Perfil Del Pedófilo
Perfil Del Pedófilo
Perfil Del Pedófilo
CATEDRÁTICO:
ALUMNO PNP:
SECCIÓN:
H
PIURA- PERÚ
2023
PERFIL DEL PEDÓFILO Y DEL VIOLADOR
Además de ello, se considera violación el acto carnal con sujetos que no tienen
suficiente comprensión o capacidad de juicio para valorar la situación (como
personas con deficiencias o problemas psíquicos que nublen su capacidad de
juicio, menores de edad o incluso seres de otras especies animales) o que no
se hallan en condiciones de dejar clara su posición al respecto (personas
dormidas, en coma o drogadas). Algunos tipos de agresores sexuales son los
siguientes. Violador circunstancial, ocasional u oportunista, se trata de sujetos
que se valen de una situación o acontecimiento con el fin de realizar la
violación. Es el caso de violaciones durante fiestas y eventos. No suele tratarse
de agresiones planificadas de antemano. Es posible que actúen bajo el efecto
de alcohol o drogas, o que se aprovechen de que la víctima las ha consumido
para actuar y forzar la consumación del acto sexual. Violador explosivo, este
tipo de violador busca someter a su víctima fruto de un impulso violento de
dominación. Tiene marcado el objetivo de realizar una agresión sexual, siendo
indiferente quién es la víctima. Para él, la violación es claramente un acto de
poder y violencia, y no tanto uno sexual (si bien esto se da también en el resto
de tipos de violadores, si bien no de un modo tan evidente). Violador en
búsqueda de confianza o compensación, se trata de un tipo de violador que
tiene una percepción distorsionada de la relación entre el agresor y el agredido.
El agresor considera que su actuación hará disfrutar a la víctima y acercará a la
persona objeto de su deseo, pudiendo llegar a establecer una relación
romántica. Violador sádico, en este tipo de individuos se observa una
vinculación entre la excitación sexual y la agresividad. El inicio de una
interacción que el sujeto considera excitante puede provocar que la agresividad
del sujeto aumente y experimente impulsos agresivos hacia su víctima,
forzándola. No es infrecuente que presenten trastorno antisocial y la parafilia
conocida como sadismo sexual, y que en el caso de la violación se expresa de
forma directa, sin filtros. Violación como mecanismo de control, Algunas
violaciones son llevadas a cabo con un propósito independiente de la
satisfacción sexual y de poder del agresor. Es el caso de algunas violaciones
sistemáticas llevadas a cabo durante guerras, en las que se emplea la agresión
sexual como método de humillación y control de la población y para disminuir la
moral del país enemigo. Se trata de un uso estratégico de este tipo de
violencia, gracias a lo cual logra objetivos más allá de esta acción en sí misma.
Si bien es cierto que debido a la elevada diversidad de variables que influyen
en la perpetración de un acto de este tipo no se puede hablar de un único perfil
de violador, es posible localizar una serie de variables que si bien no se aplican
en todos los casos son muy comunes entre los diferentes tipos de agresores
sexuales. Es importante remarcarlo: no hay un único prototipo de violador, y
las siguientes características si bien pueden ser comunes no identifican a todos
los violadores.
No tienen por qué tener una personalidad extraña, la mayor parte de las
personas no cometen violaciones. Esto puede hacer pensar que un perfil típico
de violador ha de ser la de alguien con enormes particularidades,
características que no tienen la mayoría de las personas y que hacen que en
su día a día sean personas solitarias y sin contacto normal con la sociedad. Si
bien en algún caso concreto esto puede llegar a ser cierto, en general esto no
es verdad. Una gran mayoría de violaciones son llevadas a cabo por sujetos
con una personalidad dentro de lo “normal” y que tienen amigos, familia y
trabajo. De hecho, muchos de ellos son personas con pareja, con la cual
generalmente mantienen relaciones de forma convencional. Poder, no sexo,
una de las características más comunes de la mayor parte de violadores es que
el objetivo real de su acción no es obtener gratificación sexual. En su
mayoría, las personas que cometen una violación sabiendo qué están haciendo
buscan y se ven atraídos por la idea de ejercer dominación, de hacer que otras
personas hagan algo en contra de su voluntad y obedeciendo al interés del
agresor. Dicho de otro modo, en una violación lo que se busca no es
únicamente sexo, sino que también y especialmente lo que se busca es el
ejercicio del poder. Tienden a buscar víctimas que consideran más débiles,
si bien se han dado casos en que la víctima es alguien físicamente más fuerte
que el agresor, por norma general los individuos que cometen agresiones
sexuales buscan víctimas que consideran físicamente más débiles que ellos o
de las que conocen puntos débiles a aprovechar. En cualquiera de los dos
casos, la elección de víctima está vinculada a la posibilidad de ejercer el poder
o bien sobre alguien a quien creen que pueden someter o bien sobre alguien
que consideran por encima y a quien quieren ver humillado/a y por debajo de sí
mismos. Sentimientos de inferioridad y frustración vital, otro de los
elementos que comparten la mayoría de violadores es la presencia de un
elevado sentimiento de frustración e inferioridad que puede llegar a ser
expresado mediante explosiones de violencia. Si bien no tienen por qué
demostrarlo en la mayor parte de las facetas de su vida diaria e incluso pueden
llegar a actuar de forma prepotente, estos sentimientos de inferioridad pueden
provocar una reacción en forma de deseo de dominar al otro, un deseo que en
algunas personas puede desembocar en una agresión sexual. Poca
capacidad de empatía, se produzca la agresión sexual por el motivo que sea,
en general los violadores tienen una capacidad de empatía muy limitada o
inexistente. Así, el agresor sexual no puede, no le importa o elige no pensar en
qué supone la violación para la víctima, o bien que llega a considerar que la
satisfacción de su deseo de poder y sexo merece el sufrimiento de la víctima.
Esto es visible en muchos de los casos que indican que la víctima en realidad
sí quería mantener relaciones o que en fondo disfrutó de la situación. No
anticipación a las consecuencias, se ha observado que muchos violadores
nunca pensaron en qué podría pasar después de cometer el acto, si el caso
sería investigado o si serían encontrados y detenidos. Este refleja un cierto
déficit a la hora de anticipar las consecuencias de sus propios actos, sean
éstas para sí mismos o para otros. Este factor no sería determinante para las
personas que lo que en realidad buscan son la consecuencia en sí del acto
más que el propio acto per se. Posible historia de abusos o aprendizaje de
una sexualidad coercitiva, al igual que ocurre con la violencia de
género muchas personas que en la actualidad cometen delitos sexuales han
sido a su vez abusados o maltratados en la infancia, o bien han sido testigos de
abusos hacia otros familiares significativos. Esto provoca que a la larga puedan
llegar a identificar la coerción como un modo normal de proceder, y que,
aunque sepan que socialmente está mal visto puedan sentir el impulso de
acometer el acto. Consideran que tienen derecho a cometer la agresión, en
un gran número de casos los individuos que cometen violaciones consideran
que tenían derecho a forzar a la víctima, en ocasiones por razones culturas. Así
las agresiones sexuales son más frecuentes en personas y regiones en las que
aún persiste una cierta consideración de superioridad del hombre ante la mujer,
o bien consideran que sus necesidades están por encima de los demás.
Evaden responsabilidad, una característica común en muchos de los casos
en los que no se presenta psicopatía o psicopatología es el intento de evadir su
responsabilidad en el acto. Es frecuente justificar la conducta por el uso de
sustancias o pretender sufrir una psicopatología para evadir el castigo. A nivel
informa, más allá de los procesos judiciales, es habitual que culpen a la
víctima. Y, por último, culpabilizan a la víctima, parte de los sujetos que
cometen violaciones suelen indicar que la culpa de la situación es de la propia
víctima. Frases como “iba provocando”, “en el fondo quería” y variantes de ellas
son frecuentes en agresores sexuales que han sido detenidos, evitando
hacerse cargo de la situación y excusándose.