia: En la toma de decisiones, recomendé buscar en la historia familiar casos que sirvan de
ejemplo e inspiración a la familia, en este caso también es muy útil hacerlo. Consiga algunas anécdotas de los
abuelos o bisabuelos que hagan resaltar sus rasgos de carácter. Señale que los rasgos de carácter suele
heredarse, pero aun así se requiere esfuerzo personal para su desarrollo. El objetivo es que les sirva de
modelo e inspiración. Es importante enseñarle que cada ser humano es único, aun los gemelos tienen sus
diferencias distintivas (rasgos físicos, sicológicos, gustos). Muestre que cada uno tiene sus lados fuertes o
destrezas naturales que lo hacen especial.
“Lo que me gusta de ti” Es una dinámica que puede ayudarnos a reforzar su autoestima es la siguiente: Digan
a sus niños que cada uno es diferente y especial. Coloquen una silla en el centro de la sala, la familia sentados
en la alfombra alrededor, uno de los niños se sienta en la silla y uno a uno va diciendo las virtudes que posee
y admira del que está sentado en la silla. Comenzando desde los padres dirán elogios sinceros, tales como:
“Me gusta de maría que siempre se preocupa por sus hermanos” “Tiene una linda voz” “José siempre
comparte sus cosas” “Siempre dice la verdad” “Le gusta tener sus cosas ordenadas” Comentarios como estos
reforzaran su autoestima y lo estimulara a seguir cultivando su carácter.
Sacrificios. Ayúdeles a entender el concepto, ¿Qué significa? ¿Es algo bueno? Un concepto que me gusta es:
“Es renunciar a algo bueno, para obtener algo mejor” Piensen en algunos ejemplos prácticos. Un ejercicio
que ayudaría a entender mejor el concepto de sacrificio seria, animarle a privarse de alguno de sus juguetes
queridos para regalarlo en forma anónima a algún niño que no posee juguetes. Posteriormente podrían
conversar sobre la felicidad que experimento dicho niño al sacar el regalo de su envoltura. Ayúdelo a sentir
regocijo por contribuir a la felicidad de otro niño.
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9. Responsabilidad por el potencial. Entender que nuestros hijos poseen potencialidades que pueden ser
cultivadas, y ayudarles a tener el compromiso para desarrollarlas y alcanzar el propósito pleno con sus vidas;
debe ser nuestro objetivo como padres y es lo que nos proponemos orientarle en esta sección
¿Deseamos desarrollar al máximo el potencial de sus hijos a fin de que logren su realización y cumplan el
propósito de Dios en sus vidas?
¿Deseo que mis hijos sean excelentes estudiantes o que simplemente logren algunos resultados?
Cada padre y madre de familia tiene el deber ante Dios y la sociedad de desarrollar el potencial de sus hijos
y guiarlos a alcanzar todo lo que Dios planeó para ellos.
♦ Comprendiendo las bases. Para lograr cultivarlos a fin de que desarrollen su potencial, debemos influir
positivamente en ellos. Esa influencia comienza con las expectativas que los padres tengamos hacia ellos.
Pudiéramos pensar quizás, que lo que nosotros creamos y pensamos respecto a nuestros alumnos no les va a
afectar en lo absoluto: pero eso es categóricamente falso. Nuestras expectativas tienen un impacto innegable
sobre cada persona que conozca, especialmente para con sus hijos. Las expectativas son muy comunes. Si
alguien le pregunta esta noche ¿le gustó la cena? Su respuesta depende de sus expectativas. Si esperaba algo
muy especial y la cena no cubrió sus expectativas su respuesta no será muy positiva. Por el contrario si igualó
o supero sus expectativas sonará muy entusiasmado al comentar lo sabroso que estaba la cena. Este principio
ocurre con respecto a todo. Si estamos conscientes de que existen las expectativas en todos todo el tiempo,
tendremos una gran ventaja respecto a la mayoría de las personas. Si queremos desarrollar el potencial de
nuestros hijos, debemos acercarnos a ellos con grandes expectativas. O sea creer que ellos pueden realizar
grandes cosas si solo les apoyamos y orientamos.
2. Obsérveles cuidadosamente y haga anotaciones de los pequeños indicios que reflejan lo que podría llegar a
ser o alcanzar con su vida. Preste atención a sus gustos vocacionales y sus lados fuertes personalidad. Todo
eso me dará pistas significativas de su potencial. Así poder visualizar a largo plazo lo que podría lograr con
su vida si se lo propone. Esto nos dará la base para orientarles. Nuestro diagnostico debe ser objetivo, para
que las metas que les propongamos sean realistas y alcanzables; de otra manera terminaran desalentados.
3. Enseñarles a fijar pequeñas metas y a lograrlas en las diversas áreas de su vida. Esto le ayudara a tener la
confianza y la disciplina para alcanzar metas mayores. En materia de ahorro para comprar algo, en los
estudios para una buena calificación en alguna materia, en aprender a tocar algún instrumento; son muchas
las áreas en que podemos ayudarles a tener metas y lograrlas, desarrollando así una actitud de vencedor, de
conquista.
4. Enséñeles algo sobre la buena administración del tiempo a fin de lograr sus metas. No hay atajos al éxito, si
realmente quiere alcanzar al máximo su potencial, tendrá que pagar por ello. Su esfuerzo y disciplina serán
necesarias y solo será posible si administran inteligentemente su tiempo en función de sus metas y
prioridades.
5. Exprésele a su hijo lo que podría lograr con su vida si realmente lo quisiera y se lo propusiera. Piense lo que
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significaría para usted, que alguien a quien usted respeta y admira le expresa su fe en usted y le anima a
cultivar su potencial. Indudablemente eso afectara su autoimagen, y renovara su compromiso por crecer
alcanzar metas significativas. Quizás nadie ha hecho eso por su persona, pero usted puede hacer la diferencia
en la vida de otras personas, y en especial en su hijo.
Procure que ese momento sea algo especial. Después de examinar cuidadosamente a su hijo y diagnosticar lo que
podría lograr; prepare un escenario especial, describa su emoción, dígale como usted se siente, exprese un sincero
alago, debe ser sincero o será contraproducente. Es un hecho que cualquier persona; sea niño, joven o adulto,
disfrutara ese momento. Esto prepara el terreno de su corazón para que buena semilla germine en él. Luego
ilumínelo con su visión futura acerca de él. Es en este paso donde realmente usted le hace florecer, cuando coloca en
su mente un sueño una meta; algo por lo cual luchar y mejorar continuamente. Es en este punto donde usted
comunica sus expectativas y lo proyecta hacia el futuro. Por supuesto, debe ser algo inspirador y desafiante, pero
posible de alcanzar. ¿Ha hecho esto alguna vez por alguien? Proponga en su corazón ser un buen jardinero y cultive
la vida de otras personas, en especial a sus hijos, no solo llene sus cabezas de conocimiento, coloque un sueño, una
pasión. Comunicamos con nuestro lenguaje corporal, no solo con nuestras palabras. Su rostro, sus manos y aun el
tono de voz que emplea comunican sus sentimientos y lo sincero de sus palabras
Exprese afecto con contacto físico. Según el caso usted pudiera dar muestra de su convicción de que lo dicho es
realmente alcanzable por la persona en cuestión. Si es un colega, quizás podría colocarle la mano en el hombro y
reforzar lo dicho con palabras sinceras y emotivas. Si es un niño o según la confianza que haya podría darle un
abrazo, o quizás estrecharle la mano. Lo importante es reforzar lo dicho y si es posible además de palabras
emotivas, con contacto físico afectivo.
Realmente podemos cambiar el curso de vida de las personas con quienes nos relacionamos. Esto es
especialmente cierto respecto a nuestros hijos. Añadir valor a sus vidas al creer en ellos y cultivarlos
esperando siempre lo mejor; les dará el impulso necesario para triunfar en sus vidas.
♦ Estrategia:
Algunas de las estrategias que Linda y Richard proponen en su libro me parecen interesantes.
1. “Incorporar a los hijos mayores al bando de los adultos” Es decir cuando cumplan cierta edad (8 años
proponen ellos) tener una celebración especial para reconocerles madures suficiente para cuidar de sus
hermanos. Los días previos a esa fecha se debe crear expectativas sobre la importancia de ese evento. Sus
privilegios y derechos se amplían con respecto a sus hermanos menores, también el trato y confianza que le
dan los padres desde ese momento es más privilegiadas. Desde ese momento asume responsabilidades
específicas en cuanto al cuidado de sus hermanos; las cuales podrían ir aumentando con el paso del tiempo.
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2. Identificar áreas en las que su hijo haya aprendido bien algo y encargarle a solas que ayude a su hermano.
3. Sistema de parejas. Cuando la familia es numerosa y se está en sitios públicos, se les organiza en parejas,
donde el mayor cuida al menor y el menor no se aparte del que lo está cuidando. Así los padres tendrían
apoyo además de que ellos están pendientes y los hijos se inician en el cuidado fraternal.
11. Sentido de responsabilidad por sus deberes y por la palabra empeñada. Se espera de los adultos que
sean responsables y dignos de confianza. Esto es evidencia de madurez. Pero lamentablemente esta es una
cualidad que escasea en nuestros días entre los adultos. Para que nuestros hijos la posean debemos cultivarlos
desde niños.
♦ Comprendiendo las bases. En esencia, la cualidad de ser cumplido y confiable, es honestidad. También
demuestra que dicha persona hará lo correcto aun estando bajo presión, de allí su importancia en el carácter
de nuestros hijos.
♦ Estrategia: Algunos métodos que podríamos usar para cultivar esta cualidad en nuestros hijos son:
1. Métodos empleados en las sesiones anteriores:
A) Historias de los antepasados. Busquen acontecimientos de abuelos o bisabuelos que ejemplifiquen la
responsabilidad por la palabra empeñada. El cumplir con el deber. Narrarles en forma de cuentos a los niños,
inspirarlos, convertirlos en modelos a seguir. Hacerles sentir que eso lo llevamos en nuestros genes y es
tradición de esta familia.
B) Sesiones y compromisos semanales. El fijar pequeñas metas cada semana y cumplirlas cada semana,
refuerza ese sentido de responsabilidad. Conviene después de varias semanas cumpliendo con sus pequeñas
matas, darles un premio especial por responsabilidad y el cumplir la palabra empeñada.
2. Convertirlo en una tradición familiar. Como quieren se conozca a nuestra familia; como, ¿responsables o
irresponsables? Mostrar que la suma de pequeñas acciones hacen que una persona o familia se les de uno u
otro reconocimiento. Hacer el compromiso hoy, de crear una buena reputación para nuestra familia y para
nuestra persona. Para ello, evaluar bien una situación antes de empeñar nuestra palabra, y si tenemos dudas
verificar primero con papa y mama antes de comprometernos. Una vez demos nuestra palabra esforzarnos
por cumplir con aquello, sintiendo comprometido nuestro honor y el de la familia en el asunto. Tal vez a
alguien le parezca exagerado, pero da increíbles resultados.
3. Entender que mostrar responsabilidad es mostrar respeto y amor al prójimo. No se trata solamente del
desarrollo de su carácter y la personalidad, sino realmente el intentar respetar y ayudar a otros. Esto tiene
méritos no solo a los ojos de nuestros semejantes, sino también ante Dios. En las Escrituras leemos que los
diez mandamientos se resumen en dos; “Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”
(Mateo 22:34-40). Eso trae la aprobación y bendición de Dios sobre nuestras vidas.
4. Lo más importante en este proceso de enseñanza, es mostrarles con nuestro ejemplo la responsabilidad y el
cumplimiento de nuestra palabra empeñada. Debemos mostrar responsabilidad, tanto con otras personas
como para con ellos, precisamos lo que hayamos prometido.
12. Responsabilidad por aportar. Sentirnos parte del grupo y entender que debemos contribuir al buen
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funcionamiento con nuestros talentos y recursos es esencial para el éxito de cualquier sociedad o familia
♦Comprendiendo las bases. El objetivo de esta sección es que nuestros hijos no sean egoístas, sino que
muestren sensibilidad y aporten de acuerdo a sus posibilidades, mejorando su entorno.
Esto es la base de la verdadera felicidad. Encontramos nuestra felicidad, al procurar contribuir en el éxito y
bienestar de otras personas. Es importante que mientras más amor y amistad sincera damos; más nos
enriquecemos. Aquí no funciona la ley natural del agotamiento, que mientras más damos, menos tenemos. En
esto se aplica la ley de la siembra, mientras aportamos, más cosechamos y más tenemos.
La siguiente sección es un anexo a este material, recomendado como lectura complementaria. Puede bajar la guía completa en
PDF en:
50 | P á g i n
a
http://www.pnsd.msc.es/Categoria2/publica/pdf/EscuelaPadres.pdf
(Manual didáctico para escuela de padres)
Unidad II.
LOS PADRES Y LA ESCUELA
Elaboración:
María Amparo Martí Chiva
Agustín Durán Gervilla
Los padres tienen, entre otros, varios trabajos o funciones: cuidar, proteger y procurar el sustento de sus
hijos. Pero también el trabajo de educarles. Esta sección trata de la importancia que tienen los padres en la
educación y formación de sus hijos.
“Ningún padre nace enseñado.” Éste es uno de los primeros puntos que deben tener en cuenta aquellos que
desean tener hijos. Ser padre no significa lo mismo que actuar como padre. Para actuar como padre hay que
formarse, y así poder ofrecer al hijo un desarrollo lo más integrado y positivo que se pueda en todos los
campos, incluido el escolar. Por lo tanto no hay que ceder la tarea educativa sólo a la Escuela y a los mejores
profesionales, sino que los padres tienen también un papel muy importante en esta labor: la de educar y
formar a sus hijos.
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24. Ser sincero cuando le exprese sus emociones y sentimientos.
25. Darle respuesta a todas sus preguntas en función de su edad.
26. Estimularle a que piense de forma positiva y realista acerca de sus capacidades.
27. Estimularle para que sea lo más independiente posible en sus cosas.
28. Preferir que le salga algo mal a que triunfe por haberle hecho la mayor parte de su trabajo.
29. Procure confiar en él. Dele tiempo.
Dependiendo de cómo se estimule al hijo se determinará una mejor proyección de sus capacidades hacia el
mundo escolar, pues el hijo que recibe un mayor número de oportunidades por parte de los padres de actuar y
razonar precozmente tendrá una mejor preparación para enfrentarse a tareas educativas.
Muchos padres consideran, erróneamente, que lo relacionado con los estudios de los hijos es responsabilidad
únicamente de los profesores y de los propios hijos. De acuerdo con esta creencia, algunos padres exigen
buenos resultados en los estudios sin haber colaborado previamente con los profesores y con los hijos para el
logro de dichos resultados. Éstos son los padres con mentalidad de “clientes” del colegio, que deben cambiar
la idea de que el término educación está asociado a un deber exclusivo que posee la escuela hacia sus hijos.
La educación se da en diversos ámbitos; algunos son institucionalizados como la escuela, pero existe también
la educación no institucionalizada que es de vital importancia. Esta educación es, entre otras, la que se da en
la familia. La educación familiar debe contemplarse como una colaboradora de la escolar, ya que se
encuentra dentro de una sociedad y por ello, su papel consiste en enlazar los conocimientos y habilidades que
el hijo va adquiriendo en la escuela con el medio que le rodea y, en primer lugar, con la familia. En otras
palabras, es tarea de la familia el materializar los aprendizajes y fomentar las habilidades adquiridas por el
hijo en la escuela en la vida cotidiana, para que se desarrolle plenamente como un individuo social.
Es papel de la familia el ampliar el marco educativo del niño al resto de ámbitos sociales en los que
interactúa ampliando sus conocimientos. Esto ocurre porque la escuela tiene cantidad de limitaciones en
cuanto a: cercanía con el niño, espacio, tiempo y funciones.
Así, los padres deben adoptar el papel de educadores en el ámbito familiar y colaboradores del escolar.
Deben tener a su alcance todos los recursos educativos posibles para desarrollar las actitudes, valores y
habilidades del hijo hacia la consecución de una personalidad completa. Y al menos deben comprometerse
consigo mismos en alcanzarlos. En la educación de los hijos la responsabilidad principal corresponde a los
padres, mientras que la responsabilidad de ayuda y complemento es de los profesores. El centro educativo
puede y debe complementar a la familia en sus funciones educativas, pero nunca sustituirla.
En las secciones anteriores hablábamos del aprendizaje por modelado. Es decir, del aprendizaje por
observación. Por tanto los padres son los primeros modelos para sus hijos: si ven alegría se les despierta
alegría, si ven respeto aprenderán a respetar…
Ustedes desean la mejor formación para sus hijos, sean entonces modelos para ellos. Deben ser muy
conscientes del tremendo poder que tienen los padres frente a las actitudes de sus hijos. Deben ser muy
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cuidadosos con los ejemplos que les den, de los mensajes que les comuniquen. Tengan en cuenta que los
niños “siempre están alerta.
A veces enseñamos cosas a los niños sin darnos cuenta: cuántos de nosotros no hemos mostrado miedo o
repulsa hacia algo, como un insignificante insecto por ejemplo, delante de los ojos de un niño, haciéndole
aprender así una conducta sin sentido y que además, él no experimentará posiblemente nunca. Hay que
procurar no enseñarles a los niños miedos y preocupaciones inútiles. Tengan especial cuidado con
transmitirles preocupaciones inútiles que ustedes tienen habituadas en su funcionamiento.
El saber estimular a un hijo con una actitud positiva y razonada supone siempre un buen ejemplo a seguir que
seguro influirá en su forma de pensar y por consiguiente en su adecuación al sistema escolar. Procure hacerle
ver primero el lado positivo de las cosas.
Hay también que saber escuchar de verdad, prestando atención y contacto ocular al que nos habla para
recibirla cuando el caso sea a la inversa.
• Escuchar a los niños, y al otro en general, es tan importante que lo insistimos frecuentemente. La
coherencia de los padres entre lo que exigen y lo que hacen, entre lo que exigen a sus hijos y lo que se exigen
a sí mismos, les da prestigio y credibilidad ante ellos. Los padres educan con sus palabras, pero mucho más
con su forma de ser y con su ejemplo.
Se ha dicho, y es verdad, que las palabras mueven, mientras que el ejemplo arrastra. Los hijos admiran a sus
padres, sobre todo por su capacidad de esfuerzo, lucha y sacrificio para mejorar continuamente como
personas. Difícilmente se logrará el cultivo interior de los hijos si los padres descuidan el suyo propio.
RECUERDE
• Educan las personas educadas (y quienes se esfuerzan cada día por mejorar su nivel de educación).
• Enseñan las personas que saben aprender y deciden seguir aprendiendo.
• Ayudan a madurar las personas maduras, tanto social como intelectualmente.
La falta de interés y de esfuerzo de los padres con respecto a su propia formación permanente suele producir
dificultades y carencias en la madurez en los hijos. En estas condiciones los hijos difícilmente podrán contar
con colaboradores expertos para ayudarles en su propia formación. Sorprende que muchos padres no
mantengan el mismo interés para estar al día en temas relacionados con su formación como padres que el que
mantienen por otros temas menos importantes para su función de padres como, por ejemplo, el fútbol, los
coches, etc.
Una observación
Reflexione:
• ¿Cuántas revistas o libros relacionados con Escuela de Padres ha leído últimamente?
• ¿Cuántas ha leído de otros géneros?
Los padres deben realizar su tarea educativa con entrega y dedicación a la misma: reservando todas las horas
que puedan para el trato personal con los hijos.
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La necesidades de los padres con respecto a su propia vida como personas (trabajo, cultural, necesidades,
hijos, hobbies, etc.), requiere que aprovechen y hagan un buen uso del tiempo libre disponible.
Es muy frecuente, en algunos padres, que el trabajo profesional y otras prioridades posterguen a un segundo
lugar la dedicación educativa de los hijos y a olvidar la propia formación.
Es recomendable, por tanto, que los padres hagan examen o análisis crítico de cómo utilizan su tiempo y
establezcan medidas correctoras si es necesario.
Una parte del tiempo para la propia formación puede encontrarse dentro del tiempo libre. Se trata de
“robárselo” a ocupaciones menos necesarias, como, por ejemplo, la televisión.
El crecimiento personal de los padres requiere una condición previa: que los interesados estén convencidos
de que en todas las edades de la etapa adulta se puede crecer aprendiendo.
Para valorar sus actitudes, orientación y esfuerzo en su trabajo educativo como padres pueden reflexionar
sobre estas cuestiones en forma de preguntas.
Dado que el éxito escolar también depende de la capacidad del niño para pensar o razonar, y no solo de
memorizar, hay que favorecer esta facultad con la comunicación, pues si se le escucha con atención y respeto
y se les deja hablar (se les da tiempo), serán capaces de reflexionar sobre aquello que se les dice. Esto
significa que hay que hablarles con frecuencia, dedicando tiempo a explicar detenidamente lo que no
entienden y a escucharles pues si hablan de lo que piensan se les puede ayudar a aprender a pensar. La
curiosidad intelectual de los hijos o afán de saber se puede fomentar por medio de conversaciones familiares
sobre temas de interés común. Pero recuerde, conversaciones familiares, no monólogos de los padres.
Otro punto a tener en cuenta es que los niños aprenden a resolver problemas al observar cómo lo hacen sus
padres, por tanto, conviene explicarles cómo se resuelve el problema para que él aprenda a hacerlo. Con lo
que ustedes les enseñan, más el método que irá descubriendo del ensayo y error caminarán hacia la
adquisición de experiencia.
Los padres deben saber repartir las 24 horas de cada día, de modo proporcional, dentro de una jerarquía de
prioridades, entre estos cinco aspectos de su vida:
– El trabajo profesional.
– La dedicación a la familia.
– El ocio (deporte, amistad, aficiones, descanso).
– La formación o cultivo propio.
– El sueño.
Una tarea importante de los padres es motivar a que el hijo desarrolle la capacidad de pensar sobre su sentido
de la responsabilidad, porque en este proceso tendrá una estrecha relación con su éxito en el colegio.
Los siguientes comportamientos de los padres servirán de ejemplo a sus hijos para que tengan un buen
comportamiento escolar:
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• Constancia en terminar lo que se empieza, insistiendo aunque las cosas resulten difíciles.
• Esfuerzo ante las dificultades intentando hacer las cosa bien.
• Confianza en las personas fiables, personas que hacen promesas y las cumplen. Así al niño le resultará más
fácil confiar en sus profesores y aceptar lo que le dicen.
• Autodisciplina para dominar los deseos y la pereza y hacer las tareas que implican obligación de forma
satisfactoria.
Los estudios han mostrado que el ambiente familiar del niño tiene una influencia importantísima en sus
futuros logros escolares. Si desea que su hijo rinda en la escuela, prepare un ambiente lo más favorable
posible. Le sugerimos:
– Tener momentos de descanso:
– Silencio (procure que en su ambiente familiar haya momentos de silencio en el que cada uno esté centrado
en su actividad).
– Relax (proporcione un ambiente relajado y tranquilo, sobre todo de cara a irse a dormir. Elimine sus
tensiones, déjeselas fuera de casa).
– Actividades compartidas durante las comidas:
– Normalice la participación de todos en la
preparación-recogida de la mesa.
– Mientras comen facilite las conversaciones en general.
– Aclare las dudas sobre conocimientos y vocabulario.
– Salidas y viajes familiares:
– Realice visitas culturales.
– Fomente la observación de la vida.
– Permita que colabore en la planificación y organización de actividades familiares.
– Practicar la lectura y la escritura:
– Comparta ratos de lectura.
– Materiales agradables.
– Enséñele a hacer cartas y notas.
– Facilítele un tablón de notas a su hijo.
– Tareas domésticas:
– Participación de todos en las tareas domésticas (el padre también).
– La realización después de las tareas escolares.
– Tiempo libre:
– Practicar el coleccionismo.
– Uso de medios audiovisuales de forma didáctica.
– Juegos educativos.
– Varios: pintar, dibujar, escuchar música, leer, etc.
c) La importancia de la lectura.
La lectura como parte de la educación paterna, es tan importante que merece un apartado en sí.
La lectura ha sufrido las consecuencias de los cambios sociales. Lo que antes solo llegaba por letra impresa,
facilitando el proceso de la imaginación, llega ahora directamente a través de imágenes y no hace falta
imaginar nada, viene todo hecho. Esto, para un niño que está en proceso de formación, puede resultar un
grave inconveniente, ya que el pensamiento no se ejercita, haciéndose débil, es decir, el razonamiento se hace
limitado por no practicar ir a la esencia de las cosas, y carece también de un vocabulario amplio y preciso.
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La afición a la lectura no se puede imponer como si fuera una especie de obligación o castigo, sino todo lo
contrario, fomentando dicho interés desde las primeras edades y con el ejemplo paterno desde el principio.
En www.bookohand.com y en www.imaginaria. com, se pueden encontrar interesantes guías de libros
infantiles.
RECUERDE
• Los padres deben fomentar la afición por la lectura en sus hijos.
• Una buena manera es con el ejemplo: lo que se ve se tiende a imitar.
• LA LECTURA EJERCITA: • Y AUMENTA:
- La inteligencia. - La cultura.
- La imaginación. - El conocimiento.
- La sensibilidad. - El vocabulario.
Para despertar y estimular el deseo de lectura en sus hijos le sugerimos lo siguiente:
• Enséñeles a consultar a los libros, enciclopedia y diccionario cuando pregunten.
• Comenten con ellos en base a alguna lectura.
• Visite librerías con ellos.
• Tenga por costumbre regalarse y regalarles libros.
• Hagan lecturas conjuntas.
• Facilíteles libros a menos y adecuados a su edad.
• Cree con ellos una biblioteca familiar interesante.
La tarea de enseñar a leer a los hijos implica que tienen que aprender a leer pensando y comprendiendo, no
solo memorizando; leer analizando, para aceptar o rechazar ideas y así formar su propio criterio; leer
preguntando y respondiendo.
Los objetivos que pueden plantearse los padres en relación con la lectura son fundamentalmente los
siguientes:
• Que los hijos desarrollen la afición y el hábito de lectura.
• Que las lecturas de los hijos se seleccionen con buen criterio:
- de acuerdo con los intereses de cada edad,
- de acuerdo con valores científicos, literarios y los de la familia.
• Que las lecturas contribuyan a la formación intelectual y cultura de los hijos (sin reducirlas a “pasatiempos”
o lecturas de evasión).
• Que los hijos aprendan a leer (insistimos, lectura comprensiva y crítica) y mejoren su nivel lector con el
tiempo.
• Que las lecturas sean un factor de cultura familiar.
Hay varias maneras, que se complementan entre sí, para fomentar en los hijos el gusto y afición por la
lectura:
– Conseguir que los libros sean algo normal en el ambiente familiar: que en casa existan libros, que se
adquieran periódicamente, que la llegada de un libro a casa se comente en la familia.
– Que los hijos vean leer libros, el diario y revistas interesantes a sus padres.
– Poner a los hijos en contacto con los libros cuanto antes mejor;
– Lecturas conjuntas entre padres e hijos seguidas de comentarios.
– Controlar el uso de la televisión, ya que actualmente es el mayor obstáculo para la lectura.
d) Influencias negativas para el estudio. Por la importancia que tiene en favorecer o dificultar los estudios
en el ambiente familiar insistimos en los siguientes tres medios de ocio: la televisión, los videojuegos e
internet.
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1. La televisión y el bajo rendimiento académico.
Uno de los principales obstáculos en el hogar para que éste sea un ambiente propicio para el estudio, la
lectura y el desarrollo intelectual es la televisión.
Ésta, vista con exceso y sin control, crea dependencia (teleadicción), y fatiga mental en todas las personas,
aunque más en los niños. Si se convierte en el único recurso para llenar el tiempo libre, dificulta la
comunicación e impide que se consigan hábitos como el leer, escribir, conversar y jugar, y que se disfrute de
otras aficiones y hobbies.
Así, la televisión puede ser un gran obstáculo para los estudios y puede ser responsable de un factor
importante del fracaso escolar ya que quita tiempo para el estudio y genera situaciones de pasividad,
abandono y conformismo, lo que contrasta con las actitudes básicas para el estudio: acción, decisión,
esfuerzo, constancia y sacrificio.
Tengan en cuenta que para los niños es muy difícil empezar a estudiar después de dos o más horas de
televisión, pues supone pasar de una situación muy cómoda (pasividad, poco esfuerzo, diversión y no pensar)
a otra que requiere acción, esfuerzo para comprender, recordar, relacionar, expresar, etc., y, no olvidemos,
también algo de aburrimiento para algunos niños.
No obstante, la importancia recae en saber dónde están los límites de uso y entender que es un medio de
comunicación con gran poder de sugestión sobre el individuo, y que los niños no son capaces aún de
discernir sobre su utilidad adecuada, más bien se dejarán llevar por lo que tiene de atractiva y adictiva. Son
ustedes los padres los que deben prestar la ayuda a sus hijos, con sus criterios claros sobre este medio, para
que la utilicen adecuadamente y no les interfiera gravemente en su proceso de estudiante.
2. Los videojuegos. Los niños y jóvenes dedican cada vez más tiempo a este tipo de entretenimiento con
la consiguiente influencia negativa sobre los estudios. En primer lugar, hemos de señalar que los videojuegos
son un producto ideado para enganchar al cliente como asiduo consumidor lo que representa un competidor
del “engancharse al estudio”. Por tanto conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Son juegos que están diseñados para crear dependencia. Y ustedes desean que sus hijos se “enganchen” al
estudio.
2. La gran cantidad de imágenes, sonidos, colores, flashes, explosiones, golpes, etc. excitan e irritan, lo que
puede llegar a poner realmente nervioso y contribuir a disminuir la capacidad de concentración. No se puede
pedir a un chico que se ponga a estudiar después de jugar una hora con un simulador espacial.
3. Un tanto por ciento importante incitan a la violencia, al riesgo, a la velocidad. En definitiva, se basan en
que el jugador actúe con reacciones instintivas, no reflexivas, lo contrario que el estudio que pretende hacer
reflexionar, pensar y tomarse tiempo para deducir.
4. Este tipo de juegos hace que el tiempo transcurra sin darse cuenta, por lo que es una pérdida importante de
éste, tan necesario para los estudiantes.
Los padres deben tener este tema bajo control, por lo que lo primero a hacer es estar lo mejor informados
sobre el tema (las páginas web: www.meristation.com o www.vandal.net informan de los juegos y sus
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contenidos), también se debe controlar el tiempo de uso: no más de media hora seguida. Es bueno pactar su
horario, sobre todo de su uso en fin de semana, entre semana es mejor que se dediquen al estudio.
3. Internet. Los padres deben asumir el papel de responsables de sus hijos, por lo que deben asegurarse
que estos tengan experiencias positivas al hacer uso de los servicios en línea e interesarse por lo que hacen.
Internet puede servir como medio de ampliar sus conocimientos académicos o culturales, pero también puede
utilizarse con otros fines no muy aconsejables. Deben desde el principio enseñar a sus hijos a hacer un uso
positivo de ese recurso.
Interésense y controlen las páginas que visitan. Sean prudentes, no se trata de coartadles su privacidad pero
tampoco sean tan ingenuos de dejarles a sus anchas. Y no considere que no lo podrán conseguir, las mismas
habilidades y estrategias que son capaces de desarrollar para controlarles en la vida diaria sin que ellos se
sientan controlados, deben poner en funcionamiento cuando sus hijos se dispongan a descubrir Internet.
Las estadísticas revelan que un porcentaje muy bajo de los padres en la Unión Europea saben utilizar
Internet. Para una navegación segura de sus hijos los padres deben conocer el medio por el que se van a
mover sus hijos.
Es necesario que tengan conciencia de los beneficios que tiene Internet y de los riesgos que conlleva para que
puedan ayudar y orientar a sus hijos hacia una buena utilización de este medio. Pero no se desesperen, no se
trata de hacerse tan expertos como ellos, seguramente nos ganarán fácilmente, se trata de tener las nociones
básicas para poder hacer la aportación y el control necesarios que corresponde a unos padres responsables.
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• Trate de convencerles de que estas medidas no son para inmiscuirse en su intimidad, ni de ejercer una labor
de control o censura sino de una protección ante los riesgos evidentes y casos ocurridos: violaciones,
asesinatos, etc. Si se lo explican con amor lo entenderán.
• Insístanles en que Internet es un buen medio de conocimiento, una buena herramienta para ayudarles en sus
estudios y que de su buen uso depende seguir contando con él. Pero que deben ser conscientes que les puede
perjudicar en los estudios.
Con estas observaciones no se trata de criminalizar una red que brinda numerosas oportunidades y nos puede
facilitar el acceso a una ingente cantidad de información y conocimientos, pero sí de evitar sus múltiples
riesgos.
II. La ayuda a los hijos en los estudios. Este segmento trata de aportar recursos a los padres para que
puedan ayudar a sus hijos en los estudios mejorando su rendimiento académico. Uno de los problemas más
graves con los que se enfrentan los padres de hoy es el fracaso escolar de sus hijos. Este problema no sólo
puede influir en la felicidad del hijo, en su propia autoestima y en su futuro, sino que puede alterar también la
armonía familiar.
Los padres pueden intervenir de una forma positiva en el éxito escolar, igualando o incluso superando la
influencia de las capacidades intelectuales del hijo. Según muestran los estudios efectuados sobre este tema,
la diferencia más importante entre los alumnos llamados "buenos" o "malos" se encuentra en la ayuda y
motivación que reciben en casa por parte de sus padres, puesto que ellos son los intermediarios, entre sus
hijos y el saber, más cercanos para la consecución de mejores resultados.
a) Mejorar el rendimiento escolar.
El que los hijos vayan a la Escuela es una responsabilidad de los padres, pero los hijos deben saber que
estudiar es también una responsabilidad de ellos. Los alumnos deben hacer lo que se les exige en el colegio, y
los padres deben saber que para la mayoría de las tareas no se necesita una inteligencia superior, la
motivación y el esfuerzo son más determinantes. Aunque el hecho de ser inteligente proporciona al alumno
una ventaja escolar, le beneficia aún más el ser capaz de aceptar responsabilidades, de aplicar la motivación,
el esfuerzo personal y la constancia. Estos elementos de la personalidad le llevarán más lejos que la simple
inteligencia.
Resulta casi imposible frenar a los niños con motivación, sentido de la responsabilidad y capacidad de
esfuerzo, pues saldrán bien parados en la mayoría de las tareas que acometan.
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Los hijos a quien se le ha inculcado y enseñado este sentido desde pequeños tendrán éxito en todo cuanto
hagan, incluso en las épocas de rebelión que más adelante llegarán, como será el caso de la adolescencia.
RECUERDE
• La importancia que le dimos a la personalidad y su desarrollo desde bien temprana edad.
La responsabilidad consiste en la capacidad de tomar decisiones de una forma independiente para hacer lo
que se ha comprometido o lo que más conviene en cualquier situación. Es decir, en el caso de los hijos es el
funcionamiento en el que ya no necesitan de los adultos para que les digan en todo momento lo que tienen
que hacer. Con un nivel alto de responsabilidad tendrán muchas más posibilidades de rendir en el colegio que
los que necesitan que se les insistan constantemente, y por una razón muy sencilla: en la mayoría de las
clases existe un profesor por cada 25 alumnos más o menos.
En los primeros años escolares, los niños dependen de los adultos que les dirigen, motivan y les aconsejarán
lo más conveniente en todas las circunstancias. A medida que van creciendo se debe armonizar dos procesos
inversos entre sí: por una parte una menor dependencia de los adultos, y, por otra, una mayor autonomía
personal para actuar en lo que se debe. A partir de este momento el comportamiento responsable se va
haciendo cada vez más subjetivo. Este proceso es de vital importancia para lograr un buen rendimiento
escolar.
Los hijos a los que se les ha enseñado a ser responsables en casa habrán aprendido a organizar y asumir las
consecuencias de sus actos, ya sean éstos buenos o malos. La mayoría de las tareas que hay que realizar en
casa deben hacerse a unas horas determinadas, y bajo ciertas condiciones, y tienen consecuencias si no se
hacen correctamente. Así, los niños encuentran una situación similar en el colegio: las tareas se hacen en un
momento determinado con condiciones y consecuencias.
Los niños que se han enfrentado a esta situación antes, no se tomarán el colegio como una experiencia
extraña, el proceso les resultará familiar y se sentirán a gusto, sabrán lo que tienen que hacer.
Estos niños tendrán la capacidad para tomar la iniciativa de resolver los problemas por sí mismos y pasarán
de una tarea a otra rápidamente, buscando enseguida más trabajo en lugar de esperar constantemente las
órdenes del profesor, lo cual hará también que se sientan más seguros y reducirá su tensión.
Al hijo se le debe permitir cometer errores, aprender de ellos y valorar y corregir su propia actuación en casa
para que así aprenda a actuar con corrección fuera de ella. No obstante recuerde que nunca es demasiado
tarde para enseñar a los hijos a ser responsables, pero cuanto antes se haga más fácil resultará el aprendizaje.
Así pues debemos insistir en que no todo se basa en la inteligencia del hijo, pues se ha demostrado que
existen muchos tipos de inteligencia, como la verbal, creativa, analítica, expresiva, física, artística y
perceptiva, y no todas se reflejan en el resultado del coeficiente intelectual. Además, éste no es el único
factor determinante de la calidad de vida. Con una actitud positiva, una fuerte motivación, una gran voluntad,
ganas de esforzarse y deseo de triunfar, se superan muchas de las dificultades y limitaciones.
Los padres deberían hacerles ver a sus hijos la relación existente entre el fracaso escolar y los efectos
negativos que esto puede tener para su vida futura. Pero recuerde que se trata de hacerle reflexionar y
comprender, no hacerles sentir fracasados o culpables.
b) El problema del fracaso escolar.
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• Falta de interés por algunas asignaturas (lo que influye mucho en la falta de voluntad y esfuerzo).
• Falta un ambiente adecuado de estudio en casa, lo que repercute negativamente en la motivación.
• Falta de organización en el estudio (falta de planificación y de horario de estudio);
• No saber estudiar (desconocimiento de las técnicas básicas de estudio: esquemas, subrayado,
etc.).
Para alcanzar el éxito escolar hace falta, Un trabajo en equipo entre:
• Los padres y los hijos.
• Los padres y los profesores.
• Los profesores y los niños como estudiantes.
Si se hace, se puede conseguir como resultado unos hijos motivados, eficientes y responsables.
Los padres deben y pueden ayudar a sus hijos a resolver éstos y otros problemas que les puedan llevar al
fracaso escolar. Para ayudar a sus hijos a estudiar tengan en cuenta los siguientes aspectos:
1. La organización y el hábito del estudio.
2. Motivar a los hijos.
3. La importancia adecuada de las calificaciones.
4. La concentración y las técnicas de estudio.
c) Organización del estudio: el hábito.
La organización es uno de los elementos más importantes en el estudio, como para los demás aspectos de
nuestra vida, pero para conseguir que este hábito se consolide, lo principal es respetar los ritmos circadianos.
Los ritmos circadianos hacen referencia a un punto que en algunos hogares no se respeta, con el consiguiente
perjuicio para la salud de los hijos.
Los ritmos circadianos se refieren al horario que hay que seguir para respetar el estado físico y anímico más
favorable de las personas con el fin de adecuar las actividades a las horas más propicias para ello. Lo primero
que hay que hacer para respetar los ritmos circadianos es prestar atención a las horas de luz y de oscuridad, o
lo que es lo mismo: el día y la noche. Es básico el considerar que la noche es propicia para el descanso y el
día para la actividad, y salvo las excepciones en las que la actividad laboral se desarrolla de noche, no debe
haber motivo para suplir las horas de sueño o dedicarlas a actividades superfluas que perfectamente pueden
realizarse durante el día.
Además, dentro de las horas del día, también hay una regla básica: después de las comidas no se deben
realizar actividades que requieran un gran esfuerzo tanto físico como mental, hay que respetar el ritmo
personal para dar tiempo al organismo a recuperarse para estar en el mejor estado. Así mismo es preferible
estudiar por las mañanas (si es posible) que a última hora del día. También es conveniente ritmos de estudio
donde se combine un tiempo de estudio y un tiempo de descanso, por ejemplo, una hora de estudio, quince
minutos de descanso (este esquema variará en función de la edad del estudiante y del hábito de estudio ya
establecido).
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A continuación ofrecemos un cuestionario que puede darles una orientación de que tal estudiante es su hijo.
Que lo respondan marcando con un círculo la opción que represente más claramente su situación. Sin duda
entre dos opciones, debe escoger la que sea más habitual o más probable. Al final del cuestionario
encontrarán una clave de resultados.
Cuestionario de orientación.
1. El tiempo que dedico al estudio.
a) Se me hace largo. b) Se me hace corto. c) Depende de lo que estudio.
2. ¿Me interesan las asignaturas que estudio este año?
a) Ninguna. b) Todas. c) Algunas.
3. ¿Duermo 8 horas diarias?
a) Normalmente sí. b) Normalmente no. c) Soy muy irregular.
4. ¿Tengo dificultades para entender lo que leo?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
5. ¿Me he levantado después de estudiar con la impresión de que no he entendido nada?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
6. ¿A qué horas estudio preferentemente?
a) Antes de las 9 de la noche b) Después de las 9 de la noche c) Por la mañana antes de ir a clase
7. ¿Entiendo mis apuntes cuando estudio o repaso?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
8. ¿Tengo dificultades para recordar cosas?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
9. ¿Encuentro fácil hacer trabajos escritos?
a) Sí. b) No. c) A veces.
10. ¿Creo que los resultados de mis exámenes se corresponden con el esfuerzo que hago?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
11. ¿Encuentro que progreso en las diferentes asignaturas?
a) En ninguna. b) En todas. c) En algunas.
12. Antes de ponerme a estudiar ¿distribuyo el trabajo que quiero hacer, según el tiempo que quiero dedicarle
a las diferentes materias?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
13. ¿Dedico de 12 a 15 horas semanales al estudio?
a) Sí. b) No. c) Cuando hay evaluaciones.
14. Cuando leo me resulta muy cómodo seguir las palabras con el dedo.
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
15. Cuando me pongo a estudiar me concentro.
a) En seguida. b) Al cabo de mucho rato. c) Me cuesta un poco.
16. ¿Estudio con la TV, la radio o el tocadiscos funcionando?
a) Nunca. b) Siempre. c) A veces.
17. Estudio siempre.
a) En el mismo sitio. b) En uno o dos sitios, c) En cualquier sitio.
18. Trabajo con los apuntes y los libros.
a) Sobre la mesa. b) Sobre las rodillas. c) Sobre la cama.
19. ¿En una biblioteca encuentro todo lo que necesito?
a) Si alguien me ayuda. b) Sí, pero con dificultad. c) Normalmente no tengo dificultades.
20. Descubro fácilmente las ideas importantes de lo que tengo que estudiar.
a) Casi siempre. b) Casi nunca. c) A veces.
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…Le sugerimos la siguiente planificación:
1. Hacer la lista de los trabajos diarios siguiendo el orden de los más urgentes a los menos.
2. Hacer la lista por orden de dificultad. Es decir, los más difíciles al principio ya que se estará más despierto
y fresco.
3. Los trabajos deben intercalarse de forma variada. No se debe estudiar de manera seguida dos materias muy
difíciles.
Tampoco se debe estudiar sin descanso pues resulta más perjudicial que beneficioso. Es conveniente
planificar un tiempo de estudio descanso-estudio.
c) Lugar de estudio
El disponer de un lugar adecuado y tranquilo es un factor importantísimo, ya que facilita el estudio, aumenta
el rendimiento y también lo hace más agradable. Aunque esto no sea fácil de conseguir en todas las casas,
procure hacer un esfuerzo por encontrarlo. Muchas veces la imaginación nos resuelve situaciones difíciles.
Si es posible hay que elegir un espacio que pueda reservarse únicamente para el estudio, la habitación o zona
reservada para el caso debe tener un ambiente apropiado y estar decorada de una forma que incite al estudio;
no se trata de una habitación entera ni con las paredes en blanco sino un lugar con una mesa y donde las
paredes no estén llenas de pósters o donde haya televisión, equipo de música, juguetes, pasatiempos o
revistas. Debe ser un lugar fijo y permanente, reservado para esto y nada más, con un mobiliario confortable
y adecuado a la estatura del hijo.
También es fundamental que la iluminación sea buena con luz difusa, que contribuya a que el estudiante esté
bien despierto.
Es imprescindible que este lugar tenga una ventana o balcón pues ha de estar ventilado.
Si no puede ser, se intentará renovar el aire del espacio cada 3 ó 4 horas para sustituir el anhídrido carbónico
por oxígeno. Si es la de un adolescente, tenga especial cuidado que no se llene de humo de cigarrillos.
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En cuanto a la temperatura, no se debe estar muy cerca de una fuente de calor como una estufa, y es
preferible tender hacia el frío, puesto que el calor provoca somnolencia y sopor.
Un punto que a veces olvidan los padres es la postura del hijo a la hora de estudiar, que es de vital
importancia, ya que con el tiempo, las malas posturas terminan por acarrear problemas serios de salud. Así
pues, hay que vigilar que se esté sentado y con la espalda recta.
Un problema común a todo padre es el hecho de que si el hijo debe estudiar o no con música.
d) De la motivación a la automotivación.
La motivación se desarrolla poco a poco. Para desarrollar la motivación hacia los estudios la función de los
padres deberá empezar por reforzar los logros de sus hijos, lo que fortalece la autoestima (como ya se ha
visto en temas anteriores). Si los padres insisten en esta colaboración positiva, con el tiempo los hijos pueden
pasar de la motivación recibida a proporcionarse ellos mismos motivación, es decir, a automotivarse. La
automotivación se da cuando la persona encuentra satisfacción esforzándose por hacer bien las cosas por él
mismo. La automotivación es fundamental para triunfar en la escuela (y en la vida), pero no es algo que el
profesor pueda enseñar con facilidad en la clase ni le corresponde a él hacerlo en su totalidad. Esta función
corresponde más a los padres. El profesor es un colaborador privilegiado.
Los padres para conseguir motivar a sus hijos deben usar como herramientas la paciencia y una
comunicación afectiva. Muestren respeto por su hijo, evitando ser excesivamente exigentes con él o juzgarlo
injustamente. Ayuden a su hijo a descubrir las consecuencias lógicas de sus propios actos, primero en casa y
después en el colegio.
El excesivo control o la súper protección no son aliados para conseguir este fin, pues no dejan que el hijo
experimente y vea las consecuencias de sus actos. Cuando los hijos sienten que tienen un dominio eficaz
sobre sus actos, que los entienden y creen que con ellos pueden conseguir cosas, llega más fácilmente a
Automotivarse.
Método para transmitir ánimo. Para transmitir ánimo a sus hijos con el fin de estimular la automotivación
puede seguir estos tres pasos:
1. Identifique los comportamientos positivos y los esfuerzos que hace su hijo.
2. Reconozca los hechos concretos que realiza y no se pierda en generalidades.
3. Dígaselo con palabras cuantas veces sea necesario. No se guarde los elogios a sus hijos pensando que el
hacer las cosas bien es su deber. A todos nos gusta que nos reconozcan lo que hacemos.
Insistimos que un aspecto fundamental para estimular la motivación de su hijo/a es fortalecer la autoestima,
pues si tiene un buen concepto de sí mismo aceptará los retos de la vida, con lo que, paso a paso, conseguirá
nuevas habilidades. Un ambiente familiar que respete al hijo como individuo, que comprenda sus
necesidades y que le rodee de un amor cálido, comprensivo y educador es el mejor sistema para conseguir el
éxito académico y como persona. Si su hijo sabe que sus padres confían en su capacidad de triunfo, él
también confiará en ella.
RECUERDE
Para fomentar la autoestima:
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• Comunique a su hijo/a que disfruta de su compañía.
• Evite las comparaciones entre hermanos.
• Ante sus errores: ayúdele y anímele con mensajes gratificantes.
• Y nunca le ridiculice, trátele como una persona.
• Y siempre hágalo desde la sinceridad, la aceptación, el respeto y el cariño desinteresado.
Para motivar a sus hijos en los estudios le sugerimos que tenga en cuenta las siguientes propuestas:
a) El respeto hacia la educación
Para que su hijo esté motivado por los estudios y por la Escuela es muy importante que ustedes previamente
le transmitan el respeto hacia la educación y el deseo de saber. Las actitudes del hijo hacia este tema suelen
estar muchas veces influidas por el ejemplo de los padres.
Los padres deben mostrarse muy contentos cuando su hijo aprende algo nuevo. Nunca descalifique de la
importancia del estudio ni haciendo una broma. Por desgracia, es frecuente que algunos padres digan frases
de este tipo delante de los hijos: "Lo que aprendí en la escuela no me ha servido de nada en mi trabajo". Estas
afirmaciones le dicen al hijo que la educación tiene muy poco valor práctico.
Los padres deben evitar este tipo de comentarios y hablar siempre bien del saber y de la educación.
Por otra parte, los padres deben interesarse a menudo por la escuela preguntando al hijo acerca de ella, cuáles
son sus actividades y cómo se desarrollan sus clases, dedicando el tiempo necesario para estar al corriente de
los programas o cursos. El hecho de hablarlo es ya una forma de comunicar su interés, de implicarse en el
proceso educativo del hijo. Los hijos que ven que sus padres se implican en su vida (con respeto,
responsabilidad, discreción y tacto), mantienen un mejor nivel de relación con ellos y se muestran menos
resistentes al diálogo.
Los elogios pueden ser verbales o también se puede añadir cualquier otro tipo de gratificación más concreta
que el agradecimiento verbal.
Por ejemplo, si su hijo ha terminado una tarea con éxito se le puede dejar hacer algo que le guste (como jugar
o llamar a un amigo) siempre que estos premios formen parte del ambiente normal de la casa. Aquí entra su
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sabiduría y lógica como padres. El objetivo es que el hábito de estudio se convierta rápidamente en una
rutina.
Hay algunos puntos que pueden tener en cuenta acerca de los premios por motivos escolares:
1. No ofrezcan el premio antes del resultado final, sino después de él, pero tampoco lo posterguen después de
conseguido (sin razones convincentes y explicándoselo).
2. Denle más importancia a los logros diarios, por ejemplo, al esfuerzo y la constancia diaria de estudio y no
sólo en las buenas (o malas) notas tras una evaluación.
3. Asegúrense de que las recompensas son de su agrado, en caso contrario tendrán poco valor motivacional.
Negócienlas con ellos, en otras ocasiones usen su imaginación y sus sentimientos.
4. Y muy importante, los premios deben cesar cuando su hijo no estudia o no cumple los objetivos planteados
de trabajo.
Lo mejor es evitar que se plantee esta situación, proponiendo horarios y objetivos de estudio que sean
posibles de cumplir. Si se sabe que el hijo se ha esforzado al máximo, ha sido constante y ha cumplido, y, no
obstante, no ha obtenido el éxito esperado, sean razonables, replanteen nuevamente la cuestión de forma más
realista. Y recuerden, sin crearle la sensación de fracaso.
Los padres pueden fomentar estos aspectos en sus hijos contando con sus opiniones a la hora de elaborar
planes de estudio y dejándoles actuar en sus trabajos y obligaciones, reduciendo poco a poco la ayuda
paterna, limitándola a temas y situaciones nuevas y que todavía no son posibles para su edad, pero
“distanciándose” de los que él ya puede enfrentarse por sí mismo y premiando los esfuerzos de sus hijos por
ser autosuficientes.
2. Aumenten poco a poco la responsabilidad de su hijo en este tema mientras disminuye la suya. Su papel se
reducirá a una supervisión de vez en cuando para ver que todo va bien y a las sugerencias y aportaciones que
ocasionalmente sean necesarias.
3. Antes de adelantarse a ofrecer la respuesta a algún problema intenten que su hijo la busque por sí solo.
Esta es una buena estrategia para que no dependa tanto de los padres y para prepararle para llegar a ser un
estudiante autosuficiente.
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4. Enseñen a su hijo a utilizar materiales y recursos que le proporcionen una mayor independencia en el
estudio como: enciclopedias, diccionarios, calculadora, ordenador, grabadora, libros, etc. Y no olvide que
ante cualquier dificultad se pueden utilizar las bibliotecas públicas.
Su hijo debe saber lo que le pasará si su responsabilidad de estudiar es abandonada o decae, es decir, debe
conocer las consecuencias de sus actos.
Hay una serie de pasos a seguir ante la falta de responsabilidad, los comportamientos negativos o
inadecuados:
1. Tanto ustedes como su hijo deben determinar de antemano las consecuencias frente a un comportamiento
de este tipo, ya sea al hacer los deberes o al respetar los tiempos de estudio. Esto hace que no lo vea como
algo injusto, sino como algo pactado y totalmente merecido.
2. Intenten aplicar los menos castigos posibles.
Con un número excesivo de castigos puede obtenerse el resultado contrario, puede perder la confianza en sí
mismo y el deseo de aprender. Tal vez sea conveniente hablar con el profesor, analizar más a fondo que
puede estar pasando o cambiar las reglas de estudio para que se adapten mejor a las capacidades o
posibilidades de su hijo.
3. Asegúrense de que los castigos establecidos sean lógicas y lo suficientemente importantes para él como
para desanimarle a romper las reglas. No olviden nunca la edad de su hijo, su carácter, su individualidad, su
personalidad y sus intereses a la hora de elegir un castigo adecuado y a la vez razonable.
4. Intenten evitar crear un ambiente familiar negativo en lo referente a los estudios.
RECUERDEN
• Eviten, en la medida que puedan, los comentarios constantes sobre el bajo rendimiento de su hijo. Puede
generar un sentimiento de fracaso y baja autoestima, y posible abandono.
• Como siempre sean prudentes y responsables. Nada fácil, es cierto.
• Pero ustedes disponen de recursos personales suficientes, déjenlos aflorar, quizás se sorprendan de ustedes
mismos.
Si el hijo depende de las buenas calificaciones para sentirse seguro y cumplir con las expectativas de los
padres, correrá un gran riesgo, y si los padres dependen de lo mismo para juzgar lo que están aprendiendo los
hijos y sentirse seguros de cara al futuro de este, pueden sentirse decepcionados. Hay que tener cuidado para
no llevar esta situación al terreno de la frustración y el fracaso (por parte de los hijos), y al de la decepción
(de los padres).
A pesar de que es un aspecto complejo, hay varias cosas que pueden hacer los padres (antes que
desesperarse) para desarrollar actitudes acertadas ante las calificaciones bajas de los hijos:
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- Averigüen cómo examina y califica el profesor para así ver qué cambios podría hacer su hijo para obtener
mejores calificaciones.
- Comprueben si su hijo es consciente de lo que tiene que hacer para obtener buenas calificaciones.
- Después de hablar con él, si lo creen necesario, pidan una entrevista con el profesor, quizás les pueda
orientar hacia la búsqueda de la solución.
- Mantengan un contacto regular con el colegio y los profesores, así las calificaciones nunca serán una
sorpresa; además, revisen regularmente sus deberes y su actitud frente al estudio.
- Antes de enfadarse o dar sus opiniones pregúntenle a su hijo qué piensa sobre ellas, así oirán su propia
opinión, que valore su actitud y empiece a decidir por sí mismo la forma de mejorarlas. Si no reacciona
intervengan con sus observaciones y posibles soluciones.
- Recuerden que las calificaciones de su hijo son menos importantes que su actitud hacia el estudio y la
Escuela.
- Tengan cuidado con castigar a su hijo por las malas calificaciones, suele dar mejores resultados averiguar
por qué se dan e intentar, junto con su hijo, conseguir mejorarlas.
- Además de las calificaciones es importante que premien la actitud y el proceso que su hijo sigue para
conseguir las buenas notas. Es decir, se debe valorar más la responsabilidad, el esfuerzo, la constancia y el
sacrificio realizado, que las notas en sí mismas.
RECUERDE
• Es importante distinguir entre el comportamiento de su hijo ente los estudios y sus calificaciones.
• Pues es posible que aunque éstas sean bajas, esté realizando progresos.
• Los padres deben intentar, en la medida de sus posibilidades, ayudar a sus hijos a obtener buenas
calificaciones.
• A medida que aprenda estrategias para mejorarlas y lo vaya consiguiendo irá desapareciendo la angustia y
ansiedad que genera este tipo de conflicto escolar.
Por lo tanto, el papel paterno consiste en conocer las técnicas de estudio y ponerlas al alcance de su hijo,
además de estar a su lado si lo necesita.
Pero antes de abordar la concentración y las técnicas de estudio queremos significar el siguiente:
“Decálogo del buen estudiante”
I. Procura encontrarte en buenas condiciones físicas y psíquicas.
II. Procura estudiar siempre a la misma hora. Generalmente las horas de mayor rendimiento son de 6 a 9 de la
tarde. Si puedes estudiar por las mañanas hazlo entre las 10 y 13 horas.
III. Utiliza para estudiar los cinco días de la semana de manera regular. Los viernes te costará, pero piensa
que te librará del trabajo durante el fin de semana.
IV. Dedica al estudio entre una hora y media y dos diariamente. Si durante el fin de semana quieres seguir
puedes hacerlo siempre combinando bien el trabajo: ligero-duro-ligero, con el descanso.
V. Para los primeros cursos de secundaria, diez o doce horas de estudio semanal, son suficientes.
Pero siempre habrá que tener en cuenta la propia personalidad. A medida que avances en los cursos tendrás
que ir aumentando las horas de estudio.
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VI. Antes de empezar a estudiar prepara todo el material que necesites: libros, libretas, apuntes, papel,
bolígrafo, lápiz, diccionario, goma, regla, lápices de colores, etc.
VII. Cuando te pongas a estudiar decide la hora de acabar o el trabajo a realizar y cumple lo que te has
propuesto.
VIII. Empieza por una asignatura o trabajo que te sea fácil o que te guste. Cuando ya estés concentrado/a,
puedes dedicarte a alguna materia más difícil. Para acabar guarda algún trabajo de poco esfuerzo.
IX. Estudiar es un hábito y hasta que no lo tengas bien asimilado no debes hacer excepciones.
Llegará un momento que te será tan familiar como las horas de las comidas.
X. Estudia poco cada día en lugar de estudiar mucho en pocos días.
Cuadro tomado del libro «Cómo aprender a estudiar»
La memoria es la facultad de reproducir datos, información y experiencias que hemos ido almacenando a
través de la percepción. Puede ser considerada, por tanto, como un almacén donde guardamos, de forma
inteligente, lo recogido por nuestra percepción. Para desarrollar la memoria es imprescindible captar el
significado de las palabras, de los conceptos o de las ideas básicas de un tema, pensar en imágenes (visualizar
lo que se está leyendo), y activar la mente mediante preguntas sobre los contenidos. Hay muchas técnicas
para desarrollar la mente, le mostramos algunas para que su hijo pueda practicar, como por ejemplo:
1. El método de la clasificación:
Se trata de clasificar una lista de palabras destacando semejanzas y diferencias para retener mejor los
elementos de un conjunto. Ejemplo:
Observar estos objetos distribuidos sin orden ni afinidad en el cuadro A y contemplarlos perfectamente
agrupados en conjuntos en el cuadro B.
Cuadro A Cuadro B
Distribución anárquica Distribución ordenada
Playa alicates bañador bañador libro
Auriculares vídeo tintero playa cuaderno
Verano bolígrafo libro tenazas verano bolígrafo
Micrófono televisor aleta pluma
Destornillador aleta micrófono tintero
Magnetófono martillo televisor destornillador
Pluma cuaderno video
tenazas Magnetófono
alicates
Auriculares martillo
Ustedes pueden elaborar listas parecidas y que sus hijos las ordenen por semejanzas y diferencias.
Las listas deben guardar una complejidad mayor en función de la edad.
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2. Pensar con imágenes: Consiste en convertir en imágenes lo que se desea recordar. Tres principios nos
pueden ayudar a plasmar las ideas:
4. Técnica de la Historieta:
Consiste en construir una historia con los elementos que han de memorizarse, para lo cual es fundamental
unir la imagen con la acción y la emoción. Ejemplo, construir una “historieta” con las siguientes palabras:
río, montaña, coche, cometa, mundo, sueño, publicación, novela, alumno.
A ustedes se les pueden ocurrir ejercicios para ayudar a sus hijos a desarrollar la memoria y ejercitar sus
habilidades mentales. Todo lo que tiene que ver con nuestros desarrollos se logran a través de la práctica y el
ejercicio constante.
B) Técnicas de estudio.
Ejercicios prácticos.
A continuación le presentamos tres técnicas de estudio que, en función de la edad, su hijo puede utilizar:
Primera técnica de estudio
1. Lectura general del tema o lección.
Se trata de hacer una primera lectura global del tema o lección para familiarizarse con él, comprender su
contenido, partes de que consta y cómo se relacionan entre sí.
Es la primera aproximación al tema o lección.
70 | P á g i n
a
Es el importante proceso de comprender lo que se estudia, ordenarlo, y memorizar lo que se deba memorizar.
4. Repaso general.
Se trata de otro repaso pero esta vez general para captar más a fondo las conexiones entre las partes.
A la hora de estudiar deberá aconsejar a su hijo a que comience por las asignaturas más difíciles, ya que una
mente aún fresca entiende mejor los conceptos y los problemas que una cansada.
Si su hijo está estudiando un capítulo de un libro de texto o de consulta, anímelo a utilizar un sistema de
estudio muy útil y que se basa en tres pasos: esbozo general-lecturarepaso, es decir, primero echar una ojeada
para ver de qué trata el tema, después leerlo y por fin repasarlo de forma global. Este sistema ayuda a
entender mejor la información que la simple lectura seguida del inicio al final y nada más.
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Para mejorar el grado de comprensión, el estudiante precisa desarrollar un punto de vista propio, que le hará
ir comprobando los hechos que favorecen o contradicen dicho punto de vista. Esto le obligará a pensar y
entender, en lugar de aceptar sin más lo estudiado o memorizado.
Cuando su hijo esté estudiando, anímele a que formule el máximo de preguntas posibles, buscar las
respuestas le obligará a pensar y así, el estudio se convierte en algo divertido y racional.
Deben insistirle en la importancia de los resúmenes y los apuntes, ya que con ello se extrae la información
esencial, además, permiten repasar con rapidez.
Se debe insistir también en la importancia de dedicar un tiempo de estudio para recordar lo que se acaba de
estudiar.
Finalmente enséñele cómo experimentar lo estudiado en una gran variedad de formas: visualizándolo,
oyéndolo, escribiéndolo o repitiéndolo en voz alta.
b) El subrayado de textos.
Subrayar es destacar mediante un trazo, las partes esenciales de un texto y así, con esta técnica se ahorra
esfuerzo y se obtiene el máximo provecho. El subrayado permite extraer lo más importante de un texto,
incrementar el sentido crítico de la lectura, así como la capacidad de análisis y síntesis con lo que ayuda a
repasar la materia en poco tiempo y es condición
Indispensable para elaborar bien esquemas y resúmenes.
Se debe subrayar a partir de la segunda o tercera lectura para estar seguro de que se van a subrayar las ideas
principales. La primera lectura debe ser para familiarizarse con el texto.
El subrayado se puede hacer utilizando múltiples recursos: formas gráficas. realce con colores y letras y
símbolos.
c) Esquema.
El esquema se forma a partir de las ideas fundamentales de un tema ordenadas de una manera lógica. Es
consecuencia del subrayado y facilita las operaciones mentales de síntesis y análisis, y tiene la ventaja de que
ofrece una clara estructura visual de toda la materia de estudio, permitiendo captar de un vistazo lo esencial y
el todo.
Las ventajas de un esquema se podrían enumerar así:
• Facilita un estudio más activo (tomar notas, expresar lo fundamental por escrito, sintetizar...).
• Desarrolla la capacidad de comprensión (exige una lectura más pausada para descubrir elementos
esenciales).
• Desarrolla la memoria lógica (ejercita la capacidad de relacionar los contenidos del texto por orden de
prioridades).
• Facilita la fijación, la retención y la evocación del contenido (ahorra tiempo para memorizar y repasar y
favorece la claridad de la mente habituándola a “separar el trigo de la paja: ir al grano”).
Una vez subrayado el tema es cuando se realiza el esquema. La estructura será de forma escalonada: primero
la idea general que se divide en ideas principales, éstas en secundarias y por último los detalles.
Los esquemas más usuales son los que emplean un sistema de llaves o diagrama.
d) Resumen
El resumen es un elemento muy valioso para es estudiante, de forma que conviene saber de qué se trata y
cómo aprender a hacerlo: El resumen es la condensación selectiva de un texto y para realizarlo el estudiante
debe ser objetivo y debe tener muy claras desde el principio la idea general y las principales del texto. Para
hacer una síntesis o un resumen comentado, en los que se incluyen comentarios personales, resulta
fundamental tener delante el esquema elaborado previamente.
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Un resumen puede estar personalizado, hasta el punto de que todas las expresiones sean del lenguaje
coloquial propio del estudiante.
También es muy beneficioso que se enriquezca o amplíe con anotaciones, otras lecturas relacionadas con el
tema y, sobre todo, con las propias observaciones del niño.
Al resumir, no ha de seguirse necesariamente el orden de exposición que aparece en el texto pudiendo pasar
de lo general a lo particular o de lo principal a lo accesorio.
No podemos acabar este tema sin hacer una observación subjetiva, y es que, didácticamente, es preferido el
esquema ya que implica una mayor creatividad y actividad intelectual, además de ser un instrumento más
apto para la retención y asimilación de contenidos por su estructura intuitiva y sobre todo visual.
Para mejor afrontarlos les proponemos que sus hijos practiquen los siguientes tipos de exámenes:
Exámenes de redacción: En ellos desarrolla las ideas clave, en forma extensa, a partir de un esquema.
Practica exponiendo las ideas básicas al inicio del examen y, según el tiempo que te quede, añade otras en
orden de importancia.
Preguntas breves: En ellos sé claro y escueto. Lo importante es dar una respuesta exacta. Lee con calma las
preguntas.
Examen tipo test: Si equivocarse descuenta puntos, contesta sólo a lo que sepas, leyendo detenidamente los
enunciados. No te pares y deja lo que no sepas para el final. Si has de arriesgarte, elimina las respuestas más
improbables y quédate con la que parece mejor. Si no descuentan puntos, contesta a todo.
Problemas de cálculo: Práctica repitiendo los ejercicios hechos en clase y memorizando la fórmulas.
Cuando te examines calcula cuanto puntúa cada problema y haz primero los que mejor sabes o más seguro
estás. Desarrolla el ejercicio con claridad, y acostúmbrate a acompañar todas las operaciones con la
explicación del proceso que sigues.
(Practica estos tipos de exámenes en casa todo lo que puedas.)
Tengan en cuenta que si su hijo/a estudia de una forma adecuada, constante y comprende bien las materias,
probablemente no tendrá ningún problema a la hora de un examen.
No obstante, le hacemos algunas sugerencias adicionales para que trabajen con su hijo destinadas a aumentar
el rendimiento en los estudios:
1. Hablen con su hijo sobre la importancia de ir al examen sabiendo perfectamente el temario, así como el
tipo de examen que pondrá el profesor.
2. Animen a su hijo a repasar los exámenes anteriores ya realizados.
3. Ayúdenle a plantear y responder cuestiones prácticas.
4. Insistan en la importancia del estudio diario y del repaso regular en lugar de la "empollada" de la víspera
del examen.
5. Insistan que desarrolle el método de primero comprender y luego memorizar.
6. Enseñen a su hijo algunas claves para rendir en los exámenes:
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- Relajarse antes del examen: antes de entrar y antes de empezar. Si va bien preparado se mantendrá tranquilo
durante el examen.
- Leer el examen completo, si es posible, antes de empezar a contestar para tener una idea general de él.
- Saber cómo valora el profesor y tratar de responder como él desea.
- Responder primero las preguntas que mejor se sabe.
- Leer atentamente y comprender bien la pregunta antes de responder.
- Señalar las preguntas dudosas y seguir adelante. Si sobra tiempo se contestarán.
- Tratar de replantear las preguntas difíciles con otras palabras. Quizás se entiendan así.
- En preguntas que requiera una respuesta extensa, hacerse un esquema antes.
- Repasar las respuestas, si hay tiempo, antes de entregar el examen.
- Presentar el examen lo más ordenado, claro y limpio posible. No escatime esfuerzos en hacerle comprender
lo importante que es la presentación. Esto lo deberá aplicar a todo aquello que forme parte de su vida. No
permita que su hijo, como estudiante, sea un alumno
“descuidado”.
Los alumnos que saben cómo usar y buscar los materiales de consulta tienen muchas más oportunidades de
alcanzar buenos resaltados en la escuela. La ayuda de los padres en este campo es importante y necesaria.
Por eso les sugerimos:
1. Ayuden a su hijo a buscar libros de texto complementarios para que pueda ampliar sus conocimientos
sobre el tema. Trate de conseguirlos recurriendo a consultar en las Bibliotecas Públicas.
2. Incúlquenle que utilice otros textos de carácter general, y aquellos que tienen ejercicios prácticos ya
resueltos.
3. Enséñenle a utilizar diccionarios y enciclopedias.
Si no los posee puede acudir a la Biblioteca del Colegio/Instituto/Facultad o a la del barrio.
g) Realización de redacciones y de temas monográficos
Por regla general, los profesores les explican a los alumnos la técnica de la redacción, pero estos suelen tener
bastantes problemas en este campo sobre todo porque no acaban concienciando la importancia de practicar
para aprender las cosas. Los padres pueden intervenir de forma muy favorable en estos casos ayudando a sus
hijos a practicar en la:
• Selección del tema. Puede proponerse para la redacción:
- Ideas de la vida diaria,
- temas típicos de libros de texto,
- temas de las enciclopedias,
• Búsqueda de la información básica. Para realizar el trabajo la información se puede buscar en:
- Libros, - enciclopedias
- otros.
• Organización del contenido. Una vez reunido el material se debe empezar por:
- Tener clara la finalidad u objetivo,
- exponerlo con claridad,
- buscar los puntos importantes,
- realizar un esquema o resumen,
• Desarrollo del tema por escrito. A partir de este momento empieza el trabajo de elaboración, atendiendo al:
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- estilo literario, y su propio estilo,
- uso de vocabulario,
- uso de palabras y frases sencillas comprensivas.
• Repaso del trabajo. Finalizado el trabajo es conveniente:
- Revisar el resultado.
g) Algunos problemas de aprendizaje y de comportamiento.
Hay problemas que suelen padecer algunos niños que pueden interferir en su rendimiento escolar. Para
abordar estas dificultades es preciso conocerlas para luego elaborar unos buenos hábitos y actitudes de
estudio.
A continuación veremos los problemas que más pueden preocupar a los padres, los definiremos y les
daremos algunas ideas para afrontarlos. No obstante, hay que resaltar que aunque estas sugerencias pueden
ayudar a sus hijos en el colegio es imprescindible que, en todo caso, consulte a un profesional.
Hiperactividad
El problema consiste en que algunos niños están siempre en un continuo movimiento y acción. No confundir
con niños muy activos e inquietos. El niño hiperactivo no puede mantener su atención más de unos segundos,
ni parar quieto un momento. Este nivel tan alto de actividad no permite mantener la atención sobre un mismo
punto el tiempo suficiente como para percibirlo bien, por lo que afecta seriamente a la concentración y por
tanto a la capacidad de aprender, así como tampoco desarrolla la constancia necesaria para acabar los trabajos
indicados.
Sugerencias
- Distribuir los deberes en partes más cortas que requieran una atención más limitada.
- Dividir el tiempo de estudio entre distintas materias para que no tenga que estar estudiando lo mismo
mucho tiempo.
- Controlar la dieta para que no contenga estimulantes como la cafeína, o chocolate.
- Muestre mucha paciencia con su hijo y comprenda que no lo hace por molestarle o porque “es malo”, es
hiperactivo, algo que él no puede controlar.
- Es aconsejable consultar a un profesional.
Problemas de memoria
Algunos niños no son capaces de recordar los deberes mandados hacer en casa o tienen dificultades a la hora
de recordar lo que han estudiado.
Sugerencias
- Asegúrense de que su hijo comprende aquello que debe memorizar.
- Ayúdenle a que imagine mentalmente lo que estudia, que construya imágenes mentales.
- Ayúdenle a asociar conceptos entre sí para recordar alguno de ellos.
- Hagan que recite en voz alta lo que tenga que memorizar.
- Insístanle que adquiera el hábito de hacer listas para recordar.
- Hagan que repitan lo que leen tantas veces sea necesario. Quizás sea una cuestión de repetir. Recuerden que
aprendemos también por repetición.
Dificultades en la lectura
La lectura y su comprensión constituyen unas habilidades importantes para el desarrollo de nuestro intelecto.
Por tanto, las dificultades que sus hijos tengan en la lectura y en la comprensión de lo que leen, de inmediato
se trasladarán al aprendizaje.
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Algunos niños encuentran difícil la adquisición de una buena lectura y van arrastrando este problema desde
los primeros años de la escuela hasta la enseñanza superior. Hay dos tipos de lectura: la comprensiva (se lee
comprendiendo lo que se lee), y la “automática” (se lee sin comprender). Lo importante es aprender a leer de
una forma fluida, comprendiendo el significado de lo que se lee, sino es así, los problemas de aprendizaje
pueden ser considerables.
Sugerencias
- Ayuden a su hijo/a a leer de forma relajada.
- Proporciónenle lecturas que le motiven y le sean fáciles.
- Practiquen mucho con él. La habilidad lectora, como cualquier otra habilidad, se desarrolla con el
entrenamiento, es por ello que la primera tarea a realizar es el ejercicio.
- Dediquen todos los días un tiempo a que su hijo lea en voz alta para adquirir una entonación correcta que
ayuda a la comprensión.
Recuerde que la entonación ayuda a la comprensión.
- Ayúdenle a corregir los defectos de lectura que detecte.
- No le hagan sentir fracasado, motívenle reconociendo los avances.
Dificultades en la ortografía
Muchos niños tienen problemas a la hora de deletrear y escribir correctamente una palabra.
Esta dificultad influye en todas aquellas pruebas y exámenes escritos.
Sugerencias
- Reestimúlenle a escribir las palabras difíciles muchas veces.
- Comprueben el nivel de audición de su hijo.
- Enséñenle los significados de las palabras difíciles.
- Hagan que consulte las palabras que no entiende en un diccionario.
- Practiquen el juego de deletrear palabras difíciles.
Problemas de colaboración
Hay niños que no colaboran fácilmente con los padres en la elaboración de horarios de trabajo u otras
actividades escolares. Los padres deben saber cómo tratar este tipo de rechazo.
Sugerencias
- Motiven a su hijo hacia las ventajas del estudio.
- Hagan pactos para establecer recompensas por la colaboración.
- Traten de comprender la causa del comportamiento rebelde.
- Mantengan un diálogo abierto, claro, sincero y serio con su hijo.
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Dificultades de comprensión
Algunos estudiantes tienen problemas graves y reales a la hora de comprender lo que estánleyendo o
estudiando, ya sean explicaciones o conceptos clave.
Sugerencias
- Practiquen con él releyendo lo que no entiende.
- Ayúdenle a buscar material adicional y sencillo que le pueda aclarar el tema.
- Tratar de averiguar los puntos básicos que le hacen fallar.
- Explicarle que no se estanque en un material difícil mucho tiempo, que siga adelante.
Rechazo a la escuela
Muchos pueden ser los motivos que pueden influir para que un niño odie ir a la escuela. De todos ellos
queremos hacer hincapié en uno que a veces pasa desapercibido a los padres: el rechazo social o molestia que
puede recibir (y sufrir) el niño por parte de los compañeros. A veces detrás de esta situación vivencial puede
haber un problema de timidez.
Sugerencias
- Implíquense en fortalecer su autoestima.
- Enséñenle habilidades sociales.
- Foméntenle que se relacione con grupos sociales y extraescolares.
- Enséñenle estrategias y métodos para tener amigos.
- Ayúdenle a que no dramatice la situación, háganle ver que es mejor tener pocos y buenos amigos, que
muchos y superficiales.
Sugerencias
- Consigan que dedique todos los días un tiempo al estudio, a la realización de las tareas escolares. Que
empiece desde poco tiempo para ir aumentando según se vaya acostumbrándose. Sirva como tiempo
orientativo, para un niño de primaria en torno a media hora. Para uno de secundaria alrededor de una hora.
- Como regla general más vale poco tiempo y aprovechado que mucho e improductivo.
- Incúlquenle la idea que al ponerse a estudiar o trabajar se fije un tiempo para cada una de las tareas que va a
realizar y que se exija a sí mismo y se comprometa a hacer los trabajos en el tiempo que se ha dado.
- Ayúdenle a hacerse un horario en el que haya tiempo para todo, poniendo el estudio o las tareas en los
primeros momentos que la mente está más descansada.
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El método del mal estudiante: estudiar los últimos días
Este tipo de estudiante se caracteriza porque deja todo el estudio para los últimos días antes de los exámenes.
No tiene como norma de estudio la constancia, estudiar cada día un poco, lo deja todo para un esfuerzo
“titánico” de última hora, con los consiguientes riesgos.
Son estudiantes que quizás lleguen a aprobar (por suerte), pero no a saber, puesto que esa forma de estudiar
hace que lo así estudiado se olvide rápidamente.
Una de las variables que más se relaciona con el éxito académico, es que el alumno tenga un método de
trabajo en el que estudie todos los días y desde el primer día del curso. Esto se ha comprobado en estudios
experimentales.
Cuando se deja el estudio para el final resulta imposible para la mente asimilar toda la materia en tan corto
periodo de tiempo, no se llega a fijar los contenidos suficientemente fuerte lo que hace que las cosas se
olviden rápidamente.
Sugerencias
- Incúlquenle la idea que es más importante el saber que el simplemente aprobar, y que para llegar a saber
hay que dedicar mucho tiempo.
- Establezcan con él un horario diario de estudio y, muy importante, desde el primer día del curso. Así mismo
que se organice las materias por días de la semana.
- Hagan un seguimiento para comprobar que su hijo cumple con los compromisos adquiridos. Motívenle a
lograr los objetivos que se ha propuesto.
- Elógienle cuando consiga ir convirtiéndose en un buen estudiante.
- Hagan que se dé cuenta que la estrategia de dejarlo todo para el final quizás sirva cuando se está en los
primeros escalones de los estudios, pero al ir avanzando cada vez hay más materia y más compleja,
haciéndose entonces imposible porque los contenidos a estudiar nos desbordan.
Sugerencias
- Concienciarle rápidamente que “lo entiendo” y no hacer nada más es igual a “más tarde se me olvidará”.
- Enseñarles algunas ideas básicas de la vida, como por ejemplo: que las tareas más complejas o difíciles
conllevan más esfuerzo que las sencillas (“el que algo quiere, algo le cuesta”).
- Hacer un seguimiento responsable de lo que estudia y de lo que asimila y recuerda a medio y largo plazo.
Dificultades de concentración
La concentración es un proceso de la percepción que tiene como tarea mantener la atención focalizada el
tiempo que sea necesario sobre un punto de interés o necesidad. Es una de las habilidades fundamentales en
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el proceso del conocimiento ya que si no hay un mínimo de concentración es prácticamente imposible el
aprender algo, por tanto, la concentración es imprescindible para el aprendizaje.
Como todas las otras capacidades, la concentración se desarrolla como consecuencia del ejercicio y la
práctica continua. Se comprueba que quien más dificultades tiene en la concentración es quien menos
rinde en los estudios.
Algunas características de los estudiantes que tienen problemas con la concentración son:
• Les cuesta ponerse a estudiar.
• Se distraen fácilmente. Dejan volar fácilmente la imaginación.
• Cualquier cosa que acontece a su alrededor atrae la atención y pierden el tiempo.
Con todo esto el rendimiento en los estudios es escaso, por lo que hay más riesgo de fracaso escolar.
Sugerencias
- Procuren que su hijo elimine los estímulos irrelevantes que hace que distraiga la atención, como: revistas,
fotografías, música, etc.
- Orientarle a que se dé un tiempo para realizar cada tarea o actividad y que se exija realizarla en el tiempo
previsto. Insístale que no es conveniente darse un tiempo ilimitado para realizar las tareas ya que esto puede
hacer que se “relaje” y se habitúe a tomarse las cosas sin dedicación plena y concentrado.
- Somos seres de hábitos así que si su hijo/a se acostumbra a estudiar a una hora fija de forma regular y hace
el esfuerzo de concentrarse todos los días a la misma hora, con el tiempo la mente se concentra con más
facilidad a esa hora.
- Para que empiece a estar a pleno rendimiento la concentración, como cualquier otra facultad del ser
humano, requiere de un “calentamiento previo”, por eso puede ser conveniente que antes de que su hijo se
ponga a estudiar de firme, dedique varios minutos –no más de cinco- a tachar alguna/s letra/s que elige de
una hoja de periódico. A continuación pasar a hacer la actividad programada.
Otra manera de hacer ejercicios mentales de “calentamiento” es combinar los números con la letras:
1A2B3C4D5E6F…, y luego a la inversa.
- Promoverle a que tenga claras las metas que quiere alcanzar. Cuando queremos algo de verdad y con fuerza
y lo proponemos como meta a conseguir, movilizamos muchos de nuestros recursos para tratar de alcanzarla.
Por tanto, en la medida que su hijo tenga más claras las metas en el estudio, más concentración pondrá en
marcha para conseguirlas.
- Combinar periodos de estudio y descansos.
El proceso de atención tiene una curva de manera que cuando se lleva un tiempo decae. Por ello, es
conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración.
Esos tiempos de descanso pueden ser, por cada hora u hora y media de estudio, unos minutos de descanso –
entre cinco y diez-. Esto lo vimos en otro lugar.
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El problema está en que el estudiante no tiene asimilados los conocimientos básicos y secuénciales de las
diversas materias, quizás como consecuencia de un método de estudio que no predominaba el saber, sino el
estudiar los cursos anteriores para salir del paso, para simplemente aprobar. En otros casos se ha podido
producir porque el estudiante se ha confiado en sus capacidades (inteligencia) y con el mínimo esfuerzo ha
ido avanzando sin problemas en cursos anteriores. Y desgraciadamente se llega a un curso determinado en el
que las carencias se ponen de manifiesto. Y a veces puede costar mucho, o ser tarde, recuperar los años
perdidos.
Sugerencias:
- Dediquen, con especial interés, el tiempo necesario para tratar de remediar estas carencias. Puede que
necesiten recurrir a un hermano mayor o un profesor particular.
- Pero fundamentalmente traten de cambiar la actitud de estudio de su hijo.
RECUERDEN
• Ante este problema repasen todas al alternativas analizadas anteriormente, quizás puedan encontrar algunas
claves para abordarlo.
En otras ocasiones la ansiedad se puede producir por un año de malas experiencias, por un fracaso, por haber
suspendido muchas, etc. Todas estas circunstancias hacen que se pierda la confianza en sí mismos y se
sientan agobiados.
Sugerencias
- Es conveniente que le expliquen, de manera comprensiva qué es lo que le está pasando y que sepa que se
puede solucionar.
- Háganle comprender que la ansiedad se produce fundamentalmente por los pensamientos negativos que
tiene respecto a lo que va a ocurrir, que anticipa las cosas de forma pesimista.
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- Enséñenle a cambiar los pensamientos negativos y catastrofistas por pensamientos centrados en la realidad,
que deje de compararse con los demás y se centre en lo de positivo que él tiene.
Todas las estrategias de ayuda para su hijo analizadas anteriormente requieren dedicación y un entrenamiento
por parte de ustedes; deseo de cambio y esfuerzo por parte de su hijo, y tiempo y perseverancia por parte de
ambos para que se puedan notar los resultados.
h) Actividades extraescolares.
Abordamos el tema de las actividades extraescolares porque es un tema muy debatido y controvertido. Como
primer punto de partida queremos hacer la siguiente observación: hacer las cosas bien implica saber que todo
tiene su límite.
Es bueno que el estudiante tenga actividades extra escolares en su tiempo libre, pero sin abusar de ese tiempo
y sobre todo sin imponérselas como indispensables. Cuidado con sobrecargar a su hijo de actividades.
Consideren también que sus hijos han de tener tiempo para estar en casa y jugar y así poder relacionarse con
la familia. Lo adecuado sería que las actividades extraescolares no superaran las seis horas semanales a partir
de los siete-ocho años, al igual que no realizar más de una actividad al día.
Lo importante es que sean actividades que se lo pasen bien sus hijos y les sirvan de válvula de escape. Las
actividades más interesantes serían aquellas que desarrollaran una actividad que durara muchos años (caso
del deporte o la música), o que beneficiaran para el futuro profesional (caso de idiomas o informática), pero
sobre todo teniendo en cuenta las edades.
Las actividades creativas (música, artísticas) se recomiendan a partir de los cinco – seis años y las más
técnicas (informática, idiomas, etc.) a partir de los siete – ocho años. En cuanto al deporte sería conveniente
elegir un deporte individual si su hijo tiene problemas de concentración y uno colectivo si es tímido o tiene
problemas de relación.
RECUERDEN
• No sobrecarguen a su hijo con excesivas actividades extraescolares.
• Déjenle también tiempo para aburrirse en casa con ustedes. Así podrán aprovechar para relacionarse.
• Acuerden también con ellos que tipo de actividades eligen.
• Si pueden compartan alguna con ellos.
Algunos de los temas que los autores tratan en esta sección son: (Recomiendo investigar sobre estos temas o
adquirir el documento en la página dada anteriormente)
a) Relaciones con el profesor y tutor del hijo.
b) Otras relaciones con la escuela.
c) Orientación escolar y expectativas Profesionales.
d) Descubrir la vocación para elegir estudios superiores.
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Nota. Tome este segmento textualmente como aparece en el documento por su importancia, me parece
excelente todos los aportes. Estoy convencido que si usted coloca estos consejos en práctica, vera resultados
extraordinarios en sus hijos.
(Otras páginas de apoyo: http://www.valladolidsindrogas.net/default.asp?cid=65&pid=65
82 |Página
Conclusión General:
En la educación de hoy por hoy es necesario considerar la escuela de padres como un gran impacto para la
formación, no sólo de los niños y adolescentes, sino también de los padres y de la familia como primera
institución de la sociedad. En muchas ocasiones los padres tienen problemas para asumir su rol de paternidad
maternidad pues, como se ha transmitido de generación en generación, ese es un papel que se aprende en la
vida cotidiana. Hay una notoria escasez de orientación frente a ciertas situaciones que vive la familia de hoy;
faltan guías prácticas que ayuden a los padres a dirigir de manera correcta la tarea de educar a sus hijos. En el
contexto actual vemos como las familias se ven afectadas por la crisis de valores que estamos viviendo,
observamos con mucha preocupación las separaciones legales e informales de parejas que abandonan al
cónyuge y a los hijos, madres solteras a adolescentes e hijos no deseados, cuyas vidas se están
desenvolviendo en ambientes sin ninguna muestra de amor, respeto o comprensión. Es por eso que hoy
vemos a muchos niños con comportamientos absurdos que muestran para llamar la atención de sus
progenitores.
Personalmente estoy convencido que si realmente asumimos un compromiso y ponemos en práctica los
principios examinados en este estudio, podremos vivir una relación de pareja de manera plena, y
encontramos una relación, el romanticismo, el tiempo, las fuerzas, la paciencia, el perdón, las riquezas, las
sonrisas que dan sentido y fortalecen. Podremos disfrutar al máximo nuestro matrimonio, durante el tiempo
que nos quede de vida.
El tiempo es un ingrediente esencial en el desarrollo de unas relaciones familiares que sean verdaderamente
positivas. Es un factor que figura en todos los aspectos de la vida hogareña. En el contexto de familia
“amor” se deletrea así: “TIEMPO” Se necesita tiempo: para que se profundice la unión entre los cónyuges;
para enfrentarse a los problemas y presiones de la vida, desarrollar el carácter de nuestros hijos, inculcar los
valores y principios morales en nuestra familia, fortalecer la comunicación y el compañerismo. No podemos
engañarnos pensando que amamos a nuestro conyugue y a nuestros hijos, si no les damos tiempo de calidad.
El tiempo es un regalo de Dios y un recurso de incalculable valor en la vida. Necesitamos planificar con
cuidado el uso de nuestro tiempo libre, y ejercer buena administración con nuestro tiempo veremos logradas
nuestras metas, ¡teniendo la satisfacción de que valió la pena el esfuerzo! Seamos pues hacedores y no tan
solo oidores de la palabra de Dios, Jesús dijo:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó
su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa;
y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” Mateo 7.24-27
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BIBLIOGRAFÍA
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